revista calle elvira. verano 2013

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La revista Calle Elvira en su número de Verano 2013. Consulta artículos relacionados con la cultura y arte en Granada

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Page 1: Revista Calle Elvira. Verano 2013

VERANO2013

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C A L L E E LV I R A Desde 1971

añocuarentaytres

númerocientosesentaynueveverano2013

Segunda Época

Dirección/Rodrigo Gómez Jiménez

Consejoderedacción/ Carmen María Jiménez Navarro

José María Valverde TercedorMª Dolores F.-Fígares

Jorge de la ChicaRafael Gómez Jiménez

Consejoasesor/Rafael Gómez Benito

Tito OrtizAndrés Cárdenas

Armando López-MurciaJuan Antonio Ibáñez

Jorge FerreiraPablo Ruiz González

Edita/Calle Elvira

DiseñoyMaquetación/Rodrigo Gómez Jiménez

Impresión/Impresiones Guadajoz S.L.L.

Ilustracióndeportada/Monumento natural Peñones de San Cristóbal, Almuñécar.Fotografía/Jean Louis Andreck/Patronato Municipal de Turismo (Almuñécar)

©Fotografías,sus autores©Textos,sus autores

ISSN: 2255-3134Depósito Legal: GR.77-1971

[email protected]

trimestraldearteyculturagranadina

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Cajón de sastreEl abastecimiento de Agua en la Granada

Iliberritana y ZiríPedro López López

La ProvinciaLa fruta tropical de la costa de Granada conquista

los paladares europeosFermín Anguita Fortes

Granada a la vistaUn Festival único en el mundo

Javier Martínez-Cañavate Gallo

Ayer y HoyEl Teatro Cervantes: De espacio para la

cultura y el espectáculo a edificio de oficinas y viviendas

Carolina Gilabert Sánchez

Por el aire de GranadaEl Corpus Christi

Beatriz Fernández Camacho7

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El TelescopioLa Escala de Eduardo Scala

Ignacio Gómez de Liaño

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EfeméridesLa Asociación de la Prensa de Granada celebra su primer centenario de vidaEncarna Ximénez de Cisneros

Arte y PatrimonioGranada y los instrumentos musicalesReynaldo Fernández Manzano

Fondo fotográfico del Diario Patria Francisco González de la Oliva

La Asunción de la Virgen con ángeles del British Museum. Un dibujo de Alonso CanoAntonio Gómez Arribas

Origen y evolución de las Plazas de Toros en Granada. De la Real Maestranza a la Monumen-tal de FrascueloJosé María Valverde Tercedor

PoesíaQué bueno...Rosa María Nadal

La Poesía en GranadaAntonio Praena

Granada solidariaASPRODESRodrigo Gómez Jiménez y Álvaro Velasco García

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EN RECUERDODEGUILLERMO

Andrés Cárdenas

Fotografía Ramón L. Pérez/ Montaje Revista Calle Elvira

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ira que te diga, Willy, el proyecto que te-níamos a medias va de puta madre. Ya he hablado con los colegas de tu hijo Andrés y nos van a facilitar las cosas. Al no ver

tu viñeta diaria en el Ideal empecé a preocuparme y te llamé a casa para contarte que había empeza-do el texto que me pediste para acompañar a los dibujos de tu hijo. Mi preocupación aumentó cuan-do tampoco cogiste el teléfono. Claro, yo no podía imaginar que estabas en la UCI con una neumonía grave. Como tampoco podía imaginar que aquella conversación de hace tres semanas que tuvimos en el Zeluán, en la que también estaban presentes Andrés Sopeña y Enrique Bonet, iba a ser la última. Otra vez la jodía muerte se me ha adelantado. Me pasó con mi padre, que se murió de pronto y a mí me dejó una enorme sensación de culpa por no poder haberle dicho cuando estaba vivo lo mucho que lo admiraba. Ahora me ha pasado contigo. ¡Tenía tan-tas cosas que decirte! De ahí que ahora aproveche mi columna, que tú leías siempre, para decir lo que pensaba de ti.

Mira Willy, antes que nada, quiero que sepas que eras un tío estupendo, de las pocas personas que piensan con el corazón antes que con la razón o con las pelotas. Jamás hablabas mal de nadie y nunca te vi enfadado. Sabías tomarte la vida, a pesar de las putadas que ésta te había gastado (la muerte de tu hijo Andrés el pasado año te había minado el ánimo), con esa filosofía que se le pide a alguien que tiene que intentar hacer reír todos los días a miles de per-sonas. Entre todas las funciones que se le piden a un humorista, la de hacernos la vida más agradable es la más urgente. Y tú sabías hacerlo. Entendiste que el humor es una posición ante la vida. Los periódicos están llenos de noticias sobre tragedias, corrupcio-nes y dramas familiares, por eso tus viñetas eran ese agradable aire fresco que entra por la ventana de una habitación que contiene malos humos y que ne-cesita una ventilación urgente. Decía alguien que la risa nos mantiene más razonables que el enojo, por eso tú nos hacías a todos más razonables cada ma-ñana. Demasiadas veces te has echado la obligación moral de ser el chaleco salvavidas de nuestra exis-tencia de lectores apesadumbrados por el desánimo de este país en crisis. Tenías esa esencia de humo-rista que reflejabas en la sensibilidad y ternura con las que rodeabas los personajes de tus dibujos, tus ‘criaturicas’ como tú los llamabas. Agudo, humilde e imaginativo, sabías sacarle a la realidad ese punto de ironía que toda situación reclama, ese dardo fu-gaz y certero de la noticia.

Te recuerdo en aquella vieja redacción de la Ca-lle San Jerónimo, cuando decías que el periódico IDEAL era bueno para los pobres porque al ser tipo sábana se podían tapar con él. Te recuerdo en aque-llas charlas llenas de humor con José Luis Piñero, Rafael García Manzano y Rafael Gómez Montero. Re-dacciones como esas ya no existen. Se oía la respira-ción de los viejos tiempos. Un mundo conveniente, disparatado y genial del que tú formabas parte.

Quiero que sepas Willy, que ahora que te has ido tengo la obligación moral de terminar ese texto que me pediste para acompañar los dibujos de tu hijo sobre el ‘Malafolloski’. Quedará muy bien, ya lo ve-rás, entre otras cosas porque le voy a pedir ayuda a los dibujantes amigos de Andrés y a Pepe Ladrón de Guevara, al que, por cierto, has dejado viudas a sus quintillas.

Por lo demás, aquí abajo todo bien. Está el mun-do como lo dejaste. Sólo ha cambiado que ahora te echamos de menos.

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BEATRIZ FERNÁNDEZ CAMACHO

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Por el aire de Granada

EL CORPUS CHRISTI

“Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”

G ranada acoge cada año la celebración solemne del Cuerpo y la Sangre de Cristo y el desper-tar del verano, en este orden, porque decir Granada es decir Corpus y hablar de una tradición que aúna his-toria, tarasca, feria, toros, procesión y carocas.

Los Reyes Católicos instituyeron el Corpus Christi después de la conquista de Granada, en un intento por contribuir a la reafirmación de la identidad cristiana tras siglos de dominio y apogeo musulmán.

Sin embargo, desde sus inicios mezcló en gran medida e inevitablemente los aspectos religiosos con los pa-ganos, algo que se mantiene en la actualidad, y que se reflejaba en la confluencia de los cristianos con los moriscos que aún permanecían en la ciudad.

El Corpus se reveló desde un principio como una fiesta popular que vestía a Granada de gala, ornamentaba balcones, llenaba sus calles y acogía a todos por igual en un acontecimiento religioso, cultural y lúdico que alcanzó su máximo esplendor en los siglos XVII y XVIII.

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Por el aire de Granada

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Pese a la identidad eminentemente granadina de la fiesta del Corpus, ésta nunca ha sido ajena a la diver-sidad de la provincia. Los pueblos de la Vega contri-buían a la celebración y la decoración de las calles con carros de bueyes cargados de plantas y agradables olores, como el de la juncia y el romero, al paso de la procesión del Santo Sacramento.

El miércoles es el preludio de algo grande. Se percibe en la cara de los granadinos y de los cada vez más visi-tantes que participan en la fiesta del Corpus.

Granada se transforma, es fiesta, es alegría, pero a la vez es fe y fervor, es tradición.

El jueves del Corpus es todo solemnidad. La ciudad se despierta para recibir con los brazos abiertos al Señor Sacramentado. El sol luce como nunca. A lo largo de todo el recorrido de la procesión, las hermanda-des de Semana Santa instalan bellos altares, con escaparates adornados para la ocasión y balcones engalanados.

La procesión de la Custodia transcurre imponente por las calles de Granada, repleta de flores y acompañada por granadinos y turistas, devotos y curiosos. La emo-ción, el respeto y el fervor del jueves de Corpus nos recuerdan que es Dios, en forma de Jesús Sacramen-tado el que nos acompaña en su expresión más pura.

Para los más jóvenes, los escolares granadinos, el recuerdo del Corpus es sin duda el de la Tarasca. Concluir las clases del miércoles a mediodía, sentir el bullicio del centro de Granada y disfrutar de una procesión tan singular como hipnótica, con gigantes y cabezudos. El diseño de la Tarasca nunca deja indi-ferente a nadie. El rostro de los niños ante los cabe-zudos y los gigantes, embelesados, la música de las charangas por la Carrera de la Virgen, el colorido de los extranjeros.

La feria taurina ha marcado la identidad del Corpus granadino. Comienza con el pregón y se manifiesta en

Granada se transforma, es fiesta, es alegría, pero a la vez es fe y fervor, es tradición

La procesión de la Custo-dia transcurre imponente por las calles de Granada, repleta de flores{

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Por el aire de Granada

carteles atractivos que dejan tardes calurosas y miti-gan el ansia de toros de los granadinos. Numerosos aficionados incluyen esta cita en su agenda y quieren disfrutar del arte de Cúchares en la Monumental de Frascuelo. Desde la Avenida de la Constitución, la estatua del diestro, natural de la cercana Churriana de la Vega, recibe a los aficionados. Cada tarde esa zona de la ciudad es bullicio y afición.

Los curiosos se acercan a los hoteles para ver a los maes-tros salir hacia la plaza. Los aficionados acuden a la plaza con las bolsas con la tradicional merienda. Porque decir toros en Granada es referirse al descanso entre el tercer y el cuarto toro para degustar las medias noches, acom-pañadas de una botella de fino para sobrellevar los casi cuarenta grados de cada tarde. Pero los auténticos aficio-nados a los toros no se conforman con el festejo, acuden a las habituales tertulias en las que se analizan las faenas.La literatura, reflejada especialmente en la poesía, y la magia de los carteles del Corpus, son la imagen de una fiesta llena de historia. En la actualidad, la creación se manifiesta especialmente en el concurso de carocas.

Ilustran la actualidad de Granada con humor, rimas e irreverencia. Los temas y la inspiración son infinitos, pero casan perfectamente con la anécdota y la histo-rieta. Rescatar carocas precedentes puede dar lugar a confusión, porque a menudo comprobamos que recuperan su vigencia, como ocurre con este lamento cofrade que lució en la Plaza de Bib-Rambla en 2007:

Llovía y las cofradíashan pasado su calvario

pues nadie daba un denariopor ver siquiera en un día

una Virgen bajo palio.

La feria taurina ha marca-do la identidad del Cor-pus granadino

Las carocas ilustran la ac-tualidad de Granada con humor, rimas e irreveren-cia }

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GRANADA A LA VISTA

ransmutando la cita sugerente de McLu-han que aseguraba que “el medio es el mensaje”, también aquí el escenario, la naturaleza, el paraíso, son festival, música y danza. El Festival Internacional de Música y Danza de Gra-nada ha pasado ya la barrera de los 60 años y enca-ra la tercera edad con una salud de hierro, a prueba de gripes y crisis.

El privilegio de acoger la excelencia en los lugares más mágicos y a menudo inaccesibles confiere a esta cita su aire de exclusividad. Disfrutar del ballet del Lago de los Cisnes entre los cipreses del Teatro del Generalife, con el murmullo de la noche fresca del verano, provoca una sensación que va más allá de lo inigualable.

Del mismo modo que impresiona percibir el eco de una guitarra flamenca en el Patio de los Arrayanes, rodeado por ese silencio respetuoso y perturbador. Nada ni nadie puede robar ese momento de intimi-dad compartida.

Da gusto trasnochar y pasar dos horas y media jun-to al vecino de butaca, Mozart o Paco de Lucía. A Washington Irving le guardamos un sitio para que apostille los Cuentos de la Alhambra con un relato

sobre la magia de la música de cáma-ra en el Palacio de Carlos V.

Se acumula el arte. En un instante se funde la arquitectura con la dan-za, la música con la poesía y con la fotografía, que al concluir el Festival nos dejará de nuevo imágenes para el recuerdo, imborrables estampas con banda sonora.

La palabra es emoción. Sentir, vivir, ser, compartir. A lo largo de 62 años, los genios de la música y la danza han desfilado por Granada cada verano, y tras ellos una legión de amantes de la belleza, ansiosos por conocer qué so-nidos nos esperan cuando el verano sea verano y los acomodadores em-piecen a guiar a los despistados entre fila y fila.

El Festival une lo clásico y lo contem-poráneo, sin miedo a ser transgresor y a sorprender al espectador aparen-temente insobornable. Cuando se cierra el telón, comienza el murmullo, el debate, el análisis. El impulso de la crítica nos invade, como esos mi-llones de seleccionadores de fútbol, que cada partido pontifican desde el sillón de casa.

Afortunadamente, aquí no hay com-petición, sino arte libre y puro. Una libertad dibujada por el cielo estre-llado al que recurrimos como un reloj para saber que no se ha ido mientras la música fluye.

Pero no todo se reduce al marco y al escenario , que por cierto no son incomparables, sino más bien úni-cos, porque las comparaciones son

TUN FESTIVAL ÚNICOEN EL MUNDOJavier Martínez-Cañavate Gallo

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GRANADA A LA VISTA

odiosas. Simplemente uno sueña que Joaquín Rodrigo compuso el Concierto de Aranjuez para que fue-ra interpretado por Narciso Yepes en las entrañas de la Alhambra, y que un grupo de privilegiados estuvieron ahí para escucharlo.

Se asocia de manera automática el Festival Internacional de Música y Danza con la Alhambra, pero hay mu-cho más. Granada encara el mes de julio mientras algunos afortunados comienzan a aprovechar sus vacacio-nes, huyendo como pueden del peso del sol seco e inmisericorde que cas-tiga. Las calles se vacían, los coches desaparecen (por suerte) y Granada sigue siendo Granada, pero en familia.

Es entonces cuando sus rincones se abren al Festival, en esa ciudad ma-ravillosa y terrenal que existe debajo de los Palacios Nazaríes. El Teatro Al-hambra, el Hospital Real, la iglesia de San Justo y Pastor, incluso el Parque de las Ciencias, prueban que el Festi-val se abre al mundo y a Granada y la mira de frente como mira a los grana-dinos.

Es tan flexible que tiene extensiones. El Fex, ampliación urbana y plural del Festival, amplía su programación no solo a Granada, sino a toda la provin-cia y a todos los públicos, porque hay sitio para todos.

Hay espacio para los talleres y los conciertos didácticos, para el teatro, para el arte y la cultura. De repente las bandas de música comienzan a sonar en las calles y en las plazas, continuando con la inercia de la

música y la danza. Se mueve constantemente, res-pira y camina con la ciudad. Cada año ansiamos conocer la programación y visi-tar el Festival al menos una vez, y luego reposarlo, soñarlo y contarlo, aunque nos falten las palabras. ¿Cómo explicar la sensación de acompañar con la mirada la batuta de von Karajan o el talento de Nu-reyev?

Festival significa fiesta. Fiesta para los cinco sen-tidos, porque no se libra ninguno. La vista de Gra-nada desde el Carmen de los Mártires, el oído del susurro de la brisa nocturna, el olfato del aroma del bosque veraniego, el tacto del programa del ballet, el sabor de una copa de vino antes de buscar nues-tra localidad en el Teatro del Generalife.

El trasiego de los taxis junto al hotel Alhambra Pa-lace abre y cierra las noches de Festival. Mientras uno baja por la Cuesta Escoriaza y enfila el Paseo de la Bomba imagina que, tras el silencio y el vacío de la madrugada, la Alhambra es en realidad una caja de música eterna, con el cuerpo de baile de guardia preparado para representar El Cascanueces. Tchai-kovski pasea entre bambalinas.

El medio es el mensaje, ¡pero vaya mensaje!

Ilustración/Pablo Ruiz G.

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AYER Y HOY

Una ciudad con una carga histórica tan importante como la granadina siempre se verá ante la disyuntiva de elegir entre tradición y progreso. La coexistencia de ambas ideas se ha entendido tradicionalmente como algo común y cotidiano, pero no debe ser entendido así. En materia cultural, no es lógico que se tenga que optar por una decisión en concreto, cuando ambos conceptos pueden ir de la mano. En este caso, en el ámbito cultural y patrimonial Granada ha sufrido importantes cambios a lo largo de su evolución e historia urbana.

Debido a las necesidades ciudadanas y a los cambios en la cultura y en la sociedad, la trama urbana ha variado notablemente desde la llegada de los Reyes Católicos, las ampliaciones decimonónicas y por supuesto, la adaptación a la Granada contemporánea que conocemos hoy. Los usos y las tradiciones distan mucho de ser lo que eran...

Teatro Cervantes/Archivo Municipal de Granada/Década de los 60

Carolina Gilabert Sánchez

El Teatro Cervantes:De espacio para la cultura y el espectáculo a

edificio de oficinas y viviendas

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Edificio Cervantes/Fotografía Revista Calle Elvira/2013

La utilización del espacio no es la misma que en el siglo XV, pero dentro de este ámbito urbano el campo de los espacios escénicos ha sido ampliamente modificado y muchos de los espacios dedica-dos a estos fines han desaparecido, quedando en pie únicamente un edificio del XIX (el Teatro Isabel la Católica), siendo las restantes construcciones contemporáneas.

EL TEATRO “NAPOLEÓN CERVANTES”

En el marco de los cambios urbanísticos realizados en la ciudad granadina en torno a los espacios escénicos, hemos de resaltar el caso del desaparecido “Teatro Cervantes” ubicado entre la Calle Ganivet, Calle del Campillo Bajo y la Plaza de la Mariana, en pleno centro de la ciudad.

El Teatro Cervantes fue construido a principios del siglo XIX, entre 1802 y 1810, sobre las trazas del primitivo y antiguo Teatro Coliseo o Casa de las Comedias de 1787, bajo la dirección del capitán de Ingenieros Joaquín Pery y la iniciativa del Capitán General Rafael Vasco. Fue un encargo de la nobleza emergente, el comercio y la industria de Granada, la Maestranza de Ronda y varios comerciantes de Málaga. A pesar de este periplo de construcción acelerada, en 1804 se suspendieron las obras y quedó el Teatro sin puertas ni ventanas instalándose en él un almacén militar, sirviendo de cobijo a gentes de mala vida, y dando lugar a escándalos y obscenidades. En este momento, surgió la iniciativa de insistir al Ayuntamiento a que lo terminase, finalizándose las obras bajo el mandato del general de las tropas francesas, Horace François Bastian Sebastiani. Éste hizo proseguir los trabajos finales con gran rapidez, obligando a los ricos y aristócratas a aportar cantidades económicas como sustento, quedando

AYER Y HOY

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De: SCALA, Eduardo. re/tratos. Calcografía Na-cional/Real Academia de Bellas Artes de San Fer-nando, Círculo de Bellas Artes Madrid, Instituto Cervantes, Fundación General Universidad de Alcalá,Ediciones de la Imprenta, Madrid,2001.

así terminado en 30 días. Su estreno tuvo lugar el 15 de noviembre de 1810 con el nombre de “Teatro de Napoleón” en homenaje al aniversario del general francés. La importancia del lugar del espectáculo tras más de un siglo era indiscutible, por lo que una vez que los invasores franceses se retiraron de la Península, al volver Fernando VII pasó a llamarse “Teatro Principal” y años después, con motivo del tercer centenario de la publicación de El Quijote, “Teatro Cervantes”.

El edificio lúdico tenía una planta rectangular y se encontraba totalmente exento, ofreciendo sus flancos a las principales vías y plazas del centro de la ciudad. Sus dimensiones describen que se trataba de un espacio de gran envergadura. Las fachadas exteriores estaban decoradas con hiladas de almoha-dillado, austeras columnas y pequeñas ventanas. El tejado estaba elevado a cuatro aguas y contenía igualmente una serie de ventanucos u orificios abiertos en cada lateral. La puerta principal se encontraba en el lado norte, dando acceso al amplio vestíbulo; de allí se pasaba al patio de butacas, desde el que se podían ver el palco, las galerías y el amplio escenario en forma de elipse truncada, rodeado por cuatro pisos de galerías con palcos. Detrás del escenario se encontraban los camerinos y otras dependencias anexas. En su interior las decoraciones fueron realizadas por el tallista Manuel González y los escenógrafos Muriel, Aranda y Giuliani, además de las pinturas y decorados de los techos, que fueron realizadas por grandes artistas del momento.

El inmueble sufrió a lo largo de su evolución histórica una serie de añadidos y pastiches tanto arqui-tectónicos como decorativos. En 1845 se realizaron obras de reforma que conllevaron a la eliminación de unas columnas de mármol del segundo piso, de estilo mudéjar, que habían sido traídas tras la desamortización del Convento del Sancti Spiritus. En 1853 se colocó una campana para llamar a los espectadores quedando este elemento totalmente descontextualizado. En 1858 se realizó una gran reforma arquitectónica de la mano del arquitecto José Contreras, con la intención de duplicar el espacio del aforo y embellecer su aspecto exterior. Su capacidad antes de la reforma era de 900 localidades, proponiendo el proyecto de ampliación hasta 2050 plazas, distribuidas de la siguiente forma: 500 butacas en el patio, 24 plateas, 26 palcos primeros más la presidencia, 28 palcos segundos, 28 ventanas de galerías altas, y el paraíso para 900 espectadores.

AYER Y HOY

EL

TEATRO CERVANTES FUE

CONSTRUIDO A PRINCIPIOS DEL

SIGLO XIX, ENTRE 1802 Y 1919, SOBRE

LAS TRAZAS DEL PRIMITIVO Y ANTI-

GUO TEATRO COLISEO O CASA DE LAS

COMEDIAS DE 1787, BAJO LA DIRECCIÓN

DEL CAPITÁN DE INGENIEROS JOAQUÍN

PERY Y LA INICIATIVA DEL CAPITÁN

GENERAL RAFAEL VASCO

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Por último, a finales del siglo XIX, al ubicarse en su planta baja el local del Liceo Artístico y Literario se añadieron dos galerías acristaladas para proporcionar amplitud al edificio, y también una nave de estilo neomudéjar en cuyo cuerpo principal se abrían ventanas de medio punto que remataban en una azotea con sencilla balaustrada.

EL EDIFICIO CERVANTES

Respecto a las transformaciones arquitectónicas del entorno del Teatro, los volúmenes arquitectónicos que en un principio se establecieron con la configuración de la Plaza del Campillo, son hoy muy distintos a los de antaño. El bajo volumen del teatro desapareció en 1966 para dejar paso a una gran manzana de nueve alturas que ocuparía todo este lado de la plaza. Otro buen ejemplo de ello es la casa del antiguo Hotel Alameda. La “nueva”, con su fachada en ángulo, ya no es la dominante y ponía en comunicación el Campillo con el espacio triangular, abierto, del embovedado, importante punto de confluencias de grandes arterias del centro actual de la ciudad: Reyes Católicos, Carrera del Genil y Carrera del Darro.

Como reflejaba Gómez Moreno en su obra La Granada de Gómez-Moreno un siglo después: 1892-1998: “Tras el derribo del Teatro, El Campillo quedó reducido a lugar de paso, al ser la llave que comunica Las Angustias con San Matías y el Realejo. Tránsito de ejecutivos, oficinistas, funcionarios, empleados por cuenta propia y ociosos. Los granadinos de esta época apenas hacen un alto en esta plaza a la que miran con desdén y de la que ya sólo cabe arrimarse al árbol que más sombra cobije. Los que toman asiento en las terrazas son los turistas, ajenos a dramas y pesadillas. Buscan un lugar de descanso alejado del infernal ruido de los coches, y el fresco de los gigantescos plátanos. Los árboles del Campillo y el sonido de la Fuente de Piedra, construida en 1942 y renovada en 1997, son los dos signos que alertan sobre grandezas venidas a menos.”

Por tanto, concluiremos diciendo que los efectos de la especulación urbanística, nacida del desa-rrollismo español de los sesenta, han motivado que Granada pierda uno de sus espacios escénicos más importantes desde el siglo XVIII. Las decisiones erróneas tomadas en un determinado momento, basadas en un planteamiento individualista y meramente economicista, en vez de pensar en el desa-rrollo global de la cultura andaluza, provocaron que se perdiera, sin opción a su reposición, todo este potencial cultural y todo lo que conllevaba, representaba y significaba el Cervantes para la ciudad y para su propio entorno físico.

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LA ESCALA DE EDUARDO SCALAIgnacio Gómez de Liaño

EL TELESCOPIO

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De: SCALA, Eduardo. re/tratos. Calcografía Na-cional/Real Academia de Bellas Artes de San Fer-nando, Círculo de Bellas Artes Madrid, Instituto Cervantes, Fundación General Universidad de Alcalá,Ediciones de la Imprenta, Madrid,2001.

EL TELESCOPIO

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EL ABASTECIMIENTO DE AGUA EN LA GRANADA ILIBERRITANA Y ZIRÍ.

Pedro López López

Cajón de sastre

Tres son los condicionantes básicos que han dado origen a la fundación de núcleos urbanos estables en la época prehistórica y a su posterior desarrollo a lo largo de la historia: una orografía que favorezca una situación estratégica para la defensa del asentamiento, la existen-cia de un río que garantice el abasteci-miento de agua y la fertilidad agrícola de las tierras circundantes.

Hablar de la ciudad de Granada en épo-ca antigua supone referirse al cerro de San Nicolás, lo que en términos gene-rales hoy se conoce como el Albaicín, el cual abarca también las colinas de San Cristóbal y de San Miguel. La ventajosa orografía que proporcionaban las tres colinas sobre las fértiles tierras llanas re-gadas por el inmediato río Darro, el cer-cano río Genil y el más alejado río Beiro, favorecerá la elección temprana en la historia de la zona de San Nicolás y San Miguel Bajo para ubicar el asentamiento

íbero de Ilturir o Iliberri, sobre el que posteriormente se asentará la Granada romana, visigoda y andalusí.

En el segundo cuarto del siglo VII a.C. (hacia el 625 a. C.) los habitantes de los distintos poblados del periodo del Bronce Final (1300-700 a. C. aprox.) que se ubicaban en las faldas del Cerro de San Nicolás decidieron abandonar sus poblados para establecerse en un asen-tamiento humano estable en la parte superior de la colina. Para crear este poblado (oppidum) empezaron por de-forestar la zona y construir un primer re-cinto perimetral amurallado que rodea-ría la trama urbana. Este primer recinto apenas cubriría una superficie de 4-5 hec-táreas, entre las actuales plazas de San Ni-colás y de San Miguel Bajo. Sin embargo, en el siglo VI a. C. ya debía presentar una extensión superior a las 15 hectáreas.

Precisamente la ocupación por cuestiones defensivas de la zona alta de este cerro no facilitará, pese a la cercanía de los tres ríos –especialmente del Darro–, el abastecimiento de agua a sus poblado-res. Las cotas topográficas del asenta-miento eran mucho más elevadas que las de los ríos, impidiendo la canaliza-ción cercana de agua desde alguno de ellos. Al ser la suya una cultura limitada en avances técnicos, los iberos no aco-metieron grandes obras de infraestruc-tura hidráulica basada en la canaliza-ción para trasvasar agua a sus ciudades desde zonas alejadas. Por tanto, el abas-tecimiento se realizaría por medio de cisternas para almacenar el agua de llu-via; o de aquella que brotara de alguna pequeña fuente natural que, al parecer, pudo existir por esta zona de la Colina de San Nicolás.

El otro sistema de abastecimiento queu-utilizarían sería bajar directamente al río

Restitución pictorica de la Puerta de los Tableros, realizada en tinta china-plumilla y acuarela por Miguel Sobrino Gonzalez para el libro En busca de la Granada andalusí

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Cajón de sastreCajón de sastre

para extraer el agua. Para ello disponían de un sistema de terrazas que equilibra-ban el desnivel de la colina hasta llegar a la orilla derecha del Darro. Esta opción no sería cómoda ni ágil, planteando pro-blemas de seguridad en caso de asedio al tener que salir fuera del recinto amu-rallado de la ciudad.

Habremos de esperar a la conquista de la península ibérica por parte de Roma para asistir a la llegada de las grandes infraestructuras hidráulicas de cana-lización de agua para abastecer a las ciudades. La romanización progresó tan rápidamente en la ciudad íbera de Ilíbe-rri que en la época de las guerras civiles entre Julio César y Pompeyo es cuando alcanzó la categoría de municipio de derecho latino por concesión directa de César (aproximadamente hacia el año 45 a. C.). Este estatus –al margen de su relevancia política al postularse del lado del futuro vencedor– significaba conver-tirse en una ciudad amiga de Roma, lo que desde el punto de vista jurídico su-ponía la máxima categoría para una ciu-dad de provincias: regirse por el derecho latino, otorgar la ciudadanía romana a sus habitantes y estar libre de cargas tributarias. A partir de entonces tomó el epíteto de prestigio con el que se le co-nocería: «Florentia», constituyéndose en «Municipium Florentinum Iliberritanum».

Tal nombramiento supuso para Iliberri su auge como ciudad, convirtiéndose en una de las ciudades más importantes de la provincia de la Bética romana. Su reducida extensión urbana (nunca llegó a invadir la zona llana de la vega) no le impidió ser un importante centro de poder, albergando autoridades civiles y militares,

funcionarios y grandes propietarios y te-rratenientes. También el hecho de emi-tir moneda o el de ser elegida, hacia el año 300, por la Iglesia Hispana sede del denominado Concilio de Iliberis –el pri-mero de la Iglesia Hispana–, corroboran su importancia.

Urbanísticamente, significó ser concebi-da como imagen en miniatura de la ca-pital romana: ser portadora de todas las obras civiles e infraestructuras públicas de la cultura romana, entre las que se in-cluirían, además de los templos, basíli-ca, foro, termas..., el sistema de alcanta-rillado y de suministro de agua. Pero al no ser una ciudad de fundación romana, su diseño urbano careció de un trazado regular ortogonal, con su vía «Cardo» y «Decumana». Los nuevos edificios e in-fraestructuras hubieron de adaptarse en su mayor parte a la traza irregular íbera existente. No obstante, no será hasta bien entrado el siglo I d.C., cuando los elementos y formas constructivas exter-nas que la romanización traía consigo, hagan de la antigua Iliberri una ciudad con todos los atributos del avanzado urbanismo que Roma difundió por todo occidente.

Pese a las evidencias ingenieriles de los romanos en materia hidráulica, o a la insuficiencia manifiesta del sistema ibérico de abastecimiento de agua, el debate hidráulico sobre la Granada ro-mana todavía sigue sin cerrarse. Por el momento, la arqueología, no ha podido confirmar –tampoco descartar– que el abastecimiento hidráulico a la Iliberri romana se hiciera desde la Fuente Gran-de –en el municipio de Alfacar– por medio de la acequia de Aynadamar, a pesar de los indicios localizados en cotas por enci-ma de la antigua urbe, pero insuficientes para afirmar que la canalización de la ace-quia alcanzara el interior de la ciudad de Iliberri. Igualmente, el suministro a través del río Darro desde alguna cota por enci-ma de Iliberri, suscita similares dudas.

Ante esto, son algunos los historiadores que han defendido la tesis de que sería

la acequia de Deifontes la primera que hubo de surtir de agua a la ciudad. Sin embargo, no pudo dar suministro a todo el «Albaicín romano», pues por cota to-pográfica es imposible que llegase a lo más alto de la colina, a la zona de San Nicolás y San Miguel. Debió llegar a la altura de la actual plaza de San Isidro, donde la arqueología ha constatado la existencia de un barrio extramuros sur-gido en época romana. Por tanto, esta acequia solucionaría solo parcialmen-te el problema del suministro de agua. Tal evidencia, unido al hallazgo de un terminal de acueducto romano junto al Mirador de San Nicolás (hoy oculto bajo el patio de la Mezquita Nueva del Albai-cín) otorga mayor verosimilitud a que el suministro de agua a la ciudad romana se realizase desde el río Darro.

El declive del imperio romano de oc-cidente supone también el declive de Iliberri, pues la sociedad que la soste-nía inició un proceso de ruralización y abandono de los servicios esenciales de mantenimiento de la urbe (inverso al que en su momento iniciaran las tribus del Bronce Final). Éste no revertirá con los visigodos, convirtiendo al próspero municipio romano en un asentamiento eminentemente militar, de carácter es-tratégico para el control de la zona des-de el mismo momento en que se inicia la conquista musulmana de la península ibérica en el año 711. Desde entonces y hasta el desmembramiento del califato cordobés a comienzos del siglo XI, la an-tigua Iliberri fue conocida como «Hisn

Habremos de esperar a la conquista de la península Ibérica por parte de Roma para asistir a la llegada de

las grandes infraestructuras hidráulicas de canalización de agua para abastecer a las

ciudades

Restos del espolón que actualmente quedan de la Puerta de los Tableros

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Garnata» (castillo de Granada). Su de-sarrollo urbano quedó limitado a una tarea meramente funcional de control sobre la población rural que se desarrolló en torno a ella; fundamentalmente sobre la importante colonia judía que existía desde la época romana en la otra orilla del río Darro. Esta colonia, denominada en las fuentes «Garnata al-Yahud» y que tubo por límites las actuales calles Gomérez, Rodrigo del Campo y Cuesta del Realejo, terminó por dar el nombre a la capital zirí.

La caída del poder central del Califato de Córdoba produce la creación de un gran número de pequeños reinos taifas, siendo uno de los primeros en formarse el Zirí de Granada (1013-1090), sobre la antigua cora (o provincia) califal de El-vira. Su primer monarca, Zawi ben Zirí, estableció la capital en la antigua Iliberri romana, desposeyendo de tal honor a la antigua capital de la cora, Medina Elvira. Situada en las estribaciones del actual municipio de Atarfe, su disposición en llano la hizo muy vulnerable a los ata-ques y saqueos que caracterizaron los años de guerra civil que siguieron a la caída del califato de Córdoba. La función militar y defensiva que había postrado al olvido a la antigua Iliberri, será la que nuevamente le devuelva su esplendor perdido, esta vez en clave andalusí.

Volviendo a referirnos a la dimensión hi-dráulica que anima este artículo, en re-lación a estos primeros siglos de domi-nación musulmana, debemos referirnos a un nuevo dispositivo de suministro de agua: la coracha o «qawraya» de la «Garnata» pre-nazarí, un espolón amu-rallado que les permitía bajar al río para obtener agua cómodamente permane-ciendo al amparo de la muralla. Debió ser construida como parte del sistema defensivo al que quedó reducida la ciu-dad durante la etapa emiral y califal (si-glos VIII al X). Durante el periodo zirí la coracha se rematará con la construcción sobre el rÍo Darro de la Puerta de los Ta-bleros (Bib al-Difaf), que dispuso de una

reja sobre el cauce del río para permitir el paso de agua pero no de intrusos. De ella tan solo pervive uno de los dos es-tribos o machones que conformaron la puerta. Además de salvar el cauce del río, esta puerta permitió continuar la coracha al otro lado del río, conectán-dola con el pequeño recinto militar que hubo en la colina de la Alhambra (o de la Sabika) anterior al periodo nazarí. La re-ferida puerta sirvió, pues, como puente militar para comunicar los dos recintos amurallados, tanto en la etapa zirí como en la nazarí.

Pero al margen de esta singularidad hi-dráulica del sistema defensivo del «Hisn Garnata», el oscurecimiento en la His-toria del «Albaicín iliberritano» hasta el nacimiento del reino Zirí, permite afir-mar –junto con los datos que empírica-mente aportan los documentos escritos y la metodología arqueológica– que la acequia de Aynadamar será la gran obra ingenieril desarrollada por los musul-manes a partir del siglo XI para trasvasar el agua desde el manantial situado en Alfacar –denominado Fuente de Lágri-mas– a la ciudad. Fue Mu`ammal, visir de Abd Allah –el último rey zirí–, quien mandó su construcción, quizás aprove-chando una antigua conducción roma-na para sus tramos más elevados. De lo que no hay duda es que tal decisión permitió el desarrollo de una primera red hidráulica de abastecimiento para la colina de San Nicolás, durante el perio-do almorávide y almohade en la ciudad.

No obstante, serán los nazaríes (1238-1492) sus verdaderos artífices, desa-

rrollando una completa red hidráulica para Granada que en el Albaicín estuvo en funcionamiento hasta la década de 1950. Los aljibes son su elemento más relevante, visible y mejor conservado de todo este complejo «mundo subte-rráneo», formado por acequias, parti-dores, estanques de decantación, ra-males, azacayas, cauchiles, atanores y arcaduces, cuyo contenido trataremos de abordar en el siguiente número de la revista.

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La acequia de Aynadamar será la gran obra ingenieril desarrollada por los musul-manes a partir del siglo XI

para trasvasar el agua desde el manantial situado en Alfa-car –denominado Fuente de

lágrimas– a la ciudad

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LOS PALADARES EUROPEOS

FERMIN ANGUITA FORTES

Ha ganado tanto terreno e importancia comercial en los últimos años que su hegemonía parece indiscutible. Pero no solo de to-mates y pepinos ‘vive’ la agricultura de la Costa de Granada. Con ser, en cantidad, la producción más notoria y mediática de este marco geográfico, esta sabe bien que su dualidad hortícola y tro-pical es precisamente una de las grandes ventajas que, sobre el resto de las zonas productoras españolas, atesora la franja litoral granadina. Y esa es una de las más llamativas cartas de presen-tación, En este contexto, productores y comercializadores miran con orgullo los centenares de hectáreas de oro verde que cubre el litoral granadino que produce anualmente millones de kilos de aguacates, chirimoyas y mangos; las frutas tropicales exclusi-vas de la zona y que pretenden ‘endulzar’ la economía del sector anunciando un horizonte esperanzador para los productos tropi-cales granadinos.“Somos conscientes de que ese es uno de nuestros grandes va-lores –explica el gerente de Procam, SCA, Fernando Martín Calle-jón- y así promocionamos nuestras líneas comerciales de subtro-picales y hortícolas protegidos, tanto en la gama convencional como ecológica”. Procam es una cooperativa motrileña que ha apostado decididamente por el aguacate “estamos sustituyen-do desde hace varias campañas plantaciones de chirimoya por aguacate variedad Hass”, explica su gerente Fernando Martín Ca-llejón. El motivo principal es que la firma dispone de una red de comercialización internacional muy desarrollada y el mercado del

aguacate está casi en su totalidad en el resto de la Unión Europea, “que es donde principalmente nos movemos con otros productos; aprovechamos de esta ma-nera mucho mejor las sinergias de otros productos con los que estamos trabajan-do para sacar el máximo valor añadido al aguacate”. En cuanto a las perspectivas de futuro, según el representante de Pro-cam, “lo que está claro es que hay muy buena calidad de fruta en los árboles de nuestra zona”. De hecho, este protagonismo comercial indiscutible del aguacate no es puntual en este caso, sino que se extiende a la to-talidad de la Costa con un claro protago-nismo de la variedad ‘Hass’. Las empre-sas, en este caso, intentan responder a la exigencia de los consumidores europeos y les ofrecen un fruto en excelente estado de maduración.Y, para fruta, la deliciosa chirimoya. Des-de el consejo regulador de la Denomina-ción de Origen de la Chirimoya de Grana-da-Málaga se ha insistido en los últimos años en que esta es la “única fruta con denominación de origen de Andalucía”, aunque esta se deba enfrentar continua-mente al handicap que marca su corta vida comercial o los vaivenes en la pro-ducción, por no contar con problemas derivados del corte de fruto antes de tiempo, algo que ha producido no poco daño a un producto que, por su sabor, es la reina de todas las frutas de la Costa Tropical.Y si por un lado continua la tendencia al-cista del aguacate y mango a la hora de colonizar las laderas cultivables de Mo-

LA FRUTA TROPICALDE LA COSTA DE GRANADA

C O N Q U I STA

Frente al potencial hortícola, el litoral granadino juega su gran baza comercial: el importante de-sarrollo de una fruticultura exclusiva en todo el continente

La chirimoya es la única fruta con denominación de origen de Andalucía

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tril, Salobreña y Almuñécar, por primera vez en casi una década la chirimoya in-vierte la tendencia y su árbol productor comienza a recuperar terreno perdido y parar la línea descendente (e imparable) en que se encontraba inmersa la fruta tradicionalmente más característica de la zona. Según lo expuesto por Javier Calatrava, jefe del Departamento de Eco-nomía Agraria del IFAPA, en las jornadas celebradas en 2010 por Caja Rural, el chirimoyo ocupa una superficie de 2.865 hectáreas, básicamente localizadas en la costa de Granada, y una producción oscilante según la campaña, con una tendencia, al igual que la superficie, li-geramente decreciente, que ha sido esti-mada, por ejemplo, en 35.139 toneladas en 2008, y en 28.522 toneladas en 2009 y que podría modificarse sensiblemente si las expectativas de nuevos cultivos se cumplen.A ello se añaden las recomendaciones de los expertos, como Javier Calatrava, el sector productor, para mantener, o incluso elevar, los precios, “debe necesa-riamente valorizar el producto mediante políticas de calidad”, y, al mismo tiempo, inducir cambios positivos en la demanda mediante mejora de las estrate-gias de información y promoción. Toda una carta de navegación para que el fruto llegue a buen puerto comercial.

EL REINADO DEL MANGOA tener en cuenta, dentro de la atractiva gama productiva y co-mercial de los tropicales costeros es, sin lugar a dudas, la expan-sión del cultivo del mango. Este cultivo está en pleno auge en una amplia zona geográfica comprendida entre Málaga y Motril y no son pocos los agricultores que han abandonado otros cultivos para pasarse a un árbol y sus frutos relativamente poco exigen-tes a la hora de crecer; valga un detalle: El consumo de un 25 o 30 % de agua menos que una tradicional plantación de aguaca-te. Es más, su producción está siendo objeto de importantes y continuos estudios a nivel científico, para conseguir optimizar al máximo su crecimiento en las laderas resguardadas y terrenos de secano. La finca de ensayo ‘La Nacla-Puntalón’, dependiente de Caja Ru-ral de Granada y ubicada en el término municipal de Motril, en plena Costa Tropical, es un buen termómetro más de lo que pue-de ser el futuro de este fruto, cuya evolución se está tratando en una doble vertiente: Al aire libre (sobre suelo de polifibril para evitar las malas hierbas sin utilizar ningún producto para com-batirlas) y bajo malla. En uno y otro caso, los resultados no dejan de ser positivos y en muchos casos sorprendentes. La estación, que se extiende sobre una superficie de terreno privilegiada tan-to por su altitud (apenas 70 metros sobre el nivel del mar) como por su extensión de más de 33.000 metros cuadrados, acoge las más avanzadas pruebas y experiencias en el cultivo de la fruticul-tura propia de la zona, una fruticultura que se ha convertido en la principal seña de identidad de esa parte de Andalucía Oriental.

La Provincia

El cultivo del mango está en pleno auge en

una amplia zona geográfica com-prendida entre Málaga y Motril Aguacates. Fotografía/Fermín Anguita Fortes

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Plantío de aguacates jóvenes. Con lomos de tierra. Finca La Nacla. Motril. Fotografía/Fermín Anguita Fortes

La finca de ensayo ‘La Na-cla-Puntalón’, ubicada en el término municipal de Motril, es un buen termómetro de lo que puede ser el futuro del

mango30

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Plantaciones de Aguacate y Mango. Motril. Fotografía/Fermín Anguita Fortes

La Provincia

El chirimoyo ocupa una su-perficie de 2.865 hectáreas, basicamente localizadas en

la costa de Granada

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El humor puede surgir en cualquier momento, como el gazapo al caza-dor, de cualquier situación o suceso. Y es de lógica que haya determina-das ocurrencias que a todos afectan con igual intesidad y comprensión, llegando a ser de entendimiento universal.

Guillermo Soria

HUMOR32

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EFEMÉR

IDES

La Asociación de la Prensa de Granada celebra su primer centenario de vida

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(191

2).

a Asociación de la Prensa de Granada fue fundada por Luis Seco de Lucena, director del periódico “El Defensor de Granada”, el 1 de diciembre de 1912 y cumplió su pri-mer centenario de vida al servicio de los profesionales granadinos de los medios de comunicación el pasado 1 de diciembre de 2012, fecha de partida de un exten-so programa de actos conmemorativos que tendrán su punto final el 30 de noviembre de 2013. Dos de los acontecimientos más relevantes del progra-ma conmemorativo del Centenario, que concitaron en la capital granadina a numerosos periodistas naciona-les e internacionales, tuvieron lugar los días 12 y 13 de abril: el “Encuentro de Comunicación Social y Perio-dismo del Mediterráneo” foro donde se analizaron las claves para el entendimiento entre las diversas cultu-ras y sensibilidades de los países de ambas orillas y la Asamblea Anual de la Federación de Asociaciones de Pe-riodistas de España (FAPE), que presentó a aprobación

LEncarna Ximénez de Cisneros

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su gestión y en la que se abordaron asuntos de gran calado para la profesión periodística como el respeto a las condiciones laborales de los periodistas, la calidad de la información, el derecho a la información de los ciudadanos o la ética profesional. El emplazamiento de Exposición “100 años de la Aso-ciación de la Prensa” en la sede de la Asociación de la Prensa de Granada, tras su paso por la sala de exposi-ciones de CajaGranada y la presentación del Cupón de la ONCE dedicado al Centenario fueron las primeras acciones llevadas a cabo. La exposición también recaló durante el mes de febrero en el Parque de las Ciencias para disfrute de todos sus visitantes y recorrerá, asimis-mo, algunos municipios de la provincia como Guadix y Motril. Luego quedará permanente en la Asociación de la Prensa formando parte de la colección del Museo de la Prensa. En ella se exhiben documentos gráficos sobre las distintas asociaciones profesionales que existieron en Granada desde el inicio del siglo XX, aparatos de ra-dio antiguos, la galería de presidentes de la entidad, paneles informativos sobre los más importantes pe-riódicos locales desde 1706 hasta nuestros días, foto-grafías, documentos y objetos personales del fundador Luis seco de Lucena (cedidos temporalmente por su propia familia) o materiales cedidos por la Once junto con el cupón dedicado al Centenario, que ha sido de gran proyección para la ciudad.

Se ha dado especial relieve a efemérides como la ce-lebración del Día del Patrón de los periodistas, San Francisco de Sales, con un homenaje a los socios más veteranos y la entrega de la Insignia de oro a los com-pañeros que cumplieron veinticinco años de asociados, a la edición del Anuario de la Prensa 2013, que modi-ficó totalmente su estructura y contenido contando la actualidad a través de las experiencias vividas por los propios periodistas (normalmente al otro lado de la

Grupo de periodistas y cuadro médico de la Asociación de la Prensa, 1959. Fotografía Torres Molina

La Asamblea General de la Fe-deración de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y el “Encuentro de Comuni-cación Social y Periodismo

del Mediterráneo concitaron a numerosos periodistas

nacionales e internacionales en Granada.

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noticia), recordando los primeros momentos del perio-dismo y analizando las claves de futuro de la profesión, así como al Día Mundial de la Libertad de Prensa en el que se proclamó la necesidad de un periodismo inde-pendiente y responsable y unas condiciones dignas de trabajo para poder ejercerlo.Otras actividades reseñables en este periodo conmemo-rativo han sido la presentación de la nueva página web de la Asociación www.apgranada.es, un instrumento de comunicación entre los asociados y asociadas y de difusión de sus actividades; el ciclo “Cine y Periodismo. El cuarto poder en la pantalla” en colaboración con Ca-jaGranada, un homenaje a la profesión periodística, tan arriesgada y tan necesaria en estos tiempos en los que todo cambia; la Jornada de Puertas Abiertas en la Base Aérea de Armilla para los periodistas y sus familias; la charla-coloquio sobre “Periodismo y Motor” en colabo-ración con Viamosa Motor, un punto de encuentro de

La Asociación de la Prensa de Granada se ve alentada y recompensada por todas las instituciones, organismos y empresas que colaboran en los actos del Centenario y a su vez le restituye con ellos a la sociedad todo el apoyo

recibido durante sus cien años de vida.

los profesionales del sector de Granada y Jaén o la par-ticipación en la Feria del Libro de Granada. Se han integrado en este proyecto la presentación de varios libros: “José Garcés Herrera (1886-1948). Teoría del Motril Impreso”, de Gerardo Pérez Martín; “De perio-dista a cardiólogo. (Preguntas y respuestas)”, de Rafael García Manzano con la participación del doctor Martí; los poemarios “Entropía versus armonía” de Ivonne Sánchez Barea e “Insurgencia” de Sergio Briceño, sin olvidar la presentación de la revista Calle Elvira (segun-da época).El viaje al Parlamento de Bruselas por parte de una delegación compuesta por directivos de la Asociación, patrocinadores y colaboradores y compañeros de los medios de comunicación para dar a conocer toda esta labor realizada por la Asociación ha puesto de momen-to el broche al programa. Quedan todavía por realizar varios eventos de calado, entre otros: el hermanamiento con la también centena-ria Asociación de la Prensa de Melilla; la inauguración de una calle con el nombre de Luis Seco de Lucena en Alhama de Granada; la Verbena de la Prensa, de sin-gular tradición; el curso del Centro Mediterráneo de la UGR “Seguridad y Medios de Comunicación” o el con-cierto de piano y voz organizado conjuntamente con el Festival de Música y Danza de Granada.La presidencia del Comité de Honor de los actos con-memorativos del Centenario ha sido aceptada por sus SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias que previsiblemente visitarán nuestra ciudad con este motivo. Se han volcado también con el Centenario las institu-ciones locales y provinciales, diversos organismos así como empresas que ejercen su actividad en nuestra ciudad, entre ellas, el Ayuntamiento de Granada, la Diputación Provincial de Granada, la Junta de Andalu-cía, la Fundación Milenio de Granada, el Ayuntamiento de Guadix, el Ayuntamiento de Alhama de Granada, el Ayuntamiento de Motril, el Colegio Oficial de Veterina-rios de Granada, la Universidad de Granada, la Base Aérea de Armilla, Alsa, Ámbito Cultural, CajaGranada, Cervezas Alhambra, Coca-Cola, El Corte Inglés, Hefa-gra, Insúa Benítez, Once, Toyota Viamosa Granada. La Asociación de la Prensa de Granada se ve de este modo alentada y recompensada por toda su labor y a su vez restituye a la sociedad el apoyo recibido durante sus cien años de vida.

El presidente de la Diputación Sebastián Pérez entrega la Medalla de la Provincia a Encarna Ximénez por el Centena-rio de la Asociación de la Prensa

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La Asociación de la Prensa de Granada es una organización que integra a los profesionales que trabajan en los medios de Granada y su provincia, dedicada a defender siempre la dignidad profesional y el contenido ético de la información y a velar por la defensa de la libertad de expresión y comunicación al servicio del interés general. Actualmente es miembro de pleno derecho de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), de la Federación Andaluza de Asociaciones de Prensa (FAAP) y de la Federación Internacional de Periodistas (FIP). Está, asimismo integrada en el Colegio Profesional de Periodistas de Andalucía.Destacan entre sus actividades de mayor proyección la organización de la Asamblea Anual de FAPE en el año 1998 y el Primer Encuentro Nacional de Mujeres Periodistas en 2008 y, actualmente, la edición del Anuario de la Prensa, la convocatoria de los Premios de Periodismo “Seco de Lucena” a la trayectoria profesional, “El Defensor de Granada” al mejor trabajo informativo y “Constantino Ruiz Carnero” a la libertad de expresión o el Club de Opinión 2000. Su labor de tantos años ha calado profundamente en la sociedad granadina acrecentándose con la creación, como patrono principal, de la Fundación Andaluza de la Prensa integrada por el Museo de la Prensa y el Centro de Estu-dios Periodísticos que vienen desarrollando una intensa labor cultural y de investigación. Ha obtenido importantes reconocimientos como el Premio Meridiana y la Medalla de la Ciudad, la Medalla de la Provincial, la Bandera de Andalucía y la Medalla de Bronce de Cruz Roja Española en Granada.

Acto de entrega de los carnet conmemorativos del Centenario de la Asociación de la Prensa a los socios más antiguos

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GRANADA Y LOS INSTRUMENTOS MUSICALES

Reynaldo Fernández Manzano

Rabel / Donación de Reynaldo Fernández Manzano al Centro de Documentación Musical

ARTEYPATRIMONIO

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ARTEYPATRIMONIO

SIGLOS XIV-XVI

El 13 de febrero de 1492, apenas había transcu-rrido algo más de un mes de la conquista de la ciudad, los Reyes Católicos otorgaron la “Carta de merced del oficio de Alcaide de las juglaras y jugla-res de Granada1 a favor de Ayaya Fisteli, conforme usaron tal cargo los alcaides nombrados por los re-yes moros” (Archivo General de Simancas, Registro General del Sello, fol, 18), cargo que comportaba la organización y fiscalización de la música de los moriscos denominada “zambras” y “léilas”, siendo objeto la misma del impuesto “tarcón” y que mo-tivó un largo pleito entre los juglares moriscos y el Ayuntamiento de Granada, ganando éstos tras la muerte del Alcaide de la música.

Un viajero como Christoph Weiditz, hacia 1529 nos narra de esta manera la danza morisca: “Así dan-zan los moriscos y con esto castañetean los dedos. Esta es la danza morisca, con esto gritan como los terneros... La danzarina con pañuelo de cabeza blanco, frontero rojo, realzado con oro, sobre vesti-do azul, vestido de debajo blanco y rojo; realzado con oro y con mang as semejantes, la manga blan-ca (a la derecha) con vuelta roja, la manga roja (a la izquierda) con vuelta blanca, pantorrilleras vio-ladas...”.

Interesantes son los relatos de Ginés Pérez de Hita en sus Guerras civiles de Granada, en donde, entre otras, nos introduce en un festejo con música en la corte nazarí, presidido por el propio rey (Boabdil), con “gran fiesta de zambras”, o la llamada del vale-roso caballero Abidbar, del linaje de Gomeles, que “mando tocar sus añafiles y trompetas de guerra, al cual bélico sonido se juntó grande copia de gente armada para saber de aquel rebato”. En este sen-tido podríamos citar a otros autores como Andrés Bernáldez, Bermúdez de Pedraza, P. de las Casas, Luis del Mármol Carvajal, Diego de Valera, etc.

Conocemos el gran auge del arte de los sonidos, especialmente en la etapa de al-Andalus y del Rei-no Nazarí de Granada.

El Código de Yusuf (Abu al-Hayyan Yusuf I, 1333-1354, padre de Muhammad V) ya contenía refe-rencias musicales, según la traducción de Emilio Lafuente Alcántara: “Las fiestas para celebrar las pascuas de Alfitra y de las Víctimas, han sido cau-sa de alborotos y escándalos, y en ellas las loables alegrías de nuestros mayores han degenerado en locuras mundanas. Cuadrillas de hombres y muje-res circulan por las calles arrojándose agua de olor, y persiguiéndose con tiros de naranjas, de limones dulces y de manojos de flores, mientras tropas de bailarines y juglares turban el reposo de la gente piadosa con zambras de [laúdes] y [chirimías], de canciones y gritos; se prohíben tales excesos, y se previene al exacto cumplimiento de las costumbres primitivas”.

”“Así danzan los moriscos y con esto castañetean los dedos. Esta es

la danza morisca, con esto gritan como los terneros...

1Reynaldo FERNÁNDEZ MANZANO: De las melodías del reino na-zarí de Granada a las estructuras musicales cristianas, Granada, 1985, http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/catalogo/consulta/registro.cmd?id=1017971

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Especial interés presenta un documento conser-vado en el Archivo de la Alhambra, se trata del “Apuntamiento hecho en 1775 por el Veedor y Con-tador de la D. Lorenzo de Prado de la súplica que hizo Francisco Núñez Muley para que se suspen-diese la ejecución de la pragmática dada contra los moriscos en 1566”, en donde Francisco Núñez Muley recuerda como acompañaban las zambras de moriscos a la procesión del Corpus Christi y al arzobispo Fray Hernando de Talavera, y cómo los instrumentos musicales granadinos eran diferen-tes de los de Turquía o Berbería. Famosos fueron los artesanos constructores de instrumentos islá-micos de Sevilla y Granada, en especial del barrio del Albaizín.

Los primeros datos concretos de la artesanía en relación a los instrumentos musicales los encon-tramos en las “Ordenanzas de la ciudad de Grana-da”, promulgadas el 15 de mayo de 1528 e impre-sas en 1552, realizándose otra edición en 1672. El título 80 presenta las ordenanzas de carpinteros, en donde se incluyen a los vihueleros y organeros, constando los exámenes en realizar “instrumentos de mucho artes: conviene a saber, que sepa hazer un claviórgano, y un clavizímbalo, y un monacordio, y un laúd, y una viguela grande de piezas con sus tarazeas...”. Regulando que cualquier oficial de la ciudad o que a ella llegara debería registrarse ante el escribano de su oficio, pagando un real cada año.

ORGANEROS Y GUITARREROS

En cuanto a la organería granadina es de destacar las recientes investigaciones de Juan Ruiz Jiménez en su obra: Organería en la Diócesis de Granada (1492-1625), (Granada, 1995). En la actualidad es de reseñar la labor del organero Jesús Dougnac,

así como la magnífica labor que realizó el “Taller de Organería” de la Fundación Caja de Granada, dirigido por el organero Francisco Alonso.

Granada ha destacado y sobresale en la construc-ción de guitarras2, laúdes y bandurrias, articulán-dose en una geografía guitarrera. Ya el siglo XVIII tenemos al guitarrero Rafael Vallejo, cuya guitarra construida en Baza en 1792 se conserva en el Al-bert Museum de Londres. En el siglo XIX encontra-mos figuras de la talla de Agustín Caro Riaño, An-tonio Llorente, en la calle Solarillo de S. Domingo; el mítico José Pernas, en la calle de la Fábrica vie-ja, n. 7; Nicolás y Antonio Valle, en la calle de Elvira n. 54; José Ortega, en la calle de Mesones, n. 4; o Benito Ferrer (1845-1925), primero con su taller en la calle Jarrería, n. 8, y después en el callejón de las Campanas, n. 2, a quién sucedió -ya el siglo XX- Eduardo Ferrer Castillo y José Ferrer. En el siglo XX tenemos a Manuel Reyes (nacido en Ballena,

Guitarreros granadinos han viajado a enseñar su arte a los

nipones

Bote de al-Mugīra, ca. 986, procedente de Medīna al-Zahrā, Córdoba / Museo del Louvre, sección islámica

”“

2Eusebio RIOJA: Inventario de guitarreros granadinos (1875-1975), Granada, 1976. LEAL PINAR, Luis F.: Guitarreros de Anda-lucía: Artistas para la sonanta, Sevilla, 2004.

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Granada, y residente en Córdoba), Antonio Marín Moreno (discípulo de Robert Bouchet), en la Cues-ta del Caidero; Francisco Santiago Marín, sobrino de Antonio Marín; Bernd Martín, alemán afincado en el Albayzín (Plaza de la Charca), Antonio Durán, Manuel y José López Bellido, Manuel de la Chica, Francisco Manuel Díaz, y un largo etc.

No debemos olvidar que grandes intérpretes de la guitarra clásica y flamenca tocan con instrumen-tos granadinos, y el creciente interés de las fábri-cas y multinacionales japonesas hacia nuestros artesanos. Guitarreros granadinos han viajado a enseñar su arte a los nipones y altos directivos de empresas constructoras de instrumentos musica-les han venido a Granada largas estancias para ne-gociar en nuestros talleres. La “escuela granadina de guitarrería” ha dado origen a otras en Francia y Estados Unidos, incluso algunos turistas avis-pados cargan en sus mochilas un par de guitarras granadinas y con la reventa en Italia, Londres o Alemania se costean el viaje y las vacaciones. Qui-zás sería necesario acuñar una denominación de origen para nuestras guitarras y apoyar institucio-nalmente a este sector que tiene una rica historia y un claro futuro, antes de que las multinacionales niponas se queden totalmente con la idea y el se-creto de estos magníficos instrumentos.

En el barrio de Realejo se ubica un extraordina-rio luthier de instrumentos históricos, se trata de Francisco Hervás, que realiza laúdes renacentis-tas, tiorbas, archilaudes, vihuelas, etc.

En el ámbito de la música popular son tradiciona-les los instrumentos musicales de barro3, como el “torico de Guadix”, las típicas zambombas navide-ñas, o las campanillas de barro del ruido festivo

Tañedora de `ūd. Cerámica esgrafiada / procedente de Murcia, s.XIII

La “escuela granadina de guita-rrería” ha dado origen a otras en

Francia y Estados Unidos

del Domingo de Resurrección en el barrio del Realejo y del Albayzín.

Finalmente, Granada se convierte en un “zoco” des-de la Alcaicería, pasando por el Realejo, Cuesta de Gomérez y Caldería, y terminando en la Carrera del Darro, camino del Albaizín, donde se pueden adqui-rir diversos instrumentos populares, algunos de pro-ducción propia, como las castañuelas de “granaillo”, de palosanto y diversas maderas, otros realizados en diversos países hispanoamericanos o africanos. En Granada se puede comprar desde una qena o “flauta de los Andes”, flautas de pan, hasta una Kora del Áfri-ca negra, un laúd árabe, un buzuk, un genbri, o una darbuqa, por solo mencionar algunos.

Los instrumentos musicales, su artesanía, construc-ción y presencia, configuran un paisaje y una geografía sonora singular en nuestra tierra, desde el doblar de las campanas al repiqueteo de los palillos, el sonido de esos barcos suspendidos en el cielo que llamamos órganos, el temblor rítmico de los tambores africanos, o el murmullo, casi de agua, de nuestras guitarras.

”“

3Inmaculada MORALES JIMÉNEZ y Soledad ASENSIO CAÑADA: Instrumentos musicales de barro en Andalucía, catálogo de la exposición, Granada, 1993. http://www.centrodedocumenta-cionmusicaldeandalucia.es/export/sites/default/musicatradi-cional/instrumentosdebarro.html

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El escaso valor concedido en España al dibujo preparatorio, incluido en el amplio contexto de la creación de la obra artística, favoreció desde anti-guo la continua salida de nuestro país de este tipo de obras, enriqueciendo y prestigiando coleccio-nes públicas y privadas extranjeras. La calidad y excelencia conseguida por algunos de nuestros más representativos artistas en esta faceta del arte, han hecho del dibujo español un referente al-tamente valorado en cualquier museo o colección que se precie.

En el Museo del Prado se presenta, para nuestro deleite, la exposición de dibujos El trazo español en el British Museum – Dibujos del Renacimiento a Goya, que desde el 20 de marzo al 16 de junio de este año podremos admirar. Dentro de esta expo-sición, y destacando entre otros dibujos magistra-les de Alonso Cano, se muestra,“La Asunción de la Virgen con ángeles”. Es una sutil y delicada obra realizada sobre papel a base de precisos trazos de lápiz y pluma, con detalles de claroscuro utili-zando aguada de tinta de color pardo. Está datada entre 1661-1662 y representa la Virgen subiendo al cielo sobre una nube rodeada por un grupo de ángeles, al más puro estilo canesco. Este dibujo preparatorio de la Asunción, por su alto grado de terminación y detalle, formaría parte de los desti-nados a ser alternativa muy meditada para la com-posición del cuadro que ocuparía el lugar previsto por Diego de Siloé en la Catedral de Granada para representar el dogma, dentro del ciclo mariano.

Existen indicios, como sugiere Wethey1, de la cola-boración como ayudante en la ejecución del cua-dro de la Asunción de la Catedral de Granada, de Pedro Atanasio Bocanegra; y de Miguel Pérez de Aibar en el de la Inmaculada, del mismo ciclo. Hay constancia de que ambas obras fueron realizadas al mismo tiempo.

1Harold E. Wethey. Alonso Cano, pintor, escultor , arquitecto. 1963. “Le ayudaron en la ejecución de los querubes y en los acceso-rios de estos últimos cuadros. Sin su mano directriz estaban perdidos, y cuando posteriormente intentaron emularle sólo consiguieron producir numerosos lienzos marrones y negros de la mayor mediocridad”

2Zahira Véliz . Alonso Cano. Espiritualidad y modernidad artísti-ca. El dibujo en el arte de Alonso Cano. 2001

Asunción de la Virgen/Anónimo granadino de finales del s. XVII. Colección particular.

LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN CON ÁNGELES” DEL BRITISH MUSEUM. UN DIBUJO DE ALONSO

CANO

Antonio Gómez Arribas

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Desconocemos qué motivos tuvo Cano para des-estimar el dibujo del British. Ciertamente, existen algunas diferencias entre éste y el escogido de-finitivamente para ocupar el último lugar de los siete cuadros que componen el ciclo pictórico de la Virgen situado bajo las vidrieras de la Capilla Mayor, pero no dejan de ser diferencias, a priori, poco determinantes para salvar con éxito el reto técnico –pensemos que el cuadro debía ser visto a una distancia considerable desde el suelo- al que el maestro granadino se enfrentaba.

La Virgen guarda gran similitud en las dos compo-siciones. Es representada al modo y en la misma actitud que lo hiciera Taddeo Zuccaro, según un grabado de Matham2, con los brazos extendidos y arrodillada sobre nubes; está vestida con túnica blanca, como símbolo de pureza, y con manto azul como símbolo de divinidad. Es en el grupo angelical, donde se producen los cambios más significativos. El ángel mancebo más cercano al espectador y que se muestra en toda su integri-dad en una elegante posición –figura típicamen-te canesca que influirá en otras composiciones de la escuela granadina de pintura-, guarda gran similitud en ambas obras, salvo que en el cuadro catedralicio gira la cabeza hacia el lado derecho,y en el dibujo se muestra de frente. De los dos grandes ángeles adultos que se localizan a ambos lados de la Virgen, el situado a la dere-cha del cuadro, es representado, a diferencia del dibujo del British Museum, con el torso cubierto por una túnica de tonos terrosos, con ambos bra-zos en actitud laboriosa por mantener estable la formación nubosa, fijando la mirada concentrada en este quehacer. En el dibujo, el ángel sitúa su mano derecha en la túnica blanca de la Virgen, acompañando con la mirada este acto, en un afán de cuidado absoluto de la Señora. Las diferencias más sobresalientes las tenemos en el grupo de pe-queños angelitos, que no solamente cambian sus posturas, sino que también cambia el número de los representados, que en el cuadro será de cinco y en el dibujo de cuatro, al faltar el que a la derecha de la Virgen, absorto, contempla el rostro de María mientras sujeta su manto azul.

Si como decíamos al principio, España ha sido un país con escasa tradición coleccionista de este tipo de obras artísticas -por ser considerados como meros útiles de taller-, es cierto que existen excepciones a esta regla general. En la Sevilla del siglo XVIII vivió un hombre ilustrado que amaba con pasión el arte, y que supo ver en la inmediatez y frescura del trazo, en la primera idea, lo más au-téntico y virtuoso del artista. Motivado por su afán coleccionista y de preservar este tipo de obras,

elaboró una carpeta con 108 dibujos, a modo de cuaderno de viaje por lo más sagrado de la his-toria de la pintura granadina -21 dibujos están vinculados a artistas granadinos de nacimiento o que trabajaron allí-, andaluza, española, flamen-ca, italiana y portuguesa de los siglos XVI, XVII, y XVIII. El segundo conde del Águila formó aquella colección gráfica que compone el llamado Álbum

3Benito Navarrete Prieto y Alfonso E. Pérez Sánchez. Álbum Al-cubierre. Dibujos . De la Sevilla ilustrada del conde del Águila a la colección Juan Abelló. 2009

Detalles de la Asunción de la Virgen/Sebastián Herrera Barnuevo. Iglesia de San Nicolás de Bari de Toledo.

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4Mark P. McDonald.El trazo español en el British Museum .Dibu-jos del Renacimiento a Goya.2013La fuente dibujada de esta obra se encuentra en el British Mu-seum de Londres, atribuido a Sebastián Herrera Barnuevo en-tre los años 1650 -1658.Dibujo expuesto en el Museo del Prado. El trazo español en el British Museum .Dibujos del Renacimiento a Goya5Fernando Collar de Cáceres. Notas sobre Sebastián Herrera Barnuevo, pintor. Anuario del Departamento de Historia y Teo-ría del Arte (U.A.M.).Vol.XV. 2003Añadimos a lo argumentado por Collar de Cáceres, que el tipo de letra utilizada habitualmente en las firmas de sus obras por José Antolínez, son capitulares, en contraposición a la de éste cuadro.

6Fernando Collar de Cáceres. Notas sobre Sebastián Herrera Barnuevo, pintor. Anuario del Departamento de Historia y Teo-ría del Arte (U.A.M.).Vol.XV. 20037Harold E. Wethey. Juan Niño de Guevara.Anales y Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 1953“El color de esta Purísima tampoco se parece al de la obra de Cano. El trasfondo es amarillento y el halo es de semejante tono, en tanto que Cano utilizó un azul pálido” 8Sánchez Cantón. Dibujos Españoles. Tomo IV.1930

Alcubierre, perteneciente en la actualidad a la co-lección de Juan Abelló. En este álbum se encuen-tra un dibujo de la Asunción que es copia fiel del dibujo del maestro Cano que se presenta ahora en el Museo del Prado, y que fue atribuido por Pérez Sánchez y Navarrete Prieto3 al discípulo madrileño de Alonso Cano, Sebastián Herrera Barnuevo. Por varios motivos que referiremos, pensamos en una atribución distinta, asignando el dibujo a un dis-cípulo que trabajó allado del racionero, conocedor íntimo de su taller y con posibilidades de copiar lo que allí se realizaba; en un pintor de Granada o for-mado allí. Nos apoyamos en esta teoría, al existir algunas diferencias con el quehacer propio como dibujante de Herrera Barnuevo -queremos hacer notar la ausencia en este dibujo del alargamiento exagerado y flamígero con que dota habitualmen-te los dedos y extremidades de sus personajes-.Observemos ahora el tipo de Asunción que Herrera Barnuevo realizó para la Iglesia de San Nicolás de Bari de Toledo en los años cercanos a 16584–fecha que consta al lado de la firma “AntolÍnez Fat”, firma por otro lado “sospechosa”5, porque el cuadro no representa en absoluto el modo de hacer de José Antolínez y mucho menos el de su hermano Fran-cisco-, que aunque se afianza en las enseñanzas recibidas de su maestro Cano, se aleja de las com-posiciones empleadas en ésta época por el grana-dino6. Como afirma Collar de Cáceres6, “solo excep-cionalmente y en obras previsiblemente tempranas entraña plena sujeción al modelo de referencia” al referirse a las fuentes utilizadas por Herrera Bar-nuevo para sus composiciones.También favorece nuestra hipótesis, las posteriores copias realiza-das, sirviendo como sustrato para el desarrollo de otras obras en el entorno artístico andaluz, como el cuadro de la Asunción que aquí presentamos, y

que toma como base fiel el dibujo del Álbum Alcu-bierre(Foto 1), por lo que pudo ser obra del mismo artista del dibujo o de su taller. También la Asun-ción del Museo Nacional de San Carlos de México, obra del granadino Francisco Gómez de Valencia, la Asunción de la Catedral de Sevilla, realizada por autor anónimo en el año 1784, y la Asunción de la Catedral de Málaga ,obra de Juan Niño de Gueva-ra7 , se surten como fuente de inspiración compo-sitiva en esta obra.

Otras versiones de la Asunción en posición se-dente -al contrario de las precedentes, pero em-pleando parecidos esquemas compositivos en los cortejos angelicales-, fueron dibujadas por Cano como alternativas a la mejor elección con destino a ocupar la Capilla Mayor del templo catedralicio. Con idéntica técnica, y en el mismo periodo que va de 1661 a 1662, conocemos el dibujo que se en-cuentra en la Apelles Collection de Londres. Esta obra tiene una copia, de la que sabemos por una deficiente fotografía8, que se encontraba en el Ins-tituto Jovellanos de Gijón cuando fue destruida en 1936. Creemos que probablemente éste sea un dibujo salido de la mano de Sebastián Herrera Barnuevo. Otro dibujo de sobresaliente composi-ción del mismo tema y que no podemos dejar de reseñar, es el conservado en el Bristish Museum. Ambas sirvieron como base compositiva a Boca-negra para los dos cuadros de la Asunción que con-serva el Museo de Bellas Artes de Granada.

En conclusión, los siete lienzos pintados por Alon-so Cano para la serie de la Virgen de la Catedral, no solo sirvieron de referencia artística para cambiar los modos de una añeja escuela pictórica; tam-bién los estudios y dibujos preparatorios de este ciclo llegaron a calar decisivamente en estos artis-tas, proporcionando a sus obras el marchamo que distingue a la denominada escuela granadina de pintura.

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ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LAS PLAZAS DE TOROS EN GRANADA.

DE LA REAL MAESTRANZA A LA MONUMENTAL DE FRASCUELO.

José María Valverde Tercedor

LOS ORÍGENES DE LA FIESTA

Como en tantos aspectos vinculados con las tra-diciones populares granadinas, la introducción de los toros, se la debemos a la reconquista de la ciudad por parte de los Reyes Católicos1. En este sentido, hay que señalar que por la cronología de la misma −a finales del siglo XV− la implantación de la fiesta en Granada va pareja al auge de ésta en España y su proyección americana2. Por lo tanto, en la ciudad conquistada, se arraiga fácilmente y se extiende con total naturalidad. Aunque ya des-de sus orígenes surgen movimientos poco partida-rios o detractores de la misma. Por citar un ejemplo,

indicado por Pepe Hillo en su Tauromaquia, era conocida la poca devoción de Isabel la Católica por las corridas de toros, pese a ello, la reina no pudo suprimirlas, al ser un entretenimiento muy extendido y enraizado entre la nobleza castellana y los estamentos más populares, los cuales, en-contraban en ésta la más completa distracción.

Excavación arqueológica de la Plaza de Toros de la Avenida de la Constitución/Fotografía Ángel Rodríguez

1Quisiera dedicar este artículo a la memoria de mi abuelo Ma-riano, por su afición a los toros. 2Agradezco al escultor Ramiro Megías y al Museo de la Casa de los Tiros, por su interés y amable colaboración en este artículo.

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En sus inicios, los festejos taurinos se reducían a una simple burla del astado, con el fin de demostrar la superioridad del hombre frente al animal, y quedaba en el olvido cualquier atis-bo de expresión estética o artística. Las primitivas celebraciones taurinas eran realizadas a caballo y hasta el siglo XIX, no podemos hablar de corridas de toros como actividades reglamentadas. Mu-chas de éstas tenían una finalidad benéfica, como es el caso de las organizadas por la Real Herman-dad de Nuestra Señora de las Angustias a benefi-cio de su hospital.

Así, en la tierra del Darro, los primeros toros fueron lidiados por caballeros participantes en la Guerra de Granada, y los iniciales escenarios los encon-tramos en la Alhambra3 , la plaza Bib-Rambla −al ser el lugar escogido para la mayor parte de las ce-lebraciones públicas granadinas− y en la Carrera del Genil.

PLAZAS DE TOROS DE GRANADA

1. La plaza de toros barroca:

La factura de la primera plaza de toros con autono-mía en Granada, se la debemos a una entidad pri-vada, la Real Maestranza de Caballería, institución nobiliaria, creada en el año 16864. Dicha corpora-ción va a adquirir gran fuerza en la primera mitad del siglo XVIII, gracias en especial, al favor real de Felipe V, encontrando en las corridas de toros una fuente de financiación segura a su instituto.

2. El ruedo del Triunfo:

La plaza de toros del Triunfo5 −conocida en sus orígenes como la de Álvarez, por ser el maestran-te Pedro Álvarez Moya su primer propietario− fue proyectada por el Ayuntamiento de la ciudad. Se inauguró en el año 1880, siendo su arquitecto Ce-cilio Díaz Losada. El nombre de la misma, lo debe al emplazamiento que ocupaba, junto al monu-mento de la Inmaculada Concepción. Era, aunque menor, similar a la actual, contando con tendidos, granadas, andanadas y palcos. El exterior, seguía el estilo conocido como Neo-mudéjar, al imitar en su concepción al arte cristiano −tanto religioso como civil− realizado con técnicas musulmanas. Interiormente, estaba constituida por dos pisos de hierro calado, formados por arcos rebajados, seguían el estilo “industrial”, muy extendido por Europa del siglo XIX, cuyo referente es Eiffel.

Motivos vinculados con la inestabilidad de la es-tructura, obligaron a desmontar en el verano de 1884, el segundo de los pisos −conocido como andanada−. Pese a ello, un tremendo ciclón la de-rrumbó en su totalidad, en el año 1889, forzando

3La referencia más antigua de una corrida de toros en las inme-diaciones de la Alhambra, data del año 1563, teniendo cons-tancia de la realización de festejos de corte taurino hasta el siglo XIX. 4La Real Maestranza de Caballería de Granada nace como here-dera de la de Sevilla, pero la cronología de ambas es tan pareja, que se puede decir que en sus orígenes, tuvieron vidas paralelas.

5Tradicionalmente se hacía distinción entre la plaza de toros de Álvarez y la del Triunfo, refiriéndose con el primer nominativo al ruedo levantado en 1880 −antes de su derrumbe en 1889− y con el segundo a la que se alzó sobre los restos de ésta. Nosotros vamos a utilizar el título de la plaza de toros del Triunfo para am-bas, ya que entendemos que es la misma, solo que debido a un accidente fortuito tuvo que ser intervenida en su estado original.

La plaza de toros de la Maestranza −dedicada a la cría y doma de caballos, y a las corridas de toros− fue realizada en el año 1768, en el lugar que hoy ocupa la Avenida de la Constitución,

y contó con la oposición de la Real Chancillería, al considerarla demasiado próxima a la ciudad. El maestro de obras fue Antonio Ambrosio de Arias y su estructura, estaba construida en mampostería y madera. Sabemos que durante los festejos –los cuales duraban durante todo un día– la plaza se engalanaba a conciencia. Estuvo activa hasta sep-tiembre del año 1876, fecha en que fue pasto de las llamas.

Era conocida la poca devoción de Isabel la Católica por las corridas de toros, pese a ello, la reina no

pudo suprimirlas

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3. La Monumental de Frascuelo:

Salvador Sánchez Povedano “Frascuelo” (1842-1898). Natural de Churriana de la Vega, es el más universal y emblemático de los toreros granadi-nos, formando parte, junto a Lagartijo, de la prime-ra edad de oro del toreo, llamada a revolucionar la tauromaquia tradicional. Los enfrentamientos de ambos fueron célebres en Granada, siendo testi-gos mudos de estos tanto la plaza barroca como la del Triunfo −en cuyo cartel inaugural estuvieron presentes los dos−. Si Lagartijo representaba el toreo artístico, Frascuelo era un hombre valiente, cuya temeridad sorprendía al más osado. Logran-do, gracias a ser un torero luchador, de afición arrebatada y valentía sin igual, constante y de envidiable trayectoria, dar nombre a la última de las plazas de toros de nuestra ciudad, el coso de la calle Doctor Olóriz.

Monumento al torero. Desde el año 2009, Frascue-lo realiza un eterno “paseíllo” en Granada. Su figu-ra torera ha quedado para siempre inmortalizada en una escultura, la cual forma parte del conjunto de estatuas de personajes históricos granadinos, del bulevar de la Constitución.

Realizada en bronce, según la técnica de la cera perdida, tiene dos metros de altura, y se alza so-bre una peana de acero corten. Su autor, Ramiro Megías, es un escultor de Granada, amante de la terracotta, ya que según nos indicó: “ésta, al igual que el dibujo, refleja con gran frescura el pensa-miento del artista”. En sus bronces, llenos de vida, late el gusto por el barro y la admiración por Ro-din. Nos representa a un torero desafiante, de dignidad palpable en su airosa figura. Ataviado con traje de faena, está haciendo el paseillo, sien-do elementos definitorios del mismo, una desta-cada montera y un elegante capote de paseo. La disposición de Frascuelo, sobre una pasarela, nos recuerda al Euclides realizado por el mismo autor para la Universidad de Jaén. Así pues, Ramiro Megías,

nos indicó para este artículo: “las similitudes entre Euclides y el torero se encuentran en el elemen-to temporal que es la peana, cuyo significado en Frascuelo es el paseíllo y en el matemático, la proyección del conocimiento al futuro, ambos ca-minan con firmeza, agarrando intensamente su capote de paseo el primero, y su túnica, en gesto de atesorar la sabiduría, el segundo”. Sin duda al-guna, esta escultura está cargada de dinamismo, el cual facilita la interacción con los paseantes que discurren por el bulevar granadino, y hace justicia a la importancia cultural que el mundo del toro tiene en esta ciudad.

Plaza de toros del Triunfo, primera mitad del siglo XX. Granada/Fotografía perteneciente al Museo de la Casa de los Tiros.

a su nuevo levantamiento, el cual se consumó en el año 1913. El coso renovado, va a tener una apa-riencia de mayor estabilidad, y a cambiar su nom-bre por el de Plaza de Toros del Triunfo. Estuvo abierta con interrupciones hasta 1948.

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por airosas cornisas. Tiene decoración de paños de sebka y arcos de herradura. El resto del edificio está formado por grandes pilastras y dividido en tres pi-sos, conformados, el primero por grandes arcos de

herradura que dan acceso a los vomitorios, y el segun-do y el tercero por arcos de herradura menores gemina-dos divididos por pequeños pilares, con balaustradas de

madera. Como remate figuran unos vistosos mer-lones.

El interior consta de un amplio callejón, tendi-dos, gradas y andanadas, estando estas últimas decoradas por arcos lobulados en hierro calado pintado en verde, que descansan sobre finas co-lumnas, cuyos capiteles imitan al capitel nazarí, el fuste de éstas alcanza tanto las gradas como las andanadas. En las enjutas de los arcos, en pe-queños tondos aparecen representados, bustos de figuras del toreo y las divisas de las más pres-tigiosas ganaderías.

La actual plaza de toros de Granada. Fue inaugu-rada el 30 del septiembre de año 1928, su levanta-miento tuvo que ver con el interés del torero local Antonio Moreno Fernández “Lagartijillo Chico”. Proyectada por el arqui-tecto Ángel Casas. Durante varias décadas compar-tió protagonismo con la del Triunfo. Sigue el estilo Neo-Mudéjar, muy del gus-to tradicionalista de los inicios del siglo XX en Es-paña. Su nominación de Monumental se debe a la gran capacidad de localidades, unas 14.500, y a su esplendidas infraestructuras, entre las que desta-can una gran enfermería y unos amplios corrales. En su momento fue una de las plazas mayores –re-cordemos que la Monumental de las Ventas de Ma-drid, cuya estructura nos recuerda a la granadina, se inauguró en 1931−.

Exteriormente es de ladrillo visto. Destaca del con-junto su portada principal, constituida por un mo-numental arco de herradura lobulado, que da for-ma a la “Puerta Grande”, y está enmarcada por dos grandes contrafuertes a modo de torres, rematados

La plaza de Toros

Su nominación de Monumental se debe a la gran capacidad de locali-

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A MODO DE COLOFÓN

Nuestra plaza de toros, embriagada del encan-to de la tradición arquitectónica granadina, es el testigo de una historia taurina viva, que sigue creando nuevos frutos. Tal y como demuestra la soberbia escultura de Ramiro Megías del año 2009, y nuestra Escuela Taurina, donde nuevos aficionados, buscan conseguir el sueño de llevar por todo el mundo el nombre de su ciudad. Esto es lo que está haciendo desde el año 2001, un to-rero granadino, David Fandila Marín. El cual, en un mundo lleno de desafíos, parece empeñado en luchar contra el fantasma del gigante Goliat. “El Fandi”, volvió a encerrarse en el pasado Cor-pus, con seis toros, esta vez miuras, vitorinos y otros pesados morlacos, emulando en su gallar-día al propio Frascuelo. Sin duda, nuestro torero, nos debe animar con su valiente actitud a colgar una y otra vez el “no hay billetes” en la Monu-mental, dejándonos conmover por la historia de nuestra ciudad y la singular herencia de esta sin par tradición.

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Ramiro Megías. Frascuelo, 2009. Granada,Avenida de la Constitución /Fotografía de José Mª Valverde.

Sello de la Feria del Corpus de Gra-nada,1929.

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FONDO FOTOGRÁFICO DEL DIARIO PATRIA

Francisco Gónzalez de la Oliva

Estimado Rodrigo Gómez:

Mis más profundas felicitaciones por la nueva eta-pa de la revista Calle Elvira y es doble, porque soy consciente de que poner una publicación hoy en día en la calle exige un fuerte sacrificio. Pero tam-bién tengo que destacar que en ese sacrificio hay el empuje y el arrojo de coger el testigo generacio-nal y mantener viva la voz de este “pregón grana-dino” que puntualmente nos anuncia cada una de las estaciones del año.

Es grato, como director del Museo Casa de los Ti-ros y sobre todo de su he-meroteca, que me ofrez-cas las páginas de Calle Elvira para desvelar algo del trabajo interno de este Museo. Curiosamente, en la primavera de 1971 aparece anunciándose este Museo, su fachada en fotograbado y con el rigor de toda información gráfica, un pie de texto en el que se destaca un Museo con más de treinta salas, señalando como “pintorescas” una de tema taurino y otra de Sierra Nevada. Hoy no están

materialmente pero sí se conservan celosamente sus fondos.

Dejaré el Museo y las colecciones permanentes para hablar de su Hemeroteca y los trabajos que internamente reclaman las colecciones que con-serva. Y al hablar de la Hemeroteca, me vienen al recuerdo algunas estrofas de un poema titulado

Olor de las salas de perió-dicos. Poema escrito por el que fue secretario de la casa Antonio Manjón – Cabeza Sánchez, autor de los últimos trabajos

que hay publicados sobre los fondos de esta ins-titución: “Letras germinan, yacen de costado. Misión botafumeiro húmedo y lento de humo de noticias, boca aliento al giro de la puerta. Empotrado arrayán, jardín encuadernado,…”

Resulta difícil destacar alguna particu-laridad de este “jardín encuadernado”

Descenso del río Genil El patio de los Leones

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Para alguien que trabaja día a día en un museo como éste, con una fuerte referencia siempre a la ciudad. Resulta difícil destacar alguna particula-ridad de este “jardín encuadernado”. Tal vez sea más fácil sobre aquellas colecciones que no tiene el glamour y el atractivo de haber sido destacadas como fondos integrantes de sus salas permanen-tes y que recientemente constituyen el trabajo interno más constante que está abordando el Mu-seo. Me refiero al conjun-to documental formado por las fotografías perte-necientes al desapareci-do diario Patria, diario de la Falange Española Tra-dicionalista y de la JONS. Que inicia una andadura en 1935, primero como publicación quincenal, más tarde como diario siendo cerrado en 1983.

Me comentaría en reiteradas ocasiones Eduardo Molina Fajardo, uno de sus activos directores en esas tardes apacibles del desaparecido Suizo, hoy

es sólo un cascarón al que uno como transparen-cias coloca recuerdos; no sólo la imagen de Molina Fajardo, sino la de Elena Martín Vivaldi, siempre querida poeta para esta casa, de la que mimamos con celo especial su laurel en el jardín del Museo.

Molina Fajardo, al referirse al diario Patria lo hacía con emoción, pero a la vez puntualizaba elemen-tos que lo diferenciaban de otros periódicos de la

misma tendencia polí-tica, como eran cierta rebeldía en la coloca-ción de la información. Sus tradicionales tertu-lias en el despacho del director y sobre todo, sin pretenderlo, escue-la de periodistas y de

fotógrafos de prensa. Valoración que hacía no sólo como director sino como un gran conocedor de la historia del periodismo granadino al que le dedicó una publicación bajo ese mismo epígrafe y centra-do en los siglos XVIII y XIX.

El fondo fotográfico que ingresa en este Museo entre los años 1984 –

1985 lo hace unido a dos colecciones completas y una parcial del diario,

miles de fotos, que rondan las 40.000.

Corrida de toros Obras en la Plaza de Santa Ana

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El fondo fotográfico que ingresa en este Museo en-tre los años 1984 – 1985 lo hace unido a dos colec-ciones completas y una parcial del diario, miles de fotos, que rondan las 40.000. Un número aún no determinado de planchas de zinc, algunos dibujos originales de sus caricaturas y por último, el único corpus que con un cierto orden se encontraba cuando se proce-de al traslado de los fondos a este Museo. Un mueble archi-vador donde se hacía referen-cia en fichas ordenadas alfa-béticamente a las imágenes publicadas en el periódico con las placas de zinc.

Todo ello constituirán trozos, fragmentos de la his-toria de un periódico que cubrió con vocación la información de Granada y provincia.

Los positivos fotográficos nunca se desligarán de los ejemplares de prensa porque son los periódi-cos los que nos permiten recuperar datos de la imagen cuando la imagen no está suficientemente documentada. Este proceso de ordenación y des-cripción es complejo y laborioso, primero por lo delicado del material y su proceso de elaboración.

Como el resultado final no era la foto en sí misma sino el mensaje, el rostro que la foto porta para completar una información textual, que es mani-pulada en su proceso de revelado sin respetar los tiempos del proceso de aquél y como consecuen-

cia, pasado el tiempo, al no estar fijada la imagen en su soporte correctamente man-tiene demasiadas impurezas que aceleran su deterioro. Si a ello añadimos la manipula-ción que se hace en el proce-so de pasarla a una placa de zinc, la foto recibe manchas

de grasa, indicaciones diversas con distinta rotu-lación, lápiz, bolígrafo, a veces indicando si iba a dos o tres columnas. Y por último, una vez que ha servido a su fin la foto no tiene un proceso de ar-chivado adecuado y eso hace que en un porcen-taje elevado de ellas su estado de conservación sea regular requiriendo en un futuro su proceso de restauración. Por eso las marcas de tinta, líneas en rojo, a veces, un pequeño fragmento de papel con el texto (si es de agencia), otras veces el sello del fotógrafo son datos fundamentales en el pro-ceso de documentación.

La fotografía de prensa no se considera con va-lor en sí misma, sino como parte de un proceso de

La Fotografía de prensa no se considera con valor en sí

misma, sino como parte de un proceso de transmisión de un

mensaje

Pavimentación en Plaza Nueva Remodelación del Campo del Príncipe

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transmisión de un mensaje. Por eso precisamente el carácter de anonimato que la mayoría de las fotografías tiene. Estos documentos fotográficos, a pesar del carácter anónimo serán considerados como originales y por tanto, el rigor y la metodo-logía que hay que seguir en su proceso de des-cripción. Exigen un inventa-rio previo para determinar la naturaleza de la colección. Determinar los intereses y sus niveles; fotografías te-máticas, gráficas, artísticas, según las distintas normalizaciones que existen. Desgraciadamente no hay una sola que facilitaría mucho la tarea de descripción documental. El Museo en este trabajo está siguiendo la descripción de unidades docu-mentales que siguen los archivos estatales. Dichas unidades documentales encierran en sí mismas catorce áreas descriptivas. De ahí que la labor de descripción de los fondos fotográficos del Patria sea larga y sus resultados, o sea, la consulta públi-ca esté planteada a largo plazo.

El fotograbado será un elemento transformador del periodismo moderno. Como ya he dicho, la fo-tografía es la cara de la información escrita, es el rostro que nos permite comprender la dimensión de la tragedia o la alegría. Es el rostro de la trans-formación de una ciudad. Y todo ello es posible

por un lado, a las nuevas máquinas fotográficas capaces de captar los instantes con más rapidez y a una búsqueda incansable en forma de transfor-mación de la fotografía a las páginas de los diarios o revistas. Como podemos apreciar en el propio diario Patria, que cuando inicia su andadura, ya

está consolidado el Fotope-riodismo, seguirá un proce-so de adaptación, donde los primeros años conviven mé-todos tradicionales como la

serigrafía, la litografía o el dibujo con el fotogra-bado. Paulatinamente aparecen en las páginas principales el protagonismo de la imagen impresa y es en el pie de imagen donde podemos rescatar del anonimato su autor. En los primeros años y de una manera muy esporádica en Patria traba-jará Torres Molina, uno de los grandes fotógrafos de prensa, aunque su actividad se multiplicará creando un estudio que ha mantenido una tradi-ción en los distintos campos de la fotografía. Al principio los fotógrafos no tenían esa especialidad y los periódicos se nutren de los estudios de fotogra-fía. Un caso llamativo como fotógrafo de estudio en Granada será García Ayola que acompañará al director del periódico El Defensor, Luis Seco de Lu-cena, a la zona afectada por el gran terremoto de Alhama de 1884. Las imágenes de Ayola serán pu-blicadas en otros diarios y su impacto potenciaría

El fotograbado será un elemento transformador del periodismo

moderno

Remodelación del Campo del Príncipe Nuevos Jardínes. Humilladero

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la enorme solidaridad que demostraron los espa-ñoles con esa trágica Navidad. Ese aspecto social de la fotografía es una de las grandes bazas que los periódicos van a saber utilizar. No en sí la guerra, sino las consecuencias de la guerra, aún todavía en los certámenes internacionales. El World Press Photo, dedicado a la Fotografía de prensa, distin-gue aquel reportaje gráfico donde deja patente la tragedia social.

Es precisamente este concurso el que rompe una lanza a favor del fotógrafo de prensa que no sólo responde a una necesidad de comunicar sino que lo hace con un alto nivel estético y artístico. La polémica larga y no resuelta de fotografía de arte frente a la fotografía documento.

Siguiendo con la evolución de la fotografía en el diario Patria, pronto aparecerán las agencias.

La gran demanda por parte de los medios de pren-sa de necesidad de fotografías de ámbito nacional y mundial, motivará su auge alcanzando el prota-gonismo que tienen en la actualidad. Y así en prin-cipio aparece Cifra Gráfica, Pyresa y sobre todo, Europa Press.

Para la información local, el diario utilizará de una manera más constante fotógrafos locales, sin saber

todavía por la falta de datos, si estos desde un principio formaban parte de la plantilla del perió-dico o simplemente cobraban por imagen. Muchos de ellos eran fotógrafos con cierto nombre en la ciudad que alternaban la foto de prensa con re-portajes más sociales, bodas, bautizos, retratos… Nombres como Barbero, Valdivieso, Rubio, Rome-ro, Maldonado o algunas siglas como Foto A. P., Fo-toescuela, Foto Peña, Foto Félix, Foto Moto-deporte, Foto Caparrós. Frente a estos que aparecen espo-rádicamente encontramos otros nombres con más estabilidad en ciertos momentos del periódico. A finales de los 50 y la década de los 60, la mayo-ría de las imágenes locales aparecen firmadas por Sanz. A partir de la década de los 70 y en los 80, aparecerán firmadas por Ferrer. Pero también con-viven otros fotógrafos como Orfer u Olmo. En los números extraordinarios dedicados a fiestas so-lemnes, Semana Santa, Corpus, Fiestas de Otoño el periódico suele abrir con una espléndida foto-grafía. Una de las primeras fue firmada por Miguel de los Santos Burgos. Una espléndida imagen del interior de la Virgen de las Angustias en la que se demuestra el perfeccionamiento al que se había

Cruce Camino de Ronda con Carretera de Armilla y Paseo del Violón

Niño jugando con una rueda

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llegado en el fotograbado. La tristeza es, que esta larga lista de fotógrafos que en un momento de su vida se vincularon a la fotografía de prensa, no ha-yan existido más datos de los mismos. Confiemos que en este proceso de descripción podamos ir lle-nando de contenido su propio anonimato.

Otro de los aspectos que nos proporciona el traba-jo con este fondo fotográfico es la importancia de lo temático y sin temor a equivocarme será la foto-grafía de deportes la más numerosa y en concreto, la referida al fútbol ya sea del Granada como del Recreativo. Tanto en los momentos estelares de éxito como en la frustración de la derrota ahí está el reportero gráfico apalancado detrás de la porte-ría intentando lograr la mejor instantánea. A veces no es el partido, sino el público o un elemento ex-traño, como un perro que pasa al campo de fútbol.

En las imágenes que acompañan a este texto no he elegido el fútbol como ejemplo sino una espléndi-da fotografía El descenso del río Genil. La movilidad de los piragüistas y la interrelación del público en la orilla demuestran el proceso mental del fotógra-fo para elegir el ángulo y la disposición que mejor puede narrar dicho acontecimiento. Lamentamos el anonimato. Junto a ella, no ya en tema depor-tivo, sino clasificada como social y en el apartado de turismo, El patio de los Leones. Una auténtica diversión para los más pequeños que establecen un entrañable juego con las singulares piezas que sostienen la taza, los leones. Una nueva perspec-tiva en la historia y además un nuevo significado sobre la evolución de los criterios de conserva-ción. Posiblemente, el fotógrafo quiere captar el juego de los niños, la indiferencia de los visitantes y por supuesto, la complicidad de toda esa acción, del propio vigilante del Patio de los Leones.

Por supuesto, uno no puede olvidar en un perió-dico el tema taurino que llega a competir con el tema deportivo, la singularidad y espectáculo de las imágenes avivan el interés de los periódicos por introducirlas. Faenas sorprendentes que le-vantan al público. Pero la que en concreto levantó al público es ésta que he extraído del fondo.

Uno de los apartados en el que el periódico Pa-tria vuelca un esfuerzo gráfico es en las transfor-maciones de la imagen de la ciudad; apertura de

nuevas calles, remodelación de plazas y edificios. En la década de los sesenta y setenta asistimos a una literal avalancha de imágenes que sorprenden cuando uno las coteja porque vienen a demostrar que en dicho periodo Granada sufrió una fuerte evolución de su imagen. No eran nunca grandes obras, salvo los proyectos de Puerta Real, la re-modelación de la Avenida de Calvo Sotelo con la desaparición de su arbolado. Sin embargo son las pequeñas obras las que cambiaron esta ciudad. Ejemplos, la remodelación de Plaza Nueva con dos imágenes cargadas de singularidad y la transfor-mación del Campo del Príncipe. Y por último, una que sí, en su fase de descripción, ha sido coteja-da con la fuente principal; el propio diario. Y es la referida al Humilladero que bajo el título Nuevos Jardines aparece el 16 de abril de 1971 en la última página firmada por el fotógrafo Ferrer y el texto que le acompaña es el siguiente: “El Humilladero es una zona de Granada que hasta ahora ha pre-sentado un lamentable aspecto. El Ayuntamiento ha acometido el problema – pequeño problema – y van a surgir unos bonitos jardines que darán colorido y vistosidad al lugar. Una de las entradas que hay a nuestra capital desde la Costa. Ya están las obras en marcha como pueden apreciar”.

Si le ha sorprendido esta imagen, le invito a que intente situar la penúltima ilustración.

Por último, para cerrar esta breve referencia a los fondos fotográficos del diario Patria y el trabajo que se está realizando en el Museo una espléndi-da fotografía en la que el peso de la misma no es documentar sino la creación, el tecnicismo y la be-lleza, que no están reñidas con la fotografía de re-portaje. Una calle de Granada y la inocencia de un niño jugando con una rueda de bicicleta. Sirva ella como homenaje a todos los fotógrafos de prensa que ha habido y sigue habiendo en Granada.

Siempre al abrir las páginas de un diario encontra-mos miles de historias. Unas veces narradas con la habilidad del lenguaje. Otras, con la maestría del dibujo o la técnica de la cámara.

Niño jugando con una rueda

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ASPRODESRodrigo Gómez Jiménez y Álvaro Velasco García

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uchos de nuestros lectores se asombra-rán al encontrarse un artículo cuyo título sea desconocido para la gran mayoría, para otros no.La Asociación Pro-Derechos de las Per-

sonas Sordas (ASPRODES)1 surge en 1987, gracias a la iniciativa de un grupo de familiares y amigos de perso-nas sordas o con problemas auditivos. Germen de los planteamientos que se hacía la Asociación de padres del Colegio de Sordos Sagrada Familia de Granada. ¿Qué harían sus hijos en etapas posteriores? ¿Quién les apoyaría una vez finalizada la etapa escolar? De esta manera las familias Cañete-Rodríguez, López-Morillas, Salinas-García, entre otras, diseñan los estatutos y pro-pician el nacimiento de una Asociación de Padres de niños sordos, matriz de la posterior ASPRODES.ASPRODES es una asociación sin ánimo de lucro, de ámbito provincial cuyo objetivo es prestar atención y ayuda a las personas con discapacidad auditiva y sus familias, contribuyendo en su educación, integración social, familiar, sanitaria, profesional y en todos aque-llos problemas que por su falta de audición se le pu-dieran presentar, facilitándoles soluciones adecuadas para su realización como ciudadanos de pleno derecho dentro de la sociedad.Han pasado 26 años y esta asociación ha crecido gracias al tesón de sus integrantes. Se han elaborado proyec-tos para atender a las personas sordas y sus familias, se ofrecen programas y actividades formativas, convenios de colaboración con otras entidades creando incluso una red de trabajo a nivel nacional. Pero sobre todo han conseguido contribuir en parte a que las personas con discapacidad auditiva tengan un alto nivel de autono-mía, apostando y apoyando siempre el diagnóstico y el tratamiento precoz. De esta manera, de la escasa media docena de familias fundadoras se ha pasado a contar

en estos últimos años con más de trescientos socios (sordos o no).ASPRODES está federada en FIAPAS (Confederación Española de Familias de Personas Sordas) y en FAPAS (Federación Andaluza de Asociaciones de Familias de Personas Sordas), formando de esta manera, parte de la mayor plataforma de representación de familias con hijos con sordera en España.Para tener una opinión de primera mano entrevistamos a su presidenta Inmaculada Gallego Sánchez, a la que agradecemos su colaboración.Dice Albert Einstein que “hasta que todos los individuos de una sociedad no se encuentren plenamente integra-dos en ella no puede decirse que sea una sociedad civi-lizada”. Pretendemos a través de estas páginas exponer la dura tarea que esta Asociación realiza para que Gra-nada sea un poco más civilizada.

Según datos sobre la población sorda de España, en el año 2008 más de un millón y medio de personas mayores de 6 años estaban afectadas por una dis-capacidad auditiva. ¿Con qué tipo de dificultades se encuentran las personas sordas a la hora de inte-grarse en nuestra sociedad? Inmaculada Gallego Sánchez. La población con sor-dera, en principio tiene mayor dificultad para acceder a la comunicación y a la información que las personas oyentes, y esto es algo que afecta a su inclusión, edu-cativa, laboral y social. Pero con los avances médicos, tecnológicos, educativos, etc. la inclusión de las perso-nas con discapacidad auditiva ha mejorado bastante, aunque aún queda mucho por hacer. En cuanto a las barreras que se encuentran, por poner algunos ejemplos, serían: el acceso a la información o las dificultades de comunicación en algunas institucio-nes o centros públicos y privados.El acceso al cine o al teatro, por ejemplo, también está muy limitado; o el ac-ceso a determinados cursos de formación o congresos, ya que no se están aplicando los medios que existen para acceder a estas actividades: intérpretes, subtítulos o tecnologías de apoyo para los que usan lengua oral.En su opinión, ¿está la sociedad en la actualidad lo sufi-cientemente concienciada para la integración plena de este colectivo?I.G.S.Bueno, en general se ha avanzado mucho, la socie-dad está más concienciada pero, es importante señalar que si dejamos de contar con todo el apoyo recibido, to-dos los pasos que hemos dado hacia delante puede que los “desandemos”. Sin rehabilitación, sin apoyo a la familia en muchas facetas, sin atención educativa adecuada, sin la adaptación de puestos de trabajo, la persona con disca-pacidad pierde su derecho de acceder a todo en

GRANADA SOCIAL

M

1Queremos agradecer a Piedad Núñez Elvira, pieza fundamental en el engranaje de esta Asociación, por su amabilidad, ayuda y disponibi-lidad constante.

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igualdad de oportunidades, sin discrimina-ción, y pierde la autonomía por la que tanto luchamos y que es tan importante para la persona con discapacidad en sí y para la so-ciedad en general.Al igual que mi hija, muchos niños con sordera severa y profunda, escuchan, ha-blan, leen y escriben sin muchas dificulta-des y pueden tener en el futuro más posi-bilidades en el mercado laboral, gracias a los apoyos que han tenido desde ámbitos sanitarios, educativos y desde la asocia-ción. Esto no se puede perder y además, como te dije antes, aún hay muchas ba-rreras.Un dato muy interesante del estudio so-ciológico FIAPAS-IPSOS (2004-2005) es

que el 95 % de los niños sordos nacen en el seno de familias oyentes, siendo por tanto su lengua materna la lengua oral de su entorno. ¿En qué consiste el trabajo con las familias de personas sordas?I.G.S. La implicación activa de las familias en la rehabilitación y en la educación en es-tos casos, es muy necesaria. ASPRODES, a parte de ser centro donde se realiza rehabi-litación, como asociación que es de padres, damos cabida y atendemos a las familias y sus inquietudes, intentamos dar soluciones a todas esas cuestiones, dudas que a unos padres se les plantea cuando a su niño se le diagnostica una pérdida auditiva y sobre todo nuestra labor se basa en acompañarles en todas las etapas por las que van pa-sando.Atendemos a las familias a través de un Servicio de Atención y Apoyo a Familias (SAAF), que lleva en la asociación desde el año 1997, promovido por FIAPAS y financiado ac-tualmente por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad con cargo de la Asignación Tributaria del IRPF y fundación ONCE. Este servicio cuenta con un técnico en la asociación y con un programa de ayuda mutua interfamiliar conducido por padres, madres y voluntarios. A través de este servicio se ofrece a la familia atención, apoyo, in-formación y asesoramiento a varios niveles (sanitario, educativo, social). Se acompaña a las familias por todas las etapas que van pasando y además se actúa de mediador con otras instituciones o centros (hospitales, centros educativos, administración pública). También desde este servicio se realizan trámites y gestiones de ayudas y subvenciones.Podemos decir, que ASPRODES es una gran familia.El hecho de que sean un centro de atención infantil temprana ¿hace que su labor se centre sobre todo en niños más que en personas mayores? I.G.S. En ASPRODES atendemos y damos cabida a todos, niños, mayores, jóvenes…Pero es cierto que por el hecho de ser centro de atención infantil temprana, centro CAIT dependiente de la Consejería de Salud, atendemos a muchos niños desde los 0 años que han sido diagnosticados desde el nacimiento y necesitan rehabilitación. Sabemos que el diagnóstico y la atención temprana es fundamental (por supuesto acompañada también de una prótesis auditiva, audífonos o implantes), pues la expe-riencia nos demuestra que cuanto más pequeño es un niño y se le atiende en rehabili-tación, más posibilidades tiene de desarrollar un buen lenguaje oral.Por eso nos centramos mucho en los niños, pero se atiende a todas las personas¿Cuáles son los próximos proyectos que tiene en mente la Asociación?I.G.S. A diario, subsistir.

En ASPRODES atendemos

y damos cabida a todos,

niños, mayores, jóvenes…

ASPRODES, a parte de ser

centro donde se realiza

rehabilitación, como aso-

ciación que es de padres,

damos cabida y atendemos

a las familias y sus inquie-

tudes, intentamos dar

soluciones

GRANADA SOCIAL

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A corto plazo, la “Carrera por la Investigación y el Tratamiento de la Sordera”. Una iniciativa de Paul Bateson, un atleta Británico afincado en Alhama (Granada) que padece una pérdida auditiva de 90 dB debido al tratamiento recibido después de un accidente de bicicleta. Es una actividad en la que nosotros estamos como colaboradores y como beneficiarios.Paul, durante Mayo y Junio de 2013, va a correr 1000 kilómetros en aproximadamente 25 días, haciendo una vuelta completa a la provincia de Granada.A largo plazo, una nueva sede, porque cada vez atendemos a más personas sordas y a sus familias y en la actualidad nuestro gasto se dispara por el alquiler de las instalacio-nes. No tenemos sede propia. También pretendemos seguir promoviendo proyectos y actividades para la rehabilitación y la inclusión de las personas con esta discapacidad¿Se han conseguido avances en la medicina que puedan paliar o disminuir los pro-blemas de audición?¿Qué nos puede decir sobre los implantes cocleares?I.G.S. Los avances médicos y tecnológicos han sido increíbles en los últimos veinte años. Ahora existen prótesis auditivas, audífonos de sofisticada tecnología, implantes cocleares y otro tipo de implantes, que están permitiendo que personas con sorderas severas y profundas puedan escuchar y hablar a un nivel que en muchos casos no no-tamos que son sordos. También hay otras ayudas técnicas para ayudar a escuchar la televisión, el teléfono, la voz directa del profesor o evitar ruido de fondo.Sobre los implantes os puedo decir que los conozco bien. Se ponen en casos de sor-deras severas y profundas y con determinadas características, cuando el audífono no es suficiente. El implante siempre debe ir unido a una rehabilitación que puede durar años, pero los resultados son, en la gran mayoría de los casos, muy buenos.En Granada está el programa de Implantes Cocleares del Hospi-tal Universitario San Cecilio, que ha sido el hospital de referencia para toda Andalucía durante años. Esto significa que cuenta con una grandísima experiencia. Además el jefe del servicio es uno de los otorrinos que ha hecho más operaciones de implantes coclea-res en toda España.¿Podría decirnos un caso o anécdota de alguna persona sorda que le haya marcado especialmente?I.G.S. A diario me asombro de los avances de los niños de ASPRO-DES, y recientemente el caso de un tenista coreano DUCK HEE LEE, de 14 años que ha conseguido situarse el puesto 83 del ran-king júnior, y aparece en la lista de Entradas ATP.Este chico nació sordo, y está consiguiendo demostrar que aun-que con una pérdida auditiva todo es más difícil, no excusa para conseguir lo que se quiere.Anecdóticamente comenta que el tenis es su vida, y lo más difícil es la comunicación con los jueces de silla y los jueces de línea. Comenta que el no escuchar le permite concentrarse muy fácilmente, pero por el contrario, en ocasiones y al no oír a los jueces, y le cantan un out, el continúa jugando aunque le hayan mandado repetir el saque.¿Qué pediría a los granadinos para ayudar a las personas sordas?I.G.S. Les pediría un mayor respeto y comprensión; les pediría que en algún momento probaran a no escuchar ni oír , y así comprenderían sus dificultades. Como dice una de nuestra campañas: “PONTE EN SU LUGAR”.También les pediría que conozcan a ASPRODES y participen o cola-boren como puedan en nuestros proyectos.No quiero finalizar sin dar las gracias a la revista. Espero haber con-tribuido en algo.

Paul, durante Mayo

y Junio de 2013, va a

correr 1000 kilómetros

en aproximadamente 25

días, haciendo una vuelta

completa a la provincia

de Granada

GRANADA SOCIAL

Pediría a los granadinos

que en algún momento

probaran a no escuchar

ni oír , y así compren-

derían sus dificultades.

Como dice una de nuestra

campañas: “PONTE EN

SU LUGAR””

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Poesía

QUÉ BUENO...

Qué bueno estás y el mar y la brisay este agua clara sin oleajey el libro de Paul Eluart, sorpresivo,que pusiste en mis manos esta mañana.Y tus nuevos poemas excitantes.Que sigamos vivos otro verano aunque te regañe y enfurezcaspor no mantener ágil la silueta.No lo niegues, galán goloso de encantador gracejo, Walt Disney.

En tus ojos caigo, claro misterio, mitad deseo, mitad recelo. Amorqué débil, a veces, te hace la edad, aunque la soberbia de vez en cuandocon su pico en alto ponga su nidoen el árbol frondoso que nos cubre,de troncos que se enroscan al azulde un mañana sin nosotros. Qué múltiples,qué hermosas tus palabras. Cuánta luztransmite tu cercana soledad.

Rosa María Nadal De “La Cárcel del Mar”, Ediciones Dauro 2012.

LA POESÍA EN GRANADA

Antonio Praena

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LA POESÍA EN GRANADA

Antonio Praena

Fotografía Lola Maleno

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Poesía

a tradición poética en Granada está arraigada profundamente desde antiguo. En esta ciudad siempre ha habido poetas y su obra no es una más, sino quizá una de las de mejor calidad dentro del mapa literario de la lengua española. Algunos de ellos, como veremos, constituyen

verdaderos hitos y verdaderas cimas del patrimonio poético de nuestra lengua.

Por eso la primera cuestión que surge es preguntar-nos por qué, si hay algún elemento que nos arroje aunque sea una pequeña explicación al respecto o nos haga encontrar en la ciudad de Granada una fuer-za especial generadora de poesía.

La primera razón que encuentro es la misma situa-ción natural de la ciudad. En efecto, a las faldas de la Sierra, entre tres ríos, abierta a la vega y sus fron-dosas alamedas, la situación de Granada es privile-giada. La rodea belleza por todos sus costados, una belleza cambiante según el curso del año, una belleza que va desde las visiones del crepúsculo derramado en la nieve, al colorido con que la primavera ribetea cuestas y caminos. Contemplar belleza, participar del curso, del movimiento de una naturaleza que siempre sorprende por más veces que la hayamos visto, hace al ser humano sentirse parte de esa misma hermosu-ra. Y cuando el hombre es tomado por la belleza, ésta es expansiva y puja por expresarse, decirse en formas que igualmente sean hermosas.

Otra razón relacionada con la anterior la hallamos en la belleza misma de la ciudad, de la ciudad construi-da por los habitantes que, a lo largo de los siglos, han pasado por aquí y han ido dejando su huella. Todas las épocas han dejado su impronta en la arquitectu-ra granadina hasta conformar una estética propia: la estética del primor, del detalle, de la sutileza, del mis-terio.

Federico García Lorca lo recogía así de acertadamen-te en su primer libro “Impresiones y paisajes”:

LUna tercera razón la hallamos en la tradición misma lírica como generadora de más tradición poética. Es decir: en Granada los poetas dan paso a más poetas, forman escuela, ejercen influencia, crean una forma de ser que se transmite. La palabra alumbra más pa-labra. La emulación, el aprendizaje y el ejemplo de los poetas que nos han precedido, así como la concien-cia de ser parte de un movimiento literario histórico, nos empujan no sólo a escribir sino a hacerlo cada vez mejor.

En este sentido cabe señalar que, ya antes de la poe-sía escrita en español, el paso de la cultura nazarí ha dejado muestras –unas de mejor calidad que otras- de la conexión entre poesía y obra de arte en Granada. Esto mismo es lo que encontramos en los “Poemas Epigráficos” de los muros de la Alhambra. Éstos están llenos de decoración caligráfica, escrituras cursivas y cúficas en las que no sólo podemos leer “sólo Dios es

Granada ama lo diminuto. Y en general toda Andalucía. El lenguaje del pueblo pone los verbos en diminutivo. Nada tan incitante para la confidencia y el amor. (…) Granada, quieta y fina, ceñida por sus sierras y definiti-vamente anclada, busca a sí misma sus horizontes, se recrea en sus pequeñas joyas y ofrece en su lenguaje di-minutivo soso, su diminutivo sin ritmo y casi sin gracia, si se compara con el baile fonético de Málaga y Sevilla, pero cordial, doméstico, entrañable. Diminutivo asus-tado como un pájaro, que abre secretas cámaras de sentimiento y revela el más definido matiz de la ciudad.

(…) Granada no puede salir de su casa. No es como las otras ciudades que están a la orilla del mar o de los grandes ríos, que viajan y vuelven enriquecidas con lo que han visto. Granada, solitaria y pura, se achica, ciñe su alma extraordinaria y no tiene más salida que su alto puesto natural de estrellas. Por eso, porque no tie-ne sed de aventuras, se dobla sobre sí misma y usa del diminutivo para recoger su imaginación, como recoge su cuerpo para evitar el vuelo excesivo y armonizar so-briamente sus arquitecturas interiores con las vivas ar-quitecturas de la ciudad.

Por eso la estética genuinamente granadina es la esté-tica del diminutivo, la estética de las cosas diminutas.

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Poesía

vencedor” (frase que se le adjudica a Zawi ben Zirí, fundador de la dinastía nazarí) o suras del Co-ram, sino poemas realizados por tres poetas de la Corte de Granada, Ibn al- Yayyab (1274-1349), Ibn al- Jatib (1313-1375) e Ibn Zamrak (1333-1393). Quizá de entre ellos Ibn Zamrak es considerado como el más brillan-te de los poetas de la Alhambra.

Y ya entrando en el Renacimiento, es en Granada don-de se dan los pasos más decisivos que acaban por introducir con éxito, tras varios intentos precedentes, el soneto y la métrica endecasilábica de corte italiano en el idioma español. Ocurrió en 1526, año en que el poeta barcelonés Juan Boscán, tras una conversación en Granada con el embajador veneciano Andrea Nava-giero, acometió la difícil empresa de adaptar el verso endecasílabo a la lengua castellana. En este empeño, que encontró en sus comienzos muchos detractores, contó con la ayuda de Garcilaso de la Vega.

En el movimiento que prepara la transición del Re-nacimiento a la estética barroca es imprescindible hablar de Fray Luis de Granada. El dominico, que vivió parte de su vida en el convento realejeño de “Santa Cruz la Real”, fue el autor más traducido en la Europa del s. XVI. Si bien es un prosista, un orador y un tratadista, podemos califi-car gran parte de se prosa como “poética”. Y no solo eso: en ella se encuentran, ade-más, gran parte de las peculiaridades que “lo grana-dino” lleva consigo y aporta a la literatura uni-versal.

El mismo García Lorca da cuenta de este aspecto con estas palabras en su “Impresiones y paisajes”:

Es Fray Luis quien, en la “Introducción al símbolo de la fe”, habla de cómo resplandece más la sabiduría y pro-videncia de Dios en las cosas pequeñas que en las gran-des. Humilde y preciosista, hombre de rincón y maestro de miradas, como todos los buenos granadinos.

Y ya en pleno Barroco, será Pedro Soto de Rojas quien con más brillantez cultivará la estética gongorina, si bien lo hará, nuevamente, con las características pro-pias y comunes de las cosas que se hacen en Granada. Nuevamente escuchemos a Lorca:

Soto de Rojas abraza la estrecha y difícil regla gongo-rina; pero, mientras el sutil cordobés juega con mares, selvas y elementos de la Naturaleza, Soto de Rojas se encierra en su Jardín para descubrir surtidores, dalias, jilgueros y aires suaves. Aires moriscos, medio italia-nos, que mueven todavía sus ramas, frutos y boscajes de su poema.

En suma: su característica es el preciosismo granadino. Ordena su naturaleza con un instinto de interior domés-tico. Huye de los grandes elementos de la Naturaleza, y prefiere las guirnaldas y los cestos de frutas que hace con sus propias manos. Así pasó siempre en Granada.

Llegamos -dando grandes saltos, eso sí- al siglo XX. En él la figura de Federico García Lorca brilla con tanta fuerza que puede dejar en la sombra a otros poetas del primer tercio del siglo pasado. Por su recupera-ción del cantar popular y gitano, por su incursión po-tentísima en un surrealismo que reconvierte en algo propio e intransferible, por la renovación de imáge-

nes, ritmos y tonos; por la forma en que aúna vida y forma poética haciendo que una y otra se po-tencien mutuamente, por todo lo que Lorca ha sido y es después de Lorca, Granada encuentra en él algo muy propio y, a la vez, ab-solutamente universal. El Premio Internacional de Poesía “Ciudad de Granada, Federico García Lor-

ca” tiene la voluntad de convertirse en el más signi-ficativo de cuantos se otorgan en el nombre de una ciudad y un poeta.

Hay otro nombre que es imprescindible en la segun-da mitad del siglo pasado: Luis Rosales. El paso del tiempo y el cada vez más depurado conocimiento de sus implicaciones históricas han contribuido a que su obra -maravillosa, imprescindible, irrepetible- sea cada vez más leída, estudiada y valorada.

Clasificado como miembro de la Generación del 36, Premio Cervantes en 1982, obras como “La casa en-cendida”, un poema-libro escrito en verso libre sin es-trofas donde Rosales entremezcla lirismo y narración, existencialismo e imaginación, racionalidad e irracio-nalidad, dando inicio a una nueva poética personal que incorpora recursos de César Vallejo y Antonio Ma-chado, son ya hoy un clásico. Si tuviera que recomendar

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García Lorca” tiene la voluntad de convertirse en el más significativo de cuantos se otorgan en el nombre de

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una parte de la obra de Rosales, la cual me parece por completo una de las imprescindibles del siglo XX, se-ñalaría “Diario de una resurrección”.

Muy importante es la trayectoria y la obra de dos auto-res granadinos, los “Premios Nacionales” –junto a Luis García Montero- Rafael Guillén y Antonio Carvajal.

Vinculado a la Generación de los 50, Rafael Guillén fue uno de los poetas que, con el grupo “Versos al aire li-bre”, reanimó la vida poética y literaria granadina tras la posgue-rra. Posteriormente fundó y dirigió, junto a José García Ladrón de Guevara, la colección de libros “Veleta al Sur”, única manifestación poética en Grana-da desde 1957 hasta 1966. Su aportación, aún viva, es imprescindible por su calidad y su libertad dentro del panorama poético granadino.

Antonio Carvajal, reciente Premio Nacional de Poesía, ha mantenido el tan necesario rigor formal del cual ninguna poesía que aspire a ser verdadero arte y que tenga verdadera vocación universal puede prescindir. Libros como “Tigres en el jardín” son ya un clásico y una referencia de la poesía que toma el testigo al cla-sicismo más exigente pero que lo renueva en temas y contextos. Según el mismo Carvajal, no pueden des-vincularse en su obra la vida, la palabra y la vocación académica, la cual ha desempeñado en la Universi-dad de Granada siendo uno de los mejores especia-listas en métrica.

Por todo ello, el panorama actual granadino no anda lejos de la calidad y la trascendencia de su tradición. Entre los poetas más jóvenes de nuestra ciudad es más difícil señalar unas líneas precisas, pues se trata en realidad de una obra aún en construcción y en evo-lución. Pero no podemos dejar de señalar dos movi-mientos que han tenido una repercusión importante en el resto de la poesía escrita en español: la llamada “poesía de la experiencia” y la “poesía de la diferen-cia”. Se trata de dos movimientos muy distintos en cuanto a su concepción de la poesía, su estética, sus te-mas… Pero, sin duda, la calidad de los poetas de una y otra escuela ha dado nombres tan importantes como los de Javier Egea y Luis García Montero –otro de los auto-res imprescindibles de entre nuestros tres premios Na-cionales de Poesía- en la poesía de la experiencia, y los de Fernando de Villena o Antonio Enrique, en la escuela de la diferencia-, estos últimos maestros también perso-nalísimos e indiscutibles en el difícil mundo de la novela.

En la actualidad el testigo es recogido por jóvenes poetas cuya obra sigue en cabeza en cuanto a calidad, nuevas propuestas y actividad literaria se refiere. Se me hace muy difícil citar aquí nombres sin correr el riesgo de olvidar algunos. Aun así –los ordeno alfabé-ticamente- retengamos los de Alejandro Pedregosa, Alicia Choín, Álvaro Salvador, Andrés Neuman, Án-geles Mora, Daniel Rodríguez Moya, Erika Martínez, Fernando Valverde, Fernando Soriano, Iona Gruia, Javier Bozalongo, Jesús Amaya, José Carlos Rosa-les, Juan Andrés García Román, Juan Carlos Abril, Juan Carlos Friebe, Juan Peregrina, Miguel Ángel Contreras, Pedro Enríquez, Trinidad Gan... Seguro que olvido algún nombre importante. Es demasiado pronto para establecer con claridad una distinción entre generaciones o para calibrar el valor de la obra de cada uno de ellos. Lo importante es tener presente que en nuestra ciudad se sigue cultivando una de las mejores poesías del actual panorama en lengua his-pana.

La riqueza poética de Granada es, como se ve, va-riada y de alta calidad. Terminemos, pues, con unas palabras de nuestro Federico en las que recordamos aquello que, desde la peculiaridad, ha hecho a la vez universal nuestra poesía.

La estética de las cosas pequeñas ha sido nuestro fruto más castizo, la nota distinta y el más delicado juego de nuestros artistas. Y no es obra de paciencia, sino obra de tiempo; no obra de trabajo, sino obra de pura virtud y amor. Esto no podía suceder en otra ciu-dad. Pero sí en Granada.

(…) Por eso, cuando en el siglo XVII un poeta grana-dino, don Pedro Soto de Rojas, de vuelta de Madrid, lleno de pesadumbre y desengaños, escribe en la por-tada de un libro suyo estas palabras: “Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos», hace, a mi modo de ver, la más exacta definición de Granada: Pa-raíso cerrado para muchos.

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