ArgonautasN#12 ABRIL 2016

ISSN 2341-4091

·RELATOS·POESÍA·ILUSTRACIÓN·CINE·OPINIÓN·

· ¡HOSTIA UN LIBRO! ·· KEYKO MCCARTNEY ·· LA COMODIDAD DEL LECTOR PASIVO ·· CONOCIENDO A LITTLE YAI ·· 5 DIRECTORES QUE HAN ACABADO SIENDO UN BLUFF ·

Argonautasen las redes

www.revista-argonautas.com

Todos los textos, fotografías e ilustraciones pertenecen a sus autores,

salvo aquellos en los que se manifieste expresamente lo contrario.

Fotografías de secciones ©Mar Arguello Arbe

www.ediotorialargonautas.com

#13

CAMBIOSJunio 2016

Nosotros

Página 4

Elena Álvarez Santiago Sánchez Juan I. González

Iván RúmarSandra Carbajo

Mar Argüello

Dirección Arte

Redacción Fotografía

OPINIÓN

JAUME VICENT

argonautas

Rubén Torres cuerpoAna Nieto Morillo

NinanoJuan Ramón Jiménez Simón

Eric BicRaúl CastroIsrael Castro

J.I.FejérMaldita Impostora

Página 5

Índice

Página 6

· 8 ·

· 42·

poesía

PARA LEER

EDITORIAL

· 54 ·PARA PENSAr

Catarsis

El cambio del tiempo

· 34·Inconmesurabilidad McCartney

· 30 ·

La comodidad del lector pasivo

Mitología del dolor

Página 7

· 10 ·

· 46·

· 60·

· 22 ·

Escapando del destino

El Abismo

relatos

PARA VER

Conociendo a... Little Yai

Los viejos lienzos de eva

· 40 ·¡Hostia un Libro!

EDITORIAL Hemos cambiado. Esta frase la puede decir cual-

quiera, en cualquier ámbito de la vida, y siempre será cierta. Es imposible ser la misma persona siempre. Aquí me vendría muy bien mencionar esa leyenda ur-bana que dice que en siete años todas las células del cuerpo se habrán renovado, así que, físicamente, pasado ese tiempo, ya no seremos la misma persona. Pero no es del todo cierto. Y lo sé porque el mundo también ha cambiado. Hace unos años, tendría que haber investigado de dónde viene esa creencia y tras mucho tiempo, quizá hubiera tenido suerte de encon-trar en una hemeroteca el artículo del New York Times de 2005 que hablaba de sobre aquello. Después, ten-dría que haber visitado alguna biblioteca especiali-zada en la que encontrar la publicación científica en la que se basaba aquel artículo. Entonces, hubiera descubierto que en aquel estudio no se decía, ni por asomo, aquello de los siete años.

El mundo ha cambiado, y basta con abrir una pestaña del navegador y escribir “células renovar sie-te años” para descubrir la verdad en un par de enla-ces.

Hemos cambiado. Es imposible mantenerse es-table, estático, inmutable, en un mundo que cambia

Página 8

[Edita: Editorial Argonautas, en Madrid, 2015]

ISSN 2341-4091

EDITORIALtan vertiginosamente, cuando no alcanzamos si quie-ra a imaginar cómo será la vida dentro de diez años.

Y este cambio, de las personas, de la sociedad, de la información, por supuesto conlleva a grandes cambios en el arte. Por eso, entre otras cosas, ya no escribimos ni leemos como hace veinte años, igual que tampoco lo haremos dentro de veinte años como ahora.

Dos años atrás, jamás habríamos imaginado es-tar donde estamos ahora: con vosotros, abriendo las páginas de este número 13 de Revista Argonautas, con vosotros, leyendo y admirando a autores noveles gracias a los títulos de Editorial Argonautas. Y este cambio, esta evolución constante, es lo que consigue hacer que todo sea más interesante, que esta aventu-ra sea tan cambiante como positiva y se renueve día a día.

Bienvenido al cambio, argonauta.

Página 9

Página 10

RELATOSPágina 11

Llevaban horas escuchando como el infierno rugía afuera, como los demo-nios se regocijaban en su brutalidad. Cada golpe, cada pisada, cada carcajada les sobresaltaba. Los fuertes abrazos de Isaac apenas aplacaban los temblores de Dora y Eva. Rezaban en silencio, intentando alejar el pánico para no delatarse.

Isaac sabía que los nazis no tardarían en dejarse de contemplaciones. Las leyes antisemitas, las deportaciones y otras humillaciones oficiales, no eran más que una cobertura legal para enmascarar su odio, un gesto hacia la opinión interna-cional. El gobierno llevaba tiempo buscando una excusa para librarse de tantas ata-duras; en cuanto Isaac se enteró de que un judío había disparado contra un diplomático ale-mán supo que Goebbels acababa de dar con esa excusa. Se inventó la conspiración judía y alentó los temidos pogromos, buscando el levantamiento popular que le exculpara ante el mundo.

Isaac tenía que hacer algo, no podía sacar a su familia del país pero sí podía ocultarla, así que decidió construir un escondite. Su casa estaba descartada; ahora que su vecino había ascendido a sargento de las SA no les quitaba el ojo de enci-ma, su mujer y su hija creían que incluso controlaba sus entradas y salidas.Debía ser en la tienda, en el patio, bajo el contenedor de desperdicios nadie miraría. Al cerrar la frutería se quedaba cavando durante toda la noche. Dejó de sacar la basura y llenó todo el patio de porquería y alimañas muertas. Cuando el diplomático finalmente murió, Isaac había conseguido terminar un agujero para albergar a tres personas tumbadas. Sin perder ni un segun-do, arrastró a su mujer y a su hija hasta la tienda. Aunque antes tuvieron que sortear a los grupos de ciudadanos y de camisas pardas que ya empezaban a reunirse. A pesar de la helada noche el patio hedía a descomposición y podredumbre. Empujó el contenedor, cuyas ruedas rechinaron, destapó el agujero e hizo pasar a su mujer y su hija. Luego cogió todas las ratas y gatos muertos que había ido acumulando y los puso sobre la chapa que cubriría el escondite. Se metió dentro, colocó el contenedor sobre el escondite, cal-

Escapando del destinopor Rubén Torres Cuerpo

ilustración de Eric Bic

Página 12

Página 13

zó las ruedas para que no se moviera, y finalmente deslizó la chapa para desaparecer. La turba furiosa, apareció pronto, destrozando, saqueando y riéndose sin control. La inmundicia del patio los mantenía alejados, pero le arrancaba insultos contra los sucios judíos y encendía su rabia que acababa pagando la tienda.

−Parece que se han ido −se atrevió a susurrar Dora después de un buen rato de silencio.Isaac se llevó el índice a los labios, se quedarían allí hasta el amanecer.Pero poco a poco el olor a humo se fue filtrando en el refugio.

−¡Nos quieren quemar! −exclamó Isaac deslizando la chapa. Empujó el con-tenedor y sacó a Dora y a Eva. No veía las llamas pero la humareda ya velaba el ambiente. −Corred −dijo mientras les abría la puerta del patio hacia un callejón trasero.

Salieron sin cautela, azuzados por el miedo pero con movimientos torpes, las horas de cautiverio se le agarraban a las piernas.

−¡Mirad unas ratas! −gritaron desde lejos.

Isaac intentó apretar el paso pero tropezó y se cayó, su mujer y su hija volvie-ron para socorrerlo. Antes de poder levantarlo ya los tenían encima. Isaac abrazó a su mujer y a su hija para protegerlas. Pero de poco le sirvió porque los separaron a patadas.Un grupo de jóvenes sacó a Eva del linchamiento; unos cuantos le sujetaron por los brazos mientras le manoseaban, otro se desabrochaba el cinturón para violarla y el resto jaleaban y esperaban su turno. Los que no pertene-cían al grupo de jóvenes se marcharon obligados por los pocos escrúpulos que les quedaban. Isaac y Dora, ahora libres, intentaron defender a su hija pero una lluvia de golpes abortó sus intenciones.El joven le abría las piernas a Eva, cuando un disparo lo paró en seco.

−Deténgase inmediatamente −ordenó el causante del disparo− ¿Cómo se atreven? ¿No saben que están cometiendo un delito contra nuestra raza? −conti-nuó.

Los jóvenes permanecían inmóviles, sin saber qué hacer. Volvió a disparar. Y todos huyeron atropellados. Isaac y Dora se arrastraron hasta Eva y la abrazaron con desesperación.

Página 14

Página 15

−Señores Adler -le dijo una voz amable−. ¿Pueden caminar?

Isaac levantó la cabeza. Y descubrió a su vecino, el señor Niemeier.

−Venga, dense prisa −insistía mientras les ayudaba a levantarse.

Los tres obedecían con miedo, sin entender las intenciones del sargento.

−Si quieren librarse de los campos judíos, hagan lo que yo les diga −les ex-plicó−. Vamos a ir hacia la avenida Ku’damm, yo iré detrás apuntándoles con el arma.Los tres se quedaron paralizados, sabían que allí es donde se concentrarían las tropas de asalto.

−Por favor −les animó.

Isaac rodeó a su hija con el brazo, le dio la mano a Dora y emprendió la mar-cha. En realidad no tenía alternativa. Al doblar la esquina descubrieron el origen del humo, la sinagoga estaba ardiendo. Cada paso crujía sobre una alfombra de cristales rotos y les adentraba más y más en el infierno. Hombres tratados como rebaños, corros celebrando las palizas, niños llorando junto a cuerpos sin vida.El frío y el dolor crecían insoportables pero se obligaban a continuar sin que-jarse. Isaac, de vez en cuando, miraba hacia atrás buscando algún gesto de complicidad, pero solo recibía insultos y empujones del señor Niemeier.Nadie se interponía en su camino, un sargento empuñando una Luger con-tra tres judíos solo atraía saludos nazis y asentimientos de conformidad.

−Métanse en esa callejuela −les ordenó antes de llegar a las multitudes de la Alexanderplatz−. Ahora vamos a ir a mi casa −les dijo cuando se aseguró de que nadie les veía.−Pero…

−Confíen en mí −dijo el señor Niemeier−, esto no es más que un disfraz −se señaló el uniforme− Cada uno hace lo que más le conviene, ¿No creen?−Gracias −dijo Isaac sabiendo lo que se jugaba el sargento.

Ahora que se alejaban de la barbarie, se movían más rápido. Cuando se veían seguros, Isaac se volvía para musitar su gratitud entre lágrimas. Se sentía tan en deuda que la culpabilidad le retorcía la conciencia. Siempre lo había considerado

un enemigo y resulta que era mucho más hombre que él. Isaac sabía que en caso contrario él nunca se hubiese arriesgado.

Llegaron a su edificio y subieron a casa del señor Niemeier. Al cerrar la puerta Isaac, Dora y Eva se abrazaron llorando y besándose, conscientes de lo que habían conseguido. Se giraron hacia el señor Niemeier que todavía sostenía la Luger y sonreía satisfecho. Dora se arrodilló y le besó la otra mano entre agradecimientos y bendiciones. Eva e Isaac le imitaron.

Un disparo resonó en la habitación. Dora y Eva, salpicadas de sangre y sesos, observaron mudas como el cuerpo de Isaac caía al suelo con la mitad del cráneo reventado.

−No os imagináis el tiempo que llevaba esperando este momento −dijo des-abrochándose el cinturón.

Página 16

Página 18Página 18

Página 19

El Abismopor Ana Nieto Morilloilustración Raúl Castro

Habían pasado dos milenios desde la última vez que un humano paseó por la superficie de la Tierra. Pasados dos milenios incluso los bancos de datos del plane-ta habían sufrido percances (como aquella tormenta solar en el siglo IV) y pasados dos milenios había quienes dudaban. La escasa información que quedaba sobre los Creadores podía haber sido tergiversada o malinterpretada. ¿Qué pruebas quedaban siquiera de que hubiesen existido los humanos?

Pero para R.ITG-12 no había ninguna duda: existía, ergo había sido creado. Las piezas del primer androide no podían haber sido orquestadas por la naturaleza, las órdenes más profundas que imperaban en cualquier cerebro positrónico no habían podido ser creadas en el vacío por mucho que ahora se repitieran mecánicamente en las fábricas o se mejorasen por los robots dedicados al diseño de las siguientes generaciones. Visto desde cierto punto de vista ¿a qué aspiraban si no era a completarse, a hacerse más humanos?En dos milenios los robots habían recuperado la Tierra, habían permitido que volviese a ser habitable en base a unos criterios que ninguno de ellos necesitaba, limpiando el aire y recuperando los bosques. En dos milenios los robots también habían prospera-do, hasta ser capaces de plantearse su propia existencia. Y dudar de ella. Robots eran los que construían (creaban) los siguientes robots que los sustituirían y las primeras generaciones eran tan lejanas que nadie las recordaba.Su historia era la paradoja de los dos espejos enfrentados.

Después de estos dos milenios había quienes habían perdido la fe. Ahora R.ITG-12 era denominado un “creyente” y aunque los creyentes seguían siendo la mayoría, tres generacio-nes atrás a ningún robot se le habría ocurrido dudar siquiera de su existencia y la de los hu-manos, en algún lugar entre las estrellas, perdidos. Observándoles y esperando el momento adecuado para regresar.

La colina estaba a punto de llegar a su fin y bajo sus pies metálicos había hierba fresca. Hacía un milenio y medio que por fin se había podido recobrar la hierba. Cuando llegó a la pequeña cima sobre su cabeza metálica había cielo abierto. Hacía un milenio que por fin se había podido recobrar las estrellas en aquella bóveda sin techo.En lo alto de la colina y bajo la cúpula celeste llena de estrellas, lejanas e ignotas, R.ITG-12 no lo dudó: todas sus conclusiones eran lógicas, eran sólidas, no meros axio-mas sostenidos en el vacío.

Cuando volviesen los Creadores, ¿reconocerían su obra?

© Fotografía de Mar Argüello ArbePágina 22

PRÓXIMAMENTE

Los viejos lienzos de Evade Luis Cano

Página 23

Página 24

POESÍAPágina 25

Página 26

Catarsispor Ninano

ilustración Israel Castro

Una de estas mañanas destrozo amarras,rompo la puerta de un golpe,descompongo quicio y goznesde la jaulay retuerzo entre mis manos las bisagras.

Salto a la nada añil del sol que se despierta,a buscar miradas nuevas,a beber caricias nuevas y a respirar,por la rendija de esa esperanza abierta.

Robo sábanas tendidaspara arbolar velas blancasy navegar.

Y hago un mástil con el lápiz,donde atarme a ver sirenas. Y a escuchar.

Cierro los muebles,rompo la casa,el café, las tostadas,la alfombrilla del baño,el edredón de plumay las plumas mojadas.

Página 27

El cambio del tiempopor Juan Ramón Jiménez Simón

ilustración J.I.Fejér

El tiempo eclipsa una pausa, despierto azul del día, a los silenciosos oídos del silencio. ¡Qué quietud, sueño azur nocturno, a los oídos sordos de quien oye! En todo, desnudo,en el estruendo de sonidos ajenoscomo el juego autoindulgente de los niños,en todo, desnudo. He oído la mañana celeste, y en nada ausencias,soy yo, el momento,tú eres tú,lo siguiente, percepción de una noche audible. Hermoso instante de un eco, ser y nos ser, entendiendo nada sólido más que la promesa de un tiempo líquido, indiferente al oído. O considerándose como una clave, o el estruendo de las sirenas, que se quedan atrás. Pero despierto en la voz del tiempodonde el viento sobre mi rostro entra con asombro ante el cambio: lo visual, por ti, se hizo canción. Ya,en el aire,por mí, el tiempo se hizo silencio,tras el cielo azul.zzzzzz

Página 28

Página 29Página 29

Página 30

Florecen los tabúesde los dedos rosados de la auroracon rumor de aludes en primigenia hora.

Y suenan en clave apocalípticalenguas de viento-metal,cortejo de una pena atonalque no entiende de justicias ni de métrica.

Diluida la gravedady perdida la contienda contra el viento,anclados al limbo de la consanguineidadaguardamos al alumbramiento del tiempo.

La carne se deshace lentamenteen los derrumbos de la luz inmanentey el destierro de la materia deviene en motor del cam-bio.Somos los hijos del naufragio.

Mitología del dolorpor Ana Nieto Morillo

ilustración Maldita impostora

Página 31

www.revista-argonautas.com

Buscamos talento

Te buscamos a ti

JUNIO N#13¡PARTICIPA!

·HOTELES·Desde ya, y hasta el 20 de JUNIO, puedes enviarnos tus propuestas para

el siguiente número, de temática: HOTELES.

Si eres escritor o poeta:Mándanos tu creación entre los días 1 y 20 del mes.

En formato word, PDF, .odt o pages.

Si eres ilustrador:1. Mandanos una muestra de tu trabajo entre los dias 1 y 20 de JUNIO.

2. Una vez hayamos seleccionado los textos que se publicarán en la revista, te enviaremos, entre los días 21 y 30, el texto que, a nuestro parecer, mejor

se adapte a tu estilo.3. Entre los días 1 y 15 de JULIO, nos enviarás tu ilustración y,

¡listo! Aparecerá publicada en el próximo número.

*Procura mandarnos tu ilustración el la mejor calidad posible, independien-temente del formato que elijas.

contacto@revista-argonautas.com

Página 34

Inconmensurabilidad McCartney

fotografías de Keiko McCartney

por Sandra Carbajo

Página 35

Página 36

Inconmensurabilidad. Cualidad de inconmensurable. Enorme, que por su gran magnitud no puede medirse. ¿Inabarcable? No, en todo caso, ilimitado. Bueno, tal vez, no abarcable por tu lengua que cada vez que intenta pronunciar la dichosa palabra, un bucle de nudos tan errá-ticos como erróneos, consigue impedírselo. In-con-men-su-ra-bi-li-dad en ocho sílabas, ocho pausas que definen la vida y como consecuencia, nuestro mundo. No existe palabra más acertada que el abstracto con el que he comenzado. ¿No es curioso que a pesar de todo seamos (in)finitos gracias precisamente a nuestra cualidad de inconmensurables? Esa que nos permite crear y destruir. Que nos permite transformar, dis-frutar, soñar y descubrir; y sorprendernos; y emocionarnos. Hacer arte. Y hacerlo tan bien que se te borren todas las palabras. ¡Ay de mí! Que algún dios se apiade y tome el relevo porque yo no sé si voy a ser ca-paz de continuar. Aprieta el gatillo y muéstramela por favor. Y entonces, aparece ella: su pelo corto ‘beatleliano’, su jovialidad.

Página 37

Cae la tarde en dos husos hora-rios diferentes que huelen y saben a fin de semana; a pesar de que en los tiempos que corren, el sexto y séptimo día no sean sinónimos de descanso. Cuesta creer que sea una persona sen-timentalmente hermética cuando cru-zas las primeras palabras con ella. Es dicharachera y perspicaz. Habla, mu-cho, por sus codos y los tuyos, pero no irrita ni molesta. De hecho, al principio uno piensa que es fruto de los nervios, cierta ternura te invade y por ello, de-jas que ella marque el ritmo. Luego te das cuenta que no, que histerismos los justos. Keiko no tiene de eso y Patricia, menos. Ancha y vasta es Castilla. Incon-mensurable, diría yo. Como ella, Keiko McCartney en semi-público, Patricia Peral en semi-privado. Cuando le pre-guntaba cuánto había de Keiko en Pa-tricia, y ella me respondía, viceversa, entendí que hoy por hoy, el alter ego quizá no sea Keiko. Filóloga, escritora y fotógrafa, la señorita McCartney actual-mente reside en la ciudad alemana de Düsseldorf. Sus estudios de Filología Alemana, la fascinación por la lengua de Goethe y la inevitable atracción que siempre sintió por las tierras germanas, hicieron que terminara probando suerte a 1700km de casa. Sin embargo, Keiko siempre tuvo claro que esta experiencia tenía fecha de caducidad y que al bille-te de ida le acompañaba el de vuelta, abierta por supuesto. Zamorana de provincia, de Coli-nas de Transmonte para ser exactos. Inconformista y pasional desde que abrió el ojo en 1993. Hermana, hija y nieta la cual mamó literatura antes in-cluso de estar. Dicen que el encanto de

las ciudades provinciales castellanas reside en sus gentes, en ese halo de nostalgia que mantiene el costumbris-mo de décadas pasadas. Observando a Patricia (cuando habla de casa es sin lugar a dudas Patricia Peral), sus ges-tos, su movimiento, me doy cuenta de la veracidad de esa afirmación. Y es que en Castilla el tiempo pasa de otra manera.

Leer a Keiko es sumergirse en ella. Utiliza la primera persona aunque esto no implica que esté continuamente refiriéndose a sí misma. Keiko conside-ra que el ‘yo’ empatiza y acerca al lector más que ‘él o ella’. Hablar en tercera persona siempre fue de locos, y aun-que el genio artístico, lo tiene y mucho, está repartido en dosis equilibrada. La prosa de Keiko está plagada de voz de mujer. Mujeres que son de este tiempo y de otros, mujeres con reminiscencia de pasado y ganas de futuro, mujeres atrapadas, valientes, cohibidas, soñadoras, luchadoras, in-dependientes. Mujeres con y de paren-tesco, solteras y casadas, que anhelan lo que no tienen, que tienen lo que no anhelan. Mujeres caóticas, metódicas, trabajadoras. Femenina y no. Mujer, al fin y al cabo. Autobiográficos o no, los textos de Keiko se acercan a un realismo satíri-co que tan bien casa con nuestra so-ciedad actual. Oscura y a veces incluso cruel, sus escritos no son parrafadas de subordinadas plagadas de metáfo-ras, paralelismos y otros recursos lite-rarios que en exceso, contaminan el sentido de las letras. La prosa de Lady McCartney es fresca y demoledora, sin aditivos ni conservantes. Quizá porque

sabe desengranar un idioma, o porque lee tantísimo y porque además, posee un talento extraordinario; Keiko es ca-paz de usar todos los signos a su favor. Ella, como si de una bruja se tratase, sabe que esa coma te hará coger aire, que ese punto y seguido te cortará la respiración y que el punto y final podrá destruirte o dejarte con ganas de más. Sabe qué palabra escoger y el tamaño de la frase que vendrá después. Keiko coge su pistola y aprieta el gatillo. ¡Pum! Dispara una bala de doble casquillo. Di-recta a tu cabeza, directa a tu corazón.

Ese oscurantismo de su prosa está muy ligado a sus vivencias y expe-riencias. Recordemos que los pueblos siempre serán (putos) pueblos. Que en ellos existe misticismo, fábulas, corre-veidiles, dimes y diretes. Que en todo pueblo español hay una iglesia o capi-lla, y que la religión católica sigue pre-sente y con fuerza. Keiko ha crecido en este ambiente y por ello, la religión es un tópico. No obstante, juega con ella, la modula a su antojo. A veces es la protagonista, otras un actor secundario e incluso, antagonista.

Los pueblos, aparte de su cuali-dad de putos, siempre serán el pueblito bueno, el pueblito rico. Ese lugar don-de de alguna forma, también eres libre. Quizá de distinto modo pero lo eres. Donde respiras y tomas aire de verdad. Los pueblos son memoria, una memo-ria histórica y personal. Keiko utiliza esta memoria y el recuerdo para escri-bir. Por ello, muchos de sus textos es-tán cargados de nostalgia y melancolía, de esa idea de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Es primavera y cae la tarde. Keiko ha tenido que encender la luz porque en Düsseldorf ya no brilla el sol. Yo tengo la suerte de disfrutar de una hora más de claridad. después de cambiarnos los ro-les durante unos instantes, ambas nos despedimos, como buenas expatriadas aventureras nos desemos suerte y nos prometemos un cara a cara madrileño, en torno por supuesto a unas cervezas. Apago my skype y grabadora. Me quedo mirando unos segundos la pan-talla del ordenador y entonces, lo único que se me viene a la cabeza es, inco-mensurabilidad McCartney.

Página 38

Página 39

Fotografías de Mar Argüello ArbePágina 40

¿Qué?¡Hostia un libro!

¿Quién?

Editorial Argonautas, y ¡muchas más!

¿Cómo?¡Cómo podamos!

¿Cuándo?El 25 de Junio, de 12:00h a 22:00h

¿Dónde?En el Campo de la cebada del madrileño barrio de la latina.

¿Por quÉ?¿Y por qué no? Ven a conocernos, apoya a editoriales y au-

tores independientes mientras te bebes una cerveza fresqui-ta, disfrutar de los libros y la lectura, ¡ y alucina con los

mandobles espaciales patrocinados por los chicos de ludo sport!

Página 41

PARA

Página 42

LEERpor Elena A.G.

PARALEER

por Elena A.G.

Página 43

Página 44

NOVEDADES II Antología Argonautas, VV.AA. Ed. Argonautas. [YA EN PREVENTA]

Tras el éxito de la I Antología Argonautas, donde una generación independiente y valiente de escritores de di-versas nacionalidades unían ilusión y letras, llega la II Antología Argonautas: una nueva entrega empapada de la fuerza e ilusión de autores noveles en una selección de relatos y poemas que muestran la capacidad de rein-vención de formas y discursos, exponiendo una serie de ideas refrescantes y puntos de vista que conforman un indispensable engranaje para el correcto funcionamien-to y continuidad de ese gigante llamado literatura.

Emilio Álvarez, Diana Beláustegui, Fernando G. Ma-roto, Federico Melis, Diego Mercado Villaroel, Guiller-mo Pavón Gray, Linda Ravstar, Rubén Torres Cuerpo, Jaume Vicent, Denisse Buendía y José Luis Martínez Clares son los autores que con sus relatos y poemas, representan a toda una generación de ADN tecnológico y altas dosis de corage en esta segunda entrega de las Antologías Argonautas

El campeón ha vuelto, de J.R. Moehringer. Ed. Duomo Nefelibata

En 1997, a J.R. Moehringer le encargaron un reportaje

sobre Bob Satterfield, un peso pesado que peleó entre

1945 y 1957 y sobre el cual nada se sabía. Se había

esfumado del mapa. Moehringer andaba en busca de

una buena historia, fue tras los pasos de un hombre

que vivía en la calle y que juraba ser Bob Satterfield. Se

hacía llamar el «Campeón» y decía ser Bob, «el mejor

noqueador de todos los tiempos». Pero ¿era realmente

el «Campeón»?

SELECCIÓN ARGONAUTAS

1- El ruido del tiempo, Juan Barnes.Anagrama Editorial.2- Yo, Domobot, Ulises LaFuente Ramos.3- Sequía, Bruno Ríos Foc Ediciones.4- La niña del pelo raro, David Foster Wallace. Mondadori.5- Cartografía de una tangente, Esdrujula Ediciones.

Página 45

1 2 3

4 5

Página 46

PARAVER

por Iván Rúmar

Página 47

PARAVER

por Iván Rúmar

Página 48

El otro día, en el cine, me quedé algo flipado con un anuncio que pro-yectaron antes de la película. No recuerdo mucho los detalles ni qué se anun-ciaba (¿quién presta atención ahora a los anuncios de televisión? Muchos he-mos desarrollado ya un acto reflejo, un sexto sentido del zapeo), pero sé que salían en él un montón de jóvenes haciendo cosas muy cools, vistiendo ropa muy de moda, todos como clones de discoteca, y lo que me impactó es que todos salían chillando la palabra now, enviando el mensaje tan pernicioso y nocivo de que lo único que importa es el aquí y el ahora, que todo lo que nos apetece lo podamos conseguir con tan solo chasquear los dedos.El aquí y el ahora. Hemos entrado desde hace ya mucho tiempo en una es-piral difícil de detener: la de querer las cosas para ahora, no para mañana ni para pasado, sino para ahora mismo. Sacan el nuevo modelo de iPhone y ya tenemos cientos de miles de colas en todo el mundo que lo quieren para ya; sale un capítulo de “Juego de Tronos” y todo el mundo como en desbandada a verlo, aunque la calidad sea pobrísima y en apenas una semana lo pue-das ver en una calidad más decente. Miles de personas que descartan oficios como el de escritor porque son incapaces de entender que para ser buenos en algo hay que perseverar, pasar por un proceso de aprendizaje largo, que hay que tener paciencia y visualizar que los frutos no podrán recogerse hasta dentro de muchísimos años. ¿A qué conduce todo esto? ¿Qué carajos quieres contarnos con todo este rollo? ¿Dónde encaja la película de la que nos quieres hablar en esto? Quizás haya forzado demasiado la máquina queriendo relacionar toda esta diatriba con la película que nos ocupa, “Aquí y ahora”, de James Ponsoldt, porque no es que gire alrededor de todo eso, pero es que tengo la sensación de que parte de los problemas que sufre el protagonista vienen de esta men-

Aquíy

Ahora

Página 49

talidad tan presentista que se ha apoderado de los jóvenes y de los no tan jóvenes desde hace ya décadas y que ahora está viviendo un pico inusitado.Claro que el protagonista de esta historia, Sutter, vive con una madre con la que apenas habla, ha crecido sin un padre porque este les abandonó cuando él era pequeño, porque es un tipo incapaz de vertebrar una vida más allá del ahora mismo, y su hermana ya no vive con ellos. Está claro que la película se sitúa en esa edad tan llena de cambios en la que se empieza a obligarnos a tomar decisiones más o menos trascendentales, a tener dominio de nuestra vida y a empezar a proyectar qué queremos de ella. Está claro que el protagonista tiene muchos problemas que nada tie-nen que ver con esa crisis de valores que comentaba más arriba, pero sí hay algo de eso en su manera de afrontar todo lo que le ocurre: solo le importa el momento presente, vive en una burbuja de placeres inmediatos, todo gira alrededor de lo que hará dentro de cinco minutos y lo bien que se lo va a pa-sar dentro de seis. Eso le aísla de los demás problemas, le permite escudarse de todo lo que no quiere afrontar, pero esa estrategia tiene su raíz en que ahora pocos piensan a largo plazo, pocos están preparados para afrontar y sufrir, a esperar largo tiempo para recoger unos frutos solo visibles a años vista. Es por eso que el protagonista, cuando llega la graduación, no tiene nada en mente. Asiste desconcertado a las preguntas de su novia sobre qué va a hacer a continuación, no entiende que ella tenga la cabeza programada para dentro de cinco años y tenga claro que quiera sacrificar esos años para

Página 50

conseguir un objetivo. Él solo está acostumbrado a alargar la mano y tomar lo que quiere y es por ello que la crisis de la adolescencia le sacude de forma demoledora. Él no se esfuerza ni se sacrifica, porque eso implicaría que quie-re hacer algo con su vida más allá del ahora.

Página 51

www.editorialargonautas.com

Página 52

5 directores¿Cuántas veces has visto una película de un director, te ha encantado y has esperado que todas las demás que rodaría o había rodado serían igual de buenas? ¿Cuántas ve-ces te ha pasado que has alabado a un director delante de tus amigos y luego se han reído en tu cara repasándote tu patinazo? O la decepción de ver directores que, pudien-do ofrecer más, se limitan a cumplir.

A mí unas cuantas. Ahí van cinco:

1. J.J. AbramsEste desde Perdidos que no ha hecho nada especialmente destacable en el campo del cine, ahí está el remake de la cuarta película de Star Wars o la insulsa segunda parte de Star Trek, ni en el campo de las series, donde se ha pegado el gran batacazo con procedimentales sin gancho como Person of Interest o series sin pies ni cabeza como Alcatraz, dónde la fórmula del “me invento cosas chulas pero luego no te las remato” que sí le funcionó más o menos en Perdidos aquí ya cansinea a base de bien.

2. David Twohy Pitch Black es una joya de la ciencia ficción de terror y Las crónicas de Riddick un producto entretenidísimo y con una ambientación superlativa. Y ya está. Aquí acaba-ron los grandes logros de Twohy. La tercera parte de la saga de Riddick no vale un pimiento y, sus películas fuera de estas sagas son perfectamente olvidables; ¡Han lle-gado!, por ejemplo, es una castaña como la copa de un pino.

3. Alan TaylorDe un director de Juego de Tronos se podría esperar algo muy grande, y más de un director que dirigió capítulos como “Baelor” o “Fuego y sangre”, de los mejores que se han roda-do de la serie; ahora bien, cuando dejó atrás Juego de Tronos y las series de TV (habiendo participado en Los Soprano, Roma o Deadwood, entre otras) Taylor volvió al mundo del cine con dos fiascos: la huequísima y con más agujeros de guion que un colador Thor 2 y la humillante regeneración de la saga de Terminator, un aburridísimo blockbuster del montón sin pies ni cabeza.

directores4. Alex ProyasLa primera película que vi de Proyas fue Yo robot. Me gustó mucho cuando la vi y aun cuando la pillo en algún canal ejerce un extraño influjo sobre mí de no querer cambiar de canal y acabarla. Creo que la debo haber visto como unas diez veces. Argumento resultón, algún que otro giro interesantísimo, acción desenfrenada y bien rodada y un Will Smith en estado de gracia. El cuervo no la he visto, pero Dark City es un gran bluff, Señales del futu-ro se hunde ella sola gracias a un guion demasiado absurdo y la próxima Gods of Egypt no inspira mucha confianza.

5. John HillcoatYo a Hillcoat lo tuve en un pedestal durante un tiempo por la gran adaptación que hizo de la novela de McCarthy, La carretera, y entonces pensé que sería un director al que tenía que seguirle la pista. Cuando vi La propuesta, su primera película, se me cayó el mundo encima: era flojísima, con un guion que hacía aguas se mirase por dónde se mirase. Luego vino Sin ley (Lawless) y, aunque correcta, era una película fallida; entretenía, pero no era nada del otro jueves. Ahí me di cuenta que Hillcoat era un buen director cuando le daban un buen guion y que eso solo había ocurrido una vez. Y con Triple 9 ocurre más o menos lo mismo que en Sin ley (Lawless).

Página 53

que han acabado siendo un bluff

Página 54

PARAPENSAR

PARAPENSAR

Página 55

Hace unos meses un colaborador de mi blog escribía sobre escritores va-gos y lectores vagos, el artículo tuvo un poco de controversia cuando alguien, con más ganas de trollear que de apor-tar argumentos de peso a la conversa-ción, quiso darle un repaso al autor del artículo. La cosa quedó en nada, por-que como digo, había más ganas de fastidiar que de dar argumentos. Algo que, no hace más que reforzar la tésis del autor, pues daba la impresión de que no se había entendido lo que se exponía allí. Guillermo, así se llama el autor de aquel artículo, se planteaba una pre-gunta muy al estilo del huevo y la galli-na, ¿qué fue antes el escritor vago o el lector vago? Difícil responder a algo así, pues algo que se retroalimenta: los lec-tores son vagos y los escritores nos aco-modamos, por lo que cada vez los lec-tores quieren pensar menos y nosotros nos tenemos que esforzar menos… ¿Quieres saber si eres un lector vago? Yo tengo la fórmula magistral para saber si lo eres. Vamos a poner-

nos en situación, ¿vale? Acabas de leerte el último bestseller de tu autor de ciencia ficción favorito, tu vida se ha quedado vacía y ahora tendrás que esperar al menos tres años para saber cómo continua esa historia. Si tienes suerte, podrás entrever los sucesos en la serie que Netflix está preparando para este año, pero si no, tendrás que soportar las fotos de tus excompañeros de clase y de sus hijos, hasta que aparezca el siguien-te libro de la saga. Bien, ¿cuál es la solución? Está ahí, siempre lo ha estado. Entras en Amazon y tecleas el nombre de ese libro que te acabas de leer. Esperas a que se cargue la página e inmediatamente te vas a la parte baja, ahí donde pone: «Los clien-tes que compraron este producto tam-bién compraron…»¿Lo has hecho alguna vez? ¿Te sien-tes identificado? Si alguna vez has hecho esto, tú, igual que yo, eres un puto vago. ¿Por qué? Ahora te lo ex-plico. En primer lugar, estás haciendo

Página 56

La comodidad del lector pasivo

Jaume Vicent.www.excentrya.com

un poco más rica a Amazon, porque te voy a contar un secreto, esa lista que te dejan ahí no es para ayudarte, es simplemente, para sacarte los cuartos. Amazon sabe que, cuánto más tiempo te retenga en su página, más dinero te vas a dejar y gracias a las cookies y a di-versos rituales de magia negra en los que se sacrifican animales y doncellas vírgenes, tienen un amplio historial con tus gustos y tus compras. Amazon, te lanza sugerencia sobre lo que cree que te gustará. ¿Te has fijado que esto solo apa-rece en la página de compra del libro? ¿Eso no te da qué pensar? Amazon quiere que compres muchos libros y no es que se preocupe por tu cultura, es que quiere ganar dinero a tu costa, sabe que mostrándote ese mensaje de Los clientes que compraron este pro-ducto… acabarás por llevarte más de un libro. Amazon intenta buscar su benefi-cio propio, por eso siempre te muestra sugerencias lo más cercanas posibles a tu última compra. Algo que está bien siempre que quieras encerrarte para siempre en los límites de tu género. Si tienes pensado pasarte el resto de tu vida leyendo novelas eróticas sobre pi-ratas o historias de amas de casa abu-rridas que han decidido asesinar como pasatiempo, entonces, guay, Amazon te dará mogollón de sugerencias cha-chis, pero nunca leerás nada más que eso… Y si crees que no es así porque la lista está basada en las compras de otras personas, párate a pensar de dón-de han salido las sugerencias para esas

otras personas… Exacto. Hemos vuelto a la teoría del círculo.Incluso cuando Amazon se la juega y se mea en la precaución, tampoco te creas que te mostrará cosas muy distintas. Empieces por donde em-pieces, la lista siempre te mostrará los mismos títulos una y otra vez, es como El Día de la Marmota de los libros. A lo mejor ahora estás pensando que Amazon quiere favorecer la diver-sidad, que intenta que nuestra cultura lectiva florezca como la vida vegetal en la selva de la que toma nombre. Bue-no, la verdad es que Amazon se caga bastante en la diversidad, si todos com-prásemos montañas del mismo libro, porque se ha puesto de moda construir refugios con libros a Amazon no le im-portaría lo más mínimo, te vendería el libro y te seguiría mostrando su lista de sugerencias. Yo no sé si Amazon cobra por mostrar ciertos libros en esas listas de compradores, no lo sé y tampoco es que me importe demasiado. El proble-ma es que este tipo de acciones ponen las cosas muy complicadas a las edito-riales pequeñas que casi nunca pueden competir con las grandes editoriales del sector, que siempre ven sus libros entre esa selección de títulos que se muestra en la parte baja de nuestras pantallas. Y ese, amiguetes y amiguetas, es otro de los motivos por los que siem-pre aparecen los mismos títulos en-tre la selección que Amazon hace so-bre las compras de los lectores. Las grandes editoriales siempre apare-

Página 57

cerán en esas listas, porque siempre venden más que el resto. Los gran-des autores siempre aparecerán en-tre la lista porque siempre venderán más que los autores noveles. Ellos dominan el mercado. Cada vez que aceptamos una de esas sugerencias de Amazon estamos ampliando su poder, estamos haciendo más gran-de el monopolio que las grandes edi-toriales ejercen sobre el sector, cada vez que hacemos eso, desde el co-razón del infierno apuñalamos a una editorial independiente y a un autor novel. Solo por esto deberíamos dejar de ser tan vagos… ¿No? Pues todavía te puedo dar más razones para dejar de serlo. Siguiendo los sabios consejos de Amazon te estás perdiendo grandísimas historias, gran-des títulos de autores noveles, publi-cados por editoriales independientes y de las que nunca sabrás nada porque te has dedicado a consumir todo lo que Amazon quería que leyeses durante el año. Te estás perdiendo libros mara-villosos, fantásticos, con argumentos rompedores y novedosos, libros que no están en esa lista simplemente porque no son lo bastante comerciales para es-tarlo. Puede que buscar estos libros te vaya a suponer un trabajo enorme, so-bre todo con el auge de la autopublica-ción que hace que todo se complique un poco más, sin embargo, tus hábitos de lectura necesitan ese pequeño em-pujón. ¿Quieres una buena lista de su-gerencias? Argonautas publicó una con

autores noveles que deberías leer, ¿qué tal si empiezas por ahí? Puede que tengas miedo de in-tentarlo con los autores noveles y des-conocidos porque piensas que si son autopublicados es porque son malos, puede que creas que las editoriales pe-queñas tragan con todo, pero te equi-vocas yo he leído cosas muy buenas de autores independientes y obras ge-niales publicadas en editoriales muy pequeñas. Muchas veces las editoria-les grandes pierden el filtro de calidad, sobre todo, según cómo te llames y de dónde vengas, esto con las pequeñas no pasa. Si quieres buscar una cura para esta enfermedad, puedes empezar por leer publicaciones como esta —en la que cada mes te dan sugerencias so-bre lecturas—. No es tan difícil, hom-bre, solo tienes que buscar en Google y encontrar algunas revistas pequeñitas, idependientes, como la que estás le-yendo ahora mismo. Haz la prueba, se-guro que la primera página de búsque-da te arrojará más de cien resultados. Búscate unas cuantas, te aseguro que conseguirás una buena lectura, mucho mejor que las últimas gilipolleces sobre la Pantojina, las idioteces de nuestros políticos o los spoilers sobre Juego de Tronos. Otra forma de escapar del abrazo del oso de Amazon es leer blogs de es-critores. Solo tienes que buscar un poco y encontrarás millones de blogs de es-critores independientes, síguelos, lée-los, lee sus artículos, sigue sus cuentas en las redes sociales, habla con ellos. In-

Página 58

cluso estaría muy bien que te animaras y abrieses un blog de reseñas; si hablas con los autores y les pides una copia de su libro para reseñar te aseguro que te la darán encantados y eso que, como autores noveles, estamos siempre sin blanca, pero mira, somos así de esplén-didos. Encuentra escritores, pídeles una copia, lee, comenta y reseña. Seguro que tienes un colega lec-tor que te puede ayudar, si estás leyen-do esto puedes preguntarme a mí o a los chicos de Argonautas, seguro que te sabremos aconsejar sobre escritores y obras independientes. Busca hashtags sobre lectura, Instagram se está convir-tiendo en la mejor red sobre lecturas, si uno busca el hashtag #Books o #books-tagram, se encontrará con millones de opciones de lectura novedosas. No ne-cesitas pasarte el día buscando, pero seguro que antes o después te vas a en-contrar con alguna perla. Dejar de ser un lector vago es así de sencillo. Como lectores tenemos que dejar de tragarnos las sugerencias de Amazon como si fuera comida rápi-da, necesitamos ir más allá, desarrollar nuestro criterio lector y superar el best-seller del momento. Hay mucha más lectura más allá de las grandes edito-riales, en serio, no te estoy tomando el pelo. Busca y verás.

Página 59

CONOCIENDOa

Little Yai

Página 60

CONOCIENDOa

Little Yai

Página 61

Nombre: Yaiza Blázquez JordánEdad: 22Origen: ValenciaVivo en: Valencia

Se me puede ver en: En mi Twitter que es @Little_yai o en mi instagram que es @yai_ilustracion

Soy un apasionado de: Del cine de animación, de las series, de la ilustración y del diseño gráfico.

Para relajarme, suelo: Darme un baño con velas e incienso o ver una serie con un café o un vaso caiente de leche.

Mi primer dibujo: Mi primer dibujo a lápiz y papel no lo recuerdo , pero si que recuerdo el primer dibujo que hice con tableta gráfica, me tiré todo un verano di-bujando con ella y fue una calavera rosa.

Mi último dibujo: Aparte de la portada de esta revista, lo último que he realizado ha sido un dibujillo rápido del personaje Amumu del LOL.

Mis referentes son: Cada día descubro un nuevo referente, pero si tengo que elegir, para la fotografía diría Joel Robinson y Erik Johansson. Y en el campo de la ilus-tración y el diseño: mi hermano que es ilustrador textil, Happip que me encanta el estilo tan propio que tiene, Tom Whalen que fue el que me incitó a meterme en el dibujo vectorial y Steven Thompson que es uno de ilustrador que trabaja para Disney.

Mi técnica preferida, a la hora de ilustrar, es: Digital, vectorial.

Mientras dibujo, escucho: Cualquier cosa tranquila y que me relaje, pero si tengo que decir algunos grupos serían: Vetusta Morla, Biffy Clyro, The XX, Bely Basarte, Moving Mountains y Muse.

Página 62

Y cuando no, escucho: Panamore, Die Antwoord, Rayden, Artic Monkeys.

El libro que me inició en la lectura: “El niño con el pijama de rayas”, es un libro que me leí mas o menos cuando tenía 12 años.

El que descansa ahora mismo sobre la mesilla: Actualmente me estoy leyendo todos los lbros de “Harry Potter”, y voy por “La Orden del Fénix”. También tengo en la mesilla pendientes la trilogía de “Los Juegos del Hambre” y “Eel club de la Lucha”.La película que marcó mi adolescencia fue: Sin City.

La serie que más me ha enganchado nunca, es/fue: Sin duda LOST, es y será una de mis series favoritas.

Supe que quería dedicarme a esto desde: Siempre he tenido bastante claro que iba para artes pero cuando realmente me di cuenta de que quería ilustrar fue cuando terminé el máster de diseño y creatividad

Mis expectativas son: Me gustaría ilustrar y publicar mi propio álbum ilustrado y diseñar personajes para series infantiles.

Página 63

Página 64

Página 65

Página 66

Página 67

Página 68

Página 69

CONOCE NUESTRAS TARIFAS Y PUBLICÍTATE

Argonautas,Febreroe 2016