revisión del neopsicoanálisis y sus aportaciones a la psicología clínica

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1 Revisión del Neopsicoanálisis y sus aportaciones a la Psicología Clínica Resumen: En este artículo hacemos una revisión del Neopsicoanálisis desde sus inicios. Abordamos a Freud y sus seguidores, los cuales no fueron sólo un complemento de éste, sino que contribuyeron desde un principio a continuar con el trabajo que había comenzado Freud. El psicoanálisis, en los aproximadamente cien años que lleva de existencia ha sido polémico y constantemente objeto de estudio y criticado por la comunidad científica ya que el modelo de ciencia que la psicología académica ha adoptado se atiene casi exclusivamente a criterios empírico-experimentales. Sin embargo los Neopsicoanalistas también se han hecho presentes con aportaciones al campo de la psicología clínica, abarcando aspectos como la criminalidad, la educación especial, la psicoterapia en niños y pacientes con depresión. En años más recientes los neurólogos se han enfocado a crear un vínculo entre las teorías del Psicoanálisis y las descripciones biológicas del cerebro intentando integrar las teorías psicológicas que Freud enunció hace un siglo apoyando la existencia de los procesos mentales inconscientes. Palabras claves: Neopsicoanálisis, Psicología Clínica, Freud, Ciencia Abstract: In this article, we make a revision of Neo psychoanalysis from its beginnings. We talk about Freud and his followers, which were not only a complement of Neopsichoanalysis, but rather contributors to the work Freud had started from the beginning. In the approximately 100 years it has existed, Neo-psychoanalysis has been polemic and the object of constant studies as well as criticized by the scientific community due to the fact that the model of science that academic psychology has adopted sticks almost exclusively to empirical-experimental criteria. However, Neo-psichoanalists have also made themselves present with contributions in the clinic psychology field, including aspects such as criminality, special education and psychotherapy in kids and patients with depression . In more recent years neurologists have focused in creating a link between the psychoanalysis theory and the brain's biological descriptions trying to integrate the psychological theories that Freud listed (enunciated) supporting the existence of unconscious mental processes a century ago. Keywords: Neo psychoanalysis, clinic psychology, Freud, Science Desde sus inicios el Psicoanálisis ha sido ampliamente estudiado. Inicialmente fue creado por Freud y a lo largo de la historia ha sido uno de los modelos más influyentes para explicar las conductas humanas a través de los procesos inconscientes. Freud tenía varios discípulos, algunos de ellos (Adler, Jung) tuvieron diferencias con él y decidieron crear su propio modelo de Psicoanálisis. Las aportaciones de éstos y otros de los seguidores de Freud como Horney, Sullivan y Erikson formaron las bases de lo que hoy se conoce como Neopsicoanálisis. Los fundadores del Neopsicoanálisis en general renuncian a la teoría sexual de la neurosis propuesta por Freud y se concentran en otros aspectos de la persona. En el presente trabajo

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Revisión del Neopsicoanálisis y sus aportaciones a la Psicología Clínica

Resumen:En este artículo hacemos una revisión del Neopsicoanálisis desde sus inicios. Abordamos a Freud y sus seguidores, los cuales no fueron sólo un complemento de éste, sino que contribuyeron desde un principio a continuar con el trabajo que había comenzado Freud. El psicoanálisis, en los aproximadamente cien años que lleva de existencia ha sido polémico y constantemente objeto de estudio y criticado por la comunidad científica ya que el modelo de ciencia que la psicología académica ha adoptado se atiene casi exclusivamente a criterios empírico-experimentales. Sin embargo los Neopsicoanalistas también se han hecho presentes con aportaciones al campo de la psicología clínica, abarcando aspectos como la criminalidad, la educación especial, la psicoterapia en niños y pacientes con depresión. En años más recientes los neurólogos se han enfocado a crear un vínculo entre las teorías del Psicoanálisis y las descripciones biológicas del cerebro intentando integrar las teorías psicológicas que Freud enunció hace un siglo apoyando la existencia de los procesos mentales inconscientes. Palabras claves: Neopsicoanálisis, Psicología Clínica, Freud, CienciaAbstract:In this article, we make a revision of Neo psychoanalysis from its beginnings. We talk about Freud and his followers, which were not only a complement of Neopsichoanalysis, but rather contributors to the work Freud had started from the beginning. In the approximately 100 years it has existed, Neo-psychoanalysis has been polemic and the object of constant studies as well as criticized by the scientific community due to the fact that the model of science that academic psychology has adopted sticks almost exclusively to empirical-experimental criteria. However, Neo-psichoanalists have also made themselves present with contributions in the clinic psychology field, including aspects such as criminality, special education and psychotherapy in kids and patients with depression. In more recent years neurologists have focused in creating a link between the psychoanalysis theory and the brain's biological descriptions trying to integrate the psychological theories that Freud listed (enunciated) supporting the existence of unconscious mental processes a century ago.Keywords: Neo psychoanalysis, clinic psychology, Freud, ScienceDesde sus inicios el Psicoanálisis ha sido ampliamente estudiado. Inicialmente fue creado por Freud y a lo largo de la historia ha sido uno de los modelos más influyentes para explicar las conductas humanas a través de los procesos inconscientes. Freud tenía varios discípulos, algunos de ellos (Adler, Jung) tuvieron diferencias con él y decidieron crear su propio modelo de Psicoanálisis. Las aportaciones de éstos y otros de los seguidores de Freud como Horney, Sullivan y Erikson formaron las bases de lo que hoy se conoce como Neopsicoanálisis. Los fundadores del Neopsicoanálisis en general renuncian a la teoría sexual de la neurosis propuesta por Freud y se concentran en otros aspectos de la persona. En el presente trabajo hacemos una revisión sobre el Neopsicoanálisis y sus fundadores, asimismo presentamos las aportaciones de los Neopsicoanalistas al campo de la Psicología Clínica. El propósito de este trabajo es exponer a la comunidad científica los rasgos principales de las perspectivas Neopsicoanalistas ya que la información sobre el Neopsicoanálisis es escasa excluyéndose en ocasiones de la literatura y el campo científico, a pesar de que la estructura de la psicología actual tenga fundamentos psicoanalíticos y aspectos de la personalidad que fueron en un principio diseñados por Neopsicoanalistas. ¿Cuáles son las aportaciones del Neopsicoanálisis a la Psicología Clínica?, en este trabajo se señala que existen varios aspectos en la obra de los Neopsicoanalistas que pueden ser considerados como aportaciones relevantes para la Psicología Clínica, es por ello que este trabajo hace énfasis en tales aspectos y pretendemos hacerlos visibles para su análisis.Las contradicciones de Freud con algunos de sus discípulos fueron el primer paso histórico para el surgimiento del Neopsicoanálisis. Entre los primeros analistas que rompieron con Freud y desarrollaron sus propias escuelas de pensamiento están Alfred Adler y Carl G. Jung. Ambos fueron primero seguidores importantes de Freud, Adler fue presidente de la Sociedad Psicoanalítica de Viena y Jung presidente de la Sociedad Internacional Psicoanalítica. Ambos se separaron de Freud porque sentían que había un énfasis excesivo en las pulsiones sexuales. Durante 10 años Adler fue miembro activo de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Sin embargo, en 1911, cuando presentó sus ideas a los demás miembros de este grupo, la respuesta fue tan hostil que tuvo que dejarlo para formar su propia escuela de Psicología Individual. Adler dio mayor énfasis a los impulsos sociales y los pensamientos conscientes más que a los impulsos sexuales instintivos y los procesos inconscientes. Se interesó

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posteriormente en los sentimientos de inferioridad psicológicos y en los esfuerzos compensatorios para enmascarar o reducir esos sentimientos dolorosos. Adler consideraba que las defensas eran manifestaciones de esfuerzos compensatorios contra los sentimientos de inferioridad asociados con una debilidad infantil, la manera en que la persona intenta enfrentar esos sentimientos llega a ser parte de su estilo de vida. Adler habló de la voluntad del poder como una expresión de los esfuerzos de la persona para enfrentar los sentimientos de debilidad provenientes de la infancia. La teoría de Adler hace énfasis en la manera en la cual la gente responde a los sentimientos acerca de si mismos, cómo responde a las metas que orientan su conducta hacia el futuro y el modo en que el orden de nacimiento entre hermanos puede influir en el desarrollo psicológico. Jung se separó de Freud en 1914, pocos años después que Adler y desarrolló su propia escuela de pensamiento llamada Psicología analítica. Al igual que Adler, Jung estaba en desacuerdo con lo que él sentía que era un énfasis excesivo en la sexualidad. De hecho, Jung veía a la libido como una energía vital generalizada. Aunque la sexualidad forma parte de esta energía básica, la libido también incluye otros impulsos de placer y creatividad. Jung aceptó el énfasis que hizo Freud en el inconsciente pero le agregó el concepto de inconsciente colectivo. De acuerdo con Jung, la gente tiene almacenadas en el interior de su inconsciente colectivo, las experiencias acumulativas de las generaciones anteriores. El inconsciente colectivo, al contrario del inconsciente personal, es compartido por todos los seres humanos como resultado de la raza en común. Jung señala que una parte importante del inconsciente colectivo son las imágenes universales o símbolos, conocidos como arquetipos. Jung hacía énfasis en la manera en la cual la gente lucha contra las fuerzas opuestas de su interior. También afirmaba que existía una lucha entre la parte masculina (animus) y una parte femenina (anima) de los seres humanos. Karen Horney se educó como una analista tradicional en Alemania y llegó a los Estados Unidos en 1932. Poco después se separó del pensamiento psicoanalítico tradicional y desarrolló su propia orientación teórica y programa de formación psicoanalítica. Las afirmaciones de Freud con respecto a la mujer hicieron pensar a Horney en la importancia de la influencia cultural en las neurosis. El énfasis de Horney en el funcionamiento neurótico está en la manera en que los individuos intentan enfrentar la ansiedad básica, el sentimiento que tiene un niño de estar aislado y débil en un mundo potencialmente hostil. De acuerdo con su teoría de la neurosis, en la persona neurótica existe un conflicto entre las tres maneras de responder ante esta ansiedad básica. Estos tres tipos, o tendencias neuróticas, se conocen como acercamiento, enfrentamiento, alejamiento. En el acercamiento, la persona intenta afrontar la ansiedad mediante un excesivo interés en que se le acepte, se le necesite y se le apruebe. En el enfrentamiento, la persona supone que toda la gente es hostil y que la vida es una lucha contra todos. En el alejamiento, el tercer componente del conflicto, la persona se aparta de las demás personas en un acto neurótico de separación. Aunque cada persona neurótica muestra una u otra tendencia como un aspecto especial de su personalidad, el problema en realidad es que existe un conflicto entre las tres tendencias en su esfuerzo por manejar la ansiedad básica. Harry Sullivan nunca tuvo contacto directo con Freud y fue el que más acentuó el papel de las fuerzas sociales e interpersonales en el desarrollo humano. De hecho, a su teoría se le conoce como Teoría de Psiquiatría interpersonal. Sullivan dio gran importancia a las primeras relaciones entre el niño y la madre, así como al desarrollo de la ansiedad y el sentido del sí mismo. La madre puede comunicar la ansiedad en las primeras interacciones con el niño. Para Sullivan el “sí mismo” tiene un origen social y se desarrolla a partir de los sentimientos que se experimentan en contacto con los demás y de apreciaciones reflejadas o percepciones que el niño hace de la manera en que es valorado o apreciado por los demás. El sí mismo está en relación a la experiencia de ansiedad como opuesta a la seguridad, por lo tanto existe el buen yo que está asociado con las experiencias placenteras, el mal yo, que está asociado con el dolor y las amenazas a la seguridad, y el no yo, o la parte del sí mismo que se rechaza debido a que está asociada con la ansiedad intolerable.Erik Erikson uno de los principales psicoanalistas del yo, describe el desarrollo en términos psicosociales más que meramente sexuales, Erikson enfatizó las bases psicosociales así como las instintivas para el desarrollo de la personalidad; extendió las etapas del desarrollo para incluir el ciclo entero de la vida y articuló los principales problemas psicológicos que se enfrentan en esas etapas posteriores; reconoció que la gente mira hacia el futuro así como hacia el pasado y la manera en la cual construyen su futuro puede ser una parte tan significativa de la personalidad como el modo en el que interpretan su pasado.Erikson desarrollo una teoría psicosocial que hace hincapié en la adaptación mutua entre el individuo y el ambiente, subrayando el papel que Freud, asigno al yo, pero le proporciona otras

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cualidades como la necesidad de confianza, esperanza, destreza, intimidad, amor e integridad. Consideraba al yo como una fuerza creativa que permite manejar los problemas de manera eficaz. Erikson considera que el desarrollo es un proceso que dura toda la vida, su punto de vista refleja su interés por las necesidades interpersonales y culturales del individuo en desarrollo. Describe un ciclo vital de etapas cada una de las cuales presenta al individuo las tareas que debe de llevar a cabo. El fracaso para resolver los conflictos de una etapa en particular hace que sea más difícil el afrontamiento en las etapas posteriores. Las etapas de Erikson van desde la adquisición de una sensación de confianza hacia los demás hasta la satisfacción consigo mismo y los logros propios, además de una sensación de orden y significado de la vida que se desarrolla en los últimos años. Era más optimista que Freud en su creencia de que el ego podría dominar tanto los impulsos instintivos y los desafíos ambientales, lo que daría como resultado una vida de relativa satisfacción. Erikson se interesaba particularmente en la capacidad de una persona para lograr tano el dominio como la creatividad.Entre las reelaboraciones del psicoanálisis más seguidas en la actualidad se encuentra la de Jacques Lacan quien fundamenta su teoría en la lingüística estructuralista al afirmar que el inconsciente está construido como un lenguaje. Con Lacan se tiende un nuevo puente entre psicoanálisis y lingüística que revoluciona la teoría y práctica psicológica, en especial la psicoterapia; razón por la que algunos teóricos lo consideran como el psicoanalista más importante después de Freud.Mención especial también requiere Wilhelm Reich, entre sus aportes a una nueva visión psicoanalítica de la psiquis se encuentran: su interpretación de la neurosis como derivada de una reactivación de la libido en su teoría de la energía vital del orgón o de los biones y la utilización de experimentos psicofísicos y la creación de equipos para demostrar sus teorías y transformar los estados mentales de los sujetos en sustitución de las tradicionales terapias verbales psicoanalíticas, así como por ejemplo, su denominada “vegetoterapía”. Es necesario mencionar también por su importancia para una interpretación psicoanalítica del desarrollo psíquico infantil, la obra de Ana Freud quien puede ser considerada como la fundadora del psicoanálisis infantil y de Melanie Klein quien subrayó la importancia del juego para el conocimiento del inconsciente infantil y el papel determinante de la madre en el psiquismo de los menores. Con posterioridad se desarrolla un fuerte movimiento Neopsicoanalítico que llega hasta nuestros días en múltiples escuelas y teorías que realizan sus propias elaboraciones a partir de nociones freudianas acerca de la psiquis tales como el inconsciente, los instintos, la sexualidad, la experiencia individual y las vivencias traumáticas (en particular en los primeros años de la infancia), la dinámica de la personalidad, lo normal y lo patológico, el método psicoanalítico, etc. Respecto a las aportaciones de Freud a la psicología Antonio Damasio afirma: “A medida que pasen los años y acumulemos más datos sobre el funcionamiento del cerebro, la gente cada vez se dará más cuenta de que la neurología confirma muchas de las ideas de Freud”. (citado en Paniagua, 2004).En 1958, Geoffrey Gorer escribió sobre la “influencia diluida” del psicoanálisis en nuestra cultura: “Gracias al trabajo de Freud los débiles y los desheredados son comúnmente tratados con solicitud y compasión, y con un intento de comprensión que constituye uno de los pocos cambios del que no tenemos que avergonzarnos en el clima de opinión del presente siglo” (citado en Waelder, 1960). Con lo de “influencia diluida”, este antropólogo británico se refería precisamente a las repercusiones de las ideas de Freud en campos diferentes a la aplicación clínica del psicoanálisis. Ha existido a lo largo de los años un debate acerca de las teorías Neopsicoanalíticas, y de acuerdo con Ramirez, J.(2006) la mayoría de textos que se producen por partes de algunos analistas, refleja una actitud muy cercana al desmerecimiento que muchos teóricos de las Terapias Cognitivo-Conductuales atribuyen a la clínica psicoanalítica por no arrojar datos empíricamente demostrables.Ramirez J. (2006) también señala que a lo largo del tiempo el psicoanálisis se ha tomado como un antagonista del procedimiento científico ya que su principal sustrato se encuentra del lado de lo inmaterial y alejado de la conciencia ligada a la razón.Es difícil resumir los avances que se han logado en la terapia psicoanalítica durante los últimos años debido a que son tantos y tan variados que muchas veces han llegado a constituir sistemas teóricos y terapéuticos por sí mismos. No se refiere a aquellos que desde el inicio no estuvieron de acuerdo con sus postulados básicos del psicoanálisis freudiano (Jung, Adler, Rank) Explícitamente, hoy se acepta que el término “psicoanálisis” se reserva para aquellos

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modelos que se fundamentan en los descubrimientos de Sigmund Freud. Con esta consideración en mente, puede intentarse una cierta clasificación (muy arbitraria) de los avances y ampliaciones que el psicoanálisis ha tenido, dependiendo de:a) La edad del paciente y el tipo de patología: en cuanto a la primera, en la actualidad el psicoanálisis se aplica a prácticamente todo el rango de edades: niños (A. Freud, Jelin) adolescentes (Bos), adultos y jóvenes (que siempre ha sido el grupo principal) e, incluso ancianos. En lo referente al tipo de patología, ya se ha indicado que, hoy por hoy, se hace psicoanálisis con la mayor parte de los psicopatolóvicos, aparta de las neurosis: psicóticos (Rosenfeld, Searles), trastornos fronterizos de la personalidad (Kernberg), trastornos narcisistas (Kohut, Kernberg), personalidades psicopáticas, disfunciones sexuales, trastornos psicosomáticos y, aún, algunas adicciones (como complemento de otros tratamientos), entre otros.b) La modalidad de tratamiento: además de la terapia individual, el psicoanálisis se aplica a parejas (Dicks, Willi, Laemaire), grupos (Bion, Foulkes, Anzieu, Kaës, Yalom), familias, sistemas educativos (Pichón Reviére, Bleger), instituciones (Schavartein), etc.c) El elemento de la teoría que se destaca: la psicología del yo (Hartmann, Lowenstein, Kris), la teoría de las relaciones objetales (Klei, Fairbasir, Balint, Kernberg), el narcisismo (Kohut, el proceso de separación-individuación (Mahler), el lenguaje y el significante (Lacan), entre otros.Haciendo una revisión sobre las aportaciones del Neopsicoanálisis al campo de la psicología clínica podemos partir de las investigaciones de Alfred Adler y William Glasser, Adler (1870-1937), psicoanalista austríaco neo-freudiano, conocido por su enfoque de la Psicología Individual y William Glasser (1925-), psiquiatra norteamericano, humanista creador de la Terapia de Realidad y la Terapia de la Elección. Estos dos teóricos hicieron propuestas sobre las explicaciones de la conducta criminal y los aspectos a tener cuenta por los psicólogos y otros investigadores con el fin de comprender esta amenaza mundial.Tanto Adler como Glasser realizaron observaciones desde las cárceles y hospitales mentales. Adler ha sido considerado como precursor del humanismo en la psicología Europea, mientras que Glasser se hizo famoso con sus controversiales planteamientos sobre la personalidad criminal.Adler es uno de los primeros teóricos en plantear la particularidad de decisión consciente del yo y en postular la responsabilidad consciente de las decisiones.La visión de Adler era de una personalidad compuesta pero funcionalmente unitaria. Otorgó gran importancia a los procesos sociales de la persona y en donde el ser humano nace con un gran sentimiento de inferioridad que le motiva consciente o inconscientemente a luchar por su superación. Feist y Feist (citado en Vásquez, 2008) muestran un estudio longitudinal realizado por Douglas Daugherty, Michael Murphy y Justin Paugh (2001) que comprueba la relación entre bajos niveles de interés social y la conducta delictiva. Aunque los investigadores diferencian entre dos tipos de delincuentes encontrados en las cárceles que estudiaron, los de bajo interés social y los de normal interés social, encontraron que los de bajo interés social, al ser puestos en libertad, tendían a reincidir con mayor frecuencia en tanto que los que mostraron buen nivel de interés social mostraron mejores tendencias adaptativas, reintegrándose a la sociedad (trabajo, familia, comunidad) y evitando caer de nuevo en las cárceles. Un interesante y minucioso estudio sobre la criminalidad de los años setenta en Guadalajara, México (Jiménez, 2006), coincide con las características demográficas señaladas por Adler relacionadas al efecto del fallido sentido de comunidad. Se encontró que la mayor parte de las personas encarceladas residían en áreas de pocos recursos y servicios, muchos de ellos provenían de otros Estados y estaban viviendo temporalmente (avecinados, migrantes) en Guadalajara con dificultades de integración comunitaria, y la mayor parte tenían muy baja escolaridad (el 48 % no rebasaba la educación primaria, sólo el 16 % iniciaron, pero no terminaron, estudios de educación media básica, 20% no tenían nada de escolaridad, y solo 8% tenían licenciatura)De otra parte, el Dr. Bernardo Kliksberg (2001) en su artículo titulado El crecimiento de la criminalidad en América Latina: Un tema urgente, indica otra condición social, también señalada por Adler como un factor de predisposición a la criminalidad y al neuroticismo, referido a las condiciones de trabajo. En su libro, El sentido de la vida (1935), Adler identificó algunas características específicas de la personalidad criminal, sugiriendo una tipología de la conducta desviada. En síntesis, la causa de la criminalidad en Adler responde a tres postulados centrales de su teoría de la Psicología Individual: el sentimiento de inferioridad mal manejado, la necesidad de poder mal encausada, y al fallido o débil sentido de comunidad. El fracaso es una experiencia psicológica y social

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nefasta que produce estilos de vida nada saludables. Es inútil seguir trabajando con la persona aislada a su contexto sin ejecutar modelos de transformación social.Glasser por su parte considera que el ser humano es responsable de encontrar satisfacción apropiada de ambas necesidades y no puede considerarse victima de nada ni de nadie, sino asume esta responsabilidad, es responsable hasta de su deficiencia asunto que ha resultado muy controversial ya que contradicen la política pública, judicial y forense de irresponsabilizar victimizando al enfermo mental. El ser humano aprende a ser libre en la medida en que aprende a ejercer sus elecciones y asumir la responsabilidad de buscar la persona clave en su vida con la que se puede canalizar y satisfacer sus necesidades emocionales.En general Adler y Glasser proponen las siguientes perspectivas: La importancia de los procesos de la consciencia, el enfoque de responsabilidad, la importancia del proceso de toma de decisiones, el enfoque del humanismo.Méndez, Ibáñez y Ramos (1999) ponen de manifiesto en un estudio con dos pacientes con depresión dos caminos que puede tomar el modelo psicoanalítico, ambos tratamientos se realizan en el marco de un Servicio de Salud Mental de la Comunidad de Madrid con un encuadre de una sesión semanal y una duración limitada a un año. En uno de los pacientes el objetivo terapéutico fue intentar entender al paciente trabajando la temática concreta que aparece en su discurso, esto es, buscando la disminución de su culpa persecutoria ofreciendo un modelo de mandato superyoico menos exigente o más acorde con el sentido de realidad.En el otro paciente el objetivo era abrir un marco en el que la queja sintomática pudiera ser expuesta sin cuestionamiento, intentando su articulación con el resto de los componentes de la personalidad en un doble ámbito: articulación consigo mismo. Este estudio pone de manifiesto que muchos pacientes no tienen la capacidad para representar causas y efectos, atribuir y experimentar intencionalidad a su conducta o sentimientos, por lo cual el trabajo terapéutico Psicoanalítico no se concentra en estos pacientes en revelar significados, sino de crearlos en el marco de la relación terapéutica, las intervenciones del terapeuta se enfocaron en ayudar al paciente a experimentar el significado mismo disipando las dudas sobre la validez de su experiencia. El trabajo psicoterapéutico actual tiene diferentes abordajes terapéuticos sin embargo también defiende la implantación de tratamientos combinados o multidimensionales necesarios cuanto más graves son los trastornos psicopatológicos a tratar. Las investigaciones de Margareth Mahler sobre las fases tempranas de la infancia han permitido comprender detalladamente los procesos de individuación y de la formación temprana de la identidad. Sus aportaciones al campo clínico, han brindado información más precisa sobre el desarrollo de las relaciones objetales. La relevancia de los estudios de Mahler (1975) se debe, en gran parte, a su estrategia metodológica, en la cual la observación directa de niños fue siempre conectada con la indagación casuística y la interpretación teórica. Ello le permitió evitar un modelo empirista limitado.El estudio de Valadez (2006) sobre la relación de la emoción con la cognición en la creatividad: estudio del caso Carl Gustav Jung revela algunas de las aportaciones de éste a la psicología actual. Jung se introdujo a su propio mundo inconsciente y es así como configura su teoría sobre el inconsciente colectivo, Jung estructuró su propia experiencia como un proyecto científico. Con esto se desprende que existe un proceso inseparable entre teoría, vivencia y método, un sello que ha sido característico de los Neopsicoanalistas. Esto se extiende aún más allá de la cognición y con esto se avala que las emociones son de igual forma importantes en cuanto que se convierten en una vía de conocimiento; y pueden mostrar el proceso de configuración de un nuevo campo simbólico. Para Lacan (1966) en “La Ciencia y la Verdad”, el sujeto del cogito inauguró la vía de la ciencia moderna por lo que ha sido necesario este paso para el surgimiento mismo del psicoanálisis; en tanto que el sujeto sobre el que este opera es el sujeto de la ciencia. Lacan propone que la misma ciencia da paso a la creación de la idea del inconsciente pues a partir del vacío que esta genere por medio del lenguaje, es que el inconsciente hablara desde ese sitio, entendiéndose que la ciencia al expulsar al sujeto lo relega a una función que solo por medio de considerarse efecto del lenguaje es que podrá dar cuenta de su existencia como efecto de ese vacío.Lacan (1964), afirma que la terapia psicoanalítica será entendida como una acción concertada por el hombre, que le da la posibilidad de tratar lo real mediante lo simbólico, consistiendo justamente en hacer hablar. Existe un punto dentro del mismo acto de hablar que puede evocar lo más profundo de cada sujeto, elucidándose una relación entre palabra y deseo, vía el afecto. En contraparte, están las acciones de algunos especialistas, que prestan poca atención al decir de cada “paciente”.En una investigación más reciente Ramírez (2007) hace un abordaje sobre el psicoanálisis y la educación especial con niños; dentro de su aportación menciona que para Pernicone (2001), es

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fundamental saber escuchar al niño con necesidades educativas especiales, pues tiene necesidad y derecho propio a expresar, como sujeto, su sufrimiento y ser atendido como algo más que un mero objeto-cuerpo. Por eso deberá existir un psicoanálisis especial para dichas necesidades especiales diagnosticadas, que adapte su clínica y planteamientos a las exigencias del lenguaje particular emitido por el sujeto que grita por ser atendido. Ranieri (2000) menciona que para hablar de la intervención de un psicoanalista dentro de la constitución del sujeto, basta el ejemplo otorgado por la clínica analítica con niños, que actúa desde la construcción de la escena del juego. Dicho acto, que no sólo acompaña y entretiene, constituye un modelo de expresión (en algunos casos el único), ya que incluye el planteamiento de la relación estrecha del mismo con la fantasía. Así, es posible hablar de un lenguaje que se expresa de forma tan cotidiana, que muchas veces es desatendido.Melanie Klein trabaja la concepción del juego en su artículo La personificación del juego en los niños (1929), donde explicita la forma en que el juego sirve como representación de las fantasías, deseos y experiencias inconscientes del niño que no puede transmitir con palabras. Esto significa que la angustia generada en el proceso de desarrollo se convierte en un posterior síntoma desencadenante de una perturbación en la vida del niño, por lo que el análisis presto a la escucha del lenguaje del juego permite una liberación de esta angustia, aún cuando existen problemas con el simbolismo. Para Klein el juego es una nueva expresión de un simbolismo arcaico, hecho que podría incluso explicar los problemas de expresión, lenguaje y socialización. Lo anterior conduce a concebir, junto con Aberasturi (2004), una técnica dentro de la clínica en la que el chico pueda aportar una parte de su expresión de forma libre en el juego y donde el terapeuta observe el tipo de juego y los roles donde se ubica el sujeto, para luego realizar interpretaciones orales o dentro del mismo juego. Esto, siempre y cuando existan juegos repetitivos y se tome en cuenta el lenguaje propio de cada sujeto, para que surja libremente como individuo autónomo. Todas estas técnicas se aplican en la actualidad en la terapia con niños y adolescentes en el campo de la psicología clínica.Otro de los autores más sobresalientes del Neopsicoanálisis reconocidos está Heinz Kohut. Las aportaciones de Kohut han constituido la llamada Escuela de la Psicología del self, que en la actualidad congrega a muchos seguidores de diversas disciplinas entre las cuales se cuentan a psicoanalistas, psicólogos, psiquiatras, médicos y pedagogos, de diversas partes del mundo. En 1977 publica su libro El análisis del self, respecto a este concepto; Kohut lo define como “una abstracción psicoanalítica del nivel bajo (cercano a la experiencia), es decir, como el contenido del aparato psíquico”. Es decir, que es algo que los sujetos pueden describir de sí mismos como experiencia de un sentimiento y una representación cognitiva que engloba la sensación de ser una persona en el tiempo.La patología fundamental de la personalidad narcisista, nos dice Kohut, radica en el hecho de que ni el self ni los objetos narcisistas arcaicos, están suficientemente catectizados, por lo que están expuestos a la fragmentación temporaria. O bien, pueden estar suficientemente bien catectizados pero no integrados con el resto de su personalidad, privándose así el self maduro de las catexias narcisistas. De esta forma, la conciencia de vulnerabilidad del self es lo que genera la angustia de los narcisistas. La fuente principal de su malestar es la incapacidad psicológica pararegular la autoestima y conservarla en niveles normales. Este malestar se manifiesta en la clínica terapéutica con la siguiente sintomatología transitoria: Sentimientos de vacío y depresión sutiles pero penetrantes, que se alivian tan pronto se establece la transferencia narcisista o se intensifican si la relación con el analista sufre alguna perturbación.El paciente, en ocasiones, tiene la impresión de que no es completamente real o tiene emociones embotadas. Realiza su trabajo sin entusiasmo, se deja llevar por la rutina y no tiene iniciativa. Estos problemas se presentan cuando se ha quebrado la transferencia narcisista. Se ha perdido el self-object proveedor externo de autoestima. En estos casos se refiere a transferencia narcisista, en la medida en que la sensación de autoestima se establece y se sostiene mediante el vínculo con el terapeuta. Kohut, creía que los trastornos psicológicos se presentan cuando hay deficiencias importantes en la estructura del yo. Las experiencias tempranas indeseables pueden interferir en el desarrollo del yo.Aksenchuck (2006) pone de manifiesto que en un país como Francia en épocas actuales donde se hacen campañas contra la depresión el gobierno considera que el mejor método para contrarrestar este padecimiento es el farmacológico y que el psicoanálisis es la opción menos viable, puesto que en un mundo de vértigo y extrema competitividad; para todo aquello que disfunciona es necesario encontrar recetas hiper-rápidas. Aksenchuck (2006) frente a las terapias conductuales para las que poco o nada importa la singularidad del padecimiento del sujeto, ya que la receta a aplicar es siempre la misma: sugestión; propone el psicoanálisis

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como una terapia que: No se conforma con mejorías sintomáticas no duraderas, No implica el retorno a un estado anterior, Ni consiste en forzar al sujeto a coincidir con ideales universales de salud, maduración o adaptación a ‘la’ realidad.Blatt (2009) señala que existen diferentes tipos de pacientes y que los pacientes altamente autocríticos, perfeccionistas e introyectivos demuestran una ganancia significativamente mayor en la psicoterapia intensiva de largo plazo y en el psicoanálisis. Los individuos excesivamente preocupados por cuestiones de autodefinición y autovaloración, tienen usualmente los recursos intelectuales y las capacidades de autoreflexión necesarias para involucrarse constructivamente en un tratamiento psicoanalítico intensivo a largo plazo.Blatt (1992) sugiere que un tratamiento substancialmente más largo e intensivo puede ser requerido para los pacientes introyectivos, altamente autocríticos para permitirles establecer una relación terapéutica y comenzar a cambiar las enraizadas representaciones mentales negativas de sí mismo y otros. Es tambiénprobable que los pacientes introyectivos que están preocupados por cuestiones deautonomía y control reaccionen negativamente a limitaciones arbitrarias en el proceso terapéutico y que respondan más constructivamente a un proceso de tratamiento en el que ellos participan decidiendo cuando terminar. Estos hallazgos son consistentes con los provenientes de una reciente encuesta realizada por Consumer Reports (Seligman 1995) la cual encontró que los pacientes reportaban mayor ganancia terapéutica en un proceso de tratamiento con final abierto.Investigación realizada en 2004 por Alonso, menciona que La psicoterapia es la interacción entre la teoría, la técnica y la práctica, sin embargo esta debe ser flexible y no estandarizada para todas las personas , por esto se considera que no existe una terapéutica idéntica para cada una de las personas, mas bien Jung propone un abordaje en el que por medio de la experiencia, realizar un contacto en que se intente conocer en cada caso individual los sueños, las tendencias curativas para activarlas para que se manera consiente se utilicen y lleven al sujeto a la auto-curación.En la terapéutica aportada por Jung. Las neurosis no tienen una connotación negativa, pues se perciben como una oportunidad de lograr la transformación creativa.Visualizo las siguientes estrategias terapéuticas (Alonso 2004):

El proceso por lograr la individuación.- este se logra diferenciando al yo de la sombra, el anima, animus, y el si mismo evitando la identificación con los mismos y logrando con esto un “Completamiento” y una integridad.

El trabajo con la persona y la sombra, el ánima y animus.- a partir del cual el sujeto logra manifestar tanto sus partes aceptadas como aquellas no aceptadas. Esta fase consiste en un momento de doloroso reconocimiento ante el que hay que ayudar al paciente a aprender a utilizarle para la auto-transformación.

Disolución de complejos.- esta estrategia busca que la persona evite la identificación o proyección y consiga identificar y dar voz a aspectos reprimidos para lograr integrar los opuestos a partir de actividad afectiva que se logra cuando se vivencia el suceso que origino el complejo.

La interpretación de símbolos por medio de los sueños.- esta interpretación permitirá conocer la causa y el propósito del sueño, además facilitara el conocer aspectos de la realidad del sujeto que se están compensando cuando sueña. Esto se logra mediante asociación libre del sueño cuidando no alejarse de los símbolos que se encuentran en su contenido.

El uso de métodos auxiliares como la imaginación activa que consiste en llevar acabo un dialogo donde se combine lo racional con lo irracional.

El análisis didáctico.- este de trascendental importancia desde la perspectiva de Jung, pues implica la necesidad de todo analista de ser analizado antes de analizar a otras personas.

El análisis junguiano aunque no propone técnicas estereotipadas se considera como un proceso que debe ser aprendido y enseñado a los pacientes para que estos lo apliquen por si solos y eviten la dependencia del terapeuta.Lama (2001) señala que en el psicoanálisis el objeto de estudio es "el material verbal del paciente que expresa su versión subjetiva del mundo", ya que, "lo que se analiza no es la vida del paciente, sino su psiquismo". Y el estudio del psiquismo, consciente e inconsciente, es la tarea que mejor distingue el psicoanálisis del resto de terapias. Lama (2001) afirma que las investigaciones con técnicas de imagen cerebral han mostrado que el cerebelo juega un papel importante desde el nacimiento del niño y a lo largo de todo el primer año de vida. El cerebelo constituye el substrato del sistema mnémico más primitivo, el cual conserva y

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organiza las memorias más arcaicas, especialmente las relativas a la experiencia motora, pero también las originadas a partir de otras modalidades sensoriales. Con las primeras experiencias el cerebelo crea mapas o planos del propio self y del mundo circundante que permiten desarrollar un modelo de self-en-el-mundo. Es trascendente lo que sucede cuando en el curso del primer año el cerebelo conecta con el tálamo y el cortex parietal. Mientras estas estructuras van madurando, activan sus propios sistemas mnémicos y son capaces de crear sus propios mapas de la experiencia, los mapas cerebelosos previos no se destruyen. No sólo no se destruyen sino que la información procedente de los mapas cartografiados por el cerebelo perdura, se comparte e influencia la elaboración de los nuevos mapas/representaciones tálamocorticales. Es decir, las memorias más arcaicas van a ser transferidas a los centros superiores y casi nada de nuestra biografía se va a perder. Por tanto, el nuevo modelo de self-en-el-mundo, llamémoslo "cortico-límbico", que albergará representaciones complejas del self, del mundo y de las relaciones entre ambos, no se va a crear desde la nada sino bajo la influencia de la experiencia previa cerebelosa. De hecho, el cerebelo sigue ejerciendo cierto control sobre las funciones cognitivas del adulto y, por eso, ya no se considera un mero órgano de control del movimiento. En este sentido, los sistemas mnémicos cerebelosos son los mapas del SNC necesarios para poder "mapear". Desde el punto de vista del funcionamiento cerebral, durante la etapa edípica ocurre un hecho de importancia capital: la mielinización interhemisférica comienza a ser suficiente para que se produzca un notable intercambio de información. Aunque esta mielinización interhemisférica es todavía incompleta a los 9 o 10 años de vida, durante el tercer año las relaciones interhemisféricas cambian drásticamente y el hemisferio izquierdo -el hemisferio del lenguaje-se vuelve dominante respecto al hemisferio derecho. Por tanto, el comienzo de la etapa edípica, un periodo evolutivo crítico psicológica y neuroanatómicamente, coincidiría con un cambio radical en el procesamiento de la información. La maduración del SNC permitiría a los hemisferios cerebrales funcionar de una manera más coordinada y consolidaría el funcionamiento de los sistemas mnémicos relacionados con el logro de un self cohesivo. El éxito de la transición desde la etapa preedípica a la edípica dependería de la capacidad cerebral para coordinar diversas funciones interhemisféricas, entre ellas, la integración del funcionamiento según el proceso primario -hemisferio derecho- con el funcionamiento según el proceso secundario -hemisferio izquierdo. Otra consecuencia de la colaboración interhemisférica sería la puesta en marcha de nuevos y más maduros -neuróticos-mecanismos de defensa. De hecho, la represión no sería sino el resultado de cierto bloqueo del intercambio interhemisférico, que sería susceptible de verificarse mediante técnicas de neuroimagen. El conflicto psíquico sólo sería posible cuando las diferentes unidades funcionales cerebrales estuvieran conectadas pues, de lo contrario, esquemas o patrones arcaicos podrían coexistir aunque fueran mutuamente incompatibles. La maduración fisiológica y psicológica puede llevar un ritmo diferente en un niño particular con respecto a la media, por ejemplo en la talla, sin que ello implique patología. No parece que la dinámica pulsional edípica pueda ser experimentada y elaborada de manera idéntica. Un cerebro "bihemisférico" pondría a disposición del aparato psíquico una serie de mecanismos sublimatorios muy necesarios en el escenario edípico. En caso de demora en la mielinización, la colaboración interhemisférica precisaría que la información compartida siguiera transitando por estructuras arcaicas del SNC. De esta forma, el riesgo que cogniciones, afectos o conductas primitivas impregnaran los conflictos y relaciones objetales edípicas parecería evidente. Estas hipótesis, aunque basadas en hallazgos empíricos, son todavía especulativas, pero son una muestra del tipo de relación que puede establecerse entre la neurociencia y el psicoanálisis durante el recién comenzado siglo XXI.En muchas de las grandes ciudades del mundo se han formado redes de investigación interdisciplinar que unen los campos de la neurología y el psicoanálisis, y que han dado origen a la Sociedad Internacional Neuropsicoanalítica (Fundada en Londres en el año 2000).Mark Solms, neuropsicólogo de la Universidad de la ciudad del Cabo (Sudáfrica) en un reciente artículo publicado en la revista Investigación y ciencia, que lleva por título Vuelve Freud señala que los neurólogos están encontrando pruebas que avalan algunas de las teorías de Freud y que, a la vez, están atando cabos acerca de los mecanismos subyacentes a los procesos mentales que describió, también afirma que los neurólogos están cayendo en la cuenta de que las descripciones biológicas del cerebro resultan más coherentes si se les integra en las teorías psicológicas que Freud enunció hace un siglo confirmando la existencia de los procesos mentales inconscientes, por último afirma que los neurólogos creen que los mecanismos instintivos que rigen la motivación humana son aún más primitivos que lo que Freud se imaginó cuando hablaba del ello,

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Con el transcurso de los años, el psicoanálisis se ha desarrollado hacia una enorme pluralidad de concepciones teóricas y técnicas diferentes; en 1979, Joseph E. ex Presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional, concluyó que aunque existan diferentes conceptuaciones, los psicoanalistas se mantienen unidos alrededor de tres principios fundamentales:

1. Existen procesos psíquicos inconscientes y barreras que se oponen a su concienciación.

2. Existe una continuidad en la vida psíquica.3. Existe una energía psíquica que proviene de fuentes somáticas, pero que es diferente

a ellas. Las aportaciones del Neopsicoanálisis, aunque por su variabilidad de enfoques, concepciones y su intensa evolución histórica durante más de medio siglo resulta difícil establecer generalizaciones acerca de los rasgos característicos, pero de manera resumida se pueden distinguir:

Su contemplación de los procesos sociales y culturales, incluyendo a la educación como elementos formadores de la personalidad y/o desencadenantes de los conflictos intrapersonales y/o interpersonales.

Profundización en los problemas de la existencia humana (cómo debe vivir el hombre y qué debe hacer), transitándose de esta manera, de lo estrictamente psicológico en su manifestación clínica a lo filosófico en sus aspectos axiológicos, éticos, etc.

Actitud crítica ante la sociedad moderna que deshumaniza al hombre y enajena su personalidad, produciendo a un sujeto reprimido, patológico, lleno de conflictos y traumas. Es por tanto, función del neopsicoanálisis reformarlo para en muchos casos considerar a su vez esta vía como la idónea para modificar a esta sociedad misma, enfermiza y pervertida.

Búsqueda de determinados valores vitales que deben ser objeto de atención psicológica como vía de armonización de los intereses personales con los de la sociedad.

Búsqueda de la individualidad y de la acción volitiva del hombre en la superación de sus conflictos y traumas, y para el desarrollo de su personalidad; de ahí que en su cuerpo categorial predominen términos tales como el autodesarrollo, autodeterminación, autorrealización, autorreflexión, personalidad madura, personalidad desarrollada, etc.

Para Gottingen (citado en Laverde, 2008) la Terapia Psicoanalítica es: “Una terapia que incluye una cuidadosa atención a la interacción terapeuta-paciente, opera con un uso continuo de intervenciones de interpretación y soporte, a la medida de las necesidades del paciente”. Y de acuerdo con Marzi (Citado en Laverde, 2008) el método clínico psicoanalítico es una condición que se activa a través del vínculo que sostiene la pareja analista-analizado, basada en los conceptos primarios del psicoanálisis: inconsciente dinámico, fantasía, transferencia, contratransferencia, que le otorgan una dimensión tridimensional a la realidad psíquica.Las terapias Neopsicoanaliticas se enfocan en la reconstrucción y la interpretación, el psicoanalista no maneja las reconstrucciones e interpretaciones buscando el hallazgo científico, sino que intenta originar una serie de efectos clínicos deseables, a partir de los cambios metapsicológicos que pone en marcha en los conflictos inconscientes del analizado.La teoría y la práctica psicoanalíticas mantienen que el trabajo psicoanalítico, y en particular la interpretación, ocasiona que los contenidos inconscientes, que mantienen activos los conflictos, puedan pasar a la esfera de lo consciente, al proceso secundario o al dominio del yo, a través de la eliminación de las defensas/resistencias y de los oportunos insights.

DiscusiónExiste una infinidad de detractores de Freud que aseguran que sus teorías no son más que el producto final del autoanálisis de su personalidad, Eynseck (2004) por ejemplo recopiló y criticó todos los estudios sobre la efectividad del psicoanálisis, llegando a la conclusión de que el tratamiento psicoanalítico no supone ninguna mejora sobre la tasa de remisión espontánea de las neurosis. Sin embargo, frente a estas críticas tan demoledoras, científicos de la talla de Antonio Damasio o Eric Kandel, dos de los grandes de la neurociencia actual, consideran que la biología podría realizar grandes contribuciones a la comprensión de los diversos procesos mentales inconscientes y a la explicación de los beneficios terapéuticos del psicoanálisis; y

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que, a su vez, el psicoanálisis podría ayudar al avance de la investigación neurocientífica; y también, que las principales ideas de Freud sobre el mundo emocional son consonantes con las perspectivas más avanzadas de la neurociencia actual. El debate continúa abierto en torno a los Neopsicoanalistas, quienes continúan haciendo investigaciones incorporando nuevos enfoques dentro del mismo campo.

ConclusionesFreud y sus seguidores fueron sin duda personajes influyentes del siglo XX, sus teorías marcaron las fronteras de un antes y un después en la comprensión de la naturaleza humana, la cultura, el arte, la religión. Las aportaciones del Neopsicoanálisis han abierto nuevos caminos en diferentes esferas del comportamiento humano y han supuesto un fuerte estímulo para la investigación. El Psicoanálisis es la más popular de las doctrinas psicológicas, forma parte de nuestra cultura, ha dejado su huella en ámbitos tan diversos como la neurología, la psiquiatría, la psicología, la pedagogía, la sociología , la filosofía, la hermenéutica, la antropología, la historia, la religión, la literatura, el arte, el cine, etc. El Neopsicoanálisis también está vigente más por su polémica que por la cantidad de aportaciones. Parte de esto se debe a que la comunidad científica lo ha encasillado en las pseudociencias con lo cual ha perdido su identidad y esencia. A pesar de extensas afirmaciones de lo contrario, parece ser claro que el Neopsicoanálisis continua haciendo contribuciones vitales para la comprensión contemporánea de la naturaleza y la etiología de varios tipos de psicopatología y a su vez estas contribuciones favorecen una mejor comprensión de las dinámicas del proceso terapéutico. Tomando en cuenta la revisión que hicimos de las aportaciones del Psicoanálisis consideramos que hace falta evaluar las etapas del curso de la terapia en el enfoque Neopsicoanalítico y hacer más investigaciones en ésta área para que se reformulen las técnicas con lo cual se alcanzaría un nivel más aceptable en el campo clínico.Y con respecto al proceso terapéutico consideramos que la aplicación del saber psicoanalítico debe evolucionar a distintas formas de psicoterapia que pueden ser relativamente breves y focalizadas rompiendo el esquema del largo y arduo tratamiento de diván. Es necesario que los Neopsicoanalistas actuales se enfoquen en establecer un nuevo marco conceptual para la psicología actual que permita concluir la tarea iniciada por Freud en donde el campo clínico y el Psicoanálisis se reconcilien.

Sobre Joseph Eisler: 'Fantasía inconsciente de embarazo en un hombre con la apariencia de una histeria traumática. Una contribución clínica al

erotismo anal', 1921.

ResumenEn este trabajo se explora una de las referencias del Seminario 3 de Jacques Lacan, el trabajo de Joseph Eisler 'Fantasía inconsciente de embarazo en un hombre con la apariencia de una histeria traumática. Una contribución clínica al erotismo anal', de 1921. Esta exposición de un caso clínico ilustra la forma en que una aproximación psicoanalítica puede permitir establecer un diagnóstico diferencial entre histeria y psicosis, abordando la pregunta por el ser mujer principalmente a partir del fantasma de embarazo en un hombre.

Paraules clau

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Joseph Eisler, histeria, psicosis, diagnóstico diferencial.

El autor.Josef Eisler fue representante de la escuela psicoanalítica húngara y miembro de la primera generación de analistas formados en la escuela de Budapest. Médico de profesión, jefe de una consulta de neurología y crítico de arte en una publicación. En 1944 fue deportado junto con su mujer y encontró la muerte en un campo de trabajo.El texto.Lacan en el seminario nos indica su interés por el caso, “si me intereso por la pregunta planteada en la histeria, es porque se trata de saber en qué ella se diferencia del mecanismo de la psicosis”.El relato del caso nos va mostrando toda la trama imaginaria y simbólica del paciente, el desarrollo del síntoma al fantasma, quedando velado aquello para lo que no se encuentra la respuesta: el problema de la generación de los cuerpos.Con todo detalle Eisler organiza el texto en dos partes, en la primera hará un despliegue de la problemática del paciente hasta llegar al hecho traumático y en la segunda profundiza en lo que llama las “condiciones de vida infantil”.Para llegar a la conclusión de que el paciente sufre, en palabras del autor, de “una severa neurosis construida sobre la fijación de componentes erótico-anales”.El doctor Eisler, hacia 1914, atiende a un hombre de 31 años, de ocupación tranviario. Tiene fuertes ataques de dolor en el costado izquierdo de su cuerpo, “como si un objeto pujara por salir”, que en ocasiones le provoca pérdida del conocimiento. Los médicos que le atienden, cerca de dos años y medio, “quedan desconcertados con sus quejas” y lo envían al departamento de neurología, allí lo diagnostican de histeria traumática.Al inicio del análisis el autor destaca del paciente, ciertos “actos sintomáticos”. En una ocasión “se puso de pie sin motivo y adujo que el diván rodaba bajo él”, volvió al diván persuadido por el analista y al terminar, “permaneció un rato de pie mientras me miraba proyectando su garganta hacia adelante y con las pupilas muy dilatadas”.Otro de estos actos fue que en sesión el paciente, “se levantó del diván, hizo un torpe movimiento de giro y cayó nuevamente en el diván, boca abajo, con las piernas colgando”, para el analista tiene una significación particular y lo describe como la expresión de una “actitud homosexual pasiva hacia el analista”.Posteriormente se suceden unos sueños, que representaban “sin disfraz alguno, la homosexualidad del soñador” según el autor, dice del paciente que “parecía admitir todo y esconder todo al mismo tiempo”.Se preocupa por establecer “la caracterología del paciente”: de “comportamiento reservado”, hombre metódico, con cambios de ocupación para mejorar su nivel de vida, líder de sus compañeros de trabajo en cuestiones sociales y políticas, autodidacta, detestaba los billetes sucios y llevaba un diario donde le gustaba copiar hojas de cuentas y balances.Se interesaba por “las cuestiones de la biología y en especial las relacionadas con la evolución”: le fascinaba la crianza de los animales domésticos y el comercio con los huevos. Así fue como focalizó durante un tiempo su investigación hacia la germinación.El paciente es el hijo mayor de una familia de tradición campesina, le siguieron catorce hermanos de los que vivieron ocho. La pequeña nació cuando él se casó.De su infancia, el analista destaca algunos momentos decisivos, como que a los 9 meses su abuela le pisó “sin querer” el pulgar, mientras gateaba por la casa, lo que es señalado como punto de regresión y de castración.Otro suceso acontecido en su infancia, marca la fijación de la libido: en la cocina familiar donde él jugaba y su madre estaba dando de mamar a su hermano menor, se agarró a la mesa para coger un trozo de pan, molestó a su madre y ella, después de amonestarlo, le lanzó un cuchillo que le rasgó el sombrero que llevaba y también la frente.El autor basándose en el texto de Freud “Lecciones del psicoanálisis”, donde un suceso al azar deviene el responsable de la fijación de la libido, nos explica que “la masculinidad narcisista del paciente fue precozmente estimulada por la herida en la cabeza”.Desde muy joven tuvo diferentes ocupaciones: fue panadero, trabajó en un laboratorio, fue conductor y guarda de tranvía.Se casó, a los 24 años con una mujer que tenía una hija. En general quería poner a distancia a su mujer en relación a su enfermedad pero en una ocasión le acompaño ella, y el médico le dijo “no llego a darme cuenta de lo que tiene. Me parece que si fuese una mujer lo comprendería mejor”. Lacan señala que es un material detallado donde el paciente expresa su pregunta: ¿quién soy?, ¿un hombre o una mujer?, ¿soy capaz de engendrar?

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El analista se pregunta qué hay que se pueda relacionar con el accidente mencionado al principio, se sorprende de que “no fue la caída del tranvía sino la radiografía tomada en el hospital lo que pasó al primer plano”.Una serie de radiografías pedidas por el paciente repetidamente, despertó la sospecha del autor, “la radiografía originalmente tomada por el cirujano de guardia había sido de gran significación psíquica para el paciente”, puesto que él creía que lo habían expuesto a procedimientos extraños, de modo que “toda esa aventura compuso un núcleo alrededor del cual pudo cristalizar una fantasía libidinal de naturaleza homosexual pasiva” y su vinculación a la fantasía de un embarazo.Hay una descripción detallada del dolor que sentía el paciente, su anticipación, cómo sucedía, qué hacía para aliviarlo y qué sentía físicamente. El analista lo presenció y su conclusión fue que “representaba un alumbramiento”, dice “la constipación debía ser un síntoma de conversión de una alucinada gestación que habría que poner en relación estrecha con el episodio de los rayos X”.Un recuerdo infantil conserva para el sujeto todo su relieve según señala el autor, “cuando tenía diez años oyó el llanto y los gemidos de una mujer al dar a luz”, la observó durante mucho tiempo, a través de una ventana, y vio en un corredor llevar al niño en pedazos.El paciente había sufrido constantes problemas intestinales, que los médicos no entendían, se iban sucediendo comentarios como “dolor en el lomo”, “inyección de antitoxina en el lado izquierdo” de los que el analista concluye que “la neurosis tendía a desarrollarse en conexión con un proceso orgánico que implicase dolor”.Además en sus sueños siempre aparecía perseguido, pegado, sufre accidentes, es expulsado, vinculando esto a su posición masoquista.La diferencia respecto la psicosis.Eisler, para hablar del “consolidado narcisismo” del paciente, se refiere a algunas fantasías paranoicas, fantasías heroicas, fantasías de “autocreación”, y relacionado con ésta última su aversión hacia las mujeres en relación a que el cuerpo de la mujer pudiera encargarse del proceso de reproducción.Eisler tiene en cuenta que las fantasías expuestas “pertenecen a los complejos en las psicosis”. Aquí hace mención al caso del Presidente Schreber, intenta buscar las diferencias entre síntomas de la histeria y de la paranoia, se aclara diciendo que en el primero los síntomas se forman “exclusivamente desde la conciencia” y en la segunda los procesos enfermos “invaden la conciencia bajo la forma de alucinaciones y delirios”.El escrito de Ernest Jones “Los rasgos de carácter anal-erótico”, da una explicación a lo que le ocurre a su paciente, puesto que “el erotismo anal apareció en la modalidad de un marcado deleite por la excreción” reforzado por sus rasgos de carácter.Además varios recuerdos se relacionan con ello: los excrementos que se tornan objetos exquisitos para mirar junto con la curiosidad hacia los frecuentes embarazos y partos de la madre dan como resultado la “fantasía de identificar el niño a las heces”. Además el paciente tenía un pasatiempo que consistía en examinar sus excrementos para ver si alguna semilla hubiera quedado depositada, anotaba los lugares y observaba si germinaba.Éste tiene una aversión por las comidas con fuerte olor, por ejemplo por las cebollas o “hagymacsir” o cebolla-semilla, que unida a la “del poder de rumiar” o regurgitar se vincula a la fantasía infantil de fertilización oralEl analista expone que “al comienzo de su histeria, el paciente trató de liberarse él mismo de sus fantasías mediante un sacrificio oral”, se quería extraer los incisivos por su mal olor, pero se desmayó y Eisler interpreta que este suceso y los desmayos por el dolor en la espalda están relacionados. En la sabiduría popular la extracción de dientes en los sueños es símbolo de parto. Esto podría ser una anticipación a sus fantasías y malestares. Según el autor, confiere al paciente un talento “profético”.Al final del texto, selecciona unos sueños, dignos de leer por la habilidad innata que tiene el paciente de producir fantasías, éstos permiten a Eisler considerar más claramente que la fuente de energía que proveía a la neurosis era el componente erótico-anal además de reconocer, que en esos sueños aparecía el analista.Las conclusiones.El tratamiento produjo una mejoría del paciente, y dedujo que la fijación masoquista del paciente produjo como residual unas molestias intestinales a modo de espasmos que el autor reconoce como manifestación histérica en sentido freudiano.Para terminar, volviendo al seminario en la pagina 244, Lacan señala “el tema único del fantasma de embarazo domina, pero ¿en tanto que?”.

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He aquí el cambio de registro, al atender al significante, a la pregunta sobre el ser, el sujeto masculino se pregunta qué es ser una mujer.En la comparación con el caso Dora, la disimetría en el complejo de Edipo que podemos leer al final del capítulo, apunta a que en la histeria es una ventaja el rodeo que hace la niña para acceder a la identidad de su sexo, pero para el sujeto masculino, “el camino será más complejo”.

¿Síntoma y/o sinthome?Presentación en el Grupo de investigación sobre Creación y Psicoanálisis durante el curso 2003-04Concepció Masagué ResumEl presente texto parte de un planteamiento actual acerca del concepto de la sublimación: ¿se puede seguir utilizando el concepto de sublimación como mecanismo subyacente a las producciones artísticas y/o culturales?.Para responder a este interrogante el autor realiza un recorrido por el concepto de sublimación de Freud a lo largo de su obra.Paraules clauDestinos de la pulsión, pulsión sexual, elementos de la pulsión, represión, pulsión de saber y creación artística, sublimación.

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Podemos, en la actualidad, seguir utilizando el concepto de sublimación como mecanismo subyacente a las producciones artísticas y/o culturales? Y en este caso, ¿porqué utilizarlo y de qué manera?

De vuelta a la sublimación. ¿Porqué una vuelta más a la sublimación? Para adentrarnos en su función actual en y frente al malestar en la cultura y en cómo inscribirlo en las manifestaciones de la pulsión de muerte en la contemporaneidad. Averiguar cuál es su papel en la ética, en la política, en la ciencia y en el arte; también cómo se imbrica con el síntoma a partir de los aportes derivados de la teoría y de la experiencia analítica.Empezaremos por las bases establecidas por Freud para perseguir los avatares del arte y del síntoma, esas dos formas de moldear las derivas del goce. Para ello paso la palabra a Concepció Masagué i Torné.

Magda BoschCoordinadora del espacio Creación y PsicoanálisisLa sublimación en la obra de Sigmund FreudAunque Sigmund Freud escribió un artículo sobre la sublimación, no parece que haya sido nunca publicado, la razón parece ser que no acababa de encontrase satisfecho con lo que había escrito. Dicho artículo era uno de los doce que formarían Trabajos sobre metapsicología (1915). De estos doce artículos sólo cinco fueron publicados, de los siete restantes sólo se conoce su existencia por la correspondencia que mantenía Freud con Abraham, Ferenczi y Jones. La sublimación fue uno de esos siete artículos no publicados. Así pues no contamos con un texto donde explique la sublimación, sino que a través de los diferentes escritos de Freud podemos ir elaborando aquello de que se trata cuando hablamos de ella.Empezaré con algunas de las definiciones que Freud da en sus escritos.Freud usa ese término por primera vez en una carta a Fliess en 1897, dándole un sentido diferente al que le daría más adelante y a partir del historial clínico de "Dora". En la carta habla de la sublimación cuando se refiere a las fantasías que reproducen escenas en la histeria, dice de esas fantasías: "Son edificios protectores, sublimaciones de los hechos, embellecimientos de ellos, y al mismo tiempo sirven al autodescargo." (1)

En ese momento parecería que el concepto "sublimación" se define como algo que embellece unos hechos difíciles de soportar.En 1901 Freud redacta Fragmento de análisis de un caso de histeria (caso Dora), y habla de sublimación como aquello que permite nuestros logros culturales, dice: "las perversiones no son degeneraciones, sino que son desarrollos de gérmenes, contenidos todos ellos en la disposición sexual indiferenciada del niño, cuya sofocación o cuya vuelta hacia metas más elevadas, asexuales -su sublimación- están destinadas a proporcionar la fuerza motriz de un buen número de nuestros logros culturales." (2)

En 1908, en su texto La moral sexual "cultural" y la nerviosidad moderna, plantea la sublimación como una facultad que viene de la misma pulsión sexual. Dice: "A esta facultad de permutar la meta sexual originaria por otra, ya no sexual, pero psíquicamente emparentada con ella, se le llama la facultad para la sublimación". (3)

En 1910, en la quinta de las Cinco conferencias sobre psicoanálisis define la sublimación como "un proceso mediante el cual la energía de mociones infantiles de deseo no es bloqueada, sino que permanece aplicable si a las mociones singulares se les pone, en lugar de la meta inutilizable, una superior, que eventualmente ya no es sexual." (4)

En 1914, en Introducción del Narcisismo, Freud la define diciendo: "La sublimación es un proceso que atañe a la libido de objeto y consiste en que la pulsión se lanza a otra meta, distante de la satisfacción sexual." (5)

Aunque podemos encontrar más definiciones en los textos de Freud, creo que son suficientes para recoger la idea central de la sublimación, la cual podemos resumir de ese modo: existe una pulsión sexual cuya meta no es aceptada por lo que, o bien es sofocada, bloqueada, o bien es sublimada, permutada por otra más elevada y que ya no es sexual, su satisfacción ya no viene dada por la sexualidad, sino por los logros culturales.De qué se trata cuando hablamos de pulsión sexual? ¿porqué es necesario sublimar esa pulsión?, para la primera pregunta me remito a Tres ensayos de teoría sexual de 1905, en ese texto Freud define la pulsión como "... la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomática en continuo fluir; ello a diferencia del estímulo, que es producido por excitaciones singulares provenientes de fuera. Así, pulsión es uno de los conceptos del deslinde de lo anímico respecto de lo corporal." (6) Pulsión es equivalente a estímulo en cuanto

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al mecanismo, es decir, algo llega a una parte del organismo que incita a una acción para calmar los efectos provocados por eso que llega, pero aquello que los hace diferentes es la fuente y la eliminación. En el estímulo, la fuente es externa y llega de golpe siendo necesaria una sola acción para eliminarlo. La fuente de la pulsión es interna y constante, para eliminarla no basta una sola acción sino que se hace necesario diferentes acciones, no siendo, además, posible escapar de ella si no es con su satisfacción, a la cual se podría llegar o bien a través de la satisfacción sexual, o bien, cito a Freud, "puede alcanzarse mediante una modificación, apropiada a la meta (adecuada), de la fuente interior de estímulo." (7) Así pues la sublimación es necesaria para darle otra salida a esa pulsión en contínuo fluir.En 1915 Freud elabora Pulsiones y destinos de pulsión, dicho artículo es uno de los que formaron Trabajos sobre metapsicología, en él podemos encontrar respuesta a las preguntas sobre qué es la pulsión sexual y porqué se hace necesaria la sublimación, pero también si la sublimación es la única salida posible para ese continuo fluir, que no sea la misma satisfacción sexual. De él tomo lo que sigue.En la pulsión hay que distinguir cuatro elementos: el esfuerzo, que es el trabajo que conlleva una pulsión. La meta, que es la satisfacción, eliminación, de la pulsión. El objeto, que es aquello por lo que se puede satisfacer la pulsión; puede ser más de uno para una pulsión, pero también un solo objeto puede servir para satisfacer varias pulsiones; puede no estar directamente ligado a la pulsión, sino que puede ser escogido solamente en función de su posibilidad para satisfacerla; puede ser interno o externo al sujeto y puede ser cambiado según los desplazamientos de la pulsión. Y la fuente, que como ya he dicho antes, es un proceso interno y constante.Freud encuentra distintas salidas para la pulsión, pero se detiene, sobretodo, en el estudio de cuatro de ellas:

1. El trastorno hacia lo contrario que se da a través de dos procesos distintos; uno tiene que ver con la meta la cual pasa de ser activa a ser pasiva (de martirizar a ser martirizado; de mirar a ser mirado); el otro tiene que ver con el contenido y es cuando hay un cambio de amor a odio.

2. La vuelta hacia la propia persona; en este caso lo que cambia es la vía del objeto y no la meta. El masoquismo es un sadismo vuelto hacia el yo propio y el exhibicionismo incluye el mirarse el cuerpo propio.

3. La represión. Cuando la pulsión sexual entra en conflicto con las representaciones culturales y éticas del individuo, su destino es la represión, pero aun así no evita que la pulsión siga existiendo en lo inconsciente y como resultado de esa existencia surja la neurosis y con ella el síntoma.

4. La sublimación.Y en su artículo La represión, escrito también en 1915 y formando parte de la misma serie que fue Trabajos sobre metapsicología, nos presenta otros tres destinos posibles para una pulsión que tienen que ver con su factor cuantitativo: a)es sofocada por completo; b) sale a la luz como un afecto coloreado cualitativamente; c)se muda en angustia. En esos dos últimos destinos las energías psíquicas de las pulsiones se convierten en afectos y sobretodo en angustia.La sublimación, pues, es uno de los destinos para esa pulsión sexual interna y constante que el individuo puede utilizar cuando se hace necesario otra salida para la pulsión que no sea la satisfacción sexual.Freud nos presenta los destinos de la pulsión como variedades de la defensa contra las pulsiones y compara la sublimación con la represión. Mediante esta comparación podemos leer otra definición a la vez que función de la sublimación, es en la quinta de las Cinco conferencias sobre psicoanálisis, (1910) donde dice: "Mediante sus represiones, el neurótico ha mermado muchas fuentes de energía anímica, cuyos aportes habrían sido muy valiosos para su formación de carácter y quehacer en la vida. Conocemos un proceso de desarrollo muy adecuado al fin, la llamada sublimación, mediante la cual la energía de mociones infantiles de deseo no es bloqueada, sino que permanece aplicable si a las mociones singulares se les pone, en lugar de la meta inutilizable, una superior, que eventualmente ya no es sexual." (8)

Así pues la represión como condición para la neurosis y la sublimación como condición para "la formación de carácter y quehacer en la vida".Parecería que los individuos se podrían clasificar entre los que reprimen, que sufren de neurosis, y los que subliman, que "hacen en la vida", que logran alcanzar metas bien valoradas por la sociedad, pero Freud nos deja bien claro que la sublimación, si bien es una facultad a la que todo individuo puede acceder sin demasiada dificultad, no todos acceden a ella, y aun los que sí lo hacen, tampoco es ni en la misma proporción ni en la misma dirección, además "La sublimación, dice Freud, nunca puede tramitar sino una cierta porción de libido, ..." (9). Así pues,

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si la sublimación sólo puede tramitar una parte de la libido, bien podemos pensar que la parte restante deberá encontrar otra forma de satisfacción, podríamos decir pues que un sujeto puede desviar su pulsión hacia uno o más destinos.Entonces, ¿qué es lo que hace que unos individuos subliman y otros no, o no en la misma proporción? Creo que es en esa diferencia de proporción donde podemos hablar de la sublimación como aquel camino que posibilita los "logros culturales" y que Freud mismo, a lo largo de sus escritos, la va tomando bajo esta función, es decir, permutar la meta de la pulsión sexual por otra más elevada, asexual, destinada a "proporcionar la fuerza motriz de un buen número de nuestros logros culturales." (10)

A la pregunta sobre qué hace que unos individuos sublimen y otros no, no he podido encontrar respuesta desde los textos de Freud, así que voy a intentar encontrar qué mecanismo se pone en marcha cuando un sujeto se decide, sobretodo, por el camino de la sublimación y no por otro. Para ello voy a partir del estudio que hace Freud de Leonardo da Vinci, y más adelante intentaré seguir ese trabajo desde Jacques Lacan.De los textos de Freud, se deduce que los "logros culturales" tienen dos vertientes, el saber, pulsión de saber, y la creación artística. En Leonardo da Vinci podemos encontrar las dos.Para la primera vertiente, el saber, podemos encontrar en Tres ensayos de una Teoría sexual (1905), como Freud sitúa, en el período de latencia sexual de la infancia, el inicio del desarrollo del individuo en la cultura a partir de la sublimación de las mociones sexuales infantiles que, a pesar de encontrarse en ese período de latencia, no dejan de fluir y su energía es desviada del uso sexual y aplicada a otros fines.Más adelante, en ese mismo texto sitúa el origen de la pulsión de saber en el saber sobre los problemas sexuales, dice: "... por los psicoanálisis hemos averiguado que la pulsión de saber de los niños recae, en forma insospechadamente precoz y con inesperada intensidad, sobre los problemas sexuales, y aun quizás es despertada por ellos." La acción de esa pulsión de saber, dice Freud: "corresponde, por una parte, a una manera sublimada del apoderamiento, y, por la otra, trabaja con la energía de la pulsión de ver." (11)

Y en Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci (1910), dice: "Su pulsión de ver y de saber son excitadas con la máxima intensidad por sus impresiones de la primera infancia." (12) Freud nos habla de la infancia de Leonardo da Vinci y hace incidencia en el hecho de que por ser hijo ilegítimo y no haber tenido un padre presente, quedó "librado a la tierna seducción de una madre de quién él es el único consuelo". Este hecho lo llevó a una intensa investigación sexual infantil, la cual parece ser que sufrió una fuerte represión estableciendo su predisposición a una vida abstinente dando "la impresión de un hombre asexual" y sigue: "Cuando le sobrevino la pleamar de la excitación de la pubertad, ella no lo enfermó constriñéndolo a costosas y dañinas formaciones sustitutivas; es que la mayor parte de las necesidades de la pulsión sexual podrán sublimarse, merced al temprano privilegio del apetito de saber sexual, en un esfuerzo de saber universal, escapando así de la represión." (13)

La sublimación, pues, como vía de escape de la represión, pero a la vez, la represión, en la edad infantil, permite la posibilidad de llevar a cabo la sublimación; pero si esa represión llega demasiado temprano, cito a Freud: "...excluye la sublimación de la pulsión reprimida; cancelada la represión, vuelve a quedar expedito el camino para la sublimación." (14)

Freud plantea tres posibles salidas para la pulsión de saber en el sujeto, si su investigación sexual infantil fue fuertemente reprimida: "inhibición del pensar", "compulsión neurótica del pensamiento" y la tercera en que "la libido escapa al destino de la represión sublimándose desde el comienzo mismo en un apetito de saber y sumándose como refuerzo a la vigorosa pulsión de investigar." (15)

Freud toma a Leonardo da Vinci como paradigma de esta tercera salida, nos dice: "... se convirtió en el primer investigador moderno de la naturaleza..." y sigue más adelante: "Pero cuando enseñaba a menospreciar la autoridad y a desestimar la imitación de los "antiguos", señalando una y otra vez el estudio de la naturaleza como la fuente de toda verdad, no hacía sino repetir, en la más alta sublimación asequible al ser humano, el partido que se vio precisado a adoptar en su primera infancia al dirigir al mundo sus miradas de asombro." (16)

Para la segunda vertiente de "los logros culturales", la de la creación artística, me remito también a Tres ensayos de una Teoría sexual (1905), en él Freud habla de la mirada como el camino que conduce a la excitación libidinosa y como la ocultación del cuerpo mantiene despierta la curiosidad sexual, pero esa curiosidad dice: "... puede ser desviada ("sublimada") en el ámbito del arte, si uno puede apartar su interés de los genitales para dirigirlo a la forma del cuerpo como un todo". (17)

Y en 1910, en la cuarta de Cinco conferencias sobre psicoanálisis, Freud habla de componentes pulsionales del placer sexual; de esas pulsiones, dice que se presentan en pares

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de opuestos, como activas y pasivas, y es en el placer de ver activo y pasivo "... que lleva a la exhibición artística y actoral." (18)

En el estudio sobre Leonardo da Vinci, Freud nos dice: "Desde una mocedad que nos resulta oscura, Leonardo emerge ante nosotros como artista, pintor y creador plástico, merced a unas dotes especiales, acaso reforzadas por el temprano despertar de la pulsión de ver en la primera infancia." (19), y sigue diciéndonos que hasta ese momento no puede dar explicación de cómo el arte canaliza las pulsiones, pero sí puede afirmar que es una de sus salidas.Aunque Leonardo da Vinci muestra tener las dos vertientes sobre el devenir de sus pulsiones sexuales, la del saber y la de la creación artística, parece que cada una de ellas surgen en épocas distintas. Es en la pubertad cuando la salida se da a través del crear artístico, pero pronto la investigación empieza a desplazar esa faceta artística; en un primer momento investiga sobre el arte mismo, pero poco a poco ese interés se va independizando del arte, y es a partir de su madurez, hacia los cincuenta años, que vuelve a tener relieve su interés por la pintura plasmando con su pincel, cito a Freud: "esa misteriosa sonrisa que él había perdido y que tanto lo cautivó al reencontrarla en la dama florentina" (20) sonrisa que va repitiendo en sus cuadros posteriores al de Monna Lisa y que parece ser la sonrisa de su madre Caterine, de quién Leonardo fue separado cuando tenía tres o cuatro años.Para terminar, de momento, con los textos de Freud, voy a incluir una cita suya de 1930 en su texto El malestar en la cultura, en donde hace un pequeño resumen sobre qué es y para qué se hace necesaria la sublimación: "Otra técnica para la defensa contra el sufrimiento se vale de los desplazamientos libidinales que nuestro aparato anímico consiente, y por los cuales su función gana tanto en flexibilidad. He aquí la tarea a resolver: es preciso trasladar las metas pulsionales de tal suerte que no puedan ser alcanzadas por la denegación del mundo exterior. Para ello, la sublimación de las pulsiones presta su auxilio. Se lo consigue sobre todo cuando uno se las arregla para elevar suficientemente la ganancia de placer que proviene de las fuentes de un trabajo psíquico e intelectual." (21)

Así pues, hasta aquí y desde Freud, podemos decir que existe la pulsión sexual, pero no se le puede dar la salida mediante la satisfacción sexual misma, "el mundo exterior" lo impide. Esa pulsión puede ser reprimida o sublimada. Si es reprimida producirá la neurosis y con ella el síntoma. Si es sublimada puede producir "logros culturales" a través de la pulsión de saber (investigaciones) o a través de la creación artística. Pero la sublimación ni es universal ya que presupone una disposición y unas dotes en el sujeto, ni garantiza la protección perfecta contra el sufrimiento.

Caso Juanito- Hans

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Hasta 1972, fecha de la aparición de las "Memorias de un hombre invisible", transcripción de las cuatro entrevistas acordadas por Herbert Graf al periodista Francis Rizzo, no se conocía la identidad de ese "niño de cinco años" que con el nombre de "Juanito" había alcanzado la celebridad gracias al relato de Sigmund Freud sobre su análisis, efectuado por Max Graf, su padre. Considerado uno de los grandes casos del psicoanálisis, el tratamiento de Juanito ocupó muy pronto un lugar particular en los anales del freudismo, primero porque el paciente (por primera vez) era un niño, y en segundo término porque Freud, en lugar de ocupar la posición de analista, intervino como supervisor. El análisis propiamente dicho de Juanito se desarrolló en el curso del primer semestre de 1908. Fue contemporáneo del análisis de Ernst Lanzer, el Hombre de las Ratas. Freud, con autorización el padre, publicó el historial en 1909, pero ya se había referido a Juanito en dos artículos sobre la sexualidad infantil aparecidos en 1907 y 1908. En realidad, desde 1906, cuando el niño no tenía aún tres años, el padre, conquistado por el psicoanálisis a través de los relatos de su esposa, que le hablaba de su cura con Freud, tomó notas sobre todo lo que tenía que ver con la sexualidad del niño, para transmitirlo al maestro, que se había convertido en una persona de la familia. Max Graf no fue el único en entregarse a este tipo de obsevaciones: Freud, como lo recuerda al principio de su relato, había exhortado a sus colegas de la Sociedad Psicológica de los Miércoles a realizar ese tipo de ejercicio, para aportarle pruebas bien fundadas de sus tesis sobre la sexualidad infantil, expuestas algún tiempo más tarde en los Tres ensayos de teoría sexual. Desde las primeras anotaciones del padre, Juanito aparece muy preocupado por esa parte de su cuerpo que él llama su "hace pipí". Sucesivamente le pregunta a la madre si ella tiene uno, le atribuye uno a la vaca que se ordeña, a la locomotora que desprende agua, al perro y al caballo, pero no a la mesa ni a la silla. Este interés, como lo observa Freud con humor, no se limita a la teoría: Juanito es sorprendido por la madre cuando se entrega a tocamientos de su pene. La mujer lo amenaza con hacerle cortar el "hace pipí" si continúa ese tipo de actividad; esto no genera ningún sentimiento de culpa -sigue observando Freud- pero le hace adquirir el complejo de castración.Continuando con sus exploraciones, el niño quiere saber si también el padre tiene un "hace pipí", y se sorprende de que la madre, adulta, no tenga un "hace pipí" del tamaño del que tiene el caballo. En este período, "el gran acontecimiento de la vida de Juanito es el nacimiento de su hermanita Anna, cuando él tiene exactamente tres años y medio". Las observaciones del padre revelan un distanciamiento entre los dichos del niño, que parecen dar crédito a la fábula de la cigüeña, y la atención que presta al maletín del médico y a las palanganas de agua sanguinolenta en el dormitorio del parto, lo que parece indicar -señala Freud la presencia de las primeras sospechas acerca de la falsedad de la fábula. A Juanito le llevará aproximadamente seis meses superar sus celos y convencerse de su propia superioridad sobre la hermana menor. Al asistir al baño de la niña, constata que ella tiene un "hace pipí [...] todavía pequeño" y predice con condescendencia que será más grande cuando Anna crezca. Comentando las observaciones siguientes, Freud toma nota de manifestaciones de autoerotismo, pronto seguidas de una "elección de objeto como en el adulto". Juanito da entones muestras de inconstancia, predisposición a la poligamia, pero presenta también rasgos de homosexualidad, todo lo cual lleva a Freud a decir, manifiestamente satisfecho por haber seguido paso a paso la verificación de su teoría, "Nuestro Juanito parece verdaderamente un modelo de todas las perversiones". Juanito atravesó más tarde un período marcado por la búsqueda de emociones eróticas (se enamoró de una niñita e insistió con los padres para que le permitieran llevarla a la casa y acostarse con ella), prolongación de las que había experimentado en sus incursiones al lecho de los progenitores. Cuando tenía cuatro años y medio, un sueño tradujo su deseo, en ese momento reprimido, de entregarse de nuevo al exhibicionismo ante las niñitas, como lo había hecho el verano anterior. Este período se cerró con el reconocimiento por el niño, al presenciar de nuevo el baño de la hermanita, de la diferencia entre los órganos genitales masculinos y femeninos. Unos días después de ese sueño y de esa observación, se declaró la "enfermedad" de Juanito. Los diálogos entre el padre

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y el niño, transcritos fielmente por el primero y transmitidos a Freud, le permitieron a éste conducir la cura y, más tarde, reconstruir la evolución de los trastornos y su desaparición, confirmatoria de la "curación" anunciada desde la primera línea del relato.Ese período se inició con una carta del padre, inquieto por la agitación nerviosa que ha afectado súbitamente al niño, y dispuesto a atribuir ese estado al exceso de ternura de la madre. Freud, que en todos los casos defiende a su ex paciente, la "linda madre" de Juanito, "tan buena y tan devota", rechaza ese punto de vista. En el análisis, subraya, no se trata de "comprender de entrada un caso patológico"; la comprensión sólo es posible "más tarde", si uno se ha dado tiempo para observar, acumular impresiones. Inmediatamente antes de la explosión del estado ansioso, Juanito había tenido un sueño, un "sueño de castigo" dice Freud, en el cual se había ido la madre amada, la que le "hacía mimos". Ese sueño era un eco de las ventajas obtenidas cuando la madre, durante el verano anterior, lo había llevado a su lecho cada vez que él manifestaba ansiedad y también cada vez que estaba ausente el padre. Unos días más tarde, Juanito, de paseo con la criada, comenzó a llorar y quiso volver a la casa para "recibir mimos de su rnamá". Al día siguiente la madre decidió sacarlo a pasear ella misma. El niño empezó por negarse, llorar, y después se dejó llevar pero poniendo de manifiesto un miedo intenso, del que sólo habló a la vuelta: "Tenía miedo de que me mordiera un caballo". Por la noche tuvo una nueva crisis de angustia ante la idea del próximo paseo, y miedo a que el caballo se metiera en su dormitorio. La madre le preguntó si acaso se había tocado el "hace pipí" con la mano. Después de la respuesta afirmativa de Juanito, le ordenó que dejara de hacerlo, orden que más tarde el niño confesó que no siempre había cumplido. "Tenemos aquí -comenta Freud- el inicio de la angustia y de la fobia", que era preciso distinguir entre sí. La ternura creciente por la madre traducía una aspiración libidinal reprimida, determinante de la angustia. Esa transformación de la libido en angustia es irreversible, y la angustia debe encontrar un objeto sustitutivo que pasará a ser el material fóbico. En ese punto era aún demasiado pronto para comprender el origen del material de la fobia de Juanito: los caballos y el riesgo de su mordedura. En esa etapa, Freud le aconsejó al padre que le dijera a Juanito que esa historia de caballos era una "tontería" (tal era la palabra que el padre y el hijo emplearon en adelante para designar la fobia), y que su miedo provenía del excesivo interés por el "hace pipí- de los caballos. Freud sugirió además que se iniciara la educación sexual del niño, para que él pudiera sobre todo admitir que la madre y todas las otras criaturas femeninas -tal como podía darse cuenta por la pequeña Anna- no tenían un «hace-pipí» en absoluto". Algún tiempo más tarde, la fobia volvió, extendiéndose a todos los animales grandes (jirafas, elefantes, pelícanos). Después de una observación de Juanito sobre el arraigo de su "hace-pipí", al que esperaba ver crecer junto con él, Freud explica que los animales grandes le daban miedo porque ellos lo hacían pensar en la dimensión presente, insatisfactoria, de su órgano peneano. En cuanto al arraigo, era una respuesta -sigue diciendo Freud- a la amenaza de castración expresada mucho antes por la madre, y cuyo efecto se manifestaba con posterioridad, en el momento en que había crecido la inquietud del niño, después del anuncio oficial de la ausencia de "hace-pipí" en las mujeres. Una mañana, Juanito justificó su incursión nocturna a la cama de los padres explicando que en su propio dormitorio había una jirafa grande y una jirafa arrugada. "La grande -dijo- gritó que yo le había quitado la arrugada. Entonces dejó de gritar, y yo me senté sobre la jirafa arrugada." El padre relacionó este fantasma con una situación recurrente: mientras que él se oponía a que el niño estuviera en el lecho conyugal, la madre respondía que en ello no había nada grave, siempre y cuando fuera breve. La jirafa grande era entonces el gran pene paterno, mientras que la jirafa arrugada representaba los órganos genitales femeninos. Freud añade que el "sentarse" sobre la jirafa arrugada representaba "una toma de posesión", basada en un fantasma de desafío al padre, y en la satisfacción de haber enfrentado su interdicción; el conjunto encubría el miedo a que la madre encontrara el "hace-pipí" de Juanito muy pequeño en comparación con el del padre. Se producen entonces una serie de fantasmas de fractura y violación de las interdicciones, en los cuales el padre aparece asociado al niño, indicio de la

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sospecha de Juanito en cuanto a que el padre hace con la madre cosas de las que quiere privarlo a él. El 30 de marzo de 1908 Juanito visita a Freud con el padre. La entrevista es breve. Freud le pregunta al niño, que ha hablado de lo negro alrededor de la boca de los caballos, si esos animales llevan anteojos. Después de la respuesta negativa de Juanito, Freud le hace la misma pregunta respecto del padre. Contra toda evidencia, la respuesta es también negativa. Freud explica entonces que el niño tiene miedo del padre, "Justamente porque ama tanto a la madre". Después de esta entrevista se produce una mejoría. La explicación que se le ha dado al niño -dice Freud- ha debilitado sus resistencias, y esto debe permitirle poner nombre a sus temores. En efecto, en el curso de una conversación con el padre, Juanito manifiesta su miedo a que se caigan los caballos uncidos a un ómnibus, y explica que un día en el que, a pesar de "la tontería", había salido a pasear con la madre, vio realmente caer en la calle a dos caballos que tiraban de un ómnibus, creyendo que uno de ellos estaba muerto. La madre confirmó la veracidad del relato. Esta información genera un punto de inflexión en el análisis. La fobia se declaró cuando la angustia, que originariamente no tenía nada que ver con los caballos, se traspuso a esos animales, de tal modo elevados, comenta Freud, "a la dignidad de objeto de angustia", por razones vinculadas con la historia del niño: Juanito, siendo más pequeño, había sentido pasión por los caballos, había visto a uno de sus compañeros caerse M caballo y recordaba la historia de un caballo blanco que mordía los dedos. La eclosión de la fobia databa del incidente real del caballo caído: Juanito había entonces experimentado el deseo (y al mismo tiempo el temor) de que el padre cayera y muriera de ese modo, lo que le habría dejado el camino libre para la posesión de la madre, pero exponiéndolo a los riesgos de una comparación poco ventajosa para él. Desde ese día, Juanito se tomó más libertades con el padre, al que quería incluso morder, prueba de que lo había identificado con el caballo tan temido. Pero esto no impidió que el miedo a los caballos persistiera. El análisis dio entonces otro giro. La madre, momentáneamente olvidada, volvió al primer plano a través de fantasmas excremenciales y reacciones fóbicas a la vista de calzones amarillos y negros. Sigue el fantasma de un plomero que perfora el estómago de Juanito con una agujereadora, y el miedo a bañarse en una gran bañera. El fantasma del plomero, fantasma de procreación, encontrará su significación más tarde, cuando resulte claro que el niño jamás había creído en la historia de la cigueña, sino que estaba resentido con el padre por el hecho de que le contara semejantes mentiras.Freud lleva el análisis más lejos, insistiendo en la yuxtaposición de ese miedo a la bañera con los fantasmas excremenciales (el interés, y después el asco de Juanito por las heces, a las que él llama "lumfs"), a su vez vinculados con el placer que obtenía el niño al acompañar a la madre al baño. Surge que para Juanito (y Freud se felicita de encontrar una vez más la confirmación de lo que había escrito unos años antes) los carruajes, lo mismo que los vientres de las madres, están cargados de niños-excrementos: la caída de los caballos, así como la de los "lumfs", es la representación de un nacimiento, y Freud subraya en esa oportunidad el carácter significante de la expresión "descargar" (mettre bas en la versión francesa). El caballo que cae no es sólo el padre que muere, sino también la madre que da a luz. Juanito podrá verbalizar su deseo de que el padre se vaya, y reconocer su deseo de poseer a la madre. Con todo, encuentra con todo un acomodamiento en esa situación aún generadora de angustia: el padre será el abuelo de los hijos que él, Juanito, tendrá con la madre. Para apaciguar la cólera siempre posible de ese padre desalojado, el niño lo imagina casado con la abuela paterna, es decir, con la madre del padre. Un último fantasma, en el cual un plomero le cambia su "hace-pipí" por uno más grande, marca su salida del Edipo y su victoria sobre el miedo a la castración. A diferencia de los otros casos princeps expuestos por Freud, Juanito no fue objeto de ninguna revisión historiográfica exhaustiva. No obstante, dio lugar a numerosas lecturas críticas. En un primer momento, cuando era impensable acercarse demasiado a la legendaria "inocencia infantil", los psicoanalistas hicieron de este caso el paradigma de todas los psicoanálisis de niños. Fueron necesarios los primeros pasos que dio en este ámbito Hermine von Hug-Hellmuth, y sobre todo la revolución de Melanie Klein, para que se superara esta concepción

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en el movimiento psicoanalítico. Por otra parte, algunas lecturas adoptaron como ángulo de ataque la interpretación freudiana, desarrollando una reflexión nueva sobre el estatuto de la fobia. Finalmente, otros trabajos optaron por reinscribir la cura y el personaje de Juanito en el decurso de su historia y su identidad: las de Herbert Graf, hijo de Max Graf y Olga König-Graf, amigos de Sigmund Fred. Jacques Lacan dedicó la segunda parte de su seminario de 1956-1957, titulado La relación de objeto, al caso de Juanito. Su objetivo era elaborar una clínica lacaniana del análisis de niños, de la cual Jenny Aubry y Françoise Dolto eran los maestros de obra: una clínica capaz de rivalizar con la escuela inglesa, enriquecida con los aportes contradictorios de Melanie Klein, Anna Freud y Donald Woods Winnicott. Para Lacan, la fobia de Juanito se había producido con el descubrimiento de su pene real y con el terror consecutivo de ser devorado por la madre, investida de una omnipotencia imaginaria. La fobia sólo podía entonces superarse, si no curarse, mediante la intervención del Padre real (Max Graf), sostenido por el Padre simbólico (Freud), lo que tuvo el efecto de separar al niño de la madre y asegurar su avance desde lo imaginario hacia lo simbólico. Lacan interpreta los mitos animalistas activos en la cura en los términos de Lévi-Strauss. Lejos de buscar en cada uno de ellos una significación particular, los relaciona entre sí para captar la recurrencia de lo semejante en un sistema. El caballo remite a veces al padre, a veces a la madre, y funciona como elemento significante desprendido del significado. La torsión a la que Lacan somete de este modo a la teoría freudiana del Edipo está vinculada con su idea de la declinación de la función paterna en la sociedad occidental, que él había expuesto en 1938 en su artículo sobre la familia. Ante esa decadencia, que él considera la causa esencial de la aparición del psicoanálisis en Viena, Lacan intenta revalorizar una idea de la paternidad basada en la intervención de la palabra, y denunciar el peligro de la omnipotencia materna, que él estigmatiza hablando de una "madre no saciada e insatisfecha", pronta a devorar al niño. En 1987, el psicoanalista francés Jean Bergeret relacionó las dificultades de Juanito con las que el propio Freud habría experimentado en su infancia. Observando que los únicos dos textos que Freud no publicó en vida (el dedicado a los personajes psicopáticos en el escenario, cuyo manuscrito había entregado a Max Graf al principio del análisis de Juanito, y el que fue hallado y publicado por llse Grubrich-Simitis con el título de Vista de conjunto de las neurosis de transferencia) tienen en común el tema de la violencia irrepresentable, indecible, producto de una incitación sexual precoz demasiado intensa, Bergeret formula la hipótesis de que la cura de Juanito se construyó sobre la base de la renegación de un trauma sufrido. En 1993, en ocasión de la aparición de las traducciones realizadas por el psicoanalista francés François Dachet del artículo de Freud sobre los personajes psicopáticos en el teatro, el texto de Max Graf dedicado a Freud y las Memorias de Herbert Graf -traducciones presentadas como suplementos de la revista L´Unebévue- el propio Dachet publicó en esa misma revista un estudio que apuntaba a dilucidar la compleja relación de Freud con Max Graf. Observó sobre todo que Max Graf es invocado por Freud como el padre de Juanito, como el discípulo y el amigo que le reconocía un talento artístico de que carecían los "chapuceros de almas", y como el destinatario competente de un manuscrito sobre problemas teatrales, pero nunca se lo menciona como marido de la madre de Juanito, que a su vez había sido paciente de Freud. En consecuencia, concluye François Dachet, la lectura lacaniana del caso tendría que "ser reconsiderada". En 1996, Peter L. Rudnytsky, universitario norteamericano, propuso que el caso de Juanito se viera más como un ejemplo de "terapia familiar" que como análisis de un niño. Su enfoque se remite a las tesis feministas desarrolladas principalmente por Luce Irigaray. Ellas lo llevan a discernir en este análisis los elementos básicos de la concepción freudiana de la diferencia de los sexos y de la sexualidad femenina que aparecerían con su forma definitiva en 1933, en las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis. La conclusión de Rudnytsky es inapelable. Estigmatiza "los prejuicios burgueses" que según él subtienden las posiciones teóricas de Freud acerca de la homosexualidad y la sexualidad femenina. Volviendo a este caso en su seminario de 1968-1969, titulado De un otro al Otro, Lacan evoca la curación proclamada por Freud, y se pregunta: "...Juanito ya no tiene miedo a

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los caballos, ¿y después?" ¿Después? En 1922, Freud añade un "epílogo" a su texto de 1909: en él relata brevemente la visita que le había hecho ese mismo año un joven que se presentó como Juanito. Para Freud, esa visita constituía en primer lugar una desmentida drástica de las siniestras predicciones enunciadas en la época de la cura. Para su alegría, se felicita, en una frase ambigua, de que el joven hubiera podido superar dificultades inherentes al divorcio y los nuevos matrimonios de sus padres, y observa finalmente, con una avidez teórica no disimulada, que Juanito/Herbert ha olvidado totalmente el análisis, incluso su existencia. No obstante, la lectura del texto de Max Graf titulado "Reminiscencias sobre el profesor Sigmund Freud", aparecido en 1942, y de las Memorias (en forma de entrevista) de Herbert Graf, aporta algunas informaciones capaces de relativizar la satisfacción de Freud y de constituir los primeros elementos para una revisión del caso. En su artículo, Max Graf evoca, de manera a la vez afectuosa y crítica, la atmósfera de las reuniones de los miércoles a las cuales él había sido invitado por Freud, la personalidad de este último, los odios, las pasiones y los conflictos que su intransigencia podía suscitar. Aunque en la época del análisis de Juanito éste había sido un tema frecuente en esas reuniones de los miércoles por la noche, Max Graf no hace la menor alusión al respecto. Es más prolijo cuando se trata de lo que el analista holandés Harry Stroeken propone denominar 1a relación de la familia Graf y Freud". Nos enteramos entonces, entre otras cosas, de que Freud, que solía concurrir a las fiestas familiares de los Graf, le había regalado al futuro Juanito, en su tercer cumpleaños ¡un caballito para balancearse! En sus Memorias, Herbert Graf pone de manifiesto en el ocaso de su vida un fervor y una admiración por el padre tanto más sorprendentes cuanto que, a lo largo de esas cuatro entrevistas, no dice ni una sola palabra sobre la madre. Este clivaje parece ilustrar bien lo que fue la vida de Juanito al convertirse en adulto, caracterizada por el contraste entre su éxito profesional y sus fracasos afectivos. Herbert Graf, en efecto, conoció en su juventud, a través del padre, a todas las personalidades del mundo artístico de la Viena de la época. Gustav Mahler, que fue su padrino, Arnold Schónberg (1874-1951), Richard Strauss (1864-1949) y Oskar Kokoschka (1886-1980) se contaron entre quienes frecuentaban la casa de los Graf. Cuando, ante las risas de los demás estudiantes, que inscribirían el episodio en el libro de las "estupideces del año" (¿una "tontería" más?), Herbert Graf anunció su deseo de convertirse en metteur en scéne de ópera, oficio que él mismo iba a crear, su padre lo sostuvo económicamente. En continuidad con los que habían sido los primeros pasos de ese padre, Herbert presentó una tesis sobre la escenografía wagneriana que le valió el reconocimiento oficial de la familia del autor de Los maestros cantores. Después de haber intentado, sin éxito, desempeñarse como artista lírico, se ocupó de las puestas de la ópera de Münster. Posteriormente emigró a los Estados Unidos, donde fue metteur en scéne titular de la Metropolitan Opera House de Nueva York, colaborando estrechamente con Arturo Toscanini y Bruno Walter, entre otros. Su renombre lo llevaría a Salzburgo y. a Italia, su país predilecto, donde realizó más de sesenta producciones en Verona, Milán, Venecia y Florencia (allí trabajó con María Callas). Más tarde asumió la dirección de la Opera de Zurich, puesto al que renunció por falta de medios, y después la dirección del Gran Teatro de Ginebra hasta su muerte, en 1973. Junto a esta brillante carrera (puntuada por algunos textos audaces y siempre de actualidad sobre la cuestión de la ópera popular), la vida privada de Herbert Graf estuvo aparentemente jalonada de sufrimientos. Contrariamente a lo que creyó percibir Freud, parece que nunca se repuso por completo del choque ocasionado por el divorcio y los nuevos casamientos de sus padres. Atormentado por conflictos conyugales, volvió a analizarse con Hugo Solms, quien en 1970, cuando se realizaba en Ginebra un congreso de psicoanálisis, lo indujo a presentarse a Anna Freud, visita que no tuvo consecuencias. Afectado de un cáncer de riñón que se revelaría incurable, murió el 5 de abril de 1973 como consecuencia de una caída, probablemente debida a vértigos provocados por su estado. Lanzer Ernst (1878-1914) Caso "Hombre de las Ratas"Segunda gran cura psicoanalítica realizada por Sigmund Freud, después de Dora (Ida Bauer) y antes del Hombre de los Lobos (Serguei Constantinovich Pankejeff), la historia del Hombre de

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las Ratas es sin duda la mejor construida, la más estructurada, la de mayor rigor lógico. El tratamiento duró aproximadamente nueve meses, entre octubre de 1907 y julio de 1908, y Freud habló de él en cinco oportunidades en las reuniones de la Sociedad Psicológica de los Miércoles, antes de presentar el caso en el primer congreso de la International Psychoanalytical Association (IPA), en Salzburgo, el 26 de abril de 1908, con un informe verbal de cinco horas. En sus memorias, publicadas en 1959, Ernest Jones registra el acontecimiento: "Sentado a la cabecera de la gran mesa en torno a la cual estábamos reunidos, habló con su voz baja pero clara, como en una conversación. Empezó a las ocho de la mañana, y lo escuchamos con una atención profunda. A las once se detuvo, y sugirió que ya teníamos bastante. Pero estábamos todos tan interesados que insistimos en que continuara, lo que hizo hasta la una." Ese mismo año, Freud ayudó a su amigo Max Graf a analizar a su hijo (Herbert Graf), lo que le permitió verificar la exactitud de sus tesis de 1905 sobre la sexualidad infantil. Y en el destino dramático de ese hombre obsesionado que parecía un personaje de la novela de Joseph Roth (1894-1939) titulada La Marcha de Radetzky, había encontrado finalmente un caso de neurosis obsesiva conforme a sus hipótesis y digno de ser narrado. En ambas curas abordaba el tema que lo apasionaba: la relación entre un hijo y su padre. La identidad del Hombre de las Ratas fue revelada por primera vez en 1986 por el psicoanalista canadiense Patrick Mahony, en un notable trabajo de investigación: "Cuando uno compara las contratransferencias de Freud con sus principales pacientes -escribió- se tiene la sensación de que tenía más simpatía y empatía por el Hombre de las Ratas que por Dora o el Hombre de los Lobos. Si Freud fue un fiscal con Dora, con Lanzer fue un educador amistoso." Nacido en Viena, en una familia judía de la burguesía media, Ernst Lanzer era el cuarto vástago entre otros seis hermanos. Su padre, Heinrich Lanzer, había amado primero a una mujer pobre, pero terminó casándose con la rica Rosa Saborsky, la futura madre de Ernst. En 1897 este último inició estudios de derecho.

Pronto se enamoró de una de sus primas humildes, Gisela Adler, a la que comenzó a cortejar contra la opinión de su padre, Heinrich Lanzer, que prefería para su hijo a una mujer rica. Para colmo de males, la joven debió sufrir una ovariectomía que le impedía ser madre. Después de la muerte de Heinrich, que se produjo en 1898, Ernst, lo mismo que el padre, entró en la academia militar, ingresando en el tercer regimiento de tiradores tiroleses del ejército imperial. En 1901 comenzaron a dominarlo extrañas obsesiones sexuales y morbosas. En efecto, sentía un gusto particular por los funerales y los rituales de muerte, había tomado la costumbre de mirarse el pene en un espejo para estar seguro de su grado de erección, y experimentaba la tentación reiterada del suicidio, basada en reproches e inculpaciones dirigidas contra sí mismo, seguidas de inmediato por resoluciones piadosas y plegarias. A veces quería cortarse la garganta, otras proyectaba ahogarse. De modo que en 1905, a los 27 años, sufría una grave neurosis obsesiva. Aunque había rechazado el proyecto de los padres de casarlo con una mujer rica, tampoco se decidía a casarse con Gisela. Consultó entonces al célebre psiquiatra Julius Wagner-Jauregg por una compulsión a presentarse a los exámenes demasiado pronto y sin preparación. El médico le respondió que la obsesión era muy saludable y no hizo nada por el joven. En el verano de 1907 se produjeron los dos acontecimientos principales que constituirían el núcleo de su cura con Freud. En julio, en el transcurso de ejercicios militares en Galitzia, escuchó de boca del cruel capitán Nemeczek, partidario de los castigos corporales, la historia de un suplicio oriental consistente en obligar a un preso a desvestirse y ponerse de rodillas y bajar el torso; a las nalgas del hombre se fijaba entonces con una correa un gran orinal agujereado en el que se agitaba una rata. Privada de comida y excitada con una varilla al rojo que se introducía por un agujero del orinal, el animal trataba de sustraerse a la quemadura, y penetraba en el recto del supliciado, infligiéndole heridas sangrientas. Al cabo de una media hora, moría asfixiada, al mismo tiempo que el hombre. Ese día Lanzer había perdido sus lentes en el curso de un ejercicio. Telegrafió entonces a su óptico de Viena para que le enviara otro par por correo. A los dos días recuperó el objeto por intermedio del mismo capitán, quien le dijo que los gastos postales debían ser reembolsados al teniente David, supervisor de correos. Lanzer tuvo un comportamiento delirante en torno al tema obsesivo del pago. La historia del suplicio se mezclaba con la de la deuda, y hacía surgir en la memoria del Hombre de las Ratas el recuerdo de otra cuestión de dinero. Alguna vez, su padre había contraído una deuda de juego, y lo había salvado del deshonor un amigo que le prestó la suma que necesitaba. Después de su servicio militar, Heinrich trató de encontrar a ese hombre, sin lograrlo. De modo que la deuda no había sido saldada. Ése era el hombre que, obsesionado por las ratas y una deuda, entró en el consultorio del doctor Freud el 1 de octubre de 1907. Primero se entregó a la asociación libre y comenzó a evocar espontáneamente recuerdos sexuales que databan de sus 6 años. Todas las noches, Freud redactaba el diario de esa cura para registrar los diálogos con

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exactitud. Muy pronto Lanzer llegó a la historia de las ratas. Pero, al resultarle insoportable describir los detalles del suplicio, se levantó prestamente del diván y le suplicó a Freud que le ahorrara esa tarea. Con firmeza, Freud lo obligó a continuar el relato, exponiéndole su concepción de la resistencia. Entonces el paciente puso de manifiesto una incapacidad para pronunciar ciertas palabras: "¿Quería hablar de empalamiento? -escribe Freud-. No, no era eso. Ataban al condenado (se expresaba con tanta oscuridad que no pude imaginar de inmediato en qué posición), volvían sobre sus nalgas un orinal en el que introducían ratas, las cuales -se puso de pie manifestando todos los signos del horror y la resistencia- se hundían. «En el ano», tuve que completar." Y Freud añade: ---Encada momento del relato, se observa en su rostro una expresión compleja y bizarra, expresión que no podría traducir de otro modo que como el horror de un goce que él mismo ignora ". Contrariamente a lo que ocurrió en el análisis de Serguei Pankejeff o en el de Marie Bonaparte, en el caso de Lanzer, Freud no inventó una escena sexual originaria. Actuó verdaderamente como un terapeuta deseoso de hacer que el paciente confesara sus tormentos, dispuesto a tranquilizarlo asegurándole que él mismo no tenía ninguna inclinación a la crueldad. Mediante esta técnica de la confesión, en la cual Freud ocupó para Lanzer el lugar de un padre, logró relacionar el complejo paterno y la obsesión de las ratas. Formuló la hipótesis de que, hacia los 6 años, el pequeño Ernst había cometido una fechoría de tipo sexual relacionada con la masturbación, y el padre lo habría castigado. Lanzer aceptó esa interpretación, que correspondía a sus recuerdos, y evocó otra escena, narrada por la madre, de cuando él tenía 4 años. En esa época, después de haber mordido a alguien, el padre lo había apaleado. Furioso, Ernst lo injurió poniéndole nombres de objetos: "¡Lámpara! ¡Servilleta!" Heinrich había comentado: "Este niño se convertirá en un gran hombre o en un gran criminal". Al narrar esa escena, que él mismo no recordaba, Lanzer dudó de que hubiera experimentado rabia respecto de su padre. Pero pronto, en sus sueños y asociaciones, comenzó a injuriar groseramente a su terapeuta, a quien, al mismo tiempo, le reclamaba un castigo. Este episodio le permitió a Freud demostrarle al paciente que la "vía dolorosa de la transferencia" llevaba a una confesión del odio inconsciente al padre. Y Freud resolvió el enigma: fue el relato del castigo mediante las ratas -dice en sustancia- lo que despertó el erotismo anal de Lanzer, y le recordó la antigua escena de la mordedura, narrada por la madre. Al defender un castigo corporal mediante las ratas, el capitán ocupó para el enfermo el lugar del padre, y atrajo sobre sí una animosidad comparable a aquella con la que Ernst había respondido antaño a la crueldad de Heinrich. Según Freud, la rata adquiría en este caso la significación del dinero, y por lo tanto de la deuda, lo que en la cura se puso de manifiesto a través de las asociaciones verbales "florín/rata" o "cuota parte/ratas", puesto que desde el principio del tratamiento el paciente había tomado la costumbre de calcular los honorarios en términos de "tantos florines, tantas ratas". En 1910, Ernst Lanzer se casó con su querida Gisela, y en 1913 se recibió de abogado. Enrolado en el ejército imperial en agosto de 1914, los rusos lo tomaron prisionero en noviembre, y murió sin haber tenido tiempo de aprovechar los beneficios que le aportó su cura. En una nota de 1923, Freud añadió las siguientes palabras: "El paciente al cual el análisis que acaba de describirse le restituyó la salud psíquica fue muerto durante la Gran Guerra, como tantos jóvenes de valor en los que se podían tener fundadas esperanzas". El caso del Hombre de las Ratas se ha considerado la única terapia totalmente exitosa de Freud. Esto no fue sin duda por azar, puesto que Freud era el creador de la expresión "neurosis obsesiva" y, en una carta a Carl Gustav Jung, se había descrito a sí mismo como el prototipo del neurótico obsesivo; consideraba además que esta neurosis era el objeto más "interesante y fecundo para la investigación psicoanalítica".En este sentido, como lo ha subrayado Patrick Mahony, el encuentro entre Freud y el Hombre de las Ratas fue "una versión vienesa del drama de Sófocles que enfrentaba a Edipo y la Esfinge". Puso en escena la esencia del amor edípico a la madre y el odio al padre.

MECANISMOS DE DEFENSAAl.: Abwehrmechanismen. Fr.: mécanismes de défense. Ing.: mechanisms of defence. It.: meccanismi di difesa. Por.: mecanismos de defesa. Diferentes tipos de operaciones en las cuales puede especificarse la defensa. Los mecanismos preponderantes varían según el tipo

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de afección que se considere, según la etapa genética, según el grado de elaboración del conflicto defensivo, etc. Existe acuerdo en afirmar que los mecanismos de defensa son utilizados por el yo, pero permanece sin resolver el problema teórico de saber si su puesta en marcha presupone siempre la existencia de un yo organizado que sea el soporte de los mismos. El término «mecanismo» fue utilizado desde un principio por Freud para indicar el hecho de que los fenómenos psíquicos muestran una disposición susceptible de observación y de análisis científico; mencionemos únicamente el título de la Comunicación preliminar (Vorläufige Mitteilung, 1893) de Breuer y Freud: El mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos (Über den psychischen Mechanismus hysterischer Phänomene). En la misma época en que establece el concepto de defensa y lo sitúa en el origen de los fenómenos histéricos (véase: Histeria de defensa). Freud intenta especificar otras afecciones psiconeuróticas por el modo particular en que actúa en ellas la defensa: "[ ... ] diferentes afecciones neuróticas provienen de los distintos procedimientos que utiliza el "yo" para liberarse de [su] incompatibilidad [con una representación] " . Así, en las Nuevas observaciones sobre las psiconeurosis de defensa (Weitere Beberkungen über die Abwehr Neuropsychosen, 1896), distingue los mecanismos de la conversión histérica, de la substitución obsesiva, de la proyección paranoica. El término "mecanismo" sigue apareciendo esporádicamente a todo lo largo de la obra de Freud. El de "mecanismo de defensa" figura, por ejemplo, en los escritos metapsicológicos de 1915, en dos acepciones algo distintas: ya sea para designar el conjunto del proceso defensivo característico de una determinada neurosi, ya sea para indicar la utilización defensiva de tal o cual "destino pulsional": represión, vuelta hacia la propia persona, transformación en lo contrario. En Inhibición, síntoma y angustia (Hemmung, Symptom und Angst, 1926), Freud justifica lo que él llama su "restauración del antiguo concepto de defensa" invocando la necesidad de poseer un concepto global que incluya, además de la represión, otros "métodos de defensa", subrayando la posibilidad de establecer "una íntima conexión entre formas particulares de defensa y determinadas afecciones", y emitiendo por último la hipótesis de que "[...] el aparato psíquico, antes de que exista una neta separación entre el yo y el ello, antes de la formación de un superyó, utiliza métodos de defensa distintos de los que emplea una vez alcanzados estos estadios de organización".Aun cuando Freud parece subestimar aquí el hecho de que estas ideas han estado constantemente presentes en su obra, lo cierto es que, a partir de 1926, el estudio de los mecanismos de defensa se convirtió en un tema importante de la investigación psicoanalítica, sobre todo con la obra que Anna Freud consagró a los mismos. Basándose en ejemplos concretos, esta autora se dedica a describir la variedad, complejidad y extensión de los mecanismos de defensa, mostrando en especial cómo el fin defensivo puede utilizar las más variadas actividades (fantasía, actividad intelectual), y cómo la defensa puede afectar no sólo a las exigencias pulsionales, sino también a todo aquello que puede suscitar un desarrollo de angustia: emociones, situaciones, exigencias del superyó, etc. Se observará que Anna Freud no pretende efectuar una exposición exhaustiva ni sistemática, especialmente en la enumeración que hace, de pasada, de los mecanismos de defensa: represión, regresión, formación reactiva, aislamiento, anulación retroactiva, proyección, introyección, vuelta hacia la propia persona, transformación en lo contrario, sublimación. Hubieran podido describirse otros muchos procedimientos defensivos. La misma Anna Freud alude, dentro de este tema, a la negación por la fantasía, la idealización, la identificación con el agresor", etc. Melanie Klein describe lo que ella considera como defensas muy primarias: escisión del objeto, identificación proyectiva, negación de la realidad psíquica, control omnipotente del objeto, etc. El empleo generalizado del concepto de mecanismo de defensa suscita algunas preguntas: al referir a una función única operaciones tan dispares como, por ejemplo, la racionalización, en la que intervienen mecanismos intelectuales complejos, y la vuelta hacia la propia persona, que es un «destino» del fin pulsional, y al designar con la misma palabra de defensa operaciones verdaderamente compulsivas, como la anulación retroactiva, y la búsqueda de una vía de «desprendimiento», como son ciertas sublimaciones (véase: Mecanismos de desprendimiento), ¿se utiliza un concepto verdaderamente operacional? No son pocos los autores que, al hablar de «mecanismos de defensa del yo», reconocen la existencia de diferencias: «Junto a técnicas como el aislamiento y la anulación retroactiva, encontramos verdaderos procesos instintivos como la regresión, la transformación en lo contrario, la vuelta hacia la propia persona» (5 a). Es necesario entonces mostrar cómo un mismo proceso puede funcionar a varios niveles: así, por ejemplo, la introyección, que es ante todo un modo de relación de la pulsión con su objeto y que tiene su prototipo corporal en la incorporación, puede ser utilizada secundariamente como defensa por el yo (especialmente, defensa maníaca).

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Tampoco puede omitirse otra distinción teórica fundamental: la que especifica la represión de todos los demás mecanismos defensivos, especificidad que Freud siempre mantuvo, incluso después de haber dicho que la represión era un caso particular de defensa; no tanto por el hecho de que, como indica Anna Freud, se caracterizaría esencialmente por una contracatexis permanente y sería a la vez «el más eficaz y el más peligroso» de los mecanismos de defensa, como por ser constitutiva del inconsciente como tal (véase: Represión). Por último, al centrar la teoría sobre el concepto de defensa del yo, con facilidad se tiende a contraponer a ésta la reivindicación pulsional pura, la cual, por principio, sería totalmente ajena a toda dialéctica: «Si las exigencias del yo o las de las fuerzas exteriores representadas por el yo no ejercieran una presión, la pulsión no tendría más que un único destino: el de la satisfacción». Se consideraría entonces la pulsión como un término totalmente positivo, que no estaría marcado por ninguna prohibición. Ahora bien, los mecanismos del proceso primario mismo (desplazamiento, condensación, etcétera), con lo que implican de estructuración del juego pulsional, ¿no se hallan en contradicción con dicha concepción?