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Retórica La retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura , ciencia política , publicidad , periodismo , etc.) que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje , puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética del mismo, añadida a su finalidad comunicativa. Históricamente, la retórica tiene su origen en la Grecia clásica , donde se entendía, en palabras de los tratadistas clásicos, como el ars bene dicendi, esto es, la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario (etimológicamente, la palabra es un helenismo que proviene del griego ρητορική [τέχνη], «rhetorikè (téchne)»). La retórica se configura como un sistema de reglas y recursos que actúan en distintos niveles en la construcción de un discurso. Tales elementos están estrechamente relacionados entre sí y todos ellos repercuten en los distintos ámbitos discursivos. Contenido

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Retórica

La retórica es la disciplina transversal a distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, ciencia política, publicidad, periodismo, etc.) que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje, puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética del mismo, añadida a su finalidad comunicativa.

Históricamente, la retórica tiene su origen en la Grecia clásica, donde se entendía, en palabras de los tratadistas clásicos, como el ars bene dicendi, esto es, la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario (etimológicamente, la palabra es un helenismo que proviene del griego ρητορική [τέχνη], «rhetorikè (téchne)»).

La retórica se configura como un sistema de reglas y recursos que actúan en distintos niveles en la construcción de un discurso. Tales elementos están estrechamente relacionados entre sí y todos ellos repercuten en los distintos ámbitos discursivos.

Contenido

1 Definición

En principio, la retórica se ocupó de la lengua hablada, pero su saber trascendió al discurso escrito e influyó poderosamente en la literatura cuando la palabra escrita ganó prestigio en el régimen imperial en Roma, si bien el discurso escrito suele considerarse como una transcripción limitada o imitación estrecha del discurso oral. En la actualidad, la retórica ha vivido un gran resurgimiento y sus enseñanzas se utilizan en publicidad, la academia, la política, así como en la defensa de puntos de vista durante los juicios civiles. Por otro

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lado, gracias a las nuevas tecnologías audiovisuales podemos hablar de una retórica de la imagen, ya que mediante una imagen o vídeo podemos hablar sobre algo utilizando figuras retóricas (metáfora, metonimia, prosopopeya, personificación, etc.).

La retórica ocupó un lugar importante en el sistema educativo antiguo y medieval, y hasta el romanticismo su significación fue crucial dentro de las disciplinas humanísticas.

Son tres procesos complementarios los que conformaban el aprendizaje de la retórica: el estudio de los preceptos, la imitación de modelos y la práctica personal.

1.1 La composición del discurso

La composición del discurso

La elaboración del discurso verbal y su exposición ante un auditorio son aspectos que exigen la atención a cinco dimensiones que se complementan entre sí:

En cuanto a estructura lingüística, el discurso está conformado por la inventio, la dispositio y la elocutio;

En cuanto a actividad oral, el discurso está configurado por la memoria y la actio.

1.1.1 Inventio (o invenio )

Inventio (o invenio)

La finalidad de esta fase es establecer los contenidos del discurso. El término inventio procede del latín invenire que a su vez procede del griego εὒρεσις que significa «hallazgo»,

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pues de lo que se trata es de que el orador seleccione, halle, en un repertorio prefijado de temas aquellos que son los más adecuados a su exposición. Se trata, mentalmente hablando, de invenire («hallar») en la memoria, llena de topoi o loci («tópicos» o «lugares» comunes) las ideas propias o heredadas de la sociedad en general, susceptibles de ser utilizadas en el discurso.

La tipología del tópico retórico incluye los siguientes elementos: persona, cosa, lugar, instrumento, causa, modo, tiempo, comparación y argumentación, a los que habrá que añadirse el tópico literario, en el caso de obras literarias.

1.1.2 Dispositio

Dispositio

Este término latino es una traducción del concepto de la retórica griega conocido como τἀξις que quiere decir «disposición». La finalidad de esta parte de la preparación discursiva es la organización de los elementos de la inventio en un todo estructurado. Son relevantes a este respecto el número de partes del discurso y su orden de aparición.

En cuanto a las partes, los discursos pueden presentar una estructura bipartita (en la que las dos partes mantienen una tensión recíproca dentro del conjunto) o tripartita (en la que se supone un desarrollo lineal con principio, medio y fin).

La estructuración tripartita, la más frecuente, consta de un exordium o parte inicial que tiene por objeto captar la atención (el interés o favor) del oyente (captatio benevolentiae) e indicar a este la estructuración del discurso; una parte media

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con narratio (exposición del asunto y tesis del orador al respecto) y argumentatio (con las razones que sustentan dicha tesis); y, finalmente, una peroratio o recapitulación de lo dicho con apelaciones al auditorio.

1.1.2.1 La estructura del discurso

La estructura del discurso

El exordio busca hacer al auditorio benévolo, atento y dócil. Su función es señalizar que el discurso comienza, atraer la atención del receptor, disipar animosidades, granjear simpatías, fijar el interés del receptor y establecer el tema, tesis u objetivo.

La proposición es una enunciación breve y clara del tema que se va a tratar.

La división es la enumeración de las partes de que va a tratar el discurso.

La narratio, desarrollo o exposición es la parte más extensa del discurso y cuenta los hechos necesarios para demostrar la conclusión que se persigue. Si el tema presenta subdivisiones, es preciso adoptar un orden conveniente (partitio o divisio). En la partitio tenemos que despojar al asunto de los elementos que no conviene mencionar y desarrollar y amplificar aquellos que sí conviene.

La argumentación es la parte donde se aducen las pruebas que confirman la propia posición revelada en la tesis de la exposición (confirmatio o probatio) y se refutan las de la tesis que sostiene la parte contraria (refutatio o reprehensio), dos partes que Quintiliano considera independientes, de forma que para él el discurso forense tendría cinco. La confirmación exige el empleo de argumentos lógicos y de las figuras

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estilísticas del énfasis. También es un lugar apropiado para el postulado o enunciado sin prueba, siempre que no debilite nuestra credibilidad, para lo cual hay que recurrir al postulado no veraz pero plausible (hipótesis), a fin de debilitar al adversario desorientando su credibilidad; lo mejor en ese caso es sugerirlo y no decirlo. Se recurre a una «lógica retórica» o dialéctica que no tiene que ver con la lógica científica, pues su cometido no es hallar la verdad sino convencer. Se funda más en lo verosímil que en lo verdadero, de ahí su vinculación con la demagogia. Para los discursos monográficos enfocados a la persuasión, convienen las estructuras gradativas ascendentes. En el caso del discurso periodístico, la tendencia del lector a abandonar al principio recomienda el uso de la estructura opuesta: colocar lo más importante al principio. La retórica clásica recomienda para los discursos argumentativos monográficos el orden nestoriano, el 2,1,3: esto es, en primer lugar los argumentos medianamente fuertes, en segundo lugar los más flacos y débiles y en último lugar los más fuertes.

La peroración es la parte destinada a inclinar la voluntad del oyente suscitando sus afectos, recurriendo a móviles éticos o pragmáticos y provocando su compasión (conquestio o conmiseratio) y su indignación (indignatio) para atraer la piedad del público y lograr su participación emotiva, mediante recursos estilísticos patéticos; incluye lugares de casos de fortuna: enfermedad, mala suerte, desgracias, etc. Resume y sintetiza lo que fue desarrollado para facilitar el recuerdo de los puntos fuertes y lanzar la apelación a los afectos; es un buen lugar para lanzar un elemento nuevo, inesperado e interesante, el argumento-puñetazo que refuerce todos los demás creando en el que escucha una impresión final positiva y favorable.

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1.1.2.2 Los argumentos

Los argumentos

Existen tres tipos de argumentos que pueden ser empleados en un discurso: los relativos al ethos, al pathos y al logos.

Argumentos ligados al ethos: son de orden afectivo y moral y atañen al emisor del discurso; son, en suma, las actitudes que debe tomar el orador para inspirar confianza a su auditorio. Así, debe mostrarse:

o Sensato y fiable: esto es, capaz de dar consejos razonables y pertinentes.

o Sincero: no debe disimular lo que piensa o lo que sabe.

o Simpático: debe mostrar que está preparado a ayudar a su auditorio.

Argumentos ligados al pathos: de orden puramente afectivo y ligados fundamentalmente al receptor del discurso. Según Aristóteles, estos argumentos se basan en suscitar ira (ὀργή), calma (πραότης), odio (μίσος), amistad (φιλία), miedo (φόβος), confianza (θάρσος), vergüenza (αἰσχύνη), indignación (τὸ νεμεσάν), agradecimiento (χάρις), compasión (ἐλείνος) y envidia (φθόνος) por las virtudes de otro (ζήλος).1

Argumentos ligados al logos: argumentos ceñidos al tema y mensaje mismo del discurso; se entra aquí en el dominio propiamente de la dialéctica y se utilizan sobre todo los deductivos y los analógicos.

El orden de las partes puede ser naturalis o artificialis. El ordo naturalis es el que respeta la propia naturaleza del discurso sin alteraciones intencionadas o el que sigue la tradición; el

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ordo artificialis, por el contrario, altera el orden habitual de las partes (por ejemplo, empezar una historia no por el principio sino en un momento ya avanzado de la misma, esto es, in medias res).

1.1.3 Elocutio

Elocutio

La elocutio afecta al modo de expresar verbalmente de manera adecuada los materiales de la inventio ordenados por la dispositio. En la actualidad, la elocutio es lo que se denomina estilo.

La elocutio se manifiesta a través de dos aspectos: las cualidades y los registros.

Las cualidades elocutivas son tres: puritas, perspicuitas y ornatus.

La puritas es la corrección gramatical en la expresión lingüística, que busca, sobre todo, evitar el barbarismo o palabra incorrecta y el solecismo o construcción sintáctica errónea.La perspicuitas es el grado de comprensibilidad del discurso, que se opone a la obscuritas.El ornatus tiene por objeto embellecer el discurso con el uso de las distintas figuras literarias. Se trata del principal constituyente del ornatus pues en torno a él giran todos los elementos de la configuración estilística. Consta de dos formantes básicos: la elección de palabras (véase: tropos y figuras) y su combinación (compositio).

Los registros de la elocución (genera elocutionis) son modalidades estilísticas que dependen de la combinación de las cualidades elocutivas. Se pueden

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identificar varios pero tradicionalmente se habla de tres modelos básicos:

El genus humile o estilo llano tiene por objeto la enseñanza; se caracteriza por la puritas y la perspicuitas, y un ornatus poco desarrollado.El genus medium o estilo medio pretende deleitar; se caracteriza por una mayor presencia del ornatus que en el anterior.El genus sublime o estilo elevado busca conmover y las cualidades elocutivas están presentes en grado máximo.

1.1.3.1 La compositio

La compositio

La compositio analiza la estructura sintáctica y fónica de los enunciados, esto es, sus constituyentes y sus distintas posibilidades de distribución en el discurso. Así, se distinguen la compositio sintáctica (centrada en la oración y sus partes) y la compositio fonética (centrada en la combinación de palabras en la oración por razones fonéticas).

La compositio sintáctica: se distinguen dos tipos de estilo: el estilo suelto o seguido y el estilo periódico o periodo.

La primera diferencia entre ambos es de tipo estructural y lógico-semántica: en el periodo existe una estructura periódica que presenta varias partes con autonomía argumentativa para cada una de ellas; en cambio, en el estilo suelto no existe esa estructuración, de forma que las ideas se suceden hasta llegar a la conclusión.

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La segunda diferencia es de orden rítmico: en el periodo hay que tener en cuenta el numerus (el correlato en latín del metro en poesía, que se basaba en las cantidades vocálicas), mientras que en el estilo suelto esto es irrelevante.

1.1.4 Memoria

Memoria

La memorización del discurso elaborado depende de dos tipos de memoria según los tratadistas clásicos: la memoria naturalis (la innata) y la memoria artificiosa, que implica una serie de procedimientos mnemotécnicos para facilitar el recuerdo.

1.1.5 Actio

Actio

También llamada pronuntiatio, se ocupa de la declamación del discurso, prestando atención a la modulación de la voz y de los gestos, que debe estar en consonancia con el contenido del mismo.

1.2 Los géneros oratorios

Los géneros oratorios

Existen tres géneros de discursos de oratoria: el genus iudiciale (género judicial), el genus deliberativum (género deliberativo o forense) y el genus demonstrativum (género demostrativo o epidíctico).2

El genus iudiciale es el que corresponde a las exposiciones realizadas ante un juez con el objetivo de acusar o defender, respecto de un asunto del pasado,

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una causa planteada en término de justicia frente a injusticia. Sus polos son acusación y defensa

El genus deliberativum es el que corresponde a los discursos pronunciados ante una asamblea; el orador pretende aconsejar o disuadir en términos de utilidad. Frente a la género judicial, que se centra en acontecimientos pasados, el tema de los discursos deliberativos es cómo afrontar en el futuro un determinado asunto.

El genus demonstrativum se centra en individuos particulares a los que se trata de alabar o denostar ante un público; se ocupa de hechos pasados y se dirige a un público que no tiene capacidad para influir sobre los hechos, sino tan solo de asentir o disentir sobre la manera de presentarlos que tiene el orador, alabándolos o vituperándolos. Está centrado en lo bello y en su contrario, lo feo. Sus polos son, pues, la alabanza o encomio y el denuesto o vituperio.

Además de estos tres géneros, existen siete especies (εἲδη): la suasoria (προτρεπτικόν), disuasoria (ἀποτρεπτικόν), laudatoria (ἐγκωμιαστικόν), vituperadora (ψητικόν), acusatoria (κατηγορικόν), exculpatoria (ἀπολιγικόν) y la indagatoria (ἐξεταστικόν).3 Estas especies están presentes en los tres géneros. En el deliberativo, puesto que se busca convencer al auditoriο de una determinada tesis, las más frecuentes son la suasoria y la disuasoria. En el judicial, en el que hay que defenderse de acusaciones o realizarlas, predominan las especies acusatoria y exculpatoria y en el epidíctico, que sirve para reforzar los valores de una comunidad, la laudatoria y la vituperadora. Aunque predοminen más en determinados discursos, las siete especies están en los tres géneros. En un discurso deliberativo se puede utilizar la especie acusatoria y la vituperadora, por ejemplo, el político que propone una ley

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puede acusar a su rival de algo o hacerle un vituperio con el fin de desacreditarlo. De la misma manera, en el discurso judicial son frecuentes las especies vituperadora y laudatoria. Un caso muy conocido es el discurso de Cicerón Pro Archia Poeta en el que hay un extenso elogio de la poesía.

En la Edad Media se añadieron a los anteriores las llamadas artes: ars praedicandi (sobre la técnica de elaborar sermones), ars dictandi (o ars dictaminis, sobre el arte de escribir cartas) y las ars poetriae (preceptos gramaticales, métricos y retóricos para escribir poesía).

2.Historia de la retórica

Desde el punto de vista teórico las fuentes más importantes son la Retórica a Alejandro escrita por Anaxímenes de Lámpsaco y la Retórica de Aristóteles. La primera obra consiste en una serie de preceptos sobre como hablar elocuentemente. La segunda obra tiene un planteamiento más filosófico. Frente a la Retórica a Alejandro que es de carácter práctico, la Retórica de Aristóteles es de carácter teórico.

1.3 La Atenas clásica

En la Atenas Clásica no existe una distinción clara entre la retórica y la filosofía. Por este motivo, hay que tener muy en cuenta esta última disciplina. La tragedia y la comedia, muy ligadas a lo político, son también importantes para conocer la retórica en la Atenas Clásica.

1.3.1 Fuentes para el estudio

Podemos conocer la retórica ateniense a través de los discursos que dejaron grandes oradores como Demóstenes, Lisias o Isócrates. Heródoto y Tucídides en su obras sobre historia, además de sucesos, también escribieron discursos

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pronunciados por personajes históricos como Alcibíades, Jerjes o Pericles.

1.3.2 Orígenes

La retórica nació en la antigua Grecia alrededor del año 485 a. de C. en la ciudad siciliana de Siracusa, cuando Gelón y su sucesor Hierón I, expropiaron las tierras a sus ciudadanos para adjudicárselas a miembros de su ejército personal. Más tarde, con la llegada de la democracia y el derrocamiento de los tiranos, los perjudicados pretendieron recuperar sus propiedades y esta situación provocó una serie de pleitos en los que se manifestó la importancia de la elocuencia o arte de hablar bien y persuasivamente para conseguir las recuperaciones pretendidas. Así pues, su origen no está vinculado a lo literario, sino a lo judicial y estrechamente relacionado con lo político: la palabra pública y libre se relaciona con la retórica. Ante la eficacia de la argumentación oral adecuada, Córax de Siracusa, en el siglo V a. C. (hacia el año 450) elaboró un sistema de comunicación para hablar ante la asamblea política o ante los tribunales con fines claramente persuasivos que se puede considerar el primer tratado de retórica. Un discípulo suyo, Tisias, lo divulgó por Grecia. Así nacieron dos de los tres géneros clásicos de la retórica ya en su génesis: el judicial y el deliberativo. Y pronto se unió un tipo de discurso de elogio funerario en el que se trataba de alabar las virtudes del difunto y se puede considerar el inicio del tercer género retórico, el demostrativo o epidíctico que, más adelante, se referiría a cualquier persona no necesariamente fallecida o a diferentes aspectos de la vida o de la sociedad desde un punto de vista positivo o negativo. Las figuras de estos dos primeros maestros de retórica son bastante oscuras. Ningún escrito de ellos ha

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llegado hasta nuestros días. Se conoce su existencia por menciones de rétores posteriores. Hay una teoría que defiende que Tisias y Córax eran una sola persona y no dos. Según esta teoría, el primer rétor de la antigüedad se llamaría Tisias, el Corax o dicho de otra forma, Tisias el cuervo. (κόραξ,κόρακος significaba en griego antiguo cuervo)4 Esa elocuencia vino a transformarse rápidamente en objeto de enseñanza y se transmitió al Ática por comerciantes que comunicaban Siracusa y Atenas.

1.3.3 Fundamentos filosóficos

Fundamentos filosóficos

La retórica demostró pronto su utilidad como instrumento político en el régimen democrático, siglo V a. C., divulgada por profesores conocidos como sofistas, entre los cuales los más conocidos fueron Protágoras de Abdera y Gorgias. Para estos maestros de retórica que fueron también filósofos, no existe una única verdad y con el lenguaje sólo se pueden expresar cosas verosímiles (τὸ εἰκός). Valoraban mucho el poder que tenía la palabra (λὀγος) que según Gorgias es un gran soberano que con un cuerpo muy pequeño e imperceptible realiza obras de naturaleza divina.5

Esta filosofía fue muy criticada por Platón. Tanto para Platón como para su maestro Sócrates, la esencia de la filosofía reposaba en la dialéctica: la razón y la discusión conducen poco a poco al descubrimiento de importantes verdades. Platón pensaba que los sofistas no se interesaban por la verdad, sino solamente por la manera de convencer, así que rechazó la palabra escrita y buscó la interlocución personal, y el método fundamental del discurso pedagógico que adoptó fue el del diálogo entre maestro y alumno. Pero el gran maestro de la retórica griega fue Isócrates. Pensaba que la

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retórica era un plan de formación integral de la persona que servía para crear ciudadanos modélicos; con su sistema de enseñanza, precursor del humanismo, pretendía la regeneración ética y política de la sociedad ateniense.

Aristóteles, por otra parte, sistematizó la mayor parte de estos conocimientos sobre el arte de hablar y argumentar en una obra que consagró al efecto, su Retórica. La gran aportación de la Retórica de Aristóteles es su enfoque filosófico. Los manuales anteriores de cuales el único ejemplar que se conserva es la Retórica a Alejandro, consistían en consejos prácticos sobre cómo persuadir. La Retórica de Aristóteles en cambio, realiza reflexiones teóricas sobre el lenguaje persuasivo.

1.3.4 Los géneros retóricos

Los géneros retóricos

Como Solón estableció que cada persona debía defenderse en persona ante un tribunal, llegaron a crearse los llamados logógrafos, unos artesanos que se dedicaban a confeccionar discursos para quienes no sabían hacerlos a cambio de estipendio: autores como Antifonte, Lisias, que destacó por su naturalidad y aticismo, Iseo, famoso por su habilidad en la argumentación, y el más famoso de todos ellos, Isócrates, fueron logógrafos. Éstos poseían también una preocupación estilística y procuraban que el estilo del discurso se ajustara a la personalidad y condición social de quien debía memorizarlo y pronunciarlo. También existía la figura del sunégoros (συνήγορος) cuya función era similar a la de un abogado. Demóstenes actuó como συνήγορος cuando pronunció su famoso discurso Sobre la Corona.

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En los siglos V y IV a.C., el sistema político ateniense era la democracia radical que consistía en que todo ciudadano ateniense mayor de edad y varón podía exponer en la Asamblea (ἐκλεσία) sus puntos de vista sobre los asuntos de la polis. Para poder hablar en la Asamblea era necesario ser un orador excelente. Por este motivo se desarrolló en Atenas la retórica deliberativa.

El tercer género retórico que se desarrolló en Atenas fue el epidíctico que abarca los discursos que tienen lugar en ocasiones especiales, por ejemplo, en un funeral y cuyo principal objetivo es reforzar los valores de una comunidad. El discurso Epidíctico más importante de la Atenas Clásica es el Discurso Fúnebre de Pericles.

1.4 Roma

Roma

Ya en Roma, la retórica se perfeccionó sumamente por medio de las investigaciones y esfuerzos que consagraron a su estudio hombres de letras como Cicerón, que dedicó al tema una parte sustancial de su obra e hizo de la retórica el eje de sus preocupaciones, el anónimo autor de la Retorica ad Herennium o Marco Fabio Quintiliano, cuyos doce libros de Instituciones oratorias suponen la culminación de los estudios sobre la materia en el mundo romano.

1.5 La Edad Media

Durante la Edad Media, de los tres géneros oratorios, el judicial, el deliberativo y el epidíctico, entraron en decadencia el género deliberativo y el epidíctito, es decir, la oratoria política y la artística, ya que la militarización del imperio hacía

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inútil los conocimientos de la oratoria; sin embargo sus conocimientos fueron transvasados a la literatura en general, que se retorizó notablemente perdiendo bastante de su inspiración originaria y su frescura. Así lo vino a concluir el gran estudioso de la literatura medieval Ernst Robert Curtius en su Literatura europea y Edad Media latina, traducido al castellano en 1955.

1.6 Época contemporánea

La retórica contemporánea ha prescindido del discurso oral y, por tanto, de entre las cinco fases de elaboración del discurso (invención, disposición, elocución, memoria y acción) de las dos últimas de índole práctica, la memoria y la acción. Se considera actualmente que es útil para actores, abogados, psicólogos, políticos, publicitarios, escritores, vendedores y, en general, quienes quieren persuadir o convencer de algo.

Sin embargo, la retórica ha vivido un gran renacimiento en la segunda mitad del siglo XX como disciplina científica con el surgir de varias corrientes de pensamiento que han redescubierto su valor para distintas disciplinas; comenzó Heinrich Lausberg realizando una gran labor de clasificación de la disciplina con sus Elemente der literarischen Rhetorik, traducido como Elementos de retórica literaria en 1975; y su impagable Manual de retórica literaria, publicado en español entre 1966 y 1970 en tres volúmenes; Chaïm Perelman y Lucie Ollbrechts-Tyteca publicaron en 1958 un fundamental Tratado de la argumentación, traducido al castellano en 1994; la disciplina creada a raíz de este libro se denomina desde entonces Retórica de la argumentación o, a veces, Neorretórica; por otra parte, y al lado de esta llamada retórica de la argumentación, ha surgido una nueva neorretórica, la retórica contemporánea de las figuras, ilustrada por Roman

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Jakobson, el Grupo µ (o Grupo de Lieja), Lakoff y Johnson, etc. que permitió a la lingüística y a la semiótica desarrollarse en una orientación social y cognitivista. El estudio de la retórica como un fenómeno cultural ha sido profundamente renovado por el historiador francés de la cultura, Marc Fumaroli (Collège de France).6

La invención, sola o conjuntamente con la disposición, es a menudo llamada argumentación; la elocución se subdivide, como habían determinado ya los teóricos de la antigüedad, en un gran número de puntos de vista sobre el discurso a hacer (arte de la retórica) o sobre el discurso ya hecho (retórica como ciencia): sobre el vocabulario (registros de la lengua), sobre los ritmos y las sonoridades, sobre la forma y la estructura de las frases (sintaxis, parataxis, hipotaxis, tipo de progresión remática, periodo, estilo comático, etc).

Interrogación retórica

En retórica, la interrogación retórica o pregunta retórica es, dentro de las figuras literarias, una de las figuras de diálogo. Se trata de una pregunta que se formula sin esperar respuesta. Puede presentarse bajo dos modalidades: la interrogatio, si la respuesta solo admite un sí o un no, y el quaesitum, si la respuesta tiene que ser más precisa.

Ejemplos:

¿Cuántas veces tengo que decirte que te vayas? ¿Cuándo acabará este calvario?

Figuras literarias

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Las figuras literarias son formas no convencionales de utilizar las palabras, de manera que, aunque se emplean con sus acepciones habituales (aspecto que las diferencia de los tropos), se acompañan de algunas particularidades fónicas, gramaticales o semánticas, que las alejan de ese uso habitual, por lo que terminan por resultar especialmente expresivas. Debido a esto, su uso es característico, aunque en modo alguno exclusivo, de las obras literarias.

De forma coloquial, reciben también el nombre de recursos literarios, recursos estilísticos, recursos retóricos, figuras retóricas, figuras del discurso, recursos expresivos, etc.

Las figuras, junto con los tropos, constituyen dentro del ámbito de la Retórica uno de los formantes básicos del ornatus retórico, el constituyente principal de la elocutio.

Las figuras literarias se dividen en dos grupos: las figuras de dicción y las figuras de pensamiento.

Contenido

1 Figuras de dicción

Las figuras de dicción afectan primordialmente a la forma de las palabras, aunque en ocasiones inciden también sobre el significado. Se distinguen cuatro categorías: figuras de transformación, figuras de repetición, figuras de omisión y figuras de posición.

1.1 Figuras de transformación

Las figuras de transformación (o metaplasmos 1 ) consisten en la utilización de formas léxicas que serían, en teoría, incorrectas en la lengua ordinaria. Las más conocidas de

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estas figuras son las licencias métricas.

Las figuras de transformación son las siguientes:

Prótesis (lingüística)

La prótesis es un recurso literario que consiste en agregar un fonema al principio de una palabra sin alterar su significado.

La prótesis corresponde al grupo de figuras de transformación dentro de las figuras retóricas.

Concepto

La prótesis es un recurso lingüístico que consiste en la adición de una letra , o de una o varias sílabas al principio de una palabra.

El uso de palabras con prótesis es muy común en el lenguaje coloquial, el acto lingüístico de agregar un fonema al principio de un vocablo se debe a las modificaciones fonéticas del lenguaje.

Existen muchas palabras utilizadas de manera frecuente que contienen una prótesis y en muchas ocasiones ni siquiera sabemos que se trata de una palabra que ha sufrido una modificación o incluso que es incorrecto utilizarla.

Ejemplos

La palabra Asegún es de uso incorrecto, ya que la forma correcta de pronunciarla y escribirla es Según, la letra “A” al principio de la palabra es una prótesis lingüística.

A continuación pueden encontrar algunos ejemplos de

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prótesis: Emprestar (Prótesis) Prestar (Correcto)

Desapartar (Prótesis) Apartar (Correcto)

Aguardar (Prótesis) Guardar (Correcto)

Acompletar (Prótesis) Completar (Correcto)

Desinquieto (Prótesis) Inquieto (Correcto)

La adhesión de una sílaba o letra al principio de una palabra, la prótesis, es un recurso lingüístico que hemos utilizado para adaptar al castellano palabras provenientes de otros idiomas, por ejemplo:

Scola Escuela (Prótesis)

Standard Estándar (Prótesis)

Spiritu Espíritu (Prótesis)

Stellam Estrella (Prótesis)

Scutum Escudo (Prótesis)

epéntesis

Epéntesis es, en fonología, un tipo de intrusión. Se denomina de esta forma a la adición de un fonema o más en el interior de una palabra, esto es, la intercalación o adición de un segmento, en general vocálico, en una secuencia fonológica. Sucede naturalmente en la evolución de los lenguajes. Se ve en el siguiente ejemplo de la lengua española, en el cual tras la caída de la "e" aparece una "b" que ayuda a marcar el límite entre las dos sílabas: (humerum > hom'ro > hombro). El elemento epentético sería la "b". Algunos autores reservan el nombre de épentesis para intrusiones en interior de palabra,

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aunque algunos otros usan el término epéntesis para una intrusión en cualquier posición incluyendo la posición inicial, 1 que otros autores designan exclusivamente con el término prótesis.

También puede ser usado deliberadamente como metaplasmo, creando una nueva palabra o neologismo. Los motivos son sumamente variables, puede ser, por ejemplo, para adaptar una palabra de origen extranjero a la forma canónica de la lengua o para facilitar la articulación según la estructura fonológica de la lengua o por otros motivos. En literatura técnica la epéntesis se llama también anaptixis (gr. ‘desarrollo’).

Ejemplo: calvaria > calavera,

parágoge

Se denomina paragoge al metaplasmo que consiste en agregar un fonema o más, etimológico o no y por lo general una vocal, al final de un vocablo, como por ejemplo en felice por "feliz", en huéspede por "huésped". Se denomina también epítesis y se utilizaba en el romancero y en la versificación o métrica para aumentar artificialmente el cómputo silábico del verso.

La paragoge épica de los cantares de gesta y de los romances poseía la función, según Ramón Menéndez Pidal, de dar un carácter arcaico a la lengua y con tal propósito los juglares mantenían en palabras finales de verso la –e final etimológica, ya perdida entonces, pero viva hasta el siglo XI (así, en el Cantar de mio Cid, trinidade, alaudare), y añadían una –e paragógica a palabras que etimológicamente no la poseían (mase "más", sone "son", alfoce, "alfoz"), bien por

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ultracorrección arcaizante, bien por licencia poética.

Ejemplo:

¿Qué morada te aguarda? ¿qué alta cumbre,qué prado ameno, qué repuesto bosqueharás tu domicilio? ¿en qué feliceplaya estampada tu sandalia de oro...

Este uso de la paragoge corresponde al verso 64 de Alocución a la poesía de Andrés Bello. El poeta recurrió a esta figura para obtener el endecasílabo que requería la forma métrica que utiliza en el poema.

aféresis,

Aféresis es la pérdida de un sonido o grupo de sonidos al comienzo de una palabra.1 Esta puede darse en la evolución patrimonial de una palabra, por ejemplo, del latín al español:

lectorile > letril > latril > atril.

La aféresis puede ser de una letra inicial; por ejemplo, la pérdida de la p en la palabra psicología > sicología.

Más concretamente, la aféresis es un metaplasmo donde se produce la pérdida o desaparición de uno o varios fonemas o sílabas al principio de algunas palabras (cuando la pérdida se produce al final de la palabra se denomina apócope, y si la pérdida tiene lugar en medio de la palabra se llama síncopa).

Aféresis en poesía

La aféresis es un recurso poético consistente en la supresión de una sílaba al principio de una palabra. Este recurso era habitual en la poesía en español hasta el Romanticismo,

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siendo muy usado en el Siglo de Oro, ya que la exigencia métrica en las distintas estrofas conllevaba a este tipo de licencias y libertades; con el tiempo cayó en desuso, siendo hoy en día muy raro encontrarla y constituye cuando se da un rasgo de extrañamiento más que un recurso métrico.

síncopa

La síncopa (del griego, syn- + kopein, “cortar, reducir”) es una figura literaria de dicción que consiste en la supresión de algún sonido dentro de una palabra. Se basa en el fenómeno lingüistico de la síncopa.

apócope

En gramática, una apócope (del griego apokopé < apokopto, "cortar") es un metaplasmo donde se produce la pérdida o desaparición de uno o varios fonemas o sílabas al final de algunas palabras (cuando la pérdida se produce al principio de la palabra se denomina aféresis, y si la pérdida tiene lugar en medio de la palabra se llama síncopa). Era figura de dicción según la preceptiva tradicional.

El género de esta palabra es femenino.

En español se apocopan algunos adjetivos, adverbios,

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sustantivos, verbos y determinantes.

Adjetivos calificativos

Ante masculino singular:

bueno → buen: "buen día"malo → mal: "mal augurio"

Ante un nombre en singular:

grande → gran: "gran elefante"santo → san: "San Antonio"

Adverbios

Mucho → muy (apócope de muito, del latín multum). Esto sucede cuando precede a un adjetivo o a un adverbio, pero no ante más, menos, mejor y peor: "muy bajo, muy temprano".Tanto → tan y cuanto → cuán. Los dos pierden la sílaba final ante adjetivos o adverbios: "tan bonito, cuán cercano", pero no ante una forma verbal, aunque en el lenguaje coloquial se haga a veces: "tan es así, tan era cierto". Las formas correctas son: "tanto es así, tanto era cierto".recientemente → recién

Cardinales

ciento → cien. Ciento se apocopa ante un sustantivo (aunque éste vaya precedido de un adjetivo): "Los cien estupendos libros", "Las cien mejores poesías". Se apocopa también cuando es multiplicador de mil: "Los Cien Mil Hijos de San Luis".uno → un. Se apocopa ante nombres masculinos: "Un artículo". También los cardinales compuestos de uno: "veintiún soldados".

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Ordinales

primero → primer. Se apocopa delante de un sustantivo masculino singular: "Su primer libro no era tan bueno", "Su primer y único novio". Según la Real Academia Española, la apócope ante sustantivos femeninos es un arcaísmo que debe evitarse en el habla culta actual.tercero → tercer. Su uso es igual al de primer.

Sustantivos

bici → bicicletaboli → bolígrafofoto → fotografíamini → minifaldamoto → motocicletanazi → nacionalsocialistaradio → radiorreceptor, radioemisoratele → televisión

Nombres propios

Adri/Adry → Adrián/AdrianaAlber/Albert/beto → AlbertoAle/"jando" → Alejandro/AlejandraAlex → Alexander/Alexandra, Alexis/AlexiaBea-Betty → BeatrizCata → CatalinaCaro → CarolinaChema/Josema → José MaríaCindy → CintiaCori → CorinaCris → Cristina o Cristóbal/Cristian/ChristopherDani → Daniel/DanielaDeme Demetrio

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Dora/Dori → AdoraciónEdu → EduardoEle/lena → ElenaFabi → Fabio/Fabiola, Fabián/Fabiana/FabiannyFede → Federico/FedericaFeli → Felicidad (nombre femenino)Fer → Fernando/FernandaGer/Geral → GeraldinaGabo → Gabriel (Gaby → Gabriela)Guille → GuillermoJavi → JavierJime → JimenaJoha → JohanaJose → José/JosefinaJuanqui/Juancar → Juan CarlosJuli → JuliaKari → KarinaLau → LauraLeo → Leonardo / Leonor, Leandro, Leonel, LeopoldoLili → LilianaMafe o Máfer → María FernandaMaite/Mayte/Maritere → María TeresaMajo/Marijose → María JoséManu → ManuelMari → MaríaMajo → María JoséMaribel → María IsabelMarisol → María del SolMarival → María del ValMariví → María VictoriaMaru → María EugeniaMau/Mauri → MauricioMeli → MelinaMigue → Miguel/MiguelinaMade/Maddie → Madeleyn/Madeleine

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Mila o Mili → MilagrosNaty → Natalia o NatividadNico → NicolásPame → PamelaPatri o Patry/Pati o Paty → Patricia o PatryciaPili → PilarRafa → Rafael/RafaelaRai → RaimundoRian → RiánsaresRo → RocíoRober → RobertoRomi → RominaSandy → SandraSanti → Santiago/SantiagaSeba o Sebas → SebastiánSegis → SegismundoSuper → SuperanciaTere → TeresaTomi → TomásToni o Tony/Toño → AntonioVal → María del ValValle → María del ValleVale → Valeriano/a, Valentino/a, ValeriaVane → Vanesa/VanessaVic → Víctor/VictoriaXime → XimenaYani → YaninaYami → Yamileth

diástole o éctasis

En retórica, la diástole (o éctasis) es una figura literaria de dicción que en latín permitía que una sílaba breve se pronunciara como larga. En lenguas donde no existe la cantidad vocálica, como el español, la figura se aplica a la

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acentuación: adelantar la posición del acento de una sílaba a la siguiente (en ocasiones, con el objeto de facilitar ciertas rimas).

Ejemplo:

El conde mi Señor se va a NapolesY el Duque mi Señor se va a FrancíaMajestades, merced, porque este díaPesadumbre daré a unos caracoles.Luis de Góngora.

sístole

En retórica, la sístole es una figura literaria de dicción que en latín consistía en convertir una sílaba larga en una breve; en español, implica atrasar la posición del acento de una sílaba a la anterior. Es la figura opuesta a la diástole (figura literaria).

Ejemplo:

E ya, pues, desrama de tus nuevas fuentesen mí tu subsidio, inmórtal Apolo.Juan de Mena, Laberinto de Fortuna

diéresis

No debe confundirse con Dialefa.

ä ë ï ö ü ÿ

En lingüística, la diéresis, también llamada crema1 o cremilla, es un signo diacrítico que consiste en dos puntos

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( ¨ ) que se escriben horizontalmente sobre la vocal a la que afectan. En el caso de la letra i se reemplaza el punto por el signo.

1 Uso

En español se coloca una diéresis sobre la u de las sílabas gue y gui cuando la vocal u debe pronunciarse, como en ambigüedad y pingüino, y en ocasiones (poesía) se utiliza para leer con hiato vocales que ordinariamente forman diptongo, como süave o vïuda.1

Hasta 2008, en el portugués de Brasil se usaba la diéresis como en el idioma español y adicionalmente cuando la u se pronunciaba en las sílabas que y qui, en palabras como cinqüenta (cincuenta) y qüinqüênio (quinquenio), pero en el portugués de Portugal y en sus antiguas colonias se dejó de usar en 1945.

En aimara, la diéresis indica un alargamiento vocálico, como en pä (2).

En francés, griego y neerlandés, la diéresis sirve para indicar que, en un par de vocales, la segunda debe ser pronunciada de forma separada en lugar de formar parte de un diptongo o ser muda, como es el caso del francés aigu /e:'gü/ (agudo) que pasa al femenino como aiguë /e:'gü/, puesto que sin diéresis sería /e:g/; o el adjetivo naïf /na'if/, sin diéresis sería /ne:f/. El idioma galés también usa la diéresis para este propósito, al indicar generalmente la vocal más fuerte. En el francés también se usa para indicar la silabificación, por ejemplo, Gaëlle y païen. Se llama tréma en francés y trema o deelteken en neerlandés.

En inglés, a pesar de no utilizar diéresis ni otros acentos

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gráficos, los suelen respetar en los préstamos lingüísticos. A veces se utiliza en palabras nativas para indicar que cada vocal se pronuncia separadamente, como en coöperate, reënact o el apellido Brontë, pero esta no es una práctica común desde los años 1940. La revista The New Yorker se distingue por ser una de las pocas publicaciones que continúan escribiendo la palabra coöperate con diéresis. El nombre alemán "Zoë" y la palabra prestada "über" típicamente se escriben con diéresis en inglés, pero esto es opcional.

En gallego la diéresis tiene dos funciones. Se usa en las sílabas güe y güi para indicar que la u no es muda, como en mingüedes (disminuyáis) o antigüidade (antigüedad). Así mismo, la diéresis se usa sobre la i en los copretéritos de indicativo de los verbos terminados en -aer, -aír y -oír ya que, aunque es átona, forma sílaba de por si, por ejemplo en caïamos (ca-i-a-mos). De esta forma se distinguen estas formas de las del presente de subjuntivo que sí forman diptongo, caiamos (ca-ia-mos). Consecuentemente también llevan diéresis los copretéritos de indicativo de los verbos terminados en -uír aunque en ellos no exista posibilidad de confusión.

En catalán la diéresis también tiene dos funciones. Como en el español, se usan en las sílabas güe y güi y en las sílabas qüe y qüi para indicar que la u se pronuncia formando un diptongo con la siguiente vocal. Por ejemplo en la palabra aigües (aguas) y en qüestió (cuestión). También, como en el francés, la diéresis se usa sobre la i y la u para indicar que no forman un diptongo con la siguiente vocal. Por ejemplo, en veïna [bə'inə] (vecina, femenino), diürn [di'urn] (diurno).

La ÿ también se usa en el griego transcrito donde representa la sílaba no diptongada αυ (alfa úpsilon), como en el nombre

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persa Artaÿctes al final del Heródoto. La ÿ también es escasamente vista en algunos sustantivos propios franceses como en el nombre del suburbio parisino l'Haÿ-les-Roses.

En los alfabetos Altay, Mari y los tártaros keräşenos, las letras cirílicas А, О y У con diéresis se usan para los sonidos de ä, ö y ü desde el siglo XIX. El antiguo alfabeto cirílico, usado para escribir el antiguo eslavo eclesiástico, también usaba la diéresis. En el idioma udmurto, la diéresis se usa en las letras consonantes З y Ж.

En euskera, en el dialecto suletino, se usa la "ü", para pronunciarla como la "u" francesa (AFI [y])

2 Signos similares

2.1 Umlaut

Umlaut

En el idioma alemán existe una forma especial para las vocales, que se denomina Umlaut (um- = cambio, transformación, Laut = sonido) y se usa para indicar un cambio en la pronunciación de las vocales a, o y u. El umlaut evolucionó de las ligaduras æ y œ a una 'e' Sütterlin escrita sobre la letra, lo que parecía ser dos puntos o dos barras verticales. El umlaut puede ser sustituido por ae, oe y ue cuando no el teclado que se está utilizando no dispone de diéresis; pero no pueden ser sustituidas por las vocales a, o y u.

2.2 Otras ligaduras evolucionadas

En los idiomas finés, húngaro, estonio y turco e idiomas escandinavos hay caracteres que aparentan como umlauts alemanas (ä, ö y ü) y representan sonidos similares a los

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sonidos correspondientes en alemán. A pesar de esto, son considerados como letras, como la å. Esta es la razón por la que, a diferencia del idioma alemán, no es correcto reemplazarlas por æ u œ. El umlaut, particularmente en la letra u se usa en la transcripción de lenguajes que no usan el alfabeto romano, como el chino. Por ejemplo, 女 (relativo a la hembra, femenino) se transcribe como nü. En mapudugún la ü representa una vocal cerrada posterior no redondeada /ɯ/ o una vocal cerrada central no redondeada /ɨ/.

En el idioma nativo de Luxemburgo, Lëtzebuergesch, los puntos sobre la primera 'e' representan una "schwa" enfatizada. Como el idioma usa el signo para enfatizar, no puede ser usado para modificar la u, por lo que tiene que ser reemplazada por ue. En albanés la ë tiene el valor de schwa /ə/.

Como estos usos del signo no provocan una variación gramatical ni modificación silábica, no son casos de umlaut propiamente dichos. Por eso es incorrecto llamarlos umlaut.

En neerlandés, la letra IJ se escribe en ocasiones como Ÿ/ÿ (además de las formas Y/y), aunque esto no es común, y se consideran las grafías IJ/ij como más correctas; existe también un carácter único en Unicode, IJ/ij para representar el mismo sonido, pero su uso es desaconsejado y muy poco común. Nótese que en afrikáans (idioma derivado del holandés) la y corresponde y es pronunciada como la ij neerlandesa.

Otras ligaduras evolucionadas incluyen la letra W (doble v ó doble u), æ, y la ß alemana.

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sinéresis

La sinéresis o sinieresis es, en métrica, el recurso que permite ligar las vocales de un hiato deshaciéndolo, para lo cual se debilita el timbre de la vocal más débil a fin de crear un diptongo artificial con el propósito de disminuir en uno el cómputo total de sílabas del verso. Es lo contrario de la diéresis, pero, de forma distinta a esta, no se señala con ningún signo gráfico especial.

En lingüística, la es bastante frecuente, en una pronunciación relajada, oír /é-roe/ o /é-rue/ en vez de /é-ro-e/ "héroe", /real-mén-te/ o /real-mén-te/ en vez de /re-al-mén-te/ "realmente", etc. El proceso no se detiene ahí, sino que continúa debilitando la vocal más débil del antiguo diptongo hasta su desaparición total o la modificación de su timbre: ara en vez de "ahora", Uropa en vez de "Europa"; induropeo en vez de indouropeo, antes "indoeuropeo", etc.

Un ejemplo de Antonio Machado:

Es una noche de invierno.Cae la nieve en remolino. (La palabra cae se considera monosílaba)Los Alvargonzález velanun fuego casi extinguido.

sinalefa

La sinalefa es la pronunciación en una sola sílaba

Ǟ ǟ

Ë ë

Ḧ ḧ

Ï ï

Ḯ ḯ

Ö ö

Ȫ ȫ

Ṏ ṏ

T¥ ẗ

Ü ü

Ǖ ǖ

Ǘ ǘ

Ǚ ǚ

Ǜ ǜ

Ṳ ṳ

Ṻ ṻ

Ẅ ẅ

Ẍ ẍ

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de la vocal final de una palabra y la vocal inicial de la siguiente. En los textos en verso, la sinalefa afecta a la medida del verso, disminuyendo el número de sílabas del mismo. Así, por ejemplo, en el endecasílabo de Garcilaso de la Vega:

Los cabellos que al oro oscurecían.

Nótese que la sinalefa se diferencia de la elisión por conservar el timbre de las dos vocales mientras que en la elisión se suprime uno de los sonidos vocálicos.

En el siguiente verso del himno nacional dominicano se puede apreciar claramente el uso de la sinalefa para hacer versos de menor tamaño.

Salve al pueblo que intrépido y fuertea la guerra a morir se lanzócuando en bélico reto de muertesus cadenas de esclavo rompió.

En la pronunciación debería escucharse así:

Sal-veal-pue-blo-quein-tré-pi-doy-fuer-tea-la-gue-rra-mo-rir-se-lan-zócuan-doen-bé-li-co-re-to-de-muer-tesus-ca-de-nas-dees-cla-vo-rom-pió.

ecthlipsis y

En retórica, la ecthlipsis es la figura literaria de dicción que complementa a la sinalefa, pues supone la fusión de las consonantes final e inicial de sendas palabras cuando aquéllas son idénticas o muy similares.

Ejemplo: los siguientes versos, de Jorge Manrique, forman

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parte de una estrofa formada con versos de 8 y 4 sílabas. El segundo de los versos, aunque cuenta con 5 sílabas gramaticales, gracias a la ecthlipsis, se queda con 4, pues su primera sílaba, que empieza por d, se une a la última palabra del primer verso que termina en d.

ni menos la voluntadde tal manera.

metátesis

Se denomina metátesis (del griego μετάθεσις, transliterado estrictamente como metáthesis, "transposición") al metaplasmo que consiste en el cambio de lugar de los sonidos dentro de la palabra, atraídos o repelidos unos por otros. Pueden ser dos los sonidos que intercambian su lugar, y entonces se suele hablar de metátesis recíproca (animalia > alimaña), o bien puede ser solo uno el sonido que cambia de puesto en el seno de la palabra, llamándose entonces el fenómeno metátesis sencilla o simple (integrare > entregar). Los sonidos que metatizan pueden estar contiguos, hablándose entonces de metátesis en contacto como en vidua > viuda; o bien, pueden estar separados, originando una metátesis a distancia como en los ejemplos aducidos en la metátesis recíproca. Existen otros tipos de metaplasmo (la sustitución de un fonema por otro, por ejemplo agüela por abuela). No debe confundirse con la haplología (la supresión de una sílaba semejante a otra cercana dentro de la misma palabra, como por ej. "alredor" por alrededor o "competividad" por competitividad).

[editar] Ejemplos

En la evolución histórica del latín al castellano se observa el

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fenómeno de metátesis en los siguientes vocablos, quedando en desuso los términos intermedios:

parabŏla > parabula > parabla > palabra. animalia > alimaña integrare > entregar vidŭus/a > viudo/a mus, muris ("ratón") + caecŭlus, diminutivo de caecus

("ciego") > murciégalo > murciélago

Existen casos de metátesis en que el metaplasmo ha vuelto a quedar en desuso:

praelātus > prelado > perlado > prelado

Hay otros fenómenos de metátesis en el español popular que no son admitidos en el diccionario de la RAE y se consideran, por lo tanto, incorrectos:

cocreta por croqueta dentrífico por dentífrico (del latín dentis -"diente"- y fricare

-"frotar"-) axfisia por asfixia metereología por meteorología vedera por vereda cholconeta por colchoneta guirrajo por guijarro

Hay algunos fenómenos de metátesis en la lengua española pero que se mantienen en su forma original en otras lenguas de origen latino:

Argelia por Algeria (en francés e inglés se mantiene la raíz original: Algérie y Algeria respectivamente)

guirlanda > guirnalda (en italiano ghirlanda, en francés guirlande y en inglés garland)

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miracŭlum > miracolo > miraglo > milagro (en francés e inglés miracle, en italiano miracolo)

pericŭlum > pericolo > periglo > peligro (en italiano se conserva el original pericolo)

crocodīlus > crocodilo > cocodrilo (en francés e inglés se mantiene la raíz original croc-, así como se escribe Krokodil en alemán, krokodilo en euskera, y крокодил en ruso (transliterado como krokodil). No obstante, en italiano tuvo históricamente lugar una metátesis como la castellana, derivando en coccodrillo.

Aunque el fenómeno también ha ocurrido en otras lenguas latinas, no sólo en el español:

mosquito (diminutivo de mosco o mosca, y ésta del latín musca) > moustique (en francés)

1.2 Figuras de repetición

Las figuras de repetición consisten en el uso de elementos lingüísticos (fonemas, sílabas, morfemas, frases, oraciones...) que ya habían sido usados en el mismo texto. La repetición no tiene por qué ser necesariamente exacta, por lo que en muchas ocasiones se dan casos de semejanza.

Las figuras de repetición son las siguientes:

aliteración

La aliteración es la reiteración de estructuras consecutivas o ligeramente separadas. Dicho de otra manera, es la repetición de sonidos consonantes (fonemas) al principio de palabras o de sílabas acentuadas, como por ejemplo en el verso de

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Zorrilla "el ruido con que rueda la ronca tempestad".

A veces la repetición de sonidos vocálicos también es conocida como aliteración.

La aliteración en la poesía

Esta figura retórica consiste en el efecto sonoro producido por la repetición consecutiva de un mismo fonema, o de fonemas similares, vocálicos o consonánticos, en una oración o en un verso. En ocasiones, la aliteración suele sugerir imágenes relacionadas con los sentidos, como el sonido del viento, el del agua, o el del paso de un coche. En este caso también se puede considerar onomatopeya.

Aunque la aliteración es hoy por hoy un "embellecimiento" en la prosa y la poesía, el verso aliterativo fue un principio de estructura formal en el verso germánico antiguo.

Ecos de este recurso han permanecido en la persistencia de la aliteración en la poesía moderna alemana; como puede verse en los textos de numerosos lieder -canciones alemanas-; como en el texto de Der Nussbaum, de Mosen: Es grünet ein Nussbaum vor dem Haus, luftig duftig breitet erblätrig die Äste aus.

En su breve texto sobre las kenningar, Jorge Luis Borges comenta:

"En las historias de la literatura se lee que el verso germánico medieval constaba de dos hemistiquios: en el primero dos palabras aliteraban, es decir, empezaban con el mismo sonido; en el último, una palabra aliteraba con las dos anteriores. Esa estructura rigurosa no siempre corresponde a la realidad. Líneas como Ofer brade brimu Brytene sohtan (sobre el ancho mar buscaron a los Britanos), de la Oda de

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Brunanburh, donde el grupo consonántico br ocurre tres veces, son relativamente raras."

Borges Las kenningar (Nueva antología personal, Bruguera, 1980)

Una precisión con respecto a la aliteración en la poesía germánica antigua: en realidad, la aliteración propiamente dicha se refiere a la grafía; como ejemplo, adviértase que "casa" y "cesta" forman aliteración y no sólo mediante las letras "s" y "a", sino también mediante la letra "c" aunque ésta no represente el mismo sonido en una palabra y en la otra. Cuando se trata de los fonemas, lo correcto en el caso de la poesía germánica antigua y en los de las composiciones en que se haga uso del mismo procedimiento es hablar de "rima inicial"; como ejemplo, vemos que, con la pronunciación y la ortografía normativas del castellano actual, "barro" y "vena" no presentan aliteración, pero sí ocurre que la "b" de barro y la "v" de "vena" suenan igual. "Casa" y "cesta" forman aliteración, pero no presentan rima inicial. "Barro" y "vena" sí presentan rima inicial, que es lo que interesa en general, más que la aliteración en sí, en, por ejemplo, la poesía germánica antigua, dirigida sobre todo a auditorios poco o nada letrados, y que básicamente no se leía, sino que se cantaba y se declamaba acompañada por algún instrumento musical. Nótese también que se consideraba que la thorn (sorda) y la eth (sonora) formaban aliteración, y que en un mismo poema anglosajón podía aparecer la misma palabra con alternancia de ambas letras, incluso en el mismo pasaje.

La aliteración en las lenguas tonales

Repetición de un sonido al menos dos veces en un verso de arte menor, o al menos tres veces en un verso de arte mayor. Constituye el recurso fundamental (el único que puede acuñar

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verso) en la poesía germánica antigua de los escaldas, donde el verso debe tener al menos tres palabras que empiecen por el mismo sonido.

Ejemplos

"La libélula vaga de la vaga ilusión" (Rubén Darío). "A las aladas almas de las rosas..." (Miguel Hernández). "En el silencio sólo se escuchaba / el susurro de las

abejas que sonaban"(Garcilaso de la Vega, Égloga III). "Oye el sórdido son de la resaca, infame turba de

nocturnas aves" (Góngora). "Mi mamá me mima" (Popular) Gustavo Adolfo Bécquer Fragmento de la Rima 39 de El

libro de los gorriones:

Mientras se sienta que se ríe el alma,sin que los labios rían;mientras se llore, sin que el llanto acudaa nublar la pupila;mientras el corazón y la cabezabatallando prosigan,mientras haya esperanzas y recuerdos,¡habrá poesía!

Lenisio Dimas

Cada tarde sexas verdes garzasagarras garras de aves de raras razasgarras de garzas verdes de CaracasCerdas tardes desgarradascara a cara garza a garzasexas rea de esta farsaRezasterca rezas

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deseas ser fadadeseas esa seda caraTe degradasarrastrada rata de fea escaragarras de aves verdes cerradas raras veces"cacarea cacarea! cafre azteca de Caracas!"Aceradas tardes vagas de desfasadas frases raras

"Los suspiros se escapan de su boca de fresa" (Rubén Darío). La repetición del fonema S evoca en el lector los suspiros mencionados por el hablante lírico.

Bajo el ala aleve del leve abanico

onomatopeya

La onomatopeya (del griego ὀνοματοποιΐα: compuesto de ónoma = nombre, palabra; y poíesis = producción, creación, composición, poesía)1 es la imitación lingüística de un sonido natural o de otro fenómeno acústico no discursivo. Según la Real Academia Española, es imitación o recreación del sonido de algo en el vocablo que se forma para significarlo o vocablo que imita o recrea el sonido de la cosa o la acción nombrada. Ejemplos típicos de onomatopeyas son «bum», «pam», «bing»,«clic»,«clá» o «crac». También puede ser casos para referirse a fenómenos visuales como «zigzag».2

Existen onomatopeyas en todos los idiomas aunque generalmente difieren de uno a otro, a veces radicalmente, ya que la mayoría de los sonidos no se pueden articular fonéticamente.

El idioma japonés es posiblemente la lengua más rica en onomatopeyas, ya que éstas se encuentran incorporadas en

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el habla cotidiana y son utilizadas tanto para describir sonidos como figuras o para enriquecer acciones. Existen así, por ejemplo, alrededor de diecisiete onomatopeyas para describir el acto de caminar, permitiendo discernir entre pequeños pasos de bebé, un paso acelerado o un caminar arrastrando los pies.

Las onomatopeyas son comúnmente utilizadas en historietas como efectos de sonido.

Onomatopeyas en animales

Artículo principal: Nombre de los sonidos de los animales.

Frecuentemente, las onomatopeyas son empleadas para describir el sonido emitido por animales. Algunos ejemplos de esto y sus diferencias son:

Ave - pío (español) - tweet (inglés) - cui (francés) - piep (alemán)

Cerdo - huic o a veces cui (español) - oink (inglés) - ブーブー buubuu (japonés)

Gallo - quiquiriqui (español) - cock-a-doodle-doo (inglés) - コケコッコー kokekokkoo (japonés) - cocorico (francés) - kikeriki (alemán) - kúkuriguu (búlgaro)

Gato - miau (español) - meu (catalán) - meow (inglés) - ニャー nyaa (japonés) - miaou (francés) - miau (alemán) - iaa (coreano) - "miao" 喵 (chino)

Grillo - cri cri (español) - chirp-chirp (inglés) Oveja - bee (español) - baa (inglés)- メェー mee

(japonés) - bê (francés) - mäh (alemán) Pato - cuac (español) - quack (inglés)- coin (francés) Perro - guau (español) - arf / woof (inglés) - ワン wan

(japonés) - ouah (francés) - wau (alemán) - bub (catalán) - au (portugués) - mong (coreano)

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Vaca - muu (español) - moo (inglés) - meuh (francés) - muh (alemán) モー moo (japonés)

homeotéleuton

En retórica, el homoioteleuton u homeotéleuton (del griego ὁμοιοτέλευτον), también llamado similidesinencia, es una de las figuras de repetición que consiste en la igualdad o semejanza de los sonidos finales de palabras que cierran enunciados consecutivos. Se trata, por decirlo de alguna manera, de la rima en la prosa (una asonancia).

Ejemplo:

"No es crimen fallado más grave que la fornicación, digna de traer al hombre a perdición." (Arcipreste de Talavera, Corbacho).

anáfora

Anáfora (retórica)

La anáfora es una figura retórica que consiste en la repetición de una o varias palabras al principio de verso o enunciado. Ejemplos:

Temprano levantó la muerte el vuelo,temprano madrugó la madrugada,temprano estás rodando por el suelo.No perdono a la muerte enamorada,no perdono a la vida desatenta,no perdono a la tierra ni a la nada.

Miguel Hernández, "Elegía por la muerte de

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Ramón Sijé", siglo XX

La anáfora es también considerada como la repetición simple de una palabra cuando esta va al principio de la frase, o también recurrir al texto con menciones implícitas mediante pronombres demostrativos. Por ejemplo:

Juan y Pepe fueron a pescar; este pescó una trucha de tres kilos y aquel otra de cinco.

También se considera una deixis que desempeñan ciertas palabras para asumir una parte del discurso ya emitida. Por ej:

Dijo que había estado, pero no me lo creí.

En prosa, puede consistir en la repetición de distintas frases o grupos sintácticos.

La anáfora se halla relacionada con la pragmática.

Se utiliza bastante en la oratoria, donde da mayor sonoridad y ritmo al párrafo en que se emplea este recurso retórico.

epífora

En retórica, la epífora, epístrofe o conversión, dentro de las figuras literarias, es una de las figuras de repetición; consiste en la repetición de una o varias palabras al final de enunciados consecutivos (versos, frases...).

Ejemplo: "del que te alaba más de cuanto es verdad, non te asegures de te denostar más de cuanto es verdad." (El conde Lucanor)

En medicina y veterinaria, la epífora es el exceso de

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lágrima en el ojo, puede estar causado por demasiada secreción, o por obstrucción del conducto nasolagrimal.

complexio

En retórica, la complexión (o complexio, en latín) es una de las figuras literarias de repetición. Consiste en el uso combinado de dos figuras de repetición, la anáfora y la epífora, por lo que la repetición de palabras se repite tanto al principio como al final de versos o unidades sintácticas consecutivas.

Ejemplos

"no vos supe servir, no, y, agora que os serviría, no vos puedo haber, no"

geminación

Reduplicación (retórica)

La reduplicación1 (del latín reduplicatio) o geminación (del lat. geminatio) es un recurso literario que consiste en la repetición de una palabra o grupo de palabras en contacto dentro de una oración o cláusula. Si los elementos se repiten dos veces, se suele considerar reduplicación; si se repiten tres o más veces, se habla de geminación.

Ejemplos

No, mi corazón no duerme.

está despierto, despierto. (Antonio Machado)

¡Orden! ¡Orden! Qué altiva

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imposición del orden una mano

un color, un sonido! (Miguel Hernández, El silbo de afirmación en la aldea, de El rayo que no cesa).

Abenámar, Abenámar,

moro de la morería (Anónimo, Abenámar y el rey don Juan).

anadiplosis

gradación

epanadiplosis

polisíndeton

annominatio (paronomasia, derivatio, figura etimológica, diáfora, políptoton)

traductio,

equívoco/antanaclasis,

paralelismo (isocolon, parison, correlación),

quiasmo y

commutatio/retruécano.

1.3 Figuras de omisión

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Las figuras de omisión consisten en la supresión de un elemento lingüístico necesario, en teoría, para la construcción del texto. Su uso tiende a aligerar la expresión.

Las figuras de omisión son las siguientes:

asíndeton,

elipsis,

zeugma,

silepsis,

reticencia o aposiopesis,

braquilogía y

paralipsis (también llamada preterición o pretermisión).

1.4 Figuras de posición

Las figuras de posición son aquellos procedimientos que se basan en la alteración del orden normal de las partes de la oración.

Las figuras de posición son las siguientes:

hipérbaton,

anástrofe,

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tmesis y

synchysis/mixtura verborum.

2 Figuras de pensamiento

Las figuras de pensamiento afectan principalmente al significado de las palabras. Se distinguen las siguientes categorías: figuras de amplificación, figuras de acumulación, figuras lógicas, figuras de definición, figuras oblicuas, figuras de diálogo, figuras dialécticas (o de argumentación) y figuras de ficción.

2.1 Figuras de amplificación

Aunque la, en latín, amplificatio, no es tanto un desarrollo más por extenso de una idea sino más bien su realce (por un uso especial de la entonación, por ejemplo), en la práctica las figuras de amplificación incluyen técnicas de alargamiento de los contenidos de un texto.

Las figuras de amplificación son las siguientes:

expolitio,

interpretatio,

paráfrasis,

isodinamia,

digresión y

epifonema.

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2.2 Figuras de acumulación

Las figuras de acumulación son procedimientos que buscan la adición de elementos complementarios a las ideas expuestas.

Las figuras de acumulación son las siguientes: enumeración,

distributio

epífrasis y

epíteto

2.3 Figuras lógicas

Las figuras lógicas son procedimientos que tienen que ver con las relaciones lógicas entre las ideas dentro de un texto; de forma especial, se considera la relación de contradicción o antinomia, por lo que la figura lógica por antonomasia es la antítesis. Como variantes de esta, se encuentran la cohabitación,

la paradoja y

el oxímoron

2.4 Figuras de definición

Las figuras de definición (y descripción) se utilizan para reflejar lingüísticamente la esencia o apariencia de los temas

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tratados (personas, objetos, conceptos...).

Las figuras de definición y descripción son las siguientes: definitio

prosopografía

etopeya

pragmatografía

topografía

cronografía

retrato y

evidentia / demonstratio

2.5 Figuras oblicuas

Las figuras oblicuas designan de forma indirecta una realidad utilizando las palabras en sentido apropiado. Constituyen la frontera con los tropos.

Las figuras oblicuas son las siguientes:

perífrasis o circunloquio

lítotes o atenuación y

preterición

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2.6 Figuras de diálogo o figuras patéticas

Las figuras de diálogo son las propias del estilo directo, pues subrayan el carácter comunicativo del discurso. Se denominan también figuras patéticas pues pretenden incidir afectivamente en el destinatario.

Las figuras de diálogo son las siguientes:

apóstrofe / invocación

exclamación

interrogación retórica

optación y

deprecación

2.7 Figuras dialécticas

Las figuras dialécticas o de argumentación son las propias de los debates dialécticos (la disputatio, en latín); se trata de técnicas argumentativas.

Las figuras dialécticas son las siguientes:

concessio

correctio

dubitatio

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communicatio

conciliatio y distinctio / paradiástole;

pueden, además, incluirse aquí las llamadas probationes argumentativas, o pruebas expuestas por el orador para defender su argumentación:

simile

argumentum y

sententia

2.8 Figuras de ficción

Las figuras de ficción permiten presentar como reales situaciones imaginarias.

Las figuras de ficción son las siguientes:

personificación / prosopopeya

sermocinatio / idolopeya y

subiectio / percontatio

3 Catálogo alfabético de figuras literarias

Con el objeto de disponer de una visión de conjunto de las figuras literarias, se ofrece a continuación un listado por orden alfabético. Aunque propiamente no sean figuras, se incluyen también en el listado los tropos, pues popularmente se incluyen, junto con aquellas, bajo el marbete genérico de "recursos literarios o estilísticos".

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A

Aféresis

Alegoría

Aliteración

Anacoluto

Anadiplosis

Anáfora

Anástrofe

Animalización

Annominatio

Page 54: Retórica66

Antanaclasis

Antífrasis

Antítesis

Antonomasia

Apócope

Aposiopesis

Apóstrofe

Argumentum

Asíndeton

Asonancia

Page 55: Retórica66

B

Batología .

C

Cacofonía

Calambur,

Captatio Benevolentiae,

Catacresis ,

Circunloquio ,

Clímax ,

Cohabitación ,

Page 56: Retórica66

Communicatio ,

Commutatio ,

Comparación ,

Complexio ,

Concatenación ,

Concessio ,

Conciliatio ,

Correctio ,

Correlación ,

Page 57: Retórica66

Cosificación ,

Cronografía .

D

Datismo ,

Definitio ,

Demonstratio ,

Deprecación ,

Derivación ,

Derivatio ,

Diástole ,

Diéresis ,

Page 58: Retórica66

Digresión ,

Distinctio ,

Distributio ,

Dubitatio .

E

Ecthlipsis ,

Enálage ,

Encabalgamiento ,

Endíadis ,

Elipsis ,

Page 59: Retórica66

Énfasis ,

Enumeración ,

Epanadiplosis ,

Epéntesis ,

Epífora ,

Epífrasis ,

Epíteto ,

Epifonema ,

Equívoco ,

Etopeya ,

Page 60: Retórica66

Eufemismo ,

Evidentia ,

Exclamación ,

Expolitio .

F

Falacia patética ,

Figura etimológica .

G

Geminación ,

Gradación .

H

Hipálage o Epíteto transferido,

Page 61: Retórica66

Hipérbaton ,

Hipérbole ,

Hipotiposis ,

Homeotéleuton .

I

Idolopeya ,

Interpretatio , Interrogación retórica , Invocación ,

Ironía ,

Isocolon ,

Isodinamia .

L

Lítotes .

M

Metáfora ,

Metalepsis ,

Metátesis ,

Page 62: Retórica66

Metonimia ,

Mixtura verborum .

O

Onomatopeya ,

Optación ,

Oxímoron .

P

Palindromía ,

Parábola ,

Paradiástole ,

Paradoja ,

Paráfrasis ,

Parágoge ,

Paralelismo ,

Parison ,

Paronomasia ,

Page 63: Retórica66

Percontatio ,

Perífrasis ,

Personificación ,

Pleonasmo ,

Polisíndeton ,

Políptoton ,

Pragmatografía ,

Preterición ,

Prosopografía ,

Prosopopeya ,

Prótesis .

Q

Quiasmo .

R

Repetición ,

Reticencia ,

Retruécano ,

Page 64: Retórica66

Reduplicación (retórica) .

S

Sarcasmo ,

Sententia ,

Sermocinatio ,

Silepsis ,

Símil ,

Simile ,

Sinalefa ,

Síncopa ,

Sinécdoque ,

Sinéresis ,

Sinestesia ,

Sístole ,

Subiectio ,

Synchysis .

T

Tautología

Page 65: Retórica66

Tmesis

Topografía

Traductio

Z

Zeugma

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