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ANA C. PINTO LLONA * FRANCISCO ETXEBERRIA ** * Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Oviedo. **Departamento de Medicina Legal. Universidad del País Vasco. RESUMEN Se describe una condición patológica infrecuente que se observa en una vértebra atlas de úrsido procedente de la Cueva del Cincho de Valdejorada (Asturias), donde el anillo vertebral aparece simétricamente separado con signos manifiestos de hueso reactivo en las zonas de contacto. Tras discutir las posibles etiologías, se considera como la más probable la dehiscencia del arco anterior con fractura secundaria por fatiga del arco posterior del atlas. PALABRAS CLAVE: Paleopatología, Paleontología, Anomalía congénita. ABSTRACT We describe here an infrequent pathological condition on the first cervical vertebrae of a fossil bear, proceeding from Cincho de Valdejorada Cave (Asturias, Spain). 80th vertebral bodies appear symmetrically separated at the middle point of the anterior and posterior arches. There is reactive bone formation at the areas where contact has been lost. We discuss probable aetiologies, and we consider the most likely one the dehiscence of the anterior arch that propitiated later the fracture by fatigue of the atlas posterior arch. 1. INTRODUCCIÓN: Paleopatología en Paleontología Si bien la paleopatología humana ha avanzado mucho desde el siglo pasado, siendo in- gente la bibliografía disponible hasta el momento, la paleopatología animal no toma carta de consideración hasta bien entrado el S. XX. Moodie (1923) hace una recopilación de todos los trabajos publicados hasta ese momento y Pales, en 1930, hace lo mismo considerando tanto los estudios paleopatológicos sobre fauna como sobre humanos. Los procesos patológicos documentados en el registro paleontológico fósil son de etiolo- gía variada y no han sido estudiados en tanta profundidad como los que afectan a restos humanos. Además, lo fragmentario del registro fósit así como las alteraciones por procesos de fosildiagénesis, hace que los estudios paleopatológicos sobre los fósiles no humanos sean más bien parcos en comparación con los que se refieren a patologías en la especie humana (Belinchón, 1996). De este modo, las patologías que afectan al hombre están bien documen- tadas y ampliamente contrastadas con casos actuales equivalentes tanto en lo que afecta a los tejidos blandos como al esqueleto, y su sistematización se ha desarrollado a lo largo de muchos años. 267

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ANA C. PINTO LLONA * FRANCISCO ETXEBERRIA ***Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Oviedo.**Departamento de Medicina Legal. Universidad del País Vasco.

RESUMENSe describe una condición patológica infrecuente que se observa en una vértebra atlas de úrsido procedente

de la Cueva del Cincho de Valdejorada (Asturias), donde el anillo vertebral aparece simétricamente separadocon signos manifiestos de hueso reactivo en las zonas de contacto. Tras discutir las posibles etiologías, seconsidera como la más probable la dehiscencia del arco anterior con fractura secundaria por fatiga del arcoposterior del atlas.

PALABRAS CLAVE: Paleopatología, Paleontología, Anomalía congénita.

ABSTRACTWe describe here an infrequent pathological condition on the first cervical vertebrae of a fossil bear, proceeding

from Cincho de Valdejorada Cave (Asturias, Spain). 80th vertebral bodies appear symmetrically separated atthe middle point of the anterior and posterior arches. There is reactive bone formation at the areas where contacthas been lost. We discuss probable aetiologies, and we consider the most likely one the dehiscence of theanterior arch that propitiated later the fracture by fatigue of the atlas posterior arch.

1. INTRODUCCIÓN: Paleopatología en Paleontología

Si bien la paleopatología humana ha avanzado mucho desde el siglo pasado, siendo in­gente la bibliografía disponible hasta el momento, la paleopatología animal no toma cartade consideración hasta bien entrado el S. XX. Moodie (1923) hace una recopilación de todoslos trabajos publicados hasta ese momento y Pales, en 1930, hace lo mismo considerandotanto los estudios paleopatológicos sobre fauna como sobre humanos.

Los procesos patológicos documentados en el registro paleontológico fósil son de etiolo­gía variada y no han sido estudiados en tanta profundidad como los que afectan a restoshumanos. Además, lo fragmentario del registro fósit así como las alteraciones por procesosde fosildiagénesis, hace que los estudios paleopatológicos sobre los fósiles no humanos seanmás bien parcos en comparación con los que se refieren a patologías en la especie humana(Belinchón, 1996). De este modo, las patologías que afectan al hombre están bien documen­tadas y ampliamente contrastadas con casos actuales equivalentes tanto en lo que afecta alos tejidos blandos como al esqueleto, y su sistematización se ha desarrollado a lo largo demuchos años.

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El interés en las enfermedades de los animales se ha centrado tradicionalmente en losanimales domésticos o cautivos, mientras que los estudios relativos a condiciones patológi­cas en animales silvestres, viviendo en condiciones naturales, son infrecuentes. Por ello, alenfrentarnos a problemas patológicos en fauna, es quizás inevitable hacer referencia a lapatología humana, mejor documentada, teniendo siempre presentes los riesgos de todaextrapolación.

2. ESTUDIOS PALEOPATOLÓGICOS EN RESTOSFÓSILES DE ÚRSIDOS

En Europa es bien conocida la existencia de importantes acumulaciones de restos fósilesde úrsidos en sedimentos en cuevas que, en algunos casos pueden representar, incluso, avarios centenares de individuos. A ello se añade el hecho de que estos animales carecenprácticamente de enemigos naturales, aparte del hombre, lo que les permite convalecenciasy recuperaciones improbables en otros grupos faunísticos, lo que puede tener su reflejo en elsoporte esquelético.

Estos dos factores han convertido a los úrsidos en un caso aparte en los estudios depaleopatología animal y las condiciones paleopatológicas que les afectaron han sido estu­diadas con mayor profundidad que las de otros animales cuyo registro fósil es más escaso yfragmentario. De hecho, ya en los años 50, Koby estudia patologías de Ursus spelaeus; Pales(1958) realiza un estudio sobre el mismo tema y Kurtén (1969), y otros autores, abordan lamisma línea de investigación. En nuestro país cabe destacar el estudio patológico de restosde úrsido realizado por Pérez el al. (1986) en el que se describen patologías similares a lasdetectadas por otros autores en diferentes yacimientos peninsulares de fósiles de úrsidos.Asimismo, es importante destacar los trabajos continuados de Torres (1988).

Las patologías más frecuentes descritas en estos animales son las fracturas del huesopeneano, espondilitis deformantes, espondiloartropatías, artritis, lesiones sacroilíacas, abs­cesos dentales, anomalías en los dientes y descripciones de especímenes notoriamente anó··malos (Pales, 1958). También se ha considerado la presencia de enfermedades tales como latuberculosis y la sífilis como causantes de degeneraciones óseas en los úrsidos.

Para el caso que nos ocupa, es interesante mencionar el estudio realizado por Isidro­Llorens el al. (1995) que revisan 78 vértebras cervicales de úrsido del Mioceno peninsulal~

no encontrando ninguna patología comparable a la que ahora presentamos.

3. ATLAS PATOLÓGICO DE URSUS ARCTOS, CUEVA DELCINCHO DE VALDEJORADA (ASTURIAS): DESCRIPCIÓNDEL ESPÉCIMEN

En este estudio se describe una condición patológica infrecuente observada en la primeravértebra cervical de Ursus aretas, procedente de la Cueva del Cincho de Valdejorada (Asturias).Dicha cueva se halla en el occidente astur, a unos 200 m. de altitud, con 200 m. de longitudtotal y ligero desarrollo vertical. Los escasos restos recuperados se hallaban insertos en unacostra calcárea de grosor variable que dificultaba el acceso a parte de los mismos.

En la vértebra atlas que nos ocupa, el anillo vertebral aparece simétricamente separadoen el plano sagital. Hacia la mitad del arco anterior y del posterior, hay una pérdida decontacto del hueso que se manifiesta con un tejido reactivo en sus bordes.

Las facetas articulares, tanto con el occipital como con el axis, tienen una apariencia nor­mal, aunque se detecta un reborde osteofítico marginal de poca importancia. Las apófisistransversas del atlas se encuentran deterioradas por roturas past-martem. Los cóndilosoccipitales del cráneo presentan un aspecto normal, sugiriendo una buena adaptación yfuncionalidad articular.

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Dado que en la literatura sobre paleopatología animal no hemos encontrado referencia acasos similares, comentaremos a continuación las posibles etiologías de lesiones similaresobservadas en el hombre.

4. LAS PRIMERAS VÉRTEBRAS CERVICALES: ATLAS Y AXISLa columna vertebral constituye el eje del tronco y sirve de soporte a la cabeza y, de

forma indirecta, a través de las cinturas escapular y pelviana, a las cuatro extremidades. Enlos animales con cola, este apéndice es la prolongación del coxis. En cada vértebra se consi­deran dos porciones: el cuerpo y el arco posterior. El análisis clásico de la columna vertebraldivide ésta en cuatro regiones: cervical, dorsal, lumbar y pélvica.

La lesión que se describe en este trabajo afecta a la primera vértebra cervical, el atlas, ypor tanto se sitúa en la transición cráneo-cervical (Figura 1). La rebión occipo-atlanto-axoideaes tanto filogenética como ontogenéticamente, una zona inestable del esqueleto axial. Sudesarrollo embriológico es complejo y da lugar a una elevada incidencia de anormalidadéscongénitas y adquiridas (Black & Scheuer, 1996).

Figura 1. Esqueleto de oso donde se muestra la localización dela lesión que se describe. El núcleo de osificación anterior des­aparece en el adulto y queda integrado en el arco anterior, yaque la vértebra atlas carece de cuerpo vertebral.

SUBADULTO ADULTO

La primera vértebra cervical presenta caracteres especiales que la distinguen muy clara­mente. De hecho, el atlas está esencialmente constituido por dos masas laterales unidasentre sí, por delante y por detrás, por dos láminas arciformes que constituyen el arco ante­rior y el arco posterior. Además, las masas laterales tienen en su cara exterior dos prolonga­ciones horizontales, las apófisis transversas. Los dos arcos y las masas laterales circunscribenel agujero raquídeo y cierran el anillo vertebral. La cara superior de esas masas lateralespresenta una faceta articular -cavidad glenoidea del atlas- de contorno elipsoide. Dichascavidades se articulan con los cóndilos del occipital. En la cara inferior existen otras doscarillas, ligeramente cóncavas, destinadas a articularse con las apófisis articulares superio­res del axis.

El arco anterior ofrece en la línea media, por delante, el tubérculo anterior del atlas, y pordetrás una carilla articular cóncava oval con el eje mayor transversal destinada a articularsecon la apófisis odontoides del axis. El arco posterior presenta asimismo una eminencia, eltubérculo posterior del atlas. El cuerpo está representado totalmente por la apófisis odontoides

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soldada a la vértebra siguiente, el axis. El arco anterior y su tubérculo no son más que pro­longaciones en forma de herradura de las masas laterales. La apófisis espinosa, muy reduci­da, está representada por el tubérculo posterior del atlas (Testud, 1979).

5. ONTOGENIA y VARIEDADES DEL DESARROLLO DEL ATLASEl atlas se desarrolla por dos puntos primitivos (Figura 2) que aparecen en el arco poste­

rior y corresponden exactamente a los dos puntos primitivos laterales de las vértebras ordi­narias. El punto primitivo medio no existe, o mejor dicho, forma la apófisis odontoides delaxis, verdadero cuerpo del atlas. El atlas es complementado por delante por un punto deosificación, a menudo doble, dando origen al arco anterior (Figura 2).

Una anomalía bien documentada en el hombre es la dehiscencia del arco posterior, en laque éste falta, o está considerablemente reducido en su parte media. También puede suce­der que el arco anterior esté muy reducido debido a un mecanismo muy diferente: el desa­rrollo exagerado de las caras articulares que se extienden hasta cerca de la línea media, y queincluso pueden faltar por defecto de osificación de la cintilla fibrocartilaginosa que lo repre­senta (Testud, 1979).

Otra de las etiologías que justifica una separación del arco anterior del atlas puede ser lafractura, si bien el traumatismo suele afectar de forma preferente a la parte posterior delarco vertebral.

Para el caso del hombre, Wilson (1980) señala que la causa habitual de la fractura del atlases la caída desde cierta altura con traumatismo directo del cráneo. La fuerza se transmitedesde el cráneo a través de las dos masas laterales del atlas que son forzadas y se separanuna de otra de tal modo que el hueso se fractura a nivel de los puntos débiles, representadospor el arco anterior o más comúnmente por el arco posterior. La lesión no es necesariamentefataC aunque puede producir ciertas anomalías funcionales en el individuo.

osificación del adas

dehiscencia

anterior

posterior

Figura 2. La osificación del atlas se configura a favor de tres núcleos, dos laterales y uno central y anterior. Los defectosde osificación pueden determinar dehiscencia del arco anterior y/o del posterior.

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6. DISCUSIÓNNos encontramos con una lesión cuyo aspecto es el de una fractura simétrica

anteroposterior que podemos atribuir a diferentes etiologías:1) Fractura doble del arco vertebral.2) Dehiscencia anterior y posterior del arco vertebral.3) Dehiscencia anterior del arco y fractura secundaria del arco posterior.

Si bien la apertura del arco anterior y posterior del arco vertebral puede justificarse comoconsecuencia de una fractura por mecanismo traumático, sin embargo, es muy excepcionalque la solución de continuidad se produzca en la zona de mayor resistencia del arco ocupa­das por sendas eminencias. De este modo, la propia simetría de la fractura, situada en unverdadero plano sagital, habla en nuestra opinión en contra una etiología traumática quejustifique esta patología.

Más probablemente, la apertura del arco anterior, se habría formado por un defecto delnúcleo embrionario central de la vértebra que no se habría fusionado a las masas latérales(Figura 3). Se trataría, en este caso, de una dehiscencia por malformación congénita en laque el agujero raquídeo quedaría completado con un tejido fibrocartilaginoso.

De todos modos, el anillo vertebral estaría comprometido ante los requerimientos defuerza que se ejercen en la región cervical. De hecho, el oso es un animal poderoso y sucabeza se soporta en posición horizontal mediante una gran tensión del esqueleto cervical yla fuerza de los músculos correspondientes. De este modo, es razonable considerar que laapertura posterior del arco vertebral sea la consecuencia de una fractura por fatiga debido alempuje de los cóndilos occipitales que encajan como cuñas en el atlas.

En definitiva, estimamos que el mecanimo de producción de estas lesiones se justifica siconsideramos primero la malformación de la vértebra y su fractura posterior (Figura 4).

Normal

Figura 3. A) Vértebra patológica en la que seobserva de dehiscencia o apertura anterior delarco vertebral. B) Vértebra de individuosubadulto en la que se observa el núcleo deosificación anterior que se está fusionando ensus extremos y cierra anillo vertebral.

Patológico

Figura 4. A) Atlas patológico visto por su caraposterior en el que se observa la apertura delarco como consecuencia de una fractura ya quehay signos de hueso reactivo semejante al quese produce en las pseudoartrosis. B) Atlas nor­mal visto por su cara posterior en donde seobserva la firme lámina de hueso que cierra elagujero raquídeo.

fractura-...

M~6Ubt

dehiscencia

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AGRADECIMIENTOSEste trabajo ha sido posible gracias a la financiación de la Fundación para la Investigación, Ciencia y Tecno­

logía (FICYT) de Asturias. Asimismo, nuestro agradecimiento a Germán Rodríguez Calvo y al Espéleo-ClubL'Esperteyu Cavernícola, que descubrieron y comunicaron el hallazgo, contribuyendo asimismo a las labores derecuperación.

BIBLIOGRAFÍA

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