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Resumen de la Declaración del Panel de Revisión de la Evaluación de Impacto
Ambiental del Canal de Nicaragua
Del 9 al 10 de marzo de 2015, un grupo independiente de científicos se reunió en la Facultad de Derecho
de la Florida International University para discutir los posibles impactos ambientales asociados con la
construcción del canal interoceánico propuesto por la República de Nicaragua. El objetivo fue revisar
algunos capítulos del proyecto de Evaluación del Impacto Ambiental y Social (ESIA) realizado por la
empresa Environmental Resources Management (ERM). Dos representantes del Hong-Kong-Nicaraguan
Development Company (HKND) asistieron al encuentro, pero no hicieron presentaciones. Este panel fué
organizado por el Centro de Investigación del Medio Ambiente del Sudeste (SERC) y la Facultad de
Derecho de la Florida International University (FIU) y se centró en las evaluaciones ecológicas e
hidrológicas realizadas por ERM. No se presentaron ni discutieron los componentes de la Evaluación del
Impacto Social. Es necesario y urgente revisar objetivamente el Informe Final completo, especialmente
los impactos sociales y económicos de todo el proyecto.
El panel revisó los borradores preliminares de los capítulos 3, 5, 6, y 7 del ESIA, proporcionados por ERM
a sólo unos días de la reunión. Por otra parte, el tiempo disponible para el debate, tras las
presentaciones de ERM, fue muy limitado. Presentaciones que ocuparon la mayor parte del tiempo. A
continuación resumimos las observaciones más relevantes a fin de transmitir nuestras conclusiones
principales.
El corto período de solo año y medio aprobado por HKDN para este estudio ambiental fue insuficiente
dada la magnitud de los proyectos vinculados con la construcción del canal. Muchos impactos de la
construcción y operación del propuesto canal serán a largo plazo y algunos podrán ser irreversibles. En
sus deliberaciones el panel de expertos consideró sólo los impactos ambientales potenciales derivados
de la construcción del canal en hábitats de agua dulce Como el Gran Lago de Nicaragua y los drenajes
fluviales asociados con la vía. Se evaluaron muy brevemente otros impactos como la pérdida de los
bosques tropicales y las medidas de mitigación, los corredores de vida silvestre y la protección de los
hábitats marinos. Debido a la magnitud sin precedentes del proyecto y la limitada información
disponible sobre algunos de los planes de construcción, los efectos de las alteraciones propuestas sobre
los procesos ecológicos, así como el nivel e importancia de muchos de estos impactos aún no pueden
ser analizados cabalmente.
Los borradores de los capítulos del ESIA contenían datos e información sobre los planes para lo que se
presentó como la ruta más rentable del canal. Sin embargo, es esencial un análisis de opciones más
extenso antes de completar una evaluación científicamente sólida. Otros estudios también necesitarán
evaluar planes alternos de afectación de la vulnerabilidad de la biota y de los suministros esenciales de
agua dulce. Por las razones que fuesen, para algunos tópicos del ESIA la asignación de recursos fue
insuficiente para apoyar un esfuerzo de muestreo y análisis adecuados. Por ejemplo, las discusiones
sobre las pérdidas de especies y hábitats se centraron sólo en la huella de la construcción en vez de
hacerlo en un contexto regional más amplio. Esto a pesar de la tendencia bien documentada de cómo
los impactos de una infraestructura lineal se extienden mucho más allá de su huella inmediata (Laurance
et al., 2009). Dada la magnitud de la extensa pérdida de hábitat y de la modificación que pueda
derivarse de la excavación masiva y la posterior inundación, es preciso seguir las normas internacionales
de protección de la fauna. Se requiere de un plan detallado y un estudio de factibilidad para el rescate y
traslado de la fauna aislada, según las directrices de la UICN y para construir sólidas salvaguardas de
protección y bienestar de la fauna.
En general, los datos presentados ante el panel fueron el resultado de observaciones muy breves de la
biodiversidad, así como de las dinámicas físicas y químicas de los ecosistemas afectados. En casi todos
los casos, la escala temporal del muestreo fue insuficiente, a la luz del conocimiento actual sobre la
variabilidad espacial y temporal de los sistemas naturales.
El cambio climático debe ser considerado e incorporado en todos los aspectos del diseño. No sólo el
aumento del nivel del mar, sino los cambios en la temperatura, la evapotranspiración, y sobre todo en la
precipitación y los flujos de los ríos afectados. Los ejemplos de los impactos potenciales sobre los
grandes lagos, embalses y humedales están bien documentados. Lo que pudiese ser un pequeño cambio
en la temperatura y la precipitación pudiese significar un gran impacto en la disponibilidad de agua (Ej.,
Aumen et al. 2015). Grandes cambios en los presupuestos de agua debido al cambio climático
(especialmente grandes disminuciones en la precipitación y la escorrentía) podrían afectar la operación
del canal propuesto de manera dramática.
Los planes para restaurar las cuencas afectadas y mitigar los numerosos efectos de la construcción y el
mantenimiento del canal no son suficientes para reemplazar la probable pérdida de especies nativas y
de hábitats originales. La magnitud de las actividades de construcción propuestos y la complejidad de los
problemas de tenencia de la tierra requieren consideración adicional de los impactos. Especialmente de
aquellos que inciden sobre los procesos de los ecosistemas naturales relacionados con el
mantenimiento de las operaciones del canal de manera sustentable. Debido a que la restauración es una
tarea larga y costosa, los objetivos y la financiación de estas actividades tienen que ser mucho más
claramente definidas.
Deben tomarse en cuenta los estudios previos sobre la importancia de la reforestación de las cuencas de
drenaje para evitar la rápida erosión y sedimentación de embalses y lagos (Heckadon-Moreno et al.,
1999). Es preciso contar con un plan detallado para identificar estrategias para mejorar la capacidad
nacional para la protección de cuencas hidrográficas, el control de la contaminación, el tratamiento de
las aguas residuales, y la protección y conservación de las especies. Sin esta visión de mayor alcance en
el análisis y planes para el fortalecimiento de capacidades locales, la operación del proyecto será
ineficaz. Así mismo, es esencial un marco de gestión que incluya el financiamiento suficiente para la
administración nacional del proyecto y la protección ambiental..
A continuación presentamos algunas de las principales preocupaciones de nuestro panel de discusión:
1. El canal atravesaría 105 kilómetros del Lago de Nicaragua, para lo cual sería necesario remover
alrededor de 1,2 millones de toneladas de sedimentos del fondo del lago durante la
construcción inicial (no incluyendo el dragado de mantenimiento a largo plazo). Este dragado
plantea una grave amenaza para la calidad del agua y la vida acuática, como resultado de la re-
suspensión de sedimentos que contienen materia orgánica y nutrientes que inducen a la
eutrofización y la hipoxia. La re-suspensión de sedimentos ocurrirá con frecuencia dado el
tráfico de buques de gran calado y el dragado constante para mantener abierto el canal de
navegación. Por tanto, es importante caracterizar cuidadosamente los sedimentos del lago y su
perfil estratigráfico, extrayendo muestras de sedimentos que alcancen, al menos, hasta la parte
inferior del canal de 30 m propuesto. Así podrá comprenderse mejor el transporte de
sedimentos, el destino e impactos potenciales de la excavación de sedimentos y su reubicación
en el Lago de Nicaragua.
La caracterización con que actualmente se cuenta de los sedimentos que se excavaran para el
canal de navegación a lo largo del lago es simplemente incompleta y poco plausible a la luz de
los conocimientos actuales de la historia geológica del lago. Afirma el proyecto que los tres
primeros metros de sedimentos del lago se componen de sedimentos lacustres finos que
suprayacen material más grueso, como la arena. Debido a que el lago tiene aproximadamente
500.000 años y se encuentra en una región de alta actividad volcánica, es casi seguro posee más
de 3 m de arcilla, sedimentos ricos en materia orgánica y ceniza volcánica. Otros núcleos de
perforación en el Lago de Nicaragua han caracterizado sus sedimentos como barro de diatomeas
mezclados con material volcánico grueso (Swain 1966, Slate et al. 2013). Este tipo de sedimento
es típico de lagos antiguos con largos períodos de sedimentación y actividad volcánica. Deben
tomarse núcleos de sedimentos adicionales, tanto para caracterizar los sedimentos como para
proporcionar muestras para estudios paleo-limnológicos.
Existen estudios geológicos previos del Gran Lago de Nicaragua (o Lago Cocibolca) y los lagos
asociados a su cuenca (Lago de Managua o Lago Xolotlán, y Laguna de Apoyo) que documentan
la estructura sedimentaria y la composición química del agua de estas cuencas. Sin embargo,
esta información no fue revisada o incluida en el análisis de ERM. No se dispone de estudios de
ingeniería o de estudios geológicos recientes que caractericen los sedimentos del lago a la
profundidad requerida para el dragado del canal. Este vacío de información hace que sea
imposible estimar la cantidad y tipos de sedimentos a ser dragados y los lugares más adecuados
para almacenarlos; tampoco podrán estimarse los efectos sobre la calidad del agua y la cadena
alimenticia. Además, los esfuerzos de dragado de mantenimiento y su continua perturbación del
lago, no podrán anticiparse con certeza hasta que se haya obtenido y analizado dicha
información.
En el análisis de los Recursos Hídricos (Sección 6.4) se consideran los impactos del dragado
(páginas 4-6-65), pero esta consideración parece limitarse a una evaluación de solo una
variable, los sólidos suspendidos totales (SST). El proyecto de EIAS determina que la magnitud
del impacto se considera pequeña y la sensibilidad del receptor es alta. Por lo tanto, ello
significa que la magnitud es moderada (similar para el impacto residual). Esta asignación de
importancia moderada para el impacto causado por el dragado es, simplemente,
científicamente indefendible, ya que el análisis de impacto se basa solo en TSS. La experiencia
de otros grandes lagos poco profundos, indica que la re-suspensión de sedimentos puede llevar
a aumentos significativos de nutrientes disueltos y altas concentraciones de otros solutos en la
columna de agua; a cambios importantes en la dinámica de intercambio de solutos entre la
columna de agua y los sedimentos; y a cambios sustantivos, a veces irreversibles, en el estado
trófico y los productores primarios dominantes del lago. Por ello, se recomienda ampliar el
análisis de impacto con la inclusión de estas variables adicionales.
El plan del proyecto considera crear tres islas en el Lago de Nicaragua para almacenar los 3 m de
sedimentos superficiales finos excavados. El resto del material dragado, que probablemente se
compone de sedimentos finos y no de arena como es asumido por ERM, será almacenado
dentro del mismo lago. Estos sedimentos de grano fino es probable que tengan un gran impacto
en el plan de eliminación de sedimentos en el lago y darían lugar a un severo deterioro de la
calidad del agua. Construido el canal se requerirá dragar frecuentemente para mantener la
profundidad del canal de navegación debido a la re-sedimentación y al transporte de los
materiales de grano fino por corrientes basales.
2. El modelo hidrodinámico presentado, para predecir la circulación de las corrientes en el lago, se
basa en un modelo matemático desarrollado a partir de sólo pocos días de toma de muestras
durante dos años de recopilación de datos (2007, 2011). Los datos no han sido validados y el
modelo no ha sido calibrado con suficiente información de campo del lago. Durante el dragado
propuesto, la colocación prevista de sedimentos bajo el agua, en filas de 3 m de altura a lo largo
del canal excavado, podría cambiar la hidrodinámica y la circulación del lago. Es importante
entender la redistribución de sedimentos a causa de la circulación en el lago (horizontal y
vertical) porque ella puede aumentar la concentración de los nutrientes y la demanda
bioquímica de oxígeno (DBO) que conducen a la eutrofización y a la pérdida de aguas bien
oxigenadas. Ello podría dar lugar a “zonas muertas” donde los peces no podrían vivir. En
consecuencia, el potencial de redistribución de sedimentos y nutrientes asociados a la zona
cercana a la costa del lago deteriorará la calidad del agua y reducirá la sostenibilidad de la pesca.
Estos impactos se sumarán a la ya disminuida calidad del agua del lago debido al rápido
crecimiento de los impactos humanos.
3. La falta de datos suficientes sobre la calidad del agua a través del lago Nicaragua y sus afluentes
representa una brecha que limita en gran medida la comprensión de cómo el ciclo de nutrientes
y contaminantes pueden verse afectados por el dragado. Existen resultados cuestionables (o
incluso inverosímiles) en los datos de calidad del agua del lago que fueron reportados. Estos
datos, aparentemente, no fueron sometidos siquiera a un control de calidad rudimentario. Por
ejemplo, las concentraciones que se presentan para las especies de nitrógeno (como, amonio)
no son factibles en condiciones de agua altamente oxigenadas, lo que implica que puede haber
problemas con el análisis de laboratorio o con los cálculos realizados a partir del modelo
biogeoquímico. Los datos de calidad del agua del Lago recabados por otros estudios no fueron
revisados, aunque estos datos podrían proporcionar información útil sobre las condiciones
típicas de calidad del agua en el Lago de Nicaragua. Los estudios previos de la calidad del agua
del Lago de Managua y los impactos en el Lago de Nicaragua durante los períodos en que los
lagos están conectados por flujos altos podrían ser de utilidad, teniendo en cuenta que los
modelos climáticos predicen más variabilidad extrema en la precipitación en esta región, así
como el aumento de las inundaciones resultantes de más frecuentes huracanes.
4. Los efectos de la operación del canal una vez construido, sobre la calidad del agua y el estado
trófico de los ríos afectados y el Lago de Nicaragua, son muy inciertos pero probablemente de
gran magnitud. Los datos disponibles son cualitativa y cuantitativamente insuficientes para
evaluar los niveles de nutrientes y el status trófico actual de las aguas superficiales afectadas.
Los vínculos entre los niveles de oxígeno disuelto en el Lago de Nicaragua y el amonio, nitrato, y
las concentraciones de materia orgánica disuelta son particularmente inciertos. Los datos
presentados no proporcionan una imagen internamente coherente. Debido a las
concentraciones de fósforo tan variables que han sido documentadas previamente en América
Central, como resultado de las fuentes geotérmicas y sus posibles efectos en la productividad de
los ríos y lagos (Pringle et al., 1993), es necesario hacer un cuidadoso estudio de las condiciones
existentes antes que los efectos potenciales del Canal puedan evaluarse correctamente .
5. El modelado biogeoquímico del Lago Nicaragua se basó en sólo dos puntos de calibración (o
validación). La información de uno de estos puntos se recogió en un período caracterizado por la
sequía (Abril de 2014), y el otro durante un período húmedo (Diciembre de 2013). En ambos
casos, la correspondencia entre los pocos valores observados y los valores modelados era a
menudo pobres. Para calibrar correctamente un modelo ecológico-hidrodinámico de un lago de
este tipo, se requiere, como mínimo, muestrear mensualmente por lo menos en veinte
estaciones por evento de muestreo durante un año (Arhonditsis y Brett 2004). Los datos de
varios años también son esenciales para validar las predicciones del modelo, dada la
importancia de la variabilidad natural de las sequías y de las tormentas tropicales que pueden
influir en gran medida los ingresos y egresos en el ecosistema del lago.
6. Las condiciones extremas observadas en períodos previos de sequía e inundaciones provocadas
por los huracanes, demuestran la capacidad de obstruir los modelos hidrológicos que predicen
presupuestos de agua a futuro basados únicamente en datos históricos de muy corto plazo. Se
necesita más atención a los pronósticos climáticos a largo plazo para proporcionar alternativas
de manejo bajo escenarios de cambio climático. Sin suficiente información sobre la capacidad de
almacenamiento de agua y los medios para proteger las cuencas asociadas, aumentan los
riesgos que el canal no funcionará sin la totalidad de las esclusas funcionando a los niveles
requeridos. Tampoco está claro si la capacidad para almacenar los suministros de agua dulce
para el funcionamiento del canal es la apropiada, porque el diseño final de los embalses y
esclusas aún no se ha completado.
7. El balance de agua del canal puede estar errado. La falta de información sobre las proyecciones
de cambios en la precipitación regional a largo plazo aumentan más los riesgos de salinización
futura del Lago de Nicaragua, fuente esencial de agua potable y de pesca, así como hábitat
crítico para especies endémicas importantes y de la biodiversidad en general. El informe
proyecta que el canal requerirá un promedio de 60 m3/s para operar las esclusas (sin tener en
cuenta el control para eliminar el agua salada en las esclusas), y que esta demanda hidráulica la
suplirá el río Punta Gorda. La cuenca de Punta Gorda tiene una superficie de 8,400 Km2, con una
precipitación media anual de 3.2 m/año y evapotranspiración proporcional de 0,68 (valor
relativo - la relación de la escorrentía a la precipitación). La hidrología resultante indica una
escorrentía media anual de 90 m3/s. Dadas estas estimaciones, el Canal de Nicaragua no tiene
flujos suficientes para operar las esclusas durante años secos (por ejemplo, la sequía de cada 4
años) y este déficit sería especialmente crítico durante sequías multianuales.
Si el Río Punta Gorda no puede satisfacer las demandas hidráulicas para las esclusas, el agua del
Lago de Nicaragua sería utilizada para operarlas. Si el Gran Lago de Nicaragua fuese la única
fuente de agua para las esclusas, el nivel del lago se reduciría en 0,24 m por año (suponiendo
que el Lago de Nicaragua tuviese una superficie de 8,000 Km2). Esta reducción afectaría los flujos
del río San Juan a lo largo de la frontera con Costa Rica. Si las sequías en las cuencas de Punta
Gorda y el Gran Lago de Nicaragua coincidiesen, se produciría un descenso mucho más
dramático en los niveles de agua del Lago de Nicaragua. No está claro si el almacenamiento de
agua en el embalse propuesto (Lago Atlanta) podría satisfacer las demandas de agua para el
funcionamiento del canal. De no ser así, pudiese ser necesario regular el flujo de agua del lago
hasta el Río San Juan. Como esa es la única salida del Lago de Nicaragua, la restricción de agua
podría tener efectos profundos en la cuenca del San Juan y sobre las especies migratorias que
sostienen los altos niveles de biodiversidad del lago. Debido a la gran importancia del Río San
Juan, esta alternativa puede resultar en graves consecuencias ambientales que pueden ser
perjudiciales para la región.
8. El almacenamiento de agua para la operación de los dos juegos de esclusas se basa en la
construcción de un lago artificial grande y poco profundo (Lago Atlanta) y una serie de pequeños
embalses para controlar los flujos de agua durante los períodos húmedos, y también generar
energía hidroeléctrica de un embalse. El potencial de perturbación en la distribución de las
especies nativas y la posible introducción de especies invasoras, así como una amplia gama de
posibles problemas de salud pública (como la malaria y la esquistosomiasis) estuvieron más allá
del alcance de esta revisión limitada. Estos impactos serán especialmente importante no sólo
para la gestión del presupuesto del agua, sino también para el mantenimiento de la
biodiversidad de agua dulce del Corredor Biológico Mesoamericano rico en especies, que será
interrumpido por el canal y sus embalses asociados. La información y comparaciones con los
impactos de otros embalses tropicales en Panamá y otros lugares serían de utilidad.
9. La deforestación de muchas áreas de la gran cuenca de drenaje del Lago ya ha causado una
erosión importante y el transporte de sedimentos a lo largo de la red de los rios que desaguan al
lago y a la zona costera del Caribe. Los planes de protección de áreas críticas en estas cuencas
asociadas - dentro como fuera de la red de áreas protegidas formales - no se han desarrollado.
El financiamiento para el manejo y protección de la cuenca a largo plazo aún está por
determinarse. Aunque es bien conocido que la cubierta vegetal es esencial para minimizar la
erosión y la sedimentación de los ríos y lagos, el aumento reciente de la deforestación es
perjudicial para el suministro de agua regional y para el funcionamiento del canal propuesto. La
pérdida de los manglares costeros y los bosques ribereños también son impactos previamente
bien documentados en los trópicos, que deben evaluarse plenamente en este proyecto. En la
actualidad se carece de planes para mantener los bosques naturales, los humedales de agua
dulce y manglares que minimicen la erosión, especialmente durante las tormentas. La
protección de estos hábitats es también fundamental para mantener una comunidad biótica
diversa que sostenga los servicios de los ecosistemas, como el agua potable y la producción
pesquera.
10. Existen datos limitados sobre el uso de hábitats para forraje y desove, así como sobre la
migración estacional de las muchas especies de peces dentro de este extenso lago. La ubicación
y la re-suspensión del material sedimentario dragado podrían afectar las vías migratorias Norte-
Sur de los grandes peces que habitan el fondo, y la calidad de los hábitats críticos cercanos a la
costa y las zonas del sur del lago.
El Lago de Nicaragua y los lagos de los cráteres asociados proporcionan hábitats esenciales que
sirven como un experimento natural único en el que 13 nuevas especies (endémicas) de peces
cíclidos se derivan de la población fuente del lago de Nicaragua y han evolucionado hasta
convertirse en varios grupos nuevos. Esta población fuente también es económicamente una de
las especies de peces más importantes en Nicaragua, que probablemente será amenazada por el
dragado del canal a través del lago y las adiciones de especies invasoras no nativas. Es esencial
comprender mejor la historia de vida de los peces migratorios y endémicos y su uso de los
hábitats cercanos a la costa para evaluar los impactos futuros a la dinámica poblacional y para
proteger los recursos pesqueros existentes en el lago. El impacto sobre la pesca de los peces
migratorios grandes podría ser sustancial.
También hay datos limitados sobre la importancia de los ríos para otras especies migratorias
como los decápodos. La fragmentación de ríos, incluso con pequeñas presas, probablemente
interrumpirá la capacidad de migración de todas las especies de diádromos. El muestreo fluvial
de todos los taxones, especialmente de especies de anfibios loticos obligados sigue siendo
extremadamente restringido.
11. En general, los términos utilizados en el borrador del informe para caracterizar la abundancia de
especies debieron basarse en convenios internacionales existentes y los criterios de rareza de
especies debieron sustentarse en criterios y definiciones de la UICN. Más aún, se necesita
recoger más datos y proveer información sobre las proyecciones de viabilidad de las
poblaciones. Las observaciones a corto plazo, por sí solas, son insuficientes para estimar los
impactos a largo plazo. Aunque el número de especies de peces en el Lago de Nicaragua fue
caracterizado por un estudio sinóptico reciente, llevado a cabo por el ERM y sus subcontratistas,
no hay información adecuada sobre la abundancia relativa y absoluta de la comunidad de peces
para estimar la viabilidad de las poblaciones y su variabilidad interanual típica. Los datos
preliminares de ERM y de uno de nosotros (Axel Meyer) indican que hay al menos una nueva
especie de peces cuya distribución se limita a la cuenca del río Punta Gorda. Además, el
conocimiento de la biodiversidad y la productividad de los niveles tróficos inferiores es muy
incompleta. Aunque el fitoplancton y el zooplancton han sido aparentemente colectados, el
análisis de esos datos no estuvo disponible. También es incompleto el muestreo de
invertebrados bentónicos en el lago. El análisis de estos datos no estuvo disponible. Estos
organismos constituyen la base alimenticia para las pesquerías importantes del lago, así como
componentes críticos de los procesos de los ecosistemas que sustentan la calidad del agua. Se
presentaron algunos datos históricos de plancton, pero estos datos eran muy escasos y de mala
resolución taxonómica. No se suplió información sobre las tasas de procesos y otras relaciones
funcionales. La evidencia anecdótica sugiere que los invertebrados bentónicos (especialmente
los quironómidos) juegan un papel muy importante y probablemente dominan la producción
secundaria en el Lago de Nicaragua. Sin embargo, no se obtuvieron datos de campo para
caracterizar este grupo, ni se estimaron sus índices de productividad.
12. El canal sería una barrera física que impediría el movimiento de los animales y el flujo de genes a
lo largo del Corredor Biológico Mesoamericano. La barrera física resultaría en aislamiento de las
poblaciones que conducen a la endogamia y la disminución de la biodiversidad, y que pudiese
afectar a 22 especies amenazadas o en peligro de extinción (incluyendo especies emblemáticas
en peligro de extinción tales como tapires, monos araña, y jaguares), cuya pérdida sería
irreversible. A pesar de la importancia de este tema, no se ha considerado la viabilidad de la
población y el análisis del riesgo de extinción de especies incapaces de migrar a través del canal.
Es imperativo un análisis detallado del riesgo de extinción para las especies claves que incluyen
las especies marinas y de agua dulce, de peces e invertebrados, y así como de plantas terrestres
y especies de vida silvestre.
Estos impactos probables hasta cierto punto son enmarcados como parte de un trueque en que
la pérdida de hábitats y su biodiversidad asociada serán "compensadas" mejorando la
administración de las áreas protegidas existentes y asegurando el establecimiento de nuevas
áreas protegidas. Sin embargo, no se propone ningún mecanismo para proteger tan vasta
extensión de tierras, ni se presentan ejemplos de proyectos similares. Mientras que el canal
podría proporcionar un flujo de ingresos potenciales para financiar la protección significativa de
los bosques remanentes, hay muchas otras fuerzas que resultarán en una protección ineficaz de
las áreas forestales supervivientes (tales como una mayor accesibilidad de los seres humanos a
los bosques y ríos actualmente inaccesibles y vírgenes), y que deberían ser abordados a fin de
evitar una mayor degradación de los ecosistemas.
Se sugiere la reforestación como estrategia de mitigación en una proporción 1: 1 (por ejemplo,
1.600 hectáreas de pérdida de bosques en Brito serían compensados con 1.600 hectáreas de
reforestación). Sin embargo, se desconoce el grado en que la reforestación puede reemplazar el
bosque perdido, y los métodos utilizados dependerán de que especies y funciones ecológicas
podrán restaurarse. Por ejemplo, si el objetivo es preservar el hábitat de vida silvestre, se
desconoce si el hábitat reforestado coincidirá con el bosque original en cuanto a su idoneidad
para las especies silvestres autóctonas. Dadas las muchas incógnitas en la restauración del
bosque tropical, un curso más prudente sería establecer metas más altas para la restauración y
protección del hábitat con la expectativa de que reforestar áreas no proporcionará el mismo
nivel de calidad del hábitat y los servicios de los ecosistemas en general.
13. Hasta ahora los estudios de la biodiversidad terrestre presentados sólo proporcionan una breve
e incompleta instantánea. Sin embargo, incluso estos análisis superficiales han documentado
una variedad de especies amenazadas y bajo amenaza crítica. La expectativa de que el canal no
daría lugar a extinciones regionales o nacionales de estas especies no se basa en suficiente
muestreo o en el modelado de la necesidad de suficiente conectividad de las especies entre los
diferentes hábitats . Por ejemplo, los ranoides Craugastor ranoides se conocen actualmente de
sólo una cuenca en Costa Rica, y no se han reportado en Nicaragua durante 20-30 años. Esta
población recién descrita es potencialmente el único ejemplo existente en Nicaragua. Aunque
las encuestas iniciales fueron por necesidad geográficamente limitadas, las nuevas
investigaciones deberán extenderse más allá de los 10 kilómetros de la zona de
amortiguamiento para poder concluir que la construcción del canal no dará lugar a extinciones,
al limitar la conectividad de los hábitats esenciales o al eliminar el hábitat de poblaciones únicas.
14. La información presentada en el borrador del EISA, en cuanto a las evaluaciones de la
biodiversidad marina, no refleja adecuadamente la importancia mundial de la costa del Pacífico
de Nicaragua para las tortugas marinas, que contiene hábitats críticos para cuatro de las siete
especies: Golfina (Lepidochelys olivacea); tortuga verde (Chelonia mydas); carey (Eretmochelys
imbricata); y laúd (Dermochelys coriacea). Para la Golfina, Nicaragua cuenta con dos de las diez
playas de anidación masivas en el mundo; para el carey del Pacífico Oriental, que se encuentra
bajo amenaza critica, Nicaragua tiene 40% de toda la actividad de anidación documentada;
mientras que para el Baula del Pacifico Oriental, en estado aún más crítico, es uno de los pocos
lugares donde la especie se conserva. Además, las encuestas tomadas para la ESIA parecen
haber perdido una serie de importantes playas de anidación solitaria utilizadas por las tortugas
marinas verdes y el carey - por ejemplo, Playa Escondida, que está bastante cerca del propuesto
Puerto Brito. Con una rica zona de surgencia marina estacional en el sur, la zona costera del
Pacífico también es importante para las ballenas, los grandes peces pelágicos, y otra
biodiversidad marina.
Los temas de la gestión de ecosistemas a gran escala son fundamentales para la costa del
Pacífico, además de los pequeños impactos restringidos a sitios específicos como se presentan
en la información de referencia sobre la biodiversidad marina. Por ejemplo, el destino de La
Anciana, una pequeña área marina protegida que abarca Brito, depende de la gestión del
paisaje marino mucho mayor del que es parte, incluyendo las áreas marinas protegidas de
Chacocente y La Flor, que se encuentran al norte y al sur de Brito respectivamente. Otros temas
clave que deben ser abordados en el ESIA incluyen: la gestión de amenazas terrestres como la
sedimentación, la mejora de los conocimientos sobre las corrientes, las especies y la distribución
del hábitat, los patrones de movimiento y rutas de las tortugas, y los patrones de productividad
estacionales para mejorar la predicción de los impactos potenciales de la construcción y
operación del Canal en el ecosistema marino.
En general, se necesita un muestreo mucho más amplio durante varias temporadas para
proporcionar un análisis suficiente de viabilidad de la población y de la resiliencia de las
comunidades. Este muestreo debe coincidir con las evaluaciones más desarrolladas de los
impactos potenciales del tráfico del canal en la biota marina y los servicios de los ecosistemas
asociados.
15. Una revisión de la literatura especializada, así como los informes publicados de los estudios
ambientales relevantes, debe completarse e incorporarse en el análisis ambiental para
enmarcar el futuro histórico, actual y potencial de los cambios en la región. Ejemplos de las
numerosas fuentes de información se incluyen a continuación para ilustrar el alcance de la
revisión de la investigación necesaria para un proyecto de esta magnitud.
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Lincoln.
PANELISTAS PARTICIPANTES
Alan P. Covich
Todd A. Crowl
Ryan B. Stoa
Henry O. Briceno
Michael T. Brett
Pedro J. Alvarez
Nicholas G. Aumem
Sudeep Chandra
Stanley Heckadon-Moreno
Adam W. Henson
Michael Maunder
Axel Meyer
Paulo Olivas
Kim Williams-Guillen
William H. McDowell