restricciones a la elipsis de nÚcleos nominales · para viajar a su casa de campo los fines de...

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RESTRICCIONES A LA ELIPSIS DE NÚCLEOS NOMINALES Ana González Ledesma Ana Prados Gómez Asignatura: Temas de Sintaxis 4º de la Licenciatura Filología Hispánica Septiembre 1999

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RESTRICCIONES A LA ELIPSIS

DE NÚCLEOS NOMINALES

Ana González Ledesma

Ana Prados Gómez

Asignatura: Temas de Sintaxis

4º de la Licenciatura Filología Hispánica

Septiembre 1999

ÍNDICE

I Introducción

II Restricciones a la elipsis nominal con modificadores adjetivos

III Restricciones en la elipsis parcial de los SSNN con Sp introducidos

por artículo

IV Conclusión final

V Bibliografía

2

I-INTRODUCCIÓN

El propósito de este trabajo es lograr dar una explicación a ciertos contrastes de

gramaticalidad que nos proporcionan los SSNN con núcleos elididos. Datos como los de

(1) y (2) inducen a pensar que sobre estos sintagmas operan restricciones que regulan la

aparición de modificadores con ese tipo de núcleo:

1 a) el verde

b) * el ∅ precioso

c) * el ∅ feliz

2 a) el ∅ de ruedas

b) * el ∅ con ruedas

Para aproximarnos con éxito al cumplimiento de nuestra tarea, habremos de

recurrir al marco teórico de la GGT, ya que con su modelo de Rección y Ligamiento ha

conseguido elaborar una teoría que no sólo justifica la existencia de categorías vacías

sino que, además, describe las restricciones estructurales y léxicas1 a las que están

sujetas; pues qué duda cabe de que una crítica que puede recibir la elipsis es su peligrosa

tendencia a convertirse en un recurso sin límites, que puede llegar a falsear el

conocimiento de la gramática.

Tal y como acabamos de señalar, la inserción de categorías vacías está regulada

por principios estructurales y semánticos. Según aquellos, una categoría elíptica solo

podrá llenar posiciones sintácticas obligatorias. Este requisito es consecuencia de la

teoría X’ y de la teoría temática. De tal forma que, según Hernanz y Brucart2, de no

postular un verbo elidido, no podrían explicarse oraciones como Juan vino ayer y

María hoy sin “conculcarse los principios básicos de la sintaxis”, puesto que no puede

haber oraciones que se realicen:

O→SN SADV

Por otra parte, los principios semánticos imponen una serie de condiciones de

recuperabilidad que hacen posible la interpretación de la CV. Para ello es necesario un

antecedente que sea capaz de llenar la referencia léxica de esta.

1Para una exposición más completa de los argumentos en favor de la teoría de las CCVV, cfr. Hernanz y Brucart: La sintaxis. 1. Principios teóricos. La oración simple. Barcelona: Crítica, 1987. Págs. 107 a 117.2Cfr. nota anterior.

3

• La elipsis gramatical

Dado que la bibliografía sobre la elipsis es amplia y trata diversos asuntos,

comenzaremos por ceñir el concepto de elipsis al de tipo gramatical, que a diferencia de

la elipsis discursiva, se caracteriza por estar circunscrito al ámbito de la oración y por

insertar categorías vacías en estructuras de carácter verbal o nominal. Dentro de la

elipsis gramatical, nos interesa especialmente el fenómeno de la elisión de núcleos o

elipsis parcial; razón por la que a continuación dediquemos los que queda de apartado a

señalar someramente algunas de sus características.

• La elipsis parcial

Si acuñamos la terminología anglosajona, llamaremos resto al “único

representante fonético de todo el sintagma”, hueco a la categoría elíptica y antecedente a

aquella unidad que fija el valor de la entidad elidida. Hemos de insistir en que el resto

debe cumplir los requisitos de recuperabilidad observados.

Otra de las características fundamentales de la elipsis parcial, según Brucart, es la

necesidad de que exista un paralelismo sintáctico estricto. Esto significa que los dos

tienen que contener los mismos especificadores, complementos y adjuntos del núcleo.

Por el contrario, se observará que las unidades del resto y las de la oración que contiene

al antecedente adoptan valores distintos.

2) Quiere un vestido de lunares verde y yo uno ∅ azul, donde ∅= vestido de

lunares y azul, la información que contrasta.

Sin embargo, el paralelismo no tiene por qué ser siempre de carácter sintáctico,

sino que en ocasiones puede residir en el contexto extralingüístico. Imaginemos, por

ejemplo, que entramos en una heladería y que, después de decidir el sabor que queremos,

le decimos al dependiente:

(3) “Uno Ø de fresa y chocolate, por favor”

4

En esta oración, tanto el antecedente como el resto de los sabores con los que

contrasta el de nuestro helado se encuentran en el contexto; por tanto, hay paralelismo

pero no de tipo sintáctico.

Como nuestro paradigma se reduce a casos de elipsis nominal parcial, es decir, la

que afecta únicamente a los núcleos de los SSNN, detengamos ahora nuestra atención

sobre ella e indiquemos sus características más importantes, para así completar,

finalmente, el encuadre teórico en el que se inserta el tema que vamos a tratar.

• La elipsis nominal

Dentro de la elipsis parcial nos centraremos en una de las dos clases en las que se

divide: la que trata la elisión de núcleos en el SN, dejando a un lado la de los argumentos

del verbo por no ser materia de nuestro campo de estudio.

La elipsis nominal tiene fundamentalmente tres rasgos que la caracterizan:

1.- El antecedente puede estar tanto en el contexto lingüístico como en el

extralingüístico.

2.-Antecedente y categoría elíptica guardan una relación de identidad de

sentido.

3.- El especificador tiene que estar siempre fonéticamente realizado;

distinguiéndose así de los complementos del nombre, cuya presencia

siempre es accesoria excepto cuando el SN va encabezado por un

artículo. En estos casos, el CN no sólo es imprescindible sino que,

además, tiene que estar introducido por la preposición de. Según Brucart,

la obligatoriedad del especificador no solo se debe a que es el encargado

de recuperar los rasgos flexivos del antecedente, sino que también a que

cumple la función de “liberar al núcleo nominal de los requisitos de

rección y caso”3.

3Brucart, J. M.

5

• Datos agramaticales en la elipsis nominal

En su artículo a la NGDE sobre la elipsis, Brucart presenta a la elipsis nominal como

un fenómeno de gran amplitud y libertad a la hora de aceptar como modificadores

cualquier tipo de categoría, justificando su afirmación con estos ejemplos:

(4) Mi cuñado utiliza el coche antiguo par ir al trabajo y el Ø nuevo

para viajar a su casa de campo los fines de semana.

(5) El hijo de Luis y el Ø de Antonio se han hecho amigos íntimos.

(6) La casa que visitaste y la Ø que hemos visitado hoy pertenecen al mismo dueño.

En los ejemplos 4), 5) y 6), la CV está modificada por una adjetivo, un

complemento del nombre y una oración de relativo respectivamente. Sin embargo, no es

del todo cierto que ciertas estructuras elípticas admitan cualquier tipo de modificador.

Ya Hernanz y Brucart registran datos como los de * el tren a Sevilla y el Ø4 a

Barcelona han salido con retraso, o *el precioso que nos presentan dos interesantes

casos de agramaticalidad cuyo estudio puede contribuir a delimitar aún más el marco de

actúación de las CCVV.

• Pronombres y determinantes

Pero antes de adentrarnos en el intento de posibles explicaciones, nuevamente

quisiéramos señalar que nos hemos atenido a la T de la elipsis y al tratamiento unitario

que en ella se hace de partículas como este, ese aquel, uno, etc., que en la tradición

gramatical se han venido analizando como dos series distintas: una de pronombres y otra

de adjetivos determinativos, pero que en el modelo de RL se conciben como formas

lingüísticas cuya función siempre es la de especificar: bien a un núcleo nominal

fonéticamente realizado, bien a una CV.5

4 Emplearemos Ø y PRO indistintamente.5 Para un panorama completo de la polémica Brucart y Bosque (1989)).

6

II. RESTRICCIONES A LA ELIPSIS NOMINAL CON MODIFICADORES

ADJETIVOS

A la vista de datos como:

7a) El ∅ verde

b) * El ∅ precioso

c) *El ∅ feliz

nos proponemos encontrar una explicación a este contraste que, primero, permita

predecir qué adjetivos podrán concurrir en SSNN con núcleo elíptico, y segundo, que

nos permita explicar la razón por la que, en cambio, otros están incapacitados. Para ello

ha sido necesario caracterizar a los distintos adjetivos en torno a un rasgo que agrupe a

precioso y feliz frente a verde.

De acuerdo con este objetivo, el primer planteamiento fue comprobar cómo

funcionan en contextos de elipsis nominal los distintos grupos de adjetivos clasificados

por Demonte 6 según “las relaciones que contraen con los nombres”. Pero el criterio de

esta clasificación resultó no ser pertinente para nuestros fines, porque ninguno de los

tipos establecidos mantenía un comportamiento gramatical uniforme con relación a

nuestro objeto de estudio.

Aparentemente, tanto los adjetivos calificativos, como los relacionales y los

adverbiales admitían funcionar como resto en un SN con núcleo elidido, si bien algunos

con mayor facilidad que otros.

Por ejemplo, los calificativos pueden identificar una referencia sin necesidad de

que el discurso proporcione una gama de posibilidades de entre las cuales nombrar una,

véase:

8a) Quiero el ∅ verde

8b) ? Parto desde el ∅ marítimo

8c) ? vivo en la ∅ lejana

6Demonte: “El adjetivo: clases y usos. La posición del adjetivo en el sintagma nominal”, en Bosque y Demonte: Nueva gramática descriptiva de la lengua española, Madrid. 1998.

7

y compárese con la elisión de núcleos de los ejemplos que se muestran a continuación,

donde los antecedentes se recuperan con mayor facilidad gracias a que existe una serie

de opciones que el discurso previo ha fijado:

9a) ¿Cuál prefieres, el libro verde o el ∅ azul?

9b) ¿De qué puerto sales, del ∅ marítimo o del ∅ deportivo?

9c) Los paseos regulares y los ∅ esporádicos7 me relajan igual

No obstante, esta aceptación de la elipsis por parte de todas las clases de

adjetivos vistas, se ve desmentida por los datos de (1) que pertenecen al grupo de los

calificativos, siendo sin embargo este, el grupo que menos resistencia mostraba a la

elisión del nombre.

Por lo tanto, regresamos al inicio de nuestra andadura, en busca de una nueva

clasificación que se rija por criterios diferentes y que permita agrupar a adjetivos como

feliz y precioso según las características que los hagan peculiares.

Estos adjetivos se integran respectivamente, en las subclases de los calificativos

“propensión o capacidad humana” y “valoración”.8 Pero parece que lo que esta segunda

sistematización debe establecer, es una diferencia entre los adjetivos capaces de

identificar una referencia concreta de la realidad, como verde, y aquellos privados de esta

capacidad identificativa. No en vano, es en esta idea donde reside la condición de

recuperabilidad idónea que impone la elipsis al resto.

En efecto, parece que lo que diferencia a verde de precioso es el grado de

implicación del hablante respecto a la realidad referida. Porque mientras que el primero

describe de forma objetiva, el segundo no caracteriza a un nombre con sus cualidades,

sino que revela la opinión subjetiva del que habla.

De la misma manera, feliz tampoco es un adjetivo que pueda describir un nombre

con tal explicitud que se haga evidente y de manera inequívoca su referente real. Se trata

de un tipo de adjetivo que describe capacidades humanas y predisposiciones

psicológicas. Esto es, conceptos abstractos que, o bien no son perceptibles, o bien no

7 Aunque creemos que, en este contexto de elipsis nominal, este adjetivo ha pasado a ser restrictivo. Y, apesar de que no forma parte de nuestro campo de estudio, tenemos que decir que a lo largo de estetrabajo se dan argumentos suficientes que avalan esta afirmación.8Cfr. nota anterior.

8

siempre peculiarizan objetivamente a las realidades a las que se aplican. Feliz no es una

categoría esencial e imperecedera que describa ningún referente.

Por ello parece que el rasgo pertinente para el adjetivo al generar enunciados de

elipsis nominal aceptables gramaticalmente va a ser el de Afectividad. 9 Este rasgo [±T]

permite diferenciar entre adjetivos valorizadores o afectivos, que “definen su referencia

por un acto individual de enunciación”10 y adjetivos neutros, que definen una cualidad

caracterizada objetivamente.

Estos adjetivos afectivos se caracterizan por una serie de circunstancias que les

restan objetividad y capacidad referencial para actuar como restos. No son descriptivos

ni pueden indicar pertenencia a un grupo, pues atribuyen cualidades que parten de la

subjetividad del hablante, es decir, de un punto de vista personal, no compartido

universalmente y, por tanto, sujeto a variación. Por esta causa carecen de una carga

informativa que pueda hacer evidente una realidad a la que nos referimos con una

categoría vacía y por esta misma razón están incapacitados para actuar como resto de

una estructura de elipsis nominal.

Sin embargo, lo deseable sería que esta clasificación según “el grado de

implicación del hablante” - que es como la llamaremos, y que está fundamentada en la

eventualidad de la presencia o ausencia del rasgo afectividad - reuniera bajo un mismo

epígrafe a adjetivos como feliz (de predisposición humana) y precioso (valorativo

elativo), que en la sistematización de Demonte11 pertenecen a subclases distintas de

calificativos. Pero esto no es más que un contratiempo aparente porque, como señala la

autora, el conjunto de los adjetivos de valoración “no es una clase más entre los adjetivos

calificativos, sino más bien una hiper-clase que cruza a todas las anteriores.” Así,

encontramos adjetivos valorativos en los calificativos llamados “de velocidad”:

10a)¿Qué niño perdió la carrera? -*El ∅ lerdo, donde el ‘lerdo’ no puede

identificar a Juan, Pedro o Luis si no se les asignó una calificación a cada uno en el

contexto previo.

También los hay en los de “propiedad física”:

9Propuesto por Milner, pero analizado en Demonte: “El falso problema de la posición del adjetivo: dos análisis semánticos”, en BRAE, LXII, 453-485, 1982.10Cfr. supra, pág. 465.11Cfr. nota 2.

9

10b)¿Qué bebida te traigo? - *La ∅ gélida

10c) ¿Qué guiso te gustó? - *El ∅ sabroso.

A estas razones puede añadirse que “los adjetivos de la clase de propiedades humanas se

dividen en valorativos y no valorativos”.12

Por tanto, podemos establecer una nueva clasificación del adjetivo que tenga en

cuenta el grado de implicación del hablante y que distinga dos tipos de adjetivos según

posean o no el rasgo [±T] (afectivo). Si este rasgo está presente en un adjetivo, el

hablante sabrá que no es lo suficientemente restrictivo como para poder satisfacer las

condiciones de recuperabilidad del hueco y que, por tanto, no podrá proyectarlo como

modificador de un núcleo elíptico. Si por el contrario el rasgo es negativo, el adjetivo

tiene vía libre en situaciones de elipsis nominal.

Una vez establecido el principio fundamental del funcionamiento del adjetivo,

analizaremos algunos ejemplos susceptibles de restarle solvencia a nuestro argumento.

Nos referimos a contrastes como:

11) Me quedo con el ∅ { a) *precioso / b) ? bueno } aunque sea más caro,

donde dos adjetivos valorativos parecen recibir un grado de gramaticalidad distinta. La

causa parece residir en que hay adjetivos que, aunque tengan vetado por la gramática su

funcionamiento en ciertos contextos sintácticos, pueden ser legitimados por el contexto

situacional.

Pero esto solo sucederá siempre y cuando los hablantes compartan la misma

información, es decir, cuando conozcan el contenido del resto, bien porque lo hayan

acordado previamente, bien porque compartan una misma norma acerca de lo que es

bueno y de lo que es malo. Por ello, aunque bueno no sea el adjetivo más idóneo, el

enunciado puede juzgarse aceptable.

Es posible que el rasgo afectividad esté relacionado con una escala de la

intensidad con la que el hablante expresa su implicación. Si esta hipótesis fuera cierta, se

podría establecer una relación inversamente proporcional entre la gramaticalidad o

12Cfr. pág. 66.

10

aceptación de un enunciado con elipsis nominal y la intensidad o énfasis añadido al rasgo

en cuestión, de manera cuanto más alto fuera el grado de un adjetivo, mayor sería su

carga subjetiva y menor su aceptabilidad. Ello se debe al carácter puramente subjetivo de

la expresividad o del énfasis, que añadidos a un adjetivo que ya lleva implícita una carga

de subjetividad, pueden mermar aún más su capacidad restrictiva.

De ello se deduciría que los elativos como:

12a)**el ∅ { maravilloso, precioso, genial} funcionan peor que los valorativos

en grado positivo como:

12b) *el ∅ {bueno, bonito, rico, idiota} , si bien estos tampoco son aceptados

como gramaticales.13

Una última prueba de que los adjetivos valorativos proporcionan una información

que no es apta para identificar el antecedente, la aportan ejemplos como:

13a) El ∅ idiota ese

13b) El ∅ tonto de Juan.

En estos datos, los adjetivos valorativos necesitan estar modificados porque solo de esta

manera, bien a través del deíctico o bien mediante un complemento del nombre con de,

proporcionan la información necesaria acerca del antecedente.

Una vez descubierta la causa de la agramaticalidad de el ∅ feliz y de el ∅ precioso

y una vez que hemos llegado a una explicación de carácter semántico, nos gustaría

averiguar si esto tiene consecuencias estructurales.

Sería interesante comprobar si el rasgo [±T] estudiado repercute en la proyección

de las estructuras con núcleo nominal elidido. Comprobaremos si cabe reflejar

estructuralmente la merma de gramaticalidad que supone la presencia del rasgo [±T] en

el calificativo que modifica al núcleo nominal elidido.

13De hecho, históricamente, podemos relacionar los conceptos de énfasis y subjetividad constatando que los superlativos absolutos con muy sufrieron un desgaste semántico que condujo a la elección de un nuevo mecanismo --el sufijo -ísimo-- que renovara la expresividad perdida.

11

Para ello podríamos postular una categoría funcional [T] que representara al

contenido de afectividad y en cuyo especificador --generado a la derecha para respetar el

orden pospuesto del adjetivo-- se situara este. Este recurso se enmarca dentro del

espíritu de la hipótesis según la cual, el SA proyecta SSFF a cuyos núcleos asciende el

nombre para identificar sus rasgos de género y número con los del adjetivo.

Sin embargo, esta es una solución errónea pues la categoría funcional en cuestión

no tiene la misma entidad que los SSFF de género y número: mientras estos son

aportados por el nombre en su ascenso a posiciones cercanas al determinante, el rasgo

afectividad lo introduciría el adjetivo, de manera que queda violada la coherencia del

sistema construido.

El motivo que alentaba tal idea era conseguir una estructura que situara al

adjetivo valorativo más alejado del núcleo, tal vez en posiciones adjuntas, frente a la

relación de hermandad que uniría al calificativo [-T] y a su nombre, con la idea de

enunciar un principio restrictivo según el cual solo los modificadores que mantuvieran

una relación de hermandad con el nombre estuvieran capacitados para identificar la

referencia. De tal forma que un adjetivo [+T] tuviera que estar siempre en una posición

elevada.

Sin embargo, un análisis más agudo nos hará ver que no es necesario modificar la

distribución de las clases de adjetivos en la estructura para que la restricción enunciada

antes se cumpla.

La posición asignada a los calificativos pospuestos al sustantivo, según la

representación arbórea tomada anteriormente,14 es la del complemento o hermano del

núcleo, y ese ha de ser el lugar que ocupe todo calificativo independientemente de su

componente de afectividad. Podríamos suponer que cuando este último exista, la

agramaticalidad del enunciado con núcleo elidido derivará del incumplimiento de los

requisitos de recuperabilidad del antecedente, conforme a los cuales, como señala

Brucart, el resto siempre tendrá que contener información pertinente. Si el modificador

es un adjetivo valorativo, no podrá restringir la referencia del antecedente porque el tipo

14Tal vez propuesta por Cinque y ampliada por una segunda hipótesis que modificaba la posición de los adjetivos relacionales.

12

de información que aporta tal adjetivo no es descriptiva. El núcleo es en ese caso

irrecuperable.

Como consecuencia de esto, parece que la agramaticalidad de *el ∅ precioso

deriva de cuestiones estructurales que repercuten en la aplicación de las reglas de

interpretación semántica. La relación de hermandad que un adjetivo valorativo mantiene

con el núcleo elidido impide la interpretación semántica de la categoría elíptica, ya que su

recuperación es imposible.

Con las razones aducidas, esto es, afectividad que induce al incumplimiento de las

condiciones de recuperabilidad damos por explicadas las restricciones que encuentra el

adjetivo en su coaparición con núcleos nominales elípticos.

3. RESTRICCIONES EN LA ELIPSIS PARCIAL DE LOS SSNN CON SP

INTRODUCIDOS POR ARTÍCULO

Si en el apartado anterior se puso de manifiesto la importancia del principio de

recuperabilidad para que la interpretación semántica del sintagma elíptico fuera posible,

en este que comienza, de nuevo vamos a valorar la relevancia que tiene este principio a la

hora de generar sintagmas nominales de naturaleza elíptica.

De la constatación de ciertos datos agramaticales de elipsis nominal, se deduce

que algunos SSDD/SSNN15 presentan restricciones a la hora de realizar esta operación:

Contexto nº1

A: Tengo un jersey de lunares y otro PRO de rayas

Tengo un jersey con lunares y otro PRO con rayas

15 Aunque en este estudio se da por supuesto que el determinante es el núcleo de una categoría funcionalque se proyecta por encima del SN, utilizaremos las dos denominaciones indistintamente.

13

B: 14) Pues dame el PRO de rayas, que odio los lunares.

15) *Pues dame el PRO con rayas, que odio el de lunares.

16) Pues dame {este, ese, aquel} PRO con rayas

Contexto nº2

A: Hay pizzas de jamón y de PRO champiñones

B: 17) Dame {una, alguna, otra, cualquiera, tres... } PRO con

champiñones

Por lo que podemos observar, los SSNN encabezados por un artículo, 14) y 15),

no admiten un SP como complemento del nombre si no va introducido por la

preposición de. En cambio, cuando sustituimos el artículo por cualquier otro

especificador, la CV sí que admite otras preposiciones. Véanse 16), 17) y el siguiente

ejemplo:

(18) Un(o)16 (sabio) ante las puertas del conocimiento.

(19)El *(sabio) ante las puertas del conocimiento.

Con el objetivo de darle a estos casos de agramaticalidad una explicación que sea

compatible con la teoría de la elipsis y de las CCVV, podemos empezar a discurrir

planteándonos la siguiente pregunta:

• Categorías vacías y núcleos léxicos

¿Por qué El vestido con lunares es gramatical y *el PRO con lunares no? Es

decir, ¿qué es aquello que posee el núcleo fonéticamente realizado y que, a su vez, le

falta a la CV? La diferencia más elemental que distingue a una CV de un núcleo léxico es

la capacidad que tiene este último para referir. A ello se le suma el hecho de que los

nombres en general pueden designar a su referente con independencia de que la

descripción que los modifique sea o no la más apropiada para hacerlo. Pero, en cambio,

cuando se trata de un SN con CV, las partículas que constituyen el resto adquieren

mayor protagonismo y se convierten en las encargadas de cumplir una función

identificadora que antes el núcleo léxico desarrollaba por sí mismo; originando, de este

modo, que la descripción de la que anteriormente se hablaba ya no pueda ser más o

menos vaga, ni más o menos concisa, sino que siempre ha de ser pertinente. Esto

significa que los modificadores siempre tendrán que contener información lo16 Como Brucart indica, el cambio de una forma a otra se explica a través de una sencilla regla fónética de apócope.

14

suficientemente descriptiva como para recuperar la referencia. Por tanto, ante la

agramaticalidad de una formación como *El con ruedas, cabe preguntarse qué parte del

resto no está siendo todo lo eficaz que debiera en esta clase de construcciones: si el

artículo o el SP.

• Las carencias del artículo

18) *El Ø con lunares.

19) {Este, ese, aquel } Ø con lunares.

Los ejemplos anteriores hacen que nos cuestionemos la aptitud del artículo para

funcionar como especificadores de CCVV; ahora bien, cuáles serán las causas de su

deficiencia.

En principio, el artículo muestra dos peculiaridades que lo separan del resto de

los determinantes de 19). La primera es su carácter átono frente a la tonicidad de los

demás; la segunda, la ausencia del rasgo [+deíc]17, en oposición al conjunto de los

actualizadores de la referencia, que sí lo poseen18.

Este primer rasgo, es decir, el carácter clítico del artículo es el responsable de que

este no pueda por sí mismo ser el único representante del núcleo elidido, y de que, por

tanto, necesite un CN en el que apoyarse prosódicamente:

Contexto nº4: ¿Qué te has comprado?

20a) Uno (coche de juguete)

20b)Tres (coches de juguete)

20c) Varios ( coches de juguete)

17 El artículo es [+def] y sólo en algunos contextos se activaría el rasgo [+deic]. Sería el caso del artículode la frase “Cuidado con el escalón, abuela” enunciada sobre todo en un contexto que propiciara estalectura.18Una prueba más de la importancia que tienen los rasgos que acabamos de señalar en lasconstrucciones nominales con núcleo elidido la constituye la incapacidad del posesivo para presidir estetipo de estructuras; incluso ni siquiera en aquellas que llevan un CN introducido por la preposición de:Mi *( cuadro) de Dalí.El determinante posesivo mi, aparte de que es átono, desde un punto de vista semántico, recupera elnúmero del antecedente pero no el género. Esta es la causa por la que, si queremos hacer elipsis,tengamos, primero, que utilizar la variante tónica del posesivo, y segundo, recuperar el género pormedio del artículo: el Ø mío de Dalí. Otra prueba que justificaría la decisión de fijarnos en los rasgosdiferenciadores del artículo como posible causante de los casos de agramaticalidad sería la del artículodel inglés; el cual, al no poseer rasgos flexivos, no puede funcionar en las estructuras que estamosanalizando.: The blue *(one).

15

20d) Ese (coche de juguete)

20e) El *(coche de juguete)

No obstante, la falta de entidad fonética del artículo no justifica el hecho de que

siempre tenga que ir acompañado de un CN con de.

Por otro lado, como señalábamos antes, el artículo también se singulariza por la

ausencia de deixis en su matriz de rasgos. En efecto, los determinantes demostrativos

tienen incorporada una información deíctica que, junto con la del género y el número, les

permite por sí solos recuperar el antecedente sin necesidad de recurrir a un CN. Esta

condición de designadores rígidos es la que ha favorecido que estas formas lingüísticas

fueran analizadas por la tradición gramatical como pronombres en aquellos contextos

lingüísticos en los que funcionaban solos (20). Pero el hecho de que sean autosuficientes

para constituir el resto, está más relacionado con su naturaleza tónica y con la

información que contienen que con un supuesto comportamiento pronominal.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, parecería que, no solo desde un punto de

vista fonético, sino que también desde un punto de vista léxico - semántico, el artículo

tampoco estaría capacitado para ser el único representante del resto: también en este

sentido necesita apoyarse en un CN que sea capaz de compensar las deficiencias que

presenta el artículo para recuperar él solo la referencia.

Así pues, si bien este segundo rasgo no nos ha explicado la incompatibilidad que

existe entre artículos y SSPP sin de, sí que nos ha llevado a sospechar que los SSPP

también desempeñan un papel esencial en estas construcciones, y que quizá sea del tipo

de SP del que dependa la agramaticalidad de estas estructuras, de tal forma que sólo

determinadas clases de SSPP estén capacitadas para participar en ellas. Por lo que,

avancemos un poco más en la explicación y centrémonos ahora en los CCNN.

• El SP ¿culpable o inocente?

Sería un buen comienzo preguntarse por el rasgo que separa a la preposición de

del resto de sus compañeras para que las estructuras con artículo únicamente puedan

funcionar con ellas.

Si presentamos el siguiente paradigma:

16

¿Qué vestido te gusta más?

21) Ese de lunares/El de lunares

22) Ese con lunares/ *El con lunares

y realizamos un acercamiento rápido a los datos, podríamos pensar que en 11) y en 12)

existen las mismas relaciones, tanto estructurales como léxico-semánticas, entre la CV y

su complemento. Y, sin embargo, nada más alejado de la verdad: la estructura profunda

de estas dos construcciones es muy distinta en uno y otro caso. Quizás el siguiente

ejemplo nos pueda ayudar a captar de una forma intuitiva la diferencia de significado y en

consecuencia las diferencias estructurales que en realidad había entre la CV y el SP de

los ejemplos anteriores:

23) Quiero un ramo de margaritas

24) Quiero un ramo con margaritas

En 23) el ramo está compuesto, si no exclusiva, sí fundamentalmente de margaritas, en

24) no necesariamente tiene por qué ser solo de margaritas. Luego vemos que, la

aportación semántica al núcleo por parte del SP es de muy distinta naturaleza en 13) que

en 14). Sin utilizar todavía ningún tecnicismo, parecería que en 13) es más esencial,

mientras que en 14) la información es más accesoria.

A propósito de lo que acabamos de mencionar, Escandell (1995) confirma estas

primeras impresiones señalando que no todos los SSPP le aportan siempre el mismo tipo

de información al núcleo, ni todos mantienen con él el mismo grado de dependencia, ni

todos ocupan la misma posición estructural con respecto a él.

Entonces, de acuerdo con esto, el criterio que separaría a de del resto de las

preposiciones podría ser de orden semántico con repercusiones en el nivel estructural. Es

decir, que la preposición de le aportase al núcleo un tipo de información distinta a la

aportada por el resto, y además ocupara una posición estructural diferente a la de las

demás preposiciones.

Para confirmar esta hipótesis primero tenemos que establecer qué CCNN se

expresan con de y cuáles se expresan con las demás preposiciones; y, segundo,

considerar si tiene sentido realizar esta dicotomía:

17

• CCNN expresados por una preposición que no es de

Los CCNN introducidos por una preposición que no sea de generalmente son

adjuntos. Estos complementos suelen expresar una circunstancia del nombre: La llegada

del rey en la mañana de hoy - *La en la mañana de hoy, de ahí que mantengan con

ellos una relación estructural más laxa y se sitúen en las zonas más altas de la estructura

del SN, junto con los adverbios (25), el complemento agente (26), y los argumentos que

reciben un papel temático de rango inferior en la jerarquía (27):

25) La llegada ayer de los primeros refugiados albano-kosovares

26) El retrato del asesino por María

27) El regalo de Juan a Ana.

• La preposición de

La preposición de, por el contrario, es la que media entre un nombre y un CN

que sea posesivizable19, entre un nombre y su aposición (28), entre un nombre y su

complemento de materia (29), entre los grupos nominales de clase (30), entre un nombre

y su modificador circunstancial (31), entre las estructuras pseudopartitivas (32) y entre

las que expresan relaciones atributivas (33):

28) La ciudad de Madrid

29) Las uñas de porcelana

30) El coche de bomberos

31) El niño de la esquina

32) Una docena de churros

33) La lista de mi prima

Como podemos observar, esta es la preposición del SN por excelencia, la preferida por

los núcleos a la hora de proyectar sus complementos. Ahora bien, ¿es lícito agrupar a

todos los CCNN + DE, sean del tipo que sean, frente a los demás SSPP? Además, ¿no es

cierto que un modificador circunstancial ( El autobús de las 14:30) se parece mucho a

un SSPP adjunto en tanto que le aporta al núcleo información de la misma naturaleza?

¿Por qué razón entonces no van a ocupar la misma posición de la estructura del SN?

19 Y aquí se incluyen los argumentos de un nombre de estructura argumental heredada, con estructuraargumental inherente, y el argumento de la preposición de cuando expresa posesión alienable: a.- Lareconstrucción del museo, b.- La foto del violador, c.- La voz de Ana.

18

En lo que respecta a los diferentes CCNN introducidos por de, Escandell

distingue entre una preposición de vacía, meramente funcional, y una preposición de

llena, la cual constituiría con el SN que le siguiera una auténtico SP. Los SSNN con

preposiciones vacías son posesivizables; los de las llenas, no:

34) El cuadro de María Su cuadro

35) La niña de las gafas *Su niña

En cuanto a la posición estructural que llenarían los CCNN introducidos por de, sólo se

puede afirmar con seguridad que los que son argumentos del nombre se proyectan bajo

el nudo N´ siguiendo el mismo orden que ocupan los argumentos del verbo en la

estructura que este proyecta. En cambio, todavía no hay un acuerdo generalizado en

cuanto a la posición que deberían ocupar los demás complementos que no son

posesivizables. Una posibilidad es que, como más arriba nos preguntábamos, un CCNN

circunstancial, por ejemplo, también ocupe la posición de adjunto a X’’; con lo que El

niño de la esquina y El vestido con lunares tendrían la misma estructura profunda,

derrumbándose así la hipótesis de que los CCNN introducidos por de son distintos a los

introducidos por otras preposiciones.

Pero, sin embargo, el hecho de que las dos preposiciones de estos CCNN que

acabamos de señalar, (de lunares y con lunares), sean plenos no nos parece un

argumento con suficiente peso como para pensar que estos sintagmas con de ocupen la

misma posición que la de los adjuntos, puesto que a diferencia dela preposición con, la

preposición de no tiene un valor prefijado en su matriz de rasgos, sino que la relación

que establece con el nombre al que modifica la determina el conocimiento del mundo que

hablante e interlocutor comparten. En Demonte (1994), se indica cómo las preposiciones

llenas proyectan también una estructura temática con la que marcan a los argumentos

que la siguen. Nada de esto ocurre en El niño de la esquina ni en Las uñas de porcelana

ni en La ciudad de Madrid, etc. y aunque su SP no sea posesivizable, se acerca más a los

sintagmas en los que la preposición de es una simple marca de función que a aquellos

que funcionan como adjuntos a N’’.

Así pues, en el caso de que estas consideraciones fueran acertadas, los SSPP +

de no posesivizables también ocuparían, junto a los que sí lo son, una posición interna en

la estructura del SN. Nos reafirmamos, en consecuencia, en la hipótesis que defiende que

19

la diferencia entre un SP + DE y un SP + que no sea de, se halla en su diferente

comportamiento sintáctico. Según esto, los dos grupos se generarían en lugares de la

estructura profunda distintos. Los primeros, es decir, los SSPP con de, se proyectarían

por debajo del nudo N´20; los segundos, es decir, los SSPP sin de, por encima de N’. De

tal forma que un complemento expresado con de entabla con su núcleo una relación más

estrecha que otro expresado con cualquier otra preposición.:

35) [sd[d este[ sn [nPRO [sn de margaritas]]]

36) [sd[d este [sn[nPRO] [sp con margaritas]]]]

En 35) el SP modifica directamente a la categoría, participa de una forma

activa ayudando a recuperar la referencia; mientras que el SP de 36) se suma

indirectamente a una CV que ya está recuperada por los rasgos semánticos y prosódicos

del demostrativo.

Volviendo, de nuevo, al problema que era objeto de nuestro estudio:

37) El PRO de margaritas

38) *El PRO con margaritas

ya estamos en disposición de presentar una posible explicación a este caso de

agramaticalidad:

Si hemos demostrado que el artículo no puede, ni desde un punto de vista

fonético ni desde un punto de vista semántico, ser el único legitimador de un sintagma

con núcleo elidido *[sd[d el [sn PRO][sp con margaritas]]], entonces, la completa

recuperabilidad del antecedente solo se asegurará imponiendo, como condición

restrictiva, la selección de un CN que mantenga con su núcleo una relación si no de

hermandad sí filial; y en español este tipo de relaciones sólo se expresan por medio de la

preposición de.

20 Se nos podría argüir que el hecho de que un CN + de no posesibizable no se encuentre adjunto a N’’no quiere decir, necesariamente, que se proyecte bajo N’, ya que perfectamente podría estar adjunto aN’. Sin embargo, como después explicaremos, todo complemento del nombre, por el simple hecho deexpresarse a través de la preposición de ya está entablando con el núcleo unas relaciones semánticas yestructurales tan estrechas que jamás podrían considerarse de naturaleza adjunta. Digamos que elconcepto de adjunción es incompatible con la preposición de y con su capacidad para unir dos nombres.

20

Por tanto, la restricción a las CV generadas en SSDD con artículo se formularía

en estos términos:

• Sólo se podrá elidir el núcleo léxico de un SD donde el

determinante es un artículo si y sólo si se genera siempre un CN

bajo el nudo N´.

Por último, un breve comentario sobre los sintagmas con CCVV que tienen

como especificadores sintagmas nominales indefinidos:

38) Hay pizza con jamón y con champiñones

Yo quiero una, tres, varias... PRO con jamón

Estos SSDD/SSQQ también admiten toda clase de complementos, ya que al no tener que

identificar la referencia sino que solamente presentarla, únicamente necesitan el rasgo

[+tónico] para funcionar por sí mismos como resto de un SN elíptico.

IV. CONCLUSIÓN FINAL

Según Brucart, “ la condición de recuperabilidad ha de cumplirse dentro de la

proyección máxima cuyo núcleo aparece realizado por una CV”. No obstante, no todos

los modificadores están igualmente capacitados para satisfacer esta condición, y la

gramática marca este hecho con restricciones que se pueden manifestar en sus distintos

niveles. En el caso de las construcciones art+ CV+ SSPP, la CV se asegura de la

recuperación de su antecedente exigiendo un CN introducido por la preposición de.

Mientras que en el caso de los adjetivos, donde la relación de hermandad con el

nombre viene determinada desde la EP, han de cumplirse unos requisitos de tipo

semántico que permitan una recuperación óptima del antecedente. Estos imponen la

ausencia del rasgo afectividad, pues merma la capacidad restrictiva del adjetivo.

Pero todavía se podría añadir un aparente contraejemplo que pusiera en serios

apuros la hipótesis hasta aquí expuesta. Véanse los siguientes ejemplos:

39) *Este precioso

40) Este con ruedas

21

Supuestamente, 40) tendría que ser agramatical, porque al igual que 39) está aportando

una información con la no se puede recuperar la referencia, y prueba de ello es que no se

puede decir *el con ruedas, ya que con estos datos nuestro interlocutor es incapaz de

interpretar semánticamente el mensaje. Pero fijémonos en que el criterio que, en realidad,

limita la acción de las CCVV no gira tanto en torno al tipo de información que añaden

sus modificadores como a la posición estructural que estos ocupan; por ello, aunque la

información de estos modificadores se pueda calificar tanto en 39) como en 40) de no

pertinente, la estructura profunda de estas dos construcciones es muy distinta. En 39) el

adjetivo es hermano del núcleo, en 40) el SP es un adjunto.

Lo cual nos obliga a matizar las palabras de Brucart con las que empezábamos

este último apartado añadiendo que:

• la condición de recuperabilidad se ha de cumplir dentro del nudo

intermedio de una categoría máxima cuyo núcleo sea una CV.

Y esta restricción es la que predice que *el precioso o *el con ruedas nunca se

vayan a generar puesto que por los motivos ya explicados en ninguno de los dos casos se

cumple bajo el nudo N’´ el principio de recuperabilidad del antecedente.

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