respuestas a calvino: observaciones y análisis a las treinta cartas a calvino de miguel servet

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RESPUESTAS A CALVINO: Observaciones y análisis a las treinta cartas a Calvino de Miguel Servet David Efraín Misari Torpoco 1 Universidad Inca Garcilaso de la Vega [email protected] Resumen Este ensayo pretende desvelar algunos aspectos de las cartas respondidas por Miguel Servet a Juan Calvino, no solo por la correspondencia entre ambos, sino también por la respuesta de Servet a la obra de Calvino, Las Instituciones de la religión cristiana (1535). Juan Calvino también responde a muchas afirmaciones que Servet escribió en su Christianismi Restitutio, de carácter fundamentalmente teológico, en espera de sus comentarios. El concepto de cristianismo ahí expuesto es cercano al panteísmo, lo cual trajo consigo muchas críticas por parte del reformador francés. El inicio de estas cartas en 1546 comienzan por mediación de Jean Frellon, un editor de Lyon, para quien Servet tradujo al español obras de Tomás de Aquino. En las primeras correspondencias, Miguel Servet bombardea a Calvino y le insiste en mostrar y demostrar sus concepciones poco ortodoxas, con respecto a su obra (Instituciones de la religión cristiana). Calvino le contesta con mayor impaciencia y aspereza. Luego, Servet envió a Calvino un manuscrito de su todavía inédita Restitutio, y Calvino le correspondió el gesto, enviándole un ejemplar de su obra, a lo que Miguel Servet se lo devolvió con anotaciones insultantes. Ante esto, Calvino escribió a su colega Guillaume Farel, diciéndole que si Miguel Servet alguna vez se presenta en Ginebra, entonces su autoridad servirá para que no escape con vida. En el siguiente análisis, observaremos y analizaremos los temas principales de cada carta respondida por Servet a Calvino. Palabras claves: teología, religión, fe, cristianismo, espíritu santo. 1 http://hphraim.wix.com/philosophia

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Este ensayo pretende desvelar algunos aspectos de las cartas respondidas por Miguel Servet a Juan Calvino, no solo por la correspondencia entre ambos, sino también por la respuesta de Servet a la obra de Calvino, Las Instituciones de la religión cristiana (1535). Juan Calvino también responde a muchas afirmaciones que Servet escribió en su Christianismi Restitutio, de carácter fundamentalmente teológico, en espera de sus comentarios. El concepto de cristianismo ahí expuesto es cercano al panteísmo, lo cual trajo consigo muchas críticas por parte del reformador francés. El inicio de estas cartas en 1546 comienzan por mediación de Jean Frellon, un editor de Lyon, para quien Servet tradujo al español obras de Tomás de Aquino. En las primeras correspondencias, Miguel Servet bombardea a Calvino y le insiste en mostrar y demostrar sus concepciones poco ortodoxas, con respecto a su obra (Instituciones de la religión cristiana).

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Page 1: Respuestas a Calvino: Observaciones y análisis a las treinta cartas a Calvino de Miguel Servet

RESPUESTAS A CALVINO: Observaciones y análisis a las treinta

cartas a Calvino de Miguel Servet

David Efraín Misari Torpoco1

Universidad Inca Garcilaso de la Vega

[email protected]

Resumen

Este ensayo pretende desvelar algunos aspectos de las cartas respondidas por

Miguel Servet a Juan Calvino, no solo por la correspondencia entre ambos, sino

también por la respuesta de Servet a la obra de Calvino, Las Instituciones de la

religión cristiana (1535). Juan Calvino también responde a muchas afirmaciones

que Servet escribió en su Christianismi Restitutio, de carácter fundamentalmente

teológico, en espera de sus comentarios. El concepto de cristianismo ahí expuesto

es cercano al panteísmo, lo cual trajo consigo muchas críticas por parte del

reformador francés. El inicio de estas cartas en 1546 comienzan por mediación de

Jean Frellon, un editor de Lyon, para quien Servet tradujo al español obras de

Tomás de Aquino. En las primeras correspondencias, Miguel Servet bombardea a

Calvino y le insiste en mostrar y demostrar sus concepciones poco ortodoxas, con

respecto a su obra (Instituciones de la religión cristiana). Calvino le contesta con

mayor impaciencia y aspereza. Luego, Servet envió a Calvino un manuscrito de su

todavía inédita Restitutio, y Calvino le correspondió el gesto, enviándole un

ejemplar de su obra, a lo que Miguel Servet se lo devolvió con anotaciones

insultantes. Ante esto, Calvino escribió a su colega Guillaume Farel, diciéndole que

si Miguel Servet alguna vez se presenta en Ginebra, entonces su autoridad servirá

para que no escape con vida. En el siguiente análisis, observaremos y analizaremos

los temas principales de cada carta respondida por Servet a Calvino.

Palabras claves: teología, religión, fe, cristianismo, espíritu santo.

1 http://hphraim.wix.com/philosophia

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Abstract

This essay aims to reveal some aspects of the letters answered by Servetus to John

Calvin, not only by the correspondence between the two, but also by the response

of Servetus to the work of Calvin, the institutes of the Christian religion (1535). John

Calvin also responds to many assertions that Servetus wrote in his Christianismi

Restitutio, essentially theological, waiting for their comments. The concept of

Christianity there exposed is close to pantheism, which brought many criticisms on

the part of the french reformer. The start of these letters in 1546 begin with

mediation of Jean Frellon, an editor in Lyons, for whom Servet translated in Spanish

works of Thomas Aquinas. In the first matches, Miguel Servet bombards to Calvin

and he insists on display and demonstrate their unorthodox conceptions with

regard to his work (institutes of the christian religion). Calvin answered with

greater impatience and roughness. Then, Servetus sent to Calvin a manuscript of

his unpublished yet restitutio, and Calvin acounted for gesture, sending him a copy

of his work, to which Miguel Servet returned with annotations insulting. Before

this, Calvin wrote to his colleague Guillaume Farel, telling him that if Miguel Servet

is ever presented in Geneva, then his authority will serve to that does not escape

with life. In the following analysis, we will observe and analyze the main themes of

each letter answered by Servetus to Calvin.

Key Words: theology, religion, faith, Christianity, holy spirit.

1. Discusiones sobre la divina trinidad y la duda del hijo de Dios: Cartas del I

al VIII

Servet empieza la primera carta respondiendo a Calvino sobre la duda que

este tiene acerca de Jesús como ―hijo de Dios‖. Servet argumenta que Calvino

solo reconoce a Jesús como ―hijo de Dios‖ a modo metafórico, más no real.

Esto se debe a que Calvino sostiene que Servet argumenta que existen ―dos

cristos‖ en sus obras anteriores2, cuya discusión principal versa sobre ―la

sabiduría engendrada‖. Por su parte, Servet reprocha a Calvino por mencionar

la naturaleza de ―dos hijos distintos‖ (incorpóreo e invisible y otro corpóreo y

visible), con lo cual, confunde a los devotos. También, una de las preguntas que

se responden aquí, es sobre la naturaleza de Jesús el cristo. Servet nos muestra

una vez más su gran erudición y conocimiento sobre la filología bíblica (griega

y hebrea) pues aduce a ella su investigación dogmática de las sagradas

escrituras, sobre todo al explicarle a Calvino el origen de términos como el

2 De Trinitatis erroribus (1531) y Dialogi de trinitate (1532), obras conocidas y analizadas por Calvino.

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griego ―logos‖ y el hebreo ―holalti‖3, con lo cual Servet explica a Calvino que

Dios fue eternamente concebido en su mente formada y en infinita sabiduría

expresa, con la cual formó al Cristo. Esta era la sabiduría conformadora de

todo, para gloria del Cristo y Cristo en Dios. Con esto, Servet le explica a

Calvino que el hombre Jesús Cristo, es el hijo de Dios que existía persona y

sustancialmente en él (Dios) desde la eternidad y para la eternidad. Pero por

este tipo de afirmaciones, Calvino llegó a acusar a Servet como un nestoriano y

de eutiquiano monofisita en sus Instituciones4. Luego discuten sobre la

filiación de Cristo. Para Servet, Dios es padre desde la eternidad, pero no por

serlo del Verbo o Palabra sino de Jesús hombre en María por la voluntad eterna

del Padre (Dios), por ende, al ser Jesús (Hombre) llamado ―hijo de Dios‖, todos

los demás hombres también somos llamados hijos de Dios. Para responder estas

y otras interrogantes de Calvino, Servet recurre a fuentes antiguas y algunas

veces esotéricas, pero no canónicas, pues las toma como auténticas y

verdaderamente cristianas, incluso por encima de las opiniones de los padres

postnicenos y los escolásticos.

Servet también responde a Calvino, las interrogantes sobre la naturaleza de

los ángeles y del espíritu divino, incluso clasificándolos como ―cuerpos

celestes‖ que no necesariamente tienen porque ser ―visibles‖, para ello, se basa

en lo que dice Lucas 24, 39 ―Un espíritu no tiene carne, ni hueso, como veis

que yo tengo‖. Pero cuando trata sobre los ángeles o ―la caída de los ángeles‖

(demonios), se refiere a lo que dice el libro de Enoc, y otros libros antiguos5

En la Carta V, discuten cuestiones más específicas, sobre los conceptos y

explicaciones de ―logos‖ como ―palabra‖ pero con nociones herméticas e

influencias neoplatónicas, incluso preguntas que Servet hace a Calvino como

―¿Qué hacía Dios antes de la creación?‖, o afirmaciones como ―el destello del

hijo no era actualmente un Hijo real, sino su potencia‖, para concluir diciendo a

Calvino que ―En Dios no hay accidentes‖. Además, Servet discute tajantemente

la figura de la ―Divina Trinidad‖, aduciendo que en su otra obra (De Trinitatis

Erroribus) ya dejó en claro este tema.

En la Carta VIII, Servet reprocha a Calvino, por lanzar ―escollos y

monstruosos argumentos‖ seducidos por la ira y no por la investigación

3 Holalti: Expresión y formación en la mente divina. Pero ―Holalti‖ también es una voz pasiva de la raíz ―hwl‖,

que significa ―engendrar hijos‖, y Servet le atribuye la interpretación de ―ser concebido y nacer‖.

4 Instituciones de la Religión Cristiana, J. Calvino, lib. XIV. 4.

5 Libros antiguos: De gigantibus de Filón de Alejandría y el Corpus Hermeticum, como principal referencia a

estas y otras afirmaciones.

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filológica de las fuentes. En esta última carta, terminan discutiendo sobre el

origen de la ―sabiduría‖ y además, si esta tiene que ser entendida como una

simple palabra o quizá alguna ―entidad divina‖6. También vuelven a discutir

sobre algunos términos hebreos, donde también Servet reprocha a Calvino de su

mala preparación o formación en la lengua hebrea, pues Servet domina a la

perfección esta lengua y le parece inadecuado que Calvino, no lo haya

estudiado. Por último, Servet cita a otros autores y sus magistrales obras, para

refutar a Calvino, sobre los términos de ―logos‖, ―ruaj‖ (espíritu), ―Palabra‖,

―Dios‖, ―Sabiduría‖ y ―Hijo engendrado‖.

En síntesis, las cartas del I al VIII discuten sobre la ―divina trinidad‖, bajo el

entendimiento filosófico y teológico de la época, sustituyéndolo por el concepto

de un dios auto expansivo, esencializador universal, manifestado por su palabra

y comunicado por su espíritu. También, tratan sobre el concepto de ―persona‖ y

ven en Dios, un ser súper trascendente que al manifestarse, se comunica y

queda inmanentemente expuesto al hombre. Servet entiende a Cristo, no como

―Hijo divino de Dios‖, sino como ―Hijo humano de Dios‖, lo cual causó mucha

polémica para Calvino, quien lo acusó – en su momento – de un mal arrianista.

2. Polémica entre el concepto de fe, justificación personal y el reino del

espíritu: Cartas IX al XX

Servet empieza citando al libro del evangelista Juan, cap. 20. ―Todas las cosas

están escritas para que creas que aquel Jesús Nazareno es el verdadero mesías

hijo de Dios, y creyéndolo te justifiques‖. También cita a Pablo de Tarso, con la

finalidad que Calvino empiece a creer en la ―verdadera fe‖ y salga de su

inequívoco pensar. Esta carta fue severamente respondida, porque para Calvino,

la fe significa ―tapar los oídos y cerrar los ojos, apartando de nuestro

pensamiento, toda dignidad o mérito humano7‖. Pero Servet pretende explicarle

y hacerle entender que la fe es una sola, una promesa como acepción

fundamental en la que se cree que Jesús es el verdadero y único hijo de Dios,

Salvador y creyéndolo, se da a conocer su poder a través de nuestra fe en él.

Servet reprocha a Calvino y le dice que se siente indignado en que no crea en

6 Para esto, Servet cita a Jesús Ben Sira y su obra ―Libro de la Sabiduría‖. Es uno de los Libros Sapienciales del

Antiguo Testamento. Común y familiarmente llamado Libro de Sirácides, o bien, del Sirácida. (La

transcripción Sirácide —con e como valor vocálico final, y sin s final—, resulta inapropiada en castellano; si

bien se ha derivado de la forma francesa habitual de dicho término.) La tradición latina lo ha llamado Libro

del Eclesiástico. Sin embargo, a pesar de este nombre, no debe confundirse con el Eclesiastés, el cual es otro

libro sapiencial del Antiguo Testamento, de nombre similar.

7 Instit. (1535) cap. I. De la ley. (Trad. Terán, vol I. pp. 14)

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Jesús como hijo de Dios, porque no cree que verdaderamente haya sido

engendrado de la sustancia de Dios. Servet quiere mostrarle a Calvino que si no

tiene fe en Jesús como Cristo e hijo de Dios, entonces todo el esfuerzo de los

antiguos profetas y de los apóstoles ha sido en vano. Incluso lo invita a que lea

nuevamente lo escrito en su obra8, para que se de cuenta que el propósito final

de la fe en Cristo, es creer con absoluta confianza que Jesús es el verdadero

Mesías, hijo de Dios, su salvador. Por más que Calvino, trata de responder a

Servet, que la fe sin obras, es fe muera, Servet no se preocupa de ello y trata de

despejar la duda de Calvino diciéndole que las obras son parte de la fe, para

justificarse en Cristo, dándole a entender que la justificación no se hace sin fe.

En la Carta XIV, Servet increpa una vez más a Calvino, porque este, sigue sin

entender la noción de fe, que Servet le proporcionó, pues Calvino trata de ir

más allá, y pregunta a Servet, ―¿En qué parte del evangelio de Juan dice que

nosotros somos ya en este mundo como es Cristo mismo?‖ Para esto, Servet

argumenta acerca del nuevo reino del espíritu, el cual es un reino puro, sin

sombras, pero para ello, el bautismo es necesario, pero no obligatorio, pues

depende de cada quién tomar esa decisión. Sin embargo, para Calvino, el

bautismo es propuesto a nosotros por Dios como símbolo y documento de

nuestra purificación9. Aparte de esto, discuten si sobre los niños deben ser

bautizados o no, ya que Calvino defiende el bautismo infantil, pero Servet, le

refuta explicándole que los niños aun no tienen la facultad de elegir por ellos

mismos, sobre todo, porque aún no son ―pecadores‖ o no ―han pecado‖,

entonces ¿de qué limpiarían sus culpas los niños? Para esto, le recuerda que

Cristo fue bautizado de adulto, no de niño y le dice que los verdaderos hijos de

Dios, nacen en el bautismo con un nacimiento superior.

Después entran a tratar temas como ―¿Dónde está Cristo ahora?‖ refiriéndose

al lugar, espacio y tiempo en donde este se encuentre, pero Servet fácilmente

responde a Calvino diciendo que existen ciertos misterios que la mente humana

no podrá responder y más aún, si de las cosas de Dios, se tratan.

En la Carta XVIII, donde tratan un tema interesante, sobre ―el descenso de

Cristo a los infiernos‖. Calvino sostiene fehacientemente que esto es una

―fábula‖, que en realidad, tal ―acontecimiento‖ nunca pasó y solo lo usan los

curas como una explicación metafórica, Calvino dice en sus Instituciones, cap.

II, lo siguiente:

8 En Christianismi Restitutio, donde en su Libro II, De la Justicia del reino de Cristo, caps. 2 y 3 trata sobre la

justificación y la fe, sin recurrir a ninguna promesa papal o sacerdotal. Servet se estaba refiriendo a los

principios de la ley natural.

9 Instituciones, Calvino, íd. Pág. 264.

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El que descendiera a los infiernos, significa que fue afligido por Dios, y que sintió el horror

y la severidad del juicio. No ciertamente a un lugar determinado al cual se ha querido fingir

o llamar con el nombre de limbo de los padres. Pues esta fábula, aunque la defiendan

muchos autores y hoy mismo sea tenida por muchos como verdad, no pasa de ser una

fábula. (Calvino, 1535, Inst. Cap.II, pág. 184)

Calvino hace alusión a que nadie creería algo así. Pero Servet, empieza a

argumenta que en su Diálogo I10

, mostró que ―infierno‖ es un sepulcro, tal

como lo muestra en el hebreo original ―Seol‖, que significa ―sepulcro‖ o

―infierno‖, algo que está en lo subterráneo. Además, Servet refuta a Calvino y

le explica que no debe ―mal interpretar‖ el texto de 1. Pedro 3:19, donde dice

―Y predicó a los espíritus encarcelados‖, pues en su obra11

de Calvino, crea

cierta confusión con lo que expone. Incluso, explica Servet que cuando Jacob

dice que ―descenderá enlutado a su hijo hasta el infierno‖, no se debe entender

que descenderá al lugar del cadáver, sino al lugar del alma. En cuanto al

―descenso de Cristo‖, Servet recurre a dos textos12

de carácter hermético, como

también al Evangelio de Nicodemo y los ―Actos de Pilatos‖, que tratan sobre el

―descenso de Cristo a los infiernos‖.

Para profundizar en estos temas y comprender mejor el contenido, el lector

debe tener conocimientos o estudios de algunos textos antiguos (rechazados por

el canon católico), como por ejm. Los libros órficos y el Corpus Hermeticum,

solo así, podrá notar que Miguel Servet sí poseía un gran conocimiento de estos

escritos, donde se encuentran ideas similares a la figura de un ―héroe‖ que

desciende a los infiernos. Servet también cita a Trimegistro y a Platón,

sosteniendo que estos enseñan que Dios es regenerado en los hombres, por una

especie de claves o conocimientos de cosas divinas, entrando con Calvino a

otro debate.

Los temas que siguen a estas cartas, versan sobre las diferencias entre

paganos, judíos y cristianos, quienes para Servet, los judíos eran los ―carnales‖

y los paganos ―las sombras de perfección‖. Al final de esta carta, termina

sosteniendo que todos resucitarán desde el infierno, para recibir el fallo del

juicio final según sus obras.

En la Carta XX, Servet se preocupa por el estado actual de la Iglesia, que lo

que ve en el dogma católico, no debe ser llamado ―Iglesia‖. Para Servet la

10 Diálogos escritos en su Christianismi Restitutuio, obra que Calvino estudió muy bien.

11 Obra de Calvino (Instituciones, I. pág. 185)

12 ―Ad Trallianos‖ de Ignacio y ―Ad Philippenses‖ de Policarpo. Además, cita a Eusebio y su ―Historia

Eclesiástica‖.

Page 7: Respuestas a Calvino: Observaciones y análisis a las treinta cartas a Calvino de Miguel Servet

verdadera iglesia, se mantiene ―allá‖ entre los espíritus celestes y mantenida por

Cristo, la cual describe como ―La no despojada de su gloria celeste y la que está

siempre adornada del sol y las estrellas‖. Muy aparte de esto, Servet entiende

por ―Iglesia‖ (Ecclesia), a la comunidad, y no la jerarquía, ni la burocracia

sacerdotal, para terminar hablando del anticristo13

.

Una vez más, Servet deja en claro, que el acto de fe, separadamente

considerado, no justifica por su propia naturaleza ni por sí mismo, lo eficaz que

puede sentir uno, pues sobre él actúan, la gracia del Cristo y su espíritu.

Además, deja en claro que con ayuno y oración, la persona puede vivificar el

espíritu con la fe, pues la fe es un acto creado en el alma.

Servet quiere dejar en claro a Calvino, que la fe viva es aquella que vivifica el

espíritu de la gracia, y que además creyendo en el Cristo, sentimos vivir la fe en

nosotros.

3. Argumentos sobre la invalidez de toda ley en el nuevo reino de libertad y

caridad: Cartas XXI al XVI

Ya en las últimas cartas, Servet y Calvino empiezan a entablar

correspondencia respecto a temas de las acciones libres y la predestinación, lo

cual incluye el poder de la voluntad de Dios y su libre albedrío. Servet hace un

hincapié a Calvino, explicándole que Dios nos da las fuerzas para que

prosigamos, y así como todas las cosas esencialmente tienen consistencia en él,

del mismo modo, todas las acciones retornarán a él. Para esto, le coloca como

ejemplo la libertad de Adán, y de como todos los hombres forman parte de una

estirpe divina, de un lazo con Dios. Incluso coloca como ejemplo al mismo

Cristo, explicándole a Calvino, que por más ―hijo de Dios‖ o ―Dios hecho

hombre‖ que fuese, siempre dispuso de su libre albedrío para hacer las cosas

que hizo. Sin embargo, Calvino y sus seguidores, creen que la acción de Dios

en el hombre, destruye esa ―libertad‖, por el contrario, Servet explica que ―la

participación de Dios, cuya esencia es libertad, implica libertad en el hombre‖.

Pero Calvino, con un toque pesimista, sostiene que no queda más en el hombre,

que la ignorancia, iniquidad, impotencia, muerte y juicio14

. Y aprovechándose

del humanismo acérrimo de Calvino, Servet le dice que los verdaderos filósofos

y teólogos afirman que la divinidad está injerta en la mente humana y que el

alma del hombre es ―omousin‖, consustancial con Dios. Con esto Servet se

13

Entendido para Servet, como ―El poder de la iglesia a través de los papas‖.

14 Instituciones de la religión cristiana (trad. Terán, Vol I. pág. 106)

Page 8: Respuestas a Calvino: Observaciones y análisis a las treinta cartas a Calvino de Miguel Servet

refiere a que todos los actos son simultáneos en Dios y que ninguno es causa de

otro.

Deja en claro que la voluntad de Dios y su conocimiento son parte de su

propia naturaleza, cuando le dice a Calvino que ―por gracia elige y no por

obras‖, esto es presciencia, predestinación y preordenación, puesto que para

Dios no hay futuro. Increpa a Calvino, diciéndole que pretende medir a Dios

con una mente atada a lo finito de este mundo, como si sus límites dependieran

del tiempo terrenal.

En la Carta XXIII, discuten sobre la ley de Moisés y la ley de Cristo, la cual

para Servet, es la que debe prevalecer, puesto que la anterior ya fue abolida

hace mucho tiempo. Para Servet, la ley del decálogo, es terrible, pues que

mataba y agrandaba el pecado, produciendo más ira entre los hombres y era la

excusa perfecta para el pecado y los delitos de transgresión por la fragilidad de

nuestra carne. Por eso fue suprimida, nos dice Servet, además cita el pasaje del

nuevo testamento, Gálatas 3, donde dice ―Cristo nos redimió de la execración y

maldición de la ley‖. Por su parte, Calvino, admite que Cristo abrogó la ley

judía del sábado, por lo que lo llamaba ―sabatismo judío‖, en una interpretación

similar a la que Servet proporciona en cuanto a la libertad cristiana.

Luego se reconoce que todas las obras de la carne son pecado, por ello

debemos arrepentirnos solo ante Cristo, pues sostiene que mientras nos

gocemos del verdadero perdón de Cristo, todos los pecados nos serán

perdonados. Servet concluye esta carta, diciendo que la ley del decálogo, era la

ley del pecado y la muerte, por ello fue abrogada, por su torpeza y su

inutilidad.

Servet escribe algunas refutaciones a Calvino a modo de consejo para que lo

tenga en cuenta, como por ejemplo:

- Tente por el más miserable de los mortales si ese demonio tuyo, siempre

sacude tu mente así.

- Aunque siempre está el pecado en la carne, no siempre mueve el alma.

- Pablo nos ha enseñado que aquellos que son de Cristo, han crucificado la

carne con sus pasiones y deseos, venciendo su carnalis illecebra.

- Recuerda lo que Juan enseña, pues quien no ama, permanece en muerte.

- San Agustín nos explica que no hay pecado sino en quien es libre para

cometerlo y libre para cumplir los preceptos de Dios con la ayuda de su

gracia.

Page 9: Respuestas a Calvino: Observaciones y análisis a las treinta cartas a Calvino de Miguel Servet

- Calvino, deja ya de retorcer esa ley vieja y de tratar de su observación en

formas tan violentas, incluso en el caso que trataras con judíos.

Es así como Servet, responde a Calvino, refutándole y a la vez,

aconsejándole.

4. Las últimas cartas, detallando la vida social y los aspectos esenciales de una

comunidad cristiana: Cartas XVII a la XXX

Calvino reprocha una vez más, otro aspecto de Servet, pues para él, este

guarda semejanza con las ideas de los anabaptistas, sobre todo en aquella idea

que dice ―Ex iniuria oritur tus, quod non est peccatum, licet ex peccati ocsione

nascatur15

‖, puesto que para Servet, el mejor orden del mundo en la vida social,

es la que interiormente enseña el espíritu que nos impulsa también a cohibir

nuestra carne rebelde. Esta fue una de las frases que molestó mucho a Calvino,

puesto que de esto Servet deduce la ilicitud cristiana de la pena de muerte.

Calvino, quien como muchas otras veces incitó al juicio y a la muerte de Servet

―para mayor gloria de Dios‖, lo rechazó enérgicamente en las primeras páginas

de la Defensio, en la cual defendió más que la fe en la Trinidad negada por

Servet, su ajusticiamiento.

Dentro de lo tratado sobre penas y castigos, Servet nos dice que prefiere el

destierro, tan “aprobado” por el Cristo como la excomunión por la iglesia,

cuando al principio aun había huellas de las tradición apostólica, con él se

castigaban “los cismas y las herejías”. Aunque sabemos que Jesús nunca habló

del exilio, Servet debe referirse a la huida de Egipto y al par de veces que se

retiró a Transjordania.

Por otra parte, sigue diciéndole a Calvino, que Dios pesa las obras de cada

uno, y que perdona al que perdona y que para los cristianos verdaderos, los más

graves pecados ya no son mortales si todavía se mantiene la fe, aunque

conducen lentamente a su muerte apagándola poco a poco por ser obras de la

carne contrarias al espíritu de fe. En su obra Christianismi Restitutio, Servet

rechaza la teoría escolástica de la gracia santificante como cualidad inherente a

la sustancia del alma, aunque no sea este un tema profundizado por él.

Servet finaliza las treinta cartas a Calvino, dejándole en claro que “Todo

hombre debe probarse a sí mismo” y que “Nutridos con el alimento inmortal,

vivimos una vida inmortal si preservamos”. Además le dice como mensaje final

―Ojalá te de Dios buena comprensión de todo lo que acabo de decirte, guiado

15 ―De la injuria nace el derecho, el cual no es pecado, aunque nazca con ocasión del pecado‖.

Page 10: Respuestas a Calvino: Observaciones y análisis a las treinta cartas a Calvino de Miguel Servet

por el Espíritu mismo de la verdad, por Jesús el Cristo y por Dios su padre.

Servet mantuvo su idea de libertad hasta el final.

Últimos días de Miguel Servet

El contexto final, ocurre en el año 1553, cuando Servet publica su Restitutio,

enviando una copia a Ginebra, Este texto incluía treinta de sus cartas a Calvino.

Al poco tiempo, Calvino se da cuenta que la identidad de ―Villenueve‖ era la

de Servet, y así fue revelada a la inquisición católica de Vienne. Pese a que lo

arrestaron e interrogaron a Servet, este se escapó de la cárcel. Es un proscrito,

que desea seguir su ánimo de saber, pero en la iglesia de Ginebra fue arrestado

y juzgado por herejía ante las autoridades protestantes. Calvino lanza ataques

contra Miguel Servet, a través de discursos religiosos. Miguel Servet le pide

clemencia a Calvino, pero el reformador, no le da clemencia, ni piedad.

El ayuntamiento de Ginebra, aconsejado por iglesias de otras cuatro ciudades

suizas, declararon culpable a Miguel Servet, por apóstata, por hereje, por no

aceptar la trinidad y no aprobar el bautizo celebrado durante la niñez. Y encima

ha osado por afirmar que la sangre circula libremente por el cuerpo humano,

¿acaso está diciendo que el cuerpo humano no está sujeto a los designios de

Dios? Calvino ordena que se queme a Servet, que sufra pena capital, pena de

hoguera y encima ordenó colocar troncos verdes para que sufra más.

Miguel Servet, asume su condena, asume su pena, y se dispone a morir. Es así

como a sus 42 años, Miguel Servet fue condenado a muerte en Ginebra,

quemado vivo en la plaza de Champel, el 27 de Octubre de 1553.

Referencias Bibliográficas

ALCALÁ ÁNGEL (1971), Miguel Servet: Treinta Cartas a Calvino, Sesenta signos

del anticristo y Apología de Melanchton. Recopilación, introducción y

notas por Ángel Alcalá. Editorial Castalia, Madrid.

CALVINO JUAN (1535), Instituciones de la religión cristiana. Traducido del latín

de Jacinto Terán, Buenos Aries, La Aurora, 1936, Vols. 2)

SERVET MIGUEL (1553) Christianismi Restitutio, Viena. Ed. Fotostat de

Minerva GMBH (Frankfurt a.M.,1966).