reseña del v. 1 de el capital para el demokratisches wochenblatt

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Volver al Archivo Marx/Engels F. Engels Reseña del primer tomo de El Capital de Carlos Marx para el Demokratisches Wochenblatt [1] Escrito: Por F. Engels entre el 2 y el 13 de marzo de 1868. Primera edición: En alemán en los núms. 12 y 13 del "Demokratisches Wochenblatt", el 21 y 28 de marzo de 1868. Edición electrónica: Proyecto Espartaco, 2001. Esta edición: Marxists Internet Archive, 2001. EL CAPITAL DE MARX [2] I Desde que hay en el mundo capitalistas y obreros, no se ha publicado un solo libro que tenga para los obreros la importancia de éste. En él se estudia científicamente, por vez primera, la relación entre el capital y el trabajo, eje en torno del cual gira todo el sistema de la moderna sociedad, y se hace con una profundidad y un rigor sólo posibles en un alemán. Por más valiosas que son y serán siempre las obras de un Owen, de un Saint-Simon, de un Fourier, tenía que ser Engels (1868): Reseña del v. 1 de El Capital para el Demokratisches Wo... https://www.marxists.org/espanol/m-e/1860s/resena.htm 1 de 8 05/05/2015 01:23 a.m.

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    F. Engels

    Resea del primer tomo deEl Capital de Carlos Marx parael Demokratisches Wochenblatt[1]

    Escrito: Por F. Engels entre el 2 y el 13 de marzo de 1868.Primera edicin: En alemn en los nms. 12 y 13 del "Demokratisches Wochenblatt", el 21y 28 de marzo de 1868.Edicin electrnica: Proyecto Espartaco, 2001.Esta edicin: Marxists Internet Archive, 2001.

    EL CAPITAL DE MARX[2]

    IDesde que hay en el mundo capitalistas y obreros, no se ha publicado un solo libro que tenga

    para los obreros la importancia de ste. En l se estudia cientficamente, por vez primera, larelacin entre el capital y el trabajo, eje en torno del cual gira todo el sistema de la modernasociedad, y se hace con una profundidad y un rigor slo posibles en un alemn. Por ms valiosasque son y sern siempre las obras de un Owen, de un Saint-Simon, de un Fourier, tena que ser

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  • un alemn quien escalase la cumbre desde la que se domina, claro y ntido como se dominadesde la cima de las montaas el paisaje de las colinas situadas ms abajo, todo el campo delas modernas relaciones sociales.

    La Economa poltica al uso nos ensea que el trabajo es la fuente de toda la riqueza y lamedida de todos los valores, de tal modo, que dos objetos cuya produccin haya costado elmismo tiempo de trabajo encierran idntico valor; y como, por trmino medio, slo puedencambiarse entre s valores iguales, esos objetos deben poder ser cambiados el uno por el otro.Pero, al mismo tiempo, nos ensea que existe una especie de trabajo acumulado, al que esaEconoma da el nombre de capital, y que este capital, gracias a los recursos auxiliares queencierra, eleva cien y mil veces la capacidad productiva del trabajo vivo, en gracia a lo cualexige una cierta remuneracin, que se conoce con el nombre de beneficio o ganancia. Todossabemos que lo que sucede en realidad es que, mientras las ganancias del trabajo muerto,acumulado, crecen en proporciones cada vez ms asombrosas y los capitales de los capitalistasse hacen cada da ms gigantescos, el salario del trabajo vivo se reduce cada vez ms, y la masade los obreros, que viven exclusivamente de un salario, se hace cada vez ms numerosa y mspobre. Cmo se resuelve esta contradiccin? Cmo es posible que el capitalista obtenga unaganancia, si al obrero se le retribuye el valor ntegro del trabajo que incorpora a su producto?Como el cambio supone siempre valores iguales, parece que tiene necesariamente que sucederas. Mas, por otra parte, cmo pueden cambiarse valores iguales, y cmo puede retribursele alobrero el valor ntegro de su producto, si, como muchos economistas reconocen, este producto sedistribuye entre l y el capitalista? Ante esta contradiccin, la Economa al uso se queda perplejay no sabe ms que escribir o balbucir unas cuantas frases confusas, que no dicen nada. Tampocolos crticos socialistas de la Economa poltica, anteriores a nuestra poca, pasaron de poner demanifiesto la contradiccin; ninguno logr resolverla, hasta que Marx, por fin, analiz el procesode formacin de la ganancia, remontndose a su verdadera fuente y poniendo en claro, con ello,todo el problema.

    En su investigacin del capital, Marx parte del hecho sencillo y notorio de que los capitalistasvalorizan su capital por medio del cambio, comprando mercancas con su dinero para venderlasdespus por ms de lo que les han costado. Por ejemplo, un capitalista compra algodn por valorde 1.000 tleros y lo revende por 1.10O, ganando, por tanto, 100 tleros. Este supervit de 100tleros, que viene a incrementar el capital primitivo, es lo que Marx llama plusvala. De dndenace esta plusvala? Los economistas parten del supuesto de que slo se cambian valores iguales,y esto, en el campo de la teora abstracta, es exacto. Por tanto, la operacin consistente encomprar algodn y en volverlo a vender, no puede engendrar una plusvala, como no puedeengendrarla el hecho de cambiar un tlero por treinta silbergroschen o el de volver a cambiar lasmonedas fraccionarias por el tlero de plata. Despus de realizar esta operacin, el poseedor deltlero no es ms rico ni ms pobre que antes. Mas la plusvala no puede brotar tampoco delhecho de que los vendedores coloquen sus mercancas por ms de lo que valen o de que los

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  • compradores las obtengan por debajo de su valor, porque los que ahora son compradores sonluego vendedores, y, por tanto, lo que ganan en un caso lo pierden en el otro. Ni puede provenirtampoco de que los compradores y vendedores se engaen los unos a los otros, pues eso nocreara ningn valor nuevo o plusvala, sino que hara cambiar nicamente la distribucin delcapital existente entre los capitalistas. Y no obstante, a pesar de comprar y vender las mercancaspor lo que valen, el capitalista saca de ellas ms valor del que ha invertido. Cmo se explicaesto?

    Bajo el rgimen social vigente, el capitalista encuentra en el mercado una mercanca queposee la peregrina cualidad de que, al consumirse, engendra nuevo valor, crea un nuevo valor:esta mercanca es la fuerza de trabajo.

    Cul es el valor de la fuerza de trabajo? El valor de toda mercanca se mide por el trabajonecesario para producirla. La fuerza de trabajo existe bajo la forma del obrero vivo, quien paravivir y mantener adems a su familia que garantice la persistencia de la fuerza de trabajo aundespus de su muerte, necesita una determinada cantidad de medios de vida. El tiempo de trabajonecesario para producir estos medios de vida representa, por tanto, el valor de la fuerza detrabajo. El capitalista se lo paga semanalmente al obrero y le compra con ello el uso de su trabajodurante una semana. Hasta aqu, esperamos que los seores economistas estarn, sobre poco mso menos, de acuerdo con nosotros, en lo que al valor de la fuerza de trabajo se refiere.

    El capitalista pone a su obrero a trabajar. El obrero le suministra al cabo de determinadotiempo la cantidad de trabajo representada por su salario semanal. Supongamos que el salariosemanal de un obrero equivale a tres das de trabajo; si el obrero comienza a trabajar el lunes, elmircoles por la noche habr reintegrado al capitalista el valor ntegro de su salario. Pero, esque deja de trabajar una vez conseguido esto? Nada de eso. El capitalista le ha comprado eltrabajo de una semana; por tanto, el obrero tiene que seguir trabajando los tres das que faltanpara sta. Este plustrabajo del obrero, despus de cubrir el tiempo necesario para reembolsar alpatrono su salario, es la fuente de la plusvala, de la ganancia, del incremento progresivo delcapital.

    Y no se diga que eso de que el obrero rescata en tres das, trabajando, el salario que percibe, yque durante los tres das restantes trabaja para el capitalista, es una suposicin arbitraria. Por elmomento, nos tiene absolutamente sin cuidado, y es cosa que depende de las circunstancias, elque para reponer el salario necesite realmente tres das, o dos, o cuatro; lo importante es que,adems del trabajo pagado, el capitalista le saca al obrero trabajo que no le retribuye. Y esto noes ninguna suposicin arbitraria, ya que el da en que el capitalista, a la larga, slo sacase delobrero el trabajo que le remunera mediante el salario, cerrara la fbrica, pues toda su gananciase ira a pique.

    He aqu la solucin de todas aquellas contradicciones. El nacimiento de la plusvala (de la que

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  • una parte importante constituye la ganancia del capitalista) es, ahora, completamente claro ynatural. Al obrero se le paga, ciertamente, el valor de la fuerza de trabajo. Lo que ocurre es queeste valor es bastante inferior al que el capitalista logra sacar de ella, y la diferencia, o sea eltrabajo no retribuido, es lo que constituye precisamente la parte del capitalista, o mejor dicho, dela clase capitalista. Pues, hasta la ganancia que en nuestro ejemplo de ms arriba obtena elcomerciante algodonero al vender el algodn, tiene que provenir necesariamente, si la mercancano sube de precio, del trabajo no retribuido. El comerciante tiene que vender su mercanca a unfabricante de tejidos de algodn, quien puede sacar del artculo que fabrica, adems de aquellos100 tleros, un beneficio para s, compartiendo, por tanto, con el comerciante el trabajo noretribuido que se embolsa. De este trabajo no retribuido viven en general todos los miembrosociosos de la sociedad. De l salen los impuestos que cobran el Estado y el municipio, en la parteque grava a la clase capitalista, la renta del suelo abonada a los terratenientes, etc. Sobre ldescansa todo el orden social existente.

    Sera necio, sin embargo, creer que el trabajo no retribuido solo ha surgido bajo lascondiciones actuales, en que la produccin corre a cargo de capitalistas de una parte y de obrerosasalariados de otra parte. Nada ms lejos de la verdad. La clase oprimida se ha visto forzada arendir trabajo no retribuido en todas las pocas de la historia. Durante los largos siglos en que laesclavitud era la forma dominante de organizacin del trabajo, los esclavos veanse obligados atrabajar mucho ms de lo que se les pagaba en forma de medios de vida. Bajo la dominacin dela servidumbre de la gleba y hasta la abolicin de la prestacin personal campesina, ocurra lomismo; aqu, incluso adquira forma tangible la diferencia entre el tiempo durante el cual elcampesino trabajaba para su propio sustento y el plustrabajo que renda para el seor feudal,precisamente porque ste lo ejecutaba en otro sitio que aquel. Hoy, la forma ha cambiado, pero elfondo sigue siendo el mismo, y mientras una parte de la sociedad posea el monopolio de losmedios de produccin, el obrero, sea libre o no libre, no tendr ms remedio que aadir altiempo durante el cual trabaja para su propio sustento un tiempo de trabajo adicional paraproducir los medios de vida destinados a los poseedores de los instrumentos de produccin(Marx, pg. 202) [3].

    IIVeamos en nuestro articulo anterior que todo obrero enrolado por el capitalista ejecuta un

    doble trabajo: durante una parte del tiempo que trabaja, repone el salario que el capitalista leadelanta, y esta parte del trabajo es lo que Marx llama trabajo necesario. Pero luego, tiene queseguir trabajando y producir la plusvala para el capitalista, una parte importante de la cualrepresenta la ganancia. Esta parte de trabajo recibe el nombre de plustrabajo.

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  • Supongamos que el obrero trabaja durante tres das de la semana para reponer su salario y tresdas para crearle plusvala al capitalista. Expresado en otros trminos, esto vale tanto como decirque, si la jornada es de doce horas, trabaja seis horas por su salario y otras seis para laproduccin de plusvala. De una semana slo pueden sacarse seis das o siete, a lo sumo,incluyendo el domingo; en cambio, a cada da se le pueden arrancar seis, ocho, diez, doce,quince horas de trabajo, y an ms. El obrero vende al capitalista, por el jornal, una jornada detrabajo. Pero qu es una jornada de trabajo? Ocho horas, o dieciocho?

    Al capitalista le interesa que la jornada de trabajo sea lo ms larga posible. Cuanto ms largasea, mayor plusvala rendir. Al obrero le dice su certero instinto que cada hora ms que trabaja,despus de reponer el salario, es una hora que se le sustrae ilegtimamente, y sufre en su propiapelleja las consecuencias del exceso de trabajo. El capitalista lucha por su ganancia, el obreropor su salud, por un par de horas de descanso al da, para poder hacer algo ms que trabajar,comer y dormir, para poder actuar tambin en otros aspectos como hombre. Diremos de pasadaque no depende de la buena voluntad de cada capitalista en particular luchar o no por susintereses, pues la competencia obliga hasta a los ms filantrpicos a seguir las huellas de losdems, haciendo a sus obreros trabajar el mismo tiempo que trabajan los otros.

    La lucha por conseguir que se fije la jornada de trabajo dura desde que aparecen en la escenade la historia los obreros libres hasta nuestros das. En distintas industrias rigen distintasjornadas tradicionales de trabajo, pero, en la prctica, son muy contados los casos en que serespeta la tradicin. Slo puede decirse que existe verdadera jornada normal de trabajo all dondela ley fija esta jornada y se encarga de velar por su aplicacin. Hasta hoy, puede afirmarse queesto slo acontece en los distritos fabriles de Inglaterra. En las fbricas inglesas rige la jornadade diez horas (o sea, diez horas y media durante cinco das y siete horas y media los sbados)para todas las mujeres y los chicos de trece a dieciocho aos; y como los hombres no puedentrabajar sin la cooperacin de aquellos elementos, de hecho tambin ellos disfrutan la jornada dediez horas. Los obreros fabriles de Inglaterra arrancaron esta ley a fuerza de aos y aos deperseverancia en la ms tenaz y obstinada lucha contra los fabricantes, mediante la libertad deprensa y el derecho de reunin y asociacin y explotando tambin hbilmente las disensiones enel seno de la propia clase gobernante. Esta ley se ha convertido en el paladin de los obrerosingleses, ha ido aplicndose poco a poco a todas las grandes ramas industriales, y el ao pasadose hizo extensiva a casi todas las industrias, por lo menos a todas aquellas en que trabajanmujeres y nios. Acerca de la historia de esta reglamentacin legal de la jornada de trabajo enInglaterra, continense datos abundantsimos en la obra que estamos comentando. En el prximoReichstag del Norte de Alemania se deliberar tambin acerca de una ordenanza industrial, y, portanto, se pondr a debate la reglamentacin del trabajo fabril. Esperamos que ninguno de losdiputados elegidos por los obreros alemanes intervendr en la discusin de esta ley sin antesfamiliarizarse bien con el libro de Marx. Aqu se podr lograr mucho. Las disensiones queexisten en el seno de las clases dominantes son ms propicias para los obreros que lo han sido

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  • nunca en Inglaterra, porque el sufragio universal obliga a las clases dominantes a captarse lassimpatas de los obreros. En estas condiciones, cuatro o cinco representantes del proletariado, sisaben aprovecharse de su situacin, y sobre todo si saben de qu se trata, cosa que no saben losburgueses, pueden constituir una fuerza. El libro de Marx pone en sus manos, perfectamentedispuestos, todos los datos necesarios.

    Pasaremos por alto una serie de excelentes investigaciones, de carcter ms bien terico, y nosdetendremos tan slo en el captulo final de la obra, que trata de la acumulacin del capital. Eneste captulo se pone primero de manifiesto que el mtodo capitalista de produccin, es decir, elmtodo de produccin que presupone la existencia de capitalistas, por una parte, y de obrerosasalariados, por otra, no slo le reproduce al capitalista constantemente su capital, sino quereproduce, incesantemente, la pobreza del obrero, velando, por tanto, por que existan siempre, deun lado, capitalistas que concentran en sus manos la propiedad de todos los medios de vida,materias primas e instrumentos de produccin, y, de otro lado, la gran masa de obreros obligadosa vender a estos capitalistas su fuerza de trabajo por una cantidad de medios de vida que, en elmejor de los casos, slo alcanza para sostenerlos en condiciones de trabajar y de criar una nuevageneracin de proletarios aptos para el trabajo. Pero el capital no se limita a reproducirse, sinoque aumenta y crece incesantemente, con lo cual aumenta y crece tambin su poder sobre laclase de los obreros desposedos de toda propiedad. Y, del mismo modo que el capital sereproduce a s mismo en proporciones cada vez mayores, el moderno modo capitalista deproduccin reproduce igualmente, en proporciones que van siempre en aumento, en nmerocreciente sin cesar la clase de los obreros desposedos. La acumulacin del capital reproduce larelacin del capital en una escala mayor: a ms capitalistas o a mayores capitalistas en un polo,en el otro polo ms obreros asalariados... La acumulacin del capital significa, por tanto, elcrecimiento del proletariado (pg. 600) [4]. Pero, como los progresos de la maquinaria, elcultivo perfeccionado de la tierra, etc., hacen que cada vez se necesiten menos obreros paraproducir la misma cantidad de artculos, y como este perfeccionamiento, es decir, esta creacinde obreros sobrantes, aumenta con mayor rapidez que el propio capital creciente, qu se hace deeste nmero, cada vez mayor, de obreros superfluos? Forman un ejrcito industrial de reserva, alque en las pocas malas o medianas se le paga menos de lo que vale su trabajo, que trabaja slode vez en cuando o se queda a merced de la beneficencia pblica, pero que es indispensable parala clase capitalista en las pocas de gran actividad, como ocurre actualmente, a todas luces, enInglaterra, y que en todo caso sirve para vencer la resistencia de los obreros ocupadosnormalmente y para mantener bajos sus salarios. Cuanto mayor es la riqueza social... tantomayor es la superpoblacin relativa, es decir, el ejrcito industrial de reserva. Y cuanto mayor eseste ejrcito de reserva, en relacin con el ejrcito obrero activo (o sea, con los obreros ocupadosnormalmente), tanto mayor es la masa de superpoblacin consolidada (permanente), es decir, lascapas obreras cuya miseria est en razn inversa a sus tormentos de trabajo [5]. Finalmente,cuanto ms extenso es en la clase obrera el sector de la pobreza y el ejrcito industrial de reserva,tanto mayor es tambin el pauperismo oficial. Tal es la ley absoluta, general, de la acumulacin

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  • capitalista (pg. 631) [6].

    He ah, puestas de manifiesto con todo rigor cientfico los economistas oficiales se guardanmucho de intentar siquiera refutarlas algunas de las leyes fundamentales del moderno sistemasocial capitalista. Pero, queda dicho todo, con esto? No, ni mucho menos. Con la misma nitidezcon que destaca los lados negativos de la produccin capitalista, Marx pone de relieve que estaforma social era necesaria para desarrollar las fuerzas productivas sociales hasta un nivel quehaga posible un desarrollo igual y digno del ser humano para todos los miembros de la sociedad.Todas las formas sociales anteriores eran demasiado pobres para esto. Slo la produccincapitalista crea las riquezas y las fuerzas productivas necesarias para ello, pero crea tambin, almismo tiempo, con las masas de obreros oprimidos, una clase social obligada ms y ms a tomaren sus manos estas riquezas y fuerzas productivas, para conseguir que sean aprovechadas enbeneficio de toda la sociedad y no, como hoy, en el de una clase monopolista.

    NOTAS

    [1] El presente artculo es una de las reseas de Engels del I tomo de "El Capital" publicada enla prensa obrera y democrtica con el fin de divulgar las tesis esenciales del libro. Adems de losartculos para obreros, Engels escribi varias reseas annimas para la prensa burguesa, a fin dedestruir la conspiracin del silencio con el que la ciencia econmica oficial y la prensaburguesa acogieron el genial trabajo de Marx. En dichas reseas, Engels critica el libro, como sidijramos, desde un punto de vista burgus, para obligar con la ayuda de este recursomilitar, segn la expresin de Marx, a los economistas burgueses a hablar del libro. "Demokratisches Wochenblatt" (Hebdomadario democrtico) era un peridico obreroalemn que se public de enero de 1868 a septiembre de 1869 en Leipzig bajo la redaccin de G.Liebknecht. El peridico desempe un papel considerable en la creacin del PartidoSocialdemcrata Obrero de Alemania. En el Congreso de Eisenach de 1869, fue proclamadorgano central del partido y pas a denominarse "Volksstaat". Colaboraban en l Marx y Engels.

    [2] Das Kapital. Kritik der politischen Oekonomie, von Karl Marx. Erster Band. DerProduktionsprozess des Kapitals. Hamburg, O. Meissner, 1867.

    [3] Vase C. Marx y F. Engels. "Obras", 2 ed. en ruso, t. 23, pg. 246. (N. de la Edit.)

    [4] Vase C. Marx y F. Engels. "Obras", 2 ed. en ruso, t. 23, pgs. 627-628. (N. de la Edit.)

    [5] En la traduccin autorizada del I tomo de "El Capital" al francs Marx puntualiza estatesis. (N. de la Edit.)

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  • [6] Vase C. Marx y F. Engels. "Obras", 2 ed. en ruso, t. 23, pg. 659. (N. de la Edit.)

    Para volver al comienzo apriete aqu.

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