reseña bacurato // revista profishing

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AÑO 3 / NÚMERO 18 / BIMESTRAL $40.00

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Publicacion de Lobinas Trofeo en la mejor revista de pesca de Mexico PROFISHING

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Page 1: Reseña Bacurato // Revista Profishing

AÑO

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©DERECHOS RESERVADOSTodo el material de esta publicación no podrá ser

reproducido en ninguna forma sin la autorización por escrito de su editor. Los puntos de vista de los artícu-los son responsabilidad exclusiva de sus autores y no necesariamente reflejan el punto de vista del editor responsable ni del personal que labora en la revista.

La veracidad y contenido de los anuncios de esta revista es responsabilidad de los anunciantes.

EDITOR RESPONSABLE: Oscar Estrada Beltrán.

Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor:04-2009-081316304200-102. Número de

Certificado de Licitud de Título en trámite. Número de Certificado de Licitud de Contenido en trámite.

Domicilio de la publicación: Río Elba 10-402, Col. Cuauhtémoc, C.P. 06500, México, D.F.

T. 01(55) 5553 2355, 5553 5032. [email protected]

Imprenta: Editorial de Impresos y Revistas S.A. de C.V.

Emilio Carranza 100, C.P. 03550, México, D.F.DIMSA, Mariano Escobedo 218

Col. Anáhuac, México D.F.

abril-mayo 2014

36 Hatteras GT 60

secciones

En este número de Fishing & Boats nos vamos a Sinaloa, a la presa de Bacurato, el mejor lugar de México para la pesca de lobinas trofeo, para vivir el relato de un par de jornadas épicas. Luego navegamos

hasta Mazatlán, para conocer a la flota BIBI Fleet y sus espectaculares ser-vicios de pesca deportiva. En esas aguas acompañaremos al Arq. Héctor Flores en busca de magníficos dorados, mientras nos cuenta de la calidez y atención de los integrantes de BIBI Fleet. No podía faltar una revisión del Bisbee’s Black & Blue del año pasado, un torneo como ningún otro en el mundo. En aquella ocasión se batieron récords y se capturaron peces formidables, acompáñanos a recordarlo. Como siempre, te traemos una revisión de algunos de los mejores yates de pesca. Para esta ocasión es-cogimos el Hatteras GT 60 y el Spencer 66, embarcaciones imponentes. Así que prepara tu caña, el equipo y... ¡vamos a pescar!

Grupo Expediciónnúmero 18 año 3

DIRECCIÓN Carlos Almanza - Oscar Estrada

DISEÑO

CORRECCIÓN DE TEXTOSAlejandro Ruelas

RELACIONES COMERCIALESMiriam Ortíz

Luis Omar Viloria01 (55) 5553 5032 / 5553 2355

COLABORADORESDr. Rogelio Villarreal,

Arq. Héctor Flores,Carlos Martín del Campo,Alejandro Pérez Arteaga

PORTADAMario Hinojosa con

captura de lobina, Presa Bacurato

ASISTENCIA EDITORIALAlejandro Ruelas

ASISTENCIA EN DISEÑOJavier Balderas

PREPRENSA E IMPRESIÓNEditorial de Impresos y Revistas S.A. de C.V.

DISTRIBUCIÓNDIMSA

4 BACURATOFortaleza mexicana de grandes lobinas

Editorial

Contenido

48 Sondas, receptores y GPS

20 SPENCER 66

26 De pesca con la flota BiBi FLEET en Mazatlán, Sinaloa

40 Capturas y premioscolosales: Bisbee´s B & B

Page 4: Reseña Bacurato // Revista Profishing

BACURATOFortaleza mexicana de grandes lobinas

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PRESA BACURATO 10:59 am Domingo 30 de Junio 2013

La gota de sudor recorre mi cara desde la frente, por debajo de los lentes solares y continúa por la

nariz hasta la punta de la misma para caer estrepitosamente en mi pie dere-cho. Están transcurriendo los últimos segundos de tres complicados días de pesca en Bacurato, Sinaloa.

Otra gota de sudor inicia su camino en mi frente, corre por la nariz pero esta vez se desvía hacia la comisura de mi boca. Está salada, muy salada, así como esta visita en búsqueda de lobinas trofeo a este gran embalse, el mejor de México y, en opinión de mu-chos, el mejor del mundo.

El grupo de cazadores de lobinas tro-feo ya ha capturado sus premios, po-derosas lobinas que habitan las aguas de esta presa. Han salido con mucho esfuerzo, pocas pero trofeos todas. En mi caso, no he sacado ninguna, tampo-co se me ha escapado ningún trofeo, simplemente no han sido mis días.

Exhalo un débil “uuuf”, signo inequí-voco del cansancio y desesperación. Los segundos siguen corriendo. A las 11 de la mañana tenemos que estar de regreso al botadero y de allí a la

hermosa hacienda de pesca Big Bass Lodge Lake Baccarac para regresar a Monterrey.

Solo 17 segundos para el final. El Güero Blas, guía que nos acompaña, me indica con su brazo hacia donde lanzar. Giro el cuerpo sosteniendo la caña con un arreglo en Texas y un grub de 7 pulgadas.

Hago un último esfuerzo. El grub sale lanzado a muchos metros, más que cualquier tiro de todos los que he lan-zado en este viaje de pesca.

El señuelo hace contacto con el agua e inicia el rápido descenso. En el tra-yecto hacia el fondo, siento que se de-tiene. Es una sensación rara, diferente, se sale de la norma para la caída de un señuelo como este. Mario Hinojosa se levanta de su silla y dice “bueno Doc-tor, despídete de tu admirada presa”. “Espérame -le digo.- dame un segun-do, un segundo más”. La línea cambia de dirección y ahora siento el peso, el peso, ese gran peso. “Un segundo, Mario”, susurro en voz baja. “Un se-gundo”, repito con voz más enérgica. ¡Viene el jalón!

Se arma el grupo de cazadores de Lobinas Trofeo, ante la convocatoria de pescar Bacurato. Han pasado ya lista de presentes Mario Hinojosa, Everardo

Por: Dr. Rogelio Villarreal y los amigos que poseen la pasión. Fotografía: Abelardo Saucedoy Javier Iván Estrada González.

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González, Everardo González Jr., Víctor González, Antonio Morales, Roberto Treviño, Abelardo Saucedo, Iván Gon-zález Estrada y el Dr. Villarreal

Nos reunimos para revisar la lista de señuelos sugeridos para esta ocasión: paletones, salamandras, senkos, chat-terbaits y flukes.

La salida es a las 11:00 a.m., vue-lo directo, y gracias a la diferencia de horario estaremos arribando a la 11:00 a.m., tiempo de Culiacán, Sinaloa.

El vuelo arriba puntual y ya nos es-peran Iván Valdez y Honorato Elizalde, administrador en jefe de la Hacienda de pesca Lake Baccarac Fishing Lod-ge. Ellos nos llevaran por tierra a la ha-cienda en Bacurato.

Saliendo del aeropuerto le pregunto a Iván Valdés, “¿sabes dónde están los mariscos de la curva?” Iván responde con un “claro que sí, allí siempre hay mucha gente”.

Los Mariscos Rodríguez (de la curva) es un modesto restaurant a la orilla del boulevard principal de Culiacán. Me-sas y sillas de plástico son utilizadas para servir grandes platos de callos y camarón aguachile de firme consisten-cia. Frescura y sabor distinguen la ofer-ta de alimentos del mar del lugar.

El grupo disfruta la primera sorpresa de Sinaloa acabando con todas las ra-ciones de mariscos y tostadas.

Terminando el desayuno-comida del mar, salimos en la van rumbo a Bacubi-rito, poblado donde se encuentra ubi-cada la famosa presa Bacurato.

En la van tripulada por Iván Valdez, conformamos el grupo Mario Hinojosa, Abelardo Saucedo, y Roberto Treviño.

El equipo bombardea a Iván Valdez con preguntas: ¿Cuántos años tiene la presa? ¿Cuál es el récord de lobina? ¿Qué capacidad tiene? ¿Cuál es la me-jor época del año para trofeos?

Iván es hijo de Felipe Valdez (q.e.p.d.), amigo personal y leyenda de la pesca de lobinas trofeo. Tiene en su historial más de 500 lobinas trofeo por arriba de las 10 libras. Iván Jr. trae en la sangre la pasión por la pesca de lobina y la vo-cación de servicio al cliente que tenía su padre.

Iván ataja las preguntas una a una y va contestando con seguridad. La pre-sa Bacurato tiene 26 años de antigüe-&

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Rogelio Villarreal, Abelardo Saucedo y Mario Hinojosa rumbo a Culiacán Sinaloa.

Callo de Hacha en Los Mariscos Rodríguez, Culiacan, Sinaloa. En la van tripulada por Iván Valdez conformamos el grupo Mario Hinojosa, Abelardo Saucedo, y Roberto Treviño.

Deliciosacomida del mar

Los Mariscos Rodríguez (de la curva) es un modesto restaurant a la orilla del boulevard principal de Culia-cán. Mesas y sillas de plástico son utilizadas para servir grandes platos de callos y camarón aguachile de firme consistencia. Frescura y sabor distinguen la oferta de alimentos del mar del lugar.

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dad. “Fue en 1987 que mi papá se vino para acá, conoció a mi mama y nací yo, pues”, responde con ese clásico acento sinaloense. “Entonces la presa y yo tenemos la misma edad”. La mejor época para la pesca aquí es en febre-ro y marzo, sin embargo, durante todo el año Bacurato presenta oportunidad para obtener lobinas trofeo.

El recorrido por tierra es de 3 horas, 2 de las cuales son por autopista y 1 hora por trayecto carretero sencillo y en condiciones promedio hasta llegar a Bacubirito.

Iniciamos un sinuoso trayecto entre riscos. Ya me siento cerca. “A la iz-quierda -comenta Iván- pueden ver los tanques de producción de tilapia”.

La producción de tilapia de la pesa Gustavo Díaz Ordaz (Bacurato) es de gran escala y la cooperativa de pesca-dores se distingue por su potencial de trabajo y organización. Pescadores de-portivos y comerciales conviven en las aguas de este embalse sin injerencia de unos sobre otros, y la lobina es muy res-petada por los pescadores comerciales.

Por fin aparece el embalse, es hermo-so. Otra vez en Bacurato, fortaleza que alberga a las mejores lobinas de Méxi-co y del mundo.

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Esta es la quinta ocasión que pesco en Bacurato. Me ha tocado de todo: lo-binas trofeo destrozando señuelos de superficie, bolsas de senkos totalmente vacías debido a la incesante actividad, swimbaits con profundas heridas late-rales llenas de pegamento para plás-tico, paletones con tercias dobladas, desniveladas y hasta faltantes, lobinas flotando con tilapias de medio kilo ato-radas en las agallas y los atardeceres más espectaculares que haya presen-ciado.

Se distingue ya la Hacienda y, en pri-mera fila, Lulú, amiga y coordinadora de la atención personalizada de esta hacienda.

Lulú está en todo: habitaciones, bebi-da, cocina y necesidades de cada uno de los pescadores. Ella y su equipo de trabajo hacen de la estancia en esta hacienda una experiencia muy gratifi-cante.

Las habitaciones se distribuyen, el equipo se baja de las camionetas, se arma y se forman los grupos de pes-ca, los cuales se rotarán para que los cazadores de lobinas trofeo convivan, aprendan y disfruten de la pasión con cada uno de los miembros del grupo.

Al llegar al botadero, los cazadores se

van acercando a sus guías y embarca-ciones. Subo a una loma y visualizo la escena. Las casacas Lobina Trofeo ha-cen un artístico contraste con el fondo de la presa. Respiro hondo. Estoy con-tento, satisfecho y listo para empezar.

Declaro inaugurado el inicio de esta aventura, de esta aventura en México, buscando lobinas trofeo en Bacurato.

Los guías están listos e impacientes. La dinámica para esta salida consistirá en intercambio de pescadores en cada sesión para así aprender de los demás y convivir todos buscando las grandes lobinas trofeo de este embalse.

En la primera sesión me toca hacer pareja con Honorato Elizalde, Admi-nistrador de la Hacienda de pesca Big Bass Lake Baccarac Fishing Lodge. Iniciamos la tarde probando suerte, yo con mis senkos en wacky y Honorato con un fluke en carolina.

Los lances son incesantes, cubrien-do todas las áreas con potencial para albergar lobinas trofeo. A medida que pasa el tiempo, empiezo a sentir que la pesca va a estar difícil. No hemos teni-do ningún enganche, ni si quiera algún signo de actividad de las lobinas en toda la tarde.

La otras embarcaciones están tenien-

&9Presa Bacurato (Gustavo Díaz Ordaz).

Mario Hinojosa.

Lancesincesantes

Los lances son incesantes, cubriendo todas las áreas con potencial para alber-

gar lobinas trofeo. A medida que pasa el tiempo, empiezo a sentir que la pesca va a

estar difícil. No hemos tenido ningún en-ganche, ni si quiera algún signo de activi-

dad de las lobinas en toda la tarde.

Page 7: Reseña Bacurato // Revista Profishing

do también una tarde difícil, solo Mario Hinojosa ha logrado capturar una bue-na lobina. El trofeo atacó con furia su salamandra, mostrando la fuerza que poseen las lobinas de Bacurato.

Mario la sube a la lancha y muestra con orgullo su trofeo que, debido a las difíciles condiciones de pesca, tiene aún más valor.

El sol poco a poco nos va anunciando la llegada de la hora de regreso y enfi-lamos la panga en dirección del bota-dero donde ya nos esperan los demás cazadores de lobinas trofeo.

Intercambiamos de regreso experien-cias dentro del agua de esta sesión donde el común denominador resultan las dificultades con que se nos ha pre-sentado el embalse en esta sesión de pesca.

Gran número de alevines fueron avis-tados, así como abundante tilapia, con-diciones que podrían estar afectando el comportamiento de la lobina hacia los señuelos que estuvimos trabajando.

De regreso en la Hacienda, ya nos es-pera Lulú y su equipo para recibirnos con una sopa de tortilla que inmedia-tamente deja ver el excelente sazón de la cocina del Big Bass Lake Baccarac

Fishing Lodge.La exquisita entrada es seguida de

un cortadillo de diezmillo que también embruja los paladares de todos los miembros de Lobinas Trofeo, quienes comentan con frecuencia el buen sa-bor del platillo y van consumiéndolo hasta dejar limpio el plato.

Nieve con duraznos en almibar y café dan el cerrojo a la estupenda experien-cia gastronómica que degustamos esta noche. Mañana estaremos listos a las 5 de la mañana para intentar nuevamen-te vencer a las grandes lobinas trofeo que habitan las aguas de esta gran for-taleza mexicana, de este gran embalse Bacurato.

Bacurato, 5:00 a.m. Como siempre, me adelanto a la alarma del reloj. Los olores nos remontan a las cocinas de la abuela. El café, las tortillas de harina y la manteca de puerco nos llaman a la reunión en torno al desayuno. Los ánimos andan bien, los cazadores de lobinas trofeo traen ya objetivos bien definidos y cada quién semblantea su estrategia para el día de hoy.

Abelardo define las parejas, aborda-mos la van y nos dirigimos hacia el bo-tadero. En el camino, del lado derecho,

alcanzo a ver una sombra, un hombre de estatura mediana, sin camisa y en bermudas. Iván Valdés me dice “mire nomás quien lo vino a recibir Doctor. ¡Es el Tigre!”. No lo puedo creer, El Ti-gre fue por muchos años mi guía en bacurato. Compartimos experiencias de pesca inigualables y nos hicimos verdaderos amigos. Me bajo de la ca-mioneta y nos saludamos efusivamen-te. Y aún cuando El Tigre no se dedica más a guiar a pescadores, ha sido con-siderado uno de los mejores guías de pesca de lobina de Bacurato.

Fue en Junio del 2004, un día del pa-dre, cuando junto con El Tigre capturé mi lobina más grande, mi lobina trofeo. Un día antes, pescando Bacurato con el Tigre. “Tigre, necesito pescar una lobina por arriba de 10 libras. Si me pones donde está y la saco, te voy a dar una buena propina”, le dije. El Ti-gre me contestó muy serio. “No doctor, no quiero su propina”. Volteo. “¿Cómo Tigre? ¡Es una compensación por tu trabajo!”, le respondí. “No Doctor”, re-vira él, “no es eso lo que quiero. Lo que quiero es su grabadora con todos los discos que trae”. Me quedo pensando y le contesto. “Va, Tigre. Va.”

Al día siguiente el Tigre estaba por mí a las 4:00 a.m. Esta vez sí me ganó a la levantada. Entró sigilosamente al cuar-to. “Doctor, Doctor, ya lo está esperan-do la lobina”, dijo.

El tigre ya tenía todo arriba de la lan-cha. Reviso que todo esté completo. Al revisar la hielera me doy cuenta que está repleta de cerveza y hielo. “No hay refrescos aquí, Tigre, ni agua tam-poco”. Con una gran sonrisa me con-testó. “Después de la lobina que va a sacar, Doctor, nos vamos a tomar esas cervezas usted y yo”.

En medio de una profunda obscuri-dad El Tigre arranca la embarcación. Como si fuera murciélago, va esqui-vando obstáculos: piedras, ramas, is-las. Conoce el embalse como la palma de su mano.

Media hora después, llegamos al punto seleccionado. Es una pequeña cañada que termina en punta de la fal-da de una montaña hacia el embalse. El Tigre dirige la panga sigilosamente hasta llegar a la punta de la cañada, abordándola por su parte lateral. Vol-teo y le digo, “Tigre, vas espantar a las lobinas”. El Tigre sigue callado hasta

que tocamos tierra. Voltea conmigo. “Doctor, el tiro va a ser de la orilla ha-cia el vaso de la cañada. Aquí hay un profundo de muchos metros. No quiero que le ponga ninguna de sus noveda-des de esas chinas y esas chin…” Yo no aguanto la risa. “Le va a poner una Cachorra, la más grande que tenga. De un color natural, muy natural. La lobina grande no es tonta, solamente en raras ocasiones ataca señuelos con colores destellantes”.

Saco una salamandra de 8 pulgadas en watermelon seed y la pongo en arreglo Texas. El Tigre me señala con el brazo hacia dónde va el lance.

Todavía con el manto de obscuridad, se escucha la línea saliendo rápida-mente del carrete. “Déjela caer, Doctor. Déjela que pise fondo. La va estar mo-

viendo suavemente, sienta el fondo de la presa, sienta cómo va desplazándo-se el señuelo sobre el fondo.

Sigo las indicaciones de El Tigre. No se escucha nada en la presa. Completo silencio. “Es el momento de las lobinas trofeo”, pienso. Con pequeños movi-mientos para mover la salamandra, voy recobrando lentamente hasta tener el señuelo de nuevo fuera del agua.

“No se desespere Doctor”, me dice El Tigre. “Aquí no hay lobinas chicas. En el primer cambio de dirección de la línea o comportamiento anormal usted le va a dar un buen enganche, sólido y bien puesto”.

Así pasan varias horas sin movernos del lugar. En el siguiente lance, El Tigre me indica hacia otra sección del canal que estamos trabajando. Lanzo con

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nora

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lizal

de.

Mario Hinojosa, Rogelio Villarreal y el Güero Blas.

Page 8: Reseña Bacurato // Revista Profishing

fuerza y precisión al punto, el señuelo cae rápidamente hasta tocar fondo. Lo trabajo con las recomendaciones de El Tigre. Repentinamente, la línea hace un extraño y comienza a cambiar de dirección. Viene un jalón de la lobina, seco y sólido, muy pero muy pesado. Me levanto de la silla y le doy un buen enganche. “¡Bien pegao!” dice El Tigre, y le sube a la grabadora. “Ya se vino, Doctor, ya se vino. ¡No le afloje!”

La gran lobina se siente ya atrapada y comienza a sacar línea buscando aguas todavía más profundas. La es-trella del carrete está a casi todo y la lo-bina me sigue sacando línea. La caña, doblada al máximo.

El Tigre abre la primera cerveza y le sube más a la grabadora. Yo me con-centro, no puedo perder esta lobina. La trabajo y la trabajo, como me enseñó mi tía Eva, de Sabinas Hidalgo, N.L. La batalla continúa por varios minutos. ¡Fue una batalla inolvidable!

El Tigre, sin siquiera voltear a ver la

lobina me dice, “ya la cansó Doctor”, y toma ágilmente la red. Acerco la lo-bina a la panga y El Tigre, en un solo movimiento, la hace entrar y la levanta rápidamente. Sale de la red parte de la región caudal del cuerpo y toda la cola. Los dos nos que damos mirándola en el piso de la embarcación. El Tigre vol-tea conmigo. “Ya se fregó la grabadora y los CD’s, Doctor. ¡15 libras!”.

Después de despedirme de El Tigre, abordo la camioneta y permanezco en silencio hasta llegar al botadero. Mi cara refleja un estado mental de recuer-dos, del recuerdo de la gran lobina, de mi lobina de 15 libras que capturé en compañía de él en esta misma presa, en bacurato.

El ruido de las cañas y cajas de pesca al depositarlas en las embarcaciones, me ubican de nuevo. Cambio el sem-blante y me apresto a subir a la panga. Volteo con el guía y le digo “¡vamos por los trofeos! Hoy es cuando van a salir”.

Me acompaña en esta sesión Roberto Treviño, quien recientemente se integró otra vez a la pesca de lobina. Tiene una clara inclinación hacia la búsqueda de trofeos, con varias lobinas monstruo en su haber.

Yo continúo teniéndole fe a los sen-kos en wacky mientras que Treviño se apresta a utilizar un paletón en color tilapia.

Llegamos a un área con cobertura que inicia con un bajo a 8 pies, cayen-do rápidamente a 20 pies. Treviño em-pieza a atacar la zona con su paletón. El fondo es rocoso y los golpes con las piedras se reflejan hacia la caña de Roberto. En uno de esos choques contra las piedras del fondo, viene el encontronazo. La lobina toma el pale-tón con agresividad e intenta despla-zarse hacia aguas aún más profundas. Roberto le responde con un buen ma-nejo y recobra hasta que la cansa y la puede subir a la lancha. Un hermoso ejemplar de Bacurato.&

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Emprendemos en el regreso a Monterrey, no sin antes dejar constancia de nuestras capturas en el impresionante diario de la Hacienda Big Bass Lake Baccarac.

Page 9: Reseña Bacurato // Revista Profishing

Escudriño todas y cada una de las áreas que pudieran albergar una lo-bina trofeo. Mi senko en wacky no ha tenido los resultados esperados. Cambio a un gran grub de 8 pulgadas, negro con cola roja. Lance tras lance, los mismos resultados. Una completa inactividad de las lobinas, ni siquiera lobinas promedio están saliendo. Las horas transcurren lentamente debido a la poca acción, las otras embarca-ciones están sufriendo las mismas condiciones de pesca.

Llega la hora de regreso para la co-mida. Callados emprendemos a toda velocidad hacia la hacienda para una buena comida y una reponedora sies-ta en preparación para la jornada ves-pertina.

Los camarones resultan exquisitos y todo el grupo termina sus platos completamente. Estamos cansados, ha sido una larga mañana de poca ac-ción por lo que decidimos tomar una buena siesta antes de atacar la sesión por la tarde.

El calor es agobiante, todos decidi-mos esperar hasta las 4 p.m. para en-trar de nuevo al agua. Mi compañero de esta sesión es Everardo González Jr., experimentado cazador de lobinas trofeo quien a acompañado al grupo en muchas salidas de pesca buscando las grandes lobinas mexicanas. Everar-do es apasionado de los paletones y la mayoría de sus lobinas trofeo han sido obtenidas con este señuelo.

Inicia la sesión con su paletón prefe-rido, con mucha enjundia. Everardo le pone ganas, muchas ganas, sin em-bargo, los oponentes ni se inmutan. No hay actividad, simplemente las lobinas están en mute.

Yo le sigo teniendo confianza a los senkos en Texas, sin peso y en wacky con los mismos resultados. Ni un solo piquete, nula actividad.

Las horas pasan y el sol inicia su des-censo hasta prácticamente besar las aguas de Bacurato, una imagen inol-vidable. Repentinamente se inicia una andanada de rayos presagiando una buena tormenta. Los hilos plateados hacen un contraste espectacular con el cielo anaranjado del atardecer en Ba-curato. Son imágenes inigualables.

Bajo la lluvia, emprendemos el regre-so hacia la hacienda Lake Baccarac

Rogelio Villarreal.

Escudriño todas y cada una de las áreas que pudieran albergar una lobina trofeo. Mi senko en wacky no ha tenido los re-sultados esperados. Cam-bio a un gran grub de 8 pulgadas, negro con cola roja. Lance tras lance, los mismos resultados. Una completa inactividad de las lobinas, ni siquiera lobinas promedio están saliendo. Las horas trans-curren lentamente debi-do a la poca acción

La pacienciauna buena aliada

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Page 10: Reseña Bacurato // Revista Profishing

donde ya nos espera otra sorpresa gastronómica que compensa el desen-canto de la tarde de hoy.

El enorme T-Bone denota un asado perfecto, medio arrebatado, bien mar-cado por fuera y jugoso por dentro. Acompañado de unos deliciosos frijo-les a la charra combina perfectamente con unas enormes tortillas de harina y una salsa recién molcajeteada.

Estamos cansados, verdaderamen-te agotados después de una intensa sesión de pesca sin los resultados esperados. Everardo González padre comenta “así es la pesca de lobina. Es un asunto muy dinámico y cambiante, ese es el verdadero reto de pescar esta especie”. El comentario es secundado

con poco entusiasmo por todos en la mesa, acompañados de café y nieve de vainilla como postre.

Llega la hora de ir a descansar. Maña-na será la última sesión de este compli-cado y difícil episodio de “Tour Mexica-no Buscando Lobinas Trofeo”.

En el camino hacia las habitaciones, Mario Hinojosa se me acerca y me dice “Doc, nos toca pescar juntos mañana. ¿Qué plan de pesca traes?”. “La ver-dad, no sé”, le contesto. “Está dema-siado inactiva la lobina. De acuerdo a los condiciones de mañana pues a ver que aplica”.

Nos despedimos y caigo rendido en la cama con la intención de estar al 100% para la última oportunidad de obtener

mi lobina trofeo de Bacurato.A las 5:00 a.m. ya estamos desayu-

nando huevos al gusto y pancakes con un energizante café negro. Los miem-bros del grupo denotan cansancio, sin embargo se reportan listos para la últi-ma sesión del viaje.

Ya en el botadero, todos nos desea-mos suerte y las embarcaciones arran-can en diferentes direcciones buscan-do los mejores puntos de la mañana.

A nosotros nos acompaña el Güero Blas como guía, quien dirige la pan-ga hacia una retirada punta que cae abruptamente hacia el lecho del em-balse. Aquí iniciamos el día de pesca. Vuelvo a amarrar un senko en wacky y Mario un gran paletón. La actividad de

casteo es incesante, sin suerte. Los minutos pasan y se acumulan en

horas. Hemos intentado ya diferentes señuelos que en otras ocasiones nos han brindado enormes lobinas y los re-sultados siguen siendo los mismos.

La gota de sudor recorre mi cara des-de la frente, por debajo de los lentes solares y continúa por la nariz hasta la punta de la misma para caer estre-pitosamente en mi pie derecho. Están transcurriendo los últimos segundos de tres complicados días de pesca en Bacurato, Sinaloa.

Otra gota de sudor inicia su camino en mi frente, corre por la nariz pero esta vez se desvía hacia la comisura de mi boca. Esta salada, muy salada, así como esta visita en búsqueda de lobinas trofeo a este gran embalse, el mejor de México y, en opinión de mu-chos, el mejor del mundo.

El grupo de cazadores de lobinas tro-feo ya ha capturado sus premios, po-derosas lobinas que habitan las aguas de esta presa. Han salido con mucho esfuerzo, pocas pero trofeos todas. En mi caso, no he sacado ninguna, tampo-co se me ha escapado ningún trofeo, simplemente no han sido mis días.

Exhalo un débil “¡uuuf!”, signo inequí-voco del cansancio y desesperación. Los segundos siguen corriendo. A las 11 de la mañana tenemos que estar de regreso al botadero y de allí a la hermosa hacienda de pesca Big Bass Lodge Lake Baccarac para regresar a Monterrey.

Solo 17 segundos para el final. El Güero Blas, guía que nos acompaña, me indica con su brazo hacia donde lanzar. Giro el cuerpo sosteniendo la caña con un arreglo en Texas y un grub de 7 pulgadas.

Hago un último esfuerzo. El grub sale lanzado a muchos metros, más que cualquier tiro de todos los que he lan-zado en este viaje de pesca.

El señuelo hace contacto con el agua e inicia el rápido descenso. En el tra-yecto hacia el fondo, siento que se de-tiene. Es una sensación rara, diferente, se sale de la norma para la caída de un señuelo como este. Mario Hinojosa se levanta de su silla y dice “bueno Doc-tor, despídete de tu admirada presa”. “Espérame -le digo.- dame un segun-do, un segundo más”. La línea cambia

de dirección y ahora siento el peso, el peso, ese gran peso. “Un segundo, Mario”, susurro en voz baja. “Un se-gundo”, repito con voz más enérgica. ¡Viene el jalón!

La lobina responde con gran energía y comienza a sacar línea. “¡Eso, Doctor!”, corea Mario Hinojosa. “¡Que no se le vaya!”.

La trabajo lo mejor que puedo, recor-dando aquel momento con El Tigre y la gran lobina de Bacurato.

Al fin la lobina se cansa y la acerco a la panga, el Güero Blas la coloca en la red y la levanta hacia la embarcación. ¡Por fin! ¡La lobina trofeo de Bacurato, y en los últimos segundos de pesca! Una experiencia inolvidable.

Emprendemos el regreso a Monte-rrey, no sin antes dejar constancia de nuestras capturas en el impresionante diario de la Hacienda Big Bass Lake Baccarac.

¡Saludos desde Monterrey!

Dr. Rogelio [email protected] Big Bass Lake Baccarac LodgeDoug King: (480) 861-5021 (USA)Ivan Valdés: (673) 861-5021 (México)www.mexicofishing.net

Fotografía:Abelardo Saucedo [email protected] Javier Iván González [email protected]

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Roberto Treviño y Rogelio Villarreal.

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Potente. Este barco puede acelerar de 0 a 20 nudos en tan solo 8 segundos. Así que pon el acelera-dor en el fondo y siente cómo te vas hacia atrás. No sólo por eso podrías irte de espaldas, sus interiores, total-mente rediseñados, tienen tal fineza de acabados que te asombrará.

Spencer se ha dedicado a innovar en el mundo de los yates. Amantes de la pesca deportiva, los integran-tes del equipo de Paul, nombre de pila del fundador cuya compañía lleva su apellido, se regocijan en, modelo a modelo, tomar algo que ya parecía impecablemente bien

hecho y lo modifican un poco para enseñarnos que, cuando pensába-mos que la calidad de manufactu-ra e ingeniería habían llegado a su tope, estábamos equivocados.

Además del músculo que mues-tra para llegar a una velocidad de crucero de 33 nudos, los cuales al-

www.spenceryachtsinc.com&

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Spencer 66

Page 13: Reseña Bacurato // Revista Profishing

canza sin mayores aspavientos, el Spencer 66 puede convertirse en un cazador furtivo en completo control de sus habilidades. Pon el motor de troleo en marcha, lanza la carnada al agua y muévete a 3.2 nudos, ace-chando a tu presa. Para seguirla y darle alcance, puedes desplazarte a 8 nudos sin alborotar demasia-do la superficie. Cuando pique uno grande, puedes moverte un poco más despacio mientras peleas para traerlo abordo y a la sala de trofeos.

El casco está hecho de un empare-

dado de Core-Cell y fibra de vidrio, moldeado en frío, para lograr una es-tructura sólida que no se amedrenta cuando tiene el oleaje de frente. De hecho, para estas situaciones es posible cambiar la disposición de la proa, logrando un ataque de la ma-rea mucho más seguro.

El cuarto de máquinas no podría te-ner un acceso más sencillo, con una puerta en la popa que hará el mante-nimiento de su máquina asombrosa-mente sencillo. Desde este compar-timiento de superficies lustrosas, se

nota el extraordinario trabajo y cui-dado a los detalles que pusieron en cada centímetros de los interiores.

El trabajo de la madera para los terminados de gavetas, ventanas y pisos es soberbio. Tiene una cocina muy espaciosa para el tamaño del barco y, a pesar de que su comedor no puede acomodar a más de 4 per-sonas cómodamente sentadas, la sala en C, de frente al televisor, en-tretendrá plácidamente al resto de los invitados mientras esperan su turno a la mesa.

Elegante en todas sus facetas, fino por dentro, sólido por fuera y con un desempeño formidable bajo cubier-ta, el Spencer 66 podría volverse uno de los grandes favoritos de quienes gustan de la pesca deportiva con el mejor estilo.

Capacidad de combustible: 2,050gal

Desplazamiento: 68,000 lbs

Motor: 2x T 1825 hp CAT C32 ACERTs

Eslora: 66’ (20.22m)

Manga: 18’6” (6m)

Calado: 6’6” (1.98m)

ESPE

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La HistoriaEl pasado mes de julio estuve de vaca-ciones con mi familia en el bello puerto de Mazatlán, Sinaloa, y tuve la opor-tunidad de recordar viejos tiempos, cuando salí por primera vez a una pes-ca de altura con mi abuelo y mi señor padre, que Dios los tenga en su gloria. La fecha fue el verano de 1974, el pres-tador de servicios, la Flota BIBI Fleet. En aquella ocasión fueron 6 velas cap-turados, de los cuales se liberaron 3, más un marlín negro que peleó mi pa-dre por 4 horas, pero ya era tarde y el regreso largo, por lo que cortó la piola.

De nueva cuenta volvimos a Mazatlán el verano del 77. Ahí fue mi segunda salida de pesca con la Flota BIBI. En una mañana muy tranquila, sacamos un par de dorados más dos barriletes. Vimos un marlín azul bollado que no quiso picar, más un ataque fallido de vela y regresamos a puerto después de una buena pesca.

La Flota BIBI Fleet inicio en 1946, después de la Segunda Guerra Mun-

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dial. Fue la primera compañía de pesca deportiva en Mazatlán, fundada por el señor Ernesto Coppel, que eligió este destino porque, junto con Perú, eran los principales puntos de atracción para la pesca de marlín azul, marlín ne-gro y pez vela. En aquel entonces, por tal motivo, existía una fuerte demanda de una chartera de pesca deportiva de altura que brindara excelente servicio a los pescadores nacionales y extran-jeros, la cual perdura hasta nuestros días.

El ReencuentroDespués de 36 años de mi última sali-da con esta organización, me puse en contacto con Tadeo Hernández Kelly, representante de la misma, para pro-gramar una salida a pescar. La Luna no estaba ayudando en nada, pero eso no fue inconveniente. Fijamos el día y la hora. Como parte de su servicio, un trasporte fue envido a mi hotel para recogerme.

El reloj marcaba la 6 de la mañana cuando suena el teléfono en mi cuarto para avisarme que me estaban espe-rado para llevarme a la Marina Maza-tlán. La oficina de la Flota BIBI Fleet está ubicada en la Marina del Sol, local número 8. Ahí saludé a Tadeo, con el que platiqué un rato mientras alistaban la lancha. No pude negarme a un rico café recién preparado para comenzar el día con el pie derecho.

La EmbarcaciónCaminé en compañía de Tadeo hasta el muelle donde me esperaba una súper panga de 26 pies de longitud, conso-la central con su T Top, equipada con tangones, porta cañas, vivero para car-nada viva, dos hieleras, GPS, sonar, un motor de 150 caballos Yamaha de 4 tiempos y todos las medidas de segu-ridad que exige capitanía de puerto.

Se presentó el capitán y planteamos la estrategia para el día. Primero bus-caríamos los dorados en las boyas que

en Mazatlán

De pescacon la flota

Mucha acción y recuerdos con la primera compañía de pesca deportiva

en Mazatlán, fundada en 1946.

Hank Aaron (al centro), famoso jugador de béisbol de las Grandes Ligas, pescando con la flota BiBi FLEET, 1971.

Texto y fotos: Arq. Héctor Flores L.Pesca Costera México.http://pescacosteramexico.blogspot.mx/

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se encuentran desperdigadas por todo el sector. Estos artefactos consisten en un par de botellas de plástico amarra-das a una hoja de palma o un madero que funciona como sombra y, a su vez, atrae carnada, principalmente cocine-ros, como yo los conozco. En Mazatlán les dicen chiles verdes (Green Jack). Donde hay carnada, hay predadores, después trolearíamos en busca de pi-cudos.

La PescaCon todo listo, abordé la súper panga y tomamos el canal de salida de la ma-rina, pasando por la marina el Cid. Aquí es muy buena la pesca de corvina en el horario nocturno, cuando ya no hay trafico de embarcaciones, pero esa es otra historia que luego les platico.

El mar estaba como un plato, total-mente calmo. Marcamos rumbo en el GPS a una boya a 12 millas de distan-cia. Cuando llegamos, lo primero fue

Con dos bajadas del sabiky, 5 cocineros o chiles verdes nadaban en el vivero, pero al tercer intento el rig fue arrancado violentamente. Pude ver una cola amarilla de un buen dorado que se retiraba.

difíciles

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Los dorados

conseguir carnada viva para el vivero. El capitán preparo una caña con un sa-biky rig, arreglo que consiste en de 6 a 8 anzuelos pequeños con una peque-ña pluma imitando a un diminuto pez o camarón.

Mientras tanto, yo preparaba mi equi-po: una caña Shimano Trevala de 6”6 de longitud aunada a un carrete Oku-ma Cortez CZ-10CS, cortesía de mis amigos de www.curicanes.com, car-gado con 400 yardas de línea Power Pro de 50 libras, con un top shot de monofilamento de 50 libras, más líder de 80 libras de flurocarbono.

Con dos bajadas del sabiky, 5 coci-neros o chiles verdes nadaban en el vivero, pero al tercer intento el rig fue arrancado violentamente. Pude ver una cola amarilla de un buen dorado que se retiraba. Había tomado uno de los co-cineros atrapados. De inmediato, puse un Buck Tail Banjo Jig de 1 onza, mar-ca Williamson. Lo dejé caer. No pasó

mucho cuando un fuerte golpe y una pequeña corrida nos hicieron perderlo. Dimos varias vueltas sin suerte a esta boya con carnada viva y plumas. Lo más desesperante era ver los dorados que seguían los señuelos pero no con-cretaban sus ataques.

Por decisión unánime, preferimos buscar fortuna en otro sitio. Nos diri-gimos hacía el sur rumbo a Mármol en busca de una nueva boya. Tardamos unos minutos en encontrarla. De pron-to, saltó un enorme dorado que nos sorprendió. De nueva cuenta el capitán puso una caña con un chile verde pren-dido de la nariz, y en lo personal inten-té con un señuelo marca DUO el Tide Minnow Advance Line Slim 175 Flyer.

Pero los dorados ni en cuenta. Así pasaron las primeras horas de la ma-ñana hasta las 9:30, cuando decidimos trolear en un patrón más abierto de la boya, con una carnada viva y una escribano muerto, también conocido

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se pusieron

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como pajarito o Ballyhoo. Los anzuelos de la marca Lazer Sharp Live Bait por Eagle Claw (www.eagleclaw.com) no fallan, se los recomiendo altamente. La caña con el escribano se encontraba en uno de los portacañas del lado iz-quierdo de la lancha, con la línea pues-ta en el tangón correspondiente a ese lado. De repente la línea se suelta del tangón y el carrete empieza a sonar. De inmediato le paso mi caña con la car-nada viva al capitán y tomo la segunda. Dos corridas muy buenas y el animal empieza a ceder. Sin mucha premura lo acerco al costado de la lancha. Ahí, el capitán dio un golpe certero con el gancho para vencer al primer dorado de la mañana.

Llegó la hora de tomar decisiones: seguir buscando los dorados o colocar las cuatro líneas en el agua y trolear en busca de los picudos. Decidí dar una vuelta más con la carnada viva para luego ponernos a trolear con escriba-nos y mechudos. Prendido de la nariz con un anzuelo circular de la marca La-zer Sharp para agua salda, fue al agua el cocinero o chile verde mas grande que todavía estaba vivo.

Esto fue una muy buena elección por-que solo habían trascurrido algunos minutos cuando mi carnada empezó a actuar extraño. Le di línea para que el dorado pudiera comer con mas fa-cilidad y esperé unos segundos para subir la punta de la caña. Ahí el Cor-tez empezó a chillar de lo lindo. Tres brincos espectaculares nos revelo un dorado macho de muy buen tamaño. El capitán le calculaba un peso de 15 a 20 kilos. ¡Vaya! estaba disfrutando mucho esta pelea. Poco a poco el ani-mal fue cediendo bajo la presión de 20 libras de drag aplicadas por el Cortez. El capitán se preparo con el gancho, ya que solo faltaban escasos metros para tenerlo a distancia. Pero la pesca no es una ciencia exacta. El animal dio un último cabeceó y se pudo liberar, y yo recuperé todo mi arreglo, incluyendo el anzuelo.

Un poco molesto por no haber podido aterrizar este bello ejemplar, preferí ce-lebrar el hecho de que estaría disponi-ble para pelear otro día. Por supuesto, me tuve que tomar una bien fría como brindis por el suceso.

Tomé el timón de la lancha mientras el capitán prepara las cuatro líneas, se-

&&&

El mar estaba como un plato, totalmente calmo. Marcamos rumbo en el GPS a una boya a 12 millas de distancia. Cuando lle-gamos, lo primero fue conseguir carnada viva para el vivero. El capitán preparo una caña con un sabiky rig, arreglo que consiste en de 6 a 8 anzuelos pequeños con una pequeña pluma imitando a un diminuto pez o camarón.

para salirPreparados y listos

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ñuelos en los tangones, más dos car-nadas de escribano o pajarito. Ajusté la velocidad de la embarcación y tracé un curso para buscar a los picudos. Pasé una hora sin resultados, sola-mente vimos un pez vela boyado pero no quiso las carnadas. Por el radio re-portaban otras embarcaciones que no habían visto picudos, solamente dos reportaron capturas de pez vela.

Una tortuga caguama estaba boya-da muy cerca de nuestro curso, por lo que traté de tomarle algunas fotogra-fías. Me da gusto que los esfuerzos de conservación están dando frutos, pero no podemos bajar la guardia. Por fa-vor, no consuman huevos de tortugas marinas es una mentira vil decir que tienen facultades afrodisiacas.

En el bello puerto de Mazatlán tuve la opor-tunidad de recordar viejos tiempos, cuando salí por primera vez a una pesca de altura con mi abuelo y mi señor padre, que Dios los tenga en su gloria. La fecha fue el verano de 1974, el prestador de servicios, la Flota BIBI Fleet.

recuerdosGratos

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El RegresoEl tiempo se nos acabó y nos enfilamos a la marina. Faltando unas dos millas, localizamos una boya con algo de mo-vimiento. Solo bajamos una línea con un escribano. Apenas tocó el agua, fue atacado por un dorado, el segundo del día. La pelea duró muy poco pero fue muy divertida.

De regreso en la marina, Tadeo nos estaba esperando. Fue un buen día de pesca, si consideramos el efecto de la luna llena. Mi par de dorados fue-ron fileteados a la perfección: 4 longas embolsadas y en hielo para que me las llevara.

Los dos vela reportados estaban col-gados, uno de ellos de muy buen ta-maño. En lo personal prefiero el C&R

pero hay ocasiones, cuando el animal se gancha del buche y su oportunidad de vida es casi nula, que no tiene senti-do soltarlo, es preferible aprovecharlo.

Quisiera darle las gracias a Tadeo por sus finísimas atenciones, así como a la Flota BIBI Fleet por traerme recueros que atesoro con mucho cariño. Seño-res, no le fallará esta organización con 60 años de experiencia los respalda. A propósito, por falta de tiempo no pude salir con ellos a pescar a los mangla-res. Espero que próximamente les trai-ga ese reportaje.

En la Cocina¿Quieren saber cómo terminaron esos filetes de dorado? Aquí les dejo las recetas:&

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Si están interesados en contratar los servicios de la Flota BIBI Fleet, los pue-den contactar en: www.bibifleet.com y www.fishmazatlan.com.

Me despido con un cordial saludo de todos mis lectores, y mucha suerte en su próximo viaje de pesca.

Pesca Costera México.http://pescacosteramexico.blogspot.mx/Arq. Hector Flores L.Eagle Claw Pro Staff.

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• Síguelos en Facebook: http://www.facebook.com/home.php#!/profile.php?id=1600194302 • Síguelos en Twitter: http://twitter.com/BibiFleet • Síguelos en YouTube: http://www.youtube.com/BibiFleet • Conviértete en un Fan: http://www.facebook.com/#!/pages/Bibi-Fleet-Sportfishing/137021479712109 • Teléfonos: 01- 669-148-2055, 01- 669-913-1060.

Ceviche de dorado

Ingredientes:- Filete de dorado finamente rebanado y picado- Media cebolla morada picada muy fina - Un tallo de apio finamente picado - Medio chile chilaca finamente picado - Un tomate huaje picado en cubitos - Cilantro finamente picado - Limón agrio, el necesario - Aceite de oliva de buena calidad - El jugo media lima, el resto cortado en rodajas para decorar - Sal de mar y pimienta al gusto

Preparación: En un recipiente coloque el pescado ya picado y la verdura picada. Mezcle bien. Luego vierta el jugo de los limones más el aceite de olivo, y vuelva a mezclar. Sazone con sal y pimienta al gusto. Ponga el jugo de la media lima y decore. Tape el recipiente y colóquelo en el refrigerador o hielera de 2 a 4 horas. Saque y acompañe con tostadas o galleta saladas, más una cerveza bien fría.

Cubos de dorado a la plancha

Ingredientes:- Filete de dorado rebanado en cubos - Aceite de olivo de buena calidad - De 4 a 6 dientes de ajo finamente picados- Sazonador de finas hierbas- Sal marina y pimienta molida gruesa al gusto- Limón rebanado par adornar Preparación: En un sartén se pone el aceite de oliva hasta que esté bien caliente. Se agrega el ajo picado. El pescado, ya en cubos, se sazona con la sal y pimienta más el toque de finas hierbas para luego colocar en la sartén hasta que esté al punto. Poner los limones en mitades o en gajos alrededor del plato de servir. Acompañe con una guarnición de verduras al vapor o a la mantequilla y un buen vino blanco o rosado bien frío.

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A lo largo de los años, Hatteras se ha hecho un nombre por construir

algunos de los botes más bonitos del mercado. Grandes, fuertes y con una elegancia regia característica. Este yate, aunque no es uno de los más imponentes, traslada perfectamente esa gracia de líneas para una aparien-

cia simplemente estupenda.Este diseño nació en 2007 y se per-

feccionó a lo largo de los dos años siguientes, en una época de crisis económica mundial. No obstante las dificultades monetarias, Hatteras in-virtió lo necesario para darle al GT 60 más que una cara bonita.

De un tamaño intermedio entre los pequeños pesqueros y los grandes yates que más bien parecen cruce-ros, mueve sus 60 pies de eslora con facilidad insospechada. Su maniobra-bilidad parece prestada de un bote mucho más pequeño y, a pesar de no ser tan corpulento, se mueve bastan-

www.hatterasyachts.com&

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HatterasGT 60

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te menos sobre el oleaje de lo que po-dría pensarse.

Está equipado con un par de moto-res Caterpillar C32 ACERT, cada uno con 1900 caballos de fuerza, que lo levantan de 0 a tope en escasos 90 segundos. Además tiene una asom-brosa capacidad para detenerse. Aún a buena velocidad, por encima de los 7 nudos, cambia a reversa y te deten-drás casi en el mismo punto, lo cual es sumamente útil cuando ves un pez de buen tamaño y debes reaccionar cuanto antes.

En la popa tiene un espacio perfecto

para pescar. Es amplia, equipada a la altura de un bote de mayor tamaño, con varios pies libres que hacen del catch and release una opción prácti-ca por el espacio que tienes para vol-ver a echar al pez al agua. Por si fuera poco, este santuario de pescadores es personalizable. El comprador pue-de diseñar el mezzanine a su gusto, lo que le da un sello particular a cada bote parecido que pudiera encontrar-se en la marina.

Puente abierto o cerrado, cualquiera es opción al comprar un GT 60. Aquí se puede acomodar la consola de

mando en dos disposiciones: de lado, con un solo pasillo, o central, con la consola un poco más pequeña y dos pasillos laterales. Cualquiera que sea la elección, el espacio de alma-cenamiento es más que suficiente, y los asientos también son adecuados para albergar, con lujo y sofisticación, a varias personas.

Los acabados interiores ya se los puede imaginar, hechos para satis-facer los estándares de la marca. Sin embargo, son un tanto más sencillos, con líneas agraciadas, con perfecto cuidado del detalle pero sin atiborrar de decoración, lo que le da un aspec-to más serio que algunos de sus pre-decesores.

Con su tamaño mediano, este lindo yate promete llenar las expectativas de todo pescador con un gusto por lo estilizado y elegantemente sobrio.

Capacidad de combustible: 1,500 gal

Desplazamiento: 89,500 lbs

Motor: 2x CAT C32 Diesel

Eslora: 59’10” (18.20m)

Manga: 19’ (5.78m)

Calado: 4’9” (1.44m)

ESPE

CIFI

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La bolsa garantizada era de 2 millones 750 mil dólares. Al sonar el disparo de salida, 105 equipos zarparon en

busca del primer premio de la edición 33 del Bisbee’s Black and Blue, el torneo de pesca más acaudalado del planeta.

A pesar de la voluntad de los equipos, ape-nas dos de ellos atraparon marlines el primer día, ninguno de los cuales cumplió el están-dar de 300 libras para contender por el pre-mio. Esto dejó un millón 698 mil 500 dólares disponibles para la segunda jornada.

Los tripulantes de las embarcaciones pelea-ron por largas horas pero ninguno logró sacar el pez que les diera la victoria. En este, el torneo que más dinero reparte, sólo califican marlines azules o negros, hábiles y fuertes creaturas marinas.

Aunque el primero no fue un día especial-mente productivo, la esperanza se mantenía para las siguientes jornadas. “Las coorde-nadas G-3 y G-5 tienen formaciones roco-sas con mucho alimento, así como viento y corrientes suaves. La pesca debe ser buena ahí los próximos días”, aseguró Axel Valdez, encargado de las transmisiones radiofónicas del Bisbee’s Black & Blue por los últimos 5 años.

Las palabras de Valdez fueron premonito-rias. El segundo día estaba aderezado con emoción y expectativa. Los botes salieron a buscar fortuna en la segunda jornada y fue Martha McNaab, a bordo de su Viking 61 lla-mado Retriever, quien la encontró.

Fue precisamente en la coordenada G-5, como lo anticipara Axel Valdez, donde sacó un marlín azul de 525 libras, con el cual lu-chó por poco más de una hora. “Había

muchos voladores alrededor y después este pez cayó. En realidad, tuvimos un muy buen día. Esta mañana liberamos tres rayados y después atrapamos el azul”, dijo McNaab luego de que el pesaje la colocara como líder temporal de la competencia.

Su colosal captura midió 109 pulgadas des-de la mandíbula a la bifurcación de la cola, y registró una circunferencia de 62 pulgadas. “Esperamos 8 años por este marlín. Soñaba con él”, dijo emocionado Tony Araiza, co-mandante del Retriever.

El día también favoreció a otros 2 equipos. El equipo japonés Go Deep sacó otro azul de 323 libras, mientras James Long, a bordo del

Capturasy premios colosales

Bisbee´s

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BLACK & BLUE

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Texto: Alex Ruelas.

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Queen, capturó uno negro de 342 libras.El tercer y último día del torneo comen-

zó con el equipo Retriever como favorito en las apuestas. Tenían un buen marlín, sin embargo, la historia cambió repenti-namente. Estaba por terminar la jornada cuando Linda Williams, quien llevaba dos horas peleando con un pez enorme a bordo del II Success, un Hatteras 60, sacó del agua el marlín más grande jamás capturado por una mujer en la historia del Black&Blue. El marlín azul se presentó en la báscula ante el asombro de la multi-tud. Pesó 774 libras.

“Esta semana mostramos de lo que so-mos capaces las mujeres pescadoras en este deporte –dijo Williams–. Fue la pes-ca de una vez en la vida y definitivamente la uno en mi lista de metas, en especial por suceder en el Black & Blue”.

Bisbee’s OffshoreSe trata del “Pequeño Bisbee’s”, como le conocen con cariño sus participantes. Es una especie de calentamiento para el tor-neo grande, una convivencia con ambien-te de camaradería en la que los pescado-res se ponen a punto y prueban suerte de

&

marlín:

Grande, fuerte, veloz, el marlín es uno de los máximos trofeos para cualquier pescador de agua salada, un verdadero reto que nada sigiloso y elusivo para las embarcaciones. Este animal es el símbolo de los torneos Bisbee´s.

El

43&

Una presa de antología

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cara al Black&Blue.No obstante no contar con tantos reflectores

como su hermano mayor, el Bisbee’s Offs-hore gusta de otorgar buenos premios. En su edición de 2013 comenzó con una bolsa garantizada por la friolera de 621 mil 350 dólares.

La mayor parte del premio se dividió entre dos equipos que acapararon la competencia: North Star y Ultra Seal. Los representantes de la estrella del norte se llevaron un premio de 110 mil 075 dólares. El Ultra Seal se lle-vó la misma cantidad de billetes verdes, ellos por la pesca de su comandante Bon Burts de un fantástico dorado de 33 libras.

Por su parte David Whittier y su equipo ga-naron el mejor atún del torneo con un ejem-plar de 201 libras.

“Tuvimos un gran torneo. Gracias a todos los equipos participantes y a la generosidad

de nuestros patrocinadores: Cabo Riviera, Baja Cantina y el Windham Resort”, dijo Trisha Bisbee al finalizar el evento. Ya sea en su versión más llamativa, o en la más in-tima convivencia del OffShore, los torneos Bisbee’s siempre tienen algún fantástico mo-mento que recordar.

&

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