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RESEÑAS Ahumada, Ignacio (ed.), Diccionarios y lenguas de especialidad. V Seminario de Lexicografía Hispánica (Jaén, 21 a 23 de noviembre de 2001), Jaén, Uni- versidad de Jaén, 2002. xiv + 229 pp. Los trabajos presentados en este V Seminario de Lexicografía Hispánica ofrecen una interesante visión de los problemas que plantea el vocabulario espe- cializado, desde los aspectos teórico-prácticos hasta el análisis de algunos de estos conjuntos léxicos. Tras la presentación, a cargo de Ignacio Ahumada, se abre el primer capítulo de colaboraciones con «El problema de la equivalencia en los diccionarios bilin- gües especializados», a cargo de Reinhold Werner. En este estudio, refiriéndose al diccionario general bilingüe, analiza el estudioso alemán el problema de la indicación de equivalentes así como las técnicas para la presentación de estos equivalentes o de información sustitutiva o adicional a ellos, dependiendo de las funciones adscritas a la obra, a saber, comprensión de una lengua extranjera, traducción desde una lengua extranjera a la materna, traducción desde la lengua materna a una extranjera y producción de textos en una lengua extranjera. Según apunta Werner, para el diccionario bilingüe especializado no se han tenido en cuenta estas distinciones, puesto que se parte normalmente del tópico del parale- lismo entre las nomenclaturas científico-técnicas de diferentes idiomas, si bien en la bibliografía más reciente se señala el alto grado de discrepancia que existe en las estructuras conceptuales que subyacen a determinadas terminologías en dife- rentes lenguas. Aunque Werner concluye que la distinción de funciones que se aplica a los diccionarios bilingües pierde parte de su importancia en la lexicogra- fía especializada, explica en su artículo las diferentes soluciones que pueden Revista Española de Lingüística (RSEL) 37, 2007 (ISSN: 0210-1874)

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    Ahumada, Ignacio (ed.), Diccionarios y lenguas de especialidad. V Seminario de Lexicografa Hispnica (Jan, 21 a 23 de noviembre de 2001), Jan, Uni-versidad de Jan, 2002. xiv + 229 pp.

    Los trabajos presentados en este V Seminario de Lexicografa Hispnica ofrecen una interesante visin de los problemas que plantea el vocabulario espe-cializado, desde los aspectos terico-prcticos hasta el anlisis de algunos de estos conjuntos lxicos.

    Tras la presentacin, a cargo de Ignacio Ahumada, se abre el primer captulo de colaboraciones con El problema de la equivalencia en los diccionarios bilin-ges especializados, a cargo de Reinhold Werner. En este estudio, refirindose al diccionario general bilinge, analiza el estudioso alemn el problema de la indicacin de equivalentes as como las tcnicas para la presentacin de estos equivalentes o de informacin sustitutiva o adicional a ellos, dependiendo de las funciones adscritas a la obra, a saber, comprensin de una lengua extranjera, traduccin desde una lengua extranjera a la materna, traduccin desde la lengua materna a una extranjera y produccin de textos en una lengua extranjera. Segn apunta Werner, para el diccionario bilinge especializado no se han tenido en cuenta estas distinciones, puesto que se parte normalmente del tpico del parale-lismo entre las nomenclaturas cientfico-tcnicas de diferentes idiomas, si bien en la bibliografa ms reciente se seala el alto grado de discrepancia que existe en las estructuras conceptuales que subyacen a determinadas terminologas en dife-rentes lenguas. Aunque Werner concluye que la distincin de funciones que se aplica a los diccionarios bilinges pierde parte de su importancia en la lexicogra-fa especializada, explica en su artculo las diferentes soluciones que pueden

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    ofrecerse al problema de la presentacin de equivalentes o de informacin susti-tutiva o adicional a estos en el diccionario bilinge especializado.

    En El artculo lexicogrfico en el diccionario de especialidad, Joaqun Garca Palacios plantea que, con vistas a la elaboracin de obras lexicogrficas especializadas, ha de superarse la distincin entre terminologa y lexicografa, y entre palabras y trminos, sobre todo teniendo en cuenta lo mucho que estas ltimas unidades comparten con las del lxico comn, la presencia de voces que se sitan en un terreno fronterizo y el trasvase de un grupo a otro. Por ello, en el diccionario de especialidad, ante la dificultad de confeccionar diferentes obras orientadas respectivamente a distintas funciones, se ha de ofrecer informacin concebida no solo para la comprensin, sino tambin para la comunicacin, para lo cual es necesaria la colaboracin entre especialista y lexicgrafo. Por la experiencia ya acumulada en torno al diccionario general monolinge, el espe-cializado tendr la misma estructura fundamental de aqul (entrada, categora y definicin) y se adaptar para ofrecer un producto que tenga utilidad no solo para la conceptualizacin de un determinado saber sino tambin para su trans-misin.

    Manuel Alvar Ezquerra, en La marginacin, el argot y sus ltimos dicciona-rios se refiere a cuestiones tericas concernientes a los lenguajes ocultos de ciertos grupos profesionales o sociales: funcin de estos cdigos, trasvase de las unidades lxicas del argot al diccionario general y carcter efmero de estas vo-ces. Alvar Ezquerra repasa igualmente las dificultades referentes a la diferencia-cin entre jerga y argot; entre este mismo y determinados niveles de uso de la lengua (coloquial, vulgar); entre el argot y los lenguajes cientfico-tcnicos; y entre el argot y el cal de los gitanos. Finalmente, despus de resear la impor-tancia de las voces de germana en la historia de la lexicografa espaola, se centra en el anlisis de los ltimos diccionarios de argot del espaol. En la mayo-ra de ellos se observan la presencia de voces que ya no pertenecen al argot y la dificultad de deslindar los elementos que pertenecen a distintos grupos sociales, si bien en algunos de estos vocabularios se justifican explcitamente estos proble-mas aludiendo al carcter continuo del habla. Como conclusin principal, Alvar Ezquerra seala que el paso de las voces propias del argot al lenguaje comn supone el triunfo de lo marginal sobre lo general, pero tambin su desvaneci-miento, la prdida de su propia identidad, lo que es la causa de la pronta desaparicin de la mayora de estas formas.

    Juan Martnez Marn, en La terminologa musical en los diccionarios del espaol da cuenta de la prctica inexistencia de diccionarios especializados de terminologa musical en espaol, a pesar de la importancia de la msica en la vida y cultura humanas. La mayora de las obras existentes seala Martnez Marn tienen carcter enciclopdico y presentan no pocas deficiencias de ca-

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    rcter lexicogrfico, en contraste con la importancia cuantitativa del conjun - to de voces tcnicas de la msica presentes en los diccionarios generales del espaol.

    En la ltima colaboracin de este bloque, Jos Carlos de Torres Martnez nos habla sobre El lxico espaol de los toros. Torres Martnez traza en su artculo una historia de la tauromaquia, desde sus orgenes (en el siglo xiii, en fuentes castellanas) hasta la actualidad, dividida en tres etapas. El autor, a la que vez que se refiere a las fuentes ms importantes de cada perodo para el anlisis del voca-bulario taurino, nos ilustra en su exposicin con numerosos trminos tcnicos de esta parcela cultural.

    A continuacin, bajo el epgrafe de Notas se recogen cuatro colaboracio-nes de menor extensin debidas a los miembros del seminario de lexicografa. Dos de ellas se centran en el estudio del lxico nutico en textos del siglo xvi: la primera, por M. ngeles Garca Aranda, en El estudioso de la aldea, de Juan Lorenzo Palmireno; y la segunda, a cargo de M. gueda Moreno, en la Recopi-lacin del padre Guadix. Por otro lado, M. del Carmen Cazorla revisa los tecni-cismos en cuatro diccionarios bilinges (espaol-francs) de los siglos xviii y xix; y Narciso M. Contreras nos acerca al conocimiento de los recursos termino-lgicos que se encuentran en la Red.

    Como parte central del volumen aparece la colaboracin de Lidio Nieto y Manuel Alvar Ezquerra sobre la traduccin de la obra de Dioscrides, Acerca de la materia medicinal [...], publicada por Andrs Laguna en 1555, texto en el que se documentan numerosos nombres de plantas, animales, minerales y otras reali-dades de inters farmacolgico. Sealan los autores del artculo que el enorme valor de estas documentaciones les llev a incluir estos trminos en el proyecto del Nuevo Tesoro Lexicogrfico del Espaol, partiendo de la Tabla de los nom-bres castellanos, entre los cuales van algunos estrangeros, pero espaolizados, que al final de la obra inserta el propio Laguna. La existencia de este listado apuntan Nieto y Alvar Ezquerra justifica la inclusin de esta obra en el Te-soro, a pesar de los problemas de carcter terico que en principio se les plantea-ban. El elenco de voces, muy interesante desde el punto de vista de la historia del vocabulario castellano, comprende alrededor de mil ochocientos vocablos, mu-chos populares (como nispero, mastuero, romaza, vexiga), con las variantes que en numerosos casos se presentan; y muchos ms, voces latinas o griegas adaptadas a la pronunciacin espaola (papaver, paronychia, panculo, etc.), las cuales, en su mayor parte, son trminos de la ciencia que nunca han formado parte del fondo lxico comn del idioma.

    Con el ttulo Manuel Alvar (1923-2001). Contribucin a la dialectologa de las hablas andaluzas y obra metalexicogrfica rinde homenaje el Seminario de Lexicografa a la gran figura de la dialectologa espaola de la segunda mitad

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    del siglo xx, fallecida en el mismo ao de la celebracin de las jornadas de este Seminario. Ignacio Ahumada, despus de hacer una breve semblanza humana del maestro, resea de forma sinttica el quehacer universitario y cientfico de Don Manuel, centrndose en su vinculacin a Andaluca y a Amrica, y destacando su contribucin a la dialectologa hispnica, la lexicografa y los estudios sobre lexi-cografa. A continuacin, adjunta una bibliografa del maestro, ceida a los ttu-los de dialectologa andaluza y metalexicografa.

    Como cierre del volumen se inserta el nmero 3 de Bibliomet, Boletn Biblio-grfico de Metalexicografa del Espaol, ttulo bajo el cual el Seminario recoge los trabajos sobre lexicografa del espaol publicados en los dos aos que median entre cada una de las convocatorias de las jornadas.

    Miguel Becerra PrezUniversidad de Extremadura

    Ahumada, Ignacio (ed.), Lexicografa regional del espaol. VI Seminario de Lexicografa Hispnica (Jan, 19 al 21 de noviembre de 2003), Jan, Univer-sidad de Jan, 2004. xiv + 281 pgs.

    Ignacio Ahumada, en la presentacin de este Seminario, seala que el inters por el lxico regional en nuestra lengua se manifiesta ya cuando Nebrija acoge en sus diccionarios voces recin llegadas de Amrica, y apunta que actualmente la lexicografa regional del espaol [...] representa una de las subdisciplinas lin-gsticas de mayor auge, valoracin que compartimos tras la lectura de estas actas, las cuales dan a conocer interesantes proyectos y estudios.

    Abre el bloque de ponencias Gnther Haensch, quien en La lexicografa del espaol de Amrica y el Proyecto de Augsburgo da cuenta del Nuevo dicciona-rio de americanismos, amplio trabajo que va concretndose en la elaboracin de diccionarios por pases. Haensch explica en su disertacin la historia del proyec-to, el mtodo de contraste de los materiales y las caractersticas de las obras. Se trata de vocabularios de carcter contrastivo que dan cabida a formas diferencia-das por el nivel de estilo, gnero gramatical, construccin, frecuencia de uso o cuestiones pragmticas.

    Humberto Lpez Morales, en El Diccionario Acadmico de Americanismos [...] repasa los vaivenes de la antigua idea de realizar esta obra, desde que fue impulsada en el I Congreso de Academias de la Lengua (1951) hasta que se apro-b el proyecto definitivo en el XI Congreso (1998). A continuacin, se refiere Lpez Morales ampliamente a algunas de las interesantes innovaciones que pre-senta esta obra, entre ellas, la estructura del artculo, el tratamiento de los extran-

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    jerismos y el modo de establecer las remisiones, las indicaciones sinonmi-cas y los envos.

    Por su parte, Manuel Alvar Ezquerra, en Evocacin y sucesos del Tesoro de las hablas andaluzas, rememora los orgenes y la gestacin de esta obra, desde las experiencias referentes a los primeros proyectos hasta que fue concluida, pa-sando por las numerosas vicisitudes habidas como consecuencia de la adaptacin a la tecnologa informtica, siempre cambiante.

    En la cuarta ponencia, El valor de las fuentes escritas en la lexicografa re-gional [...], Ignacio Ahumada resalta el valor de los textos en esta disciplina, tanto para la elaboracin de vocabularios como para el estudio del lxico, e igual-mente informa del proyecto El lxico histrico de las hablas andaluzas, en el cual se abordar el anlisis de las fuentes escritas del lxico andaluz, desde Ne-brija hasta 1952. Como muestra, Ahumada ofrece un estudio de Clemencia (1852), novela de Fernn Caballero en la que se incluye una tabla [...] de palabras anda-luzas, glosario que supone el acta de nacimiento de la lexicografa andaluza.

    Dentro de las comunicaciones, Marta Ayala y Antonia Medina presentan el Mapa lexicogrfico de las hablas andaluzas [...], trabajo en el que, adems de una referencia a las principales obras, muestran un actualizado y exhaustivo elen-co bibliogrfico de la lexicografa andaluza. Por su parte, en un artculo de seme-jantes objetivos, ngeles Garca Aranda estudia La lexicografa regional caste-llano-manchega, la cual se resiente de la inexistencia de un atlas lingstico y de la escasez de trabajos dialectales, al mismo tiempo que evidencia la desigual re-particin de los estudios, diferencias de calidad y cantidad, la dependencia del DRAE y la falta de mtodo lexicogrfico. Finalmente, dentro de este tipo de pa-noramas, Narciso Contreras analiza La lexicografa regional y las nuevas tecno-logas, comunicacin en la que nos acerca a los recursos sobre lexicografa re-gional existentes en la red, vocabularios en lnea en los que, junto con las ventajas que ofrece la nueva tecnologa, se observa todava una gran dependen-cia de la concepcin tradicional del diccionario y otros defectos evitables, como la impersonalidad de las obras y la falta de exigencia de criterios de calidad en las fuentes.

    En La fraseologa en la modalidad lingstica andaluza [...], Auxiliadora Castillo se refiere al problema de la inclusin y tratamiento de las unidades fra-seolgicas en los diccionarios, centrando su anlisis en el Tesoro lxico de las hablas andaluzas y ofrecindonos algunas de las muchas observaciones que so-bre esta materia pueden realizarse.

    Elena Felu se refiere en su comunicacin a Aspectos morfolgicos en la lematizacin de los regionalismos partiendo del problema del tratamiento de las variaciones fnicas en los vocabularios regionales, cuestin que trae repercusio-nes de carcter morfolgico, por la distinta forma en que se presentan los mismos

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    prefijos, sufijos o morfemas. Para ello analiza la autora el Diccionario extreme- o de Viudas, el Vocabulario andaluz de Alcal Venceslada, y el Tesoro lxico de las hablas andaluzas de Alvar Ezquerra, obras de carcter diferencial que repre-sentan opciones distintas de lematizacin. En la primera de ellas, el sistema de representacin fonolgica lleva a diferencias como las que muestran ahpador, saludaor y abocarda, formas con las que, efectivamente, se da cuenta de di-ferentes pronunciaciones del mismo sufijo, si bien es evidente que, entre otros problemas, la aplicacin de un criterio como este en variantes de la misma voz aumenta innecesariamente la extensin de la obra. En cuanto al Vocabulario de Alcal Venceslada, si bien el criterio es el de la normalizacin de las entradas, no siempre se sigue, de tal forma que se presentan a veces problemas anlogos a los del Diccionario extremeo. Lo ms acertado, segn Felu, ser un mtodo mixto que opte por la transcripcin normalizada y que igualmente d cuenta de las va-riantes, unificando la informacin procedente de fuentes diversas y facilitando la tarea de consulta. Este criterio es el seguido en el Tesoro, donde se muestran las variantes en distintas entradas, pero remitindolas para su definicin a un solo lema, de tal forma que, adems de evitar otros inconvenientes, los problemas morfolgicos quedan resueltos, puesto que, como ejemplo, formas con variantes del mismo prefijo, como esarrocinar y sarrocinar, se remiten a un solo lema (desarrocinar desamparar).

    Juan Manuel Garca Platero, partiendo de los materiales del Tesoro lxico de las hablas andaluzas, analiza La creacin de palabras en Andaluca, mostran-do los mecanismos de creacin lxica, tales como la metfora, la metonimia, la interdiccin, la etimologa popular, la composicin y la derivacin.

    Las restantes comunicaciones presentadas en estas jornadas tienen carcter histrico. En la primera de ellas, Aproximacin a los regionalismos en los dic-cionarios bilinges espaol-francs del siglo xviii [...], Carmen Cazorla analiza la inclusin de regionalismos en el diccionario espaol-francs de Sjournant (1769), contrastando las voces con marcacin diatpica que presenta esta obra con las de Autoridades. De este anlisis se desprende la conclusin de que los diccionaristas bilinges, a partir de la publicacin del primer diccionario aca-dmico, que utilizan como fuente fundamental, admiten en sus obras bastantes regionalismos del espaol.

    En Los andalucismos en el Diccionario castellano del padre Esteban de Terreros y Pando, comunicacin presentada por Antonia Medina y Marta Ayala, se seala que en esta obra, a pesar del propsito de codificar el lenguaje comn, puro y castellano, se recogen la mayora de las formas que el Diccionario de Autoridades califica como propias de Andaluca, aunque solo una cuarta parte de ellas aparecen con notacin geogrfica. Las autoras estiman que Terreros tom del diccionario acadmico las citadas voces andaluzas, aadi tres de su propia

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    cosecha y suprimi la adscripcin regional en las que, quiz, pudo comprobar que su uso no era exclusivo de Andaluca.

    En el ltimo de estos trabajos, gueda Moreno estudia el Lxico regional en las primeras obras lexicogrficas etimolgicas (ss. xv-xvii), desde el anni-mo Razonamiento de algunas voces castellanas hasta el Tesoro de Covarrubias. La autora ofrece el listado de formas regionales que se encuentran en estos textos y resalta que, frente a la opinin que tiene a Covarrubias como el primer lexic-grafo que acoge este tipo de voces, existe una tradicin previa de ms de un siglo en la que se inscriben autores como Guadix, Rosal y otros, los cuales, partiendo de la preocupacin etimolgica, proporcionan formas con marcacin diatpica.

    Como cierre de estas actas se incluye el boletn peridico Bibliomet, en el que el Seminario recoge los trabajos metalexicogrficos del espaol publicados en los dos aos que median entre cada una de las convocatorias de las jornadas.

    Miguel Becerra PrezUniversidad de Extremadura

    Almela, Ramn; Cantos, Pascual; Snchez, Aquilino; Sarmiento, Ra-mn y Almela, Moiss, Frecuencias del espaol. Diccionario y estudios lxicos y morfolgicos, Madrid, Editorial Universitas, 2005. 591 pp.

    Todo mtodo cientfico se ha de basar en la observacin emprica de los he-chos que son objeto de su estudio, y de la observacin de esos hechos, variados y complejos, se ha de extraer la teora que explique el sistema (en su origen, evolucin y estado actual) que los acoge, relaciona y estructura. La explicacin del sistema exige como algo esencial que se puedan proponer reglas que mues-tren la operatividad y productividad del sistema. Hay, pues, sin solucin de con-tinuidad, un camino de ida y vuelta en la investigacin cientfica: de los hechos a la teora y de la teora a los hechos. La observacin de los hechos nos habla de experimentacin objetiva, y en este terreno los mtodos cuantificadores, la cuan-tificacin de datos, tienen siempre algo que decir. Al menos desde los griegos, lgica, gramtica y matemticas han sido tres aspectos cientficos fundamentales de atencin y anlisis, tres campos mutuamente condicionados. La ciencia del lenguaje ha de seguir luchando por conseguir mtodos cientficos, pues an no podemos comprender a los seres humanos en sociedad sin la pluralidad de len-guas. Las lenguas son organismos vivos. Los hablantes las hacen, y las hacen evolucionar, en cada uno de sus niveles. Es en el nivel de las palabras en el que la evolucin de las lenguas se hace ms patente. Por eso en todo momento es conveniente conocer el uso real de las unidades lxicas.

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    Este libro ofrece los datos sobre la frecuencia con que los hispanohablantes usamos hoy las palabras y los afijos de nuestra lengua. Viene a llenar un hueco ms que evidente. Hasta ahora contbamos para el espaol con el diccionario de frecuencias de las palabras del espaol preparado por Alphons Juilland y E. Chang Rodrguez. Redactado en ingls y publicado en 1964, fuera de Espaa, los resul-tados se basaron en un corpus de 500.000 palabras procedentes de fuentes no diversificadas.

    El libro de Frecuencias del espaol, por el contrario, est basado en el corpus Cumbre. Este corpus, de 20 millones de palabras, recoge fragmentos variados de textos orales y escritos actuales de Espaa e Hispanoamrica; por el volumen de textos y palabras que contiene y por sus procedencias, cuidadosamente se-leccionadas, puede ser considerado razonablemente representativo del espaol actual.

    El libro consta de una seccin explicativa y de una seccin de anexos. En la seccin explicativa se incluyen una introduccin, seis captulos, un glosario y la bi-bliografa. En la seccin de anexos se presentan los datos de frecuencia extrados del corpus.

    La Introduccin presenta el diseo del corpus Cumbre, el mtodo seguido en el trabajo, as como los argumentos que avalan una investigacin de estas ca-ractersticas. No les falta razn a los autores cuando afirman que en el estudio del lenguaje no se puede seguir el mismo mtodo que se sigue en el estudio de la fi-losofa o en el anlisis de la reaccin subjetiva ante un fenmeno artstico. El lenguaje dicen en un porcentaje altsimo, se fundamenta en elementos for-males y claramente objetivables, cuales son, por ejemplo, los sonidos, las pala-bras o las formas en general y su ordenacin en el discurso. En este sentido, no habra razn para no adoptar, en los estudios sobre el lenguaje, mtodos de inves-tigacin menos especulativos y ms dependientes de los datos que la realidad lingstica nos proporciona. La imagen intuitiva que tenemos de la estructura y de la frecuencia del lxico de nuestra lengua dista mucho a veces de responder a la realidad. Los datos revelan que la mayor parte de las palabras tienen una fre-cuencia baja o muy baja, mientras que son relativamente pocas las que usan los hablantes con frecuencia muy alta.

    Conviene distinguir entre el uso de las palabras como formas flexivas y de las palabras como lemas. El captulo 1 recoge el uso de las palabras conside-radas como formas individuales, no integradas en la categora del lema que les pudiera corresponder. Es interesante conocer este dato, porque nos permitir comprobar que no todas las formas de un lema son objeto de la misma intensidad de uso. Cabe constatar, por ejemplo, que si bien el verbo tener es frecuentemente usado, la forma tiene es la ms usada de todas sus flexiones. De igual manera, la forma ms frecuente del verbo ser es la tercera persona singular del presente de

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    indicativo (es), como lo es est en relacin con el verbo estar. A un profesor de espaol como lengua extranjera le debera interesar este dato para convencerse si no lo estuviera ya de que vale la pena aprender pronto una forma irregular como tiene o es. Y a un lingista le podra sugerir alguna idea til sobre las razo-nes del desdoblamiento voclico de la e espaola: tal desdoblamiento aparece en las formas ms frecuentes y usadas del verbo tener (tiene, tienen, tienes...). De no menor inters es constatar que las 100 primeras formas lingsticas ofrecen un gran contraste de frecuencia: de ms de 1.223.000 (de) a 14.965 (poco). Estas distancias en la frecuencia son notoriamente menores en el resto de la lista.

    El captulo 2 aborda el anlisis de los lemas. La asignacin de cada forma al lema que le corresponde requiere una revisin manual para ser fiable. De ah que el listado de los lemas se haya elaborado a partir de un subcorpus de Cumbre, de 2 millones de palabras etiquetadas y revisadas. Dicho subcorpus se recopil con criterios similares al corpus general, precisamente para garantizar una razonable representatividad del espaol actual. Del anlisis de los resultados se deduce que el nmero de lemas en espaol es aproximadamente la mitad que el nmero de for-mas (de ah que este listado de 5.000 lemas equivalga en realidad al listado ante-rior, de 10.000 formas), que el lema ms frecuente es el artculo el (y no la pre-posicin de, primera en la lista de formas), y que las diferencias de frecuencia entre los veinte lemas ms frecuentes son ms acusadas que las que se dan entre los lemas que ocupan las posiciones sucesivas.

    Con el fin de dar cuenta de la realidad a caballo entre la forma directamente observable y los aspectos ms abstractos de la funcionalidad y del potencial co-municativo, el libro incluye, en el captulo 3, un anlisis de la frecuencia de grupos de formas categorizadas en funcin de criterios gramaticales y lxico-semnticos. La aplicacin del primer criterio se concreta en la preparacin de un listado con los 5.000 lemas ms frecuentes del espaol, ordenados por frecuencia (Anexo III). Los datos son extrados del mismo subcorpus, de 2 millones de palabras. Junto a los datos descriptivos ya conocidos (frecuencia corpus y frecuencia relativa / milln) se analizan tambin la banda de frecuencia y la categora gramatical (adjetivo, adverbio, conjuncin, artculo, interjeccin, preposicin, pronombre, sustantivo y verbo). En la medida en que estos 5.000 lemas puedan ser conside-rados como representativos del espaol actual, estos cmputos reflejan que la categora gramatical ms frecuente es el sustantivo, con casi el 54 % sobre el total de los lemas, seguido a una distancia considerable por el verbo y el adjetivo, 22 % y 18 %, respectivamente. Se aprecia claramente que los lemas lxicos (sustantivos, verbos, adjetivos, adverbios e interjecciones) destacan sobre los lemas funcionales (conjunciones, artculos, preposiciones y pronombres): 96,92 % frente a 3,08 %.

    El captulo se completa con una abstraccin de tipo lxico-semntico: los distintos usos concretos de cada uno de los lemas de un grupo escogido se agru-

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    pan en acepciones, y stas se someten a un anlisis cuantitativo. Adems, para algunos lemas se incluye un desglose de la frecuencia de uso de cada acepcin por formas del mismo lema. El estudio parte de los datos del corpus Cumbre y toma como referencia las entradas lexicogrficas del Gran Diccionario de Uso del Espaol Actual, que est basado en el mismo corpus y fue dirigido por uno de los autores del libro. Las conclusiones apuntan a que el potencial semntico de una palabra no es indiferente a la frecuencia de uso de sus acepciones, y a que stas no tienen por qu relacionarse por igual con todas las formas flexivas del lema.

    El captulo 4 ofrece el primer diccionario de frecuencias de los afijos del es-paol. Se cie a los sufijos y a los prefijos. Tras la justificacin terica y la deta-llada explicacin del mtodo seguido, los autores muestran la frecuencia de los sufijos y los prefijos del espaol por orden alfabtico, as como su frecuencia por orden decreciente de las formas y de los lemas que les sirven de base; por ejem-plo: el sufijo -in es el primero por cantidad de formas que lo llevan y -al es el segundo, pero por cantidad de lemas que los llevan -in es el segundo y -al es el quinto; en cuanto a los prefijos, in- afecta a mayor nmero de formas y des- es el dcimo, pero des- afecta a ms lemas que in-. Se presenta despus una sencilla descripcin lingstica de 10 sufijos elegidos entre los 20 ms frecuen-tes, y de los 10 prefijos ms frecuentes. De cada uno de esos 20 afijos se han seleccionado los 30 lemas ms frecuentes, con lo cual se alcanza la suma de 600 lexemas: situacin, director, social, importante, verdadero, disponer, informa-cin, encargar, transformar, explicar... Tras haber examinado los contextos del corpus Cumbre correspondientes a esos 600 eductos se extraen los sentidos (o rasgos designativos generales) asignados a cada uno de los 20 afijos elegidos (10 sufijos y 10 prefijos); una muestra limitada de aquellos contextos acompaa a la explicacin de estos sentidos.

    El captulo 5 resume los datos referidos a las 1.000 combinaciones de pala-bras ms frecuentes del espaol (las 500 combinaciones de dos y tres palabras ms comunes del espaol). Los datos estadsticos de las 500 combinaciones de dos palabras ms frecuentes del espaol suman una frecuencia total de casi 3.120.000. Importa destacar que todas estas combinaciones estn catalogadas como muy frecuentes. Se trata, pues, de estructuras sintagmticas muy utilizadas por los hablantes del espaol (p. ej.: de la, en el, de los, en la, etc.), lexicaliza- das o combinaciones inseparables (p. ej.: creo que, hay que, despus de, sin em-bargo, a ver, etc.). En cuanto a las combinaciones de tres palabras, los datos descriptivos arrojan notables diferencias con respecto a sus homlogas de dos palabras. Se aprecia un descenso muy notable en las frecuencias con respecto a las combinaciones menos usadas de dos palabras. Las combinaciones de tres palabras ms usadas por los hablantes tienen casi la misma frecuencia que las

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    menos frecuentes de dos palabras. Entre las combinaciones de tres palabras ms frecuentes figuran: preposicin + artculo + sustantivo (17 %: de la vida, en el caso, por otra parte, etc.), artculo + sustantivo + preposicin (11 %: el caso de, una serie de, la mayora de, etc.) y preposicin + artculo + pronombre (7 %: en el que, a la que, etc.).

    El captulo 6 presenta un modelo de anlisis de las coocurrencias y los colo-cados de una palabra determinada. El objetivo de los autores es ofrecer un mto-do de trabajo y sugerir nuevos y ms eficientes procedimientos de anlisis. Para ello se analizan y contrastan las coocurrencias y los colocados de los sustantivos mujer y hombre.

    Tras el glosario de trminos estadsticos y una bibliografa elemental, siguen ms de 400 pginas con los anexos. La resea de los anexos es innece-saria; pero s destacaremos algunos aspectos significativos: los anexos 1 y 2 incluyen datos especficos referidos a la frecuencia absoluta, frecuencia relativa por milln y banda de frecuencia de cada una de las formas y lemas; el anexo 3 incluye adems la categora gramatical referida a cada lema; los anexos 4 y 5, centrados en las combinaciones de dos y tres palabras ms frecuentes, contienen los mismos tipos de datos que los incluidos en los anexos 1 y 2, pero aplicados a las combinaciones de palabras; finalmente, los distintos apartados del anexo 6 ofrecen mapas de las coocurrencias y listados de colocaciones de mujer y hombre.

    La relativa novedad de este tipo de estudios explica que todava no se hayan puesto de manifiesto los beneficios que pueden aportar en reas como la lexico-grafa, la lexicologa, la morfologa en general, la sintaxis o, ms especficamen-te, la enseanza del espaol como lengua no materna. Disponer de una obra de estas caractersticas ayudar a calibrar, con datos objetivos, el peso de una pala-bra, de una combinacin, de un afijo... Es posible comprobar que algunos senti-dos que aparecen en muchos diccionarios apenas tienen relevancia para los ha-blantes. O que un adjetivo prefiere una posicin anterior cuando acompaa a un determinado sustantivo, o posterior cuando acompaa a otro: la combinacin persona alta es mucho ms frecuente que alta persona, pero alta personalidad lo es mucho ms que personalidad alta. Incluso para quien busca, por razones esti-lsticas, la desautomatizacin, puede hallar aquellas palabras o combinaciones de palabras ms infrecuentes.

    Creo que hay que dar la bienvenida a este libro, pues ofrece muchas buenas razones cuantitativas para conocer mejor nuestra lengua y arropar con ms rigor nuestros estudios lingsticos. Lo que nos ofrece directamente es la norma (= uso consolidado) del espaol; pero no olvidemos que la norma es la cara visible del sistema. Posiblemente, eruditos expertos en mtodos cuantitativos researan li-bros como ste con apreciaciones y aportaciones tcnicas que estn fuera de mi

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    alcance. Aun as, considero que no se podr dudar de la validez y utilidad de obras como la presente, tan consistentemente cuidada y realizada.

    Jos Manuel Gonzlez CalvoUniversidad de Extremadura

    Arias Abelln, Carmen (ed.), Latin vulgaire-Latin tardif VII, Actes du VIIme Colloque international sur le latin vulgaire et tardif, Sville, 2-6 septembre 2003, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2006. 574 pp.

    Las Actas estn dedicadas a la memoria del latinista y romanista Jzsef Her-man, fallecido en octubre de 2005 y que haba sido precisamente el impulsor de estos coloquios trienales, desde el primero celebrado en la ciudad hngara de Pcs en 1985 hasta el de Sevilla, donde haba tenido la oportunidad adems de ofrecer la conferencia de clausura (Sur la choronologie de la transition du latin au roman. tat de la question).

    La obra rene un importante nmero (44) de conferencias impartidas en el desarrollo del VII Coloquio Internacional de Latn Vulgar y Tardo, bajo el patro-cinio del Comit International pour ltude du Latin Vulgaire et Tardif, y recoge la participacin de latinistas y romanistas procedentes de muy diversos pases de Europa y de Estados Unidos.

    En una poca en que la supraespecializacin parece ser muchas veces el ca-mino elegido, es digno de elogio el esfuerzo interdisciplinar que supone esta publicacin y la misma idea en s de los coloquios. Latinistas y romanistas tene-mos numerosos nexos de unin y de necesidad mutua que muchas veces pare-cemos ignorar. El latn vulgar y tardo es desde luego uno de los principales (aunque no el nico: recurdese, por ejemplo, la identidad de preocupaciones in-vestigadoras en comn en el anlisis del humanismo renacentista).

    Este libro recoge fielmente la variedad y diversidad de temas y perspectivas que interesan en la actualidad sobre el complejo campo de la latinidad vulgar y tarda y de los orgenes de las lenguas romances. Desde esta perspectiva se ana-lizan problemas como la transicin a las lenguas romnicas, aspectos lingsticos de los planos fnico, morfolgico, sintctico o lxico, junto al minucioso anli - sis de textos y autores de la poca. No obstante, y dada la dificultad de encuadrar temticamente algunas contribuciones (que en realidad podran pertenecer a ms de un mbito), se ha optado por ofrecer un orden alfabtico de autores. No deja de ser un problema secundario, porque el obstculo de observar las secciones corres-pondientes puede obviarse, al ser un nmero de contribuciones importante pero no desmesurado y adems sin duda resulta ms objetivo. Por otra parte, la propia

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    tradicin de los coloquios anteriores permita esta opcin y hay que aadir que son muchos los trabajos de este volumen que podran incluirse indistintamente en diversas secciones, dada su complejidad.

    Se plantean de un modo crtico diversas cuestiones que se relacionan en bue-na medida con el latn tardo. Resultan de inters en este apartado los trabajos que plantean la revisin de aspectos tericos y metodolgicos, que afectan tanto al latn como a los inicios de las lenguas romnicas. Desde esta perspectiva, cabe destacar contribuciones como las de Bela Adamik (Offizielles Kommunika-tionssystem und Romanisierung), Antonn Bartonek (Classical and Vulgar La-tin and Greek: some Problems to be solved), Jzsef Herman (La chronologie de la transition du latin aux langues romanes: un dossier revisit), Witold Man-czak (Latin vulgaire et latin archaque), Piera Molinelli (Per una sociolin-guistica del latino) o la revisin crtica que Manuel Ariza efecta sobre El su-puesto influjo suritlico, que se ha venido defendiendo ms por tradicin que por la solidez de los argumentos utilizados.

    Un importante nmero de aportaciones se relaciona con problemas temticos y textuales de diferentes autores como San Isidoro (Benjamn Garca Hernndez: Homonimia y latn vulgar en el libro I de las Differentiae de Isidoro, Helmut Ldtke: Le neutre espagnol chez Isidoro de Sville, Olga Spevak: Quod, quia et les locutions conjonctives (San Isidore de Sville, tymologies 10), Roman Mller: Die sptantike Historiographie und Isidors Epochen des Lateinischen), Egeria (Olga lvarez Huerta: El termino subdiuanus en el Itinerarium Egeriae, Ana Moure Casas: Cuestiones de norma y registro en la lengua de Egeria), San Agustn ( Philip Burton: The Paralinguistic in Augustines Confessions. Speech Acquisition, Groaning, Wailing, Weeping and Singing). En la misma lnea de investigacin literaria y de anlisis textual se encuentran las colaboraciones de Jos Castro Snchez (El himno De mediante Quadragesima Fabens redemtis uoto abstinentie de la liturgia hispnica. Anotaciones al texto), Arsenio Ferraces Rodrguez (Notas crticas y lxicas al captulo De puero et uirgine del Liber medicinae ex animalibus de Sexto Plcido), Federica Foschi (La Regula Ca-nonicorum di Crodegango di Metz: alcuni problema linguistici e di metodo), Brigitte Maire (LObstetrix de Mustio. Ou comment une accoucheuse et faiseu-se danges ivrogne deviene une medica), Francesco Stella (Indicatori statistici di prossimit al protorromanzo: applicazioni sperimentali alla poesia ritmica al-tomedievale), Josep M. Escol Tuset (El latn del obispo Justo de Urgell) y Valrie Gitton-Ripoll (Traits de langue tardifs chez Plagonius).

    Los estudios que se refieren al tema de las Actas no podran ceirse exclusi-vamente a los textos literarios. De ah los anlisis de fuentes que resultan de gran importancia en el conocimiento del latn vulgar como las monedas, la epigrafa, las tablas o los monumentos funerarios. Destacan trabajos como los de Jos An-

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    tonio Correa Rodrguez (El latn de las monedas visigodas), Gualtiero Calboli (Encore une fois sur les tablettes de Murcine), Carmen Gallardo (El latn vulgar y algunas inscripciones de Hispania), Miguel Rodrguez Pantoja (La- tn vulgar en la poesa epigrfica), Tams Adamik (Veturia unicuba uiiuga) o Amina Kropp (Versprachlichung von Schadenzauberritualen in der rmischen Antike).

    Son tambin abundantes los trabajos que se vinculan con aspectos gramati-cales del latn tardo. En el plano fontico es preciso resaltar las contribuciones de Lucio Ceccarelli (Note sull h iniziale in Venanzio Fortunato) y Roger Wright (La representacin de las vocales en las Actas del Concilio de Crdoba de 839. Una investigacin sociofilolgica). Pero cuantitativamente son sin duda las cues-tiones morfosintcticas las que adquieren un papel relevante: Alexandra Bertocchi y Mirka Maraldi, (Menaechmus quidam. Indefinites and Proper Nouns in Clas-sical and Late Latin), Concepcin Cabrillana (Factores condicionantes en la expresin de la posesin en latn clsico y tardo), Giovanbattista Galdi (Some Remarks on the Use of the Ablative in Central-Eastern Inscriptions), Gerd Ha-verling (On Cases and Prepositions in Vulgar and Literary Late Latin), Robert Maltby (Gerunds, Gerundives and their Greek Equivalents in Latin Bible Trans-lations) .

    Tambin poseen amplia cabida en el libro los aspectos lxicos: Carmen Arias Abelln: Los adjetivos albus -candidus en la poesa epigrfica (pagana y cristia-na), Frdrique Biville: Doublets et gloses synonymiques dans les traits latins tardifs, Louis Callebat: Observations sur la constitution des vocabulaires tech-niques, Maria Iliescu: Traits lexicaux gnraux dans le vocabulaire latino-ro-man. la recherche des facteurs qui rglent le mcanisme de la survie, de la disparition et du remplacement des lexmes en latin proto-roman, Sndor Kiss: Fonctionnement des connecteurs dans les chroniques latines du haut Moyen ge, Leena Lfstedt: Le type uestra fraternitas dans le Decretum Gratiani, Moreno Campetella (Superstition et magie chez Csaire dArles 470-542). Se plantea tambin la evolucin especfica de un trmino desde el latn al roman-ce (Vittorio Ferraro: Dal lat. solutus allit. sollo) o el anlisis de expresiones populares que hoy continan vivas en algunas regiones hispnicas (Antonio Ma-ra Martn Rodrguez y Juan Jos Belln Fernndez, Comerse el manso: el hi-pottico origen latino de una expresin coloquial).

    La onomstica se encuentra documentada como tema de trabajo en ms de una ocasin en varias de las comunicaciones anteriormente mencionadas, pero se convierte en el elemento fundamental de otras como las de Heikki Solin (Eigen-namen und Vulgrlatein) o la de Emilio Nieto Ballester (Euphrasia, Eupraxia, Orpesa, Offreisa. Una nota de onomstica (toponimia y antroponimia) en latn tardo de Espaa).

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    Se trata, como puede observarse, de unas Actas que ofrecen un variado pano-rama de la relacin entre latn vulgar y tardo y el nacimiento de las lenguas ro-mnicas. Muchos de estos trabajos suponen un acertado planteamiento del estado de la cuestin y la bsqueda de nuevas vas interpretativas en la mayora de los casos. Ello hace que resulten de muy aconsejable lectura tanto para latinistas como para romanistas. Quizs sera deseable que en el futuro la visin del naci-miento de las lenguas derivadas del latn se incrementase de modo ms conside-rable, para que esa unin entre latinistas y romanistas fuese cada vez una realidad ms factible.

    Antonio Salvador PlansUniversidad de Extremadura

    Bdenas, Pedro; Torallas, Sofa; Lujn, Eugenio R. y Gallego, M. n-geles (eds.), Lenguas en contacto: el testimonio escrito, CSIC, Manuales y Anejos de Emrita XLVI, Madrid, 2004. 320 pp.

    Los editores de este libro recogen el resultado del Primer coloquio interna-cional: Lenguas en Contacto, celebrado en Madrid en octubre de 2003. Esta obra, de carcter colectivo, centra su atencin sobre el mbito de los contactos entre familias o grupos de lenguas en la Antigedad y en la Edad Media. Fruto de este coloquio, adems, fue la posibilidad de establecer una discusin cient- fica entre especialistas de las distintas lenguas de testimonio escrito del Medi-terrneo.

    El libro comienza con la introduccin de uno de los editores del volumen, Pedro Bdenas, en la que resume la esencia de cada uno de los artculos que componen la obra. Tras esta introduccin, Sarah Thomason presenta en su artcu-lo Determining Language Contact Effects in Ancient Contact Situations un panorama del prstamo lingstico, que podemos documentar con la aparicin del primer alfabeto conocido. Si bien el contacto entre lenguas debe de remon-tarse muy atrs en el tiempo (pensemos que ya en 2500 a. E. C. es posible que existieran comunidades bilinges en el norte de Babilonia), la evidencia de ese contacto es ms reciente, as como su estudio sitemtico. Como especialista in-ternacional en el tema, Thomason ofrece una definicin de fenmenos como el prstamo lingstico y de la interferencia en la estructura de una lengua por in-fluencia de otra. Define, adems, las condiciones para identificar y estudiar un cambio en una lengua dada por presin de otra, aclarando as los parmetros tericos en que se desarrollarn los escritos que componen el volumen. Los de-ms artculos se han ordenado temticamente bajo los siguientes ttulos:

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    1. En primer lugar, encontramos el captulo Niveles de bilingismo e inter-ferencias lingsticas, en el que se estudian diferentes contactos lingsticos desde materiales distintos y con resultados diversos. As, por ejemplo, el artculo de Ignacio Mrquez Rowe, Reflexiones sobre el acadio como lengua de contac-to en Antiguo Oriente, plantea la hiptesis de que, en realidad, el acadio fuese una scriptio franca, a menudo mal aprendida, y no una lingua franca de dominio pblico como lo sera el arameo en el Prximo Oriente. De este modo, habra que entender el aprendizaje del acadio como la adquisicin de una lengua escrita, dado su uso fundamentalmente administrativo en la zona extramesopotmica.

    Javier de Hoz centra su estudio en la importancia que tienen los procesos de aprendizaje de una segunda lengua y el fenmeno de sustitucin de lengua en la creacin del griego. Su artculo De cmo los protogriegos crearon el griego y los pregriegos lo aprendieron, plantea el contacto entre una lengua verncula y una lengua invasora, y cmo el aprendizaje de esta segunda lengua por los ha-bitantes del terreno ocupado pueden dar lugar a una tercera lengua, en este caso el griego, con caractersticas marcadas, a menudo, por los errores de aprendizaje de los habitantes originales de la zona. La sustitucin de lengua producida en Grecia cuando los hablantes de pregriego empezaron a hablar griego habra deja-do huella tanto en el vocabulario como en la fontica y la estructura gramatical de la nueva lengua.

    Sofa Torallas (The Context of Loanwords in Egyptian Greek) analiza el contexto de la interferencia lxica con la lengua griega en el caso del egipcio, expuesto a contactos de diversa naturaleza y amplia cronologa. Desde el contac-to comercial con una minora griega en poca preclsica hasta el perodo rabe, en que el copto reemplaza al griego como lengua de prestigio, los textos literarios y los textos documentales muestran mltiples evidencias de ese contacto, aunque no siempre podamos determinar si estamos ante verdaderos prstamos asimila-dos por la lengua objetivo o ante simples extranjerismos.

    Tambin Chris H. Reintges dedica su artculo Coptic Egyptian as a Bilin-gual Language Variety al contacto entre la lengua griega y la egipcia, concreta-mente el copto, en un acercamiento a los rasgos no egipcios de la gramtica de esta lengua, que explica a travs de un contacto lingstico intensivo. No en vano, el copto puede caracterizarse como una lengua nacida de dos lenguas madre: el griego y el egipcio.

    A continuacin, Geoffrey Khan (Aramaic and the Impact of Languages in Contact with it though the Ages) presta atencin al contacto del arameo con las lenguas iranias, en un perodo de 2.500 aos. Mediante un detallado estudio nos muestra cmo comprender la situacin del arameo moderno, hoy en da tambin en contacto con otras lenguas, puede ayudarnos a aclarar la situacin del contac-to antiguo.

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    Este primer bloque de la obra lo cierra Luis F. Bernab con un artculo titu-lado Interferencias entre el rabe y el romance en los textos cornicos alja-miados, donde nos habla del importante proceso de traduccin de las obras cornicas a la lengua romance, y los intentos de musulmanizacin de la obra final mediante la aljama y la integracin de extranjerismos en las propias tra-ducciones.

    2. El segundo bloque del libro se centra en la Transferencia cultural que supone, adems, el contacto lingstico. Este captulo se inicia con el artculo de Barbara Bck, En torno a las lenguas sagradas y los textos sagrados en el Prxi-mo Oriente Antiguo, donde entiende la necesidad de hablar de textos sagrados ms que de lenguas sagradas en este contexto, puesto que el sumerio y el acadio no fueron consideradas lenguas sagradas por s mismas, sino por sus textos.

    Pedro Bdenas nos prepara para un viaje a travs de las distintas culturas y lenguas que comportan el complejo estado etnolingstico en el Imperio Bizanti-no en su escrito La diversidad tnica y lingstica en Bizancio, mediante la descripcin de las distintas eparquas que conformaban el imperio en torno al 560 d. E. C.

    Montserrat Abumalham reflexiona sobre la interculturalidad y la adquisicin del pensamiento a travs de una lengua, de sus lmites y procesos, mediante la traduccin de una obra concreta, el Kitb db al-falsif de unayn ibn Isk al rabe. De esta idea surge su artculo titulado Lenguas en contacto, pensamiento en contacto: las citas de los sabios.

    Finalmente, encontramos la adopcin de un alfabeto ajeno como preserva-cin de la identidad religiosa en el artculo de Francisco del Ro Snchez, El rabe karshn como preservacin de la identidad siraca, frente al fuerte avan-ce de comunidades islamistas.

    3. El tercer bloque contiene trabajos que analizan las Lenguas de prestigio como factor central del contacto lingstico. Jaime Siles (Lenguaje jurdico-institucional, aculturacin y lenguas en contacto: el bronce de Luzaga, un caso de receptio in civitatem?) establece una metodologa de estudio de la lengua celtibrica a travs de la influencia del latn en las frmulas jurdicas.

    Eugenio R. Lujn traza el origen de la sacralizacin del snscrito y las causas de su eleccin como vehculo de textos religiosos budistas o hinduistas en su estudio El uso religioso de la lengua snscrita. Diferencia, adems, entre los conceptos de lengua sagrada y lengua religiosa, y analiza con claridad las hip-tesis sobre el origen de la lengua sagrada.

    Del carcter sagrado de la lengua se ocupa tambin Benjamin Hary (Jewish Languages, are they Sacred?), que estudia los diversos contactos que el etnolec-to judo ha tenido con sus lenguas vecinas y la decisin de stas de mantener la grafa hebrea como smbolo de unidad religiosa.

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    Finalmente, Jess Bustamante (Espaol, lenguas generales y lenguas regio-nales: la definicin de la lengua imperial y de los niveles lingsticos en el si- glo xvi ante la experiencia americana) reflexiona sobre la relevancia del contac-to con Amrica Latina para el avance de la lingstica, pues el conquistador se encontr con la necesidad de codificar y analizar lenguas que no haban sido ja-ms escuchadas. Analiza as los prejuicios sobre las lenguas amerindias y los recursos que elaboraron los conquistadores para comprender y aprender las di-versas lenguas que hablaban los pueblos conquistados, y la importancia de este proceso para una colonizacin efectiva.

    4. El cuarto captulo est dedicado a las Traducciones. Natalio Fernndez Marcos describe en su artculo Del contacto a la suplantacin: traducciones con solera cmo el texto traducido de la Bilbia hebrea al griego (Septuaginta) se convierte en un texto tan sagrado como el propio original, no sin un largo proce-so de aceptacin. As, demuestra cmo la comunidad cristiana no se sinti vincu-lada al texto hebreo sino al contenido de ste.

    La clara voluntad del antiguo eslavo por adoptar los modelos lingsticos del griego representa un buen ejemplo de las interferencias de sustrato que la len-gua griega llega a ejercer en la estructura del antiguo eslavo. Juan Antonio lva-rez-Pedrosa Nez ilustra mediante el estudio del conector e en los Folios de Kiev la profundidad de este fenmeno sintctico y establece los estadios del co-nector en el artculo La estandarizacin del antiguo eslavo y sus modelos grie-gos y latinos: el conector oracional e.

    Este captulo se cierra con el artculo de Federico Corriente, Andalusi Ro-mance (Formerly Mozarabic): A Language in Contact Poorly Transmitted and Translated, que entiende el mozrabe como una creacin de las lenguas en con-tacto en la Pennsula, no exclusivamente con el castellano, lo que supone una revisin de la tradicional concepcin nacionalista del mozrabe como una lengua utilizada por hablantes monolinges. Este cambio de perspectiva, por ltimo, trae consigo la necesidad de revisar las interpretaciones que tradicionalmente se han aceptado para el gnero literario de las jarchas.

    5. El libro se cierra con un ltimo captulo dedicado a los Sistemas de escri-tura, donde Marcos Such Gutirrez, en The Importance of Palaeographical Stu-dies in the Textual Sources of Mesopotamia During the Third Millennium BC, llama la atencin sobre la necesidad de llegar a un consenso en la edicin de textos mesopotmicos, y repasa las dificultades que esto conlleva. Aboga, adems, por un estudio intenso de la paleografa mesopotmica como medio de interpretacin de mltiples textos de los que todava hoy no podemos hallar significados seguros.

    Ignasi-Xavier Adiego ofrece una actualizacin cientfica con respecto a los alfabetos frigio, licio, lidio y, sobre todo, cario, campo en el que se han produci-do, a menudo por su propia labor cientfica, los mayores avances en los ltimos

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    25 aos. De estas actualizaciones surge el artculo Los alfabetos epicricos an-helnicos de Asia Menor.

    En definitiva, resulta de sumo inters el aporte de esta obra a la creciente disciplina de las lenguas en contacto en la Antigedad, no slo por su novedad sino tambin por la claridad, a todos los niveles, de las exposiciones que se pre-sentan. Mediante este libro, adems, el fenmeno del contacto lingstico se con-vierte en reflejo de la importancia del contacto entre las ciencias y entre los in-vestigadores, y cobra precio el esfuerzo que supone la organizacin de este tipo de congresos internacionales.

    Camila Paz ObligadoUniversidad Complutense de Madrid

    Casado Velarde, Manuel; Gonzlez Ruiz, Ramn y Loureda Lamas, s-car (eds.), Estudios sobre lo metalingstico (en espaol), Frncfort, Peter Lang, 2005. 292 pp.

    La capacidad metalingstica de las lenguas naturales constituye, segn mu-chos tericos, uno de los rasgos definitorios de esa capacidad cognitiva especfi-camente humana que llamamos lenguaje, amn de otros aspectos, como la ar-gumentabilidad o la traduccin. Adems, consideramos que el metalenguaje constituye un microcosmos de la complejidad que supone el lenguaje en su tota-lidad, de ah que haya sido objeto de anlisis no slo de lingistas (entre otros muchos Jakobson o Hjelmslev, Coseriu o Gutirrez Ordez, este ltimo en el mbito hispnico), sino tambin de filsofos y lgicos (Russell, por citar un ejemplo antolgico, y su jerarqua de los lenguajes).

    Esta situacin pone de relieve la importancia prctica y terica, general y aplicada, de un campo crucial de la lingstica: el metalenguaje y su funciona-miento, como categora abstracta y, tambin, en el mbito de las lenguas particu-lares, como categora concreta (cf. Zamorano Aguilar 2008b [e.p.]). El trabajo que aqu reseamos es, sin duda, una aportacin significativa a la investigacin actual sobre aspectos metalingsticos. Mencin especial merece, por los resul-tados ya publicados y por los que en un futuro se produzcan (aunque desconoce-mos si ya ha sido concluido), el proyecto al que pertenecen algunos de los auto-res del libro. Nos referimos al proyecto I+D del MEC Lo metalingstico en espaol. Estudio semntico, discursivo, fraseolgico, sintctico y sgnico. Apli-caciones en la enseanza del espaol (referencia: BFF-2002-00801).

    Estudios sobre lo metalingstico (en espaol) est estructurado en cuatro secciones, precedidas por una presentacin de los editores y un trabajo marco de

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    una pionera y especialista en la investigacin sobre el metalenguaje: Le mta-langage en perspectiva, de Josette Rey-Debove. Las secciones, que cuentan con un nmero desigual de trabajos (seccin 1: cuatro; seccin 2: tres; seccin 3: cuatro; seccin 4: uno), parecen estar estructuradas en funcin de cmo se mani-fiesta el metalenguaje en cada uno de los diferentes niveles lingsticos: plano discursivo (seccin 1), fraseologa (seccin 2), lxico (seccin 3) y gramtica suboracional (seccin 4). Evidentemente, el nmero y ordenacin de las seccio-nes, la reagrupacin de los trabajos y el contenido o delimitacin de los mismos podran ser otros, pero este hecho no desmerece, en absoluto, la calidad ni los resultados individuales de cada captulo.

    El captulo que elabora Josette Rey-Debove (en espaol, traducido del fran-cs por C. Martnez Masamar, U. de Navarra) es una puesta al da y una revisin de algunos aspectos que trat en su obra clsica, Le mtalangage, publicada en 1978, aunque con origen en trabajos y reflexiones desde 1966. Algunos de estos temas sobre los que Rey-Debove vuelve a recalar en este captulo son el metalen-guaje en el discurso lexicogrfico1 y, sobre todo, la autonimia.

    La seccin 1 (El metalenguaje en el plano discursivo) incluye cuatro tra-bajos:

    a) Marcadores del discurso y metarrepresentacin, de Jos Portols (UAM). Tomando como punto de partida ciertas teoras cognitivas (en especial, la Teora de la Pertinencia de Sperber y Wilson) en torno a la representacin como [idea] fundamental para comprender el pensamiento humano y su relacin con la comu-nicacin lingstica (p. 25), de forma exhaustiva y argumentada el autor aborda la metarrepresentacin y, de manera ms concreta, los operadores metarrepresen-tacionales.

    b) Reformulacin y marcadores de reformulacin, de M. Pilar Garcs (U. Carlos III, Madrid). Dos son los objetivos de este trabajo, en palabras de la propia autora: a) delimitar el concepto de reformulacin, dado que ha sido caracteriza-do de formas distintas segn la perspectiva terica desde la que se ha abordado su estudio, y b) establecer una tipologa de los marcadores de reformulacin, ya que estas unidades cumplen un papel esencial en el establecimiento de esta ope-racin discursiva (p. 47). Con una slida base metodolgica, elabora tambin una minuciosa tipologa de la reformulacin segn los marcadores. Todo ello, sin duda, de importancia para la teora metalingstica.

    c) La repeticin como procedimiento reformulador en el discurso oral, de M. Matilde Camacho Adarve (U. Almera). Se trata de un trabajo en el que, como el anterior, se vuelve a retomar el tema de la reformulacin lingstica. Se parte

    1 A este aspecto, desde una perspectiva historiogrfica y de la lingstica general, he-mos dedicado un par de trabajos, vanse Zamorano Aguilar 2008a y 2008b.

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    de una definicin global de repeticin como procedimiento que, enmarcado en el mbito del discurso, organiza y connota: comunica, en definitiva (p. 67). Posteriormente, y centrndose la autora en dos de las funciones del lenguaje se-gn Halliday, aunque no se cita en el trabajo, la textual y la interpersonal, aborda la repeticin (entendida como reformulacin) y, sobre todo, las funcio-nes tanto textuales como interactivas de la repeticin.

    d) Un caso especial de fenmeno polifnico en la lengua: el refrn, elabo-rado por Elvira Manero (U. Navarra). En este trabajo, bien fundamentado y no-vedoso, Manero repasa algunas ideas ya desarrolladas en torno al refrn como unidad polifnica (p. 91) y se propone delimitar algunas coincidencias y dife-rencias entre el refrn y uno de los pocedimientos de citacin ms extendidos en espaol: el estilo directo (ibidem).

    La segunda seccin del libro agrupa tres trabajos en torno a las relaciones entre metalenguaje y fraseologa:

    a) Fraseologa metalingstica con decir. Anlisis de algunas expresiones que expresan acuerdo intensificado, realizado por Cristina Fernndez Bernr-dez (U. de La Corua). Este artculo analiza un tipo especfico de unidades fra-seolgicas metalingsticas, en concreto, expresiones fijas con el verbo decir, verbo metalingstico por excelencia (p. 119).

    b) El metalenguaje en las unidades fraseolgicas: el plano fnico, de M. Isabel Gonzlez Aguiar (U. de La Laguna). Se trata de una interesante y original investigacin sobre cmo se conceptualiza en lo fraseolgico el aspecto fnico (p. 160). En definitiva, se analizan aquellos fraseologismos metalingsticos que hacen referencia al hablar, p. ej.: abrir la boca, darse un punto en la boca, sin chistar ni mistar, etc.

    c) El metalenguaje en la norma: colocaciones metalingsticas del tipo vbo. + adv. en -mente, realizado por Mnica Aznrez Maulen (U. de Navarra). El artculo de Aznrez, especialista en el tema que aborda, es un ejemplo de trabajo correcto, de slida aplicacin metodolgica, riguroso y con tiles apndices fina-les, que ayudan en la lectura final y sirven de apoyo para futuras investigaciones y conclusiones sobre lo metalingstico (en espaol). Aznrez concluye que las expresiones del tipo verbo + adverbio en -mente constituyen un conjunto signi-ficativo dentro del mbito del metalenguaje del espaol. La semntica de estas expresiones nos muestra los distintos aspectos a los que los hablantes se refieren al describir el discurso propio o ajeno: el sujeto hablante, el discurso o el modo de presentar ste ante el oyente (p. 182).

    La tercera seccin aborda el metalenguaje en el lxico y recoge cuatro traba-jos de inters:

    a) La estructura del campo lxico lo que se dice en espaol actual, elabo-rado por scar Loureda Lamas (U. de La Corua). Con una argumentacin co-

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    rrecta sobre la vitalidad, an, de los presupuestos de la semntica lxica estruc-tural (algo plausible), el profesor Loureda analiza con detalle y minuciosidad el campo lo que se dice en espaol. Concluye acertadamente Loureda que [d]e acuerdo con las distinciones que muestran los lexemas [analizados], puede ase-gurarse que la concepcin de los textos que tienen los hablantes es pragmtica: consideran como parte de los textos el hablante, el oyente, el discurso como tal, el medio de comunicacin y las circunstancias (p. 210).

    b) Lingstica implcita en algunos trminos del Diccionario del espaol de Amrica de Marcos A. Mornigo, de Carlos Arrizabalaga Lizarraga (U. de Piura, Per). Se trata de un trabajo de corte histrico en el que se analizan y se clasifican las unidades del metalenguaje de la lengua (panhispnica) que se reco-gen en el Diccionario manual de americanismos de Marcos Augusto Mornigo (1904-1987), publicado en Buenos Aires en 1966. Se incluye un til apndice de todos los trminos metalingsticos abordados, junto con la definicin que Mor-nigo aporta.

    c) Aproximacin desde el Metalenguaje Semntico Natural a la semntica y la pragmtica de algunas expresiones de sinceridad del espaol actual, reali-zado por Ramn Gonzlez y Mnica Maulen (U. Navarra). Sobre la base de un mtodo conocido como Natural Semantic Metalanguage, desarrollado desde los aos 70 por la lingista Anna Wierzbicka, el trabajo de Gonzlez y Maulen ana-liza con rigor y brillantez la propiedades metalingsticas y rasgos discursivos de determinadas expresiones relacionadas con la sinceridad en espaol, en concre-to, determinados adverbios modificadores oracionales del tipo sinceramente, ho-nestamente y francamente.

    d) Las partculas: una denominacin metalingstica y su contenido, por Gerda Hassler (U. Potsdam, Alemania). En la lnea de las investigaciones de la Dra. Hassler, este trabajo constituye una aportacin valiosa, de corte historiogr-fico, a la caracterizacin de un grupo confuso de unidades en la tradicin grama-tical: las partculas. Tras un recorrido sinttico por las fuentes y precedentes, destaca la autora la importancia y revitalizacin que el concepto tiene en el xix con Gregorio Garcs y en la descripcin de lenguas indgenas de Amrica y Fili-pinas (dentro del campo reciente de la lingstica misionera).

    La ltima seccin del libro, la nmero 4, cuyo ttulo es El metalenguaje en la gramtica suboracional, incluye un solo trabajo: Gramtica de las unidades autnimas en espaol, de Carmen Castillo Pea (U. de Padua, Italia). El ob-jeto de este estudio es el anlisis de algunas propiedades gramaticales de las secuencias autonmicas, tambin llamadas citas o unidades autorreferenciales (p. 273). Este tipo de propiedades han sido cuestionadas por algunos autores; sin embargo, en este trabajo se ponen de relieve algunas caractersticas de los autnimos en relacin con el gnero y nmero gramaticales, su combinacin

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    con el artculo y otros determinantes o ciertas marcas semnticas de los sustan-tivos.

    En conclusin, Estudios sobre lo metalingstico (en espaol), editado por Casado Velarde, Gonzlez Ruiz y Loureda Lamas, es una contribucin sugestiva e interesante al estudio de un campo fundamental para el recto conocimiento del lenguaje humano: el metalenguaje, tanto en su faceta de lengua como de dis-curso, y sus mltiples ramificaciones. La especificidad de cada trabajo y la posible dispersin temtica del conjunto no restan un pice de valor a las conclu-siones ofrecidas y a la pluralidad de enfoques, metodologas y aspectos tratados.

    Bibliografa

    Zamorano Aguilar, A. 2008a: Teora del metalenguaje y contenidos gramatica-les en el Diccionario de Terreros y Pando (1786-1793). Una mirada desde la Lingstica General, Oihenart. Eusko-Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos. Cuadernos de Lengua y Literatura [en prensa].

    2008b: El metalenguaje de la excepcin en las gramticas, en Sinner, C. y Zamorano, A. (eds.), La excepcin en gramtica. Aspectos sincrnicos e historiogrficos, Frankfurt-Madrid, Iberoamericana-Vervuert [en prensa].

    Alfonso Zamorano AguilarUniversidad de Crdoba

    Chaudenson, Robert, La crolisation: thorie, applications, implications, Pa-rs, LHarmattan, 2003. 476 pp.

    Estamos ante una obra fundamental para entender la naturaleza lingstica de las lenguas criollas de base francesa, que el autor lleva estudiando desde hace ms de treinta aos. Pero no solo eso, se trata de un libro que clarifica de forma definitiva, a mi entender, una serie de cuestiones tericas sobre el anlisis lings-tico de los idiomas criollos y lo hace como ningunos de los publicados sobre la cuestin en los ltimos veinte aos.

    El conjunto de tpicos, lugares comunes y mitos que sobre las lenguas crio-llas se repite una y otra vez tanto en los libros de divulgacin lingstica como y esto es mucho ms grave en los trabajos (libros y artculos) especializa-dos en el terreno de la criollstica es grande. Pues bien, en este libro se lleva a cabo de modo magistral una refutacin muy bien argumentada y basada en un conocimiento profundo de las lenguas criollas de todos estos mitos y lugares

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    comunes que circulan a sus anchas a lo largo de la bibliografa general y espe-cializada.

    La obra consta de dos partes bien diferenciadas. La primera, que contiene cinco captulos, es la que se encarga de desmontar, reconstruir y refutar un buen nmero de ideas equivocadas sobre el origen y desarrollo de las lenguas criollas. La segunda, que se compone de dos captulos, proporciona una serie de datos empricos de las lenguas criollas de base francesa que fundamentan emprica-mente y demuestran las afirmaciones argumentadas en la primera parte. El libro se cierra con un captulo de conclusiones en el que el autor expone con claridad y competencia sus ideas sobre qu son las lenguas criollas, como surgen y cul es su naturaleza lingstica.

    El primero de los tpicos que el autor refuta en su libro es el que supone la idea, realmente muy extendida, sobre todo entre los lingistas no conocedores de las lenguas criollas, de que las lenguas criollas surgen siempre de un sabir (pid-gin), una vez que ste se hace lengua nativa de una comunidad. Esta idea fue popularizada por Hall en su libro de 1966 y el autor mantiene que es falsa al menos respecto de todos los criollos de base francesa y, probablemente, respecto de los dems criollos basados en lenguas europeas (p. 51). Es decir, las lenguas criollas no son el resultado de una supuesta transformacin de un sabir anterior.

    Una segunda idea que el autor refuta es la de que existen una serie de rasgos lingsticos que definen de forma general la criollizacin y que, por tanto, sirven para establecer que todas las lenguas criollas existentes forman parte de un tipo lingstico especial. El autor contradice, en las paginas 58 y siguientes, de forma brillante y definitiva, por ejemplo, los rasgos supuestamente caractersticos de todas las lenguas criollas enunciados de forma triunfante y osada por McWhorter 1998. La caracterizacin del supuesto tipo lingstico criollo de McWhorter es tan general y est, en algunos puntos, tan vagamente enunciada que puede ser utilizada para caracterizar decenas de lenguas no consideradas criollas.

    El autor distingue dos etapas en la formacin de las lenguas criollas de base francesa. La primera es la etapa de la socit dhabitation y la segunda la de la socit de plantation (pp. 97-100). La primera se caracteriza por un predominio numrico del colonizador occidental sobre el esclavo negro, en el que ste apren-de aceleradamente una versin koineizada del francs usado por los colonos, dadas sus relaciones ms o menos estrechas. En la segunda etapa, solo una mino-ra de los esclavos mantiene un contacto directo con los colonizadores mientras que la mayora intenta aproximarse a la variedad lingstica, a su vez aproxima-tiva, de aquella minora (p. 100). El autor sostiene adems que las lenguas criollas de base francesa no se desarrollaron a partir de sabires (pidgins) por la sencilla razn de que tales sabires no han existido nunca en las colonias correspondientes, en las que nunca ha reinado el multilingismo generalizado (p. 99).

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    Uno de los tpicos que pone en duda Chaudenson es el del supuesto sustrato africano de los criollos de base francesa. El autor observa que la indudable gran diversidad lingstica predominante entre los esclavos (reflejo de la existente en el frica subsahariana occidental) hace difcil, si no imposible, hablar de un sustra-to africano homogneo que pueda ejercer una influencia ms o menos consisten-te. Para afinar la especificacin de dicho sustrato, se recurre a una falacia que es puesta al descubierto en las pginas 93-94. Consiste en asignar a los esclavos la lengua del lugar donde fueron embarcados, cuando es bien sabido que esos escla-vos provenan de diversos lugares y hablaban lenguas distintas. La iden tificacin de las lenguas africanas que constituyen el sustrato no est, segn Chaudenson, justificada de forma lo suficientemente fehaciente como para constituir una base slida de investigacin.

    Una de las crticas ms importantes de este libro, dado que presenta una ar-gumentacin y un desarrollo ms detenido, se deriva de algo que habra debido de ser evidente desde el principio, pero que, desafortunadamente, no se ha que rido reconocer. El hecho es que las lenguas criollas de base francesa (y no sera dema-siado arriesgado suponer que esto se da en las dems lenguas criollas) son de-sarrollos de la lengua francesa oral espontnea y no de la lengua francesa estndar escrita. Como quiera que, en este caso, la diferencia entre las dos variedades de francs es muy grande, los resultados de no partir explcitamente del reconoci-miento de este hecho son nefastos, dado que algunas no necesariamente todas, claro es de las caractersticas de los criollos de base francesa se pueden explicar fcilmente como desarrollos de algunas tendencias de la lengua francesa oral espontnea de la poca, por ms que sean calificadas por algunos autores como de origen africano. En la demostracin detallada y persuasiva de este punto, en-cuentro uno de los elementos ms valiosos de este libro. En las pginas 286-300 hay una detallada crtica a la propuesta de C. Lefebvre 1998 segn la cual el haitiano no sera otra cosa que una relexificacin de la lengua fon-be (de la fami-lia kua y hablada en Benin) mediante el lxico francs. Dicho con otras palabras y de forma simplificada, el haitiano habra surgido como una variedad del fon-be con vocabulario francs.

    En el captulo sptimo, perteneciente a la segunda parte del libro, se analiza detenidamente la fontica, el lxico, la morfologa y la sintaxis de las lenguas criollas de base francesa y se consideran algunos de los anlisis propuestos hasta ahora a partir de la idea de que las lenguas criollas de base francesa son funda-mentalmente desarrollos del francs oral espontneo de los siglos xvii y xviii y no variantes ms o menos modificadas por influencia de un supuesto sustra- to africano al que razonablemente en modo alguno renuncia el autor, sin embargo del francs estndar actual que, por desgracia, constituye, en un n-mero de casos demasiado grande, la base de comparacin. En consonancia con

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    ello, Chaudenson acusa a algunos investigadores de las lenguas criollas de base francesa de no conocer ms que el francs estndar escrito actual (y su realiza-cin oral actual) y, por tanto, de no tener en cuenta en absoluto las variedades orales espontneas de esta lengua de la poca de la colonizacin (pp. 138-145), tal como se reflejan parcialmente en algunos textos.

    Hay un elemento fundamental para entender los procesos de criollizacin que suele ser desatendido o preterido por muchos expertos y que puede arrojar mucha luz sobre ellos. Se trata de los procesos de apropiacin o aproximacin espontnea a una lengua por parte de hablantes de otra lengua que no est rela-cionada genticamente con la primera. Esta aproximacin no guiada consciente-mente implica una serie de procesos de autorregulacin que suelen dar lugar al fenmeno de la koineizacin, que, como sabemos, es ms general y no afecta solo a la criollizacin. La relacin que seala el autor entre criollizacin y koi-neizacin espontnea es, a mi juicio, una de las aportaciones ms importantes de este libro. Estos procesos tienen que ver, segn nuestro autor, con un fenmeno ms general, que es el de la apropiacin lingstica (pp. 189-207) que se observa en situaciones que no dan origen necesariamente a lenguas criollas. Como ejem-plo, cita el autor el caso de los obreros turcos que trabajan en Alemania; estos obreros no acaban hablando un turco con vocabulario alemn (la hiptesis de la relexificacin que hemos visto antes) sino un alemn aproximativo, en el que entran en juego mecanismos de acomodacin lingstica que, en ltima instan-cia, actan tambin en los procesos habituales de koineizacin. Por tanto, la crio-llstica hara bien en fundamentar sus anlisis sobre lo que se sabe acerca de los fenmenos de apropiacin o aproximacin lingstica, tan frecuentes en muchas partes del mundo.

    El autor propone al final del libro una definicin del proceso de criollizacin aplicado a las lenguas criollas de base francesa. Para este autor, este proceso consiste en la apropiacin no guiada de variedades aproximativas de un francs ya koineizado durante las fases anteriores a la sociedad de habitacin (p. 448).

    Sobre el supuesto carcter excepcional de la criollizacin seala nuestro au-tor que no se puede fundamentar ese carcter en rasgos estructurales sino ms bien en las condiciones sociales y sociolingsticas de la formacin de estas len-guas. Ello supone la negacin de que exista un tipo lingstico criollo definible en trminos estrictamente gramaticales.

    En fin, estamos ante un libro muy valioso que, en mi opinin, constituye un hito importante en el desarrollo de las visiones de conjunto sobre el proceso de criollizacin que estn surgiendo en estos inicios del siglo xxi, porque diag-nostica y corrige algunos de los errores ms recurrentes en la investigacin crio-llstica del siglo pasado.

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    Bibliografa

    Hall, R. Jr. 1966: Pidgin and creole languages, Ithaca NY, Cornell University Press.

    Lefebvre, C. 1988: Creole genesis and the acquisition of grammar. The case of haitian creole, Cambridge, Cambridge University Press.

    McWhorter, J. 1998: Identifying the creole prototype: vindicating a typological class, Language 74, 4, pp. 788-818.

    Juan Carlos Moreno CabreraUniversidad Autnoma de Madrid

    Company, Concepcin (dir.), Sintaxis histrica de la lengua espaola. Primera parte: La frase verbal, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico - Fondo de Cultura Econmica, 2006. CXXVI + 1.404 pgs.

    La aparicin en el ao 2006 de la primera parte de la Sintaxis histrica de la lengua espaola dos volmenes dedicados a la frase verbal ha sido sin duda uno de los acontecimientos ms importantes de los ltimos aos en el campo de la historia de la lengua espaola.

    El solo hecho de saber que se estaba preparando esta obra y de que su direc-tora era la profesora Concepcin Company haba levantado entre los estudiosos de esta materia unas expectativas que ahora al ver los primeros resultados debe-mos convenir en que no se han visto defraudadas. Nos encontramos ante una magnfica obra de referencia, que marca, como marcaron otros grandes manua-les, un antes y un despus en los estudios de sintaxis histrica. Por ello, debemos felicitar a los autores. Han tenido la audacia necesaria para embarcarse primero en la tarea y para solventar despus las muchas dificultades de la travesa.

    Las caractersticas de una resea no nos permiten hacer el pormenorizado anlisis que cada uno de los captulos se merece. Por ello, me limitar en esta ocasin a hacer una valoracin general de la obra.

    En estos dos volmenes se analiza la evolucin histrica de los componentes de la frase verbal. En primer lugar, el paradigma verbal (indicativo, subjuntivo, tiempos compuestos, y futuros y condicionales). A continuacin se tratan los ar-gumentos del verbo (el complemento directo, el indirecto, la bitransitividad, y los fenmenos del lesmo, lasmo y losmo). La tercera parte est dedicada a la voz media y a la ditesis, con el anlisis de se. En la cuarta parte se analizan algunas clases de verbos que tienen una especial importancia en la evolucin del espaol (verbos de movimiento y la formacin de los futuros perifrsticos, los verbos

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    causativos, y los verbos de posesin y existencia). Los tres ltimos captulos es-tn destinados a la expresin de la negacin, los complementos locativos y los cambios en la colocacin de los pronombres tonos. Como se puede apreciar, se conjugan temas comunes, tradicionales de la sintaxis histrica, como la evolu-cin del paradigma verbal o de los argumentos del verbo, con otros ms novedo-sos, pero igualmente importantes, como el estudio de los verbos causativos.

    Cada captulo ha sido redactado por un especialista J. G. Moreno de Alba, Alexandre Veiga, Patrizia Romani, Concepcin Company (2), Brenda Laca, Rosa Mara Ortz Ciscomani, Marcela Flores Cervantes, Sergio Bogard, Chantal Me-lis, Milagros Alfonso Vega, Axel Hernndez Daz, Bruno Camus Bergareche, Jos Mara Garca-Miguel y Dorien Nieuwenhuijsen, por lo que nos encontra-mos ante una obra de autora colectiva. Pero no es una obra plural, pues no da la impresin de ser la suma de diferentes visiones sobre los diferentes temas. Esto se ha conseguido gracias a las decisiones tomadas tanto sobre la estructura inter-na de los captulos, como sobre la metodologa empleada.

    Los captulos, en su mayora, mantienen una misma estructura interna basada en los siguientes apartados: introduccin, estado de la cuestin, corpus, anlisis de la documentacin y conclusiones. En la metodologa, por su parte, se aprecia un constante intento de conjugar los grandes logros de la tradicin filolgica es-paola con nuevos enfoques de la lingstica. El equilibrio, la relacin entre am-bos vara de unos autores a otros, de unos captulos a otros, pero en todos estn presentes las dos corrientes.

    Otras dos caractersticas de la obra son su carcter descriptivo y el ser una obra de corpus. En cuanto a la primera caracterstica poco hay que decir. Era lo esperable y lo deseable. Primero describir, despus teorizar. Se le da prioridad a la caracterizacin de los problemas empricos reflejados en el corpus, con un anlisis minucioso de los datos (en algn captulo la minuciosidad es excesiva y dificulta la lectura) y abundante ejemplificacin (p. xxii).

    La segunda caracterstica presenta mayores problemas. Toda obra de corpus tiene en el establecimiento del propio corpus su aspecto ms criticable. La selec-cin debe respetar siempre el criterio de representatividad para que los datos obtenidos de un pequeo conjunto de obras sean extrapolables al conjunto del periodo que se quiere analizar. Los coordinadores la directora de la obra sin duda lo saban y por ello adoptaron algunas medidas necesarias. En primer lugar deba haber un corpus obligatorio, formado por un pequeo nmero de textos. As se intentaba garantizar la unidad de la obra, su coherencia interna, y permita la comparacin entre los captulos. Adems, cada autor deba tener com-pleta libertad para completar ese corpus de acuerdo con las peculiaridades de su tema de estudio. Es obvio que no todos los temas tienen el mismo desarrollo histrico y eso haca necesaria una adecuacin entre tema y corpus.

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    Ahora bien, en bastantes captulos el corpus tenido en cuenta en el anlisis es claramente insuficiente, pues lo forman pocos textos. El criterio de un texto por siglo no es seguido en todos los captulos, con lo que en estos casos hay una gran distan-cia temporal entre los textos analizados. En algn caso esta distancia es de tres siglos (captulo 6); en otros no se tiene en cuenta ningn texto del xiii (captulo 5). Adems, en ocasiones slo se analizan fragmentos de las obras, que en algunos casos no llegan al 20 % del total de cada obra (captulo 12). Estos hechos ponen en peligro la representatividad de las conclusiones de los anlisis, y los propios autores se ven en ocasiones obligados a reconocer que no tienen datos suficientes para sacar conclu-siones ms precisas y tienen que recurrir al probablemente o al puede deberse o a hacer afirmaciones como slo un estudio ms detallado de cada siglo... podra arrojar luz sobre las razones de este vaivn. Adems, al ser un corpus diverso te-mticamente hecho que en s supone una decisin acertada la nmina de textos debera haber aumentado para no tener dificultades a la hora de determinar si el fenmeno estudiado tiene que ver con la evolucin de la lengua o simplemente se debe a las caractersticas concretas del texto o textos en que aparece (captulo 1). La utilizacin de un corpus escaso puede llevar a la deduccin sin duda errnea de que en algn captulo (captulo 11) se parte de una teora previa que se quiere corroborar en los textos, en lugar de partir de los textos para formular la teora.

    Otro de los aciertos ha sido el de la diversidad diatpica de los textos. No hay duda de que la variedad diatpica del espaol desde el siglo xvi exige que la his-toria de nuestra lengua a partir de ese siglo se realice sobre la base de textos de diferentes zonas geogrficas, y la obra que reseamos da suficientes pruebas de ello al comparar las diatopas de Mxico y de Espaa (cf. por ejemplo, los anlisis de se los o de ir + infinitivo). Habr que seguir por este camino e ir incorporando datos de otros pases para que la historia de nuestra lengua sea ms completa. Es ms, en algunos captulos se aprecia una visin mexicana de los fenmenos. Bienvenida sea. No voy a ser yo quien la critique tras tantos siglos de visin eurocntrica de la historia del espaol. Pero sera conveniente precisar diatpica-mente ms algunas afirmaciones como que los futuros en -r o los condicionales en -ra son poco utilizados hoy da.

    En resumen, todos y cada uno de los captulos constituyen estudios serios, importantes, documentados. En algn caso, me atrevo a decir que prcticamente definitivos. En otros, se sealan sugestivos caminos de anlisis futuros. Todos, en definitiva, con sus aciertos (muchos) y sus defectos (pocos y centrados sobre todo en el anlisis de ejemplos), constituyen un avance en nuestro conocimiento. Ahora sabemos ms.

    Jos A. Bartol HernndezUniversidad de Salamanca

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    Gonzlez Aguiar, M. Isabel, Diccionario ideolgico del espaol de Cana-rias, La Laguna, Servicio de Publicaciones, 2005. 554 pp.

    En las ltimas dcadas, los estudios del espaol de Canarias han conocido un notable desarrollo que ha permitido considerar la casi totalidad de los hechos que caracterizan y definen las hablas insulares. Las contribuciones de carcter lxico han profundizado en el anlisis del vocabulario para, de un lado, inventariar sus materiales y, de otro, considerar preferentemente sus caractersticas, su proce-dencia y su proceso de adaptacin. Asimismo, los estudios semnticos, sociolin-gsticos e histricos han supuesto una orientacin de singular importancia y atractivo, a todo lo cual hay que sumar la aportacin de la geografa lingstica. Esta variedad que se da en la orientacin del anlisis tambin se opera con res-pecto a los espacios delimitados y en este sentido vemos que se han prodigado las investigaciones integrales de algunas hablas, bien limitndose al mbito de una localidad o zona restringida, bien considerando un territorio insular en toda su extensin. De manera afortunada, esta tarea no ha querido conocer descanso, y factores como el conocimiento de nuevos datos a partir de estudios de parcelas no consideradas anteriormente o la aplicacin de nuevos mtodos en la investiga-cin dialectal han mantenido de permanente actualidad la cuestin de la configu-racin de las hablas del Archipilago.

    Esta es la tradicin en la que se incardina el Diccionario ideolgico del espa-ol de Canarias, de M. Isabel Gonzlez Aguiar, una obra pionera dentro de los estudios de las hablas de las Islas y de la lexicografa regional hispana, que se presenta como un complemento de las aportaciones tradicionales. La novedad de esta obra no radica en el vocabulario utilizado, sino en que ste se organiza segn el criterio conceptual. En la seleccin de las voces, la autora se atiene a su carc-ter diferencial, es decir, slo se han incluido las unidades del espaol insular que no se han inventariado para el espaol estndar. Los materiales, en lo que al lxi-co simple se refiere, proceden de diccionarios anteriores, en particular del Dic-cionario de canarismos, de A. Lorenzo, M. Morera y G. Ortega, y de las encues-tas que la autora realiza en la isla de Tenerife, mientras que para el lxico complejo, donde se engloban las comparaciones estereotipadas, expresiones idiomticas y refranes, utiliza el Diccionario de expresiones y de refranes del espaol de Canarias, del que M. Isabel Gonzlez Aguiar es coautora junto con Gonzalo Ortega.

    El DIEC se divide en tres partes: una sinptica, una analgica y el ndice al-fabtico. La primera de ellas (pp. 19-40) est formada por 37 cuadros uno menos que en el DILE de Casares bajo los cuales se cataloga todo el lxico diferencial canario, tanto el simple como el fraseolgico. En cada uno de los cuadros se especifican los distintos grupos conceptuales que se contemplan. Apa-

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    recen algunos grupos nuevos relacionados con actividades particulares de las Islas, ya sea del mundo agrcola, animal, o cualquier otro campo.

    La parte analgica (pp. 43-538) es el cuerpo central del diccionario y est compuesta por la nmina de voces y expresiones (con su correspondiente defini-cin) contenidas en cada grupo conceptual. Por orden alfabtico se organizan 827 cabeceras bajo las cuales se registran ms de 7.000 unidades. Aunque en los grupos conceptuales prima el orden onomasiolgico, dentro de cada grupo se combina este criterio con una divisin en categoras gramaticales y con la clasi-ficacin alfabtica de las voces que componen cada subgrupo. Mientras que en el lxico simple la autora apuesta por la ordenacin conceptual sobre la formal, sin embargo en la fraseologa se sigue una ordenacin diferente puesto que el crite-rio ideolgico es muy difcil llevarlo aqu hasta sus ltimas consecuencias. As, la estructura de los grupos conceptuales queda de esta manera: nombre, verbos y modismos, nombres (en funcin del verbo), adjetivos, adverbios y locuciones adverbiales, preposiciones, interjecciones, expresiones hechas (con independen-cia sintctica) y refranes. A veces nos encontramos con algunas notas a pie de pgina, la mayora de las cuales nos aportan informacin sobre algn canarismo que aparece inventariado y, excepcionalmente, algn dato de pronunciacin o cultural. Todas las cabeceras aparecen en mayscula y negrita. Al lado de ellas figura entre parntesis un nmero que hace referencia al cuadro en el que se in-serta y debajo de la cabecera se relacionan las unidades. Tambin dentro de los grupos conceptuales muy extensos nos encontramos con las subcabeceras. Por ejemplo, bajo la cabecera Mar estn las subcabeceras partes, ola y oleaje, lo que permite guiar al usuario dentro de cada grupo. Por otra parte, el sistema de remi-siones pretende ayudar al lector ofreciendo informacin sobre posibles vas de bsqueda. Al seguir las cabeceras un orden alfabtico, resulta necesario crear un mecanismo que facilite el acceso a grupos limtrofes conceptualmente. Las remi-siones cumplen la labor de indicarnos cules son los grupos afines. Por ejemplo, de empezar se remite a principio. Una labor semejante de auxilio para la bsqueda la desarrollan las referencias o enunciados mltiples de los grupos. As, dentro de medicina se proponen enlaces con otros grupos ideolgica