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HenriMeschonnic. Pour la poétique II. Epistémologie de l'écriture. Poétique de la traduction. Paris: Editions Gallimard, 1973,457 pp. RESEÑA De los artículos que contiene este libro de Meschonnicse han seleccionado cuatro que están relacionadoscon la poética de la escritura, y se proponeaquí hacer de ellos un trabajo doble de traduccióny de síntesis. Los cuatro artículos en cuestiónson: "Para una epistemología de la escri- tura" (pp. 17-144), "Lingüística y poética: para conocer una palabra-escritura" (pp. 155-169), "Semiótica y poética a partir de Benveniste" (pp. 173-187), Y "La poética la historia en Baj- tin" (pp. 191-203). 1. PARA UNA EPISTEMOLOGIA DE LA ESCRITURA Introducción Se toma la poética como la epistemología de la escritura, de un objeto de conocimiento que es un texto como lenguaje-sistema, en tanto que ese sistematranslingüístico se relaciona con la lengua como sistema, con un inconsciente como sistema y conuna ideología como sistema. Los problemas generales que plantea la poé- ticason principalmente: 1) criticar una lingüística idealista de la heteroge- neidadentre el pensamiento y el lenguaje tomando como puntos de aplicación: a) el estudio del fun- cionamiento específico del lenguaje poético en su sentido amplio (partiendo de R. Jakobson); b) la teoría y la práctica de la traducción de textos lite- rarios,que puede ser el mecanismo más importante (despuésde la etnolingüística, de los trabajos sobre la afasia y sobre el aprendizaje del idioma) para Lic. Alicia Miranda Hevia contribuir a fundar una teoría materialista de la escritura. 2) las relaciones entre la poética así concebida y la semiótica: el lenguaje poético constituye una se- mántica particular y no entra más que parcialmen- te en el dominio de la semiótica (su unidad no es el signo, sino el texto; el texto que se transforma en signo define la literatura, en relación con la escri- tura). 3) las relaciones entre la poética y la historia, en el estudio del papel transformador de la escritura dentro de las ideologías y sobre ellas. A. Para una epistemología de la escritura 1. El problema epistemológico Está en cuestión el estatuto mismo de todo discurso sobre el lenguaje, y particularmente sobre el lenguaje poético. Para la poética, se trata sobre todo de buscar una racionalidad dentro de la cual se anule la oposición de lo científico y de lo poéti- co, en tanto que supervivencia aristotélica no dia- léctica, en nombre de una práctica que se teoriza. Plantear la poética como la epistemología de la escritura supone en principio que la escritura es una actividad de conocimiento específica: trans- formación de la escritura y de la ideología dentro del lenguaje y por él. Cualquier otra concepción de la escritura la lleva al seno de la literatura. La estetización de la literatura acompaña y enmascara su neutralización. La ideología de la li- teratura y del arte compensan adornándolo lo que han vuelto inútil, benigno. Este es el papel político de la estética. Debe volverse a pensar en la pedagogía de la literatura. Los que enseñan literatura enseñan 73

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HenriMeschonnic. Pour la poétique II. Epistémologie de l'écriture. Poétique de la traduction. Paris:Editions Gallimard, 1973,457 pp.

RESEÑA

De los artículos que contiene este libro deMeschonnicse han seleccionado cuatro que estánrelacionadoscon la poética de la escritura, y seproponeaquí hacer de ellos un trabajo doble detraduccióny de síntesis. Los cuatro artículos encuestiónson: "Para una epistemología de la escri-tura" (pp. 17-144), "Lingüística y poética: paraconocer una palabra-escritura" (pp. 155-169),"Semiótica y poética a partir de Benveniste"(pp.173-187), Y "La poética la historia en Baj-tin" (pp. 191-203).

1. PARA UNA EPISTEMOLOGIADE LA ESCRITURA

Introducción

Se toma la poética como la epistemología dela escritura, de un objeto de conocimiento que esun texto como lenguaje-sistema, en tanto que esesistema translingüístico se relaciona con la lenguacomo sistema, con un inconsciente como sistema yconuna ideología como sistema.

Los problemas generales que plantea la poé-ticason principalmente:

1) criticar una lingüística idealista de la heteroge-neidadentre el pensamiento y el lenguaje tomandocomo puntos de aplicación: a) el estudio del fun-cionamiento específico del lenguaje poético en susentido amplio (partiendo de R. Jakobson); b) lateoría y la práctica de la traducción de textos lite-rarios,que puede ser el mecanismo más importante(despuésde la etnolingüística, de los trabajos sobrela afasia y sobre el aprendizaje del idioma) para

Lic. Alicia Miranda Hevia

contribuir a fundar una teoría materialista de laescritura.2) las relaciones entre la poética así concebida y lasemiótica: el lenguaje poético constituye una se-mántica particular y no entra más que parcialmen-te en el dominio de la semiótica (su unidad no es elsigno, sino el texto; el texto que se transforma ensigno define la literatura, en relación con la escri-tura).3) las relaciones entre la poética y la historia, en elestudio del papel transformador de la escrituradentro de las ideologías y sobre ellas.

A. Para una epistemología de la escritura

1. El problema epistemológico

Está en cuestión el estatuto mismo de tododiscurso sobre el lenguaje, y particularmente sobreel lenguaje poético. Para la poética, se trata sobretodo de buscar una racionalidad dentro de la cualse anule la oposición de lo científico y de lo poéti-co, en tanto que supervivencia aristotélica no dia-léctica, en nombre de una práctica que se teoriza.

Plantear la poética como la epistemología dela escritura supone en principio que la escritura esuna actividad de conocimiento específica: trans-formación de la escritura y de la ideología dentrodel lenguaje y por él. Cualquier otra concepción dela escritura la lleva al seno de la literatura.

La estetización de la literatura acompaña yenmascara su neutralización. La ideología de la li-teratura y del arte compensan adornándolo lo quehan vuelto inútil, benigno. Este es el papel políticode la estética.

Debe volverse a pensar en la pedagogía de laliteratura. Los que enseñan literatura enseñan

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discursos sobre la literatura. Que algunos hayanprescindido del empirismo vibrátil-temático parapasar al estructuralismo no constituye necesaria-mente un progreso. Se trata solamente de un tras-lado de la neutralización de la escritura.

La tarea posee un carácter polémico inevi-table.

Lo primero que se debe plantear es si tienesentido hablar de una epistemología de la escri-tura. Si la epistemología no existe más que dentrode una ciencia ya hecha; si la epistemología nosupone una "ciencia" de la literatura ya hecha; altratarse del conocimiento de un conocimiento,cómo está implicada una teoría de la escrituracomo conocimiento; cuáles son sus relaciones conel sujeto, con las ideologías.

La epistemología, en su sentido más amplio,es la crítica de los principios, de las hipótesis y delos resultados de una aspiración hacia el conocirnien-to, el conocimiento de la escritura y de la litera-tura en tanto que este conocimiento se relacionanecesariamente con una práctica. ESCRITURAdesigna la producción de formas-sentido; LITE-RATURA significa el producto de la escrituraleído y transformado dentro y por la ideología.PRQDUCCION no está definido y queda por inves-tigar.

Los conceptos con los cuales se ha pensadohasta ahora la escritura la conducían a algo que noera su funcionamiento, siempre bajo el supuesto deque la literatura se hace con conceptos de la esté-tica. En efecto, la literatura es el producto concep-tualizado y socializado de la escritura.

El primer problema epistemológico de la es-critura es el de construir conceptos que sean elproducto de una interacción entre la práctica de laescritura y su teorización. Una práctica del len-guaje no es solamente práctica. Toda práctica delenguaje implica una ideología del lenguaje.

2. La relación entre lingüística y poética

Una lingüística practica siempre una ideolo-gía del lenguaje, por lo tanto de lo social. Plan-tearla como ciencia aparentemente fuera de lasideologías es fundarla sobre la doble censura yausencia del sujeto y de lo social, del psicoanálisisy de la dialéctica.

La poética, al ser el estudio de los hechosespecíficos, que tienen lugar en el lenguaje, nopuede constituirse fuera de una teoría del lenguaje.

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Epistemológicamente, la poética se constru-ye a partir de la noción saussuriana de sistema; elpunto de partida debe ser lingüístico; en esta ope-ración hay transferencia de dominios, y no ana-logía.

La obra se toma como "competencia" en elsentido de sistema auto-referencial y auto-constitu-tivo y no en el sentido de "modelo". La noción detransformación es una noción inseparable de la desistema.

Ciertas estructuras de lenguaje juegan en ladiacronia de la obra el papel de centros producto-res de frases.

La poética trata de dialectizar las nocionesde producción (infinita) de frases, de producción(finita) de la obra, y de la obra como productoproduciéndose.

Se trata de aplicar a la noción de texto en síel concepto de "shifter ", un yo-aquí-ahora, opera-dor de deslizamiento.

Se cuestiona la noción de forma. El proble-ma de la no-gramaticalidad lleva a un problema desemántica. No se puede aislar la forma del signifi-cado. Decir forma, es estar dentro del significado.Sentido de un lado, y forma del otro, son concep-tos aristotélicos cuya impertinencia se constata.Son ineficaces dentro de una poética que tiendehacia el materialismo.

A partir del juego de estos dos conceptos, laforma y el significado, dentro de una lógica de laidentidad, se constituye la noción de estilo (y depoesía) como desviación, y con ella, toda la retó-rica. Contra el idealismo de la experiencia común,solamente la poética puede fundar el texto comolo "concreto pensado".

3. El carácter dialéctico de la poética

El concepto de forma-sentido es un concep-to dialéctico que anula las oposiciones idealistas(tales como biografía/ obra, tema/ forma) e ins-cribe una síntesis dialéctica del sujeto de la escri-tura con el objeto-texto, y del objeto-texto con elsujeto-lector. La forma-sentido es esa estructura-mensaje que posibilita una re-enunciación indefi-nida. El texto se toma poéticamente como una señaldonde las nociones de objeto y de sujeto se unifi-can en una sola objetividad-subjetividad.

El vivir, homogéneo con el decir, por mediodel cual definimos la escritura, opera el movimien-

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to inverso: la conceptualización debe hacerse apartir de la escritura, y cualquier eliminación delvivirno puede ser más que un teoricismo. Apro-ximación provisional, configuración hipotética yexperimental, teórica, vivir se presta a una preci-sión sucesiva, por zonas: las relaciones entre unlenguaje como sistema y un inconsciente comosistema, o las relaciones entre el lenguaje comosistemay una ideología como sistema. La escrituraopera un deslizamiento de una ideología a otra. Elvivir,que incluye una relación con la historia siem-pre mediatizada por un discurso sobre la historia,seconsidera aquí como esa relación con el lenguajeque dialectiza la contradicción idealista entre ha-blar y actuar, entre lo individual y lo social, entreel habla y la lengua. Se toma como condición deuna enunciación tal que la estructura del enuncia-do sea inseparable del enunciado mismo, sea susentido tanto y más que el significado mismo, yseaproductora y transformadora del "autor" tantocomodel "lector".

El estructuralismo no da cuenta de lo quepasaal escribir y al leer , ni de la permanencia de laoperación de deslizamiento que define históri-camentea un texto.

La poética no envía ni a una fenomenoíog íatrascendental, ni a una fenomenología existencialqueanalice una experiencia del mundo.

El lenguaje poético es una práctica no de laidentidad sino de la contradicción. De donde:IOuntexto no cesa de devenir, su conocimiento esinagotable, produce una repetición indefinida de lalectura; 2° es un lugar de interacciones; 3° está he-cho de conflictos, de contradicciones que no pue-den resolverse. Se puede plantear que si éstas seresolvieran, no habría texto, habría una escrituravariablemente ideológica, explotadora pero notransformadora. Las contradicciones del texto son:la de la lógica del significan te con la lógica delsignificado,la del sujeto con el objeto, la del decircon el vivir, la del individuo con la sociedad, la dela escritura con la ideología. Donde no existan estascontradicciones funcionan las escrituras ideoló-gicas.

No hay, en un texto, resolución. El proble-ma es hacer la teoría de una obra concreta, en elinterior de una teoría de sociedades concretas. Nose podría separar la teoría de la escritura de ladialéctica de la estructuración y de la recepción:inseparablemente, un decir, un decir algo, un decir-lealgoa alguien.

La teoría se hace en una doble práctica deescritura,de lectura, en constante interacción.

4. Problemas del sujeto: el cero y lo im-personal

Sólo el reconocimiento de la escritura comopráctica específica puede hacer que se reconozcasu carácter de conocimiento, que es doble: 1° Laescritura es una epistemología de su propia lengua.La escritura hace decir a una lengua lo que sola-mente esta lengua podría decir en un momentodado, pero que no había dicho nunca. 2° Es lapráctica de un sujeto: el que escribe se escribe, elque lee se lee.

La oposición entre lenguaje y metalenguaje,entre lenguaje poético y conocimiento de la poe-sía, reposa sobre una concepción teológica delarte.

Para Freud, la teoría de la actividad literariacomo conocimiento es ambivalente. La escritura setoma como un conocimiento, pero este conoci-miento no tiene, naturalmente, nada del carácterde un conocimiento. Freud toma la escritura comouna escucha de significantes, y así elimina en supráctica la oposición metafísica entre forma ysentido.

La escritura se define entonces como unapráctica social del lenguaje que se hace dentro dela materialidad y por ella; la espacialidad de lossignificantes, el revestimiento lingüístico de lasmotivaciones pulsionales, una estructuración designificantes que se relaciona de una forma parti-cular o universal con el cuerpo libidinal, con lasorganizaciones arcaicas.

Así la escritura se define como comunica-ción transnarcisista: el texto es lo que puede re-enunciarse indefinidamente, con una especificidadhistórica que es cada vez la variable de un inva-riante, en relación con lo que no se lee jamás.

Lo impersonal es el máximo de relacionesentre el lenguaje poético-sistema y el inconscientecomo sistema, que permite el máximo de comuni-cación transnarcisista al mismo tiempo que, indi-sociable mente , estructuralmente, se crea un tipode historicidad que franquea las barreras de la len-gua, la cultura y la historia, y n~ lo intemporal.Esto permite volver dialécticarnente lo personal ha-cia lo impersonal.

Así como el sujeto no es cero en el metalen-guaje, tampoco es cero en el lenguaje. Se trataúnicamente de volver a ocultar la relación sujeto-objeto, y el problema del valor.

Dentro de su narcisismo y por él, toda escri-tura es comprometida y política. El texto o la

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obra, en tanto que operador de deslizamientoideológico, es un operador de transformaciónideológica.

La escritura es homogeneidad entre el decir yel vivir. El vivir es doble: trabajo en la ideología yen lo social, trabajo en el "yo" -los dos insepara-bles. 10 Dentro de la pulsión, en tanto que produc-tora de un lenguaje, el lenguaje está ligado por unvínculo estructural a la libido. El texto es el tipode mensaje que transforma el código. 20 Es eltransformador de la ideología dentro de la dialéc-tica de las oposiciones individuo/sociedad y porella, escritura personal, escritura impersonal, den-tro de los significantes, tanto como dentro de lossignos -de lo contrario se trata de literatura volun-tarista e involucrada.

Epistemológicamente es anacrónico seguirestableciendo una separación entre ciencia e ideolo-gía en todo lo que concierne una práctica socialdel lenguaje, que sería pertinente ahí donde el-que-hace no está más que dentro de la ideología de loque hace, y cuya teoría no podría hacerse más quepor el-que-está-afuera. Se exige una tarea doble:10 constituir una cientificidad específica que cons-truya la relación llamada escritura y no que aporteuna ya hecha. 20 constituirla como específica-mente actual.

La poética se encamina hacia una cientifi-cidad: pero no será nunca un lenguaje constituido,terminado, positivista.

5. La poética y las prácticas actuales delectura y de escritura

o Política y política de Tel Quel

El grupo Tel Quel ha hecho desde su funda-ción un trabajo teórico importante en Francia. Haintentado establecer una teoría materialista generalde la escritura y de la literatura. Se trata de exami-nar en una práctica colectiva (Eristeva, Sollers) lasrelaciones fundamentales entre política, teoría ypráctica.

El estatuto explícito del lenguaje de TelQuel destaca en primer lugar lo acertado de sucrítica al conformismo, al apolitismo hábil, a laformalidad cientista de Jakobson, a Aragon y aleclecticismo universitario. Pero en la crítica hayun apresuramiento teórico. Postulan la existen-cia de una verdad (verdadero/falso). Ahora bien,no existe verdad ni "desarrollo de la verdad"

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en el "arte". Tel Quel hace uso de tautologías(avantgarde = aujourd'hui = actuel = avantgarde)y construye mitos políticos. En la práctica, TelQuel comete el error epistemológico de tomar elrealismo por materialismo.

o Teoría y práctica de Tel Quel

El empleo ideológico de términos científicossitúa el analogismo de este grupo como búsquedade un metapositivismo. En Kristeva, el empleo deltérmino "fórmula", o la comparación de Mallarmé,Lautréamont y Artaud con los números imagina-rios o los números irreal es se origina en un sueñode ciencia, en una ambición de ciencia. El discursoteórico es sorprendido en flagrante delito de ilu-sionismo intimidatorio -tal es el papel del nombrede Artaud.

La relación entre lenguaje, lengua y texto,lleva a Tel Quel, a pesar de la metaforización delvocabulario, a un idealismo postaristotélico.

o De la "aplicación" del marxismo a la literatura ya la lingüística

Algunos discursos, por su coherencia léxica,se sitúan aparentemente dentro del marxismo. Secritica, en primer lugar, el libro de Pierre MachereyPara una teoria de la producción literaria. En él seconserva la estética idealista que postula que laescritura "no puede considerarse como un conoci-miento" y se elimina el sujeto por medio del socio-logismo. Con un lenguaje estetizante se habla deuna "secundariedad" =segundo lugar de la obra-en relación con el "secreto" interior que traduce-retorno a Platón.

La distinción, ni dialéctica ni dialectizable,entre la filosofía idealista del lenguaje (que lleva ala abstracción estructuralista) y lo directamentepolítico, priva a este discurso de construir la con-tradicción que postula como dada ("Una obra seconstituye contra una ideología tanto como a par-tir de ella", p. 156 de la edición francesa, Maspero,1966).

Un ejemplo del esquematismo dogmático yabstracto que se presenta bajo la enseña del mar-xismo es el artículo de France Vernier "¿Es posí-ble una ciencia de lo literario? " (La nouvelle Cn-tique, W 49, enero de 1972, pp. 67-72). La preten-sión de una "ruptura radical" con el blanco fácil,

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indefinido concretamente, del esencialismo, con-llevaun análisis sumario del "valor" como única-menteideológico, y termina en la negación mismadelproblema. El vocabulario "marxista" funcionacomo elementos cuyo referente es marxista (porestereotipos) pero cuyo funcionamiento es mecá-nicoy no dialéctico: "aplicar el análisis marxista aeste fenómeno tomado en su funcionamiento nopuedeser marxista, puesto que no se puede aplicarmásque una teoría pre-existente, y la teoría debeconstituirse aquí como materialismo dialéctico".

Este discurso, que se toma a sí mismo comopolítico,es políticamente ineficaz, y por lo tanto,dañino.Sin valor epistemológico, este trabajo pre-sentaba un peligro político dado el lugar de supublicación,y por lo tanto se ha tratado de ana-lizarsu funcionamiento.

En el artículo de Haroche, Henry y Pécheux"La semántica y el corte saussuriano i.lengua, len-guaje,discurso: (Langages, W 24, pp.93-106), unasemántica,el lugar de las significaciones, es el lugardel materialismo histórico. Con el pretexto delucharcontra el empirismo y el formalismo se ope-ra una división entre valor y significación, entreestructura e historia. Esto imposibilita la constitu-ción de una semántica teórica puesto que en nin-gúnmomento se puede separar el valor de la signi-ficación,el léxico de la sintaxis. El interés de esteprocedimiento reside en la coartada política de untrabajo aparentemente epistemológico (coartadaque se presenta en la selección del corpus y en lajustificaciónde esa selección) (1).

o El retorno al empirismo

El retorno al empirismo marca la noción y lapráctica de la descripción de textos literarios. Wit-tgenstein es el soporte filosófico declarado o no deun fortalecimiento actual del empirismo. La des-cripción, separada de la interpretación, y supues-tamente anterior a toda teoría o interpretación,constituye el empirismo. Este ocupa al estructu-ralismo positivista; conduce a la tautología que sequiere tautología, o metáfora del texto, y excluyetodo intento de hacer descubrimientos.

En el caso de S/Z de Roland Barthes (Ed. duSeuil, 1970). Una noción ahistórica ("un presenteperpetuo") busca la fusión del lector con el escri-tor por medio de la abolición del metalenguaje. La

aplicación de los conceptos de Derrida escamoteaen S/Z la relación objeto-sujeto, el problema delsujeto y el de las relaciones entre escritura e ideo-logía. Una lectura-escritura tal, lejos de ser unapráctica materialista que transforme al lector , sólopuede llevar a un mimetismo, supresión individualde inhibiciones.

o La poética como teórico-político y prácticateórica

La escritura es una práctica del lenguaje quepone en relieve y conlleva la oposición saussurianaentre lengua y habla, entre valor y significación. Elescritor se escribe en la sociedad, la sociedad en eltexto. Si no hay exploración del lenguaje, no hayescritura. Si esta exploración existe, es la de unsujeto.

Escribir es el quehacer del escritor: plantear-lo así es comenzar a concebir la especificidad de sutrabajo, situarlo como trabajador ideológico. Es-cribir es lo que dialectiza lo individual y lo social,en una práctica del lenguaje. Un texto, si es texto,no existe jamás en una sola ideología: se construyecomo indefinido operador de deslizamiento ideoló-gico, juego histórico de variables e invariantes.

En la relación entre literatura e historia, sepone el énfasis en la relación entre las grandes ypequeñas unidades, en la sintaxis.

La relación entre escritura y literatura im-plica siempre una teoría del lenguaje. La escrituraes una práctica del lenguaje. La lectura-escritura esun proceso epistemológico. La literatura es unaformación ideológica. La lectura-literatura consti-tuye su aplicación usual, dentro de su propia faltade conocimiento. Adopta las formas eclécticasvariables de los estudios ahistóricos de lo imagi-nario. Es el historicismo, el sociologismo. Se hacetécnica de formalización para no proceder a suexamen epistemológico.

La poética no opone "creador" a "consu-midor". La relación de lectura está incluida dentrode la dialéctica de su unidad. El momento episte-mológico y metodológico tiene también su dialéc-tica con dominantes variables, que en este casopone más énfasis sobre la escritura. Porque la es-critura queda por racionalizar. Sigue siendo sacri-ficada. La búsqueda de una nueva racionalidad dela escritura elimina las oposiciones no dialécticasentre ciencia e ideología, individuo y sociedad.

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11. LINGUISTICA Y POETICA:PARA CONOCER UNA PALABRA-ESCRITURA

Pequeña metafisica de la palabra, de BriceParain (Ed. Gallimard, 1969) es la meditación deun filósofo sobre el lenguaje. Ninguna alusión a lostrabajos de este siglo sobre el lenguaje salvo a unfilósofo, Wittgenstein. Es síntoma de una corriente-como en Linguistica y filosofia, de EtienneGilson- un fracaso de la filosofía nacido de unaantigua metafísica de la palabra que no sabe plan-tear ciertos problemas más que de manera que notengan solución.

Son el signo de una exigencia y de un retor-no a la filosofía. Hoy en día, una presión episte-mológica le impide a un lingüista dejar de situarse.El libro de Parain es signo de un idealismo ofensivoque es y no es anacrónico.

Es un libro de angustia, una reflexión quetoma sus vacilaciones por un progreso.

Parain recuerda ciertas observaciones: 1°queel idealismo separa la reflexión sobre el lenguajede la reflexión sobre la escritura, pohibiéndose asícomprender el funcionamiento del uno y del otro;2° que el dualismo en el estudio del lenguaje impli-ca el dualismo en el de la escritura; reconocer elalma y el cuerpo en el significado y el sonido de laspalabras lleva a la escritura como misterio y lleva aDios, donde terminan los dos, Parain y Gilson;3° que es necesario pasar por un estudio de la escri-tura para fundar una teoría del lenguaje; 4° que lateoría de la escritura no puede venir más que deuna práctica, escritura y lectura abiertas la una a laotra, integradas en la teoría del lenguaje; 5° que ellenguaje en fin pertenece cada vez menos a la filo-sofía.

En este libro la vida se opone al lenguaje, elser a las palabras, el ser al ser dicho. Vivir se oponea hablar y la escritura complica esa distancia. Laescritura termina por encarnar la perversión de lasrelaciones humanas, y se opone a la palabra misma.La angustia metaf'ísiea de Para in está hecha de unaconciencia de heterogeneidad: contacto con elmundo dentro del lenguaje y por él, o vocaciónpor el desgarramiento del ser y del decir. La con-fusión de los planos de la moral, de la lógica y dela lingüística culmina en la confusión de términos.

El dualismo lleva a Dios: Gilson lo dice clara-mente. Parte de una "heterogeneidad primera yfundamental de la palabra y del pensamiento".Problema de la arbitrariedad del signo, con el cual

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no puede dejar de involucrarse una metafísica. Tra-tar de las condiciones lógicas del lenguaje y de losproblemas de la verdad, tratar el lenguaje como siexistiera fuera de las lenguas, trae consigo unaindeterminación. Todo reposa sobre una nociónrecibida y no criticada de la arbitrariedad del sig-no. Este pensamiento no pone en cuestión su pro-pio logocentrismo. Parain y Gilson se interrogansobre el sentido de las palabras, de una palabra.Pero el lenguaje no es palabras, es frases, contextosrestrictivos donde se traman las connotaciones. Entodo lo que es texto, tal palabra no tiene un sen-tido, es el texto el sentido de la palabra, todo eltexto en todos los sentidos. En el momento en quese razona a partir de una palabra aislada, hay idea-lismo, implicación de un sentido propio de las pa-labras, un universal abstracto que existe antes de ladistinción de las lenguas para una conciencia tras-cendental.

La conciencia vulgar, debido a que está for-mada por la metafísica dualista reinante, fracasadelante de la experiencia de la escritura. Escribir esuna manera de vivir por las formas, no el resultadode una emoción. La lingüística hoy en día nopermite identificar poesía y emoción. Escribir noes entonces expresarse. Todo mundo se expresa. Elescritor no se expresa.

Lo inefable-indicible-inexpresable (la con-ciencia dualista es una conciencia nostálgica: pa-raíso perdido) este centro de libertad oscura den-tro del ser, yo lo llamaría creación del dualismo,no naturaleza sino ideología. Se basa sobre el sen-timiento de que lo dicho ha traicionado un pen-samiento anterior. Pero el lenguaje de la comuni-cación siempre está indefinidamente inacabado,ambiguo-no ambiguo, y en situaciones que tienenotras fuentes aparte de la palabra. Hay distanciadel decir a lo dicho, efecto del movimiento que esla unidad lenguaje-pensamiento que somos y quese hace a sí mismo incesantemente, mientras con-tinuamos. Lo dicho, lo escrito, es en el momentodepósito, aluvión, alusión, un hecho dejado atrás yya diferente de lo que devenimos. Lo dicho nopuede captar el decir. Solo puede haber un retornohacia atrás.

Una poética de las cosas supone relacionesentre las cosas y nosotros anteriores a las relacio-nes entre nosotros y el lenguaje, pero el lenguajeestaba antes que nosotros y toda relación con lascosas es una relación de las palabras en su sintaxiscon palabras en su sintaxis, en cada lengua dada.La poética de las cosas también es una creación del

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dualismo. Estamos en un continuo letra-palabra-pensamiento-cosa que nuestra civilización nos re-presenta como discontinuo.

Una teoría materialista del lenguaje, dondeel pensamiento y el lenguaje son, no identificadossino comprendidos como dos aspectos de un mis-mo proceso homogéneo, que integra las cienciasanexas del lenguaje, parece plantear mejor suspreguntas. Una teoría tal permite estudiar las ló-gicas de la escritura como un funcionamiento dellenguaje, desacralizado pero específico, entre lasdiversas prácticas semióticas. Reconoce en esteestudio no una ciencia, sino un proceso de cienti-ficidad.

La metafísica de Brice Parain es un ejemplode la heterogeneidad de la escritura: de ahí su cul-tivo de la angustia. Es útil: el idealismo hace dema-siado necesario otro conocimiento de la pala-bra-escritura.

111.SEMIOTICA y POETICAA PARTIR DE BENVENISTE

Por su tensión contra el positivismo, Ben-veniste abre una cientificidad del lenguaje-expe-riencia humana. Es su dirección continua, desde suteoría de los pronombres y de los tiempos verbaleshasta el concepto de discurso que resuelve la opo-sición saussuriana entre lengua y habla en la comu-nicación intersubjetiva, hasta la distinción de doslingüísticas, la de lo semiótico y fa de lo sernán-tico: "el signo y la frase son dos mundos distin-tos". Así se sitúan de manera más eficaz ciertascuestiones y se pueden plantear nuevas.

Se comienza a ver un rigor en esta idea inex-plorada -tan desapercibida estaba-e el lenguajesirve para vivir. El trabajo inaugural de Benvenisteno concierne más que al lenguaje común, restrin-gido sobre todo a la comunicación oral, pero esteestudio del lenguaje ordinario será de provechodirectamente o no, para comprender también ellenguaje poético.

Los trabajos más importantes en la actuali-dad sitúan la literatura como una de las prácticasdel lenguaje cuyo estudio pertenece a la semiótica.Hay aquí cierta abstracción. Lo semiótica signi-fica, su unidad es el signo; su funcionamiento esparadigmático. Lo semántica comunica, su unidades la frase; su funcionamiento es sintagmático. Par-

tiendo de Benveniste, se puede distinguir mejor laoposición y la interacción entre escritura y lite-ratura. Pues la escritura está más próxima de losemántica que de lo semiótico, pero crea a su vezlo semiótico, al producir lo que devíene literaturaque no lo ha sido siempre. Por el conocimiento dela escritura se abre un dominio específico, "trans-lingüístico", que resulta de la elaboración de unametasemántica que se construirá sobre la semán-tica de la enunciación. Beneficiará de ello y le trae-rá también los conceptos que elabora. Así como lalingüística ha rebasado los límites de la oposiciónpresa ussuriana entre ato mismo y estructuralismo,la poética franqueará, fundándose en el conceptode discurso, la oposición estéril entre objeto y su-jeto, significación y valor, donde se bloquea elanálisis estructuralista. Debe elaborar su propiaepistemología antes de poder contribuir a la teoríade los sistemas de signos. Debe reemplazar la "es-tética", no fundar una nueva, puesto que la esté-tica solo puede ser idealista.

El trabajo de la poética es la cientiñcidad deun estudio de la escritura, de ese modo particulatde enunciación que yo no llamaría ya "escritura".la escritura funde en su práctica la oposición co-rriente intralingüística de lo hablado a lo escrito en,un modo específico, más cerca de lo oral (en elsentido de "literaturas orales", "civilizaciones ora-les")_

Benveniste opone la poesía a la lengua, comola ambivalencia a la lógica de la identidad: univer-salidad, búsqueda del significante, motivación,sintaxis de la sucesión. Tomando de Freud este"simbólico inconsciente" y su dominio ("el fol-klore, los mitos, las leyendas, los dichos, los pro-verbios, los juegos de palabras corrientes") encuen-tra todo en el estilo: "es en el estilo, más que en lalengua, que veríamos un término de comparacióncon las propiedades que Freud ha revelado comocaracterísticas del lenguaje onírico. Pero los pro-verbios son aparentemente lengua, los juegos depalabras y el resto también. ¿Dónde comienza elestilo? "Estilo" ha sido tan utilizado que ya nopuede ser un "término". ¿Un relato mítico fun-cionaría como la escritura? Y si se evoca una"retórica" del inconsciente no se descubre nada,puesto que se utiliza una categorización cuyossupuestos lingüísticos y filosóficos deben preci-samente criticarse.

la especificidad de la escritura como enun-ciación es que constituye cada vez más un sistemade significación. Así como no se dice la misma

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cosa en palabras, en música o en pintura, no sepuede tampoco convertir en unidades de lengua loque se dice en la escritura y por ella. Un poema nopuede ser traducido al lenguaje corriente. Benve-niste señala la relación que existe: de un sistemainterpretante a un sistema interpretado. La poesíaes el sistema interpretado, la lengua es el sistemainterpretante. Pero, al contrario de lo que acontececon otros sistemas de signos ("los signos de la socie-dad pueden ser integralmente interpretados por losde la lengua, y no a la inversa") la lengua no puedeinterpretar integralmente la escritura, que sin em-bargo se hace dentro de la lengua.

La obra no es sistema de lengua, essistema en el discurso, resolución siempre espe-cífica de problemas siempre nuevos, se transfor-ma, reconocimiento de formas-sentido a medidaque se produce en ellas -una historia, no un "ha-cer" sino un "hacerse". El ritmo es tal vez su signi-ficante mayor, y todavía no estamos más que en lapreciencia de un estudio de lo que es ritmo, lasinteracciones del ritmo y del sentido. Es un siste-ma autoreferencial, autoconstitutivo. Produce sureferencia al mismo tiempo que la designa, cons-trucción tanto de lectura como de escritura.

Evacuar la estética no es eludir el problemadel valor. Los "criterios" idealistas, intuitivos, sub-jetivos, permanecen inevitables e inevitados en eluso. Se dice "es bonito", "es malo". Pero al cam-biar de discurso, en la legislación teórica, se depo-nen estas intuiciones prccientíficas y se cree unolimitado a describir, a clasificar, para una futuraciencia de los signos. ¿Clasificar qué? ¿para qué?¿para quién? Se está en el orden semántico, nosemiótico. La belleza es la connotación individualsocial, históricamente emplazada, de lo que se per-cibe como sistema, en relación con una experiencia-sea de sistemas ya registrados, sea de un sistemaen formación. La belleza es una prueba, antes de"saber" de qué. A través de su idealismo, de suesteticismo, las connotaciones trasmiten una expe-riencia.

La escritura produce un sistema de signifi-cación, no un sistema de signos. De ahí una "se-mántica" particular que es la poética. La unidad delos sistemas de escritura es el texto, y el texto noes un signo. Está compuesto de formantes que sonlas formas-sentido, que integran el texto. La dife-rencia con el discurso, donde la unidad es la frase,forma parte de la especificidad de la escritura. Untexto es un operador de deslizamiento, dentro dela intersubjetividad. Como yo-aquí-ahora realizany sitúan la subjetividad en el discurso, un texto

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opera un cambio de plano. Benveniste escribe:"Cada vez que la palabra despliega el acontecer,recomienza el mundo." al releer el mismo relato.No solamente porque se puede leer índefini-damente. La lectura realiza entre texto y lectoruna enunciación parcial. Siempre es un "yo" elque lee. Esta relación subjetiva interior a la lecturahace pasar el texto del plano semiótico de la (lec-tura) =Iíteratura al plano semántico de la lectura-escritura. Lengua y literatura pertenecen a lo se-miótico; discurso y escritura a lo semántico. Queun texto sea operador de deslizamiento me pareceapoyado por la incesante reducción antológica.Ahí donde Giraudoux veía la muerte de la lite-ratura se produce al contrario la literatura misma,en esta "selección" de "trozos". Precisamenteporque permiten el deslizamiento, en todos lossentidos de la palabra, son posibles las antologías yla literatura. La literatura es la antología. Cuandola unidad o uno de los forman te s de la unidad delsistema de significación, en el arte o en la escritura,deviene signo, se socializa como respuesta, entra enlo semiótico. Ha sido reconocida. Las respuestas delos escritores pueblan el papel.

La escritura es específica no solamente por-que es una palabra poderosa sobre sí misma y so-bre los otros, sino también porque es una episte-mología de la lengua. La escritura es una prácticaque libera en el lenguaje, en cada lengua, para cadaépoca y para cada cultura, posibilidades insospe-chadas. El hecho de que se teorice o no a sí misma-casi nunca lo hace- no altera ninguna de susrealizaciones.

La escritura anula en su especificidad lasoposiciones lengua / estilo, biografía / obra, crea-ción / crítica, creación / traducción. Para la poétíea estas son categorías idealistas, estetizantes, fundadas sobre la heterogeneidad de la "forma" yel"sentido" de una lingüística del signo.

El mundo se ve únicamente a través del lenguaje. La referencia es parte integral de la escritura. La escritura resuelve la antinomia aparente delas palabras y de las cosas, del lenguaje y del mundo, por el hecho de ser una práctica. Escribir estácontenido en el vivir, no vivir en el escribir. Elestudio de un poema no es un poema, ni imitaciónni paráfrasis; el metalenguaje de la poética elaborasus conceptos a partir de la escritura, no de laliteratura.

Se puede tomar el proverbio como ejemplode una clase de operaciones de deslizamiento situados a medio camino entre la lengua y el discurso,entre la literatura y la escritura. El proverbio es un

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lugar ambiguo. Realiza para la frase la contra-dicción de tener a la vez un "sentido" y un "em-pleo".

Por el problema mismo de su traducción, elproverbio permite ver cómo funciona el pasaje dela lengua al discurso, del discurso a la escritura, dela escritura personal a la escritura impersonal. Sepuedefundir el verbo con la escritura, hacer de laescritura un lenguaje que va hacia el proverbio.Una escritura tal no hace más que pasar por elhorno banal de las frases. Sin embargo, al tenercomoobjeto lo más socializado del lenguaje, pare-ce insólita: juega a la vez sobre los dos modos de"todo el mundo" y de "lo nunca dicho". No sola-mente dice, hace, puesto que transforma. Hay pro-verbiosnuevos para situaciones nuevas. Un prover-bio es un cuestionamiento que se ha transformadoen parte histórica del discurso. Abre y cierra unasituación.

La cientificidad de lo singular es inconce-bibleúnicamente para la lingüística de la lengua ydel signo, ligada a una teoría de la "literatura"volcadahacia lo semiótico. El concepto de semán-tica permite avanzar hacia el conocimiento de laescritura.No es más que una paradoja aparente yprovisional,debido a una manera antigua y acos-tumbrada de pensar, el hecho de que su cientifi-cidadsea necesariamente continua con un vivir yconuna práctica.

IV. LA POETICA, LA HISTORIAEN BAJTIN

El propósito de Bajtin ha sido el. de fundarunapoética história. De La poética de DostoievskiaLa obra de Francois Rabelais su método cambia.Unasola idea constituye la unidad de su obra: laconcepción que ha llamado carnavalesca del mun-do. Se puede hacer más de una selección de sutrabajo,que debe situarse históricamente y dentrode la interpretación de: 1° las relaciones entre lapoética y la historia. 2° el carnaval y la arnbiva-lencia.3° el dialoguismo. 4° la translingüística y la"palabra". SOlanoción de género.

10 Contra el método morfológico de losformalistas, Bajtin ha querido fundar la poéticadentro de la historia, la historia de las tradicionesculturalesy literarias y la historia social. La novelapolifónica de Dostoievski se sitúa dentro de la

coexistencia y la interacción de las contradiccionespropias a la sociedad capitalista rusa. Pero el pasodel plano social al plano de las estructuras del len-guaje que es la obra de Dostoievski se plantea y nose demuestra. Solamente se estudian las estructurasde las relaciones intersubjetivas dentro de ese len-guaje.

De Dostoievski a Rabelais, Bajtin pasa delestudio sobre el funcionamiento de un lenguaje ala situación de una obra dentro de una cultura.

La esctructura del mensaje se confunde conlas estructuras de la representación. Desde la adver-tencia hecha en el Dostoievski, esta poética se di-suelve en efecto en "análisis histórico-sociales".

Este análisis histórico-social, que tanto aclarala historia de la risa y el puesto que ocupa Rabelaisdentro de esa historia, sólo ha sido posible al po-nerlo en relación con un sentido de la culturapopular, de su vínculo con la literatura, histórica ygeográficamente situado, pero sufre ciertas limita-ciones ideológicas. Bajtin acentúa la oposición en-tre toda cultura popular y su cultura oficial, sindarse cuenta, hasta llegar a la contradicción.

Los vínculos entre lo intratextual y lo ex-tratextual le ceden el lugar a lo extratextual: antesdel texto, contexto, después del texto. Este pro-cedimiento, según cada uno de los objetos que sepropone, puede exigir su tiempo, tener su urgen-cia. Pero no ha logrado su objetivo, que era "unacomprensión total de la obra".

2° La fuerza de Bajtin reside en su concep-ción de la visión carnavalesca del mundo. Conside-ra la risa como ambivalencia, revancha colectiva yritual sobre el miedo, el mundo al revés y en fiesta.La influencia determinante del carnaval sobre laliteratura y los diferentes géneros, es en Bajtin unprincipio explicativo de las estructuras literarias;pero, ¿qué quiere decir "influencia"? ¿Cómo tie-ne lugar?

La ambivalencia carnavalesca produce eldoble, la inconclusión orgánica del diálogo en eluniverso de Dostoievski. El lenguaje poético comoambivalencia es un progreso hacia una lingüísticacientífica de la frase y no ya del signo, de la enun-ciación y no ya del enunciado. Implica una teoríadel sujeto que está por constituirse, teoría de larelación entre un lenguaje poético como sistema yun inconsciente como sistema.

3° Bajtin es el primero que le dio lectura aldialoguismo de Dostoievski. Construyó una tipo-logía de las relaciones de la enunciación. Cabe

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preguntarse si es solamente un concepto creadopor, para, a partir de Dostoievski. Bajtin no lo re-torna en su Rabelais. Una paradoja apenas ocultade esta poética histórica es que funda retroactiva-mente una categoría sobre una historia que se hacesólo para llegar de vuelta al lugar de origen. Eldialoguismo es propio de un universo formalmentepolifónico y sin devenir como el de Dante. Pro-ductor de una tipología, el dialoguismo, en tantoque se opone al monologuismo, parace que substi-tuye los antiguos géneros y a la vez los conserva.Es una primera sistematización de las relaciones dela enunciación.

4° Bajtin rechaza la lingüística de su tiem-po, lingüística del enunciado, inoperante fuera dela lengua, y también la estilística. Plantea unatranslingüística de las relaciones yo/tú, que prefi-gura el discurso de Benveniste.

Bajtin hace de la palabra algo animado. De-fine la palabra como "la lengua en tanto que fe-nómeno concreto total". Inclinado hacia una lin-güística del discurso y una poética histórica, con-serva el término "palabra" que pertenece a la lin-güística del signo. De ahí la confusión y las aso-ciaciones fraseológicas que constituyen una inter-ferencia terminológica.

NOTA

(1) N. de T. El corpus en cuestión es una serie depublicaciones de mayo de 1968.

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5° La poética histórica de Bajtin trabaja unadefinición de género que se toma como "modeloartístico del mundo". El género está dotado deuna esencia, posee una memoria, una vida y unamuerte. El género se identifica con la tradiciónliteraria. En fin, el género ha sido dotado de unaconciencia.

Esta poética histórica, en su reacción inicialal formalismo, ha retrocedido a nociones simplistascomo "fuente" e "influencia". La poética no seencuentra en la noción estética de "estilo": "elestilo de Rabelais".

Se ha podido situar el trayecto de Bajtin,con su empirismo sociologizante, su intuición y suerudición. No resuelve sus postulados .ímplícítos;no es dialéctico. Muestra el problema del condi-cionarniento ideológico de toda investigación lite-raria. Está ligado a sus ejemplos. El dialoguismo seempobrece fuera de Dostoievski. Aporta revela-ciones. No resuelve el problema de un estudio a lavez sobre el texto como lenguaje-sistema y dentrode la historia- sistema. Sirve para plante arlo mejor.

París,junio de 1979.