reporte de el actor y la diana
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Reporte del libro El actor y la dianaTRANSCRIPT
“El Actor y la Diana” de Declan Donnellan
Reporte de lectura de Pablo Gálvez Urrutia
El libro empieza hablando de lo que es actuar y de cómo es un instinto natural que
todos tenemos, que quizá le ponemos como nombre talento pero en realidad todos
lo tenemos y no es que algunos lo tengan en mayor medida que otros sino que
para algunos es más difícil llegar a él por bloqueos que a otros, esto me ayudo a
pensar mucho en cuanto nos preocupamos por la capacidad que tenemos para
hacer muchas cosas en este caso actuar y quizá detenerse a pensar en ello es tan
solo una pérdida de tiempo pues nuestra capacidad ahí está desde que nacimos,
dudar de ella no es en sí dudar de que ahí está si no dudar de uno mismo. Me
parece muy acertada como hace énfasis en la atención contraria a la
concentración que es forzar las cosas, la atención fluye con respecto a lo que se le
presta esa atención y así mismo se desarrolla y mejora.
La verdad me pareció gracioso leer por primera vez la parte que decía que el libro
nos ayudaría para cuando estuviéramos bloqueados, me era difícil pensar como
un montón de párrafos estratégicamente ordenados me ayudarían a salir de este
abismo en caso de que llegara a el de nuevo, no me esperaba que al leerlos
fueran a tener tanto sentido que la lógica de lo que expresan fuera tan sencilla
pero a su vez tan difícil de ver cuando uno esta tan cegado; el mismo título lo dice
“la diana” y “el actor” la diana no solo es un referente o una inspiración como yo la
imagino que puede representarse en un objeto. Es la misma diana que nos
provoca a tener la atención fuera de nuestro ego que empoderado por el miedo es
el que nos bloquea alimentándonos de una falsa ilusión de creer que percibimos
fuera de nosotros todo lo que en realidad está adentro y así ser incapaces de ver
lo que realmente está ahí afuera.
Así como el ego se empodera del miedo, la diana que nos inspira se empodera de
la vida que en si misma también es complementada con nuestra imaginación,
capaz de crear imágenes que igualmente nos sirvan de dianas.
Las dianas siempre van a estar ahí, quizá suene ridículo pero pareciera que son
un ángeles de la guarda siempre dispuestas a jugar si nosotros decidimos jugar
con ellas para así salir del camino que nos encierra en nosotros mismos y nos
ciega.
La diana en si me recordó un poco a la filosofía budista porque no podemos
aferrarnos a ellas ya que siempre están en constante cambio, en constante
transformación e incluso al nosotros pretender que no cambiasen las estaríamos
modificando o cambiando con el fin de obtener el resultado contrario al que
buscamos, hay que abrazar ese cambio y fluir atentamente con él, creo que eso
es lo que a mí más me aterra si estoy tan atento de las dianas y de su
transformación o de ir de diana en diana dependiendo cual sea la que me
estimule, me aterra esa sensación de olvidarme de mi mismo por confundir la
atención en las dianas por concentrarme en ellas y sería una paradoja porque al
pensar que yo ya no existo estaría pensando en “mi” falta de existencia. Creo que
esto solo se simplificaría con soltar el control de lo que yo quiero ver o no y
permitir que de afuera llegase lo que la vida me está dando.
Estuve pensando también en esta zona cómoda sobre la cual yo estoy derrotado,
cansado, débil, desmotivado, etc… y cuando leí que de la diana se origina toda la
energía, me detuve a mí mismo de darle tantas vueltas al asunto, hasta me reí de
mí mismo, estaban tan “concentrado” en encontrar la solución que no me permitía
ver si de casualidad estaba afuera, siempre acostumbro buscarla adentro es como
una adicción a la inmersión de mi ser y creo que es hora de dar la oportunidad de
que llegue desde fuera, buscarla y fracasar quizá innumerables veces pero
encontrarla donde si puede ser buscada.
Este libro también me ayudo a comprender el miedo desde otro punto de vista no
como algo natural o instintivo solamente, sino como algo que no existe y que por
eso mismo es tan poderoso y que a su vez en lugar de verlo como algo tan terrible
poder utilizarlo como una parte de la vida que yo permito que exista mientras le
concedo el poder sobre mí, pero que también puedo darle un lugar como una
diana que no es la que necesito seguir en ese momento, creo incluso que hay
tiempo para poder darle a ese miedo su atención pero entiendo que ese tiempo no
cabe para nada en la representación del actor, incluso si el actor tiene que tener
miedo en una escena, el miedo como tal no es la diana sino el detonador del
mismo.
Creo que no se puede digerir completamente la idea o bien la realidad sobre
nuestra ilusión más grande, la ilusión del control. Puedo entenderla en mi mente
analizándola, “claro no podemos controlar nada”, sin embargo mi instinto y mis
reacciones involuntarias me incitan a intentar controlar este aspecto si me tiene un
poco confundido, si no existe realmente el control donde es donde puedo ser libre
y donde es donde soy independiente o quizá si existe el control pero esta igual
que las dianas, fuera de mí. Mi duda en si sería: ¿el control, si es que existe es
establecido por las reglas que siguen las dianas?
“Las dianas son siempre dos direcciones en conflicto. Siempre hay algo que ganar
y algo que perder.” Esta premisa me parece de lo más brillante que pudo escribir
el autor el otro día cuando ensayaba con Mel la escena de Romeo y Julieta, me
subí a la barda de la escuela para así simular la tapia de la casa de los Capuleto,
claro que estando ahí arriba que no parece ser muy alta pensé ni de loco salto
hacia abajo, sin embargo yo necesitaba bajar. En algo tan simple y básico
apareció esta regla de las apuestas yo no me quiero bajar pero si quiero hacerlo
también, creo que riesgo que implican las apuestas es un gran impulso de energía
del que podemos tomar poder para mover el cuerpo y las ideas así mismo no
quedarse solo con la idea de moverse. Claro que como bien dice el libro siempre
debo tener cuidado con separar cuales son mis apuestas y cuáles son las de mi
personaje, lo complejo es cuando necesito ver a través de mi personaje para
saber qué es lo que ve; por eso no había entendido hasta que me subí a la barda
que no puedo bajar la tapia de la casa de los Capuleto con un simple salto, a
menos que Romeo sea un suicida, es increíble como a veces para ver a través del
personaje necesitamos explorar de una manera más literal o aproximada lo que
ellos ven ósea sus dianas.
Algo que entendí sobre la fricción vital que dice en el libro sobre que hay algo que
necesito y algo que debo evitar es que actuar es tomar decisiones respecto a la
diana siempre y cuando sean las mejores para el actor aunque no lo sean para el
personaje.
Esta fricción vital y el hecho de que siempre hay algo que ganar y algo que perder,
más adelante se traduce en preguntas que nos pueden ayudar o perjudicar. Como
la pregunta “¿Quién soy?” Yo siempre solía decirme, “eres Romeo, eres Romeo”,
sin conocer el error en el que estaba cayendo si tanto me complico la vida
intentando saber quién soy yo, como podría ser yo alguien más que tampoco
puede saberlo realmente. El descubrimiento del libro al aconsejarnos preguntarnos
¿Quién nos gustaría llegar a ser? Y ¿Quién tememos llegar a ser? Son preguntas
que implican un nivel de riesgo y de entrega que es necesario para actuar, ya por
si mismas tienen algo que ganar y que perder y además implican muchas
apuestas sobre las que se deben tomar decisiones que modifiquen al personaje
originándose de las dianas que el mismo ve. Por eso mismo quien soy solo
depende de las dianas que yo veo, las mías en mi vida, o las de Romeo en la
suya.
Cuando llegue a la parte del no saber qué hacer, me pareció ya más lógico todo
sabia mientras leía que si el problema estaba en no saber dónde poner el cuerpo
la diana era la solución, la diana me modificaría de tal manera que yo no
necesitaría pensar cómo y a donde moverme, solo sucedería al conectarme
atentamente con la diana. Por eso es tan importante crear el espacio en el que va
a suceder todo ya que sin él no hay posibilidad de encontrar una diana que no
pertenezca al salón.
Una deducción que me pareció divertida fue que el teatro se tratase de los
desobedientes, es divertido porque al desobedecer para hacer dramáticamente
atractivo lo que hacemos, estamos obedeciendo todas las reglas que implican a
las dianas que nos provoquen hacerlo.
Lo que yo entendí sobre no saber lo que siento, el control, no saber cómo
moverme y no saber lo que digo son solo resultados de no relacionar estos
aspectos con la diana que no solo nos dirá que hacer porque es una inspiración si
no que al prestarle nuestra atención todos estos aspectos se darán por si solos
“en presente” porque sucederán así, en presente. Esto mismo nos colocara en un
presente donde no podemos adelantarnos a lo que como actores sabemos que va
a suceder puesto que ya leímos la obra, en cambio estaremos viendo a través de
los personajes el presente donde lo que suceda serán estímulos que nos
ayudaran a encontrar las siguientes dianas y así se armará la cadena formada por
los eslabones (dianas) que nos guiaran hasta el final y de esa manera cada vez
que será representado el momento será distinto pero con el mismo fin.