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Viernes 24 de marzo de 2017 EL UNIVERSAL E14 CULTURA PROYECTO UNAM Texto: Rafael López [email protected] Baile de época y expo de autos clásicos La Secretaría de Atención a la Comunidad Universitaria de la UNAM invita al “Cuarto Certamen Universitario de Baile de Época. Años 50 y 60. Crinolinas, copetes y recuerdos 2017” y a la “Séptima Expo de Autos Clásicos y de Co- lección. Volver al pasado”, que se llevarán a cabo el sábado 1 de abril, de 10:00 a 16:00 horas, en la Explanada Central de Ciudad Universitaria (Las Islas). Entrada libre. ESPECIAL Segunda edición de la plataforma Cuidados Paliativos Se presentó la segunda edición de la plataforma en línea Cuidados Paliativos: Calidad al Final de la Vida, del Seminario de Estudios sobre la Globalidad de la Univer- sidad Nacional, que prepara a per- sonal de la salud encargado de apoyar a pacientes. Hoy en día hay en México cerca de 9.8 millones de personas mayores de 65 años; sin embargo, para 2050 se calcula que alcanzarán los 23 millones y que la mitad de ellos podría sufrir enfer- medades cerebrovasculares o pa- decimientos como el cáncer, que implican un deterioro y requieren cuidados paliativos. Una opción contra males neurodegenerativos Científicos del Instituto de Fisio- logía Celular de la UNAM, encabe- zados por Iván Velasco Velázquez, ya ensayan, a nivel experimental, el cultivo y trasplante neuronal de células reprogramadas a partir de células troncales pluripotenciales inducidas. Con ellas se ha visto que es posible tratar algunas en- fermedades neurodegenerativas como el mal de Parkinson y la es- clerosis lateral amiotrófica. El mé- todo ayuda con estas enfermeda- des porque están muy localizadas en algunas partes del cerebro y no diseminadas, como sucede con la de Alzheimer. ESPECIAL Reportan adicción al trabajo en empresas del país Este trastorno se presenta en aquellas personas que laboran más de 10 horas al día (entre 50 y 60 a la semana) Luego de aplicarles una encuesta a tres mil trabaja- dores de distintas empresas mexicanas y analizar sus res- puestas, un grupo de investiga- dores de la Facultad de Psicología de la UNAM, coordinado por Erika Villavicencio Ayub, logró trazar el perfil de las empresas denomina- das tóxicas. “Estas empresas carecen de programas de balance de vida y trabajo, no cuentan con una estructura organi- zacional en función de las cargas de trabajo y las responsabilidades (en ellas, pocas personas hacen muchas tareas) y, por si fuera poco, restrin- gen las prestaciones o las que ofrecen tienen el nivel más bajo”, señala Villavicencio Ayub. Dicho grupo de investigadores encontró tam- bién una relación entre las dinámicas laborales que fomentan esas empresas y las repercusiones que se advierten en la salud de sus trabajadores; por ejemplo, al no respetar los horarios de trabajo, alientan la adicción al trabajo, o trabajolismo, en- tre otros trastornos. Fue el psicólogo estadounidense Wayne Oa- tes quien hacia finales de la década de los años 60 del siglo XX estudió esta adicción y la de- finió como la necesidad incontrolable de rea- lizar, en forma excesiva y sin límites, activi- dades ligadas al trabajo profesional. Posterior- mente, con la aparición de su libro Confessions of a workaholic, el término se popularizó y se tradujo al español como trabajólico. Como ocurre con otro tipo de adicciones, si la adicción al trabajo no es “a l i m e n t a d a” constan- temente, produce ansiedad. Aunque ha desper- tado la atención de los especialistas, ha sido poco estudiada, pues no es fácil autodetectarla y ca- talogarla entre las alteraciones ocupacionales que tienen consecuencias psicológicas, biológicas y conduc tuale s. Ansiedad y culpabilidad Cifras mundiales indican que entre 30% y 35% de los trabajadores son trabajólicos. La adicción al trabajo se presenta en aquellas personas que la- boran más de 10 horas al día (entre 50 y 60 a la s emana). “A veces, estas personas tienen dos empleos, descansan poco y trabajan más allá de su horario laboral, ya que en ciertos lugares no se respetan los horarios: se sabe a qué hora se entra pero no a qué hora se saldrá.” Otras conductas ayudan a diagnosticar esta adicción: que el empleado no pueda desconec- tarse de su trabajo ni en su tiempo libre (los fines de semana, los días festivos, en vacaciones o in- cluso cuando está enfermo) y que niegue que sea un trabajólico. “Hay personas que sufren ansiedad cuando no trabajan y sienten culpabilidad si no hacen algo. Esto las motiva a permanecer conectadas a sus labores. En nuestro estudio vimos que 75% de los entrevistados reconocieron que usan teléfonos inteligentes, con lo cual incrementan entre cinco y 10 horas su trabajo adicional, aún a altas horas de la noche”, dice la investigadora. Por lo que se refiere a la parte conductual, los trabajólicos abandonan las actividades sociales o recreativas, como la práctica de algún deporte. En cuanto a la parte biológica, padecen trastor- nos del sueño, especialmente insomnio, y como no dejan que su organismo se restablezca, ya que es mucha la presión para que cumplan las metas establecidas, empiezan a enfermarse por el des- gaste excesivo. “Aun más: a las personas con esta adicción al trabajo les resulta muy difícil delegar responsa- bilidades, rechazan el trabajo en equipo y tienden a ser individualistas, obsesivos, perfeccionistas y exigente s.” Un dato que resalta en el estudio del grupo de psicólogos universitarios es que 85% de las em- presas “p re m i a n” estas conductas. “La cultura laboral en el país ha confundido la adicción al trabajo con el compromiso. Son cosas diferentes. Por eso sería deseable que las empre- sas se sensibilizaran al respecto. México es uno de los países donde más se trabaja, pero también uno de los menos productivos”, comenta Villavicen- cio Ayub. Karoshi La adicción al trabajo, como cualquier otra, tiene repercusiones en el individuo; a la larga, el de- sempeño de éste no tiene la misma eficiencia. La situación más drástica termina en un infarto al mio cardio. “Recientemente, el índice de infartos al mio- cardio por exceso de trabajo se ha incrementa- do; este fenómeno, conocido como k a r o sh i (‘muerte por exceso de trabajo’, en japonés), se reportó en Japón también a finales de la década de los años 60.” Ahora bien, el k a r o sh i no sólo se desencadena por la sobrecarga de trabajo o la presión laboral, sino también por la mala alimentación y el con- sumo de sustancias adictivas como el tabaco o el alcohol. En México ya se han registrado casos de infarto al miocardio, a veces fulminante, sobre todo entre mandos medios y superiores cuyas edades osci- laban entre los 35 y los 45 años, es decir, cuando se alcanza una posición relevante en la estructura ejecutiva de las empresas. “En vez de reconocer y cuidar a los trabajadores que dan buenos resultados, las empresas tóxicas los castigan con actividades extras. Y éstos toman tal medida como un reconocimiento, cuando en realidad es un doble mensaje que a la larga puede afectar la productividad en general”, afirma Vi- llavicencio Ayub. Incremento de divorcios De acuerdo con el estudio llevado a cabo por el grupo de psicólogos universitarios, 20% de los en- cuestados se reconocen adictos al trabajo. Además, no se encontraron diferencias estadís- ticas significativas entre hombres y mujeres (es decir, la adicción al trabajo no respeta a ningún género), ni entre los empleados de las áreas la- borales estudiadas (contadores, administradores, responsables de ventas, psicólogos, ingenieros, técnico s…). “La mayoría de las empresas inmersas en la cul- tura transnacional han aprendido a cuidar su ta- lento. En general, esas empresas establecen pro- gramas que favorecen la calidad de vida y la salud ocupacional de sus trabajadores. Las empresas tó- xicas, en cambio, están a años luz de estos esque- mas. Pareciera que parten de la creencia de que si promueven algún beneficio para sus trabaja- dores, la productividad bajará”, comenta Villavi- cencio Ayub. A menudo, el mismo líder de una empresa tó- xica es un trabajólico que empuja al resto de los trabajadores a reproducir su misma conducta, pues considera que es el camino para mejorar los niveles de ingreso. “Otra de las consecuencias de la adicción al tra- bajo reportadas en países altamente industriali- zados es el incremento de divorcios, pues se deja de lado el tiempo para la pareja y empieza el dis- tanciamiento y la insatisfacción.” Para la investigadora de la UNAM, la cultura del trabajo que se practica en el país no favorece la productividad ni la eficiencia en el empleo. “Si sales a tu hora, los ejecutivos te ven mal y suponen que no estás comprometido con la em- presa. Es tiempo de que los dueños de empresas y los administradores de recursos humanos se den cuenta de que esa creencia lleva a trastor- nos. Si se sigue poniendo en práctica, tarde o temprano cundirán el presentismo, el aburri- miento laboral —otro trastorno— y, finalmente, la adicción al trabajo, que, lejos de beneficiar, acarrean afecciones tanto a los individuos como a las empresas”, concluye. b ESPECIAL A los trabajólicos les resulta difícil delegar responsabilidades. “La mayoría de las empresas inmersas en la cultura transnacional han aprendido a cuidar su talento. En general, esas empresas establecen programas que favorecen la calidad de vida y la salud ocupacional de sus trabajadores. Las empresas tóxicas, en cambio, están a años luz de estos esquemas” ERIKA VILLAVICENCIO AYUB Investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM

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Page 1: Reportan adicciÒn al trabajo en empresas del paÌs · Como ocurre con otro tipo de adicciones, si la adicciÒn al trabajo no es 6a l i m e n t a d a7constan - temente, produce ansiedad

Viernes 24 de marzo de 2017 EL UNIVERSALE14 CU LT U R A

PROYECTO UNAMTexto: Rafael López rl o p e z g @h o t m a i l.c o m

Baile de época y expo de autos clásicosLa Secretaría de Atención a la Comunidad Universitaria de la UNAM invitaal “Cuarto Certamen Universitario de Baile de Época. Años 50 y 60. Crinolinas,copetes y recuerdos 2017” y a la “Séptima Expo de Autos Clásicos y de Co-lección. Volver al pasado”, que se llevarán a cabo el sábado 1 de abril, de 10:00a 16:00 horas, en la Explanada Central de Ciudad Universitaria (Las Islas).Entrada libre.

E S P E

C I A L Segunda edición

de la plataformaCuidados PaliativosSe presentó la segunda edición dela plataforma en línea CuidadosPaliativos: Calidad al Final de laVida, del Seminario de Estudiossobre la Globalidad de la Univer-sidad Nacional, que prepara a per-sonal de la salud encargado deapoyar a pacientes. Hoy en día hayen México cerca de 9.8 millones depersonas mayores de 65 años; sinembargo, para 2050 se calcula quealcanzarán los 23 millones y que lamitad de ellos podría sufrir enfer-medades cerebrovasculares o pa-decimientos como el cáncer, queimplican un deterioro y requierencuidados paliativos.

Una opcióncontra malesn e u ro d e g e n e rati vosCientíficos del Instituto de Fisio-logía Celular de la UNAM, encabe-zados por Iván Velasco Velázquez,ya ensayan, a nivel experimental,el cultivo y trasplante neuronal decélulas reprogramadas a partir decélulas troncales pluripotencialesinducidas. Con ellas se ha vistoque es posible tratar algunas en-fermedades neurodegenerativascomo el mal de Parkinson y la es-clerosis lateral amiotrófica. El mé-todo ayuda con estas enfermeda-des porque están muy localizadasen algunas partes del cerebro y nodiseminadas, como sucede con lade Alzheimer.

E S P E

C I A L

Reportan adicción al trabajoen empresas del paísEste trastorno sepresenta en aquellaspersonas que laboranmás de 10 horas al día(entre 50 y 60a la semana)

Luego de aplicarles unaencuesta a tres mil trabaja-dores de distintas empresasmexicanas y analizar sus res-puestas, un grupo de investiga-dores de la Facultad de Psicologíade la UNAM, coordinado por ErikaVillavicencio Ayub, logró trazar elperfil de las empresas denomina-das tóxicas.

“Estas empresas carecen deprogramas de balance de viday trabajo, no cuentan conuna estructura organi-zacional en función delas cargas de trabajo y lasresponsabilidades (en ellas,pocas personas hacen muchastareas) y, por si fuera poco, restrin-gen las prestaciones o las que ofrecen tienenel nivel más bajo”, señala Villavicencio Ayub.

Dicho grupo de investigadores encontró tam-bién una relación entre las dinámicas laboralesque fomentan esas empresas y las repercusionesque se advierten en la salud de sus trabajadores;por ejemplo, al no respetar los horarios de trabajo,alientan la adicción al trabajo, o trabajolismo, en-tre otros trastornos.

Fue el psicólogo estadounidense Wayne Oa-tes quien hacia finales de la década de los años60 del siglo XX estudió esta adicción y la de-finió como la necesidad incontrolable de rea-lizar, en forma excesiva y sin límites, activi-dades ligadas al trabajo profesional. Posterior-mente, con la aparición de su libro C onfessionsof a workaholic, el término se popularizó y setradujo al español como trabajólico.

Como ocurre con otro tipo de adicciones, si laadicción al trabajo no es “a l i m e n t a d a” constan -temente, produce ansiedad. Aunque ha desper-tado la atención de los especialistas, ha sido pocoestudiada, pues no es fácil autodetectarla y ca-talogarla entre las alteraciones ocupacionales quetienen consecuencias psicológicas, biológicas yconduc tuale s.

Ansiedad y culpabilidadCifras mundiales indican que entre 30% y 35% delos trabajadores son trabajólicos. La adicción altrabajo se presenta en aquellas personas que la-boran más de 10 horas al día (entre 50 y 60 a las emana).

“A veces, estas personas tienen dos empleos,descansan poco y trabajan más allá de su horariolaboral, ya que en ciertos lugares no se respetanlos horarios: se sabe a qué hora se entra pero noa qué hora se saldrá.”

Otras conductas ayudan a diagnosticar estaadicción: que el empleado no pueda desconec-tarse de su trabajo ni en su tiempo libre (los finesde semana, los días festivos, en vacaciones o in-cluso cuando está enfermo) y que niegue que seaun trabajólico.

“Hay personas que sufren ansiedad cuando notrabajan y sienten culpabilidad si no hacen algo.Esto las motiva a permanecer conectadas a suslabores. En nuestro estudio vimos que 75% de losentrevistados reconocieron que usan teléfonosinteligentes, con lo cual incrementan entre cincoy 10 horas su trabajo adicional, aún a altas horasde la noche”, dice la investigadora.

Por lo que se refiere a la parte conductual, lostrabajólicos abandonan las actividades socialeso recreativas, como la práctica de algún deporte.En cuanto a la parte biológica, padecen trastor-nos del sueño, especialmente insomnio, y comono dejan que su organismo se restablezca, ya quees mucha la presión para que cumplan las metasestablecidas, empiezan a enfermarse por el des-gaste excesivo.

“Aun más: a las personas con esta adicción altrabajo les resulta muy difícil delegar responsa-bilidades, rechazan el trabajo en equipo y tiendena ser individualistas, obsesivos, perfeccionistas yexigente s.”

Un dato que resalta en el estudio del grupo depsicólogos universitarios es que 85% de las em-presas “p re m i a n” estas conductas.

“La cultura laboral en el país ha confundido laadicción al trabajo con el compromiso. Son cosasdiferentes. Por eso sería deseable que las empre-sas se sensibilizaran al respecto. México es uno delos países donde más se trabaja, pero también unode los menos productivos”, comenta Villavicen-cio Ayub.

Ka ros h iLa adicción al trabajo, como cualquier otra, tienerepercusiones en el individuo; a la larga, el de-sempeño de éste no tiene la misma eficiencia. Lasituación más drástica termina en un infarto almio cardio.

“Recientemente, el índice de infartos al mio-cardio por exceso de trabajo se ha incrementa-do; este fenómeno, conocido como k a r o sh i(‘muerte por exceso de trabajo’, en japonés), sereportó en Japón también a finales de la décadade los años 60.”

Ahora bien, el k a r o sh i no sólo se desencadenapor la sobrecarga de trabajo o la presión laboral,sino también por la mala alimentación y el con-sumo de sustancias adictivas como el tabaco o elalcohol.

En México ya se han registrado casos de infartoal miocardio, a veces fulminante, sobre todo entremandos medios y superiores cuyas edades osci-laban entre los 35 y los 45 años, es decir, cuandose alcanza una posición relevante en la estructuraejecutiva de las empresas.

“En vez de reconocer y cuidar a los trabajadoresque dan buenos resultados, las empresas tóxicaslos castigan con actividades extras. Y éstos tomantal medida como un reconocimiento, cuando enrealidad es un doble mensaje que a la larga puedeafectar la productividad en general”, afirma Vi-llavicencio Ayub.

Incremento de divorciosDe acuerdo con el estudio llevado a cabo por elgrupo de psicólogos universitarios, 20% de los en-

cuestados se reconocen adictos al trabajo.Además, no se encontraron diferencias estadís-

ticas significativas entre hombres y mujeres (esdecir, la adicción al trabajo no respeta a ningúngénero), ni entre los empleados de las áreas la-borales estudiadas (contadores, administradores,responsables de ventas, psicólogos, ingenieros,técnico s…).

“La mayoría de las empresas inmersas en la cul-tura transnacional han aprendido a cuidar su ta-lento. En general, esas empresas establecen pro-gramas que favorecen la calidad de vida y la saludocupacional de sus trabajadores. Las empresas tó-xicas, en cambio, están a años luz de estos esque-mas. Pareciera que parten de la creencia de quesi promueven algún beneficio para sus trabaja-dores, la productividad bajará”, comenta Villavi-cencio Ayub.

A menudo, el mismo líder de una empresa tó-xica es un trabajólico que empuja al resto de lostrabajadores a reproducir su misma conducta,pues considera que es el camino para mejorar losniveles de ingreso.

“Otra de las consecuencias de la adicción al tra-bajo reportadas en países altamente industriali-zados es el incremento de divorcios, pues se dejade lado el tiempo para la pareja y empieza el dis-tanciamiento y la insatisfacción.”

Para la investigadora de la UNAM, la cultura deltrabajo que se practica en el país no favorece laproductividad ni la eficiencia en el empleo.

“Si sales a tu hora, los ejecutivos te ven mal ysuponen que no estás comprometido con la em-presa. Es tiempo de que los dueños de empresasy los administradores de recursos humanos seden cuenta de que esa creencia lleva a trastor-nos. Si se sigue poniendo en práctica, tarde otemprano cundirán el presentismo, el aburri-miento laboral —otro trastorno— y, finalmente,la adicción al trabajo, que, lejos de beneficiar,acarrean afecciones tanto a los individuos comoa las empresas”, concluye. b

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A los trabajólicos lesresulta difícil

delega rres p o n s ab i l i d ades.

“La mayoría de las empresasinmersas en la culturatransnacional han aprendido acuidar su talento. En general, esasempresas establecen programasque favorecen la calidad de viday la salud ocupacional de sustrabajadores. Las empresastóxicas, en cambio, estána años luz de estos esquemas”ERIKA VILLAVICENCIO AYUBInvestigadora de la Facultadde Psicología de la UNAM