renovarse o morir: en busca de la biblioteca 2.0

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El Mercurio, 22 de abril 2012, Artes y Letras, páginas E4 y E5 MODERNIZACIÓN Mañana se celebra el "Día del libro y la lectura":

Renovarse o morir: en busca de la biblioteca 2.0

Las silenciosas bibliotecas de antaño evolucionan hacia animados espacios de encuentro, con servicios que incluyen desde capuccinos hasta el préstamo de réplicas de obras de arte. ¿Qué les espera a las bibliotecas en la era de las tablets ? ¿Cuáles son las fórmulas para sobrevivir?

Elena Irarrázabal Sánchez "El primer paso que dan los pueblos libres es darse grandes bibliotecas...", dice el decreto-proclama de fundación de la Biblioteca Nacional, publicado en agosto de 1813. El país recién nacía, pero ya sentía la necesidad de contar con una biblioteca digna. Doscientos años después, las cosas han cambiado. En las bibliotecas más avanzadas, los distantes anaqueles de libros han dado paso a estructuras coloridas y flexibles, ofertas de capuccinos y brownies , talleres de macramé y préstamos de audiolibros, películas y hasta reproducciones de cuadros famosos. ¿Una desfiguración de estos espacios? Para nada, contesta Gonzalo Oyarzún, subdirector de bibliotecas públicas de la Dibam. "Las bibliotecas públicas han comenzado a diversificar las formas en que llegan a la comunidad: internet, clubes de lectura, capacitación y talleres en las más diversas temáticas, además de conciertos, congresos, reuniones de la sociedad civil, entre tantas otras. La comunidad, más que hacer uso de las bibliotecas, hoy se 'apropia' de ellas". "La biblioteca del siglo 21 tiene como misión activar el conocimiento, hacer que circule y que llegue a todos quienes lo necesiten. Hoy el conocimiento está en todas partes, en los libros, en la web, y sobre todo en las personas, y en ese punto es donde la biblioteca cumple el rol de 'espacio-ágora' que genera las condiciones para la confluencia de las personas, los recursos de información, y por sobre todo de una grata experiencia que favorezca la generación de redes y nuevo conocimiento", agrega Alejandra Rojas, a cargo de la remodelada biblioteca de la Corfo. El "tercer espacio" Las tendencias internacionales indican que las bibliotecas públicas hoy se configuran como un "tercer espacio", término acuñado por el sociólogo urbanista Ray Oldenburg, en su libro "The great, good places". El tercer espacio es un lugar público y acogedor, donde la gente puede interactuar; a diferencia del primer espacio, que es la casa, y el segundo, la oficina. "El tercer espacio permite disfrutar de las conversaciones a tu alrededor, sin por ello dejar de realizar actividades individuales, como leer, navegar o incluso trabajar", explica Rojas. La crisis económica en EE.UU. reafirmó el carácter de estos lugares como espacio ciudadano. Las bibliotecas vieron aumentar sus visitas, ya que allí las personas podían conectarse para buscar trabajo, informarse y fortalecer sus redes. El nuevo paradigma El cambio de paradigma en las bibliotecas presenta varios rasgos. Uno de ellos es la multiplicidad de servicios. "La gente va a las bibliotecas a leer, a informarse, a entretenerse, a pensar. Muchas veces me han preguntado si esta nueva visión pretende convertir a las bibliotecas públicas en 'centros culturales'. Mi respuesta es que sí, eso son, de una manera integral. La gente va, en ocasiones, por un libro, pero cada vez más lo hace para estar allí, para habitar el lugar, para compartir con otros", argumenta Oyarzún. La Biblioteca de Santiago es un ejemplo de esta "oferta múltiple". Su directora, Marcela Valdés, relata que cuentan con más de treinta talleres semestrales en las más diversas áreas. "También hemos generado una exitosa cartelera de teatro infantil permanente y festivales, que ayuda a la fidelización del público. Por otra parte, descubrimos que teníamos usuarios analfabetos, y así incorporamos cursos de alfabetización, lo mismo en alfabetización digital, donde la brecha es muy amplia. Ahora estamos partiendo con el préstamo de copias de obras de arte enmarcadas. Nuestra biblioteca cambia cada día".

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¿Significa esto que las personas ya no van a leer a las bibliotecas? No es tan así, dice la directora de la Biblioteca de Santiago: "Nuestro último estudio indica que son muchos más los que usan la biblioteca como un espacio de lectura, que quienes asisten a ocupar los computadores o a ver películas. Más de un 40% de nuestros socios lee 10 libros o más al año y utilizan la biblioteca principalmente para pedir libros a domicilio". Abiertas los festivos La oferta múltiple se relaciona con otro rasgo de las bibliotecas: la oferta de entretención y esparcimiento, distinto al concepto unívoco de lugar de estudio (que hoy cubren con mayor énfasis las bibliotecas especializadas o universitarias). En el caso de la Biblioteca de Santiago, su directora cuenta que el período del año en que reciben más visitas es precisamente en las vacaciones de invierno. "Un día normal recibimos entre dos mil y tres mil personas. En vacaciones de invierno, subimos a seis mil a ocho mil visitas ". Según explica Verónica Abud, directora de la Fundación la Fuente, a cargo de las distintas sedes de la Biblioteca Viva -un proyecto que en una década ha logrado instalar bibliotecas públicas en diez concurridos Malls Plaza de Chile-, "el esparcimiento es nuestra principal motivación. Queremos mostrar que el libro puede ser una gran compañía y entretención. Y nuestra experiencia es que no se saca nada con tener una linda biblioteca si no hay programas de animación de la lectura. Cuentacuentos, ciclos de cine, diálogos con escritores son fundamentales para atraer público, así como contar con un personal capacitado. También abrir sábados y domingos". La flexibilidad horaria parece ser relevante. El reconocido sistema de bibliotecas de Providencia (que incluye seis recintos, entre bibliotecas y cafés literarios) abre de lunes a domingo y cuenta incluso con transporte de libros a domicilio para enfermos. A su vez, el Bibliometro también cuenta a su favor con horarios extendidos (9:00 a 21:00 horas), lo que le permitió, durante el 2011, prestar 390 mil libros, posicionándose como la segunda Biblioteca Pública del país. En materia de bibliotecas públicas, Abud celebra iniciativas como las de Providencia, la Biblioteca de Santiago y ciertos proyectos en regiones, pero cree que el panorama en Chile es muy dispar y tiene mucho por avanzar. "No tenemos una red suficiente de bibliotecas públicas por habitante. Se exige una por comuna, y eso está bien para San José de la Mariquina, pero no para La Florida. Reciben material y apoyo de la Dibam, pero el primer responsable suele ser el alcalde, lo que puede generar situaciones muy dispares. Hay bibliotecas que son inhóspitas, están mal ubicadas o tienen toneladas de libros inservibles", explica. Diálogo y sosiego ¿Y qué hay con la digitalización? ¿Terminarán las tablets por reemplazar la oferta de libros en las bibliotecas? La experiencia nacional indica que todavía estamos a años luz de ese momento. De hecho, la oferta de libros digitales en español aún no es satisfactoria. Eso sí, Gonzalo Oyarzún llama a tener presente la reflexión del ensayista mexicano Daniel Goldin, para quien "la historia del libro, conforme avanza, se convierte en una historia de la lectura". En esta línea, Marcela Valdés señala que hay que estar alertas. "Lo que las bibliotecas deben asegurar es el derecho a la lectura, independiente del formato". Ana Tironi, directora de la Biblioteca Nacional, explica que su colección digital ha sido una forma de irradiación de las colecciones de la biblioteca. "Nuestra biblioteca nacional digital, Memoria Chilena, tuvo más de 15 millones de archivos descargados durante el año 2011 y aproximadamente 2,5 millones de usuarios. Estas nuevas realidades han obligado a repensar nuestras políticas". Verónica Abud llama, a su vez, a no encandilarse con las pantallas. "La tecnología puede ser una ayuda fantástica, pero más crucial es abordar otro problema: los chilenos leen poquísimo. No sacamos nada con tenerles tablets y otros adminículos, que suponen un hábito de lectura previo. Hablar de tecnología es casi pretencioso cuando hay una grave situación de fondo: los bajísimos índices de lectura". Para Carlos Peña, rector de la UDP, que ahora cuenta con la moderna biblioteca Nicanor Parra, "la rapidez del mouse nunca reemplazará la lectura morosa de una página como experiencia intelectual y la sobreabundancia de información puede equivaler -cuando no la acompaña el

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diálogo y la reflexión- a una forma magnífica de ignorancia". Según él, "la biblioteca debe diseñarse para favorecer tres funciones: registrar el conocimiento y la experiencia disponible, inteligirla y criticarla. Algunas de esas actividades suponen el sosiego y otras el diálogo. Todas deben tener cabida en una buena biblioteca". Historia de un "fashion emergency" Visitar en Moneda 921 la biblioteca central de la Corfo -gris, con poca luz y espacios anticuados- no constituía un panorama muy apasionante. "En el pasado, la misión de la Corfo estaba centrada en crear grandes empresas para el desarrollo nacional. Hoy está enfocada en promover el emprendimiento y la innovación. Esta evolución fue clave al decidir su remodelación: se requería rescatar el valioso patrimonio documental y bibliográfico (por ejemplo, los estudios sobre terremotos y maremotos en Chile) y disponerlo en un espacio moderno enfocado a los emprendedores, que también acogiera a los funcionarios", explica Alejandra Rojas, bibliotecóloga y experta en cultura digital. Una encuesta preguntó por los atributos que buscaban los usuarios. Entre las cualidades estuvieron: "flexible, cercana, transparente, tranquila, con plantas, conectada y desconectada a la vez, con café, entretenida, digital". El resultado fue un espacio completamente rediseñado -colorido, amable y con olor a café- con espacios diferenciados (aunque conectados) para estudiar, conversar y revisar publicaciones. Hoy circulan al mes por ahí 10.000 personas, que pueden consultar sus 20 mil volúmenes o acceder a 17 revistas electrónicas. Es gratuita y está abierta a todos los interesados. Una de las especialidades del lugar es acoger las reuniones de distintos grupos que (HUB Santiago, First Tuesday, Starupchile, etc.) y también conferencias y encuentros -cerca de 300 al mes- con emprendedores, economistas y una variedad de invitados. Siete ideas exitosas Horarios extendidos. En Providencia, la Biblioteca municipal cierra a las 11:45 PM. Espacios cálidos e interconectados, pero con sectores diferenciados. No a los letreros que piden "Silencio", pero sí a la autorregulación entre los mismos usuarios. En algunas bibliotecas no se permite hablar por celular. Personal capaz de recomendar libros según las lecturas anteriores de los usuarios. Nutrida cartelera que atraiga a lectores y no lectores. La alianza entre libros y comida es complicada, pero las cafeterías puede ser un gancho muy atractivo. En la nueva biblioteca Corfo ha sido un gran éxito. Acceso a internet. Los hits de las bibliotecas Tanto la Biblioteca de Santiago como las distintas sedes de la Biblioteca Viva cuentan con encuestas periódicas que muestran comportamientos de sus usuarios. Entre las coincidencias llamativas, figura el hecho de que entre los socios, las mujeres son mayoría inobjetable (59% en la Biblioteca de Santiago, 65,5% en las sedes de la Biblioteca Viva). En la Biblioteca de Santiago, lidera el ranking de autores más pedidos Isabel Allende, seguida de Gabriel García Márquez, Paulo Coelho, Roberto Bolaño y Hernán Rivera Letelier . Otros escritores muy solicitados son Dan Brown, Stephen King, Bárbara Wood y C.S. Lewis. Entre los cómics más requeridos por los jóvenes, la manga japonesa gana por lejos . Sobre todo la serieNaruto (Masashi Kishimoto), Gantz (Hiroya Oku) y Slam Dunk (Takehiko Inoue) . Las diez sedes de la Biblioteca Viva registraron el año pasado 1.162.984 visitas (12% más que el 2010) y sus préstamos fueron 168.755. El grupo que más visita la biblioteca es el que va desde los 26 a los 40 años . Los autores más pedidos son Isabel Allende, Stieg Larsson, Dan Brown, Marcela Serrano y Roberto Ampuero. En el segmento escolar "El león, la bruja y el ropero" (C.S. Lewis), "Quique Hache, detective" (Sergio Gómez) y "El lugar más bonito del mundo" de Ann Cameron son los tres libros más prestados. Entre los jóvenes, cerca del 40% de los pedidos corresponden a cómics o novela gráfica, desde el popular Naruto hasta Mampato, pasando por Mafalda y los cómics de Marvel. En Bibliometro, en tanto, en el cuadro de honor de los autores más pedidos están Isabel Allende, Hernán Rivera Stephanie Meyer, Khaled Hosseini, A.Conan Doyle y Roberto Ampuero

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