renacer 87 (2008)

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    Es bueno tener la obediencia escrita o bien las disposiciones escritas de nuestros Su-

    periores, pero no es muy bueno si a esto no se aade que estn escritas en nuestras

    mentes (Antonio Mara Zaccara)

    Revista de la Provincia Barnabita Chilena Ao XVII N 87 -Julio 2007

    P A D R E S B A R N A B I T A S

    R

    evista

    Renacer

    P R O V I N C I A C H I L E N A

    En este nmero

    Integracin e inclusin, desafos de la educacin chilena, Ps Mara Jos Araya Ardiles, pp. 3-4

    Perl del docente de una escuela catlica, Roberto Paz Rivera, pp. 5-9

    La escuela catlica y la validez de su proyecto educativo, P. Jos Carvajal, pp.10-17

    Beln UC: invitacin al servicio en la Universidad, p. Rodrigo Nilo, p.18

    Pira: Primer encuentro de Provincias Federadas del Cono Sur, p. Humberto Palma, pp.19-23

    Comentario de actualidad. Sobre el caos neoliberal, Jos Ral Montero, p. 24

    Noticias de la Provincia. Ordenacin de Luis Garca, p.25

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    Editorial

    Pocas veces tenemos ocasin de celebrar un mesdel Santo Fundador tan productivo y provechoso co-

    mo ha sido este ao. Productivo en las obras y en los

    frutos. En l hemos realizado nuestra Reunin Inter-

    comunitaria, que como es

    habitual nos sita reflexi-vamente ante proble-mas que tienen directarelacin con la realidadnacional e internacio-nal, como Sitz Im Le-ben, desde donde se

    ejerce nuestra accinpastoral. Y este ao elfondo de la discusinno poda ser otro sino eldebate en torno a laeducacin, cuyas con-clusiones sern objetodel prximo nmero deRenacer y, no obstante,algo decimos en ste.Productivo, tambin,

    porque hemos concre-tado la solicitud del Ca-ptulo General en mate-ria de colaboracin en-tre Provincias Barnabi-tas afines, logrando unprimer acercamiento deeste tipo entre Argentina, Brasil y Chile, que porlo dems es el primero en la Congregacin. Y,por ltimo, a modo de coronacin de la fiestazaccariana, nuestra Provincia cuenta con unnuevo sacerdote barnabita, el recin ordenado

    Padre Luis Garca.

    Respecto del provecho que rindan las semillas

    sembradas en el mes de Antonio Mara Zaccaraes muy pronto para decir algo. Y sin embargo,podemos sostener que ello depender exclusi-

    vamente de la asuncin delespritu renovador que per-mea toda la espiritualidadde Fundador, y que va mu-cho ms all de nuevos mo-delos, estructuras o formasevangelizadoras, para llegarhasta el ncleo de la expe-

    riencia cristiana: la conver-sin personal, permanente,cotidiana y eclesial. Detrsdel llamado a mayor colabo-racin, espritu misionero ycongregacional con lasobras apostlicas de los Pa-dres Barnabitas existe unriesgo frente al cual no po-demos cerrar los ojos: elriesgo de nunca hincar eldiente en la obra apostlicaencargada, de convertirnosen diletantes del espritu, yel riesgo tambin de despre-ciar lo cotidiano de la fe enfuncin de obras magnficas.

    Por ahora, debemos conti-nuar el camino indicado por el Captulo Gene-ral, pero siempre atentos a los baches de esecaminar, pues un rebao de pastores acrtico noes ninguna garanta de mayor ni mejor evange-lizacin.

    P A D R E S B A R N A B I T A S

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    RR

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    Integracin e inclusin: dosdesafos pendientes de laeducacin chilena

    Ps. Mara Jos Araya Ardiles

    1

    Educacin inclusiva es un principio, que fueadoptado en la Conferencia Mundial sobre edu-cacin de Necesidades Especiales: acceso y cali-dad (Salamanca, 1994): "todas las escuelas de-ben acoger a todos los nios independientementede sus condiciones personales, culturales o socia-les; nios discapacitados y bien dotados, niosde la calle, de minoras tnicas, lingsticas oculturales, de zonas desfavorecidas o margina-les". Desde entonces este principio se hizo cadavez ms importante de cumplir, teniendo encuenta que en el mundo son miles los nios que

    por distintas razones no pueden acceder a unaeducacin de calidad.

    En la misma dcada en nuestro pas se puso enmarcha la Reforma a la educacin chilena. Estecambio a su vez, puso sobre el tapete temascomo calidad y equidad. Estando as en con-cordancia con las principales preocupacionesmundiales en educacin. Fue entonces quecomenz a escucharse cada vez con ms fuerzaen el quehacer educativo el concepto de Inte-gracin, el que ha sido nombrado como uno de

    los pilares para cumplir con los desafos plan-teados. Este concepto es entendido por el go-bierno, como un proceso continuo y dinmico,que posibilita a las personas con discapacidadparticipar en las distintas etapas del quehacersocial, escolar y laboral, asistidas con apoyosespecializados en los casos que sea necesario.Dicha necesidad de integrar est fundamentadaen el derecho de cada persona a recibir educa-cin en igualdad de oportunidades, sin importarsu condicin fsica, social, religiosa, etc.

    A partir de estas ideas es que se han implemen-tado desde entonces Proyectos de Integracinlos que son postulados e implementados por losestablecimientos que imparten la educacinformal. Proyectos que pueden integrar a nios ynias con trastornos cognitivos, de la comuni-

    cacin, afectividad o con multidficits. Estasiniciativas han proliferado en todo el pas, lle-gando a integrar, desde 1997 y hasta el ao2005 a 29.473 alumnos y alumnas de un totalde 129.994 que presentan necesidades educati-vas especiales y que reciben apoyos especiali-zados. Estas cifras pertenecen la Unidad deSubvenciones, MINEDUC, Divisin de Planifi-cacin y Presupuesto DIPLAP y CoordinacinRegional de Educacin Especial, que es el or-ganismo que hasta ahora ha proporcionado lamayor cantidad de datos sobre la cobertura deeducacin para nios con Necesidades Educa-tivas Especiales (NEE).

    Mientras la cobertura va en aumento, se hanalzado, durante el ltimo tiempo, innumerablesvoces que han puesto en duda la efectividad de

    los Proyectos de Integracin, sobre todo aque-llos que atienden trastornos de la afectividad,hoy llamados de la comunicacin y la rela-cin; sobre todo por creer que estos temas noson competencia de la educacin, sino de lasalud. Quienes trabajamos con los nios, jve-nes y sus familias sabemos que un trastornoafectivo es slo uno de los sntomas de la exis-tencia de un conflicto, no solo del sistema fami-liar, sino del escolar tambin. Sobre todo por-que las principales seales son detectadas al

    interior del colegio, que es justamente, gracias ala Jornada escolar completa (una de las caracte-rsticas principales de la Reforma educacionalChilena), el lugar donde nuestros nios pasan lamayor parte del tiempo.

    Es as como la escuela se hace parte tambindel conflicto, al no estar adecuadamente prepa-rada para hacerse cargo de la entrega de igual-dad en educacin a todos sus alumnos y alum-nas, incluyendo aquellos que poseen NEE deri-vadas de un trastorno afectivo. Es de esta forma

    en que durante los ltimos aos se ha hechoevidente la necesidad de poner activamente enmarcha otro proceso para que la Integracin seareal, este proceso es la Inclusin, a travs delcual la escuela puede prepararse y organizarespacios, as como traer profesionales especia-listas para ayudar a sus alumnos.

    P A D R E S B A R N A B I T A S

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    1 Psicloga P.I.E. del Colegio Seminario Conciliar de La Serena

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    Hasta hoy la Inclusin es un fantasma en laeducacin, ya que se ha planteado sobre elideal de que la escuela est realmente estruc-turada sobre la base de la diversidad, pensada yorganizada en funcin de las diferencias entresus alumnos, mientras que en la realidad sebeneficia mayoritariamente la Integracin comoun proceso individual, casi externo a los esta-blecimientos, dejando fuera uno de los factoresms importantes, como es la preparacin de laestructura y dinmica escolar para incluir a losalumnos integrados de una manera efectiva.Constantemente nos encontramos con expe-riencias en que los profesionales especialistasingresan a las escuelas, muchos de ellos sinmayor nocin de lo que significa trabajar enequipos interdisciplinarios que incluyen a losdocentes de los establecimientos, y docentes

    que no han sido capacitados para que el proce-so de Integracin ocurra justamente donde debeser, que es en el aula comn.

    La participacin de docentes y los dems acto-

    res del sistema educacional aun es voluntariay escasa, la inversin en capacitacin no hasido hasta ahora del todo efectiva y la sensibili-zacin, normalmente, corre slo por cuenta delos llamados proyectos, que muchas veces soloalcanzan a cubrir un mnimo porcentaje de lasnecesidades reales de los establecimientos. Laimagen es aun ms preocupante cuando ha-blamos de integrar nios, nias y jvenes con

    trastornos de tipo afectivos, cuando la NEE nose ve a simple vista. Cuando la justificacinde situaciones como una mala conducta, bajorendimiento acadmico, baja motivacin pararealizar las labores escolares, excesiva inquie-tud o baja capacidad para concentrase, vienedesde un diagnstico tan delicado como el deuna depresin infantil. Sensibilizar entonces esan ms complejo y mucho mas difcil es capa-citar en torno al tema. A modo de ejemplo sepuede citar la dificultad que se ve en la prcti-ca, para adoptar una de las formas bsicas deincluir, como es la Evaluacin Diferenciada.An se piensa que evaluar de manera diferen-ciada significa calificar con una nota mnima orealizar evaluaciones con menos preguntas y enel peor de los casos slo bajar la escala de exi-gencia y todo esto despus de ms de diez aos

    de intentos por capacitar en torno al tema.

    A pesar de todo esto y gracias al trabajo inago-table de un sin nmero de padres de nios conNEE, psiclogos, docentes, educadores diferen-ciales, kinesilogos y fonoaudilogos es quehoy en da podemos reconocer establecimien-tos educacionales que estn intentando integraren sus salas de clases, en igualdad de derecho asus alumnos, obteniendo resultados satisfacto-rios, y aun cuando la tarea sigue siendo un de-

    safo, seguiremos trabajando para abrir las men-tes de quienes sugieren que la integracin delos alumnos (as) con NEE, se lleve a cabo sloen un aula de recursos lejos de sus pares, qui-tndoles as la posibilidad de participar del pro-ceso de enseanza- aprendizaje que se da, jus-tamente, en la riqueza de la interaccin docen-te-alumno al interior de la sala de clases.

    Finalmente slo queda preguntarse Quin in-tegra a quin? Somos nosotros los equipos de

    profesionales especialistas? Son los docentes?Es el gobierno?. Lo cierto es que la Integraciny la Inclusin son procesos dinmicos que ocu-rren de manera efectiva, slo si todos los acto-res del sistema educativo trabajan bajo unamisma mirada, bajo una simple pero complejaidea a la vez, la aceptacin del otro como unlegtimo otro; diferente o igual, pero legtimoal fin.

    P A D R E S B A R N A B I T A S

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    Hacia un perfil del docentede un establecimientocatlico

    Roberto Paz Rivera1

    A N T E C E D E N T E S Y P R O Y E C C I O N E S

    Hace unos aos, producto de la ejecucin denuestra Reforma Educacional, se comenz a ha-blar de formacin inicial docente sobre todo anivel universitario. Ello daba cuenta de un perfilde competencias que deba ser comn para

    cualquier estudiante de pedagoga.

    Es una discusin que an est en pie por cuantolas instituciones de educacin superior tarde sehan plegado a la reforma. Y eso es evidente.

    Adems, aparecen frecuentemente estudios einvestigaciones que dejan de manifiesto la irre-gular formacin de los profesores de estado so-bre todo en educa-cin bsica. A todoesto hay que aadir eltema de la evaluacindocente que puso alos profesores en piede guerra, principal-mente por la forma ylos criterios emplea-

    dos para efectuar este sano control de calidad.En conclusin: los docentes deben exponer suformacin, experiencia, mtodos y criterios alescrutinio pblico. Pero no solamente los do-centes de colegios pblicos; tambin debernser evaluados de aqu a unos aos (si se aprue-ba la creacin de una Superintendencia deEducacin), aquellos que ejercen en el sistemaprivado o particular. De hecho, muchos esta-blecimientos aplican sistemas de evaluacindesde hace dcadas, pero sin que exista un pa-

    trn comn. Si el tema de la reflexin es el per-fil de un docente que ejerce en un colegio cat-lico, cul es el sentido de exponer anteceden-tes sobre formacin inicial y evaluacin docen-te?. La respuesta es sencilla: el docente queejerce su profesin en un establecimiento cat-lico debe ajustarse a criterios anexos a su perfil

    profesional y a su condicin, sea laico o religio-so. En otras palabras, no basta slo con su for-macin inicial; se hace necesario e imprescin-dible incorporar otros elementos de juicio quesubyacen a todo educador y que, en el caso delos establecimientos catlicos, son prioritarios ymarcan la diferencia. La idea de esta breve re-flexin es indagar y proponer algunos indicado-res que permitan contribuir al perfil del docenteque requiere un colegio catlico.

    C A R A C T E R S T I C A S P R O P I A S D E U N E D U-C A D O R

    Principalmente el cine ha configurado una vi-sin del profesor desde estados quimricos has-ta otros extremadamente realistas. Por lo gene-

    ral, el profesor lucha contra un sistema quecoarta su creatividad y que lo reprime; a pesarde ello despliega un repertorio de estrategias

    m e t o d o l g i c a sinslitas, innovadorasy cautivantes, siendo ala vez un experto ensu disciplina; es cer-cano, pero firme a lavez; al mismo tiempo,cree firmemente encada alumno y alum-

    na, o sea, sus expectativas son altas respecto alfuturo de ellos; posee la capacidad de entregar-se a fondo en los problemas que se le presentanresultando muchas veces vctima de las circuns-tancias. Si extrapolamos estas sucintas caracte-rsticas a nuestra realidad (haciendo la salvedadde que no contamos con estudios o investiga-ciones concluyentes sobre el profesorado na-cional) se podr advertir que en algunos puntosla debilidad es notoria. Ahora bien, son todasestas caractersticas potenciales atributos de un

    docente?. La respuesta es afirmativa. La profe-sin de pedagogo, de la cual se ha discutido lobastante como para poner en duda de si es o noprofesin, es extremadamente compleja y, talvez la nica que involucra a la persona, es deciral individuo, en la misin de educar. No sepuede desligar a la persona de su profesin. Tal

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    1 Profesor de Estado. Orientador del Colegio Seminario Conciliar de La Serena.

    Es all donde se puede establecer ladelgada lnea que separa a un docentede un docente que trabaja en un esta-blecimiento catlico: el ejemplo

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    docente ensea excepcionalmente biologa ce-lular, pero las relaciones con sus alumnos yalumnas distan mucho de ser ejemplares. Obien puede ser al revs: que sea regular encuanto al dominio de los contenidos, pero al-guien a quien se respeta por su calidad humanay entrega. En ese sentido se debe recurrir a lostres objetivos de la enseanza para una mejorcomprensin del fenmeno educativo: a) la ins-

    truccin o entrega de las materias propias deuna disciplina; b) la adquisicin de destrezas; yc) el fomento de actitudes. Los docentes debenreparar continuamente en estas tres aristas de suprofesin. Debe procurar ser ntegro como per-sona y de esta manera dar ejemplo de vida, ya

    que las actitudes se nutren fundamentalmentede modelos positivos. Es all donde se puedeestablecer la delgada lnea que separa a un do-cente de un docente que trabaja en un estable-cimiento catlico: el ejemplo.

    C A R A C T E R S T I C A S P R O P I A S D E L E D U C A -D O R D E U N C O L E G I O C AT L I C O

    Ya se enunciaba que este ltimo aspecto auncuando es propio de cualquier profesor en losdocentes de establecimientos catlicos es fun-damental y cobra una especial relevancia. Ante-riormente se haca mencin a los modelos posi-

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    tivos en vez de modelos virtuosos. El profesorJorge Pea Vial lo plantea de ese modo en unmagnfico ensayo 2 , citando algunas de las vir-tudes que debe cultivar un docente en su prc-tica habitual: la prudencia, la justicia, la pa-ciencia y serenidad, el orden, la lealtad, laconstancia y el optimismo. Asimismo, otros au-tores han establecido una estructura axiolgicasimilar a la anterior agregando: la templanza yla fortaleza; el amor a la verdad; la confianza;la autoridad; el respeto (I. El conocimiento delas personas; II. El respeto a la intimidad de laspersonas: el secreto profesional. III. Respeto a laconciencia del alumno. IV. No servirse de losalumnos. V. Cuidado del lenguaje y de los mo-dos. VI. La esttica y el decoro). 3

    En esta reflexin se prefiere hablar de modelospositivos o de caractersticas inherentes a lafuncin del docente en un establecimiento ca-tlico ms que de virtudes. Lo que ocurre, y astambin lo explica el profesor Pea Vial, es quelas virtudes se ocultan o estn dormidas. Ocurrecon frecuencia que los docentes no estn cons-cientes de este titnico esfuerzo de desarrollopersonal, por llamarlo de alguna manera, quedeben hacer da tras da; situacin que seahonda an ms producto de la escasa capaci-dad autocrtica del profesor. As nombradas al-gunas de las virtudes que los docentes deberan

    cultivar en este camino a ser mejores personas,y despus de revisar algunos textos especializa-dos sobre sus caractersticas, creemos queaquellas que se ligan ms fuertemente al perfilde un docente de un establecimiento catlicoson las siguientes:

    - Posee altas expectativas de sus alumnos yalumnas y estimula constantemente. MarcianoVidal4 seala, por ejemplo, que la enseanza delos valores debe ser sistematizada. No se saca

    nada con creer que la transversalidad en la at-msfera escolar es suficiente para educar en

    valores. Hay que ensearlos. Si ese argumentolo llevamos al plano de la sexualidad, de laprevencin de drogas o de la orientacin voca-cional, por cierto que tales temas incorporancontenidos para cambiar comportamientos. Enconsecuencia, un docente debe poseer la firmeconviccin que sus alumnos(as) pueden cam-biar y nutrirse de aspectos tiles y funcionalespara sus decisiones.

    - Preocupacin por aquellos alumnos(as) queestn en riesgo (dificultades de aprendizaje,consumo de sustancias ilegales, problemas fa-miliares, conductas sexuales precoces, etc). Esuna creencia ya extendida entre los docentesque abordar este tipo de situaciones implica seral mismo tiempo psiclogo, asistente social,enfermera, etc. Sin embargo, no es menos cierto

    que en la realidad los docentes no se involu-cran en determinadas problemticas debidotambin a los riesgos que involucran o simple-mente por una situacin de comodidad. Comolos centros educativos en su gran mayora noposeen polticas internas acerca de cmo actuaren estos casos, las situaciones se dejan pasar. Esnecesario involucrarse hasta dnde pueda llegarla conciencia tica de cada docente o hastadonde instancias mayores, como la Direccinpor ejemplo, lo permitan.

    - Vinculado con el anterior se postula el serasertivo frente a conductas intimidatorias e in-volucrarse en ellas, tanto dentro como fuera dela sala de clases, ya que es un hecho que losdocentes terminan siendo cmplices de situa-ciones intimidatorias o bien, causantes de ellaslo que es an mucho ms grave. 5 Y en la mis-ma lnea, puede llegar a configurar dinmicasde relacin y de trabajo que excluyan las situa-ciones de discriminacin al interior de los cur-

    sos y - por qu no? al interior del planteleducativo.

    P A D R E S B A R N A B I T A S

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    2 Entre la actitud culta del alumno y las virtudes del profesor, Dr. Jorge Pea Vial, en Estudios Pblicos, N 93, Vera-no del 2004, pp. 291-316.

    3 Christine Wanjiru, (1999): La tica de la profesin docente, Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, Espaa, 2edicin, Octubre, (pg. 287 y ss.)

    4 Vidal, Marciano (1981): La educacin moral en la escuela, Ediciones Paulinas/Editorial Verbo Divino, Madrid5 Magendzo, Abraham y Donoso, Patricio (2000): Cuando a uno lo molestan, Lom Ediciones y PIIE, Santiago, 1 edi-

    cin. Pp. 65 y ss.

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    - No es conformista con su propio desempeoni con el de sus alumnos(as), ya que vive comoun desafo constante el entregar lo mejor de sen cada momento.

    - Debe ser un investigador, o sea, ser capaz deelaborar material educativo para reuniones depadres, clase de orientacin, etc. El nuevo perfildocente, cada vez ms tcnico en saberes pro-venientes de la psicologa sobre todo, lo obli-gan a dar respuesta a la comunidad educativade esos conocimientos.

    - Buen ejemplo. Siempre se ha dicho que losdocentes son los segundos padres o madres.Hasta cierto punto an hay nios, nias y jve-nes que as lo estiman. Y cuando se habla debuen padre o madre se habla de buen ejemplo.

    En ese sentido, se podran sealar muchas cua-lidades que deberan cultivar los docentes y en-tre las cuales estn:

    a) Poseer caractersticas de liderazgo

    b) Ser proactivo: un docente siempredebe anticiparse a los hechos. Por ejemplo, an-tes de esperar complacientemente o a prioriresultados negativos en algunos subsectores,debera buscar y generar estrategias que contri-buyan a mejores calificaciones.

    c) Como seala Paulo Freire, humildad,

    amorosidad, valenta y tolerancia, es decir, en-sear a convivir con aquello que es diferente- Ser sensible a las necesidades de los alumnos;as como aceptar y promover la diversidad,6aspecto de suma importancia considerando laglobalizacin y lo eclctico de las culturas, so-bre todo, la occidental.- Como tambin., detectar las causas que inci-den en situaciones conflictivas, situaciones debajo rendimiento o dificultades emocionales en

    cada uno de sus alumnos, buscando estrategiasde solucin.

    - Estimular y fortalecer la formacin valrica.

    - Estimular hbitos de estudio y responsabilidad.

    - Formar hbitos de disciplina.

    - Estimular hbitos de convivencia armnica enel grupo.

    - Dar espacios de participacin a alumnos yalumnas, fortaleciendo su responsabilidad, au-tonoma y formacin ciudadana.

    - Fortalecer las alianzas con los padres y madrespara llevar a cabo una labor conjunta y apoya-

    da en el desarrollo valrico, socioafectivo yacadmico de sus alumnos y alumnas.

    - Poseer un rol prospectivo, es decir, centra-do en la formacin del alumno y considerandolas formas de pensar y su relacin armnica conla afectividad como algo ms importante quelos contenidos.7

    D O C E N T E S P A R A N U E S T R O S C O L E G I O S

    El Proyecto Educativo de las Escuelas Barnabitasestablece que los docentes buscarn empapar-se del carisma especfico del instituto, identifi-cndose con sus caractersticas. 8 Adems se-ala expresamente que su formacin espiritualle exige un testimonio de vida. Como seala elDr. Pea Vial la profesin docente exige rectituden la vida personal. A diferencia de otras profe-siones, el docente de un colegio catlico, msque cualquier otro, ensea por lo que es9, msque por lo que dice o hace. Esa amplitud en elhorizonte de la accin docente, en todo el sen-tido de la palabra, revela el significado trascen-dente que posee la labor educadora. Ese pre-

    P A D R E S B A R N A B I T A S

    8 Padres Barnabitas Provincia Chilena Renacer XXVII N 87

    6 Nieves Blanco, en Necesidades bsicas de aprendizaje (Seminario Regional, OREALC-IDRC, Santiago, Chile, 20-22abril de 1992), UNESCO/IDRC, Santiago de Chile, 1993, pg. 379.

    7 Lpez, R. y Vargas, V. (1991), Un enfoque prospectivo en la formacin de profesores en CPU, Estudios Sociales,Corporacin de Promocin Universitaria, N 70, trimestre 4, pp. 103-104

    8 Proyecto Educativo de las Escuelas Barnabitas, pg. 4.9 Op. Cit. Entre la actitud culta del alumno y las virtudes del profesor; pg. 312

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    cepto debe comprenderlo el docente a cabali-dad. De no ser as, se convierte en un merotcnico. La propuesta barnabita de solicitar cier-tos aspectos valrico-formativos apelando a lavoluntad del docente, esun claro signo de com-prensin del fenmenoeducativo en s, el cualtraspasa los aspectos le-gales y contractualespara incorporarlos en laconciencia tica del do-cente. Vale decir, se ape-la a la voluntad paraconseguir un docentecomprometido. Sobretodo, voluntad para me-

    jorar aquellos aspectosde personalidad o de tratoque entorpecen su quehacer. Es humano, dema-siado humano, equivocarse. Pero as tambinest la fuerza para salir adelante. El docente delcolegio barnabita debera reflejar esta actitud,llmese laico o religioso. De esta manera, sepueden proponer tres caractersticas bsicas amodo de resumen considerando lo anterior-mente expuesto:

    a) un docente que vive y educa a partir dela propuesta evanglica. Por ejemplo,que sea capaz de mostrarse como unvivo animador de la oferta pastoral delestablecimiento. Que invite y no aleje.Que sea un actor, ms que un especta-dor, en los eventos litrgicos. Que pro-mueva la vivencia cristiana por mediode la oracin y de la ntima experienciareligiosa. Que su vida a pesar de lasvicisitudes propias de la condicin hu-mana tenga el sello del cristiano com-

    prometido.b) un docente que se esmere por entregar

    una educacin de calidad, no tan sloen la enseanza (la instruccin), sinofavoreciendo el contexto de la misma:disciplina, respeto, voluntad, exigiendodentro de las posibilidades y las condi-ciones, esperando y extrayendo lo mejor

    de cada alumno y alumna; buscandocomo referente no el resultado por smismo, sino el esfuerzo del alumno que

    refleja su propia entrega.

    c)un docente preocupa-do de sus alumnos, ra-

    zn de ser de su voca-cin pedaggica. Enten-diendo cada etapa deldesarrollo; compren-diendo a los ms dbi-les, apoyando las inicia-tivas que favorezcan alos menos aventajados;cuyo lenguaje sea moti-vador, sin prejuicios,descontaminado de

    aquellos juicios que ter-minan por herir y daar,lo que sin duda es uno de los aspectospedaggicos ms valiosos.

    Aunque diversas empresas consultoras, algunasde ellas de un mayor reconocimiento pblicocomo es el caso de la Fundacin Chile, han de-terminado perfiles por competencias de tipoconductual o funcional para cada uno de los

    implicados en la gestin de centros educativos,los criterios y los indicadores son, por decirlode alguna manera, universales y generales. Esmisin de los establecimientos de carcter con-fesional adecuar tales competencias e indicado-res a su propia realidad, incorporando elemen-tos como los mencionados en esta reflexin. Enun mundo tecnologizado, que todo lo cuantifi-ca y lo reduce a datos, proponer la evaluacinde aspectos relacionados con calidad humanasiempre provocarn algn tipo de escozor. Ms

    an, aspectos de vida cristiana comprometida.Es una discusin necesaria para una adecuadaadministracin de los establecimientos, paragenerar contextos de seleccin de personal mu-cho ms eficaces de los que hasta ahora secuenta, y promover la conciencia de compor-tamientos y modelos positivos entre los docen-tes, los cuales son esenciales al interior de loscentros religiosos.

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    La escuela catlica y la vali-dez de su proyecto educati-vo: perspectivas y alcancescontingentes1.

    P. Jos Carvajal Gallardo, c.r.s.p.

    Ante este panorama, es justo y oportunoinsistir sobre algo que hoy parece menor:todo proyecto educativo conlleva una an-tropologa, pues ste implica un conceptode la persona y de la sociedad, de lo indivi-dual y de lo colectivo.

    1 . E L D E B A T E A L A P U E R T A : D E R O G A RO A B R O G A R L A L O C E ? A L G U N A S E S P E-

    C I F I C A C I O N E S .

    Para nadie es un hecho menor que, en la actualcontingencia, referida a educacin, quienes os-tentan la prerrogativa Estatal de organizacin yfinanciamiento, han perdido el norte y han des-dibujado el sentido de una propuesta educacio-nal eficaz y seria; basta leer las primeras lneas(y no es por desidia el no seguir leyendo, sinopor la pobreza en el contenido y la forma de laNueva Ley General de Educacin) para darnos

    cuenta que no hay claridad de objetivos ni me-nos principios educacionales reales y eficaces.Cuando abundan los discursos sobre escuelaseficaces a la vez pululan los intentos por des-plazar los proyectos educativos de institucionesserias que han logrado una correcta y cada vezmejor gestin de recursos humanos y econmi-cos. Cul es el fin de estos intentos de modifi-

    car aquello que sirve de referente para una efi-caz gestin educacional? Es en pos de la cali-dad en la enseanza que el Ejecutivo se juegasus mejores cartas de gobierno ciudadano?Permtanme dudar no solo de la forma, sinotambin del fondo de la cuestin, por cuantolas ambigedades en el lenguaje que se hanintroducido en la discusin no hacen sino dis-currir en la perisferia de los hechos y no en elpeso mismo de lo que significa hoy, con variasideologas instaladas, hacer de la educacin unproyecto serio y no un mero juego partidista.

    Detrs de la derogacin de la LOCE2, se incu-ban dos tendencias cada vez ms solapadas,que nuestro silencio frente al tema hace fecun-das. La primera es una lucha cuasi anti-dicta-dura. Para muchos, esta Ley recuerda antiguosenclaves dictatoriales, y siendo correctos parano caer en el mismo juego ambiguo de las ideasno expresadas, sealar la relacin con la Dicta-dura de Pinochet. Este orden poltico-simblicose puede rastrear en la huella de aquellos quedefienden esta derogacin sin dar muestras deun estudio serio y de una propuesta eficaz. Lapobreza de los argumentos, que salen a borbo-tones desde el Ministerio de Educacin, no ha-cen sino dar la razn a aquellos que ven en estalucha una especie de infantilismo revoluciona-rio trasnochado; aquellos dscolos que han

    llegado atrasados a percibir que el Pas buscaotros aires y otros referentes. Y el segundo he-cho, es de corte econmico-poltico de la edu-cacin, sobre el cual se ha puesto la falsa cre-encia que en ella se encuentra la clave jurdicapara la descentralizacin y la prevalencia delmercado en educacin. Si tratamos de ponernosen el lugar de aquellos que abogan por la dero-

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    1 Agradezco a p. Giulio los aportes y correcciones del presente artculo que sin duda lo han enriquecido desde la ex-periencia vivida y madurada en la educacin de nuestros alumnos y ex-alumnos.

    2 El enfoque central de la LOCE est en la forma de cmo se ejerce la libertad de enseanza y no en la consagracinde un sistema que garantice el derecho a la educacin, en sus distintas esferas, por parte del Estado. Ello es algo que,desde luego, trasciende a la LOCE y que sustantivamente se encuentra en otros cuerpos normativos. Primer Docu-mento Oficial de los Estudiantes de la Universidad Alberto Hurtado.Sistema Educacional y LOCE

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    gacin de la LOCE (esfuerzo no menor, peroque al menos nos sita en una postura crtica yseria), desde un punto de vista de defensa delcarcter pblico de la educacin, se justificarasu revisin radical o su derogacin si con elladesapareciera la privatizacin de la educacin.Pero me doy cuenta que razono mal, pues no

    existe (y no solo lo concluyo, sino que tantosotros lo han dicho) esa diferencia entre educa-cin pblica y privada. Si nos detenemos unpoco ms en sta sutil, pero significativa pre-ponderancia en los discursos del estado frente ala diferencia de mbitos, toda la educacin enChile es pblica en cuanto se realiza dentro deun Estado de Derecho3. Por lo tanto, decir ohacer esas salvedades no es ms que un juegode palabras. La utilizacin de recursos (pblicoso privados) es otra dimensin que de ninguna

    manera condice el carcter pblico de la edu-cacin en este pas. Pero el problema es otro. Labase jurdica del actual esquema institucional yfinanciamiento de la educacin de carcter

    pblico (as dicho para no confundir como lohacen los dems) se encuentra en verdad en lalegislacin que autoriz los traspasos de los es-tablecimientos educacionales a las municipali-dades4, el tipo de financiamiento por alumnosy, tambin, el rgimen de co-pago establecidolegalmente en democracia. Si se quiere mejorar,

    hay que revisar las leyes de 1980-81 y 1993 yno la LOCE de 1990, pues es en dichas leyesque se encuentra un serio problema, para lascuales, adems, no se requiere qurum califi-cado5 . Sin la seriedad correspondiente, estoconlleva un perjuicio serio en el verdadero ca-rcter pblico de la Educacin. Hay que decirlocon seriedad y responsabilidad: la LOCE 6 noimpide al Ministerio de Educacin proponer losObjetivos Fundamentales y Contenidos Mni-mos Obligatorios y todo el progresista marco

    curricular de la reforma, que se pretende con lanueva Ley. Que no lo hagan por ineficacia en lagestin pblica, ya sea de recursos humanoscomo econmicos, es otra cosa.

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    Padres Barnabitas Provincia Chilena Renacer XXVII N 87 11

    3 El problema de la educacin afecta a la totalidad del marco normativo vigente, del cual la LOCE es slo una parte.Dicho marco normativo encabezado por la Constitucin de 1980, define un concepto de educacin bajo principiosliberales eximiendo de responsabilidades al Estado. Es por esto que la comisin se opone a la modificacin parcialde la LOCE y propone que el debate debe ir orientado a generar las condiciones sociales que posibiliten una redefi-nicin del concepto de educacin en todos los cuerpos legales que regulan el mbito educativo (Constitucin, LO-CE, Leyes en general y Decretos). En este sentido el actual movimiento estudiantil encabezado por los secundarioses visto como una oportunidad para posicionar el debate a nivel de esfera pblica y sistema poltico.

    4 Es el caso del Decreto Ley de Hacienda, de 1979, que facult al Gobierno para traspasar servicios a las municipali-dades, el DFL. 1-3063 de 1980, que traspas los establecimientos educacionales y la ley de subvenciones de 1980,reformada por sucesivas normas legales hasta nuestros das.

    5 La Constitucin dicta que se cumpla con un qurum de 4/7 de los diputados y senadores en ejercicio.6 Consecuentemente, es materia propia de esta ley establecer un marco regulatorio respecto de la educacin superior

    privada o, en otras palabras, la regulacin de cmo se ejerce el derecho a la libre enseanza que se desprende de laConstitucin. Es en razn de ello que este mismo cuerpo legal articula normas relativas a la regulacin de la educa-cin en sus niveles bsico y medio (Ttulos I y II), por medio de los requisitos bsicos de enseanza, y los procesosde reconocimiento oficial del Estado a los establecimientos de educacin que imparten enseanza en los nivelesparvulario, bsico y medio. En otras palabras, lo que hace esta ley es regular las prestaciones educacionales privadasde nivel parvulario, bsico, medio y superior, as como de brindar un marco general respecto de la educacin bsicay media. http://w3app.mineduc.cl/edusup/instituciones/inst_marc_lega.html

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    2 . A N T E E S T E P A N O R A M A : S I G U E S I E N-D O VA L I D O N U E S T R O P R O Y E C T O E D U C A-T I V O ?

    A quien lea estas lneas, le parecer (y con justarazn) un tanto brusco el giro en la temtica.Pero con lo anterior, trato de situarme ante lacontingencia; debemos diagnosticar aquellaanomala en la formulacin de la tan cuestio-nada ley de educacin. A la luz de lo anterior, ytratando de dejar los derrotismos de lado, paranadie es un misterio que la educacin conllevaun desafo mayor; no solo por las disyuntivasque se han instalado a raz de los intentos dereforma por parte del gobierno, sino por algoque siempre ha estado presente como indicadorde un proyecto educativo viable: las exigenciasde un nuevo tiempo, un nuevo tipo humano y

    una cultura polivalente. Y ante este desafo, laelaboracin de un nuevo proyecto educativo,busca recoger estas interrogantes con una fuertecarga social e iluminada con la enseanza de laIglesia. Ahora, el problema tiene una doble arti-culacin: la adecuacin de las estructuras y lasrespuestas a los nuevos desafos ticos. No de-bemos olvidar que en toda poca, la educacinse sita como mediacin del ethos cultural puessu injerencia en la memoria colectiva es pre-ponderante, pues transmite valores colectivos

    de generacin en generacin. Por ello el carc-ter crtico de nuestro Proyecto educativo, de locontrario (y por esa lnea riesgosa nos estamosmoviendo con las actuales polticas) no preparaun camino cultural de calidad para individuoscapaces de introducir valores distintos frente auna realidad con diferencias ticas7. Si habla-mos de cambio social, debemos pensarlo desdela novedad de un proyecto educativo, novedadradicalmente ausente en las reformas que sepretenden introducir. As se estructura una lgi-ca a partir de un mtodo pedaggico que se

    asume y que es capaz de explicitar su finalidady las opciones estratgicas que se implementanpara llevarla a cabo8.

    La visin de hombre que subyace a todo pro-yecto educativo, marca inexorablemente el sen-tido de esta cuestin de fondo referida a la cali-dad. Sin una sana antropologa, desprestigiamosel hecho primordial referido al ser humano encuanto gestor de un cambio de poca; pasa-mos a un nuevo milenio con grandes experien-cias en distintos mbitos del quehacer social.Qu genera esto? Una poca de cambios.Puede parecer un juego de palabras, pero es eldiagnstico que se hace desde distintos referen-tes: poltica, economa, religin, y tambineducacin. Desde la vertiente eclesial y en elmbito social y poltico, los ltimos 20 aoshan cambio definitivamente el rostro del mun-do9, de la sociedad y sus expectativas y natu-ralmente- del rol de la educacin. Y ante estohay por un lado algunas pretensiones, a saber,

    alcanzar un proyecto de y en conjunto, querespete los aportes originales, peculiares de losmiembros de las comunidades educativas, paraconfluir en la formacin de: Un hombre ntegroy culturalmente abierto, tcnicamente compe-tente y humanamente maduro. stos, comootros objetivos, se extraan en un conglomera-do de directrices que no apuntan al singularhecho que conlleva formar personas y no merosindividuos. Ya desde el artculo (de la nueva ley)primero se percibe esta carencia, adems, de la

    poca claridad y precisin jurdica en el cono-cimiento y fines de las leyes que se han pro-mulgado, pues la centralidad de dicho artculo,fue recogido en la LOCE pero no es su fin, sinoms bien es del giro que se introdujo en la edu-cacin municipal. Pero no perdamos el hilo.Ante tales cambios, surgen naturalmente algu-nas limitaciones propias de los procesos huma-nos, del cual la educacin no ha sido inmuni-zada: La conciencia que frente al ideal propues-to, nuestras capacidades y entregas son muchasveces insuficientes; la dificultad para implicar a

    todos los involucrados en el proceso para con-seguir el ideal buscado; un cansancio que aso-ma peridicamente en alumnos y docentes. Se

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    7 Mifsud Tony, s.j ; Moral Social: Lectura solidaria del Continente; CELAM, Vol. III, pg. 3208 Ibd. Pg. 3209 Proyecto Educativo de los Colegios de los Padres Barnabitas, Provincia Chilena, 1987

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    da as en el proyecto educativo una tensin en-tre el ideal propuesto y la realidad socio-cultu-ral como resultado de la objetiva dificultad dela tarea de educar y no una despreocupacin delos principales gestores de la escuela.

    Por ello que no debe asustarnos el que nos

    cuestione la lucidez de lafinalidad y presupuestos denuestros proyectos. No de-bemos olvidar, como sea-la T. Mifsud10, que en unproyecto educativo, hay unproyecto de hombre en-cerrado. Y esto vale en lamedida que se construya eleducando11 . Pero quinsalvaguarda la libertad de enseanza? Basta leerla pobreza del art. 4 de la nueva ley, donde laambigedad nos puede llevar a afirmar cual-quier cosa. Cito textual: La educacin es underecho de todas las personas. Corresponde,preferentemente, a los padres el derecho y eldeber de educar a sus hijos; al Estado, el deberde otorgar especial proteccin al ejercicio deeste derecho; y, en general, a la comunidad, eldeber de contribuir al desarrollo y perfeccio-namiento de la educacin12. La corresponden-cia preferente de los Padres (pobremente dicha)excluye de cualquier proyecto educativo la

    transversalidad de valores a partir de una pro-puesta coherente y consecuente con un estilode vida y la bsqueda de una sociedad msequitativa. El Estatismo Educacional puede teneralcances insospechados. No se trata de leer enfiligrana ste y los dems artculos de la ley, si-no saber descubrir verdaderamente cul es elespritu de sta. En un sistema como el nuestro,que ampara y fomenta la libertad de eleccin,no se puede ser inconsecuente con ello y privara los padres de dicha posibilidad; o para hacer-

    les menos grata la tarea, eliminar del coraznde instituciones de historia y prestigio, su eje, esdecir, su proyecto educativo.

    Ante este panorama, es justo y oportuno insistirsobre algo que hoy parece menor: todo proyec-to educativo conlleva una antropologa, pues

    ste implica un conceptode la persona y de la socie-dad, de lo individual y delo colectivo. Bajo estaperspectiva se comprende yse ha de intentar que el sis-tema pedaggico refleja elmejor modo de insertar yde preparar al educando enun sujeto social13. Por ello

    que hay tres tendencias14 que considerar frentea la situacin que hay que enfrentar: una ten-dencia liberal, que solo capacita a los formadosen sus propios talentos; se aprecia el ser huma-no como un individuo libre y original; la ten-dencia colectivista da prioridad a la sociedad yprepara al educando en funcin del conjuntosocial. Estas dos tendencias presentan su dficit.La primera subraya slo la libertad individual yolvida la importancia del aspecto relacional delser humano y tiende a la formacin de seresindividualistas y no de individuos que se preo-cupen por los otros. La segunda tendencia re-

    calca slo la importancia de la sociedad, no dala debida importancia al individuo y a su desa-rrollo personal. Aqu la educacin se reduce auna tarea funcional para adaptar al individuo asu lugar en la sociedad, y lugar ya prefijado.Pero hay una tercera tendencia evolutiva15 queasume la interaccin entre16 el individuo y lasociedad como un proceso de crecimiento.Aqu, la originalidad del educando es conside-rada y se desarrolla con un sentido comunitarioy con una impronta de responsabilidad social.

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    10 O.c, pg. 32511 Documento de Santo Domingo, n 26512 http://www.elquintoinfierno.cl/?p=81413 Ibd., 1, pg. 32514 Aqu sigo a T. Mifsud, o.c, pg. 326. y lo hago para ser fiel a la lgica de este ensayo.15 Que para T. Mifsud, tiene su origen en la psicologa evolutiva de Jean Piaget16 A veces nos desgastamos intilmente en pretender solucionar o posesionarnos de los extremos de las situaciones y

    no caemos en la cuenta que hay un ENTRE que ilumina mucho nuestras situaciones paradojales.

    La visin de hombre quesubyace a todo proyecto edu-cativo, marca inexorablemen-te el sentido de esta cuestinde fondo referida a la calidad

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    No se ha polarizado la discusin? Se ha, efec-tivamente, ideologizado? Las dos primeras ten-dencias las podemos apreciar claramente en lasnuevas formulaciones gubernamentales. La ter-cera se diluye en intentos correctos pero pocoeficaces y realistas de propender a la calidad dela enseanza. Por lo tanto, si la tendencia libe-ral fomenta una creatividad a-social y la co-lectivista una sociedad a- creativa la tenden-cia evolutiva configura una sociedad creativa(pues se considera la originalidad del individuo)y social (que est al servicio del proyecto co-munitario). Nuestro Proyecto Educativo es losuficientemente lcido, pues incluye esta pers-pectiva, reconociendo quizs en el mismo, lapresencia imbricada de las otras dos, pero conla posibilidad tambin cierta de reconocer susdficit, para luego superarlos. Al menos, as lo

    avalan los logros obtenidos y la gestin realiza-da para ello.El proyecto de nuestras escuelas catlicas ( yampliemos los horizontes para aquellos quesienten el peso y pesimismo del tiempo actual)debe incluir la obligacin de respetar la origina-lidad del individuo y la sociabilidad del serhumano en su misma constitucin17; aqu en-cuentra su expresin y concrecin el persona-lismo comunitario o la comunidad personalis-ta18 que rescata la alteridad del ser humano,

    como ser que se da y es capaz de recibir, paraconfigurarse como sujeto y miembro de unacomunidad. Esta es la convergencia de la con-dicin social del ser humano en la que conflu-yen la Moral Social y la Antropologa Teolgica,pues el ser humano, como ser en el mundocontingente, no puede desprenderse de una do-ble dependencia: de s y de los otros. Sin co-munidad, el ser humano se despersonaliza,pues no puede realizarse sin los dems; al mis-mo tiempo, sin autonoma, el hombre se des-personaliza pues el colectivismo no tiene ros-tro19.

    As, la finalidad de la educacin se define entrminos de su capacidad para formar personascon conocimientos necesarios y slidos, perocon un espritu crtico y un sentido de lo huma-no. Se comprende que el fin no es la relevanciainstrumental o funcional sino su relevancia enla construccin de una sociedad humana. No setrata de una produccin en serie sino una ca-pacitacin de personas para una tarea de cons-truir la sociedad20. Por ello que la educacin esla formacin de la persona comunitaria sabien-do valorar su singularidad21

    Marciano Vidal observa que la educacin esten relacin directa con la cultura y, a travs desta, con el proyecto de sociedad. Por ello quelos proyectos educativos son un instrumentoeficaz, sea para reproducir las estructuras injus-tas de la sociedad, sea para liberar al hombrecreando una sociedad cada vez ms justa. En-tonces constituye una exigencia tica favorecerel tipo de educacin que tenga los siguientesrasgos:

    Una educacin preferentemente crticaante el ethos de la cultura existente, queevite la conversin de los procesos edu-cativos en procesos de mera transmisina-crtica de los valores dominantes Unaeducacin entendida y proyectada co-mo servicio a la comunidad humana,

    eliminando el peligro de convertir laeducacin en instrumento de poder.

    Una educacin vivida en ambiente deigualdad de oportunidades, de respetoexpresado como un pluralismo ideol-gico y de corresponsabilidad participati-va en la expresin de la autogestin,desechando la educacin autoritaria.

    Y finalmente una educacin proyectadahacia el futuro y en permanente renova-cin rompiendo as las ataduras del

    inmovilismo.22

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    17 Meis Anneliese, Apuntes de Clases Antropologa Cristiana, PUC, 2 semestre, 200018 Ibd., 1, pg. 32719 Piaget J; A dnde va la educacin, Ed. Teide, 1971; Barcelona; p. 4320 I. SCHEFFLER; EN T. Mifsud; o.c, pg. 32721 T, Mifsud; o.c; 32722 Vidal M, Moral de actitudes III, Editorial PS, Madrid 1979, p.426

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    Si no entendemos como comunidad educativala importancia de la formacin en el mbito delo social, no se comprende la verdadera antro-polgica que manifiesta la exigencia tica detodo proyecto educativo y que adems preparael camino para la formacin de una cultura res-petuosa de los derechos humanos, y damos ra-zones a aquellos que pretende arrogarse el sermaestros en temas educacionales como enotros, donde a la Iglesia slo se le reconoce sucarcter altruista rayando en el asistencialismo(o sin fines de lucro), pero no en lo que es unagestin educacional competente que desembo-ca en calidad. Tambin la proyeccin de futurorelaciona la tensin utpica de una moral socialque pretende contemplar este futuro en trmi-nos de humanizacin frente a la oposicin de larealidad presente que es vivida en trmino de

    indignacin hacia todo lo deshumanizante.

    Todo proyecto educativo-cristiano (y especfi-camente catlico) se comprende desde la edu-cacin de valores como un imperativo de ac-cin, sobre todo por lo pluralista de nuestra so-ciedad hoy. La persona humana es un ser rela-cional (ya lo hemos sealado), es decir, se cons-truye abrindose a los dems en un contextosocial concreto. Por tanto, la persona, segnMifsud23, se construye desde un triple proceso

    convergente: subjetividad (la construccin deuna personalidad) la reciprocidad (entrando enuna relacin constante con los dems) y la res-ponsabilidad social (configurando una sociedadhumana en torno a ncleos familiares, escola-res, sociales y polticos...)

    Si queremos hacer una correcta hermenuticade esta situacin, en trminos teolgicos debe-mos incluir este triple proceso que hace refe-rencia a la experiencia de conversin mediantela cual uno acepta agradecido su condicin dehijo de Dios (subjetividad) tratando de hacer delotro un hermano (reciprocidad) y asumiendo sucompromiso social segn los criterios del reina-do de Dios como Seor de la realidad histrica

    (responsabilidad social). En este punto rescatoel aporte de Mifsud a la cuestin de la Educa-cin y su proyecto, pues nos plantea los ele-mentos tomados de la misma contingencia parallevarlos a la circularidad interpretativa que la

    sita (a la realidad) en un referente nuevo: Mo-ral y social.

    Nuestra propuesta de formacin cristiana, nopuede claudicar, pues se tiene la conciencia dela misin entregada por Cristo Jess, fundamen-to del proyecto educativo24; por ello que nues-tros colegios ofrecen a los jvenes una pro-puesta cristiana de vida, para su participacineficaz en la obra de la Iglesia, tambin con unaperspectiva vocacional especfica, en el respetode la personalidad de cada uno25. ste es elfundamento clave que dice relacin directa conlo ya expuesto; es una forma original de con-crecin de la vinculacin realidad social ymensaje del Evangelio, salvando cada mbito

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    23 O.c, pg. 33124 Escuela Catlica, 3425 Ibd., 3 ; Constituciones de los Clrigos Regulares de San Pablo n 117

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    de competencia, es decir, asumiendo la conti-nencia para luego ser iluminada con el aconte-cimiento de Jess, el Cristo.Al ofrecer su proyecto educativo, la Iglesia par-ticipa en el dilogo cultural con su aportacinoriginal a favor del verdadero progreso y de la

    formacin integral del hombre26

    . Por ello que elobjetivo de toda educacin genuina es huma-nizar y personalizar al hombre, orientndoloeficazmente hacia su fin ltimo que trasciendela finitud esencial del hombre27.Por tal razn, las finalidades caractersticas dela educacin cristiana no se agotan en un com-pleta formacin humana que, sin embargo, ca-da centro de educacin cristiana tiene el deberde entregar en el ms alto grado posible, aun-que fuera solamente por un elemental deber dejusticia, sino que debe comprender el desarrollode la fe, de su adhesin a ella, de la oracin yde la participacin en la liturgia28. Por ello quela Iglesia est consciente que cada hombre tie-ne una finalidad en orden a su naturaleza y a suvinculacin con el Creador que lo ha llamado apertenecer a su Reino, por eso, tambin su tra-bajo educador, abre al hombre a lo trascenden-te; al mismo tiempo, sabe que la experienciahumana del hombre no es un aspecto transito-rio, insignificante o indiferente y desligado desu suerte definitiva. Todo lo que el hombre haga

    en su historia personal tiene peso para su en-cuentro definitivo con el Seor y desde ya, pre-para tal encuentro en la calidad de su bsqueday en la claridad de las metas propuestas. En laeducacin tiene suma importancia la funcin ymisin que el hombre asuma con responsabili-dad para que su vida personal, sus relacioneshumanas, las obras materiales o de organiza-cin de la sociedad que salgan de su mano, se-an preparacin o resultado del mensaje evang-lico.

    La educacin catlica ha de producir los agen-tes para el cambio permanente y orgnico que

    requiere nuestra sociedad mediante una for-macin cvica y poltica inspirada en la ense-anza social de la Iglesia29.En nuestro continente y, muy especialmente ennuestro pas, en esta hora crucial, este rasgo dela formacin del hombre necesita ser apreciado

    y rescatado de mltiples equvocos. La demo-nizacin del concepto de poltica invita a undesinters y frivolidad y vivir al minuto queno permiten que el cristiano incorpore al bagajede su cultura el compromiso del crecimiento delas cosas temporales en vista de su fin humani-zador y solidario. La absolutizacin de la ac-cin poltica recorta al hombre de otros aspec-tos tan importantes y eficaces como ella: la inte-rioridad, la fantasa creadora (o utopa proyecti-va), la verdadera amistad...As, la educacin se encuentra ante una doblemeta: la preocupacin por la formacin de unsujeto autnomo, organizando los contenidosalrededor del eje categorial de justicia, pues elsignificado bsico de la categora tica de justi-cia est constituido por dos referencias axiol-gicas: la igualdad, considerar y resolver todoslos problemas de la vida desde y para la igual-dad de los seres humanos; y la reciprocidad,entender las relaciones humanas en clave departicipacin equitativa. Por tanto, la autonomay la justicia se integran para formar la nica me-

    ta de la educacin moral.Esta comprensin de la educacin que ofrece laescuela catlica manifiesta una orientacin queconduce a evitar ciertas contradicciones entreel contenido y el ambiente de la educacinfundada en los valores antes descritos. De locontrario nuestros ambientes educativos no se-rn ni libres ni participativos.

    Para concluir, vuelvo a una pregunta jamsabandonada, pero quizs poco rumiada Cules el tipo de hombre que queremos formar? 30

    Para ello hay que ofrecer a la sociedad de hoyuna educacin personalizadora e integradora

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    16 Padres Barnabitas Provincia Chilena Renacer XXVII N 87

    26 EC 15; cf. Gravissimum Educationis, proemio27 Documento de Puebla, 102428 Ibd., 1329 Documento de Puebla, n 1033; cf. 79330 Para responder a esta respuesta que sirve como valores ticos iluminadores, sigo Documento de Puebla, nn. 1025 al

    1044

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    para que nuestros educandos sean personas in-teresadas en humanizar el mundo, transformarla sociedad y construir la historia; una educa-cin para la justicia, pues se ha de formar unespritu crtico en la bsqueda de la creacin deuna sociedad nueva, participativa y fraterna;una educacin para el servicio hacia los dems;una educacin para el cambio que comprendela necesidad deuna formacincvica y polticapara que se asumade manera respon-sable y con unsentido solidario,el cambio de lasestructuras.En estas cuatro

    coordenadas po-demos situar lapretensin de laeducacin cristia-na, que es ambi-ciosa y busca con-tribuir a la crea-cin del hombrenuevo, siguiendoel modelo de Je-ss, el Cristo (GS 22), que facilite el crecimiento

    personal de cada individuo y levante el tono dela convivencia humana aminorando el mal y lainjusticia, venciendo el pecado y abriendo lospasos a la gracia, la convivencia y el amor. Poreso, tambin en la accin educativa el Evange-lio debe penetrar en su corazn, en sus expe-riencias y modelos de vida, en su cultura y am-bientes, para hacer una nueva humanidad conhombres nuevos y encaminar a todos hacia unanueva manera de ser, de vivir y de convivir31

    Estas caractersticas del hombre nuevo en Cris-to, representan la meta de la labor educativa dela escuela catlica; elementos no exhaustivos niexcluyentes, pero parecen en las circunstanciasactuales, los ms urgentes y necesarios. As na-cer un hombre que busca una justa medida enlas cosas y en los bienes y los valora como ta-les; por ello que ambiciona una equitativa re-

    particin de los bienes y oportunidades; quesabe apreciar los bienes de la tierra dados porDios, pero para el gozo en comn; un hombreque incorpora en su ideario y en su esfuerzocreador los valores que mientras se gozarn enplenitud en el Reino- desde ya representan lapresencia de Dios entre los suyos y adelantosentre nosotros de ese Reino de amor, justicia,

    libertad y esperan-za. Un hombreque, dolido por lasinjusticias y laopresin, viva paralos dems y con-tribuya eficazmen-te en la creacinde una sociedadcualitativamente

    distinta (OA 21,31) Solo as, comoseala el p. Arru-pe, nuestro tiemponecesita hombresque encuentren unprovechoso y vitalequilibrio... nues-tro ideal no esproducir pequeos

    monstruos acadmicos, deshumanizados e in-

    trovertidos, pero tampoco el devoto creyentealrgico al mundo en que vive e incapaz de vi-bracin por lo que le es suyo.Slo as el hombre puede tener, con su ambien-te cultural y social, una relacin serena y crticaa la vez, segn la invitacin paulina examnelotodo y qudese con lo bueno (1Tes. 5, 21)

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    Padres Barnabitas Provincia Chilena Renacer XXVII N 87 17

    31 Documento de Puebla, n 350

    Si no entendemos como comunidad educativala importancia de la formacin en el mbito delo social, no se comprende la verdadera antro-polgica que manifiesta la exigencia tica detodo proyecto educativo y que adems preparael camino para la formacin de una culturarespetuosa de los derechos humanos, y damos

    razones a aquellos que pretende arrogarse elser maestros en temas educacionales como enotros, donde a la Iglesia slo se le reconoce sucarcter altruista rayando en el asistencialismo(o sin fines de lucro), pero no en lo que es unagestin educacional competente que desem-boca en calidad.

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    Beln UC: invitacin alservicio desde la universidad

    P. Rodrigo Nilo, c.r.s.p.

    Siempre me viene a la mente, la imagen del BuenSamaritano, al momento de hablar de solidari-dad. Es figura clsica, en la interpretacin del NTde lo que significa entregarse sin medida hacia

    aqul que lo necesita.

    Hoy ponemos nuestra mirada, no a las grandesinstancias de solidaridad, como lo pueden ser elHogar de Cristo u otras fundaciones de ayuda alos necesitados. Fijamos nuestra mirada a aque-llos que, desde su realidad de vida concreta,buscan hacerun pequeo cambio, no slo ensus mentalidades, sino que tambin dejar una

    huella profunda en los nios, jvenes y adultosa quienes asisten. Hablamos del proyecto soli-dario Beln UC.

    Este proyecto, nace bajo el alero de la Universi-dad Catlica, desde su rea de Pastoral y Cultu-ra Cristiana y, paradojalmente, hace arribo anuestra parroquia, de manos de la Universidadde Chile, en el segundo semestre del ao 2005.El proyecto en s, busca dar a conocer una mi-rada humanizadora de la sociedad, por mediode la entrega que los voluntarios realizan con el

    objetivo de la promocin social. Estudiantes deDerecho, Medicina, Ingeniera y de otras carre-ras, no solo pertenecientes a la Catlica, sinoque en algunos casos, son alumnos de otrasuniversidades1, ponen a disposicin los fines desemana, en nuestra comunidad, para promoverla cultura de la solidaridad y la superacin delas dificultades que aquejan a la comunidadAndaluca.

    La experiencia que hemos tenido con ellos,desde el inicio de sus actividades en la Parro-

    quia y en la Comunidad, ha sido positiva, yaque ellos han aportado una cuota de frescurajuvenil al sector en donde nuestra parroquiaest inserta, y de paso, fomentar una mayor cer-

    cana de ambas comunidades, que compartenlugares en comn, tanto en la Sede Parroquial,como en el mismo sector en donde estn inser-tas ambas realidades. No hemos solicitado queellos se confiesen catlicos o no, ya que la en-trega desinteresada por el prjimo, traspasa laconfesin de fe. Sin embargo, la dimensin ce-lebrativa de la fe, la han manifestado en un parde oportunidades, con la celebracin Eucarsti-ca, centro de la vida del creyente, que buscadar razn de su esperanza2. Adems el perfil dealumno universitario que se dedica a vivir lasolidaridad, posee el sustrato de buscar hacer elbien, sentimiento propio del joven que, buscatransformar la vida, no slo personal, sino la delentorno. Me viene a la mente las palabras deBaden-Powell, que deca que el buen scout esaqul que es capaz de dejar el lugar en donde

    acamp mejor de cmo lo ha encontrado, conel fin de que los que vienen despus puedancontemplar la belleza del entorno misin in-teresante, sin lugar a dudas, pero que nace des-de la mirada esperanzadora de ser mejores per-sonas, y de invitar a otros a ser mejores perso-nas, luego cristianos y finalmente, constructoresdel Reino que est en medio de nosotros. Ahorabien, la propuesta evanglica es tender al cam-bio interior, la metanoia3 que invita a cada unode nosotros a asumir nuevos criterios, que trans-

    forman, no slo la vida personal, sino que asi-mismo, la comunitaria, y promueve cambiospara que otros lugares, en los que el proyecto seasienta, sepa de la alegra que significa el Evan-gelio, y obviamente, servir.

    Deca Antonio Mara Zaccaria, que debemosdejar de lado toda irresolucin y que corra-mos no slo hacia Dios, sino que tambinhacia el prjimo, al cual damos lo que no po-demos entregar a Dios4 le entregamos a cadauno de los beneficiados de la presencia de Be-

    ln UC en Andaluca, la esperanza de podersalir adelante, de crecer, de buscar incansa-blemente la alegra del Evangelio y la alegra devivir.

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    1 Han estado presentes alumnos de la Universidad de Chile, Alberto Hurtado y la misma Universidad Catlica.2 Cf. 1 Pe. 3,153 Invitacin que hace Mc en 1, 14-15.4 Cf. Carta II.

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    Pira: Primer encuentro deProvincias Federadas delCono Sur

    P. Humberto Palma O.. c.r.s.p.

    Muchos aplaudieron cuando finalmente el avinse detuvo en la loza y pudieron comprobar quean vivan, y aunque tambin sent alivio nosquedaba el trayecto hasta Ro.

    Salir de Chile alas 07,30 horasrumbo a Ro deJaneiro no esninguna fortuna,s o b r e t o d o

    cuando tienesque levantarte alas 03 de la ma-ana con el des-tino al aeropuer-to. Medio dor-midos y hablan-do de cualquiercosa para noparecer autistas,los Padres PaoloRippa, Angelo Leita, Jos Carvajal y este modes-

    to relator, subimos al avin que nos llevara adestino con escala en Sao Paulo. En los 214 pa-sajeros del vuelo LAN 750 estaba an vivo elrecuerdo del desastre areo que la semana pa-sada cost la vida a 200 personas en Con-gonhas, y lo que es peor: por fallas del radar.

    La escala dur ms de lo previsto. El aeropuertopareca un terminal de colectivos: atochado deaviones que haban sido desviados a ste porofrecer mayor seguridad, a lo que se sumaba el

    infernal murmullo de cariocas intercambiandoinsultos a causa de los vuelos cancelados, msde 600.

    Cuando aterrizamos en Ro eran las tres de latarde, hora local. Nos esperaba el Padre Paulode Tarso, a quien conoc en Npoles durante elCaptulo General del 2000. Ya entonces pensque alguien con ese nombre no poda ser ni

    ms ni menos que religioso. Del avin al furgnque nos llevara al destino final: Pira. La Pro-vincia Chilena nos haba encomendado la par-ticipacin en el Primer Encuentro Chile, Argen-tina y Brasil, para concretar la constitucin dela Federacin de Provincias de Amrica del Sur.Los gringos no se juntan con nosotros.

    Pira est a dos horas y media de camino a unpromedio de 100 km/h cruzando un paisajesemiurbano, que se hace cada vez ms selvti-

    co a medidaque nos aleja-mos del puntode partida poruna carreteraplagada de ca-miones y cur-

    vas. Cuando elvehculo en queviajbamos sedetuvo nos en-contramos justoante un portalque dice VillaZaccara. Al in-ternarte unosmetros, te vieneel recuerdo de

    esos resort que hay en el Lago Rapel, pero conpalmeras y plantas raras, ni qu decir de la fau-na. La Villa pertenece a la Provincia Sur de Bra-sil (atencin: provincias barnabitas), y fue cons-truida para ser algo as como el Eupilio en ver-sin latina: un punto de encuentro y lugar privi-legiado para la reflexin y el discernimiento enmedio de una naturaleza tarzanesca: 130hectreas para pensar en qu hars el resto dela vida, o qu haremos aqu, o lo que sea. Estaren Villa Zaccara es como estar en Valdivia,Osorno o Frutillar, pero sin fro.

    Esta maana de martes 24 de julio me despertsobresaltado con un chillido que mi memoriano pudo reconocer, justo afuera de mi ventana.Entre sueos, esos ruidos parecen sacados delos cuentos de Horacio Quiroga slo para re-cordarte que eres extranjero. Y tal vez lo sea-mos. Terminado el desayuno, nos encontramospor primera vez todos los convocados a este

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    primer concierto de confederados. La presenciadel Padre General, Giovanni Villa, y dos de susasistentes, los Padres Paolo Rippa y FranciscoSilva, confirman la importancia del evento,aunque despus los argentinos diran que debihaber estado toda la Curia Generalicia presente.El asunto es que ya estamos aqu. La Congrega-cin tiene gran esperanza en Amrica Latina. Esel nico contexto geogrfico, fuera de Europa,que ha logrado dar muestras claras de una sli-da accin pastoral. La tabla de trabajo propues-ta contempla el anlisis del Documento de Apa-recida, V Conferencia Episcopal Latinoameri-cana recin concluida, y el debate ante la posi-ble colaboracin entre Provincias.

    Son las 16,00 hrs. en Villa Zaccara. Brasil tieneuna hora de diferencia con Chile: all son lastres de la tarde. A pesar de que es invierno la

    temperatura se mantiene entre los 18 a 20, in-cluso con lluvia. Es como haber vuelto a losantiguos inviernos chilenos: aire tibio, lluvia ysopaipillas. El cambio climtico nos tiene jodi-dos: lluvias, escasas y una humedad que termi-na doblegando los deseos de sacudirse las lanasy el aserrn. La humedad es siempre oscura, fray sucia.

    Entre el italiano, la lengua oficial de la Congre-gacin, portugus y castellano retomamos eldilogo interrumpido por el almuerzo. Ningunohabla del todo una sola lengua, a cada rato vo-mitas la materna. Hablamos italo-castu-gus,la lengua de PRO-LATINA ZACARIANA (Fede-racin de Provincias Latinoamericanas Barnabi-tas). Luego de un primer intento italoparlante,cada uno se hace entender en su propio idioma.Es la ventaja de descender del latn. Terminadaslas intervenciones sobre Aparecida, los Padres

    Paolo y Francisco son encargados para elaboraruna sntesis.

    Si en la lengua es fcil entendernos, no puedodecir lo mismo respecto de las ideas y visiones.A medida que salen las palabras salen tambinlas miradas diversas, incluso a ratos opuestas,sobre el Continente. Algunos proponen mayorprofetismo, denuncia de las injusticias, prota-gonismo del laicado; otros, ms lectio divina,dilogo acrtico con las actuales estructuras,acentuacin de la formacin.... Detrs de estaspropuestas diversas se encuentran, obvio, losambientes pastorales que inciden en lo que ve-mos: colegios particulares pagados y subven-cionados, parroquias rurales y urbanas, casas deespiritualidad... Ojal sepamos lo que estamoshaciendo! Quizs sea verdad eso que alguiendeca: lo nico comn en Latinoamrica es

    nuestra fe en Mara. Y qu tal si tiene razn?

    Mientras leo a Fuguet la lluvia riega Villa Zacca-ra, la misma que en la pista de Congonhas seali al radar para llevarse a esos 200 desafortu-nados. En cinco minutos ms rezaremos Vspe-ras, en los tres idiomas. Son las 18: 25, horalocal.

    Desde la ventana de mi pieza veo las colinasque circundan el pantano de Villa Zaccara. Latierra tiene aqu la misma textura y color que enAfrica: roja. Al Gore tiene razn: Amrica yAfrica alguna vez estuvieron unidas. Nosotrosintentaremos unir Amrica.

    Cuando escarbas la tierra de nuestras Provin-cias, tambin muestran su color y textura: tonosgrises, luminosos, variopintos; texturas suaves,duras, rocosas, heridas y frtiles.

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    La maana del mircoles 25 han venido fueratajos abiertos que hablan de desafos y decisio-nes que han marcado y marcarn el futuro delsubsuelo del cono sur barnabita.

    Una de las ms urgentes tareas es formar reli-giosos cualificados, intelectualmente bien equi-pados. Ser religiosos en la sociedad postindus-trial, postmoderna, globalizada, del conoci-miento, produccin y consumo, o como se laquiera llamar, exige mucho ms que cualidadesde acompaantes, rezadores, obedientes... Elreligioso debe ser hombre de ideas. Las opcio-nes de formacin que hemos hecho en la Pro-vincia chilena nos permiten concluir: no anda-mos extraviados. Y se nota, por ejemplo, en quehemos sido los nicos en llegar a esta reunincon un cuerpo de ideas previamente pensado y

    discutido, que por lo dems fueron muy bien-venidas.

    Hay anhelos y disposicin para hacer algo encomn, aunque no sabemos qu. Pesan las his-torias de antiguos y frescos intentos de uninque concluyeron en nada o sirvieron para sub-rayar la idea de que somos demasiado diversos,que lo nico comn es la veneracin a Mara.

    El Padre General ha recordado que una parro-quia es siempre una buena obra apostlica, pe-ro al mismo tiempo lo ms fcil, y los barnabi-tas no estamos para lo ms fcil. Y esto vale pa-ra toda la Congregacin. Bienvenido el espal-darazo a la educacin.

    La discusin del da jueves no ha sido fcil. Yera obvio que llegando al rea chica las situa-ciones habran de complicarse. Al final, hemosacordado dos posibilidades de acercamiento:un noviciado en Samambaia (Brasil) a partir del2008, y un encuentro de espiritualidad anual

    -tambin desde el prximo ao- en el que parti-cipara un religioso por comunidad. As nos co-nocemos ms y, acto seguido, nos amamosms, segn la mxima agustina: no se puedeamar lo que no se conoce. Al menos ste fue elargumento usado para fundamentar esta pro-puesta. Pobre Agustn!, al servicio del turismoespiritual.

    El noviciado en comn me parece un buenintento de federarnos, porque implicara trabajoy compromiso de todos. Me hago cargo de lossiguientes comentarios. Lamento sospecharlo,pero el encuentro internacional de espirituali-dad fomentar el turismo del espritu. El turismoespiritual es la versin mstica del consumismo.Te ofrecen un retiro en China, y partes! Perono es slo el hecho de partir, sino la necesidad(y este es el engao) de tener que ir a la China aencontrarte con el Espritu. Pobres de esos des-graciados que no tienen la posibilidad de gozara San Pablo, a Mara y los Santos, a Dios en lasCatacumbas de San Calixto, en el Vaticano, enJerusaln! Al menos, cuando regreses, podrs

    chorrearles un poco de tu espritu, de tu des-bordante santidad. Se nos pide ser modestos enla gestin, en el ser y el hacer. Alguien mepuede decir qu de modesto tiene un encuentroespiritual de estas caractersticas? A veces omoshablar de pobreza. Y qu pobre puede darse ellujo de tener dos vacaciones en el ao? Claroque los partidarios de esta propuesta dirn queun retiro en el extranjero no es vacacin, sinotrabajo del espritu. Pero ojal que nadie nosescuche decir esto; digmoslo al odo. Dicen

    que de a poco se empieza, y nosotros ya hemosempezado. Ta vez nuestra Provincia era mejorantes de Villa Zaccara. Si hemos crecido o re-trocedido, por ahora Dios lo sabe. A nosotros,el tiempo y el sabio discernimiento nos los dir.Maana iremos a Aparecida, hemos trabajadomucho y necesitamos pasear un poco. Chile yaest cada vez ms cerca. 19:00, hora local.

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    Sntesis de la Reflexin delos Barnabitas reunidos enPira sobre las Conclusionesde Aparecida.

    No obstante lo fragmentario de nuestra lecturacolectiva del documento de Aparecida,retenemos que -a la luz del mensaje de laasamblea y de nuestra tradicin barnabita- esposible trazar un perfil de religioso coherentecon la perspectiva de la Iglesia en AmricaLatina, que exige un barnabita:

    1. Consciente que, como religioso, esllamado a asumir con decisin lafuncin proftica en su doble di-mensin de anuncio y denuncia.

    2. Que sabe valorizar la dimensin deriqueza humana y cristiana de laspersonas a la cuales es llamado aofrecer generosamente los carismas

    recibidos, para acompaarles, concompetencia, en el proceso de pro-fundizacin y maduracin de supropia fe.

    3. Que ha intuido la inseparabilidaddel binomio discipulado-misin yque su denominador comn debeser -inequvocamente- la renova-

    cin de s mismo para lograr unefectivo crecimiento tanto de lapropia persona como el de losotros.

    4. Capaz de sentir el dolor producidopor la ambigedad y contradiccio-

    nes sociales, econmicas, culturalesy polticas que angustian la con-ciencia del hombre latinoamerica-no.

    5. Libre de los obstculos originadospor el clericalismo que impiden lapromocin de laico y de su partici-pacin como protagonista del pro-ceso de renovacin.

    6. Capaz -sobre las huellas de la au-

    tntica doctrina de Antonio Mara-de mantener viva la conciencia deque la credibilidad del propioanuncio de fe y empeo religioso sejuega -totalmente- sobre la exigen-cia de la conversin permanente.

    7. Capaz de redescubrir el perfil delsacerdote como hermano entre loshermanos, consciente de que laverdadera autoridad, legtima yconvincente es aquella que se ejer-

    cita en el servicio.8. Dispuesto a preservar la vida reli-

    giosa de la tentacin del secularis-mo y de sus seductores paradigmasmentales, sociales y econmicos.

    9. Que se presenta delante de sushermanos en la fe como garanta decomunin eclesial y, de frente a lasociedad, como la persona que encada momento y circunstancia, y

    con audacia, ofrece aquello quetanto la Iglesia como la sociedadmisma esperan de la experiencia dela la vida religiosa en Amrica Lati-na.

    10. Promotor de una pastoral que supe-re los estrechos y asfixiantes lmitesdel conservadurismo, para promo-

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    ver -usando con generosidad losmltiples medios puestos a sus dis-posicin- una pastoral de continui-dad, la nica efectiva y eficaz paraenfrentar las exigencias de constan-te crecimiento de los hermanos aquienes debe servir.

    11. Consciente de su calidad de forma-dor, pero libre de estriles, cuandono contraproducentes, obstculos

    acadmicos; experto en cuanto fa-vorece el acercamiento y acompa-amiento de las personas: capaci-dad de acogida, escucha, benevo-lencia y empata.

    12. Experto en todo lo que lleva a Cris-

    to con un profundo y bien asimila-do dominio tanto de la Palabra y dela ciencia que habla de Dios comode las ciencias que ayudan a com-prender al hombre.

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    De pie, de izquierda a derecha, Padres: Angelo Leita (Provincial de Chile), Joao Parreira deMata (Brasil Centro-Sur); Paulo Catel (Brasil del Norte), Luis Antonio Pereira do Nascimento

    (Maestro del Noviciado Interprovincial), Jos Moreira (Brasil Centro Sur), Giovanni Incampo(Provincial de Brasil Norte), Osvaldo del Valle Giudice (Provincial de Argentina), Paolo Rippa(Vicario General), Giovanni Villa (Superior General), Humberto Palma Orellana (ConsultorProvincia Chilena), Vctor Baderacchi (Provincial de Brasil Centro Sur), Juan Ramn Ojeda(Argentina), Edimundo Feitosa (Argentina).

    Abajo, de izquierda a derecha, Padres: Francisco Chagas da Silva (Asistente General), Francis-co de Assis Leite (Brasil Norte), Teodosio de Aquino (Brasil Centro Sur), Paulo de Tarso (BrasilCentro Sur), Jos Carvajal (Canciller Provincia Chilena).

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    Comentario de ActualidadSobre el caos neoliberal

    Jos Ral Montero

    Este jueves la Bolsa de Comercio de Nueva

    York, conocida como Dow Jones, sufri una delas cadas ms bruscas conocidas, despus deconocerse los ndices de endeudamiento delciudadano estadounidense promedio respectode los crditos hipotecarios. El banco francsBNP Paribas reconoci que la deuda de susclientes es tan grande, que la institucin nocuenta con fondos para seguir realizando prs-tamos a otros clientes. Por la misma situacin,el banco Home Banc, uno de los ms importan-tes de Estados Unidos y especializado en el

    crdito hipotecario, se declar ayer viernes enbancarrota. Qu pasa con la potencia mundialpor antonomasia?

    Obviamente todos nosotros pensamos inmedia-tamente en el enorme gasto fiscal que el go-bierno de Bush ha incurrido en su famosa Gue-rra contra el Terrorismo, enfocndose y obse-sionndose sospechosamente en Iraq. Pero creoque esto, si bien es cierto ha minado las arcasfiscales de To Sam, no es la causa directa deesta debacle. El origen de esta crisis financiera

    estadounidense es una clsica medida populistade los gobiernos de extrema derecha: la baja delos impuestos. Siendo gobernador de Texas yluego como presidente de la nacin, George W.Bush prometi al crdulo pueblo estadouniden-se disminuir la carga tributaria con el fin -segnl y/o sus asesores- de reactivar la economa ypermitir la libertad de emprendimiento. Pero unanlisis econmico serio -y no precisamenteaquellos que hace una senadora chilena de estemismo sector- permite visualizar un efecto se-cundario peligroso: el exceso de confianza de

    los consumidores. La mayora de las personaspiensan que los impuestos son caprichos de losgobernantes, tal como suceda en la sociedadfeudal, pero en los Estados modernos, estos co-bros tienen la finalidad de financiar obras p-blicas, servicios sociales y-algo poco conocido-frenar el mpetu consumista de cada persona.En efecto, si ponemos como ejemplo el despre-ciado impuesto a los combustibles en Chile,

    ste permite (adems de financiar el manteni-miento de obras pblicas) conservar un stock decombustible suficiente para cada una de las rea-les necesidades de la sociedad. Si se eliminaselos impuestos a los combustibles, las personasno comprenderan el valor real del petrleo (loque cuestra extraerlo, lo que cuesta traerlo y loque cuesta distribuirlo) y consumiran rpida-mente este bien, agotndolo en poco tiempo.

    Estados Unidos se crey el cuento de los im-puestos bajos en los crditos, y las personascomenzaron a endeudarse ms all de lo razo-nable (se recomienda no endeudarse ms detres veces el sueldo propio). Lo mismo suscedien Argentina bajo la administracin Menem.Claro est, todos conocemos las consecuenciasde vivir en esa burbuja. Fernando de la Ra pa-

    g las consecuencias de ello... Ahora, los esta-dounidenses no cuentan con dinero para pagarsus deudas, y los bancos no tienen liquidez su-ficiente, o sea, no cuentan con dinero fresco ensus arcas. Por eso, la Reserva Federal (el BancoCentral estadounidense) se vio obligada a inyec-tar dinero a los bancos privados, para evitar unacrisis de proporciones. Y esto mismo ha sucedi-do en la Unin Europea, Japn, Australia, y to-das las economas "extremadamente liberaliza-das". Pienso que estos sucesos son la evidenciatangible del peligro de un sistema neoliberalpuro. Los impuestos, como ciertas regulaciones,mantienen a raya la evolucin del sistema eco-nmico, evitando que ste siga su curso naturalhacia el desorden: es la entropa socioeconmi-ca, una teora que estoy postulando. Con lostratados de libre comercio deambulando porah, y con un sistema mundial "globalizado"(que no es ms que la imposicin del modeloeconmico de las escuelas neoconservadoras),las crisis se harn ms frecuentes, esto es, secomportarn de manera fractal, o sea, aparece-

    rn ms seguido y casi de la misma forma quelo acostumbrado bajo una diversidad de siste-mas econmicos. A esto se suma la pasividadde la poblacin que padecer estos efectos in-deseados de la neoliberalizacin de las econo-mas. Claro est que en ningn caso propongoun sistema de tendencia estatista marxista, perouna liberalizacin extrema tiende al caos. Alcaos entendido como sistema matemtico.

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    Noticias

    Ordenacin SacerdotalP. Luis Garca Ocaranza

    El mes del Santo Fundador no poda con-cluir de mejor modo: un nuevo sacerdotebarnabita en la Provincia, Luis PatricioGarca Ocaranza, ordenado en la Parro-quia Santa Sofa el da sbado 21 de julio.

    Padre Luis naci en La Serena el 06 denoviembre de 1981. Sus padres son donManuel Garca y doa Patricia Ocaranza.Comenz sus estudios de enseanza b-sica en el colegio Jos Manuel Balmace-

    da, desde donde se traslad al colegioSeminario Conciliar en quinto ao bsico.Ingres al Postulantado de los Padres Bar-nabitas en marzo del ao 2.000. EstudiFilosofa en el Instituto Superior de Teolo-ga Alfonsiano de la Congregacin de losPadres Redentoristas, en la ciudad de San-tiago. El ao 2.001 vivi su noviciado en

    la Casa de formacin de Los Quillayes,profesando sus primeros votos el 18 defebrero de 2.001.

    Continu sus estudios filosficos y teol-gicos en la Pontificia Universidad Catlicade Chile, egresando como Licenciado en

    Ciencias Religiosas el ao 2.005. Desdeenero a mayo de 2.006 participa de laPreparacin a la Profesin de Votos So-lemnes en Roma. De regreso se integra ala Comunidad de la Parroquia Santa Sofa,

    en Santiago Centro. Emite sus Votos So-lemnes y es ordenado dicono el 11 denoviembre de ese mismo ao.El ao 2.007 ingresa a la carrera de Peda-goga bsica y media en Religin en la

    Universidad Catlica Cardenal Ral SilvaHenrquez.

    El 21 de Julio del presente ao recibe laordenacin sacerdotal de manos delNuncio Apostlico, Monseor Aldo Cava-lli, en la Parroquia Santa Sofa, convier-tindose as en el duodcimo barnabitachileno.

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    Reunin IntercomunitariaCelebrada en la Casa de formacin entre los das 19 y 21 de Julio

    Renacer XXVII N 87-Julio 2007Renacer es editado en Colegio El Salvador

    Horacio Arnguiz 1500

    San Vicente de TT

    Fono 72-583053

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