relatos de ultratumba

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Relatos de ultratumba México.- Hace muchos años me dedicaba a la venta de antojitos mexicanos en mi casa, en Guadalupe, Nuevo León. Los cuartos estaban todos en una hilera; en el primero dispusimos la cocina, luego estaba una recámara y enseguida otra más. Había un pasillo que iba hasta el fondo de la casa y a un costado el jardín. Recuerdo que una noche estaba una clienta platicando conmigo en la cocina y yo le dije: “Bertha, ya son las once de la noche y no llega nadie a comprar, creo que mejor le bajo a la flama de la estufa”. Y cuando iba hacia allá, observamos claramente que por la ventana que daba a la calle pasaba claramente la cabecita de un niño. -¡Ándale ves, ya te cayó cliente! –comentó entusiasmada mi vecina. Sin embargo, en los siguientes segundos nadie entró y entonces decidí salir a ver qué pasaba con el supuesto cliente. No encontré nada, hasta salí a media calle para ver hacia ambos lados, pero no, todo estaba solo y pues no teníamos vecinos chicos cerca de la casa. Doña Bertha estaba muy asustada: -¡Yo mejor me voy Mely, aquí en tu casa asustan! Ella se fue y empecé a guardar todo, pero me quedé con ese pendiente, pues no estábamos alucinando con esa imagen y menos porque la vimos al mismo tiempo. En otra ocasión, pasada la medianoche llegó mi esposo de un viaje que había realizado a la ciudad de México, D.F. Con la emoción del momento y la algarabía de nuestros hijos, dejamos la puerta abierta y luego nos sentamos a platicar los pormenores del viaje. En eso estábamos, cuando de repente observamos que una niña vestida de

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Relatos de la vida real

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Relatos de ultratumbaMxico.-Hace muchos aos me dedicaba a la venta de antojitos mexicanos en mi casa, en Guadalupe, Nuevo Len.

Los cuartos estaban todos en una hilera; en el primero dispusimos la cocina, luego estaba una recmara y enseguida otra ms.

Haba un pasillo que iba hasta el fondo de la casa y a un costado el jardn.

Recuerdo que una noche estaba una clienta platicando conmigo en la cocina y yo le dije: Bertha, ya son las once de la noche y no llega nadie a comprar, creo que mejor le bajo a la flama de la estufa.

Y cuando iba hacia all, observamos claramente que por la ventana que daba a la calle pasaba claramente la cabecita de un nio.

-ndale ves, ya te cay cliente! coment entusiasmada mi vecina.

Sin embargo, en los siguientes segundos nadie entr y entonces decid salir a ver qu pasaba con el supuesto cliente.

No encontr nada, hasta sal a media calle para ver hacia ambos lados, pero no, todo estaba solo y pues no tenamos vecinos chicos cerca de la casa.

Doa Bertha estaba muy asustada:

-Yo mejor me voy Mely, aqu en tu casa asustan!

Ella se fue y empec a guardar todo, pero me qued con ese pendiente, pues no estbamos alucinando con esa imagen y menos porque la vimos al mismo tiempo.

En otra ocasin, pasada la medianoche lleg mi esposo de un viaje que haba realizado a la ciudad de Mxico, D.F.

Con la emocin del momento y la algaraba de nuestros hijos, dejamos la puerta abierta y luego nos sentamos a platicar los pormenores del viaje.

En eso estbamos, cuando de repente observamos que una nia vestida de blanco cruzaba frente a la puerta.

Fueron tan slo unos segundos, luego volteamos y nos miramos las caras con asombro, pero no quisimos comentar nada por no asustar a los muchachos.

Ya cuando estaban dormidos lo cuestion:

-Oye viejo, y qu era lo que t viste?

Entonces me contest que una nia de blanco, pero que no se le vean los pies al caminar, como si flotara en el aire.

Coincidimos en la explicacin y decidimos dejarlo as, para no crear pnico en la familia o en quien nos visitara.

La tercera vez mi esposo y mi hijo mayor venan de una funcin de box; igual que las veces anteriores pasaba de las doce de la noche.

-T mtete a la casa, yo ahorita te alcanzo porque voy al bao le orden al muchacho.

Cuando mi esposo entr fue directo a la cama y me dijo intrigado:

-Oye Mely quin es la nia que anda all afuera?

-Ay, pues nadie de aqu! Por qu no le preguntaste qu hace tan tarde fuera de su casa?

En eso salimos a buscarla rpidamente, pero ya no la vimos por ningn lado.

Entonces comprendimos que era el pequeo fantasma de ultratumba que nos visitaba de vez en cuando.

La ltima vez que alguien de la familia la vio, fue mi hija, pero lo ms curioso es que fue tambin a las doce, pero del medioda.

Estaba ella trapeando la recmara, cuando observ que un infante cruzaba por la puerta interior que comunicaba las recmaras y la cocina.

-No te metas, no te metas! qu no ves que estoy trapeando? vas a echarme tierra! dijo gritando y creyendo que era su hermana menor.

Y como no obtena respuesta, corri a enfrentarla por su osada; sin embargo, no encontr a nadie por ningn lado.

Yo le pregunt qu le suceda y enseguida me cont lo que haba visto.

Conociendo la historia del nio fantasma, la invit a olvidar lo sucedido, argumentando que tal vez todo era producto de su imaginacin.

Pero mirndome con extraeza contest:

-Pues yo la vi qu fue? Quin sabe, pero ah estaba.

Hasta la fecha no sabemos qu origin ese fenmeno paranormal, pero lo bueno es que desde hace aos ya no ha pasado nada en casa.