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Relatos cortos4

Relatos cortos4Ama

PorJuan TOMS FRUTOSEnviado el 21/09/2015, clasificado enPoesa64visitas

Ama como si todo se agotara,

como si el mundo se acabara,

como ocurrir, de veras,

si no hay cario.

La condicin expresa

es salvacin tambin.

Ama, pues.

Juan T.

Pibes que no fuimos figuras

Entre los aos 62 y 66, puedo llamarlos, sin equivocarme, unos aos de oro de la muchachada del pueblito, a pesar del fondo histrico violento en que vivamos, no slo en mi patria chica sino en mi patria grande.

A esos hechos, nosotros, no le pusimos cuidado, pero esto no signific que furamos ajenos, sentimos el estupor y el corazn entristecido a estas bestialidades, fuimos actantes testigos, cercanos y lejanos.

Estbamos en lo nuestro. Y tena que ser as. Una poca irrecuperable. Esto lo argumento por esos 5 6 aos que viv. Despus no s. Pienso que de ah en adelante, han ocurrido cosas maravillosas.

En mi ancdota titulada,la otra cara de Tropa Brava, ligeramente escrib sobre hechos deportivos, como protagonistas. Hoy quiero aadir; ellos, no slo fueron recreos positivos, sino que formaron parte de nuestro desarrollo vivencial.

Instalado en el pueblito, disfrutamos del ftbol de pibes en las interaulas del colegio Bolivariano.

En cuanto a participacin en un torneo municipal, slo veamos a los mayores, desde las gradas invisibles de la cancha la Gerencia. De ellos aprendimos an ms el drible y el gol. Pero a nosotros nos faltaba algo, no slo recrear la retina, sino ser protagonistas.

Y fue cuando apareci el cura Correa en el pueblito, en un da cualquiera, pero glorificado, y despus, azotando la sotana fuera de la iglesia, fund el primer equipo de pibes, le pusimos de nombre River Plate, por ser fanticos de este equipo argentino.

Vaya, qu ramillete de artistas del baln empezaron a deslizarse por la cancha de la Gerencia

All estbamos todos los que conformbamos la gallada y otros. Por su supuesto que entre tantos haban algunos que solo eran camiseta, pantaloneta y guayos, y a veces dueos del baln, que por necesidad imperiosa haba que dejarlos jugar, pero eran verdaderos postes para jugar ftbol, claro que eran maestros para mover el esqueleto en las pistas de baile y tambin para jugar balero y con las bolas chinas al pepo y cuarta.

En un comienzo jugbamos nosotros mismo, pero este hecho sirvi de paradigma, y fue cuando surgieron ms equipo: Centinela, Amrica, Racing... Los efectos de la fiebre, ya no fueron por la pelota trapo o limones, que danzaban por las calles del pueblito sino por el baln.

Se organizaron dos campeonatos. El primero lo gan Centinela. El segundo torneo, lo gan Amrica (All jugu). Qu partidazo le ganamos a Centinela! Recuerdo a mi amigo Plato, primo del Flaco Urrea, que por esos das visitaba el pueblito, y se ama por un buen tiempo. l tambin form parte de la segunda tropa, integr el equipo de pibes, tambin alzaba la copa muy parejo. Le pusimos el apodo, porque en charlas y recochas cotidianas, nombraba siempre la palabra plato: Huy, mira qu plato aquello! Aquella pelada s es un plato! Y qu plato fue ese golazo desde la mitad de la cancha que nos dio el campeonato! Gracias Plato.

Ahora, en esos aos de oro, no fue slo ftbol. Otros deportes florecieron: el bisbol y el atletismo.

El bisbol se dio gracias a un profe vallecaucano, que apareci en el colegio. Fue muy amigo del estudiante. Le pusimos el apodo de Corozo, por su rostro. Este deporte lo conocamos por la televisin, la radio y la prensa, pero nunca lo habamos jugado, y en el pueblito era una novedad. La Gerencia no slo fue espacio para el ftbol, la educacin fsica, sino para la pelota chica.

Se dio el primer campeonato. Cuatro novenas beisboleras fueron organizadas entre los distintos grupos del colegio. Mi recordado mompita Hernando Escobar fue la figura. Una tarde, el lanzador, le mand la pelota, y l bate tremendo jonrn, que lleg hasta los predios delBurro de la Gerencia, y ste rebuzn o chill, no porque le estuvieran presentando una mula o yegua, bonita, sensual, sino que el impacto de la bola dio en su racimo testicular. De ah en adelante, Hernando Escobar, le pusimos el apodo de Jonrn.

Y finalmente, debo destacar tambin el atletismo (No fuimos fenmenos, pero si deportistas integrales, porque le hicimos a todo tipo de ejercicios fsico).

Se organizaron pruebas de cinco mil metros, ya por motivos culturales del colegio o del municipio.

El trazo para nuestros trotes fue una va circular que envolva el centro del pueblito.

La premiacin se haca en el balcn de la casa cural, ante la presencia, abajo, del pblico, en lo alto, junto al corredor de macanas, el profe Emilio Zapata, llamaba a los ganadores con esa voz de Jess, que represent tantas veces en Semana Santa.

Como ocup el segundo puesto, me dieron de premio una medalla, una botella de vino y un par de medias de hilo, que se desdibujan tanto que al final en una sola meta los dos pies.

El hecho inslito, pero en realidad era una prueba de maratn de 50 kilmetros, fue la vuelta al pueblito en trote. La organizamos nosotros mismos. Dos o tres mompitas que no corran eran los dirigentes.

Comprendi cinco etapas, y cada una de ellas tena diez kilmetros de recorrido.

Hasta la penltima etapa era el puntero. Y por una confusin de horario, en la ltima, cuando llegu a la lnea de partida, que era en el hospital de mi general, el grupo de atletas haca diez minutos haba partido.

Un pelao que todava estaba ah, me tir la ingrata noticia. Qued lelo. Pero no me enloquec. Le dije al pelao, que me sirviera de testigo, se fijara en el reloj y me diera la salida.

Cuando yo empezaba a bajar el ltimo tramo para llegar al puente de Barragn, ellos ya haban subido el premio de montaa. Al final logr descontar algunos minutos, por lo tanto era el ganador, digmoslo, moralmente.

Hubo alegato, y como esta secuencia no conduce a ninguno acuerdo, no hubo ganador.

Ese gastar de energas se qued a nivel del terruo chico. Obtuvimos aplausos y reconocimientos por parte de nosotros mismos, y algunos patos que miraban las pruebas. Ah fuimos figuras.

Lstima que los dirigentes no colaboraron para repercusiones mayores en el deporte. Y ni por equivocacin, nunca pas un monitor deportivo o buscador de figuras. Slo llegaban comparsas polticas en elecciones. La provincia, como siempre ocurre, olvidada.

Nos qued el sabor agridulce de pibes que nunca fuimos figuras. Pero como consuelo grato, s que todava repiquetea en nuestros odos, esos balones esas gambetas y goles (el futbol fue nuestro deporte favorito), en medio de voladores que algn personaje folclrico del pueblito haca estallar en cada evento deportivo que finalizaba, como chicoleos al esfuerzo realizado.

Costan Costanero