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Reflexiones sobre textos de WB. Trabajo final para Seminario de Estética y Teoría Crítica

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  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    Sobre La obra de arte en la poca de su reproductibilidad tcnica y otros textos de

    Walter Benjamin.

    Para muchos, La obra de arte en la poca de su reproductibilidad tcnica es el texto de

    teora del arte ms importante del siglo XX1 y, en efecto, problematiza algunos de los

    conceptos fundamentales para comprender, no nicamente las manifestaciones artsticas

    icnicas del siglo pasado, sino su papel en la percepcin, la sensibilidad, y el curso cultural

    y social de la modernidad. Muchos de los conceptos que debate Benjamin en este texto

    continan siendo indispensables para comprender las experiencias artsticas (audiovisuales

    y no audiovisuales) y humanas que tienen su curso actualmente.

    Es un texto integrado por un Prefacio, quince tesis, y un Eplogo en el que el

    filsofo alemn plante una cuestin que sigue an sin ser resuelta: la disyuntiva entre la

    estetizacin de la poltica y la politizacin del arte. Y, con ayuda de otro de sus textos, El

    autor como productor, podemos comprender que Benjamin no se refiere nicamente al

    quehacer del arte poltico, sino a una forma especfica de responder, va las

    manifestaciones artsticas, a las amenazas del fascismo imperante en la poca en la que el

    autor se hallaba inmerso.

    Lo que Benjamin plante en El autor como productor sigue estando vigente hoy en

    el marco de la fotografa y el cine polticos; es decir, aquello que l discuti en los aos

    treinta del siglo pasado, sigue constituyendo una problemtica tanto intelectual como

    conceptual y cultural que, a diferencia de muchas categoras de la teora y la historia del

    arte, no ha perdido su vigencia. En qu consiste la politizacin del arte?, qu es una

    imagen poltica?, cmo opera lo poltico en la fotografa y el cine contemporneos?, son

    preguntas para las que no hay una respuesta consensuada entre diferentes perspectivas de

    reflexin; sin embargo, retomar lo propuesto por Walter Benjamin nos dar herramientas

    para pensar en ellas y dilucidar las complejas relaciones entre el arte, la imagen y lo

    poltico.

    1 Heriberto Ypez, Walter Benjamin estaba indeciso, Milenio Diario, Laberinto, suplemento cultural, 13 de

    noviembre de 2010.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    Ya desde Pequea historia de la fotografa Benjamin expona su pensamiento en

    torno al invento del siglo XIX que dio forma visual al siglo XX: la cmara fotogrfica y

    sus implicaciones tanto en el mundo del arte como de la vida social y la experiencia

    humana frente a la realidad. Dicho texto es un vital antecedente para comprender lo que

    plantea el autor en La obra de arte, y nos ayuda a clarificar los conceptos ms

    importantes en torno al tema que podemos extraer de sus escritos.

    La obra de artecomienza con una cita de Paul Valry, donde el escritor francs

    habla de las Bellas Artes2 y, algo muy importante, nos subraya que las manifestaciones

    artsticas se desarrollan en un espacio tiempo especficos; es decir, que el arte y sus obras

    tienen un carcter histrico, que no puede separarse del contexto de las relaciones sociales

    y de produccin:

    Nuestras bellas artes fueron desarrolladas, y sus tipos y usos establecidos, en

    tiempos muy distintos al presente, por hombros cuyo poder de accin sobre las

    cosas era insignificante comparado con el nuestro3.

    A continuacin toca un tema central en las tesis de Benjamin, la tcnica, que ambos

    comprenden no nicamente como una manera especfica de hacer las cosas, sino como algo

    que tiene injerencia directa en las ideas, los hbitos y la produccin de lo Bello. Ambos

    ven en la nueva tcnica artstica otra forma de ser del arte, con consecuencias en la vida

    social y las ideas humanas sobre el espacio y el tiempo; en la materialidad de las nuevas

    artes, otra forma de concebir el pasado y el presente en trminos de la obra como

    produccin:

    Debemos esperar que las grandes innovaciones transformen por completo la tcnica de

    las artes, afectando as la propia invencin artstica y quizs hasta provocando un

    cambio radical en nuestra misma concepcin del arte4.

    2 Para una relacin historiogrfica en torno a este concepto, vase Wladislaw Tatarkiewicz, El arte, historia

    de un cocepto, en Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mmesis, experiencia esttica, Madrid, Tecnos, 2008, pp. 39-79. 3 Paul Valry, cit. en Walter Benjamin, La obra de arte en la poca de su reproductibilidad tcnica, Buenos

    Aires, Godot, 2012, p. 23. 4 Id.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    En el Prefacio, Benjamin nos recuerda que muchas de las concepciones pilares en la

    antigua concepcin del arte se vuelven obsoletas y, sobre todo, que son germen de un uso

    fascista de la obra artstica. Conceptos como el genio, la magia, el misterio, etc., adquirirn

    nuevos matices a la luz de las nuevas tcnicas de produccin del arte. Por el contrario, los

    conceptos que l va a plantear en este texto, no son tiles al fascismo, en tanto que

    constituyen una va revolucionaria en el marco de la relacin del arte y la poltica.

    En la primera tesis del texto, la reproductibilidad es el tema central. Desde siempre,

    la obra de arte ha sido susceptible de reproduccin, en copias, imitaciones, falsificaciones,

    etc.; no obstante, el carcter mecnico de la reproduccin difiere profundamente de estas

    cuestiones, ya que se pone en tela de juicio el sentido de originalidad. Con excepcin de

    las esculturas de bronce, terracota, y la acuacin de monedas, toda obra de arte era

    original: sin importar la calidad de la reproduccin manual, haba una produccin original y

    nica de la que las copias partan.

    El primer medio de reproduccin mecnica de la obra de arte fue el grabado en

    madera o xilografa (s. XV). Como nos recuerda Ivins, el grabado ha sido mucho ms

    valorado como obra de arte que como el medio que hace posible que las manifestaciones

    grficas sean exactamente repetibles, con las consecuencias que dicha condicin trajo para

    el conocimiento, su formacin y socializacin5. A la xilografa se fueron sumando los

    grabados en cobre, el aguafuerte y, finalmente, la litografa (principios del siglo XIX).

    Aos despus aparece la fotografa, que liber a la mano de sus funciones artsticas

    ms importantes, que entonces pasaron a recaer tan slo sobre el ojo que mira a travs de

    una lente6. La relacin entre la fotografa y el campo artstico puede ser mirada desde dos

    puntos de vista a raz de las tesis de Benjamin: por un lado, a medida que las obras

    artsticas pudieron ser fotografiadas, pudo extenderse su campo de impacto pblico; y, a su

    vez, la fotografa comenzaba a legitimarse como arte.

    5 W. M. Ivins Jr., Imagen impresa y conocimiento. Anlisis de la imagen prefotogrfica, Barcelona, GG,

    1975. 6 Walter Benjamin, op. cit. p. 25.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    Nada resulta ms revelador que la naturaleza de las repercusiones que estas dos

    manifestaciones diferentes la reproduccin de las obras de arte y el cine- han tenido

    sobre el arte en su forma tradicional7.

    La segunda tesis del texto aborda otro de los aspectos que, junto con la reproduccin, las

    nuevas tcnicas trajeron al universo del arte. Benjamin habla de que las obras de arte

    originales pertenecen a un tiempo y a un espacio, un aqu y ahora nicos, que estn

    impregnados de la historia de su produccin, as como de los efectos del tiempo sobre sus

    caractersticas:

    La autenticidad de un objeto es la esencia de todo lo transmisible desde el comienzo,

    desde su duracin material hasta su valor como testimonio de su historia. En tanto el

    valor testimonial descansa en la autenticidad, tambin se pone en peligro con la

    reproduccin, cuando la duracin material deja de importar8.

    Tomemos como ejemplo los frescos y murales: han sido pintados en un lugar especfico en

    un marco temporal nico, en condiciones histricas precisas que obligan a las personas a

    presenciarlos en ese mismo contexto al no poderse trasladar la obra de un lado a otro;

    asimismo, por razones intrnsecas a las tcnicas pictricas, el paso del tiempo provoca

    ciertos efectos, como el desgaste, la prdida de pigmentacin, la aparicin de grietas, etc.

    Cuando asistimos a ver un fresco o un mural (la Capilla Sixtina de Miguel ngel, La ltima

    cena de Leonardo, los murales de Rufino Tamayo en el Palacio de Bellas Artes), no

    percibimos nicamente el asunto de la obra pictrica, sino su existencia en un contexto

    espacial para el que fue creada, as como la ptina del tiempo.

    Todo lo anterior convierte a la obra en su espacio en nica, en original y

    autntica. Dicha autenticidad no puede ser reproducida en una fotografa o una filmacin,

    por ejemplo, ya que la reproduccin tcnica arranca a la obra de su aqu y ahora y la

    traslada a espacios y tiempos nuevos, ajenos a la condicin histrica de su produccin. No

    obstante, la reproduccin puede abrir un campo nuevo de percepcin de la obra: la cmara

    fotogrfica o cinematogrfica pueden mostrarnos ngulos o fragmentos que resultan

    7 Ibid. p. 26.

    8 Ibid., p. 28.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    inaccesibles a la mirada natural. Por ejemplo, la amplia circulacin que ha tenido el

    fragmento La creacin, extrado de la totalidad de la Capilla Sixtina de Miguel ngel , no

    hubiese sido posible sin la reproduccin tcnica; y tambin, el ngulo de visin es

    totalmente distinto: ante el original estamos de pie, debajo de la obra, y tenemos que voltear

    hacia arriba para verla, sin poder franquear la distancia que nos separa de ella; en cambio,

    en una buena reproduccin podemos ver detalles inaccesibles en la situacin de visin que

    exige la obra original.

    Si sumamos a lo anterior el hecho de que para ver La creacin tendramos que

    trasladarnos a Italia y pagar por una entrada, es evidente que la reproduccin traslada las

    obras a contextos antes impensables: ante todo, permite al original salir al encuentro con el

    destinatario9. Lo mismo sucede con las interpretaciones musicales, que salen al encuentro

    del escucha por medio de discos y dems medios de reproduccin.

    Podemos ver que la reproduccin tiene dos caras: por un lado extrae a la obra de su

    aqu y ahora, sin poder tambin reproducir su autenticidad, pero por otro, permite que

    la obra salga al encuentro con el pblico y tenga un impacto impensable para sus

    condiciones materiales de existencia. Es en el intersticio entre ambas en el que Benjamin

    introduce uno de sus conceptos ms difundidos, estudiados y debatidos: el aura.

    Lo aurtico es definido ms extensamente en Pequea historia de la fotografa de la

    manera siguiente:

    Una trama muy particular de espacio y tiempo: irrepetible aparicin de una lejana,

    por cerca que sta pueda estar. Seguir con toda calma en el horizonte, en un medio

    da de verano, la lnea de una cordillera o una rama que arroja su sombra sobre quien

    la contempla hasta que el instante o la hora participan de su aparicin, eso es aspirar

    el aura de esas montaas, de esa rama. Hacer las cosas ms prximas a nosotros

    mismos, acercarlas ms bien a las masas, es una inclinacin actual tan apasionada

    como la de superar lo irrepetible en cualquier coyuntura por medio de su

    reproduccin. Da a da cobra una vigencia ms irrecusable la necesidad de

    aduearse del objeto en la proximidad ms cercana, en la imagen o ms bien en la

    9 Ibid., pp. 27-28.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    copia. Y resulta innegable que la copia, tal y como la disponen las revistas ilustradas

    y los noticiarios, se distingue de la imagen. La singularidad y la duracin estn tan

    estrechamente imbricadas en sta como la fugacidad y la posible repeticin lo estn

    en aqulla. Quitarle su envoltura a cada objeto, triturar su aura, es la signatura de una

    percepcin cuyo sentido para lo igual en el mundo ha crecido tanto que incluso, por

    medio de la reproduccin, le gana terreno a lo irrepetible10

    .

    En La obra de arte, Benjamin seala que lo que se atrofia con la reproduccin es el aura de

    las obras. Celebra que as el arte puede ser liberado del dominio de la tradicin, ya que al

    alcanzar terrenos tan diversos como espectadores posean una copia, puede ser reactivado en

    cada mirada.

    En la tercera tesis leemos uno de los aportes ms importantes del texto de Benjamin.

    En un inicio mencionamos que La obra de arte no abre nicamente las puertas a cambios

    fundamentales en el pensamiento en torno a lo artstico, sino que toca otros aspectos vitales

    para la Esttica: la introduccin de las nuevas artes (fotografa y cine) en la cultura, trae

    consigo cambios en la percepcin sensorial: el modo en que se organiza la percepcin, el

    medio en el que se lleva a cabo, est determinado no slo por la naturaleza sino tambin por

    las circunstancias histricas11. Es decir que, as como la tradicin no es esttica, la

    percepcin tampoco lo es. La percepcin sensorial se encuentra en una serie de relaciones

    con los medios visuales que la rodean, as como con la tecnologa, ya que, como ha dicho

    en las tesis anteriores, la tcnica revela a los sentidos nuevas formas y disposiciones de la

    materia frente a nuestros sentidos.

    Si tomamos en cuenta el atrofio del aura en la percepcin contempornea, podemos

    entender lo que dice Benjamin cuando la define en Pequea historia: que trae como

    consecuencia el aumento de la percepcin para todo lo igual, las experiencias irrepetibles

    estn cesando, y esto tiene las bases sociales que el autor analiza: el deseo de las masas de

    acercar las cosas, espacial y humanamente; superar la unicidad de cualquier realidad

    aceptando su reproduccin quitarle a un objeto su coraza, destruir su aura, es la marca

    10

    Walter Benjamin, Breve historia de la fotografa, Madrid, Casimiro, 2011, p. 31 y ss. 11

    Walter Benjamin, La obra de arteop. cit., p. 29.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    de la percepcin cuyo sentido de la igualdad universal de las cosas ha crecido a tal punto

    que la extrae incluso de un objeto nico por medio de la reproduccin12.

    Retomando lo tocante a la tradicin, en la cuarta tesis Benjamin retoma lo relativo

    tanto a la unicidad como al aura para vincularlo con el culto. Las primeras obras de arte

    nacen en el seno de un ritual, mgico primero y religioso despus, por lo que el valor de uso

    de la obra original recae en dicho ritual. Cuando este ritual se seculariza, se transforma en

    el culto a la belleza (lart pour lart). No es sino hasta la llegada de la reproduccin tcnica

    que el arte se ve liberado por fin de su uso ritual y se abre uno de los campos ms

    sugerentes de lo esbozado por el filsofo: la funcin del arte comienza a estar fundada en la

    poltica.

    La quinta tesis detalla dos valores polares en las obras de arte: su valor de culto y su

    valor de exhibicin. Hace un repaso por la funcin del arte desde sus inicios (cultual, ritual,

    mgica), para llegar a la poca de la reproduccin, en que el valor de exhibicin ha

    aumentado considerablemente, ya que ms imgenes pueden ser vistas por ms cantidad de

    gente cada vez. Benjamin plante desde los aos treinta del siglo pasado lo que actualmente

    se ha acentuado incesantemente con las nuevas tecnologas como el internet, las redes

    sociales y las redes de circulacin de imgenes, donde existen a la vez muchos ms

    productores de imgenes como muchas ms posibilidades de difusin, reproduccin y

    recepcin.

    Lo importante es que dicha expansin del valor de exhibicin de la obra tambin

    conlleva un cambio en su naturaleza: el valor propiamente artstico comienza a ser

    secundario. El autor pone como ejemplos concretos la fotografa y el cine. Hoy sabemos

    que en las industrias de las imgenes, no es el valor artstico el que prevalece, sino el valor

    de cambio, as como los usos polticos.

    En la siguiente tesis, la nmero seis, Benjamin habla concretamente del valor de

    exhibicin de la fotografa, as como de algo que se resiste a perderse en l, como lo es el

    12

    Ibid., p. 31.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    rostro humano. Para comprender mejor esta afirmacin es necesario remitirse a lo dicho

    previamente en Pequea historia de la fotografa:

    La fotografa, en cambio, propone algo nuevo y singular: en la pescadora de

    Newhaven, que baja los ojos con un pudor tan indolente, y tan seductor, queda algo

    que no es mero testimonio del arte del fotgrafo Hill, algo que el silencio no acalla,

    algo que reclama, con insolencia, el nombre de la que vivi ah, que ah sigue estando

    y que nunca quedar del todo atrapada por el arte El espectador siente la

    irresistible necesidad de encontrar ese lugar invisible en el que an hoy, en ese minuto

    visible pero ya lejano, el futuro anida, de manera tan elocuentemente que, mirando

    hacia atrs, podremos descubrirlo13

    .

    En la cita anterior podemos rastrear qu tan fotogrfico es el pensamiento de Benjamin,

    incluso para confeccionar conceptos tan complejos como la imagen dialctica.

    Recordemos que en Pequea historia el filsofo describe con entusiasmo los primeros

    aos de la fotografa, antes de que sta tuviese el choque con lo instantneo y lo actual. El

    rostro humano es, por ello, para el autor, un resquicio de aura que nos mira y reclama, ya

    que ofrece el ltimo refugio al valor cultual del retrato14.

    En ambos textos, Pequea historia y La obra de arte, existe una aproximacin al

    trabajo de Eugne Atget, quien con sus imgenes de Pars, casi todas vaciadas de gente,

    permite que la fotografa cobre una nueva dimensin, la foto es una evidencia, es un

    testimonio de los acontecimientos histricos, de donde se desprende su importancia poltica

    fuera del valor cultual del retrato. En lugar de buscar el recogimiento, las imgenes de

    Atget plantean un desafo al espectador.

    La tesis nmero siete comienza con un recordatorio al lector de aquella disputa entre

    el valor artstico de la pintura frente al de la fotografa, el cual no atrajo al debate algo de lo

    ms provocador en los escritos benjaminianos: que la imagen fotogrfica vendra a cambiar

    la naturaleza del arte. Lo mismo sucede con el cine, mientras el debate giraba en torno a su

    13

    Walter Benjamin, Pequea historia de la fotografa, op. cit. pp. 13,15. 14

    Walter Benjamin, La obra de arte op. cit., p. 36.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    legitimacin como arte, se descuidaban sus potenciales ms importantes, que el autor va a

    describir en las siguientes tesis.

    Benjamin comienza a hablar concretamente del cine a partir de la octava tesis,

    donde expone las diferencias entre la representacin histrinica en el marco teatral y en el

    cinematogrfico. Mientras en el teatro el actor se presenta frente a un pblico, la

    interpretacin cinematogrfica ocurre frente a un dispositivo, la cmara. Las consecuencias

    de esta diferencia son: en primer lugar, que la actuacin en cine es resultado de la operacin

    de la cmara, as como de las operaciones de montaje, lo que la entrega como un armazn

    posterior de un proceso que parte de la fragmentacin de la experiencia actoral. As, como

    segunda consecuencia, el pblico no tiene la misma identificacin con los personajes

    (mostrados a partir de un procesamiento tcnico) que pudiese tener en el teatro al estar en

    contacto directo con el actor15

    , es imposible un comportamiento cultual frente al actor de

    cine.

    Tal como se seala en la tesis nmero nueve, el actor cinematogrfico se representa

    a s mismo ante la cmara, no ante el pblico; es decir, la exposicin de su cuerpo, de su

    figura, renuncia a su aura, ya que el aura est atada a la presencia y no existe su rplica16.

    Y, segn la lgica benjaminiana, al no estar presente el actor, desaparece el aura tanto de l

    como de su personaje. Por tanto, no solamente se le niega al espectador la oportunidad de

    identificarse con el actor, sino que tambin el actor tiene negada la posibilidad de

    identificarse con el personaje que interpreta. Lo anterior surge del anlisis que hace

    Benjamin del proceso de produccin flmica, en el que la bitcora de trabajo se conforma

    de la filmacin de escenas en el orden que convenga a la produccin, y no en el orden que

    conviene para la concatenacin dramtica. La fragmentacin de la interpretacin actoral

    que de ello resulta, es la causa de la no identificacin.

    En conjuncin con la tesis anterior, en la nmero diez, el autor aborda el problema

    de la representacin frente a la cmara, no nicamente del actor, sino de cualquier persona.

    Menciona la palabra extraeza, que remite inmediatamente a Brecht, cuando Benjamin

    15

    Podemos rastrear en estas aseveraciones las afinidades entre los planteamientos teatrales de Bertol Brecht y

    el distanciamiento, con Benjamin. 16

    Ibid. p. 41.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    describe lo que provoca ver la propia imagen frente al espejo (o para este propsito, frente a

    nuestra imagen filmada). Como hemos dicho, las imgenes circulan gracias a su

    reproduccin, por tanto, se ven separadas de la presencia del actor y llevadas a contextos

    dismiles. Para subsanar esta cuestin, la industria construye el star system en su bsqueda

    por restaurar el aura y propiciar el culto a los artistas de cine, aunque finalmente el culto a

    la estrella de cine, fomentado por el capital de la industria cinematogrfica, no preserva el

    aura nica de la persona sino el hechizo de celebridad, el falso hechizo de un producto17.

    Adems, esta tesis es extensiva a la posibilidad que cualquiera tiene hoy de ser

    filmado. En la poca contempornea es ms claro que nunca el afn por la

    autorreprsentacin que est ms del lado de la conversin en producto, que de la

    restauracin de la propia presencia. El potencial que ve Benjamin en el derecho a ser

    filmados se refiere a lo que hizo, por ejemplo, el cine ruso, al usar actores no profesionales

    que se representaban a s mismos, no con un inters industrial, sino como representacin de

    sus procesos de trabajo. La extraeza que ha mencionado al inicio de la tesis viene aqu a

    cuento en tanto que al poder el trabajador mirarse dentro del proceso en el que se encuentra

    inmerso, puede distanciarse de su realidad y percibirla de manera crtica, tal como lo

    propona Brecht: en Europa occidental, la explotacin capitalista del cine no toma en

    consideracin el afn legtimo del hombre moderno por ser reproducido18; es decir, de

    tener una va de extraarse de su propia realidad dentro del proceso productivo y el

    potencial revolucionario de esto.

    En la siguiente tesis, nmero once, Benjamin hace una analoga entre un mago y un

    pintor, y entre un cirujano y un camargrafo. Para reforzar los postulados anteriores,

    confirma que mientras la imagen pictrica es una imagen completa y distanciada de su

    objeto, la resultante de una cmara cinematogrfica es una imagen fragmentada,

    seccionada, e intrusiva de la realidad.

    Otra comparacin entre cine y pintura es la expuesta en la tesis nmero doce, donde

    el autor habla del tipo de recepcin correspondiente a cada una de las manifestaciones

    17

    Ibid. p. 44. 18

    Ibid., p. 47.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    artsticas: mientras la pintura no se presta para la recepcin colectiva, el cine naci como

    espectculo para las masas. Y el cine, segn es sealado en la tesis nmero trece, permite

    tambin al hombre representarse en su propio ambiente.

    Mediante primeros planos, enfocando los detalles ocultos de los objetos que nos

    rodean a diario, explorando el entorno cotidiano bajo la gua ingeniosa de la

    cmara, el cine, por un lado, ampla nuestra comprensin de las necesidades que

    regulan nuestra vida; y por otro, se las ingenia para asegurarnos un inmenso e

    inesperado campo de accin19

    .

    Dos de los recursos flmicos que rescata Benjamin para demostrar la revelacin, va la

    imagen cinematogrfica, del inconsciente ptico, son el primer plano y la cmara lenta. El

    primer plano logra revelar configuraciones nuevas de los objetos, as como la cmara lenta

    formas no percibidas conscientemente durante el movimiento y los gestos: se abre una

    nueva naturaleza ante la cmara, diferente de la que se manifiesta ante el ojo desnudo,

    porque reemplaza un espacio explorado conscientemente por otro en el que se penetra de

    forma inconsciente20. As, gestos y movimientos que aparentemente nos son familiares,

    vistos a travs de la cmara cinematogrfica resultan novedosos y muchas veces

    irreconocibles si han sido filmados en cmara lenta o han sido expandidos va el primer

    plano.

    Ms adelante, en la tesis nmero catorce, el filsofo alemn habla del dadasmo, de

    manera parecida a como lo hizo en El autor como productor. Los objetos empleados en el

    arte dadasta estn inmediatamente despojados de cualidades para la contemplacin y el

    recogimiento; por el contrario, la propuesta dadasta se encargaba de destruir el aura de las

    obras, pudiendo ser reproducidas, de hecho, con los mismos medios (peridicos, cartones,

    papel, etc.). El tipo de percepcin que reclamaba el dadasmo no era aurtico, sino

    distrado, disperso, escandalizador; y no era completamente visual, sino tambin tctil,

    como sucede con el cine. Mientras ante una pintura pre dadasta uno poda recogerse, frente

    al filme no, ya que las imgenes se suceden unas a otras en un flujo que el espectador no

    puede controlar ni interrumpir.

    19

    Ibid., p. 52. 20

    Ibid., p. 53.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    En la dcimo quinta y ltima tesis, Benjamin habla del nuevo tipo de percepcin

    entre las masas gracias a los medios de reproduccin tcnica. El cine se presenta,

    aparentemente, como el medio ms susceptible de fomentar una percepcin distrada. A

    diferencia de lo que sucede con el arte tradicional, que construye una experiencia de

    concentracin en que uno es absorbido por la obra, el arte de masas (cine) es absorbido por

    el pblico en un estado de distraccin: el cine expulsa el valor cultual no slo por ubicar al

    pblico en el lugar de crtico sino tambin porque esta posicin no requiere atencin. El

    pblico es un examinador, pero un examinador distrado21.

    Finalmente, en el Eplogo, el autor condensa todo lo dicho en sus tesis para hablar

    de los usos de la tcnica por el fascismo y de una posible va de uso revolucionario. El

    fascismo promueve la organizacin de las masas, pero sin atender sus demandas ni cambiar

    estructuras de dominacin. Sigue resultando interesante para la poca contempornea que

    Benjamin mencione una serie de eventos en que las masas se ven representadas: grandes

    desfiles festivos, asambleas, celebraciones deportivas y la guerra. Actualmente las

    imgenes de guerra son muy diferentes, casi todas son imgenes operativas en que se ven

    pocas personas, no se ven, por supuesto, cadveres, sino la maquinaria de destruccin a

    distancia en que se han convertido las armas blicas; sin embargo, si relacionamos esto con

    otro medio de distraccin como lo son los videojuegos, podemos darnos cuenta de que la

    estructura sigue creando productos en que el hombre puede identificarse, mirarse como

    sujeto participante en el evento blico desde una ptica perversa y falta de humanidad,

    vinculada con la naturaleza similar de los simuladores de guerra y los juegos de video.

    Qu aspectos de la guerra estn, como dira Benjamin, adecuados a los aparatos? Jean Luc

    Godard dice en sus Historia(s) del cine que la tarea del cinematgrafo era documentar el

    horror y que, sin embargo, no pudo cumplirla; en cambio, film las apologas a los

    totalitarismos, de los que hasta hoy tenemos testimonio.

    Lo peligroso de la tcnica est en su uso: el resultado lgico del fascismo es la

    introduccin de lo esttico en lo poltico. La cmara de cine puede usarse, bien para los

    fines totalitaristas, bien para la revolucin. Como lo enunci Benjamin, la consecuencia de

    21

    Ibid. p. 59.

  • Por: Jessica Fernanda Conejo Muoz

    la estetizacin de la poltica es la guerra: la situacin tecnolgica podra formularse

    asslo la guerra hace posible movilizar todos los recursos tcnicos actuales manteniendo

    el sistema de propiedad22. Y cierra con la frase que sigue vigente hoy: el comunismo

    responde con la politizacin del arte.

    Me gustara terminar mi texto con un ejemplo reciente, extrado del arte, pero con

    una dimensin poltica por discutirse. En meses pasados se present en el Centro Nacional

    de las Artes una exposicin titulada Las obras de arte en la era de la reproduccin digital.

    Presentada como la muestra imposible, expona reproducciones digitales a escala natural

    de obras pictricas de Leonardo Da Vinci, Rafael, Caravaggio y Miguel ngel. Es clara la

    alusin del ttulo de la exhibicin al texto de Benjamin; sin embargo, no era en ningn

    sentido comprometida con el pensamiento del filsofo.

    El nico inters que poda haber tenido una muestra as sera que la reproduccin

    digital permitiera, en efecto, ofrecer a la mirada detalles y ngulos inaccesibles para el ojo

    humano, ms all de pretender juntar en una sola muestra obras imposibles de trasladar,

    como los frescos La ltima cena de Leonardo, y La escuela de Atenas de Rafael. En

    este sentido, los curadores de la exhibicin literalmente pretendieron arrancar la obra de

    su contexto y acercarla a las masas. No obstante, lo que pudo haber sido un gesto casi

    poltico, se convirti en una falsa reproduccin del aura.

    Los frescos arriba mencionados se encontraban colocados a una altura en la que

    resultaba imposible observar los detalles de las obras, y el resto de las impresiones se

    encontraban protegidas, adems de que estaba prohibido tocar. Es curioso que el ttulo de

    una exhibicin hiciera referencia a un texto fundamental para la teora del arte y que en su

    interior lo nico que llamara la atencin fueran muchos de los asistentes, tomndose una

    selfie al lado de una reproduccin de la Gioconda.

    22

    Ibid., p. 60.