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Recepción de La verdad y el tiempo AGUSrÍN SERRANO i)E HARO (Madrid) <Pero la paradoja fundamental de la filosofía es la reunión en una sola cosa de la libertad, del misterio privadisimo de sí mismo y sus im- pulsos, junto con el orden, la publicidad casi perfecta de las palabras mas claras. El calor abrasador de la fría razón, y el temor y temblor de un mármo>l clásico. Ciencia, totalidad y vida individual y misteriosa, en la responsabilidad ante el Absoluto, se sueldan en la filosofía, precisa- mente porque la esperanza sólo puede consumir verdad, y la verdad tie- nc el movimiento> —rapidísimo unas veces, lentisimo> otras— del método. Toda abstracción es poca para conseguir destilar emoción pura en pura verdad. Toda contemplación es poca cuando de lo que se trata es de la decisión de la vida en cada momento. Toda la palidez y la trasparencia de las palabras son poca cosa para reflejar una persona, el Absoluto, la nada, el deber, el gozo y el mal.> ¿En qué consiste la claridad que permite la existencia?, ¿en qué consiste el ansia de saber que es la lucidez de nuestra lucidez y el cora- zon de la promesa de todas las promesas que nos importan?» Ante estos fenómenos. el movimiento más espontáneo y más íntimo de la existencia consiste, precisamente, en detenerse en la contempla- ción de ellos. Y ello significa consideraí, primero que todo, cómo son posibles. «Esta investigación es la manifestación de la esencia de la filosofía.» Estos párrafos cierran el primer capitulo de La verdad y el tiempo. Los trece capí- tulos que siguen no desmienten el sentido de estas palabras introductorias, no decep- cionan las expectativas, imprecisas, que ellas despertaron. Acaso inclinan la medita- clon inicial hacia la evidencia de que la ocultación de las cosas mismas, no sólo la inercia de la vida en la ignorancia reprensible, hace de la exploración de la verdad empresa de trabajoso y lento> progreso. Pues de la verdad se trata en el estudio de Mi- guel García-Baró. y en el tiempo. que encabeza asimismo el último de los capítulos, convergerá el cúmulo de problemas relativos a ella cuyo examen ha bordeado, en va- rias ocasiones, la frontera de lo> aporético. Confirmación indirecta, por cierto, y si ¡ Miguel García-Haré. La verdadve/¡ienpo, 24-25. Salamanca. Sigueme, 1993. Revista de Fi/avofía, 3.’ época, vol. Vii (1994), nilo,. 12, págs. 523-529. Editorial Complutense. Madrid.

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RecepcióndeLa verdadyel tiempo

AGUSrÍN SERRANO i)E HARO

(Madrid)

<Pero la paradojafundamentalde la filosofía es la reunión en unasola cosade la libertad,del misterio privadisimo de sí mismo y susim-pulsos,junto con el orden, la publicidad casi perfectade las palabrasmas claras.El calorabrasadorde la fría razón,y el temory temblordeun mármo>l clásico. Ciencia, totalidad y vida individual y misteriosa,enla responsabilidadanteel Absoluto, se sueldanen la filosofía, precisa-menteporquela esperanzasólo puedeconsumirverdad,y la verdadtie-nc el movimiento>—rapidísimounasveces,lentisimo> otras—del método.Todaabstracciónes pocaparaconseguirdestilaremociónpura en puraverdad.Todacontemplaciónes pocacuandode lo que se trataes de ladecisión de la vida en cadamomento.Todala palidezy la trasparenciade las palabrassonpocacosaparareflejar unapersona,el Absoluto, lanada,el deber,el gozoy el mal.>

¿En qué consistela claridad que permite la existencia?,¿en quéconsisteel ansiade saberquees la lucidez de nuestralucidezy el cora-zon dela promesadetodaslaspromesasquenosimportan?»

Ante estosfenómenos.el movimientomás espontáneoy másíntimode la existenciaconsiste,precisamente,en detenerseen la contempla-ción de ellos. Y ello significa consideraí,primero que todo, cómosonposibles.

«Estainvestigaciónesla manifestaciónde la esenciade lafilosofía.»

Estospárrafoscierranel primercapitulodeLa verdady el tiempo.Los trececapí-tulos quesiguenno desmientenel sentidodeestaspalabrasintroductorias,no decep-

cionan las expectativas,imprecisas,que ellas despertaron.Acasoinclinan la medita-clon inicial hacia la evidenciade que la ocultación de las cosasmismas,no sólo lainercia de la vida en la ignoranciareprensible,hacede la exploraciónde la verdadempresade trabajosoy lento>progreso.Puesde la verdadse trataen el estudiode Mi-guel García-Baró.y en el tiempo.que encabezaasimismoel último de los capítulos,convergeráel cúmulo de problemasrelativosa ellacuyo examenha bordeado,en va-rias ocasiones,la frontera de lo> aporético. Confirmación indirecta, por cierto, y si

¡ Miguel García-Haré.La verdadve/¡ienpo, 24-25.Salamanca.Sigueme,1993.

Revistade Fi/avofía, 3.’ época,vol. Vii (1994),nilo,. 12, págs.523-529.Editorial Complutense.Madrid.

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fueseprecisa,de la condiciónque el autor reconocea EdmundHusserlde«mentor desusinvestigaciones.

No es fácil anticiparla relaciónquecon la filosofia husserliana,la de Investigacioneslógicasy la de Lógicajórmaly trascendentaly Experienciayjuiciosobretodo, mantieneelestudioque comento.Tan lejos se encuentraéstede la exégesistextual,a la que acos-tumbrala literatura llamadasecundaria,como aquéllade ser unamerafuentede inspi-ración entreotrasdiversasdelpasadofilosófico. Si la mayoríade los análisissiguende-sarrollos husserlianos,sorprendea la vez la escasezde citas, sean literales, fuesenencubiertas,que ampareno aligeren la confrontacióntemáticacon los fenómenosencuestion.

IDe hechoLa verdady el tiempoempiezapor apartarsedel simpleconstatar,al modode Husserl, la precariedaddeun saberfundamental:la lógica y la filosofía de la lógica.para revelar más bien en tal indigencia<una oscuracomprensiónprevia—previaa lacienciade la lógica—; una instalación,ya,a ciegascasi, en el propio suelode lo lógico»(p. 16), y conellaunaorientaciónen el horizontegeneraldel serhaciael quesemueve

mi afán delucidez. El análisispormenorizadodelos supuestosenquedescansatal com-prensiónpreviay la posteriorvoluntad deasumirlaen la evidencia(capítulossegundoasexto del estudio),sí concluyeen la definición esencialdela lógicaque Husserlrecupe-ro vigorosamentedela filosofía platónica:la lógica es la cienciade la ciencia;la cienciaesel métododel saber;el métodoes el nexointeligible defundamentaciónde la verdad;la condición del métodoes la existenciade leyesexactasen sentido absolutoy de sussoportesónticos en los estadosdecosas.El peculiarenfoquedel autor,aquemerefería,es,empero,bien patenteya en esteprimertercio de la obra. De una parte,García-Baróotorgasu asentimientoa la comprensiónhusserlianadela lógicasólo una vezanalizada,descripciónpor descripcióny conceptoa concepto,y sólo despuésde corregidocuantopedíaenmienda.(Obligadomencionaraquí las relevantesmejorasque sepoponena ladependenciaentre las disciplinasnormativasy aítesprácticasy las cienciasteoréticas—capítulo cuarto—:un locusclásico de Investigacioneslógicas, que recibevarioscomple-mentosteóricostambiénmerecedoresseguramentedel-aconsideraciónde imprescindi-bies.)Pero,a la vez,por otraparte,el mismoanálisis temáticodeparapor añadiduralosprimerosfrutos en ordena la interpretacióncabal del <laberinto quees la obrainaugu-ral de la fenomenología2: tal comoaventuródeformacasiinstintiva W. Wundt,Prolegó-menosa la lógicapura constituyeen su principio un programafilosófico de logicismoextremo.Pueséste es el sentidode que las condicioneslógico-objetivasde la ciencia,esdecir, las condicionesexigidasatodapluralidadproposicionalordenadasegúnnexosformalesde fundamentación,vengana ser las auténticas,únicasverdaderascondicionesdel conocimiento.La estructuradela razón teórica,dela evidenciay quizáde la mismaintencionalidad,se obtendrían,en cambio,del simple giro noético»que introduciría,sin mediación,la unidadde la fundamentaciónenel tiempode la conciencia.Y cosapa-recida.en la otradirección,sediría acasode la estructuramismade la realidad,resulta-do de la derivaciónmaterial,del giro ontológicoque -admitela dependenciaentrever-dades.

21~o,O la calificaciónde: DanielBelí, Husserl, 85. Londres/NuevaYork. Routledge.1990.

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Esta tesis del logicismo «va difuminándosea medidaquela lenomenologíapro-gresa;puesel desarrollomismo de la fenomenologíadeshacesin remediotal pensa-miento —y arrebataaWundt la razón—»(p. 104). Garcia-Barótambiénrecorre,en lapartecentral de su ensayo—capítulo séptimoa duodécimo—,el camino inviable»dellogieismoa la vez quepresenta,conquizáexcesivacontinuidadde sentido,lasalter-n;itivas de la fenomenologíatrascendental.Estaes asimismosometidaa severacríti-ca, y la crítica preparaun replanteamientooriginal del sentidode lascategoríaslógi-casy de las condicionesde su posibilidad.Los dosgrandestemasdela investigaciónfilosófica dela verdadvienen aserla <genealogíalógica» —en vista del principio: todojuicio es acto fundadoen represeníacio>nessubyacentes(cap. octavo)— y, de otrolado, la ordenacióncompletade las formasy funcioneslógicas—dadasu condiciónde único sistemanomológico,al que correspondela teoríapurade las multiplicida-des(cap.noveno)—.La teoríasemióticade la significación(cap. séptimo)enmarcaelanálisis y la teoria ontológica de la significación (cap. décimo)explora sus últimasconsecuenciase introducea la teoríageneralde objetos,queocuparáa los capítulosundécimoy duodécimo.

De la densidadde problemaslógico-filosóficos einterpretativosy de la concen-

traciónen estaspáginasde teoríasllevadasa los maticesdecisivos,no sobrananlece-dentespróximoscíue sugeriraposibleslectores.Aunqueme atrevotambiénapensarqueacasono todoslos Yentesabiertosseresuelvencon igual perfección.

Mi opini~n es queLa verdady el tiempoasumeunaversiondébil de lagenealogíalógica.Con versióndébil piensoen unainterpretacióndel principio de la dependen-cia de los actos dejuicio en actosfundantesde la sensibilidadqueen términosgene-rales,y. salvadaslas múltiples mejorasdescriptivas,vale igualmentepaíala doctrinade los actoscategorialesde Investigacioneslógicasy parael prosgramaespecificoquela fenomenologíatrascendentaldenomina genealogíade la lógica. lis decir, <funda-menusción>tendríaen amboscasosel sentido básicamenteunívoco de unadepen-

dencia unilateral que atañeal orden inteligible de génesisde los correlatosu obje-tos» intencionales~. y. llamo débil a estainterpretación, formalmenteinobjetable,porqueen ella el c(>nceptoprimitivo (le evidencia:datitud en personhidelobjeto mis-mo, recibeprecisamenteun tratamientoformal queautorizaunaaplicacióngenéricadel mismo.Tiende así a encubrirseque la evidenciaoriginariase habríacumplidodeforma tan plenaen la experienciaprepredicativa—el ámbito del mundo de la vida,de la sensibilidad>lato sensu—que en realidad la esferafundadadel juicio y de los

estadosde cosasjudicativos.másqueala esperade un posible cumplimiento intuiti-va que acredite nuevos,infinitos objetos categoriales.se dibuja, por el contrario,cornoel dominio en que la meradistinciónocupael lugar,no recuperable,de la evi-dencia,del-adatituden el sentidopropio que se reservaa sustratosmundanos.No en

[¿sicsentido genético,aunqueideal, defundamentaciónno es asimilablea un nexo de-ductivo.

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vano Experienciay juicio renunciaa denominara los todos categoriales<objetos>—Gegenstánde—,ya fuesenobjetosde ordensuperior,introduciendoel término dis-yunto, en aparienciaexeluyenterespectode aquél,de <contructos»—Gebilde,objekti-ve Gebilde-— >~ La perfecciónracional del a priori no>mológicoque rige las construc-cioneslógicas, resultaríaentoncesfeudatariapor principioy por siempredel a prioricontingentedel mundo—<protocontingente>—.

Estadistinciónentreunaversióndébil y unaextremadela genealogíalógicatieneinterésen relación con la siguientecuestión.El análisis de las formas lógicas queGarcía-Baróreconstruyede modoexhaustivo-—y tanconspicuamentequeauntratán-dosede una de las primerasexposicionesfilosóticasdentrode la literaturafenome-nológica,bien podríaserde las últimas—,este análisisjuzga riporética la conceptua-ción husserliana de las materias subsintácticas,de los núcleos últimos designificaciónque la proposiciónarticulacategorial,sintácticamente.Comoes sabido,deacuerdo>conHusserlintegranel núcleo designificaciónunamaterianuclearvaria-ble y unaformanuclearfija, sustantivao adjetiva5.Ahorabien: ¿cómocabeentenderun sentido—y los sentidos,oseentiendeno no sontales—,un sentido,digo, que ope-ra como nombrelógicamentepropio —previo por ello a todacualificaciónadjetiva.atoda determinación—y que,sin embargo,refiere inequívocamentea un individuo, aun algo singularizadoy dotadode la relativaindependenciaanejaa la forma sustanti-va?:

No pensemosquesenospidequeutilicemosnombrespropiosparacadaobjeto;puesyacíhechode nombrardc distintamaneraa cadain-dividuo o partede individuo suponeun amplio conjunto de actosinte-lectuales.En realidad,la exigenciadeHusserl —el desideratumde un ra-dical atomismo lógico— es equiparablea la de encontrarun uniconombrepropio, que ni supiéramosquefuerauníco ni supiéramosque lousamosparareferirnosni a uno ni a muchosobjetosindividuales.Peroello es absurdo.Lo es abiertamentela idea de un nombrepropio paramuchos(paratodoslos) individuos; luego esabsurdala ideadeun nom-bre propio queesté aprehendidocomo tal (a no serque sólo exista, yaún más,quesóloseapensableun único individuo)> (pp. i54~i55)Ó.

Bien es ciertoqueHusserlrecurreposteriormentea la expresión objetividad —Cegeus-tándlichkeit.

Garcia-Baróno renuncia,en apariencia,a queseanposiblesotrasformasnucleares.Cf.,p. 148,

La dificultad de partidacon los núcleos adjetivospresintácticosestribaría,por su parte,en queestánllamadosa sostenerla predicaciónoriginariabajo enlacecopulativo <es,cuandohabríaqueempezarporrecordarquelasprimeraspartesquepuedenseratendidasporsienla

receptividadson los trozosdel individuo,y que,en estesentido,no estáclarosi no correspon-de laprimaciaenel juicio a la forma‘tiene’ sobrela forma‘es’ (p. 155). Peroestaobjeciónpa-recemásmaneiabteala vista de queesla discontinuidadcualitativa—adjetiva»—eí, el camposensiblco en eí perceptivola quedelimita extensiones;el momentoabstracto,que es,prestaunidadalaspartes tenidas en la extensión,y configuraunau otraseccióndentrodelcampo.

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Mi dudaes si la versión extremade la genealogíalógicatambiénsucumbesin reine-dio a talesaporías.Ya queella no retrocedeantela tesisde que en efectohay un úni-co individuo en sentidoabsolutamentepropio: <El mundo no existe como un ente.como un objeto.sino que existeen unasingularidadparala cual el plural esabsurdo.Todo plural y todosingularextraídode él, presuponenel horizontedel mundo.Estadiferenciade modode serentreun objeto en el mundoy el mundomismo,prescribeparacadauno deellos modosdeconcienciafundamentalmentedistintos»~. Y consi—guientemente,sobretal individuo —lo másopuestoa un átomo subsistente—recaelaconcreciónprimitiva quese articulaenforma sustantiva;siendo,además,estatotali-dadoriginariael sentidoque la concienciahaconstituidocasi desdesiempre—no <elsersalvaje».

Cierto>qtíe conestasatirmacionesno se resuelvedequé forma el protosentidore-side en todo correlatoque puedacontarseentre los sujetosprimariosdel juicio. Nose trata de sostenerque la estructuraprofunda de la sintaxis tolere un único sujetouniversal. Sino de que toda X que atrapala espontaneidadjudicativa,ya está en sucentro<despejada>mercedal complejo nuclearde sentido:<cosaen el horizontedelmundo>. (Complejo, que no es, dicho sea de paso, un compendiode estadosdecosas.)Massobretodo) se ti-atade afirmarque,al cabo,estecomplejoesel queprestaal todosintáctico,a to>do todosintáctico,su potencialsemántico,si se admitemi ex—presion;la posibilitíad (le denotar,y ello paratoda c(>nstrucci~nlógica de cualquiergradí.Las agudasaporíasque el autoranotaenel descenso<hastalos verdaderamen-te primigenio•s objetos del entendimiento»(p. 1.53). quizá merecierancontrastarsecon estaperspectivaen que el núcleosignificativo no seriatantotértuino lógice> y a lavez la cosasensibleindividual misma»,cuantonexo intencionalentreel inundodelsentidopresiotácticoy el cornstructode significadológico.

El permanenteejercicio critico en que consiste La verdady el tiempo encuentraunaprimeraculminaciónen la propuestade una teoríaontológicadela significaciónquediscrepadelas variasqueelaboróHusserlsin por ello comprometersecon algu-na otrade la discusióncontemporánea.

Su puntoesencialde apoyoes el excesode sentidosposiblessobreobjetosideal-menteposibles,consectienciaantetodo de la existenciadecontrasentidosanalíticos.Las sintaxisunitariasquerefieren intencionalmentea lo por su meraforma imposi-ble, impediríantodaconceptuaciónhomogéneadelosobjetoscategorialesquesonelsentido, poíológico del juicio», y el estadode cosasjuzgado,<poío óntico».Que, di-chode otra manera,suponeconsiderarfallido cl intentohusserlianode unateoriare-ferencial —y trascendental—del significado judicativo, y recuperableuna peculiarteoríamediadora—y regional— del mismo: el sentido agotasu seren permitir quepor su medio,algo)que es distinto de él se vuelvaobjeto parael entendimiento>(p.176>. Signonaturalformal> serála denominaciónjustadel <vehículodel juicio».

Lo crisis delas cienciaseuropeasy la fenomenologíatrascendental,§37. Traducciónmía.

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Garcia-Baródesarrollasuprincipio deteoríaatendiendoa uno delos fenómenosmásproblemáticosqueobjetárselepodría: la exigenciade que el cumplimientodeljuicio sealiteralmenteidentificaciónconlo inteligibledel estadode cosas.Y la difícilsoluciónquese avanzaes,a primeravista, la contrapartidadel excesodelossentidossobrelos objetos,a saber:la coincidenciaque la ontologíaformal certifica entrelaforma«analítica>del estadodecosasy la del propiosentidopredicativo.

Muestranítidamenteestacontroversiala libertad del autorde toda vinculaciónde escuela,su vocaciónresueltade fidelidad a los datosy radicalidaden el análisis.Sin errarpodríainvocarseaquíel nombreilustre deAdolfReinach.

Por lo demás,el principio de nuevateoríadel significadodejasin duda numero-sostemaspendientesdel talentode suautor Por ejemplo: el reconocimientode sig-nosformalesnaturales¿seharíaextensiblea todaslas formasde cogitationes—inclui-da la concienciadel tiempoquesostienela distensióndel propio actoespontáneo—,o la articulacióntripartita nóesis-signoformal-nóemaes privativade actosdejuicio?En estecaso,¿hayunaestructurageneralde la intencionalidady de suscomponentesabstractosquehagaposibleel cumplimientocomo síntesisde unosactosen otros?En cualquierade amboscasos,¿quécomprensiónde las expresiones<indexicales»,de las significacionesesencialmenteocasionales,se desprendede la teoríaesboza-da?».Y en fin, ¿quéestatuto—unidad en lo individual, unidadde lo genéricoqueseejemplifica, unidadde lo irreal no universal, perotampococonstituido—concibeelautorparacadaunadelasformacionessignitivasideales?

Estaúltima cuestiónqueenumerola tomo prestada,en realidadde los capítulosfinalesde lapropiaobra,que,ami juicio, constituyensusegundaculminacióncrítica.Es la cuestiónde la universalidadde la significacióny tocael problemacrucial paradibujar el mapadefinitivo de Investigacioneslógicas, por mejordecir, pararevelarquedel <laberinto> no habíaun único mapacongruente.

Es sabido que casi tan antiguacomo la obraquedio a EdmundHusserlel reco-nocimientopúblico, es la extrañezade quea la debelacióndel psicologismoen lógi-ca, en realidada un programade filosofía logicista, hubiesende seguirinvestigacio-nes fenomenológicas,es decir, en 1901,nuevosanálisisde psicologíadescriptiva.Lasegundaedición dela magnaobra, 1913,sirvió al filósofo para revisar a la luz de lafenomenologíatrascendentalel proyectooriginal y suslogros,es decir, parareformu-larlo a expensasde susperfilesmás propios.Luego, la literatura fenomenológicatar-dó largo tiempo en recomponerlos.Garcia-Barómencionael nombrede Dallas Wi-llard comoel primeroque,trasdécadasde olvido, observóqueel centrodela refuta-ción del psicologismono es tanto la idealidadde la significación, cuantoel axiomade que idealidadquenadeciruniversalidad,y las proposicionesuniversalesde la ló-gica encontrabansuscasossingulares,susejemplos,en los correspondientesactosdejuicio de la psicología.Este redescubnimiento>ha pasadoa serhoy un patrimo-nio comúnde la bibliografíahusserliana.Lo recogeDavid Belí en su Husserl,uno delos últimos frutosdel intensodiálogo que filósofos analíticoshan abiertocon la feno-

8 Es ésteuno de los escasosasuntosde filosofía de la lógica cuyo tratamientoseechaenfaltaa lo largodelestudio.

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menología9. Está asimismopresenteen la obraconjuntade RudolíBernel, Iso Kerny EduardMarbach quequiererepresentarel estadode la investigacióndentrosobreto>do del ámbitoalemán >. Producepor ello cierto rubor sugerirqueLa verdady eltiemposi apurala aclaraciónde por qué<esateoríaera el nervio mismo de los Prole-gómenosyaun el motivo básicodetodoel libro> (p. 251).

Ya qu al pretendido>axioma—enverdadun presupuesto—de quetodoslosobje-tos ideales sonpor igual universalia,hay que añadirel supuestoexplícito de que elct)nocimientode lo singulares previo a y es condicióndel desusrespectivas«ideas».Teoría empirista.pues,de la ideación,que, reforzadapor el dogma de la escuelabrentanianade quesólo la percepcióninterna, la introspecciónpsíquica,es percep-ción adecuada—vale decir científicamenteutilizable—, dejabaa la primerafenome-no>logíaantela incómodatareadebuscardenuevoenlas vivenciasdelos sujetosani-mados—puesla significaciónes especiede la mención,no del correlato—el origendelas categoríasnomológicas,por lo demás«incondicionales>:<es en mi concienciadondedistingo quéjuzgo» (p. 252) y aunquelo quejuzgueseacondicióndeposibili-daddetodosentidojuzgable.

Masno sólo> en estepuntoen queel logicismo extremoabrazaun positivismona-da tímido, descubieel análisisla incongruenteconstruccióndel «laberinto>.Tambiénlo hace al mostrarcómo la extraordinariadescripciónhusserlianade la concienciadel tiempo,dentro> de la Quinta Investigación,cuestionabade raíz la actitud naturalde partidaque sólo queríaver en la concienciaun trozo de mundo;y no menosalapuntarel autor la incompatibilidaddela teoríadescriptivadela intuición categorial(SecciónSegunda.SextaInvestigación)con la especificidadde losobjetoslógicos.

Perolos lectorestienentodo el derechoaafrontaren solitario estasaventurasin-telectuales.Y desdeluego seríade esperarqueméritos tan sostenidos,tan imparesycualificadoscomo atesoraLa verdady el tiempoobrasenen favor deunaauténticare-cepciónintelectualdel estudio,queaspiraa serun ensayo>defilosofía primera,y, sor-prendentemente,lo es

Op. cit, supranota3.EdmundHusserl.Dars-tellungseinesDenkens.Hambrug,Felix Meiner, 1989.

<1 Contadaserratasapenasestorbanalaatenciónquepide el rigor delconceptoy queme-

recela tersuradelestilo. Algunaconfusiónpodriatraer cl queel término p>-edicativo> a pocodeioiciadala página 134 sehatragadoel prefijo pr~>. Y mequedala dudadesi la imprentanoha puesto.mediado el primer párrafo de la 37, simple teoría> dondedebia decir simpleparte».