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http://www.agrobyte.com/publicaciones/eucalipto/ indice.html Manual técnico de selvicultura del EUCALIPTO ÍNDICE ÍNDICE DE CONTENIDOS DEL MANUAL PRÓLOGO 1. INTRODUCCIÓN o Interés forestal e industrial o Descripción botánica 2. POR DONDE EMPEZAR o Planificación del cultivo o Factores climatológicos o Características del suelo o Normativas y Legislación 3. CALIDAD DE PLANTA o Origen genético de la semilla o Producción de planta 4. TRABAJOS PREVIOS A LA PLANTACIÓN o Infraestructura o Desbroce o Preparación del terreno 5. PLANTACIÓN o Marco y densidad de plantación o Preparación de la plataforma o Abonado o Reposición de marras 6. MANTENIMIENTO Y PROTECCIÓN DE LA PLANTACIÓN o Limpiezas de la plantación o Prevención de incendios o Enfermedades y plagas o Podas 7. APROVECHAMIENTO O COSECHA o Edad de corta o Aprovechamiento o cosecha o Gestión de los restos de corta 8. MANEJO DEL REBROTE o ¿Replantación o rebrote? o Selección de brotes o Replantación 9. EUCALIPTOS RESISTENTES AL FRÍO o Eucalipto nitens 1

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http://www.agrobyte.com/publicaciones/eucalipto/indice.html

Manual técnico de selvicultura del

EUCALIPTO ÍNDICE

ÍNDICE DE CONTENIDOS DEL MANUAL

PRÓLOGO

1. INTRODUCCIÓN o Interés forestal e industrial o Descripción botánica

2. POR DONDE EMPEZAR o Planificación del cultivo o Factores climatológicos o Características del suelo o Normativas y Legislación

3. CALIDAD DE PLANTA o Origen genético de la semilla o Producción de planta

4. TRABAJOS PREVIOS A LA PLANTACIÓN o Infraestructura o Desbroce o Preparación del terreno

5. PLANTACIÓN o Marco y densidad de plantación o Preparación de la plataforma o Abonado o Reposición de marras

6. MANTENIMIENTO Y PROTECCIÓN DE LA PLANTACIÓN

o Limpiezas de la plantación o Prevención de incendios o Enfermedades y plagas o Podas

7. APROVECHAMIENTO O COSECHA o Edad de corta o Aprovechamiento o cosecha o Gestión de los restos de corta

8. MANEJO DEL REBROTE o ¿Replantación o rebrote? o Selección de brotes o Replantación

9. EUCALIPTOS RESISTENTES AL FRÍO o Eucalipto nitens o Otras especies de frío

10. RENTABILIDAD DEL EUCALIPTO o Invertir en un cultivo forestal o Costes de la plantación o Criterios de evaluaci´no financiera o Balance económico del cultivo o Rentabilidad del eucalipto

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o Comercialización y Asociacionismo

 

Autores Felipe Gozález-Río (Coordinador)Doctor en Biología, especialista en Mejora Selvícola.

Agustín CastellanosIngeniero Técnico Forestal, responsable del Plantaciones.

Óscar FernándezIngeniero de Montes, jefe del Dpto. Agroforestal de CEASA.

Consuelo GómezIngeniero Técnico Forestal, responsable de Viveros.

Proxecto Columella Rigueiro Rodríguez, Antonio(Coordinador Área Forestal) Catedrático de la Escuela Politécnica de Lugo

Rodríguez Soalleiro, Roque(Coordinador Serie Manuales Técnicos) Profesor Titular de la Escuela Politécnica de Lugo

Edición HTML y multimedia:Proyecto Agrobyte

Fernández Pedraza, FernandoIngeniero de Telecomunicación

Tato Ferro, JavierIngeniero de Telecomunicación

ISBN:Depósito Legal:

89613-79-4301-97

PRÓLOGO

Durante séculos o home dispuxo dos recursos naturaís en función das súas necesidades. A madeira e outros productos forestais foron de importancia crucial no desenvolvemento das civilizacións, dende o seu uso enerxético ata a obtención dos transformados actuais. 0 home atopou no bosque unha fonte das súas principais materias primas, e que a diferencia doutras, é reciciable.

Para satisface-lo compromiso de preserva-los recursos naturais o á súa vez satisface-las necesidades do ser humano, contamos cunha ferramenta, situada a medio camiño entre o concepto de bosque natural e o de cultivo agrícola, que son os cultivos agroforestais. A agroforestación permite optimiza-los recursos naturais que demanda a sociedade e preserva-lo bosque natural para outras finalidades.

Hoxe en dia a investigación aplicada permite ó propietario, ou agrosilvicultor obte-los máximos rendementos empregando a superficie mínima necesaria. Isto ten unha

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especial relevancia no Galicia e o norte de España debido ó carácter minifundista da propiedade. Esta investigación agroforestal aplicada, que antano era algo inexistente ou quedaba gardada nas andeis de centros de traballo, non cumpre a súa misión se non chega ás mans dos agrosilvicultores o propietarios forestais, verdadeiros actores do sector.

Así xurde a necesidade de elaborar un manual silvícola eminentemente práctico e dirixido a aqueles que coa súa inquietude xerou esta demanda. O presente manual trata de resumi-lo resultados oblidos tras oito anos de experiencias intensas e ínvestígacións dun equipo cualificado. Desta maneira a transferencia de tecnoloxía convírtese en realidade pretendendo proporcionar ó agrosilvicultor as recomendacións que lle permitan acomete-lo seu cultivo de eucalipto coas maiores garantías posibles.

Este manual de Silvicultura aparece cento corenta anos despois de que as primeiras sementes de eucalipto xerminaran na nosa terra. Asi a todo aínda queda moito por facer. A nosa vocación forestal vai encamiñada cara á mellora continua. Por iso confiamos en que tódalas aportacións que os lectores e usuarios do mesmo nos fagan chegar de agora en adiante poidan transferirse a vindeiras edicións. A súa publicación pretende dar servicio ó sector forestal e ó medio rural en xeral aportando o dinamismo do día a dia, xunto ós resultados dunha investigación rígorosa.

A formación de verdadeiros profesionais é a mellor garantía de éxito para o desenvolvemento forestal do Galicia. O obxectivo deste manual é contribuir a esta tarefa mediante a divulgación dos coñecementos máis relevantes e actualizados sobre o eucalipto.

INTRODUCCIÓN

1.1. Interés forestal e industrial del eucalipto

 El consumo mundial de madera se reparte entre las necesidades energéticas, leñas y carbón vegetal (más del 50%), la madera de aserrío, postes, apeas y construcción (20%), y la dedicada a la industria de la celulosa y el papel (17%). Las previsiones mundiales para el consumo de madera en el año 2000 superan los 4.000 millones de m3, lo que supone un déficit de 1.000 millones. En Europa somos deficitarios tanto de madera como de energía, lo que convierte a la producción forestal en un objetivo prioritario.

El género Eucalyptus ha sido y es uno de los recursos forestales más utilizado industrialmente en el mundo entero. Originarios de Australia, presentan una enorme diversidad, con más de 500 especies diferentes. Su madera resulta adecuada para muy diversos usos: consumo doméstico, leñas de alto poder calorífico, producción de carbón vegetal, estructuras de edificios, postes para comunicaciones, suelos de parquet, pasta celulósica, apeas de mina, sujeción de taludes, o para elaboración de tableros de fibras.

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Los eucaliptos hacen su aparición en Europa recien a mediados del siglo pasado traído por monjes y naturalistas. En Galicia, las primeras semillas de eucalipto fueron enviadas por Fray Rosendo Salvado, evangelizador de tierras australianas, a su familia en Tuy. La excelente adaptación del eucalipto a las condiciones ecológicas de la Cornisa Cantábrica y su utilización en diversas actividades, como la minería, generó el interés de los propietarios forestales.

En la actualidad, la mayor parte del consumo va dirigido a la industria celulósica (CEASA en Navia o ENCE en Pontevedra) y, en menor medida, para la fabricación de parquet y tableros de fibras (ECAR en Mondoñedo, FINSA en Santiago, TABLICIA en Lugo o UNEMSA en Carballo) y otros usos como bateas, apeas de mina o postes.

Galicia tiene más de 1.800.000 ha de monte, siendo el 63% propiedad particular, un 33% propiedad vecinal y el resto perteneciente a instituciones públicas. De esta superficie más de 900.000 ha son de monte raso.

El cultivo del eucalipto, principalmente llevado a cabo por particulares, adolece de unas prácticas selvícolas que permitan obtener los máximos beneficios. Los crecimientos medios en las actuales condiciones varían entre 7 y 30 m3 por ha y año, dependiendo de la calidad de la parcela.

Esta situación aconseja el establecimiento de unas prácticas forestales más adecuadas, encaminadas a incrementar la

productividad de las plantaciones actuales y futuras. También debe considerarse la transformación de cepas o de plantaciones ya establecidas de muy baja productividad. Si se utilizase material procedente de un programa de mejora genética y con la silvicultura adecuada a este tipo de cultivo agroforestal, el potencial medio de producción estaría estimado en más de 20 m3 por ha y año sin corteza (variando entre 10 y 40 m3).

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La agro-forestación, técnicas agrícolas aplicadas a cultivos forestales, puede complementarse con la obtención de otros productos como la miel. El eucalipto, debido a su floración temprana, permite la producción de una miel exclusiva, de gran relevancia económica en otros países.

Derivados de la pasta de celulosa del eucalipto: papeles, laminados, transparencias, fiso, higiénicos y sanitarios, fotografía, usos especiales, papeles electrónicos.

La demanda de productos derivados de la madera de eucalipto sigue siendo, a nivel internacional, la que muestra un mayor crecimiento sostenido. A partir de la celulosa de eucalipto pueden fabricarse múltiples productos de uso cotidiano: sanitarios, pañales e higiénicos; derivados como el celofán o la cola de empapelar; formica y otros laminados, papeles especiales, filtros, papeles electrónicos; elaboración de fibras textiles como el rayón. El futuro de su demanda en toda Europa está asegurado, debido a que los únicos países que pueden cultivarlo de una forma genérica son España y Portugal. Las condiciones climatológicas en los demás países de la Unión Europea impiden el crecimiento de los eucaliptos e incluso su supervivencia. No obstante, se han realizado múltiples intentos para el desarrollo de su cultivo en diferentes zonas, principalmente en el sur de Francia.

 1.2. Descripción botánica

 El eucalipto blanco o albar (Eucalyptus globulus, Labill, en adelante E. Globulus) es la especie más frecuente de este género en nuestra región. Su descripción se debe a J. S. Labillardiere a partir de un espécimen recolectado en el sudeste de Tasmania en 1792.

Aparece de forma natural en el sur de Australia (Victoria), Tasmania y las

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islas del estrecho de Bass. Se extiende entre las latitudes 38º 26' a 43º 30' Sur. Crece en gran variedad de substratos si bien es muy común en zonas graníticas y arenosas. En general no se presenta en suelos calcáreos o fuertemente alcalinos ni en zonas mal drenadas. Es una especie muy sensible a la competencia de otras plantas, tanto por los nutrientes como por la luz.

Como carácter diferencial es la única especie de eucalipto que presenta flores y frutos aislados. No obstante, en ocasiones se encuentran especímenes con dos o tres frutos. Su corteza es muy variable pudiendo ser desde plateado a pardo anaranjado. Cuando es adulto la corteza se desprende en tiras. Su madera presenta cualidades de especial interés para su aprovechamiento industrial. Algunos ejemplares pueden alcanzar enormes dimensiones, como los eucaliptos centenarios de Chavín (Viveiro, Lugo), con más de 90 m de altura.

Además de E. globulus, se introducen otras especies de eucalipto gracias a la iniciativa de particulares y de agentes forestales, dotados de una encomiable inquietud por temas selvícolas. Dichas especies se hallan principalmente en zonas de frío o heladas frecuentes (zonas altas, rasas expuestas y zonas de valle) donde E. globulus no crece adecuadamente e incluso no sobrevive. Son especialmente patentes las masas de E. macarthurii y de E. viminalis en la zona de Curtis (A Coruña). Entre las diferentes especies descritas en el capítulo 9 destaca por su crecimiento el E. nitens. Una importante muestra de estas especies puede contemplarse en el arboreto del CIF de Lourizán (Pontevedra).

POR DÓNDE EMPEZAR

2.1. Planificación del cultivo

Cuando se pretende plantar con eucalipto una parcela, es necesario planificar cuidadosamente todos los aspectos que ello conlleva. El presente manual trata de ofrecer recomendaciones prácticas para la correcta planificación y ejecución del cultivo. Los pasos a seguir para cada una de las tareas (selección de planta, preparación del terreno, plantación, aprovechamiento o cosecha) se describen a lo largo de cada capítulo.

Respecto a la planificación, y en términos generales, se deberán considerar los siguientes puntos:

Estudio físico de la parcela, estableciendo su superficie útil (separación de lindes, presencia de líneas eléctricas y telefónicas, conducciones de gas o agua), y calidad y características del suelo (fertilidad, encharcamiento). Un plano y la realización de zanjas para el análisis de suelos pueden serle de gran utilidad.

Elección de la especie y procedencia de semilla más adecuada. Considere los factores limitantes. La climatología (frío, heladas, viento) condicionan la elección.

Cálculo financiero de la inversión a realizar y turno de corta esperado. Previo a cualquier inversión en la implantación de un cultivo es necesario «hacer números».

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Obtención de los permisos correspondientes y solicitud de posibles subvenciones. Consulte en la oficina de la Administración competente qué legislación afecta a su parcela.

Planificación y ejecución de los trabajos previos en el terreno (pistas, desbroce y preparación). Una preparación defectuosa o inapropiada puede comprometer la rentabilidad de la plantación. La elección del marco y densidad de plantación adecuados influye en los crecimientos y condiciona las labores de mantenimiento y los aprovechamientos.

Obtención de planta y realización de la plantación. Asegúrese de adquirir la planta a un proveedor que garantice su origen y calidad, así como manejar la planta con los cuidados necesarios.

Labores de mantenimiento. Son imprescindibles durante los dos primeros años, favoreciendo los crecimientos y la protección de la plantación.

Aprovechamiento del cultivo. Es aconsejable que sea realizado por especialistas, dados los requerimientos de seguridad y los conocimientos técnicos necesarios.

Preparación de la siguiente cosecha. Después de la corta reinvierta parte del beneficio de la venta de la madera en preparar la siguiente cosecha (tratamiento de los restos de corta, selección de brote o nueva plantación).

  2.2. Factores climatológicos

 El eucalipto blanco (E. globulus) prefiere climas húmedos, sin heladas, con una precipitación anual media superior a los 700 mm, y con una distribución uniforme del régimen de lluvias. En Galicia la precipitación media alcanza los 1.000 mm anuales en el 80% de las estaciones, variando según la comarca considerada. Esta pluviosidad, junto con temperaturas medias de 13ºC y la ausencia de grandes períodos de heladas hace que grandes áreas de Galicia resulten idóneas para el cultivo del E. globulus.

Las comarcas xeoforestais definidas en el plan forestal de Galicia son: Costa Norte (Mariña lucense y costa coruñesa hasta Ferrol); Costa Atlántica (A Coruña y Pontevedra); Meseta Central (Terra Chá, zonas interiores de Pontevedra y Ouren-se); Montaña Nororiental (Piedrafita y Ancares); Interior Sur, Montaña Sud-oriental y Vales Interiores.

Los datos bioclimáticos de Tasmania, en Australia, de donde es originario el eucalipto, reflejan grandes similitudes comparados con los de las comarcas Costa Norte y Costa Atlántica, especialmente respecto a los Índices Bioclimáticos que reflejan la productividad agrícola y forestal.

Datos bioclimáticos de las estaciones representativas de las comarcas geo-forestales gallegas comparadas con Tasmania (Australia)

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Estaciones As

Pontes Lourizán

Outeiro do Rei

Folgueiras Hobart

(Tasmania)

Comarcas geoforestales

Costa norte

Costa atlántica

Meseta central

Montaña nororiental

-

Precipitaciones 1.684 1.800 1.004 1.754 800

T. media 11,7 14,2 12 8,8 12

IBP 10,44 16,04 11,22 6,94 11,4

IBL 9,13 12,68 8,16 6,94 7

IBP: Intensidad bioclimática potencial. Indicador aproximado de la productividad agrícola en regadío. IBL: Intensidad bioclimática libre. Indicador aproximado de la productividad forestal.

Las bajas temperaturas y las heladas constituyen las principales limitaciones para el cultivo de E. globulus en nuestra región. Las plantas jóvenes pueden dañarse gravemente. Los umbrales de resistencia se cifran en -7º y -8º C para una helada, si esta se produce tras un descenso gradual de la temperatura. Si las heladas son bruscas o repetitivas, el E. globulus resulta mucho más sensible, soportando difícilmente más de 10 días de helada al año. Por contra, el E. nitens, resistente al frío, soporta heladas de hasta -12º C, más de 50 días de helada e incluso nevadas. Esta última especie parece adecuada para las condiciones de las comarcas Meseta Central y Montaña Nororiental, mostrando buenos crecimientos en ensayos realizados en la Terra Chá y Fonsagrada.

Debido a la sensibilidad a la temperatura, se acepta generalmente una altitud máxima para la extensión del cultivo de E. globulus entre 400 y 450 m. Esta afirmación debe ser considerada según otras particularidades de la parcela, tales como la exposición a los vientos dominantes, la insolación o la posibilidad de heladas frecuentes o nieblas invernales persistentes. Así, parcelas de hasta 550 m pueden ofrecer unas condiciones adecuadas para el cultivo de E. globulus, mientras áreas más bajas pero con condiciones

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del sitio más adversas resultarían más recomendables para eucaliptos resistentes al frío como E. nitens.

  2.3. Características del suelo

 El eucalipto, a diferencia de otras especies, no resulta especialmente exigente con el tipo de suelo, siendo capaz de crecer en sustratos pobres y ácidos. En Galicia los granitos cubren casi un 45% del territorio. Una extensión similar está cubierta por esquistos y pizarras. Hay además zonas con rocas básicas (principalmente en A Coruña: Ortegal, Melide, Santiago) y otras de origen sedimentario (Terra Chá, As Pontes, Sarria). Los suelos con sustrato de roca de pizarra, así como los de cuarcitas, presentan bajos valores de fósforo y de potasio. Ambos elementos son muy necesarios para un buen desarrollo inicial del eucalipto, por lo que debe realizarse al menos una fertilización en el momento de la plantación (ver apartado 5.3).

Para analizar la profundidad y composición de los suelos pueden realizarse zanjas o calicatas. Esto permite identificar el perfil del suelo. El horizonte A o superficial, sobre el que se halla la materia orgánica en descomposición, es el más rico en nutrientes. El horizonte B está formado por una mezcla de tierra y rocas, siendo menos rico en materia orgánica y nutrientes que el horizonte A. Finalmente, el

horizonte C está formado por la roca madre alterada. Frecuentemente, los perfiles de suelos forestales muestran un horizonte A escaso, seguido del horizonte C o incluso de la roca madre.

Los mejores crecimientos se observan sobre suelos arcillosos, silíceos, sueltos y profundos, con una acidez moderada o neutra (con valores de pH entre 5 y 7). Los suelos forestales, debido a la pluviosidad y al tipo de rocas, suelen ser más bien ácidos. Por contra, el eucalipto no se desarrolla bien en suelos excesivamente calcáreos, muy alcalinos, o en suelos encharcados o mal drenados. La profundidad del suelo es otro factor importante, observándose mayores crecimientos cuanto mayor es la profundidad. No obstante, debido a su vigor y plasticidad es capaz de crecer satisfactoriamente en suelos escasos o poco profundos, siempre que se realicen las labores adecuadas.

  2.4. Normativas y Legislación

 Antes de acometer la plantación se deberán tener en cuenta las normativas que afectan a la actividad forestal en general, y a la plantación de eucaliptos en particular. En la actualidad han de contemplarse la legislación del Estado, la propia de la Comunidad Autónoma, además de las disposiciones locales que más recientemente están implantando los municipios.

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En Galicia hay que tener en cuenta el Decreto 81/1989 de 11 de mayo, publicado en el DOGA con fecha 1/6/89, «Medidas do ordenación das novas plantacións do xénero eucaliptus». Únicamente es necesaria la autorización de plantación para superficies superiores a 5 ha en masa continua. Asimismo, las nuevas plantaciones en masas continuas superiores a 50 ha precisarán de un estudio de impacto ambiental conforme al Real Decreto 1302/1986 y al Decreto 442/1990 de «Avaliación do impacto ambiental para Galicia» y el Decreto de «Avaliación de efectos ambientais» (publicados en el DOGA con fechas 25/9/90 y 15/10/91.

Así, previamente a la toma de decisiones sobre la plantación, cada particular deberá de informarse de la posibilidad de realizar la misma. Deberá asimismo considerar la superficie afectada, la presencia de conducciones de gas o agua, cables de alta tensión y teléfono, los márgenes a respetar con las fincas colindantes, carreteras, ríos y rías, o la necesidad de realizar solicitud de cambio de cultivo e incluso de Evaluación de Impacto Ambiental (en determinadas situaciones o para grandes superficies afectadas).

En caso de duda, y dadas las particularidades de cada situación, solicite información a la Guardería Forestal de su zona, agentes forestales, en las Oficinas Comarcales de la Consellería de Agricultura, Gandería e Montes, o en su Ayuntamiento.

CALIDAD DE PLANTA

 3.1. Origen genético de la semilla

 Una vez que se decide plantar, el primer paso es seleccionar la especie adecuada. Esta decisión está condicionada por el uso final de la madera, y muy especialmente, por las peculiaridades adaptativas de cada una de las especies. Esto quiere decir que se plantarán especies diferentes en función de la altitud, heladas o tipo de suelo. Para el caso del eucalipto, y como se ha comentado anteriormente, se utilizará E. globulus en aquellas zonas donde no se presenten heladas frecuentes o muy acusadas. En lugares muy batidos por el viento, muy fríos o con heladas habituales puede ser preferible plantar E. nitens.

Como en todo ser vivo, el crecimiento de un árbol no depende únicamente del ambiente en que se desarrolla. Existen ciertas características propias del árbol, debidas al origen de la planta y que además se trasmiten a su descendencia. Es lo que se denomina herencia genética. Por ello, la cuidadosa selección de la semilla es también un aspecto

fundamental para la obtención de buenos crecimientos.

La utilización de semilla procedente de un mal árbol o deficientemente seleccionado nos causará una importante disminución de la producción tanto en cantidad como en calidad. De ahí que el tradicional sistema de recolectar semilla en las zonas de corta sea

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una alternativa nada recomendable a no ser que sea realizada por personal experto, y mediante un programa de mejora.

 Selección de Procedencias

Dentro de una misma especie se observan diferencias de comportamiento dependiendo de su zona de origen. A estas zonas de origen es lo que se denomina Procedencia Genética. Es un concepto semejante al de «raza» que nos permite seleccionar una fuente de material genético adaptado a nuestras condiciones.

Un ejemplo que aclara esta idea de la procedencia es el ganado vacuno. Existen actualmente en nuestra región distintas razas de vacas con diferente origen o procedencia. La «ratina» (vaca pardo-alpina) procede de Suiza, de donde comenzó a importarse hacia 1885. La vaca rubia gallega es apreciada para la producción de carne (terneros «culones»). El ganado frisón se introduce muy recientemente, procedente de Holanda, por su

producción lechera. Así, en función de la capacidad de adaptación del ganado para una determinada zona y de la producción deseada (carne o leche) se selecciona una u otra raza.

Como se ha citado anteriormente el eucalipto llegó a Europa a principios del siglo pasado de forma accidental. Debido a ello no se conocía si la procedencia o raza era la mejor adaptada a nuestras condiciones o si, por el contrario, existen fuentes de semilla con mejor comportamiento. La única forma de aclarar esta incógnita es establecer parcelas comparativas del comportamiento de las diferentes procedencias existentes en su lugar de origen (Australia).

Hoy en día, gracias a este tipo de ensayos sabemos que existen diferencias de comportamiento entre procedencias de las distintas zonas de Tasmania y Australia. Esto nos ha permitido seleccionar fuentes de semilla con incrementos considerables en la producción. La utilización de este tipo de semilla garantiza mejores crecimientos y aporta un control siempre deseable sobre el material introducido en campo. Si comparamos el comportamiento de las distintas procedencias ensayadas en nuestra región, se han observado diferencias de crecimiento de hasta un 70 % entre la mejor y la peor comparando el volumen de madera producido.

La selección de procedencias genéticas ha supuesto el punto de partida de Programas de Mejora Genética como BIOGENIE, desarrollado por CEASA, o los llevados a cabo por el CIF de Lourizán o el CIE-ENCE. Dichos programas están encaminados a

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incrementar el rendimiento de las plantaciones mediante la selección de las zonas de origen y mejora genética de los árboles más productivos.

 Mejora Genética

Además de seleccionar un origen idóneo de semilla, es posible mejorarla genéticamente. Se denomina «mejora genética» al conjunto de técnicas científicas y conocimientos biológicos que permite el uso de la información genética y cuya finalidad es la obtención de individuos, variedades o progenies con nuevas características o mejora en su productividad.

La mejora genética trata de aunar en determinados individuos el conjunto de características de interés. Estas características, que proceden de individuos de la misma especie o de otras, confieren al nuevo individuo mayores crecimientos (como es el caso del maíz híbrido) o un valor forestal e industrial específico.

Para efectuar esta mejora de forma natural, se han de seleccionar individuos sobresalientes capaces de obtener una descendencia superior. En primer lugar, hemos de estar seguros de que el carácter seleccionado (volumen, rectitud del tronco, etc) es heredable, es decir que se transmite a su descendencia, a su semilla. La elección de un buen árbol requiere de la observación meticulosa de sus caracteres y de la estimación de sus cualidades.

La selección de los árboles sobresalientes o individuos «plus», puede llevarse a cabo en plantaciones o bien mediante el establecimiento de ensayos a partir de semilla seleccionada. En este tipo de ensayos los árboles son plantados guardando la identidad de las «familias». Posteriormente, los árboles son comparados desde el punto de vista de sus familias. Si una familia tiene un comportamiento superior podemos atribuirle un componente genético que será transmitido a su descendencia. Así, el buen comportamiento del árbol seleccionado se debe no sólo a una cualidad del individuo, sino que está relacionada con sus progenitores y por lo tanto, será heredable, transmitiéndose a su descendencia.

Cuanto más información se tenga de los individuos a seleccionar más eficiente será el proceso de mejora. El conocimiento de las relaciones genéticas permitirá estimar la proporción de determinada característica controlada genéticamente (componente genético) y cual es debida al lugar en el que crece (componente ambiental).

El ejemplo del ganado bovino citado anteriormente nos sirve también para ilustrar los logros obtenidos mediante mejora genética. En el caso de la vaca frisona, el desarrollo

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de programas de mejora de la producción láctea ha permitido obtener importantes aumentos tanto en la cantidad como en la calidad de la leche. Además se incorporan periódicamente nuevos ejemplares a la cabaña actual, para su mejora continua.

Áreas de producción de semilla

Para obtener semilla mejorada se pueden establecer áreas especiales de producción o huertos semillero. El huerto semillero consiste en un conjunto de árboles seleccionados, de calidad superior. Para conseguir esto han de obtenerse «copias» o clones de los individuos seleccionados que nos permitan incrementar la producción de semilla que de otra forma sería muy escasa. Para ello se utilizan técnicas de propagación vegetativa como los injertos, complementadas con técnicas de cultivo «in vitro» en laboratorio (micropropagación).

Otro aspecto relevante a considerar es el grado de parentesco o consanguinidad. Al igual que sucede con animales es, en términos generales, un aspecto a evitar. Hoy en día existen técnicas que nos permiten evaluar de forma precisa este aspecto. Esto facilita el mantenimiento de un alto grado de diversidad en nuestro Programa de Mejora, asegurando su éxito a largo plazo.

  

3.2. Producción de planta

Como se ha visto anteriormente uno de los condicionantes para obtener una planta de calidad es su origen genético. El viverista ha de tener en cuenta esta condición para sacar todo el potencial de esta planta desde el primer momento de su manipulación. El almacenado de la semilla es un factor importante tanto para mantener sus cualidades germinativas como para asegurar un óptimo estado fitosanitario. La semilla ha de ser almacenada en sitios frescos alejada de fuentes de luz, calor y humedad.

Plantas idóneas Plantas no aptas

La manipulación de la planta a lo largo del período de producción va a incidir sobre su calidad final y por tanto sobre su comportamiento en campo. Con el fin de minimizar dicha manipulación, debe ser semillada en contenedores con celdas individuales. El número de semillas por alvéolo dependerá de

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su capacidad germinativa manteniendo como objetivo una planta por envase. En caso de que germine más de una semilla hay que dejar una única plántula, la más vigorosa y que esté centrada en el alvéolo. La selección de la planta se realizará cuando empiecen a tener el primer par de hojas ya que de lo contrario las raíces se enredan y se puede provocar daños a la que permanece. La plántula eliminada nunca debe ser transplantada a otro alvéolo ya que los daños, a pesar de ser imperceptibles, repercuten en la estructura de la raíz con efectos muy negativos en la reforestación.

Para la identificación de una planta de calidad deben considerarse el sistema radicular, su estado fitosanitario y el tamaño y disposición de las hojas. Los requisitos de una buena planta de eucalipto se describen en el cuadro adjunto.

Características de la planta ideal

El tamaño de la planta debe oscilar entre 15-20 cm. de altura. No obstante, una planta puede ser apta si cumple los requisitos mencionados a continuación.

Las raíces no deben presentar enrollamientos ni deformaciones especialmente en la base del cepellón. El sistema radicular del cepellón no debe ser excesivamente denso, ni amarillento (indicaría un tiempo excesivo de permanencia en contenedor).

La disposición de las hojas en el tallo o la distancia internudos no debe ser menor de unos 2 cm. La presencia de muchos pares de hojas rojizo/marrón y muy juntos unos de otros, es sóntoma de planta muy envejecida y excesivamente dura.

La planta debe presentar una sola guía principal no muy tierna ya que sería más sensible a daños tanto físicos (en transporte y manipulación) como de tipo fitosanitario.

El estado fitosanitario de la planta ha de ser controlado de forma rigurosa desechándose toda planta con daños en tallo, raíces o inserciones de las hojas al tallo bien sea por hongos o cualquier otro tipo de agente patógeno. en cualquier caso ha de salir del vivero revisada y tratada preventivamente.

El eucalipto es una especie con períodos cortos de producción en vivero si la comparamos con pinos

o robles. La planta no debe salir demasiado «tierna» o débil ni excesivamente endurecida. El periodo de producción varía entre 3 y 5 meses dependiendo de la especie.

Una vez adquirida, la planta debe de ser tratada con sumo cuidado hasta que sea puesta en el campo, siguiendo las

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instrucciones que reciba de su proveedor habitual. De lo contrario, una manipulación errónea o deficiente traerá como consecuencia una pérdida de calidad.

Recuerde que el origen de la semilla y el estado de la planta es uno de los aspectos más importantes para obtener unos buenos crecimientos. Por ello, procure obtener la planta en viveros cualificados, que le ofrezcan garantía de origen genético y unas buenas prácticas de producción. La producción de planta de calidad con «certificado de garantía» debe dejarse en manos de verdaderos especialistas para asegurar el mejor resultado.

TRABAJOS PREVIOS A LA PLANTACIÓN

4.1. Infraestructura, limpieza y preparación

Infraestructuras

Toda parcela donde se vayan a cultivar eucaliptos ha de tener una infraestructura adecuada. En primer lugar debe contar con un buen acceso, tanto para facilitar los trabajos de plantación como para posibilitar la explotación del mismo. Hay que pensar que en el futuro las explotaciones de plantaciones tenderán a mecanizarse en su mayor parte, y que de nada sirve una buena plantación si no hay posibilidad de sacar la madera producida.

Las pistas y accesos necesitan un mantenimiento continuado a lo largo del turno de corta, que incluye la limpieza de cunetas, apertura de pasos de agua, o retirada de piedras y tierra. La mejor época para hacer estas labores es durante el verano, en la época seca.

Limpieza y preparación

Además de los aspectos mencionados anteriormente, los trabajos a realizar antes de efectuar la plantación deben estar encaminados a favorecer el arraigo y crecimiento inicial de los eucaliptos. Al igual que otros cultivos forestales (pinos, chopos) y no forestales (maíz) la competencia de otras plantas afecta a los rendimientos del eucalipto. Dada la sensibilidad ante la competencia de las hierbas, zarzas, tojos o cualquier otro arbusto, es primordial eliminarlo mediante desbroce del terreno. Después, debe ser preparado el terreno con el fin de remover la tierra permitiendo una fácil instalación de las raíces. Estas tareas no se realizan solamente para facilitar las labores de plantación, sino principalmente para favorecer el buen crecimiento de los árboles.

 

4.2. Desbroce

El objetivo de la limpieza previa a la plantación es conseguir que la planta tenga la menor competencia posible en los primeros 2 años,

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tanto por los nutrientes del suelo como por la luz solar. Cuanto mejor sea el terreno mayor interés hay que tener en la limpieza previa y posterior a la plantación, puesto que la calidad del suelo beneficiará tanto a los eucaliptos recién plantados como al matorral y la hierba. El desbroce puede llevarse a cabo mediante diversos métodos.

Limpieza manual

Si se va a hacer limpieza manual, o siega en caso de estar cubierta por hierbas, hay que limpiar la mayor superficie posible alrededor del lugar donde va a ir la planta. Desde un punto de vista económico, lo mejor es realizar «calles» de 1,5 metros de ancho en las líneas donde se vaya a plantar. Este método resulta lento y menos eficaz que otras alternativas, aunque puede ser empleado dependiendo de las condiciones de la parcela. Se procurará usar motodesbrozadora portátil para la eliminación de matorral (ver capítulo 6).

Limpieza mecánica

Si la parcela es mecanizable, los costes son menores que las labores manuales y el rendimiento y rapidez, mayores. Este sistema de limpieza facilita la trituración del matorral aportándolo al suelo inmediatamente como abono en verde.

Si el matorral está alto, el empleo de una desbrozadora de cadenas arrastrada por tractor resulta imprescindible. El uso de una desbrozadora de martillos permite realizar una labor más intensa, triturando incluso leñas, matorrales gruesos y restos de tala, pero su rendimiento es menor que la de cadenas y su coste, lógicamente, mayor.

Un inconveniente de este trabajo es que no permite eliminar las raíces.

La mayor parte de los matorrales desbrozados (tojos, escobas, zarzas, brezos, etc), rebrotan posteriormente, incluso con más vigor que el inicial, resultando algunos de ellos rejuvenecidos por la operación. Al igual sucede si se siega la hierba junto antes de la plantación.

El gradeo o fresado del matorral se debe usar sólo en los casos en que por el tamaño y densidad de éste la desbrozadora de cadenas no pueda realizar un buen trabajo. Pero hay que tener en cuenta que estas operaciones son bastante caras, están limitadas por la pendiente y pedregosidad del terreno y van a favorecer mucho la germinación de todas las semillas que existan en el suelo. Por ello no resultan recomendables en la mayor parte de los casos.

 Control químico de la competencia

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El control químico de la competencia puede ser una alternativa rápida, eficaz y económica. Siempre ha de efectuarse conforme a la legislación vigente (tanto regional, nacional, como de la UE). Mediante un correcto uso del herbicida apropiado puede realizarse una buena labor de limpieza, tanto de pastizales (recuperación de terrenos agrícolas) como de monte. La aplicación del herbicida permite preservar durante un tiempo la cubierta del terreno, lo que contribuye a la estabilidad del suelo y minimiza posibles acciones erosivas de las lluvias.

La eficacia y seguridad en el uso del herbicida dependen de una atenta lectura de las recomendaciones de aplicación (dosis y métodos) y de las normas de seguridad que figuran en la etiqueta del envase. En caso de duda, acuda a un técnico o experto en la materia que le recomiende cómo realizar la aplicación.

El modo más habitual de aplicación, si el herbicida es líquido, consiste en elaborar el «caldo» o mezcla del producto con la cantidad de agua necesaria para realizar la aplicación. No debe confundirse la concentración del «caldo» (litros de producto mezclados con litros de agua), con la cantidad de producto por hectárea o «dosis». La concentración del caldo debe de ser la indicada por la etiqueta del fabricante, y la cantidad de agua a añadir depende de la mochila o del tractor empleado (y de la cantidad de producto).

Ejemplo de aplicación de herbicida de baja peligrosidad (glifosato)

Tipo de vegetación pastizal matorral

Superficie a tratar (m2) 500 500

Dosis (litros por ha. tratada) 4 l/ha 8 l/ha

Concentración (porcentaje de producto en volumen) 2 % 3 %

"Caldo" necesario para la superficie a tratar: 10 14

Litros de producto 0,20 0,42

Litros de agua 9,8 13,58

La aplicación podría realizarse con mochila de 16 l., siempre que se seleccionen la boquilla y presión adecuadas y se considere la velocidad de aplicación.

La presente tabla es un ejemplo elaborado para indicar cómo deben realizarse los cálculos. Recuerde que una dosis inadecuada o una aplicación deficiente harán inefectivo el producto. Consulte a un técnico experto en el uso forestal de herbicidas. En cualquier caso debe leerse la etiqueta del producto y seguir las indicaciones pertinentes

La cantidad de producto por hectárea o «dosis» hace referencia a la superficie tratada. Antes de la aplicación debe de calcularse la superficie a tratar. Nunca deben superarse los límites indicados por el fabricante.

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Entre los herbicidas autorizados por los Organismos competentes (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Comisión Europea) es conveniente seleccionar los de baja peligrosidad para fauna acuícola y terrestre (clasificados como A) y con mínimos riesgos para la salud. Dentro de este grupo de herbicidas, el glifosato, y en especial la formulación comercial Roundup® Plus, es

recomendable tanto por su eficacia, como por su baja peligrosidad demostrada internacionalmente. Este herbicida actúa por contacto con las hojas, y por «traslocación» o difusión hasta las raíces, eliminando las malas hierbas o el matorral al cabo de unos días, y biodegradándose al entrar en contacto con el suelo.

Para la plantación de un prado recuerde que las gramíneas ejercen una gran competencia con los eucaliptos jóvenes por los nutrientes. En este caso la aplicación de dosis entre 3 y 5 litros de glifosato por hectárea es generalmente una buena opción para efectuar la limpieza. Para asegurar su eficacia no se debe usar herbicida en prados recién segados ni cuando la hierba esta agostada. Del mismo modo es conveniente asegurarse de que la aplicación se realiza con un margen de 4 ó 5 horas antes de que pudiera llover. La mejor época del año es al final de la primavera cuando la hierba esta alta y verde, previa a la diseminación. Al secarse y descomponerse la hierba, se retrasará la germinación de nuevas plantas.

En ocasiones podría ser suficiente la aplicación del producto en fajas de 1 metro a cada lado de la línea de plantación. En otras ocasiones se requieren dos aplicaciones sucesivas, aunque pueden ahorrar posteriores labores de mantenimiento.

 Limpieza mixta mecánico-química

No todas las parcelas resultan aptas para la directa aplicación del herbicida. Para la eliminación de matorral bien desarrollado, el uso de herbicida sin desbrozar previamente es complicado, a menos que el matorral tenga una altura menor de medio metro. Por otra parte, el herbicida puede ser una solución para evitar el rebrote vigoroso del matorral o de las hierbas no deseables tras la limpieza mecánica, tal y como se ha comentado en el apartado correspondiente. Así, resulta frecuente que el tratamiento químico deba de ir acompañado por una limpieza mecanizada previa para que su resultado sea realmente efectivo.

Para que esta combinación de métodos resulte más eficaz, es necesario esperar a que el matorral rebrote tras el primer tratamiento mecánico. Cuando el matorral alcance entre 15 y 30 cm de altura, una cuidadosa aplicación del herbicida puede ser suficiente para evitar nuevos rebrotes. Esto es muy interesante si se puede planificar la limpieza previamente a la plantación. Después de desbrozar se dejan pasar dos o tres meses para que el matorral rebrote y se trata con herbicida antes de plantar. Así podemos ahorrarnos una limpieza de mantenimiento que siempre será mucho más costosa y complicada toda vez que la plantación ya se haya efectuado.

  

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4.3. Preparación del terreno

 Así como el desbroce es conveniente realizarlo sobre la totalidad de la parcela, la preparación del terreno se realizará únicamente donde se vaya a plantar, evitando remover el resto de la superficie. La preparación del terreno es tanto más importante cuanto peor sea la calidad del suelo y se deberá realizar con más intensidad en suelos poco profundos, muy pedregosos o compactos.

En suelos muy buenos, frescos y profundos una excesiva intensidad de preparación no influirá prácticamente en el crecimiento de los eucaliptos, pudiendo tener efectos contraproducentes como el de favorecer el germinado de las malas hierbas o aumentar el peligro de erosión por escorrentía superficial al quedar el suelo desnudo. En este caso es más importante una buena eliminación de la competencia que una intensa preparación del terreno.

Es aconsejable mecanizar la preparación del terreno siempre que se pueda, teniendo en cuenta los dos factores limitantes a este proceso que son la pendiente y la superficie de la parcela. Los eucaliptos van a reaccionar muy bien a la tierra removida y a la profundidad a que se pueda trabajar.

Un subsolado lineal con separación de surcos de 3 metros, en máxima pendiente, se puede considerar un tipo de preparación válida para una gran parte de los terrenos. No es conveniente subsolar según líneas de nivel en la Cornisa Cantábrica pues debido a la alta pluviosidad es posible que estos surcos queden encharcados, lo cual resulta perjudicial para la plantación de cualquier especie forestal.

El subsolado tiene que ser lo más profundo posible. Para suelos muy pedregosos, muy compactos o con un tepe muy denso puede resultar necesario que el «ripper» o rejón lleve aletas. Ello permite abrir un surco suficiente y facilita la correcta preparación del

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lugar de plantación. Es conveniente levantar periódicamente el «ripper» para evitar la continuidad del subsolado, así como hacer plataformas para colocación de las plantas. Siguiendo las indicaciones referidas este método de preparación no debe traer problemas de arrastres de tierra.

El tractor agrícola puede subsolar bien terrenos con suelo fresco y suelto. Para terrenos de monte, especialmente si es una extensión grande o son varios los propietarios que desean plantar, saldrá más rentable contratar una pala cargadora o un bulldozer que efectúe el subsolado. Recuerde que no debe decaparse el terreno con la pala del bulldozer, ya que se destruye una parte del suelo muy rica en materia orgánica y nutrientes.

Para plantar a una densidad de 1.600 plantas por hectárea (ver apartado 5) lo más recomendable es establecer una separación entre líneas de 3 m y entre plantas de 2 (marco regular de 3x2 m). En cualquier caso es necesario no dejar menos de 3 metros entre líneas, para facilitar la mecanización y ejecución de posteriores trabajos de limpieza y mantenimiento, y del aprovechamiento final de la plantación.

Si por motivos económicos o de acceso se tuviera que hacer pozas u hoyos, deberían ser de las mayores dimensiones posibles (40x40x40 cm). Deben realizarse con una azada de tipo 11A, con un pico soldado que facilite el trabajo en lugares pedregosos.

 

PLANTACIÓN

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5.1. Marco y densidad de plantación

 La elección del marco adecuado de plantación (distancia entre riegos y entre plantas) tiene una gran importancia económica. La disposición de la plantación condiciona el número de plantas por hectárea o densidad. Esto no sólo repercute en los costes directos de la plantación, sino que influye en los cuidados necesarios y la protección posterior, el coste de los aprovechamientos y la calidad de los productos finales.

Una densidad de cultivo inicialmente alta tiende a producir más volumen total, con individuos menos ramosos, menores diámetros y mayor porcentaje de corteza sobre el volumen total. En este caso se tiende al aprovechamiento del sitio, pero con productos que no estén restringidos por el diámetro (apeas de mina, leñas o postes para la construcción de bateas). Además, cuando la densidad es excesiva se incrementa la proporción de árboles suprimidos o dominados.

Por el contrario, densidades muy bajas (mayor espaciamiento) permite un mayor desarrollo de cada individuo, pero también más ramas y, por supuesto un menor volumen final y menor aprovechamiento del terreno. La calidad del producto (madera para desenrollo) podría llegar a compensar la pérdida productiva, si bien el

turno o edad de corta es más largo que a densidades altas.

Así, deberá elegirse un marco de plantación que permita optimizar el terreno y la producción final, además de favorecer diversos usos. Como recomendación de carácter general para nuestra región, considerando el compromiso entre la producción en volumen y los diámetros de los árboles, la densidad idónea parece ser de 1.600 plantas por hectárea.

El empleo de un marco regular de plantación favorece la uniformidad de los árboles. Para alcanzar la densidad de 1.600 plantas, un marco regular de 3x2 puede resultar muy adecuado. Generalmente, la distancia entre líneas o riegos será de 3 metros, separando las plantas entre sí 2 metros. Otros marcos que se utilizan son 3,5x2 (1.400 plantas/ha) y 3x3. En ningún caso deberían plantarse más de 1.600 ni menos de 1.100 plantas por hectárea.

  

5.2. Preparación de la plataforma y plantación

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Tal y como ya se ha dicho (apartado 3) es muy conveniente utilizar planta con cepellón y con origen de semilla certificado. Su coste viene sobradamente compensado por los mayores crecimientos por hectárea y mejor calidad general de la planta al proceder de árboles seleccionados. Aún cuando las raíces de las plantas con cepellón son frágiles, resultan más eficaces para realizar su labor de alimentar a la planta. Si se transporta adecuadamente y se maneja con cuidado (ver apartado 3.2) se obtienen mejores resultados que con plantas de otro tipo.

Pasos para la plantación correcta de la planta

Una vez realizada la plataforma (o el hoyo en su caso) se utilizará un "pincho" para facilitar la posición vertical de la planta.

Se colocará la planta en el centro de la plataforma, introduciendo con cuidado el cepellón completo en el hueco realizado previamente.

Finalmente, y con las manos, se rodeará de tierra y se presionará ligeramente para evitar que quede aire entre las raíces.

La planta con cepellón se puede plantar durante todo el año siempre que se evite el tiempo extremadamente frío, o seco y caluroso, que puede matar las plantas jóvenes. Para plantaciones en verano es necesario que el cepellón esté bien empapado en agua para que aporte a la poza parte de la humedad necesaria para el arraigo.

El lugar de plantación debe estar lo mejor acabado posible para facilitar el arraigo de la planta. Nunca se plantará en el fondo del surco subsolado. Debe realizarse una plataforma, tapando completamente el surco hasta el nivel original del suelo con la tierra removida. Se evitará dejar piedras grandes o cortantes en el hoyo o en contacto con la planta, ya que pueden impedir el normal desarrollo de las raíces o dañar la planta.

La planta se colocará en el centro de la plataforma. Se pondrá completamente vertical para evitar que las raíces se orienten en dirección equivocada, así como posibles estrangulamientos y doblamientos. Sólo se enterrará el cepellón evitando tanto el dejar parte de éste al descubierto como enterrar hojas o parte del tallo. Para hacer esta tarea bien se usará un «pincho» que abra en el suelo un agujero vertical de unos 15 cm. No se debe usar una azada para plantar pues la planta siempre quedará torcida.

No se debe pisar la tierra después de plantar para no compactarla demasiado y doblar o romper raíces. No obstante hay que tener mucha precaución para que no queden huecos en contacto con el cepellón y sobre todo debajo de él lo que supondría la mortalidad total o parcial de las raíces. A efectos prácticos lo ideal es una ligera compactación de la tierra con la mano, algo más intensa cuanto más seca esté la tierra.

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La incorrecta colocación de la planta supone su pérdida

No use azada en el momento de la plantación, pues provoca que la planta quede torcida (1).

No pise la planta, pues causa daños graves en las raíces (2). No deje el cepellón sin cubrir correctamente con tierra, ni entierre el tallo (3). Nunca situe la planta en el fondo ni en los laterales del surco (4).

Los hoyos o casillas deben ser de las mayores dimensiones posibles

 

5.3. Abonado

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Modo de abonar correctamente la planta

El abonado debe realizarse inmediatamente después de la plantación y sobre el terreno limpio.

La fertilización o abonado de la planta en el momento de la plantación es esencial para mejorar su desarrollo y crecimiento de los primeros años. Los efectos durante los primeros meses son muy patentes, y en el caso de especies como el eucalipto, este «tirón» inicial se traduce en un menor tiempo de cosecha (reducción de la edad de corta) o más madera al final del turno.

La finalidad principal de la fertilización es ayudar a la planta a desarrollarse rápidamente en los dos primeros años, tanto en su parte aérea como radicular, lo que le permitirá aprovechar la preparación del suelo y competir ventajosamente por los nutrientes del mismo con el matorral que brote o germine posteriormente.

Aun no siendo una operación complicada hay que tener cuidado con el tipo de abono y el modo de obrar. Por lo general, resulta suficiente añadir un abono sólido granulado de nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), como por ejemplo, 8:24:16 (N8-P24-K16). Si bien el nitrógeno es fundamental para el crecimiento de la planta, un exceso puede ser muy

perjudicial, por lo que hay que evitar los abonos ricos en nitrógeno como el triple 15 (N15-P15-K15). Respecto otro tipo de fertilizantes, hasta el momento no hay estudios suficientemente contrastados que demuestren que la utilización de abonos de lenta incorporación o liberación gradual en la plantación de eucaliptos sean una alternativa

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rentable al uso de los abonos tradicionales agrícolas, mucho más baratos y fácilmente asimilables por la planta.

Debe fertilizarse en el momento de la plantación. En cualquier caso debe de realizarse antes de 30 días tras la plantación. No deben emplearse cantidades superiores a 100 gramos por planta, evitando siempre que el abono toque directamente la raíz. No hay que abonar encima de la hierba o maleza viva. Por ello es imprescindible mantener completamente limpio un círculo de unos 70 cm de diámetro alrededor de la planta.

Costes de plantación (en porcentajes)

El abono debe disponerse alrededor de la planta, a partir de unos 20 cm. Para ello se realizan unos surcos en sentido perpendicular a la pendiente. Tras añadir la dosis de fertilizante se cubre con tierra ayudándose del pie o de la azada. Esto evitará que la primera lluvia lo disuelva y pueda afectar al eucalipto o, si ésta es muy fuerte, lo arrastre.

En ensayos suficientemente contrastados se han observado diferencias de crecimiento, al cabo de 6 meses, de más de 1 metro de altura entre plantas fertilizadas y no fertilizadas. Este resultado es independiente de la calidad de la parcela. En otras experiencias similares, medidas al final del turno de corta, se han observado incrementos entre 60 y 120 toneladas por hectárea (dependiendo de la calidad del terreno) para edades de corta de 10 años.

También se están realizando ensayos de fertilización adicional en el 4º año (o posteriores) con resultados parciales muy interesantes. En otras experiencias se indican incrementos elevados del volumen de madera al final del turno tras la fertilización adicional con nitrógeno 2 años antes de la corta.

 

5.4. Reposición de marras

La pérdida de plantas hace que nuestros esfuerzos por planificar los trabajos, la densidad de cultivo y los posibles beneficios, puedan verse alterados. Los fallos o marras de la plantación, producidos por muy diversas causas, deben ser repuestos lo antes posible. Con ello se evita que las nuevas plantas queden dominadas, además de aprovechar al máximo el trabajo inicial de limpieza y preparación del terreno. Por lo

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general no debe ser posterior al segundo mes después de haber terminado la plantación y no se debiera realizar más que una vez.

Previamente, se debe llevar a cabo una evaluación de supervivencia. Para ello basta con contar, en dos o tres lugares de la plantación, un total de 100 plataformas o pozas, anotando en cuales hay planta viva. Si el número de plantas vivas es superior a 95 por cada 100 plataformas contadas, no resultaría imprescindible realizar la reposición de la planta perdida. Por contra, si el número de plantas es sensiblemente inferior al 95% (lo que indicaría una porcentaje de fallos o marras superior al 5%) es necesario reponer marras.

La reposición debe hacerse cuanto antes, a fin de que la diferencia de crecimiento entre las plantas iniciales y las nuevas no implique un menor crecimiento de las últimas. Las marras hay que abonarlas de nuevo al igual que la plantación inicial pues es casi seguro que los nutrientes del primer abonado no estén ya a disposición de la nueva planta. Del mismo modo, habrá que tener cuidado de que la plataforma de plantación esté libre de maleza.

MANTENIMIENTO Y PROTECCIÓN DE LA PLANTACIÓN

6.1. Limpiezas de la plantación

Todos los trabajos que conlleva la plantación (limpieza previa, preparación, plantación, abonado, reposición de marras) pueden resultar infructuosos si no se realizan trabajos periódicos de limpieza. Estas tareas de mantenimiento han de ser planificadas adecuadamente. La plantación ha de ser limpiada una o varias veces hasta que los eucaliptos dominen al matorral.

A mayor calidad de la parcela antes se necesitarán estas operaciones de limpieza. Se ha de tener en cuenta que la preparación del terreno para la plantación también facilita la proliferación posterior del matorral. El motivo primordial de efectuar limpiezas de mantenimiento es ayudar al eucalipto a competir por el espacio físico del suelo que está ocupado por las raíces de otras plantas. Las especies como tojos, escobas, gramíneas o cenizos, están preparadas para aprovechar las condiciones que se dan después de finalizar los trabajos de plantación. Tanto la planta adulta como la semilla de estas especies, compiten ventajosamente por la luz y los nutrientes del suelo con las plantas jóvenes de eucalipto.

La limpieza de la plantación es tanto más eficaz y económica cuanto antes se realice. En ocasiones puede ser necesario efectuarla nada más terminar de plantar, dependiendo de la época de plantación y el desarrollo de la competencia.

Métodos de limpieza

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La limpieza manual hecha con podones o motodesbrozadoras portátiles es costosa, y poco eficaz. Aún así, es el único trabajo posible en sitios muy pendientes o en épocas muy húmedas. El uso de tractor con desbrozadora de cadenas o martillos entre calles es un trabajo útil, especialmente si se complementa con limpieza manual al lado de las plantas, donde no se puede arrimar el tractor. Si no se hace así, el matorral sin desbrozar se podría beneficiar más del desbroce efectuado que los mismos eucaliptos. Este problema se da incluso cuando se hacen limpiezas con calles cruzadas.

Los helechos son un caso específico en ciertas zonas. Pueden cubrir las plantas jóvenes restándoles luz y aireación lo que redundará en menor crecimiento y más riesgo de enfermedades. La solución más viable es la limpieza manual cortando los helechos por la base antes de que sobrepasen en altura a los eucaliptos y repitiendo esta operación cuando vuelvan a rebrotar.

Control químico

La limpieza química con herbicida de contacto de baja peligrosidad puede resultar una técnica factible para realizar estas labores. Siempre que se utilice herbicida es necesario seguir las indicaciones que figuran en la etiqueta del producto, respetar la legislación vigente y considerar las recomendaciones mencionadas en el apartado 4.1. Las dosis a utilizar son similares a las empleadas para el desbroce, pero hay que tener en cuenta algunas particularidades.

Los eucaliptos son muy sensibles a los herbicidas que actúan por contacto de las zonas verdes tanto hojas como tallos jóvenes. Hay que tener mucha precaución en días de viento o cuando los árboles tienen ramas bajas muy extendidas. Si la planta es pequeña se puede proteger con cubos de plástico teniendo cuidado de no ponerlos uno dentro de otro para no impregnar la cara interior con herbicida. Se pueden usar boquillas especiales para las mochilas, pantallas y equipos antideriva.

En plantaciones con tojo es conveniente que éste alcance unos 20 cm. de altura. Cuando el tojo es más pequeño el herbicida no actúa adecuadamente. Si el tamaño del matorral supera los 40 ó 50 cm, el tratamiento es mas incómodo y costoso, necesitándose mayores concentraciones y cantidad (de modo similar a lo descrito en el apartado de desbrozado mixto). Tras el control previo del matorral, la introducción de ganado,

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preferentemente equino, facilita el empradizamiento del monte y el control posterior del matorral.

En los pastizales plantados con eucalipto es recomendable realizar un tratamiento con herbicida lo antes posible si no se ha hecho previamente a la plantación. Esta necesidad es debida a la intensa competencia que las gramíneas ejercen sobre el eucalipto y en general sobre cualquier especie forestal.

Una plantación limpia y cuidada no arde fácilmente. Y en cualquier caso los fuegos resultan más sencillos de controlar. Haciendo una buena labor de limpieza de la plantación no sólo aseguramos un incremento en la productividad sino que disminuiremos el riesgo de inicio y propagación de incendios que pueden comprometer seriamente el resultado de la inversión realizada.

Uso de ganado

Se puede usar ganado para ayudar a mantener limpia la plantación de eucaliptos. Un conveniente manejo del mismo aparte de los indudables beneficios de toda limpieza, puede suponer la obtención de unas rentas adicionales y además en ciertas zonas, un beneficio social al compaginar diversos usos del monte. No obstante no siempre es fácil armonizar el aprovechamiento forestal con el ganadero.

Las vacas suelen ser bastante perjudiciales para las plantas jóvenes pues las pisotean. Cabras y ovejas pueden hacer un gran trabajo de limpieza aunque dañan los eucaliptos si no se realiza redileo o un control cuidadoso.

Los caballos son sin duda el ganado más interesante para este uso pues son animales muy cuidadosos donde pisan, no suelen tocar los eucaliptos. Comen muy bien el matorral como el tojo, si este es tierno, ayudando a empradizar el monte. Si el matorral está muy desarrollado es necesario un desbroce previo. Los únicos cuidados que hay que tener son que los eucaliptos tengan más de 1,5 metros, que se disponga de bebedero y que se dote a la finca de un cierre ganadero. La densidad de caballos admisible depende de la época del año y de la calidad de la parcela, y puede variar de 2 a 5 ha por cabeza. Si la carga ganadera es excesiva, el pisoteo del suelo puede perjudicar a las raíces de los eucaliptos debido a la compactación del mismo. Por otro lado hay que recordar que, a las densidades recomendadas la producción de pasto se irá reduciendo progresivamente conforme los árboles vayan creciendo lo que llevará a una reducción constante del ganado.

 

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6.2. Prevención de incendios

Uno de los riesgos que presenta cualquier plantación forestal es de los incendios forestales. Las causas de los incendios son diversas, si bien las más frecuentes están asociadas con actividades humanas, intencionadas o no. Los efectos del fuego afectan no sólo a la cubierta vegetal destruyéndola. También dañan la estructura del suelo, consumiéndose la materia orgánica presente y facilitando posteriores procesos de erosión.

El eucalipto es una especie bastante sensible al fuego, pese a la creencia generalizada de que no es así. La planta joven puede llegar a morir y los árboles adultos se ven muy afectados en su desarrollo y porte. Los daños se producen no sólo por el contacto directo de las llamas sino por el calor desprendido, especialmente si la parcela tiene abundante matorral. Además, el fuego facilita la germinación de semillas, alterando la densidad de la plantación.

La competencia en prevención y extinción de incendios forestales recae en la Administración, a través del Servicio de Defensa contra Incedios Forestais (SDCIF).

La vigilancia y la rapidez de actuación son decisivas. Por ello la actuación del propietario forestal puede ser una ayuda imprescindible en la prevención y extinción de incendios, debido a la proximidad y conocimiento de las parcelas, de sus accesos, o de la localización de puntos de agua.

Si se actúa con prontitud, antes de que el fuego adquiera verdaderas dimensiones de incendio, se puede apagar un fuego con medios sencillos. En el caso de que el fuego se inicie, la

herramienta fundamental para su extinción es el batefuegos de caucho. Esta herramienta es cómoda, barata, fácil de usar y de transportar. Resulta muy eficaz si el matorral no es muy alto, menos de 0,5 m, lo que se consigue con una selvicultura de prevención adecuada.

Las pistas de acceso deben estar bien cuidadas y limpias, ya que facilitan la intervención del personal cualificado, además de resultar un eficaz cortafuegos. A mayor superficie de plantación más importante resulta dotarla de cortafuegos, que deberán estar completamente descubiertos de vegetación.

La limpieza del monte de eucaliptos es fundamental no sólo para aumentar su crecimiento sino para evitar los efectos del fuego. El uso del herbicida no está contraindicado para la prevención de incendios. Si bien es cierto que el matorral queda seco, la pudrición y pérdida de biomasa de éste es tan alta y rápida que si le afecta un fuego después de unos pocos meses de ser tratado, el calor y humo desprendido es mucho menor que si estuviera verde. Por lo tanto los efectos del fuego son mucho menores.

Tras el tratamiento previo del matorral, la introducción de caballos favorece su control. En estas condiciones resulta muy difícil que la plantación pueda ser afectada por el fuego.

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Si, pese a todos los esfuerzos se ha producido un incendio en una plantación de eucaliptos, se debe proceder a recuperar cuanto antes un cultivo sano de madera en el menor tiempo posible. La madera quemada no tiene salida comercial ni industrial. Para recuperar la plantación se puede proceder del modo indicado en el cuadro adjunto.

Cómo recuperar la plantación tras un fuego

Plantar de nuevo si la planta es muy pequeña (menos de 1 m.) y el incendio afectó a toda la plantación.

Si la planta tiene más de un metro es muy posible que brote, por lo que para que no tenga problemas de porte lo mejor es cortarla a la altura del suelo.

Cuando un árbol adulto no está afectado en sus ramas y el daño no ha traspasado la corteza es conveniente conservarlo.

Si las ramas y hojas han sido afectadas por el fuego o por el calor es preferible cortar el árbol y esperar el rebrote de cepa para hacer una buena selección.

En un eucaliptar adulto se puede dar una germinación alta de semillas para lo que habrá que prever un tratamiento con herbicida cuando las plantas tengan 30 cm.

 

6.3. Enfermedades y Plagas

Una de las ventajas que existen en la utilización del cultivo del eucalipto es la escasa presencia de enfermedades y plagas que mermen su productividad. No obstante, existen algunas que conviene que sean conocidas para atajarlas y evitar que, por su desconocimiento, se conviertan en un problema. Entre las que afectan en el norte de España se citan el goníptero y algunas enfermedades provocadas por hongos. La Phoracanta o perforador del eucalipto no está presente en nuestra zona debido a las características climatológicas.

Gonípteros

El goníptero (Gonipterus scutellatus Gyll) es un insecto coleóptero originario de Australia. Su aparición en distintos países ha seguido a las plantaciones de eucalipto y su presencia en España data de hace unos diez años. Durante los últimos años su presencia en nuestra región ha sido especialmente notable produciendo daños en árboles adultos.

A lo largo de su vida el insecto cambia de aspecto y de hábitos. Tras la salida del huevo la larva, con aspecto de oruga, es blanca de aproximadamente 1 cm de longitud. Aparece en las hojas adultas alimentándose de ellas y formando surcos en el limbo. Tras esta fase, se entierra en el suelo y se transforma en adulto. En este estadio su aspecto es el de un pequeño escarabajo adherido a los bordes de las hojas. Mientras las come va recorriendo su perímetro dándole así un aspecto de festoneadura.

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Debido a su reciente aparición los daños aún no se han podido estimar. La forma en la que se está actuando es mediante la denominada lucha biológica. En 1926 fue descubierto un insecto parásito de los huevos del goníptero que permitía el control de la plaga. Este insecto, la avispa Anaphes nitens, destruye las larvas del goníptero al alimentarse de ellas durante su desarrollo. En la Estación Fitopatolóxica de Areeiro (Pontevedra) se está produciendo avispa Anaphes para el control de gonípteros, siendo utilizada en las zonas dañadas mostrando una alta efectividad.

Hongos

La mayoría de los hongos que viven sobre las plantas no provocan graves daños. Entre los hongos que afectan al E. globulus, Botrytis cinerea es el más conocido. La enfermedad que provoca («mal azul») se caracteriza por la aparición de una mancha verde-azulada en el tallo frecuentemente acompañada por hojas secas en zonas próximas. Ataca a plantas jóvenes que aún no han cambiado la hoja juvenil y a rebrotes. Tras la aparición de los daños la planta muere desde la zona de infección hasta el ápice perdiéndose así ese crecimiento o medría. En ocasiones la planta responde aislando al hongo con tejido muerto, formando una cicatriz, y pudiendo rebrotar por debajo de la zona afectada.

En general, en las enfermedades causadas por hongos es especialmente importante mantener a la planta bien aireada eliminando helecho y maleza que lo dificulte. En caso de aparecer la botritis, se recomienda cortar por la parte inferior al daño. Si estuviese muy afectada es mejor arrancar la planta y sustituirla por otra nueva teniendo especial cuidado de no tocar otra planta después ya que podría ser infectada. Existen tratamientos fungicidas que pueden ser aplicados si la enfermedad está localizada en pequeños rodales.

 

6.4. Podas

Por lo general no se deben podar los eucaliptos. Esta es una operación muy generalizada en algunas zonas. Su justificación está en eliminar de la planta de 1 ó 2 años un exceso de ramas que pueden ejercer una resistencia al viento que conlleve el desarraigo o pérdida del árbol. No obstante, está suficientemente comprobado que si el sistema de la planta está sano y bien formado este no debería descalzarse o tumbarse por muy malas que sean las condiciones atmosféricas. Si, por el contrario, se podan árboles con las raíces en mal estado se habrá realizado una operación inútil y costosa puesto que esos mismos árboles acabarán cayendo o inclinándose igual. La poda natural de los eucaliptos (cuando las ramas mueren y caen solas) es muy efectiva a partir del segundo año sobre todo en montes con buenos crecimientos y densidad alta y la madera acaba perdiendo todas las trazas de nudos cuando el árbol es adulto. Incluso cuando se desea obtener madera de grandes dimensiones para otro uso que no sea el de pasta de celulosa, las podas no están indicadas pues en este caso plantando a densidad normal (1600 p/ha) se favorece la poda natural que redunde en árboles libres de ramas en gran altura de los

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que se podrá seleccionar los mejores para dejar engordar cuando se realice la primera corta.

Selección de guías

Relacionada con la poda, sí puede tener sentido la selección de guías. En ocasiones, el árbol sufre deformaciones de las que no se recupera conforme pasa el tiempo, como pueden ser una bifurcación inicial, varias guías o el desarrollo de ramas gruesas a baja altura. Esto puede ser debido a diversas causas como enfermedades, daños mecánicos producidos por ganado, golpes o incluso por factores genéticos. La selección de guías o la eliminación de ramas gruesas se realizarán cuando el árbol tenga entre 1 y 2 años. Cuanto más joven es el árbol más fácilmente se realiza el trabajo, mediante el uso de tijeras de podar. El corte se dará en las ramas o bifurcaciones lo más próximo posible al tallo principal sin dañar la corteza de éste.

La selección de guías puede realizarse durante los dos primeros años. El corte en las ramas debe darse paralelo al tallo, sin dañar la corteza.

APROVECHAMIENTO O COSECHA

7.1. Edad de corta y turno del eucalipto

La edad a la que se corta la plantación es, en último término, la decisión que influye decisivamente en el beneficio obtenido por el propietario. Y se trata de una decisión que puede plantearse desde diversos puntos de vista.

Edad de corta de máxima producción

Si nuestro objetivo es producir la máxima cantidad de madera a largo plazo, esto es, a lo largo de varios ciclos de corta y rebrote ¿qué edad de corta es la más conveniente?

Para decidirlo, es necesario fijarse en cómo crece la cantidad de madera en una plantación a lo largo de los años. El crecimiento se puede representar gráficamente como una línea ascendente a lo largo de los años, de modo similar a la figura adjunta. Esto es un ejemplo, pues las cifras pueden variar según la calidad productiva del terreno y las condiciones del cultivo.

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En esta figura se representa el volumen de crecimiento en función de la edad desde el momento de la plantación. Se distinguen las tres fases de crecimiento: inicial o de establecimiento, fase de crecimiento máximo, y finalmente una fase de crecimiento

moderado.

En la figura referida, podemos apreciar cómo en el crecimiento de una plantación se distinguen tres períodos:

En los primeros años que siguen a la plantación el crecimiento es moderado. A continuación se produce una época de fuerte crecimiento, de modo que la

cantidad de madera por hectárea aumenta fuertemente cada año respecto al anterior.

Finalmente, a partir de una cierta edad, el crecimiento decae. Los eucaliptos siguen creciendo, pero a una menor velocidad.

Si se piensa, siguiendo este ejemplo, en obtener la máxima cantidad de madera al cabo de un periodo largo (por ejemplo, 30 años) y suponiendo que los sucesivos rebrotes produjeran exactamente lo mismo que la plantación inicial, preveamos lo que ocurriría cortando a distintas edades durante esos treinta años. En la siguiente tabla puede verse reflejada esta hipótesis, mediante números sencillos de interpretar.

En el primer y el último caso, el propietario habría perdido producción, en uno por cortar su plantación demasiado pronto y en el otro por dejar envejecer más de lo conveniente sus eucaliptos. Esto equivale a decir que hay que cortar las plantaciones antes de que empiece la época en que el crecimiento decae. En otras palabras, deberemos mantener siempre los eucaliptares en su periodo de gran crecimiento.

¿Cuál es la edad de corta con la que se obtiene la máxima producción posible a largo plazo en nuestra región? No hay una única respuesta, e incluso es una materia sobre la que se está investigando, pero los estudios existentes sobre el eucalipto indican que el turno oscilaría entre los 12 y los 15 años. La edad de corta óptima, considerando la calidad del terreno, es más temprana cuanto mejor sea el terreno, más adecuadas sean las especies o procedencias seleccionadas y mejores las prácticas selvícolas.

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Producción final de la parcela en función de la edad de corte

Edad de corta (años)

Número de recepes

Producción por recepe (*)

Producción total (*)

7,5 4 80 320

15 2 250 500

30 1 350 350

(*) Producción de madera expresada en toneladas

La edad de corta de máximo beneficio económico

Buscando el máximo beneficio económico para los propietarios, además de pensar en la máxima cantidad de madera producida, se debe tener en cuenta también que el valor del dinero decrece con el tiempo si no se le hace producir. Esta es la razón por la que todo el mundo prefiere recibir una cierta cantidad hoy que dentro de unos meses. Incluso puede ser más interesante percibir una cantidad en un momento dado que una cantidad algo mayor dentro de unos pocos años.

Desde este punto de vista financiero, las edades óptimas de corta se situarían entre los 10 y los 13 años. El turno económico es menor que el indicado como turno de máxima producción (o turno en especie). Es por este motivo, por el cual algunas compañías propietarias de madera cortan sus propias plantaciones a una edad aproximada de diez años.

Por supuesto, la edad de corta no puede reducirse mucho más, dado que los costes del aprovechamiento (corta y saca de la madera) llegan a hacerse excesivamente altos si la cantidad de madera por hectárea desciende mucho como sucede en las plantaciones demasiado jóvenes (y también en plantaciones ralas o irregulares).

Otros criterios

Otras razones pueden condicionar también, desde el punto de vista económico, nuestra decisión sobre la edad a la que cortar la plantación. El precio de la madera sufre oscilaciones, que podrían hacer más interesante su venta en momentos en que el precio está más alto. Ello supondría adelantar o retrasar un poco la edad óptima de corta sobre la que correspondería teniendo sólo en cuenta la cantidad de madera producida o los beneficios financieros «teóricos».

Además, cada propietario puede tener razones personales, como la necesidad de afrontar ciertos gastos, que le lleven a adelantar o retrasar la corta. Pero desde un punto de vista lógico y racional, al no tener la certeza si el precio subirá o bajará, no debería adelantarse ni retrasarse mucho sobre las edades óptimas indicadas entre 10 y 15 años. Como hemos visto en el ejemplo, se reduciría mucho la producción y con ello la renta de los propietarios si la corta se realizara fuera de dicho rango de edades.

Herramientas para medir el crecimiento de los árboles

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La medición del crecimiento de los árboles nos permite tomar decisiones más acertadas para determinar el momento adecuado de la corta o para valorar posteriores inversiones.

Medir la cantidad de madera de una plantación o cubicación es complejo, si bien con la experiencia suficiente se pueden realizar cálculos muy ajustados. No obstante, existen algunos métodos complementarios que nos permiten estimar el volumen de madera de una parcela.

Mediante el uso de un hipsómetro se pueden calcular las alturas de árboles individuales, y con una forcípula (o calibre de árboles) podemos medir sus diámetros. La comparación de alturas y diámetros puede ser una primera manera de medir los crecimientos, y de detectar si el ritmo se hace más lento. A partir de los datos de alturas y diámetros puede estimarse el volumen de madera producido.

Dado que la forma de los árboles varía con la edad y con la densidad, alturas y diámetros similares pueden representar muy diferente cantidad de madera. Todos estos aspectos, tan variables, pueden ser soslayados mediante la utilización de tablas de cubicación. En estas tablas, a partir de la altura (o de la altura y el diámetro) se puede obtener el valor aproximado de madera de un árbol individual.

La elaboración de modelos de crecimiento, fórmulas matemáticas que nos ayudan a interpretar la evolución de la plantación, permiten a los Técnicos Forestales predecir el volumen de madera y el momento de la corta. En el momento actual se desarrolla un modelo de crecimiento para el eucalipto en nuestra región.

 

7.2. Aprovechamiento o cosecha

Las operaciones que se incluyen en esta fase son la corta o apeo del árbol, el desrame, el tronzado, el descortezado, su apilado en monte y la saca o desembosque. Se trata por tanto de transformar la madera en pie en un producto listo para su transporte a fábrica.

 Apeo

El apeo o corta es el proceso de derribo de los árboles. Se realiza mediante 3 cortes con la motosierra. Los 2 cortes biselados (o entalladura) marcan la dirección de caída. El tercer corte será el que produzca el apeado del árbol. El corte de caída se da en la contracara del árbol y ligeramente por encima del nivel del corte de entalladura. Debe avanzarse horizontalmente y terminarlo antes de alcanzar la entalladura. De esta forma se deja una bisagra de madera al árbol que permitirá su derribo controlado. Es importante no hacer demasiado bajo el corte de caída porque puede provocar que el eucalipto se venga hacia atrás.

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El corte debe de ser limpio, sin dañar la corteza del tocón o cepa. La altura del corte no debe superar los 10 cm desde el suelo, tanto para aprovechar el máximo de madera como para favorecer el desarrollo y posterior arraigo del rebrote.

El apeo de los árboles debe ser planificado de tal forma que unos caigan sobre otros facilitando la operación de desramado. Existen varios métodos de apeo planificado en función de la pendiente que permite hacer más cómodas y seguras las operaciones posteriores proporcionando además mejor rendimiento. El sentido de avance del trabajo también deber determinarse antes de empezar.

Pasos para el apeo o corta de un árbol

Determinar la dirección y sentido de la caída, y calcular dónde deben realizarse los cortes.

Realizar los dos cortes de la entalladura, que marcarán la dirección de caída.

Efectuar un tercer corte, ligeramente or encima del corte de entalladura para abatir el árbol.

Desrame y tronzado

Los árboles apeados deben desramarse manteniendo la motosierra alejada del cuerpo por seguridad. Los pies deben estar separados y firmes cuando se realice el corte. Cuando la operación se realiza con la madera levantada del suelo se gana en rendimiento y seguridad, de ahí la importancia de haber hecho un apeo planificado. Debe evitarse cortar con la punta de la espada de la motosierra.

Los árboles apeados suelen convertirse en trozas de 2 o 2,5 m de largo en el mismo lugar de caída. Si se ha realizado apeo planificado es fácil desplazar las trozas resultantes hasta apilarlas en los lugares idóneos para ser recogidas después. Si no, debe hacerse manualmente, con mayor pérdida de tiempo y superior esfuerzo. En cualquier caso, las trozas debe partirse desde la base del árbol señalando (en lo posible con la cinta métrica o con una vara de la longitud indicada) el final de cada futura troza con un leve corte superficial del tronco. Posteriomente se realiza el tronzado según la posición del eucalipto en el suelo. La entrada correcta de la motosierra evitará que se quede atorada o que el árbol pueda rajarse.

Descortezado

Las trozas se pelan empleando diversos hachas o cuchillos descortezadores. Lo más corriente es realizar un corte longitudinal con el hacha separando la corteza haciendo palanca con el filo y pisando la propia corteza. Haciendo

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palanca con el hacha se despega la corteza de la madera, realizándose el pelado similar al de una naranja. Así se consigue desprender la corteza en dos mitades. Es mejor realizar la operación inmediatamente después de haber apeado el árbol, pues si se espera la corteza se adhiere a la madera a medida que el árbol se va secando, lo que dificulta la operación. En épocas de mucho frío es posible que la corteza no despegue bien de la madera, teniéndose que realizar un «labrado» de la corteza con el hacha.

Apilado y desembosque o carga

Las trozas obtenidas se van juntando para facilitar su recogida posterior. Normalmente se ponen en cordones alternando los grupos de madera con los residuos del descortezado y el desrame. Según sea la pendiente del terreno se puede cargar la madera directamente de los cordones o recogerla mediante skidder, autocargador, carroceta o tractor. El tractor con grúa va realizando la carga de la madera ya apilada en el monte, para llevarla posteriormente a un lugar accesible para el camión. Si la pendiente es pronunciada debe juntarse la madera en la zona baja del monte.

El último proceso del aprovechamiento forestal es la carga. Un camión (preferiblemente con grúa) va al lugar donde el tractor apiló la madera y realiza a su vez la carga, llevando posteriormente la madera para su consumo.

 

7.3. Gestión de los restos de corta

La parte que se aprovecha del árbol es únicamente la madera del tronco. Una vez talado el monte, los restos de corta que quedan en el suelo suponen una gran cantidad de materia vegetal (ramas, hojas y corteza). El abandono de los restos sobre las cepas impediría el desarrollo de los brotes o una nueva plantación. Sin embargo, estos restos, tratados convenientemente pueden mejorar los rendimientos de la parcela mejorando la productividad.

A lo largo de diversos proyectos de investigación se han ensayado alternativas que incluyen su quema, la retirada, alinearlos según línea de plantación o la incorporación al terreno. La retirada total de los restos de corta supone una pérdida innecesaria de un porcentaje muy elevado de los nutrientes. Más del 70% de los nutrientes del árbol están contenidos en las ramas, ramillas y hojas, pudiendo dichos nutrientes retornar al cultivo en la siguiente rotación o plantación.

La quema de hojas y ramas no suele ser muy recomendable. Además del riesgo de incendio puede generar otros problemas. Las cepas o tocones pueden dañarse, lo que implica una menor producción en los siguientes turnos. Si la temperatura de la pila de leñas es muy alta (alcanza hasta 400º C) se provocan alteraciones en el suelo, tanto en

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sus estructura como en su composición. Por otra parte, si después de la quema llueve abundantemente, las cenizas son lavadas de manera inmediata. Esto supone una pérdida irreversible de nutrientes. Estas prácticas, si bien pueden resultar necesarias en algunas situaciones, no son en modo alguno aconsejables para un sostenimiento a largo plazo de la fertilidad de la plantación. Por tanto, la quema debe tratar de evitarse.

Frente a la retirada o la quema, se han ensayado otras alternativas como colocar los restos entre líneas o la trituración y su incorporación al terreno. El uso de una desbrozadora de martillos facilitaría la trituración de los restos, y un pase posterior con una grada o un rotovator podría favorecer la incorporación y mezcla con el terreno. Estas tareas son, sin embargo, difíciles de aplicar en muchos terrenos.

Con el aprovechamiento de los restos de corta se podrían obtener mejoras en los crecimientos de los eucaliptos. Los restos, colocados en línea o triturados, favorecen los crecimientos de diversos modos. Por una parte, fertilizan el monte y reducen el estrés hídrico en las épocas secas (menor evaporación del suelo). Por otra, al estar cubierto el suelo de restos impide la aparición de malas hierbas causantes de la competencia sobre las plantas.

MANEJO DEL REBROTE

8.1. ¿ Replantación o rebrote?

Una importante característica del eucalipto es su facultad para brotar vigorosamente de cepa. En el caso de E. globulus pueden obtenerse sucesivos aprovechamientos de un mismo tocón o cepa. Un adecuado tratamiento de los brotes contribuye a la obtención de las siguientes cosechas.

Los brotes después del primer año de la corta crecen con una gran vigorosidad inicial debido a que están aprovechando las substancias de reserva acumuladas en las raíces y que el árbol va a usar para rehacer lo antes posible la parte aérea perdida.

La producción en volumen de la segunda corta suele ser superior a la primera, mientras que la tercera corta parece igualar a la primera. En las cortas sucesivas se produce una progresiva disminución del volumen y calidad de la madera (20-30% menos en la cuarta corta y más del 50% en la quinta corta).

Por lo general sólo en parcelas con una gran calidad de sitio y una buena plantación y mantenimiento, compensaría aprovechar una cuarta corta. A partir de la segunda corta es difícil que los brotes puedan superar en producción de madera de una nueva plantación.

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8.2. Selección de brotes

Deben eliminarse los brotes más débiles y los que estén peor asentados sobre el tocón.

Es conveniente dejar 1 ó 2 brotes por tocón, sin superar el númro inicial de pies por hectárea.

Respete el brote más vigoroso y situado en la cara del tocón orientada hacia el viento dominante.

Los brotes que se dejan en el monte deben alcanzar una densidad similar a la establecida en el momento de la plantación (1.600 pies/ha). Si los pies que se cortaron ya tenían esta densidad habrá que dejar al final un único brote por pie. Si tenían menos densidad se dejarán dos brotes. Para compensar la pérdida de cepas se pueden dejar más de un brote por cepa, en aquellos que estén más separados.

Es muy recomendable hacer la selección al año y medio de la corta, repitiendo la operación si fuera necesario a los tres años de la corta para eliminar los nuevos brotes. Esta operación hay que realizarla preferentemente o con un útil cortante como un podón, evitando el hacha pues el daño al árbol es mayor si el corte no se realiza de un solo tajo. La motosierra entraña mayor riesgo de dañar los brotes que se desean dejar.

Los brotes que deben eliminarse son los más cercanos al suelo dejando los que están cerca del corte pues los primeros tienden a agarrarse a la corteza mientras que los últimos lo hacen a la madera del corte. Se respetarán los más vigorosos que no estén muy juntos y en la cara del tocón que dé el viento dominante.

La época preferente para hacer la selección de brotes es en invierno, evitando las épocas húmedas y cálidas que pudieran favorecer la aparición de hongos.

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El podón o fociño debe estar bien afilado para que el corte se produzca de un solo tajo, limpio y no desgarre la corteza. El corte debe darse siempre desde abajo hacia arriba.

La motosierra y el hachano deben ser empleados ya que su uso puede provocar daños en los brotes seleccionados.

 

8.3. Replantación

En la situación actual, en que dispone de material seleccionado genéticamente y de prácticas selvícolas más evolucionadas, la sustitución de cepas agotadas y plantadas sin marco regular ni una preparación adecuada, supone un claro beneficio de producción.

Para llevar a cabo esta operación, deben eliminarse los tocones de la plantación ya agotada o caduca. Esto se puede realizar mediante destoconado mecánico, lo que conlleva un coste relativamente elevado, además de alteraciones del suelo. Mediante destoconado químico puede llevarse a cabo con menor coste. La opción de emplear un herbicida de bajo riesgo (como se ha descrito en el apartado 4.1) permite eliminar el rebrote no deseado de cepas con crecimiento irregular. Para ello debe de aplicarse el herbicida sobre el tocón, justo después de la corta. En caso de no poder realizarlo inmediatamente, se debe esperar al rebrote y aplicarlo cuando éste tenga 0,5 m de alto. A continuación se prepara el terreno, tal y como se ha comentado en el apartado 4.2, con ayuda de una retroexcavadora mixta, y se planta entre las líneas.

EUCALIPTOS RESISTENTES AL FRÍO

9.1. Eucalipto nitens

El empleo de E. globulus se ve restringido a zonas libres de heladas y de frío intenso (por lo general en altitudes inferiores a 500 m). Existen diferentes especies de eucalipto aptas para zonas frías, tal y como se ha comentado a lo largo del texto. En los últimos años se han realizado experiencias con varias de ellas que pueden ocupar zonas situadas en condiciones climáticas frías.

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Entre las especies ensayadas E. nitens resulta la más adecuada para zonas de frío y heladas en la Cornisa Cantá-brica. Sus crecimientos son muy superiores a cualquier otra alternativa forestal para regiones de heladas frecuentes. En ensayos establecidos por CEASA, que incluyen once procedencias australianas, se han observado diferencias de crecimiento del 40 % entre la mejor procedencia y la semilla comercial utilizada como testigo.

Los ensayos realizados demuestran su buena adaptación, resistiendo heladas periódicas e incluso nieve. Los crecimientos observados resultan superiores a 15 m3/ha x año para zonas de clima riguroso. Los árboles se muestran muy resistentes al viento gracias a la fortaleza de su tallo y a la disposición de sus ramas y hojas.

En sus zonas de origen tiene una distribución geográfica discontinua desde las mesetas del norte de Nueva Gales del Sur hasta los bosques del sudeste de Victoria. La zona climática se caracteriza por ser temperado fría con veranos suaves e inviernos moderados con heladas frecuentes y con presencia de nevadas.

El mejor crecimiento de esta especie se da en suelos de margas y especialmente en aquellos que presentan pizarra como roca madre. Se han citado crecimientos de hasta 25 m3/ha x año. La capacidad de rebrote es menor que en E. globulus, y está relacionada con la procedencia genética o lugar de origen. Las flores y frutos se presentan agrupados en inflorescencias e infrutescencias respectivamente en número que oscila entre cinco y siete. Cada uno de ellos con aspecto de pera (piriforme) se une

al grupo directamente sin ningún tipo de pedúnculo.

La selvicultura idónea para E. nitens no se diferencia excesivamente de las recomendaciones dadas para E. globulus. Tanto la fertilización inicial como el control de la competencia resultan imprescindibles para obtener los mejores crecimientos.

Clave de clasificación para los eucaliptos más frecuentes

1 Frutos aislados Frutos agrupados

E. globulus 2

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2 Frutos en grupos de 3Frutos en grupos de 7 o más

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3

Frutos grandes (más de 1 cm. de ancho) con aristasFrutos pequeños (menos de 1 cm. de ancho) sin aristas

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4 Frutos con pedúnculo y sin pediceloFrutos sin pedúnculo ni pedicelo

E. pseudoglobulusE. bicostata

5 Hoja de la planta joven lanceoladaHoja de la planta joven orbicular

E. viminalisE. dalrympleana

6 Frutos con forma de pera (piriforme)Frutos con forma de copa (acopado)

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7 Fruto pedunculado y pediceladoFruto con pedúnculo y sin pedicelo

8E. nitens

8 Hoja juvenil redondeada y verde azuladaHoja juvenil con forma de hoz, verde brillante y nerviación muy marcada

E. delagatensisE. oblicua

9 Frutos con pedúnculo y sin pediceloFrutos con pedúnculo y con pedicelo

E. macarthuriiE. regnans

Mediante esta clave dicotómica (elegir entre 2 opciones) es posible distinguir entre las especies más frecuentes de eucalipto. Para clasificar una determinada especie a partir de las hojas y/o sus frutos, hay que comenzar por el punto 1 eligiendo la opción que se corresponda con el árbol a clasificar. Se continúa en el punto al que nos remite la opción elegida, repitiendo el proceso hasta llegar al nombre de la especie.

 

Eucaliptos resistentes al frío comparados con E. globulus.Características climatológicas habituales en sus zonas de origen

Especies Temp. media máxima del

Temp. media

Temp. mínima

Precipitaciones Días de helada

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mes más cálido

mínima del mes más

frío absoluta

E. globulus 18-23 4 -4 500-1.500 0-5

E. nitens 21-24 -2+2 -10 750-1250 50-150

E. delegatensis

21 0 -9 2500-3500 10-100

E. obliqua 27-32 2 -9 2500-3500 10-100

E. dalrympleana

27 0 -11 875-1400 20-100

E. regnans 23 0-2 -7 750-1650 menos de 60

 

9.2. Otras especies de frío

Existen otras especies resistentes al frío que demuestran buena adaptación a nuestras condiciones climáticas. Entre ellas cabe citar las siguientes: E. delegatensis (también llamado gigantea) E. obliqua, E. dalrympleana, E. regnans y E. viminalis. Es especialmente relevante la presencia de masas de E. viminalis y de E. macarthurii en la zona de Curtis (A Coruña). Hasta el momento ninguna de dichas especies presenta rendimientos superiores a E. nitens. No obstante, aún no se han realizado ensayos de procedencias de estas especies, por lo que cabe la posibilidad de encontrar semillas de origen con una buena adaptación y que ocupen un lugar significado en el futuro.

Para identificar las distintas especies de eucalipto más comunes en nuestra región se puede emplear la clave de clasificación de la página anterior. Esta clave se basa en el número, agrupación y forma de los frutos, y en las características de las hojas juveniles.

RENTABILIDAD DEL EUCALIPTO

10.1. Invertir en un cultivo forestal

Tal y como se ha reflejado en la introducción, antes de decidirse a realizar un cultivo de eucaliptos es necesario «hacer números». Ante la posibilidad de cualquier inversión, ya sea agrícola o forestal, parece lógico conocer la rentabilidad esperada.

Las plantaciones forestales presentan algunas características específicas o diferenciales respecto a otros tipos de inversiones. Plantar un cultivo forestal conlleva la renuncia hoy a una determinada cantidad de dinero a cambio de los beneficios que en el futuro se esperan obtener del mismo.

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En el presente capítulo se hace un análisis de los costes de la plantación y de su rentabilidad. Se introducen métodos e indicadores de cuándo una inversión es rentable. Algunos de los términos empleados pueden resultar excesivamente técnicos. Aún así se ha preferido incluirlos debido a la frecuencia, cada vez mayor, con que aparecen de manera cotidiana. En cualquier caso, el apartado dedicado a la rentabilidad del cultivo trata de resumir cuales son los principales factores que influyen y cómo podemos afrontarlos.

Entre los aspectos diferenciales de una inversión forestal se cuentan:

a) Larga vida del proyecto, con un plazo de recuperación largo. Ello afecta a los factores de incertidumbre, pero permiten una planificación a largo plazo en las inversiones de muchas familias del medio rural. Estas rentas adicionales pueden llegar a suponer más de un 30% de la renta agraria de las explotaciones agroganaderas.

b) Movimientos de dinero negativos durante algunos años, y positivos muy concentrados y altos (momentos de las cortas). Es la característica de casi toda inversión que trabaja con árboles. Dado que los pagos y cobros no tienen lugar en el mismo año, las pesetas han de tratarse de forma que tengan un valor constante y puedan sumarse y restarse.

c) No se considera el coste de la tierra. Debido principalmente a que suelen emplearse terrenos que no tenían otra alternativa de uso y por lo tanto de rentabilidad comparativa casi inexistente. Este punto cambia ligeramente en el momento en el que se comienzan a usar tierras de labor abandonadas por diferentes motivos para realizar cultivos agroforestales.

d) Se recurre generalmente a no financiación ajena. Es importante destacar que «NO» se puede aplicar un tipo de descuento (i) del orden del coste de la financiación ajena ya que salvo raras excepciones no se suele recurrir a ella. Es decir que el propietario forestal como situación general no se endeuda para realizar su plantación (inversión). Es por ello por lo que muchos especialistas de valoración agraria recomiendan tipos entre el 2% y el 6%, e incluso muchos ingenieros forestales señalan el 3% como el más adecuado a utilizar. En este capítulo se ha utilizado el 5% con el fin de que los errores que se pudieran cometer repercutan favorablemente para el plantador (inversor).

e) El valor del terreno repoblado aumenta a medida que la plantación se desarrolla. Los árboles representan más dinero que el terreno previamente a su plantación.

  

10.2. Costes de la plantación

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Costes orientativos de diferentes actividades en el cultivo del eucalipto

Actividad Tipo Mínimo Máximo

Apertura de pistas (*)   150 1.000

Limpiezas previas ManualMecánicaQuímica

60.00045.00015.000

120.00085.00050.000

Preparación del terreno ManualMecánica

40.00025.000

100.00050.000

Planta (**) E. globulusE. nitens

1525

1525

Plantación 1.600 pies/ha 35.000 70.000

Abonado Mano de obra + fertilizante 5.000 15.000

Mantenimiento ManualMecánicoQuímico

40.00050.00020.000

120.00080.00040.000

Selección de brotes   50.000 80.000

Los costes son por hectárea excepto: (*) metro lineal de pista y (**) unidad de planta

Los costes de las diferentes actividades a desarrollar para el cultivo del eucalipto pueden resultar muy variables, dependiendo de las características particulares de cada parcela donde se realice la plantación, como son pendiente, pedregosidad, profundidad de suelo, tipo y cantidad de vegetación previa. No obstante, se ha preferido incluir una tabla con costes orientativos (comprendidos entre un mínimo y un máximo) que nos permitan más tarde elaborar ejemplos de rentabilidad. Estos costes se han calculado a partir de varios supuestos. La plantación se contrata a una empresa especializada en trabajos forestales cuyos costes (incluyendo Seguridad Social, póliza de accidentes, gastos de estructura y locomoción) sean de 8.000 pts/jornal; la hora de tractor a 5.000 pts y la de pala cargadora de 6.500 pts/hora. El fertilizante presupuestado es de tipo agrícola granulado sólido, empleándose 100 gramos por planta. La densidad de la plantación contemplada es de 1.600 plantas por hectárea.

En los ejemplos que se adjuntan todas las pesetas son nominales. Es decir, no hace falta tener en cuenta la inflación. No obstante ésta puede usarse siempre que todos los componentes de la misma se utilicen con inflación incluida. Aunque este es un nuevo componente de incertidumbre ya que es muy difícil de predecir. Sólo hay que ver que todos los años los gobiernos fallan en sus prediciones.

 

Subvenciones

Uno de los factores que colaboran en mejorar la rentabilidad de cualquier actividad es la posibilidad de que existan subvenciones para la inversión que se vaya a realizar, por lo

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que conviene conocer las que en cada momento puedan existir consultándolo en la oficina de la administración local, regional o central mas próxima.

La Unión Europea (UE, anteriormente CEE) en los Reglamentos 2080/92 y 1610/89 de 30 de junio y 29 de mayo respectivamente, estableció una serie de importantes ayudas para el desarrollo y aprovechamiento de los bosques en zonas rurales que incluyen al eucalipto.

El Estado Español, en Real Decreto 378/193 de 12 de marzo de 1993 (publicado el 30 de marzo de 1993) recoge la adaptación de dichas ayudas para fomentar las inversiones forestales, reflejando las cantidades con las que se puede subvencionar el cultivo del eucalipto entre otras especies.

Posteriormente las Comunidades Autónomas han establecido la aplicación de dichas normativas adaptándolas a las particularidades propias de cada región. En el caso de Asturias se denominó «Programa Regional de Fomento Forestal en Explotaciones Agrarias» y «Acciones de Desarrollo y Mejora de Bosques en Zonas Rurales» aprobado el 13 de mayo de 1993 y modificado en marzo de 1994 y febrero de 1995.

En Galicia, los incentivos para el cultivo del eucalipto en 1997, se hallan contemplados en la Orden 13 de mayo de 1996 «Ayudas a acciones de desarrollo y ordenación de los bosques», publicada en el DOGA el 24 de mayo de 1996, y en la Orden 8 de mayo de 1996 «Ayudas y medidas forestales en la agricultura», publicado en el DOGA el 20 de mayo de 1996.

Las Comunidades Autónomas son las que en última instancia tienen la potestad de conceder o no ayudas para el cultivo de especies forestales. Por ello, es conveniente dirigirse a la oficina de la Consejería de Agricultura más próxima para consultar en cada momento (suelen convocarse anualmente) las que ayudas que pudiesen existir y las condiciones que requieren para su solicitud y aprobación.

 

 

10.3. Criterios de evaluación financiera

Toda evaluación financiera se basa en tres grandes factores: el dinero, el tiempo y el riesgo. Es preciso planificar la plantación o inversión teniendo en cuenta además que a medida que nos alejamos en el tiempo los valores de las variables tienen un pronóstico más difícil.

El dinero tiene un valor en el tiempo. En principio cualquier persona prefiere percibir una determinada cantidad de dinero en el momento presente, que postergar su percepción a cierto periodo de tiempo. El dinero tiene un valor en el tiempo. Cuestión diferente es la inflación, con lo cual no se debe confundir. Todos nosotros preferimos 1.000 pesetas hoy que las mismas 1.000 pesetas dentro de unos años (aunque éstas no hubiesen perdido poder adquisitivo, es decir incluso con inflación 0%). La razón es la existencia de inversiones teóricamente rentables (letras del tesoro o fondos de inversión FIAMM).

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Para poder comparar los pagos de la plantación y mantenimiento con los ingresos por la venta de la madera se debe homogeneizar el valor de las diferentes cantidades. La forma más adecuada de hacer esto consiste en llevar todas las cantidades a un determinado año que normalmente es el año inicial de la inversión. Para poder comparar, sumar o restar pesetas de diferentes años se utiliza el Valor Actual, transformación de la cantidad del dinero a día de hoy.

Los principales métodos para evaluar la rentabilidad, es decir, si una plantación es buena o no desde el punto de vista financiero, son los siguientes:

a) VAN (Valor Actual Neto). Se basa en la comparación de la suma algebraica de los ingresos por venta de la madera con los pagos de la plantación y mantenimiento. Cuando un proyecto, inversión, o plantación, tiene un VAN positivo se dice que, para el tipo de interés elegido, resulta viable desde el punto de vista financiero. Un VAN positivo se corresponde con un proyecto que genera excedentes superiores a los que podría obtenerse invirtiendo la misma cantidad (costes de plantación y mantenimiento) a un interés igual a la tasa elegida para el cálculo del VAN. La cuantía de esos excedentes es precisamente el VAN de la plantación.

La dificultad para la aplicación de este método viene a la hora de elegir el tipo de descuento. Hay muchas teorías sobre cual utilizar, tales como el 3 % para las inversiones forestales o el tipo de interés del coste del dinero. Para poder simplificar al máximo este difícil punto se va a utilizar el tipo de interés de una inversión alternativa sin riesgo como es el de un depósito a plazo fijo en un banco. Si la rentabilidad de este fuera por ejemplo del 7,5 % y la inflación fuese por ejemplo el 2,5% simplificando (sabiendo que se comete un pequeño error de unos pocos decimales y que no es muy ortodoxo) podemos decir que la i nominal en los ejemplos a usar va a ser del 5%.

b) TIR (Tasa Interna de Retorno). Es aquella tasa de descuento (tipo de interés) que hace 0 el VAN. También es una indicación de la rentabilidad que obtiene el propietario forestal por su aportación a la plantación. Generalmente un proyecto es viable si su TIR es mayor que la rentabilidad de la inversión alternativa de menor riesgo o, si se prefiere, mayor de lo que costaría ese dinero si se lo pidiese al banco. La TIR permite comparar inversiones con desembolsos iniciales muy diferentes pero el VAN es mejor a la hora de priorizar o jerarquizar diferentes inversiones alternativas.

c) Periodo de Recuperación. Es el número de años que transcurren desde el año de la plantación hasta que los ingresos por venta de madera actualizados se hace exactamente igual a la suma de los pagos actualizados a un momento determinado. Indica el momento de la vida de la inversión (plantación) en el que el VAN de la misma se hace cero. Es un «ratio» complementario al VAN o TIR ya que por si sólo no indica gran cosa.

d) Beneficio/Inversión. Es el resultado de dividir el VAN entre el pago por la plantación. Define la ganancia neta generada por el proyecto por cada unidad monetaria invertida.

 

10.4. Balance económico del cultivo de eucalipto

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Para poder abordar un análisis comparativo de diferentes inversiones agroforestales hay que establecer unos escenarios o ejemplos (en ninguno de ellos se tienen en cuenta los ingresos por subvenciones que pudiese haber). Se incluyen ejemplos basados en los costes mencionados antes, y que nos permiten comparar los beneficios en función de lo invertido.

Al primero de ellos le denominaremos «recomendable». En este ejemplo suponemos que se cuenta con una infraestructura de pistas o vías de saca suficiente. Se han mecanizado todas las labores posibles (desbroce, subsolado), se ha empleado semilla seleccionada y de origen certificado y planta de calidad con cepellón. La planta se ha abonado al inicio de la plantación. El coste total del ejemplo alcanza unas 216.000 pts/ha. Posteriormente se harán dos limpiezas para eliminar la competencia (actuación clave para aumentar los crecimientos) con un coste de 40.000 pts/ha y se seleccionará brotes después de cada corta (consideramos sólo dos cortas) con un coste de 40.000 y 60.000 pts/ha).

Ejemplos de costes de selvicultura

Costes expresados en pts/ha

Selvicultura recomendable trabajo mecanizado

Selvicultura mínima trabajo manual

Repoblación 216.000 164.000

Mantenimiento 40.000+40.000 75.000

Selección de brotes 40.000+60.000 40.000

Este ejemplo no es ni mucho menos el más habitual de los que se han dado en el pasado pero ha comenzado a ser comúnmente aceptado por muchos propietarios. Las operaciones son encargadas por el propietario a una empresa o cooperativa. Esto tiene unos costes que no existen cuando lo hace el mismo propietario, pero también se realiza con más medios por lo que los crecimientos son mayores.

El segundo ejemplo, «mínimo», contempla a un propietario que contrata el trabajo pero realiza la preparación del terreno de forma manual y una sola limpieza a los dos años de la plantación, también de forma manual. Finalmente lleva a cabo una única selección de brotes tras la corta.

Los parámetros que configuran la rentabilidad de la plantación son:

a) Turno o edad de corta. En estos ejemplos se utilizan dos turnos de 12 años cada uno con el objeto de simplificar el infinito abanico de posibilidades que existirían de otra manera. Aunque lo normal en cultivos de eucalipto es que se den hasta cuatro cortas a la misma planta, por lo que las rentabilidades reales serán siempre mejores que las expuestas.

b) Rendimiento, expresado como el crecimiento por hectárea y año en metros cúbicos.

c) Precios madera en pie. En el presente ejemplo, a fin se simplificar se utilizan únicamente dos posibilidades, 3.000 y 4.000 pts/m3.

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d) Tipo de interés utilizado, que como se comenta previamente se supone del 5% nominal (sin inflación).

Los resultados que se obtienen por hectárea con estos datos se reflejan en la tabla adjunta. A la hora de comparar los diferentes ejemplos, los crecimientos se han estimado de un modo coherente respecto de los efectos de la selvicultura realizada. Los crecimientos esperables (y observados en distintos ensayos en campo) para el ejemplo «recomendable» estarán entre 15 y 21 m3/ha y año, dependiendo de las características específicas de la parcela.

De la misma manera, a medida que las actuaciones no sean tan completas y tecnificadas (selvicultura mínima) nos aproximaremos a los crecimientos medios (10 m3 /ha y año) observados en plantaciones ya establecidas. Hoy en día esta media está superada en las nuevas plantaciones que cumplen con las características de calidad mencionadas anteriormente.

Balance económico del cultivo

Selvicultura recomendable

Crecimiento Precio madera VAN (pts) PR B/I TIR(%)

21 3.000 282.590 12 131 10,1

21 4.000 499.316 12 231 12,6

15 3.000 100.540 24 46 7,1

15 4.000 256.583 12 119 9,7

Selvicultura mínima

10 3.000 22.937 24 14 5,7

10 4.000 126.966 24 77 8,1

También hay que tener en cuenta que las cortas del cultivo normalmente son 3 ó 4 habiéndose considerado 2. Además no se ha tenido en cuenta ningún tipo de subvención que pudiese haber en algunas ocasiones. Esto se ha hecho así para simplificar y dar unos datos orientativos que en todo caso sean más desfavorables que la realidad que pueden soportar los propietarios o inversores. Es decir que el propietario obtendrá, probablemente, una mayor rentabilidad que la que se expone en estos cuadros.

 

10.5. Rentabilidad del cultivo de eucalipto

La rentabilidad final del cultivo del eucalipto depende de tres factores clave: los rendimientos, los precios de la madera y del tipo interés.

a) Los rendimientos son la herramienta más útil para la incrementar la rentabilidad. Y ello debido a que son dependientes de la calidad del terreno y, en gran medida, del tipo de actuación que realice el propietario forestal (inversor). Por lo tanto, el salto entre la

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No rentabilidad y una Muy buena Rentabilidad depende de realizar una selvicultura mínima (planta no seleccionada ni mejorada genéticamente, tratamientos manuales mínimos), o realizar una buena selvicultura (uso de planta seleccionada, tratamientos idóneos, realización de mantenimientos de la plantación).

b) Los precios de la madera de eucalipto, en especial para pasta de celulosa, dependen en gran medida de los precios internacionales del sector. Esto se muestra en el Estudio realizado por la Facultad de Economía de la Universidad de Oviedo. Por ello es difícil que los plantadores, industrias locales, o propietarios (inversores en general) puedan modificar o afectar a este parámetro. Situación que no ocurre con los crecimientos como se ha explicado anteriormente. No obstante es aconsejable que la planificación de la plantación, si se dispone de terreno suficiente, se haga de tal manera que una parte se cultive para madera de trituración y otra para rolla con corta a turno más largo de tal manera que se diversifique en el futuro la comercialización de la madera cosechada en diferentes años y optimizando los ingresos económicos.

c) Tipo de interés. Se han simplificado todas las tablas utilizando el 5% sin tener en cuenta la inflación. Es decir que si le sumáramos (método no ortodoxo) la inflación se podría decir que estamos utilizando un tipo de interés (año 1997) del 7,5% aproximadamente. La realidad, como ya se ha explicado con anterioridad, es que no se suele acudir a la financiación ajena y los costes de oportunidad alternativos que se suelen usar podrían ser más bajos del 5%, lo que significa que lo habitual es que los resultados reales sean más positivos que los mostrados en los cuadros.

Como resumen podemos asegurar que los avances en la mejora genética y selvícola que se han conseguido desde 1992, permiten rentabilizar las inversiones realizadas durante la plantación y mantenimiento del cultivo. La aplicación correcta del material genético seleccionado y mejorado, y de la selvicultura avanzada y específica a cada terreno, proporcionan la única herramienta eficaz al propietario para obtener la máxima rentabilidad de su cultivo.

 

10.6. Comercialización y Asociacionismo

La madera de eucalipto tiene dos grandes grupos de comercialización en función del origen o tipo de propietario de la misma. El primero es el de la madera de montes públicos o que estén gestionados por la administración en cuyo caso se comercializa a través de «subasta» y el segundo que es el de la venta de particulares, siendo este el caso mayoritario, y al que haremos referencia a partir de ahora.

La venta de madera de particulares puede hacerse en la actualidad de forma directa a las fábricas, o a través de grandes intermediarios o a través de pequeños intermediarios como fragueros o pequeños maderistas.

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La venta directa a las fábricas puede hacerse en la mayoría de los casos debido a que las empresas disponen de un equipo de personal forestal distribuido por las áreas de producción de eucalipto. El personal forestal acude a la llamada del propietario de la madera que tiene intención de poner a la venta su lote de madera. Miembros del equipo forestal de las fábricas receptoras de eucalipto se desplazan al lugar donde está situado el lote, lo cubican y ofertan según los precios de mercado de cada momento.

La cubicación puede hacerse en toneladas métricas, estéreos o en metros cúbicos, siendo la más habitual en este momento las toneladas métricas. En el momento de cerrar el trato éste suele hacerse «a tanto alzado» o «a resultas». En el primer caso el técnico forestal cubica y valora la madera ofertando una cantidad de dinero a propietario por el total del lote. En el segundo caso el acuerdo se basa en el precio por unidad de medida (Tm, estéreo, o m3) y el pago se hace en función de las medidas que se realizan en la fábrica receptora de la madera al precio acordado previamente.

Una vez cerrado el trato, se solicitan los permisos de corta a la administración competente (Consejería de Agricultura o similar de la región) y últimamente están proliferando normativas municipales que en muchos casos no son conocidas por la administración regional forestal, pero que conviene intentar conocer para evitar posteriores inconvenientes. Adicionalmente es importante conocer si el lugar donde se va a efectuar la corta está afectado por alguna normativa de carreteras nacionales, comarcales, regionales o locales, ríos, o rías y costas, pues en algunos casos hay que seguir solicitando permisos a las administraciones competentes en cada materia y que conviene consultar en cada caso particular.

 Asociacionismo

El asociacionismo es una de las vías que debe potenciarse cada día con más fuerza. Y ello debido a que el minifundio que existe en el norte de España hace que los lotes de madera sean muy pequeños y por lo tanto de difícil gestión, venta, o aprovechamiento. Existen asociaciones forestales en Asturias, Galicia y Cantabria, que se están desarrollando en los últimos años. Las asociaciones podrían colaborar para canalizar la venta de madera, aglutinando la adquisición de varios lotes que hagan más atractiva la compra a las fábricas disminuyan costes innecesarios y beneficien a propietarios y empresas consumidoras de la madera de eucalipto. En definitiva podría suponer una agilización del proceso.

Existen múltiples experiencias en otros países del beneficio que ha supuesto el asociacionismo, como en Canadá, Finlandia, Suecia o Francia. Si bien estos modelos no son adaptables al cien por cien para nuestra región, si suponen ideas para un primer paso, que de hecho ya se está dando.

El resultado de combinar asociacionismo forestal y la aplicación eficaz de los avances obtenidos en Mejora Genética y Selvícola de los cultivos de eucalipto redundará en un

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beneficio para esta actividad. Estas acciones propiciarán una ordenación o agrupación de pequeñas parcelas suficientemente grande para ofertar una producción sostenible (desde el punto de vista cuantitativo) y atractiva para productores y consumidores.

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