¿quieres ver milagrosen tu vida? aprende y eleva tu nivel de fe

¿QUIERES VER MILAGROS EN TU VIDA?

APRENDE Y ELEVA TU NIVEL DE FE.

JUAN COBOS

¡INCREMENTA TU FE Y PREPÁRATE PARA

ACARICIAR TU SUEÑO!

¿ Q U I E R E S V E R M I L A G R O S E N T U V I D A ?

A P R E N D E Y E L E V A T U N I V E L D E F E

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Seguramente cuando lean este libro, Él Señor hablará a su vida de una manera muy clara. Ya que contiene riqueza espiritual y muchos

principios que encontramos en la Biblia y que traerán fortaleza y bendición a su vida.

Rev. Alberto Esquivel R.

"Con un lenguaje sencillo y profundo, Juan Cobos explica la palabra de Dios de una manera amena y eficaz. Por lo cual recomiendoampliamente la lectura de este libro que será de gran bendición para su vida." Rev. Roberto Salgado M.

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Cobos, Juan

De la serie: Consejos Prácticos para una vida en Victoria. ¿Quieres ver milagros en tu vida? Aprende y eleva tu nivel de fe. – 1ª ed. – México: Viviendo en la Palabra Editores, 2010.104 p. ; 17x10.5 cm.DEBOLSILLOISBN 978-607-00-3453-4

VIDA CRISTIANA - CRECIMIENTO ESPIRITUAL - GENERAL.

Diseño de portada: Tania Reyes - Mitad Gráfica. www.mitadgrafica.comDiseño de interior: Mariana Sauna.Revisión de estilo: Blanca Rodríguez.Fotografía: Sergio Montes. www.sergiomontes.com

Impreso por Logos Impresores. Agricultura 42-C Edo. De México.En el mes de septiembre de 2010.

No se autoriza la reproducción de este libro ni de partes del mismo en forma alguna, ni tampoco que sea archivado en ningún sistema o transmitido de manera alguna ni por ningún medio –electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro– sin permiso previo escrito de la casa editora, con excepción de lo previsto por la ley de derechos de autor.

A menos que se indique lo contrario, todos los textos Bíblicos han sido tomados de la versión Reina-Valera, de la Santa Biblia, revisión 1960.

Copyright © 2010 por Juan Cobos Alarcón.Todos los derechos reservados.ISBN 978-607-00-3453-4

Impreso en México / Printed in México



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ÍNDICE

Este libro que tienes en tus manos es muy valioso para tu vida espiritual si aplicas los principios de fe que en él encontrarás. El autor se ha esme-rado en plasmar principios fundamentales de la Palabra de Dios y ha dejado que el glorioso Espíritu Santo le guíe a poner de manera clara algunas vivencias que servirán de reflexión para todos los que emprendan la lectura de este libro. En esta obra encontrarás muchos consejos que serán la base de una vida poderosa en Cristo.

Conocerás un cúmulo de promesas que se en-cuentran en la Palabra de Dios, que como afir-ma el autor, son puertas que cuando se creen se convierten en puertas abiertas que traen bendición, seguridad y esperanza y tu fe se re-troalimentará. Recomiendo este libro para que sea leído por todo cristiano que desee un avan-ce diario en su vida espiritual. Especialmente es para quienes están atravesando por crisis de desaliento debido a tropiezos causados por per-sonas que de manera voluntaria o involuntaria

PRÓLOGO

�TODO CONSISTE EN TENER UN PLAN.............................................10

TU ACTITUD ES IMPORTANTE .....................................................18

EL SUEÑO DE DIOS.............................................................................24

PERMITE QUE DIOS TE DEFIENDA ..............................................29

AMA A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS ......................................34

TIENES QUE SER RÁPIDO ...............................................................40

NECESITAS ENTRENAMIENTO .....................................................46

HECHOS DE UNA SOLA PIEZA ........................................................52

JESÚS ES EL CENTRO DE TODO ....................................................58

¿CONOCES SU VOZ? ...........................................................................64

¿TE CAÍSTE? TIENES QUE LEVANTARTE ....................................72

TÚ ERES UN PLAN DE DIOS DESDE EL PRINCIPIO...................78

RECIBE TU SANIDAD..........................................................................83

DIME CON QUIÉN TE JUNTAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES .........90

CUANDO TE LEVANTES CON EL PIE IZQUIERDO ...................96

REFLEXIÓN.........................................................................................103



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Consejos prácticos para una vida en Victoria. En esta serie de libros el autor comparte sus vi-vencias de una manera sencilla y clara. Da tes-timonio de lo que Dios ha hecho en su vida para que así como Jesús lo llenó y lo transformó por medio de la fe, el lector acepte los recursos que Dios ha provisto en su Palabra y se llene de fe al abrir sus ojos espirituales.

Todos necesitamos crecer en la fe ya que siem-pre que Dios imparte fe divina, ésta se mezcla con lo que cada uno creemos de nosotros mis-mos. Muchos creyentes fracasan y se estancan en su crecimiento ya que creen en Dios pero no creen que puedan lograr todo lo que se propo-nen.

La religión nos ha enseñado a creer en Dios pero no en nosotros. Ciertamente somos peca-dores redimidos, pero la religión muchas veces nos ha hecho sentir que no valemos nada, que somos como insectos, incapaces de lograr algo.

INTRODUCCIÓNlos han esclavizado a una vida de fracaso y des-ánimo. El lector encontrará promesas de Dios que le levantarán de ataduras espirituales para que dejando atrás su pasado emprendan un nue-vo caminar en Cristo para que él vuelva abrirles caminos en el desierto y ríos en la soledad como dice el profeta Isaías: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad” (Isaías 43:18-19).

Gracias Juan por esta obra tan valiosa. Dios te siga bendiciendo en todas las áreas de tu vida.

—Rev. Máximo García Pérez.

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Hay ciertos líderes que hasta te hacen sentir que si te alejas de ellos nada te saldrá bien. Y eso es totalmente falso.Tú vales el alto precio que pagó la sangre de Cristo. Somos más que vencedores y esto no es por causa nuestra, sino por el poder maravilloso y la fe que Dios ha depositado en ti. Los creyentes necesitamos incrementar nuestra fe, pero también nos hace falta tener fe en noso-tros mismos.

La confianza en uno mismo no es autoexalta-ción, no es echarse fanfarrias, no es narcisismo, no es autopromoción o autodesprecio de los de-más (en algunos casos). Fe en uno mismo es co-nocer y manifestar la identidad que tenemos en Cristo Jesús. Tú eres un hijo de Dios lleno de la fe que él te regaló cuando reconociste a su Hijo al que había enviado. Así que atrévete a creerle a Dios y también a tener confianza en ti.

A Jesús, el autor y consumador de la fe…



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Es sumamente importante saber que tenemos un Dios que no actúa de manera improvisada. A Él no se le escapa nada; todo lo tiene bajo control. Cuando leemos la Biblia nos damos cuenta de que Dios es un Dios de orden. Los creyentes reconocemos las cualidades de nuestro Dios y sabemos que es ordenado. Pero, ¿cuántos estamos imitando ese atributo particular de Dios? Al estudiar la Palabra percibimos su forma exacta de actuar. Nos deja ver lo que nos falta por aprender y la gran necesidad que tenemos de imitar la forma como Él procede. Uno de los anhelos más grandes de Dios es que tengamos abundancia en todas las áreas de nuestra vida. La abundancia es nuestra herencia.

Abundancia espiritual. Abundancia financiera. Abundancia familiar. Abundancia afectiva e

intelectual.

TODO CONSISTE EN TENER UN PLAN

�DE CIERTO, DE CIERTO OS DIGO: EL QUE EN MÍ CREE, LAS OBRAS QUE

YO HAGO, ÉL LAS HARÁ TAMBIÉN; Y AUN MAYORES HARÁ, PORQUE YO

VOY AL PADRE.

JUAN 14:12.



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Cuando esa abundancia viene a nuestra vida trae consigo un avivamiento. Este se produce cuando la abundancia llega simultáneamente a todas las áreas de tu vida. Un día te levantarás y estará bendecida tu vida espiritual, afectiva, personal, intelectual y familiar. Dios quiere bendecirnos en todas la áreas.

Ahora bien, como tenemos un Dios que planeo todo, nos deja ver cada día que no somos producto de la casualidad. Conocer este hecho nos debe motivar a reconocer que necesitamos un plan para alcanzar esa abundancia y bendición. Toda la Biblia es un plan. Por ejemplo el Apocalipsis es un plan de Dios para el futuro.

Dios había planificado la salvación desde antes de la fundación del mundo. Cuando Jesús vino a la tierra eligió doce apóstoles para que estuvieran con Él. Todos ellos eran de Galilea; ninguno era de Judea y ninguno era rabino. Y así lo hizo Dios porque tenía un plan.

Pablo fue un gran conocedor de la ley y estudió bajo la tutela de Gamaliel, porque Dios tenía un plan.

Todo lo que vamos hacer tú y yo está basado en un plan divino, por lo tanto necesitamos organizarnos.

¿Qué es un plan? ¿Para qué sirve?

Un plan según el diccionario es tener un programa de lo que se va llevar a cabo y de cómo lograrlo. Tener un plan es escribir con detalles y claramente los pasos que vamos a dar para alcanzar nuestro sueño. Es saber una por una las acciones que necesitamos tomar para ver el sueño cumplido.

El rey David sabía que era necesario tener un plan y por eso escribió el Salmos 119:133: “Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí”. Él sabía que en todos los pasos para llevar a cabo el plan durante su vida y su reinado, Dios lo bendeciría. Por el contrario, ¿cómo esperas que Dios te bendiga si no tienes ningún paso planeado para avanzar? David expresaba: “Todos mis caminos te son conocidos” (Salmos 119:168). Los caminos son el plan que Dios bendice.



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A lo largo de mi caminar con Cristo he visto creyentes que viven quejándose de todo y sienten que Dios no los bendice. Decimos: “Dios, bendice mi familia, mi trabajo, mis finanzas y mi vida espiritual”. Pero Él te pregunta: “¿Cuál es el plan? ¿Cuáles son los pasos específicos que quieres que bendiga?”.

Necesitamos tener un plan. Si yo tengo el plan estoy calificado para que Dios me bendiga.

Entonces, ¿qué tengo que hacer?

Cuando yo escribo los pasos que daré, Dios ya tiene material para bendecirme. El hecho es que por años, el legalismo nos hizo creer a los cristianos que a Dios no le gustaba que tuvié-ramos planes. Falso. Tú y yo necesitamos defi-nir cuáles son los sueños y armar un plan para alcanzarlos. Todos los días necesitamos tomar un tiempo para anotar mínimo tres cosas que vamos hacer para alcanzar un poquito nuestro sueño. Para poder alcanzar tu sueño, nadie pue-de planificar tu vida. Los planes de tus sueños te pertenecen solo a ti, porque Dios te los ha dado.

Cuando yo tengo planes, Dios le suma su

milagro.

Para que Dios pueda hacer un milagro en nues-tra vida, necesita primero nuestra planificación. Observemos lo que el Señor le dice a Josué: “Yo te voy a dar Jericó. Quiero que den una vuelta una vez por día durante seis días, y el séptimo día deberán dar siete vueltas más. Cuando ter-minen, van a gritar y yo voy a abrir los cielos; sucederá un milagro y caerá el muro de la ciu-dad”. Entonces Israel obedeció a Dios y al fina-lizar, Dios le entregó la ciudad.

Yo te quiero decir que no desmayes, que sigas haciendo lo que Dios te dijo porque pronto Dios va a sumarle un milagro a todos los pequeños pasos que hasta hoy diste. David decía: “Todos mis caminos te son conocidos, ordénalos y bendícelos con tu palabra, no te detengas”.



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Dios bendice a quienes tienen planes para ser bendecidos.

Lo primero que tienes que hacer cada día al levantarte es confesar una palabra de fe y determinar: “Son más los que están conmigo que los que están en mi contra. Son más los milagros que Dios desatará sobre mi vida y las bendiciones que vienen que las pruebas. Es más la gloria que viene este día a mi vida y la unción, que todo lo malo que se interponga en contra mía”.

Cuando abras los ojos de la fe vas a descubrir que Dios ha rodeado a tus enemigos con el fuego de su presencia. Esto es una palabra de fe. Cancelemos todas las palabras negativas de gente de autoridad, de nuestra misma familia, de líderes, de jefes, del cura, o del pastor. Tenemos que cancelar toda palabra negativa que haya sido puesta sobre nuestra vida.

Cancelemos todas las palabras negativas de

gente de autoridad.

Habrá oportunidades que el Señor pondrá de-lante de ti, y tú te la tendrás que jugar por ellas. Tienes que ser atrevido y tener un plan y jugár-tela por el Señor, en el nombre de Jesús. Son más los que están de nuestro lado que los que están en contra nuestra. Abre los ojos de la fe.Cuando Giezi, el criado de Eliseo despertó y vio que un ejército con caballos y carros de combate rodeaba el lugar donde ellos estaban dijo: “¡Ah señor mío! ¿qué haremos? A lo que Elíseo respondió: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego o Señor, que abras sus ojos para que vea. Entonces el Señor abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo” (2 Reyes 6:15-17).

Solo necesitamos una palabra de fe porque esa palabra traerá una visión de fe. Eliseo no dijo: “Señor, muéstrale...”. Primero le dio la palabra y después vino la visión de fe, y entonces cayó la intervención de Dios.

Habla palabras de fe y verás la visión para tu

plan. Habla palabras de vida.



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TU ACTITUD ES IMPORTANTE

�VOSOTROS TAMBIÉN, PONIENDO TODA DILIGENCIA POR

ESTO MISMO, AñADID A VUESTRA fE VIRTUD; A LA VIRTUD,

CONOCIMIENTO; AL CONOCIMIENTO, DOMINIO PROPIO; AL

DOMINIO PROPIO, PACIENCIA; A LA PACIENCIA, PIEDAD; A LA

PIEDAD, AfECTO fRATERNAL; Y AL AfECTO fRATERNAL, AMOR.

PORQUE SI ESTAS COSAS ESTÁN EN VOSOTROS, Y ABUNDAN,

NO OS DEjARÁN ESTAR OCIOSOS NI SIN fRUTO EN CUANTO AL

CONOCIMIENTO DE NUESTRO SEñOR jESUCRISTO.

2 Pedro 1:5-8

Un escritor expresó: “Hay muy pocas diferencias entre las personas, pero una pequeña diferencia marca una gran diferencia. La pequeña diferencia es la actitud. La gran diferencia radica en si es positiva o negativa”. ¿Cuántas personas tienen una actitud negativa contraria a lo que la Palabra de Dios nos enseña? Desafortunadamente hay creyentes que comparten la misma fe en Jesucristo y su actitud no es la correcta. Y por el contrario, ¿cuántos hemos conocido a personas que no conocen a Jesucristo y su actitud es positiva? Hay personas que asisten a iglesias, a grupos de estudio bíblico, leen muchos libros cristianos y estudian la Biblia, y su actitud no es positiva. Se quejan de todo y no avanzan. Es triste pero este tipo de personas se están reproduciendo a una velocidad impresionante en todo el mundo. Así que es necesario corregir las actitudes negativas en nuestra vida y dar ejemplo de lo que Dios ha hecho en nosotros. Para lograr esto, es necesario seguir imitando el carácter de Jesucristo para poder impactar al mundo con el poder de su amor.



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Imita el carácter de Cristo.

No siempre podremos prevenir lo que nos sucederá, pero sí podemos elegir la manera en que vamos a reaccionar frente a las circunstancias. Tu actitud te pondrá en el primer lugar o en el último. Te levantará o te derribará.Dos hombres miraban a través de las rejas de la cárcel; uno vio lodo y el otro vio las estrellas. A esta elección la llamamos actitud. ¿Por qué algunos fracasan reiteradamente mientras que otros se vuelven a levantar?Es una cuestión de actitud. Lo primero que Dios va a cambiar es tu actitud negativa por una actitud de fe y de bendición. Dos cubetas se encontraron en un pozo y una le decía a la otra: “Estoy muy triste porque me voy llena, pero vengo vacía al pozo”. Y la otra comentó: “¡Ay! Yo estoy tan contenta porque vengo vacía pero me voy llena”. El escritor Ernie J. Zelinski dice que hay tres cosas esenciales para disfrutar la vida al máximo: Actitud, actitud y actitud. A lo que nosotros podemos agregar: Actitud y fe, actitud y fe, actitud y fe.

Solo necesitas atreverte a que ambas funcionen paralelamente. Una será sostén de la otra y ambas te sostendrán.

Tu fe definida en acción determinará el

alcance de tu éxito.

Conozco personas que no han sido beneficiadas con los mejores recursos ni con las mejores con-diciones para triunfar y sin embargo lo logran y disfrutan de la vida y gozan de ánimo y aliento. También conozco a muchos con excelentes posi-bilidades pero ante el menor inconveniente asu-men una postura de víctima y de descontento.

Si llenamos nuestra actitud de fe, no habrá nada imposible. La vida está compuesta en un diez por ciento de lo que nos sucede y un noventa por ciento de cómo reaccionamos ante ello.

La vida nos dará lo que esperamos de ella. Todo comienza en tu cabeza. Por eso, no te dejes llevar por tu mente. Habla fe, practica fe, júntate con gente de fe, muévete y acciona con fe.

Una mala actitud nos enferma. Hay gente que cuida mucho lo que come, pero muere del corazón. ¿Sabes por qué? Por la preocupación.

La adrenalina es la fuerza que hace que uno quiera andar rápido. Es secretada por las glándulas suprarrenales bajo situaciones de



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alerta o emergencia. La adrenalina te moviliza y tiene que ser quemada por el cuerpo. Cuando nos preocupamos soltamos pequeñas dosis de adrenalina y dicen los médicos que esas sustancias nos aumentan en un cuarenta por ciento el colesterol y literalmente, es veneno en nuestra sangre. Y resulta que nos cuidamos de los ladrones y de la comida, pero no nos cuidamos de nuestra actitud. Por eso lo primero que Dios quiere cambiar es nuestra actitud negativa por una actitud de fe y de bendición.

Una mala actitud nos enferma.

Tus pensamientos determinarán tu entrada al éxito o tu permanencia en el error. Cada decisión y cada elección señalarán nuestra victoria o nuestro fracaso. Si determinas lo mejor para ti, cualquier obstáculo que aparezca o una simple equivocación no te robará el objetivo. Recuerda que todo lo puedes en Cristo que te fortalece (filipenses 4:13).

La actitud es la fuerza interior y la confianza en nosotros mismos que nos impulsa y nos moviliza para vencer cualquier obstáculo o circunstancia adversa.

Una actitud correcta requiere de una decisión personal diaria de mejorar continuamente y de la declaración de fe que demos en cada paso. Todo depende de ti, de tu fe (Habacuc 2:4) y de tu actitud frente a lo que escuches, a lo que aceptes y a lo que decidas ser.

Tu fe definida en acción determinará el alcance de tu éxito.



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EL SUEÑO DE DIOS

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NO ME ELEGISTEIS VOSOTROS A MÍ, SINO QUE YO OS ELEGÍ A

VOSOTROS, Y OS HE PUESTO PARA QUE VAYÁIS Y LLEVÉIS fRUTO,

Y VUESTRO fRUTO PERMANEzCA; PARA QUE TODO LO QUE

PIDIEREIS AL PADRE EN MI NOMBRE, ÉL OS LO DÉ.

JUAN 15:16

¡Qué importante es tener sueños! Los sueños son los que nos mantienen alertas, a la expectativa y creo que son los que le dan un poco de sentido a la vida. Un amigo me decía: “Cuando me siento un poco cansado o desanimado, me pongo a meditar en la Palabra de Dios y el Espíritu Santo me recuerda todos mis sueños”. Esto lo hacía brincar de la cama y seguir adelante. Así que no debemos dejar de soñar. Da un giro hacia la tierra de la aventura de la fe y todo lo que hagas te saldrá bien. Dios te dice que alces tus ojos y mires porque todo lo que le pidas te lo dará.Un entrenador deportivo decía lo siguiente: “En este mundo jugamos a ver quién tiene más juguetes antes de morirnos. Jugamos: hoy quiero un coche y a la semana siguiente otra cosa y así vamos juntando juguetes”.

Este entrenador dice que pensamos que el éxito es ver quién junta más juguetes sin darnos cuenta que cuando morimos los juguetes se quedan aquí. La vida no es la abundancia de bienes que el hombre posee sino cumplir el sueño de Dios.



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Prosperidad no es cuánto dinero tienes, sino cuánto dinero usaste para extender el reino y cuántos frutos produjiste (juan 15:16). Porque hay gente rica que es miserable y gente pobre que es rica en Dios.

Así que no debemos dejar de soñar.

Tener juguetes es muy bonito: La casa, el coche... pero la vida es:

• Cumplir los sueños de Dios.• Dejar marcadas nuestras huellas antes de irnos.• Iniciar sendas que otros puedan seguir.• Establecer torres firmes que otros puedan disfrutar. • Sanar los corazones heridos.• Dejar un camino trazado para que los que vienen dupliquen lo que hicimos.• Vivir en fe.

Seremos como David que dejó los planos del templo a Salomón su hijo. Salomón no derramó sangre y fue grande porque duplicó lo que David le dejó. Pero David fue aún más grande porque empezó de cero y Dios lo ascendió.

No nos preocupemos tanto por los juguetes; comencemos a cumplir el sueño de Dios, el avivamiento, porque cuando éste sea totalmente derramado, la gloria y la unción serán tan grandes que la gente vendrá a buscarnos. En el pentecostés, el avivamiento lo soltaron los apóstoles mientras estuvieron reunidos en el aposento alto. Hoy nos toca provocarlo a nosotros.

“Buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”

(Mateo 6:33).

Y cuando llegue en su dimensión más gloriosa, estaremos capacitados para ser los mejores emprendedores; para entrar y poseer todo aquello que hemos estado declarando por años. Estaremos habilitados para dar mejores consejos, para formar mejores familias y para sacar lo mejor de nosotros mismos, porque hemos creído, porque hemos soltado palabras de fe.

En fe declaramos que la gente vendrá a los pies de Jesús.En fe declaramos que los enfermos serán sanados.



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En fe declaramos que no habrá esterilidad en el pueblo de Dios.En fe declaramos que toda nuestra familia conocerá a Jesús.En fe declaramos que dejaremos herencia a las futuras generaciones.En fe declaramos que todos seremos prosperados.En fe declaramos que vendrán de todos lados a pedir nuestro consejo, nuestra palabra de sabiduría.

Estamos juntos en este avivamiento. ¡Cumplamos el sueño de Dios y Dios cumplirá el nuestro!

Cumplamos el sueño de Dios y Dios cumplirá el nuestro.

PERMITE QUE DIOS TE DEFIENDA

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MAS Tú, SEñOR, ERES ESCUDO ALREDEDOR DE MÍ; MI GLORIA, Y

EL QUE LEVANTA MI CABEzA. CON MI VOz CLAMÉ A DIOS, Y ÉL ME

RESPONDIó DESDE SU MONTE SANTO.

SAlmoS 3:3-4



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Nuestra sociedad define la palabra justo, diferente de como Dios lo hace. Se le considera justo a quien hace el bien, se indigna ante la maldad y las injusticias y a menudo le molesta y le genera impotencia o furia aquella situación donde la persona que padece queda desamparada y sin respuesta. Sin embargo, para Dios, una persona justa es aquella que tiene fe y vive por fe. No es que sea incorrecto hacer el bien, al contrario, pero para Dios eso no es suficiente. Además, pensándolo un poco, hacer el bien ¿respecto a qué o en contra de quién?

Dios no emplea los parámetros que las sociedades usan para medir. Dios ve la fe. Por eso Pablo declara que el justo por la fe vivirá (Romanos 1:17). No significa que no enfrentarás injusticias ni momentos donde te preguntarás qué está pasando. ¡No! Esos momentos van a llegar, pero la diferencia que asumas ante ellos marcará tu fe. Así que ve pensando qué harás para incrementar tu fe. Porque el camino que te resta es todavía largo. Nos falta enfrentar muchos retos. El Espíritu Santo está dispuesto a poner en nosotros la actitud correcta para enfrentar los tiempos que vienen. Si tienes fe, para Dios eres justo. Nuestra actitud se tiene que transformar en acciones que incrementen nuestra fe todos los días (Salmos 37:25).

Mas el justo por su fe vivirá.

Cada vez que uses tu fe Dios te verá como una persona justa. En medio de la peor angustia, necesitarás hablar y soltar palabras de fe. Porque la fe te hará seguir adelante. No te tiene que interesar si a tu alrededor la gente se pelea, grita o se maltrata. Tú no estás para quedarte en ese lugar. No hagas nido en un lugar que es incongruente con lo que Dios piensa y quiere para tu vida. Dios quiere lo mejor para sus hijos.

Cuando los demás te critican, Dios te susurra al oído. Cuando los demás opinan sin conocerte, Dios es el que te dice: “Yo sí te conozco”. Cuando los demás te condenan, Dios te perdona. Cuando los demás te culpan, Dios te libra. Cuando los demás se alejan, Dios se acerca. Cuando los demás te persiguen, Dios se alegra porque estás haciendo algo que los demás no han hecho. Cuando la gente habla injustamente mal de ti, Dios intervendrá a tu favor.

A veces no hace falta escuchar otras voces para que nos sintamos inconformes con lo que nos sucede. Con esto quiero decirte que no elijas ser injusto contigo mismo. No siempre son los demás



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sino nosotros mismos quienes condenamos nuestra vida con nuestros pensamientos. Pero hoy di: “¡Basta!”. Dios te ha dado la fe para ensanchar tu mente y eso te vuelve justo para Dios.

Dios intervendrá a tu favor.

Tu fe determina lo justo y merecedor de las riquezas de Dios. La Biblia dice: “El hombre de bien deja herencia a sus nietos; las riquezas del pecador se quedan para los justos (Proverbios 13:22 NVI). ¿Qué estás haciendo para que esas riquezas pasen a tu mano? ¿Cuál es la actitud con la que te enfrentas a los problemas? ¿Cuál es tu comportamiento? ¿En qué nivel de fe te encuentras?

El justo atrae las cosas buenas.

Cuando Jesús se le apareció a Pablo en el camino mientras iba a matar cristianos, le dijo: “¿Por qué me persigues?”. Por eso tú ¡no desmayes! Si te persiguen, ¡están persiguiendo a Dios! Toma las cosas con calma y recuerda que aquel que se hace tu enemigo, Dios se encarga de él. Descansa en sus promesas.

Hay gente que no soporta la verdad que llevas dentro porque ésta se puede oler; y de hecho, la huelen. Pero tu fe te hace indestructible; tu fe te determina justo. ¿Sabías que la justicia de Dios es Jesucristo? Cada vez que veas clamando a alguien por justicia, está clamando por Jesucristo. Y si hoy tú te encuentras en una situación injusta, Dios te dice: “Yo ya te di mi justicia, clama en fe porque la justicia ya está allí. Actívala con tu propia palabra”.

Cuando usas la fe, para Dios eres justo. Justo es

el que usa la fe.



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AMA A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS

�Y AMARÁS AL SEñOR TU DIOS CON TODO TU CORAzóN, Y CON

TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE Y CON TODAS TUS

fUERzAS. ESTE ES EL PRINCIPAL MANDAMIENTO.

mArcoS 12:30

Qué difícil es seguir a Cristo cuando te suceden cosas que lastiman y que dañan tus emociones ¿Has notado cuánta gente hay a tu alrededor que ha sido herida? El gran problema del daño causado es que te impide amar a Dios como Él quiere. Dios quiere que lo amemos con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, y con todas las fuerzas. Cuando estás lastimado y herido y sientes que ya no puedes más, estás desobedeciendo el principal mandamiento. Todo problema emocional es siempre interpersonal. Si recuerdas una herida del pasado, seguramente hay gente que participó en ello. Toda herida tiene que ver con gente.

La mayor frustración viene por gente; la mejor

bendición viene por gente.

Por eso no debemos hacer lo que en sicología se llama “vínculos almáticos”. La Biblia lo llama “ligaduras del alma”, que es cuando nos apegamos a una persona y hacemos con ella un vínculo intenso, pegajoso y cerrado. Por eso nunca hagas un pacto con otro, ya que puedes quedar atado a esa persona. Un ejemplo de vínculo almático puede ser: esos amigos que salen juntos, comen juntos, se van juntos de vacaciones y comparten todo. Hoy pueden ser amigotes pero mañana enemigotes.



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Toda ligadura del alma termina mal.

Cada vez que sufrimos por una relación es porque esa relación fue almática. Cada persona que podemos nombrar de nuestro pasado, y que llegó a lastimarnos, lo hizo debido a que teníamos un vínculo almático intenso. En la Biblia, Dios no quiere que establezcamos vínculos del alma sino vínculos del espíritu.

A un amigo lo elige uno. A un hermano en Cristo te lo elige Dios. No me une a otro una amistad; me une la misma misión que tenemos: predicar a Jesucristo.

Cuando establecemos un vínculo del espíritu nos estamos uniendo a la otra persona porque tenemos el mismo fin; compartimos el mismo proyecto. Entonces, cuando lastimo a esa persona o me lastima, podemos perdonarnos porque nuestra amistad no está basada en un lazo del alma, sino en la sangre de Cristo. Todos pasamos por momentos difíciles y hemos sido lastimados. La médula del evangelio es el perdón; que Dios nos perdonó en Cristo. Si no somos sabios y perdonamos, podemos ser usados por el enemigo para lastimar a otros.

Nunca pongas a nadie dentro de tu corazón, ni tu corazón dentro del corazón de nadie. El único que tiene que estar dentro de nuestro corazón, es el dueño de nuestro corazón: nuestro Señor Jesucristo. “Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón...” (Proverbios 4:23).

Tienes que aprender que tu fuente es Dios, no

esperes nada de nadie.

No pongas a nadie dentro de tu corazón. No intentes cambiar a nadie. En las relaciones interpersonales no hay víctimas y victimarios; cada uno dice lo que desea. Tengamos sabiduría, aprendamos a relacionarnos.

A José, el personaje de la biblia los hermanos lo vendieron, el padre lo malinterpretó, la esposa de Potifar lo quiso violar, otro hombre lo puso injustamente en la cárcel, pero nada dañó el corazón de José.Porque José tenía sabiduría para relacionarse con la gente. Sabía de qué persona tenía que alejarse y sabía cómo vincularse con la gente que se le acercaba. Todo el mal que le hicieron a José, Dios lo cambió por bendición. Deja que Dios te dé lo mejor (Génesis 50:20).



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Tienes que saber que cuando Dios te va a bendecir, te va a mandar alguien y cuando Satanás te intente destruir, también te va a mandar alguien. Está en ti tener sabiduría para llevarte bien con el que te va a bendecir y para alejarte del que te va a maldecir.

Algo bien importante es que tenemos que aprender a respetar al otro porque lo que sembremos, lo vamos a cosechar de parte del Señor. “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido” (Mateo 7:2). Necesitas sabiduría para llevarte bien con la gente.

Nunca debes olvidar que tus mejores bendiciones no son para todo el mundo. Tus mejores bendiciones tienen que ser para la gente que te ha acompañado en el día de la prueba; la gente que estuvo contigo en el momento de tu dolor. Esa es gente especial y debe tener un momento especial en tus oraciones. Porque la gente que te acompañó y estuvo contigo, que caminó desde el valle de sombra de muerte contigo, es quien merece una bendición especial.

La Biblia dice: “Haced bien a todos, mayormente

a los de la familia de la fe” (Gálatas 6:10).

Cuando nadie pueda lastimar tu corazón, estarás listo para cosas grandes. Dios le dijo a José: “José, estás listo. Porque si no pudieron hacerte daño tus padres que te lastimaron, tus hermanos que te injuriaron, la mujer que intentó abusar de ti, aquel que te puso en la cárcel, y con todo eso nadie envenenó tu corazón, es porque estás listo para grandes cosas”.

Cuando aprendes a tener sabiduría para relacionarte bien con la gente y manejarte con los principios interpersonales de Dios, estarás listo para dar tu próximo paso y llegar a la cima.

Así que ábrele tu corazón a Cristo.



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TIENES QUE SER RÁPIDO

�

CORRO POR EL CAMINO DE TUS MANDAMIENTOS, PORQUE HAS

AMPLIADO MI MODO DE PENSAR.

SAlmoS 119:32 (NVI)

Cuando alguien se convierte de su mal camino y comienza a ver la mano de Dios en su vida, es algo maravilloso. En esa conversión Dios cambia la manera errónea de vivir y su forma de pensar ya no es la misma. Ahora solo piensa en Jesús, en su sacrificio en la cruz, en su obediencia y en su amor por la humanidad. Y vienen cambios radicales en su vida. ¿Te has preguntado alguna vez qué rápido eres para hacer las cosas de Dios? Cuando hablamos de rapidez estamos hablando de correr por las bendiciones de Dios y de obedecer a lo que nos está diciendo en determinada situación sin ponerlo en duda, creyendo que lo que Él dice es por tu bien y para tu crecimiento.

Tienes que ser rápido.

¿Cuál es tu respuesta? ¿Le crees a Dios? ¿Estás yendo a la velocidad de Dios? ¿Te estás moviendo como Dios te está dirigiendo? Dios se mueve todo el tiempo. En muchas ocasiones cuando Cristo llega a la vida de las personas, éstas experimentan cambios radicales en su manera de pensar, actuar y sobre todo de vivir, pero al paso del tiempo se detienen, dejan de avanzar y actúan como si Dios ya hubiera terminado la obra en ellos. Muchas veces creemos que Dios



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se queda quieto, pero es lo contrario. Somos nosotros los que estamos detenidos. Pensamos que es Dios quien no está haciendo nada en nuestra vida.

Por ese motivo tú tienes que seguir avanzando en las cosas grandes que Dios tiene para ti. Recuerda que un Dios grande, hace cosas grandes. Por eso déjame decirte que hasta que nosotros no nos movamos en fe, no veremos respuesta de parte de Dios. Si puedes asimilar esto no te vas a quedar quieto ni un minuto, porque Dios siempre se está moviendo. ¿Qué puedes responder ahora? ¿Estás siendo rápido en la fe? Lo que tardes en responder esta pregunta determinará tu mover en Dios.

¿Te estás moviendo al mismo tiempo que Dios? ¿O te están moviendo las necesidades? Incluso te pueden estar moviendo la personas. Dios se mueve todo el tiempo.

Hoy, Dios está buscando gente que sea rápida en la fe, que no sea lenta en responder aunque tenga un costo. Generalmente nos asombramos cuando escuchamos un milagro o una sanidad pero Dios quiere que entendamos que nacimos para experimentar lo sobrenatural como parte de lo cotidiano.

Que no te muevan las necesidades.

Para Dios no es extraordinario que una enfermedad por una palabra de fe se cancele. Que una familia por una palabra de fe, se restaure, que un adicto por una palabra de fe, se rehabilite. Dios actúa así y espera que nosotros comencemos a disfrutarlo y experimentarlo también, ¡y cada vez más!

¿Te gustaría actuar rápido en la fe? ¡Claro que sí! Esta tiene que ser tu respuesta. Cuanto más estés dispuesto para Dios, Dios se alegrará de que hayas entendido y como resultado, te usará. Ahora bien, la pregunta es, ¿cómo podemos ser rápidos en la fe?

Cuando en la Escritura leas una palabra que te va a bendecir, tómala para ti y declárala. Cuando escuches un sermón, una predicación de un tema de algo que necesitas resolver, hazlo. Cuando sepas de un libro que te va a bendecir, léelo.

Cada oportunidad que tengas para hacer crecer tu nivel de fe y de madurez, no la hagas a un lado. Si la oportunidad se presenta significa que estás más que listo para tomarla. Es decir,



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una puerta se abre si llego y toco. Lo que me hace comprender que si hay una nueva palabra que me elevará en Dios, es porque yo la estuve buscando y a la vez sembrando, y entonces es tiempo de tomarla.

Es parte del crecimiento que estabas anhelando. Por eso, no debes temer. Los cambios tienden a paralizarnos pero es porque la mente se está renovando. Por lo tanto, aunque el miedo no desaparezca, elige tomar la palabra. No te resistas a tu propio crecimiento ni lo pospongas. Estás para expandirte a la velocidad en la que Dios se mueve. Imagínate lo rápido que es Dios que ya nos vio en nuestro propio futuro con el trofeo en nuestras manos.

Estás para expandirte a la velocidad en la que

Dios se mueve.

La fe es sencilla y resuelve las cosas rápido. Por eso, cuando usas la fe te vuelves sencillo. ¡No te compliques! Si te lastimaron, perdona, si te trataron mal, olvida, si no te valoraron, no lo consideres. No gastes tu vida analizando que pasó o que no pasó, que te dieron o que no te dieron. Sé una persona sencilla. Los hijos de Dios vivimos por fe y no por emociones.

Cada momento es único e irrepetible, por lo tanto disfruta lo que Dios te da y hazlo según tus fuerzas. No gastes tu tiempo en lo que va y viene. Se rápido en las cosas de Dios. Aviva tu tiempo únicamente para Él. La fe te hará ser rápido. Nunca es tarde para los hijos de Dios. Dios obrará en tu vida a tiempo y si a tiempo no alcanza, lo hará a destiempo.

Dios se presentó a Sara y le dijo: “Vas a tener un hijo” (Génesis 18:10-12). Sara se río y dijo: “Estoy vieja, se me fue el tiempo de la maternidad”. Como todos sabemos hay un tiempo para tener hijos y otro para criarlos. Sara dijo: “Mi tiempo de tener hijos ya se me fue”. Y Dios le dijo: “A tiempo o fuera de tiempo”. Para Dios era más importante que Sara creyera en Él, soltando rápido su fe, y no en lo que le decía su tiempo natural.Dios te está buscando. Dios no está quieto. Al contrario, se mueve a la velocidad de la luz hacia un lado y hacia otro. Quiere ver que te muevas en la dimensión de su Espíritu. Sé rápido, ponte atento, toma las bendiciones, ¡no las dejes pasar!

Dios te dice: “A tiempo o fuera de tiempo”.



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NECESITAS ENTRENAMIENTO

�NUNCA SE APARTARÁ DE TU BOCA ESTE LIBRO DE LA LEY, SINO

QUE DE DÍA Y DE NOCHE MEDITARÁS EN ÉL, PARA QUE GUARDES Y

HAGAS CONfORME A TODO LO QUE EN ÉL ESTÁ ESCRITO; PORQUE

ENTONCES HARÁS PROSPERAR TU CAMINO, Y TODO TE SALDRÁ

BIEN.

JoSUé 1:8

Dios quiere entrenarnos y bendecirá al que busca ese entrenamiento. Cuando Moisés muere su sucesor Josué necesitaba más entrenamiento. Dios siempre está alerta para entrenar a los que usará como caudillos. La orden que Dios le da a Josué es:

1. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley: Nos damos cuenta que esta primera instrucción es de entrenamiento. “Nunca se apartará”, es una orden, una instrucción que no se nos tiene que olvidar. La Palabra de Dios la tenemos que tener presente, así que el que quiere recibir instrucción de Dios, aquí la tiene: nunca es nunca. Siempre tienes que estudiar la Palabra de Dios. Él la dejó como el manual de vida que todos sus hijos deben conocer.

2. Sino que de día y de noche meditarás en él: Estudiar no es lo mismo que meditar. No puede haber meditación sin antes haber un estudio minucioso. Si tú quieres moverte en las grandes ligas de Dios, tienes que estudiar y meditar. El meditar te ayudará a pensar detenidamente y a reflexionar lo que aprendiste. Uno de mis versículos favoritos es Proverbios 22:29 y aquí el rey Salomón dice: “El que es solícito, delante de reyes estará”. El estudiar la palabra de Dios y meditarla nos hace ser solícitos y cuidadosos en la obra de nuestro Señor.



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3. Para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito: Los hijos reflejan en el exterior lo que viven en su casa. Si tú eres un hijo vas a reflejar lo que te han enseñado tus padres. El comportamiento es la manera como las personas se conducen por la vida. Si estás en el proceso de preparación, éste te tiene que llevar a reflejar a través de lo que hagas tu grado de aprendizaje. ¿Qué tanto has aprendido de la Palabra de Dios? ¿En qué áreas de tu vida estás reflejando la conducta de tu Padre celestial?

4. Porque entonces harás prosperar tu camino: Sin duda esta es la parte favorita de muchos amantes de este versículo. Esta parte del verso indica la fuente de donde proviene la prosperidad que Dios ofrece. Sin duda toda la Biblia de principio a fin nos habla de prosperidad. Pero, ¿qué tienes que hacer para alcanzar y poseer dicha prosperidad? Es muy sencillo. Lo que tienes que hacer es dejarte enseñar e instruir por Dios. Él quiere capacitar constantemente a sus hijos para que puedan poseer y reflejar la prosperidad que existe en el reino de su Padre. Así que tu eres quien harás prosperar tu camino. Esto depende de lo que haya en tu corazón. ¿En tu corazón tienes palabra de Dios?

5. Y todo te saldrá bien: Cuántas veces te has dicho, ¿por qué no me salen bien las cosas? ¿Por qué en ocasiones lo que emprendo comienza bien y termina mal? Es muy fácil. Todo aquel que recibe la instrucción pasará siempre por un proceso de práctica. Todos de una o de otra forma pasamos por momentos difíciles. Hay cosas que nos salen bien y otras que de plano salen terriblemente mal. El problema es la actitud. Hay creyentes que al atravesar por esos duros momentos, en lugar de que su actitud sea de fe, se quejan y creen que a Dios se le acabaron las intenciones para con ellos. Se amargan porque Dios no bendice su proyecto. Tienes que entender que en el proceso de instrucción, cuando comienzas a practicar lo aprendido, habrá cosas que a la primera no saldrán como quieres porque estás en un tratamiento. Pero tenemos que seguir adelante. Tu actitud tiene que ser la de un hijo de Dios, con fe y seguridad de que si en esta ocasión algo no salió bien, en la próxima alcanzarás el éxito. El hijo de Dios debe ser exitoso en todo lo que hace. Así que a tu buena actitud le tienes que poner mucha fe.

¿Estás preparado para recibir todo lo que Dios quiere darte?



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Él te sorprenderá, recibirás cosas más grandes de las que alguna vez imaginaste para tu vida.

Cuando Dios te llama y te da un sueño, hasta el momento en que el sueño se cumple, hay un proceso que se llama preparación y entrenamiento. Muchas personas no alcanzan a ver su sueño cumplido porque no se han dejado preparar por Dios. No le han permitido a Dios moldearlos. Cuando Dios te llame sé humilde y sométete al proceso de preparación. No dejes las cosas a medias porque entonces no verás la mano de Dios en tu vida.

Jesús fue llamado a los doce años, pero enviado a los treinta. Jesús fue preparado. Moisés fue llamado a los cuarenta, pero salió a los ochenta. Pablo fue preparado y el instrumento que Dios usó fue Bernabé, así que tuvieron que pasar algunos años para ver a Pablo tomar ese llamado que Dios tenía para él. Entre el tiempo cuando Dios te llama y el tiempo cuando te envía, el Señor tiene que prepararte. No hay nada más lamentable que un creyente que no se ha preparado en lo espiritual. Tienes que prepararte para recibir lo que Dios quiere darte. Dios quiere entrenarte. Permite que Dios trate contigo y Él te dará todo en el tiempo perfecto.

Dios te seguirá preparando hasta que permitas que el bien y la misericordia te sigan todos los días de tu vida (Salmos 23:6), y hayas aprendido que el Señor es tu pastor y nada te faltará. Cuando hayas aprendido que Dios es tu proveedor habrás sido entrenado en uno de los aspectos más poderosos de la fe. Porque cuando una persona sabe que Dios le proveerá, caminará con paz y seguridad.

Dios te va a entrenar a estar a solas con Él. Hay gente que no puede estar a solas con Dios y le cuesta mucho estar cinco minutos en su presencia. Y es importante que sepas que todo lo que sucede en tu vida pública, es el resultado de tu vida privada, de tu intimidad con Dios (Mateo 6:6). Dios quiere que seas un hacedor de su Palabra no tan solo un oidor. Él no quiere que te engañes (Santiago 1:22), Él desea que le conozcas tal cual es para poderlo presentar a la gente que lo necesita. No debemos olvidar que somos instrumentos de Dios.

Tienes que prepararte para recibir lo que Dios quiere darte.



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HECHOS DE UNA SOLA PIEZA

�

ENTENDERÉ EL CAMINO DE LA PERfECCIóN CUANDO VENGAS

A MÍ. EN LA INTEGRIDAD DE MI CORAzóN ANDARÉ EN MEDIO

DE MI CASA. NO PONDRÉ DELANTE DE MIS OjOS COSA INjUSTA.

ABORREzCO LA OBRA DE LOS QUE SE DESVÍAN; NINGUNO DE

ELLOS SE ACERCARÁ A MÍ.

SAlmoS 101:2-3

La integridad es requisito indispensable ante Dios, por lo tanto tú necesitas ser íntegro. En estos tiempos en donde el mundo dice, “el que no tranza no avanza”, la iglesia de Jesucristo se tiene que mantener bien firme y no permitir que esa forma de pensar y de vivir se infiltre en ella. Es triste escuchar cómo la falta de integridad está echando a perder los escasos valores que en la actualidad existen. Vemos cada día cómo esta mala práctica ha venido a contaminar muchos sectores de la sociedad, incluso la misma familia. La iglesia se tiene que mantener como una fuente de los valores que Dios enseña en su Palabra. Así, la iglesia la cual conformamos tú y yo, es la que se encarga a través de nuestra conducta y forma de vivir, de dar el ejemplo a un mundo que cada día se devalúa más.

Ser íntegro es ser honesto; es una característica que señala a la persona como recta moralmente ante cualquier circunstancia. Se aplica a una persona que es justa y firme en absolutamente todo lo que dice y hace. El diccionario define integridad como una perfecta honradez, incorruptible, recto y desinteresado. Qué importante es ser un hombre o una mujer íntegros. ¡Cómo necesitamos líderes y seguidores que estén llenos de esta virtud ineludible!



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Ahora bien, la integridad no viene con el hombre cuando éste se convierte a Cristo. Se adquiere mediante un proceso de formación del carácter. Este proceso comienza cuando tú te decides a vivir esa vida que Cristo quiere. Es una vida en la cual se tienen que corregir malos hábitos permitidos por enseñanzas no claras que han conducido a muchas personas a vivir una vida carente de coherencia. Esta incongruencia ha llevado a muchos a rechazar a Cristo debido al mal ejemplo de personas que se dicen cristianos pero viven como si no lo fueran. Sus palabras no son respaldadas por sus acciones.

Qué importante es ser un hombre o una mujer íntegros.

A través del estudio de la Palabra de Dios nos damos cuenta cuáles son las cosas que tenemos que cambiar: malos hábitos, mal comportamiento, etcétera. La Biblia nos dice cuál es la forma correcta en la que debemos vivir, para que esa forma de vida sea la que testifique de Cristo a todos aquellos que nos rodean.

“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento: al conocimiento, dominio propio; al

dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”

(2 Pedro 1:5-7).

Tu vida tiene que estar en un continuo desarrollo del carácter que a su vez te ayudará a conducir una vida íntegra delante de Dios. La Palabra dice que tenemos que añadir al fruto del Espíritu otras virtudes o cualidades. Sin embargo, hay actitudes que nos impiden tener una vida victoriosa total. Éstas hay que eliminarlas con la ayuda del Señor, teniendo un corazón dispuesto y sincero ante Él.

Cuando vemos la lista que el apóstol Pedro enumera, (2 Pedro 1:5-8) nos damos cuenta de que cada día debemos crecer en la vida espiritual. Si hacemos estas cosas tendremos amplia y generosa entrada al reino de Dios. Ya que muchos por su manera de vivir tienen las puertas cerradas, su integridad es limitada porque su vida está llena de frutos de la carne y del mucho peso del pecado. ¿Y tú en qué reino estás? ¿En el reino de Dios, o en el reino de las tinieblas?



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“Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aaron, y baja hasta el borde

de sus vestiduras” (Salmos 133:2).

Todo lo que la cabeza espiritual o física recibe y hace tarde o temprano afectará al cuerpo. Por esta razón debemos rechazar todo lo negativo que venga de quienes tienen autoridad. Podemos ser bendecidos con el óleo que baja de la cabeza; pero también afectados directa o indirectamente por su falta de integridad. Tienes que cuidar tu vida y tu testimonio, ya que nadie lo hará por ti. En estos tiempos tan difíciles el Espíritu Santo nos está demandando cada día más y más. Algo que tienes que tener muy presente es que no es con nuestras propias fuerzas, sino con el poder de Dios. Nuestra comunión íntima con nuestro Salvador nos llevará a vivir una vida de testimonio. Nos dará la fuerza que necesitamos para resistir al diablo y dar ejemplo de que siguen levantándose hombres y mujeres temerosos de Dios y dispuestos a vivir una vida agradable a Él.

Tienes que crecer en tu vida espiritual.

“Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, en integridad de corazón y en equidad,

haciendo todas las cosas que yo te he mandado” (1 Reyes 9:4).

Dios instruyó a Salomón a que viviera en el temor de Dios, andando en integridad. Asimismo David anduvo en integridad de corazón. Llegué a preguntarme por qué Dios dice que David tenía un corazón conforme al de Él. No se refiere a que David fuera perfecto. Como seres humanos todos en algún momento podemos ser tentados y cometer un error y pecar. Pero el hombre íntegro reconoce su pecado y enmienda su actitud y acciones. La falta de integridad se ve en la gente que miente y manipula, tratando de cubrir así sus fallas. Dios quiere hijos que se arrepientan de los pecados que han cometido. Que tengan el valor de admitir sus errores y que sepan pedir perdón. Él espera que la actitud de tu corazón sea la adecuada, que si pecaste lo resuelvas rápidamente con la correcta actitud de arrepentimiento y no peques más.

La fe en Cristo nos ayuda a ser íntegros.



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JESÚS ES EL CENTRO DE TODO

�

PACIENTEMENTE ESPERÉ AL SEñOR Y SE INCLINó A MÍ, Y OYó MI

CLAMOR. Y ME HIzO SACAR DEL POzO DE LA DESESPERACIóN, DEL

LODO CENAGOSO; PUSO MIS PIES SOBRE PEñA, Y ENDEREzó MIS

PASOS.

SAlmoS 40:1-2

Todos nos enfrentaremos con la decepción en alguna ocasión de nuestra vida. Lo importante es la actitud que tengamos al pasar por esos momentos difíciles y de desesperación. La mejor actitud es que pongamos nuestra confianza en el Señor. Cuando leemos la Biblia vemos que los grandes héroes de la fe eran gente común que puso su confianza en Dios y Él les respondió y les ayudó. Dios es el centro de todo. Nuestra confianza en Él es el centro de todo. Cristo es el centro de nuestra vida. El Salmo 117 es el más corto y el 119 el más largo de la Biblia. El Salmo 118 es el centro de la Biblia y el versículo 8 es el meridiano de Greenwich de la misma. ¿Sabes qué dice el 118:8?: “Mejor es confiar en el Señor, que confiar en el hombre”. Jesús es el centro de la fe (porque por algo Dios puso ese versículo justo en el centro de la Biblia).

Confiar en la gente es bueno, pero confiar en

el Señor es mejor.

Por tal motivo es importante que tú seas libre de las opiniones negativas de la gente, de sus dichos, de los chismes. Solo debe importante lo que Dios dice de ti, por lo tanto confía y deposita tu fe en Él. Y si alguien te bendice, el Señor dirá: “También me bendijo a mí, entonces lo



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bendeciré”. ¿Sabes por qué? Porque Dios es fiel y justo. Si alguien está haciéndote la vida difícil queriéndote destruir, no te preocupes, Dios se encargará de defenderte. En el libro de Ester vemos que Amán consintió en hacer una soga para matar a Mardoqueo, un hombre de Dios, y con la misma soga lo ahorcaron a él (Ester 5,7).

Dice el Señor: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio (Isaías 54:17). Todos los planes que hizo la gente que te odia buscando tu mal se derribarán por el poder de Dios.

Había una condena de muerte sobre nuestra vida y alguien la canceló. Jesús dio su vida en la cruz para que ni el diablo ni absolutamente nadie tenga poder de muerte sobre nosotros. Todo el que está en contra nuestra, está en contra de Dios. Confía solo en Jesús.

Dios se encargará de defenderte.

No habrá palabra que nos frene porque somos los favoritos de Dios, somos sus hijos. A esto se le llama gracia divina: que Jesús en su amor te eligió porque así lo quiso Él. Y si Dios entregó a

su propio Hijo por nosotros, (juan 3:16) ¿cómo nosotros no vamos a tener fe y confianza en Él y en nosotros mismos, porque somos hechura suya y creados por Dios? Dios nos tiene fe. Él confía en nosotros. ¿Acaso no tienes fe en que alcanzarás todas las promesas que Dios te ha dado? ¿O no tienes fe en que tus hijos se levantarán y triunfarán en la vida? Dios sabe que podemos. Él sabe que somos hombres y mujeres con destino y de propósito.

En el Antiguo Testamento cuando una persona pecaba se sacrificaba un animal en ofrenda a Dios. Este era un mandamiento establecido en la ley: sin derramamiento de sangre no había perdón de pecados. Cuando la familia era la que pecaba también se mataba un animal; y una vez por año se mataba un animal por toda la nación.

Esto fue hasta que apareció Jesús quien murió por todos para que todo el que crea en Él esté favorecido y bendecido solo porque sí, porque Él es bueno.

JESÚS ES EL CENTRO DE TODO



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“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del

trono de Dios” (Hebreos 12:1-2).

Tienes que tener fe.

... Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Cain, por lo cual alcanzó testimonio de que era

justo. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a

Dios. Noe, cuando fue advertido por Dios acerca de las cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

(Hebreos 11).

Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió

sin saber a dónde iba. La misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera

del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito. Pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo,

fueron ahogados. (Hebreos 11).

Jesús es el centro de nuestra fe.



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¿CONOCES SU VOZ?

�Y CUANDO HA SACADO fUERA TODAS LAS PROPIAS, VA DELANTE

DE ELLAS; Y LA OVEjAS LE SIGUEN, PORQUE CONOCEN SU VOz.

JUAN 10:4

La Biblia afirma que somos más que vencedores en Cristo. Sin embargo, hay creyentes que como dice el refrán, se mueren en el intento. Hay cristianos que buscan a Dios con una fuerza maravillosa, pero en cuanto viene la prueba se apartan de la fe, incluso se alejan del mismo Dios. En pocas palabras, tiran la toalla. Ya no les interesa leer ni oír la Palabra ni congregarse y se apartan dejando todo atrás. Lo que antes les llenaba el corazón ahora ya no les interesa, dejan de ayudar, de tenderle la mano al necesitado y sus vidas dejan de tener sentido. Y solamente les escuchas hablar del pasado, de los triunfos, de los años maravillosos. Esos creyentes se detuvieron, quedaron paralizados y se congelaron. Y todo por no saber qué hacer en momentos difíciles por los cuales todos pasamos. Son personas que ignoran que las pruebas no son derrotas para los hijos de Dios ya que por la fe que tenemos puesta en Jesús sabemos que la dificultad más grande la venceremos dado que Dios siempre estará con nosotros.

Escucha la voz de Dios.

Recordemos que guerra anunciada no mata soldados. Debemos saber que el enemigo siempre preparará la atmósfera para decirnos que nuestro destino es perder. Sin embargo, aunque



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enfrentemos dificultades, ese no es nuestro destino final porque en fe nos volveremos a levantar. Siempre habrá una palabra del Señor que nos restaure y nos anime. No escuches al enemigo. Escucha la voz de Dios.

El veneno mata solo cuando se ingiere. El veneno del diablo nos hará daño solo si lo creemos. Pero si sabemos rechazar la maldición, volverá a quien la soltó. No importa lo que te hayan dicho tus padres, en el trabajo, los pastores, los curas o si se te apareció el mismo Satanás. Si no lo crees nunca te tocará, porque solo creerás lo que Dios te prometió: que irás de gloria en gloria, porque al que maldice le irá mal.

Las maldiciones no nos tocarán si no las

recibimos y las echamos fuera.

Veamos lo que sucedió cuando el profeta Elías tuvo angustia y miedo. Se metió en una cueva pero allí tuvo una revelación. Se le apareció el ángel y le dijo: “Elías, sal de la cueva”. En ese lugar, en la cueva, Dios le recordó un principio poderoso que había olvidado y que todos debemos aplicar en el día de la angustia: tenemos que callar todas las mentiras del diablo que nos torturan. Tienes que salir de la cueva.

Cuando las cosas no le salían bien, Dios le habló en una oportunidad a Samuel de noche. En tu noche, en el momento de la dificultad, Dios te llamará por tu nombre y te dirá lo que harás. Por eso necesitamos entrenarnos para oír la voz del Espíritu Santo que está dentro de nosotros. Dios llamó tres veces a Samuel porque quería que aprendiera a reconocer de manera exacta la voz del Padre. Dios llamó: “Samuel, Samuel, Samuel”, y lo esperó. Tienes que aprender a oír la voz de Jesús.

El Dios que tenemos siempre te esperará con paciencia. El entrenamiento para oír a Dios es la mejor manera para liberar el potencial más rápidamente. Por eso no debemos correr detrás de un profeta de hoy, porque el profeta es bueno pero mejor es aprender a oír la voz del Señor directamente. La Iglesia de Jesucristo en esta tierra debe volver a ser sensible y escuchar la voz de Dios. Por eso no debemos pelear por las cosas de Dios ni discutir por temas de la fe, ni tratar de convencer a nadie. Esa es obra del Espíritu Santo. Él mostrará el camino que hemos de seguir. Él nos recordará lo que Jesús nos ha enseñado. Él nos consolará y sobre todo Él nos convencerá. Dejemos que Dios haga su parte.



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El modelo viejo caducó. Todo lo que experimentaste del Señor ya no es. Todo lo aprendido fue bueno hasta hoy pero lo que vendrá será mejor. Atrévete a escuchar la voz de Dios.

El profeta Samuel crecía en Dios. En cada ciudad Dios le hablaba y todo Israel escuchaba. Dios te llevará para que seas su voz. ¡Habla lo que Dios te dijo! Declara esas palabras de vida que las personas necesitan oír. Escuchar es obedecer. Cuando Samuel dijo: “Háblame que te obedeceré”, Dios comenzó a dialogar con él. Dios no quiere darte solo una palabra, quiere dialogar y desea escuchar: “Señor, voy a obedecer”. Él quiere que escuchemos y actuemos; ese es el plan.

Así que no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Toma la iniciativa, sigue creciendo, formúlate preguntas de fe, medita en la Palabra, evalúa lo que haces, entrénate en estar con el Señor, escúchalo y obedécelo en todo lo que Él te diga para tus próximos años. Dile al Espíritu Santo que te deje ver en qué áreas necesitas cambiar y dónde no has dejado que el poder de Dios se perfeccione.

En toda ocasión agradece a Dios por la gente que te provoca enojo y que te desespera porque son los que más te enseñarán de ti mismo. Lo que más te haga enojar es algo que pondrá de manifiesto las carencias que te limitan. Los hijos de Dios tenemos que avanzar así que atrévete a cambiar y a dejar al pasado atrás.

Si algo te enoja estarás demostrando que ese suceso o esa persona tiene autoridad sobre ti y te limita. Reconoce que es un área que no has dejado que Dios la transforme y está inmadura. Y Dios lo permitirá para que se active tu fe, hables palabras de fe y los resultados serán de fe, porque todo en el reino de Dios es fe. El ángel Gabriel se le presentó a Zacarías y le dijo que tendría un hijo -Juan el Bautista- y que sería grande delante de Dios. Dios nos ve grandes.

Atrévete a cambiar y a dejar al pasado atrás.

¡Así que no permitas que el diablo se burle de ti! ¡No dejes que Satanás te engañe! Cuando estamos en angustia creemos que nos falta fe, pero la fe está, lo que pasa es que la angustia no nos permite verla. En el dolor Satanás te dirá al oído: “¿Dónde está tu fe? ¿Qué pasa? ¿No que eras más que vencedor? Tu Dios te ha dejado”.

Tienes que aprender a oír la voz de Jesús.



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Tenemos que saber que podremos estar atribulados pero jamás derrotados. Confiesa: “Sí, tengo angustia; sí, me están persiguiendo, pero mi fe está intacta, nadie la puede tocar porque es un don que Dios ha guardado en mi corazón. Y no solamente no me robará la fe sino que potenciará una doble unción en mí y aun así, en donde esté aumentará mi fe”.

Necesitamos saber que los días de coronación muchas veces vienen en el peor momento de la vida natural. Los mejores momentos a nivel espiritual vienen cuando en lo natural parece lo peor, cuando te echaron del trabajo o todo te fue mal, se enfermó un familiar, ocurrió lo inexplicable, cuando nadie te entendió y estás ya sin fuerzas, cuando la gente murmura, habla mal de tí y te ofende, allí se aparece el Señor y en silencio escucharás: “Tranquilo, porque estás siendo elevado a otro nivel; serás mentor y ungirás a la gente que hará cosas más grandes. Prepararás a las próximas generaciones para que terminen de decapitar todo lo que Satanás ha hecho”.

Elías estaba en la cueva diciendo: “Señor mátame, no quiero saber nada más”. Pero cuando guardó silencio oyó decir a Dios: “Elías,

largo camino te resta, no solamente no vas a morir sino que entrarás en tu futuro y ungirás dos reyes. Esa es la unción que puse sobre ti y levantarás a Eliseo, quien usará espada y terminará lo que yo te pedí” (1 Reyes 19). Elías se levantó y se movió, porque cuando Dios te da una palabra no es para que continúes llorando sino para oír y accionar. Entonces algo más grande de lo que pensábamos, creíamos y hablábamos, vendrá.

En el reino de Dios todo es por fe.



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¿TE CAÍSTE? TIENES QUE LEVANTARTE

�

ASÍ QUE NO TEMAS, PORQUE YO ESTOY CONTIGO; NO TE

ANGUSTIES, PORQUE YO SOY TU DIOS. TE fORTALECERÉ Y TE

AYUDARÉ; TE SOSTENDRÉ CON MI DIESTRA VICTORIOSA.

ISAíAS 41:10 (NVI)

Que importante es entender que en la vida nos encontramos con momentos buenos, y no tan buenos, pero con fe y constancia, tendremos la victoria. Sin embargo, en el ínter los problemas y dificultades hacen temblar nuestra fe. A pesar de ello tenemos que recordar que todo problema tiene una solución y que está en nosotros tener la fuerza necesaria para encontrarla. ¿De dónde proviene esa fuerza? De la fe y la esperanza. Sin ellas te será imposible levantarte. Cuando sientas que fracasaste ante un problema recuerda que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6a).

Nunca pierdas tu fuerza, la fuerza de la fe, sin importar lo que hayas pasado. Porque los hijos de Dios no se quedan sin esperanza. El

arrepentimiento, la redención y la restauración están disponibles siempre de parte de nuestro

Amado, en todo momento. ¡Clama a Dios y Él te responderá! (jeremías 33:3).

Se dice que un famoso pintor al envejecer padecía artritis en sus dedos y cada vez que tomaba el pincel le resultaba sumamente doloroso. Le preguntaron por qué siendo un hombre ya grande y padeciendo esa enfermedad seguía pintando. Y él respondió algo impactante:



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“El dolor se va, pero la belleza, la grandeza se queda”. Eso es esperanza. Es tener claro lo que quiero y que a pesar de las circunstancias voy a lograrlo. La Palabra de Dios nos deja ver que fe y esperanza van de la mano. Hay cosas que necesitamos que sucedan, pero no sucederán si tú no te decides a dejar que Dios sea quien te levante.

Viviendo una vida de fe existe la posibilidad de ver la solución

.

El famoso pintor Miguel Ángel estaba pintando la Capilla Sixtina y cada vez que bajaba de ese techo, solo quería dormir porque estaba muy cansado, pero se angustiaba pensando que no podría levantarse. Durante esos momentos escribía sonetos y al finalizar uno, escribió: “No sé pintar”. Sin embargo al día siguiente recobrando nuevamente sus fuerzas subía la escalera para iniciar su labor. A pesar de que su problema le hablaba internamente, no obedecía. Nunca pierdas la esperanza sino ten siempre presente que en Cristo todo problema tiene solución.

Para problemas terrenales recuerda que

siempre hay soluciones divinas.

A la gente se le complica y se le hace muy difícil el poder entender que los problemas tienen una solución en Cristo. Y nos aferramos una y otra vez a ver los problemas con códigos terrenales en lugar de verlos con los celestiales. Lo primero a lo que recurrimos es a pensar cómo los resolverían nuestros familiares. Pensamos que todo lo tenemos que hacer como lo hicieron ellos y bajamos a Dios a nuestro problema terrenal. En lugar de que Dios sea la solución lo integramos al problema y pensamos que Dios no puede hacer algo al respecto. Nos bloqueamos y no vemos a Dios como la solución sino como la dificultad. ¿Has conocido gente que cuando se enfrenta a un problema su último recurso es la fe?

Siempre ten presente que en el reino de Dios

todo se mueve por fe.

Cuando tenemos fe nos damos cuenta de que la grandeza de Dios está hasta en las cosas que ni nos imaginamos. No tengas en tu mente a un Dios pequeño. No le restes poder a Cristo. Para un Dios grande, grandes soluciones, gran poder, grandes milagros. Después del problema,



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una vez que lo hayas superado, los hechos que te molestaban del día a día te resultarán insignificantes. No tendrán importancia esos detalles y las situaciones negativas ya no te harán daño. Sabrás, por experiencia propia, que aunque te caigas, vas a volver a levantarte. Sabrás lo que tienes que hacer en momentos difíciles.

Hay quienes dicen que después del momento más oscuro de la noche viene el amanecer. ¡Alégrate, pues después de la crisis serás una persona renovada y mejorada! Y con la ayuda de Dios serás una persona que sabe cómo actuar bajo la presión que producen los problemas. Y ahora sí te la vas a creer. Recuerda que siempre después de la tormenta viene la calma. Estoy seguro de que después de la tormenta, Jesús se volvió a quedar dormido en la barca. Cuando a David lo perseguían, se fue a dormir. En su mayor momento de crisis un ángel le dijo a Elías: “come y duerme”. Es lo que debemos hacer. Porque cuando el cuerpo está cansado, el espíritu se apaga. Tienes que aprender a dormir en tiempos de tormenta. Tienes que aprender a descansar en los brazos de tu Dios para que una vez que estés listo, tu fe se active y venga la solución que necesitas. Entonces llegará esa palabra de vida que traerá solución a tu problema.

Aprende a descansar en los brazos de tu Dios

Al leer la Palabra de Dios te darás cuenta de que en innumerables ocasiones nos dice: Levántate, esfuérzate, resiste, avanza, no te detengas. Así que lo que te resta es ponerlo en acción. No importa por lo que estés pasando porque todo lo que te ocurre tiene solución. Dios tiene esa palabra que necesitas, el consejo, la puerta abierta, el milagro. Así que no temas porque no estás solo. El Dios creador del universo está a tu lado en los momentos más difíciles. Levántate y resplandece porque ha nacido tu luz.

Así que no te detengas, solo tómate de la mano de Dios y sigue adelante. Tienes que salir de esa depresión en la cual has caído a consecuencia de no encontrar la solución a ese problema. No dejes que ese problema te empuje hacia abajo, no te dejes caer, no dejes que la tristeza se apodere de tu vida. Tómate de las promesas de Dios y verás su mano obrando a tu favor. Dios te dice que no temas ni desmayes. ¡Todo te saldrá bien! ¡Solo esfuérzate y se valiente! ( Josué 1:8-9).

No te desanimes. ¡Todo te saldrá bien!



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TÚ ERES UN PLAN DE DIOS DESDE EL

PRINCIPIO

�

PORQUE YO SÉ MUY BIEN LOS PLANES QUE TENGO PARA USTEDES

AfIRMA EL SEñOR, PLANES DE BIENESTAR Y NO DE CALAMIDAD, A

fIN DE DARLES UN fUTURO Y UNA ESPERANzA.

JeremíAS 29:11 (NVI)

Qué bien te hace sentir Dios cuando te dice en su Palabra que Él tiene planes de bienestar y no de calamidad. Mientras hay personas que piensan que la vida es una lucha, hay otras que piensan que la vida es alegría y bienestar. No importa la situación que hoy estés atravesando, tienes que saber que no naciste para vivir una vida de calamidad, tienes que saber que el gozo debe ser parte de tu vida. A nadie le gusta el dolor ni tampoco queremos aprender a tolerarlo. No nacimos para vivir en el dolor sino para vivir en la búsqueda de nuestros sueños.

Por tal motivo tienes que hacerte una pregunta, ¿Qué debo pensar acerca de la vida? Nuestras palabras son las que determinan la clase de vida que vamos a vivir todos los días. La vida es un desafío constante, es ir detrás de una meta, disfrutarla, alcanzarla para luego ponerse otra meta y así ir rompiendo los límites de nuestra propia existencia. Porque para eso estás, para romper límites.

No naciste para vivir en el dolor.

Cuando tuviste ese encuentro con Dios, Él te llamó. Él lo planeó desde antes de la fundación del mundo. Tu propósito es eterno, tu ministerio



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trascenderá, dejará herencia. Hay una palabra de Dios sobre tu vida desde el principio de los tiempos que te acompañará por siempre.

Cuando Dios te habló, derramó fe sobre tu vida. Él dijo que sus palabras no volverían vacías. Por eso, todo lo que nos dio a cada uno, lo haremos. Desde el principio creyó y bendijo todo lo que había hecho. Hay una palabra de Dios sobre tu vida desde el principio de los tiempos que te acompañará por siempre.

Todo lo que hiciste es por Él. Nosotros somos por Él, en Él y para Él. Génesis 1:1 dice: “En el principio” Dios se propuso hacer algo partiendo de una declaración. Es decir, Dios suelta una palabra de fe y hace lo que es, de lo que no existía. Dijo que todo lo que había hecho era bueno, por lo tanto, nosotros somos eso bueno que Dios hizo. Dios nos bendijo con una palabra de fe. ¡Dios es maravilloso! Hay una palabra que bendice todo lo que nos propongamos porque fue soltada por Dios desde el principio.

Hay una palabra de Dios sobre tu vida. Desde el

principio

A nosotros nos toca hacer lo mismo que Él hace y bendecir todo aquello que comencemos. En todo lo que inicies ya sea por primera vez o algo que ya has hecho, debe estar Dios. Entonces, en tu principio estará Dios.

•En el principio de tu día, estará Dios.•En el principio de tu trabajo, estará Dios.•En el principio de tu noviazgo, estará Dios.•En el principio de tu familia, estará Dios.•En el principio de cada nuevo proyecto, estaráDios.

La Palabra de Dios dice que en cada principio estará Él. Así que todo lo que inicies hazlo con fe porque en el principio estará Dios. Nada fue hecho ni será hecho sin Él.

Cuando pones a Dios en tu principio le estás dando a Él el primer lugar. Es decir, desde el inicio le has invitado a estar sobre lo que te has propuesto, sea lo que sea que le presentes. Y Dios no te dejará porque le diste espacio para moverse, para acomodar, para ordenar, para que



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las cosas sucedan. El libro de Génesis continúa diciendo que la tierra estaba desordenada, pero a través de la palabra de fe de la boca de Dios se ordenó.

Cuando Dios no está en tu principio las cosas quizás no avancen como lo esperabas o resulten a medias o de plano ni las llegas a empezar. ¿Te pasó alguna vez que hiciste a Dios a un lado y todo te resultó más difícil y hasta te tropezaste en lo que sabías que podía salir mal o estaba equivocado si no ponías a Dios sobre eso? Si te ocurrió, ¡ya está! ¡Aprendiste! Ahora que ya lo sabes, no te detengas sigue adelante.

¿Quieres volver a empezar?

Todo lo que inicies, primero bendícelo. Dios se encargará de cubrir todo el proceso de aquello sobre lo que te has decidido. Dios con sus palabras le da vida a todo. La fe es el principio. Lo que sueltas por fe, se realiza porque la palabra de fe obedece a quien la declare. Dios a todos nos llamó por fe y por fe muchos hemos respondido. En nuestro principio estará Dios.

Tu vida tiene propósito desde el principio.

RECIBE TU SANIDAD

�

EL ESPÍRITU DE DIOS EL SEñOR ESTÁ SOBRE MÍ, PORQUE ME

UNGIó; ME HA ENVIADO A PREDICAR BUENAS NUEVAS A LOS

ABATIDOS, A VENDAR A LOS QUEBRANTADOS DE CORAzóN, A

PUBLICAR LIBERTAD A LOS CAUTIVOS, Y A LOS PRESOS APERTURA

DE LA CÁRCEL.

ISAíAS 61:1



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Los hijos de Dios tenemos que cuidar no solamente nuestra manera de vivir sino también nuestra manera de hablar ya que la forma en que nos expresamos dice mucho de nosotros. Lo que estamos creyendo es seguramente lo que estamos hablando. Mientras más Palabra de Dios halla en tu corazón ésta marcará tu manera de hablar. Dice la Palabra de Dios que no puede salir de una fuente agua dulce y agua amarga (Santiago 3:11). ¿Qué está saliendo de tu boca? ¿Lo que estás hablando está trayendo bendición a la gente que te rodea? Cuando una persona empieza a criticar a otros o la obra de Dios es porque esa persona está mal y en lugar de mirar su propia vida, erradicar lo que no sirve y mejorar lo que hace bien, se pone hablar mal de los demás. Significa que su interior está desordenado y cuando uno anda mal, seguramente todo en nuestra vida está mal.

Cuando escuchas hablar a la gente, la forma como se expresa dejará ver cómo está su corazón. Un corazón o una vida en frustración te deshabilita para seguir conquistando. Tal vez querías alcanzar algo, ya sea en el área profesional, económica, familiar o afectiva y como no lo lograste la consecuencia fue que te sentiste frustrado y derrotado. Y sucede que

cuando una persona no puede ver cumplido su deseo o sueño, inmediatamente aparecen dos emociones opuestas como formas de liberar su frustración: el enojo y la tristeza. Y si no busca rápidamente su sanidad vendrá en algunos casos la ira.

Una vida en frustración te deshabilita.

El hijo de Dios tiene que cuidarse de la amargura producida por la frustración. La amargura y frustración llevan al resentimiento y en determinado momento podemos llegar hasta odiarnos y agredirnos a nosotros mismos. El dolor que una persona decepcionada siente es tan fuerte que suele hacer que la persona sin darse cuenta se aferre más al dolor y a su situación. Tu corazón es el asiento de tus emociones y el centro de control de todas las puertas de la vida (Proverbios 4:23).

El escritor inglés William Shakespeare decía: “Hay caídas que sirven para levantarnos más sabios y más felices”. Por esta razón estoy hasta el día de hoy en el ministerio porque lo que hasta hoy he vivido y he visto me ha servido de experiencia para no cometer los mismos errores que otros y yo hemos cometido. Tienes que sanarte del pasado y volverte a levantar en fe. Deja que el Señor sane tu corazón herido.



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Si eres una persona que ha decidido no vivir en frustración sino que se ha dispuesto a vivir más sanamente y recibiendo lo que se merece, todo lo que hayas propuesto, en fe te será hecho. Ahora bien, ¿qué es estar sano emocionalmente?

Una persona sana emocionalmente, cuida las

columnas que sostienen su vida.

Primera columna: Se conoce así misma. Todos debemos pasar por el proceso de conocernos a nosotros mismos. No es una tarea fácil, porque cuando comienzas a ver lo que hay en tu interior puedes encontrar cosas que no te gustan, y mucho menos que le gusten a Dios. Sin embargo, pasar tiempo contigo mismo te convierte en un hombre digno, en una mujer digna. Eres una creación maravillosa, digna de ser conocida y admirada.

Segunda columna: Lidera su propia vida. Hay personas que no pueden con su propia vida. ¿Cómo podrán ayudar a otros? Tú tienes que liderar tus pensamientos, tus sentimientos y tus acciones. No puedes vivir de acuerdo a lo que los demás piensan, sienten o actúan. Tú tienes el control de tu mente, tu cuerpo y tu espíritu. La capacidad y la libertad de elegir tus sentimientos están a cargo tuyo.

Tercera columna: Confía en su criterio y cree en sí misma aunque cometa errores. La verdad es que cuando decides algo no siempre te va ir bien pero tienes que tener tu propio criterio, te equivoques o no. Tienes capacidad para corregir lo que está mal y desaprender lo que aprendiste mal, para así incorporar nuevas creencias que sean sanas y verdaderas. Uno de mis mentores me decía: “El problema de mucha gente es que cuando se equivocan, el primer obstáculo que impide que crezcan es su actitud. ¡Porque cómo se aprende de los errores!

Cua r t a co l umna : Establece pr ior idades . Determínate a ponerle límites a todo lo que no sea bueno para ti y se convierta en un obstáculo que no te permita avanzar. Una persona sana establece límites claros.

Quinta columna: Invierte tiempo en sí misma. Es bueno que puedas estar con otras personas pero también que disfrutes al estar solo. Si logras disfrutar de esos momentos de soledad, después vas a poder disfrutar mucho más la compañía de otros. Solo tienes que recordar que en esos momentos de soledad, Dios está contigo. Tienes que hablarle a Dios de ti en la soledad y también de las personas que te rodean. El éxito de la vida



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en Cristo depende del tiempo que le dedicas a Él. En los momentos que no estás con la gente, estás con Dios. No le tengas miedo a la soledad. De ser así, ese temor estará reflejado en tu relación con los demás y podría llevarte a la codependencia.

Sexta columna: Tienes dos características: tenacidad y determinación a pesar de los obstáculos. Si lo que te propusiste en el pasado todavía no lo consigues, no te frustres, hay que seguirle dando hasta que salga. Lo puedes lograr en el futuro si eres tenaz y determinado. ¿Estás decidido a ser una persona digna y a ser libre para siempre de la frustración?

Séptima columna: Una persona sana habla de fe. Si perdiste un sueño o te equivocaste, tu fe te hará levantarte, sanarte, desatarte y volver a empezar. Tu fe no tiene que ver los obstáculos, ni debe escuchar las palabras de desaliento. Tu fe te sana de todo aquello que hasta hoy no te ha permitido alcanzar la meta.

Estar lleno de fe te convierte en una mujer y en un hombre de propósito, de los que ocupan la delantera, de los que van un paso adelante. La fe es la fuerza interior que generamos para liberarnos del dolor, de la angustia, de los recuerdos, para que sigamos siempre hacia nuestro objetivo. La fe restaura, sana y libera. Recibe tu sanidad.

La fe es vivir una vida en libertad y sanidad.



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DIME CON QUIÉN TE JUNTAS Y TE DIRÉ

QUIÉN ERES

�

POR SUS fRUTOS LOS CONOCERÁN. ¿ACASO SE RECOGEN UVAS DE

LOS ESPINOS, O HIGOS DE LOS CARDOS?

mAteo 7:16 (NVI)

¿Quiénes están a tu alrededor? ¿Te has puesto a pensar cuánto de tu personalidad ha sido afectada por relacionarte con un grupo determinado de personas? Te puede sonar ridículo pero en nuestro grupo de amistades puede haber yugo desigual. Ese yugo desigual puede estar interfiriendo en lo que puedas alcanzar y en lo que te propones y así cumplir tu propósito. Tienes que juntarte con la gente que dice: “Vamos a tomar nuestra pala y construiremos nuestro sueño. Vamos a creerle a Cristo y conquistaremos lo que nos propongamos”. Uno de los objetivos de hacer la voluntad de Dios es que crezcamos. Así que vamos a avanzar, vamos a prosperar en todas las áreas de nuestra vida.

A través de los años he observado que lamentablemente en algunas iglesias se ha lastimado y maltratado a personas. En pocas palabras se ha abusado de ellas. Hemos visto dobles mensajes y palabras con malas intenciones que han lastimado las emociones, han descalificado y desvalorizado. Y esto ha llevado a muchas personas a ser complicadas en su hablar, en su decir, contradictorias, hombres y mujeres manipuladores que permanentemente están llenándonos de culpas y miedos.



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Personas que fueron lastimadas y que al no poder superar ese dolor lo transmiten a otros. Han dejado el sueño, el avivamiento, los proyectos y la fe. Y eso los ha llevado a vivir una vida vacía, monótona, sin sentido, conformándose y estancándose. Y lo más triste de todo es que esas personas están ocupando un lugar en una iglesia y lo único que están haciendo es contaminar a otros. Tú tienes que ser libre de la gente. No me refiero a encerrarnos en una burbuja y no tener contacto con la gente. Estoy diciendo que uno debe elegir con quién se va a relacionar para poder impactar con nuestro testimonio a los que nos rodean. Seamos ejemplo.

Vamos a creerle a Cristo y conquistaremos lo que nos propongamos.

Desarrolla relaciones que te lleven a crecer no solo a ti, sino que a través de ese crecimiento puedas ser de ejemplo a otros que tal vez estén pasando por lo mismo. El hecho es que a veces fallamos porque hemos elegido personas o amigos que no aportan nada a nuestra vida. Incluso personas que van contigo a la iglesia todos los domingo y que hasta tienen un cargo te pueden acelerar porque su meta podría ser boicotearte en todo lo que aprendas y pretendas para Dios.

En todos los ámbitos estaremos en contacto con gente. Mientras estudiamos, cuando trabajamos, en nuestra familia, todo está conformado por gente, pero sabemos que hay de personas a personas. Por eso es tiempo de aprender a quién oiremos y debemos establecer vínculos con gente de fe.

Veamos lo que le sucedió a una prostituta. “Por la fe Rahab no murió con los desobedientes” (Hebreos 11:31). La fe te hará juntarte con los mejores. Los dos espías simbolizan la Palabra de Dios que viene a esconderse en tu mente y en tu espíritu. Si tú la escondes en tu corazón, el rey que simboliza el sistema del mundo perderá poder sobre ti. Cada palabra que se esconda en tu espíritu traerá liberación.

Rahab era la prostituta, la loca, la tonta, pero cuando reconoció a los hombres de Dios y les permitió que descansaran en su morada, se convirtió en una conquistadora. En Hebreos 11 la Palabra dice: “Por la fe, la prostituta Rahab...”. El Señor dejó el ejemplo de esta mujer para que los judíos y nosotros entendiéramos que no hay estigma que pueda sobre la fe.Declara un milagro, habla palabras de fe y habla



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con fe, ten cuidado con personas quejumbrosas y negativas y de gente que habla en pequeño. Empieza a confesar la gloria de Dios sobre tu vida porque estás a punto de que Dios te habrá los ojos del espíritu y veas toda la bendición que estabas necesitando.

Cada palabra que se esconda en tu espíritu

traerá liberación.

•Gedeón ganó la batalla con trescientos, porque mejor es tener trescientos inteligentes, que tres mil que no comprendan la visón que les estás dando.

•David conquistó una ciudad con tres hombres inteligentes que declaraban palabras de fe, porque Dios no se mueve por cantidad, Dios se mueve con gente con sabiduría.

Tú decide tus pensamientos y palabras. Desde que nacemos Dios nos da la libertad de modificar y desechar aquello que no nos sirve, de alejarnos de quienes no se dejan cambiar por Dios y que en lugar de que agreguen o sumen valor a nuestra vida, nos están limitando a vivir como Dios nos manda.

Hoy puedes deshacerte de cada una de las mentiras y de las máscaras que te han querido vender. Puestos tus ojos en Jesús puedes decidir lo mejor para tu vida. Asóciate a Jesús, a su fe, a su misericordia, a su amor.

En la vida todo es decisión. Decide hoy juntarte con hijos de Dios que sean hombres y

mujeres de fe.



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CUANDO TE LEVANTES CON EL PIE

IZQUIERDO

�

ESTE ES EL DÍA QUE HIzO EL SEñOR; NOS GOzAREMOS Y

ALEGRAREMOS EN ÉL.

SAlmoS 118:24

Que difícil es confiar en el Señor cuando te sucede todo lo malo y además, todo lo que haces te sale mal. Y te dices: Dios no tiene tiempo para mí, no le intereso. A Dios se le acabaron las intenciones para conmigo. Los planes se agotaron. Te sientes derrotado y no puedes levantarte. Pero, ¿sabes algo? Todos tus sueños tienen el respaldo de Dios. Los sueños los puso Dios en tu corazón. Primeramente eran sueños de Dios, pero ahora son tuyos; te pertenecen. Cuando Dios te dio su sueño, —sueño que ahora es tuyo— sabía que te sostendría en todo el camino. “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (jeremías 29:11 NVI).

¿Qué hacemos entonces en aquellos momentos cuando sentimos que nuestras fuerzas decaen y queremos abandonarlo todo? En ese instante hay que buscar Palabra de Dios. Porque cuando más lucha tenemos, más Palabra de Dios requerimos. El enemigo querrá moverte el piso y hacerte sentir que fracasaste. ¿Qué harás? Ante su estrategia y sus ataques, debes declarar promesas, promesas y más promesas. Por cierto, ¿cuántas promesas de Dios conoces?



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Por cada palabra que el enemigo te susurre al oído, suelta veinte palabras de fe, porque después del día malo, viene el día bueno. Para que puedas declarar promesas, tienes que llenarte de Palabra, leer más la Palabra, confesar más la Palabra. Ver menos televisión, escuchar menos radio, leer menos el periódico y llenarte de Palabra y más Palabra. Si estás preocupado, más Palabra. Si no tienes trabajo, más Palabra. Si estás enfermo, ¡más Palabra!

Después de una sequía hay una bendición.

Probablemente en el día malo te sucedió lo mismo que al profeta Habacuc. Todos en algún momento de nuestra vida manifestamos este mismo estado de desilusión y angustia. Él le preguntaba al Señor: “¿Hasta cuándo, Señor, he de pedirte ayuda sin que tú me escuches? ¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú nos salves? ¿Por qué debo contemplar el sufrimiento?” (Habacuc 1:2 NVI).

Todos los creyentes le hemos hecho cuestionamientos al Señor en algún momento. Cuando la enfermedad golpeó tu cuerpo o alguien de tu familia, dijiste: Señor, ¿por qué

se murió? ¿Por qué no lo sanaste? ¿Por qué la enfermedad? ¿Por qué tantos pleitos? ¿Por qué la falta de oportunidades?

La otra pregunta que hace Habacuc es: “¿Por qué el malo acosa y viola al justo? ¿Por qué y hasta cuándo? ¿Por qué el sufrimiento y hasta cuándo?”.

A lo que Dios respondió: Habacuc 1:5: “!Quédense asombrados! Estoy por hacer en estos días cosas tan sorprendentes que no las creerán aunque alguien se las explique”.

En los próximos días Dios hará algo en tu vida que no vas a poder creerlo. Cuando te lo diga vas a decir: No puede ser, ¡no!, ¡no!, ¡no! Y Dios te va a decir: ¡Sí!, ¡sí!, ¡sí! Será algo extraordinario, algo sobrenatural. Suelta palabras de fe porque algo grande viene; huélelo, disfrútalo, gózalo, llénate de fe y de esperanza.

Habacuc dijo: “Yo vi las manos del Padre, rayos brillantes salían de sus manos y el resplandor fue como una luz. Y Dios le dijo: Habacuc en medio del dolor y del desierto voy a llenar la tierra de mi gloria como las aguas cubren el mar, a lo que el profeta respondió: Aunque



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en las vides no haya fruto, no haya vacas, no haya prosperidad, con todo, yo me gozaré en el Dios eterno, porque él será mi fortaleza, y yo seré como la gacela que anda en las alturas” (Habacuc 3).

Suelta palabras de fe porque Dios hará algo en tu casa que no lo vas a poder creer. Celebra por anticipado tu sueño. Dalo por hecho. Dios sabe muy bien por lo que estás pasando y sabe muy bien que te has esforzado por agradarle a Él. Dios no ignora que a pesar de estar pasando situaciones difíciles, tú sigues creyéndole a Él y confiando en Él. Y esa actitud le complace al Señor así que espera tu milagro, lo que Cristo está a punto de hacer con tu necesidad.

Dice el libro de Habacuc: “...él hace mis pies como de ciervas” (Habacuc 3:19). ¿Sabías que la gacela es uno de los cinco animales más veloces del mundo? Nosotros correremos como las gacelas y no nos cansaremos. Podremos huir velozmente de los que nos quieren devorar. Podremos alcanzar lo que nos propongamos. La fe será tu fortaleza, tu sostén en el día malo. Y tu misma fe atraerá para tu vida el día bueno. Habla palabras de vida y lucha por lo que Dios te prometió.

Dios está del lado de sus hijos.

El Señor está listo para ponerse en tus zapatos. Su espada está preparada para que seas sano, bendecido y prosperado. Está pronto para darte tu Jericó; ese sueño que tu corazón anhela. La guerra ya está lista, ¡y el Señor ya la ganó! Si quieres que Dios te bendiga ponte de acuerdo con Él. Haz un trato con Dios. El acuerdo se tiene que dar primero en la tierra para que repercuta en el cielo.

Cuando Josué habló con el Señor se puso de pie y le dijo: “¿Cuáles son las órdenes mi General?”. ¿Y sabes por qué Dios le habló como un soldado? Porque Dios te habla de acuerdo a lo que eres. “Es una orden”, le dijo el Señor, porque tú eres un conquistador. Y el Señor añadió: “Te ordeno que prosperes, te ordeno que tomes tu sueño, te ordeno que seas feliz, te ordeno que te multipliques, y te ordeno que todo lo que hagas te salga bien. Te ordeno que guardes mi Palabra y que siempre la tengas presente” (josué 1:1-9).



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¡Grita tu fe! Cree que en este día, a través de tu grito estarás golpeando las tinieblas y deshaciendo la enfermedad, la escasez, la falta de trabajo, el desamor de tu familia. Grita bien fuerte porque tu sueño tiene el respaldo absoluto, total y maravilloso del Señor.

Por eso en momentos difíciles no te desenfoques. Golpea al día malo con palabras de vida, con declaraciones de fe y espera la recompensa del día bueno. No te conformes a este siglo, sigue confiando, creyendo y respaldándote siempre con la Palabra de Dios (Romanos 12:2). Confía siempre aunque el día esté nublado. Detrás de las nubes el sol resplandece aunque no lo podamos ver. Aunque tus problemas te hagan ver una gran oscuridad, recuerda que cuando la noche es más densa es porque el sol está por salir.

Por eso en momentos difíciles no te desenfoques. Sigue poniendo tu mirada en

Jesús.

"Amigo lector, el libro que acabas de leer es un mensaje muy especial de Dios para tu vida. La historia nos dice que desde que el hombre y la mujer fueron creados, Dios los puso en un lugar muy especial. Imagínate el hermo-so jardín rodeado de árboles y flores de todos colores, un clima sensacional y lo más increíble, gozar de la misma presencia de Dios. La relación entre Dios y el hombre era entonces muy estrecha, de mucha camaradería y go-zaban de una gran amistad. Sin embargo, había una tercera persona en discordia entre el hombre y la mujer: el diablo. Éste los tentó y cayeron cometiendo pecado. Lo más lógico era que el hombre y la mujer se acercaran a su Dios y le pidieran perdón por lo que habían hecho. Pero lo más trágico de esta historia es que en lugar de hacerlo, se escondieron. Dios entonces comenzó a buscarlos. Creo sinceramente que aún en este tiempo Dios anda en busca del hombre y lo más triste es que el hombre continúa es-condiéndose de Él, en el trabajo, en una relación, en los bienes materiales, en la religión, etcétera. Lo que más anhela Dios es que tú y yo nos dejemos encontrar por Él. Ahora nos toca a nosotros.

REFLEXIÓN

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Este libro es otro intento de parte de Dios para que te acerques a Él. Lo que Dios más anhela es entrar en tu corazón y darte la vida eterna como un regalo. ¿Quisie-ras hacerlo? Repite conmigo estas sencillas palabras de invitación: “Dios, gracias por la vida que me has dado hasta este momento; gracias por tu gran amor demos-trado en la persona de tu amado Hijo jesucristo, quien murió en la cruz para el perdón de mis pecados. En este momento decido abrir la puerta de mi corazón, pidiendo tu perdón y pidiéndote que entres a morar en mí. Dame la seguridad de la vida eterna, en el nombre de tu Hijo; así sea”.

Si hiciste esta oración, la promesa de jesucristo es: “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna” (juan 6:47)."

Pib 2007, mensaje de vida. Elige lo mejor. Parte in-fine.

¿quieres ver milagrosen tu vida? aprende y eleva tu nivel de fe

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