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DEBER DE DESARROLLO II
NOMBRE: KLEBER XAVIER GALINDO CALLE
FECHA: 28 DE FEBRERO DEL 2005.
TEMA: HECHO CRISTIANO:
¿QUIÉN ES JESUCRISTO?
Siempre ha llamado la atención de creyentes y no creyentes, de qué manera un
hombre humilde, sencillo, como Jesús, ha sido capaz de crear un movimiento
espiritual universal de tanta dimensión.
Esta inquietud personal y social, es posible de descifrarla descubriendo, analizando
y proyectando en nuestro ser algunas particularidades de este admirable personaje
único en la vida de los cristianos.
Es así que diríamos, en primer lugar, que Jesús es un hombre histórico, aunque
muchos de sus datos se han logrado establecer por investigaciones indirectas, pero
que siempre se acercan más a la verdad. Entonces, se afirma que Jesús es de
Palestina, un país pequeño y pobre, pero que geográficamente ocupaba un lugar
estratégico y de vital importancia; país cuyos habitantes basaban su vida en la
agricultura, crianza de ganado pequeño, pesca, artesanía y profesiones. Nuestro
personaje vive en una sociedad en la que la política y la religión regían la vida de los
ciudadanos, pueblo analfabeto y despreciado, tanto por las autoridades religiosas
como por las autoridades civiles, por los ricos, Saduceos, Herodianos, Fariseos,
Escribas. Jesús proviene de una genealogía seleccionada Dios, su padre, es decir
de una casta privilegiada para los propósitos divinos, pero humilde. No se dice ser
de una familia pobre dada su instrucción y formación, pero sí de un hogar con cierta
autonomía social y económica.
Por otro lado, para entender la trascendencia de Jesucristo para los cristianos es
importante averiguar desde los rasgos de su personalidad, su mensaje y misión que
vino a establecer en la tierra, y entonces deducimos que:
Jesús se presenta como el Salvador, como el que viene a realizar las esperanzas
del pueblo, por eso convive con la gente marginada por el sistema social-político
y religioso.
Jesús a la vez que ANUNCIA, DENUNCIA las divisiones y conflictos, los que
muchas veces son justificadas en nombre de Dios.
Jesús desenmascara a los falsos líderes y dueños del poder económico, quienes
tratan al pueblo como ignorante.
Jesús se revela a la tradición que alejaba a los judíos de la verdadera voluntad
de Dios.
Jesús revoluciona el sentido de la libertad frente a los ritos, prescripciones y
leyes litúrgicas que están vacías de sentido, porque no estaban al servicio del
hombre.
Jesús adopta una vida errante y “escandalosa” por su presencia con la gente
más despreciable.
Jesús tiene sentimientos profundos, pues demuestra mucho cariño por los niños
en una sociedad que no tenía espacio para ellos, los abraza, los bendice; le
llama la atención la incredulidad de sus propios paisanos; el dolor de sus
semejantes le conmueve; se maravilla con la apertura de los sencillos, siente la
ingratitud de los enfermos, se entristece con la ceguera de los fariseos…
Pero también se muestra, casi como nosotros, como un ser firme y hasta
violento, cuando usa la fuerza física contra los mercaderes del templo; se queja
de la ignorancia de los discípulos; se preocupa por el espíritu de venganza de
sus discípulos; se alegra con sus apóstoles cuando regresan de su misión…
Jesús rompe con las reglas morales de la época, estableciendo amistades con
las mujeres, quienes son relegadas y no tienen valor alguno.
En síntesis, Jesús es una persona que ama, se alegra, siente ira, bondad,
dureza, amistad e indignación. Es un hombre que reúne sentimientos de la
vida humana como el hambre, sed, cansancio, frío, calor, la vida sin techo, la
tristeza, el temor y las tentaciones, por eso Jesús representa la diversidad
humana y a la vez la esperanza divina de un Reino Celestial en el más allá.
¿Y a que vino Jesús? Según las escrituras Jesús vino con una clara misión que le
había sido encomendado por su Padre. Su actitud crítica frente a las autoridades,
su libertad frente a la ley, es todo una consecuencia de la transformación radical de
la sociedad, cambio que se basa en la ley del amor, de la justicia, de la opción por
los más pobres y de seguir los designios del creador a fin de formar un mundo de
paz; de ser profetas en la misión evangelizadora superando las dificultades y
persecuciones. Vemos a Jesús con objetivos claros: formar comunidad, formar la
conciencia del pueblo, combatir el poder del mal, restablecer la vida para el servicio,
mantenerse unido al Padre, provocar actitud misionera, acoger a los marginados…
Con todo este análisis efectuado sobre este Jesús histórico vale la pena enfocar
nuestro esfuerzo en descubrir a Jesús de la sociedad actual. Por eso vale
cuestionarnos: ¿quién es Jesús para los hijos de las familias modernas?, ¿qué
representa Jesús en nuestra vida de estudiantes?, ¿forma parte Jesús en nuestros
proyectos de vida?, ¿hemos acogido las propuestas de Jesús, materializando sus
mensajes bíblicos en los actos de nuestra vida?, ¿es su luz, una luz que enceguece
o aclara nuestra mente y nuestro corazón?, ¿es Jesús el centro de nuestra vida?,
¿es Jesús el camino, la verdad para llegar a Dios?, ¿qué valores religiosos proyecta
Jesús en la vida de los pobres y desamparados de este país?,…
Con este conjunto de preguntas es importante referir la reflexión a las siguientes
conclusiones:
Jesús es la más clara demostración que Dios nos ama; tanto es así que nos redimió
de todos nuestros pecados en el sacrificio de la cruz. Esta señal la debemos acoger
los cristianos en el sentido de que no importa sacrificarnos de algún apego material y
vano con tal de engrandecer nuestra alma, y sólo se sacrifica quien ama de verdad,
con total plenitud entregando algo de sí sin esperar nada a cambio.
Cristo nos enseña que debemos cambiar el mundo, no a través de la fuerza, de las
armas, de la muerte, del exterminio, del genocidio, sino que debemos hacerlo
mediante el cambio de costumbres, del estilo de vida; es decir una vida recta, justa,
moral, ética, dispuesta la servicio a los demás y agradable a los ojos de Dios. Se
nos invita a vivir en paz y armonía, desde el concepto del respeto hacia sí mismo y
los demás; considerando que la dignidad humana es el don más preciado que
tenemos que preservar y proyectar.
El Jesús de hoy nos invita a escuchar la voz de los que no lo tienen; a compartir el
pan con los que nada tienen; la opción por los más pobres es la utopía más grande
de los cristianos, porque él dice: “tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me
diste de beber, tuve frío y me diste abrigo, estuve en la cárcel y me visitaste”; es así
como la palabra de Jesús deja de ser una teoría muerta en el pasado, para
transformarse en una acción solidaria del ahora.
Jesús nos invita a ser hombre de fe, a creer en el Padre y a fortalecer el espíritu con
esa llama que nos hace ser hijos de la luz. Es con Jesús que el dolor se redime, que
la soledad se cura, que la esperanza nos sostiene, que el perdón nos fortalece, que
la razón nos guía, que la humildad nos ennoblece, que el amor nos dignifica.
Jesús es para nosotros el camino para llegar a Dios; es el camino efectivo que limpia
nuestra alma de la impurezas que el mundo del pecado nos nutre; su presencia
espiritual en nosotros es el buen decir, el buen hacer y el buen querer; es su palabra
la que borra las líneas torcidas que trazamos día a día. Nos enseña que perdonar
es el antídoto del rencor, y que el odio es la peor prisión del ser humano.
El evangelio de Jesús es tan humano como divino, porque nos conduce a la
auténtica verdad, la misma que se halla en una convivencia fraternal, solidaria, justa,
alegre, humilde, constructiva, esperanzadora, en la que reine el amor como el
mandato que nace de la nueva alianza entre Dios y los hombres.