querido ingeniero

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Q UERIDO TESLA YO TAMBIÉN QUIERO SER INGENIERO os dos nos enamoramos de la misma luz y del mismo silencio. Compartimos esa pasión que pocos entienden y muchos desprecian por darle un poco de dinamismo a esta babilonia llena de energía, la pasión por crear, por las nuevas ideas. Vivimos épocas diferentes: Tú la revolución industrial, esquivando lo desconocido, huyendo de los intereses por un trono que siempre te correspondió; Yo los años de la locura del progreso económico e industrial, buscando el rostro autentico del verdadero conocimiento, sobre un pupitre de una biblioteca o bajo la mirada de una pantalla, donde han muerto los sueños de toda una generación. Ambos estamos llenos de impulsos contradictorios hacia un mundo vivo y muerto a la vez, globalizado y despoblado, burgués y obrero, falso y cierto. Ambos buscamos la luz desde el extrarradio del poder, donde el corazón del tiempo late más rápido. Ambos, estoy seguro, observamos las estrellas, asustados ante la inmensidad del Universo. Miramos a los ojos a los mismos fantasmas, a los 6.973 millones de L muertos. Y para no morir viviendo como ellos, nos dirigimos a nuestra mente creadora para inventar lo que todavía no está en nuestras manos, soñando con la eternidad. os evadimos del sistema por la misma hendidura. En tu caso, a través de una gran memoria visual y una mente creativa, que junto con los conocimientos en ingeniería eléctrica, vieron nacer un papel en blanco deseoso de ser escrito. El mundo que yo habito hoy es, sin embargo, una hoja llena de mentiras y promesas incumplidas. Tú escribiste tu propia historia, iluminaste a la humanidad, y esos rayos de luz se clavaron en todos los ámbitos de un mundo que te amó y te odió con la misma intensidad. Estos rayos de luz, que todos vemos, representan el lado más creativo de Europa. Fuiste indomable y libre, pero eso no lo supieron ver y te N

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ARTICULO SOBRE TESLA

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QUERIDO TESLA

YO TAMBIN QUIERO SER INGENIERO

Los dos nos enamoramos de la misma luz y del mismo silencio. Compartimos esa pasin que pocos entienden y muchos desprecian por darle un poco de dinamismo a esta babilonia llena de energa, la pasin por crear, por las nuevas ideas. Vivimos pocas diferentes: T la revolucin industrial, esquivando lo desconocido, huyendo de los intereses por un trono que siempre te correspondi; Yo los aos de la locura del progreso econmico e industrial, buscando el rostro autentico del verdadero conocimiento, sobre un pupitre de una biblioteca o bajo la mirada de una pantalla, donde han muerto los sueos de toda una generacin. Ambos estamos llenos de impulsos contradictorios hacia un mundo vivo y muerto a la vez, globalizado y despoblado, burgus y obrero, falso y cierto. Ambos buscamos la luz desde el extrarradio del poder, donde el corazn del tiempo late ms rpido. Ambos, estoy seguro, observamos las estrellas, asustados ante la inmensidad del Universo. Miramos a los ojos a los mismos fantasmas, a los 6.973 millones de muertos. Y para no morir viviendo como ellos, nos dirigimos a nuestra mente creadora para inventar lo que todava no est en nuestras manos, soando con la eternidad.Nos evadimos del sistema por la misma hendidura. En tu caso, a travs de una gran memoria visual y una mente creativa, que junto con los conocimientos en ingeniera elctrica, vieron nacer un papel en blanco deseoso de ser escrito. El mundo que yo habito hoy es, sin embargo, una hoja llena de mentiras y promesas incumplidas. T escribiste tu propia historia, iluminaste a la humanidad, y esos rayos de luz se clavaron en todos los mbitos de un mundo que te am y te odi con la misma intensidad. Estos rayos de luz, que todos vemos, representan el lado ms creativo de Europa. Fuiste indomable y libre, pero eso no lo supieron ver y te enfrentaste a los depredadores de lo nuevo

solo con tu mente. Les venciste, Tesla, cosa que no logramos hacer ninguno de nosotros. Les venciste tanto que acabaron formando un mundo a travs de tus inventos. Fuiste Tesla, el inventor del s.XXI, el genio de la era moderna.CFuando era un nio, observaba alucinado los motores elctricos de los coches teledirigidos que desmontaba, tambin me preguntaba cmo era posible mover una palanca aqu (en el mando) y que el coche se moviera all, en esa direccin determinada. Y la industria cambi. Los ordenadores se convirtieron en porttiles, el telfono pas a ser mvil, internet lleg a todas las casas, la era de la informacin estaba naciendo y con ella, un amplio abanico de posibilidades se abri ante m. Yo solo era un nio, pero entend que aquellas antenas que inundaron la cuidad, apuntaban a un mundo de seres humanos que no quieren ser nmeros. Yo quiero ser algo ms que un nombre, y como t, caminar por las calles del conocimiento eterno mirando a las estrellas, para sentir que estoy vivo. Vivo a travs de una mente que crea y destruye al mismo tiempo.uiste el creador de tu propio destino y permaneciste fiel a ti mismo. Otros te plagiaron muchos aos ms tarde, para aprovechar la fuerza de un inventor que nadie entenda, y que intentaron menospreciar por intereses poco loables. Con todos te enfrentaste por tus ideas, sin rendirte nunca. Ese amor por crear germin bajo todos los ojos de una sociedad un siglo mas tarde y hoy es un rbol de ramas infinitas que ninguna ley podr cambiar jams.

La enfermedad acab con la vida de un hombre que venci a todo un mundo. El mismo que te persigui, que te atac desde todos los flancos, que intent volver tus antenas contra ti para herir tu alma, hoy te rinde el homenaje que mereces. Algunos de tus inventos perviven entre nosotros y la muerte se aleja asustada de tu nombre, consciente de que tu recuerdo jams ser borrado. Hoy el ingeniero te recuerda expectante, ante los prximos inventos de la humanidad.Querido Tesla, hoy somos millones los que tomamos tu testigo. Tus antenas nos marcan el camino de un avance permanente por los mrgenes de la ingeniera. La muerte no es nada, Tesla. Los libros, planos, artculos y unidades que llevan tu nombre, celebran tu existencia, una existencia corta en el tiempo, pero eterna en la creatividad.Solo decir que escribo esto en memoria de todos los creadores de los siglos pasados, de este siglo y de los que vienen.Escrito por Jose Parra Silva