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Fauna Mundial

Grande, enjuto y desgarba-do, de aspecto extraña-mente humano en ciertos

gestos y actitudes, el mono arañanegro (Ateles paniscus) vive enbosques tropicales y subtropica-les húmedos y maduros, dentrode un área de distribución discon-tinua que parte del norte de Bra-sil, y se extiende hacia el nortepor Guyana, Surinam y GuayanaFrancesa. Aunque no está confir-mado, posiblemente se halle tam-bién en zonas de Venezuela fron-terizas con Guyana.

Buena parte de los conocimien-tos actuales sobre la especie pro-viene de los estudios pionerosdesarrollados por Marc van Roos-malen en la reserva de Raleighva-llen-Voltzberg, en Surinam. Se-gún estos trabajos, iniciados enlos años ochenta y aún en mar-cha, las mayores densidades sedan en bosques primarios del in-terior del país, un hábitat que em-pieza a mostrarse óptimo a unoscien kilómetros de la línea de cos-

ta, tierra adentro. De clima tropi-cal, estos ambientes selváticosreciben precipitaciones anualessuperiores a los dos mil milíme-tros, con alternancia de estacio-nes lluviosas y secas.

Al igual que otras especies demonos araña, nuestro protago-nista muestra preferencia por losestratos elevados del dosel fores-tal de bosques de hoja perenneno alterados por la acción delhombre, que no se vean afecta-dos por las crecidas estacionalesde algunos ríos. Ocasionalmente,también pueden encontrarse enselvas inundables, así como enciertas sabanas de montaña, situa-das en formaciones graníticas quemarcan el límite en altura del bos-que tropical húmedo en Surinam.

Envidia de cualquier trapecistaprofesional, al mono araña negrole encanta balancearse y despla-zarse por las ramas más eleva-das, a más de veinte metros delsuelo. Aunque es capaz de cami-nar y correr a cuatro patas, inclu-

Hembra de mono araña negro con su cría, sentada en la copa de un árbol mientrascome frutos, en un bosque de Guayana Francesa. A la derecha, selección de frutos pro-cedentes del bosque tropical húmedo. La dieta del mono araña se basa casi por com-

pleto en este recurso, por lo que es un eficaz dispersor de semillas (fotos: WWF-Canon/ Roger Le Guen y WWF-Canon / André Bärtschi).

A algunos, el mayor primate del Nuevo Mundo, por sus extremidades y cola tan largas,les recuerda vagamente a una araña. Pero de lo que no cabe duda es que este

campeón de las alturas, perfectamente adaptado a la vida arborícola, es un excelente bioindicador por su dependencia de bosques tropicales intactos.

De momento, el mono araña negro está poco amenazado, pero ni mucho menos fuera de peligro.

por Isaac Vega

El mayor primate americano depende de bosques tropicales inalterados

Mono araña negro: vivir en el trapecio

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so de forma bípeda en pequeñostrayectos, lo habitual es verle vo-lar de rama en rama, gracias asus brazos alargados y musculo-sos. Sus peculiares manos, pro-

vistas de largos y potentes dedos,le facilitan el agarre.

Destaca la ausencia del pulgaroponible, tan útil y característicopara la gran mayoría de los pri-mates. No se trata ni mucho me-nos de una desventaja funcional

o un menor grado evolutivo conrespecto a otros monos. De he-cho, el volumen cerebral del mo-no araña negro supera en tamañoal de otros primates de sus di-mensiones. Se trata por el contra-rio de una especialización adapta-tiva al medio: sus antecesores po-seían el pulgar oponible, pero és-te fue desapareciendo de formaprogresiva.

Otra adaptación al medio arbó-reo es la cola larga y prensil, decasi un metro, que hace las vecesde un tercer brazo. Su cara inte-rior, desde la mitad a la punta, notiene pelos y presenta la mismatextura que la palma de las ma-nos. Además de servirle de balan-cín, la cola le proporciona mayoreficiencia en sus desplazamientosy al manipular alimentos. Colga-do de ella, es capaz de seleccio-nar, manejar, trocear y llevarse ala boca los frutos de los que senutre con ambas manos.

De familia a tropaAl igual que sucede con el chim-pancé (Pan troglodytes), el monoaraña negro vive en complejossistemas de fusión y fisión social,integrados por unos quince oveinte ejemplares adultos. Variosnúcleos familiares básicos –for-mados cada uno por dos progeni-tores y una cría– se asocian entreellos, creando grupos de interéscon mayor capacidad de búsque-da y defensa del territorio. Estasagregaciones son dirigidas porhembras adultas con capacidadde liderazgo y defendidas por losmachos más corpulentos.

Viven juntos en paz y armonía,desplazándose como amigos quevan de excursión. Las agrupacio-nes no suelen ser muy estables,siendo los abandonos y las nue-vas incorporaciones habituales alcabo de unas pocas semanas. Sededican a prospectar conjunta-mente un territorio que, segúnlos estudios de Van Roosmalenen Surinam, rondaría los 2’5 kiló-metros cuadrados.

Sin embargo, las estanterías deeste supermercado natural que esel bosque tropical no están siem-pre llenas y empiezan a vaciarse

DescripciónCon algo más de medio metrode altura y un peso cercano a losdiez kilos (las hembras son me-nores), es el mayor de los prima-tes americanos. Exhibe unasadaptaciones anatómicas y locomotrices adapta-das a la vida arbórea, como por ejemplo sus lar-gas extremidades anteriores y posteriores y lacola prensil. Se distingue del resto de especiesde monos araña por el largo pelaje negro que lecubre todo el cuerpo, a excepción del rostro,pigmentado con tonalidades que van del rojo alrosa y completamente lampiño, salvo por unapequeña mata de pelillos blanquecinos justo enel hocico.

ComportamientoEspecie diurna y frugívora, que vive en bosquestropicales húmedos y maduros. Con una agilidadsólo equiparable a la de los gibones (género Hy-

lobates), se desplaza por braquia-ción (mediante balanceo entre ra-mas) a través de las copas del do-sel forestal. Casi la mitad de sutiempo lo invierte en descansar,

menos de una cuarta parte en des-plazarse y el resto en alimentarse. Vive en una compleja estructura social, formadapor grupos grandes organizados a su vez ensubgrupos más reducidos, que protegen de for-ma cooperativa a jóvenes y crías, reuniéndoseen bloque ante cualquier amenaza a su territo-rio. Para comunicarse o dar la alarma emiten di-versos tipos de voces y gritos, que pueden seroídos a un kilómetro de distancia o másEs menos susceptible que otros primates sura-mericanos al ataque de depredadores, debido asu gran tamaño, agilidad extrema y vida grupal.Aún así, entre los cazadores ocasionales de mo-nos arañas negros se encuentran rapaces comoel águila arpía, felinos como el jaguar o grandes

serpientes amazónicas como la pitón.

ReproducciónAlcanza la madurez sexual a los 3-4años. Tras una gestación de siete me-ses y medio, las hembras suelen pariruna sola cría. El intervalo de un parto aotro oscila entre 25 y 42 meses, uno delos más largos en primates no hominoi-deos. En Surinam, la mayoría de los na-cimientos se concentra entre noviem-bre y febrero, una corta estación de llu-vias coincidente con abundancia de fru-tos maduros. La cría es atendida exclusivamente porla madre y su destete no sucede hastaque alcanza el año. Durante los prime-ros meses, el pequeño viajará agarradoal vientre de su madre; a partir del sex-to mes comenzará a hacerlo sobre laespalda de ésta. Al año y medio de vidainiciará su independencia en los despla-zamientos y el desarraigo será comple-to cuando tenga cuatro o cinco años,con la madre ya pendiente de una nue-va cría. La esperanza de vida es de másde veinte años, siendo el registro máslongevo para la especie en libertad su-perior a treinta años.

Clase: MamíferosOrden: PrimatesFamilia: AtélidosGénero: Ateles

Especie: A. paniscus

Mono araña negro

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Las larguísimas extremidades, adaptaciones a una vidaeminentemente arbórea, dan al mono araña negro un aspecto

insólito (foto: WWF-Canon / Roger Le Guen).

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con la falta de lluvias. Durante losperíodos de sequía prolongada,especialmente entre junio y sep-tiembre, el primate se ve obliga-do a buscar fuentes de alimentoalternativa a los frutos (raíces,bulbos, hojas, cortezas de árbo-les, flores, miel e incluso insec-tos) y a prospectar mayores su-perficies. Considerando esta va-riabilidad estacional en la abun-dancia de fuentes alimenticias, elrango de su área de campeo dia-rio oscilaría entre 0’5 y 5 kilóme-tros cuadrados. Durante esos me-ses secos, con mayor escasez dealimento, el tamaño de los gru-pos observados en una mismazona es menor.

Aunque los monos araña ne-gros defienden el corazón de suterritorio, se ha comprobado quehay zonas donde se solapan doso más grupos. Cuando esto ocu-rre, uno o dos machos de cadabando se encargan de advertir lapresencia de su grupo mediante

llamadas y ladridos muy caracte-rísticos. De no ser suficientes, sonacompañados de cabeceos, lige-ros arañazos en sus propios bra-zos, erecciones del pelaje, sacudi-das de ramas y defecaciones. Es-tos avisos suelen servir para mar-car unos límites territoriales bas-tante tolerantes y evitar enfrenta-mientos agresivos entre machos.

Para Van Roosmalen, los su-puestos grupos territoriales, confamilias que entran y salen confrecuencia, no son más que unaparte de una especie de tropa demayor entidad social. Las densi-dades medias obtenidas en Suri-nam y Guayana Francesa han si-do muy similares: 7’1 y 8’6 ejem-plares por kilómetro cuadrado,respectivamente.

Bien, pero con apurosEn los años ochenta, Ateles pa-niscus estuvo incluido en la ListaRoja de Especies Amenazadas dela UICN, con la categoría de “Vul-

nerable”, metiendo en el mismopaquete a poblaciones boyantesy a otras en peligro de extinción.Pero tras la reciente separaciónde esta especie en varias y esti-mar los expertos que era relativa-mente abundante en buena partede su área de distribución, al mo-no araña negro se le considera demomento como fuera de peligro.

A falta de un censo completo,estas estimaciones han llevado aincluir a la especie en la categoríade “Preocupación baja” durantela última revisión de la Lista Roja,realizada en 2006. Pero a pesar delas buenas expectativas, para VanRoosmalen y expertos del WWFexiste toda una serie de proble-mas que, de no corregirse, podríanponer el futuro del primate enriesgo a corto plazo.

Varios autores han apuntadoque a los monos araña, por subaja tasa de reproducción, lescuesta más que a otros primatesrecuperar poblaciones en mo-

Mono araña ne-gro sobre un troncocaído. La existenciade grandes exten-siones de bosquetropical maduro e

intacto es vital paraesta especie (foto:

WWF-Canon / Roger Le Guen).

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mentos de crisis. Son animalesque necesitan hasta cuatro añospara ser sexualmente maduros yque tienen largos períodos degestación. Además, la fase de de-pendencia de las crías se alargahasta los cinco años, por lo que elintervalo entre partos dura bas-tante más que en otros monos detalla similar.

Esta lentitud en su multiplicaciónpoblacional es un mecanismo decontrol natural que evita riesgosde superpoblación en un ecosiste-ma que, como el bosque tropicalmaduro, persiste en un frágil equi-

librio ecológico. Pero también pue-de verse como un condicionanteevolutivo que, en un momento da-do, agrave la repercusión de lasamenazas de origen antrópico.

Entre éstas, destaca sobre todola pérdida, degradación y fragmen-

tación del hábitat natural. Hacemás de un cuarto de siglo que dosleyendas en el estudio de los pri-mates suramericanos, Russell Mit-termeier y el propio Van Roosma-len, advirtieron que el mono arañanegro es un especialista que no se

Una taxonomía movediza

En los años veinte, al regreso de una expedición en busca de pe-tróleo, el geólogo suizo François de Loys hizo circular una foto-grafía de un simio gigante, de más de medio metro de altura, y

dentición humana. No tenía cola y supuestamente le había atacadoen las proximidades del río Tarra (Venezuela). Nueve años después,el polémico antropólogo Georges Montandon confirmó el descubri-miento y lo bautizó como mono de Loys (Ameranthropoides loysi).

Durante décadas muchos criptozoólogos cayeron en el engaño y de-jaron volar su imaginación. Hoy sabemos que los embaucadoresexageraron en la altura del ejemplar fotografiado, mintieron en elnúmero de piezas dentarias –36 humanas en lugar de las 32 de losprimates suramericanos– y debieron amputarle la cola a un monoaraña.

Leyendas aparte, lo cierto es que este grupo de primates frugívorosdepende estrechamente de bosques tropicales maduros y prístinos,a lo largo de una extensa área que va desde el sur de México a laAmazonia brasileña. Aunque en diferente grado, todos los monosaraña están amenazados por la destrucción de su hábitat.

Gracias al registro fósil, hoy sabemos que hace 26 millones de añosya vivían en los bosques de Bolivia los primeros antecesores de estegrupo de primates, que en los últimos años está siendo objeto deuna pequeña convulsión taxonómica. Hasta los años ochenta, la ma-yoría de los zoólogos incluía a todos los monos araña del géneroAteles dentro de la especie A. paniscus. Pero recientes estudios ge-néticos han derivado en una nueva clasificación específica.

La biblia taxonómica sobre primates de Colin Groves, publicada porel Smithsonian Institute en 2001, reconoce seis especies para esegénero: A. belzebuth, consignado en la Lista Roja de la UICN como“Vulnerable” al haber perdido en las últimas décadas casi un terciode sus efectivos; A. geoffroyi, con diez subespecies, de las que seisestán catalogadas como “En peligro crítico” o “En peligro”; A. hybri-dus, con dos subespecies “En peligro crítico”; A. marginatus, endé-mico de la Amazonia brasileña, con la etiqueta de “En peligro”, y porúltimo A. paniscus y A. chamek, algo menos amenazados que suscongéneres, pero no exentos de problemas.

Mono araña de la especie Ateles geoffroyi, en un bosque del estado mexicano de Chiapas (foto: WWF-Canon /

Roger Le Guen).

El mono araña negro es un especialista que no se adapta a vivir en bosques

transformados ni clareados, ni siquiera en masas regeneradas.

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Arriba, aspectode un bosque tropi-cal maduro en buenestado de conserva-ción y, a la izquier-da, la misma zona

tras su quema paraabrir tierras de cul-tivo (fotos: WWF-

Canon / AndréBärtschi).

adapta a vivir en bosques transfor-mados ni clareados, ni siquiera enmasas regeneradas tras el paso delas industrias madereras, la agri-cultura o los incendios forestales.

Su clara dependencia de laabundancia estacional de frutosmaduros exige un entramado fo-restal prístino, actualmente muyamenazado por la deforestación,

sin olvidarnos de las consecuen-cias del cambio climático. Muyprobablemente, el desenlace seauna reducción de las precipitacio-nes en los bosques tropicales,

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que dejarán de ser tan óptimospara la producción de frutos delos que se alimenta el mono ara-ña negro.

Plantabosques de lujoDe siempre, algunas tribus indí-genas han encontrado en el mo-no araña una buena ración deproteínas de origen animal. Elproblema es que estos animalesya no sólo son objeto de una cazade subsistencia por aislados gru-pos étnicos. Muchos ejemplarescaen abatidos por empleados demultinacionales madereras yotros cazadores sin escrúpulos depaso por las zonas donde vivenlos primates. Además, en los últi-

mos años se ha detectado un cre-ciente interés por la captura deejemplares vivos para la investi-gación de tratamientos contra en-fermedades como la hepatitis.

En un artículo publicado enOryx en 2005, Benoit de Thoisy,François Renoux y Catherine Ju-lliot aseguraban que en ciertaszonas de Guayana Francesa elmono araña negro empezaba amostrarse muy sensible a la pre-sión cinegética. Las densidadesencontradas en bosques dondeera habitualmente cazado fueronmenores que en los que no se leperseguía. Estos autores deman-dan un mayor grado de protec-ción del hábitat y la prohibición

de capturar la especie en zonasclave de riesgo.

De no ponerse en marcha estetipo de medidas preventivas acorto plazo, la combinación de suatractivo como fuente de proteínaanimal, la presión deforestadoray el crecimiento de asentamien-tos humanos en las proximidadesde algunos de los hábitats claveque le quedan hacen temer a losexpertos que la especie puedaverse gravemente afectada, aligual que ya ha sucedido conotros monos araña.

Por su especialización en elconsumo de frutos maduros, elmono araña negro es un magnífi-co dispersor de semillas y un ex-celente regenerador natural delbosque. Al mismo tiempo, ser tandependiente de hábitats foresta-les de alta calidad le convierte enun excepcional sistema de alar-ma, que nos mantiene informa-dos sobre la salud ambiental deuno de los pulmones más valio-sos del planeta.

Según WWF, en Guyana, Suri-nam y Guayana Francesa todavíasubsisten casi medio millón de ki-lómetros cuadrados de bosquesapropiados para el mono arañanegro, que a buen seguro se verábeneficiado por decisiones comola adoptada recientemente en Pa-rá. En este estado brasileño, undecreto del pasado 4 de diciem-bre aprobaba la creación de la re-serva forestal más grande delmundo, con 150.000 kilómetroscuadrados, un área similar a lasuperficie conjunta de Castilla yLeón y Aragón. En un tercio deeste territorio se prohibirá cual-quier actividad económica quesuponga impactos ambientalesgraves. El resto estará abierto pa-ra empresas madereras y otrasindustrias, aunque bajo estrictoscontroles y regulaciones.

El mono araña negro cuentaaún con efectivos suficientes paragarantizar su existencia futura enuno de los paraísos del planeta.No dejemos pasar la oportunidadque nos brinda para conservarlea él y a su hábitat y habremoscontribuido también a protegernuestro futuro y el de otras mu-chas especies.

La primatóloganorteamericana

Tammy Windfelder,durante una jorna-da de radio-segui-miento en un estu-dio de primates enel Parque Nacionalde Manu, en Perú

(foto: WWF-Canon /André Bärtschi).

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Autor

Isaac Vega es biólo-go y director del de-partamento de Pu-blicaciones deWWF/Adena desde1989, donde se en-carga de la ediciónde las revistas Pan-da y Pandilla. Cola-bora en Quercusdesde 1991.

Dirección de contacto:WWF/Adena · Gran Vía de SanFrancisco, 8 (esc.D) · 28005 Madrid · Tel. 91 354 05 78 · E-mail: ivega@wwf.es

El mono araña y WWF

Desde los años sesenta, WWF desarrolla proyectos de investigación, accionesde conservación y campañas de sensibilización dirigidos a preservar los bos-ques tropicales maduros de la ecorregión forestal de Guayana. Se trata de uno

de los doscientos paraísos de biodiversidad definidos por esta ONG en su programaPlaneta Vivo. Además de varias especies de mono araña, en la zona viven otros ani-males emblemáticos como jaguar, ocelote, tapir, nutria gigante del Amazonas, gua-camayos y dendrobátidos, así como comunidades humanas ancestrales en peligrode desaparecer.

En 1979, WWF creó su Programa de Primates, dirigido a mejorar el conocimiento y laprotección de las más de doscientas especies de este grupo de animales. Desde en-tonces, en colaboración con el Grupo de Expertos en Primates de la UICN, ha finan-ciado muchos proyectos, congresos, talleres y publicaciones.

Por otra parte, además de promover la explotación forestal sostenible, mediante lacertificación FSC en zonas tampón, asesora a gobiernos y propietarios de tierras,como ocurre en Brasil, a la hora de crear y gestionar nuevos espacios protegidosque son clave para garantizar la calidad de hábitat que los monos araña necesitanpara sobrevivir.

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