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11 Puntos a Considerar Antes de Emprender
Cada comienzo de año nos vuelve a la mente esa idea tan genial para desarrollar el
negocio perfecto, ése que nos permitirá convertirnos en nuestro propio jefe,
administrar mejor nuestro tiempo, disfrutar más de la vida, etc, etc.
El lanzamiento de una empresa propia puede ser una experiencia muy enriquecedora,
pero es necesario decirlo claramente: no es para todo el mundo, algunas personas
funcionan mejor trabajando en relación de dependencia, como trabajadores por
cuenta ajena.
¿Quieres independizarte porque deseas disponer mejor de tu tiempo? ¿Quieres ser su
propio jefa/e? ¿Deseas ganar más dinero?
Cualquiera sea los motivos que te impulsan a lanzarte a esta aventura, debes primero
comprender los retos que implica, así como saber a qué atenerte. En definitiva se trata
de saber si eres emprendedor/a.
Ahí tienes una guía con algunas preguntas importantes que debes hacerte antes de
comenzar. ¿Estás listo/a para emprender tu propia empresa? Veamos...
1. ¿Tienes suficiente dinero para comenzar? Si no tienes dinero suficiente para cubrir
tus necesidades durante los primeros seis meses (al menos), tus oportunidades no son
muy grandes. Necesitas dinero para tu subsistencia y la de tu familia mientras esperas
que tu empresa comience a generar ingresos. A veces no hay más remedio que retirar
dinero de la empresa para vivir pero no es lo más recomendable. Una empresa que se
inicia necesita de un flujo de dinero para desarrollarse, lo ideal es poder reinvertir el
dinero que ingresa.
2. ¿Cómo sabes si hay un mercado para el producto o el servicio que deseas ofrecer?
Debes hacer una investigación de mercado y asegurarte que la gente está dispuesta a
comprar el producto o servicio que piensas ofrecer y al precio que lo piensas ofrecer.
No te asustes, hay muchas formas en las que puedes hacer un pequeño estudio de
mercado tú mismo/a.
3. ¿Puedes vivir sin un ingreso regular? Si la respuesta es no, entonces no estás listo/a.
Podría pasar un largo tiempo antes de poder asignarte un sueldo, que dicho sea de
paso es la política más sana para no confundir el dinero de la empresa (que necesitas
para desarrollarla) con el dinero personal.
4. ¿Crees que puedes comenzar tu empresa en tiempo parcial? De este modo, podrías
conservar tu empleo actual y obtener un ingreso regular mientras desarrollas tu
emprendimiento. Si tu empleo actual es de tiempo completo, puedes explorar
cambiarte a otro que te demande menos tiempo y aunque tus ingresos disminuyan, te
dejará tiempo para comenzar a organizar tu empresa.
5. ¿Tienes un plan de negocios? Si no lo tienes, debes elaborar uno a la brevedad. Ya
lo hemos dicho hasta el cansancio, el plan de negocios ayuda a pensar la empresa, a
presentarla a terceros por el caso que necesites fondos (un banco o un inversor) y
ofrece una hoja de ruta que guiará tus pasos y te ayudará a reencauzarte si te desvías
del camino trazado.
6. ¿Puedes esperar entre 3 y 5 años antes de alcanzar el éxito? Este es el tiempo que
habitualmente se requiere para desarrollar exitosamente una empresa, entonces hay
que estar dispuesta/o a ser paciente.
7. ¿Eres especialista en tu negocio? ¿Eres conocido/a en la comunidad? de ser el
caso, podrías tener importantes ventajas para vender tus ideas, obtener financiación y
atraer clientes. Si no es el caso, tendrás que trabajar más duro para hacerte conocer.
8. ¿Te sientes cómodo/a con las PCs como para administrar tu propia facturación,
impuestos y expedientes contables? Si no estás cómodo/a, deberás contar con el
dinero necesario para pagar a alguien que se ocupe de ello.
9. ¿Tienes una red profesional de soporte? Siempre ayuda poder contar con el
consejo de alguien que ya estuvo en esa misma situación, compartir dudas, recibir
consejo, desarrollar algún negocio en conjunto o incluso encontrar una financiación.
Siempre es más difícil el trabajo en solitario.
10. ¿Estás motivado/a, confiado/a, y tienes una visión decidida y capacidad para
tomar decisiones? Si no es el caso, será más difícil lanzar tu empresa.
11. ¿Te sientes cómodo/a con internet? Las páginas web, los blogs y la participación
en las redes sociales pueden acelerar el despegue de tu empresa. Involúcrate y deja
que tus clientes potenciales te ayuden a hacer crecer tu negocio.
En conclusión, hay mucha fantasía, mucha idea romántica, alrededor de la propia
empresa. Poca gente sabe de antemano que para alcanzar sus objetivos tendrá que
trabajar mucho más que siendo empleada/o de otra empresa.
Poner en marcha la propia empresa es como arrancar un tren a vapor, arrojas mucho
combustible a la caldera pero el tren apenas se mueve, luego lentamente comienza a
moverse y llega un punto en que la máquina funciona a plena capacidad. Pero a ese
punto se llega con mucho trabajo; un camino arduo y enriquecedor para quien esté
dispuesta/o a embarcarse en la aventura.