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ATLAS DE CULTURAS DEL AGUA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE PUEBLOS INDÍGENAS DE MÉXICO Y AGUA: RARÁMURI (TARAHUMARA) Carlo Bonfiglioli, Isabel Martínez, Alejandro Fujigaki, Denisse Salazar Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM. INTRODUCCIÓN Para los rarámuri, conocidos en México como tarahumaras, el agua forma parte de un sistema de vida y de pensamiento, en el cual la cosmovisión, el conocimiento, las prácticas y los mecanismos de equilibrio social, de regulación de oferta / demanda y de transformación no son campos disociados, sino una unidad en la que no es posible comprender un elemento sin sus relaciones con los otros componentes de la cultura. Puesto que los datos presentados más adelante disectan metodológicamente estas dimensiones, consideramos conveniente presentar una breve visión de conjunto sobre el tema. Los rarámuri o tarahumaras habitan el territorio que actualmente es conocido como Sierra Tarahumara, región montañosa que forma parte de la Sierra Madre Occidental y que cuenta con una extensión aproximada de 60,000 km 2 . Comparten este territorio con otros grupos humanos como los ódami (tepehuanes), warijó (guarojíos), o’oba’ (pimas) y los mestizos. Su economía se basa en la agricultura y la ganadería, complementado con la caza, la recolección y ocasionalmente con la venta de artesanías, o bien, con el trabajo remunerado fuera de sus comunidades u otro tipo de ganancias relacionadas con la explotación forestal, o incluso con la introducción de narcocultivos. A pesar de que el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) considere este territorio como una eco-región de conservación prioritaria y a pesar de ser el lugar de nacimiento de los ríos de mayor importancia en el norte de México, para los rarámuri el agua es un recurso escaso. La historia de la deforestación indiscriminada de la Sierra remonta hacia finales del siglo XIX y principios del XX, cuando la Compañía de Tierras y Madera de Chihuahua y la Compañía de Madera comienzan a operar en 1885 y 1909 respectivamente. Desde ese momento The Madera Co. y otras empresas estadounidenses se adueñaron de

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ATLAS DE CULTURAS DEL AGUA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

PUEBLOS INDÍGENAS DE MÉXICO Y AGUA: RARÁMURI (TARAHUMARA)

Carlo Bonfiglioli, Isabel Martínez, Alejandro Fujigaki, Denisse Salazar Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM.

INTRODUCCIÓN

Para los rarámuri, conocidos en México como tarahumaras, el agua forma parte

de un sistema de vida y de pensamiento, en el cual la cosmovisión, el

conocimiento, las prácticas y los mecanismos de equilibrio social, de regulación

de oferta / demanda y de transformación no son campos disociados, sino una

unidad en la que no es posible comprender un elemento sin sus relaciones con

los otros componentes de la cultura. Puesto que los datos presentados más

adelante disectan metodológicamente estas dimensiones, consideramos

conveniente presentar una breve visión de conjunto sobre el tema.

Los rarámuri o tarahumaras habitan el territorio que actualmente es

conocido como Sierra Tarahumara, región montañosa que forma parte de la

Sierra Madre Occidental y que cuenta con una extensión aproximada de 60,000

km2. Comparten este territorio con otros grupos humanos como los ódami

(tepehuanes), warijó (guarojíos), o’oba’ (pimas) y los mestizos. Su economía se

basa en la agricultura y la ganadería, complementado con la caza, la

recolección y ocasionalmente con la venta de artesanías, o bien, con el trabajo

remunerado fuera de sus comunidades u otro tipo de ganancias relacionadas

con la explotación forestal, o incluso con la introducción de narcocultivos.

A pesar de que el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) considere

este territorio como una eco-región de conservación prioritaria y a pesar de ser

el lugar de nacimiento de los ríos de mayor importancia en el norte de México,

para los rarámuri el agua es un recurso escaso. La historia de la deforestación

indiscriminada de la Sierra remonta hacia finales del siglo XIX y principios del

XX, cuando la Compañía de Tierras y Madera de Chihuahua y la Compañía de

Madera comienzan a operar en 1885 y 1909 respectivamente. Desde ese

momento The Madera Co. y otras empresas estadounidenses se adueñaron de

amplias porciones de terrenos rarámuri, talaron los bosques de pinos y encinos

creando extensas llanuras deforestadas. Durante el siglo XX, en México se

legisla la propiedad comunal de la tierra en unidades conocidas como ejidos. A

pesar de que hoy en día el territorio en cuestión está subdividido en 20 ejidos

forestales, con respecto de los cuales los indígenas juegan un papel

administrativo más activo, la explotación maderera no se ha detenido. En la

actualidad, de las aproximadamente 160,000 hectáreas de terreno cultivable, el

95% es de temporal, con suelos erosionados por la sobre explotación de los

bosques. En 1988, sólo 3 de los 17 municipios de la Sierra Tarahumara tenían

un nivel de impacto por la deforestación bajo, el resto era medio y alto.

Sistemas ecológicos como el bosque y el pastizal se encuentran así

deteriorados y con altos índices de erosión de los suelos. La agricultura de

temporal, como eje de la economía, está en crisis. Debido a esto, la escasez de

lluvia es, cada vez más, motivo de ansiedad social ya que de ella depende su

vínculo con el territorio y, a la vez, su modus vivendi.

Entre las fuerzas que gobiernan el cielo y aquéllas que actúan en la

oscuridad inframundana, los rarámuri se consideran a sí mismos como los

“pilares del mundo”. Su papel en el universo es intervenir en los ciclos naturales

con trabajo y ritualidad, para aportar energía vital al cosmos. En sus rituales no

sólo solicitan el agua al Onorúame (“el que es Padre”), sino que agradecen los

bienes recibidos y a cambio ofrecen el producto de su esfuerzo: el maíz y los

animales sacrificados. Además, los rarámuri son conscientes de que la escasez

de lluvia responde a faltas éticas, por ello, el funcionamiento del universo

depende de las acciones y las relaciones humanas. Bajo esta perspectiva, la

lluvia y el agua en general son entonces no sólo los elementos necesarios para

la vida, sino y sobre todo un objeto a través del cual median sus relaciones con

otros seres animados.

Dado el patrón de asentamiento disperso de los rarámuri (es una minoría

la que vive en la periferia de los pocos pueblos serranos), uno de los requisitos

para construir una vivienda es la cercanía a un “aguaje” (manantial), único

recurso de agua dulce durante la temporada seca, cuya inclemencia, en ciertas

subregiones, puede afectar la vida de los indígenas por varios meses al año.

Estos aguajes son concebidos como umbrales que comunican el mundo de

abajo con la superficie terrestre. Es por esta razón que, en sus relatos, estos

lugares se asocian con uno de los seres ctónicos más temidos: la serpiente de

agua, y en particular con la serpiente-mujer o la serpiente-hombre, seres

encargados del nacimiento subterráneo del agua y devoradores de niños. No

son raras las ocasiones que los vemos ofrecer alimentos y ofrendas ahí, donde

el agua brota; de lo contrario, estos seres podrían raptar y consumir el alma de

los rarámuri que habitan cerca. La relación con estos seres apela al principio de

reciprocidad: si bien pueden tomar el agua u otros productos asociados a ella,

como los peces o ciertas plantas medicinales, deben ofrecer algo a cambio, de

no ser así podrían morir o enfermar.

El agua pues es un bien cada vez más escaso no sólo por los recientes

cambios climatológicos o por la degradación ambiental, factores no ignorados

por los rarámuri actuales. Como se apreciará también en los datos

presentados, su escasez está relacionada con factores de orden cosmológico.

Su aprovechamiento tampoco puede ser indiscriminado sino debe sustentarse

en una lógica de relaciones “equilibradas” con los seres que viven abajo y

aquéllos que viven arriba. Dado que tiene dueños, el agua no puede ser

extraída a voluntad, con bombas u otras intervenciones artificiales; de ser así

¿qué darían a cambio los rarámuri? ¿y qué diría el Onorúame de tanto abuso?

¿seguiría convirtiéndola en nubes y lluvia? ¿Pediría más yúmari y sacrificios

animales? No sabemos cuántos rarámuri se hagan estas preguntas y cómo

irán negociándolas con la “modernidad”. Hay comunidades donde esta

percepción ética de la cuestión del agua subyace a todo tipo de reflexión; en

otras, el aprovechamiento disparejo de los recursos hídricos es también temido

como un factor de desigualdad social; y en otras más, un cambio de actitud es

considerado inevitable. Entre las respuestas ofrecidas por la tradición y las

soluciones propuestas por las entidades gubernamentales (o no-

gubernamentales), el futuro del agua es incierto para los rarámuri, mientras

tanto, no hay otra cosa qué hacer si no seguir danzando.

INFORMACIÓN PRINCIPAL COSMOVISIÓN: Mitos y leyendas u otros relatos: Se cuentan con diversos relatos y mitos rarámuri que toman el agua como eje de la narración o como un elemento tangencial. A continuación se presentan algunos mitos recopilados por el primer explorador de la Sierra Tarahumara y algunos relatos contemporáneos narrados, recopilados y traducidos al español por rarámuri. Mito de creación 1 “En el principio hubo muchos mundos anteriores a este, que fueron acabando uno tras otro. Precisamente antes de que el mundo fuera destruido la última vez, corrían todos los ríos hacia el lugar donde nace el sol; pero ahora las aguas se dirigen también hacia donde el sol se pone. Los osos emprendieron la obra de dar forma al mundo que antes no era más que un arenal. En los tiempos antiguos había multitud de lagunas alrededor de Guachochic; pero se arregló la tierra cuando llegó el pueblo y se puso a bailar yúmari. Las rocas eran al principio blandas y pequeñas, pero crecieron hasta hacerse grandes y duras, y tienen vida dentro. La gente brotaba del suelo cuando la tierra era tan plana como un campo que está liso para sembrarse, pero en aquellos días, los hombres sólo vivían un año y morían como las flores. Según otra tradición, bajaron del cielo como maíz y patatas en las orejas y fueron llevados por Tata Dios a aquellas montañas, que están en medio del mundo, a donde llegaron primitivamente siguiendo una dirección de noreste a este” (Lumholtz 1904:291-292). Mito de creación 2 “Cuando el mundo se llenó de agua, una muchachita y un muchachito subieron a una montaña llamada Lavachi (guaje), situada al sur de Panalachic, de la que descendieron cuando el agua hubo bajado, llevando consigo tres granos de maíz y tres de frijoles. Como las rocas estaban blandas después del diluvio, aun pueden verse las huellas de los niños. Plantaron el maíz, se acostaron y tuvieron un sueño aquella noche; después cosecharon, y de ellos descienden todos los tarahumares. Empezaron estos a pelear entre sí, y Tata Dios les envió mucha lluvia haciendo que todos perecieran. Después del diluvio, envió a tres hombres y tres mujeres a poblar la tierra, los cuales sembraron tres clases de maíz que habían traído: el blando, el duro y el amarillo, variedades que todavía se encuentran por allí” (Lumholtz 1904:293). Fragmento de relato sobre “aguajes” “Dios pensó en mandar el agua por la orilla de la tierra, para que sólo quedaran los aguajes. Por eso, hay muchos aguajes en todas partes como en los llanos y en los arroyos…” (Mondragón, Tello y Valdés 2002:15).

Nota1: Todos los mitos de origen relatan una sujeción de destrucciones y del reinicio de la vida. Una de dichas destrucciones es originada por agua, sea por un diluvio o por agua hirviente. Estas narraciones se relatan aún en el presente para explicar la creación del mundo. Nota 2: Se cuenta con una gran cantidad de mitos que vinculan el agua con algunos seres como serpientes devoradoras de niños o fenómenos como el arcoiris y el aire. Principalmente los sitios llamados “aguajes” o lugares donde nace el agua. A continuación presentamos algunos de ellos. Relato sobre agua-serpientes: “Dicen que hace mucho tiempo vivía una víbora allá donde se nombra O’sérare. Dicen que se veía asomarse la cabeza de la víbora por arriba del cerro. En ese cerro siempre hacía mucho viento, cada vez que la víbora tenía hambre. Ya se había acabado muchas vacas y dicen que ya había empezado a comerse hasta a los tarahumaras. Dizque llegaba una especie de remolino y se iban dando vueltas derechito a la boca de una víbora. Entonces los tarahumaras se pusieron a pensar en cómo matarla. Se juntaron a platicar: “Nos vamos a ir acabando”. Uno de los tarahumaras dijo: “Cuando abra la boca le tiramos piedras calientes”. Otro dijo: “pero si le tiramos una piedra caliente, no va a abrir la boca”. Entonces dijo: “¿Y si le tiramos un niño envuelto?” “Pero es una persona; porque valen más las personas…” “Es que nomás va a ser uno; y vamos a morir muchos, si no la matamos”. Y se pusieron de acuerdo. “Primero le tiramos el niño, para que vuelva a abrir la boca, para que piense que le vamos a tirar otro. Después le tiramos una piedra envuelta, como si fuera otro niño”. Y sí le tiraron un niño, no se supo de quién era hijo. Ya tenía la boca abierta la víbora y entonces le empezaron a tirar piedras calientes, y ya cuando se empezó a mover la víbora, la gente salió corriendo. Al rato regresaron a ver y la víbora ya estaba enroscada y muerta. Y los tarahumaras se devolvieron a sus casas. Donde estaba aquella víbora ahora se ven unas piedras en fila. El cerro es de pura piedra suelta, allí donde la víbora murió. No hay ninguna vegetación” (Batista 1997:143-151). Relato sobre agua-serpiente: “Vivían muchos chabochi cerca de un lugar en donde había mucha agua. Había también un cerro grande. Adentro de esa agua vivía una víbora. Iba creciendo y hacía destrozos. Jalaba a los chabochi al agua y se los comía, ya no salían. Si por ahí andaba alguno de a caballo, se iba derechito al agua. “Ya estaba muy poca gente y los que todavía existían estaban tristes. “¿Cómo le vamos a hacer? Ya quedamos pocos” decían. “Un día llegó un tarahumara que vivía en O’sérare, andaba cargado de wari. Iba de casa en casas, vendiendo los wari. Un chabochi le dijo: “Ten cuidado cuando pases por allí cerca del agua, porque vive una gran víbora y está causando muchos daños”. “Entonces dijo el tarahumara: “Allá donde yo vivía

también había una gran víbora, pero no en el agua…” Contestó el chabochi: “¿Y cómo la mataron?” “Le tiramos piedras calientes a la boca”. “Ese chabochi se lo contó a los demás habitantes del lugar, y se dijeron: “¿Qué no estaría bien tirarle piedras calientes al agua desde arriba del cerro? Hierve el agua y la víbora se muere por el calor…” “Y así lo hicieron. “Así se murió la víbora que vivía en el agua, de esa manera los chabochi mataron a la víbora” (Batista 1997:17). Relato sobre agua-aire: “Antes, nadie sabía ni pensaba, hasta que Dios creó el aire y dio aliento al hombre, desde entonces sale el aire. “El aire sale de los agujeros donde viven las tuzas, de las cuevas y también se cree que sale de los aguajes donde viven algunas víboras que se dedican a sacar aire; dicen que salen a trabajar todos los días y que andan por todos los agujeros. Después regresan a sus casas a descansar y sus camisas se rompen por los cerros y por las llanuras” (en Mondragón, Tello y Valdés 2002:31). Relato sobre arcoiris: “Los rarámuri vemos al arco iris salir después de que ha llovido. Es hermoso, de varios colores; creemos que Dios la pintó al principio cuando él lo hizo, pues él creó todas las cosas que vemos y nos rodean. Los rarámuris que crecieron primero que nosotros nos enseñaron muchas cosas que debemos conocerlas. Una de ellas es el arcoiris. Este no se debe señalar con el dedo, porque si lo hacemos nos enfermamos, nos taparemos. Así dicen los ancianos, que conocen más porque a ellos les enseñaron los que crecieron primero que ellos y ahora nos lo pasan a nosotros para que así con conocimiento de cómo era al principio y así no olvidarnos de la palabra de los antepasados. Otra cosa que nos cuentan los ancianos es que el arco iris nos avisa cuándo ya no lloverá, por eso siempre aparece después de llover. Es importante, porque nos avisa cuándo podemos trabajar. “También se sabe que es muy veloz. Si alguien sale detrás de él y llega a alcanzarlo, el arco iris se detiene y el hombre ese se vuelve corredor. Por eso, cuando un corredor de bola es muy veloz y lo alcanzan, se detiene y ya no quiere correr más” (Palma 2002:87). Deidades y personajes míticos relacionados con el agua: Como los mitos y los relatos presentados lo indican, los personajes asociados al agua son principalmente serpientes. Las cuales dominan los “aguajes” o lugares donde nace el agua. Encargadas de cuidar el nacimiento continúo de agua, también son una amenaza constante para los rarámuri. En lo mitos devoraban niños, en la actualidad devoran almas. En los “aguajes” también habitan otros seres llamados witariki (wita- mierda, -riki partícula que subjetiviza) o los que son de mierda. Estos seres son descritos como “los más feos”, pero poseedores de grandes riquezas como

ganado, roban el alma de los rarámuri en sueños para luego devorarla. Ratkay en el siglo XVI documenta que existe la creencia en divinidades del mundo subterráneo, los habitantes de abajo o teré gatíagame: “A otro dios llamaban terégor (el de la casa de abajo), al que tenían por señor del mundo inferior; creían que era lobo y que mataba a los hombres. Le llamaban también witura, ‘el que es mierda’. Es un enemigo de los hombres y enemigo de los habitantes de arriba” (en González Rodríguez 1982:112). En general, los seres acuáticos de este tipo se asocian a la enfermedad, al tiempo que son los dueños de los espacios acuáticos y los encargados de cuidar este recurso. “Cada río, fuente y ojo de agua tiene su culebra á quien se debe que el líquido mane de la tierra; y como dichas serpientes se ofenden fácilmente, los tarahumares levantan siempre sus chozas á cierta distancia de las corrientes y evitan acostarse junto á la orilla cuando se van de viaje” (Lumholtz 1904: 392-393). Ceremonias, ritos, fiestas y danzas: El yúmari es el nombre del ritual mediante el cual los rarámuri realizan la petición de lluvias. Dicho rito se efectúa durante los meses que la anteceden (abril y mayo), y aunque el yúmari sirve como ritual petitorio de lluvias, esta no es su única función. Lumholtz (1904) registró que, desde finales del siglo XVIII, el yúmari o rutuburi es una danza enseñada a los rarámuri por los animales, principalmente por el guajolote, que se acompaña sin excepción del sacrificio animal.

La fiesta, como lo señalaron Bennett y Zingg (1978) a mitad del siglo pasado, permite asegurar y garantizar la lluvia, dado que no se práctica la irrigación, el ritual es el único medio para obtener agua para los campos de cultivo. De esta forma el yúmari es un ritual petitorio, pero también de agradecimiento, ya que si bien su realización antecede a la lluvia, también la precede.

La petición de la lluvia está dirigida al Sol y a la Luna, El que es Padre y La que es Madre, respectivamente. Ambas son las deidades principales del panteón rarámuri y a cambio del sacrificio animal otorgan lluvia a los rarámuri. Lumholtz (1904:324) registró que la sequía era reprochada principalmente a la Luna, para remediarlo, en las ceremonias arrojaban agua al cielo para que los astros-dioses llenaran sus depósitos.

“…es la lluvia el centro a que convergen todos los pensamientos” decía Lumholtz (1904:324) al referirse a la relación que los rarámuri mantenían con la naturaleza. A pesar de que han pasado cien años, en la actualidad está frase sigue teniendo la misma fuerza. En aquellos tiempos de este primer explorador, el arado debía meterse en agua antes de usarlo, con la finalidad de que atrajera la lluvia al momento de abrir la tierra. Otra práctica para atraer la lluvia fue registrada por Jerome Levi: “En otros contextos rituales, las flechas se asocian con la lluvia, los relámpagos y las víboras, […] víboras míticas, ríos y pozos. Un ejemplo particular de la vinculación entre flechas y serpientes de agua (rekoméke) es la peculiar ceremonia de provocar la lluvia, practicada por un famoso chamán de nombre Sebastián y recordada por muchos ancianos en El Cuervo. Durante tiempos de

sequía, dicho chamán cruzaba el río Batopilas y viajaba al suroeste de Satevó, donde siempre había agua en una pila colocada junto a un árbol, subía a él, llegaba a una rama que colgaba sobre el agua, y con su arco disparaba una flecha hacia las profundidades. En forma lenta, el agua hacia un remolino, y gradualmente empezaba a subir; se decía que una culebra gigante se encontraba en el fondo y, una vez que había sido golpeada con la flecha, comenzaba a moverse en círculos, mismos que a su vez hacían que las nubes se moviesen y lloviera” (Levi 2000:142). Nota: la lluvia se asocia nuevamente con la serpiente, a las flechas, al remolino. La lluvia forma parte de un ciclo agrícola y por tanto también de un ciclo ritual. Por ello la Semana Santa, que pone en escena un conflicto entre los seres subterráneos y los seres celestes a través de la danza, puede ser interpretada como una forma de traer la lluvia (Bonfiglioli 1995). Incluso, este autor señala en investigaciones recientes que algunas de las coreografías (sumadas a la vestimenta, parafernalia y contexto ritual) pueden ser interpretadas como la figura de una serpiente emplumada que proviene del mundo subterráneo trayendo el agua que con su muerte llevará al cielo para después caer en forma de lluvia. Canciones, música y refranes: Una canción que acompaña el yúmari : Floreciendo está el jitomate. Floreciendo parado. Floreciendo parado madurándose madurándose. En la cumbre allá allá. En la cumbre neblina. En la cumbre neblina. El agua está cerca; La neblina está sobre la montaña y sobre la mesa. El azulejado canta y revolotea en los árboles, y El carpintero macho va llegando al llano, Donde la nube se va alzando. El vencejo hace sus movimientos en el aire de la tarde; El agua está al alcance de la mano. Cuando el vencejo se lanza con rapidez en el aire silba y zumba. La ardilla azul sube al árbol y chifla. Las plantas crecen y madurarán la fruta, Y cuando está madura se cae al suelo. Se cae de tan madura que está. Las flores se levantan moviéndose en el viento. El guajolote hace la rueda y el águila grita; De suerte que pronto comenzarán las aguas. (Lumholtz 1904:332). Nota: Actualmente el yumári no se acompañan con cantos, sino con sonsonetes.

Lugares sagrados: Sin lugar a dudas, los aguajes (manantiales) poseen una carga simbólica importante en el pensamiento sobre el agua. Ahí habitan las serpientes o los witáriki que cuidan el nacimiento constante del agua, pero que también pueden robar y devorar las almas humanas durante el sueño. Para que estos seres no roben almas humanas, los rarámuri deben realizar cada año una fiesta de ofrecimiento de alimentos al “aguaje” y al dueño del mismo. Las personas danzan y ofrecen comida a cambio del agua y de su salud.

En general, los lugares acuáticos (ríos, arroyos, aguajes, etc.) están asociados a fuerzas no humanas que si bien otorgan un recurso necesario para la vida, como el agua, también son espacios peligrosos. Levi (1993) documenta que toda el agua que se encuentra en la superficie de la tierra es de origen tónico. Para los rarámuri el mundo está compuesto por distintos pisos superpuestos como tortillas en un canasto. En los pisos inferiores se encuentran los kosírare o anos de la tierra. A través de los cuales entra el agua que proviene del inmenso mar que rodea a la tierra y que llena los pisos inferiores. Estos anos del mundo están custodiados por unos pequeños seres que no tienen ano y comen pedos de maíz de los humanos (Levi 1993:416). En este entendimiento hidráulico del mundo, el agua es de origen subterráneo y deberá convertirse en lluvia mediante la intervención humana, sea mediante el ritual o mediante la elaboración de flechas. Finalmente, los cerros también pueden entenderse como lugares sagrados en tanto que ahí se realizan tendencial y preferencialmente los yúmari . Nota: los aguajes son peligrosos, se les ofrece comida si alguien pasa una noche cerca de ellos, de otra forma el dueño del aguaje robaría el alma o una rana se posaría en el sexo de la persona que duerme y le traería un daño irreversible. Si una rana se posa en el sexo de un tarahumara, éste estará condenado a cambiar de sexo y género cada mes, así no sólo sus genitales cambiarán sino también sus actitudes, conocimientos y capacidades (Guillén y Martínez 2005). Estas personas no son excluidas de la organización social (Kennedy 1970), pero no serán capaces de tener hijos, capacidad fundamental en la vida tarahumara. Iconografía, arte y simbolismo: Siguiendo el análisis iconográfico en textiles de Aguilera (2005) se puede decir que: La espiral representa el movimiento circular del agua que en varios relatos simboliza el acto de creación del mundo. La espiral, iconográficamente, asimila este movimiento a la imagen del cerro que para Aguilera es entendida como una matriz o lugar de emergencia. El cerro también es contendor de agua. Así, el conjunto de motivos textiles que reúne la figura de la espiral y la figura triangular sintetiza la idea de origen asociada al movimiento, al cerro y al agua.

La greca escalonada, figura con escalones que tiene a lo largo de una línea inclinada que funge como eje principal y que termina en uno de sus extremos con un gancho o espiral, es otro de los motivos iconográficos de los textiles rarámuri. Para Aguilera, este motivo puede asociarse a: a) la serpiente, el agua y la lluvia, b) el remolino, el viento y las plumas, c) el caracol marino y la tierra. Cada una de las cuales tiene su correspondiente mítico. Independientemente del campo al que aparezca asociado, cada uno de ellos remite de alguna manera al agua. La espiral y la greca escalonada son dos motivos iconográficos que representan lo acuático entre los rarámuri. Léxico del agua: Nota: El siguiente léxico fue recopilado en la zona de Norogachi durante mayo de 2007 por Isabel Martínez, Alejandro Fujigaki y Denisse Salazar y corroborado con el material de (Brambila 1976). Tomados del diccionario: Ba’wí. (a) agua (b) jugo, caldo, líquido Ba´wirá. Caldo Bajichi. “Aguaje”, ojo de agua, manantial, vado, puente, corriente fuerte. Bajiri. Manantial. Bajisochi. Ciénega. Ba’wichí. Rocío, la Vía Láctea, estrella, flor. Ba’wisochi. Ciénega, pantano, lugar penetrado de agua. Ba’wísuwi. Orilla del agua, ribera, vega. Ba’wichákame. Desabrido, que sabe a agua, transparente. Ba’wiroma. Bautizar. Bayénama. Manar agua, haber manantial. Bakábochi. Charco, charca, laguna. Bakanótzama. Hacer presa. Bakórachi. Culebra de agua. Bará. Tiempo de lluvias.

Barasíma. Barbecho de tierras, preparación que antecede a la lluvia. Léxico de hablantes: Bakóchi. Río. Komíchi. Arroyo. Warú o baweachi. Mar. Ukí. Lluvia. Bakóchi. Río. Bajichí. Aguaje. Bawichí. Rocío, Vía Láctea. Ritú. Va caer hielo, se ve en el cielo. Rejé. Granizo. Kipalí. Nieve. Ke parí nasoáme. Aguanieve. Walú Baweachi. Agua almacenada: lago o laguna. Bawí ertamaní. Presa. Balá. Tiempo de lluvias. Ba’wí ruriára. Cascada, donde cae el agua. Payekochí. Pozo. Barewá. Lama. Bemoléachi. Neblina. Toponimia hídrica: Existe un entendimiento hidráulico del mundo en el que se vive, dado que para ubicarse espacialmente y conocer las direcciones hacia las que se camina los ríos y arroyos son fundamentales. Así río arriba (repári bawéachi) y río abajo (tu’rirtú bawéachi) son dos fórmulas que indican la ubicación espacial de las personas y los lugares.

Ilustraciones: Comienzo del rutuburi y del yúmari (Lumholtz 1904:329) Fajas Tarahumares (Lumholtz 1904:216) Nacimiento de un Aguaje (Alejandro Fujigaki 2005) Aguaje en Buena Vista (Alejandro Fujigaki 2005) Preparando un Aguaje (Alejandro Fujigaki 2005)

CONOCIMIENTO: Conocimiento de los ciclos naturales, taxonomías y capacidad para predecir y pronosticar fenómenos Astronómicos: La medición temporal del ciclo estacional está regida por el movimiento del sol en el horizonte. El año se compone de tres temporadas: sequía, lluvia e invierno. En la actualidad no hay datos registrados sobre el conocimiento astronómico. Sólo Lumholtz a principios de siglo documentó lo siguiente: “Son los tarahumares cuidadosos observadores de los cuerpos celestes, y conocen las Pléyades, el Cinto de Orión y la Estrella de la Mañana y de la Tarde. La Osa Mayor no les despierta especial interés. Cerca de Guachóchic siembran su maíz atendiendo á la posición de las estrellas con referencia al sol, diciendo que si el sol y las estrellas no duran lo mismo, el año será malo; pero que cuando las estrellas duran mucho, habrá buen año. En 1891, el sol “caminó despacio,” y las estrellas “caminaron de prisa,” y en junio ya habían “desaparecido.” Por lo mismo, predijeron los tarahumares que sus cosechas serían escasas, lo que efectivamente sucedió. El tres de junio le pregunté á un indio cuanto más viajaría mucho el sol, y me dijo que no debía ser más de quince días. Los mexicanos reputan á los tarahumares muy buenos anunciadores del tiempo, y frecuentemente les consultan sobre las probabilidades de lluvia. Juzgan los indios por el color del sol cuando sale, si ese día habrá de llover. Si la creciente de la luna aparece horizontalmente, es que lleva mucho agua; pero no tiene ninguna cuando está vertical. Los mexicanos participan de esta creencia. Cuando la luna llena tiene “un anillo alrededor,” está bailando en su patio. En el período que no tiene luz, está muerta, peor volverá después de tres días. Explican los eclipses diciendo que el sol y la luna se chocan en el camino cuando pelean” (Lumholtz 1904:244). A mediados del siglo XX, Bennett y Zingg documentan lo siguiente: “Los tarahumaras poseen una ciencia astronómica relativamente pobre y muy pocos conocimientos acerca de las estrellas. El término para designar estrella es sipolí y hay denominaciones especiales para el lucero del alba (dilisópoli) y la estrella vespertina o lucero de la tarde (alí sópoli). Los indios afirman que todas las estrellas atraviesan el cielo. En el pueblo de Guadalupe, se nombra a la Estrella Polar mediante una traducción del castellano, sopolíla tibúame, que significa “estrella guardiana”. La Constelación de Orión, es una de las más importantes reconocidas por los tarahumaras. La nombra con tres términos: awisúli, arára (arado) y beká sopolí (“tres estrellas”). A finales de junio o en julio, dicha constelación aparece por el este, en la madrugada. Cuando se la observa, se siembran los frijoles. Es muy importante no empezar antes de dicha siembra. Se reconocen las pléyades a las que se denomina dekahútci. Cuando dicha constelación aparece por el oeste y al anochecer, en posición baja, es el momento de sembrar maíz, aunque no es un momento digno de confianza.

Se ha notado el hecho de que el sol, dayénali, se oculta por diferentes puntos a lo largo del horizonte. En cierto momento de junio, se oculta por el miso sitio y durante una semana aproximadamente, para luego empezar a alejarse hacia la otra dirección. Es el momento propicio para sembrar. Los indios observan atentamente este punto del horizonte. Algunos colocan un palo para señalarlo y otros toman en cuenta, como marca, algún rasgo sobresaliente del paisaje. Al otro extremo de la trayectoria del sol, también se levanta por un mismo punto durante una semana” (Bennett y Zingg 1978:526-527). Meteorológicos: Lluvia: “Para ellos no son los animales, en modo alguno, seres inferiores; sino creen que entienden la magia, que son poseedores de amplio saber y que pueden ayudarles á conseguir que llueva. En la primavera, el gorjeo de las pájaros, el arrullo de las palomas, el canto de las ranas, el chirrido de los grillos y todos los mil ruidos que emiten los habitantes de la selva son para los indios otras tantas solicitudes á los dioses para que envíen el agua, pues ¿qué otra razón tendrían para cantar? La extraña conducta de muchos animales al comenzar la primavera, no tiene para el tarahumar más explicación sin que aquéllos están igualmente interesados en que llueva; y como los dioses atienden las peticiones de los ciervos expresadas con las cabriolas y movimientos que ejecutan, y las que el pavo manifiesta con su curioso modo de hacer la rueda, y premian á unos y á otros enviándoles la lluvia, fácilmente infieren que deben ellos bailar como los venados é imitar el juego del pavo para ganarse la gracia de los dioses” (Lumholtz 1904:325). Climáticos: El cambio climático se identifica por los contrastes de cada estación. En la zona alta: sequía- lluvia-invierno (kuwé, bará, romó) se manifiestan por cambios de temperatura cuyos extremos varían entre los 35º c y los 15º c bajo cero. Sumado a esto la presencia del agua modifica el paisaje drásticamente, arroyos y riachuelos temporales aparecen y todo se cubre de verde. En sequía por el contrario, desaparecen los arroyos y la sierra se viste de un color pardo. En la zona de barracas el clima es más cálido, por tanto el invierno es una extensión de la temporada de lluvias, pues en lugar de nieve cae lluvia. Conocimiento de manejo ambiental y uso de recursos: Relato sobre el cuidado del agua “Nosotros, los rarámuris, al igual que todos los seres que existen en la Tierra, necesitamos del agua que Dios nos regaló al principio. Cuando un bebé llega al mundo, lo primero que hace falta es agua, porque la leche que bebe es líquido. Tal vez se forme de la comida que la madre come. Desde muy pequeños requerimos del agua porque desde el primer día de nacidos ya nos bañan. Días después de haber nacido, los papás se encargan de buscar quién los bautice (a veces, los que quieren bautizar lo piden a los padres). “El hombre o mujer

que va a bautizar al niño se va a la casa de los papás un día que ya antes se pusieron de acuerdo. Después de tal vez tomarse un pinole empieza el bautizo: se pone una cruz afuera de la casa, se gira a los cuatro puntos que la cruz representa hasta llegar al punto del comienzo, siempre volteando hacia donde sale el sol. “Desde antes de que llegaran los misioneros se hace esto. Todavía ahora en día se sigue conservando esta tradición. Primero bautizan ellos en sus casas y después los llevan a la iglesia para que el cura los bautice con agua bendita. “Así es: todos los seres que somos puestos en este mundo necesitamos agua, como son los animales, las hierbas y los árboles. “Por eso es muy importante cuidar el agua, porque es el que nos sostiene; si no hubiera agua no habría vida” (Palma 2002:62). Nota: no se cuentan con relatos sobre el manejo ambiental ni su uso. Calendarios: Los calendarios varían de región a región e incluso de comunidad a comunidad. NOROGACHI, SIERRA ALTA

a) Calendario Agrícola SECAS: Siembra de papa MARZO 2º. Barbecho ABRIL MAYO Siembra de maíz JUNIO Siembra de frijol LLUVIA: JULIO Desyerbe AGOSTO Desyerbe SEPTIEMBRE Cosecha de maíz verde FRÍO: OCTUBRE Cosecha de maíz seco NOVIEMBRE Se corta el rastrojo DICIEMBRE 1er. Barbecho. ENERO Se cubren los surcos FEBRERO

b) División del tiempo (días, semanas, meses, años, épocas) DÍA: Beá - mañana

Nashiparawé - mediodía Arí - tarde Tericó - tarde Rocó - noche Nacíparacó - medianoche Mabeá - amaneciendo SEMANAS Y MESES: Actualmente se identifican con las divisiones de los calendarios impresos. Sin embargo, la luna indica la medición de un mes por ello metzá es el término que se usa para hablar de luna y de mes. Semana se dice tarári o cuenta. AÑO: Bamíbare es el término que indica la temporalidad de un año. Inicia luego de semana santa, es decir, en los meses que marcan el tránsito entre la sequía y la lluvia.

c) Calendario ritual de Norogachi (Fujigaki 2005) MARZO ABRIL Semana Santa (Danza Pinto o Fariseo) 12 OCTUBRE – 2 NOVIEMBRE Virgen del Pilar, Patrona de Norogachi 11-25 DE DICIEMBRE Virgen de Guadalupe (Danza Matachín) 1º ENERO Año nuevo 5 y 6 ENERO Santos Reyes 1-2 FEBRERO Candelaria Estas celebraciones, de fecha fija, tienen lugar en la iglesia del pueblo, pero los tarahumaras tienen una ritualidad más amplia no calendarizada. En ella encontramos los ritos de curación, de petición de lluvias, de agradecimiento, de prevención de enfermedad, ritos mortuorios y múltiples fiestas de trabajo colectivo. URIQUE, SIERRA BAJA O BARRANCA Nota: este ecosistema tiene dos ritos temporales dado que la gente vive en la cumbre y en la barranca a lo largo del año. Datos tomados de Garrido (2006).

a) Calendario Agrícola

Barranca: MAÍZ

20 junio- 25 de julio Siembra. Agosto Desyerbe Octubre Noviembre Cosecha FRIJOL 25 julio- 15 agosto Siembra Octubre Noviembre Cosecha 20 febrero Siembra (sujeta a reservas de agua por la lluvia invernal) Cumbre: MAÍZ 1º- 25 mayo Siembra Junio Julio Desyerbe y fertilización Octubre Noviembre Cosecha FRIJOL 25 julio-15 agosto Siembra Agosto Desyerbe y fertilización Octubre Cosecha

b) Calendario ritual MARZO ABRIL Semana Santa (Danza Pinto o Fariseo) MAYO JUNIO Danza de pascol y yumari en ranchos JULIO AGOSTO 11-25 DE DICIEMBRE Virgen de Guadalupe (Danza Matachín) 1º ENERO Año nuevo

5 y 6 ENERO Santos Reyes 1-2 FEBRERO Candelaria Nota: la correspondencia entre ambos calendarios radica principalmente entre la Semana Santa y la siembra y el ciclo de danza invernal de Matachín y la cosecha. Etnobotánica: “Para los indios, todos tiene vida en la naturaleza. Las plantas, así como los seres humanos, encierran un alma, pues de lo contrario no podrían vivir ni crecer. De muchas se supone que hablan, cantan y son sensibles á la alegría y al dolor. En invierno, por ejemplo, cuando los pinos están enrigecidos de frío, suplican llorando al sol que salga á calentarlos. Cuando se insulta ó se molesta á las plantas, éstas acostumbran vengarse. Son objeto de veneración las que se consideran con virtudes curativas, lo que, no obstante, no las libra de que las corten en mil pedazos para echarlas en agua que se bebe ó se emplea en lavatorios. Se cree que el simple aroma del lirio sana las enfermedades y quita el embrujamiento” (Lumholtz 1904:349). Plantas alimenticias: El maíz es el alimento principal para los tarahumaras, le sigue el frijol, la calabaza, el quelite, la papa, el nopal, chile, camote, meké o mezcal (Agave schotti), se come el corazón fibroso y dulce. Otros alimentos registrados pero fuera de uso en la actualidad son ciertos tipos de cebolla silvestre, amaranto. Aprovechan las frutas de los árboles como la manzana y el durazno en la zona alta. Al igual que una serie de hierbas variadas durante todo el año. Plantas para cestería y textiles: “Los indios de las tierras altas utilizánlas hojas fibrosas del amole (Yucca decipiens) como material para sus cestos” (Bennett y Zingg 1978:163). Seréke (Yucca decipiens, Dasylirion duranguense, D. Simples and D. Wheeleri) y gurú (Nolina duranguensis and N. Matapensis) son las fibras más importantes y más usadas por los tarahumaras de hoy; el maguey es la principal fuente de pita. Las yucas y nolinas proporcionan el material para manufacturar canastas, cuerdas y sandalias (Pennington 1996). Plantas alucinógenas y curativas: “Á todas las especies de Mammilaria y Echinocatus, cactos pequeños, para las que existe un culto regular, se les atribuyen altas cualidades mentales. “Las principales clases que se distinguen, son conocidas científicamente con los nombres de Lophophora Williamsii y Lophophora Williamsi, var. Lewinii. Los tarahumares les dicen jículi superior o simplemente jículi” (Lumholtz 1904:350).

“El jículi es poderoso protector del pueblo en cualesquiera circunstancias y trae la buena suerte. El hombre que lo lleva bajo su ceñidor, puede estar seguro de que no lo morderán los osos y de que los venados, lejos de huirle, se le mostrarán tan mansos que podrá matarlos fácilmente; y si los apaches lo encontrasen, no podrían dispararle sus rifles. Hace afortunados á los que toman parte de las carreras y toda clase de juegos, á los que trepan á los árboles, etc. Es la gran salvaguardia contra la hechicería, pues el jículi ve todavía mejor que los astrólogos y cuida de que no echen los brujos nada malo en la comida. Los tarahumares cristianos creen que tomándolo se les sale el diablo del estómago. La planta, además, purifica á todo el que trata de sacrificar alguna oveja ó fabricar tesgüino. Ningún remedio, sin embargo, hay para un asesinato: ni el jículi puede curarlo” (Lumholtz 1904:353). A mediados del siglo XX, el peyote se usaba de la siguiente manera: “se aplica externamente para mordeduras de serpientes, quemaduras, heridas y reumatismo. Cuando se lo usa para estos propósitos, se lo mastica o humedece en la boca y se aplica sobre al parte afectada” (Bennett y Zingg 1978:230-231). Y estos autores agregan información sobre otra planta sagrada: “Me señalaron cierta vez un cactus bola común, con suma precaución, y se me dijo que era el segundo más poderoso después del híkuli. Los tarahumaras lo llaman bakánawa. “Nos dijeron que los hechiceros usan esta especie como cura. Pero hasta un ser tan poderoso como el hechicero no se atreve a conservarlo por más de tres años; pasado este tiempo, lo vende. Si se lo conserva por más tiempo, el dueño corre el riesgo de enloquecer, ¡pues la planta es muy sensible! El hechicero mastica la pequeña bola y unta al paciente en las partes donde siente dolor. “La planta es tan fuerte, que los corredores se untan con ella tres días antes de una carrera importante, para utilizar sus virtudes imaginarias” (Bennett y Zingg 1978:231). Estos últimos autores señalan otras plantas consideradas sagradas: mammillaria, mammillaria heyderi o biznaga utilizada para curar enfermedades de oído y ampliar las capacidades de la visión chamánica. Mammillaria fissuarate, se usa al igual que el peyote. Junto con las cactáceas, las plantas de la Familia de la Dulcamara es decir las Solanaceae o Daturas también son consideradas sagradas y causantes de la locura. Sumado a ellos, el tabaco también posee “un espíritu muy fuerte”. “Las hojas se aplican sobre la frente para aliviar los dolores de cabeza, pero deben ser quitadas al poco rato, pues si no el paciente “puede enloquecer” (Bennett y Zingg 1978:233). Etnozoología: Antes de la introducción de las chivas y los borregos, los venados y los pavos silvestres eran los animales por excelencia de la caza y del sacrificio, el cual es propiciatorio para la lluvia. En la actualidad los pavos han sido domesticados y

se crían junto con las gallinas. También hoy día se cazan distintos tipos de ardillas. “La ardilla, llamada simulí (Sciurus apache) es grande y bonita, de color de ante o rojizo y vive en los árboles, cuyos nidos me señalaban los informantes indios. No perjudica las milpas y es por ello que se la prefiere, junto con la carne del conejo, como ofrenda en las fiestas. En general, los tarahumaras gustan de los animales y les atribuyen bastante inteligencia. Más aún creen que hablan un lenguaje ininteligible para los humanos y los conciben como seres” (Bennett y Zingg 1978:199). Antiguamente y aún hoy día pero con menor frecuencia, se tejen textiles con lana de borrego. Los productos son cobijas o ceñidores tejidos en telares de madera. El burro, el caballo y la mula son los principales animales para transportarse. Principales fuentes percibidas y utilizadas: Agua de lluvia y agua que nace de la tierra: aguajes. Las rancherías rarámuri, dispersas en el territorio, como imagen del asentamiento rarámuri tienen como prioridad estar cerca de un aguaje para proveerse de agua durante la sequía. Conocimiento de riesgos: El riesgo principal para los rarámuri se manifiesta en dos dimensiones. Por una parte, al comportarse incorrectamente y al no seguir la costumbre (anayáwari bowé, el camino de los antepasados) es posible que sus deidades se enojen y los destruyan como fueron destruidos sus ancestros míticamente. Por otra parte, la deforestación de sus bosques y la escasa lluvia (también asociada al comportamiento humano) son un riesgo cada año para las cosechas y por tanto para la subsistencia de la población. Ilustraciones: Canasta para colar tesgüino (Lumholtz 1904:251) Cestos tarahumares (Lumholtz 1904:259) Niños pastoreando chivas en Buena Vista (Isabel Martínez 2005) Vista del Divisadero desde Buena Vista en temporada de sequía (Alejandro Fujigaki 2005) Río Verde (Isabel Martínez 2005) Divisadero. Vista desde Aboreachi (Isabel Martínez 2005) Mujer rarámuri tostando maíz (Isabel Martínez 2005) Alto Río Conchos (Isabel Martínez 2006)

PRÁCTICAS: Adecuación y distribución del agua: La única adecuación es vivir cerca de un aguaje. Usos del agua: El agua de los aguajes es usada para uso humano y eventualmente para los animales. Sin embargo es más común que las chivas y el ganado tome agua de los arroyos. En los ríos principales se lava la ropa con una frecuencia de una o dos semanas. Suelen bañarse en familia y lavar la ropa al mismo tiempo. Modificaciones de la calidad del agua: “Durante nuestros viajes á lo largo del río, diariamente topábamos con trampas para coger pescado. Los tarahumares tienen varios procedimientos. Á veces agarran con las manos los peces en los intersticios de las piedras, aun zambulléndose si es necesario. En las partes hondas de los arroyos y ríos, forman con piedras unas paredes de uno ó dos pies de altura, siguiendo el curso de la corriente, de modo que converjan en el extremo inferior encanalado el agua, y colocan horizontalmente un tejido hecho con tallos de helecho hembra, por donde el agua corre fácilmente y los pescados quedan detenidos” (Lumholtz 1904:391). “Pero hay un medio más productivo de pescar, que es envenenando el agua. En las tierras altas se emplea á este propósito una especie de polygonum que se machaca con piedras y se echa en los pequeños corrales. Cuando se trata de pescar en grande escala, se usan dos especies de agave, el amole y el soque, reuniéndose muchas familias á pescar en el lugar previamente elegido. Se nombran inspectores para cada lado del río, encargados de cuidar que todo se haga debidamente y de acuerdo con todos los requisitos ceremoniales. Las mujeres se quedan como á unas doscientas varas cociendo yerbas y haciendo pinole para que coman los hombres. No se permite á las embarazadas estar allí, porque no morirían los pescados” (Lumholtz 1904:392). “Considérese que el efecto del veneno durante la noche alcanza hasta 300 varas abajo, aturdiendo á los pescados, y aunque muchos reviven, algunos mueren y pueden comerse porque el veneno no daña su carne” (Lumholtz 1904:394). “Usan también como sustancia venenosa el palo de la flecha, que parece ser más activo que las dos plantas mencionadas. La leche contenida bajo la corteza de este árbol, produce en la piel una especie de quemadura. Se envenena el agua cortando dentro de ella la corteza del tronco y de las ramas, teniendo cuidado de ponerse de acuerdo con la dirección que siga el viento, pues á un individuo que descuidó esta precaución le cayó en los ojos un poco de jugo dejándolo ciego por tres días” (Lumholtz 1904:394-395). Sistema tecnológico y prácticas para adaptarse a las condiciones de la oferta natural de agua:

El lugar elegido para construir una casa debe conjugar dos requisitos básicos: ser plano y estar cerca de un “aguaje”. Sin embargo esta cercanía es relativa dado que en dichos aguajes habitan seres que pueden hacer daño a los tarahumaras. Cuando un tarahumara nota que nace agua del cerro, se encarga de cavar poco a poco la tierra hasta formar un pequeño charco que contenga el agua. Procura cubrirlo con ramas o láminas para que los animales no beban del agua que ellos tomarán. Impermeabilización y aislamiento: “Queda así lista la estructura para el techo. Se miden los tablones del techo de un lado, para que se inclinen exactamente desde la viga transversal en la parte superior, hasta el canalón en la parte inferior. Se los corta de esta medida, en cantidad suficiente para formar una doble cubierta del lado del techo. Al formar esta doble cubierta, las tablas se superponen para que el techo no gotee. “Las tablas para el otro lado del techo se miden más largas, de modo que al quedar en declive desde el canalón, sobresalgan de la viga que forma el caballete, protegiendo de esta manera la parte superior de la casa de las goteras. Este lado del techo también está formado por una capa doble de tablas superpuestas” (Bennett y Zingg 1978:115). “Una variación interesante en la construcción del techo observada en las tierras bajas, es un tejado de palma hecho con una plana llamada dakúki. Se colocan en forma transversal, varios listones de paja u hojas amontonadas en un techo a dos aguas, empezando por la parte inferior, de modo que se superpongan los sucesivos listones a la manera de tejamaniles” (Bennett y Zingg 1978:253). Control de humedad: Sobre la conservación de alimentos: “Dan los tarahumares mayor importancia que á su habitación, á la troje, que construyen siempre frente á su domicilio, pues de hecho es para ellos cosa secundaria su comodidad personal que posponen aun á la de sus animales domésticos. “Siempre construyen trojes ó graneros bien agrupados. En muchos apenas cabría un perro de mediano tamaño, pues sirven para guardar todo lo poco que poseen y no tienen en uso, principalmente maíz, frijoles, alguna ropa y telas de reserva, jíkuli y yerbas, etc. “Las trojes del género más común son redondas, de cuatro á seis pies de altas, construidas de piedra y lodo, y con techo de tablas de ocote aseguradas con piedras y tierra” (Lumholtz 1904:176). Algunos alimentos, como maíz y calabaza, se deshidratan al sol, se conservan para tiempos de sequía, donde la comida es escasa. Además, el maíz se debe secar sobre estructuras de madera:

“Estas estructuras son más pequeñas y menos complejas en cuanto a su construcción, que los graneros. L estructura de secado del maíz se hace deliberadamente con anchas hendiduras para que el aire pueda circular y así, secar el maíz. Si se colocara éste inmediatamente en el granero, se volvería negro y se pudriría” (Bennett y Zingg 1978:125). Tabúes de cacería y pesca: Cuando se pescaba: “Una vez asados, los amasan los hombres con pinole y forman una bola de dos ó tres pulgadas de diámetro que uno de los directores va á depositar en algún charquito que se halle debajo de los corrales. Es esto un gran sacrificio á una disforme culebra, señora del río (Hualula), que hace fuerte ruido. Cada río, fuente y ojo de agua tiene su culebra á quien se debe que el líquido mane de la tierra; y como dichas serpientes se ofenden fácilmente, los tarahumares levantan siempre sus chozas á cierta distancia de las corrientes y evitan acostarse junto á la orilla cuando van de viaje. Siempre que hacen pinole fuera de su casa, sacrifican sus primicias á las culebras del agua, dejándolo caer con el mismo palillo con que lo mueven y lo arrojan primero al frente, luego á la izquierda, después á la derecha y en seguida hacia arriba, tres veces en cada dirección. Si no hicieran esto, las culebras saldrían á perseguirlos y los arrojarían de allí. Además de la bola de pescado, ofrendan hachas, sombreros, frazadas, ceñidores, bolsas, etc., y especialmente cuchillos é hilos de cuentas al Señor de los pescados, ó pescado más viejo. Hácenlo en pago de los que van a coger y cuelgan los donativos de una barra horizontal ó cruzada, que se erige especialmente en medio del río, dejándolos colgados hasta la madrugada, hora en que sus respectivos dueños se retiran” (Lumholtz 1904: 392-393). Ilustraciones: Tarahumares pescando en Río Fuerte (Lumholtz 1904:395) Casa Tarahumar en tierra caliente (Lumholtz 1904:156)

MECANISMOS DE EQUILIBRIO SOCIAL: Formas organizativas: A pesar de que la estructura de las formas organizativas es similar, su composición es distinta en cada región e incluso en cada comunidad. “At the time of European contact, the basic units of Tarahumara political organization appear to have been ranchos, each composed of several contiguous households, the affairs of which were directed to a limited degree by a headman and a body of elders. The members of different ranchos sometimes congregated for judicial, governmental, and ceremonial purposes and joined forces in time of conflict under the direction of war captains. Although vestiges of this political system can be found among twentieth-century Tarahumaras, it was largely supplanted by the more complex and centralized pueblo organization imposed in the colonial period by Spanish officials and Catholic missionaries. “A Tarahumara pueblo is not a compact settlement but a group of ranchos whose residents congregate at the same church, the site of which serves as the administrative and religious center of the pueblo” (Merrill 1983:293). “Los funcionarios tarahumaras forman un grupo importante. Todos los domingos se alinean en ubicaciones fijas fuera de la entrada de la iglesia, mientras el gobernador pronuncia un discurso. Cada semana, se instalan como jueces para los juicios. Y funcionan como una corporación en toda reunión social o ceremonial. En las procesiones de la fiesta de la iglesia, marchan en grupo. Como conjunto, mantienen una posición elevada en la sociedad tarahumara. “Como individuos, los funcionarios no son objeto de ninguna deferencia particular. No se distinguen, en su aspecto personal, del hombre común. Es al funcionario, no al hombre, al que se trata con consideración especial. En realidad, es la posición social que un cargo le confiere al individuo, lo que lo lleva a aceptarlo. La dignidad del cargo es su única remuneración. El tarahumara busca ocupar un puesto de funcionario, para ser considerado un individuo de importancia; para que lo respeten; para que se escuchen sus palabras; para poder desempeñar un papel activo en la vida de la comunidad y tener verdadera autoridad. “Los funcionarios tarahumaras reciben nombres castellanos. Aunque varían un poco en algunos sectores, son fácilmente comparables. Los cuerpos organizativos se conforman por un Gobernador, Alcaldes, Tenientes, Capitanes, Mayores, Soldados y Fiscales” (Bennett y Zingg 1978:322-323). Normas: “La ley tarahumara no está codificada, por lo menos, para la forma de pensar del tarahumara. Los informantes negaban que hubiera ningún tipo fijo de castigo para delitos definidos, o que los fallos previos influyeran en el caso del momento. Todos los juicios son públicos, y a ellos asiste la población masculina del grupo, todos conocen cuáles son los fallos y qué castigos se han aplicado, en el pasado, a ciertos delitos. Así pues, todo tarahumara tiene una

idea bien clara de qué le sucederá si comete algún tipo de influencia en el gobernador, que es el juez final. “Hablar groseramente o expresar malas intenciones, si bien constituyen un agravio a la sociedad, no son faltas punibles; de modo que el juez debe decidir si el acto expresado como amenaza o intención, fue cometido realmente. Ir a un granero con el propósito de robar, no es un delito hasta que se compruebe que verdaderamente se ha sustraído algo. También se toma en cuenta el estado físico del hombre en el momento de cometer el acto. Por regla general, la embriaguez mitiga la sanción. “Los tribunales tarahumaras se ocupan de otras cuestiones, aparte de los casos delictuosos. En realidad, la mayor parte de su trabajo se refiere a resolver los litigios por herencia, que normalmente son consecuencias de equívocos o errores de interpretación más bien que delitos reales. “El latrocinio o robo es uno de los delitos más comunes y, por lo general, se lo castiga azotando al ladrón. “Numerosos casos juzgados por los tribunales, abarcan abandono y relaciones sexuales ilícitas. En general, la ley procura mantener los matrimonios ya establecidos, aunque, en ciertas circunstancias se permite la separación. “Los cargos de ataque y agresión van a parar al tribunal. “Se producen pocos casos de asesinato, que las autoridades mexicanas pueden manejar fácilmente. “Existen evidencias de que a práctica de la brujería fue, en otro tiempo, un delito grave. “Los padres pueden ser castigados por maltratar a sus hijos” (Bennett y Zingg 1978: 335-336). Aspectos de cosmovisión y conocimiento: Los tarahumaras fueron creados por los dioses celestes, por tanto se consideran sus hijos: “El Padre Sol (Nonorúgami) y la Madre Luna (Yerúgami). El sol cuida á los hombres durante el día, razón por la cual no emprenden transacciones los tarahumares sino hasta que se oculta. Hace también dormir á los animales. La Luna vigila por la noche, y es la deidad especial de las mujeres. Ayúdala en sus nocturnas vigilias su hijo el Lucero de la Mañana, quien manda á las demás estrellas, porque son sus hijos, porque son tarahumares. Las estrellas avisan á sus hermanos de la tierra cuando entran ladrones en sus casas. Si los tarahumares tratan de afirmar algo solemnemente, dicen: “¡por los de arriba!” es decir, por el Sol, la Luna y las Estrellas” (Lumholtz 1904:290). Y como buenos hijos, mantienen relaciones de reciprocidad con sus padres-astros mediante el sacrificio y el ritual. Lo cual contribuye con el equilibrio social del cosmos y de la sociedad rarámuri: “Sus relaciones con los dioses y con los hombres se basan generalmente sobre el principio del do ut des. Para inducir al Padre Sol y á la Madre Luna á producir la lluvia, necesítanse sacrificios de carne de animales domésticos ó monteses y tesgüino. Debe ganarse el favor de los dioses por medio de lo que llamaremos la danza” (Lumholtz 1904:324).

MECANISMOS DE REGULACIÓN DE OFERTAS Y DEMANDAS: El uso de la tierra es una condición para la posesión de la misma, y dado que la herencia es bilateral, la propiedad es individual pese al contrato matrimonial: “El concepto tarahumara de la propiedad se basa en la posesión individual” (Bennett y Zingg 1978:303). Sin embargo, el trabajo es realizado por todo el grupo doméstico: “Una familia vive en una casa; come de la misma vasija. La familia cría a sus animales todos juntos, trabaja en determinadas milpas como grupo, almacena el grano recogido de las milpas en el mismo arcón, y compra tela para confeccionar prendas para vestir para todos” (Bennett y Zingg 1978:303). Así: “En realidad, la unidad familiar usa conjuntamente toda la propiedad poseída por sus miembros componentes (excepto la vestimenta personal). Sin embargo, a pesar de la costumbre de uso conjunto, la posesión individualista es reconocida inmediatamente, cuando un miembro de la familia muere y su propiedad tiene que ser distribuida, o cuando, por cualquier motivo, algún miembro quiere separarse de la familia” (Bennett y Zingg 1978:303). Se identifican las principales tecnologías físicas y biológicas utilizadas para la regulación de las ofertas y demandas. Se utiliza el macro concepto de tecnología (método, técnica, sistema, organización y sus interrelaciones). Se resaltan aquellas que son propias del grupo. Sintetiza los aspectos identificados en los aspectos de cosmovisión, conocimiento que tienden a la regulación de las ofertas y demandas. Se intenta identificar aquello que le es propio, lo que es compartido con las culturas vecinas y lo que está ausente de las culturas vecinas. La organización del trabajo también es forma parte de los mecanismos de regulación: “La familia tarahumara, como una unidad, realiza todas las tareas necesarias para su existencia” (Bennett y Zingg 1978:317). “El trabajo que no puede ser realizado por la familia tarahumara, se efectúa mediante el trabajo cooperativo, a través del expediente de la tesgüinada. Cuando un hombre tiene que realizar una tarea par ala cual no se basta él mismo, prepara tesgüino y llama a sus amigos para que lo ayuden. Esas tareas son: desmontar una milpa, quitándole los árboles y las piedras, arar, sembrar, cosechar, construir viviendas, cortar y transportar madera y tablones. Construir un corral de piedra o acarrear fertilizante de la cueva a la milpa. Los vecinos cooperan de muy buena gana, no sólo por la diversión que significa comer y

beber en buena compañía, sino porque ellos, también, pueden llegar a necesitar de ayuda para alguna tarea propia” (Bennett y Zingg 1978:319). Finalmente, la tecnología con la que se cuenta para elaborar el trabajo es la siguiente: “La subsistencia reside en los aspectos de la agricultura de arado y pastoreo. Los instrumentos básicos y los animales esenciales para ella fueron introducidos en el siglo XVII por los españoles. Ellos son el arado de madera y el azadón, el hacha metálica, el cuchillo, ganado, cabras y la idea de fertilización. Otro instrumento importante para la agricultura es el bastón plantador, que fue probablemente el instrumento aborigen de su economía precolombina basa en la recolección y la caza” (Kennedy 1970). Cosmovisión: En tanto que todo aquello que rodea a los rarámuri son seres vivos y en algunas ocasiones personas, la explotación del medio ambiente (madera, peces, animales de caza, etc.) debe ir acompañada de algunas fórmulas rituales, como las ofrendas ofrecidas a los “aguajes”. MECANISMOS DE TRANSFORMACIÓN: Modos y medios de experimentación, producción de conocimientos, procesos de enseñanza – aprendizaje: “…los rarámuris no mantienen instituciones educativas formales para instruir a sus hijos en ese conocimiento. La enseñanza de todo tipo de conocimiento es externo e informal, por lo general se realiza dentro del contexto familiar, utilizando ejemplos o en breves aseveraciones más que explicaciones detalladas. Toda clase de conocimiento que los rarámuris poseen es transmitido dentro de este contexto: los valores básicos de la sociedad, el vestido, las posturas, habilidades básicas como la cocina y el uso del hacha, habilidades avanzadas como el tejido y el tocar instrumentos musicales, así como las ideas cosmológicas y otros conocimientos teóricos” (Merrill 1992:98). “Los maestros más importantes de un niño son sus padres y los hermanos de más edad, que asumen muchas de las responsabilidades diarias en la crianza de los niños. Los abuelos también juegan una parte prominente en la educación de sus nietos” (Merrill 1992:99). “Sólo durante los sermones que los oficiales del pueblo presentan en la cabecera se comunica el conocimiento teórico, de manera explícita y consistente, a gran número de personas de diferentes ranchos. Como resultado, estos sermones son especialmente importantes en la reproducción del conocimiento teórico dentro de la sociedad. Los tipos de información que se transmiten en estos sermones así como su eficacia como vehículos para la reproducción del conocimiento teórico está determinada, principalmente, por el papel que juegan estos sermones en el proceso político rarámuri y las convenciones retóricas que guían su producción.

“Para los rarámuris, el propósito principal de estos sermones no es comunicar nueva información sino reiterar consejos probados con el tiempo para la conducta apropiada en la vida. “El pronunciar sermones forma parte de la práctica, más amplia, de dar consejos y que prevalecen en la vida social rarámuri” (Merrill 1992:102). Actividades que inducen a una acción transformadora: “Las concepciones, los modelos y los proyectos de desarrollo que el indigenismo ensayó en la Tarahumara han chocado en mayor o menor grado con las visiones, las prácticas productivas y la formas de organización social de los pueblos indígenas. En particular, la insistencia indigenista en la explotación intensiva del bosque, en la manipulación de las formas organizativas ligadas a la institución ejidal, en la expansión del aparato escolar y en la difusión de la medicina científica han topado con serios obstáculos derivados de la preferencia indígena por una diversificación productiva, por un modo de socialización familiar y por un profundo arraigo de las nociones de salud-enfermedad y de las prácticas curativas autóctonas” (Sariego 2002:232). Cosmovisión: “Los rarámuris dicen que todo buen pensamiento deriva en última instancia de sus deidades principales, a quienes llaman Nuestro Padre y Nuestra Madre y los asocian con el sol y la luna. Algunas veces estas deidades transmiten su pensamiento a los rarámuris en sueños, pero la mayoría de estos consejos han sido transmitidos de generación en generación, y derivan del consejo original que ellos dieron a los primeros ancestros rarámuris. Los malos pensamientos vienen exclusivamente del Diablo, que incita a las personas a pelearse, matar, hechizar, robar y cometer adulterio. Mientras la mayor parte de las personas consideran el pensamiento de Nuestro Padre y Nuestra Madre como superior al del Diablo, dicen que cada individuo decide que tipo de pensamiento seguir en la vida, indicando mediante acciones la elección que ha hecho: la conducta apropiada indica la selección del pensamiento de Nuestro Padre y de Nuestra Madre, el comportamiento incorrecto la del Diablo” (Merrill 1992:105). Ilustraciones: Yúmari en Murachárachi (Isabel Martínez 2004) Norogachi, Chihuahua, durante los festejos de la Semana Santa, 2006. Jose Carlo González (Tomado de la Jornada, Suplemento Hojarasca Número 111)

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA DESCRIPCIÓN DEL PUEBLO, GRUPO ÉTNICO O DE LA CULTURA Familia Lingüística: Yuto-azteca o Yuto-nahua “En la actualidad los grupos étnicos tarahumara, pápagos, pimas, tepehuanes, yaquis, varohios, coras, huicholes y nahuas, son las culturas sobrevivientes de los muchos grupos que se fueron desprendiendo de dicho proceso migratorio [el de los grupos que habitaban el norte de nuestro continente] y que en la actualidad son variantes del gran grupo lingüístico yuto-nahua. Gran parte de los grupos derivados de este tronco lingüístico yuto-nahua, fueron aquellas culturas que se diferenciaron de muchos de los grupos vecinos del norte no agricultores. De este grupo lingüístico surgieron las culturas que en su gran mayoría se dedicaron a las labores agrícolas cultivadoras de maíz, fríjol y calabaza originando cambios en los patrones de vida” (Olivos Santoyo 1997:34). Nombre Propio: Rarámuri “En castellano se dice Tarahumar. Ellos se autodenominan Rarámuri, de rará = igual a planta del pie, más el sufijo muri, que viene del verbo mama (sing.) y jumama (plural), que significa correr” (Neumann y González Rodríguez 1991:17). Nombre atribuido: Tarahumaras o Tarahumares Etnohistoria: “Durante la colonia, la actividad minera motivó a los españoles a penetrar en los lugares más inhóspitos de la Sierra Tarahumara lo que, aunado al establecimiento de las misiones, ocasionó que los rarámuri y otros grupos indígenas se replegaran a zonas de difícil acceso con la finalidad de preservar sus formas culturales. Los españoles y, posteriormente, los mestizos que ocuparon es la sierra acapararon las mejores tierras. En los siglos posteriores a la Colonia se desarrollaron cerca de a Tarahumara importantes centros agrícolas y ganaderos, como la región del Papigochi en el municipio de Guerrero y la zona agrícola y frutícola de Cuahtémoc. A finales del siglo XIX y principios del XX, además de los metales, un nuevo recurso atrajo a los blancos: la madera de los inmensos bosques de la Sierra Tarahumara, que hasta la fecha desempeñan un papel muy importante en la región” (Granados Pérez 2003:12). “El primer contacto entre los misioneros y los indígenas del actual territorio de Chihuahua ha sido fechado en 601 al entrar los jesuitas por Chínipas y en 1604, cuando éstos llegan a San pablo, hoy pueblo de Balleza. En su labor cristianizadota, los misioneros se asentaron en los lugares más próximos a los territorios indígenas. La evangelización de los grupos autóctonos no fue una tarea fácil debido a que desde un principio, los indígenas se negaron a aceptar

el credo católico y la imposición de nuevos modos de vida. El conflicto, surgido desde el primer contacto, se hizo latente en las rebeliones y masacres contra los misioneros blancos. La Cristianización en el territorio de Chihuahua, estuvo en manos de los jesuitas y franciscanos. La corona dividió el territorio y encargó a éstas órdenes religiosas la conversión de los grupos étnicos o ‘naciones’ indígenas. A los jesuitas correspondieron los tepehuanes, tarahumaras, chínipas, témores, y tubares y a los franciscanos los conchos y otros grupos de las regiones desérticas” (Meza Flores 1998:14-15). “El primer contacto con la Tarahumara se produjo por la parte occidental región de las barrancas, la cual se colonizó desde la avanzada sinaloense en el año de 1589. Misioneros y militares se fueron internando en la Sierra donde pronto tuvieron contacto con grupos indígenas que en las crónicas llamaron guazapares y chínipas; considerándose ésta como subregión administrativa y misional dependiente de Sinaloa en los primeros meses de 1601. Una vez establecida l misión en la zona se inició un proceso de avanzada a otras zonas de la Tarahumara, donde los religiosos fundaban misiones y pueblos de visita, los cuales además de ser puntos de avanzada para el trabajo de conversión al cristianismo, se convirtieron en proyectos de organización territorial, social, cultural y económica” (Olivos Santoyo 1997:38-39). “Se dice que el origen del rarámuri proviene de una rama de la migración Utonahua e Norte América, que se dirigió al Sur a través del corredor migratorio que constituía la Sierra Madre Occidental, estableciéndose en las planicies nororientales. Los Opata-tarahumares se dedicaban a la caza recolección y a una incipiente agricultura del maíz. Este periodo de los tarahumares se identifica con las culturas canasteras del suroeste norteamericano… En 1608, el Jesuita Joan Font tomó por primera vez contacto con los rarámuri en las inmediaciones de Santa Bárbara. Fue este misionero quien cambió el vocablo rarámuri por el de tarahumaros. Que desde 1614 emplearía Jerónimo de Morata. Con la llegada de los jesuitas comenzó el proceso de evangelización… Además de convertirlos a la fe y al dogma cristianos, intentaron eliminar prácticas consideradas paganas como las fiestas –que según los misioneros, la borrachera era su principal dosis- así como aglutinar a la gente en pueblos, construyendo Iglesias cuyo objetivo era que los tarahumares vivieran alrededor de ellas y se formara el pueblo” (Pintado Cortina 1995:54-55). “Según las fuentes históricas, en los inicios del siglo XVII, los rarámuri poblaban gran parte de Sierra Madre Occidental, organizados en una cultura campesina productora de maíz, fríjol y calabaza; gozaban de una gran movilidad estacional, que le permitía combinar la utilización de varios dichos ecológicos (cumbres, laderas y barrancas) con las actividades de caza, pesca y recolección. Habitaban en cuevas formando agrupamientos familiares extensos, conocían la cestería y la cerámica y confeccionaban diversas herramientas; se organizaban socialmente por medio de caciques regionales quienes los médicos y curanderos tenían una marcada influencia; sus sistema de creencias religiosas partía de la combinación de los elementos de la

naturaleza contextual y se basaba en un sólido conocimiento del ciclo solar y en otros factores astrales. Con el arribo de los misioneros españoles a la hoy llamada Sierra Tarahumara (entre 1603 Chínipas y 1607 en Balleza), se introdujeron en la región dos elementos que modificarían de manera importante la cultura de sus habitantes y su manera de relacionarse con la naturaleza: el hacha de acero y el ganado bovino y ovicaprino. El primer elemento facilitó una profunda apropiación del bosque y sus materiales, y el segundo inició también un intenso proceso de sedentarización de todos los grupos étnicos de la Sierra. Con el hacha de acero los rarámuri comenzaron a desarrollar una importante cultura elaborada de implementos de madera (fundamentalmente el arado) lo que les permitió adquirir las habilidades propias de la carpintería. Con la introducción de hatos de ganado, los campesinos rarámuri que hasta entonces practicaban una agricultura rudimentaria intensificaron las potencialidades de ésta por el uso de estiércol de los animales en el abono de los terrenos de labor, además de la ayuda que los bovinos prestaron como bestias de tiro para el arado de superficies mayores que las acostumbradas por la mera y ancestral práctica de quemar, tumbar y rozar” (Uretaga Castro-Pozo 1998:517). Áreas Ocupadas por el Grupo Étnico o Cultura: Los integrantes del grupo rarámuri habitan los territorios de la región conocida como Sierra Tarahumara, ubicada en el suroeste del estado de Chihuahua, al noroeste de México. Sistema Económico: “Los rarámuri practican una economía basada en la agricultura y la ganadería, que se complementa con la caza, la recolección y, donde hay recursos forestales, con la explotación silvícola. Los principales cultivas son el maíz, el frijol y la papa. Las especies ganaderas más frecuentes son las cabras y las ovejas y, en menor medida, el ganado vacuno, equino y asnal. La agricultura y la ganadería se desenvuelven en estrecha relación, ya que el estiércol del ganado es utilizado en la fertilización de los campos y en las labores agrícolas. En algunas regiones complementan su economía con el trabajo remunerado que logran a través de la migración temporal a poblaciones cercanas o a las ciudades más importantes de los estados de Chihuahua y Sinaloa. En la sierra alta se emplean en la actividad forestal, sobre todo trabajando en los aserraderos de la región. La venta de artesanías y de yerbas medicinales es una práctica frecuente, aunque en la mayoría de los casos se realiza a muy baja escala. Para ello, los tarahumaras se trasladan a los puntos turísticos de la región o a distintas ciudad y, después de algunos días, regresan a su localidad. En las últimas décadas el narcotráfico se ha sumado a las actividades económicas de los habitantes de la Sierra Tarahumara y los rarámuri no han sido la excepción” (Granados Pérez 2003:10).

“La familia opera como unidad económica para la subsistencia: su ‘lógica’ en este sentido, se basa en una agricultura temporalera que permite a los productores de maíz (principalmente), frijol, papa, calabaza y chile constituirse, ellos mismos, en sus propios consumidores, al tiempo que practicar el pastoreo de ganado menor (caprino y ovino). El trabajo para la subsistencia es compartido y organizado (según obligaciones, capacidades y costumbres) por todos los miembros de la unidad familiar” (Urteaga Castro-Pozo 1998:519). Sistema Político: “El sistema de gobierno rarámuri está presidido por el gobernador o siríame, elegido por consenso (no por votación) por la gente de los diferentes ranchos, rancherías y cabecera de cada uno de los pueblos. El principal deber del siríame es mantener la justicia, el orden público y la costumbre, asegurando así la reproducción de los valores. Para llegar a ser gobernador se requiere, antes que nada, de un buen prestigio social. Además es preciso ser un buen orador y tener capacidad para ser justo y atender las demandas de la gente, sin recibir a cambio remuneración alguna. El tiempo de ocupación en el cargo es variable u es posible la remoción en cualquier momento así como la reelección si el desempeño fue bueno… El siríame siempre es auxiliado en sus funciones por un grupo de funcionarios elegidos por él mismo, cuyo número y categoría es variable en cada pueblo. Así en algunos lugares de la sierra existen gobernadores auxiliares del siríame principal o warú siríame que se encargan del orden en un grupo particular de rancherías, mientras que en otros pueblos hay cargos de segundo gobernador. Otras autoridades auxiliares en el gobierno y ejercicio de la justicia del siríame son el general, warula capitán, teniente, fiscal y juez. También el siríame cuenta con el apoyo de una especie de cuerpo militar conformado por el jinerari, varios igapitani y los sontárasi o soldados. El capitán mayor conserva el orden en las teswinadas, reuniones, asambleas, fiestas y es auxiliado por los soldados. El cuerpo de policías está integrado por los alguaciles –arowashi o alawashi- que guardan los bastones de mando de los gobernadores, vigilan el orden de las reuniones y custodian a los presos en el kumérachi o cárcel donde se encierra a los delincuentes si así lo acuerda el siríame. Los mayora o mayoli tienen como función contribuir a conformar matrimonios, celebrarlos, dar sabios consejos a quienes se quieren casar y vigilar la moral familiar. Pueden separar matrimonios si éstos no han funcionado o convocarlos a juicio antes de que se separen, aún sin que exista denuncia previa por parte de alguno de los cónyuges. En los juicios de niños y mujeres suplen al siríame amonestando a los culpables. Una de las funciones más importantes del siríame es la de impartir justicia en delitos como robo, adulterio, maltrato, agresión, violación, etc. La justicia y su aplicación juegan un papel central dentro de los grupos étnicos de la Sierra Tarahumara como mecanismos de conservación de la armonía en la

convivencia social, máxime en sociedades como éstas donde el individuo tiene una tan notoria autonomía e independencia. En este sentido, la justicia cumple la función de asegurar que la libertad del individuo no choque con los intereses colectivos, pero también la de garantizar que los derechos individuales sean respetados” (Sariego; 2000: 185-188). DESCRIPCIÓN DE LA ECO-REGIÓN Y CARACTERIZACIÓN DE LA OFERTA HÍDRICA Oferta Climática: “El norte de México es parte de los subtrópicos donde se encuentra el desierto de Chihuahua. Está caracterizada por las lluvias de verano y la sequía durante el invierno. En verano los movimientos de la ITC (Zona de Convergencia Intertropical) hacia el norte del trópico de cáncer (23,5º n. Br.), crea un área permanente de baja presión en el norte de México y sur de los estados Unidos. Atrae a las nubes provenientes del Golfo de México y del Caribe. La estación de lluvia abarca normalmente el tiempo entre julio y finales de septiembre. Entre noviembre y febrero llegan con los vientos del oeste precipitaciones de menor cantidad a la región. La Sierra Tarahumara es un mosaico de contrastes grandes del relieve, de las temperaturas, precipitaciones y de formaciones vegetales. Dentro del perfil completo se distinguen tres zonas de diferentes alturas: la Tierra Fría, arriba de los 2100 metros, con temperatura medias anuales de entre 5º y 12º C. La Tierra Templad, entre 1000 y 2100 metros, con temperaturas media anuales de entre 20º y 12º C, y la Tierra Caliente, debajo de 1000 metros, con temperaturas medias anuales arriba de 24º C. Según la clasificación climática de Köpen & Geiger se diferenciaron los climas siguientes: Los climas Cwb y Cwa son los templados-semifríos de la Tierra Fría, encima de 2100 msnm con lluvias de verano y de entre 2 y 3 meses áridos durante la primavera (normalmente entre marzo mayo). En la Tierra Fría las precipitaciones de invierno a menudo son en forma de nieva, y en verano a veces en forma de granizo. Tres cuartos de la precipitación caen en julio y agosto, mientras en febrero y marzo son sólo 3%” (Mayer 1996:9). Oferta de Suelos: “Los suelos de la Sierra Tarahumara se desarrollan sobre riflitos terciarios y se distinguen por su exposición y por las condiciones microclimáticas. Todos son pobres por su baja capacidad de absorber la humedad y el fertilizante” (Granados Pérez; 2003:9). “Las rocas ígneas de la Sierra Madre Occidental tienen una extensión de 250 mil kilómetros cuadrados a través de los estados de Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Nayarit, Colima y Jalisco. La Sierra Tarahumara pertenece al área de rocas ígneas más grande del mundo.

Granito y rocas metamórficas del Precambrio (antes de 600 millones de años) forman el corazón de la cordillera. Se encuentran en las barrancas de los municipios de Batopilas, Urique, Chínipas y Morelos debajo de 500 msnm. Del Paleozoico (desde 600 hasta 225 millones de años antes de hoy) se presentan areniscas, cuarcitas y calizas silíceas, con un registro fósil compuesto de Parafusilina sonoraensis, Tricoten, Echinoconchus, Butoni, Camerophoria, Composita y Cleiothrydina sublamellosa. Del Triásico (desde 225 hasta 190 millones de aadh) se presentan pizarras gráficas interestratificadas con cuarcitas. No se registran la presencia de fósiles. Del Jurásico (desde 190 hasta 136 millones de aadh) no hay sedimentos, por lo que es posible que la zona haya estado emergida durante ese tiempo. En el Cretácico (desde 136 hasta 65 millones de aadh) empezó un vulcanismo relacionado con eventos tectónicos de las placas del Océano Pacífico oriental que dio origen a rocas basálticas. La subsecuente erosión de estas rocas aportó grandes cantidades de sedimentos a las cuencas al oriente de la región. Los depósitos del Terciario presentan dos grupo principales: el inferior de origen volcánico y que data del terciario medio, descansa discordadamente sobre rocas Hierbabuen y algunas más antiguas; y el superior está formado principalmente de material clástico de origen terrígeno o lacustre que data del Terciario superior. Las rocas son principalmente andesitas, dacitas, traquitas y riolitas que se formaron de manera extrusiva, y de menor grado, por intrusiones cuyos espesores varían de 15 a 20 metros y que aprovecharon sistemas de fracturas previos o líneas de menor resistencia en las rocas. Las intrusiones de troncos y batolitos provocaron mineralizaciones importantes de oro, zinc, plata, cobre, limitadas a las barrancas, y que dan vida a la actividad minera de la Sierra Tarahumara. En toda se encuentran aguas termales. Al final del Oligoceno se depositaron capas rojas de arenisca y conglomerados en cuencas amplias y poco profundas. E lo que respecta a la geología superficial, la mayor parte está formada de rocas del Terciario que son de tipo extrusivo ácido con pequeñas afloraciones de rocas ígneas extrusivas básicas. La Mesa de Guachochi es el área más extensa compuesta por conglomerados del Oligoceno” (Mayer 1996:8). Oferta del Relieve: “El relieve de la sierra parece un altiplano compuesto de mesas y cañones. A norte de latitud 28º grados, los valles son de perfil más suave que los del sur que forman una superficie muy acantilada. Desde la cuenca continental al oeste, la naturaleza fue agravando barrancas profundas de hasta 300 metros sobre el nivel del mar. En el municipio de Bocoyna nacen los ríos más grandes e importantes del noroeste de México. El Río Papigochi desemboca en el Río Yaqui. Él y el Río Mayo alimentan las zonas de riego más grandes de Sonora.

Los ríos Otero, Monterde y Coyegachi están drenando la parte noroeste de la región. El Río Urique, Batopilas y el Río Verde se desembocan al Fuerte, que tiene una cuenca de 35 mil kilómetros cuadrados, acaba la parte intermedia de la región. El Río Fuerte se desemboca en San Blas, en Sinaloa, llevando 6 billones de metros cúbicos anualmente al Pacífico. En la parte sur, en el municipio de Guadalupe y Calvo, los ríos San José y el Basonopita alimentan al Río Sinaloa que también posibilita zonas de riego extensas en el Litoral de Sinaloa antes de desembocar en el Pacífico. En la cuenca del Golfo de México, el Río Conchos junta todas las aguas de la región oriental del Río Mojasichi, Río Nonoava y Río Balleza. El Conchos es la arteria acuífera de Chihuahua. En su cuenca de 77 mil kilómetros cuadrados, una tercera parte del estado, viven 70% de la población del estado. En Ojinaga desemboca en el Río Bravo. Contribuye con la tercera parte de sus aguas y es un recurso estratégico vital también para Texas” (Mayer 1996:6-7). “Topográficamente, la Sierra Tarahumara se compone por un conjunto de nudos montañosos formados por picos y mesetas, de formación terciaria y posterciaria, y por profundos corte en la corteza terrestre ocasionados por la acción del paso de los ríos. Lo anterior da a la Sierra una fisonomía accidentada con elevaciones superiores a los 2000 mts/n.m. donde se alcanzan climas fríos de hasta -20ºC y profundas depresiones o caídas de mas de 1500 mts de profundidad constituyendo un sistema de cañadas y barrancas donde las temperaturas en el fondo de las mismas (de 500 a 600 mts/n.m.) llegan a alcanzar los 45ºC” (Olivos Santoyo 1997:16). “Las Subregiones en la Sierra Tarahumara:

A) La Zona Oriental o Región de Valles se ubica en las inmediaciones localizadas entre los valles chihuahuenses y la región boscosa de la Sierra, se trata de una región ecológica y física en transición entre el altiplano chihuahuense y la zona de bosques. En esta subregión se alcanzan alturas que giran alrededor de los 1400 y 1800 mts/nm y su principal expresión ecológica es la existencia de una vasta extensión de pastizales intercalada con algunas mancas de bosque. Presenta climas con temperaturas que oscilan entre -8ºC en invierno y en verano, las temperaturas promedio alcanzan los 30º y 32ºC. La vegetación que encontramos en esta subregión se caracteriza por el predominio de pastizales compuestos de una gran variedad de especies, existe además pequeñas regiones con predominio de coníferas con mayor presencia de encinos, entre otras especies vegetales como el táscate, mezquites, huizaches además pepinos piñoneros.

B) La Región de Cumbres o Zona de Bosques comprende la parte centro de la Sierra, se compone de un conjunto de cordones montañosos cuya altura oscila entre los 1500 y los 2500 mts/nm, sobresalen cumbres más elevadas que alcanzan a sobrepasan los 3000 mts/nm. Físicamente adopta la forma de una cadena de picos que recorren el centro de la Sierra con una orientación de sur a norte, combinada con numerosas mesas y valles de considerable tamaño donde predominan las extensas zonas de bosques. Por su altitud y latitud presentan el clima más frío del país (-25ºC) caracterizado por la presencia de un invierno riguroso y

largo con sequías en primavera y con heladas durante casi la mitad del año. Al interior de esa subregión se encuentran algunas depresiones pequeñas gargantas situadas entre 1600 y 800 mts permitiendo que las temperaturas frías sean menos drásticas, Representa la subregión con mayor densidad de bosque de pinos y en menor proporción encontramos una gran variedad de encinos y madroños, además de otras especies de arbustos y algunas porciones de pastos en pequeños valles y ciénegas.

C) La Zona de Barrancos, se ubica e a parte occidental de la Sierra donde colinda con los estados de Sinaloa y Sonora. La fisonomía que adopta esta subregión está representada por profundas barrancas de cerca de 1 500 mts de caída, produciendo una característica del terreno muy accidentada, prácticamente no existen suelos planos (sólo encontramos suelos planos en las laderas de los ríos). El clima en la subregión se distingue de las otras por ser más calurosa; producto de dos factores decisivos, por un lado la altura sobre el nivel del mar (500 mts/nm en las partes más profundas de los cañones) y por otro, la presencia de una corriente de aire cálido proveniente del Océano Pacífico que se introduce por las barrancas. Las temperaturas en la región varían entre los 28º y 20ºC en invierno y los 32ºC en el verano alcanzando temperaturas extremas de 45ºC. La flora contrasta notablemente con las anteriores subregiones, pues existe una variada vegetación que van desde los encinos y cedros, ubicados con mayor densidad en la partes de mayor altitud sobre el nivel del mar,, hasta los árboles frutales de tipo tropical como papaya, naranja y caña de azúcar; pasando por una extensa variedad de cactáceas como pitayas, nopales, maguey, lechuguilla, palmilla y sotol sobre todo en las partes más bajas de los barrancos” (Olivos Santoyo 1997: 17-18).

“La Sierra [Tarahumara] se encuentra dividida en tres subregiones, con diferentes características topográficas y de vegetación. La primera es la zona de cumbre, o 'la Sierra' –como la llaman sus habitantes-, cuyos suelos están compuestos por acumulaciones volcánicas erosionadas con una capa de humus muy delgada. Cuenta con grandes extensiones de zonas boscosas… L zona de bosques de coníferas de los estados de Chihuahua, Durango y Sonora ubre 8.6 millones de hectáreas de los cuales 4.1 millones de has. Corresponden a Chihuahua (el 12.5% nacional). Poblados por diversas especies de pino, encino, madroño y piñón, los bosques de la Sierra Tarahumara han sido objeto de la explotación irracional motivada por intereses privado que han lucrado con las maderas de la zona sin preocuparse por la reforestación y provocando así, un fuerte desequilibrio ecológico. Es en esta zona en donde se dan los inviernos más rigurosos del país, con un promedio anual de 16ºC y temperaturas extremas de hasta -18ºC… La segunda subregión es la de las barrancas, con altitudes de entre 500 y 1200 msnm; Las principales formaciones geográficas son las barrancas de la Sinforosa y Huérachi, Morelos, Batopilas y Urique. El clima es tropical, con promedio de precipitación pluvial de 600mm. La vegetación está conformada por encinos de hoja chica, higuerillas silvestres, gran variedad de arbustivas de importancia pastoril para alimenta el ganado ovino y caprino de la zona y

extensa variedad de cactáceas, tales como pitahayas, nopales, plantas de maguey, lechuguilla, agave, etc. Los pastos son escasos. En esta zona se dan naranjas, papayas, limones y chile… La tercera subregión está situada en las laderas orientales de la Sierra, entre las cumbres y el altiplano del norte. La altura es de entre 1400 y 1800msnm, y se caracteriza por estar cubierta de pastizales importantes para el desarrollo ganadero. Tiene un invierno más benigno pero veranos mucho más calurosos que en las partes altas” (Pintado Cortina 1995:43-46). “…la población rarámuri está formada por poco más de 50,000 personas que se localizan en asentamientos muy dispersos en una extensión mayor a los 50,000 Km², atravesada por la cadena montañosa denominada Sierra Madre Occidental, en donde se observan fundamentalmente tres ecosistemas que constituyen tres subregiones distintivas. Al oriente, adyacente al altiplano del norte se ubica una subregión de valles pluviales y colinas de pie de sierra, cubiertas por extensos pastizales con escasa porciones de bosques de encino y pino piñonero. En ella se ha desarrollado actualmente una importante moderna ganadería que ha tendido a desarrollarse a costa de reducir las tierras agrícolas y de irregularidades en el sistema de tenencia de las mismas. Por otro lado, el pastoreo ha modificado de manera importante el substrato vegetal original, además de que se han introducido algunos zacates no oriundos de la zona. En el occidente de la sierra se localiza la subregión conformada por los grandes barrancos o cañones producidos por los ríos a lo largo de milenios sobre la toba blanda en su largo discurrir hacia el Océano Pacífico. Esta zona, de climatología tropical seca permite el desarrollo de una flora y fauna características (agaves, cactáceas, acacias, sicomoros, guamuchiles, nutinas, pericos, coatmundis y limacoas). En ella se localiza importantes minerales explotados en distintas épocas; en los escarpados barrancos se ubican comunidades de tarahumares que en el verano (cuando se alcanzan altas temperaturas) migran temporalmente a las cumbres con sus hatos de caprinos. La actividad minera y el pastoreo extensivo y permanente de las tierras bajas y laderas han alterado de forma evidente el substrato vegetal. Finalmente, en la parte central de la sierra, as tierras latas o la cumbre, en donde se encuentra el macizo forestal y poblaciones rarámuri que en el último siglo se han relacionado de estrecha manera con las prácticas de explotación forestal; hoy se observa un agotamiento importante de este recurso y un descenso radical de los niveles de precipitación pluvial que ha afectado la producción agrícola de la población indígena. También, la intensa tala ha desprotegido los delgados suelos de esta zona, por lo que se observa una fuerte erosión y la pérdida de espacio para la reproducción natural de la flora y la fauna, ésta última en particular muestra severos procesos de extinción de especies como el oso, puma, el lobo, la nutria y algunas aves” (Urteaga Castro-Pozo 1998:518). Oferta superficial:

“Las barrancas de la Tarahumara son originadas por el complejo sistema fluvial que conforma la vertiente del Pacífico. Estos ríos son: el Mayo formado por los ríos Concheño y Candameña que desembocan en el río Moris principal afluente del Mayo; por el Río Fuerte formado por el Río Verde cuyo nacimiento se da en el municipio de Guadalupe y Calvo, el cual en su camino al mar recibe las aguas de los ríos Batopilas, Urique y Chínipas; y finalmente el río Yaqui formado por el Papigochi, que en sus afluentes lleva el agua de una gran cantidad de ríos y arroyos que componen el sistema hidrológico del norte. Esta agua tienen su origen en los arroyos que captan el agua en lluvias en la montañas de la Tarahumara y que desembocan en el Océano Pacífico a través de estas barrancas” (Olivos Santoyo 1997:18). “En la zona de cumbres se localiza una cuenca formada por una serie de ríos importantes que discurren hacia el Pacífico: el Río fuerte, el Río Mayo y el Río Yaqui, así como un ramal del Río Nazas y el Río Conchos que vierten sus aguas en la mesa norte, dando origen a los ríos Verde, Batopilas y Urique. También recorren la región el río Papigochi, afluente principal del Río Yaqui, y el Bocoyna, afluente del Conchos” (Pintado Cortina 1995:43). “Los principales ríos que recorren la zona de las barrancas son el Río Verde, Urique, Batopilas, Septentrión, Otero y Chínipas. Las laderas tienen una capa de suelo muy delgada; la que se encentra en las vegas de los ríos tiene una capa arable de mayor profundidad, que, sin embargo, se encuentra en extensiones muy reducidas” (Pintado Cortina 1995:45). ANEXO 1 BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA 1. Textos Indígenas. 2. Textos sobre primeros contactos: relatos de cronistas, viajeros, religiosos,

etc. 3. Textos de científicos sociales generales: (antropólogos, arqueólogos,

etnólogos, etc.) 4. Textos de autores principales: (especialistas sobre el grupo étnico, pueblo

o cultura).

TEXTOS: 1 2 3 4 AGUILERA, SABINA (2005) La faja ralámuli, un entramado cosmológico. Tesis de licenciatura en antropología social, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México. X BATISTA, DOLORES (1997 [1994]) Ra´ósari. Amanecer. Edición Flor de Arena, México. X BENNETT, WENDELL C. Y ROBERT M. ZINGG (1978 [1935]) Los Tarahumaras. Una tribu india del Norte de México. Instituto Nacional Indigenista, México. X

BONFIGLIOLI, CARLO (1995) Fariseos y Matachines en la Sierra Tarahumara: entre la pasión de Cristo, la transgresión cómico-sexual y las danzas de conquista. Instituto Nacional Indigenista-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México. X BRAMBILA, DAVID, S.J. (1976 [1953]) Diccionario Rarámuri-Castellano. Obra Nacional de la Buena Prensa, México. X FUJIGAKI, ALEJANDRO (2005) Muerte y Persona: ensayo sobre rituales mortuorios en una comunidad de la Sierra Tarahumara. Tesis de Licenciatura en Antropología Social, Facultad de Humanidades-UAEM. X GRANADOS PÉREZ, VICTORIA. (2003) Cambios y adaptaciones de la economía de los rarámuri de la Mesa de la Yierbabuena, Municipio de Batopilas. Tesis de licenciatura en Antropología, ENAH-Chihuahua, Chihuahua, México. X GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, LUIS (1982) La sierra y el hombre. Fondo de Cultura Económica-Secretaría de Educación Pública, México. X GUILLÉN, HÉCTOR E ISABEL MARTÍNEZ (2005) Del cuerpo a la persona: ensayo sobre una noción rarámuri. Tesis de Licenciatura en Antropología Social, Facultad de Humanidades-UAEM. X KENNEDY, JONH G. (1970) Inápuchi. Una comunidad tarahumara gentil. Instituto Indigenista Interamericano, México. X LARTIGUE, FRANCOIS (1983) Indios y bosques. Políticas forestales y comunales de la Sierra Tarahumara. Ediciones de la Casa Chata. X LEVI, JEROME (1993) Pillars of the Sky. The Genealogy of Ethnic Identity among the Rarámuri-Simaroni (Tarahuamras-Gentiles) of Northwest Mexico. Thesis Doctor of Philosophy, Harvard University, Cambridge, Massachusetts. X LEVI, JEROME (2001) La flecha y la cobija. Codificación de la identidad y resistencia en la cultura material rarámuri. Claudia Molinari y Eugeni Porras (coords.) Identidad y cultura en la sierra tarahumara. Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. X LUMHOLTZ, CARL (1904 [1902]) El México Desconocido. Charles Scribner’s Sons, Nueva York. X MAYER, GEORG (1996) Informe para la Secretaría de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos Mexicanos. Sobre los conflictos sociales, económicos, ecológicos e interétnicos de en la Sierra Tarahumara del Estado de Chihuahua. Chihuahua, México. X

MERRILL, WILLIAM (1992 [1988]) Almas Rarámuri, Instituto Nacional Indigenista, México. X MERRILL, WILLIAM (1983]) Tarahumara Social Organization, Political Organization, and Religion. Alfonso Ortiz (ed.), The Handbook, Southwest, Vol. 10, Smithsonian Institution, Washington. MEZA FLORES, MAYRA MÓNICA (1998) San José Baqueachi: Historia de un Ejido Tarahumara que se Resiste al Despojo de sus Tierras. Tesis de licenciatura en Antropología. ENAH-Chihuahua. Chihuahua, México. X MONDRAGÓN, LUCILA, JACQUELINE TELLO Y ARGELIA VALDÉS (eds.) (2002 [1995]) Relatos tarahumaras, Ki’á ra’ichaala rarámuli. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México. X NEUMAN, JOSÉ Y LUIS GONZÁLEZ RODRÍGUEZ (ed.). Historia de las rebeliones en la Sierra Tarahumara (1626-1724) Editorial Camino, Chihuahua, México. X OLIVOS SANTOYo, Luis Nicolas (1997) Territorio Étnico y Proyecto Nacional: El Ejido y la Comunidad Tarahumara, Tesis de licenciatura en Antropología Social, ENAH, México, D.F. X PALMA AGUIRRE, FRANCISCO (2002) Vida del pueblo tarahumar, México. X PINTADO CORTINA, ANA PAULA (1995) Tarahumara: Teoría y práctica. Un estudio de caso del Programa Nacional de Solidarida,Tesis de licencitura en Antropología Social, ENAH, México, D.F. X SARIEGO RODRIGUEZ, JUAN LUIS (2000). La cruzada indigenista en la Tarahumara. Tesis de Doctorado en Ciencias Antropológicas. UAM-Iztapalapa X SARIEGO RODRIGUEZ, JUAN LUIS (2002) El indigenismo en la Tarahumara. Identidad, comunidad, relaciones interétnicas y desarrollo en la Sierra de Chihuahua, Instituto Nacional Indigenista-Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. X URTEAGA CASTRO-POZO, AUGUSTO. (1998) We Semati Ricuri: Trabajo y Tesgüino en la Sierra Tarahumara. Sariego, Juan Luis (Coord.) Historia General de Chihuahua V Periodo Contemporáneo. Primera Parte: Trabajo, Territorio y Sociedad en Chihuahua Durante el Siglo XX. Gobierno del Estado de Chihuahua, CIDECH, UACJ, ENAH-Chihuahua. X

ANEXO 2 ILUSTRACIONES

Aguaje en Buena Vista (Alejandro Fujigaki 2005)

Preparando un aguaje (Alejandro Fujigaki 2005) Nacimiento de un aguaje (Alejandro Fujigaki 2005)

Comienzo del rutuburi y del yúmari (Lumholtz 1904:329)

Cestos tarahumares (Lumholtz 1904:259)

Tejiendo un ceñidor (Lumholtz 1904: 245) Niños pastoreando chivas en Buena Vista (Isabel Martínez 2005)

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Vista del Divisadero desde Buena Vista en temporada de sequía (Alejandro Fujigaki 2005) Río Verde (Isabel Martínez 2005)

Mujer rarámuri tostando maíz (Isabel Martínez 2005) Alto Río Conchos (Isabel Martínez 2006) Tarahumares pescando en Río Fuerte (Lumholtz 1904: 395)

Divisadero. Vista desde Aboreachi (Isabel Martínez 2005)

Casa Tarahumar en tierra caliente (Lumholtz 1904: 156) Yúmari en Murachárachi (Isabel Martínez 2004) Norogachi, Chihuahua, durante los festejos de la Semana Santa, 2006. Jose Carlo González (Tomado de la Jornada, Suplemento Hojarasca Número 111) ANEXO 3 CONTACTOS Y DIRECCIONES CARLO BONFIGLIOLI IIA-UNAM [email protected] ISABEL MARTINEZ IIA-UNAM [email protected] ALEJANDRO FUJIGAKI IIA-UNAM [email protected] ALFONSO ROMERO BLAKE ENAH-CHIHUAHUA [email protected] HORACIO ALMANZA INAH-CHIHUAHUA [email protected]

Página web del Seminario Las Vías del Noroeste

http://swadesh.unam.mx/proyectos/Bonfiglioli-Vias/intro.htm