psicologia del neoliberalismo

Upload: mdb

Post on 06-Jul-2015

894 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

1

CRTICA DE LA PSICOLOGA NEOLIBERAL DESDE UNA PROPUESTA POLTICA DE SALUD MENTAL

MARIANO GONZLEZ INDICE

2

CONTENIDO Introduccin Una propuesta poltica de salud mental. La accin en cuanto ideolgica El contexto de dominacin: conceptos y precisiones Apuntes sobre una propuesta poltica de salud mental La psicologa neoliberal Anlisis de las columnas de opinin Principios y contenidos de una psicologa neoliberal. Principios Contenidos Contenidos centrales Contenidos secundarios La descalificacin sistemtica del otro Crtica desde un testimonio Las ausencias significativas Crtica de conjunto Bibliografa

PAGINA 3 6 10 12 22 23 25 29 30 44 49 51 54 59 63

INTRODUCCION

3

La estrategia de acumulacin mundial del capital, conocida como globalizacin1, tiene como correlato ideolgico ms agresivo al neoliberalismo. Surgido en la primera mitad del siglo XX de pensadores como Friedrich Hayek y Ludwig von Mises, llega a convertirse en una visin hegemnica de pensamiento y rectora de la prctica poltico-econmica a travs de los gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Tatcher que lo impulsan mediante instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)2. De manera operativa, su tesis principal es que el mercado constituye el mejor instrumento para la asignacin de recursos y satisfaccin de necesidades, y por lo tanto, la va para lograr el desarrollo. A esta idea rectora corresponde la necesidad, desde esta perspectiva, de la construccin de un Estado de Derecho que no interviene en la economa, as como evitar cualquier otro tipo de distorsiones que puedan aparecer en el funcionamiento natural y espontneo del mercado, como la accin de los sindicatos, los movimientos sociales y populares y las izquierdas 3. Victorioso despus de la cada del muro de Berln y del derrumbe del llamado socialismo real, promueve la idea de que no existe alternativa a esta defensa a ultranza de la economa de mercado. Aunque no le sea posible admitirlo, el neoliberalismo presenta un proyecto econmico que tiene como referente utpico la instauracin del mercado total, que significa la total libertad del capital, la minimizacin del Estado y su no intervencin en asuntos econmicos. Y tambin es un discurso que justifica, naturaliza y bendice el proceso de mundializacin del capital sin importar los daos que se produzcan en las relaciones sociales y en la naturaleza, contribuyendo a la destruccin de las posibilidades mismas de sobrevivencia de los seres humanos (ver Hinkelammert, F. 2003). Este tipo de discurso mantiene una presencia meditica fuerte y sirve como referente ideolgico para la comprensin del mundo, de las relaciones sociales y como fuente de criterios de valoracin moral. En otras palabras, posibilita un marco para comprender lo real as como juzgarlo, separando lo bueno de lo malo y en consecuencia, posicionarse a favor o en contra de determinados aspectos de la realidad. Forma parte de la sensibilidad dominante, que es a su vez, sensibilidad de dominacin y contribuye a crear y justificar el mundo actual.1

La concepcin de globalizacin, hoy tan de moda, es fuertemente discutible debido a la invisibilizacin de relaciones de poder y dominio: Intuitivamente globalizacin remite a puntos iguales e intercambiales encerrados al interior de un globo. Se trata de una representacin periodstica, sin valor analtico. Mundializacin capitalista nos hablara, en cambio, de una expansin violenta en la que se producen ganadores y perdedores y mltiples y dolorosas destrucciones. Quizs por esto la prensa no nos refiere a esta mundializacin (Gallardo, H. 2005; 326). 2 Neoliberalismo es una palabra muy utilizada desde las izquierdas y repudiada por quienes son considerados como neoliberales. De acuerdo a Enrique Ghersi, la palabra neoliberalismo la inventaron los mismos a quienes se les atribuye el origen de dicha corriente de pensamiento. Gente entre la que se encontraban Hayek y von Mises. De acuerdo a l, el neoliberalismo se estableci como la palabra clis que habra de describirnos en funcin a cuatro principios fundamentales. A saber, el mecanismo de precios libres, el estado de derecho como tarea principal del gobierno, el reconocimiento de que a ese objetivo el gobierno puede sumar otros y la condicin de que cualquiera de estas nuevas tareas que el gobierno pueda sumar debe basarse en un proceso de decisin transparente y consentido (Ghersi, E. El mito del neoliberalismo) Hay que considerar que lo publica en la pgina del Cato Institute y que es miembro de la sociedad Mont Pellerin, dos organizaciones que se identifican con lo que se ha considerado el ideario neoliberal. 3 Entre otras cosas, el neoliberalismo significa en la prctica el apoyo al proceso de acumulacin mundial del capital, la aplicacin de los llamados programas de ajuste estructural, las polticas de desregulacin y flexibilizacin del trabajo, etc.

4

Adems, es posible detectar dentro de la perspectiva neoliberal la existencia de una visin del ser humano y de su accin que respalda el proyecto econmico que se ha desarrollado durante los ltimos 25 aos en Amrica Latina y que se proclama como el nico posible. Es una visin que reduce la complejidad de la accin humana a ciertos principios y contenidos estticos y con pretensin universal. Siendo una perspectiva simplista e inexacta, plantea elementos reales que pueden entenderse como producidos por el sistema capitalista, aunque aparecen como criterios absolutos y naturalizados de la accin. Adems, en tanto que produccin discursiva y de justificacin ideolgica de lo real, se constituye como referente de la accin. Recordando la definicin que propone Martn-Bar respecto al objeto de estudio de la psicologa social como la accin en cuanto ideolgica se puede comprender que la accin humana est referida a procesos de la realidad y que tambin, el neoliberalismo como visin del hombre y su accin (de una antropologa y una psicologa neoliberales), puede constituirse como otro de los elementos que orientan la accin humana y que presentan una forma de verse y valorarse (ver Martn-Baro, I. 2004). En otras palabras, de producir efectos reales sobre la accin de las personas, resultando as, esa accin en cuanto ideolgica que sealara Martn-Bar. Es claro que la importancia del neoliberalismo como discurso legitimador del capitalismo no se encuentra exclusivamente en esta influencia en el comportamiento y comprensin que pueden tener las personas sobre s (como referente ideolgico que forma parte de la sensibilidad dominante), no obstante, es importante considerar lo que propone como psicologa para contribuir a la crtica de esta perspectiva. El presente trabajo se divide en dos secciones principales. La primera es un marco terico que realiza el siguiente trayecto: La consideracin de la accin en cuanto ideolgica: referida a otros, al contexto y la historia, y a los significados correspondientes. Una aproximacin conceptual al contexto en el cual se realiza dicha accin. El contexto se entender como una matriz de dominacin que contiene distintos modos de dominacin. Una propuesta poltica de salud mental que permita comprender los movimientos sociales y populares como movimientos que potencian la lucha, resistencia y liberacin de modos de dominacin, y por lo tanto, realicen una prctica de humanizacin y de salud mental. Esto puede contribuir a una crtica de las concepciones tradicionales de salud mental (bsicamente individuales y funcionales al sistema), as como una contribucin a la prctica de los movimientos sociales y populares.

La segunda parte se refiere al trabajo emprico: presenta la perspectiva psicolgica del discurso neoliberal en las columnas de opinin y desarrolla su crtica. En otras palabras, se exponen aquellos principios y contenidos que el neoliberalismo plantea como explicacin de la accin humana y la crtica a partir de las consideraciones realizadas dentro del marco terico. Esta seccin se complementa con varios apartados que contribuyen a ubicar la produccin discursiva del neoliberalismo en la muestra analizada. Este estudio forma parte de un proyecto ms amplio que buscar los efectos que tanto la situacin real de carencias y distorsiones de lo humano, provocada por el capitalismo y la legitimacin

5

ideolgica del neoliberalismo pueden tener sobre la salud mental de las personas. Para ello se considerar el estudio de casos y se confrontarn estos efectos con la propuesta desarrollada en el marco terico. Por ltimo, se debe indicar que no habra sido posible la realizacin de este trabajo sin el apoyo institucional de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG) que permiti generosamente la participacin del autor en el Seminario de Investigadores y formadores (SIF) 2006 del Departamento Ecumnico de Investigacin en San Jos, Costa Rica.

6

UNA PROPUESTA POLTICA DE SALUD MENTAL Como marco de comprensin del anlisis y ubicacin del mismo, se presentar un breve esbozo sobre la perspectiva psicosocial de la psicologa a partir principalmente de consideraciones de la obra de Ignacio Martn-Bar quien realiza, como lo indica el subttulo de dos de sus obras principales, una psicologa social desde Centro Amrica4, as como de la lectura y escucha del analista social chileno Helio Gallardo. Adems de compartir una crtica a las condiciones que produce el sistema y de sus discursos legitimadores (entre ellos el neoliberalismo) que crean efectos alienantes en las personas y los colectivos, existe la posibilidad de mostrar conexiones interesantes en el pensamiento de ambos autores, lo que permite formular una propuesta de salud mental como resultado de la lucha de los sujetos populares por la humanizacin de las relaciones sociales lo que implica la transformacin de las estructuras, lgicas e instituciones de violencia sociocultural en estructuras de reconocimiento-acompaamiento y crecimiento social y humano compartido (Gallardo, H. 2005; 25). La accin en cuanto ideolgica5 Las relaciones inmediatas entre individuos son insuficientes para comprender la produccin y el sentido de dichas relaciones, las formas que adoptan, actitudes, valores, normas, significados que operan en cada interaccin concreta. Puede existir cierta comprensin de un acto o una cadena de actos llevadas a cabo por diversos sujetos atendiendo a los elementos inmediatos de la relacin y esta estrategia de interpretacin es vlida si los objetivos de la comprensin son limitados. Pero llegar a un entendimiento ms completo y profundo requiere un anlisis que no se detiene en lo inmediato, sino plantea interrogantes sobre los procesos sociales que posibilitan y sitan los contextos particulares, incluyendo la historia de cada uno de los actores de la relacin (historia que se produce a su vez dentro de una situacin y estructura social, tramas relacionales, sociabilidad fundamental, que generan producciones simblicas cargadas de subjetivizaciones sociales. Observacin de Helio Gallardo). En otras palabras, la relacin entre personas no se reduce a esas personas y a la situacin inmediata. En una interaccin normal, lo social se hace presente por lo menos de tres formas: Los significados atribuidos por el sujeto a los otros actores y a la situacin. Significados que se producen socialmente y a travs de una historia. No me relaciono igual con una persona si la califico previamente de maya, de indgena o de indio, por ejemplo. La presentificacin de la sociedad a travs de los otros (que es distinto al punto anterior en tanto que no es slo producido por los sentidos que el sujeto le atribuye al otro). La sociedad y cierto cmulo de significaciones y de posibilidades se hace presente a travs del otro. El otro concreto es portador de relaciones sociales, valores, significados, etc., que no se reducen nicamente a la percepcin que de ello tiene el sujeto. El contexto que enmarca la situacin concreta y que la posibilita. Aquellos aspectos que no se reducen a la interaccin sino remiten a aspectos econmicos, culturales, polticos, etc.,

4

Ignacio Martn-Bar es uno de los iniciadores de la Psicologa de la Liberacin, doctor en Psicologa por la Universidad de Chicago y uno de los jesuitas asesinados en San Salvador por las fuerzas armadas durante la ofensiva de la guerrilla salvadorea en 1989. 5 Esta seccin se basa en un documento indito realizado en el Equipo de Salud Mental de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala -ODHAG. No obstante, contiene modificaciones significativas.

7

desde donde se produce la interaccin. Es muy diferente la relacin que se tiene dentro de un sistema de dominacin y sus instituciones como el que se presenta en las sociedades latinoamericanas, que en un sistema donde las relaciones se basen en la equidad y la justicia, por ejemplo. El sentido de la accin puede cambiar completamente, aunque a nivel formal, las relaciones puedan aparecer similares. Al considerar el objeto de estudio de la psicologa social, Martn-Bar propone que dicho objeto est dado caractersticamente en la accin de individuos o grupos en cuanto referida o influida por otros individuos o grupos (Martn-Bar, I. 1990; 9). Sin embargo, esta relacin referida a otros individuos o grupos se produce dentro de un contexto ms amplio. As, precisa que la psicologa social trata de desentraar la elaboracin de la actividad humana en cuanto es precisamente forjada en una historia, ligada a una situacin y referida al ser y actuar de uso y otros (ibid. 10). Ms refinadamente an, considera que el objeto de la psicologa social es la accin humana en cuanto ideolgica (ibid. 17), con lo cual seala que las relaciones interpersonales o entre individuos y grupos hacen referencia al plano de lo personal pero tambin de lo social en tanto que se remiten a significados socialmente producidos y puestos en relaciones, en contextos. Los significados que atraviesan la conciencia de los sujetos y que son centrales para la produccin de la accin, hunden sus races en configuraciones histricas dadas. La accin es una sntesis de objetividad y subjetividad, de conocimiento y de valoracin, no necesariamente consciente, es decir, que la accin est signada por unos contenidos valorados y referidos histricamente a una estructura social (ibid. 17). En otras palabras, la accin (que no es una conducta mecnica), se realiza y es inteligible de acuerdo a significados y valoraciones sobre los cuales esa accin brota, se constituye, se orienta, y que necesariamente remite a contextos histricos y sociales productores de sentidos. El objeto de la psicologa social se encuentra en la relacin entre la estructura personal y la estructura social que se hacen presentes en toda relacin humana. Un ejemplo paradigmtico de esta situacin seran los procesos de socializacin en los cuales la persona se configura individualmente y aprende a ser miembro de la sociedad no slo a travs de los grupos primarios en los cuales se inserta tempranamente, sino en un contexto social que remite a intereses de formaciones e instituciones sociales ms amplias como la divisin social del trabajo. La socializacin remite a patrones de crianza propios de cada familia, pero en tanto que unidad social, cada familia se configura dentro de una matriz de relaciones. La socializacin de una nia indgena, pobre y en un ambiente rural es distinta a la de un nio blanco, rico en un ambiente urbano. Nociones tan elementales como bueno o malo, bonito o feo, agradable o desagradable variarn significativamente, orientando la accin en forma distinta. As mismo, su accin estar influida por una serie de factores que dependen de los distintos contextos desde donde acten. Para precisar ms la definicin de Martn-Bar respecto al objeto de la Psicologa Social como accin en cuanto ideolgica vale la pena considerar los dos trminos de la definicin por separado. La accin puede ser entendida como un acto con significado, contrario a otro tipo de actos (o conducta en trminos de Martn-Bar), que de acuerdo a Castilla del Pino acontecen en virtud de regulaciones preestablecidas entre los distintos rganos, aparatos y sistemas. Ejemplos de las mismas son el respirar, el dormir, el bostezar, el parpadear, etc. De alguna manera son actividades estereotipadas las ms de las veces, y se realizan al margen de cualquier participacin 8

proyectada (Castilla del Pino, 1980; 78). En la terminologa de este autor son actos aconductuales. De estos actos aconductuales lo importante es resaltar que son actos ms o menos autorregulados, sin participacin en el campo del significado, resultado de procesos internos del organismo en funcin de mantener el equilibrio. En tanto que la accin con significado, es una accin indita, no automtica, que tiene sentido. Este tipo de accin con significado se caracteriza por la reflexividad. Y es la misma accin de la que habla Martn-Bar. Si bien ambos tipos de conductas o actos, originan cambios en el organismo que acta, estos cambios no terminan de explicar los actos reflexivos que van ms all de ser provocados por la autorregulacin del organismo. Este tipo de acciones, adems, responden a situaciones, es decir, a contextos en los cuales se desarrollan (y no de manera refleja o inespecfica como en el caso de los actos aconductuales) y que, por tanto, sirven para la vida en relacin. Un acto se comprende en la medida que se relaciona con algo o alguien dentro de un contexto y se le da cierta intencin (lo cual no quiere decir que la intencin necesite ser claramente explcita o consciente. De hecho, el sentido que le dan los sujetos a sus actos posee un referente muy limitado y no capten ciertas cuestiones de fondo. Esto sucede, entre otras razones por lo ideolgico que hay en la accin). Ahora bien, el contexto no es nicamente la situacin real y objetiva. La eleccin que hace un joven de clase media de participar en un movimiento social, absolutamente inexplicable para los padres y su entorno social, puede ser resultado de una combinacin de ideales, aspiraciones, necesidades afectivas, etc., y otros elementos de la realidad. Parte del contexto de tal acto es el juego de mi pensamiento y afecto. Esto plantea que las ideas son tan materiales como los objetos, en el sentido de existentes. Tienen peso en la accin, no son simples factores adicionales de la accin. La fantasa, los sueos, la utopa pueden ser elementos reales, con un peso real en la vida de las personas y en las luchas de los movimientos sociales y populares. Por otra parte, las acciones estn insertas en un continuo (relativo) y slo adquieren significado cuando estn en relacin a otras acciones. Es decir, la desvinculacin de la accin a la cadena de acciones previas y posteriores limita su significacin y empobrece el anlisis. Este continuo relativo est relacionado con la vida de las personas, pero tambin al contexto y la estructura del sistema en el que se encuentran. En lo que se debe avanzar es en el orden de produccin del significado que no se limita a ser producido por el sujeto de la accin o por los otros sujetos que pueden atribuir significados varios a una accin concreta, puesto que hay elementos que no se reducen a la subjetividad de los actores. El contexto puede entenderse de manera amplia como el lugar social, cultural, econmico en el que se produce la accin y que puede influir sobre los individuos, sin que sea claro para ellos el alcance de dicha influencia, pues opera a travs de mediaciones ideolgicas. El contexto o ms concretamente, la formacin econmica y los contenidos socioculturales generados por una 9

sociedad se llegan a interiorizar por los sujetos y a permear las relaciones que se establecen entre ellos, a tal punto que las acciones pueden ser contraproducentes a los intereses de los actores. De hecho, en sociedades en los que actan principios de dominacin (como los que operan en la relacin salarial, el patriarcalismo, el adultocentrismo, una religin opresiva), las acciones se orientan a la reproduccin de tal matriz de dominacin, en perjuicio de los sujetos, especialmente de los sujetos populares. Es decir, las personas y los colectivos pueden actuar de manera tal que sea una forma de comprender y valorar la realidad social de manera perjudicial para s mismos (an creyendo que estn actuando en funcin de sus intereses, cuando en realidad producen acciones socialmente interesadas). En otras palabras, que la accin sea ideolgica entraa que la accin puede estar referida a un conjunto de significaciones que le imprimen contenido y direccin generados socialmente desde otros lugares, los lugares de dominacin. Martn-Bar dice: La ideologa es un elemento esencial de la accin humana ya que la accin se constituye por referencia a una realidad significada y ese significado est dado por unos intereses sociales determinados (ibid. 17). Estos intereses sociales determinados no aparecen en un primer momento en la accin humana. Se hacen opacos y se naturalizan en la vida cotidiana, se vuelven sentido comn, un as son las cosas. Para Ibez, hablar de ideologa en el sentido marxista del trmino implica tres cosas: que la conciencia es una produccin social; que las relaciones de produccin son los elementos que en ltima instancia configuran la conciencia, por lo que la prctica es crucial para entender la ideologa de cada sujeto o actor social; y que hay sectores hegemnicos que se colocan en la posicin de compartir con otros grupos sus contenidos de conciencia adecuados a su posicin social y alienantes para los otros (V. Ibez, T. 1996; 114). Aunque despus critique dicha concepcin, parece bastante til para lo que se quiere considerar en este trabajo. La ideologa supone un efecto de dominacin en la persona ideologizada. Lo ideolgico es una sistema categorial que es opaco para el sujeto en el cual opera la ideologa y que responde a intereses de dominacin de los grupos hegemnicos. Llega a suceder que no es posible pensar el propio pensamiento y la accin reproduce la dominacin6. Martn-Bar llega a concretar su propuesta de ideologa en el sentido que seran como los presupuestos o por supuestos de la vida cotidiana en cada grupo social, supuestos triviales o esenciales para los intereses del grupo dominante (ibid. 18). Y vale la pena aadir, supuestos que motivan la accin incluso si es contraria a los movimientos sociales y populares. En expresin de Helio Gallardo una ideologa dominante es al mismo tiempo ideologa de dominacin (comunicacin personal).

6

La discusin del problema de las ideologas es ms compleja de lo que aparece aqu, puesto que no existe una ideologa, sino diversas ideologas que se relacionan con las estructuras sociales y se comprometen con ellas, prestando una funcin de estabilizacin o, si son contrarias, conducentes al cambio. En Marx, el problema de la ideologa est ligado al problema de la falsa conciencia correspondiente a estructuras alienadas y capitalistas. La cuestin es que no es posible suponer una superacin definitiva de la falsa conciencia (y por tanto de la ideologa) al llegar a un orden social definitivo. En este sentido apunta Hinkelammert: La superacin de la conciencia falsa ya no puede ser un acto definitivo que se realiza mediante la revolucin total, sino que se convierte en un esfuerzo continuo y permanente de cambio y en una lucha continua a favor de una concientizacin que se contrapone permanentemente a las tendencias hacia la ideologizacin (Hinkelammert, F. 1970; 11).

10

La importancia de la categora de ideologa en Martn-Bar, es que la ideologa funciona como mediacin desde las estructuras econmicas y sociales hacia las formas en que la gente vive: en la ideologa las fuerzas sociales se convierten en formas concretas de vivir, pensar y sentir de las personas, es decir, la objetividad social se convierte en subjetividad individual, y, al actuarla, la persona se realiza como sujeto social (ibid. 18). Se llega a producir subjetividad a partir de las condiciones de existencia. Y se ha de insistir que si esas condiciones de existencia estn atravesadas de modos de dominacin, la subjetividad resultante no es producida como identidad e integracin, sino como identificacin inercial del sistema, ocupndose los espacios prefigurados por los diversos modos de dominacin que tienden a ser reproducidos en la accin y la subjetividad. El contexto de dominacin: conceptos y precisiones Es necesario considerar conceptualmente el contexto desde donde se produce la accin en cuanto ideolgica. Martn-Bar a lo largo de sus escritos sobre psicologa social describe la realidad existente para el perodo en que fueron elaborados (en la dcada de los 80), considerando fenmenos como la pobreza, el desempleo, el machismo, la violencia, etc7. Plantea, por ejemplo, que la violencia no se reduce a un dato inmediato, sino que es generada desde condiciones de tipo estructural como las relaciones capitalistas. Sin embargo, es posible ir ms all y hacer una conceptualizacin del contexto latinoamericano (lo que necesariamente implica cierto grado de abstraccin) en que se produce la accin de los sujetos populares8. En primer lugar, es necesario considerar lo que es pueblo social y pueblo poltico. Gallardo cita a Lalive Dpinay quien sostiene que: Pueblo es quien no es dueo de su vida...y lo sabe (Gallardo, H. 2005; 236). Posteriormente precisa que el concepto de pueblo social se refiere a quien no es dueo de su vida y no lo sabe, mientras que pueblo poltico se refiere a quien no es dueo de su vida y lo sabe. Esta distincin es muy importante porque permite considerar que la mera opresin no es garanta de conciencia de opresin. Y de hecho, remite al tema de la ideologa como ya ha sido tratado. Pueblo social es el pueblo que an no ha tomado conciencia del despojo al que se ha visto sometido. La pobreza, la discriminacin y la exclusin son vividos como fatalidades, como situaciones producidas por un Dios que as lo quiere desde sus lejanas alturas y no se reconoce el origen de estos problemas en las condiciones y relaciones injustas. Igualmente, las soluciones que se piensan son falsas, dirigidas a la superacin individual o a recetas de optimismo adormecedor. No se dirige la mirada y la accin hacia la lucha colectiva que es camino para crear otras condiciones ms humanas. Contrariamente y parafraseando, el pueblo poltico se caracteriza por tres cosas: a) ser sujeto, individual o colectivo capaz de darle carcter a los procesos en los que participa, b) que ha sido sometido a un despojo fundamental, es decir, a esta capacidad de dar carcter a su vida propia9 y,7

Estos fenmenos, que fueron parte importante del origen de los conflictos armados y guerras civiles producidos en la regin no han desaparecido, sino que se han agudizado en casi todos los pases del rea. 8 Para este objetivo se usarn principalmente los libros Siglo XXI. Militar en la izquierda y Siglo XXI. Producir un mundo de Helio Gallardo. 9 Desde la perspectiva adoptada, es ms conveniente hablar de pueblo empobrecido y no de pueblo pobre. En esta ltima expresin se pierde el carcter de relacin y de dominacin a los que se alude en el concepto de empobrecimiento.

11

c) que sabiendo de dicha condicin de despojo, intenta reapropiarse de lo que ha sido despojado (ibid. 237). El origen del despojo al que se ve sometido el pueblo social o el pueblo poltico, no se encuentra en algn destino impuesto por la divinidad, por el insuficiente progreso tcnico en el que nos encontramos o cualquier otra explicacin parecida, sino en condiciones sociales producidas debido a la lgica de un sistema que necesita realizar ese despojo. Especificando, se explica en las condiciones de dominacin en el que se encuentran las pueblos latinoamericanos y que corresponde a una formacin social atravesada de diversos modos de dominacin que no son estrictamente reducibles unos a otros, sino ms bien forman una matriz o sistema de dominacin. Entre los ms importantes modos de dominacin se encuentran: Econmico social: producido por la divisin social de trabajo y relaciones salariales propias del capitalismo y que generan pobreza y empobrecidos estructurales. Libidinal: administracin social de la libido, dominacin patriarcal: relaciones de gnero y generacionales producidas por el patriarcalismo, machismo y adultocentrismo. Cultural: produccin y apropiacin de sentidos generalizados (en este caso, la gran mayora de instituciones contribuyen a la dominacin cultural, aunque puede citarse a la familia, la escuela, la iglesia, los medios de comunicacin...). Poltico/ geopoltico: capacidad unilateral y excluyente para reproducir el orden a partir del sistema poltico de dominacin y los intereses geopolticos de dominacin producidos por el imperialismo. Estos modos de dominacin ejercen efectos sobre la accin y la subjetividad. Las personas y los grupos oprimidos actan en funcin de la dominacin e interiorizan la dominacin, lo que implica violencia hacia las propias personas y colectivos. Se generan identificaciones inerciales desde las cuales los sujetos actan. Las identificaciones inerciales, concepto que utiliza Gallardo, son lugares preestablecidos que las personas y colectivos ocupan y que atraen/ convocan agresiones y vulnerabilidad, con lo que se impide la produccin de autonoma, autoestima e integracin personal y colectiva. Vivir con identificaciones inerciales significa asumir los lugares sociales que se imponen, que son funcionales al sistema y que atraen agresin consigo. Esto significa que no se es capaz de darle carcter autnomo a la vida y las relaciones; se vive desde un lugar asignado para mantener la dominacin. En conjunto, esto produce lo que Gallardo llama sociabilidad fundamental, que es ...la forma y contenido mediante los que cada cual reproduce, como individuo falso, las estructuras y lgicas del sistema: la econmico-social que lo hace obrero o patrn o empleado o accionista; la libidinal que lo hace mujer o varn, hetero, bi u homosexual, joven o viejo o nio; la poltica que lo hace militante o indiferente, gobernante o gobernado, ciudadano o terrorista, revolucionario, reformista o conservador; la cultural que lo viste de burgus o pequeo-burgus satisfecho, de militante ecologista, de indgena arrinconado y exasperado o de creyente religioso angustiado (Gallardo, H. 2005; 349). La importancia de traer estas precisiones es que sealan con mucha claridad y precisin que la accin psicosocial previamente definida como accin en tanto ideolgica que propone MartnBar, est atravesada por los modos de dominacin que el sistema genera y que se constituye 12

precisamente a partir de esos modos de dominacin. La accin en cuanto ideolgica remite a los sistemas de dominacin desde los cuales se produce, como historia y contexto, la accin. Lo cual permite pensar las realidades latinoamericanas en la situacin en la que se encuentran, es decir, sin ingenuidades y miradas edulcoradas que la legitimen, como sistemas fuertemente opresivos para una mayora significativa de la poblacin. Por otra parte, la concepcin actoral de pueblo que propone Gallardo, permite a su vez, otra posibilidad sugerente. En concreto, permite pensar la transformacin de los diversos modos de dominacin desde la lucha y resistencia que se pueden gestar a partir de los movimientos sociales y populares y de una izquierda radical que los acompae. En palabras que hacen factible establecer puentes desde una psicologa crtica, es posible pasar de las identificaciones inerciales propuestas por los distintos modos de dominacin hacia identidades producidas que permitan la produccin de testimonios de humanidad, de autonoma, integridad y autoestima (Gallardo lo plantea as en una nota: ...las identificaciones son provistas por el sistema social de dominacin. Las identidades, en cambio, forman procesos de autoconstitucin de sujetos sociales y humanos en luchas que los enfrentan con el sistema y las identificaciones que l provee. Gallardo, H. 2006; 72). Permite considerar la reapropiacin de las condiciones de existencia, de darle carcter propio a los procesos en los cuales se participa. Cuando se ofrece resistencia a la dominacin y a la lucha, se puede originar, parafraseando a Martn-Bar, una accin en tanto que liberadora. Apuntes sobre una propuesta poltica de salud mental Necesidad de cambio La accin en tanto ideolgica, producida en una matriz de dominacin, tiende a reproducir la dominacin. Pero es posible y deseable la realizacin de alternativas. Una propuesta poltica de salud mental est en funcin de pensar la accin de los movimientos sociales y populares como un proceso que permite la construccin de testimonios alternativos de humanizacin de las relaciones sociales, que muestran la posibilidad de resistencia y lucha contra los distintos modos de dominacin, especialmente contra aquello que tiende a destruir la naturaleza y las relaciones sociales ms elementales: el capitalismo en su versin neoliberal. Para ello hay que considerar que la construccin de otro mundo posible, un mundo en el que quepan muchos mundos posibles como dicen los zapatistas, no se puede conseguir en las condiciones actuales y particularmente no a travs del modelo capitalista de produccin 10. En primer lugar, hay un lmite biofsico para la acumulacin capitalista que anteriormente no fue posible anticipar, pero que ahora resulta un criterio de vida o muerte: el lmite que es imposible exceder es la naturaleza, el planeta tierra. La continua produccin de mercaderas con lo que implica en costos energticos y contaminacin, as como el desecho derivado de esa produccin y el consumo a ritmo cada vez ms acelerado es responsable del deterioro ambiental que se sufre a escala global (y que es evidente tambin a nivel local). Si un reducido nmero de habitantes de la poblacin mundial con un nivel opulento de consumo tiene en jaque al planeta, es decir, lo estn destruyendo, el aumento de la poblacin que consume a ese ritmo, an siendo moderado,10

La elaboracin de estos prrafos tiene como fuente la participacin en el mdulo de Globalizacin y alternativas del Seminario de investigadores y formadores del Departamento Ecumnico de Investigaciones, San Jos, 2006.

13

destruira al planeta. Este modelo no puede ser generalizable para toda la poblacin, puesto que significara perder toda posibilidad de habitar la tierra. Haran falta varios planetas en peligro de destruccin para satisfacer la demanda generalizada de ese modelo de produccin y consumo. Y solo tenemos uno. Por otro lado, la crisis de relaciones humanas y sociales que se viven es resultado, en buena medida, de la estrategia de acumulacin internacional de capital que se conoce periodsticamente como globalizacin. El actual modelo genera fenmenos estructurales como pobreza, discriminacin, exclusin, violencia, etc. Esto no se debe a que las bondades del capitalismo no se hayan hecho efectivas para toda la poblacin y hayan llegado hasta el ltimo rincn del mundo, sino porque el desarrollo mismo del capitalismo altera las relaciones sociales y humanas. Las fetichiza, es decir, subjetiviza las relaciones entre las mercancas y objetiviza las relaciones entre seres humanos. El sufrimiento que origina el capitalismo (y junto a l, otros modos de dominacin que se le integran como el patriarcalismo, por ejemplo) puede llevar a la destruccin de la humanidad11. Y lo que se revela como tendencia que afecta al conjunto, resulta ser tambin uno de los factores determinantes para la produccin de trastornos que afectan al sujeto y las relaciones personales12. En tercer lugar, existe un agotamiento de la propia lgica de acumulacin capitalista que significa crisis del capitalismo y del sistema mundial basado en l. Despus de la crisis econmica de los aos 30s, una respuesta dentro de la lgica capitalista para mantener a flote la economa fue el acortamiento de la vida media de los productos. Esto significa que los productos tienen cada vez menos duracin y por tanto, se tiene que renovar permanentemente el consumo, acrecentando y acelerando la ganancia, la acumulacin. Pero este acortamiento de la vida media de las11

Por ejemplo, la actual guerra contra el terrorismo desencadenada por Estados Unidos puede entenderse como una maniobra para mantener uno de los pilares amenazados de la hegemona estadounidense: el sistema dlar. No es casual que Irak haya sido atacada cuando pretenda cambiar el comercio de su petrleo de dlares a euros, as como actualmente lo pretende hacer Irn (Dierckxsens, W. La transicin al postcapitalismo: el socialismo del siglo XXI, indito). Y el sistema dlar es el pivote sobre el cual descansa la economa internacional, aunque cada vez ms est amenazado por situaciones como la gigantesca deuda de Estados Unidos que vive al crdito: El verdadero motivo de la prdida de estatus del dlar como moneda universal es que el sistema econmico mundial de hoy se encuentra construido sobre una gigantesca pirmide invertida de deudas. La deuda pblica y privada a nivel mundial, sumaba en 2001 unos 60 billones de dlares, o sea ms del 150% del PMB. Algn da hay que pagar esa deuda, si es que se pueda pagarla. La sola deuda pblica y privada de EEUU ya representa el 50% de la deuda mundial. Lo anterior quiere decir que EEUU debe ms que todos los pases del mundo juntos. (Dierckxsens, W. Cada del dlar, crisis del imperio, guerra global, indito). El resultado es que Estados Unidos busca mantener su hegemona a toda costa. 12 Recientemente en Guatemala se han producido dos eventos sintomticos del grado de descomposicin cultural y de la produccin de perturbaciones que el sistema genera. Con ms de 5000 homicidios por ao, en los primeros das del 2007 se conoce que dos jvenes violan y matan a una nia de 6 aos. Es un crimen que golpea la conciencia de los guatemaltecos. No obstante, ms all de la condena y el repudio, no se observan intentos por comprender las causas y motivaciones que originaron dicho crimen. La historia personal de los jvenes dentro un entorno empobrecido, violento, sin perspectivas (ver el artculo Recuento de un asesinato confeso en elPeridico, 14/01/07). La otra noticia igualmente reveladora es la aparecida el da 18 de enero, en que tras el cierre de un banco por estafa de los dueos (un eufemismo para no ofender al buen gusto diciendo robo), un seor se suicida tras enterarse que no recuperar lo invertido. Indudablemente perder los ahorros de una vida como se indica en la misma noticia es un evento traumtico, pero quitarse la vida con un balazo, despus de anunciar a los mismos medios de comunicacin que lo hara, mostrando la pistola es revelador de algo ms. Elementos de la historia personal ameritan ser comprendidos: el hecho de tener ya una pistola, de usarla en contra de s mismo por la prdida de dinero, las cartas de despedida a sus hijas, etc. Pero tambin se revela un talante, una sensibilidad profunda. Una espiritualidad del mercado, que tras la prdida repentina de su verdadero dios, se encuentra desamparada.

14

mercaderas implica que hay aumentos en los costos de produccin puesto que se tienen que renovar tambin a ritmo cada vez ms rpido los medios de produccin. Lo cual tiende a reducir la ganancia. Una forma de superar esta situacin es bajar otros costos de produccin. Este es el significado econmico de las polticas de desregulacin y flexibilizacin del mercado laboral que permiten reducir los salarios. Sin embargo, esto tiene un tope. No es posible reducir los salarios a 0 porque las personas, pese a todo, tienen necesidades y necesitan vivir para poder trabajar. De all la fuga del capital productivo hacia el especulativo, que deja ms ganancia. Sin embargo, no hay posibilidad de que la racionalidad basada en la acumulacin creciente del capital pueda extenderse al infinito, se produce un lmite que est relacionado con el agotamiento de los mercados, de la no posibilidad de expandir permanentemente el consumo de mercaderas y las ganancias especulativas. Precisamente la globalizacin (la mundializacin del capital) significa la expansin de las transnacionales como intento de repartirse trozos del mercado ms grandes, lo que no significa que se est expandiendo el mercado (se est acaparando en pocas manos, eso es lo que significa la apertura comercial y los tratados de libre comercio). De hecho, el neoliberalismo puede verse como una estrategia de repartir el mercado existente a travs de la apertura de los mercados internos, puesto que la creacin del pastel de la produccin llega a su agotamiento. Al llegar al lmite, se produce la desaceleracin de la economa: en otras palabras, crisis del capitalismo13. Por lo tanto, la transformacin de la racionalidad capitalista se hace necesaria, aunque ello requerira un esfuerzo mundial por modificar la racionalidad econmica, lo que no implica la inaccin14. En un nivel ms local se puede buscar la transformacin de las condiciones existentes, contando con el esfuerzo por impulsar un proceso de humanizacin, por convocar a la resistencia y lucha de los movimientos sociales y populares, que con ello, se reapropian de la autora de su vida. Esto es lo que busca una propuesta de salud mental que vaya ms all de las tradicionales consideraciones individuales, funcionales y de adaptacin que predominan en la psicologa para convertirlo en un concepto que se coloque, precisamente, al servicio de las luchas de los movimientos sociales y populares. Propuesta poltica de salud mental La salud mental se ha considerado tradicionalmente como la adaptacin, armona o bienestar que el sujeto disfruta o establece con el ambiente en el que se encuentra. En el fondo, los diversos conceptos que se utilizan pueden considerarse ms o menos equivalentes porque siempre remiten a una postura conservadora de adaptacin que el individuo debe lograr en su

13

En este tema que requiere un tratamiento ms especializado puede consultarse el libro Del Neoliberalismo al poscapitalismo de Wim Dierckxsens, DEI, 2000. 14 El ejemplo de Venezuela, Bolivia y Ecuador pueden resultar significativos, si logran sortear ciertas tendencias internas y externas. En el caso de Ecuador, un movimiento social y popular fuerte crea las condiciones para que Correa llegue a la presidencia. Algo parecido ocurri con Lula, aunque los resultados han sido decepcionantes para el MCT (Movimiento de los Sin Tierra) y los sectores populares brasileos.

15

ambiente15. Un ejemplo importante por su difusin y su carcter oficial es el dado por la Organizacin Mundial de la Salud. La OMS define la salud mental de la siguiente forma: un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructferamente y es capaz de hacer una contribucin a su comunidad (OMS, 2004)16. El concepto presentado, que se considera ejemplar, es insatisfactorio por al menos dos razones. La primera es que sigue afirmando que la salud mental es una cuestin relativa al individuo. No alcanza a ver que si bien es en el sujeto que se concreta la salud mental, sta no se produce exclusivamente en l. Esta caracterstica del concepto presentado se suele complementar con la idea que los problemas que presenta el sujeto son resultado de la incapacidad para afrontar el estrs, la prdida de funciones, problemas de personalidad, etc. Innegablemente ocurren problemas a nivel individual, pero lo que se pretende hacer ver es que los problemas a nivel de salud mental que las personas y los colectivos atraviesan no se deben exclusiva ni prioritariamente a cuestiones internas, de un mal ajuste de personalidad u otra cuestin similar. Como ya se plante anteriormente, los seres humanos son constitutivamente seres sociales y relacionales. De all se desprende que en la formacin de problemas expresados a nivel individual (o familiar, por ejemplo), los otros, la historia y el contexto tengan un papel determinante. En segundo lugar, estrechamente ligado a lo anterior, en la perspectiva tradicional sobre la salud mental yace un supuesto profundamente conservador que atraviesa buena parte de la produccin psicolgica. Se considera sin ninguna objecin o distanciamiento crtico, que el ambiente, la sociedad, el sistema est bien y que el individuo necesita adaptarse a l. La normalidad est referida a que la persona pueda funcionar, adaptarse, desenvolverse en el medio que se encuentra. De hecho, es comn encontrar definiciones de salud mental y de psicoterapia en el que el objetivo principal de la atencin sera el de lograr la adaptacin sana del individuo hacia las condiciones de su entorno, para evitar los sufrimientos innecesarios que su actividad (sntomas) produce. Es obvio que esta perspectiva es claramente insuficiente para considerar la salud mental de los propios individuos y de los colectivos. Puesto que son las condiciones (los sistemas de dominacin) los que producen sufrimiento innecesario, y ante ello, la adaptacin no es una opcin sana.15

Aqu no se pretende hacer una revisin exhaustiva de la historia y de los diversos matices del concepto de salud mental. Basta considerar que, junto al carcter conservador asumido por la psicologa tradicional y la psiquiatra, se ha desarrollado un concepto consecuente y que tal como se har notar, encaja perfectamente en un modelo funcional a la misma dominacin. Esto tiene conexiones interesantes con el carcter ideolgico de la psicologa, pero tambin excedera este espacio hacer observaciones detalladas al respecto. Para ello se recomiendan los libros de Martn-Bar referidos en la bibliografa. 16 Posteriormente se considera que la salud mental est determinada por factores socioeconmicos y ambientales, pero de ello no se sigue que los cambios que deban realizarse sean efectuados por los mismos sujetos. Adems, no se cuenta con una perspectiva crtica que permita observar el fenmeno de los distintos modos de dominacin (no hay cuestionamiento al funcionamiento destructivo del capitalismo), de pueblo poltico y de las necesidades de transformacin y de humanizacin. Si se habla de cambio social se habla de reformas que no permiten llegar a la raz del problema.

16

Sin embargo, hay que hacer algn matiz. Que una muy significativa parte de la psicologa abogue a favor de la adaptacin (no necesariamente en su discurso, pero s en su prctica real), no significa la ausencia de perspectivas crticas, aunque son minora. Es el caso del psicoanlisis, o por lo menos de cierto psicoanlisis. Para Ricoeur, por ejemplo, el psicoanlisis est ligado a la voluntad expresa de poner entre parntesis la cuestin de la adaptacin, que es una cuestin ineludiblemente planteada por los otros, por la sociedad existente, sobre la base de sus ideales deificados, sobre el fundamento de una relacin engaosa entre la profesin idealizada de sus creencias y la realidad efectiva de sus relaciones prcticas. (Ricoeur, P. 2003; 174), o tambin, el psicoanlisis, bien comprendido y meditado, libera al hombre a favor de proyectos distintos del de la dominacin (ibid. 178). Ahora bien, el mismo Ricoeur considera que lo que puede dar el psicoanlisis es una nueva orientacin del deseo, una nueva orientacin del deseo, una nueva capacidad de amar, lo cual no es poco, pero dentro de un marco de dominacin, resulta improbable e insuficiente si se considera al colectivo. En el psicoanlisis la cuestin no estriba en la adaptacin, sino en la bsqueda de la verdad (siempre de acuerdo a Ricoeur, quien tambin lo plantea como una lucha por el reconocimiento de s, tal como considera que se representa en el mito de Edipo). La perspectiva es interesante, pero la finalidad aqu es proponer que las posibilidades de humanizacin en condiciones de dominacin como las que se sufren en Amrica Latina, requieren de transformaciones. Y que la lucha por esas transformaciones conlleva una prctica de salud mental. Transformaciones que requieren acciones colectivas. Por lo tanto, se necesita considerar que la salud mental no es un problema meramente individual, sea de los nios, las mujeres, los hombres, lo cual no quiere decir que los problemas no se materialicen en los sujetos individuales. Lo que sucede es que los sujetos no son la raz de los problemas. Sino los modos de dominacin que les proveen identificaciones inerciales que convocan dominio y violencia. Se necesita pensar que el medio es el problemtico, el que deshumaniza, el que origina problemas de salud mental. Y no obstante, son bastante infrecuentes las opiniones que cuestionan las condiciones sociales en tanto que origen y causa de los problemas personales: en no pocas ocasiones un cierto grado de malestar psicolgico y una cierta dosis de sntomas psiquitricos son la expresin del mximo de salud mental y de bienestar alcanzables en una determinada situacin de esclerosis de las relaciones humanas, de extremas dificultades materiales, de desdichas, de soledad y de marginacin social (APUD Martn-Bar, I. 2000; 34). Hay que insistir que consecuentemente con la perspectiva conservadora, no se observa que las distorsiones de la salud mental (salvo ciertos problemas de origen biolgico), no se producen dentro del psiquismo sino son resultados de relaciones humanas y sociales conflictivas. Es decir, la ausencia de salud mental a la que el concepto lgicamente alude, no se produce por un individuo incapaz de afrontar las presiones normales de la vida o de trabajar productiva o fructferamente. En el contexto latinoamericano, que es el que interesa, afrontar las presiones normales de la vida, implicara soportar las condiciones de pobreza, discriminacin, exclusin, violencia, etc., que se han venido normalizando, llegando al absurdo de que la salud mental se encontrara en la capacidad de adaptarse a la violencia poltica ejercida por los regmenes de

17

seguridad nacional, tortura incluida17. Tambin resulta irrisorio considerar que el trabajar fructferamente pueda ser considerado como signo de salud mental si no existen posibilidades dignas de trabajo (puesto que hay muchos trabajos embrutecedores en donde el trabajar fructferamente sera el sumum de la alienacin. Y la cuestin es que fuera de las maquilas, por colocar un ejemplo actual en Centroamrica, no hay muchas opciones de trabajo para buena parte de la poblacin). El origen extrapersonal de ciertos trastornos es claramente visible en el caso de los nios, aunque desde el lenguaje conservador de la psicologa se suelen ver todava como problemas de adaptacin del nio (el nio no se logra adaptar al ambiente que se le propone, sin considerar que es la familia y la escuela, operando bajo principios de dominacin adultocntrica, las que originan los problemas en el nio). Desde una perspectiva que se puede considerar afn al planteamiento general expuesto, Alice Miller en su libro Por tu propio bien, hace una investigacin muy detallada de los efectos que la violencia simblica y material produce en los nios. Miller considera que esta violencia no es una serie de eventos aislados, sino una prctica que se basa en la sujecin del nio hacia los padres. En concreto, habla de una serie de prcticas educativas que en conjunto denomina pedagoga negra y que tienen como fin que los nios obedezcan irrestrictamente a la autoridad, supriman su voluntad y vitalidad sin que se den cuenta de este proceso que permanece vigente hasta nuestros das, aunque se disfrace de consejos pedaggicos ms elaborados y teoras que le respalden. An en nuestro tiempo (y en ciertos sectores no tan minoritarios) sigue la educacin que utiliza francamente los golpes y las humillaciones ms evidentes. Y ms all de una violencia que de ninguna manera es ocasional, sino muy generalizada, provocan diversos efectos en la subjetividad del nio que pueden ligarse al concepto de identificaciones inerciales. En concreto, la pedagoga negra de la que habla Miller contribuye a generar que los nios vivan otra vida, la vida de los padres (que a su vez fue negada); que exista una no integracin de la ira que provoca explosiones de rabia y de dolor, lo que significa la produccin de personas capaces de cometer actos atroces y reproducir los efectos de la violencia; la supresin de afectos y de voluntad propia prepara a personas sumisas y obedientes capaces de seguir cualquier orden, sin cuestionar a la autoridad que la emita; que ya no se sienta (se ahoguen las posibilidades de percibir correctamente la propia experiencia) y que se imagine qu se debe sentir; provoca incapacidad para un pensamiento crtico; el odio dirigido hacia los padres se desva a otras figuras de autoridad y en ltima instancia, al propio Yo; el maltrato infantil, la destruccin del alma de los nios prepara a los criminales, al material para regmenes totalitarios, para el odio y el rencor, etc. El supuesto bsico de que la sociedad est bien, no permite considerar que hay personas y grupos adaptados y que muestran una buena capacidad de funcionamiento de acuerdo a los criterios tradicionales y actuales de salud mental, que revelan, en esa adaptacin, su grado de alienacin18.17

Esto es una exageracin. Sin embargo es una exageracin lgicamente extrable del argumento de la adaptacin, que si se observa resulta funcional al sistema y no a las personas y por supuesto, no a los colectivos empeados en transformar las condiciones de opresin. 18 La alienacin se puede definir como ...la prdida de capacidad de autoproduccin de identidad por el ser humano que resulta en ella sometido a sus propias creaciones. La alienacin puede ser determinada como la incapacidad subjetiva de apropiarse del sentido producido y, por ello, como la incapacidad natural de ser, constituirse y relacionarse como sujeto (Gallardo, H. 2005; 85-86). En la segunda parte del presente trabajo se considera que en

18

Resumiendo, si se ha venido considerando el contexto como una matriz de dominacin que induce acciones que reproducen la dominacin e identificaciones inerciales, es claro que una propuesta que considere el afrontar las presiones normales de la vida como signo de salud mental no es lo que se necesita. En el fondo, la propuesta de la OMS sigue haciendo insistencia en la adaptacin que pueda realizar el individuo dentro del contexto en el que vive. Y dado lo que se ha venido argumentando, hacer de que el individuo establezca relaciones satisfactorias con la dominacin es hacer que sea un sujeto completamente alienado. Posteriormente en el mismo documento, se insiste que hay acciones que se realizan dentro del contexto (como planes de vivienda y respeto a los derechos humanos) que inciden favorablemente en la salud mental. Pero no se saca la conclusin lgica: que es el contexto el que debe ser transformado, y que las mismas personas que padecen condiciones de exclusin son las que deben resistir y luchar, transformar esas condiciones en otras, porque hay una realidad de dominacin y de poder que no es transformada nicamente a travs del conocimiento y la buena voluntad de interventores externos. Es por ello que resulta tan importante la propuesta de salud mental elaborada por Martn-Bar. De acuerdo al mismo, la salud mental no reside nicamente en el funcionamiento del individuo, sino se constituye por la naturaleza de las relaciones sociales humanizantes o alienantes- que se concretan en las personas y los grupos. En la cuestin de la salud mental No se trata de un funcionamiento satisfactorio del individuo; se trata de un carcter bsico de las relaciones humanas que define las posibilidades de humanizacin que se abren para los miembros de cada sociedad y grupo. En trminos ms directos, la salud mental constituye una dimensin de las relaciones entre las personas y grupos ms que un estado individual, aunque esa dimensin se enraice de manera diferente en el organismo de cada uno de los individuos involucrados en esas relaciones, produciendo diversas manifestaciones (sntomas) y estados (sndromes) (Martn-Bar, I. 2000; 25). Adelantando una posible objecin, con esta definicin no se niega que la concrecin de la salud mental (y sus crisis) no se realicen en el sujeto, lo que importa es que se le da una dimensin que usualmente ha sido olvidada y negada. Hay que considerar la salud o el trastorno mental no desde dentro afuera, sino de afuera adentro; no como la emanacin de un funcionamiento individual interno, sino como la materializacin en una persona o grupo del carcter humanizador o alienante de un entramado de relaciones histricas (Martn-Bar, I. 2000; 27). Lo que esto implica es que la salud mental no se produce en abstracto, o lo que es lo mismo, en el individuo sin referencia a sus relaciones sociales. La salud mental de las personas y los colectivos tiene que ver con las relaciones que establezcan (o en las que son colocados) y operativamente con variables tales como la pertenencia a determinada clase y grupo social, la actividad laboral (o al hecho de estar desempleado o subempleado), la condicin tnica, de gnero, etc. Es decir, con todo lo que constituye con propiedad el conjunto de relaciones sociales que se materializan en las personas y los grupos, incluyendo por supuesto, aquellos aspectos ligados a la comunidad y a lo cultural. La salud mental se expresara en relaciones sociales humanas y humanizantes, contrarias a procesos de alienacin tambin materializados en personas y colectivos (que pueden provocarbuena medida, la psicologa neoliberal habla precisamente de un ser humano alienado. Y que uno de los efectos de conjunto que logra el discurso neoliberal es proponer un ser humano nihilista y destructivo.

19

crisis personales o colectivas. Esta perspectiva, ms social, no implica perder de vista los aspectos individuales del problema. Lo que hace es ubicarlos dentro de un entramado de relaciones que resultan determinantes)19. Ahora bien, qu posibilidades y qu caminos hay para la construccin de esas relaciones humanizantes en contextos de dominacin? Martn-Bar apunta a una respuesta interesante, aunque no la termina de elaborar (es asesinado en 1989 por las fuerzas armadas de El Salvador). Esta respuesta, alejada de las consideraciones tradicionales sobre salud mental es la de proporcionar una dosis de ruptura con la cultura imperante20 y la de encontrar modelos tericos y aquellos mtodos de intervencin que nos permitan, como comunidad y como personas, romper con esa cultura de nuestras relaciones sociales viciadas y sustituirlas por otras relaciones ms humanizadotas (Martn-Bar, I. 2000; 37). Esto significa la construccin de otra sociedad. O como se plante anteriormente, de un hombre nuevo y una sociedad nueva21. En este sentido, la propuesta que hace Helio Gallardo en el campo de la poltica, especialmente al considerar el trabajo que debera realizar la izquierda radical y los movimientos sociales y populares, puede servir para dar mayor contenido y precisar ciertos aspectos de esta posibilidad. La salud mental no depende de la intervencin de expertos que creen mejores condiciones sino de la produccin de testimonios de humanidad de los movimientos sociales y populares luchando en contra de los diversos modos de dominacin existentes, contra las condiciones de dominacin en que las personas y colectivos son colocados. La salud mental se producira en la lucha por encontrar condiciones de existencia ms humanas, por la bsqueda de relaciones sociales humanizantes. Es por ello que una propuesta poltica de salud mental que sirva a los movimientos sociales y populares, se expresara no en la adaptacin (o la adaptacin crtica, incluso) sino en la resistencia y lucha que se pueden generar para transformar las condiciones que producen sufrimiento. Esto significa cambio de los modos de dominacin y creacin de espacios que permitan el encuentro, la autoestima, la integracin y el devolver el carcter de sujeto que conduce su vida a los movimientos sociales y populares. Esto es lo que se produce en los espacios creados por la lucha de mujeres con teora de gnero, en que vuelven a darse la autora de sus propias existencias, en los espacios de trabajo poltico comunitario por crear mejores condiciones de vida, etc. No es un estado al que se llega de una vez y para siempre, sino un19

En el lmite Martn-Bar propone la categora de trauma psicosocial para hacer referencia a procesos que afectan significativamente a las personas debido a condiciones propias del contexto y la historia. Lo define as: la cristalizacin concreta en los individuos de unas relaciones sociales aberrantes y deshumanizadoras como las que prevalecen en situaciones de guerra civil (Martn-Bar, I. 2000; 236). Previamente, el mismo autor seala que en el nacional socialismo de Hitler, exista un serio deterioro de la salud mental de la sociedad alemana, que no necesariamente implicaba trastornos personales diagnosticables de acuerdo a los sistemas de clasificacin existentes. 20 Esta dosis de ruptura con la cultura dominante bien puede realizarse en el trabajo clnico. No obstante, el problema es que las condiciones de dominacin no pueden ser alteradas significativamente por procesos personales. No pueden irradiar de manera significativa frente a contextos mucho ms amplios en los que opera la dominacin. Por eso, la lucha social y popular debe ser, necesariamente, colectiva y convocar a diversos sectores y movimientos que se articulen en esa lucha de producir testimonios de humanidad. 21 Al considerar las caractersticas del trauma psicosocial, considera que su comprensin y su solucin no slo requieren atender al problema del individuo, sino a sus races sociales, es decir, a las estructuras o condiciones sociales traumatgenas (Martn-Bar, I. 2000; 236).

20

proceso continuo que permite la reapropiacin de sus vidas. Precisamente, quienes trabajan por cambiar la dominacin y producir nuevas condiciones estn en posibilidades de asumir de nuevo (limitadamente al menos), el carcter de sujetos y autonoma. Tambin permite las posibilidades de integracin y autoestima de forma autntica, basados en una actividad transformadora. Las posibilidades para que se ejerza un tipo de accin de resistencia y liberacin como la que se plantea, estn dadas por dos constantes antropolgicas. La primera es la llamada fe antropolgica que consiste en ...un sentimiento de confianza y esperanza en que los seres humanos actuando como fuerza social pueden crear mejores condiciones de existencia y gozar de mayor libertad, autonoma y autoestima. Los marxistas deberan expresar esta fe antropolgica. No es que lo hagan. Digo que deberan (Gallardo, H. 2006; 337). Como se observa por las ltimas oraciones, la fe antropolgica no es propia de los llamados religiosos. En realidad, es la posibilidad desde la cual puede surgir una fe religiosa liberadora22. Esta actitud de confianza y apuesta por mejores condiciones de existencia parece que existe en todos los grupos sociales, por lo cual puede ser considerada como una constante antropolgica. Que las personas piensen que la existencia puede ser mejor, sin ser un hecho natural, parece ser un hecho existencial. Aqu las fantasas, deseos, sueos y utopas se ponen al servicio de proyectos de liberacin que impliquen la construccin de otras posibilidades23. La segunda, ms especfica, es la denominada experiencia de contraste que resulta de la capacidad humana de tomar distancia de lo experimentado o inmediatamente vivido mediante emociones (irritacin), sentimientos (resistencia), signos y smbolos, comunicacin (Gallardo, H. 2006; 83). Es decir, se produce en el distanciamiento que se origina en la irritacin, la clera, la insatisfaccin, el deseo, etc., al imaginar otra situacin mejor. Es la experiencia humana de encontrar la separacin entre lo que es (las condiciones de dominacin) y otras condiciones ms humanas. Es en esta condicin concreta, que se genera en condiciones concretas de dominacin, que es posible iniciar y mantener la resistencia y la lucha24. Una psicologa crtica, que puede tomar aportes desde distintas fuentes, incluyendo por supuesto los elaborados por la llamada psicologa social de la liberacin, puede promover y crear algunos conceptos, mtodos y herramientas para comprender lo que va sucediendo en las personas que participan en las resistencias y luchas. Sera junto a otras teoras y prcticas como las de la educacin popular, la teora de gnero, por mencionar algunas, complementaria de las luchas sociales. Podra ser una forma de pensar de forma distinta el papel de la psicologa en Amrica Latina. No como gua ni mucho menos, sino como humilde acompaante en ese proceso de liberacin.22

Por fe religiosa liberadora se entiende aquella que lucha en contra de la idolatra y a favor de la vida. Es la fe que se hace presente cuando Abraham no mata a su hijo, que expresa un Dios de la vida y no un dios de la muerte (Ver Hinkelammert, F. 2000). Tambin se observa en los planteamientos que hace Juan Luis Segundo cuando comenta que en la figura de Abraham se produce la creencia ...en una especie de promesa que la historia de la liberacin y humanizacin del hombre parece dirigir a quienes luchan por ella. Crey en el Dios que da vida a los muertos y llama a ser a lo que no es (Rom. 4, 17; cf. 4, 21; 2, 6-7) (Segundo, J. 1994; 4). 23 La liberacin tambin implica otros impulsos como la memoria que permite hacer una lectura de las races, de los proyectos preteridos, etc. 24 Esta breve presentacin necesitara complementarse con otros aportes, por ejemplo, la educacin popular de Paulo Freire o con la perspectiva del psiquiatra argelino Franz Fannon, en las que se encuentran sugerencias interesantes. Desde la propia psicologa se necesita revisar la propuesta de la llamada antipsiquiatra, as como autores crticos como Erich Fromm.

21

Pero adems, una propuesta en el orden que se est planteando, tendra como otra tarea el acompaamiento a los movimientos en la reflexin y crtica de las condiciones de dominacin. En el pensar y leer la realidad, la memoria, la utopa desde donde caminan las luchas por la transformacin de las condiciones materiales y subjetivas de las personas y los colectivos. En todo caso, esta propuesta, desde el reconocimiento que lo verdaderamente importante est en los la lucha de los movimientos sociales y populares, podra acompaar a esos procesos.

22

LA PSICOLOGA NEOLIBERAL Al escuchar las expresiones neoliberal o neoliberalismo, lo ms probable es que se asocien a un proyecto econmico. Pero como se pretende mostrar a continuacin, existe mucho ms que eso dentro del conjunto de formulaciones realizadas por esta corriente. Dentro de las afirmaciones y construcciones econmicas del neoliberalismo hay explicaciones que son propias de un discurso psicolgico, que sirven como auxiliares para justificar y legitimar su proyecto. El discurso neoliberal construye una explicacin de la accin humana que se constituye como un conjunto de principios y contenidos relacionados. No es que exista una formulacin totalmente explcita y plenamente desarrollada de estas explicaciones, pero dentro de su propuesta es posible encontrar afirmaciones reiterativas y consistentes sobre cmo y por qu las personas se comportan como se comportan y por tanto, propone una explicacin de la accin humana en trminos precisos. Es en este sentido que es posible hablar de una psicologa neoliberal como una forma de explicar la accin humana y que tiene caractersticas particulares. Esta psicologa opera para dar legitimidad al proyecto econmico y poltico del neoliberalismo. Proporciona explicaciones que permiten considerar la accin humana al servicio de intereses econmicos. Universaliza y naturaliza ciertas formas de conducta que se encuentran presentes como posibilidades y tambin como actuaciones reales. Indudablemente, lo que se formula dentro de este discurso, muestra una forma particular de accin humana. Existen acciones egostas, calculadoras, que consideran al mundo como un objeto de consumo. De hecho, el sistema capitalista necesita la formacin de sujetos que se comporten de acuerdo a ciertas exigencias de la produccin y el consumo para poder reproducirse. Crea sujetos que actan de acuerdo a determinadas pautas. Y esto lo formula coherentemente en una serie de explicaciones psicolgicas. En otras palabras, el neoliberalismo no es solo un discurso que est presente en los medios de comunicacin y los discursos de intelectuales y funcionarios gubernamentales. Tal como se desprende de la idea de la accin en cuanto ideolgica, el neoliberalismo est en la gente. Est en sus actitudes, en la forma de concebirse a s mismos, de concebir a los otros, de explicarse y narrarse. Tiene por tanto, una dimensin real. Opera con la realidad y habla de la realidad. Pero al presentar sus postulados como algo universal y natural, lo que hace es ocultar que es una forma de accin entre otras y que es resultado de un tipo particular de formacin social: el capitalismo. Adems, esta psicologa no es slo una forma de describir cmo las personas actan, sino tambin es una propuesta. Forma parte de las representaciones sociales que alimentan y nutren la accin. Proporciona modelos, valores que se incorporan en la accin. Nutre una forma de sensibilidad que incluye maneras de comprenderse y relacionarse consigo mismo, con los otros y con el mundo. Se convierte en un discurso performativo, con incidencia en la realidad, que adems se convierte en modelo, en algo a imitar. El efecto de conjunto es proponer que el egosmo, el clculo, el consumo no son condenables, sino al contrario, son acciones normales y que si se realizan con eficiencia, son buenas. Por tanto, tambin es una forma de valorarse. Y en el mismo movimiento de descripcin (ideologizada) y de propuesta, tambin contiene una crtica hacia otras formas posibles de actuar y de ser. Si se considera que el egosmo y el clculo de los propios intereses es una pauta universal, entonces encubre los actos solidarios y que tienen 23

otro fin que el de la propia ganancia, o cualquier otro tipo de accin y de valor que no est de acuerdo o no sirva a su proyecto general. Por ltimo, ha de aclararse que esta psicologa no se encuentra nica y exclusivamente en esta corriente de pensamiento, puesto que forma parte de la sensibilidad moderna. Como se ver en los resultados obtenidos del anlisis, comparte algunas ideas sobre la accin humana que pueden encontrarse en toda una serie de expresiones de la cultura moderna (incluyendo la propia psicologa). La importancia de este ejercicio estriba en el ya sealado peso que tiene el neoliberalismo como construccin ideolgica. Pensando lo ya expuesto a travs de la accin en cuanto ideolgica, del contexto matricial de dominacin y el esbozo de una propuesta poltica de salud mental, se advierte claramente la necesidad de esta crtica a la psicologa neoliberal, que contribuye a describir (una forma particular) y orientar la accin humana ANLISIS DE LAS COLUMNAS DE OPININ

24

Los resultados obtenidos en esta seccin sobre la psicologa neoliberal, se basan en la revisin de un total de 350 columnas de opinin y una entrevista, en tres de los peridicos ms importantes de Guatemala. Especialmente, se hizo una revisin sistemtica de las columnas de Prensa Libre publicadas del primero de enero al treinta de septiembre del 2006 y de las columnas de Siglo Veintiuno publicadas del cinco de mayo al treinta de septiembre del 2006, de columnistas que simpatizan, apoyan, promueven el proyecto neoliberal25 (algunos materiales escritos caen fuera de dicho perodo). Para una buena parte de la revisin se utiliz como fuente las versiones electrnicas de cada uno de los peridicos mencionados. A partir de la lectura de las columnas, se realiz una clasificacin temtica que permite reunir la gran mayora en unos cuantos puntos principales26. La siguiente clasificacin es una construccin que permite revisar sintticamente los temas encontrados. Presentacin de una teora economa y temas incluidos como mercado (mano invisible), ciclos econmicos, propiedad privada, funcionamiento de las empresas, etc. Desde esta perspectiva, se tiene una concepcin natural de la economa, lo que implica que existen leyes universales y efectivas en la economa, es decir, existe un ser de la economa. Conclusin importante es que las leyes econmicas no pueden ser contradichas o se genera caos y pobreza como resultado de la ignorancia de dichas leyes. . Defensa del mercado como mecanismo nico y privilegiado para la produccin de riqueza, de desarrollo y bienestar. Hay un movimiento del ser de la economa a un deber ser, lo cual implica una tica que se caracteriza por buscar el propio beneficio (maximizacin de ganancias y minimizacin de costos) a travs de la participacin en los mecanismos naturales del mercado. Presentacin y promocin del Estado de Derecho como un conjunto de normas abstractas y universales, que no promueve privilegios para ningn grupo y que permite el funcionamiento adecuado del mercado. El Estado de Derecho permite la libertad de que cada quien pueda producir, vender y comprar libremente en el mercado as como proteger y garantizar la propiedad privada y los contratos. Actitudes, valores y conductas positivas que cumplen y promueven tanto las condiciones del mercado as como del Estado de Derecho. Dentro de este tema se consideran tambin algunas propuestas parciales como el proyecto GuateAmala que consiste en la promocin de una cultura de la vida, del optimismo, de presentar lo positivo que hay en Guatemala. Propuestas poltico-legales para llegar al Estado de Derecho que incluye eliminacin de privilegios y aplicacin de la justicia. Una propuesta significativa es el apoyo solicitado al proyecto Prorreforma que aboga por la creacin de un sistema bicameral y la supresin de privilegios para determinados sectores, la no involucracin del Estado en la esfera econmica, etc. Defensa de polticas y actores ligados al neoliberalismo como acciones encaminadas a desregular y liberar el mercado, acciones de empresarios y polticos acordes a su25

Ninguno de los columnistas analizados utiliza o acepta el ttulo de neoliberal. Se ven a s mismos como liberales o libertarios. Alguno de los columnistas considerados no cae estrictamente en esta tendencia, pero se encuentra en una posicin de derecha poltica, usualmente conservadora y apoya uno o ms de los puntos principales que se encuentran en el discurso neoliberal. En otras palabras, sirven al proyecto neoliberal, aunque no acepten el calificativo. 26 Por comodidad, cuando se hable sobre neoliberalismo, la perspectiva neoliberal o expresiones similares, se est haciendo referencia a lo encontrado en la muestra analizada.

25

planteamiento y la promocin de diversos actores que representen y promuevan las polticas y valores neoliberales. Crtica al Estado que no debe intervenir en la economa porque es una funcin que no le compete. Su intervencin en el campo econmico siempre es una distorsin del mercado. Por la misma naturaleza de sus instituciones y por las reglas del juego de la economa, es imposible que funcione su participacin. Especialmente se critica al Estado mercantilista, patrimonialista y clientelar que permite la existencia de varios fenmenos negativos como la burocracia, la corrupcin, etc. Tambin se realiza una crtica particular al Estado guatemalteco, sus instituciones y sus servicios. Crtica a los movimientos sociales y populares que son un obstculo para el funcionamiento adecuado del sistema. Se critican los planteamientos, las acciones y los actores pertenecientes a estos sectores, considerando que son elementos negativos, crticos, que solo protestan y no proponen nada, que se mueven fuera del Estado de Derecho, que representan cualquier forma de colectivismo, socialismo, etc. Actualmente una estrategia llamativa es equipararlos con el accionar de grupos terroristas. Anlisis y crtica a la situacin internacional. Apoyo a la poltica estadounidense e israel. Crtica a gobernantes como Fidel Castro, Hugo Chvez, Evo Morales, sistemas como el cubano y cualquier otro representante del colectivismo; a los estados miembros del eje del Mal (Corea del Norte, Irn), etc27.

Posteriormente a esta clasificacin temtica, se elabor una revisin de los aspectos que involucran una concepcin de individuo y sus acciones y se reuni en algunas categoras descriptivas. Esto es lo que se considerar como la psicologa del neoliberalismo, pues postula algunos principios y contenidos que permiten explicar la accin humana.

PRINCIPIOS Y CONTENIDOS DE UNA PSICOLOGA NEOLIBERAL Es posible hacer una distincin inicial entre los diversos elementos que conforman una psicologa neoliberal. En primer lugar, existen algunos principios generales de anlisis como la universalidad de su propuesta, su ahistoricidad y descontextualizacin y el enfoque individualista que utilizan para comprender la accin humana. Estos principios funcionan como guas generales de anlisis de la accin y la subjetividad. En segundo lugar, existen una serie de elementos que consideran centrales en la accin humana y que se articulan con los principios. Los contenidos pueden dividirse en los que expresan tendencias realmente existentes, duras, en el comportamiento humano producido a partir de los diversos procesos existentes en la sensibilidad moderna y en una formacin capitalista y otros elementos que tienden a ser ms bien prescripciones o elementos ortopdicos de la concepcin psicolgica neoliberal y que podran considerarse secundarios. PRINCIPIOS27

Todas los temas a los que se refiere este discurso son criticables, incluyendo este punto que parece ser la toma de postura de CNN o de las opiniones promovidas por Selecciones del Readers Digest. No obstante, hacer una crtica pormenorizada excede los objetivos de este estudio. Basta considerar que en conjunto reproducen la ideologa neoliberal y que como tal, estn comprometidas con la estructura capitalista actual.

26

Universalidad del comportamiento humano En primer lugar, el neoliberalismo contiene la pretensin de una explicacin general, universal, del comportamiento humano basada en una naturaleza humana que es siempre la misma. Esta pretensin de una naturaleza humana constante, invariable permite un respaldo hacia el proyecto econmico que formula el neoliberalismo, puesto que el universalismo implica la uniformidad de las motivaciones (egostas) y la imposibilidad de cambio, puesto que no se puede ir en contra de la naturaleza humana. Se presenta al ser humano como algo que no cambia en el tiempo, que es constante y que no puede ser modificado. Se hace abstraccin de la continua e intrnseca referencia de la accin humana a los otros y a una estructura e instituciones correspondientes que se van modificando a lo largo del tiempo. Comprende la accin y naturaleza humana como algo dado e inmodificable y no como un proceso en continua transformacin, variable de acuerdo al contexto y a la historia. Por lo tanto, la explicacin propuesta de la accin puede llegar a comprender toda la actividad humana realizada en el tiempo y el espacio. Tanto as, que en una comparacin entre la evolucin del homo sapiens y el hombre de Neandertal, la explicacin que se ofrece sobre el xito del primero sobre el segundo se reduce a una nica actividad: la actividad econmica que busca el propio beneficio28. El alcance del mecanismo del mercado, explicando la evolucin humana y la accin de los seres humanos es universal. As:...si bien los fenmenos econmicos fueron explicados en tiempos relativamente recientes, ya desde la prehistoria el hombre se ha comportado de la misma forma: tratando de maximizar la satisfaccin de sus necesidades con la cantidad limitada de recursos disponibles. Y la divisin del trabajo demostr ser una tcnica apropiada (Alejandro Alle, SigloXXI, 18/01/06).

De esta cita se desprende la universalidad del comportamiento humano en tanto que humano. Hay una invariante que se produce por ese tratar de maximizar la satisfaccin de sus necesidades con la cantidad limitada de recursos disponibles29. Si esto es vlido para la accin en los albores del homo sapiens, es absolutamente necesario para cualquier accin que pueda realizarse hoy en da. Incluso, las prcticas anticonceptivas y el crecimiento demogrfico encuentran su ltima razn en principios econmicos y no en otro tipo de circunstancias:(No voy a las implicaciones econmicas, ya que los hijos son una bendicin, y el problema real es siempre el crecimiento econmico, y no la reduccin artificial de la fertilidad. De hecho, el mejor anticonceptivo conocido por la humanidad es un alto crecimiento econmico. Entre ms ricos somos, menos nios tenemos... (Estuardo Zapet, Siglo XXI, 09/05/06)30.28

La referencia que utiliza el columnista citado es un artculo aparecido en The Economist titulado Homo Economicus y que presentaba principalmente las investigaciones realizadas por un Dr. Jason Shogren. 29 De paso, esto elimina cualquier posibilidad de otro tipo de conductas como el potlach. Ver Rojas, C. 2003. Este principio en particular, se relaciona con un contenido: la accin racional y egosta. 30 Es necesario recordar que en este trabajo se est realizando la crtica del discurso neoliberal (con la distincin acerca de que hay elementos discursivos que reflejan ciertas tendencias posibles dentro del capitalismo y por lo cual se reconocen ciertos elementos duros del discurso). Hay otros elementos empricos que necesitaran una revisin que excede los lmites de este trabajo. Sin embargo es necesario comentar ciertos errores gruesos. Es cierto que las naciones ms ricas actualmente son las que tienen tasas de natalidad menores, lo que no implica que siempre haya sido as. Hay otros factores como el acceso y el nivel educativo, as como el avance en las modernas prcticas contraceptivas que permiten la eleccin del nmero de hijos que se quieren tener y la reduccin de la natalidad. Pero

27

La cultura, entre otras cosas, es apenas un sistema de premios y castigos a esa maximizacin en la satisfaccin de las necesidades. Aparece como algo externo a la accin y no como elemento constitutivo de la misma, puesto que no se considera que a travs de las mediaciones de significados orienta, prescribe, da forma al accionar humano, sino lo premia o lo castiga, a la manera del conductismo ms crudo.La cultura es una especie de taquigrafa que facilita la toma de decisiones y la interaccin, adems de fundamentar las instituciones. Cuando es producto de un proceso evolutivo, podemos asumir que recoge la sabidura de millares de experiencias particulares. La cultura, dice Sowell, brinda un patrn a la convivencia porque recompensa y penaliza algunos comportamientos. Sowell aclara las cosas, porque evidentemente el problema no es la cultura en s, sino el uso de la coaccin o la violencia. El terrorista, el dictador y el ingeniero social usan la fuerza, o quieren usarla, para obligarnos a hacer su voluntad: niegan nuestra individualidad y nos arrebatan la libertad. En ausencia de esa coaccin, siempre queda en nosotros adecuar nuestra conducta a las normas generalmente aceptadas o no. Muchos hemos elegido en ms de una ocasin nadar contracorriente, movidos por los dictados de nuestra conciencia y atenindonos a las consecuencias (Carroll Ros, Siglo XXI, 26/01/06).

Como se observa, desde esta perspectiva la cultura es un programa de moldeamiento del comportamiento que opera en funcin de la bsqueda de beneficios a travs de premios y castigos. Es en realidad un componente externo de la accin que la canaliza en determinadas direcciones a travs de estmulos positivos o negativos. Lo que cambia en cuanto la cultura es el sistema de incentivos virtuosos o perversos que genere. Los incentivos virtuosos son aquellos que respaldan la lgica del mercado. Los incentivos perversos son aquellos que implican la participacin del estado benefactor. En todo caso, si la cultura es un problema, por la aplicacin eventual de violencia que se traduce en negar la individualidad y arrebatar la libertad por los terroristas, dictadores o ingenieros sociales (el ataque a la planificacin y la equiparacin moral con el terrorismo no es nada sutil), siempre queda moverse por los dictados de nuestra conciencia. Este ltimo punto se desarrollar posteriormente. Ahistoricidad y descontextualizacin Si la accin remite a una naturaleza humana dada y fija, se entiende que los cambios histricos que incluyen modificaciones en las formas que se organiza la sociedad, la produccin y reproduccin material de la vida de los integrantes de las formaciones sociales particulares, as como los cambios culturales, de pensamiento, de sensibilidad, etc., son simples accidentes que no cuentan en la constitucin de la accin humana. Esto es la contraparte de la universalidad que se le adjudica a la accin humana. Hay un sujeto ahistrico, que no forma parte de los cambios que ocurren al paso del tiempo y acorde a las transformaciones sociales expresadas en los mbitos cultural, social, econmico, poltico, etc. Es un ser extrao: pierde la realidad concreta en la que le es dado a vivir, permanece inmune a los cambios. En un sentido claro, la realidad externa, el contexto sociohistrico no lo modifica, permanece invariable a travs del tiempo. Esto refuerza la creencia en una naturaleza humana invariable, que no es modificada por las circunstancias y que permanece idntica a s misma.Yo estoy convencido de que s son compatibles la vida moderna y el mensaje ancestral del evangelio. Lo nico que ha cambiado de hace dos mil aos para ac, es la tecnologa. Las personas seguimos siendo las mismas, con las

parece ser que estos son detallitos histricos que no vale la pena considerar para este brillante razonamiento.

28

mismas pasiones, los mismos deseos, los mismos sueos, los mismos temores (Jorge Jacobs, Prensa Libre, 13/04/06).

Lo nico que cambia con el tiempo es la tecnologa. Los seres humanos son iguales a los que eran hace 2 milenios. Esto elimina la historia de transformaciones econmicas, sociales, polticas y culturales que se han dado en un intervalo de 2000 aos. Y lo mismo que pasa con la historia, pasa con los contextos particulares. Como no son constitutivos de la accin, pueden ser considerados como ms o menos equivalentes. La accin humana, que es universal, solo se acomoda a las condiciones existentes, como elementos externos. Como esos premios o castigos que orientan la bsqueda de beneficios. Esto significa una nivelacin de la realidad que no sufre cambios significativos que repercutan en el ser humano. Al final, la realidad es un objeto que puede reducirse a la voluntad individual, a la capacidad de hacer algo o rehusarse a hacerlo. Fuera de eso, las nicas restricciones importantes son las que vienen desde la coaccin que ciertas personas o el Estado puedan realizar. Particularmente el socialismo, el comunismo o cualquier colectivismo, son sistemas perversos que limitan la libertad humana (que dice ser uno de los valores centrales del liberalismo). Tan solo en un sentido negativo es que se acepta la existencia de referentes sistmicos para la accin humana, es decir, que limitan las posibilidades y las libertades.La corrupcin es un problema de sistema, no de personas...La corrupcin es producto de inmiscuir a ms y ms burocracia en la vida privada, pues dado el grado de detalle que las leyes obligan a interferir, es inevitable dotar cada vez a ms burcratas de poder discrecional, y ah est el origen de la corrupcin administrativa que es inherente al gobierno mercantilista, regulador y entrometido, sin importar que los altos funcionarios sean honestos (Manuel Ayau, Prensa Libre, 08/01/06).

Si se observa, la distincin fundamental que se hace de la realidad es la divisin entre condiciones que son ms acordes a la naturaleza humana, como las que propicia el capitalismo, y condiciones que adversan esa naturaleza y que son conceptualizadas como colectivismos31. El contexto bueno para el ser humano es el que le permite la libre participacin en el juego capitalista; el contexto malo es el que produce cualquier tipo de colectivismo que fomenta incentivos perversos y hace que las personas se vuelvan irresponsables y menos libres. Concepcin individual de la accin Una de las principales caractersticas que tiene la psicologa neoliberal es que presenta una perspectiva individual que desatiende totalmente las relaciones sociales como constitutivas de la accin humana. Las tramas sociales desde donde se constituye la accin son invisibilizadas y dejadas a un lado, lo que implica eliminar todos los elementos estructurales como el poder, por ejemplo. Esto significa que las motivaciones, los deseos, la razn, las inhibiciones, cualquier elemento de la subjetividad se produce autnomamente desde el individuo. Su accin tiene como referente a s mismo y las posibilidades que le provea su razn para leer las seales que el mercado le enve. Pensar as implica entre otras cosas, la absoluta responsabilidad por la conduccin de la existencia. No importan las condiciones de vida existentes que permiten o31

Es claro que esto introduce un enfoque bastante reducido para evaluar la historia y la actividad humanas. A travs de esta perspectiva sera imposible entender los fenmenos de diversidad cultural. A menos claro, que se utilice esta referencia para evaluar la diversidad y declarar de antemano, que es en el capitalismo donde aflora la verdadera diversidad humana.

29

niegan el desarrollo humano. La responsabilidad sobre el propio destino es absoluta, lo cual permite desarrollar dos conclusiones importantes para la consideracin neoliberal: a) la condena de los individuos que no son exitosos o eficientes y, b) la invisibilizacin de la condiciones de existencia en las que se desarrollan y que es crucial para entender los xitos o fracasos, es decir, los modos de dominacin existentes en la situacin real, las condiciones concretas de existencia. Al comentar una propuesta sobre una pensin econmica para las personas de tercera edad sin ninguna cobertura social, es decir, todas aquellas personas que no cuentan con algn tipo de pensin y por lo tanto, no encuentran los medios necesarios para sobrevivir, una columnista hace la siguiente pregunta:Por qu hay tanta gente que no previ para su vejez, o n