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105 Proyecto Carpincho Propuesta para el uso sustentable del carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris) en la Argentina María Luisa Bolkovic, Rubén Darío Quintana, Daniel Ramadori, Marta Elisetch y Jorge Rabinovich Although the capybara (Hydrochaeris hydrochaeris) is a wild species with high commercial value in Argentina and one of the most conspicuous mammals of the country’s Northeastern wetlands, there is still little information about the ecology and biology of this species in the wild. However, this should not constitute an obstacle for management planning in order to assure a sustainable use of capybara’s natural populations. In this chapter we Abstract A pesar de que el carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris) es una especie silvestre de gran importancia desde el punto de vista comercial y uno de los mamíferos más llamativos de los humedales del noreste argentino, paradójicamente se cuenta con muy poca información sobre su biología y ecología en el medio silvestre en nuestro país. Esta deficiencia no debería ser un impedimento para que se comiencen a gestionar planes de manejo sustentables que aseguren la persistencia de sus poblaciones en el medio natural. En este capítulo presentamos el estado de conocimiento sobre el carpincho, y una serie de propuestas orientadas al manejo sustentable para la normalización de su aprovechamiento a escala regional en la Argentina. Se establece la necesidad de contar con un relevamiento de las existencias de ejem- plares silvestres y de cueros, de fortalecer los mecanismos de control, de establecer un cupo provisorio por provincia y un sistema de identificación de cueros en su lugar de origen. Las acciones futuras contemplan el ensayo dos moda- lidades de manejo: la de extracciones en establecimientos agropecuarios por un lado, y la de orientar el uso actual con la incorporación de medidas correctivas, por otro. A la par, se completarán los conocimientos específicos sobre di- versos aspectos de la ecología de esta especie. Palabras clave: carpincho, cuero, comercio interno, exportación, planes de manejo. Resumen Capybara Project Proposal for the sustainable use of capybaras (Hydrochaeris hydrochaeris) in Argentina. Se sugiere citar este libro como: Bolkovic, M. L. y D. Ramadori (eds.). 2006. "Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable". Dirección de Fauna Silvestre, Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Buenos Aires. 168 págs. + 8 ilust.

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Proyecto Carpincho

Propuesta para el uso sustentable del carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris) en la Argentina

María Luisa Bolkovic, Rubén Darío Quintana, Daniel Ramadori, Marta Elisetch y Jorge Rabinovich

Although the capybara (Hydrochaeris hydrochaeris) is a wild species with high commercial value in Argentina andone of the most conspicuous mammals of the country’s Northeastern wetlands, there is still little informationabout the ecology and biology of this species in the wild. However, this should not constitute an obstacle formanagement planning in order to assure a sustainable use of capybara’s natural populations. In this chapter we

Abstract

A pesar de que el carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris) es una especie silvestre de gran importancia desde el puntode vista comercial y uno de los mamíferos más llamativos de los humedales del noreste argentino, paradójicamente secuenta con muy poca información sobre su biología y ecología en el medio silvestre en nuestro país. Esta deficienciano debería ser un impedimento para que se comiencen a gestionar planes de manejo sustentables que aseguren lapersistencia de sus poblaciones en el medio natural. En este capítulo presentamos el estado de conocimiento sobre elcarpincho, y una serie de propuestas orientadas al manejo sustentable para la normalización de su aprovechamientoa escala regional en la Argentina. Se establece la necesidad de contar con un relevamiento de las existencias de ejem-plares silvestres y de cueros, de fortalecer los mecanismos de control, de establecer un cupo provisorio por provinciay un sistema de identificación de cueros en su lugar de origen. Las acciones futuras contemplan el ensayo dos moda-lidades de manejo: la de extracciones en establecimientos agropecuarios por un lado, y la de orientar el uso actualcon la incorporación de medidas correctivas, por otro. A la par, se completarán los conocimientos específicos sobre di-versos aspectos de la ecología de esta especie.

Palabras clave: carpincho, cuero, comercio interno, exportación, planes de manejo.

Resumen

Capybara ProjectProposal for the sustainable use of capybaras (Hydrochaeris hydrochaeris) in Argentina.

Se sugiere citar este libro como: Bolkovic, M. L. y D. Ramadori (eds.). 2006. "Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina.Programas de uso sustentable". Dirección de Fauna Silvestre, Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, BuenosAires. 168 págs. + 8 ilust.

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Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable

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Introducción

En las últimas décadas los cambios en los usos de latierra en la Argentina, como en gran parte del pla-neta, han llevado a una profunda modificación delos ecosistemas naturales y a la pérdida de hábitatpara muchas especies silvestres, lo que constituyeuna de las principales amenazas para su conserva-ción. Los humedales, muchos de los cuales formanparte del hábitat del carpincho (Hydrochaeris hydro-chaeris), no son ajenos a esta tendencia de modifi-cación. En la actualidad, extensas áreas de estosambientes han sido drenadas o reemplazadas porcultivos, principalmente arrozales o forestaciones.Ante tal situación, una alternativa de conservaciónde estos ecosistemas consiste en el aprovechamien-to sustentable de la fauna silvestre, como lo anali-zan Zacagnini et al. (2002), que como actividad ren-table puede resultar en un incentivo para la preser-vación de los ambientes naturales, beneficiando in-directamente a especies que, compartiendo el mis-mo hábitat, no tienen valor comercial. Entre loscomponentes de la fauna argentina, el carpincho sepresenta como una especie emblemática que, a pe-sar de ser muy utilizada en toda su área de distribu-ción y ser uno de los mamíferos más llamativos delos humedales del noreste argentino, en muchos as-pectos relacionados con su biología y ecología aúnha sido escasamente estudiada en el medio silvestreen nuestro país. Sin embargo, la actual falta de in-formación sobre parámetros específicos de las po-blaciones argentinas de carpinchos no debería serun impedimento para comenzar a gestionar planesde manejo que contemplen la utilización de la espe-cie y que aseguren la persistencia de sus poblacio-nes en el medio natural. A continuación, se presen-ta el estado actual del manejo de esta especie en laArgentina y se plantean propuestas para la normali-zación de su uso sobre la base de los resultados delas acciones llevadas a cabo en el marco del Proyec-to Carpincho (ver sección “El Proyecto”), que tuvouna fase inicial desde fines del año 2002 hasta me-

diados de 2003, y cuya segunda etapa está progra-mada para comenzar en breve.

La especie y su utilización

El carpincho, que posee una amplia historia de usotanto en nuestro país como en toda su área de dis-tribución –que abarca desde Panamá hasta el surde la provincia de Buenos Aires, en la Argentina–,está presente en todos los países sudamericanos aexcepción de Chile (Figura 1). Diversas culturas yautilizaban esta especie de forma integral, previa-mente a la llegada de los europeos, constituyendo,incluso hasta nuestros días, una importante fuenteproteica para poblaciones nativas y criollas (Ojasti,1991; Quintana et al., 1992; Barbarán, 2000; Gon-zález, 2001; Arenas, 2003).

Figura 1. Distribución del carpincho (Hydrochaeris hydro-chaeris) en Sudamérica (fuente: Ojasti, 1991).

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present the state of knowledge of this species and a proposal for its sustainable use at a regional scale. We emphasizethe need of carrying out an evaluation of stocks of skins and of wild animals, to strengthen control mechanisms, toestablish provisional quotas at the Provincial level and to establish a system for the identification of hides at their placeof origin. Future actions are based upon the implementation of two management practices: harvests on privateestablishments and a reorientation of current use through the inclusion of corrective measures. At the same time,specific knowledge will be completed on ecological and biological aspects of this species in the wild.

Key words: capybara, population management, domestic trade, exports, management planning.

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Se trata de un roedor herbívoro anfibio, cuyo adul-to pesa alrededor de 55 kg y es de hábitos apaci-bles y gregarios. Conforma grupos sociales de entretres y diez individuos, aunque ese número puedeser mayor, de acuerdo con las condiciones del hábi-tat, estación del año y densidad poblacional (Ojas-ti, 1973; Herrera y Macdonald, 1987; Quintana yRabinovich, 1993). Se caracterizan por tener tres re-querimientos indispensables para su supervivencia:(a) la disponibilidad de ambientes acuáticos –elagua es fundamental para satisfacer distintos requi-sitos de vida, como reproducción, termorregulacióny protección–, (b) la presencia de áreas de forrajeoen las cercanías y (c) áreas secas para descanso ypara abrigo de crías (Ojasti y Sosa Burgos, 1985;Quintana, 1999). Estos requerimientos sumados ala variedad de tipos climáticos presentes en nuestropaís determinan áreas con diferente aptitud poten-cial para su establecimiento (Figura 2).

Antiguamente las poblaciones de carpinchos solíanser tan abundantes que en los relatos de los prime-ros naturalistas, como los del padre Paucke (1767)o de Félix de Azara (1802), se los cita en la mayorparte de los humedales asociados a los ríos y lagu-nas, tanto de la cuenca del Plata como de otros sis-temas hídricos de la Argentina. En la recopilaciónantropológica de M. Palermo (CEAL, 1983) se seña-la que en esos tiempos se utilizaban las especies sil-vestres a través de sistemas basados en principiosmíticos o religiosos que imponían límites a la cace-ría, y así se evitaba la sobreexplotación del recurso.A tal fin, cada pueblo tenía una serie de fábulas yleyendas con alto significado religioso pero también“conservacionista”. Con la llegada de los españoleseste modelo “sustentable” de relación presa-caza-dor queda reemplazado por un modelo de sobreex-plotación. En un principio, continúa Palermo, delcarpincho solo se consumían los juveniles (el saborde la carne del adulto no les resultaba atractiva alos nuevos pobladores), pero las intromisiones enlos sembrados, el incipiente uso dado al cuero y suposterior valorización comercial incentivaron su ca-cería, dando lugar a la aparición de un nuevo espe-cialista: el “carpinchero”. Este, a diferencia de loque ocurre en la ética indígena, no mata para ali-mentarse (aunque no desprecia buena parte de lacarne), sino que trata de obtener la mayor cantidadde cueros para vender o intercambiar por mercan-cías básicas a un acopiador. Ya para la década de1880 se señala, en esta misma recopilación, que el

número de cazadores era elevado y que, entre1886 y 1889, se despacharon oficialmente porpuertos entrerrianos 12.100 cueros, a los que ha-bría que sumar todos aquellos traficados por otrasvías (contrabando, salida por otros puertos, etc.),usados localmente, o sin utilizar.

En la actualidad el principal subproducto utilizadoen la Argentina es el cuero, lo cual hace que se di-ferencie de otros países latinoamericanos que ex-plotan en forma comercial al carpincho, como Ve-nezuela, Colombia y Brasil, que utilizan principal-mente la carne (González Jiménez, 1995; Nogueira-Filho, 1996; Giraldo Hernández y Ramírez Perilla,2001). Sin embargo, en los últimos años algunospaíses del norte de Sudamérica mostraron un ma-yor interés por su aprovechamiento1. Aún así, en es-tos países existe todavía una limitante que es la fal-ta de experiencia y tecnología para la manufacturade este subproducto. Por el contrario, la Argentina,que posee una gran tradición en la elaboración deproductos con cueros de animales domésticos, pro-duce artículos con cuero de carpincho reconocidosinternacionalmente por su calidad.

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1 Por ejemplo, en 2001 Venezuela exportó 6.720 cueros correspondientes al aprovechamiento legal (González Jiménez, 2005).

Figura 2. Mapa de aptitud potencial de hábitat para elcarpincho en la Argentina (fuente: Adámoli et al., 1988).

ÓptimaMuy buenaBuenaRegularC/limitaciones marcadas

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En nuestro país el comercio de subproductos decarpincho difiere, a su vez, en dos aspectos con res-pecto al de otros animales silvestres, lo que dificul-ta en gran medida su control y fiscalización. Poruna parte, los artículos fabricados a partir de suscueros abarcan un rango de rubros mucho más di-verso (como vestimenta, calzado, talabartería, ma-rroquinería y artesanías) comparado con artículosobtenidos a partir de subproductos de otras espe-cies. Por otra parte, a pesar de que existe una de-manda externa de cueros crudos o curtidos –y enmenor medida de artículos manufacturados– decarpincho, el mercado interno es su principal desti-no de comercialización. Esto requiere de un mayoresfuerzo para el control, debido a la complejidaddel sistema conformado por una vasta red comer-cial que incluye numerosos actores (ver “Análisis delcircuito comercial…”). El mercado externo, por elcontrario, es relativamente más fácil de fiscalizar,pues requiere de menos puntos de inspección.

Desde el punto de vista conceptual, la Unión Inter-nacional para la Conservación de la Naturaleza–UICN– (Ojasti, 2000) define el uso sustentable deuna especie como “… un uso que no reduce el fu-turo uso potencial, ni perjudica la viabilidad a largoplazo de la especie utilizada o de otras especies yque es compatible con el mantenimiento a largoplazo de la viabilidad del ecosistema que sostiene odepende de la especie utilizada…”. El uso que sedio históricamente al carpincho en nuestro país, engeneral, no fue planificado hacia un uso sustenta-ble en el sentido de la definición anterior. Por ejem-plo, un informe reciente para la zona de la Reservade Iberá, en la provincia de Corrientes, señala quesolo de esa área se calcula una extracción de másde 45.000 carpinchos anuales (Fraga, 2003)2. A lafalta de utilización con planes de manejo sosteni-bles, se suma que en años recientes la demanda deproductos de carpincho ha sufrido un incrementonotorio, tanto por aumento del mercado interno,como por la reactivación del turismo extranjero des-de principios del año 2002. Dichos factores, suma-dos al complejo y caótico sistema de comercializa-ción y fiscalización existente, llevaron a la necesidadde desarrollar un plan que contemplara accionescoordinadas en conjunto con las provincias quecuentan con poblaciones de esta especie, a fin deencauzar su uso hacia una modalidad ordenada ysustentable.

Marco legal

En la Argentina el carpincho se encuentra ampara-do por la Ley 22421 del año 1981 que, con su De-creto Reglamentario Nº 666/97 y una serie de reso-luciones específicas, norma sobre distintos aspectosdel aprovechamiento y conservación de las especiesde la fauna silvestre.

Por una parte, el carpincho no está incluido en losapéndices de la Convención sobre el Comercio In-tencional de Especies Amenazadas de Fauna y Flo-ra Silvestre (CITES) a la que la Argentina adhieredesde el año 1980, mediante la Ley 22344. A nivelnacional su estatus de conservación, según la Reso-lución 1030/04, es de “no amenazada”. Esta últimacategorización se basó en el trabajo realizado por laSociedad Argentina para el Estudio de los Mamífe-ros –SAREM– (Reca et al., 1996), aunque en Díaz yOjeda (2000) se clasifica al carpincho como “poten-cialmente vulnerable”. La Resolución 62/86, porotra parte, establece una prohibición para el tránsi-to de animales vivos, entre ellos, H. hydrochaeris,con excepción de aquellos que provengan de la críaen cautiverio. Las operaciones de esta última activi-dad están reguladas por la Resolución 26/92, lacual, además, crea el Registro Nacional de Criade-ros de Fauna Silvestre. En lo que respecta a los as-pectos sanitarios, la Ley 22421 otorga las compe-tencias sobre el control sanitario de la fauna silves-tre al SENASA (Servicio Nacional de Sanidad yCalidad Agroalimentaria).

Por otro lado, cada provincia cuenta con sus pro-pias leyes que reglamentan aspectos relacionadoscon el uso y conservación de la fauna silvestre. Conrespecto al carpincho la normativa varía notable-mente entre jurisdicciones. Por ejemplo, en EntreRíos, Buenos Aires y Santa Fe la caza está prohibi-da, mientras que en Formosa, Chaco y Corrientesestá permitida, aunque con restricciones. Así, en laprovincia de Formosa está permitida para cazado-res de subsistencia (Disposiciones 110/98 y 056/03de la Dirección de Fauna y Parques), donde se habi-lita la caza del carpincho para consumo a los pobla-dores de condición humilde y se concede la posibi-lidad de venta de sus cueros. Tal condición es regu-lada por un cupo otorgado de acuerdo con el tama-ño del grupo familiar. En la provincia del Chaco exis-te una época de caza válida tanto para la caza co-mercial como la deportiva, generalmente entre

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2 Esta provincia solo autoriza la caza por daño, y hasta mediados de 2005 se habían vendido solo unos 700 precintos (Fuente: Dir.Fauna Corrientes.).

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mayo y agosto, con un cupo por cazador que se re-glamenta cada año y un tamaño mínimo de 60 cmde largo para los cueros (J. Francia, Director deFauna de Chaco; com. pers.) En la provincia de Co-rrientes solo se autoriza la caza de carpinchos enaquellas situaciones en que se compruebe que sunúmero es excesivo y que ocasione daños a cultivosy/o pasturas. El permiso lo otorga la Dirección deFauna provincial, que dispone el porcentaje de ani-males a cazar, previa pericia para evaluar el núme-ro de animales en un establecimiento. En tales ca-sos, los cueros obtenidos se pueden comercializarobservando las disposiciones vigentes.

Además de las diferencias en cuanto a las prohibi-ciones, la amplia variación del valor de las tasas fis-cales aplicadas en cada jurisdicción motiva el tránsi-to ilegal de productos (principalmente cueros) entredistintas provincias, a fin de trasladarlos hacia don-de las condiciones sean más favorables. La necesi-dad de poner fin a tal situación llevó a legalizar lasexistencias en algunos casos, como por ejemplo enla provincia de Entre Ríos, que mediante la Resolu-ción Provincial Nº 250/02, permitió entre los años2002 y 2003 un “blanqueo” de los cueros existen-tes en su territorio; sin embargo estas políticas pue-den tener efectos inciertos, ya que finalmente pue-den incentivar el tránsito de cueros ilegales de unaprovincia a otra.

El Proyecto

A mediados del año 2002 la Secretaría de Ambien-te y Desarrollo Sustentable (SAyDS), a través de laex Dirección de Fauna y Flora Silvestre (DFyFS), co-mienza la gestión para la elaboración del ProyectoCarpincho. Este proyecto se formalizó en el marcode la Resolución Nº 58/02, la cual establece un re-glamento para la creación de fondos de investiga-ción y manejo de especies silvestres y regula la par-ticipación del sector privado en este tipo de iniciati-vas. Luego, mediante la Disposición Nº 01/02 de lamisma Dirección, se convocó a los interesados enparticipar del proyecto. Se realizaron reuniones conintegrantes del sector comercial de artículos deriva-dos del cuero y se acordó sobre la necesidad de lle-var a cabo este proyecto y de implementar una fór-mula de patrocinio para su financiamiento. Por otraparte, se firmó un Acta Acuerdo entre la Nación ylos directores de Fauna de las provincias de EntreRíos, Santa Fe, Chaco, Formosa y Corrientes con el

objeto de apoyar su realización. Paralelamente, sellevaron a cabo reuniones de carácter técnico conbiólogos, veterinarios y otros profesionales relacio-nados con esta especie.

La primera etapa del proyecto tuvo por objeto co-menzar a normalizar la situación comercial del car-pincho a la par de dar inicio a una serie de investi-gaciones. Esta etapa se estructuró en tres puntosprincipales: aspectos de gestión, estudios ecológi-cos y análisis del sistema socioeconómico. Se explo-raron metodologías de evaluación poblacional acor-des con la ecología particular de la especie y se rea-lizó un análisis preliminar de la gestión del recurso,particularmente en lo relacionado con el circuito co-mercial y administrativo de los cueros. Una segun-da etapa contempla afianzar la evaluación del re-curso a escala regional con el inicio, en áreas moda-les a ser acordadas con las provincias, de la realiza-ción de estudios ecológicos básicos y de una “faseexperimental de manejo” de la especie.

PRIMERA ETAPA

Análisis del circuito comercial de cueros decarpincho en la Argentina

Los circuitos comerciales, relacionados con el co-mercio interno y externo, pueden esquematizarseen las siguientes fases (Figura 3):

1) Extracción. Esta fase comprende principalmentea cazadores de subsistencia, cazadores organizadosy, en menor medida, establecimientos agropecua-rios. Las modalidades y la finalidad de la extracciónvarían entre dichos grupos. Muchos cazadores desubsistencia practican la caza del carpincho y otrasespecies de la fauna silvestre, y obtienen efectivo omercaderías por la venta o canje de los cueros, ade-más de la carne para consumo. Individualmente, es-te tipo de cazadores no aporta gran cantidad decueros al sistema comercial, pero sumando el nú-mero de personas que practican este tipo de caza,el aporte puede llegar a ser significativo. Como ge-neralmente viven en lugares aislados, son visitadospor acopiadores que recorren la zona y que son losque suelen fijar los precios de los cueros al cazador.Los cazadores organizados nuclean a personas quese dedican tanto exclusiva como temporalmente a lacaza de carpinchos, donde una parte sustancial desus ingresos proviene de la venta de los cueros y enmenor medida de la carne. Estos cazadores también

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combinan la caza de este roedor con la de otras es-pecies, como, por ejemplo, la nutria (Myocastorcoypus) o la iguana (Tupinambis merianae), siem-pre dependiendo del lugar y la época del año. En al-gunos casos, trabajan directamente para acopiado-res regionales, con los cuales tienen cierto compro-miso de exclusividad.

Las extracciones en los establecimientos agropecua-rios, como las autorizadas en la provincia de Co-rrientes, suelen tener un doble propósito: por un la-do disminuir los números poblacionales de carpin-chos, que cuando son elevados pueden considerar-se perjudiciales para las actividades productivas y,por otro, generar ciertos ingresos por la venta decarne y cueros. La carne generalmente se comercia-liza en poblados donde los animales se transportanya faenados e, idealmente, con previa aprobaciónpor parte de las autoridades bromatológicas muni-

cipales. En estos casos la carne suele ser vendida acarnicerías locales o directamente al público; loscueros, vendidos a un acopiador regional o direc-tamente a comerciantes y, por tratarse, de cuerosautorizados por la provincia para su venta, en gene-ral tienen un valor mayor que si se tratara de cue-ros de origen ilegal (Quintana, 1996).

Finalmente, la cantidad de cueros que aportan loscriaderos comerciales, establecidos recientementeen nuestro país, no es suficientemente significativacomo para ser considerada en este esquema.

2) Acopio. Constituye la fase de los intermediarios.Como primer acopiador se considera a las personasque poseen algún tipo de comercio al que suelenacudir los cazadores para vender sus cueros o cam-biarlos por mercadería. Generalmente, son almace-nes de campo de ramos generales o lancheros

Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable

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Figura 3. Diagrama de flujo de la comercialización de cueros de carpinchos en la Argentina.

Cazadores desubsistencia

Primer acopiador Acopiador regional

Comerciantes

Fabricantes

Exportadores

ExportaciónVentas por mayor o menor

Curtiembres

Cazadores organizados

Extraccionesde estancias

Fase de extracción

Fase de acopio

Fase de distribucióny manufactura

Fase de comercialización

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propietarios de lanchas-almacén en la zona de islasdel río Paraná. El acopiador regional incluye a losgrandes receptores de cueros del sistema, situadosen pueblos importantes o ciudades. A ellos acudenno solo cazadores, sino también los pequeños aco-piadores. Estas personas se dedican al acopio decueros en general y poseen medios para recorrerextensas zonas y efectivo o mercancías para realizarlas compras.

3) Distribución y manufactura. Esta fase incluye a:(i) las curtiembres que reciben los cueros para su tra-tamiento; (ii) los fabricantes, de muy amplia expe-riencia en la elaboración de gran cantidad de artícu-los, y (iii) los comerciantes, que conforman un con-junto muy heterogéneo. Sin duda, esta es la fasemás complicada del esquema de uso del carpinchoya que es donde interviene la mayor cantidad de ac-tores, donde se lleva a cabo una gran circulación delos cueros crudos y/o curtidos, donde generalmentese obtiene la documentación respectiva a nivel pro-vincial y donde se debe realizar la acreditación y es-tampillado a nivel nacional. Existe también un im-portante número de posibles relaciones comercialesentre los diferentes actores de esta fase, lo que ha-ce que el esquema sea aún más complejo.

4) Comercialización. La venta de artículos de car-pincho se realiza en todo el territorio argentino,más allá del área de distribución de la especie. Seelaboran distintas calidades de productos, destina-dos a diferentes tipos de consumidores. Existen des-de la venta ambulante, pequeños negocios ostands en comercios de otros rubros (como estacio-nes de servicio), o locales en aeropuertos, hoteles ycentros turísticos, hasta grandes cadenas comercia-les con varias sucursales en jurisdicción federal y elinterior del país. También se lleva a cabo la venta alpor mayor que involucra principalmente a fabrican-tes y también a algunos comercios que combinanesta actividad con la venta al público. Por otro lado,los exportadores pueden poseer curtiembres pro-pias o comprar directamente a productores como,por ejemplo, a establecimientos agropecuarios. Elporcentaje destinado a las exportaciones, ya sea co-mo cueros crudos, curtidos o productos manufactu-rados, se destina principalmente a países de laUnión Europea.

Circuito administrativo

El circuito administrativo se inicia con la autoriza-ción (variable según la provincia) de la caza de car-pinchos. De realizarse el tránsito interprovincial de

productos, los acopiadores, establecimientos, cur-tiembres o comerciantes, previamente inscriptos enla jurisdicción de origen, deben solicitar las guías detránsito a las autoridades provinciales, sobre la ba-se de las tenencias registradas por ellos en dicha ju-risdicción. Estos productos tienen que ser registra-dos a su vez en la jurisdicción destino para que, encaso de ser necesario su traslado, pueda ser emiti-da una nueva guía de tránsito. Dicho mecanismopermite verificar el origen de los cueros o sus sub-productos. Para que los cueros o sus productos ter-minados puedan ser acreditados en jurisdicción fe-deral, los usuarios, previamente inscriptos como co-merciantes o como exportadores (o ambos), en laDirección de Fauna Silvestre de la Nación (DFS), de-ben presentar la respectiva Guía Única de Tránsito.Para la comercialización de productos en el merca-do interno –en jurisdicción federal– se requiere quelos productos ya acreditados sean identificados conestampillas adquiridas en la DFS o estén detalladosen una declaración jurada donde consten las con-fecciones a realizar con los cueros acreditados. Enel caso de solicitudes de exportación, la DFS otorga-rá permisos a las empresas o personas jurídicas quetengan debidamente registrados dichos productos.Los usuarios, además, pueden solicitar transferen-cias entre firmas inscriptas o solicitar guías de trán-sito con destino a otras jurisdicciones.

Estadísticas del comercio del carpincho

La cantidad de estampillas vendidas debería con-formar un indicador de la magnitud del comerciointerno en jurisdicción federal y reflejar el uso quese hace de esta especie. Sin embargo, esta variablehasta el comienzo del proyecto no podía ser eva-luada con tal indicador, debido a los escasos con-troles existentes. Un punto importante del Proyec-to, entonces, fue el de establecer un sistema másestricto de fiscalización a través de la regulariza-ción de la tenencia y comercialización de mercade-rías, lo que derivó en un incremento notable de laventa de estampillas y de inscripción de comercios.Esto fue una consecuencia del mayor número deinspecciones que condujeron al decomiso de im-portantes cantidades de productos ofrecidos enpuntos de venta que no cumplían con los requisitosnecesarios (Figura 4). Actualmente, ya se cuentacon una base de datos que va tendiendo a ser másrealista acerca de los verdaderos volúmenes de pro-ductos comercializados a partir del cuero de carpin-cho. La adquisición de estampillas en 2002 duplicóa la de los años anteriores, mientras que en los

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años 2003 y 2004 la venta de estampillas se quin-tuplicó con respecto a la de 2002 (Figura 5). Cabedestacar que, por otro lado, a partir del año 2002se registró un aumento en la demanda interna deproductos de carpincho, debido, principalmente, auna mayor afluencia de turismo extranjero al país.Por lo tanto, la venta de estampillas conformará unindicador cada vez más confiable de la magnituddel comercio siempre que los controles se manten-gan.

Con respecto al comercio exterior, las exportacio-nes de cueros realizadas por firmas exportadorasdel sector entre los años 1997 y 2004 fluctuaronnotablemente (Figura 6). Es llamativa la gran dife-

rencia en el número piezas exportadas entre el año2000 y los años siguientes. Esto se debe principal-mente a las condiciones relacionadas con los incen-tivos para las exportaciones por medio de reinte-gros, los que se redujeron luego de la devaluaciónde la moneda argentina en el año 2001.

Metodologías para la evaluación depoblaciones silvestres

Tradicionalmente, la mayor parte de los relevamien-tos poblacionales de carpinchos se ha realizado pormedio de conteos visuales directos, como en los

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Figura 5. Registros de ventas de estampillas para la iden-tificación de confecciones o artículos realizados con cue-ros de carpinchos a la venta en jurisdicción federal, paralos años 1999 a 2004 (Fuente: DFS).

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Figura 6. Registros de exportaciones de cueros (miles deunidades) de carpincho entre los años 1997 y 2004.(Fuente: DFS).

Figura 4. Productos elaborados con cuero de carpincho decomisados por no cumplir con normas legales de comer-cialización para jurisdicción federal (izq.). Vista del depósito de la Dirección Nacional de Fauna (der.). (Fotos: M. L.Bolkovic).

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ambientes abiertos de las sabanas inundables o“llanos” venezolanos o del Pantanal brasileño(Ojasti, 1973; Alho et al., 1987a; Ramírez-Perilla,2005). Sin embargo, la evaluación del tamaño po-blacional en ambientes con vegetación más cerra-da o en sitios con caza es compleja, pues los indi-viduos suelen tornarse huidizos y realizar la mayorparte de sus actividades en horarios nocturnos.Esto es común en la Argentina, donde gran partede los hábitats del carpincho presentan una estruc-tura de la vegetación más compleja que la de losllanos venezolanos y suelen estar sometidos a unaalta presión de cacería. Debido a ello, los conteosdirectos son posibles solo en grandes estableci-mientos agropecuarios con ambientes abiertos ypoblaciones protegidas, como suele suceder en es-tancias de la provincia de Corrientes.

Por tal razón se ensayaron métodos indirectos pa-ra estimar densidades poblacionales basados en elconteo de signos, particularmente heces. Para con-vertir la densidad de heces en densidad de indivi-duos es necesario conocer la tasa de deposición(defecación) de los carpinchos y la tasa de descom-posición de las heces. Dado que la descomposiciónsuele ser bastante rápida en el medio natural, nohabría mayores riesgos de sobreestimación por re-gistro de heces viejas y, por otra parte, un observa-dor puede entrenarse rápidamente para conocerlas heces de las últimas 24 horas bajo diferentes si-tuaciones climáticas. La tasa de defecación diaria(TDD) se estimó en tres sitios (Bolkovic et al.,2003): en el Zoológico de la ciudad de La Plata, enun criadero de la provincia de Entre Ríos (Estableci-miento El Curupí, en las cercanías de VillaParanacito) y en una estancia de la provincia de Co-rrientes donde los carpinchos presentaban muybuen estado de conservación (Ea. Santa Bárbara,Departamento de Concepción). Las tasas variaronnotablemente entre los sitios: la del criadero fue laque presentó mayor valor, con un promedio de 6,6heces/día, mientras que en el zoológico el prome-dio fue de 3,2 heces/día y en la laguna de Corrien-tes de 4,4 heces/día. A pesar de que las tres áreasno eran próximas entre sí, estimamos que la dife-rencia principal se debió a la ausencia (en EntreRíos) o a la presencia (en el zoológico y en la estan-cia de Corrientes) de cuerpos de agua en el sitio deestudio. Por lo tanto, los valores mas altos (criade-ro) podrían relacionarse con una TDD bruta, mien-tras que en los otros dos sitios parte de las hecesse habrían perdido en los cuerpos de agua, siendoesta tasa (que podríamos llamar TDD ecológica)más adecuada a los fines de muestreo, ya que las

evaluaciones de densidades se realizan sobre laporción de tierra que utilizan los carpinchos y no enel agua. Es necesario conocer la superficie que de-be considerarse para los relevamientos de heces, yaque aún no se conoce el área de acción de los car-pinchos para diferentes hábitats de la Argentina.Por consiguiente, para la segunda etapa de esteproyecto se plantea la realización de estudios espe-cíficos que permitan generar datos sobre el tama-ño del área de acción y el uso del espacio.

Por otro lado, se realizó un relevamiento de la si-tuación del carpincho en la Reserva de Biosfera La-guna Oca del Río Paraguay, en la provincia de For-mosa. Allí las áreas de alimentación no son exten-sas praderas cercanas a los cuerpos de agua comoocurría en Corrientes, y el patrón de paisaje estárepresentado por un alto número de elementos deconformación lineal (bordes de lagunas, espiras demeandros). En este caso, resultó mas efectivo re-gistrar las heces a lo largo de las orillas de los cuer-pos de agua y expresar los resultados como un ín-dice de abundancia relativa (IAR) (Bolkovic et al.,2004). Así, se logró estimar la abundancia de loscarpinchos y conocer la situación general de estaespecie en la reserva. En más de 12.000 m de ori-llas examinados minuciosamente, se pudo detectarla presencia de carpinchos a través de signos de ac-tividad, aunque en números muy bajos y con unarelación inversa entre el IAR y la distancia a la ciu-dad de Formosa –cuyos barrios más humildes lin-dan con el sector norte de dicha reserva–. En estemismo recorrido solo se pudo observar en formadirecta dos ejemplares sumamente huidizos y nu-merosos signos de actividad de cazadores (botes,trampas, miradores y cartuchos de escopeta). Pormedio de entrevistas a los pobladores de la reser-va se corroboró el uso actual y la disminución delas poblaciones en el tiempo y en relación conáreas más alejadas de los centros poblados. A pe-sar de esta bajísima abundancia de carpinchos, ca-be destacar que la Reserva se encuentra incluidadentro de una región clasificada como potencial-mente “óptima” para la presencia de la especie(Adámoli, 1988). Esto muestra que la presión decaza representa un factor negativo importante so-bre las poblaciones silvestres de los carpinchos, si-tuación que se repite en otras localidades del país(Quintana, 1996).

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Lineamientos de un plan de manejo para laArgentina

Modelos de uso de carpincho

Según Parra (1987)3, el carpincho ya se encontrabaen un “estado de actividad pastoril organizada”4 enAmérica antes de la llegada de los españoles. En laactualidad el grado de domesticación de la especievaría según la región y se puede decir que ya supe-ró ampliamente ese estadio, con experiencias exito-sas de reproducción fuera del ámbito silvestre. Lautilización del carpincho puede realizarse por me-dio de modalidades que abarcan desde el uso direc-to de las poblaciones silvestres (in situ) hasta la críaintensiva en cautiverio (ex situ), con toda una gamade situaciones intermedias.

Con respecto a la utilización directa de poblacionessilvestres de carpinchos, el país que cuenta con ma-yor experiencia es Venezuela, con un programa ofi-cial desarrollado durante más de 40 años. En los es-tablecimientos habilitados para la zafra se autorizala extracción anual de un porcentaje fijo del total deanimales censados –30% en los inicios del progra-ma y recientemente del 20% o menos–. Los propie-tarios suelen realizar muy poco manejo de las po-blaciones, generalmente relacionado con el mejora-miento del hábitat (como la construcción reservo-rios de agua), aunque no siempre sean específicospara el carpincho. A pesar de haber gozado de cier-to éxito, este programa solo es aplicable en grandesestablecimientos ganaderos de los llanos, pero norepresenta una solución a la caza de subsistencia, ala caza comercial ilegal, y para el manejo de la es-pecie en otras ecorregiones diferentes de los llanos,donde la misma está presente. En los últimos añosse registraron caídas de la producción bajo este ti-po de manejo, relacionado con una sobreexplota-ción del recurso y esto aparentemente se corres-pondería con una falta de inversión en la capacita-ción de quienes deben llevar a cabo los controles(González Jiménez, 2005). Sin embargo, este pro-grama tuvo el mérito de haber aportado gran par-te de lo que actualmente se conoce sobre la biolo-gía del carpincho, a través de los estudios realiza-dos en dicho marco.

En varios países latinoamericanos se realizaron expe-riencias de cría semiextensiva (Ojasti, 1978; Ojasti ySosa Burgos, 1985; Alho, 1986), y aunque es un sis-tema que podría ser adecuado bajo ciertas condicio-nes, se puso en duda su factibilidad económica(Ojasti, 1991). Si bien son varias las ventajas de te-ner los animales dentro de clausuras (restricción desus movimientos, exclusión de depredadores terres-tres y de otros herbívoros, protección contra caceríafurtiva y facilitación de captura para transferencia ocontrol sanitario), estas pueden resultar costosas da-do su gran tamaño (aproximadamente 5 ha) y a lasbajas densidades que soportan, que suelen ser me-nores que las sustentadas en condiciones de liber-tad, aún en ausencia de ganado doméstico. Dichosistema generalmente debe ser subsidiado con unaprovisión adicional de forraje, sobre todo en épocasde escasez, o se debe considerar una carga animaltan baja para evitar el sobrepastoreo que lo puedevolver económicamente no viable. Por ejemplo, Ojas-ti y Sosa Burgos (1985) compararon experimental-mente clausuras con diferentes densidades y obser-varon que en aquellas superiores a los tres carpin-chos/ha hubo un agotamiento del forraje, una dismi-nución de la tasa de natalidad y un aumento en lamortalidad en menos de tres años. Un resultado si-milar se obtuvo en el Pantanal cuando las densida-des eran superiores a los 4,3 carpinchos/ha (Alho etal., 1987b). En Venezuela hubo otras propuestas ofi-ciales de uso semiextensivo comunitario (GonzálezJiménez, 1995), pero en ese caso fallaron por razo-nes económicas relacionadas con las tasas de interésde los créditos contraídos para las instalaciones. Sinembargo, en Brasil donde la caza comercial se hallaprohibida, esta modalidad, ahora extendida en va-rios estados del país, resultó exitosa por lo menosdesde el punto de vista comercial, aunque tambiéncon importantes consideraciones favorables por lapreservación de los hábitats. A diferencia de los ca-sos anteriores, el éxito de estas experiencias radicaen que gran parte de la inversión se realiza para elmarketing del principal subproducto utilizado –lacarne–, lo que hace que el rédito obtenido justifiquetoda inversión llevada a cabo en la etapa de cría. Enestos casos, se efectúa el aprovechamiento práctica-mente íntegro del animal y entonces no resulta ne-cesario el sacrificio de grandes volúmenes para obte-ner una buena renta (Bezerra da Silva Neto, 2005).

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3 Citado en González Jiménez (1995).4 Que incluye, según el mismo autor, la formación de rebaños, tolerancia a la presencia del hombre, captura de crías y cría en cauti-

verio, pero no se llegó a la reproducción en condiciones de cautiverio ni a ningún tipo de selección por medio de la eliminaciónde animales indeseables, ni control del ciclo de vida del animal.

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En cuanto al sistema de producción intensivo, losanimales están confinados en corrales de manerasimilar a los utilizados en la producción de cerdos yse les provee de forraje, agua y sombra. Existen ex-periencias en Brasil (Alho, 1986; Lavorenti, 1989;Nogueira Filho, 1996; Hosken, 1999), Venezuela(Parra et al., 1978), Colombia (Giraldo Hernández yRamírez Perilla, 2001) y Argentina (Cueto, 1999; Ál-varez, 2002; Alekote, 2003). En nuestro país loscriaderos comenzaron su fase experimental en laEstación INTA Delta juntamente con investigadoresde la UBA y del CONICET en 1991. Para fines de ladécada de 1990 el programa fue abandonado ofi-cialmente, pero quedó en funcionamiento una seriede criaderos que se habían comenzado a imple-mentar bajo este proyecto y que actualmente estánnucleados en la Asociación Argentina de Criadoresde Carpinchos. Dichos criaderos apuestan a colocarla carne como producto principal, valorizando asíeste subproducto que hasta el presente no había si-do considerado comercialmente en nuestro país. Elénfasis en la comercialización de la carne se consi-dera la mejor posibilidad para los criaderos, ya quees difícil que los precios de los cueros obtenidos poreste sistema de producción puedan competir conlos obtenidos del medio silvestre. Hasta el presente,las referidas experiencias fueron realizadas a escalacomercial acotada y se discute aún la factibilidadeconómica de este tipo de emprendimiento.

Posibilidades de manejo de carpinchos en la Argentina

En nuestro país existe una serie de condicionesapropiadas que hacen que el carpincho constituyauna de las especies nativas con mayor potencial demanejo en el medio silvestre. Por un lado, a pesardel uso intenso que se hace de este roedor en lamayor parte de su área de distribución, aún se ob-servan poblaciones importantes, lo que señala quees una especie con una probable alta resilienciafrente a la presión de caza. Sin embargo, su situa-ción debe ser estudiada en particular en los diferen-tes hábitats en los que se lo encuentra, para esta-blecer la sustentabilidad de la actividad en el media-no y largo plazo. Por otra parte, ya existe un impor-tante mercado interno y externo para el cuero y unmercado potencial para la comercialización de lacarne, debido a que la Argentina es un país dondelas carnes rojas son ampliamente consumidas. Porlo tanto, las modalidades de explotación del recur-so pueden presentar variaciones según las distintasregiones del país, en función de sus condiciones

ecológicas y socioeconómicas. Una primera aproxi-mación para cada una de ellas la constituyen las si-guientes alternativas:

Un plan de manejo extensivo de carpinchos, ba-sado en la cosecha de las poblaciones silvestres,similar al aplicado en Venezuela, podría llevarsea cabo en grandes establecimientos agropecua-rios con buena proporción de hábitats abiertos,tal como los existentes en varias zonas de la pro-vincia de Corrientes. Esto podría enmarcarsedentro de un esquema de manejo integral dehumedales y su fauna asociada, juntamente conactividades poco convencionales, como el eco-turismo –cuyo desarrollo en los últimos años es-tá adquiriendo una gran relevancia en esa pro-vincia–. En una primera instancia, se proponeque el uso de poblaciones silvestres se realicepor medio de una regla que contemple la posi-bilidad de extraer todo el excedente por encimade una densidad umbral de animales en un de-terminado establecimiento agropecuario. Estapuede calcularse ya sea empíricamente o pormedio de modelos matemáticos, según la dispo-nibilidad de información sobre los parámetrospoblacionales de la especie en la región de inte-rés (Rabinovich et al., 2003).

Una modalidad semiextensiva podría desarro-llarse en aquellos sitios en que los carpinchos es-tén protegidos de la cacería furtiva y que, sinembargo, no se encuentren en predios tan ex-tensos como en el caso anterior. Se trata de es-tablecer planteles de animales mansos, que pue-dan ser fácilmente capturables en el momentode la zafra. Para esto se necesita evaluar la ca-pacidad de carga de las áreas destinadas a estosroedores y, de ser necesario, realizar mejoras enlas condiciones del hábitat, para luego estable-cer la cuota de extracción en el momento enque los animales alcancen altas densidades.

En regiones donde los establecimientos son máspequeños, como ocurre en algunas zonas deEntre Ríos, y donde los carpinchos son más es-casos o los hábitats resultan menos accesibles,la cría en cautividad parecería ser la opción másacertada. Cada productor deberá evaluar su fac-tibilidad económica (costos vs. beneficios).

Por otra parte, en la Argentina es necesario elestudio de alternativas para áreas como la eco-rregión de Islas y Delta del Río Paraná, en don-de los carpinchos aún parecen ser abundantes,pero la complejidad del hábitat y de la dinámica

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hídrica de la región hace que la implementaciónde cualquiera de los modelos de manejo antesmencionados resulte económica y administrati-vamente poco viable. El manejo podría contem-plar la caza directa –que de hecho ocurre en laactualidad–, incorporando la venta de los cue-ros en el mercado legal y fiscalizando esta acti-vidad por medio del establecimiento de cuotaspor cazador (o eventualmente acopiadores queregistren cazadores en su organización).

Finalmente, la cría de pequeños planteles paraaprovechamiento a escala doméstica podría seruna alternativa para algunas comunidades loca-les, que podrían tener un doble beneficio al pro-ducir carne a muy bajo costo para consumo pro-pio y cueros para la venta. Esta alternativa qui-zás requiera del subsidio de planes sociales parainiciar su desarrollo.

Recomendaciones de la primera etapa del proyecto

De esta primera etapa surgen recomendacionesque se relacionan con acciones tendientes a regula-rizar el manejo del recurso en lo inmediato y a ge-nerar y fortalecer el conocimiento sobre la bioeco-logía de la especie, a saber:

Aspectos de gestión:

Lograr un consenso con las administracionesprovinciales para la implementación de mecanis-mos que permitan conocer las existencias realesde los cueros por jurisdicción, así como ordenarla actividad comercial bajo un protocolo unifica-do para todas las provincias involucradas.

Implementación de un cupo provisorio por cadaprovincia, en el cual la cantidad estipulada pue-de ir modificándose a medida que se vaya ins-taurando la modalidad de extracciones adecua-da por región.

La implementación obligatoria de una guía úni-ca de tránsito para el tráfico interjurisdiccionalde los subproductos de carpincho.

La implementación de un sistema de controlmediante identificación de los cueros en el lugarde origen.

El desarrollo de un sistema informático de ges-tión, con la finalidad de fortalecer los controlestanto de los organismos relacionados con el ma-

nejo del recurso –a nivel nacional y provincial–como de los organismos de seguridad.

Aspectos bieocológios:

Una evaluación del estado de las poblaciones decarpinchos a nivel nacional.

Un relevamiento a escala regional de los hábi-tats aptos para esta especie en cuanto a su cali-dad, cantidad y disponibilidad.

La realización de estudios de campo a fin de cu-brir los principales vacíos de información sobreeste roedor en la Argentina (por ejemplo, el es-tudio para diferentes ambientes del uso del es-pacio, de la capacidad de carga, de las preferen-cias en la dieta, del estado sanitario, de la con-dición física y de otros parámetros pobla-cionales como tasas de fecundidad y productivi-dad).

Aspectos socioeconómicos:

La implementación de acciones que conduzcana fomentar el uso integral del carpincho paraaprovechar los subproductos –carne y aceite–que en la actualidad son, en gran medida, dese-chados.

El desarrollo de mecanismos tendientes a la im-plementación de sistemas de aprovechamientomultiespecíficos, ya sea en relación con otras es-pecies silvestres como nutrias (Myocastor coy-pus) o yacarés (Caiman spp.), o como comple-mento de actividades agropecuarias tradiciona-les que ya se estén llevando a cabo y sean com-patibles con la conservación de los humedales.En particular, para aquellas situaciones en dondeel carpincho produzca daños a cultivos o pas-turas, el aprovechamiento sustentable con elmonitoreo de las poblaciones serviría para lograruna disminución real del daño y de los costos decontrol. La percepción de la especie como dañi-na cambiaría, en cierto grado, por la de un recur-so económico adicional.

Aspectos de financiamiento del proyecto:

Creación de un fondo de conservación, similaral de los proyectos de manejo de otras especiessilvestres como por ejemplo el loro hablador(Amazona aestiva), nutrias (M. coypus) e igua-nas (Tupinambis spp.).

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SEGUNDA ETAPA

En función de lo anterior, la segunda etapa del Pro-yecto contempla encarar especialmente los aspec-tos de gestión incluidos en las recomendaciones an-teriores y profundizar el análisis a escala regional dela situación actual del carpincho, englobando as-pectos tanto socioeconómicos como bioecológicosy llevando a cabo ensayos de manejo tendientes aregularizar el uso que actualmente se hace de estaespecie.

En primer lugar, en cuanto a los relevamientos yestudios de base, se consideran dos aproximacio-nes complementarias:

(a) Para cuantificar las cosechas actuales en las dis-tintas subregiones se contempla relevar en formaparticular el uso dado al carpincho y las distintasmodalidades de obtención. La cuantificación se lo-grará cruzando aquella información obtenida de losdiferentes eslabones de la cadena comercial a travésde abordajes en forma directa (encuestas y/o entre-vistas) o indirecta (con estimaciones por medio deindicadores como el estampillado, compra de pre-cintos, etc.), con los datos provenientes de las admi-nistraciones de fauna nacional y provinciales.

(b) La segunda aproximación implica el desarrollode un SIG y modelos de aptitud de hábitat poten-cial para la evaluación de abundancias de las pobla-ciones silvestres de carpinchos considerando las ca-racterísticas particulares de cada ecorregión. Com-plementariamente se contempla la realización deestudios a escala local, a fin de estimar parámetrospoblacionales del carpincho y el análisis del uso delespacio y patrones de actividad.

En segundo lugar, con la información de base ge-nerada a partir de los puntos anteriores, se conside-ra la posibilidad de iniciar una fase experimental demanejo de poblaciones silvestres, en principio bajodos modalidades:

(1) La primera incluye ensayos de cosechas pilotoen establecimientos, que deberán ser seleccionadossobre la base de las siguientes características: (a)contar con altas densidades poblacionales de car-pinchos; (b) poseer una importante superficie dehábitat adecuado para esta especie en cuanto a ca-lidad y disponibilidad, y (c) que exista un interés realpor parte de los propietarios en llevar a cabo estaactividad, que se manifieste en desarrollar la in-fraestructura apropiada y, si fuera necesario, enapoyar prácticas de mejoramiento del hábitat.

(2) Por otro lado, dado que el carpincho experimen-

ta en la actualidad extracciones considerables peroposee una importante capacidad de recuperaciónde sus poblaciones, la segunda modalidad estarádirigida a ir orientando el uso actual ya existente,pero con la incorporación de medidas correctivas. Elanálisis de indicadores (por ejemplo, poca variaciónen el tamaño de los cueros entre diferentes años decosecha, un equilibrio en el tamaño poblacionaldentro de los rangos previstos bajo condiciones deextracción, la estabilidad de los grupos sociales, lano distorsión de la pirámide de edades, o el nivel deesfuerzo de los cazadores para lograr el mismo ren-dimiento de la cosecha), permitirá definir si el nivelde uso dado a esas poblaciones es sustentable. Secomenzará con una unidad administrativa dada adefinir (por ejemplo, una provincia o una regióndentro de una provincia), con la finalidad de esta-blecer el esfuerzo de cosecha óptimo a aplicar paralograr el mantenimiento de las poblaciones de car-pinchos a largo plazo. Esto necesariamente implica-rá conocer las existencias de cueros en dicha juris-dicción, implementar el seguimiento de su origen,un registro de los diferentes actores involucradosen la cadena de comercialización y la modificación,de ser necesaria, del marco legal en dicha jurisdic-ción.

Conclusión

El carpincho muestra un amplio potencial biológicopara ser manejado en el medio natural. Esta carac-terística, sumada al hecho de su importancia co-mercial actual como producto de la fauna silvestre,lo coloca en una situación que requiere estableceruna estrategia común de gestión que incluya tantoa la Nación como a todas las provincias con pobla-ciones de esta especie. Así se podrá plantear unapolítica coherente de explotación, fiscalización y co-mercialización de los productos tanto en el mercadointerno como externo. En dicho contexto, desde es-te proyecto se plantea continuar con actividades en-caradas a diferentes niveles. Así se posibilitará no so-lo la implementación de un plan de uso sustentablepara la especie, sino que, a su vez, se podrán llevara cabo acciones que tiendan a la conservación delos humedales. Esto redundará, además, en un be-neficio para otras especies asociadas a los hábitatsdel carpincho y para las comunidades humanasrelacionadas con su explotación. Se plantea que laactividad desarrollada bajo un sistema reguladocontribuirá a mejorar las condiciones de los

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eslabones primarios de la cadena comercial,actualmente los menos favorecidos. En cuanto a lastendencias actuales de comercialización, el hechode tener que controlar un mercado interno en granparte complejo y escurridizo constituye unaimportante dificultad, pero al mismo tiempo suordenamiento permitirá una mejor gestión delrecurso. A pesar de esta dificultad, el desafío loconstituye, entonces, mantener un mercadointerno activo, que es el principal responsable deincorporar un valor agregado al recurso a través de

la manufactura y la venta de productos decarpincho. En cuanto al mercado externo, seríadeseable que se revirtiera la tendencia actual deexportación principalmente de cueros crudos o solocurtidos. Finalmente, es necesario que de cadaanimal extraído del medio se maximice el usointegral del mismo, lo cual requerirá de un esfuerzoadicional de investigación y promoción de lautilización de los otros dos subproductos (carne ygrasa) que en la actualidad son poco aprovechadosen nuestro país.

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