HACIA UNA NUEVA ECOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN CRISTÓBAL COBO Y JOHN W. MORAVEC

2011 PRÓLOGO. Siempre a las nuevas tecnologías se les ha visto como una oportunidad para ser utilizadas como una herramienta educativa para facilitar procesos de aprendizaje, sin embargo, en el momento que surgen no se planea ni se programan actividades para incorporarlas como tales. Cualquier programa televisivo se puede considerar televisión educativa, siempre y cuando tenga un propósito de enseñanza y exista reflexión sobre sus contenidos. En la era de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), el uso de la Internet y el creciente uso de las redes sociales, las escuelas recurren a los recursos tradicionales de enseñanza-aprendizaje y no visualizan el gran potencial que tienen estas nuevas herramientas, e inclusive limitan el acceso a Internet y bloqueando contenidos, bajo la bandera de brindar seguridad a los usuarios (alumnos) y promover objetivos educativos más formales. Sin embargo si uno observa fuera de este contexto formal, la tecnología lidera una nueva ecología de aprendizaje y de oportunidades sociales. Estudios realizados por el Oxford Internet Institute, de la Universidad de Oxford señalan que los que accesan a la Internet lo hacen para realizar de todo, sin importar a que grupo socioeconómico y etarios. Se podrían plantear algunas interrogantes al uso de las tecnologías bajo este contexto, tales como ¿de qué forma podría vincularse la educación “formal” con el uso extraordinario que se le da fuera de ésta? ¿Cómo las escuelas, profesores, padres y otros usuarios se pueden abrir para explotar al máximo el uso de la Internet para apoyar a los estudiantes en los procesos de aprendizaje en la vida diaria, el trabajo y en la educación formal? Concluyendo, el Internet es una herramienta potencialmente educativa, que se da de forma más natural fuera de la escuela y que permite el logro de aprendizajes significativos, hay que gritar al mundo las ventajas de éstas tecnologías para que alumnos, profesores y responsables políticos vean e identifiquen su potencial educativo. Elaborado por: Luis Gabriel Mondragón Torres.