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DEFENSA DEL DIPLOMA DE ESTUDIOS AVANZADOS PROGRAMA DE INCONTINENCIA URINARIA PIU Universidad Autónoma de Madrid Doctoranda: Marta Santacreu Ivars. Directora: Rocío Fernández-Ballesteros.

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DEFENSA DEL DIPLOMA DE ESTUDIOS AVANZADOS

PROGRAMA DE INCONTINENCIA URINARIA

PIU

Universidad Autónoma de Madrid

Doctoranda: Marta Santacreu Ivars.

Directora: Rocío Fernández-Ballesteros.

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1

Resumen…………………………………………………………………………………3

Introducción...……………………………………………………………………………4

A. Parte teórica…………………………………………………………………………5

1. Funcionamiento del sistema urinario: una introducción…………………………5

2. Incontinencia Urinaria…………………………………………………………...6

2.1. Concepto…………………………………………………………………...6

2.2. Etiología……………………………………………………………………6

2.3. Tipos de incontinencia urinaria……………………………………………8

2.4. Prevalencia………………………………………………………………..10

2.5. Consecuencias económicas……………………………………………….12

2.6. Tratamientos………………………………………………………...……13

3. Estudios relevantes sobre tratamientos de la incontinencia urinaria…………...16

3.1. Situación en España………………………………………………………19

B. Parte empírica: PIU - Programa de Incontinencia Urinaria………………………..21

4. Objetivos………………………………………………………………………21

5. Hipótesis…………………………….…………………………………………21

6. Método…………………………………………………………………….........21

6.1. Participantes………………………………………………………………21

6.2. Diseño…………………………………………………………………….23

6.3. Instrumentos……………………………………………………………...24

6.4. Procedimiento…………………………………………………………….26

6.5. Análisis…………………………………………………………………...32

7. Resultados………………………………………………………………………33

8. Discusión……………………………………………………………………….44

9. Conclusiones……………………………………………………………………47

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2

10. Referencias……………………………………………………………………...48

ANEXO 1………………………………………………………………………………52

ANEXO 2………………………………………………………………………………57

ANEXO 3………………………………………………………………………………58

ANEXO 4………………………………………………………………………………60

ANEXO 5………………………………………………………………………………61

ANEXO 6………………………………………………………………………………62

ANEXO 7………………………………………………………………………………64

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RESÚMEN

La incontinencia urinaria (IU) se define como “la pérdida involuntaria de orina a

través de la uretra, objetivamente demostrable y de tal magnitud que constituye un

problema social y/o higiénico para el paciente” (ICS, 1986) y representa un problema

importante desde un punto de vista médico, psicológico, social, económico e higiénico.

La prevalencia es muy difícil de determinar, pero todos los autores coinciden en que

aumenta con la edad y es más frecuente en mujeres. El presente estudio ha tenido como

objetivo elaborar y aplicar un programa de incontinencia urinaria para reducir los

escapes de orina en mujeres, basado en la realización de los ejercicios de Kegel de

forma controlada. Los resultados obtenidos a partir de una muestra final de 14 personas

indican que la realización de los ejercicios de Kegel de forma constante y contralada

disminuye significativamente los escapes de orina.

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INTRODUCIÓN

La incontinencia urinaria (IU) se define como “la pérdida involuntaria de orina a

través de la uretra, objetivamente demostrable y de tal magnitud que constituye un

problema social y/o higiénico para el paciente” definida por la International Continence

Society (ICS, 1986). Representa un problema importante desde un punto de vista

médico, psicológico, social, económico e higiénico. La IU favorece el desarrollo de

infecciones urinarias, dermatitis, caídas. Además, psicológicamente puede facilitar que

la persona se sienta decaída, con tendencia a la depresión, frustrada y también puede

generar diferentes grados de aislamiento. Económicamente, supone unos costes

paliativos muy altos tanto del problema como de sus consecuencias (Ouslander, 1990)

No podemos conocer su prevalencia exacta puesto que es un problema que se esconde o

que se asume como un problema inherente a la edad y del que no se informa, lo que

provoca que las personas en vez de acudir a especialistas que, en la mayoría de los

casos, podrían resolver o mejorar el problema, recurran a soluciones paliativas que lejos

de mejorar el problema, lo empeoran, aumentando la frecuencia e intensidad de los

escapes de orina. Por otro lado, los medios de comunicación y las empresas

farmacéuticas no contribuyen a esta situación, elaborando anuncios que promueven el

uso de compresas, mostrándolas como algo normal, frecuente y cómodo para mujeres

de no más de 50 años.

El presente trabajo tiene como objetivo elaborar un programa de incontinencia

urinaria para reducir los escapes de orina en mujeres. En primer lugar se ha hecho una

revisión teórica que incluye la descripción del funcionamiento del sistema urinario para

entender qué tipos de incontinencia urinaria se pueden tratar. Se muestran algunos datos

sobre prevalencia y costos económicos del problema que dan constancia de la

importancia de este tema. Se presentan los principales factores de riesgo que favorecen

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el desarrollo de la IU. Y se explican los diferentes tratamientos que pueden aplicarse. En

una segunda parte, se presenta el programa de incontinencia urinaria desarrollado, los

datos obtenidos en su aplicación y una discusión sobre los resultados obtenidos.

A. PARTE TEÓRICA.

1. FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA URINARIO: UNA

INTRODUCCIÓN

Para entender por qué ocurre la IU es imprescindible comprender los

mecanismos que intervienen en la micción normal. A continuación se presenta un

resumen del funcionamiento del sistema urinario centrado principalmente en los

aspectos relevantes para entender por qué se da la IU.

A través de los uréteres llega la orina a la vejiga, responsable del

almacenamiento de ésta y de su expulsión en el momento oportuno. La pared de la

vejiga está constituida por el músculo detrusor, formado por fibras lisas que están al

margen del control voluntario. A medida que la vejiga se llena, el músculo detrusor, que

se encuentra relajado, se distiende, cuando la presión de la orina alcanza cierta

intensidad, este músculo empieza a realizar contracciones cada vez más intensas

produciendo la sensación de ganas de orinar. La pared de la vejiga desemboca en la

uretra, tubo que vierte la orina directamente al exterior. El músculo detrusor se

convierte es su unión con la uretra en el esfínter interno, encargado de abrir y cerrar la

vía de salida de la orina a este nivel y al margen, también, del control voluntario. En el

momento de llenado y almacenamiento de la orina el esfínter permanece cerrado y se

abre automáticamente cuando decidimos orinar. Rodeando la uretra y justo después del

esfínter interno se encuentra el esfínter externo, formado por musculatura estriada que

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forma el suelo pélvico. Esta musculatura sí está sometida a control voluntario. A este

nivel, cuando la presión de la vejiga aumenta esta musculatura experimenta cierto

estiramiento que también se traduce en “las ganas de orinar”. El control de la micción

normal supone que pese a que exista una presión en la vejiga susceptible de

desencadenar la micción, la contracción del esfínter externo permite contrarrestar este

efecto y durante cierto tiempo inhibir la micción.

Este fenómeno, que se ha descrito de forma simplificada, es en realidad un

fenómeno mucho más complejo en el que interviene el sistema simpático y

parasimpático en los fenómenos que están al margen del control voluntario

(movimientos del detrusor y del esfínter interno) y sistema nervioso somático y corteza

cerebral en los fenómenos controlados de forma voluntaria (movimientos del esfínter

externo y control voluntario de la micción).

2. INCONTINENCIA URINARIA

2.1. CONCEPTO

Existen distintas definiciones de incontinencia urinaria, sin embargo la más

aceptada es la que realiza la Sociedad Internacional de Continencia que la define como

“la pérdida involuntaria de orina a través de la uretra, objetivamente demostrable y de

tal magnitud que constituye un problema social y/o higiénico para el paciente”.

2.2. ETIOLOGÍA

La incontinencia urinaria puede ser el resultado de una disfunción vesical o

esfinteriana y, según el tipo de disfunción, da lugar a distintos tipos de IU. La

disfunción vesical está relacionada con la vejiga y se produce por una inestabilidad del

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detrusor, una disminución de la distensibilidad o un vaciamiento incompleto de la vejiga

al miccionar, es la causa de la IU de urgencia. La disfunción esfinteriana, como su

propio nombre indica se produce por un mal funcionamiento del esfínter, producido por

la pérdida de soporte del suelo pélvico, generalmente a causa de los partos, de la

menopuasia y cirugías como la histerectomía con anexectomía completa y la

amputación abdominoperineal. Esta es la causa de la IU de esfuerzo.

La IU se puede dar a cualquier edad y en cualquier persona. Sin embargo, se da

con más frecuencia en personas mayores porque se producen ciertos cambios que

predisponen a su desarrollo y, también, es más frecuente en mujeres porque suelen

presentar más factores de riesgo que facilitan el problema.

Entre los cambios que se producen con la edad y que favorecen el desarrollo de

una incontinencia urinaria están (Resel et al., 1993):

‐ A nivel del sistema nervioso central, disminución de número de neuronas y

nervios autonómicos.

‐ A nivel de la vejiga, disminuye su capacidad y distensiblidad, aumenta la

dificultad para postergar la micción, aumenta el número de contracciones

involuntarias del detrusor y aparece el volumen residual postmiccional,

infrecuente en otras edades.

‐ A nivel de la uretra, disminuye el número de células, en parte es sustituida

por tejido fibroso y disminuye su acomodación y presión de cierre.

Sin embargo, la IU en la vejez no está tan relacionada con estos cambios que

ocurren con la edad sino, también, con la pluropatología y la cantidad de fármacos que

se suelen consumir. Las enfermedades más relacionadas con el desarrollo de la IU son

las de origen neuronal como demencia o Alzheimer o las que limitan la movilidad como

la rotura de cadera. Los fármacos que favorecen el desarrollo de la IU son diuréticos,

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hipnóticos, antipsicóticos, analgésicos narcóticos, anticolinérgicos y calcio antagonistas

(Resel et al., 1993).

En cuanto a los factores de riesgo que favorecen la aparición de la IU y que

están asociados a la mujer son: el número de partos, el peso del bebé al nacer, la

menopausia o nivel de estrógenos, el estreñimiento y las infecciones de orina. Estos dos

últimos se pueden dar en hombres pero con mucha menor frecuencia (Holroyd-Leduc et

al., 2004).

Otros aspectos asociados con el desarrollo de la IU, independientes de la edad o

el sexo, son la diabetes y la presión intra-abdominal (sobrepeso).

2.3. TIPOS DE INCONTINENCIA URINARIA

La incontinencia urinaria puede clasificarse según su etiología, gravedad o forma

de presentación. En este trabajo se van a describir los tipos de IU según su forma de

presentación puesto que es la clasificación más común y la que se ha seleccionado en

este trabajo para clasificar a las mujeres que han participado en estudio.

La IU de esfuerzo, es la pérdida de orina involuntaria que se produce por un

aumento de presión en el abdomen y la vejiga. La presión puede ser ejercida por

cualquier movimiento o actividad física. Reírse, estornudar, correr o saltar, cargar con

objetos pesado o simplemente ponerse en pie o agacharse puede provocar escapes de

orina de diferente intensidad dependiendo de la gravedad del problema. Este tipo de

incontinencia no está asociada a la necesidad de orinar. Se produce porque el músculo

del esfínter y los músculos del suelo pélvico, que sostienen la vejiga y la uretra, están

debilitados y no pueden contener la orina ante la presión. Es el tipo de IU más común y

suele aparecer en mujeres. Las mujeres que presentan este tipo de IU suelen haber sido

operadas de la región genitourinaria o haber tenido un elevado número de embarazos.

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También se suele presentar en mujeres con sobrepeso o tos crónica (Resel et al., 1993;

Holroyd-Leduc et al. 2008).

La IU de urgencia consiste en la pérdida involuntaria de orina asociada a una

necesidad imperiosa y repentina de orinar. Existen dos tipos de IU de urgencia. La IU

de urgencia que se produce por la presencia de contracciones del detrusor que no son

inhibidas y se denomina vejiga inestable y la IU de urgencia producida por una

patología neurológica se denomina vejiga hiperreflexia. La IU de urgencia de tipo

vejiga inestable suele presentarse en mujeres que han presentado habitualmente

infecciones de orina, enfermedades de inflamación pélvica, o endometriosis (Resel et

al., 1993).

La IU mixta es una mezcla de sintomatología de la IU de esfuerzo y de

urgencia. Puede ocurrir que ambas sintomatologías sucedan juntas, es decir, que el

escape producido por un esfuerzo produzca una necesidad imperiosa de orinar, que es lo

más común. O que se den ambas sintomatologías en la misma persona pero no a la vez,

es decir, que tenga escapes al realizar un esfuerzo que no estén asociados a las ganas de

orinar y que tenga escapes producidos porque no le da tiempo a llegar al baño cuanto le

surge una necesidad repentina de orinar (Resel et al., 1993).

La IU por rebosamiento es la pérdida de orina involuntaria que se produce

cuando la presión intravesical es superior a la resistencia uretral o cuando el destrusor

presenta una insuficiencia contráctil. Esto se produce por una obstrucción del tracto

urinario inferior o por una inhibición del reflejo de micción causado. Además, se puede

producir por la presencia de una patología neurológica (Resel et al., 1993).

Los tres primeros tipos de IU son los más comunes y sobre los que vamos a

tratar a partir de ahora en el presente trabajo.

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2.4. PREVALENCIA

Es difícil conocer la prevalencia exacta de la incontinencia urinaria porque los

estudios que existen son muy heterogéneos. Existen tres principales fuentes de

dificultad a la hora de realizar un estudio epidemiológico sobre incontinencia urinaria.

Primero, la IU no es en sí misma una enfermedad, sino un síntoma que puede producirse

tanto por patologías urológicas como no urológicas, lo que provoca que no siempre sea

reconocida, ni cuantificada (Resel et al., 1993). Además, la naturaleza de la

incontinencia favorece que las personas que la padecen oculten el problema (Wyman et

al., 1990). Y, por último, es complicado definir el grupo al que debe ser enfocado el

estudio de prevalencia porque las características (definición y delimitaciones) del

problema tampoco están bien definidas (Thom, 1998); la variabilidad de datos se debe a

la heterogeneidad de las muestras utilizadas, el nivel asistencial estudiado, conceptos y

características de la incontinencia o duración del estudio.

En el estudio “Geriatría XXI” (SEGG, 2000), realizado por la Sociedad

Española de Geriatría y Gerontología en colaboración con Sigma-Dos se encontró que

la IU es una patología que ocupa el noveno puesto en consultas médicas de atención

primaria de salud en personas mayores de 65 años. Con una frecuencia del 29,8%, por

delante de patologías como la diabetes, la demencia, o el Parkinson.

En la mayoría de los estudios se estima que en España entre el 10 y el 15% de

los mayores que viven en la comunidad presenta IU. En el medio hospitalario la

prevalencia alcanza cifras de entre el 30-40%. Y, en el medio residencial, las cifras

alcanzan su máxima prevalencia, se estima que el 50-60% presenta IU (SEGG, 2000).

En todos los estudios se muestra una tendencia ascendente de la prevalencia de la IU

con la edad, con una tasa típica en adultos jóvenes de 10-15%, un pico alrededor de la

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edad media (prevalencia 20-40%) y luego un incremento leve y mantenido en edades

más avanzadas (prevalencia 30-50%) (Robles, 2006).

Sin embargo, dependiendo del estudio, de la definición de IU utilizada y de las

características de la muestra, se encuentra variabilidad en los datos (Resel et al., 1993,

Martín-Agulló, 2009).

Un estudio realizado por Hunskaar (2004), en cuatro países europeos (Francia,

Alemania, Reino Unido y España) con mujeres de más de 18 años se encontró que el

35% de ellas referían pérdidas involuntarias de orina en los últimos 30 días. La tasa de

prevalencia fue muy similar en todos los países (41 a 44%), excepto en España cuya

tasa resultó significativamente menor (23%).

En un estudio multicéntrico y de ámbito nacional llevado a cabo en España por

Martínez Agulló (2009), se encontró que la prevalencia de vejiga hiperactiva y/o IU en

España se acerca al 10% en mujeres entre 25 y 64 años, está alrededor del 5% en

varones entre 50 y 65 años y es superior al 50% en personas de más de 65 años de

ambos sexos. Pérez Lorente y col. (2003) en una muestra de 485 mujeres entre 40 y 65

años de Madrid, obtenida por muestreo aleatorio encontró una prevalencia de IU del

15,4% (un 2,6% de esfuerzo, un 10,6% de urgencia y un 2,1% mixta). Modroño Freire

(2008), en un estudio llevado a cabo en Ourense encontró en una muestra de 1.000

mujeres de entre 18 y 65 años (con una media de edad de 43,4 años) una prevalencia de

IU del 20%.

Existen estudios que muestran las diferentes prevalencias de cada tipo de

incontinencia urinaria. Las proporciones de los tres tipos principales de incontinencia

urinaria son difíciles de establecer y varían según las fuentes, dependiendo de si los

datos se han obtenido mediante cuestionarios o mediante pruebas urodinámicas, pero,

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podrían estar en torno a 40% de incontinencia de esfuerzo, 33% de incontinencia de

urgencia y 20% de incontinencia mixta (Robles, 2006).

En todos los estudios encontramos dos tendencias generales en la distribución de

la prevalencia en la población. Por un lado, en las mujeres existe un nivel más alto de

incidencia que en los hombres, debido a que los factores de riesgo que favorecen la

aparición de la incontinencia urinaria se dan más en las mujeres, como embarazos o los

cambios hormonales. Por otro, la IU aumenta con la edad, aunque varios estudios ponen

de manifiesto que la edad representa un factor secundario en la IU y que ésta se produce

por la coexistencia de otras enfermedades como la diabetes, la hiperplasia benigna de

próstata, Parkinson, etc.

2.5. CONSECUENCIAS ECONÓMICAS

Para evaluar los costes económicos que conlleva este problema no solo hay que

tener en cuenta los costes puntuales que se puedan derivar del problema como consultas

médicas o intervenciones quirúrgicas, sino el día a día de una persona con

incontinencia, que supone un lavado de ropa más frecuente, uso de absorbentes,

medicación o tiempo que la familia invierte en el cuidado de personas con

incontinencia. También cabe decir que la incontinencia urinaria es uno de los motivos

por los que las familias deciden ingresar a sus familiares en residencias. Además, es

importante tener en cuenta que existen costes relacionados con el impacto emocional y

psicológico que conlleva este problema y que son extremadamente difíciles de calcular,

como limitaciones en la vida social, restricciones dietéticas, falta de confort personal e

incluso trastornos emocionales (Wyman, Harkins y Fantl, 1990).

Por todo ello, este trabajo apuesta por contribuir un poco más al conocimiento de

la incontinencia urinaria y sus soluciones. Sería necesario concienciar al personal

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sanitario de que la incontinencia es un problema que tiene solución y, sobre todo, de que

se puede evitar instaurando una serie de hábitos en las personas que eviten o pospongan

su desarrollo.

Además, es extremadamente importante que se rectifiquen las ideas erróneas que

existen y que se difunda una información adecuada sobre este trastorno,

fundamentalmente transmitiendo que no es un problema inherente a la edad y que puede

tener solución.

2.6. TRATAMIENTOS.

En una revisión científica sobre incontinencia urinaria en mujeres (Holroyd-

Leduc et al., 2004), recogen los distintos tratamientos que existen y su eficacia, medida

mediante la diferencia de frecuencia entre escapes antes y después del tratamiento.

Clasifican los tratamientos en tres grupos: quirúrgicos, farmacológicos y no

farmacológicos.

Los tratamientos quirúrgicos no son nunca de primera opción ni por parte del

paciente y ni por parte del especialista. Hay muchos tipos de intervenciones quirúrgicas

para este problema, dependen tanto del tipo de IU del que se trate como de la parte del

sistema urinario que esté afectada. Estas intervenciones son más eficaces cuando se

realizan en mujeres jóvenes y en mayores no son, en general, significativamente más

eficaces que otras opciones de tratamiento menos invasivos (Holroyd-Leduc et al.,

2004). Además, como cualquier intervención puede ocurrir complicaciones como

infecciones, hemorragias, retenciones urinarias, etc.

Los tratamientos farmacológicos son principalmente anticolinérgicos para el

tratamiento de IU de urgencia con el fin de inhibir las contracciones involuntarias del

detrusor y adrenérgicos para la incontinencia urinaria de esfuerzo que median con la

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respuesta de contracción de la uretra y del cuello de la vejiga. Aunque puede ser

tratamientos con efectos positivos, no lo son tanto como otros menos invasivos y,

además, tienen muchos efectos secundarios como sequedad de boca, dolor de cabeza,

insomnio, etc. (Holroyd-Leduc et al., 2004).

Los tratamientos no farmacológicos o, también llamados, de modificación de

conducta (Verdejo, 2002) se dividen en dos tipos según su función. Unos pretenden

ejercitar los músculos del suelo pélvico y fortalecerlos para conseguir restaurar la

contención. Están basados en la contracción del suelo pélvico y son los siguientes:

Ejercicios del suelo pélvico: o también llamados ejercicios de Kegel (1948),

consisten en realizar contracciones repetidas de los músculos del suelo

pélvico. Se recomiendan entre 30 y 60 contracciones repartidas a lo largo del

día. Se puede combinar varias formas de hacerlo según la duración de la

contracción (larga o lenta) y la posición en que se haga (tumbado, sentado o

de pie) (Holroyd-Leduc et al., 2004; Burgio, 2003).

Conos vaginales: son pesos que se introducen en la vagina de la paciente y

que, supuestamente, llevan a contraer sus músculos del suelo pélvico. El

tiempo estimado para que tenga efecto es de dos sesiones de 15 minutos

diarias. Sin embargo, se ha estudiado que tienen un efecto significativamente

menos eficaz que los ejercicios del suelo pélvico. (Holroyd-Leduc et al.,

2004).

Estimulación eléctrica (técnicas de retroalimentación): se utiliza para inhibir

la hiperactividad del detrusor y para la mejor identificación de los músculos

del suelo pélvico de cara a hacer los ejercicios. Pero de nuevo, éste

tratamiento individual o combinado con ejercicios de suelo pélvico no

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muestra una mejora significativa frente a otros tratamientos físicos (Holroyd-

Leduc et al., 2004; Verdejo, 2002).

Los otros pretenden instaurar hábitos de micción para así no dar lugar al escape,

son los siguientes:

Reentrenamiento vesical: pretende restablecer el hábito miccional

mediante un esquema variable de vaciamiento vesical. Su función es

prolongar progresivamente la periodicidad de las micciones voluntarias,

hasta conseguir una frecuencia de 2-3 horas (Verdejo, 2002 y Holroyd-

Leduc et al., 2004). Este tratamiento no es significativamente mejor que

los ejercicios de suelo pélvico, sin embargo, la combinación de los dos

tiene resultados significativamente mejores que cualquiera de los dos por

separado.

Micciones programadas: pretende instaurar un esquema de vaciado

vesical fijo. Es útil para personas que se dedican al cuidado de personas

con incontinencia urinaria, puesto que reduce el número de escapes y se

evita los costes que conlleva el revisar si está mojado, el cambio de ropa

húmeda y de sábanas (Holroyd-Leduc et al., 2004).

En resumen, los ejercicios menos invasivos y más eficaces son los ejercicios de

Kegel (Burgio, et al., 2003; Goode, et al., 2003; Holroyd-Leduc et al., 2004; Liao, et

al., 2004) y por eso ha sido la opción elegida para la elaboración de este trabajo. La

realización de estos ejercicios combinado con el reentrenamiento vesical, parece

presentar mayores índices de eficacia. Sin embargo, en este estudio, no hemos optado

por esta combinación, porque queríamos cerciorarnos de que los escapes se reducían

debido a que la musculatura se estaba fortaleciendo y no porque se reducía la

posibilidad de que se produjeran escapes al retener menos cantidad de líquido.

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3. ESTUDIOS RELEVANTES SOBRE TRATAMIENTOS DE LA IU.

Los trabajos analizados tienen como objetivo estudiar los resultados del

tratamiento de la IU con ejercicios de suelo pélvico, conocer qué características

favorecen la eficacia o no eficacia de este tratamiento y comparar este tratamiento con

otros farmacológicos y no farmacológicos. En ningún estudio se hacen comparaciones

con tratamientos quirúrgicos porque su análisis requiere el análisis de muchas más

variables.

Kathryn L. Burgio es una investigadora de la Universidad de Alaba, Estados

Unidos, que lleva trabajando en IU más de 23 años. La mayoría de sus estudios

presentan el mismo esquema de tratamiento: Evaluación, tratamiento y seguimiento.

Primero incluye una evaluación exhaustiva física y cognitiva, para conocer si los sujetos

cumplen los criterios de inclusión que se requieren para cada estudio. En todos ellos se

requiere una puntuación de más de 20 en el MMSE y un mínimo de dos escapes

semanales. El resto de criterios depende del tipo de IU que se pretenda estudiar en cada

caso.

El tratamiento dura 8 semanas con controles del seguimiento del programa cada

dos semanas. En la primera visita el sujeto debe identificar los músculos del suelo

pélvico y aprender a contraerlos, para ello utilizan técnicas de retroalimentación. A

partir de ese momento, se les indica la pauta de ejercicios que deben realizar en casa

durante las 8 semanas de tratamiento. Son un total 45 ejercicios diarios repartidos en

tres sesiones de 15 y cada contracción/ relajación debe durar 10 segundos. Además,

deben realizarlos en tres posturas: sentados, tumbados y de pie (Burgio, et al. 1995,

2003).

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En la segunda visita, cuando los músculos ya llevan dos semanas de

entrenamiento, se enseñan estrategias para prevenir los escapes en las situaciones en las

que es más probable que se produzcan. En IU de urgencia, se les indica que cuando

sientan una urgencia urinaria, en vez de ir a evacuar de inmediato, deben pararse,

relajarse y hacer los ejercicios, para conseguir que el detrusor deje de contraerse y se

pase la urgencia, conseguido esto deben proceder a evacuar. En el caso de IU de

esfuerzo, lo que deben hacer es predecir las situaciones que facilitan el escape

(estornudos, tos, risa o cualquier otro esfuerzo) y antes de que se produzcan contraer

los músculos del suelo pélvico.

En la tercera visita, si no han reducido al menos 50% de los escapes, se repite el

entrenamiento con retroalimentación. En la cuarta visita, se revisan los avances y se

refuerzan éstos. Dos semanas después, se procede al seguimiento que incluye una

evaluación física y un cuestionario de satisfacción. Todo el tratamiento está seguido por

auto-registros que los sujetos deben completar.

Burgio et al. (2003), realizan un estudio para averiguar cuáles son los factores

que predicen mejores resultados en el tratamiento de IU con ejercicios de Kegel.

Encuentran que en IU de urgencia: no haber llevado protectores para la IU, menos

escapes en la línea base, operaciones previas y bajo nivel educativo está asociado con

un tratamiento satisfactorio. En IU de esfuerzo, el tratamiento satisfactorio está

asociado con no haber tenido tratamientos previos de la IU y con menos escapes en la

línea base.

Liao et al. (2004), estudian el efecto del entrenamiento con ejercicios de suelo

pélvico teniendo en cuenta la severidad del problema y el conocimiento y las actitudes

que se tienen sobre la IU. Encuentran que la motivación de los pacientes es

imprescindible para que haya éxito en el tratamiento. También afirman que los

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prejuicios o ideas equivocadas sobre los tratamientos pueden llevar al fracaso de éste.

Por ejemplo, las personas mayores o con un nivel educativo bajo consideran que la IU

es una consecuencia inevitable de la edad. La falta de conocimiento sobre el problema

también tiene efectos negativos en las consecuencias psicológicas de este problema, las

mujeres que sienten que el control urinario no depende de ellas, o lo consideran un tabú,

o tienen expectativas negativas, frecuentemente se sienten frustradas y deprimidas

cuando esto les pasa.

Leslee et al. (2002), realizan un estudio para valorar un tratamiento con

ejercicios de Kegel de baja intensidad, es decir, con poco control de las condiciones

físicas del sistema urinario. Esto está justificado porque la IU es normalmente

diagnosticada por el médico de familia no experto en urología y quien desde este

momento puede instaurar un tratamiento con ejercicios de Kegel. En este estudio, el

grupo experimental obtuvo un 50% de reducción en los escapes, esta reducción era

significativamente menor que la que consiguió el grupo control (p=’001).

Burgio et al. (1998), comparan la eficacia entre el tratamiento de ejercicios de

suelo pélvico y algunos tratamientos farmacológicos, también estudian la preferencia de

tratamiento por parte de los pacientes. Encontraron que el tratamiento de ejercicios

reducía el 80,7% de los escapes frente al 68,5% que reducían los fármacos. Además, la

mejora percibida con el primero fue del 74,2% frente al 50,9% del segundo. Por último,

en cuanto a la preferencia de tratamiento, solo el 14% tratado con ejercicios quería

cambiar frente al 75,5% tratado con fármacos.

Burgio et al. (2003), también compara el efecto del tratamiento con ejercicios

tutelado con y sin retroalimentación y no tutelado. En el tutelado hay visitas cada dos

semanas, mientras que en el no tutelado no hay visitas. Encuentran que entre el tutelado

sin electroestimulación (68,6% de reducción) y con electroestimulación (71,9% de

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reducción) y el no tutelado (52,5% de reducción), los primeros son significativamente

mejor (p=0,02 y p=0,002, respectivamente). Pero entre con y sin retroalimentación no

encuentran diferencias significativas (p=0,6). Aunque estos resultados pueden cambiar

según el estudio (Liao et al., 2004). Una explicación a los distintitos resultados de los

estudios se debe a la variabilidad de las muestras en cuanto a la edad, tipo de IU y

severidad de la IU. Por ejemplo, se ha estudiado que la estimulación eléctrica es eficaz y

útil en personas que tienen dificultades para percibir los músculos del suelo pélvico

porque están muy débiles, pero no es tan necesario en personas que identifican estos

músculos sin dificultad.

Este programa de IU que se explica con detalle en el siguiente apartado se ha

basado en los estudios de Burgio et al. Sin embargo, se trabaja bajo la hipótesis del

estudio de Leslee et al (2002), que supone que sin tanto control de las condiciones

físicas del tracto urinario, se pueden obtener buenos resultados con la aplicación de los

ejercicios de Kegel. Esto se ha hecho así porque en nuestro estudio no existía la

posibilidad de hacer una evaluación física tan exhaustiva, ni utilizar métodos de

retroalimentación.

3.1. SITUACIÓN EN ESPAÑA.

A pesar de la cantidad de estudios que avalan que los ejercicios de Kegel son los

más eficaces a la hora de abordar un problema de IU, en España no hemos encontrado

que se aplique una metodología de tratamiento estandarizada. Frecuentemente cuando

se consulta en atención primaria, los pacientes son informados de los posibles

tratamientos como: ejercicios de Kegel, medicación o intervención quirúrgica. Como

primera opción se les entrega un folleto que explica la realización de los ejercicios de

PIU

20

Kegel y se les indica que lo apliquen durante un tiempo y que si no surte efecto vuelvan

para prescribir medicación o intervención.

El resultado de esto, es que las personas no parecen hacer los ejercicios, porque

nadie les explica directamente cómo deben hacerlo, lo tienen que leer, no existe un

control externo que verifique que se hace, por lo menos al principio y, por tanto, el

problema continúa. Hay personas que vuelven a atención primaria porque quieren tomar

medicación o ser intervenidas, pero la gran mayoría, se resigna y empiezan a utilizar

protectores y a realizar cambios en su rutina, como no beber si van a salir o a partir de

una hora a media tarde.

La bibliografía en español que se encuentra sobre tratamiento con ejercicios de

Kegel es muy escasa. La mayoría son estudios descriptivos que analizan la prevalencia

en España y su impacto sobre la calidad de vida, o bien artículos que describen los

diferentes tipos de tratamientos que existen, pero sin control experimental. Sin embargo,

existe el planteamiento de un estudio muy interesante, realizado en Ávila por Martín

Sánchez et al. (2007), que forma equipo con un médico de atención primaria, un

urólogo y un fisioterapeuta. Este estudio que pretende comparar los resultados de un

tratamiento convencional de la IU, es decir, entrega de la información relacionada con

los ejercicios de Kegel en la primera consulta médica con los de un tratamiento más

controlado, parecido a los implantados por Burgio (1998, 2003) y que denominan

método TERMAR. Pero este estudio solo ha llegado a su planteamiento, no han

publicado, todavía, los resultados de valoración.

PIU

21

B. PARTE EMPÍRICA: PIU - PROGRAMA DE INCONTINENCIA URINARIA.

4. OBJETIVOS.

Los objetivos de este estudio son dos y se dividen en:

Objetivos de resultado:

1. Reducir (al menos 50%) o eliminar el número de episodios de incontinencia

urinaria en mujeres voluntarias que sufran este problema de un centro de

mayores de un municipio de Madrid.

Objetivo instrumental.

2. Incorporar al repertorio conductual los ejercicios de Kegel como hábito

diario, al menos, dos veces al día.

5. HIPÓTESIS.

Atendiendo al soporte teórico que avala que un tratamiento con las

características del nuestro tiene como efecto la reducción de los escapes de orina en los

tres tipos de IU: de esfuerzo, de urgencia y mixta. Las hipótesis para este estudio es:

1. La realización del programa PIU facilitará que se desarrolle el hábito de

hacer los ejercicios de Kegel diariamente y como consecuencia se producirá

una reducción significativa en el número de escapes de orina.

6. MÉTODO.

6.1. PARTICIPANTES.

Las participantes de este estudio, todas mujeres, se captaron a través de los

profesores de deporte de un centro de mayores. Éstos informaron en todas sus clases

PIU

22

que iba a haber una charla informativa sobre la incontinencia urinaria para que después,

quien estuviera interesada y tuviera escapes de orina, pudiera enrolarse en un programa

de tratamiento. Finalmente de un grupo de 41 personas que estaban interesadas en

asistir, acudieron 29 personas a la charla (Figura 1). De esas 29 personas, fueron

evaluadas 23, y además, fueron evaluadas 7 personas de las 12 que no habían acudido a

la primera charla. Por lo tanto, fueron evaluadas 30 mujeres en total que tenían una

media de edad de 66,65 con una desviación típica de 5,24 en un rango de edad de 57 a

80 años.

De esas 30 personas llevaron a cabo el tratamiento 21 personas. De esas 21, solo

completaron el tratamiento 18. Aunque solo son válidos los datos de 14 personas,

porque 3 personas, que informaron en la entrevista tener escapes de orina, no tuvieron

ninguno en la primera semana de evaluación y la otra persona no completaba los auto-

registros adecuadamente. Por tanto, las 14 mujeres, incluidas para la valoración del

tratamiento, tenían una media de edad de 67 con una desviación típica de 5,69 en un

rango de 60 a 80 años.

PIU

23

6.2. DISEÑO.

La investigación realizada tiene un diseño cuasi-experimental (condición “pre-

experimental) (Campbell y Fiske, 1963) pre-post con un solo grupo experimental.

Conocemos las limitaciones que este tipo de diseño conlleva y, por ello, consideramos

imprescindible explicar cómo se ha llegado a esta situación.

Al inicio de la investigación, contábamos con 41 personas que querían

participar, grupo suficiente para realizar un diseño pre-post con cuasi control en una

cohorte anterior, puesto que la gente que no participaba, en un primer momento (mes de

Grupo de interesadas 41

Charla informativa

Evaluadas 30

29

23

7

Tratamiento No tratamiento

21

Tratamiento incompleto

Auto-registro no válidos

Casos no válidos Válidos

9

Seguimiento no tratamiento 6

Seguimiento de tratamiento

14

14 1 3 3

3

3

Figura 1. Participantes.

PIU

24

mayo, 2009), era porque no tenía tiempo y no podía ser evaluada en ese período. Como

en la primera cohorte apenas tuvimos 7 participantes, con un abandono y dos sujetos no

válidos, se decidió que finalmente todas las personas formaran parte de un solo grupo

experimental. De las mujeres evaluadas, había 12 que o no habían participado en el

tratamiento o no lo habían finalizado y se contactó de nuevo con 6 de ellas para conocer

la evolución del problema de forma telefónica. Este grupo de 6 personas, no nos

permitiría decir que el diseño ha sido pre-post con un grupo de cuasi control, porque el

número de sujetos es muy pequeño, hay poco control en la igualdad de los grupos y no

contamos con la medida de todas las variables dependientes.

6.3. INSTRUMENTOS.

Se han utilizado dos tipos de procedimientos de recogida de información:

entrevista estructurada y auto-registro. En la tabla 1 se encuentra resumido los

instrumentos utilizados, en qué están basados, qué evalúan, cuándo se administran y el

anexo donde se encuentran adjuntos.

Tabla 1: Instrumentos. NOMBRE Referencia Evalúa Administración Anexos

Entrevista estructurada de evaluación

• Uebersax et al., 1995

• Sandvik, 2000 • Fernández-

Ballesteros (2007)

• Tipo de IU. • Gravedad de la

IU. • Trastornos

asociados. • Impacto de la IU. • Salud general.

• Inicio del programa

1

Auto-registro de escapes

Verdejo, 2002 • Recoge el número de escapes diarios.

• Frecuencia de evacuación.

• Semana de evaluación

• Todas las semanas de tratamiento

2

Auto-registro de ejercicios

• Controla la realización de los ejercicios.

• Todas las semanas de tratamiento

3

PIU

25

Entrevista estructurada de seguimiento

• Recoge datos sobre la evolución de los escapes y la continuidad de los ejercicios.

• Semana de seguimiento

4

Auto-registro de seguimiento

• Recoge número de escapes y de ejercicios diarios

• Semana de seguimiento

5

La entrevista estructurada se administra al inicio del programa y evalúa:

‐ El tipo de incontinencia urinaria: según la descripción del problema se puede

deducir qué tipo de incontinencia tiene la persona.

‐ La gravedad de la IU: está basado en el índice de Sandvik (2000), que se

obtiene multiplicando la frecuencia de episodios de IU que auto-informa la

persona (4 niveles) por la cantidad de orina que auto-informan los sujetos

que se les escapaba (2 niveles). Después de realizar varias correlaciones con

los resultados obtenidos de este índice, encontraron que correlacionaba bien

tanto con la severidad auto-informada, como con la evaluación física.

‐ Los trastornos asociados: muchos estudios revelan la asociación de IU con

diferentes enfermedades (diabetes) y/o estilos de vida (trabajos con carga de

peso) (Burgio, 1198). La entrevista recoge la presencia y/o ausencia de estas

variables asociadas.

‐ Salud general: preguntas incluidas en el protocolo de ELEA (Fernández-

Ballesteros, 2007)

‐ El impacto que produce este problema se ha elaborado a partir de los

cuestionarios de impacto de la incontinencia urinaria y el inventario de

malestar urogenital propuesto por Uebersax et al. (1995).

‐ Control de motivación para el tratamiento.

PIU

26

Durante el tratamiento se rellenaban dos tipos de auto-registro. El primero,

“auto-registro de escapes” incluye el registro de los escapes de orina y la frecuencia de

evacuación. Se utilizaba, al inicio de programa, para determinar la línea base de escapes

semanales, y una vez iniciado el tratamiento, se utilizaba para controlar los resultados

del tratamiento. El segundo, “auto-registro de ejercicios” trata de recoger datos sobre la

realización de los ejercicios. Se utilizaba tanto como estímulo para que las participantes

recordaran hacerlos, como para verificar que realizaban el tratamiento.

6.4. PROCEDIMIENTO.

El programa de incontinencia urinaria consta de:

1. Charla informativa,

2. Sesión de evaluación,

3. Nueve sesiones de tratamiento semanales y

4. Sesión de seguimiento.

Todo el procedimiento fue realizado por la interviniente. Primero la charla

informativa de forma colectiva y, seguidamente, las sesiones de evaluación y

tratamiento de forma individual y con cita previa. A continuación se detalla cada una de

las sesiones:

CHARLA INFORMATIVA

En la sesión general de información se reunió a todas las personas que querían

participar en el programa. Durante una hora se les dio una charla sobre la IU que

incluía:

‐ Definición de la IU,

‐ Tipos de IU,

PIU

27

‐ Causas de la IU,

‐ Prevalencia de la IU,

‐ Factores de riesgo de la IU,

‐ Tipos de tratamiento para la IU y

‐ Explicación del programa que se iba a aplicar.

Durante esa sesión se les entregaba:

‐ Un tríptico (anexo 6) con información general sobre la IU.

‐ Una carta de consentimiento informado (anexo 7) que tenían que firmar para

participar en el programa y entregar en la sesión de evaluación.

Al final de la charla informativa, algunas de las personas que querían participar

se apuntaron en una lista donde podían elegir el horario para la cita de la evaluación,

mientras que otras fueron localizadas por vía telefónica a través de una lista que ofreció

el centro con el consentimiento de las interesadas.

EVALUACIÓN.

La sesión de evaluación constaba de:

1. La “entrevista estructurada” (anexo 1): se administraba de forma individual

con una duración aproximada de 40 minutos.

2. El “auto-registro de escapes” (anexo 2): se completaba a lo largo de la

semana siguiente a la evaluación. Se le explicaba cómo debía hacerlo de

forma oral y por escrito.

Finalmente, se fijaba cita para la siguiente sesión, una semana después.

PIU

28

TRATAMIENTO

A partir de este momento daba comienzo el tratamiento. Éste se dividía en nueve

sesiones semanales e individuales de aproximadamente 15 minutos cada una, que se

describen a continuación:

SEMANA 1 DE TRATAMIENTO

1. Explicación de cómo debía realizar la contracción del suelo pélvico y realización

de algunos ejercicios con ella. Esto se hacía para controlar que lo hiera bien y

no cometiera otros errores como contraer otras partes del cuerpo (glúteo,

abdomen u hombros).

2. Una vez comprobado que lo hacía correctamente, se procedía a explicar la pauta

de ejercicios: 30 contracciones al día, repartidas en tres sesiones de 10 ejercicios.

Cada contracción debía durar 10 segundos con un período de relajación entre

contracciones de otros 10 segundos. Cada sesión de 10 ejercicios debía hacerse

en una posición diferente: de pié, sentada y acostada.

3. Después, se comprobaba que la participante podía realizar las contracciones

durante 10 segundos. Si no podía, se contaba el tiempo que conseguía mantener

la contracción y se le daba la indicación de aumentar el tiempo 1 segundo cada

día hasta llegar a 10 segundos por contracción.

4. Por último, se le entregaba los dos auto-registros a completar: “auto-registro de

escapes” y “auto-registro de ejercicios”. Se le explicaba de forma oral y por

escrito cómo lo debía completar y se concretaba la cita para la semana

siguiente.

PIU

29

SEMANA 2 DE TRATAMIENTO.

1. En primer lugar, se pretendía indagar por la realización de los ejercicios y las

dificultades o dudas que hubiera tenido durante esa semana.

2. Se le pedían los auto-registros, se le reforzaba que estuvieran bien hechos y se

le preguntaba por las incongruencias que hubiera. Además, se le explicaban las

dificultades que hubiera tenido.

Estos dos pasos se llevaban a cabo en todas las semanas de tratamiento: control

del tratamiento y refuerzo de las tareas realizadas y los progresos conseguidos.

3. Durante la semana 2 de tratamiento, la pauta de ejercicios era la misma, así que

se le pedía que siguiera como había hecho la semana anterior.

SEMANA 3 DE TRATAMIENTO.

1. Se realizaba el control del tratamiento y refuerzo de tareas y progresos.

2. En esta sesión se le enseñaban estrategias para prevenir los escapes de orina en

las situaciones de mayor frecuencia, según el tipo de IU del que se trataba:

‐ Para IU de esfuerzo, se indicaba que contrajera los músculos del suelo

pélvico durante cualquier actividad en la que frecuentemente tuviera escapes

(por ejemplo, estornudar, reírse, hacer algún esfuerzo, correr). Se le

explicaba que, por ejemplo, contrajera antes de estornudar y relajase cuando

hubiera estornudado. También se le indicaba que si no lo conseguía o no se

acordaba de hacerlo, contrajera justo después del escape para adquirir y/o

fortalecer el hábito de hacer estas contracciones en estas situaciones.

‐ Para IU de urgencia, se le indicaba que cuando sintiera urgencia de orinar,

en vez de apresurarse al servicio (que incrementa la presión de vejiga y los

escapes), tenía que permanecer de pie o sentada, relajarse haciendo algunas

PIU

30

contracciones de los músculos pélvicos (para inhibir contracciones del

detrusor). Y que una vez la urgencia hubiera pasado fuera a evacuar.

3. Como todas las semanas, debía rellenar los auto-registros. Pero, esta vez, con

una casilla nueva, donde debía indicar si realizaba contracciones de prevención

(anexo 2).

4. Se concretaba la nueva cita.

SEMANA 4 DE TRATAMIENTO.

1. Se realizaba el control del tratamiento y refuerzo de tareas y progresos. Esta vez,

poniendo especial hincapié en la realización y registro de ejercicios de

prevención.

2. Durante esta semana no se realizaban cambios. Se pretendía que consolidaran lo

aprendido hasta el momento.

3. Se entregaban los auto-registros y se concertaba la cita siguiente.

SEMANA 5 DE TRATAMIENTO.

1. En esta semana, si no había disminuido un 50% los episodios de incontinencia se

revisaba cómo hacía los ejercicios y de nuevo se le corregían los errores.

2. Se introducía una nueva pauta de ejercicios que consistía en 40 contracciones y

relajaciones de un segundo cada una.

Los ejercicios de Kegel tienen variantes. Hasta ahora se había practicado una

forma lenta de realizarlos. Y en esta segunda fase del tratamiento se introducía una

forma rápida. El beneficio de conocer ambas es que, la forma lenta permite una

contracción extendida en el tiempo, útil para prevenir escapes por estornudos o mientras

se corre (en IU de esfuerzo) y útil para prevenir escapes cuando se está procediendo a

PIU

31

evacuar (en IU de urgencia) mientras que la forma de contracción rápida, permite

realizar los ejercicios a la vez que otras actividades porque no requiere tanta atención en

contabilizar los segundos. Ambas mantienen el suelo pélvico tonificado.

3. Se le indicaba que, a lo largo del día, debía realizar los ejercicios tres veces,

alternando la forma rápida y lenta de hacerlo, así como las tres posiciones: de

pie, sentada y acostada.

4. Se entregaban los auto-registros y se concertaba la cita siguiente. En esta semana

se pedía que en el auto-registro de ejercicios señalaran con una “X” si lo hacían

de forma lenta y con un “•” si lo hacían de forma rápida.

SEMANAS DE LA 6 A LA 8 DE TRATAMIENTO.

De la semana 6 a la 8 el tratamiento no sufría cambios, se trataba de que

adquieran el hábito de hacer los ejercicios. Se mantenía como control externo la visitas

semanales, donde se realizaba un control del tratamiento y se reforzaba la realización de

las tareas y de los progresos conseguidos (la disminución de los escapes de orina). Cada

semana se revisaban y comentaban los auto-registros y se entregaban los nuevos.

SEMANA 9 DE TRATAMIENTO.

1. Se recogían los auto-registros.

2. Se le contaban los progresos conseguidos y se le explicaba que para seguir

disminuyendo los escapes y/o para mantener lo conseguido, debía seguir

haciendo los ejercicios diariamente.

3. Se le recordaba que en dos meses se iba a tener una sesión de seguimiento y que

ya se le llamaría para concertar la cita.

PIU

32

SEGUIMIENTO.

Dos meses después de la última cita, se llamaba a cada una de las participantes

para concertar una cita. En esta cita se les hacía una entrevista para conocer si seguían

sin escapes o habían vuelto a tenerlos y con qué frecuencia (anexo 4). Además se les

preguntaba si habían seguidos haciendo los ejercicios y, de nuevo, con qué frecuencia.

Por último se les pedía que completaran un auto-registro (anexo 5) durante la siguiente

semana que se le volvía a citar por última vez.

En la siguiente cita, de despedida del programa, se recogían los auto-registros y

se les resaltaba que debían seguir haciendo los ejercicios para mejorar el estado en el

que se encontraban o mantener los resultados conseguidos.

6.5. ANÁLISIS.

Puesto que el trabajo está dividido en tres fases: evaluación, tratamiento y

seguimiento, los datos se dispondrán de igual manera. Los análisis a los que han sido

sometidos los datos del estudio han sido los siguientes:

Análisis descriptivos. Para la fase de evaluación, se han hallado frecuencias y/o

medias y desviaciones típicas de las repuestas obtenidas en la evaluación.

Análisis correlacional. Para la fase de evaluación, se han hallado correlaciones

para conocer qué variables de salud estaban relacionadas con el problema de IU.

Análisis inferencial. Para la fase de tratamiento y seguimiento. Se ha realizado

un ANOVA de un factor con medidas repetidas para conocer el efecto del tratamiento

en la media de escapes semanales de la muestra y una prueba T para muestras

relacionadas con el fin de conocer de qué difería y de qué no la media de escapes de la

muestra en el seguimiento.

PIU

33

Todos los análisis se han realizado con el programa estadístico SPSS en su

versión 17.0.

7. RESULTADOS

Puesto que el trabajo está dividido en tres fases, evaluación, tratamiento y

seguimiento, los datos se dispondrán de igual manera. En primer lugar, se presentan de

forma separada los datos descriptivos obtenidos de las 30 entrevistas realizadas, por un

lado, y de las 14 personas que además han completado el tratamiento correctamente, por

otro. En segundo lugar, se presentan los resultados de eficacia del tratamiento. Y, por

último, los datos del seguimiento.

Resultados de la evaluación:

El tipo de incontinencia de las 30 personas se distribuye de cómo se refleja en la

tabla 2:

Tabla 2: Frecuencia del tipo de IU (N=30) TIPO DE

INCONTINENCIA Frecuencia %

IU de esfuerzo 11 36,7 IU urgencia 9 30,0 IU mixta 10 33,3

Para las 14 personas tratadas, en la tabla 3:

Tabla 3: Frecuencia del tipo de IU (N=14) TIPO DE

INCONTINENCIA Frecuencia %

IU de esfuerzo 3 21,4 IU urgencia 4 28,6 IU mixta 7 50,0

PIU

34

Los resultados de severidad de la IU obtenidos se reflejan en la tabla 4 y en la

tabla 5:

Tabla 4: Severidad de IU (N=30)

Frecuencia %

Menos de una vez/mes 0 0 Una o varias veces/mes 5 16,7 Una o varias veces/semana 11 36,7 Frecuencia IU

Todos los días y/o noches 14 46,7 Unas gotas 18 60,0 Cantidad IU Más cantidad 12 40,0 Leve 2 6,7 Moderado 19 33,3 Severidad IU Severo 9 30,0

Tabla 5: Severidad de la IU (N=14)

Frecuencia %

Menos de una vez/mes 0 0 Una o varias veces/mes 3 21,4 Una o varias veces/semana 5 35,7 Frecuencia IU

Todos los días y/o noches 6 42,9 Unas gotas 8 57,1 Cantidad IU Más cantidad 6 42,9 Leve 1 7,1 Moderado 9 64,3 Severidad IU Severo 4 28,6

Tres personas de las 30 entrevistadas tenían escapes por la noche y una de ellas

realizó el tratamiento. En cuanto a los escapes de otro tipo, tres mujeres tenían escapes

de gases, de las cuales dos participaron en el tratamiento y una tenía escapes fecales y

participó en el tratamiento.

El 76,7% de las 30 mujeres entrevistadas y el 71,4% de las 14 mujeres tratadas,

utilizaba protector para los escapes de orina. En las tablas 6 y 7, se presentan estos datos

de forma más detallada:

PIU

35

Tabla 6: Frecuencia de protectores de orina (N=30) Utilización de

protector Frecuencia %

Nunca 7 23,3 En la calle 11 36,7 Durante el día 5 16,7 Siempre 7 23,3

Tabla 7: Frecuencia de protectores de orina (N=14)

Utilización de protector Frecuencia %

Nunca 4 28,6 En la calle 6 42,9 Siempre 4 28,6

En total, la media de hijos de esta muestra es de 2,70 y la moda 2, con una

desviación típica de 1,67 en un rango de 0 a 8 y para las mujeres tratadas la media de

hijos es un poco menor 2,07 y la desviación típica 0,79. Hay que señalar que dos de las

personas entrevistadas y que, además, participaron en el tratamiento no tuvieron hijos.

La media de peso del hijo que más pesó es alta de 3,86 con una desviación típica de

0,79 y un rango de 2,5 a 5,3. En el grupo de las mujeres tratadas la media es 3,65 y la

desviación típica 0,76 en un rango de 2,7 a 5,3. Más del 95% de los hijos de la muestra

nacieron por parto natural. A continuación en la tabla 8 se resumen estos resultados.

Tabla 8: Datos sobre los hijos de las entrevistadas y las tratadas. Número de hijos Peso del que más

pesó Tipo de parto

Entrevistadas (N=30)

M = 2,70 DT = 1,67 Rango = 0 a 8

M = 3,86 DT = 0,79 Rango = 2,5 a 5,3

Natural = 96,30% Cesárea = 3,7%

Tratadas (N=14) M = 2,07 DT = 1,44 Rango = 0 a 6

M = 3,65 DT = 0,76 Rango = 2,7 a 5,3

Natural = 96,55% Cesárea = 3,44%

Con respecto a la frecuencia de infecciones de orina, aproximadamente la mitad

han informado tener de orina “algo frecuente” o “bastante frecuente”, mientras que la

otra mitad no ha tenido infecciones frecuentemente. Esto sucede tanto en el total de las

PIU

36

30 entrevistadas como en las 14 que participaron en el tratamiento. Esta información se

puede observar en la tabla 9.

Tabla 9: Frecuencia de infecciones de orina Frecuencia %

Frecuente 8 26,7 Algo frecuente 6 20,0

Entrevistadas

No frecuente 16 53,3 Frecuente 6 42,9 Algo frecuente 3 21,4

Tratadas

No frecuente 5 35,7

En este caso, prácticamente el 80% de las evaluadas y de las tratadas ha cargado

con peso “algo frecuente” o “muy frecuente”. Las que informan de haber realizado

tareas con cargas de peso “algo frecuente”, hacen referencia a las tareas propias de un

ama de casa (movimiento de muebles, transporte de la compra). Las que informan de

que de forma “frecuente” han cargado con peso, hacen referencia a trabajos en el

campo. En la tabla 10 se presentan los datos.

Tabla 10: Frecuencia de carga de peso. Frecuencia %

Frecuente 12 40,0 Algo frecuente 13 43,3

Entrevistadas

No frecuente 5 16,7 Frecuente 6 42,9 Algo frecuente 5 35,7

Tratadas

No frecuente 3 21,4

Una vez mostrados todos los datos referentes más directamente con la IU, se

muestran algunos datos sobre salud general. En este apartado también encontraremos

datos relevantes como medicamentos y enfermedades relacionadas con IU. A

continuación se presenta, en la tabla 11 y 12, un cuadro resumen con las preguntas de

salud general.

PIU

37

Tabla 11: Salud general (N=30) Grado Frecuencia %

Mala 3 10,0 Regular 9 30,0 Buena 14 46,7

SALUD

Muy buena 4 13,3 Mucho peor 1 3,3 Algo peor 10 33,3 Igual 15 50,0 Algo mejor 3 10,0

SALUD COMPARADA CON AÑO PASADO

Mucho mejor 1 3,3 Mucho peor 2 6,7 Algo peor 3 10,0 Igual 12 40,0 Algo mejor 7 23,3

SALUD COMPARADA CON MUJERES DE SU EDAD

Mucho mejor 6 20,0

Tabla 12: Salud general (N=14) Grado Frecuencia %

Regular 5 35,7 Buena 7 50,0

SALUD

Muy buena 2 14,3 Algo peor 5 35,7 Igual 8 57,1

SALUD COMPRADA CON AÑO PASADO

Algo mejor 1 7,1 Igual 8 57,1 Algo mejor 3 21,4

SALUD COMPARADA CON MUJERES DE SU EDAD

Mucho mejor 3 21,4

Ninguna persona utiliza ayuda para desenvolverse/manejarse en la vida diaria

(bastón, sillas de ruedas, etc.) Sin embargo, 11 personas informan que tienen algún

problema de salud que interfiere en su vida diaria y para el cual han consultado con el

médico. Los tipos de problemas que limitan a 8 de éstas personas son dolores (de

huesos, espala o cabeza) y al resto enfermedades crónicas (hepatitis C, diabetes, úlcera

de colon).

A pesar de que son solo 11 las que se sienten limitadas por alguna enfermedad,

todas tienen alguna enfermedad diagnosticada. A continuación (tabla 13) se especifican

PIU

38

las más relevantes para este trabajo: artritis, diabetes, hipertensión, Parkinson y

problemas de espalda (Holroyd-Leduc et al., 2004).

Tabla 13: Frecuencia de enfermedades Enfermedad Frecuencia

entrevistadas (N=30) Frecuencia tratadas (N=14)

Artritis 14 7 Diabetes 2 0 Hipertensión 6 2 Problemas de espalda 8 4 Parkinson 1 1

La media de medicamentos que toman al día las 30 personas entrevistadas es de

2,6 y la moda es 2, con una desviación típica de 1,88 y un rango de 0 a 7. Datos muy

similares a los que se encuentran en las 14 mujeres tratadas, con una media de 2,21

medicamentos al día y moda 2, con una desviación de 1,85 en un rango de 0 a 7.

A continuación se presenta la tabla 14 con la frecuencia de uso de

medicamentos más relevantes para este trabajo (Holroyd-Leduc et al., 2004).

Tabla 14: Frecuencia de medicamentos asociados con IU (N=30) Frecuencia entrevistadas Frecuencia tratadas Benzodiacepina 3 2 Antidepresivo 6 3 Diurético 8 0

En esta muestra, encontramos que ha 7 personas se les ha practicado una

histerectomía y, de éstas, tres han participado en el tratamiento. Y solo una de las

personas entrevistadas fue operada para combatir la IU y los resultados fueron

satisfactorios, por lo que no se enroló en el programa.

Por último, los datos que nos aporta el instrumento de calidad de vida (Uebersax

et al. 1995) en la entrevista se destacan a continuación en la tabla 15 y 16. Se presentan

los datos absolutos detallados.

PIU

39

Tabla 15: Resultados del Instrumento de calidad de vida en IU. (N=30) ¿Afectan los escapes

a… Nada Ligeramente Moderadamente Mucho

Actividades de la vida diaria?

28 2 0 0

Funcionamiento físico? 25 5 0 0 Actividades de ocio? 29 1 0 0 Viajar? 29 1 0 0 Actividades sociales? 29 1 0 0 Estado emocional? 21 8 0 1

Sentimientos de frustración?

22 5 3 0

Tabla 16: Resultados del Instrumento de calidad de vida en IU. (N=14) ¿Afectan los escapes

a… Nada Ligeramente Moderadamente Mucho

Actividades de la vida diaria?

14 0 0 0

Funcionamiento físico? 12 2 0 0 Actividades de ocio? 14 0 0 0 Viajar? 14 0 0 0 Actividades sociales? 13 1 0 0 Estado emocional? 8 6 0 0

Sentimientos de frustración?

10 2 2 0

Finalmente, hay que destacar que todas querían resolver el problema y que

estarían dispuestas a conseguirlo mediante este sistema de tratamiento, aunque luego 16

no se enrolaran en el tratamiento por diversas razones, sobretodo por falta de tiempo y

mal estado de salud propia o de algún familiar cercano del que se tenían que hacer

cargo.

En cuanto a los análisis de correlaciones se han obtenido los siguientes

resultados (tablas 17 y 18), que relacionan salud y datos de IU.

PIU

40

Tabla 17: Análisis de correlaciones. (N=30) Salud

general Número de medicamentos/día

Escapes: línea base

Número de medicamentos/día -,654**

,000

Cantidad de escape -,374*

,042

Salud comparada con mujeres de su edad

,551**

,002 -,374*

,041

Frecuencia de escapes ,380*

,038

Severidad

,393*

,032 ,568*

,011 Tabla 18: Análisis de correlaciones. (N=14)

TRATADAS Salud general Severidad Escapes: línea base

Cantidad de escape -,581* ,029

Número de medicamentos/día

-,676** ,008

,716** ,004

,643* ,013

Severidad ,761** ,002

Resultados del tratamiento:

A continuación se presenta la tabla 19 con la media de escapes semanales de las

14 personas que realizaron correctamente el tratamiento.

Tabla 19: Media de escapes semanales. N Mínimo Máximo Media DT Línea base 14 1 17 6,00 5,2

5 Semana de tratamiento 1 14 0 12 4,50 4,0

1 Semana de tratamiento 2 14 0 11 3,57 3,5

0 Semana de tratamiento 3 14 0 8 2,36 2,8

4 Semana de tratamiento 4 14 0 7 1,57 2,2

1 Semana de tratamiento 5 13 0 5 1,46 1,9

0 Semana de tratamiento 6 13 0 10 2,15 3,2

6 Semana de tratamiento 7 14 0 8 1,57 2,4

7 Semana de tratamiento 8 13 0 6 1,46 2,2

2

PIU

41

La tabla de descriptivos muestra como a lo largo del tratamiento disminuye el

número de escapes de orina a la semana. Para contrastar si esta disminución es

significativa, se ha realizado un ANOVA de un factor con medidas repetidas.

Los contrastes multivariados muestran que no se puede rechazar la hipótesis nula

de igualdad de medias (F=1,112; p=,492) y, además, se rechaza la hipótesis de

esfericidad (W=,000; p=,000) por lo que no puede asumirse que la matriz de varianzas-

covarianzas sea esférica. Por ello, se opta por una aproximación univariada, en la cual

podemos rechazar la hipótesis nula de igualdad de medias y concluir que el número de

escapes a la semana no es la misma en las nueve medidas obtenidas (F=7,303; p=,000).

En el contraste polinómico, se rechaza la hipótesis nula referida a los

componentes lineales (F=13,459; p=,004) y el referido a los componentes cuadráticos

(F= 6,347; p=,029). Puesto que existe más de un componente significativo,

consideramos que el de mayor orden se ajusta mejor, como muestra la gráfica 1, el

descenso de los escapes de orina en muy pronunciado en las primera semanas de

tratamiento y menos en las últimas.

Gráfica 1: Media de escapes por semana

PIU

42

Resultados del seguimiento:

Después de dos meses de haber acabo el tratamiento, se llevó a cabo el

seguimiento y los resultados obtenidos fueron los siguientes.

De las 14 personas que completaron el tratamiento, 5 siguieron haciendo los

ejercicios al menos 2 veces al día. El resto con menos frecuencia, como se muestra en la

tabla 20.

Tabla 20: Frecuencia de realización de los ejercicios durante el siguimiento Frecuencia 3 veces/ día 1 2 veces/día 4 1 vez/día 2 varias veces/semana 3 <1vez/semana 4

La tabla 21 de descriptivos muestra como a lo largo del tratamiento disminuye el

número de escapes de orina a la semana, pero que dos meses después, sin haber tenido

un control externo de la realización de los ejercicios, la media de escapes aumenta

ligeramente por encima del nivel en el que estaban en la semana 7 de tratamiento.

Tabla 21: Media de escapes por semana durante el tratamiento y seguimiento. N Mínimo Máximo Media DT Línea base 14 1 17 6,00 5,25 Semana de tratamiento 1 14 0 12 4,50 4,01 Semana de tratamiento 2 14 0 11 3,57 3,50 Semana de tratamiento 3 14 0 8 2,36 2,84 Semana de tratamiento 4 14 0 7 1,57 2,21 Semana de tratamiento 5 13 0 5 1,46 1,90 Semana de tratamiento 6 13 0 10 2,15 3,26 Semana de tratamiento 7 14 0 8 1,57 2,47 Semana de tratamiento 8 13 0 6 1,46 2,22 Seguimiento 14 0 14 1,93 3,83

PIU

43

Para contrastar si este aumento durante el seguimiento de escapes de orina a la

semana ha sido significativo, se ha realizado, de nuevo, un ANOVA de un factor con

medidas repetidas.

Como antes, los contrastes multivariados muestran que no se puede rechazar la

hipótesis nula de igualdad de medias (F=0,742; p=,681) y, además, se rechaza la

hipótesis de esfericidad (W=,000; p=,000) por lo que no puede asumirse que la matriz

de varianzas-covarianzas sea esférica. Por ello, se opta por una aproximación

univariada, en la cual podemos rechazar la hipótesis nula de igualdad de medias y

concluir que el número de escapes a la semana no es la misma en las nueve medidas

obtenidas (F=5,885; p=,000).

En el contraste polinómico, se rechaza la hipótesis nula referida a los

componentes lineales (F=10,694; p=,007), y también, rechaza la hipótesis nula referida

a los componentes cuadráticos (F=9,603; p=,010). La gráfica 2 muestra cómo se

comporta.

Gráfica 2: Media de escapes por semana en el tratamiento y seguimiento

PIU

44

Con el fin de conocer si el aumento de escapes de orina en el seguimiento era

significativo, se ha realizado una prueba T para muestras relacionadas. Este análisis se

observa que la media de escapes en la semana de seguimiento no es significativamente

más alta que en la última sesión de tratamiento (T=-,487; p=,635). Además tampoco

difiere significativamente de la media de escapes en las semanas 2(T=1,586; p=,137),

3(T=,450; p=,660), 4(T=-,465; p=,649), 5(T=-,743; p=,472) 6(T=,108; p=,916) y 7(T=-

,382; p=,709) de tratamiento. Y si que significativamente menor que en la línea base

(T= 3,362; p=,005) y la sesión 1 de tratamiento (T= 2,214; p=,045).

Por último, para conocer si el número de escapes en la línea base estaba

relacionado con el número de escapes al final del tratamiento y en la fase de

seguimiento, se hicieron las siguientes correlaciones (tabla 22).

Tabla 22: Análisis de correlaciones. Número de escapes:

Semana 9 Número de escapes:

Seguimiento Número de escapes: Línea base

,471 ,104

,539* ,047

8. DISCUSIÓN

El objetivo principal de esta investigación ha sido estudiar el efecto de un

tratamiento de la incontinencia urinaria con ejercicios de suelo pélvico en un grupo de

mujeres de un centro de mayores.

Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que efectivamente el tratamiento

con ejercicios de Kegel aplicado en las condiciones en las que lo hemos hecho tiene un

efecto significativo en la reducción de escapes de orina en mujeres con IU de urgencia,

de esfuerzo y mixta, como ya había sido estudiado por otros autores (Kegel, 1948;

Holroyd-Leduc et al., 2004;). La reducción media ha sido del 75,67% que supera el

PIU

45

mínimo que nos proponíamos y que coincide con los resultados obtenidos en otros

estudios (Burgio, 1998, 2003).

Además, como ya apuntaba Leslee et al. (2002), no sería necesario un control

exhaustivo de las condiciones físicas del tracto urinario. En nuestro estudio, los

ejercicios de suelo pélvico, sin controlar las potenciales variables intervinientes del

tracto urinario, facilitaron la reducción de los escapes de orina. Incluso incluyendo a

personas que por la medicación que tomaban (Benzodiacepinas, antidepresivos o

diuréticos) o por la enfermedad que tenían (diabetes, incontinencia fecal) han sido

excluidas de otros estudios (Leslee et al., 2002; Burgio et al., 1998, 2003). Sin embargo,

hay que destacar que estos indicadores de mayor severidad del problema tienen

frecuencia baja en esta muestra.

En este ámbito también se ha estudiado qué factores facilitan que un tratamiento

con ejercicios de suelo pélvico sea eficaz. Burdio et al. (2003) relacionan el éxito de

tratamiento con menos episodios en la línea base, menor frecuencia de uso de

protectores, operaciones previas para tratar la IU y bajo nivel de educación. En este

estudio, solo se han encontrado datos que relacionan el número de escapes de IU en la

línea base con el nivel de escapes de IU en el seguimiento. Podríamos decir entonces

que el mayor número de escapes en el inicio está relacionado con mayor dificultad para

mantener los resultados. Por otro lado, se han encontrado relaciones significativas entre

severidad auto-informada y el número de medicamentos ingerido (r=,393; p=,032),

aunque no entre la frecuencia real de escapes en la línea base y el número de

medicamentos.

Este el último dato informa de que en la muestra de este estudio no existe una

correlación significativa entre la severidad auto-informada y el número real de escapes

en la línea base, como obtenía Sandvik (2000) en sus estudios.

PIU

46

Sin embargo, hay que destacar que las personas que informan de mala salud, que

consideraban que estaban mucho peor que el año pasado y peor o mucho peor que las

mujeres de su edad no han participado en el tratamiento por esta misma razón, por lo

que tal vez ha podido afectar en la perdida de datos relevantes entre el número real de

escapes y salud.

Demostrada, una vez más, la eficacia de los ejercicios de Kegel, encontramos

que lo complicado de este tipo de tratamiento es la adhesión al mismo. Todas las

mujeres que participaron en el estudio lo conocían y, sin embargo, no lo aplicaban. Este

trabajo quiere resaltar la importancia de un control externo adicional, por lo menos al

principio, que garantice la ejecución del tratamiento y muestre los resultado que se van

obteniendo. En este sentido Burgio et al. (2003) elaboró un estudio que comparaba

personas que se auto-aplicaban el tratamiento con la indicación de un manual y las que

tenían un control, como el que ya hemos explicado que lleva a cabo en sus estudios y

similar al que se ha llevado a cabo en el presente trabajo. Los resultados fueron que el

tratamiento con control fue significativamente más eficaz que el tratamiento auto-

aplicado.

Un segundo objetivo que se proponía este estudio era incorporar como hábito

diario los ejercicios de Kegel, al menos, dos veces al día. En este caso solo se ha

conseguido que 4 de las participantes realizaran los ejercicios, al menos 2 veces al día,

pero ninguna ha dejado de realizarlo por completo.

Por último, es importante destacar que mientras que en la mayoría de estudios se

identifica la IU como un problema que afecta significativamente al funcionamiento

social y emocional, en este se observa que, en general, las participantes no se sienten

afectadas por los escapes de orina en la mayoría de sus actividades y que a lo que más

PIU

47

afecta es al estado emocional y a los sentimientos de frustración, pero tampoco en gran

medida, solo un 25-30% sienten que les afecta ligera o moderadamente.

En resumen, se puede concluir que la IU es un problema que se puede tratar

mediante los ejercicios de Kegel sin tener un control exhaustivo de todas las variables

que influyen. Sin embargo, lo que sí es estrictamente necesario es un control externo

que vigile que se lleva a cabo el tratamiento para que se consiga el efecto esperado.

9. CONCLUSIONES

Las conclusiones a las que llegamos con los resultados obtenidos son:

• El aprendizaje y la adherencia al tratamiento de la IU con los ejercicios de Kegel

reduce los escapes de orina, sin control de variables físicas del tracto urinario.

• Para el aprendizaje y la adherencia al tratamiento es necesario un control externo

que garantice que se está llevando a cabo el tratamiento.

• El estudio ha resultado débil, por el sesgo de atrición desde la decisión de

participar en el estudio hasta la finalización del tratamiento.

• En este estudio han resultado más importantes y mediadoras las variables

relacionadas con percepción de salud que las variable físicas del tracto urinario.

PIU

48

10. REFERECIAS

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PIU

52

ANEXO 1: Entrevista estructurada de evaluación.

Dado que ha aceptado colaborar en este programa, vamos a indagar un poco más

sobre esta cuestión:

1. INCONTINENCIA URINARIA

- ¿Con qué frecuencia tiene pérdidas de orina?

1 = menos de una al mes.

2 = una o varias veces al mes.

3 = una o varias veces a la semana.

4 = todos los días y/o noches.

- ¿Qué cantidad de orina se le escapa?

1 = unas gotas o poco.

2 = más.

- ¿Tiene escapes cuando tose, estornuda, ríe o coge objetos pesados? ¿o cuándo

realiza algún otro esfuerzo?

- ¿Necesita ir al baño después de tener un escape de orina? O ¿Cuándo tiene ganas

de ir al baño siente sensación de urgencia?

- ¿Utiliza algún tipo de protector para los escapes, como compresas, pañales, o

algún otro?

o ¿Con qué frecuencia? (Nunca, En la calle, Durante el día, por la noche,

Siempre)

- ¿Tiene escapes por la noche?

- ¿Tiene escapes de algún otro tipo: gases o fecales?

- ¿Cuándo se ha hecho la última revisión ginecológica? ¿Por alguna razón en

particular? ¿recibió algún diagnóstico? ¿fue debidamente tratado?

- ¿Ha tenido infecciones de orina habitualmente? ¿con qué frecuencia?

PIU

53

- ¿Tiene problemas/dificultades para orinar?

- ¿Tiene hijos? ¿cuántos? ¿Cuánto pesaron al nacer? ¿fueron partos por cesárea o

naturales?

- ¿Ha realizado trabajos con cargas de peso?

2. SALUD

- En general, Vd. diría que su salud es :

- ¿Cómo encuentra ahora su salud comparada con la del año pasado?

- ¿Comparado con las personas de su misma edad y sexo, ¿cómo diría Vd. que se

encuentra en términos de salud?

- ¿Utiliza alguna ayuda para manejarse/desenvolverse en su vida diaria? Ej.:

bastón, silla de ruedas, etc.

1. NO.... SI...... Especifique...............................................

2. ¿Esto le produce algún problema para llegar al baño?

- ¿Tiene Vd. algún problema de salud que interfiera de alguna manera en sus

actividades (trabajo, labores domésticas)?

1. NO

2. SI, hace menos de 3 meses

3. SI, hace más de 3 meses

4 3 2 1 Muy buena Buena Regular Mala

5 4 3 2 1 Mucho mejor Algo mejor Igual Algo peor Mucho peor

5 4 3 2 1 Mucho mejor Algo mejor Igual Algo peor Mucho peor

0 3 2 1

PIU

54

- ¿Ha consultado Vd. al médico sobre este/estos problemas? (médico de cabecera,

neurólogo,…)

- ¿Podría decirme cuál o cuáles son estos problema/s?

- ¿En la actualidad tiene alguna/s enfermedad/es diagnosticada por el médico

aunque estén controladas con medicación?

- ¿Cuáles?

Tensión alta___ Problemas de corazón/circulación___

Reuma___ Varices___ Bronquitis/asma/tos crónica___

Diabetes___ Problemas digestivos___ Estreñimiento___

Parkinson____ artritis___ problemas de espalda____

Obstrucción urinaria/ atrofia de la vagina /anomalía en el tracto urinario___

Otras_______________________________________________________

- ¿Cuántos medicamentos toma Ud. al día?

- ¿Podría decirme cuál o cuáles son estos medicamentos (especificar su nombre o

para qué los toma)?

- A lo largo de su vida ¿ha sido operado de algo? ¿De qué?

- ¿Con qué frecuencia acude Vd. al médico?

- Comparado con la gente de su edad y sexo, ¿cómo diría que es su.../¿cómo se

valoraría en términos de...

NO SI, en los últimos tres meses

SI, en los últimos seis meses

SI, hace más de seis meses

1 2 3 4 Casi nunca Varias veces al

año Varias veces al

mes Varias veces a

la semana

PIU

55

Mucho mejor(4)

Algo mejor(3)

Algo peor(2)

Mucho peor(1)

...forma física?

...fuerza física?

...flexibilidad?

...resistencia física?

...rapidez o velocidad?

- Comparado con la gente en general, ¿cómo diría que supera los problemas o

situaciones conflictivas de la vida?

3. CALIDAD DE VIDA

¿Le afectan los escapes en:

1. Su habilidad para hacer actividades diarias (por ejemplo, arreglo diario)?

□ Nada □ Ligeramente □ Moderadamente □ Mucho

2. Su funcionamiento físico, como caminar o hacer algún otro tipo de ejercicio o

actividad física?

□ Nada □ Ligeramente □ Moderadamente □ Mucho

3. Sus actividades de ocio (jugar a las cartas, ver la televisión,...)?

□ Nada □ Ligeramente □ Moderadamente □ Mucho

4. Capacidad para viajar en coche, tren o autobús más de 30 minutos?

□ Nada □ Ligeramente □ Moderadamente □ Mucho

5. Participar en actividades sociales fuera de la residencia o una casa?

□ Nada □ Ligeramente □ Moderadamente □ Mucho

6. Su estado emocional (le hacen los escapes sentirse nerviosa, triste, molesta…)?

□ Nada □ Ligeramente □ Moderadamente □ Mucho

7. Sus sentimientos de frustración?

□ Nada □ Ligeramente □ Moderadamente □ Mucho

1 2 3 4 Mucho peor Algo peor Algo mejor Mucho mejor

PIU

56

4. MOTIVACIÓN.

- ¿Le gustaría que se resolviera esta situación?

- ¿Cree que se puede resolver?

- ¿Qué estaría dispuesta a hacer para conseguirlo?

PIU

57

ANEXO 2: Auto-registro de escapes.

Identificación: ____________

Fecha de entrega: _________ Fecha de Devolución: _________

Instrucciones:

Debe rellenar esta cuartilla de la siguiente manera:

- Ponga la fecha y haga un círculo en el día de evaluación que se encuentra (1º, 2º, 3º,

4º, 5º, 6º o 7º).

- Señale con una “X” en la casilla “orinar” cada vez que orine.

- Si tiene un escape marque con una “X” en la columna “escape” en la fila que

corresponda en intervalo de hora en que le ha pasado.

- Si tiene un escape mientras va a orinar, o tiene un escape y entonces siente la

necesidad de ir corriendo al baño, marque con una “X” en la columna

“Escape+orina” en el intervalo de hora que le haya ocurrido.

- (A partir de la semana 3 de tratamiento) Si realiza los ejercicios para prevenir un

escape marque con una “X” la columna “Ejercicio de prevención” en el intervalo de

hora que le haya ocurrido.

Fecha:________ Día: 1º 2º 3º 4º 5º 6º 7º

Horas Orinar Escape Escape + Orina

Ejercicio de prevención

7:00-9:00 9:00-12:00 12:00-15:00 15:00-18:00 18:00-21:00 21:00-24:00 NOCHE

PIU

58

ANEXO 3: Auto-registro de ejercicios.

IDENTIFICACIÓN: ______

Fecha de entrega: ________ Fecha de devolución: ________

Instrucciones:

Cada día debe realizar 30 contracciones repartidas a lo largo del día, en tres

posiciones distintas (de pie, sentada y tumbada). Así, por ejemplo, puede realizar 10

contracciones por la mañana sentada, 10 por la tarde de pie y 10 por la noche tumbada.

Puede dividir las 10 contracciones en grupos de 5, hacer primero 5 contracciones

y al cabo de unos minutos otros 5.

Cada contracción debe durar 10 segundos. Para controlar el tiempo, si no tiene

un reloj, puede contar hasta 10, separando los número por una “y” (uno y dos y tres y

cuatro y cinco y… hasta 10).

Si no puede contraer durante 10 segundos, entonces contraiga 5 segundos y

aumente el tiempo un segundo cada día.

Después de hacer 10 contracciones debe rellenar la siguiente tabla.

- La primera columna corresponde a los 7 días de la semana en que debe realizar

los ejercicios,

- la segunda, al momento del día en que tiene que hacer los ejercicios y

- las otras a la forma con que realiza los ejercicios (de pie, sentada y tumbada).

Debe poner una “X” en el cuadrante que coincida con el momento del día en el

que hace los ejercicios y con la forma en que los hace (por ejemplo, el día 1º, por la

mañana, sentada).

PIU

59

- (A partir de la semana 5) Debe poner una “X” cuando haga los ejercicios de

forma lenta. Y un “•” cuando haga los ejercicios de forma rápida.

Ejercicios DÍAS MOMENTO De pie Sentado Tumbado

1º Por la mañana X Por la tarde Por la noche 2º Por la mañana Por la tarde Por la noche 3º Por la mañana Por la tarde Por la noche 4º Por la mañana Por la tarde Por la noche 5º Por la mañana Por la tarde Por la noche 6º Por la mañana Por la tarde Por la noche 7º Por la mañana Por la tarde Por la noche

PIU

60

ANEXO 4: Entrevista estructurada de seguimiento.

- ¿Ha seguido teniendo escapes? o ¿ha vuelto a tener escapes?

- ¿Cuándo volvió a tener escapes?

- ¿Qué tipo de escapes ha tenido? o ¿en qué situaciones?

- ¿Sigue haciendo los ejercicios?

- ¿Con qué frecuencia?

PIU

61

ANEXO 5: Auto-registro de seguimiento.

- Marque con una “X” en la casilla “Escapes” si tiene algún escape el día de la

semana que corresponda.

- En la casilla de “Ejercicios” maque cada vez que haga ejercicios, en el día de la

semana que corresponda:

o una “X” si hace los ejercicios de forma lenta y al la do el número de

contracciones que realiza (si las cuenta).

o con un “•” si hace los ejercicios de forma rápida y al la do el número

de contracciones que realiza (si las cuenta).

Escapes Ejercicios Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado

Domingo

PIU

62

ANEXO 6: Tríptico.

PIU

63

PIU

64

ANEXO 7: Carta de consentimiento informado.

La incontinencia urinaria es una manifestación que puede evitarse en muchos

casos.

Desde la Universidad Autónoma de Madrid (baja la responsabilidad de la

Dra. R. Fernández-Ballesteros), se está llevando a cabo una intervención para ello. Se

trata de que Vd. aprenda una serie de ejercicios musculares y, posteriormente, que Vd.

los realice diariamente. Para conseguirlo, una psicóloga la visitará semanalmente

durante dos meses y con el fin de comprobar la mejoría, realizará un seguimiento a los

dos meses.

Esta es una intervención NATURAL, que no requiere NADA MÁS que la

realización de UNOS EJERCICIOS SENCILLOS. Esta intervención ha mostrado sus

efectos positivos en multitud de estudios científicos.

Como es perceptivo, le rogamos firme la presente AUTORIZACIÓN.

Nombre y Apellidos:

Fecha: