primeros pobladores del istmo de panamá

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1 UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PANAMÁ FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL CARRERA SANEAMIENTO Y AMBIENTE MATERIA: TÓPICOS DE GEOGRAFÍA E HISTORIA DE PANAMÁ GRUPO: 1SA- 231 INTEGRANTES: YINORIS MAGALLÓN 3-713-463 JENNY RUIZ 8-51-992 TÍTULO DEL TRABAJO: “PRESENCIA Y ORGANIZACIÓN DE LOS PRIMEROS GRUPOS HUMANOS EN PANAMÁ” PROFESOR: HARMODIO G. CENTELLA FECHA DE ENTREGA: 18 DE SEPTIEMBRE DE 2014

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PANAMÁ

FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL

CARRERA SANEAMIENTO Y AMBIENTE

MATERIA:

TÓPICOS DE GEOGRAFÍA E HISTORIA DE PANAMÁ

GRUPO:

1SA- 231

INTEGRANTES:

YINORIS MAGALLÓN 3-713-463

JENNY RUIZ 8-51-992

TÍTULO DEL TRABAJO:

“PRESENCIA Y ORGANIZACIÓN DE LOS PRIMEROS GRUPOS HUMANOS

EN PANAMÁ”

PROFESOR:

HARMODIO G. CENTELLA

FECHA DE ENTREGA:

18 DE SEPTIEMBRE DE 2014

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INTRODUCCION

Panamá cuenta con cinco culturas indígenas que han estado en Panamá desde

antes que Colón naciera.

La primitiva población indígena estaba formada por los caribes, al E., los chocoes,

al S., y los chibchas, que ocupaban las tierras altas del Oeste.

En el siglo XVI, cuando los españoles llegaron al istmo por primera vez, estaba

ocupado por los indios Cuna, Guaymí, Chocó, entre otras etnias. Este cruce de

razas derivó en el crecimiento de la población mestiza. Durante los tiempos

coloniales, se trajeron esclavos desde Africa, y así se desarrollaron más tipos

raciales cuando los negros llegaron al país. Durante el siglo XIX, con la

construcción de las vías ferroviarias de Panamá - Colón, arribaron nuevos grupos

raciales - Norteamericanos (primariamente desde Estados Unidos), Franceses y

Chinos. Durante la construcción del canal, llegaron más norteamericanos, y

también negros (desde Barbados Británica y Jamaica), españoles, italianos, y

griegos.

Concentrándose en una pequeña parte de la población, los indígenas se

diseminas por una extensa área, ya sea en las selvas tropicales o en la planicie. El

grupo indígena mas numeroso lo conforman los Guaymí, quienes habitan en las

provincias del oeste de Chiriquí, Bocas del Toro, y Veraguas. Los próximos en

números son los Cuna, quienes se encuentran en el archipiélago de San Blas y en

las costas cercanas. Los Chocó viven principalmente en la provincia de Darién.

Todos estos grupos preservan sus lenguajes nativos, pero muchas personas de

estos grupos también hablan español. A pesar que basan su subsistencia

cultivando, pescando o cazando, algunos indígenas Cuna son comerciantes,

marinos y mecánicos o trabajan en otros oficios. También muchos Guaymíes

trabajan en las plantaciones de banana al oeste panameño.

3

INDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………2

1. Presencia y Organización de los Primeros Grupos Humanos en Panamá

1.1. Poblamiento del Istmo………………………………………………………….4

1.1.2. El paleoindígena (9500 a 8000 a.C.)………………………………….5

1.1.3. Precerámico (8000 a 3000/300 a.C.)……………………………….…5

1.1.3.1. Precerámico temprano (8000 a 5000 a.C.)..………………...5

1.1.4. Precéramico tardío (5000 a 3000/300 a.C.)…………………….……6

1.1.5. Cerámica/agrícola (3000 a.C. a 1501 d.C.)……………………….….6

1.2. Situación de los aborígenes del Istmo a la llegada de los Europeos

1.2.1. La Región Oriental…………………………………………………..9

1.2.2. La Región Central……………………………………………….…..9

1.2.3. La Región Occidental………………………………………….……9

1.2.4. Los aborígenes durante el siglo XVI………………………..…..10

1.2.5. DEMOGRAFÍA PRE Y POSCOLOMBINA ………………………11

1.3. Grupos Aborígenes de Panamá en la actualidad

1.3.1. ANTECEDENTES…………………………………………….…….15

1.3.2. LOS NGABE – BUGLÉ…………………………………………….16

1.3.3. LOS KUNAS O DULES (TULES)…………………………………18

1.3.4. LOS EMBERÁ – WOUNAAN………………………………………21

1.3.5. EL PUEBLO BRI BRI. ……………………………………………..22

1.4. Sitios Arqueológicos de Panamá…….………………………………..23

1.4.1. Los albores de la arqueología en Panamá: William H. Holmes,

‘tribus antiguas’ y Chiriquí……………………………………..…24

1.4.2. Transcripción de Áreas Culturales Panamá Prehispanico....27

1.4.2.1. Gran Chiriquí o Región Occidental…………………....27

1.4.2.2. Gran Coclé o Región Central…………………………...28

1.4.2.3. Gran Darién o Región Oriental………….……………...29

CONCLUSIÓN…………………………………………………………………………..31

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………….…32

4

1. PRESENCIA Y ORGANIZACIÓN DE LOS PRIMEROS GRUPOS HUMANOS

EN PANAMÁ

1.1. Poblamiento del Istmo

Hombre y cultura en el Panamá Pre Colombino

El periodo Prehistórico es conocido en la historia de América como Precolombino

o Prehispánico o como ha aceptado llamarlo el Instituto de Geografía de Panamá

se comprueba por medio de los testimonios materiales de restos óseos humanos o

fragmentos de estos; por una cantidad significativa de industrias lítica, cerámica o

textil; por la presencia de lugares o sitios habitacionales y las tradiciones orales

recogidas por los cronistas del siglo XVI.

Puede considerarse la prehistoria de Panamá (Época Precolombina/Prehispánica)

como el lapso que se inicia con la llegada de los primeros grupos humanos y que

finaliza con la aparición de una forma escrita alfabética (documentos conocido

como la carta/carta de relación del IV viaje de Colón).

Son múltiples las relaciones existentes entre la prehistoria de Panamá y de

América. Esa relación estriba en ciertos problemas generales o fundamentales

que aún no han sido del todo dilucidados y que se presentan a través de alginas

teorías. Entre estos problemas pueden enunciarse:

1. El origen de la especie humana

2. El origen del hombre americano. Se han formulado teorías tales como:

origen único (teoría de Hrdlicka); origen múltiple (teoría de Rivet/otros).

3. Las posibles rutas de migración de la población indígena americana.

4. La originalidad o no de las culturas americanas

5. Los contactos culturales extracontinentales.

Es indiscutible que la población del istmo de Panamá tiene que estar

directamente vinculada a esos problemas y son de gran importancia en la

historia de América porque constituyen las bases iniciales del proceso

histórico americano y el origen primario de sus culturas.

5

A. Cronología prehistórica de Panamá: En el istmo de Panamá se han

encontrado hasta ahora tres horizontes culturales básicos: paleoindígena,

precerámico, cerámico/agrícola. Horizonte cultural es la relación dinámica

existente entre un determinado estrato y que permite determinar diferenciaciones

tipológicas y modo de vida de una cultura.

1.1.2. El paleoindígena (9500 a 8000 a.C.): Corresponde a los primeros grupos

humanos que llegaron a nuestro territorio como sus primeros pobladores y que

dejaron huellas de su existencia o permanencia en él.

Mediante la arqueología comparativa el Dr. Richard Cooke (fechajes en base al

c-14) indica que los primeros hombres pudieron llegar al istmo antes de 11,000

años a.C., aunque los artefactos más antiguos encontrados en Panamá datan de

una fecha en los alrededores de 9500 a 8000 a.C.

La evidencia de esa ocupación la comprueban importantes hallazgos aislados, es

decir, no asociados con otras pruebas materiales, las puntas de proyectil

“paleoíndias” (guarda relación con la punta “clovis” norteamericana) bifaciales,

encontradas en los sedimentos de la boca del canal (islote del lago Gatún, playa

Farfán), en las orillas del lago Alajuela (antiguo Madden) y en la laguna de la

Yeguada.

El paleoíndigena era un hombre de vida nómada, recolector y cazador. En “el

Hatillo” (Herrera) se ha encontrado restos de mastodontes perezosos gigantes,

armadillo enorme y caballo americano, especies todas paralelas al primer hombre

del istmo.

1.1.3. Precerámico (8000 a 3000/300 a.C.)

1.1.3.1. Precerámico temprano (8000 a 5000 a.C.): Según el Dr. Cooke

reemplazo del pleistoceno por el holoceno, trae consigo el aumento de las

temperaturas como el nivel del mar, desaparecieron los grandes mamíferos. En

el istmo, la población obtendrá sus alimentos de la pesca, la recolección de

crustáceos y moluscos; las semillas de árboles silvestres (punto de partida de la

6

agricultura). Ejemplos de evidencias humana durante este período se tienen en

la “cueva de los vampiros” (Coclé), donde artefactos de piedra datan de 6610

años a.C. y “la mula” en Sarigua, Herrera, con materiales bifaciales.

1.1.4. Precéramico tardío (5000 a 3000/300 a.C.): En el 5000 a.C., se inicia, según

Cooke, el precerámico tardío con duración cercana al inicio de la fabricación de la

cerámica.

Los estudios han sido referidos a las cuencas de los ríos Santa María (Veraguas)

y Grande (Coclé), ambas en la Región Central y la Coordillera de Salamanca, en

la Región Occidental.

Un sitio representativo de este período lo es “Cerro Mangote” (a 10 km. de la

desembocadura del Santa María/en Aguadulce) depósito de desperdicios de

conchas marinas, crustáceos, moluscos y otros animales. Los artefactos de piedra

son simples en su forma. Parecen haber conocido algunas técnicas de tejidos

gruesos de fibras vegetales.

1.1.5. Cerámica/agrícola (3000 a.C. a 1501 d.C.): Presenta una diversidad de pueblos

sedentarios y semisedentarios; corrientes humanas procedentes de Norte y

Suramérica, con modos o culturas de vida simple, otros en proceso de desarrollo.

Algunas de estas fueron contemporáneas y otras no. Pero en general vivieron

fundamentalmente del cultivo del maíz y mantuvieron una industria variada en la

producción de recipientes hechos de barro crudo o cocido.

Digno de mención es el Sitio de Monagrillo (3000 a.C. a 1000 a.C.) en cuanto a

la cerámica se refiere. Ubicado cerca del río Parita en Herrera. De posterior fecha

es la alfarería de Sarigua que presenta nuevas decoraciones y más tardía aún es

la cerámica “estratificada” de la Concepción (Chiriquí), Cerro Guacamayo

(Coclé) y Agua Buena (Panamá). Todas fueron hechas por pueblos sedentarios

que practicaban la agricultura y particularmente cultivaban el maíz, frijoles y

tubérculos.

7

Similar a cerámica de Agua Buena es la encontrada en Sitio Barriles (Chiriquí),

con sus monumentales esculturas monolíticas que indican la existencia de un

centro ceremonial.

Las posteriores muestras de cerámicas de la Región Central ponen de manifiesto

una mayor organización política y social de los grupos indígenas por ella

representados, como es el caso de sitio Conte (Coclé) la más representativa

muestra de la técnica precolombina en víspera de la llegada de los españoles.

Por otro lado cabe mencionar que algunos investigadores de Panamá clasifican el

poblamiento del Istmo en cuatro etapas similares a las antes mencionadas que

veremos a continuación.

Según el Doctor RICHARD COOKE, del Instituto Smithsonian de Investigaciones

Tropicales, las primeras evidencias de grupos humanos en Panamá se remontan a

aproximadamente unos 11,000 años.

De esta época se han encontrado herramientas de piedra clásica, como puntas de

lanzas, raspadores, cuchillos para matar, desollar y descuartizar mamíferos ya

extintos. Dichos instrumentos han sido ubicados en el Lago Alajuela y en Sarigua,

en las Provincias de Colón y Herrera, respectivamente.

Este investigador señala que las relaciones biológicas y culturales que existen

entre los siete grupos de indígenas americanos que residen en Panamá hoy por

hoy.

Cinco -bribris (inmigrantes durante el siglo XX), ngöbés (guaymíes, "moveres"),

buglés, ("bokotás", "sabaneros"), tiribies ("teribes / térrabas"), y tules ("kuna"),

hablan idiomas que pertenecen a la Estirpe Chibchense del Filo Paya-Chibcha.

La conclusión más importante de estas investigaciones señala que los grupos

chibcha-hablantes de Costa Rica y Panamá, lejos de ser inmigrantes recientes,

han permanecido en el Istmo Centroamericano desde hace muchos milenios.

8

De acuerdo a la antropóloga panameña, REINA TORRES DE ARAUZ, el Istmo ha

servido desde el momento de su nacimiento geológico, como paso y puente de las

diversas culturas del Norte, del Sur y del Caribe.

El investigador ANIBAL PASTOR NUÑEZ señala que el poblamiento del Istmo de

Panamá ocurrió entre los años 11,000 y 10,000 a.C., pasando por un período de

cuatro etapas, conocido como la Prehistoria de Panamá:

CAZA, RECOLECCION Y PESCA (10,000 a 3,000 a.C.). Es el período más

antiguo, conocido como la Edad de Piedra (Paleolítico Superior). El hombre vivía

como nómada y dependía de los frutos que podía recoger de plantas silvestres, de

la pesca, de las conchas y mamíferos que podía cazar.

AGRICULTURA FORMATIVA (3,000 A 1,500 a.C.). El hombre continúa su

evolución y pasa a una agricultura de tubérculos.

AGRICULTURA ESTABLECIDA (1,500 a 300 a.C.): De acuerdo al autor, para esta

época es indudable la agricultura intensiva de maíz en Panamá (principal cultivo),

asociado con cultivos de frijol común y probablemente aguacate. Esto le permite al

hombre panameño asentarse y pasar de una agricultura inicial o formativa a una

agricultura establecida, que propicia la sedentarización y la existencia de

pequeñas aldeas, iniciándose así la formación de los grandes cacicazgos que se

organizan posteriormente.

AGRICULTURA EXTENSIVA (300 a.C. hasta la Conquista). Esta etapa coincide

con la llegada de los conquistadores españoles. El hombre panameño ocupaba

grandes aldeas agrícolas rurales organizadas, las que contaban con una alta

densidad poblacional. Una vez llegados los europeos, esta situación duró poco

tiempo, toda vez que en las primeras décadas, la mayoría de los pueblos

indígenas habían desaparecido.

9

1.2. Situación de los aborígenes del Istmo a la llegada de los Europeos

A. Áreas culturales: Resulta más fácil estudiar las culturas indígenas panameñas al

momento de la conquista, si nos atenemos a una división regional de éstas. En

base a ello, pueden señalarse:

1.2.1. La Región Oriental: Área de Chame, pasando por la zona de tránsito y el valle

interior del Bayano, hasta el Darién. En esta región los españoles observaron

grupos Cuevas y para el siglo XVI a los Cunas, y para el siglo XVII a los Emberá,

Wounnan (Chocoes).

1.2.2. La Región Central: Entre Chame y la estructura montañosa del Río Tabasará,

con una gran cantidad de cacicazgos, lenguas diferentes (siglo XVI) y una cultura

material relativamente homogénea. Entre algunos cacicazgos están: Parita (ríos

Parita y la Villa), Natá (río Chico, Grande, Coclé) y Chirú (SE del Valle de Antón).

1.2.3. La Región Occidental: Abarca las provincias de Bocas del Toro y Chiriquí, las

cuales para el siglo XVII eran habitadas por Ngobes (Guaymies), Doraces,

Changuenas y Buricas.

A la llegada de los españoles se dan algunas cifras aproximadas para la población

de Panamá, estimándola entre 200000 y 400000 habitantes indígenas (Suárez

Jaén).

Los españoles encontraron un territorio densamente poblado, algunos lo

fijan en una población de un millón de habitantes. Otros, más conservadores, lo

establecen entre 600,000 y 700,000 habitantes. De igual forma, se encontraron

grandes cacicazgos, organizados política y militarmente, de tipo teocrático, con

una nobleza sacerdotal con varios estratos sociales: nobles, militares, sacerdotes,

pueblo y esclavos. Representados en el centro del territorio por Esquina, Urracá,

10

París, Escoria, Natá y Chirú y por pueblos amerindios ahora desaparecidos del

occidente como los Chánguenas, Doraces y Zuríes. Como descendientes de estos

pueblos, encuentran los actuales Ngöbe-Buglere-Guaymí, los que ocupan las

tierras altas de Veraguas, Chiríquí y Bocas del Toro.

1.2.4. Los aborígenes durante el siglo XVI

Durante el siglo XVI los pueblos indígenas del Neotrópico experimentaro

transformaciones sociales y culturales para las que los adjetivos empleados por

los historiadores para describirlas —“trascendentales”, “catastróficas”,

“drásticas”— no son hipérboles. Sin embargo, la invasión y colonización españolas

no condujeron inexorable ni uniformemente al sometimiento, aculturación y

extinción de aquéllos. En el Istmo de Panamá, la resistencia opuesta por algunos

sectores de la población autóctona desde el inicio del periodo colonial, aunada al

escaso número de colonizadores europeos y a su incapacidad de adaptarse

efectivamente a zonas ecológicas que no fueran pastizales y sabanas,

restringieron la ocupación secular española a la zona de tránsito, a unos cuantos

asentamientos ganaderos en la vertiente del Pacífico y a una que otra mina rara

vez explotada continuamente por mucho tiempo.

Claro está, cuando se comparan la situación de los indígenas para el siglo XVI, así

como la condición del entorno antropogénico que ellos venían creando desde

hacía muchos milenios, con las que regían un siglo después, las diferencias son

tajantes: para el siglo XVII se acusa una población considerablemente reducida,

una gran parte de ésta hispanizada; idiomas y etnias extintos; una afluencia de

indígenas forasteros introducidos por los españoles; una cultura material y

relaciones económicas grandemente cambiadas; en áreas todavía “de guerra”, un

patrón de asentamiento consistente en comunidades pequeñas y esparcidas; la

rápida dispersión de cultivos y animales domésticos foráneos; y, por último, una

vegetación más boscosa y menos cultivada que la del siglo XVI.

Es importante señalar, sin embargo, que en este ambiente radicalmente cambiado

nacieron las semillas de la recuperación demográfica y cultural indígena que

comienza a sentirse a partir del siglo XVII. Aunque la muerte de idiomas y etnias

11

continuara durante los siguientes siglos de dominio hispano —caso ejemplificado

por los dorasques y chánguenas— siete grupos étnicos lograron sobrevivir hasta

el siglo XXI; dos de éstos, los ngöbé y kuna, con poblaciones considerables,

aproximadamente 130,000 y 50,000 respectivamente.

1.2.5. DEMOGRAFÍA PRE Y POSCOLOMBINA

El tema que acapara la atención de los investigadores cuando discuten sobre el

primer contacto con los indígenas es el del decaimiento repentino de su población.

Según Alfredo Castillero Calvo, los aproximadamente 13,000 indígenas censados

en 1519–1522 representan un “punto de referencia esencial para medir los efectos

devastadores de la conquista”. Gonzalo Fernández de Oviedo estuvo consciente

del deber del cronista de tratar de explicar cómo una población que, según él,

“pasaba de dos millones, o era incontable... se acabó... en tan poco tiempo”. Los

soldados que participaron en las primeras incursiones sabían que el presumir que

la mano de obra era inagotable fue una causa primaria del descalabro

demográfico. En las palabras de Pascual de Andagoya, cuando expresó en 1514,

“todas estas gentes que se traían que fue mucha cantidad llegados al Darién los

echaban a las minas de oro, que había en la tierra buenas... [Los españoles]

nunca procuraron hacer ajustes de paz, ni de poblar, solamente era traer indios y

oro al Darién, y acabarse allí”. La desolación observada por un dominico en 1515.

—“toda la mayor parte de la gente que había desde el Darién hasta Nombre de

Dios y después atravesando allí a la costa del Sur, es muerta y destruida” fue

confirmada por Fernández de Oviedo al señalar que “[la provincia de] Cueva

estaba muy poblada de mar a mar y desde el Darién a Panamá lo cual todo al

presente está cuasi yermo e despoblado”.

El distinguir entre los estimados de Fernández de Oviedo y los de historiadores

quienes abogan por una población de 150,000 a 250,000 indígenas en vísperas de

la conquista, debería de estar al alcance de arqueólogos que, cuando trabajan

mancomunadamente con matemáticos y ecólogos, son capaces de convertir datos

desprendidos de los recorridos de campo y de las apreciaciones teóricas de la

12

capacidad de sostén de distintos hábitats en modelos sobre la distribución y

densidad de la población autóctona. Sin embargo, en lo que respecta a Panamá

hay disponibles pocos datos de campo confiables sobre las unidades

demográficas básicas —la casa y el asentamiento— y la relación que guardan

éstos con otras interrogantes; por ejemplo, si los sitios arqueológicos eran

ocupados de manera continua o si todo el espacio cubierto por sus restos

culturales era usado simultáneamente. Estos problemas se abultan por el margen

de error de las fechas de 14C, cuya envergadura es siempre mayor que dos

generaciones humanas (80 años). Además, para el 1400 d. C. las crecientes

oscilaciones de las curvas de calibración dendroconológica aumentan la

inseguridad estadística de los cálculos de la edad. Por consiguiente, es difícil

traducir las medidas empleadas por los arqueólogos —como la máxima extensión

de los restos culturales “coetáneos”— en números confiables de habitantes. Por

otro lado, es fácil caer en el error de asumir a priori que una población humana

guarda una relación constante y previsible con la capacidad de sostén de la región

que habita. Aunque se comprenda el trasfondo ecológico detrás de la aseveración

de Castillero Calvo de que los cacicazgos de Azuero y Darién localizados en

zonas fluvio - estuarinas representaban el 70% de la población del Istmo, cabe

advertir que durante la época precolombina algunos recursos primarios en los

sistemas de trueque y por ende determinantes del prestigio de quienes los

extraían y canjeaban —como el basalto para hacer hachas, las lavas y tobas para

las piedras del moler, el oro y el cobre— se encuentran concentrados en zonas

cordilleranas o caribeñas, las cuales no eran las más adecuadas para mantener

poblaciones nucleadas o densas. Recientes recorridos arqueológicos por el Caribe

central han constatado la presencia de sitios precolombinos de extensión

considerable, incluso cuatro con terrazas artificiales, en un caso (LP-11) revestidas

con piedras. Se supone que la importancia de éstos estuvo relacionada con los

beneficios económicos que traía la extracción de materias primas, cuyo canje

aseguraba el abastecimiento de alimentos.

13

Aunque todavía no se pueda estimar con precisión el tamaño de la población

precolombina para el siglo XVI en base a datos de campo arqueológicos, sí se

puede proponer generalizaciones razonables sobre su distribución y concentración

a lo largo del Istmo, las cuales llaman la atención sobre la magnitud del cambio

demográfico ocurrido después de esta fecha. Un patrón que se desprende de los

resultados de los recorridos sistemáticos realizados en la vertiente del Pacífico es

el de la aglutinación de la población precolombina en vegas aluviales durante los

últimos 2,000 años de la época precolombina.

Olga Linares y Payson Sheets estimaron la población de los valles de Volcán y

Cerro Punta (Figura 1) en aproximadamente 2,400 personas, lo que se traduce en

una densidad de 39 personas/km2. Esta cifra sobrepasa con creces la de las 9.1

personas/km2 inferida por Kathleen Romoli para todo el territorio cueva el cual,

según esta historiadora, habría tenido unas 230,000 personas. Si bien los datos

chiricanos no corresponden a la situación al momento de la conquista española —

porque el valle de Cerro Punta fue abandonado después de la segunda erupción

holocénica del volcán Barú entre el 600 y 1000 d. C.—, sí señalan cuán densa

pudo haber sido la población precolombina en zonas de alta productividad agrícola

aun en las que escaseaba la proteína de origen animal. Se supone que en otras

zonas aledañas a los estuarios de la costa del Pacífico, donde había abundantes

alimentos de origen animal que los indígenas aprovechaban eficientemente,

habrían existido mayores densidades de población que en la cordillera de

Talamanca, tal y como lo sugiere Castillero Calvo. Basándose en datos menos

confiables que los de Linares, Richard Cooke estimó que la población del

cacicazgo de Escoria, localizados en el curso bajo del río Santa María, habría

tenido cerca de los 7,800 habitantes. Suponiendo que este territorio cubría 176

kilómetros cuadrados, la densidad de población estaría cerca de los 44

habitantes/km2. Un recorrido de completa cobertura realizado entre 2001 y 2002

por Ilean Isaza en el curso bajo del río La Villa presenta un panorama que bien

podría tipificar otros ambientes similares en el Istmo entero para el siglo XVI:

asentamientos casi continuos en ambas bandas del río desde el 500 hasta el

14

1400–1500 d. C. Si visualizáramos campos cultivados localizados en los espacios

libres de restos culturales, este ambiente se compaginaría con las descripciones

hechas por los soldados de Pedrarias Dávila de este río “todo poblado”, según

Gaspar de Espinosa, y “de grande posición para maizales y yuca y todos los

bastimentos de indios”.

En resumen podemos señalar que el Istmo de Panamá se encontraba habitado en

su mayoría por una población considerable, sin embargo, el abuso de los

europeos al pueblo nativo provocó el descenso de los habitantes, quiere decir esto

que nuestros aborígenes desmejoraron su calidad de vida por tener que realizar

trabajos forzados y tener que convivir con una cultura invasora la cual poseía

creencias diferente a las de ellos.

1.3. Grupos Aborígenes de Panamá en la actualidad

Se trata de los grupos humanos, socialmente hablando, que poseían el territorio,

del hoy llamado Istmo de Panamá, cuando llegaron los españoles. Sus

15

descendientes son los grupos indígenas, autóctonos, que prácticamente no se

mezclaron con otros grupos, dejando limpio el legado cultural a sus

descendientes. Entendiendo que dentro de su cultura están comprendidas sus

creencias religiosas, lenguaje, principios morales y la costumbre o tradiciones.

1.3.1. ANTECEDENTES

Al arribo del Capitán Rodrigo de Bastidas, acompañado del Almirante, Cristóbal

Colon, en su segundo viaje a América, descubrieron Panamá en 1501, existían

más de 60 tribus indígenas.

Nuestra población es 2,839,1777 de los cuales 200,368 son indígenas,

representando cerca del 5% de la población.

Las reservas o pueblos indígenas de Panamá difieren en tamaño y distribución de

acuerdo a la posición y clima. Muchos de ellos se instalaron en los ríos más largos

de la república de Panamá, como por ejemplo el Tuira y Chucunaque en Darién, y

al área central del país hacia las provincias de Coclé, Herrera y Veraguas.

La cultura Cueva fue descrita por los españoles como los que venían de Punta

Chame en el Pacífico, atravesando Río Indio en el Atlántico y hasta el Golfo de

Uraba en la frontera Colombiana.

El impacto de la conquista fue muy drástico ya que se desarrollaron grandes

poblaciones, enfermedades, guerras entre tribus y finalmente el mestizaje.

A mediados del siglo XVI las culturas indígenas del Darién, Panamá, entre otros,

fueron desapareciendo debido a la sistemática política de muerte que Pedrarias

Dávila había implantado.

Hoy en día, Panamá cuenta con 7 grupos indígenas, los cuales sobrevivieron a la

conquista. Había 3 grupos importantes: Los Guaymíes y Kunas que pertenecían a

las tribus Chibchas y de quienes se extendió la influencia desde Nicaragua hasta

Colombia y Ecuador; los Chocoes pertenecen al grupo Caribe los cuales eran

originarios de Guyana y Brasil mudándose hacia la región Colombiana Chocoe y

dividida entre los Emberá y Wounaan. También los grupos más pequeños como

los Bri bri, Bugle o Bokota, Tiribie o Teribe, son descendientes de los Chibchas.

16

1.3.2. LOS NGABE – BUGLÉ

1. Ocupan el territorio de las regiones montañosa de las provincias de Chiriquí y

Veraguas, además del territorio de la provincia de Bocas del Toro.

En 1997 se creó la Comarca Ngäbe – Buglé, abarcando gran parte del territorio

donde este grupo habitaba.

Ngäbere y el Buglere. El alfabeto Ngäbere tiene 26 letras: 8 vocales (a, ä, e, i,

o, ö, u, ü) y 18 consonantes (b, ch, d, g, gw, j, k, kw, l, m, n, ng ,ngw, ñ, r, s, t,

y). El alfabeto Buglere está formado por 25 letras: 5 vocales y 20 consonantes.

A través de sus lenguas siguen transmitiendo el conocimiento cultural a sus

generaciones. Tienen poco o ningún dominio del idioma español.

Este grupo, los NGABE – BUGLÉ, indígena más numerosa de Panamá. Recoge

un total de 127 a 417 personas según el censo de 1990. Esta información refleja

que el 65.6% de la población indígena de Panamá lo conforma este grupo.

Anteriormente se conocía a este grupo tribal como"Guaymí". Los Ngabe – Buglé

están subdivididos en dos grupos por el idioma:

Los Ngäbes: subgrupo más numeroso, ocupa el territorio de la provincia de Bocas

del Toro y en cuatro distritos de la provincia de Chiriquí: Tolé, Remedios, San Félix

y San Lorenzo.

Los Buglés: Es el subgrupo menor poblado y se radican, en su mayoría en la

provincia de Veraguas y en la zona limítrofe de Veraguas y Bocas del Toro.

Todo miembro de este grupo social tiene derecho al usufructo de la tierra, de

acuerdo con sus patrones tradicionales.

Es difícil describir las características físicas de sus poblaciones, porque sus

viviendas están muy distantes una de la otra, para ellos los conceptos de distancia

son totalmente diferentes a los que manejamos a nivel de la cultura general

panameña. Cada vivienda está rodeada de una espesa vegetación. Los habitantes

del sector de las provincias de Veraguas y Chiriquí tienen viviendas pequeñas,

todas forradas a manera de ranchos redondos, en el sector de Bocas del Toro las

viviendas son más amplias cimentadas sobre pilotes, llamados tambos con

paredes más altas, también forradas a manera de rancho rectangular.

17

A pesar de las distancias entre las viviendas, éstas comunidades funcionan de

manera muy cohesionada y activa como cualquier otra comunidad en la

República. Su cultura se ha formado y enriquecido como producto de condiciones

históricas, entorno físico en donde se han desarrollado, sus contactos con otros

pueblos, los sucesos vividos y las dificultades por las que han atravesado a lo

largo de su existencia. Al igual que todo grupo humano, entendemos por la cultura

de esta étnia: la necesidad de responder a sus necesidades materiales y

espirituales, tales como abrigo, alimento, protección de la inclemencia del tiempo,

las enfermedades, de las condiciones adversas, así como la necesidad de

comunicarse, de relacionarse con otras personas, de expresarse emocionalmente

y buscarle propósito a la vida, a la naturaleza y al ser humano.

A través de la historia, los grupos indígenas, han modificado algunas de sus

costumbres, esto, por el impacto social de las colonias. La sociedad colonial, así

como la sociedad republicana, han contribuido a cambios significativos. Uno de

estos efectos es el que incide en la ubicación entre una casa y otra de los ngäbe.

Cuentan los ngäbe, que antiguamente, tanto Ngäbe como Buglés vivían muy cerca

unos de los otros.

A la llegada de los colonizadores y de los ciudadanos de la nueva República,

comenzaron los conflictos territoriales. Los grupos se fueron relegando y

separando para buscar donde refugiarse. Así se dio inicio a las comunidades "jutá"

como ocurre hasta estos días.

Los Ngäbe – Buglé es un grupo indígena que choca totalmente con la percepción

de los conceptos valorativos de la sociedad latina, desde lo que para nosotros

puede ser falta de pudor o moral, hasta los conceptos de tiempo en el accionar del

hombre (ser humano) dentro de la naturaleza. Es por esto que para un latino

común el actuar de estos grupos puede parecer, más bien, gente vaga, con falta

de motivación y que no buscan un sentido productivo a la vida.

Este grupo practica la balsería, llamada: "Krungkita" actividad social que sirve para

estrechar lazos con otras comunidades y establecer posiciones de liderazgo

dentro del grupo. Este deporte es preparado con antelación, se tiene mucho

cuidado en la vestimenta a usarse, quiénes van a ser los participantes, la comida,

18

bebida, los instrumentos que se van a usar y algo de suma importancia, las reglas

del juego, los parámetro que se van a establecer para el desarrollo de la

competencia.

Como ocurre en las sociedades del mundo, al calor del licor se suscitan peleas

entre los competidores; a pesar de ello, esto no es lo más importante de la

competencia para los "Ngäbe", se trata de la convivencia de hermanos que

comparten con alegría un tiempo juntos.

De las hermosas artesanías que confeccionan los "Ngäbe-Buglé" se desconoce su

origen y su simbología, lo cierto es que a nivel mundial, las chácaras, chaquiras y

las naguas (Batas con diseños en telas de colores vivos) son conocidas por el

gran valor artístico que tienen.

4. Leyes que les rigen

La Comarca está sujeta a un régimen político y jurídico especial, regulado por su

Carta Orgánica. Las leyes que rigen a todos los panameños, la Constitución, los

Códigos y demás Decretos y Resoluciones, funcionan para ellos si no están dentro

de su Comarca, una vez en su territorio, cuentan con una autoridad indígena que

interpreta y dosifica sus leyes, además, nuestra legislación regula aspectos

indígenas. Rige el Convenio 169 de 1989. Tienen derecho a conservar sus

costumbres e instituciones propias, pero que no sean incompatibles con los

derechos fundamentales definidos por el derecho jurídico nacional, nio con los

derechos humanos cuyo reconocimiento es Internacional.

1.3.3. LOS KUNAS O DULES (TULES)

1. Su población radica dentro de las comarcas de Kuna Yala y de Mandungandí

en Bayano, cerca de la frontera con Colombia existen algunos poblados y en la

Reserva de Ugandí en Darién. Hoy en día los Kunas viven en el Archipiélago de

San Blas en el Caribe panameño, en la provincia de Darién en la parte alta del

río Chucunaque y Bayano. La población actual es de 53,000 personas.

Kuna o Dule Gaya.

2. Lenguaje Usado

19

Su sociedad está basada en normas ancestrales bien definidas que rigen toda

su organización. Por ejemplo su estructura familiar es sumamente compleja. A

diferencia de otros grupos, la mujer tiene un rol sobresaliente, la vida familiar se

consolida alrededor de ella.

La familia esta compuesta por la madre, el padre, las hijas, los hijos (solteros),

las hijas casadas con sus esposos y los hijos de éstos, así todos habitan una

misma casa y comparten de igual forma la responsabilidad de proveer lo

necesario para el bienestar de la familia.

El matriarcado impera en esta sociedad, el nacimiento de una niña es motivo de

suma alegría, pues ella preservará la familia en su continuidad. A diferencia de

la sociedad occidental que se le da importancia a los varones como figura que

preserva la raíz social a la que pertenece, los Kuna o Dule consideran que esa

raíz permanece en el seno materno.

Los Kunas que vivieron en Darién hasta el siglo XVIII empezaron a mudarse

cerca de la costa caribeña de San Blas cuando los españoles iniciaron su

travesía por el istmo.

Hoy en día los Kunas viven en el Archipiélago de San Blas en el Caribe

panameño, en la provincia de Darién en la parte alta del río Chucunaque y

Bayano. La población actual es de 53,000 personas.

Los Kunas son únicos en su cultura y en su estructura política, siempre han

peleado por sus derechos. En 1925 la revolución Tule comenzó cuando el

gobierno central los quería absorber dentro del gobierno nacional, y no fue

hasta 1938 que los Kunas se incorporaron después que el gobierno les

garantizara sus derechos a la autonomía y reserva comarcal.

Bajo el status de comarca controlan 365 islas y 2,357 kilómetros de la costa.

Sólo 50 islas están inhabitadas mientras que el resto son utilizadas para

plantaciones de palma de coco de donde se extrae la copra la que sirve como

producto para hacer el trueque con mercaderes colombianos.

Comarca es la tierra donde habitan los indígenas en la cual existe una

administración de leyes internas y políticas sociales bajo la jurisdicción del

gobierno. Cada comunidad tiene su jefe Sahila, líderes y legisladores.

20

Realizan un congreso general dos veces al año para discutir asuntos

comunitarios y elegir los tres Sahilas o Caciques.

El Nele es el curandero o médico a base de hierbas.

Los Kunas tienen una sociedad Matriarcal en donde el hombre trabaja para la

prosperidad de la familia de la mujer. El hombre Kuna se dedica a la agricultura

con métodos de quema, también práctica el buceo para conseguir langostas y

Centollos para ser vendidos a Cruceros y compañías locales.

La mujer cose las famosas "Molas" que son una aplicación con labores

increíblemente bellas e internacionalmente reconocidas.

También las "Molas" son parte del atuendo diario de vestir acompañadas de

una falda larga con vistosos colores. Para embellecerse ellas lucen una línea

negra en el centro de la nariz, la tinta negra la extraen de la jagua o zaptur.

No podemos olvidar el anillo que se ponen en la nariz cuando llegan a la

pubertad, chaquiras o cuentas de colores alrededor de las muñecas de las

manos y en los tobillos. Para ceremonias especiales utilizan unos grandes

aretes redondos de oro puro.

Sus danzas tradicionales y músicas son llamas "noga cope" y los instrumentos

utilizados son flautas de bambú y maracas hechas de calabaza.

Tienen su propio dialecto el que es enseñado en casa. Los Kunas son

probablemente los grupos indígenas más fuertes de centro América

manteniendo su identidad. Hoy en día, los otros grupos indígenas pelean por

sus derechos para tener sus propias comarcas y proteger sus tierras de

extraños con la ayuda de consejeros Kunas, también muchos miembros de las

comunidades son pintores, poetas, artistas y graduados de universidades

internacionales. Hubo un Presidente de el Asamblea Nacional que era Kuna y

su gestión fue buena.

3. Quiénes son

4. Leyes que les rigen

El reconocimiento legal del territorio Kuna se concretó mediante la Ley No 16 de

19 de febrero de 1953, que organizó la Comarca Kuna Yala.

21

El Gobierno y la administración de justicia local lo ejerce tres caciques llamados

Sáhilas, cada uno representa la división administrativa interna de su comarca.

También existe un intendente, que tiene la categoría de Gobernador y representa

al Ejecutivo en la comarca Kuna Yala. . Rige el Convenio 169 de 1989. Tienen

derecho a conservar sus costumbres e instituciones propias, pero que no sean

incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el derecho jurídico

nacional, nio con los derechos humanos cuyo reconocimiento es Internacional.

1.3.4. LOS EMBERÁ – WOUNAAN

1. Radican en la comarca Wounaan en Darién, también ocupan tierras colectivas

tanto en la provincia de Darién como en la provincia de Panamá.

2. Territorio Que Ocupan

3. Lenguaje Usado: Emberá- Woun Meu.

4. Ley que los rige

A partir de la Ley 22 de 8 de noviembre de 1983, forman parte de la Comarca

Emberá-Wounan. . Rige el Convenio 169 de 1989. Tienen derecho a conservar

sus costumbres e instituciones propias, pero que no sean incompatibles con los

derechos fundamentales definidos por el derecho jurídico nacional, nio con los

derechos humanos cuyo reconocimiento es Internacional.

V. LOS NASOS (TERIBES)

1. Viven en la región del río Teribe en la provincia de Bocas del Toro muy cerca

de la frontera con Costa Rica.

2. Territorio Que Ocupan

3. Lenguaje Usado: Naso.

4. Ley que les rige

Tienen su autoridad local. . Rige el Convenio 169 de 1989. Tienen derecho a

conservar sus costumbres e instituciones propias, pero que no sean incompatibles

con los derechos fundamentales definidos por el derecho jurídico nacional, no con

los derechos humanos cuyo reconocimiento es Internacional.

22

1.3.5. EL PUEBLO BRI BRI.

El pueblo Bri Bri de acuerdo a informe de la defensoría del Pueblo en el año 2000,

es otro grupo étnico que habita en la región fronteriza Panamá-Costa Rica.

Habitan las riberas del Río Yorkin y Sixaola, en el Distrito de Guabito, Provincia de

Bocas Del Toro.

La Etnía es casi desconocida, son unas 400 familias. Lejos del desarrollo y sin ser

censadas, sus aspiraciones son tener una comarca. Tienen sus dirigentes,

quienes aplican sus leyes internas. . Rige el Convenio 169 de 1989. Tienen

derecho a conservar sus costumbres e instituciones propias, pero que no sean

incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el derecho jurídico

nacional, nio con los derechos humanos cuyo reconocimiento es Internacional.

EL DEPARTAMENTO DE ASUNTOS INDÍGENAS.

La Defensoría del Pueblo, cuando era defensor del Pueblo Italo Antinori, logró

establecer El Departamento de Asuntos Indígenas, como componente de la

Dirección de quejas, sobre los derechos humanos.

El Departamento de Asuntos Indígenas se encarga de atender y constatar los

problemas y hechos violatorios a los Derechos Humanos que aquejan a los

pueblos indígenas.

Se han dado constantes reuniones y participación del Defensor del Pueblo en los

Congresos Indígenas. Propósitos:

1. Orientar a las comunidades indígenas.

2. Coordinar la acción Institucional tendiente a la búsqueda de soluciones de los

problemas indígenas.

3. Divulgar las funciones de la Institución.

4. Enseñar y promover los Derechos Humanos en las comunidades indígenas del

país.

23

1.4. Sitios Arqueológicos de Panamá

El continente americano presenta una serie de características histórico-culturales

determinadas y relacionadas específicamente con la naturaleza de su

colonización, tardía en el contexto de las oleadas migratorias a nivel global, por lo

que la arqueología se ha convertido en una disciplina imprescindible en el

desarrollo de las investigaciones históricas de este continente. El hecho de que el

período prehispánico o precolombino represente más del 95% de la historia de las

culturas humanas en América es el epítome de su trascendencia.

En las postrimerías de la última Edad de Hielo (12,000-8,000 años antes de Cristo

[a.C.]) gran parte del Nuevo Mundo ya albergaba grupos humanos aunque quedan

sin definir muchos detalles con respecto al número, fechamiento y rutas de sus

desplazamientos colonizadores. A partir de esa época, estas gentes,

descendientes de poblaciones oriundas del noreste asiático evolucionaron de

forma aislada del resto de la humanidad3 - salvo contactos esporádicos, p. ejm.,

con los escandinavos en

Norteamérica - hasta que el continente acogiera, muchos milenios después, a

europeos y esclavos africanos. Panamá constituye un pequeño territorio tropical

de especial importancia dado que se extiende a modo de puente entre Norte- y

Suramérica. Por actuar como corredor comunicador entre estas dos grandes

masas continentales, su mención o consideración es imprescindible en cualquier

resumen de índole histórica. La mera existencia del istmo repercutió en la

dispersión de gentes, agricultura y tecnología a lo largo del continente americano

desde la aparición de los primeros cazadores y recolectores hasta la época de las

aldeas y ciudades. Sin embargo, tanto su posición geográfica respecto a la

circulación atmosférica como su orografía influenciada por la proximidad de

múltiples uniones de las placas tectónicas, han hecho de Panamá un singular

ejemplo de diversidad y endemismo. La observación hecha por Cristóbal Colón

durante su cuarto viaje por la costa sur de Centroamérica (1501-1502) acerca de

los nativos de que “bien que sean espesos, cada (pueblo) tiene diferenciada

lengua, y es en tanto que no se entienden los unos con los otros” describe una

24

situación etnográfica desprendida de la compleja relación que existe entre un

ambiente físico heterogéneo - un sinfín de pequeños valles, ríos y quebradas, así

como dos costas muy distintas entre sí - y la disgregación y diversificación de

gentes, cuya honda permanencia en el puente terrestre centroamericano ha sido

corroborada, no sólo por arqueólogos, sino también por paleoecólogos, genetistas

y lingüistas.

1.4.1. Los albores de la arqueología en Panamá: William H. Holmes,

‘tribus antiguas’ y Chiriquí

La arqueología panameña comenzó en Chiriquí a finales del siglo XIX, momento

desde el cual se desarrolló a la par de las corrientes intelectuales que

predominaban en las escuelas de antropología e historia de las universidades de

Europa y Estados Unidos. A partir de 1858, el departamento colombiano de

Bugavita fue invadido por aventureros extranjeros tras el hallazgo de sepulturas

precolombinas con espectaculares piezas de orfebrería. Sus saqueos despertaron

el interés del cónsul francés (y coleccionista) de Zeltner, quien publicó dibujos de

la forma y arquitectura de algunas tumbas Por entonces J.A. McNiel fue testigo de

la apertura de “5,000 tumbas” y cómplice en el envío de un cargamento de piezas

de piedra, metal y cerámica al Instituto Smithsonian en Washington D.C. donde

fueron clasificadas por William H. Holmes. En una monografía escrita en 1888

Holmes demostró que ya era partidario del concepto de las áreas culturales

estáticas en el tiempo y relacionadas con etnias específicas al proponer que el

arte precolombino de Chiriquí fue producido por las “tribus” que vivieron en esta

región al momento de la conquista.

25

Arqueología de Chiriquí, siglo XIX

a-f: Vasijas ilustradas por William Holmes en su monografía de 1888; g, h: Dibujos de dos sepulturas chiricanas hechas por de Zeltner, cónsul de Francia en Panamá

(1866); i: William Holmes (tomada de Willey y Sabloff

26

1.4.2. Transcripción de Áreas Culturales Panamá Prehispanico

Áreas Culturales Panamá Prehispánico

Actual provincia de Chiriquí y la provincia de Bocas del Toro

Se ubicaron diversos grupos indígenas como: Changuenas, dorasques, zuríes,

térrabas y guaimíes entre otros.

1.4.2.1. Gran Chiriquí o Región Occidental

La Cultura Barriles ( 250 a.C y 750 d.C), considerada una cultura precolombina de

alto valor arqueológico, nacional e internacional.

Esta cultura precolombina destaca porque sus producciones materiales rompen

con el horizonte arqueológico del resto de la Provincia, la cual se identifica

básicamente con la elaboración de objetos de cerámica monocroma y bicroma

escarificada Entre las piezas encontradas tenemos metates, estatuas de caciques

llevados en andas por súbditos, petroglifos o grabados en piedras.

Después de un rico paseo por las tierras de Cerro Punta,

nos dirigimos emocionados a la comunidad de Caizán en

Volcán en búsqueda del Sitio Arqueológico

Vasijas arqueológicas ubicadas en el costado noreste de la

meseta que conduce a Gualaca, la misma que lleva a Bocas del

Toro.

27

1.4.2.2. Gran Coclé o Región Central

Actual provincia de Coclé y Azuero. En el área hoy conocida como provincias

centrales se distinguían los reyes Esquina, Urracá, Paris, Escoria, Nata y Chirú,

además de otros pueblos ya extintos como los Chánguenas, Doraces y Zuríes.

La localidad principal se denomina Sitio Conte. Abundan los ornamentos de

piedras preciosas y oro. El ágata y la serpentina eran las piedras preferidas. el

revestimiento de pequeños objetos de hueso, piedras y marfil con láminas de oro.

Se distinguen en la alfarería dos estilos, uno de los cuales lleva decoración

policroma.

Se han descubierto ruinas y entierros que contenían artefactos sorprendentestales

como oro trabajado y otros metales, hueso tallado, conchas y marfil de ballena,

textiles, joyas con piedras semi-preciosas y cuencos.

El trabajo en oro de Coclé era intercambiado a lo largo de la región, y se ha

encontrado tan lejos, como en Chichen Itzá en Yucatán. La gran colección de

alfarería se destaca por el fuerte diseño estructural que consiste en el uso de

peces, aves, animales y figuras humanas en su decoración.

.

Placa de pedestal (Siglo V - VIII DC), recuperada en el sitio

Conte. Cerámica polícroma, 6 pulgadas de alto. Colección

del Museo Metropolitano de Arte, Nueva York

Un primer plano de la excavación de la tumba T2. Fueron

cuatro años de estudios y largas horas de búsqueda bajo el sol

en la zona de El Caño. El hallazgo de las seis tumbas se dio en

abril de 2009. Un merecido triunfo para el equipo de 20

arqueólogos encabezado por la Dra. Julia Mayo y un paso sin

precedentes para la arqueología panameña

28

1.4.2.3. Gran Darién o Región Oriental

Actual provincia de Darién y parte de la provincia de Panamá.

Fueron completamente exterminados entre 1510 y 1535 tras la colonización

española de América. Hay conexión entre el idioma de los Cueva y la familia

chocó

Al diablo lo llamaban Tuira, además de que contaban con especialistas religiosos,

chamanes llamados tequina, quienes supuestamente hablaban con él. Cuando

alguien moría, se vestía a los caciques con las “armas de oro que tenían,”

envueltos en muchos mantos, de las mejores que había

Los indios eran grandes maestros en hacer sal, la cual hacían tan blanca como la

nieve, y tan fuerte que no se deshacía rápidamente.

Es importante señalar que no había rentas ni tributos para el señor (cacique),

solo servicios personales como la construcción de viviendas, sembradío de

sementeras, pesquería o guerra que él correspondía con bebida

y con chicha.

Los cueva/chocó mantenían intercambio con otros pueblos pues se afirma que el

oro lo obtenían de rescates o que ellos mismos lo extraían de minas que cavaban.

Habían dos cacicazgos predomianates Pocorosa y Comogre. Eran poseedores de

enormes riquezas, recursos, y estratégicas rutas, gente ágil para las actividades

de intercambio entre costa y costa y más allá, influyó en sus vecinos de más de

una manera.

En este lugar se puede observar las famosas "Huacas" que no son más que

lugares donde las personas eran enterradas junto con suspertenencias.

Además las características de rocas como aquella en donde al mojarla aparecen

imágenes y en donde una mitad de la roca es más cálida que la otra mitad.

29

Una pieza de oro denominada Colgante Darién, de gran reconocimiento

internacional, similar a la hallada en excavaciones en Yucatán, México

30

Mapa de Panamá que señala la ubicación geográfica de los sitios arqueológicos

referidos

31

CONCLUSIÓN

Cuando los españoles llegaron al Istmo de Panamá, se encontraron con un manto

de cacicazgos, diseminados por todo el Istmo de Panamá. La Mayoría de ellos, en

la parte insular y en las costas del pacífico. Sin embargo, por razones del

elemento invasor y por la búsqueda de mejores condiciones climáticas y

alimentación, emigraron a otros sectores.

Lo cierto es, que hoy día tenemos un panorama distinto, incluyendo la resuducción

de muchos de estos grupos, por ejemplo, por la aculturación anglosajona, como

en el caso del grupo Kuna.

Diversos historiadores y científicos, han determinado, que no podemos hablar de

una cultura indígena, sino de grupos culturales o mejor todavía como dice el

catedrático y gran pensador Moisés Chon M., "culturas Sui Generis", o propia de

su especie. Con sello inconfundible de cosas muy propias entre los diversos

grupos: Bailes, religión, vestidos, código moral, organización política y social en

general.

32

BIBLIOGRAFÍA

MONTALVAN, ANA. Documento Plegables Ministerio de Educación. Proyecto de Desarrollo Educativo MEDUC-BID. Serie: Nuestras Étnias.

2003.

ANTINORI, ÍTALO. Informe especial En Defensa de los Pueblos Indígenas.

Diciembre de 2000.

ANTINORI, ÍTALO. Convenio No. 169 Sobre Pueblos Indígenas y Tribales

en Países Independientes. 2001.

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