primer boletin "ahora es cuando"

Juventud Revolucionaria por el Poder Popular Boletín Septiembre

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EditorialHoy asistimos como país a una situación particular, en donde

los ‘‘profesionales’’ de la política y toda la institucionalidad a la que representan sufren un fuerte cuestionamiento y deslegitimación, donde sus escándalos de corrupción y colusión son más evidentes que nunca, donde la inoperatividad del Estado y su irracionalidad quedan de manifiesto ante las diversas catástrofes que azotan al pueblo, donde las ansias de riqueza y acumulación de quienes realmente mandan este país han llegado a grados inauditos, provocando el deterioro acelerado del medio ambiente, de las condiciones más elementales de la vida de nuestra clase, aumentando los grados explotación, empujándonos al sobre endeudamiento, a la ignorancia. Además, hoy para calmarnos, nos proponen ‘‘reformas estructurales’’, maquillajes que esconden la in-tención de arreglar ciertos desperfectos del sistema para coaptar las demandas que hemos asumido al calor de la lucha, en función de crear un nuevo consenso, de relegitimar el sistema, de volver a la normalidad, a la ansiada paz social de los ricos.Creemos nosotros que es fundamental poder tener una lectura clara de cómo se desenvuelven los procesos sociales, materialmente, obje-tivamente, ya que solo de esa manera podemos nosotros como pueblo plantear una política adecuada al periodo, la cual nos ayude a hacer frente a los embates de los ricos y conducirnos sin vacilaciones en lu-chas victoriosas que nos den mejores condiciones de vida. Para ello es que surge este instrumento, un boletín, en el cual poder exponer nuestras ideas y reflexiones, una herramienta que aporte aunque sea un granito de arena a la organización y la conciencia de la clase a la que pertenecemos y por la cual nos ponemos manos a la obra, con más fuerzas y ganas cada día, precisamente cuando hoy existe un ascenso

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en las luchas del pueblo, se ponen en cuestión las dirigencias reformistas, se pelea masivamente, incluso con amplios grados de violencia. Ante ello, la clase política y Estado como fieles representantes del gran empresaria-do, movilizan todo su aparataje con el objetivo de bloquear la incipiente iniciativa popular, mediante el pan y circo, la represión y cualquier medio que esté a su alcance. Sabemos que esto ha sido y es así, y seguirá así solo hasta que contemos con las fuerzas suficientes para más temprano que tarde, dar vuelta la tortilla de manera definitiva lo cual nos permitirá construir una sociedad libre y justa, donde la injusticia y la explotación sean erradicadas y los trabajadores y el pueblo construyan su propio des-tino para que podamos constituirnos como seres mejores e integrales.Para ello el camino es largo y por eso mismo debemos poner ahora todo nuestro empeño en la organización y lucha diaria, en el estudio, en la construcción, en la concientización y politización de los espacios donde trabajamos, donde actuamos, de nuestros compañeros.

¡¡ LUCHAR PARA TRIUNFAR !!

JUVENTUD REVOLUCIONARIA POR EL PODER POPULAR

Por qué nos Organizamos ?

En el pasado, en los años 60’hasta el fin de la dictadura el pertenecer a una or-

ganización política, la militancia, el ser parte de un proyecto colectivo de transformación de la sociedad, de luchar por el socialismo, era una necesidad que miles de jóvenes asumían como propia, que el pueblo veía con buenos ojos, que incluso admiraba y defendía. Común era ver en las protestas populares contra la dictadura a los militantes de las organizaciones políticas que la combatían, ser aplaudidos y vitoreados por tra-bajadores y pobladores cuando realizaban accio-nes, levantaban barricadas, cuando organizaban

y dirigían el odio espontáneo de las masas. Es que las organizaciones, los partidos y sus militantes eran vistos como un ejemplo a seguir, como los defensores de los explotados, lo más selecto y combativo del pueblo. Ma-yor era el orgullo cuando muchas veces eran menores de edad quienes se comprometían a poner su vida a disposición de la revolución, empuñando todas las formas de lucha para acabar con la tiranía y construir una nueva sociedad. Lamentablemente el día de hoy, a nivel social el ser parte del mundo ‘‘político’‘ es visto transversalmente como algo malo. El tener una adherencia política-ideológica es algo reprochable, incluso por los que ‘‘en el discurso’’ dicen estar descontentos con el estado de las cosas, con de-seos de cambiarlas. Los niveles de enajenación y despolitización hoy son tremendos. La contrarrevolución burguesa comenzada el año 73’, conti-nuada y profundizada por los gobiernos ‘‘democráticos’’, fue una derro-ta tremenda para el movimiento popular, no solo para las organizaciones


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político-militares, sino para toda la clase obrera, que hasta el día de hoy no logra ser revertida, a pesar de ciertos avances en los últimos años. Al menos 3 factores inciden en esta situación: 1.-La derrota político-militar que ejerció la dictadura destruyó el tejido social y político acumulado du-rante años de lucha, donde el pueblo se organizó, aprendió, construyó identidad y conciencia de clase. Las balas de la dictadura apuntaron no solo a la vanguardia política del proceso, las organizaciones político mi-litares, sino también a la subjetividad de la clase trabajadora y el pueblo, a sus deseos de cambios, sumiéndola en el miedo y en el terror. 2.- La incapacidad de la izquierda revolucionaria de poder levantar cabeza de la derrota, recomponerse, articularse y plantear una alternativa política al capitalismo y la democracia burguesa. Las desviaciones, errores y ma-las prácticas en que cayeron las organizaciones producto de la derrota (y la represión) continúan aún, impidiendo la unidad y la construcción de una política adecuada a las necesidades del pueblo. 3.- La derrota política también se manifiesta en el ámbito ideológico, en las ideas, viendo hoy grados de enajenación social extremadamente profundos. El consumismo y el posmodernismo han calado hondo, desalojando las ideas de cam-bios profundos, de organización, de lucha. Más preocupante aún son las desviaciones a las que la ideología burguesa ha empujado a la política de izquierda. Por un lado el reformismo y por otro las tendencias anárquicas (distinto de anarquistas) que apuestan solo a la destrucción, a la esponta-neidad, incapaces de construir un proyecto político integral, de insertarse en el pueblo y organizarlo.Los inauditos grados de concentración de riqueza, corrupción, explota-ción, injusticia y represión nos muestran una vez más que esta sociedad se divide en clases antagónicas y que nosotros, la inmensa mayoría, per-tenecemos a una, a la que mueve los hilos de esta sociedad, a la clase trabajadora, a la cual, este sistema no tiene absolutamente nada bueno que entregarnos. Afortunadamente las cosas han empezado a cambiar, la crisis de legitimidad institucional se acrecienta, hay un auge en la lucha de

masas, con mayores grados de organización y violencia, aumenta el des-contento y la conciencia. Vemos un gran potencial en esta situación, pero se evidencia la necesidad imperiosa de articular todo este movimiento, de organizarlo mejor, de politizarlo, de cualificarlo, de transformarlo en un mo-vimiento clasista y revolucionario con el objetivo de construir una sociedad más justa y equitativa, realizando la tarea histórica de nuestra clase. Para esta magna tarea, es fundamental contar con una organización política se-ria, que sea capaz de responder a todas las necesidades del movimiento popular, que sea integral, que conduzca correcta y limpiamente al pueblo chileno hacia su liberación. Necesitamos una organización que rescate lo mejor del espíritu y experiencia de sujetos como Recabarren, Clotario Blest, Miguel Enríquez, entre otros revolucionarios que entregaron su exis-tencia a la emancipación de la clase trabajadora.Como Juventud Revolucionaria por el Poder Popular (JRP3) sabemos que esta inmensa tarea no la podremos realizar solos, siendo solo uno más entre los esfuerzos políticos que deben alcanzar la unidad para cumplir con la tarea de emancipar a nuestra clase, pero no nos cruzamos de bra-zos esperando que eso llegue algún día. Por ello recorremos el camino del esfuerzo, del desarrollo de la conciencia más férrea. Por eso nos organi-zamos y ponemos todo nuestro empeño en aprender y trabajar en pos de las necesidades e intereses del pueblo al que pertenecemos. Compañero que lee estas líneas, la palabra ahora la tiene usted y la solu-ción está en sus manos.


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El Alza en las Luchas y la Criminalización de la ProtestaEn nuestro país ya desde hace varios años se viven procesos socia-

les álgidos, en los cuales una franja del pueblo se moviliza por mejorar sus condiciones de vida, lograr mejoras laborales y poner fin a la educación de mercado, entre otras cosas. Si bien recalcamos que las luchas son de carácter ‘‘reivindicativo’’, no dejan de llamar la atención por la profundización de las demandas y la contradicción directa de éstas con el sistema neoliberal, como volver a la negociación por rama, acabar con el lucro en la educación, eliminar las AFP, etcétera.Desde el bloque en el poder se asume una crisis de legitimidad política que se viene arrastrando hace ya bastantes años, así, desde la burguesía se buscan impulsos para que algún proyecto político que los represente logre revertir esta situación, intento fracasado el de este gobierno que ha visto complicado su mandato por las acusaciones de corrupción, la diferencias al interior de la Nueva Mayoría y el carácter regresivo de las reformas.Hemos visto cómo se ha dado un vuelco comunicacional a esta situación mediante la instalación del tema de la seguridad ciudadana y esa especie de paranoia social en materia de delincuencia y también los últimos ca-sos relacionados con los Derechos Humanos, mostrándose claramente en este último eje el doble estándar del Estado llamando a la reconciliación y el castigo a los hechos que ocurrieron en dictadura, pero por otro lado se siguen creando nuevas leyes con el fin de castigar con mayores penas a los que luchan. Un ejemplo claro es el proyecto de ley que entró en julio que consigna que el cometer un delito durante el desarrollo de una mani-festación pública le da un agravante al hecho. Este proyecto fue firmado

entre otros políticos por Hugo Gutiérrez, militante del PC y “defensor” de los derechos humanos. Hoy en día no son pocos los casos de estudiantes que están enfrentando a la justicia por luchar. Secundarios y universitarios han visto materializada la criminalización por parte del Estado, sumado a la persecución de las autoridades en los establecimientos educacionales y las torturas y malos tratos de la policía en las detenciones y manifestaciones de los últimos meses.Desde la coordinadora ‘‘NO + REPRE’’ se están organizando un conjunto de organizaciones políticas, sociales y defensorías populares con el fin de frenar la política de criminalización a través de un petitorio y haciendo el llamado a levantar una campaña contra la criminalización de la protesta y la libertad inmediata de los compañeros presos por luchar. Desde la Juventud Revolucionaria por el Poder Popular llamamos a hacer frente a las actuales políticas represivas que criminalizan a los trabajadores, estu-diantes y pobladores, mediante todas las formas de lucha que nos permita atacar y deslegitimar a quienes hoy, por su caracter de clase, no nos per-miten optar por una vida digna.

¡Prisión a los corruptos, libertad a los que luchan!¡Basta de criminalizar y reprimir la protesta social!¡La represión se enfrenta con lucha y organización!


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Conflicto en el Transporte PúblicoSobre la explotación y las demandas de los choferes

Hace bastante tiempo se viene escuchando la insatisfac-

ción que existe en el gremio de transportis-tas por la mala utilización del pase escolar, conflicto que se agudizó por el anuncio del gobierno por hacer efectiva la ley que per-mite al estudiante pagar tarifa escolar las 24 horas durante los 365 días del año. Movidos por sus necesidades materiales inmediatas los trabajadores exigen al esta-do hacerse cargo del problema constante

que tienen por el no pago de los subsidios y el mal uso del pase escolar. Hace unos meses atrás fuimos testigos de una movilización álgida donde se instalaron barricadas en varios puntos y hubo una adherencia casi total de los transportistas. Luego de esa movilización se supone que el conflicto iba a ser resuelto pero una vez más tienen que paralizar para mostrar el incumplimiento de los acuerdos.¿Cuáles son las demandas por las que luchan?Según el dirigente de la Confederación nacional del Transporte de pasaje-ros, Oscar Cantero, los trabajadores de la locomoción colectiva exigen el bono permanente para los conductores por transportar a los estudiantes las 24 horas del día y durante los 7 días de la semana, también están pi-diendo la implementación de validadores para el control de la TNE y que se regularice el pago de los bonos de enero y febrero a más del 50% de los trabajadores rurales, los que se encuentran impagos.Cuando hablamos hoy del transporte público de Valparaíso y específica-mente de sus trabajadores más allá de la demanda de la TNE (que por

lo demás termina siendo una lucha muy superficial y minúscula al ver las injusticias que acarrea el actual sistema de transportes), se nos vienen los collereos, las cuotas y las interminables horas de trabajo diarias a la cabeza.Para hacer un poco de memoria, en febrero del 2006 se creó un nuevo sistema de transportes para la región llamado Transvalparaíso (TMV), que pretendía, entre otras cosas, ordenar la frecuencia de los buses, asociar a las empresas y flotas y terminar con los collereos en las calles.A medida que pasaron los años, lo que vimos fue un cambio en los núme-ros y letras, cambios de colores en las micros y uniformes nuevos para los choferes, pero los problemas de fondo nunca se solucionaron. Hasta el día de hoy muchos choferes deben trabajar por cuota diaria, es decir, el patrón o dueño de la maquina le pide al trabajador una cuota de entre 35 a 60 mil pesos diarios, fuera de los gastos en petróleo. ¿Qué significa esto? Que los choferes salen a las 6 o 7 de la mañana a trabajar y recién a las 6 de la tarde en muchos casos terminan de hacer el dinero para el dueño de la maquina y lo que siga trabajando será para él, motivo por el cual las micros corren paradero a paradero para subir pasajeros. Otro sistema de trabajo “menos explotador” es el trabajar por porcentaje de boleto cortado. El resultado de todo esto es que los choferes terminen la jornada trabajando 12, 14 y hasta 16 horas diarias para al final del día obtener un buen porcentaje de lo que se recaudó durante el día. Otro detalle no menor es que el contrato de trabajo que firman los choferes termina siendo un contrato ficticio ya que la realidad es que ellos ganan lo que hicieron en el día. Generalmente en el contrato imponen por el míni-mo, pero lo concreto es que el sueldo es mayor a ese, resultado de largas y tediosas jornadas laborales. El contrato es un arma de doble filo, por una parte los descuentos por salud y AFP bajan, la situación en la ficha de pro-tección social los favorece, pero por otra la jubilación que recibirán al mo-mento de cumplir su edad será miserable, obligando a los trabajadores a seguir trabajando hasta cuando estén físicamente capacitados de hacerlo.


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Por otra parte, las empresas del Transvalparaíso reciben un subsidio del estado por la rebaja de la tarifa normal y un subsidio por la rebaja de la tarifa de los estudiantes, dinero que es entregado a los empresarios due-ños de las maquinas. Se les prometió que a los choferes les llegaría un porcentaje de este subsidio pero como los mismos choferes cuentan se han producidas muchas irregularidades en los pagosCon la llegada del nuevo sistema se supone que llegarían las mejoras para los choferes, se terminarían esas largas jornadas laborales, se buscaría la forma de trabajar bajo un sueldo fijo digno pero la realidad es otra y es ahí donde hoy se deben apuntar las demandas de los trabajadores, su lu-cha hoy es válida pero hace falta enfocarla con una perspectiva de clase, los trabajadores del transporte están siendo sobreexplotados y las cuotas de ganancia finalmente terminan siendo en su mayoría para los grandes empresarios que siguen llenando sus arcas a costa del sacrificio físico y mental de los choferes. Cuando decidan luchar por una jornada laboral de 8 horas, cuando se luche por un sueldo fijo y digno, cuando se luche por el pago directo de los subsidios es cuando obtendrán los verdaderos triun-fos. Claramente los gobiernos de turno fracasaron con proyectos como el Transvalparaíso y se deja en evidencia que sus reformas y leyes están al servicio de los empresarios y dueños del país. Éste sistema termina adecuándose a la necesidades de los empresarios de este sector pero finalmente para los choferes, para los usuarios del transporte, los que día a día dependemos de las micros para movilizarnos a nuestro trabajo o es-tudio nunca vimos los cambios reales, solo quedaron en bonitos colores y modernas maquinas para la “pintoresca” ciudad patrimonio que ocultan la explotación de la clase trabajadora.


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Marcelo Barrios, a 26 años de la caída de un Combatiente

A fines de agosto se cumple otro año más de la muerte de Marcelo. Hablar de él nos lleva sin dudas a una época

convulsionada en nuestro país, con una dictadura en el ocaso, un proyecto político como el socialismo que cada vez se veía más lejano por la salida pactada a la democracia y con un desgaste tremendo que nuestro pueblo dio para dar termino al periodo más oscuro de nuestro país. Pese a esto existían jóvenes que seguían luchando por un sueño, por construir en sus poblaciones y universidades una sociedad libre y justa, por terminar de una vez por todas, el abuso que la dictadura cometía. Una de las cosas más difíciles para los que luchan por cambiar esta sociedad, es lograr despo-jarse de todos los vicios que este sistema inculca, más aun, dejar de lado su proyecto personal, familia y amigos y ponerse al servicio de un proyecto colectivo. Precisamente es lo que hizo Marcelo y tantos otros compañeros

y compañeras que lucharon incansable-mente contra la tiranía de la época.Marcelo, “pingüino” como le apodaban sus cercanos, era estudiante de historia de la universidad de Playa Ancha. Se des-tacaba por su voluntad y gran disposición para estudiar, no es casualidad que por esto haya adquirido un rol protagónico en el Frente patriótico Manuel Rodriguez, dentro de la Región. El 31 de agosto de 1989 fue cercado en su casa, en la población 18 de septiem-bre del cerro Yungay. Gran contingente de Marinos y agentes de la CNI rodearon el

sector con el único fin de acribillarlo, Marcelo fue atacado con explosivos y ráfagas de disparos que terminaron por acabar con su vida. Fueron ho-ras intensas de terror que se observaba desde los cerros aledaños a la quebrada, sus vecinos pudieron presenciar atónitos el operativo que mon-taron los uniformados que, encubierto como un enfrentamiento, llevaron adelante el asesinato de Marcelo Barrios a los 21 años de edad. La justicia como es de costumbre, se puso al servicio de los poderosos y dejaron esta muerte impune, dejando libres y hasta en servicio a los marinos que llevaron a cabo el asesinato. En estos momentos la familia y amigos que siguen la causa, ven luces de esperanza al declarar culpables a los que cometieron este asesinato, buscando por fin lograr la tranquilidad y justi-cia que tanto anhelan sus cercanos.A 26 años de su muerte el nombre del compañero sigue presente en las luchas que nuestro pueblo está dando, su ímpetu y entrega son las semi-llas que se deben plantar en cada espacio, para que florezcan nuevas y nuevos combatientes que luchen por mejorar de una vez por todas nues-tras condiciones de vida. Desde la UPLA nos hacemos parte de Marcelo y reivindicamos su lucha para transmitirla en cada movilización, en cada asamblea y en cada protesta.

¡ COMPAÑERO MARCELO BARRIOS, PRESENTE !


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A 50 años del MIR...

En agosto se cumplen 50 años de la fundación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR y como Juventud revolucionaria

por el Poder Popular quisiéramos rescatar la importancia de este Parti-do para los trabajadores y el pueblo de Chile. Si bien el MIR responde a la necesidad de un proyecto de liberación en un período específico de nuestra historia, no deja de trascender en el tiempo la importancia de unir a los revolucionarios conse-cuentes con el pueblo y los trabajadores, en el Partido que pueda guiar a nuestra sociedad a un fu- turo mejor, al triunfo de la revolución so- cialista. Han pasado 50 años desde que lo más selecto de nuestro pueblo comenzara a forjar las primeras líneas de lo que sería luego una alternativa de cambio real para nuestro país y lo- grara insertarse en los sindica-tos, poblaciones y universidades, en un continente donde se vivían años convulsionados por los diversos movimientos que apuntaban a la libera-ción y al socialismo, en oposición a un imperialismo que movía todas sus piezas para frenar el avance de los revolucionarios. Rescatamos ese ímpetu de tantos compañeros que dieron su vida por un sueño y creemos que hoy es más necesario que nunca seguir su senda para hacer la revolución.

SOLO LA LUCHA NOS HARÁ LIBRES

¡¡ TRABAJADORES AL PODER !!

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