presentacion de miguel delibes
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MIGUEL DELIBESElaborado por: Daniel Lara Lastre
Colaboradores: Clara Leiva Moral, Mª Blanca Benedicto Gallego, Ignacio Martínez Martínez, Pedro García Mofeos.
Con la colaboración de la Fundación Miguel Delibes
LA SOMBRA DEL CIPRÉS ES ALARGADA Destino, 1948
Miguel Delibes inaugura su carrera literaria
con dos de las que luego serán sus constantes
narrativas: la infancia y la muerte. Con su
primera novela, "La sombra del ciprés es
alargada", consigue el Premio Nadal en su
cuarta edición –1947–.
Pedro, protagonista y narrador de esta
historia, queda huérfano y es confiado a un
atrabiliario profesor y tutor, el señor
Lesmes, cuya filosofía de la vida se cifra en
desconfiar y desligarse de los sentimientos y
de los afectos, para no verse expuesto a perder
un día lo que se ama. Es lo que le pasa al niño
Pedro, a quien la muerte le arrebata primero a
su íntimo amigo, Alfredo, y luego a la mujer
de la que se ha enamorado. La
muerte, personificada en la sombra del
ciprés, "que corta como un cuchillo", se
enseñorea de toda la historia y del ánimo de
los personajes.
El escritor dedica esta novela a sus padres, a
su mujer y a su hijo Miguel, nacido en 1947 y
primero de sus siete hijos
AÚN ES DE DÍA
Destino, 1949
En "Aún es de día", segunda novela de Miguel Delibes, Sebastián, hombre tarado y pobre, sufre las burlas y el desprecio de sus vecinos, e incluso el engaño de la chica de quien se ha enamorado y con la que sueña casarse. Él trata de superarlo con una intensa vida interior pero la sórdida realidad se impone y puede más que su espiritualidad.
La novela retrata con meticulosidad la vida de una ciudad de provincias de los años cuarenta del pasado siglo, en la inmediata posguerra española.
EL CAMINO
Destino, 1950
En "El camino", tercera de sus novelas, Miguel Delibes encuentra su voz y estilo narrativos según confesión propia.
La infancia vuelve a ser protagonista en este relato delibeano. El pueblo cántabro de Molledo Portolín, lugar en el que pasó su propia infancia y origen de su familia paterna, le sirve de inspiración.
Daniel, el Mochuelo, la noche anterior a su partida a la ciudad para estudiar, evoca sus once años en el pueblo que le vio nacer y en el que transcurrió su infancia junto a sus inseparables amigos, Roque, el Moñigo, y Germán, el Tiñoso. Las andanzas de estos tres niños, cuya amistad es también truncada por la muerte de uno de ellos como ocurría en "La sombra del ciprés es alargada", llenan las páginas de este bello relato, en el que se conjugan la ternura, un sutil lirismo y un delicado humor con la profunda comunión y sintonía de los personajes con el entorno y la naturaleza.
El estilo narrativo de Delibes, fresco y directo, cobra categoría magistral en esta obra.
MI IDOLATRADO HIJO SISÍ
Destino, 1953
"Mi idolatrado hijo Sisí" es una de las novelas más ambiciosas de Miguel Delibes, tanto en el contenido como en la forma. Además, presenta como novedad narrativa la contextualización histórica que el novelista hace a través de noticias tomadas de las páginas de los periódicos.
La obra, dividida en tres libros que recrean tres épocas sucesivas de la historia de España del siglo XX ̶ 1917-1920; 1925-1929 y 1935-1938 ̶, cuenta la vida y andanzas de Cecilio Rubes, comerciante en una capital de provincia, católico de apariencias y de mentalidad típicamente burguesa, cuyo egoísmo le lleva a conformarse con un único hijo, a quien mima y tolera, y a quien la Guerra Civil española le arrebatará brutalmente.
La novela es una clara sátira moral en la que Delibes, con delicada ironía y sin puritanismos, censura el malthusianismo, creando al mismo tiempo uno de los personajes más inolvidables salidos de su pluma.
DIARIO DE UN CAZADOR
Destino, 1955
Miguel Delibes obtiene el Premio Nacional de Literatura por la novela "Diario de un cazador", iniciada el 5 de enero de 1954 –como queda recogido en su manuscrito– y publicada en marzo de 1955.
El protagonista de esta novela, Lorenzo, bedel de instituto y cazador, anota en su diario, con un lenguaje expresionista y lleno de matices y resonancias populares, no sólo sus andanzas cinegéticas sino también aquellos trances que configuran su modesta existencia junto a su madre viuda y a su novia, Anita, con la que acabará casándose aunque no en esta novela.
Miguel Delibes señaló que Lorenzo, protagonista de "Diario de un cazador", "Diario de un emigrante" y "Diario de un jubilado", había sido el personaje más optimista y desenfadado salido de su pluma.
DIARIO DE UN EMIGRANTE
Destino, 1958
Miguel Delibes escribe esta novela, según propia
confesión, a raíz de su estancia en Santiago de
Chile, en 1955, tras haber ido leyendo en el viaje
de ida su "Diario de un cazador", recién salido
de la imprenta.
Lorenzo el cazador, ya casado con la
Anita, emigra a Chile en busca de fortuna, dada
la pobreza y las limitadas oportunidades que le
ofrece su Castilla natal. A lo largo de un año
escaso que dura la aventura, Lorenzo seguirá
apuntando en su diario las incidencias de su
acomodo al nuevo país y a las nuevas
costumbres, los piques y enfados de la pareja, el
descubrimiento asombrado de un nuevo uso del
idioma castellano, los sueños, ilusiones y
desarraigo de quienes se ven obligados a dejar su
tierra y el desengaño final ante la imposibilidad
de hacer fortuna.
Asombra en este relato la capacidad del
novelista castellano para hacer suyo el modo de
hablar de Chile, cuyo variopinto vocabulario
incorpora progresivamente el
protagonista, Lorenzo, a su ya peculiar manera
de expresarse.
LA HOJA ROJA
Destino, 1959
El entrañable protagonista de esta novela, don Eloy, repite una y otra vez que le ha salido la "hoja roja" en el librillo de la vida, aludiendo a la hoja de ese color que aparecía antaño -años cincuenta del siglo XX- en los "librillos" de papel con que los fumadores liaban sus pitillos, y que significaba que las hojas estaban a punto de acabarse. Bien con esta expresiva metáfora, bien con la cantinela de que "la jubilación es la antesala de la muerte", don Eloy, jubilado, viejo y olvidado de su único hijo, comparte su soledad con una criadita de pueblo, la Desi, que acaba de perder asimismo a la única persona a quien se sentía ligada en su vida y que, por tanto, se encuentra tan sola y desamparada como el viejo.
Don Eloy y la Desi protagonizan un desolador relato en torno a la vejez, la soledad y el desamparo, aunque matizado, como siempre, con la ternura, el comedido lirismo y el humor balsámico que Delibes imprime a sus más patéticas historias.
LAS RATAS Destino, 1962
Delibes, coartado en su libertad de expresión a la hora de denunciar la postración del medio rural castellano desde el periódico que dirige, El Norte de Castilla, busca las vueltas a la censura y escribe esta novela, "Las ratas", una visión descarnada y trágica de la tierra y las gentes de la Castilla de mediados del siglo pasado.
El clima, el medio geográfico y la inmutable estructura social determinan de modo decisivo -como el inapelable destino en las tragedias clásicas- el ser y el existir de los vecinos del villorrio de la novela, cuya pobreza, en algunos casos, les obliga a tener que alimentarse de ratas de río para sobrevivir.
Entre todos los personajes del relato, elementales y broncos, surge la milagrosa figura del Nini, niño que sabe de la naturaleza y su entorno más que nadie y cuya candidez se eleva por encima de la sórdida realidad que le rodea.
Como un auténtico símbolo del bien sobre el mal, de la pureza contra la miseria y la astucia, el Nini se erige en el único bastión contra la tragedia que se cierne y acaba desencadenándose sobre el pueblo y sus habitantes. El Nini es, sin duda, una de las más señeras creaciones salidas de la pluma de Delibes.
CINCO HORAS CON MARIO
Destino, 1966
Carmen Sotillo, Menchu, acaba de perder a su marido, Mario, y vela su cadáver a lo largo de la noche. Algunos párrafos subrayados en una Biblia que Mario tiene en la mesilla desatan en Menchu una oleada de recuerdos y un denso y desordenado monólogo en el que pasa revista a la vida en común, con todo cuanto de comprensión e incomprensión ha habido entre ellos. La mentalidad burguesa y acomodaticia de Menchu contrasta con el espíritu liberal, inconformista y comprometido de Mario, que su esposa no deja de censurar a lo largo del monólogo.
De hecho, y según confesión del propio Delibes, la fórmula de monólogo interior adoptada por el novelista en esta obra respondió a exigencias de la censura reinante en la época, pues de haber presentado a Mario vivo, defendiendo las ideas que su viuda le echa en cara, la novela no hubiera obtenido el beneplácito de los censores.
PARÁBOLA DEL NÁUFRAGO Destino, 1969
La novela "Parábola del náufrago" es un
experimento literario y constituye un caso atípico y
aislado en la narrativa delibeana.
La obra, además de una dura crítica de los regímenes
totalitarios, sean del signo que sean, contiene
también una sátira formal contra las teorías de la
destrucción del lenguaje, imperantes en el momento
en que se publica y que Delibes recrea no sólo con el
inefable idioma inventado por el protagonista sino
en la propia puntuación y sintaxis del arranque de la
novela y de dispersos y fugaces momentos de la
misma.
Como si se tratara de la transcripción literal de una
pesadilla, Delibes nos narra la vida, "naufragio" y
aborregamiento final de Jacinto San José.
Recluido en un Refugio de Recuperación de Don
Abdón S.L., símbolo del poder autocrático y
paternalista –"Don Abdón es el padre más madre de
todos los padres"-, Jacinto San José, calígrafo
ejemplar y sumador de sumandos, se ve, no
obstante, sometido a una cura rigurosa por marearse
al trazar los ceros -que confunde, además, con las
oes-, por inventar y promover el movimiento "Por la
mudez a la Paz" y su correspondiente idioma
"contracto" y por compadecerse de la degradación
"perruna" de su amigo Genaro Martín.
EL PRÍNCIPE DESTRONADO
Destino, 1973
En 1973 ve la luz esta novela, "El príncipe
destronado", que Delibes había escrito en 1964.
Quico, un niño de tres años, se ve de pronto
desplazado por la llegada de su hermanita. Y todo su
empeño -como el de tantos niños en similares
circunstancias- es hacerse notar, seguir acaparando
la atención de los mayores, particularmente de su
mamá, como lo había venido haciendo hasta ese
crucial momento.
"El príncipe destronado" no es otra cosa que el relato
minucioso -hora por hora- de un día cualquiera en la
vida cotidiana de Quico y su familia. Pero la novela
es al mismo tiempo un fresco de las relaciones y
conflictos familiares y en particular de las del padre
y la madre, que viven la posguerra española -época
en la que se desarrolla la novela- desde puntos de
vista absolutamente dispares: el de los vencedores y
el de los vencidos. La versión cinematográfica que
hará años más tarde Antonio Mercero refleja en su
título, "La guerra de papá", este aspecto de la
novela.
Miguel Delibes ofrece en su trayectoria novelística
admirables y acabados retratos de niños
protagonistas. En el caso del pequeño Quico el
escritor alcanza la más alta cota de maestría y
sensibilidad para recrear el alma infantil.
GALERÍA DE IMÁGENES
Miguel Delibes con Ángeles de
Castro, cuando aún eran novios
Miguel Delibes con una
chocha recién abatida.
Miguel Delibes de caza en
Villanueva de Duero hacia
1963
MIGUEL DELIBES Y SU QUERIDA
BICICLETA.Miguel Delibes en la 'playa' de
Valladolid.
Miguel Delibes junto a la casa en que nació
Habréis observado que los pájaros, bestezuelas por las que siento una especial predilección, se erigen a
menudo en personajes de mis libros. Diario de un cazador está lleno de
perdices, codornices, patos, tórtolas y palomas. Viejas historias de Castilla la Vieja, de avutardas, grajos
y abejarucos. El gran duque es pieza esencial de El camino como la picaza lo es de La hoja roja. Las
águilas, los cernícalos y los camachuelos forman el entorno del pequeño Nini en Las ratas...
Finalmente, en mis dos últimas novelas, El disputado voto del señor Cayo y Los santos
inocentes, intervienen también tres pájaros que juegan papeles fundamentales: el cuco y las grajillas en
la primera, y éstas y el cárabo en la segunda. De los tres me he servido para componer el libro que ahora
tenéis entre manos, no un libro de cuentos ni de historias inventadas, sino un libro de historias
auténticas, vividas por mí y de las cuales son aquellos pájaros verdaderos protagonistas. Espero que su
lectura no os deje indiferentes, antes bien sirva para acrecentar vuestro amor y vuestro interés por la
Naturaleza.
Miguel Delibes: "A mis lectores", en Tres pájaros de cuenta. Valladolid, Miñón, 1982, pp. 4-5.