presentación de powerpoint -...
TRANSCRIPT
LOS CUIDADOS EN LA VEJEZ. ESCENARIOS
DE VIOLENCIA ESTRUCTURAL Y DE GENERO
DRA. MARÍA CONCEPCIÓN ARROYO RUEDA
CUIDADO EN LA VEJEZ: CON QUÉ TIENE QUE VER?
Baja tasa de fecundidad
• 2.2. en 2012
Limitado accesos a salud y pensiones
• Percepción regullar a mala = 63.4 H y 69 M
Migración interna y externa
Más allá de las estimaciones, es evidente que el número de personas que puede
necesitar ayuda en su vida cotidiana crece en todo el mundo. En la región, en los
próximos 50 años, el incremento de las personas de edad estará marcado por un
acelerado envejecimiento interno, dado que la población de 75 años y más es el
segmento etario que crecerá más rápidamente.
Reportes de la CEPAL estiman que en las próximas cuatro décadas se duplicará el
número de personas con dependencia moderada-severa (pasando de 23 a 50 millones
en Latinoamérica), de los cuales la mitad serán personas de 60 años y más.
Institución del programa Nacional de cuidadores de Adultos Mayores
Elaboración de manual de cuidadores de adultos
mayores
Reconocimientos, por el Ministerio de Trabajo, de la categoría de ocupación para
cuidadores de adultos mayores
• Es uno de los países donde se ha desarrollado una política integral dirigida a los Adultos Mayores. Se implantó la Política Nacional del Adulto Mayor (PNI), a partir de la cual se formuló el Plan Nacional de Gestión integrada de Acción Gubernamental para la Persona Mayor.
• La Secretaría Nacional de Asistencia Social, del Ministerio de Desarrollo Social, ha hecho formación de cuidadores y de multiplicadores de varias provincias y ha empezado un trabajo con organizaciones de estos cuidadores. Las ONG’s y algunas provincias hacen formación continua.
Dentro del sub programa comunitario,
implementa:
Escuelas para Cuidadores son un
programa psicoeducativo dirigido a grupos de familiares que
asumen el cuidado primario o secundario de
pacientes con dependencia, por parte
de un equipo multidisciplinario de profesionales que capacitan a estos cuidadores en el cuidado y manejo adecuado de sus adultos mayores
dependientes y de ellos mismos.
En la actualidad se ha fortalecido y adecuado
en respuesta a las necesidades de salud y bienestar de los adultos mayores. Cuenta con tres subprogramas:
*comunitario, *hospitalario e *institucional
El Departamento Nacional de Atención al Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental del Ministerio de Salud Pública de Cuba, es el responsable de la aplicación de las políticas médico-sociales para mejorar y elevar la calidad de vida de la población cubana.
CHILE
Implementado por la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), este programa nacional se propone mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, de las personas con discapacidad y de aquellas que presenten patologías crónicas o terminales brindándoles atención domiciliaria, como así también capacitar a miembros de la comunidad para desarrollar tareas inherentes a la función del cuidador domiciliario.
La iniciativa se despliega a través de estos dos ejes de intervención:
1.- La formación de cuidadores
domiciliarios por medio de cursos de
actualización, nivelación y profundización de
contenidos relacionados al cuidado y la atención
primaria.
2.- El programa brinda atención domiciliaria y cuidado intensivo a personas mayores de 60 años que acrediten insuficiencia económica, que no cuenten con personas que puedan cuidarlos, o que presenten
algún tipo de discapacidad y/o enfermedad crónica o terminal,
por medio de cuidadores domiciliarios capacitados en el
programa o fuera de él.
Programa Nacional de Cuidados Domiciliarios. Es un servicio público prestado desde el Ministerio de Desarrollo Social, Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores (DINAPAM), en coordinación con otras entidades, en especial con la Obra Social del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionistas (conocida por su antiguo nombre “PAMI”).
Servicios de asistencia en el domicilio del usuario, para personas con niveles de dependencia entre moderada y severa, que necesitan ayuda para la realización de las actividades de la vida diaria
Son desempeñados por los cuidadores, personal técnicamente capacitado para realizar actividades como: organización del hábitat, higiene y arreglo personal, preparación de alimentos, prevención de accidentes, administración de medicamentos
Además, existe el servicio de acompañamiento, bastante difundido en Uruguay, que consiste en la provisión de servicios de enfermería y acompañantes a domicilio o en instituciones de salud (sanatorios, hospitales u otros)
Este programa busca ofrecer apoyo para las actividades dentro del hogar y para realizar actividades fuera del domicilio.
Trabaja fuertemente tras los objetivos de posibilitar la inserción formal al mercado laboral de los cuidadores domiciliarios, y mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.
Sistema Nacional del Cuidados: Personas adultas mayores en situación de
dependencia impulsado por la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de
Desarrollo Social de la Nación (a través de la Dirección Nacional de Políticas para Adultos
Mayores -Dinapam-),
En México no se cuanta con un programa de cuidados domiciliarios a personas mayores. Desde la secretaria de Desarrollo Social surge el Instituto Nacional de las Personas Mayores (INAPAM), el cual implementa diversos programas para el beneficio de los adultos mayores Mexicanos.
Este organismo público es rector de la política nacional a favor de las personas adultas mayores teniendo por objetivo general coordinar, promover, apoyar, fomentar, vigilar y evaluar las acciones públicas, estrategias y programas que se deriven de ella, de conformidad con los principios objetivos y disposiciones contenidas en la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores
Busca garantizar una vida plena y digna para las personas adultas, así como
promover su participación y
desarrollo integral
Buscan incluir no solo al gobierno, sino a la sociedad entera para
fortalecer este instituto y las acciones
que lleva a cabo.
Combatir las desigualdades
extremas en las que muchas personas
adultas mayores viven y la inequidad de
género.
La literatura especializada en la temática de la atención a personas mayores, así como la normativa en derechos de dichas personas, y los modelos de referencia en distintos países que cuentan con sistemas de cuidados para esta población, coinciden en que el modelo debe ser: A partir de un sistema sociosanitario que incluya una amplitud de opciones de servicios, acorde a la evaluación del perfil del adulto mayor y de su entorno.
Preventivo Progresivo Coordinado e integrado
EL PROCESO DE CUIDAR ES COMPLEJO Y DINÁMICO
• De quien recibe los cuidados.
• De quien da los cuidados.
Necesidades y sentimientos
• Contexto Familiar.
• Redes de apoyo social.
Enfermedad y dependencia • Criterios a adoptar para
la selección de situaciones que requieren intervención.
• Sobrecarga para el cuidador
Atributos o tareas
¿Quién asume los costos del cuidado de las personas
dependientes?
Tiene implicancias a Nivel macrosocial:
Se plantea cómo aclarar la división del bienestar entre ESTADO /
FAMILIA/ MERCADO/ COMUNIDAD.
Nivel microsocial :
Se vincula a la división de tareas entre varones y mujeres y entre
generaciones. Ellos supone cambios en los contratos de género y
entre generaciones.
Quien cuida está consciente de situaciones de continuo agravamiento y deterioro del familiar que recibe cuidados, muchas veces previendo su propio futuro, más o menos próximo…
Una relación previa con el familiar mayor y una inversión de papeles que frecuentemente aumenta la probabilidad de conflicto.
Raramente la responsabilidad de cuidar es compartida por más de una persona, además de también raramente corresponde a una situación de elección asumida
Funciones para mantener la
integridad familiar
Seguridad y aceptación personal
Proveedora de satisfacción y
sentimientos de utilidad
Continuidad de las relaciones
Provee la estabilidad
Y
Sociabilización
Proteger y cuidar a sus miembros
Generadora de afecto
Existe una variedad y formas de
vida familiar y la reflexión sobre la
vida familiar no sólo afecta a las
estructuras, sino también las
funciones, los roles, las relaciones y
las representaciones
Papel de la
familia en el
cuidado
SON ACCIONES QUE LA SOCIEDAD LLEVA A CABO PARA GARANTIZAR LA SUPERVIVENCIA SOCIAL Y ORGÁNICA DE QUIENES HAN PERDIDO O CARECEN DE AUTONOMÍA PERSONAL Y NECESITAN LA AYUDA DE OTROS PARA REALIZAR LOS ACTOS ESENCIALES DE LA VIDA DIARIA. EL CUIDADO ES UN COMPONENTE CENTRAL EN EL MANTENIMIENTO Y DESARROLLO DEL TEJIDO SOCIAL, TANTO PARA LA FORMACIÓN DE CAPACIDADES COMO PARA SU REPRODUCCIÓN CEPAL (2009).
.
Robles considera al cuidado como una práctica social cuya finalidad es
que un individuo incapacitado en sus funciones básicas pueda sobrevivir o
progresar biológica y socialmente al satisfacer sus necesidades por medio
de dicho cuidado.
Plantea que el cuidado en la vejez puede surgir debido a la edad, en la
que de manera natural hay una disminución y/o pérdida de capacidades
que van afectando la autonomía de los sujetos.
El cuidado constituye una práctica social
sedimentada en la cultura de las relaciones
consigo mismo, con los otros y con el entorno.
En la sociedad representa una condición natural
del ser humano de protección afectiva de las
relaciones vitales., configura una construcción
social , dinámica y contextual, que incluye
razonamientos, sentimientos, tradiciones,
prácticas, imaginarios y regulaciones valorativas,
jurídicas y políticas.
La noción del
cuidado: sus
implicaciones
socio-culturales
La noción de cuidar personas mayores
(como otras experiencias) se construye en la
realidad de la vida cotidiana; en la interacción
con los otros, involucra emociones que se
expresan en las relaciones familiares, a la vez
que contribuye a construirlas y mantenerlas.
Es en esa dimensión relacional donde los
individuos pueden intervenir, donde la acción
de cuidar se traduce en una conducta
motivada al logro de un fin, es decir, adquiere
sentido.
El cuidado en general, atañe a los bienes y
actividades que permiten a las personas
alimentarse, educarse, estar sanas y vivir en
un hábitat propicio (Batthyány, 2004)
El cuidado se puede concebir como una
actividad femenina generalmente no
remunerada, sin reconocimiento ni valoración
social.
Comprende tanto el cuidado material
como el inmaterial , que supone un
vinculo afectivo, emocional, sentimental
entre el que brinda el cuidado y el que lo
recibe.
Se basa en lo racional y no es
solamente una obligación jurídica
establecida por la ley, sino que
también contribuye a construir y
mantener las relaciones familiares
.
Es el resultado de muchos actos
pequeños y sutiles , conscientes o
inconscientes que no se puede
considerar que sean completamente
naturales o sin esfuerzo.
Fuera del marco familiar , el trabajo
de cuidados se caracteriza por la
relación de servicio y preocupación
por los otros.
La norma cultural existente en casi todo el mundo es que la familia es la responsable
por excelencia del cuidado de sus miembros dependientes.
En China y Japón, la norma de la primogenitura masculina define que el hijo varón primogénito y su esposa –la nuera- tienen la obligación del cuidado de sus padres ancianos, por eso se quedan a vivir
con ellos después de casarse y son sus herederos
En México y para Mesoamérica, la norma de la ultimagénitura masculina en las áreas rurales, especialmente en los indígenas y campesinos, establece que el hijo menor se quede a vivir en casa de los padres después de casarse, para
cuidarlos cuando sean ancianos, y serán los herederos.
En las mismas áreas rurales pero en las sociedades rancheras del occidente de México, la hija menor permanece soltera y en casa de los padres para cuidarlos
cuando sean viejos y también es la heredera de sus bienes. (Arias, 2003)
Desde el punto de vista del deber filial cobran importancia los aspectos
ético y morales que obligan a la familia a cumplir con la responsabilidad
del cuidado.
1.- Las pautas de cuidados familiares reflejan la adhesión a una
obligación moral “natural” o “inherente” de cuidar a sus miembros
dependientes.
2.- La atribución del cuidado a la “elección” de las familias o de los
recursos sociales existentes es tautológica, invoca un imperativo moral
inherente a la responsabilidad familiar en tanto que es medio para
desarrollar y mantener las políticas sociales inicialmente orientadas por
criterios económicos y políticos.
Según Gilligan (1982), los seres
humanos utilizan dos voces
morales diferentes: un lenguaje
de justicia o imparcialidad, que es
masculino, y un lenguaje relacional
con uno mismo y las relaciones
sociales o una voz de cuidar, que
es femenina.
Nel Noddings, quien ha elaborado
un enfoque feminista de la
educación moral, cuya idea fuerza
es que ésta se refiere
fundamentalmente a la promoción
de las relaciones de cuidado.
Ambas ideas coinciden
en que la Ética del
cuidado contrasta
claramente con ética de
la justicia moral en lo
que respecta al papel de
los sentimientos y la
razón.
Motivación altruista:
Para mantener el bienestar de la persona cuidada, porque se entienden y comparten sus necesidades.
•Sentimientos de culpa del pasado: algunos cuidadores se toman el cuidado como una forma de redimirse, de superar sentimientos de culpa creados por situaciones del pasado.
Reciprocidad:
Ya que la persona ahora cuidada antes cuido de ellos.
•Para evitar la censura de la familia, amigos, conocidos, etc. en el caso de que no se cuidara al familiar en casa.
Gratitud y estima que les muestra la persona cuidada.
•Por abandono familiar, el cuidador reconoce que el dependiente carece de familiares o una red social que lo ayude.
La mayoría de las personas que cuidan a sus familiares están de acuerdo en
que se trata de un deber moral que no debe ser eludido y que existe una
responsabilidad social y familiar, unas normas de sociedad que deben ser
respetadas.
La práctica de estas normas se evidencia que sean familiares y especialmente las
hijas quienes cuiden a los ancianos. En la literatura internacional se ha reportado
ampliamente este hecho, de tal manera que se ha construido un modelo ideal sobre
cuales son los parentescos que se involucran en el cuidado.
“La jerarquía de
sustitución”
•Define al orden de parentesco que primero
otorga apoyo social al anciano y cual lo
substituye cuando está ausente o si existe no
está disponible.
•El orden es, primero los cónyuges, después
los hijos , otros parientes , y finalmente amigos
y vecinos.
•Pareciera no incluir la dimensión del género,
pero los datos empíricos , señalan que son las
esposas y las hijas quienes otorgan el cuidado.
LA representación que se tiene sobre quien debería cuidarlos.
Las expectativas sobre quien deseamos o esperamos nos cuide
durante la vejez, es también una vía para idealizar los rasgos del
cuidador.
Hay un consenso respecto a que el cuidado femenino se Instala
en el imaginario colectivo y forma parte de los supuestos de la
cultura, es decir, es una construcción social y un aprendizaje cultural
que no ha sido exclusivo para las mujeres, también ha permeado la
ideología de los hombres.
Los discursos que giran en torno al cuidado, permiten diferenciar
claramente la construcción social de las diferencias entre los
géneros; dichas diferencias representan una cierta forma de
violencia cotidiana que está integrada en nuestra forma de vida
(Blair, 2009).
En una idea similar, hay un consenso respecto a que el
cuidado femenino se instala en el imaginario colectivo y
forma parte de los supuestos de la cultura, es decir, es
una construcción social y un aprendizaje cultural que no
ha sido exclusivo para las mujeres, también ha
permeado la ideología de los hombres.
Los discursos que giran en torno al cuidado, permiten
diferenciar claramente la construcción social de las
diferencias entre los géneros; dichas diferencias
representan una cierta forma de violencia cotidiana que
está integrada en nuestra forma de vida (Blair, 2009).
ACCIONES DE CUIDADO:
EL TRABAJO DE LAS CUIDADORAS SE CONVIERTE EN ACCIÓN VITAL PARA EL
ENFERMO: SATISFACE NECESIDADES DE ÉSTE, OFRECIÉNDOLES LOS
RECURSOS NECESARIOS PARA SU SOBREVIVENCIA. CATEGORIZA LAS
ACCIONES DE CUIDADO EN TRES DIRECCIONES O LÍNEAS:
Robles (2007)
En el caso de la vejez y el cuidado, ambos actores (anciano y cuidador) se
insertan en una relación que produce un ambiente emocional difícil y
estresante. La experiencia individual, personal, de cada uno de los
participantes, está inmersa en un vaivén emocional que oscila de la tristeza a
la esperanza, y del enojo a la gratitud.
En el proceso del cuidado en la vejez, tanto el que cuida como el que recibe el
cuidado entran en una relación en la que la expresión emocional surge de
manera inevitable. Intervienen en ello la carga de estrés que implica el propio
cuidado como las creencias con las que se relaciona a la vejez.
La manifestación de las emociones en el cuidador surge invariablemente en el
contexto de la relación con el receptor del cuidado, es decir, el adulto mayor,
pero están presentes también otras relaciones con los demás miembros de la
familia.
LAS EMOCIONES Y EL CUIDADO Lazarus (2000)
Emociones
Existenciales
Ansiedad
Miedo
Culpa
Vergüenza
Provocadas por las condiciones de
vida desfavorables
Esperanza
Tristeza
Depresión
Surgen como
amenazas basadas
en los significados e
ideas acerca de
quiénes somos,
nuestro
lugar en el mundo, en
la vida, y en la
calidad de nuestra
existencia, y a partir
de la expectativa de
muerte.
Enfermedad
grave, el dolor y
sufrimiento por una
pérdida ─real o
potencial
─ de un ser querido
o el status personal
Hombres y mujeres han aprendido a través de un discurso social,
inmerso en los supuestos de la cultura, que estas últimas poseen
requisitos necesarios para convertirse en la cuidadora “ideal”, en
función de tres aspectos:
1.- Esta ligado con las “virtudes femeninas”
2.- A su ubicación como responsable
en atender el hogar y la familia
3.- Calidad del cuidado
Feminización del
cuidado.
El cuidado está íntimamente
relacionado con el maltrato y
de hecho las relaciones de
cuidado tienen un carácter
fuertemente ambivalente.
Del lado de la mujer, por el hecho de tender a
la conexión con el otro, por suponer que debe
y es capaz de anticipar lo que desea y que
debe anteponer las necesidades de quien
requiere cuidados.
Se mueve entre la afirmación de su identidad,
forzando a que el objeto de sus cuidados
tenga para con ella actos de reconocimiento
por la atención y cuidados recibidos.
El otro y su bienestar es un fin para quien le
atiende, la mujer, pero al mismo tiempo es un
instrumento, el medio del que se dota para
confirmar su propia potencia e
invulnerabilidad.
•La situación de las mujeres
cuidadoras de ancianos refleja una
realidad insuficientemente valorada y
poco visible a la familia, a la sociedad,
a las instituciones y a la política social.
•La práctica del cuidado que otorgan
las mujeres se realiza en condiciones
de desigualdad y falta de
reconocimiento, independientemente
de que ellas lo vivan como una
respuesta de afecto y obligación moral
hacia sus familiares.
El que sean las mujeres quienes se ocupen principalmente del cuidado de los
mayores está relacionado con la concepción que se tiene del papel de la mujer en la
familia.
A las mujeres se les hereda un cierto placer altruista de dar, nutrir y cuidar, asociado
con la practica del arquetipo materno de cuerpo-para-otros, lo que dificulta a las
mujeres la auto- percepción de sus propias necesidades.
El cuidado femenino en la vejez adquiere importantes matices de género, pues si bien
es cierto que hay excepciones en donde un hombre quien otorga cuidado a los adultos
mayores , existe una fuerte inclinación para pensar que la identidad femenina se
conforma a partir de discursos predominantes en un orden social que la ubica como la
cuidadora innata (Aronson, 1992)
La feminización del cuidado y el ambivalente rol
social de la mujer en el espacio público:
Existe consenso en que la crisis de los cuidados se ha producido en un
contexto en el cual la incorporación de las mujeres al mercado laboral no estuvo
acompañada de un amento de alternativas sociales de redistribución del cuidado
dentro del hogar.
La incorporación de la mujer al mercado laboral no implico en sí misma un
avance hacia la igualdad de género el interior de las familias, ni tampoco un
cambio real en la condición de subordinación de las mujeres.
En medida que el trabajo doméstico y de cuidado (que es un tipo de servicio
en términos económicos y sociales) fue asignado a las mujeres para que los
desempeñaran en la familia , ocurren dos fenómenos importantes:
1.- Vinculado a relaciones de parentesco convirtiéndolo no en una
actividad económica , sino en un “acto de amor”.
2.- En términos de organización del trabajo se hace en unidades pequeñas
(familia nuclear) y con características artesanales.
La situación de las mujeres cuidadoras de ancianos refleja una realidad
insuficientemente valorada y poco visible a la familia, a la sociedad, a las instituciones y a
la política social.
La práctica del cuidado que otorgan las mujeres se realiza en condiciones de
desigualdad y falta de reconocimiento, independientemente de que ellas lo vivan como
una respuesta de afecto y obligación moral hacia sus familiares.
La acción de cuidar, lleva implícitas
prácticas violentas no porque haya
presencia de agresividad, sino porque se
reproduce de modo sutil e invisible.
En el cuidar, al igual que en otras acciones realizadas por mujeres,
se aprecian distintos matices de violencia en tanto que se trata de
una acción que es admitida, practicada y reproducida por la
sociedad y por el propio Estado, el cual debería proteger y defender
los derechos de las mujeres incluidos los papeles sociales
determinados en razón del género (Barros, 2004).
En estas circunstancias es que surgen manifestaciones de
violencia estructural, la cual integra a su vez distintas formas
de violencia cultural, institucional y socioeconómica (Barros,
2004).
Lo que caracteriza a la
violencia estructural contra la
mujer es el origen y
fundamento de los diversos
tipos de violencia, en tanto
surge de las normas y
valores que predominan en
la sociedad. No queda duda
de que los casos de
desigualdad en la
distribución del poder son la
fórmula general que subyace
tras la violencia estructural
(Barros, 2004).
Violencia cultural
•Aspectos simbólicos de la vida cotidiana,
tales como las creencias, las costumbres,
la religión, los valores y las tradiciones
entre otros (Díaz, 2009; Blair, 2009).
• A este tipo de violencia no se le identifica
fácilmente, puesto que se traduce en
acciones dañinas resultantes de la forma
de pensar de la sociedad, de los valores
convencionales y de las prácticas
cotidianas (Barros, 2004: 238).
•La obligación moral de cuidado es
considerada también como producto de
dichos valores establecidos socialmente.
Francisca: No, no le encuentro explicación el por que los hombres son
tan diferentes, son como temerosos, miedosos, o sea inútiles, todo
tienen por que no se enfrentan a una realidad que debe de ser, cual es
la realidad de lo que tiene que hacer
Entrevistador: ¿Ellos tiene otra realidad? ¿Cuál es la realidad que ellos
tienen?
Francisca: Pues de que les da miedo por decir –Ay no, como lo voy a
hacer, no pues tu- por que yo he visto, por ejemplo yo trabaje en el
seguro, trabaje que iba a llevar la comida y todo y que estaban con su
papá y con su enfermo
Framcisca: a veces me voy a misa, rápido, rápido porque tengo el
pendiente que ese ratito la dejo sola, pero regreso y me siento bien
porque el padre me dice: “qué bueno que estás cuidando a tu madre
hija, Dios te va a premiar por ser buena hija, Dios te dará fuerza para
seguir adelante”
Un aspecto más que pasa inadvertido como una expresión de la violencia
que viven las cuidadoras es el relacionado con las condiciones
socioeconómicas precarias, condiciones que limitan la calidad del
cuidado. Dicha forma de violencia socioeconómica, hace referencia a la
desigualdad de acceso a los recursos compartidos socialmente por el
hecho de ser mujer.
Rosario: “pues ya no pude hacer nada, nada… se puso malita, le estuve
llame y llame al celular (al hermano) y nunca me contestó)… yo no tenía
dinero para llevarla (al hospital)…. La última vez me quedé “endrogada”,
todavía estoy pagando. Mi hermano si me ayudó, pero no alcanzó, no
alcanzó (el dinero)… Y pues la dejé aquí, le puse fomentos, le unté
pomada, pero no la llevé, no la llevé… y ahora estoy con eso… que si la
hubiera llevado… a lo mejor todavía estaría viva…
Teresa: pues no, no pude conseguir el Seguro Popular, que dizque no
había afiliaciones que hasta agosto…. Y pues yo digo, entonces para qué
anuncian que
Van a a ayudar a la gente?... Me la llevé al Hospital, a urgencias, yo les
agradezco, les agradezco, pero me piden una lista de medicamentos que
no puedo, no puedo, me piden “albúmina” y está bien cara y otras
medicinas… Mi hermano a veces me manda, pero poco, y mis hermanas:
¡bien, gracias!, ni siquiera llaman!
Rol de c
uid
ador
Interfiere con aspectos de la vida personal, familiar, laboral y social.
Tensión, fatiga, frustración, stress, escasa socialización, depresión y afectación de la
autoestima entre otros.
problemas físicos, psicológicos, emocionales, sociales y financieros
EFECTOS NEGATIVOS
Las condiciones
socioeconómicas
precarias, limitan la calidad
del cuidado. Se traduce en
una forma de violencia
socioeconómica y se
conecta a la desigualdad de
acceso a los recursos
compartidos socialmente
por el hecho de ser mujer.
DINÁMICAS FAMILIARES DEL CUIDADO. ASPECTOS PROBLEMÁTICOS
Se re-editan viejos problemas en las relaciones interfamiliares guardados en la biografía familiar.
Desigualdad entre generaciones en sus condiciones de vida.
La vivienda como moneda de cambio. Conflicto por la herencia de la propiedad.
El deber filial y la moral familiar es fuerte para las madres mayores, pues apoyan a los hijos y nietos aunque éstos no cumplan con un intercambio intergeneracional.
Conflicto entre los hermanos/parientes por la
responsabilidad del cuidado
Formación de coaliciones/triángulos
Conflictos económicos: por pobreza y/o por ausencia de
solidaridad
Principales conflictos familiares en torno al cuidado
La dependencia y el
cuidado afecta la
estructura familiar
Los integrantes de la familia pueden presentar
ansiedad y estrés. Se preocupan por la
gravedad de la enfermedad, por el sufrimiento
del enfermo y por la posible de la muerte…
Sentimientos de miedo, desamparo,
vulnerabilidad, inseguridad, frustración y
depresión.
Rupturas en su estilo de
vida.
Afecta la privacidad,
ingresos, es el
cuidador principal el
mayor afectado.
• Cuidado impacta a los
nietos
• Conflicto por la cooperación económica
• Falta de reciprocidad
intergeneracional
• Desigualdad soc/ec entre generaciones
Conflictos en la historia de las relaciones fam
Vivienda como moneda
de cambio
Vulnerabilidad multidimensio
nal
Sobreprotección parental
Negligencia
malos
tratos
Enojo,
impotencia
frustración
CUIDADO
Impacto
negativo
Los cuidados familiares no son el resultado de una inaceptada obligación moral, sino la consecuencia de políticas sociales que benefician a poderosos segmentos de la sociedad y que es defendida mediante la innovación de una retórica moral.
Las políticas “no surgen en un vacio” , inevitablemente hay detrás todo una ideología y conceptos de “verdad” cruzados, influidos por los valores de una cultura patriarcal dominante.
El cuidado en la vejez involucra sentidos y significados
enraizados en la cultura
Esta base simbólica impacta los discursos de las PAM, de las
cuidadoras/es, de la familia, pero también de los
profesionales, de las instituciones y de las políticas
Reflexionar si nos ubicamos en un paradigma familista,
asistencialista o sanitarista?
Qué necesitamos transformar? O ¿reproducir?
SISTEMAS DE CREENCIAS-
CULTURA-ETNIA
CICLOS DE VIDA FAMILIAR, DEL
INDIVIDUO Y DE LA ENF.
TIPO DE ENFERMEDAD/A
DVERSIDAD, PERDIDA
SUJETO CON PADECIMENTO
A manera de conclusión
El cuidado en la vejez involucra sentidos y significados enraizados en la cultura Esta base simbólica impacta los discursos de las PAM, de las cuidadoras/es, de la familia, pero también de los profesionales, de las instituciones y de las políticas Reflexionar si nos ubicamos en un paradigma familista, asistencialista o sanitarista? Qué necesitamos transformar? O ¿reproducir? El cuidado de las personas emerge como dimensión de la realidad social, esfera de actividades y ética de la responsabilidad bajo el signo de la igualdad de género.