pregón de la semana santa de melilla 2015

Sor Adelina Sanchez Vela 1´

2 Pregon de la Semana Santa de Melilla 2015´


Pregón Ofi cial de la Semana Santa de Melilla 2015Por Sor Adelina Sánchez Vela

Esclava de la Inmaculada Niña - Divina Infantita -

Proclamado en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Melilla, a las 21h00 del sábado 21 de marzo del

Año del Señor 2015

Fotografías: Photowalk MelillaMaquetación: C. Rubiales M.

Imprime: Publigafi c Melilla S.L.

Depósito Legal: ML-10-2015


Francisco Gámez Pérez

Presentacion´

Pregonero de la Semana Santa de Melilla 2014

La tarde más azul de primavera,al verme con las manos tan vacías,

me pidió, en silencio, que le siguieracon la cruz de mis noches y mis días.

Esa cruz cotidiana, verdadera,esas penas que matan alegrías,esas cosas que acaso no quisiera

y que son, sin embargo, solo mías.

Apenas, se detuvo unos instantes,para luego marcharse, lentamente,seguido de otras cruces caminantes.

A qué esperas, me dije de repente,nada puede ya ser igual que antes,

que todo por amor es diferente. (a/d)

Paz y Bien.


Excmas. e Ilmas. Autoridades Religiosas, Civiles, Militares y Judiciales.

Hermano Mayor de la Agrupación de Cofradías de Melilla.

Hermanos Mayores de Cofradías, Congregaciones y Herman-dades

Hermanos Cofrades

Señoras y Señores:

Permítanme romper el protocolo establecido y decirles: Ami-gos Todos.

Hoy se cumple un año de mi pasado Pregón, ofrecido al pueblo de Melilla en una santa y bendita noche como es esta, un día difícil e imposible de olvidar, recuerdo como los nervios me desbordaban, como a todo pregonero, y en esta hora también, pero siempre estaré agradecido a la voluntad de Dios y a la de los Hombres de Bien por permitirme pregonar el pasado 5 de Abril cuánto mi alma cristiana cofrade sigue sintiendo y aumentando día tras día mi FE en lo real y divino, en la única verdad que me conmueve Cristo, El Nazareno y María nuestra Virgen y Madre del Cielo. Gracias una vez más.

Pero me llega el relevo y hacerlo, como manda la tradición entre nosotros, Cofrades melillenses, pasando el testigo y pre-sentándoles a ustedes, amigos todos, a la Pregonera entrante de este año 2015, Sor Adelina Sánchez Vela, elegida por unanimidad entre todos los responsables representantes de Nuestras cinco Cofradías de Pasión de Melilla. Presentar a una entrañable mujer, Hermana Religiosa de la Congregación Esclavas de la Inmaculada Niña (Divina Infantita), entregada en alma y cuerpo a la caridad, humildad y atenciones para con aquellos menos pudientes en lo social y espiritual sin distingo de religiosidades y razas; una esti-mada mujer que bien urde entereza a los títulos de esta nuestra Melilla, Solidaria, Bondadosa y Caritativa, es para mí, humilde servidor de ustedes, todo un Honor presentarla. ¡SI, amigos to-


dos!, así es nuestra pregonera de esta noche, de este año de Gracia 2015, Sor Adelina Sánchez Vela, nacida en Picena (Alpuja-rra-Granadina), de una familia profundamente cristiana, ingresó en el Colegio a la edad de cinco años, tras fallecer su padre en la Guerra Civil Española, en la tan oída batalla del Ebro; viendo y sintiendo el buen hacer de las Hermanas Religiosas, Esclava de la Inmaculada Niña, fue para ella el motivo para permanecer y vivir en religiosidad, y a la edad de quince años decidió entregar su vida y alma a la Congregación mencionada.

Religiosa que es desde 1956, dedicada siempre a la enseñanza de los más pequeños, así residió e impartió su buen hacer en Madrid, Granada y hoy fi el a su entrega y plena dedicación en Melilla.

Hermana mayor de niños y de adultos, que bien sabe oír las voces necesitadas, igualmente pedir para ellos, ejemplo de en-trega y sacrifi cio para con los demás, todo un arquetipo anegada de vivencias y relevantes acciones y cuanto reseñé en párrafos anteriores; todo un ejemplo a imitar y difícil de alcanzar por este quien les habla.

Hablar con ella, hablar con Sor Adelina Sánchez Vela, mejor di-ría escucharla hablar es evangelio vivo, es por ello que tras nues-tras conversaciones, antesala de cuanto en esta hora les detallo, sólo podría decirles de ella aquello cuanto van a oír llegado su momento en esta su enaltecida santa y bendita noche, sus expe-riencias a lo largo de su vida religiosa, sus vivencias como cerca-na Cofrade de Melilla, de todas y cada una de nuestras Cofradías, Hermandades y Congregaciones, sus innumerables desvelos con el Voluntariado Cristiano de Presiones, su entrega absoluta en todo cuanto hace y reporta a buen puerto. Descubriremos por su voz fi rme y expresada, aunque algo nerviosa por aquello de la gran responsabilidad que conlleva pregonar sus más intimas verdades, personales, religiosas y de cofrade, puestas siempre al servicio de los demás, descubriremos en ella que es ejemplo de FE andante, ejemplo de FE viva, ejemplo de FE creciente.


Sor Adelina Sánchez Vela, incansable mujer, solidaria, bondadosa y caritativa, Esclava de la Inmaculada Niña la Divina Infantita, religiosas que llevan entre nosotros muchísimos años, tengo recuerdos de infancia asistiendo y visitando la Casa de ellas, sita en la Calle Comandante Aviador García Morato, acom-pañando a mis familiares, que seguimos vinculados desde sus inicios en esta bendita tierra. Y espero y deseo sea por muchos años; su labor en esta Melilla y en nuestros alrededores es de un notorio sobresaliente y siempre, como en ellas es habitual, ofre-ciendo y repartiendo sus sonrisas, sus haceres y saberes por Dios y por la Inmaculada Niña la Divina Infantita.

Sor Adelina, amiga mía, bien podría extenderme hablando de ti largas horas, seguro no tendría fi n, pero mi tiempo se agota y se acerca el momento de pasarte el testigo, de anunciarte ante Dios y los Hombres (sin distingo de género) como Pregonera de la Semana Santa 2015 de esta Vieja Melilla, de esta Cofrade Melilla, de esta nuestra viva y sureña tierra, plena de culturas entronca-das, pero antes déjame pedirte un favor, tú lo tienes más fácil que yo, por ello si a lo largo de tu alocución pregonera, te puedes acordar de mi, y a bien lo tienes, dile a nuestra Madre del Cielo cuánto la quiero en su diversidad de advocaciones.

Y ahora sí, llegó el instante, Sor Adelina Sánchez Vela, humil-de sierva de Dios, entregada mujer religiosa, el Ambón es tuyo, seguro estoy que en esta tu designada noche nuestros Santos Titulares estarán a tu lado, y sobre todo, buena amiga, deja bien claro cuánto a mi me has dicho y me has hecho crecer con tus palabras y tus ejemplos en la FE de Cristo y de María Virgen y Madre.

¡¡Señoras y Señores, Pueblo de Melilla, con ustedes y para ustedes: Sor Adelina Sánchez Vela,

Esclava de la Inmaculada Niña la Divina InfantitaPregonera de la Semana Santa de Melilla 2015.!!

Paz y Bien.


Sor Adelina Sánchez VelaReligiosa Esclava de la Inmaculada Niña - Divina Infantita -

Pregonera de la Semana Santa de Melilla 2015


Ilustrísimo Sr. Vicario Episcopal de la Diócesis de Melilla: Con su venia.

Excelentísimas e Ilustrísimas Autoridades: Eclesiásticas, Civiles, Militares y Judiciales.

Hermano Mayor de la Agrupación de Cofradías de Pasión de Melilla.

Hermanos Mayores de Cofradías, Congregaciones y Her-mandades.

Hermanos en Cristo e Hijos de María.

Señoras y Señores.

Queridos amigos todos:

Me siento sorprendida, agradecida y muy honrada de encon-trarme hoy aquí, con la presencia de todos vosotros, que en de-fi nitiva sois los que dais vida y realzáis este Acto. Por mi parte tengo la gran ilusión de prestar mi pobre voz al que me ha dado la vida y por ÉL, todo. Estoy segura que ÉL suplirá mi torpeza y yo le mostraré mi amor. ¡Vale la pena!

´Introduccion

Pregonde la Semana Santa de Melila 2015

´


AgradecimientosA los miembros de la Agrupación de Cofradías de Melilla y Herma-nos Mayores por su designación unánime, para con mi persona, como Pregonera de la Semana Santa de Melilla de este año de Gracia 2015. ¡Gracias Hermanos!

Y de una forma muy especial darle las gracias a Paco Gámez, Pregonero saliente, por sus entrañables palabras: cercanía y ca-riño. Me he dado cuenta que sabe sembrar la Semilla de Cristo y de María; no te canses, no te detengas nunca: Ama, Perdona y Olvida. Gracias, muchas gracias Paco.

DedicatoriaA mi Congregación “Esclavas de la Inmaculada Niña (Divina Infan-tita)”, a mi Comunidad en la que me encuentro plena y feliz por todo cuanto recibimos y hacemos, y no puedo omitir a nuestras niñas acogidas, por todas ellas… todo mi hacer.

Y a nuestra Real Cofradía y Hermandad Franciscana de Nues-tro Padre Jesús Nazareno y de María Santísima de los Dolores, que este año de gracia 2015 cumple, nuestro Santo Titular, El Nazareno, trescientos cincuenta años entre nosotros. ¡FELICIDA-DES! y que sea por muchos más.

Igualmente un cariñoso recuerdo a nuestra Madre y Patrona la Virgen de la Victoria, la que nos seguirá protegiendo siempre, con anhelo maternal.

Y a todos ustedes gracias por acompañarme.


Estuve en un principio tentada a decir que no, convencida de no ser capaz de expresar, refl ejar con palabras mis sentimientos ha-cia y para con la Semana Santa de Melilla. Pero me dije: Cuando en lo que haces pones alma, vida y corazón no hay por qué tener miedo y, es cierto. He puesto mucho cariño, gran ilusión y res-peto hacia los que estáis aquí, hacia los que os dejáis trazos de vuestra vida en estos días tan sagrados de nuestra Semana Santa.

Ser Pregonera en esta tierra, en estos tiempos, es una gran responsabilidad, es sacar de nuestro interior, una infi nidad de sensaciones, vivencias, experiencias para compartirlas entre to-dos y eso es lo os voy a dar, lo que llevo dentro, lo que nada ni nadie me puede arrebatar. El amor de un Dios que un día me cautivó y me eligió para sí.

Sé que no me acompañan valores académicos sufi cientes para hacer un pregón brillante, pero trataré de no defraudar a nadie, la carrera del amor es la más importante y esta la he aprendido y vivido a los pies de Cristo crucifi cado, junto al Sagrario y al lado de la Virgen.

Es muy cierto que en Semana Santa, cada Paso, cada esqui-na, cada saeta, cada sombra de esta bella ciudad es un impacto que conmueve profundamente mi corazón y me impulsa a ser mejor y feliz.

´Capitulo unico´

Pregon´


Un consejo hermanos: Caminad, haced el recorrido peniten-cial con nuestra Virgen, nuestro Cristo, con serenidad, elegancia, amor y piedad.

¿Os dais cuenta de lo que paseáis por nuestras calles?

Que vuestros pasos por nuestra ciudad sea motivo de más recogimiento y devoción. No nos defraudéis. Lo que tengáis que hacer, hacedlo bien; la gente se merece todo, tienen que ver nuestro respeto, devoción, ilusión y cariño. Muchos de los vues-tros os estarán mirando desde el balcón de los cielos y otros en las calles; unos y otros aprendieron a conocer y querer a nuestra ciudad, a sus Cofradías y Hermandades, simpatizantes, con sus victorias y fracasos, donde no hay nadie que le niegue la mano al que la tiende. Da su tiempo, su consejo, ilusión, espacio y ese interminable etcétera, así es el melillense, así son los cofrades.

Un día os comprometisteis a compartirlo todo a los pies del Señor, con tal de que la Cofradía se entregase en cuerpo y alma:

¿Lo habéis conseguido? ¡No! Pues… mano a la obra.

No miréis hacia atrás, no esquivéis la mirada, dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Vivir vuestro tiempo, vuestras horas, vuestro cansancio, ago-bio y con gran amor vivir la Semana Santa, como si fuera la últi-ma de vuestra vida. Que no os importen los contratiempos; todos unidos, mano con mano en el luchar. Todos hermanos en sufrir y en el gozar, y todo, para mayor gloria de Dios y bien de la huma-nidad.

Cuando pienso en la Semana Santa, doy rienda suelta a la más desbordada de las sensaciones: profunda pasión por lo que ella signifi ca en mi vida.

Tengo que afi rmar que no importan las difi cultades cuando se parte del sentimiento y desde ahí y desde mi forma de ser,


intentaré elogiar nuestra Semana Santa y animar a todos los pre-sentes a participar en su celebración. Y con el permiso de todos ustedes, un paréntesis, me vais a permitir me dirija a una per-sona a la que le gustaría estar presente aquí como el que más. Una persona que por circunstancia de la vida, Jesús se lo ha llevado con ÉL, Pepe Imbroda. Hoy convencida de que la ocasión lo merece. ¡Pepe, buen amigo!, te doy las gracias por cuanto a esta mi Comunidad, también tu casa, nos has dado, y te digo: me han hecho el honor de ser la pregonera de la Semana Santa de Melilla, tu tierra por la que tanto has luchado y tanto has amado, quiero seas el primero en enterarte de las cosas que pienso decir en el pregón y no es otra cosa, que la que Dios ha puesto en mi corazón y yo pongo en mis labios con su ayuda, con su permiso.

La rememoración de la Pasión de Cristo no es una simple tradición, sino una auténtica manifestación de Fe.

Pasan los días, son momentos lentos que se pueden tocar con el espíritu de nuestro ánimo, sobrecogido; algo inminente que va a ocurrir, que va a comenzar a suceder dentro y fuera de nosotros.

Todo va cambiando como si se tratara de un velo echado, que de un momento a otro al descorrerse nos va a hacer participar in-tegrándonos en la Semana Santa. Es el ir y venir de las gentes, en las voces entrecruzadas en nuestra mirada, en nuestras lágrimas, queriendo abarcarlo todo y surge algo que nos dice y nos ilustra, que la Semana Santa comienza. Todo está preparado, todo está a punto, porque ajeno a nuestros pasos, van a producirse los más variados acontecimientos de una semana única e irrepetible.

Semana Santa por las ciudades y pueblos de España, avanzan las procesiones, entre cirios, tambores y bandas musicales.

Es Semana Santa y cada Cofradía saca a su Cristo, a su Virgen con el mayor cariño, respeto e ilusión y paso a paso se funden los corazones del Hermano Mayor, capataces, costaleros, portado-


res, en uno solo, en el de su Cristo, en el de su Virgen.

El peso de la Cruz es grande, pero paso a paso pensando en cada uno de nosotros va Cristo. ¿Me amará de veras? se dirá al mi-rarnos, por ti he dado mi vida ¿qué harás tú por mí? Hermano: ¡Ánimo! Ve con ÉL, no lo dejes solo, se su Cirineo, el que ayudó a llevar la Cruz. Sé su Verónica, la mujer atrevida, valiente, que sin importarle el qué dirán, se acercó a limpiarle el rostro.

No olvidemos que Semana Santa es una forma de recordar y re-vivir los momentos culminantes de la vida de Jesús de Nazaret, recorriendo el camino que le llevó a la Cruz para poder llegar a la Luz ¿y todo por qué? por amor, por ti y por mí.

Por las calles del mundo pasan a diario anónimas procesiones de hombres que cargan con su Cruz y arrastran su pena y dolor sin encontrar una mano amiga que a modo de Cirineo, les eche una mano para aliviarle el peso de tanta injusticia, indiferencias, marginación.

Y sucede lo mismo que hacemos durante la Semana Santa: nos gusta más, ser espectadores que penitentes, más egoístas que solidarios, y Jesús sigue hoy vivo doliente en cada hombre que vive este sufrimiento y dolor. No pases de largo, es tu hermano. No pases… por favor.

Seguir o recordar la Semana Santa ha de servir para saber que la historia se repite y que hacen falta redentores a la vez que so-bran oportunistas, que escasea gente que eche una mano y abun-dan los mirones, que en vez de construir, destruyen el cariño y el esfuerzo de todos aquellos que durante un año han gastado su tiempo libre en pensar y preparar su gran semana, para vivirla de lleno.


Por temor a dar la cara

Cristo, no te quise acompañar

fui cobarde, fui egoísta

me tienes que perdonar.

Por temor a dar la cara

un tiempo fui traidor:

Tú me sigues llamando

yo…rechazaba tu voz.

Perdóname, perdóname mi Señor.

Las imágenes de nuestros imagine-ros, nos las muestran llenas de dolor y ternura en las dolorosas, lágrimas que brillan y nos caen y pesan sobre nues-tras dudas y angustias de cada día ¡qué humanos somos! Lágrimas de la Virgen, enséñanos a consolar y a limpiar las lágrimas de los hombres. Que seamos pañuelo de todo aquel que su dolor lo acerca a Ti.

Semana de Pasión, de dolor y muer-te en los desfi les procesionales, en don-de el silencio se hace oración y las mi-

radas llevan consigo, la angustia de una plegaria, que sale de lo más hondo del alma, hacia el Cristo, mirada fría, iluminada por la luna llena, blanca, que alarga las sombras y que acude cada año a contemplar al Crucifi cado, símbolo de la Fe de todos y en cada uno de los que la contemplamos.

Sólo Él, consuela, ilumina. No se ha ido de este mundo para desentenderse de nuestras penas. Está al tanto de los problemas, junto a nosotros camina y nos de beber del agua del amor y la alegría.


Cristo está en el corazón de todo aquel que le reza, le mira, le ama, de esas mujeres con velas, rosario, medallas, que le siguen cada año para cumplir sus promesas, para pedirle algo: salud, amor, trabajo. ¡Míranos con compasión, no nos dejes Ma-dre nuestra!

Todo llega y todo pasará pero Cristo permanecerá siempre al lado del que quiera contar con Él.

“No me mueve mi Dios para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infi erno tan temido para dejar por ello de ofenderte”.

¡Escuchemos la Saeta, en la voz de quien no necesita pre-sentación, nuestro siempre buen amigo Pepe Pozo! Que cuando le pedí el favor de acompañarme en esta noche, no dudó ni un instante.

SaetaSilencio, silencio, silencio

que en la calle está Jesús

que no saquen a María

que no lo vea con la Cruz

donde va a perder la vida.

MartineteComo llevaba la cara Padre mío con su dolor

que su Madre lo miraba y no lo reconoció.


¡Y ahora, déjenme recitarles unos versos a mi Cristo Nazareno, y a nuestra Madre del Cielo! ¡Gracias!

Montado sobre un burrito

por su Rey hoy te proclaman,

Melilla se vuelve loca

palmas, olivos, algazara.

Los niños nos muestran sus caras

están felices, entusiastas.

¡Mami!, la capa, el olivo,

quiero que Jesús me vea y diga:

¡Qué guapo está mi niño!

Unos extenderán sus mantos

otros, agitaran sus palmas,

y otros te rezaran, te aclamaran y cantaran.


¡Aleluya, aleluya, aleluya!

¿Qué siente tu corazón, Señor?

¿Qué nos dices, Tú, Rey de Reyes?

seguro nos dirá:

Hoy reina la alegría,

mañana…, la apostasía.

Cofradía de este, gran día,

de este Domingo de Ramos

tan insigne para el Señor

abrid el corazón

y que Él, Cristo Rey

encuentre en vosotros un trono de amor.


Virgen de la Soledad

¿Qué tiene tu rostro Madre?

¿Qué tiene que me cautiva?

Me piden que de Ti hable,

¿Y cómo hacerlo

siendo Tú tan especial?

Si eres la Madre de todos,

del que se aleja y acerca

del que te dice anhelante:

¡No me dejes Madre, dame fuerzas!

¡Soledad, qué nombre tan entrañable!

¡Cuánto interroga a mi vida!

¿Tú sola Madre mía?

¡No!, ahí está tu cofradía,

¿O es que viven falsa vida?

No solo el llevarte a hombros

tu soledad ya mitigan:

tienen que entregarse más,

todos los días de su vida

así nunca sola estarás.

El hermano mayor trabajará

para que todo cofrade,

unidos en Fe y Amor,

te quiten Virgen mía

punzantes dagas

que te clavó el desamor.

Camareras, que por lucir mantillas,

medallas, rosarios y velas,

no salgáis en procesión ¡No! Por favor,


salid por estar con Ella,

que hay corazones dormidos

que de Ella apenas se acuerdan.

¡Portadores, adelante,

con la Virgen caminad,

que aquel que se acoge a Ella

jamás podrá naufragar!

Y termino mi versado

pidiendo a nuestra bendita Madre,

la Virgen de la Soledad,

bendiga a todos los hijos

de esta entrañable ciudad.


Y no podía dejar pasar esta noche el poema de José María Pemán.

¡Cristo de la Buena muerte,

el de la faz amorosa,

tronchada, como una rosa,

sobre el blanco cuerpo inerte

que en el madero reposa!

¿Quién pudo de tal manera

darte esta noble y severa

majestad llena de calma?

No fue una mano: fue un alma

la que talló tu madera.

Fue, Señor, que el que tallaba

tu fi gura, con tal celo

y con tal ansia te amaba,

que, a fuerza de amor, sentía

dentro del alma el modelo.

Fue que al tallarte sentía

un ansia tan verdadera,

que en arrobos le sumía

y cuajaba en la madera

lo que en arrobos veía.

Fue que ese rostro, Señor,

y esa ternura al tallarte,

y esa expresión de dolor,

más que milagro del arte,

fueron milagros de amor.

Fue, en fi n, que ya no pudieron

sus manos llegar a tanto,


y desmayadas cayeron…

¡y los Ángeles te hicieron,

con sus manos mientras tanto!

Por eso a tus pies postrados;

por tus dolores herido

de un dolor desconsolado;

ante tu imagen vencido

y ante tu Cruz humillado,

siento unas ansias fogosas

de abrazarte y bendecirte,

y ante tus plantas piadosas,

quiero decirte mil cosas

que no sé cómo decirte…

¡Frente que, herida de amor,

te rindes de sufrimientos

sobre el pecho del Señor

como los lirios que, en fl or

tronchan, al paso, los vientos!

Brazos rígidos y yertos,

por tres garfi os traspasados

que aquí estáis: por mis pecados

para recibirme, abiertos,

para esperarme, clavados.

¡Cuerpo llegado de amores!

yo te adoro y te sigo;

yo, Señor de los señores,

quiero partir tus dolores

subiendo a la cruz contigo.


Quiero en la vida seguirte,

y por los caminos irte

alabando y bendiciendo,

y bendecirte sufriendo,

y muriendo bendecirte.

Quiero, Señor, en tu encanto

tener mis sentidos presos,

y, unido a tu cuerpo santo,

mojar tu rostro con llanto,

secar tu llanto con besos.

Quiero, en santo desvarío,

besando tu rostro frío,

besando tu cuerpo inerte,

llamarte mil veces mío...,

¡Cristo de la Buena Muerte!

* * *

Que vaya, en fi n, por la vida

como Tú estás en la Cruz:

de sangre los pies cubiertos,

llagadas de amor las manos,

los ojos al mundo muertos,

y los dos brazos abiertos

para todos mis hermanos.

* * *

A ofrecerte, Señor, vengo

mi ser, mi vida, mi amor,

mi alegría, mi dolor;

cuanto puedo y cuanto tengo;


cuanto me has dado, Señor.

Y a cambio de este alma llena

de amor que vengo a ofrecerte,

dame una vida serena

dame una muerte santa y buena...

¡Cristo de la Buena Muerte!

Escuchemos ahora una voz rasgada, carente de libertad, por el momento; ¡Agustín, amigo mío, canta como bien sabes tu ora-ción de Getsemaní!

Getsemaní, Getsemaní,

testigo tu eres,

Jesús sufrió allí

Getsemaní.

Lo llevaron como un cordero

más su boca reclamó:

Pero no hagas mi voluntad

Si no la tuya.

Ángeles del cielo

mi Padre me mandó

para consolaros,

para eso vine yo.

Y Él, él es el dueño de mi alma,

si no le tengo mi alma se muere,

si no le tengo mi alma se desmaya.

Muerte y Resurrección:

Le juzgaron y sentenciaron

como a un cruel malhechor.

le humillaron ante todo un pueblo

quienes le despreciaron


y tú, a todo, silencio y amor.

Dime Nazareno

¿por qué tanto sufrimiento?

Explícamelo, te lo ruego,

porque yo… nada entiendo.

Y le oigo decir en silencio:

“el que de veras me ama,

al otro se entrega entero,

la mejor forma de abrir

las puertas del cielo,

es morir cada día un poco

para encontrarnos de nuevo.

Domingo de Resurrección

el encuentro con su Madre,

momento mágico y bello,

el que no se pierde nadie.

Plaza de España:

Tú si sabes de amores,

de lágrimas y emociones;


día de olvidar las penas,

solo gozo, perdón… amor,

Cristo ha resucitado en nuestro corazón

Porque amigos, morir es resucitar,

y en estos días se nos ofrece,

aprovechémoslo

y que la Santa Semana

la vivamos en PAZ siempre.

Amigos todos, llegó el fi nal de esta mi enaltecida santa y bendi-ta noche. Y con estas fi nales palabras de agradecimiento doy fi n

a mi pregón

¡Gracias por estar aquí, a mi lado!

¡Gracias por sentirme tan querida!

¡Gracias de todo corazón!

¡Gracias hermanos!

¡He dicho!

En Melilla a 21 de marzo de 2015

Sor Adelina Sánchez VelaEsclava de la Inmaculada Niña

Divina Infantita

pregón de la semana santa de melilla 2015

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