pregÓn colegio buen pastor 2015 · colegio buen pastor 2015. Álvaro romÁn gayango javier segura...
TRANSCRIPT
PREGÓN COLEGIO BUEN
PASTOR 2015
ÁLVARO ROMÁN GAYANGO JAVIER SEGURA SÁNCHEZ-ARJONA
ENTRADA:
Que cerca y a la vez tan lejos, que parece que empieza pero que va terminando.
Que tienes Sevilla que en primavera te vuelves loca y por tus calles la cera llora al
compás de unos varales.
¡Ay azahar que brota! Azahar del porvenir, azahar de los naranjos que en primavera
quiere salir.
Río Guadalquivir que de emociones te desbordas, que te cruza todo un barrio reflejándose
en las aguas de tu memoria, que no te dejen solo, que la Torre del Oro te aguarda, permite
cruzar tu orilla, orilla que lleve a Triana.
Y cruzamos el puente. Desde las alturas nos vigila, faro de cualquier sevillano, que
repiquen tus campanas con la luna del Viernes Santo, no se concibe a Sevilla si tú no
estás en su estampa, que la Amargura a tus plantas se hace menos dolorosa ¡Ay Giralda
hermosa, Giralda de humilde grandeza que en la madrugá te visitan desde Parra hasta
Pureza!
INTRODUCCIÓN:
Estimado señor director, profesores, compañeros y amigos, buenas tardes.
Antes que nada agradecer a dos cofrades de los pies a la cabeza, que han vuelto un años
más, sintiéndonos privilegiados de que podáis presentarnos. Gracias Jaime y Santiago por
estar con nosotros un Viernes de Dolores más.
Nos reunimos hoy aquí, en esta capillita que a muchos de nosotros ya nos resulta
familiar, para pregonar nuestra Semana Santa. No os voy a engañar yo al principio no
quería estar aquí, y es que a veces la vergüenza y los nervios me juegan malas pasadas.
Pero me atreví y empecé a escribir, fue entonces cuando comprendí que un pregón es
algo tuyo pero a la vez de todos. Recordé mucho de los momentos, de las primaveras que
llevo vividas y como no, recordé está institución a la que pertenezco desde hace 15 años
y es en este momento cuando recuerdo con especial cariño cada Viernes de Dolores, un
Viernes de Dolores en el que un colegio se tiñe con la ilusión de los más pequeños, se
despliega una hermandad entera, hermandad por la que he pasado desde nazareno hasta
músico y que deciros de mi actuación como capataz que aunque fue cuando ya era
mayorcito tenía incluso más ilusión que los pequeños. Por todo esto tengo que dar gracias
al colegio al que pertenezco porque creo que me ha ayudado a entender y a vivir esta
fiesta. Sabes que está cerca cuando pasas por portería y ya huela a incienso, incienso
maldito para unos, incienso glorioso para otros al que no le falta una música que lo
acompañe.
No sabría si darle las gracias al compañero que hoy está junto a mí, querido Álvaro, he de
reconocer que las primeras líneas salieron rápidamente pero con el paso de las palabras
cada párrafo se me hacía un mundo, todo era escribir, borrar y volver a escribir, días en
los cuales me quedaba en blanco y otro en los que podía escribir páginas enteras, pero
parece que todo ha tenido su recompensa que a pesar de momentos de agobios, también
he disfrutado escribiendo estas líneas y es por esto que realmente también te tengo que
dar las gracias a ti porque en cierta manera me has empujado a que hoy me posicione ante
este atril, atril que será el reflejo de nuestros pensamientos, pensamientos y palabras que
aparecen en forma de recuerdos y vivencias de estas 18 primaveras que están a punto de
cumplirse. Aún recuerdo un hombre al que escuche decir que los años los contaba en
Semanas Santa, ya que por mucho que quisiera no había ninguna igual.
Ha sido en este día en el cual escribo estas palabras cuando volviendo a mi casa he
notado el mejor de los perfumes que tiene Sevilla, es ese olor dulce que sale de los
naranjos más amargos, es así como ella se viste de gala sabiendo que en poco tiempo el
cielo volverá a la tierra pasando por cada calle, por cada barrio y por cada esquina. Es así
como Sevilla se convierte en templo de Cristo y la Virgen María.
NO UNA MAÑANA CUALQUIERA:
Tras un ansiado Domingo y un precioso Lunes Santo
disfrutando de la semana santa y andando por las calles de
Sevilla buscando a todas y cada una de las hermandades
llega, pues para mi, el día mas especial de la semana santa
y por que no decir unos de los días mas importantes del
año.
Tras haber aprovechado la mañana para descansar lo
máximo posible llega la hora de levantarse, y ese día nadie
quiere estar mas tiempo en la cama, por que necesitamos
que sean las cuatro de la tarde ya. Una vez desayunado y
comido de manera adecuada y mas temprano de lo normal,
llamo a mi madre y le digo que es la hora de vestirme, en
ese mismo instante las piernas comienzan a temblar un
poco y es que estoy ansioso por ponerme el capirote y
emprender mi camino a la Fabrica de Tabacos.
Comienza el camino a la Hermandad, y en este momento
pueden suceder dos cosas, cada una mas interesante que la
otra ,por llamarlo de alguna manera.
En primer lugar, la mas divertida, hace una temperatura de
unos 30 grados en la calle, yo creo que pocos de los aquí
presentes puede imaginarse el calor que sufre uno con el
traje de nazareno y mas si es una tela que se aproxima al
cartón como es el ruan.
Y por otro lado puede suceder eso que todo nazareno no
quiere ni imaginarse, lluvia, que solo con pronunciarla ya
pensamos en las veces que tras todos los meses
preparándolo todo en la hermandad no se sale, y es que
aunque tu veas que el tiempo esta mal tu quieres ir a la
hermandad ver a tus hermanos y conformarse con un Via
Crucis que ocupe el lugar de la deseada estacion de
penitencia. Pero lo bonito es pensar que esto no sucederá y
que todas y cada una de las hermandades ¡¡saldrán a las
calles de Sevilla¡¡.
Y una vez en la hermandad podriamos hablar de ese
momento tan especial pero a la vez tan sufrido por todo
Nazareno de sevilla. Una vez allí comienza el ``juego´´, por
llamarlo de alguna manera.
Miras tu papeleta de sitio y ves tu numero de hermano, ves
tus titulares y tras haber rezado vas en busca de tu sitio en
el tramo de este año, te acercas a la primera lista del mismo
tramo del año anterior ya que lo mas normal es permanecer
en el mismo, pero tienes un serio problema, no estas...
En ese momento te sobra todo lo que llevas puesto y no
veas el calor que da el cinturón de esparto,la túnica negro
ruan, que ya os digo yo por experiencia que muy fresco no
es. Comienzas a sudar y no sabes que hacer, vas a las lista
del tramo anterior y tampoco estas, y ya entramos en el
modo pánico. Ya te da por mirar en el tramo siguiente, no
vaya a ser que como algunas veces es normal todos los
años se avance algún que otro sitio, pero en esos momentos
es que no eres sujeto pensante. Porque comizas a mirar el
reloj y ya faltan solo 45 min para la salida. Te acercas
como un poseso a esa lista y tampoco te ves, menos mal
que ya, por cabezota a uno se le ocurre revisar, y menos
mal ahí esta tu nombre, situacion que me sucedió el año
pasado.
Pero es que ahora comienza la segunda parte de este
calvario, y es que mientras uno daba 200 vueltas, los
diputados de tramo ya han comenzado a nombrar a gente y
a formar, y llegas tu, con los goterones de sudor cayéndote
por la frente, la cola del traje el doble de corta, de los
numerosos tirones que uno se pega buscando algo de aire, y
el esparto con las evillas en el ultimo agujero. Tu con esa
cara le dices tu nombre y apellidos y te dice que ya me ha
nombrado, por lo que tengo que esperar a que acabe de
nombrar a todos para revisar de nuevo la lista y poder
ponerme en mi sitio, mientras tanto ya mas de uno posa con
su cirio, claro. Pero por fin acaba, el capirote ya te sobraba
de llevarlo acuestas y por fin te lo pones, coger tu cirio y
después de todas las oraciones antes de la estación de
penitencia, te pones el capirote y te conviertes un año mas,
en ¡¡Nazareno de Sevilla.¡¡
COSTALEROS:
Sevilla disfruta porque es tu semana grande, semana repleta de emociones y emociones
que a veces se convierten en llanto. No permitas Sevilla mía que esto se convierta en una
moda, no hagamos un desfile de costales que tus calles no se conviertan en una pasarela.
Costalero, tu trabajo es el que se lleva en la sangre y si las fuerzas te fallan es cuando el
corazón tira pa' lante. Recuerda, costalero, que tú no eres el protagonista que fue Él el que
se entregó por nosotros y ahora tu trabajo es llevarlo sobre tus hombros, que sea un
trabajo discreto, un trabajo de fe, que sea Él el que te de fuerzas cuando te vas a caer.
Oído porque ya suena el martillo, es hora de empujar pa' arriba, hora de meter riñones, no
olvides, no estás tú solo, que es toda una cuadrilla bajo los faldones, vamos valientes que
queda un gran camino por recorrer, camino que se convierte en rezos, rezos que van
sobre tus pies y es que a veces no hay mejor melodía que el rachear de tus zapatos.
Que no te hablo desde la ignorancia, que yo, aunque joven, también he sido costalero,
costalero de los calurosos días de Mayo y se de esa ilusión cuando llegan los ensayos, si
no que os lo diga mi madre, que un día me preguntó: ¿dónde vas tú con la plancha? y es
que tal era mi ilusión que mi costal lo planchaba yo, si, planchar, habéis escuchado bien,
pero para desgracia de mi madre esa fue la única vez. Pero no todo han sido ilusiones,
también he vivido momentos de decepciones y es que no se las veces que habré acudido a
mi padre, cuando al volver de una de muchas de estas igualás traía el costal siempre de
vuelta bajo el brazo porque no entraba en ninguna cuadrilla, siendo la principal razón mi
estatura, si, era muy bajito, claro, mi padre como cualquier padre que quiere consolar a su
hijo, me dijo lo típico que se suele decir: no te preocupes, ya crecerás, pero a los 18 años
que hoy conservo parece que poco ha cambiado, yo creo papá que ya sonó el martillo y
aquí quedé, puede que la genética nos haya dado muchas otras cosas pero en esto de la
altura no llegamos casi ni a costalero de palio. Pero el que no se consuela es porque no
quiere, ya que suelen decir que las mejores esencias se guardan en frascos pequeños.
Yo siempre he soñado con ser costalero y cuando de niño me preguntaron que quería ser
de mayor, yo no respondí como de costumbre, ni futbolista, ni bombero, ni policía yo lo
que quería era ser costalero de la Virgen María.
¿Y quién no querría llevar a su madre sobre sus hombros? A llevarla en un altar, de
bambalinas que se mueven al son de su caminar, caminar de un costalero que no sufre
cuando estás arriba, que te reza a cada instante bajo tu manto que lo cobija y no puede
estar más orgulloso cuando te pasea por Sevilla, cuando te lleva tras tu hijo que siente ya
tu cercanía, no llores madre, no llores más que tus otros hijos te están llevando sobre la
trabajadera de metal.
Enfájate bien para no hacerte daño, cuida la ropa que será tu mejor instrumento de
trabajo, trabajo de arrimar el hombro, de no doblar nunca las rodillas de ayudar al
compañero que junto a ti aguanta los kilos durante todo el día. Kilos de Fe, de
misericordia y esperanza de los que eres el encargado de transmitir a una ciudad entera.
Siéntete orgulloso porque no todo el mundo tiene ese privilegio, siente de verdad lo que
estás haciendo que la iglesia no sea un lugar desconocido durante todo el resto del año
porque si no perderíamos el sentido de todo esto. Puede que yo no sea el mejor ejemplo,
que no sea la persona en quien reflejarse pero a lo mejor sea este el problema que tiene
nuestra Semana más grande.
Que nuestro capataz en la vida sea Él que nos guie en la oscuridad de nuestro camino que
cada levantá acompañada de un golpe de martillo sea nuestra señal para seguir adelante.
Es tu oficio el del costal
El del rachear de unos zapatos
De la faja bien apretá
El que deja sobre Sevilla una única postal.
Que la Fe está en tu andar
Que de costero a costero va
Donde una madre llora de pena
Y sus lágrimas no se pueden secar.
Arrima tu hombro al compañero
No desistas, es el último esfuerzo
Ya estás a las puertas del cielo
Andando siempre de frente, costalero.
ESTUDIANTES:
Llego ese dia, ese dia que tras rellenar el calendario entero
de cruces tachando cada misero dia, llegó.
Martes santo, que solo de pronunciarlo ya se me ponen los
pelos de punta porque ya solo faltan tres escasos dias para
que llegue el momento, es momento de poner la television
y ver como El Cerro ya tiene su misterio en la calle, y es
que un nazareno de los estudiantes no puede respirar algo
mas tranquilo hasta que no lo ve con sus propios ojos, a
partir de ese momento ya sabe que este año sí, que este año
se volvera a convertir en Nazareno de Sevilla, que este año
lucira su tunica negro ruan por las calles de su pueblo
donde cargara con su cirio hasta que su ultimo hermano
entre en la universidad.
Y es que llega la hora de ponerse el antifaz, de dar un paseo
desde Nervion hasta la antigua Tabacalera, por que las
piernas me tiemblan pero no es por miedo, no, es por
devocion, por entusiasmo, por querer estar ya saliendo por
las puertas de la universidad y de que ese sol abrasador te
ciegue obligandote a salir al Rectorado practicamente a
ciegas.
A las cuatro de la tarde ya nos confirman que se sale y que
la perfecta talla del Señor de Juan de Mesa derrochara
seriedad una vez mas.
¡Que se puede decir de esta talla tan perfecta¡, por que ¡si¡
señores, es una talla pero ¡¡que talla madre mia¡¡ y es que
no hace falta mucho para ver lo que representa.
Es que no se como explicaros lo que siento por el, solo me
basta con ver a mi madre, que cada tarde que pasea por la
calle San Fernando se acerca a verle, ella, seria, se acerca a
el, y unicamente se queda mirandole al igual que cientos de
personas que hacen eso cada vez que pueden, ella y todas
las personas que lo hacen se comunican con el y le cuentan
cada dia lo que les ocurre, por que estan tristes por que
estan contentos, por que no hace falta mucho para poder
emocionarse con ese rizo acaracolado que le cae por el
cuello, ¡cuanta perfeccion en cada centimetro¡; esa mano
clavada en la cruz intentando retorcerse y sangrando cada
vez mas.
Una mirada singular, que parece que no mira, que esta
muerto, pero no,si te fijas no esta muerto, y es que tiene
uno de sus ojos entornado, y es que su Buena Muerte fue
esa, la de morir en la cruz por nosotros, y demostrarnos una
vez mas que hay que darlo todo por el projimo y que cada
segundo de nuestra vida se lo tenemos que dedicar a los
nuestros, y para Jesus, todos y cada uno de nosotros eramos
los suyos.
Mira si es Buena tu Muerte
que tiene a Dios entregado
y ni a tocarte se atreve.
Cristo de los Estudiantes
si eso de tu cruz es muerte,
llamemos muerte a la vida
y muera yo eternamente.
Pero muera como tu
con esa muerte solemne
donde todo se transforma
se transfigura y se enciende.
Y muera crucificado
y muera serenamente
en tu Calvario de lirios
humildes, resplandecientes,
y que me traigan contigo,
compañero de mi muerte,
a cruzar en primavera
el Postigo del Aceite.
Y es que para mi, monagillo de la Buena Muerte desde los
cuatro años, no se me va a olvidar en la vida cada martes
santo, esos martes santo que sobre las cinco de la tarde
llegamos al magnifico postigo del aceite. Mi momento
favorito, toda sevilla guarda silencio y solo se escuchan las
campanitas de la pequeñisma capilla que tantos años lleva
haciendole presentacion a cada una de las hermandades que
pasan por alli; y es que volvemos al silencio sepulcral que
se mantiene. Los costaleros acercan la talla hasta escasos
dos metros del techo del arco y en ese momento se para el
tiempo, los monaguillos que tanta alegria llevabamos
incluso nos callabamos y es que solo habia que mirar
fijamente al Señor de la Buena Muerte, la cruz, poco a poco
descendia, no se puede ni parpadear, por que es algo tan
sutil que casi ni se capta con los imperfectos ojos del
hombre, un vez descendida la cruz se levanta de nuevo a
pulso, como siempre, la caoba del Señor y finaliza de
manera espectacular para mí, el momento mas emotivo de
mi Martes Santo.
Y como no recordar esa placa que muchos no habreis visto
nunca, pero todo buen cofrade sabe de cual estoy hablando,
es un pequeño azulejo en el que se recuerda a una persona
que dio hasta su ultimo suspiro por su Señor, por que este
lugar se ha convertido en un sitio de culto, en el que
numerosas hermandades rinden su particular homenaje a
Juan Carlos Montes que poco despues de pasar este
hermoso sitio cayó, dandolo todo por la trabajadera del
Señor de las Aguas.
Y entrar en la catedral donde tantas personas han acudido a
lo largo de la historia, pero lo mejor esta en la salida,
decenas de flases de las camaras hacen que la imagen de la
buena Muerte desaparezca por instantes, poco mas adelante
llegamos a la plaza del triunfo y los alcazares, en este
momento dudo todavia si relataros ese momento o desearos
que lo vivais ustedes mismos, todo comienza en la salida de
la catedral donde todas las luces se apagan, miles de
personas guardan un silencio absoluto y el Cristo de la
Buena Muerte avanza poco a poco hasta llegar a la plaza
del triunfo donde unicamente se encuentra encendida la
farola que se situa en el centro de la plaza, y es que esta
situacion hace que sorprendentemente la imagen del Cristo
se vea reflejada en la inmensa pared de los reales
Alcazares. Estampa inconfundible de la semana santa de
sevilla a la cual pocas mas se le pueden comparar.
Tras este momento inconfundible se acerca la entrada, toda
la calle San Fernando se apaga de nuevo y unicamente es
iluminada por unas pocas farolas y los cirios de los
nazarenos. Al entrar en el Rectorado la gente se agrupa en
la puerta de la Universidad y los nazarenos comienzan a
entrar, dejan su cirio en los numerosos patios de dentro y
vuelven rapidamente al gran vestidor para ver entrar a los
titulares de la hermandad, momento muy intimo y especial,
ya que al entrar la Virgen de la Angustia, varias hermanas
suelen cantarle una hermosa saeta que hace cerrar con
lagrimas otro martes santo inolvidable.
Cristo de los Estudiantes,
que cada tarde de Martes Santo,
deslumbra tu talla,
ese monte de lirios azules,
que resaltan la mirada.
Cientos de nazarenos,
hacen esperar, para ver tu mirada,
cientos de cirios, iluminan tu cara,
y yo delante tuya,
pregonando tu llegada.
Tu Buena Muerte,
tranquila en la cruz,
tu llaga sangrienta,
la expectación la creas tú.
En el Postigo del Aceite,
todos miran tu llegada,
bajan tu cruz en el silencio
y vences al arco,
con lágrimas, en nuestra mirada.
Al salir de la catedral,
miles de flases iluminan tu talla,
al llegar al Alcázar,
tu inmensa sombra no cabe
en esa muralla desdentada.
Y tú, Cristo de talla morena,
y tú, Cristo de triste historia,
y tú, Cristo de bonita faz,
y tú, que eres único para mí,
tú eres....
¡¡¡¡¡ mi Cristo de la Buena Muerte.¡¡¡¡¡¡
Miércoles Santo:
El día se tiñe de azul desde por la mañana donde el cielo de Nervión se refleja en los ojos
de una Madre consolada de sus llantos, llantos por un hijo sediento de misericordia,
Misericordia que se hace hombre en el Arenal.
Hoy el barrio se despierta nervioso, ¿Qué guardas en tus entrañas? ¿Qué te pasa cuando
cruzas el postigo? Es que hoy sale el Baratillo.
Capillita de Adriano, no te enfades si te dicen pequeña, porque solo te mentirían, que la
grandeza tú no la midas en metros, que tu grandeza es la de poseer la Misericordia en
manos de la Piedad más joven, donde la Caridad viene acompañada de los sones más
toreros.
Son ya 7 años, 7 miércoles en los que mi traje de luces es azul con botones rojos, 7 años
saliendo por la Puerta Grande de Adriano, 7 años en los que la Maestranza se divide en
tramos, tramos formados desde los toreros más pequeños hasta los más experimentados
pero todos igual de nervioso a la hora de lidiar con su penitencia. Miércoles Santo donde
el SOL se hace música a las puertas del Baratillo.
Suena el teléfono, es mi abuela, Javi ya tienes tu túnica preparada, limpia y planchada
para ser el nazareno más guapo de toda Sevilla, ya sabéis que a esto de exagerar sobre la
belleza de sus nietos no las gana nadie. Esta llamada es la señal de que ya queda poco,
poco para ir camino de la Maestranza. Llega el momento de vestirse, y aunque pasen los
años siempre tengo ese cosquilleo en el estómago como el torero que se viste en el hotel
antes de llegar a la plaza. Pero antes de salir no falta el puñado de caramelos que tu
abuela te mete en el bolsillo pero no un puñado normal, vaya, que si le da un bajón de
azúcar a cada uno de los nazarenos de la cofradía no habría ningún problema. Recuerdo
todavía el año en que mi primo salía por primera vez conmigo, era un día feo, la lluvia
cerró las puertas al barrio de Nervión y San Bernardo, cuando miré a mi primo recordé
que en mi primer año no pude salir, la espera de todo un año se mojó por completo y
tenía toda la pinta que a él le pasaría lo mismo. Aun así nos encaminamos hacia la
Maestranza pero esta vez no formaríamos como de costumbre, esta vez La Maestranza
nos acogió en su interior, se notaba que no era un año normal por culpa de la maldita o tal
vez bendita lluvia ya que fue la que hizo que no formáramos como siempre, la que hizo
que los tendidos se revistieran de túnicas azules que miraban las nubes como el matador
que espera al toro desde el burladero. Fue entonces cuando por la megafonía anunciaron
que finalmente salíamos que los pronósticos eran buenos, anunciaron que se abrían las
puertas de la capilla, en ese momento vi la cara de mi primo que reflejaba felicidad y
nervios entre nazarenos que se abrazaban y alguna que otra lágrima que se escapaba,
entendí que la espera merecía la pena.
Pero hablando de lluvia y pronósticos, vamos a dejar la obsesión de mirar las
probabilidades de lluvia que ya son muchos los que empiezan por Enero a ejercer de
meteorólogos, no es por nada pero si es el hombre del tiempo que se equivoca de un día
pa’ otro ¿no te vas a equivocar tú cuando todavía quedan tres meses?
De todas formas, hay algo que nunca falla cada Miércoles, las plumas blancas de la
Banda del Sol, si éstas lucen en los cascos de plata no tienes nada por lo que preocuparte,
ahora, si a éstas le sustituyen pinchos puntiagudos de plata mira al cielo porque las nubes
amenazan con agua.
Pero han sido pocas las veces que te has quedado en casa para no mojarte siempre se
abren las puertas de la capilla de donde sale un río de capirotes azules.
Siempre, antes de poner los pies en la calle, miró hacia atrás y la veo por última vez y
veo como un hijo duerme en el regazo de su madre, como la muerte están en los brazos
de la vida, veo una cara joven pero con la madurez de la experiencia y sueño con que
cruces de nuevo el Postigo y poder verte por la noche regresando a casa con la elegancia
de tu andar, donde cada corneta es un rayo de sol que ilumina la oscuridad.
Y qué decir de Ti, Caridad, que no te haya dicho ya, sé que mis botones son rojos y no
blancos que mi cirio es azul y no blanco pero no podría imaginarme un Miércoles Santo
si no estás, que haría yo sin verte regresar a casa Caridad del Guadalquivir, que haría si
no pudiese ver cómo te cuesta entrar de nuevo, abandonar la calle, casi rozando el dintel
pero sin llegar a tocarlo mientras consigues poner un barrio bocarriba contemplada por tu
Piedad y Misericordia desde dentro. Y puede que lo que mejor te defina sea ser la más
trianera de Sevilla. No hay año que mi primo que sale en el Cristo de Burgos, no me diga
lo que le gustó tu paso por campana, fíjate si le gusta que está deseando que llegue el
típico parón para poder verte bajo su antifaz negro.
Un pregón se forja a partir de recuerdos, y es imposible no recordar una frase que un
hombre me dijo mientras esperaba en Sierpes, él me tiró de la túnica para llamarme:
- ¿Es el Baratillo verdad?
- Yo asentí con la cabeza
- Que hermandad con más elegancia, de las mejores que tiene Sevilla
En ese momento dio la casualidad que pude ver a la Piedad de lejos y pensé: Puede que
este señor tenga razón. Bajo el antifaz se escondía una sonrisa orgullosa.
Para muchos el recorrido llega a su cumbre cuando la cruz de guía cruza el Postigo, pero
sinceramente a mí como que no me llega a encantar, empieza a salir de la freiduría un
olorcillo a adobo y ves como no hay nadie sin su cervecita con escarcha por fuera del
vaso, es cuando el dolor de pies se contrarresta con una sed y un hambre terrible es
entonces cuando te acuerdas de los caramelos que te echó tu abuela en el bolsillo y
terminas cogiendo uno, gracias abuela.
Enfilo ya la puerta de la Capilla, siento la alegría de haber llegado, de poder llegar a mi
casa y quitarme estos malditos zapatos, pero a la vez siento cierta tristeza, tristeza de
tener que esperar un año más para acompañarte, qué será lo que Tú tienes que a pesar del
cansancio, del sufrimiento, repito cada año, vuelvo al albero de La Maestranza, a los
brazo de tu Piedad, vuelvo por primavera al barrio del Arenal.
Pero no podría despedirme de este día sin el refugio de un barrio que cruza el puente,
puente que en la oscuridad se ilumina con la salud de tu Buena Muerte. Eres tú San
Bernardo la esencia del Miércoles Santo, el que llena una ciudad con los vecinos de cada
una de tus calles que en ningún momento dejan sola a su Madre. Ya son las dos de la
tarde, y eres tú San Bernardo el que le da vida al Miércoles Santo.
MACARENA
Y es que en un pregon no da tiempo de hablar de todas las
hermandades, por que tenemos la suerte de poder presumir
de que somos sevillanos, tierra repleta de Iglesias y de arte
en cada rincon. Pero en este pregon no puedo evitar poder
hablar de mi Macarena, y es que no puedo olvidar la
primera vez que la vi, fue en el Salvador y como una
muchacha que pasaba por alli, se presento en el Salvador y
en apenas unos minutos desaparecio, pero merecio mucho
la pena la larga espera, en ningun momento pude imaginar
la espectacion que podia crear una talla que en un periodo
tan corto de tiempo revoluciono a toda la plaza.
Aunque fue muy poco tiempo pude apreciarla
perfectamente y es que es algo tan bello que todavia pocas
personas han podido describir a esa morena de la calle
Feria, y es que va tan guapa que todas las joyas que lleva
les sobra por que nadie puede desviar la mirada de esos
ojos tan dulces y esa tez tan bella.
Su titulo de madre de Sevilla no lo tiene nadie, y es que ella
desde hace muchisimos años protege con su Gracia en todo
lo posible a una ciudad entera.
Esta señora de Sevilla que va escoltada por su hijo, que
delante de ella y de miles de nazarenos pregona que viene
su madre, llorandole a Sevilla por la muerte de su hijo. Pero
no se nos puede olvidar la Centuria, que decir de estos
armados, desde el mas pequeño al mas grande y de
generacion en generacion saben hacer de manera diferente
algo especial en nuestra semana santa y es tocarle al Señor
de la Sentencia.
Por que estos Armados horas antes de la salida van a cada
casa de cada armado para recogerle e ir a la Basilica de la
Macarena todos juntos. Y es que andan con un son especial,
y tocan las cornetas de una manera diferente, por que esas
plumas significan mucho mas que una diferente banda de
cornetas y tambores, ellos son la guardia de la macarena
que durante un dia al año la guian por las calles de sevilla.
Y es que una madruga no es madruga si la señora de
sevilla, no lo da todo en su calle Parras o si en la entrada,
en la mañana sevillana, no sale y entra varias veces
diciendole a sevilla que no quiere irse, que sevilla la
necesita y que cada sevillano la anhelara durante todo el
año.
Delante de esta Señora, su hijo le abre paso, y lo hace
Sentenciandose ante el pueblo y en presencia de Poncio
Pilato y los diferentes personajes, los cuales cada uno tiene
una historia mas curiosa que el otro, como la de la muejer
que va al lado del general romano, me contaron una vez
una pequeña historia muy peculiar, narra la historia de dos
extranjeros que tras haber esperado muchas horas a que la
Macarena saliera por fin vieron el misterio pasar por
delante de ellos. En ese momento le preguntaron a un señor
que tenian a su lado quienes eran todos los personajes que
llevaba el misterio, pero este señor se olvido de una, la
señora extrangera inmediatamente le pregunto quien era esa
mujer y el sevillano con todo su arte le dijo: ``esta es la que
casi nos deja sin semana santa´´, y es que Claudia Prócula
estaba en contra de matar a Jesus y casi convence a Poncio
Pilatos pero no lo hizo.
En sevilla dicen que hay dos Esperanzas y es que al otro
lado del rio hay otra que tal baila, otra que el mismo dia y a
la misma hora se pasea por sevilla cada madrugada, unos
prefieren a la Macarena y otros a la de Triana, esto no debe
llevarse a debate por que las dos son para sevilla algo
inigualable, y es que una madrugada de 1995 se
encontraron, y no se encontraron los nazarenos ni se vieron
de lejos... ambas se encntraron en la Catedral, la Macarena
espero y derepente la Esperanza de Triana comenzo a
revirar, la plaza de Virgen de los Reyes se vino abajo y
comenzo a gritar enfurecidamente por que sabian, que
estaban presenciando la estampa mas bonita y mas
reconocida de toda la historia de Sevilla.
Comenzaron a acercarse y estubieron a escasos dos metros
en los cuales se agrupaban como podian los ciriales y
capataces de ambas hermandades. En ese momento
comenzo a amanecer en aquella madrugada que nunca se
olvidara y el palio de la Esperanza de Triana se comenzo a
iluminar mientras que el de la Macarena seguia en la
penumbra de la noche de la catedral de Sevilla.
Tras este momento la catedral entera comenzo a cantar la
Salve y tras ello el grito de ¡Vivan las dos esperanzas de
Sevilla¡ que retumbo en toda la Catedral. Triana con paso
firme empezo a recular para encuadrarse en la puerta de los
palos y volver a las calles de sevilla.
Y como dijo Federico García Lorca...
¡Virgen de la Esperanza!¡Macarena!
Y una explosión de sol y de armonía,
y un fluir generoso de alegría…
¡Y un sentir que está el alma toda llena!…
¡Virgen de la Esperanza! En tu morena
cara divina el sevillano día
toma toda la luz de tu poesía…
Mañana de cristal, tarde serena.
¡Ay! ¡De no amar, de no creer, no hay modo
cuando tu imagen célica aparece
mecida entre el incienso en lontananza!
¡Ay, mi Sevilla que lo tiene todo,
cuando el Señor del Gran Poder le ofrece
la Fe y la Caridad…Tú, la Esperanza!)
Sábado Santo:
Permítanme que ahora me vaya fuera de la capital, fuera de la ciudad, que me traslade al
pueblo que en cierta manera me vio crecer y es que no reconozco un Sábado Santo si no
me sitúo allí. Último pueblo de Sevilla, La Roda de Andalucía, sé que muchos de
vosotros os estaréis preguntando dónde está, hasta donde me he ido, seguramente todos
conozcan Estepa, el pueblo de los mantecaos por excelencia pues bien La Roda es el
pueblo de al lado, que me perdone mi familia pero no sabía explicarlo mejor.
También os preguntaréis porque os llevo tan lejos, aunque esta vez la pregunta es mucho
más fácil de contestar ya que para mí no hay Semana Santa sin Sábado Santo y no hay
Sábado Santo sin La Roda. Sé que es el día, cuando al llegar a casa de mis abuelos ya
huele a todo tipo de comida, porque ya sabéis que para las abuelas toda comida parece
poca y siempre cree que te has quedado con hambre, pero este día es imposible que tu
estómago quede vacío. Es en este día cuando veo a mi abuela más agobiá que un capataz
en la salida de San Esteban, ¡Venga qué ya vienen los hermanos! ¡Pon sillas para todos!
¿Qué le ponemos de comer? Abuela tranquila que te ha salido todo de lujo. Y es que cada
año mis abuelos acogen a La Junta de Gobierno de la hermandad unas horas antes de que
salga la cofradía. A decir verdad, era un acto que no me hacía especial gracia, tener que
saludar a tanta gente que te conocen pero a la vez desconoces, de hecho había veces que
intentaba escaparme de la situación, pero con el paso de los años la timidez la fui
perdiendo y ahora espero que cada año se repita la misma reunión, reunión donde la
juventud y la experiencia se unen, donde no falta la pregunta del millón cuando las nubes
amenazan: ¿Saldremos hoy? Y siempre se responde con un: Será lo que la Virgen decida.
Es un Sábado especial donde la muerte se hace elegancia por las calles de un pueblo,
donde las lágrimas se visten de mantilla para acompañarte en tu Santo Entierro, donde el
luto de una madre, coronada con sus dolores, es capaz de resplandecer con la luz del día y
a la vez con la luna en la noche más oscura, donde sus lágrimas bañan al pueblo que la
lleva tras el encuentro de su hijo.
Fue mi abuelo el que me hizo hermano de esta familia cuando apenas contaba con un año
y desde entonces no he faltado ni un año a mi cita con Madre e Hijo. Puede que sean
muchos los agradecimientos mostrados desde este atril el día de hoy pero si alguno no
podía faltar era este, el agradecimiento a la persona que realmente me ha llevado a sentir
de otra manera, el que me ha llevado a cubrirme con un antifaz por primera vez, el que
sin saberlo me ha llevado a entender por qué después de tantos años sigo colocándome la
túnica y la capa cada tarde de Sábado Santo y al que prometo de una u otra manera que
seguiré acompañando a la Madre de la que él me hizo hijo, por todo esto te doy las
gracias abuelo.
Soy yo el que aún conservo el costal que tú utilizaste, el costal que ha pasado de
generación en generación, de padres a hijos. Fue mi tío el que durante una de estas
reuniones familiares me regaló dicho costal por el que han pasado años y años, presente
en una gran cantidad de ensayos y salidas, costal que llevaste tú, tío, costal que trabajó
junto al de mi padre para que con vuestros dolores aliviarais los de vuestra madre. Espero
ser yo el próximo que me coloqué el costal, el próximo que os releve en esa última
trabajadera que hicisteis vuestra con esfuerzo y cariño.
Recuerdo aun esos años en los que todos los primos nos preparábamos para salir esa tarde
y nos vestíamos juntos en el jardín, junto a la piscina de la casa. Todos acompañábamos
al Santo Entierro pero con el paso del tiempo la fila de nazarenos camino de la casa
hermandad se fue haciendo más corta, hasta el momento en el que quedé solo junto a mi
tío y decidí acompañar a la Virgen junto mi cirio negro. Pero mi primer año junto a Ella
fue especial, fue pura casualidad, ocupé el sitio de mi padre, era la segunda pareja de
nazarenos, fue entonces cuando la encontré tan cerca que me resultaba difícil volverle
otra vez la espalda, fue realmente cuando descubrí porque le tengo tanto cariño a una
simple tarde de Sábado. Desde entonces todos los años busco esa imagen, cuando al
girarme LA veo tras el antifaz, la veo andando al son de las campanitas que cuelgan
como gotas de agua en las bambalinas, es esa mirada de ternura y tristeza la que
encuentro entre sus lágrimas, la que me permite seguir cuando pierdo la esperanza.
Son tantos los años que llevo vistiendo la túnica negra y la capa blanca que no sabría
describir todos los momentos que bajo ella he vivido pero no encontraré
mejor momento que aquel donde en un pueblo se encuentran cara a cara Vida y Muerte,
que al mismo golpe de martillo levantan sus cuerpos al cielo donde no hay mejor
compenetración que la de Madre e Hijo moviéndose al son de los costaleros.
Quiero ser yo el que un día te lleve al encuentro de Él, el que te levante para que lo veas
por última vez, quiero ser el que sienta tus campanitas en cada paso que das, quiero ser el
que algún día, te lleve a Ti y a tus dolores María.
Son tantas las cosas que decir y tan pocas las palabras que me dejan expresarlo que solo
me llevan a invitaros, invitaros a vivir una tarde de emociones que se prolonga hasta la
noche cerrada, pero que se paraliza con cada nota en el aire, que rompen el silencio.
FINAL
Cada levanta es una historia, la historia de un costalero que
levanta al cielo a su madre pensando que su padre desde el
cielo le ayudara a levantar ese kilo que tanto le cuesta. Es la
historia de un hijo enfermo, la historia de decenas de
hermanos que no tienen mas remedio que ver a su
hermandad desde el hospital, de niños angelicales que tanto
sufren y que un dia al año lo olvidan todo para disfrutar ese
momento y llevar de manera mas facil esas enfermedades
que tanto pesan, por que un costalero no solo levanta 60
kilos si no que levanta 60 corazones que lo dan todo por ver
estampa que tanto recordaran el resto del año.
La semana santa no empieza el Domingo de Ramos ni
acaba el Domingo de Resurreccion, la semana santa hay
que vivirla cada dia del año en cada culto, en cada traslado,
es una semana pero que por suerte para todos nosotros dura
todo un año.
Brilla el Domingo una Estrella,
el Lunes, tiemblan las Aguas,
el Martes, lección de Muerte,
el Miércoles, Piedad en el sol clavada.
El Jueves, misterio y llanto,
emoción la Madrugada,
el Viernes, Dios expirando,
... y de nuevo la Esperanza.
Y es que a pesar de mi corta edad ya llevo a mis espaldas
dos pregones, a cual uno mas especial que el otro, dos
pregones en los que le dije a mi gente por que amo esta
semana tan bella.
Despues de estas palabras, solo pediros que disfruten de la
semana santa, de la semana grande para sevilla, de cada
tarde del magnifico sol que esperemos poder disfrutar cada
dia y de cada paso y nazareno que pregone por las calles de
sevilla lo que es la semana santa y que representa para
nosotros algo tan bello a simple vista pero tan grande para
muchos otros.
Y muchas gracias a ti Javi, se que no ha sido tarea facil
pero peor hubiera sido que me hubieras escuchado a mi
solo pregonando en este dia tan especial, gracias por hacer
el esfuerzo y estar a mi lado en un dia que no olvidaremos
nunca, por que estas vivencias compartirlas saben mucho
mejor de la mano de la familia y por supuesto de la mano
de un amigo que comparte tus emociones. Muchas gracias
de corazon Javi.
Y a Ti, Virgen nuestra,
quiero escribirte rezando,
a Ti, que eres luz y guía,
a Ti, que te quiero tanto.
Madre de Dios y nuestra,
Señora de tierra y cielo,
te pido de todo corazón
por nuestros hermanos costaleros.
Bendita seas Señora,
bendito sea tu santo nombre,
enséñanos Tú el camino
para la paz entre los hombres.
Y gracias te doy Señora
por darme tu amor,
y gracias te doy Madre mía
por limpiar mi corazón.
Y quisiera ser tu corona,
quisiera ser tu rostrillo,
quisiera ser tus varales
para estar siempre contigo.
HE DICHO/HEMOS DICHO