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CRITICÓN, 70,1997, pp. 101-116. Precisiones, rectificaciones y aportaciones a los estudios sobre la vida y la obra del maestro Francisco de Medina Mercedes Cobos Universidad de Sevilla Con este trabajo pretendemos contribuir al mejor y más exacto conocimiento de la vida y la obra del maestro Francisco de Medina (1544-1615), figura destacada del humanismo sevillano de la segunda mitad del Quinientos. Para ello damos a conocer algunos nuevos datos para su biografía y la de su discípulo Juan de Robles, junto con un epigrama latino inédito que le dedicara el portugués Jácome Barbosa. Por otra parte, hacemos algunas precisiones y rectificaciones no sólo a ciertas afirmaciones sobre su biografía, sino también al catálogo de las obras que desde hace algún tiempo se le viene atribuyendo. De esta manera llegamos a descontar de su ya de por sí escasa producción un número considerable de ellas, que, según esperamos demostrar, no se deben al humanista sevillano. En cambio, nos reafirmamos en la opinión de que éste, que a la sazón era secretario del prelado, es el verdadero autor del diario de la jornada del cardenal don Rodrigo de Castro al recibimiento de Margarita de Austria, atribuido por Armando Cotarelo Valledor a Luis Vélez de Guevara. La principal fuente de información sobre nuestro autor es el elogio que acompaña a su retrato en el Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y memorables varones, del pintor Francisco Pacheco, aunque a estas noticias hay que añadir algunas más ofrecidas por otros de sus contemporáneos o aportadas posteriormente por los estudiosos 1 . La imagen que de él nos han transmitido Pacheco y Robles es la de niño 1 Vid. Francisco Pacheco, Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y memorables varones, ed. de Pedro M. Pinero Ramírez y Rogelio Reyes Cano, Sevilla, Diputación Provincial de Sevilla, 1985, págs. 139-143 y Juan de Robles, El culto sevillano, ed. de Alejandro Gómez Camacho, Sevilla, Universidad de Sevilla, 1992, págs. 61-62. Como resumen de lo conocido hasta el momento sobre su vida y obra, vid. Francisco Pacheco, Arte de la Pintura, ed. de Bonaventura Bassegoda i Hugas, Madrid, Cátedra, 1990, pág.

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CRITICÓN, 70,1997, pp. 101-116.

Precisiones, rectificaciones y aportacionesa los estudios sobre la vida y la obra

del maestro Francisco de Medina

Mercedes CobosUniversidad de Sevilla

Con este trabajo pretendemos contribuir al mejor y más exacto conocimiento de lavida y la obra del maestro Francisco de Medina (1544-1615), figura destacada delhumanismo sevillano de la segunda mitad del Quinientos. Para ello damos a conoceralgunos nuevos datos para su biografía y la de su discípulo Juan de Robles, junto conun epigrama latino inédito que le dedicara el portugués Jácome Barbosa. Por otra parte,hacemos algunas precisiones y rectificaciones no sólo a ciertas afirmaciones sobre subiografía, sino también al catálogo de las obras que desde hace algún tiempo se le vieneatribuyendo. De esta manera llegamos a descontar de su ya de por sí escasa producciónun número considerable de ellas, que, según esperamos demostrar, no se deben alhumanista sevillano. En cambio, nos reafirmamos en la opinión de que éste, que a lasazón era secretario del prelado, es el verdadero autor del diario de la jornada delcardenal don Rodrigo de Castro al recibimiento de Margarita de Austria, atribuido porArmando Cotarelo Valledor a Luis Vélez de Guevara.

La principal fuente de información sobre nuestro autor es el elogio que acompaña asu retrato en el Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y memorablesvarones, del pintor Francisco Pacheco, aunque a estas noticias hay que añadir algunasmás ofrecidas por otros de sus contemporáneos o aportadas posteriormente por losestudiosos1. La imagen que de él nos han transmitido Pacheco y Robles es la de niño

1 Vid. Francisco Pacheco, Libro de descripción de verdaderos retratos de ilustres y memorables varones,ed. de Pedro M. Pinero Ramírez y Rogelio Reyes Cano, Sevilla, Diputación Provincial de Sevilla, 1985,págs. 139-143 y Juan de Robles, El culto sevillano, ed. de Alejandro Gómez Camacho, Sevilla, Universidadde Sevilla, 1992, págs. 61-62. Como resumen de lo conocido hasta el momento sobre su vida y obra, vid.Francisco Pacheco, Arte de la Pintura, ed. de Bonaventura Bassegoda i Hugas, Madrid, Cátedra, 1990, pág.

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precoz y después hombre sumamente docto, de clarísimo entendimiento, portentosamemoria y proverbial elocuencia, discreto, honesto, piadoso, caritativo, humilde,pulcro en todos los sentidos2. En opinión de Robles, «su poca salud fue [...] lo que leimpidió escrivir algo que perpetuase su memoria» y su severidad y modestia, la causaprincipal de que no sólo no divulgara, sino incluso destruyera parte del corto númerode sus escritos3. No obstante, parece que, tras su fallecimiento, algunos de ellos fuerona parar a manos del pintor Pacheco4.

Traductor de versos latinos y autor de otros originales, así en latín como enromance, es, sin embargo, más conocido por las enmiendas propuestas a buena parte delos sonetos de Juan de Arguijo5, y ha sido, sobre todo, unánimemente elogiado por laelegancia de su prosa, de la que hizo gala en el prefacio a las controvertidasAnotaciones (1580) de Fernando de Herrera a la obra de Garcilaso de la Vega. Tantoen esta obra como en la no menos erudita Arte de la Pintura de Francisco Pacheco susrespectivos autores recurren en más de una ocasión a la autoridad de su amigo elmaestro Medina, que poseía una sólida formación humanística:

Comencé a estudiar la gramática —escribe Pacheco— en la academia de Hernando Infante, el[año] de 1555. Dos años adelante, passó al estudio del maestro luán de Malara; oyó Súmulas iLógica en el colegio de mase Rodrigo, i Astronomía de Gerónimo de Chaves, entonces muiestimado. Graduóse de bachiller en Artes y Filosofía en el colegio referido, i dos años despuésganó dos cursos de Teología. Salió de Sevilla a leer la cátedra de Latinidad de Xerez de laFrontera por el año de 1564, al fin del cual, como otro divino Platón, passó a la docta Italia,donde aviendo visto i comunicado en las más principales academias della con los más doctosvarones de aquel tiempo, i visto i oservado todas las grandezas admirables de Roma, i lo queen ellas es digno de consideración, dexando en todos los que comunicó grande admiración idesseo de su amistad, dio buelta (por la falta de sus padres) a Sevilla, de donde fue elegido pordon Antonio de Morales visitador de las escuelas, para la cátedra de Latinidad de la villa deOsuna. Ganó otro curso de Teología, i tomó posseción de la cátedra por provisión del duquedon Pedro. Fue a leer a Antequera, i bolvió con acrecentamiento a la cátedra de Osuna, do segraduó de licenciado en Artes y Filosofía, año del570, i en el mismo de maestro en las dichasfacultades; i fue de allí llevado, con ventaja, por el bailío de la cátedra de Lora.*

Su prestigio le granjeó el cargo de preceptor de don Fernando Enríquez de Ribera,marqués de Tarifa, primogénito del segundo duque de Alcalá, y, más tarde, el desecretario del arzobispo de Sevilla don Rodrigo de Castro. Entre otras muchas cosas, enel elogio a su retrato se dice que la prematura muerte de su discípulo, don FernandoEnríquez de Ribera, ocurrida en 1590, «fue al prudente varón [Medina] causa de

74, n. 1; y Joaquín Pascual Barea, «Aproximación de la poesía latina del Renacimiento en Sevilla», ExcerptaPhilologica, núm. 1, t. II, 1991, págs. 590-591 (con la salvedad que más adelante se hace a este estudio por loque se refiere a la noticia sobre la producción poética de nuestro autor).

2 Al decir de Pacheco, la pulcritud de su persona corría parejas con la de su expresión y conducta (cfr. F.Pacheco, Libro de descripción de verdaderos retratos..., éd. cit., págs. 139-141).

3 Cfr. Juan de Robles, op. cit., págs. 61-62. Vid. infra pág. 114.4 Vid. F. Pacheco, Libro de descripción de verdaderos retratos..., éd. cit., pág. 333.5 Vid. Juan de Arguijo, Obra completa de don Juan de Arguijo (1567-1622), ed. de Stanko B. Vranich,

Valencia, Albatros Hispanófila, 1985.6 F. Pacheco, Libro de descripción de verdaderos retratos..., éd. cit., págs. 139-140.

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retirarse, dexando la cátedra de San Miguel i la pompa del palacio, en los masapartados de los arrabales desta ciudad [Sevilla] a vida quieta». Pero también, que«aviendo antes sido desseado del ilustríssimo cardenal don Rodrigo de Castro,arçobispo de Sevilla, fue compelido de su modestia i ánimo agradecido a recibir lamerced que le ofrecía, para su más estimado secretario, donde recibió grandes favores imás de tres mil ducados de renta en diversos beneficios, no queriendo acetar mejoresprevendas. Últimamente, por la muerte del Cardenal [1600], bolvió a su primeraquietud, sin admitir las onras i favores de muchos príncipes que le ofrecían sus casas»7.Bonaventura Bassegoda i Hugas sostiene que este último retiro no fue absoluto,aduciendo que el analista Ortiz de Zúñiga le menciona entre los asistentes al sínododiocesano de 1604, convocado por el nuevo arzobispo de Sevilla, don Fernando Niñode Guevara8. Pero el caso es que Bassegoda i Hugas le confunde con un homónimoperteneciente a la misma familia y que —como veremos— fue abad mayor de laUniversidad de Beneficiados y como tal acudió a dicho sínodo: «Por la Universidad delos Beneficiados de las Parroquias Alonso de Baeza del Rio, propietario de la de SanJulián, demás de su Abad mayor el Bachiller Francisco de Medina [...]»'.

Por lo que toca al primer retiro de Medina, no puede decirse que tal propósito fueramuy firme, ya que su apartamiento no se prolongó, a lo sumo, más de dos años, puesconsta que desde 1592 ejercía como secretario de don Rodrigo de Castro10. De lo queno cabe duda es de que, como escribiera Pacheco, mientras sirvió al cardenal arzobispode Sevilla recibió diversos beneficios, el total de cuya renta pasaba, al decir del pintor,de 3.000 ducados. Según hemos podido averiguar por algunos documentos inéditosrelativos a la secretaría del prelado, entre 1595 y 1599 obtuvo una capellanía en laiglesia de San Juan de la Palma de Sevilla (9-II-1595), una canongía en la de SanSalvador, también de Sevilla (26-V-1596), un beneficio en la de San Pedro de Arcos(28-1-1597), otro en la de Santa María de la misma localidad (ll-X-1597), otro en lade San Miguel y Santiago de Jerez de la Frontera (16-111-1598), otro en la de SantaMaría y Santiago de Utrera (30-VIII-1598), y otro más en alguna iglesia de Pruna (29-X-1599)11. Lejos quedaban los tiempos en los que Medina se viera obligado a apelarante la Real Cnancillería de Granada, agraviado porque se le negaba una capellanía

pág. 140.8 Cfr. F. Pacheco, Arte de la Pintura, éd. cit., pág. 74, n. 1.9 Diego Ortiz de Zúñiga, Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla,

metrópoli de la Andalucía, Madrid, Imprenta Real, 1796, t. IV, pág. 211.10 Vid. Armando Cotarelo Valledor, El cardenal don Rodrigo de Castro y su fundación en Monforte de

hemos, Madrid, Magisterio Español, 1945-1946, vol. II, págs. 261-264 y Archivo General del Arzobispadode Sevilla (en adelante, AGAS), Gobierno, Expedientes de órdenes, leg. 22, expediente de Baltasar Manuel deAlmeida.

11 Vid. Biblioteca de la Real Academia de la Historia (en adelante, BRAH), colecc. Jesuitas, t. 89 (sig.moderna 9-3662), núm. 184 (s. f.). Medina aparece en todos estos nombramientos con el título de maestro enArtes y Filosofía, lo cual concuerda con las noticias ofrecidas por Pacheco y con la documentación aporatadapor Rodríguez Marín sobre sus estudios {vid. F. Pacheco, Libro de descripción de verdaderos retratos...,éd. cit., pág. 140 y Francisco Rodríguez Marín, Nuevos datos para las biografías de cien escritores de lossiglos xvi y xvn, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos y Museos, 1923, pág. 510).

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vacante en la iglesia Mayor de Lora, a pesar de haber obtenido la mayoría de los votosde los diputados y examinadores12.

Es de notar que en varias de éstas y otras provisiones figura como uno de lostestigos Juan de Robles, el discípulo de Medina, que por esos años también obtuvociertos beneficios. Se sabía que Robles poseyó uno en la iglesia de Santa Marina deSevilla, por lo cual se le recibió en 1608 en la Universidad de Beneficiados1^ y otrobeneficio o prestamera en la aldea de La Membrilla, cuya accidentada toma de posesiónrelatara su amigo Rodrigo Caro en 1627 en el llamado «Romance de la Membrilla»14.Por las antedichas fuentes documentales parece que la concesión del préstamo habíatenido lugar con mucha anterioridad (5-XII-1599) y también que Robles contó con otrobeneficio en la iglesia de San Mateo de Jerez de la Frontera (23-IX-1598)ls. Comoconfirmación de esta última noticia, diremos que en 1613 Robles aparece mencionadoen una relación de los miembros de la Universidad de Beneficiados ostentando esteúltimo beneficio, además del de Santa Marina de Sevilla y aun uno más, el de SanMiguel de Alcalá de Guadaira16.

Varios de estos títulos fueron expedidos durante la famosa jornada que hizo donRodrigo de Castro entre 1598 y 1599 desde Sevilla a Valencia para recibir a Margaritade Austria, que venía a contraer matrimonio con el monarca español17. Algunas deestas y otras muchas provisiones en las que Robles firma como testigo y Medina comosecretario18 constituyen una prueba documental que confirma el testimonio de Roblesde que ambos acompañaron al cardenal en dicho viaje19. Narciso Bruzzi Costas llamóla atención sobre cierta epístola latina de Robles a Caro, cuya data, Sevilla, 15 denoviembre de 1598, según la única copia —del siglo xvm— que se conserva, resultadifícil de conciliar con la afirmación de su autor de haber formado parte de la comitivade dicha jornada, ya que el prelado partió de Sevilla el 17 de agosto. Como hace notareste crítico, cabe pensar que se uniera a ella posteriormente, pero él mismo lo cree pocoprobable20. Lo que podemos decir al respecto es que uno de los referidos títulos en losque Robles actúa como testigo fue expedido en Madrid el mismo día 15 de noviembre

12 Vid. F. Rodríguez Marín, Nuevos datos para las biografías..., op. cit., págs. 511-512.!3 Vid. A. Gómez Camacho, «Introducción», en J. de Robles, El culto sevillano, éd. cit., pág. 14.1 4 Vid. Antonio Sánchez y Sánchez Castañer, Rodrigo Caro. Estudio biográfico y crítico. Trabajo de

investigación sobre documentos inéditos, Sevilla, Imprenta de San José, 1914, págs. 103-111; y RodrigoCaro, Varones insignes en letras naturales de la ilustrísima ciudad de Sevilla. Epistolario, ed. de SantiagoMontoto, Sevilla, Real Academia Sevillana de Buenas Letras, 1915, págs. 141-142.

15 Vid. BRAH,colecc. Jesuítas, t. 89 (sig. moderna 9-3662), núm. 184 (s. f.).16 Vid. AGAS, Gobierno, Universidad de Beneficiados, leg. 1, libro 4°, fol. 12 r°. Presbítero beneficiado

propietario de la iglesia de Santa Marina de Sevilla se titula en tres cartas de pago de 1624 y 1625 a losalmojarifazgos [Archivo Histórico de Protocolos de Sevilla (en adelante, AHPS), oficio 11, libro 2° de 1624(leg. 6.932), fols. 36Ov°-361v° y libro 2° de 1625 (leg. 6.936), fols. 591r°-v°].

1 7 Bruzzi Costas afirma que por estas fechas el cardenal arzobispo de Sevilla, don Rodrigo de Castro,concedió cierto beneficio a Juan de Robles, pero ni precisa dónde estaba situado el beneficio ni la fuente dedonde toma la noticia (cfr. Narciso Bruzzi Costas, «Una carta latina de Juan de Robles», Archivo Hispalense,núm. 210,1986, pág. 115).

™ Vid. BRAH, colecc. Jesuítas, t. 89 (sig. moderna 9-3662), núm. 184 (s. f.).1 9 Vid. ]. de Robles de, El culto sevillano, éd. cit., págs. 61 y 78-79.2 0 Cfr. N. Bruzzi Costas, art. cit., pág. 115.

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de 159821. Como se ha dicho, consérvase un diario anónimo de dicha jornada —al quevolveremos a referirnos más adelante— que corrobora que el cardenal se hallaba ya enMadrid por esas fechas22. La primera provisión otorgada fuera de la ciudad de Sevillaen la que Robles figura como testigo está fechada en 30 de agosto de 1598. En ella se lellama «escolar hispalense»23. Gracias a Rodríguez Marín sabemos que Robles se habíagraduado de bachiller en cánones el 2 de junio de 159824. Como tal aparece en lasescrituras de provisión del beneficio de San Mateo de Jerez (23-IX-1598) y de laprestamera de La Membrilla (5-XII-1599). En el resto de los títulos en los que Roblesactúa como testigo —que van desde el 25 de agosto de 1597 hasta el 28 de junio de1600— se le consigna como familiar o acólito del arzobispo, como clérigo (desde el 25de marzo de 1598), como subdiácono (desde el 23 de mayo de 1600) y, finalmente,como diácono (desde el 7 de junio de 1600)2$. También creemos contar con otroargumento para sostener que Robles y Medina siguieron a don Rodrigo de Castrodesde que éste saliera de Sevilla el lunes 17 de agosto de 1598 hasta su regreso a esamisma ciudad el martes 21 de septiembre del año siguiente, fechas con las que se abre ycierra el mencionado diario de la jornada del cardenal. Y es que, como ya expusiéramosen otro estudio, en contra de la opinión de Armando Cotarelo Valledor, que atribuyó laautoría de dicho diario al joven Luis Vélez de Guevara, quien también acompañó a donRodrigo en calidad de paje, creemos que el manuscrito original del mismo es de manode Robles, aunque probablemente escrito al dictado de Medina26.

Una de las referencias de Robles al viaje a Valencia se inserta dentro del pasaje de laPrimera parte del culto sevillano en el que hace un caluroso elogio de Medina, al quellama «mi patrón»27. Efectivamente, parece que el gran humanista sevillano fue su

2 1 Vid. BRAH, colecc. Jesuítas, t. 89 (sig. moderna 9-3662), núm. 184 (s. f.).2 2 Vid. Armando Cotarelo Valledor, Las jornadas del cardenal, Madrid, Magisterio Español, 1944, pág.

54.2 3 Vid. BRAH, colecc. Jesuítas, t. 89 (sig. moderna 9-3662), núm. 184 (s. f.).2 4 Vid. F. Rodríguez Marín, Nuevos datos para las biografías..., op. cit., pág. 405.2 5 Vid. BRAH, colecc. Jesuítas, t. 89 (sig. moderna 9-3662), núm. 184 (s. f.).2 6 Vid. Mercedes Cobos, «Sobre la autoría del diario de la jornada de don Rodrigo de Castro al

recibimiento de Margarita de Austria, atribuido a Luis Vélez», en Luis Vélez de Guevara y su época. IVCongreso de Historia de Écija (Écija, 20-23 de octubre de 1994, Sevilla, Excmo. Ayuntamiento de Écija yFundación El Monte, 1996, págs. 237-251.

2 7 «Assí yo huviera hecho mención del Maestro Patrón mío primero que de todos los demás Sevillanos, sino por justicia, por mi gusto i obligación; mas ¿cómo quiere V. M. que pueda con enxutos ojos acordarmedel, ni referir aquella eloquencia dulce en los labios y admirable en la pluma?, ¿cómo aquella profundidadúnica en los discursos?, ¿cómo aquella noticia general de todas las cosas creadas o imaginadas?, ¿cómoaquella industria singular para todos los negocios de cualesquiera materias?, ¿cómo aquella prudenciainconparable en la execución dellos?, ¿i cómo finalmente aquel grandioso talento con que, después de otrasmuchas acciones lustrosas de su vida, hizo tan luzido el govierno del Eminentíssimo Cardenal de Castro, miSeñor, i especialmente aquella tan célebre jornada que hizo a Valencia i a Vinaroz, cuando se efectuaron losfelicíssimos matrimonios del Rei Don Felipe 3o Nuestro Señor con la Sereníssima Reina Doña Margarita deAustria i de la Señora Infanta Doña Isabel Clara Eugenia con el Sereníssimo Archiduque Alberto, en cuyaprosecución se ofrecieron los negocios más graves que pueden humanamente tratarse, a todos los cuales sedio acordadísima resolución mediante la sciencia i destreza de tal Secretario, de que yo soi buen testigo?» (Elculto sevillano, éd. cit., pág. 61 ). No debía pensar como Robles quien escribió la siguiente nota —letra de laépoca— al margen de las recomendaciones escritas por Robles y dadas, según creemos, por Medina para quetriunfara la provisión de la ración que don Rodrigo de Castro había hecho en don Diego de Vidal en caso de

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protector y maestro, lo cual tal vez pueda explicarse por el hecho, hasta ahoraignorado, de que les unía cierto parentesco. Aunque con diferente propósito, ya en elmencionado estudio reprodujimos por primera vez la siguiente anotación, hecha en1636 en un libro de registro de la secretaría del cardenal de Castro y que nos revelaalgo de un aspecto de la biografía de Medina que creemos totalmente desconocido: suentorno familiar28:

Este libro y otro de los mesmos instrumentos originales son del l[ícencia]do Chrisp[t]oualGarcía de Medina, el qual los vuo y heredó del do[c]tor Martín Lopes de Medina, su tío,rasionero que fue de la Santa Yglesia de Seuilla, el qual assimismo los vuo en su poder por finy muerte del M[aestr]o Francisco de Medina, secretario que fue del emminent[ísim]o s[eño]rcardenal d[on] Rodrigo de Castro, tío del dicho do[c]tor Martín Lopes de Medina y del dicholisensiado Chrisp[t]oual García de Medina. Y, por ser uerdad, lo firmo de su nombre, que esff[ec]ho en trese días del mes de junio de mili y seiscientos y treinta y seis años. B[achi]llerChrisp[t]oual García de Medina. (Rúbrica).29

Uno de los datos contenidos en esta anotación queda confirmado por un documento—sobre el que volveremos— otorgado por Martín López de Medina, en el que se refiereasí a su tío Francisco de Medina: «[...] el maestro Fran[cis]co de Medina, su [de Isabeldel Río] sobrino e mi tío»30. Por los días en que el arzobispo y sus acólitospermanecieron en Écija, ya de vuelta de Valencia, sin poder entrar en Sevilla debido a lapeste que asolaba la ciudad, Martín obtuvo un préstamo en Villalba (12-VII-1599),que firmó su tío como secretario del prelado31. En varios documento de entre 1613 y1616 consta que por estos años Martín era licenciado, presbítero y beneficiado de laiglesia de San Vicente de Sevilla, por lo cual, al igual que Robles, entró a formar parte

que el cabildo de los canónigos se opusiera a ella, como lo hizo, designando a su vez » Gabriel de Soria, aquien Su Santidad había nombrado per viant preventionis en 4 de julio de 1594: «Advertencia y consejos nomui saludables de vn secretario] del s[eño]r card[ena]I de Castro en la possesión de vna ración entera enq[ue] por sí solo le nombró el dicho s[eño]r card[enal]» [Archivo de la Catedral de Sevilla (en adelante, ACS),secc. IX, leg. 95, núm. 18 (s. f.)J.

28 Como ya se vio, el pintor Francisco Pacheco únicamente hace referencia al hecho de que la muerte desus padres fue la causa del regreso de Medina a Sevilla desde Italia.

29 ACS, secc. IX, leg. 163, núm. 19, recto del segundo folio de los cinco primeros que van sin foliar. Lasnormas seguidas para la transcripción de los documentos reproducidos en el presente estudio son lassiguientes: respetamos la ortografía del texto y conservamos los casos de ceceo y seseo, si bien para facilitarsu lectura actualizamos el uso de mayúsculas, así como la puntuación; suplimos la acentuación; resolvemoslas abreviaturas; separamos las formas unidas, aunque mantenemos las elisiones; ponemos entre corchetes loque suplimos en el texto para su comprensión, incluida la resolución de abreviaturas; y entre paréntesis, lasnotas explicativas sobre cualquier particularidad del texto, que van siempre en cursiva. Pedro Ponce deMendoza resignó la ración núm. 19 en el doctor Martín López de Medina en 1624 [vid. Joaquín Hazañas yla Rúa, Vázquez de Leca (1573-1649), Sevilla, Sobrinos de Izquierdo, 1918, pág. 438]. Ignoramos si elnotario Cristóbal de Medina, ante el que pasó en 1631 una de las licencias de El culto sevillano, de Robles(vid. éd. cit., pág. 255), guarda alguna relación con el licenciado Cristóbal García de Medina contenido enesta nota.

30 AHPS, oficio 11, libro 5o de 1615 (leg. 6.894), fol. 561r".3 1 Vid. BRAH, colecc. Jesuítas, t. 89 (sig. moderna 9-3662), núm. 184 (s. f.).

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de la Universidad de Beneficiados^, de la que era abad mayor otro tío suyo, el referidohomónimo de nuestro humanista. En 1622 se llevó a cabo la información de limpiezade sangre del ya doctor Martín López de Medina, indispensable para poder acceder alcargo que pretendía de coadjutor de la media ración que gozaba don Andrés Diez deMena. Por las declaraciones de los testigos sabemos que a la sazón seguía siendobeneficiado de San Vicente, que era natural y vecino de Sevilla e hijo de FranciscoLópez y de Elvira García, asimismo naturales y vecinos de dicha ciudad,* que a su vezElvira García era hija de Cristóbal García de Medina y de Jerónima Sánchez, tambiénde la misma naturaleza y vecindad; que Cristóbal García de Medina, familiar y nunciodel Santo Oficio de la Inquisición de Sevilla, y e! licenciado Francisco de Medina, quefuera beneficiado de la iglesia de la Magdalena, abad mayor de la Universidad deBeneficiados y cofrade del Hospital de San Bernardo de Sevilla, donde se requeríalimpieza de linaje, eran hijos de Francisco de Medina, natural de Sevilla, y de LeonorGarcía, vecinos de dicha ciudad, donde falleció esta última de edad de más de cienaños, después de haber pasado los últimos en casa de su hijo Francisco. Leonor Garcíatenía una hermana, llamada Juana González de Feria, q-ue residía en la villa deAznalcázar, de donde ambas eran naturales. La información de que disponemos no nospermite aún situar con precisión al maestro Francisco de Medina en el árbolgenealógico de la familia, pero, por razones obvias, no podía ser hermano de sushomónimos. Uno de los llamados a declarar en dicha probanza fue el licenciado Juande Robles, de cuarenta y seis años, beneficiado de Santa Marina de Sevilla y vecino deella en la dicha colación, que lo hizo el 21 de febrero y, entre otras cosas, dijo queconocía al pretendiente desde hacía más de veinte y cinco años y también, a su madre,Elvira García de Medina, y que había visto la fe de su casamiento con Francisco López,aunque a éste no le conoció, ni tampoco a los abuelos ni bisabuelos de Martín, peroque, no obstante, había visto el título original de familiar del Santo Oficio de CristóbalGarcía de Medina y muchos otros documentos, como testamentos y otros instrumentospúblicos de los de este linaje, por lo que le constaba que la genealogía presentada por elpretendiente era cierta. Y finalmente afirmó que los tenía por cristianos viejos porque seacordaba de «auer oydo en cierta ocass[i]ón a Bar[tolo]mé Niño Velazques, vn hombreq[ue] huuo en esta çiu[da]d q[ue] trataua mucho de linajes, q[ue] le preguntaron algu-nos curiossosen press[ená]a destet[estig]opor el del abad m[ay]or Fran[cis]co de Medina33,

3 2 Vid. AGS, Gobierno, Universidad de Beneficiados, leg. 1, libro 4o, fol. l lv° y AHPS, oficio 11, libro 4o

de 1614 (leg. 6.888), fol. 220v°; libro 5o de 1615 (6.894), fol. 561r°; y libro 4o de 1616 (leg. 6.898),fol. 874r°.

3 3 Para evitar posibles confusiones, como la de Bassegoda i Hugas, daremos algunas noticias sobre estehomónimo del maestro Francisco de Medina. Ya Méndez Bejarano le consideró persona distinta, aunque,amén del dato ya conocido de que fue abad mayor de la Universidad de Beneficiados, sólo nos dice de él queescribió unas Apuntaciones de las cosas notables de su patria (cfr. Mario Méndez Bejarano, Diccionario deescritores, maestros y oradores de Sevilla y su actual provincia, t. D, Sevilla, 1923, pág. 56). A ello podemosañadir lo que ya se ha dicho, es decir, que fue cofrade del Hospital de San Bernardo de Sevilla y beneficiadode la iglesia de la Magdalena. Antes de llegar a ser abad, que lo fue desde 1592 hasta su muerte, acaecida el 8de enero de 1613, fecha por la que se titula protonotario apostólico de Su Santidad, ocupó otros cargos en ladicha Universidad, tales como los de contador (1581 y 1586), solicitador (1582), consiliario (1584), diputadopara los negocios secretos (1585), secretario (1589 y 1591) —gracias a lo cual conocemos su letra y firma ypodemos diferenciarlas de la del maestro Medina— y, de nuevo, diputado (1592). Parece que, a diferencia de

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tío deste t[estig]o, her[ma]no de su abuelo materno54, y dixo y respondió q[ue] heralinaje linpio y acendrado»35.

Por una escritura de fundación de capellanía, otorgada por Martín López de Medinael 19 de noviembre 1615, sabemos que su tío, el maestro Medina, era sobrino de ciertaIsabel del Río, vecina de Triana, que en su testamento le dejaba por heredero de susbienes con condición de fundar la dicha capellanía en caso de que sus hijos y herederos,Juan y Tomás del Río, que habían pasado a Indias, no volvieran de ellas después decierto tiempo. Por la misma escritura tenemos noticia de que el humanista sevillanootorgó testamento antes de morir, dejando por su heredero a Martín y delegando en élla obligación de fundar la referida capellanía:

[...] en caso que no paresiesen los d[ic]hos sus hijos, dejó por su heredero a el maestroFran[cis]co de Medina, su [de Isabel del Río] sobrino e mi [de Martín López de Medina] tío,con cargo que de sus bienes le ffundase vna capellanía en la ygleçia de la Magdalena destazivdad con las cláusulas e condiciones e grabamenes que le paresiese. £ porque la d[ic]hacapellfanía", destruido] no está ffundada por aberse esperando el", destruido] tiempo que asido menester para p["re", destruidó\snm\t aber ffaitado los d[ic]hos sus hijos sin dej["ar",destruido] rrastro ni subçeçion de sí, con lo qual pa["re", destruido]se. que está quitado elynpedimiento que hasta agora a abido para poder ffundar la d[ic]ha capellanía, e porquee["P, destruido] d[ic]ho maestro Ffran[cis]co de Medina, mi tío, no la abía ffundado por eld[ic]ho ynpedim[en]to, a el tiempo e quando ffalleció en su testamento rrenunció en mí, eld[ic]ho benef[icia]do M["ar", destruido]tín Lopes de Medina, la heren["ci", destruido]a de lad[ic]ha Ysabel del Río y todo el dere[c]ho que a ella podía tener, con cargo de ífundar lad[ic]ha capellanía cómo y de la manera que el susod[ic]ho la podía ffundar. Y ansí,tocándome a mí por este título y por particular comición que para ello me dejó el d[ic]hom[aestr]o Fran[cis]co de Medina y porque como tal heredero ansí de la d[ic]ha Ysabel del Ríocomo del d[ic]ho m[aestr]o Fran[cis]co de Medina, mis tíos, an benido a parar en mí losbienes en que se ha de doctar (sic) la d[ic]ha capellanía e poniendo por obra su ffundación,por esta pressente carta otrogo e conosco que ffundo e docto (sic) la d[ic]ha capellanía en lad[ic]ha ygleçia de la magdalena desta d[ic]ha zivdad por el ánima de la d[ic]ha Ysabel del Ríode los bienes y en la fforma e cori los capítulos e declaraciones sig[uien]tes [...].36

Este documento constituye la única prueba documental con la que se cuenta hasta elmomento de que nuestro autor había fallecido ya a finales de 1615, lo cual concuerda

nuestro autor, nunca llegó a obtener el grado de maestro. Desde 1587 ostentó el de licenciado, aunque—como se ha visto— Ortiz de Zúñiga, al referirse a su asistencia al sínodo de 1604, le titula bachiller (.vid.AGAS, Gobierno, Universidad de Beneficiados, leg. 1, libros 3o y 4o, años 1581 a 1613).

3 4 Juan de Robles era hijo de Sebastián Díaz Prieto y de Inés de Robles. Sábese también de la existencia deun tío materno, llamado Juan de Robles, pero se ignora el nombre de sus abuelos maternos (vid. A. GómezCamacho, «Introducción», en J. de Robles, El culto sevillano, éd. cit., pág. 13).

35 ACS, secc. I, letra M, núm 9.36 AHPS, oficio 11, libro 5o de 1615 (leg. 6.894), fols. 561r°-561v°. Ignoramos el apellido del marido de

Isabel del Río, de nombre Juan, por hallarse destruida la parte del documento en el que se contenía dichainformación. Tras el nombre de Juan únicamente parece leerse la preposición «de» (fol. 561r"). En 1582 sedespachó una notaría de las Indias para cierto Tomás del Río, vecino de Tomares [vid. Archivo General deIndias (en adelante, AGI), Indiferente, leg. 426, libro 27, fol. 105v°] y en 1636 se confirma en los oficios deescribano público del cabildo de Tlaxcala a un tal Tomás del Río y Medina {vid. ibid., México, leg. 184,núm. 65), pero por el momento ignoramos si les unía algún parentesco con Isabel del Río.

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con la afirmación de Pacheco de que su muerte tuvo lugar el 20 de marzo de dichoaño37. Es prueba de gran importancia en relación con el problema de autoría queabordaremos enseguida, especialmente en vista de que en el archivo de la parroquia deSan Lorenzo, donde, según Pacheco, fue enterrado Medina38, no se conserva el libro dedefunciones correspondientes a dicho año39.

Dejando a un fado Jas cuestiones relativas a las biografías de Medina y Robles,quisiéramos ahora llamar la atención sobre ciertas copias, en algunos casos de textosinéditos, que, como el diario de la jornada de don Rodrigo de Castro al recibimiento deMargarita de Austria, creemos de mano de Juan de Robles, aunque tal vez porindicación de su maestro Francisco de Medina, para quien, como refiere el mismoRobles, solía hacer de amanuense40. En otro trabajo ofrecemos y estudiamos uno deestos textos, que permanecía inédito y desconocido: las Saturnales de Pedro Vélez deGuevara a Fernando de Herrera. Y apuntamos que es probable que lo mismo puedadecirse de la copia de la Coena romana del mismo Pedro Vélez, custodiada en laBiblioteca Nacional de París, incluidas las tres composiciones de los preliminares,debidas al licenciado Francisco Pacheco, a Benito Arias Montano y a Fernando deHerrera41. Asimismo, entre otras copias, creemos de mano de Robles la de un curiosodocumento de 1612 relativo a la obra Vestigatio arcani sensus in Apocalipsi, cumopúsculo de sacris ponderibus ac mensuris (Amberes, Juan Keerbergio, 1614), del padreLuis del Alcázar4^, y la de una carta, igualmente inédita, de Baltasar de Escobar al PapaClemente VIII, felicitándole por su exaltación al trono pontificio, escrita el 3 de febrero

3 7 Cfr. F. Pacheco, Libro de descripción de verdaderos retratos..., pág. 141.3»Cft.ibid.,píg. 141.3 9 Cfr. Francisco Morales Padrón, Los archivos parroquiales de Sevilla, Sevilla, Real Academia Sevillana

de Buenas Letras, 1982, pág. 215.4 0 Cfr. El culto sevillano, éd. cit., pág. 62.41 Vid. Mercedes Cobos, «Una epístola censoria inédita del humanista sevillano Pedro Vélez de Guevara

al Divino Herrera», Indiana Journal of'Híspame Literature, núm. 9 (en prensa).42 «[...) Luis del Alcaçar, religioso professo de la Compañía de Ihesús en el convento de Seuilla, digo que

yo tengo escripto un comentario sobre los libros (sic) de el Apocalipsi (sic) de San Juan, el qual, por mandatode mis superiores, tengo para ymprimir por auerles parecido vtil y, estando en este estado, llegó a mi noticiaauer el Rey de Inglaterra sacado a luz en su nombre vn libro contra la potestad y auctoridad de ei Papa y dela S[an]ta Sede apostólica, atribuyendo falsamente a su potestad algunas de las visiones del Apocalipsi (sic) yporq[ue] no parece conueniente responderle con nombre de opossición a su libro por el odio que esto podríaengendrar en sus subditos y otros, me a parecido que entre las declaraciones que hago en mi libro podrémejor ir respondiéndole y satisfaciéndole y para hacerlo tengo necesidad de ver el dicho libro de el Rey, loqual no puedo hacer sin licencia de V. A., a quien para este efecto pido y suplico me la dé por el tiempolimitado que fuere seruido, que en ello rreçeuiré m[e]r[ce]d y caridad y pienso se hará seruiçio a n[uest]roseñor y a la Releg[i]ón (sic), ettz.

["Autto", nota al margen izquierdo] En la villa de Madrid, a veinte y dos días del mes de mayo de mili yseiscientos y doce años, aviéndose uisto en el consejo de Su Mag[esta]d de la S[an]ta G[e]n[er]al Inq[uisic]ónesta petición y consultado con el IU[ustrísi]mo señor Car[dena]l de Toledo, Inqui[sid]or G[e]n[er]al, SuIll[ustrísi]ma concedió al padre Luis del alcácar, en ella contenido, licencia para poder tener y leer el libro deel Rey de Ynglaterra que en ello se rrefiere, por todo este año de mili y seiscientos y doze (...)» [BRAH,colecc. Jesuítas, t. 89 (sig. moderna 9-3662), núm. 164 (antiguo núm. 140) (s. f.). Sobre ello vid. CristóbalPérez Pastor, Bibliografía madrileña o descripción de las obras impresas en Madrid, vol. III, Madrid,Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1907, pág. 325].

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de 1592, poco antes de partir de Ñapóles, a donde había llegado desde Roma, carta queviene a confirmar las noticias que se tenían de su estancia en Italia43.

Aunque a otro respecto, ya en nuestro trabajo sobre la autoría del diario de lajornada del cardenal Rodrigo de Castro a Valencia hicimos constar que, aunque en elíndice —moderno— del tomo 105 de la colección «Jesuítas» de la Biblioteca de la RealAcademia de la Historia se dice que en el número 100 (antiguo número 77) de dichotomo se contienen «Varios epigramas de Santa Leocadia y otros dos al retrato deNegrón», dicha información es errónea, al menos en parte. Como puede comprobarseal examinar el contenido de dicho número, aparte de las composiciones sobre SantaLeocadia, sólo se halla un epigrama a Negrón, ya que el otro está dedicado al maestroMedina, como reza su encabezamiento: «De icone doctissimi atq[ue] optimi virimagistri Medinae». De hecho, al respaldo del último folio de este número se halla unaanotación, que creemos de la misma mano que los poemas a los que hace referencia,que dice así: «Varios epigrammas de S[an] (sic) Leocadia y otros dos al retrato deNegrón y mío. Barbosa. 1600»44. El pintor Francisco Pacheco, que reprodujo elepigrama al retrato de Luciano Negrón en su Libro de retratos, aunque sin elencabezamiento que le precede en el manuscrito de la Biblioteca de la Real Academia dela Historia —«Doctoris Laureani Negronis arcbidiaconi hispalens icón»—, también loda como del portugués Jacome Barbosa45. A continuación ofrecemos el epigramadedicado al maestro Francisco de Medina, que creemos inédito. Pacheco no lo incluyóen el elogio que acompaña a su retrato en el referido libro, aunque se diría que fueescrito a tal efecto. En todo caso, la imagen de Medina que ofrece el epigrama viene acoincidir con la que da el pintor en el dicho elogio:

4 3 «S[antísi]mo P[adr]e:Ya que Dios no fue seriado q[ue] antes de nuestra partida de Roma dexássemos a V. S[antida]d en

essa saeta silla, ha querido a lo menos consolarnos antes que partiéssemos de Ñapóles con la nueua de sufelicíssima assumción, que si mi desseo por vehemente mereció ser mortificado con la dilación, la SanctaIglesia no merecía q[ue] se le diffiriese tanto bien. Doy a Nuestro S[eño]r infinitas gracias por elbeneficio q[ue] ha hecho a la Christiandad, con quien me alegro de esta buena suerte y, como uno de losinnumerables sieruos q[ue] V. S[antida]d tiene en ella, me postro desde aquí a los sanctíssimos pies de V.B[eatitu]d, cuya S[antísi]ma persona guarde Dios N[uest]ro S[eño]r muchos años para bien de suuniuersal Iglesia.

De Ñapóles, 3 de febrero [de] 1592.S[antísi]mo P[adr]e, de V. S[antida]d sieruo humilde, q[ue] sus s[antísi]mos pies besa,

Balt[asar] de Escobar (Rúbrica)»

[BRAH, colecc. Jesuítas, t. 105 (sig. moderna 9-3678), núm. 129 (antiguo núm. 95 (s. f.). Sobre la estancia deBaltasar de Escobar en Italia vid. Francisco Rodríguez Marín, Luis Barahona de Soto. Estudio biográfico,bibliográfico y crítico, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1903, pág. 78, n. 1; Giovanni Caravaggi, «Baltasarde Escobar (Mosaico stoico letterario)», Studi lspanici, 1978, págs. 192 y 207, 215-216 y 218-222; yFernando de Herrera, Poesía castellana original completa, ed. de Cristóbal Cuevas, Madrid, Cátedra, 1985,pág. 625. También puede verse Antonio Rodríguez Moñino, Cristóbal de Mesa. Estudio bibliográfico (1562-1633), Badajoz, 1951, págs. 13 y 28].

4 4 BRAH, colecc. Jesuítas, t. 105 (sig. moderna 9-3678), núm. 100 (antiguo núm. 77) (s. f.). (Elsubrayado es nuestro).

4 5 F. Pacheco, Libro de descripción de verdaderos retratos..., éd. cit., pág. 135. En el mismo Libro deretratos se dice que Barbosa había escrito también unos versos latinos a la muerte del maestro FranciscoGuerrero, acaecida en 1599 (cfr. ibid., pág. 339)

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De icône doctissimi atque optimi viri magistri Medinae

O veneranda viri nimium praestantis imago,Maiorem invidia quem facit ingenium.

Viribus illius superas conscendit in arces,syderibusque potest inseruisse caput.

Iuris honore valet, sophiae valet inclytus armis,Qua Maro, qua quondam Tullius arte valet.

Artibus ingenuis, studiis valet omnibus; idemCulti non nulla pectoris arte valet:

Macte animi virtute valet, metuenteque solviIam nunc penna illum fama superstes agit.

Sic Medina valet, quo nemo valentior vsquam;At tu, qui tentas aemulus esse; vale.46

Si con anterioridad propuse la autoría del maestro Medina para una obra atribuida porArmando Cotarelo Valledor al dramaturgo Luis Vélez de Guevara, es decir, si entoncespretendí añadir una nueva obra a la producción hasta entonces conocida del humanistasevillano, ahora me propongo restarle diecisiete composiciones y una pieza dramática.En el útil Catálogo de los manuscritos poéticos castellanos existentes en la biblioteca deThe Hispanic Society of America, elaborado por Antonio Rodríguez Moñino y MaríaBrey, se halla la siguiente descripción de los manuscritos que actualmente llevan lassignaturas B 2426 y B 2427:

MEDINA, FRANCISCO.Elogios a maria sanctissima.[...] Autógrafo, con firma y fecha al final: «1620. fran.co de medina».

MEDINA, FRANCISCO.Quadexno de Poesías originales / de Francisco de Medina / p. r los años de 1607 á 1609.

4 6 BRAH, colecc. Jesuítas, t. 105 (sig. moderna 9-3678), núm. 100 (antiguo núm. 77) (s. f.). Quiero hacerconstat mi agradecimiento al Dr. don Juan Fernández Valverde, profesor del Departamento de FilologíaGriega y Latina de la Universidad de Sevilla, que amable y desinteresadamente se prestó a realizar latraducción de este epigrama latino:

Sobre la imagen de un hombre sapientísimo e insuperable:el maestro Medina

¡Oh venerable retrato de un hombre enormemente excelso,al que más que la envidia engrandece el ingenio!

Con las fuerzas de éste alcanza su cabeza las encumbradasciudadelas y es capaz de incrustarse en las estrellas.

En la honra del derecho destaca, ínclito destaca en las armas de la sabiduría,en el arte en el que otrora Marón y Tulio, destaca.

En las artes liberales, en todo tipo de estudios destaca; tambiénen cualquier arte propia de un corazón culto destaca:

¡albricias! en la virtud de su espíritu destaca, y ahora, cuando su plumateme ya el declive, lo empuja su fama imperecedera.

Así Medina destaca, como nadie destacó nunca;mas tú, que pretendes emularlo, desiste.

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[...] Este cuaderno debió de formar parte de un volumen mayor. Actualmente lleva unacubierta de papel en que figura, al margen superior, la nota: Tomo 3." de Poesías manuscritas;luego, el título que va en este encabezamiento. A continuación: Desde el folio 64 en q. está sufirma hasta el 57, algunas hojas rubricadas. Sigue una breve nota, del s. xix, sobre el autor.Autógrafo. Siglo xvn.47

A continuación se detalla el contenido de este último, que, en resumen, consiste en elfinal de una obra dramática y dieciséis composiciones, entre las que se cuentan algunasloas y otros poemas con los que el autor dice haber concurrido a algunas justaspoéticas48.

La nota biográfica «sobre el autor» a la que se refiere Moñino ofrece algunos datosbásicos acerca del humanista Francisco de Medina, del que, entre otras cosas, se diceexpresamente que alcanzó el grado de maestro, así como que nació en la ciudad deSevilla, en la cual murió en 1615. Estas noticias proceden, según se indicaexpresamente, de un artículo de Antonio Gómez Azeves publicado el 19 de octubredel 846 en la Gaceta de Madrid.

En 1918 Hazañas editó en su estudio sobre Vázquez de Leca una de lascomposiciones del Cuaderno de poesías, las «Lyras a la muerte de doña Fran[is]caOballe de Villena, mujer de don Fran[cis]co Gassol, Cauallero del áuito de S[an]tiago,del Q[onsej]o de Su Magestad», a nombre del maestro Francisco de Medina, elhumanista sevillano49. Y en 1923 Ramírez de Arellano publicó otra, la «Descripción enterzetos a (sic) la billa de Vaena, en Andalucía, del duq[ue] de Sesa», también a nombredel maestro Medina, del que, curiosamente, dice que es madrileño50. Y es que, aunqueen la nota biográfica sobre el supuesto autor del Cuaderno de poesías, esto es, elmaestro Francisco de Medina, se decía claramente que éste era sevillano, en losprimeros versos de la descripción de la villa de Baena su autor dice expresamente sermadrileño:

Quiero, por ser quien eres, alabarte,que, a ser tu natural, no me atreviera,porque dixera más si fuera parte.Soy de Madrid [...].51

Esta aparente contradicción tiene una explicación muy sencilla y no es otra que,como hemos dicho y nos proponemos demostrar, el verdadero autor de los referidosmanuscritos no es el maestro sevillano, sino un homónimo. Que el maestro Franciscode Medina era natural de Sevilla consta no sólo por el elogio de Pacheco, sino por el

4? Antonio Rodrígez Moñino y María Brey Marino, Catálogo de los manuscritos poéticos castellanosexistentes en la biblioteca de The Híspante Society of America (siglos XV, xvi y XVll), vol. Il, New York, TheHispanic Society of America, 1965, págs. 280 y 283. En adelante nos referiremos a ellos como Elogios aMaría y Cuaderno de poesías.

4« Ch.ibid., págs. 280-282.4 9 Cfr. J. Hazañas y la Rúa,Vázquez de Leca (1573-1649), op. cit., págs. 325-327. Vid. también pág. 127.5" Cfr. Rafael Ramírez de Arellano, Ensayo de un catálogo biográfico de escritores de la provincia y

diócesis de Córdoba con descripción de sus obras, t. II, Madrid, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos,1923, págs. 130-131.

51 The Hispanic Society of America (en adelante, HSA), ms. B 2427, fol. 64v°.

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epitafio latino que el propio Medina compuso para sí mismo52. Nos encontramos, pues,ante un grave error de atribución, que se sigue repitiendo hasta nuestros días, con laconsiguiente confusión, ya que incluso después de la publicación de este reveladorpoema, en el que su autor dice ser madrileño, Simón Díaz —que da noticia de la ediciónde esta composición en su Bibliografía de la literatura hispánica—, sigue atribuyendoambos manuscritos al humanista sevillano53. Y todavía en 1991 Joaquín Pascual Barease hace eco de dicha atribución al abordar la figura del maestro Medina en su«Aproximación a la poesía del Renacimiento en Sevilla»54.

Ante todo hay que asentar que el simple examen de ambos manuscritos, B 2426 yB2427, permite comprobar que la letra55 y las firmas de uno y otro son de la mismamano y que, por tanto, ambos son obra del mismo autor, como debió comprenderRodríguez Moñino, ya que tanto el verso inicial de los Elogios a María, como los de lasobras del Cuaderno de poesías se recogen en el índice onomástico de su catálogo bajouna única entrada, la de Francisco de Medina. Por ello resulta aún más sorprendenteque el mismo Moñino no reparara en el hecho de que el maestro sevillano ya habíafallecido por el año que aparece junto a la firma de los Elogios a María: 162056. Laafirmación de Pacheco de que el humanista sevillano muere en 1615 —que, como se hahecho notar, queda comprobada por uno de los documentos que aportamos— era bienconocida desde que Asensio editara el Libro de retratos en 1886, e incluso antes, puesdicho dato se recogía ya en el artículo de 1846 de Gómez Azeves, según la notabiográfica sobre el maestro Medina del desconocido erudito del xix, que remite a dichoartículo, y a la que hace referencia el mismo Rodríguez Moñino.

Por otra parte, es cierto que hasta que nosotros hallamos los referidos epigramas,con la citada anotación al dorso, no se conocía la letra del maestro Francisco deMedina; pero también es verdad que ya en 1903 Rodríguez Marín reprodujo sufirma57, tomada de un documento de finales de 1572, y que por dicha reproducción sepuede apreciar que es distinta de la de los manuscritos en cuestión, que a su vez fue

5 2 Vid. F. Pacheco, Libro de descripción de verdaderos retratos..., éd. cit., págs. 139 y 143.5 3 Cfr. José Simón Díaz, Bibliografía de la literatura hispánica, t. XIV, Madrid, CSIC, 1984, pág. 459,

núms. 3908 y 3909. Resulta, cuando menos, curioso que algunos de los estudiosos que enumeran laproducción del maestro sevillano, como el mismo Simón Díaz, incluyan en ella las obras contenidas en losreferidos manuscritos de la Hispanic Society of America que, a todas luces, no son suyas y, por el contrario,olviden mencionar varios de sus poemas latinos, algunos de los cuales han sido editados en más de unaocasión, como es el caso de los tres que le atribuye el pintor Pacheco —si bien es verdad que en algún caso sinmuchas grantías—: el epigrama a Cristóbal Mosquera de Figueroa, el epitafio al racionero Francisco Peraza yespecialmente el dicho epitafio que compuso para sí mismo, recogidos en el conocido Libro de retratos {vid.éd. cit., págs. 142-143, 188 y 333), del que contamos con tres ediciones, dos de ellas facsímiles delmanuscrito original (Sevilla, 1886 y Madrid, Turner, 1983) y otra moderna (Sevilla, Diputación Provincial,1985).

5 4 Cfr. J. Pacual Barea «Aproximación a la poesía latina del Renacimiento en Sevilla», art. cit., pág. 590,n. 137.

5 5 Sólo el texto de una de las composiciones, que no el encabezamiento, es de otra mano.5* Vid. en A. Rodríguez Moñino, op. cit., vol. II, la ilustración de la pág. 589. Aunque Rodríguez Moñino

no lo advierte en su descripción, parece que 1620 hubiera sido escrito sobre 1618. Pero, en todo caso, elmaestro Medina muere en 1615.

5 7 Vid. F. Rodríguez Marín, Luis Barahona de Soto..., op. cit., pág. 497.

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reproducida por Rodríguez Moñino58. Además se puede observar que ya por 1572 elhumanista sevillano firmaba como «El M[aestr]o Fran[cis]co de Medina» —título queobtuvo en 157059— y no únicamente como «Fran[cis]co de Medina», como loconfirman otras firmas suyas posteriores halladas por Cotarelo Valledor60 y todas lasencontradas por nosotros, que van desde 1592 a 1597.

Por si todo ello no fuera suficiente para descartar la autoría del maestro Franciscode Medina, incluso prescindiendo de estas evidencias, existían indicios para sospecharque el humanista sevillano no era el autor de esas obras. Como decíamos al principio,parece que, tras la muerte del cardenal don Rodrigo de Castro, acaecida en 1600, elmaestro llevó una vida retirada. Por entonces contaba ya 56 años61 y, al decir de sudiscípulo Juan de Robles, no gozaba de buena salud62. El mismo Barbosa, en elepigrama de 1600, hasta ahora inédito, dice que la pluma del maestro ya declina. Y,años después, Robles se refiere así a su maestro:

Su poca salud fue (según pienso) la que le impidió escrivir algo que perpetuase su memoria,porque según la diligencia que traía, cuando yo le ayudava de buscar buenos papeles, devíasin duda de querer escrivir. [...] En su juventud escrivió la canción y el prólogo a lasAnnotaciones a Garcilaso de Fernando de Herrera, en que ai tantos diamantes comodicciones, i otras cosillas menudas de poesía, que quemó cuando entró a ser Secretario, porparecerle que el oficio le obligaba a renunciar las cosas apazibles i darse todo a las graves.Poco antes de su muerte se deshizo de parte de la papelería, i me dio toda la que tocava ainstrumentos, pero no me dio ninguno suyo, diziéndome que los havía confundido, juzgandoque no merecían quedar por exemplares a nadie63.

Por todo ello no imaginamos al humanista sevillano en Madrid, Granada oValladolid por los años de 1607 a 1609, donde los epígrafes de las composiciones delCuaderno de poesías parecen situar a su verdadero autor, y menos aun participando enjustas literarias y escribiendo loas y versos como, por ejemplo, los siguientes:

Pariendo juró Pelayade no volver a pariry luego tornó a decir:«¡Jura mala en piedra caya!»

También lo suelen dezirestas melindrosas damasen sus deseados partos

5 8 Vid. A. Rodríguez Moñino, op. cit., vol. II, pág. 589.& Vid. F. Rodríguez Marín, Nuevos datos para las biografías..., op. cit., págs. 510-511.6 0 Vid. A. Cotarelo Valledor, El cardenal don Rodrigo de Castro..., op. cit., vol. I, págs. 272 y 330 y vol.

II, Apéndice, doc. XV.6 1 Vid. id., Libro de descripción de verdaderos retratos..., éd. cit., pág. 140. Es de advertir que en esta

edición se reproduce incorrectamente la fecha de nacimiento de Medina que aparece en su epitafio,probablemente debido a un mero error de imprenta, leyéndose «MDXLIX» (pág. 143), es decir 1549, enlugar de «MDXLIV», esto es, 1544.

6 2 Cfr. J. de Robles, éd. cit., pág. 62.6 3 Ibid., pág. 62.

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EL MAESTRO FRANCISCO DE MEDINA 115

con tres dolores que pasan.AUí las veréys llorarmaldiciendo el ser casadas,jurando de nunca mástener hombres en la cama,de no hazer vida con ellosni ellas hacerse preñadas,y que, si el dolor supieran,fueran primero vnas santas.Despedácanse las tocas,las manos se despedaçan,no se acuerdan de los gustoshasta que el tormento passa;y si después los maridos,entre sáuanas de Olanda,con ellas están esquiuosy les bueluen las espaldas,responden: «¿Tan bobo eres?,¡Buelue, perdido, a tu casa!,no te creas de lijero».¡]ura mala etc.64

Finalmente, tampoco cabe pensar que estos manuscritos autógrafos sean obra delotro Francisco de Medina, el abad de la Universidad de Beneficiados, porque éstefallece en 1613, además de que su letra y firma, que conocemos por los libros de dichauniversidad, difieren de la de los dos manuscritos que nos ocupan. ¿Quién será, pues, elautor de estos manuscritos? En realidad se trata de otro homónimo del humanistasevillano, autor de la pieza teatral Los milagrosos sucesos del Almirante de Aragón, quese conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid en un manuscrito autógrafo y firmadode principios del siglo xvn. Ya en 1860 La Barrera daba noticia de la mencionada obraen su Catálogo del teatro antiguo español, donde la incluía en el apartado de comedias,aunque, como advirtiera Paz y Meliá, se trata de un auto sacramental65. Asimismo LaBarrera le atribuía una comedia titulada La confusión de un retrato6*1, de la que, segúnhemos podido averiguar, se conserva una suelta en la Biblioteca Nacional de Madrid yotra en la Biblioteca Universitaria de Sevilla, ambas sin lugar ni año de edición. Elmismo Simón Díaz se refería también a este dramaturgo como autor de dicho autosacramental, sin sospechar que asimismo lo era de algunas de las obras que daba como

6 4 HSA, ms. B 2427, fols. 70v ° y 72v°-73r°. «Jura mala en piedra caya» es refrán recogido por Correasen su Vocabulario de refranes y frases proverbiales (1627), éd. de Louis Corabet, Bordeaux, 1967, p. 304);«Xura mala en piedra kaia. Está glosado en estas koplas: Pariendo juró Pelaia / de no bolver a parir; / y luegobolvió a dezir: / "¡Xura mala en piedra kaia!" / Komo era la vez primera / ke en este tranze se vía, / dixo keakesta sería / la primera y la postrera. / Mas no uvo bien alzado / la saia para parir, / kuando la vieron dezir: /"¡Xura mala en piedra kaia!"».

*>5 Cfr. Antonio Paz y Meliá, Catálogo de las piezas de teatro que se conservan en el Departamento demanuscritos de la Biblioteca Nacional, t. I, Madrid, Biblioteca Nacional, 1934, pág. 357, núm. 2385.

66 Cayetano Alberto de la Barrera y Leirado, Catálogo bibliográfico y biográfico del teatro antiguoespañol, desde sus orígenes hasta mediados del siglo xvm, Madrid, Rivadeneyra, 1860, págs. 243, 537 y 565.

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116 MERCEDES COBOS Criticón, 70,1997

del maesto Francisco de Medina sólo una página antes67. Afortunadamente contamoscon la evidencia de que su letra y firma en el manuscrito de la biblioteca madrileña sonidénticas a las de los manuscritos de la biblioteca neoyorquina. Así, pues, nosatrevemos a afirmar que éste y no el humanista sevillano es el autor tanto de los Elogiosa María como del Cuaderno de poesías6*.

COBOS, Mercedes, «Precisiones, rectificaciones y aportaciones a los estudios sobre la vida y laobra del maestro Francisco de Medina». En Criticón (Toulouse), 70,1997, pp. 101-116.

Resumen. Con este trabajo pretendemos contribuir al mejor y más exacto conocimiento de la vida y la obradel humanista sevillano Francisco de Medina (1544-1615). Para ello damos a conocer algunos nuevos datospara su biografía y la de su discípulo Juan de Robles, junto con un epigrama latino inédito que le dedicara elportugués Jácome Barbosa. Asimismo hacemos algunas precisiones no sólo a las noticias biográficas quesobre él nos han llegado, sino también al tradicional catálogo de sus obras. De esta manera llegamos adescontar de su ya de por sí escasa producción un número considerable de ellas, que, según esperamos haberdemostrado, no se deben a este escritor, a pesar de que desde hace algún tiempo se le vienen atribuyendo. Encambio, nos reafirmamos en la opinión de que el verdadero autor del diario de la jornada del cardenal donRodrigo de Castro al recibimiento de Margarita de Austria, atribuido por Armando Cotarelo Valledor a LuisVélez de Guevara, no es sino nuestro Francisco de Medina, que a la sazón era secretario del prelado.

Résumé. Éléments pour une meilleure et plus exacte connaissance de la vie et de l'œuvre de l'humanistesévillan Francisco de Medina (1544-1615). Nouvelles données pour sa biographie et celle de son disciple Juande Robles. Épigramme latine inédite dédiée au portugais Jácome Barbosa. Corrections des informationserronées sur sa vie et son œuvre: élimination des œuvres qui lui sont faussement attribuées; attribution àMedina, par contre, du journal du voyage fait par le cardinal don Rodrigo de Castro afin d'accueillirMarguerite d'Autriche, texte juqu'alors attribué à Luis Vélez de Guevara.

Summary. Whith this work, we try to contribute to the best and most exact knowledge to the life and worksof the Sevillian humanist Francisco de Medina (1544-1615). Therefore we acknowledge some new facts forhis biography and that of his follower Juan de Robles, as well as one latin unedited epigram that wasdedicated to him by the Portuguese Jácome Barbosa. As such we must be precise about not only biographicalnews that has arisen about him, but also the traditional catalogue of his works. In this way we must discountfrom his already short production, a considerable number of them, which we hope to hâve demostrated, arenor due to this writer, even though they hâve been attributed to him. On the other hand we re-affirm theopinion that the real author of the journal of the Cardinal don Rodrigo de Castro's journey to the welcomeof margarita de Austria, attributed by Armando Cotarelo Valledor to Luis Vélez de Guevara, is not but ourFrancisco de Medina, who was the secretary of the prelate himself at that time.

Palabras clave. Sevilla. Humanisme. Francisco de Medina. Francisco Pacheco. Luis Vélez de Guevara.

6 7 Cfr. José Simón Díaz, Bibliografía de la literatura hispánica, t. XIV, Madrid, CSIC, 1984, pág. 460,núm. 3929.

6 8 Actualmente preparamos la edición de diversas obras de este autor madrileño.