práctica 0

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PRÁCTICA 0 Todos sabemos la gran importancia que tiene la lectura en el ámbito académico, y es que ésta, potencia todo el proceso de enseñanza y aprendizaje del alumnado. Sin embargo, la gran mayoría de los jóvenes estudiantes terminan la educación secundaria con un nivel bajo de comprensión lectora. ¿A qué puede ser debido este hecho? Es contradictorio, puesto que si tan importante es la lectura en el proceso de aprendizaje de los jóvenes, que éstos terminen la educación secundaria con dificultades en la comprensión de los textos y sin adquirir un hábito lector considerable. Esto les va a afectar de manera negativa, puesto que les será muy difícil entender textos de mayor dificultad cuando cursen estudios de mayor exigencia. Así y todo, existe un alto índice de estudiantes universitarios que señalan no leer nunca, y si lo hacen, manipulan los textos para acceder a información relacionada con las asignaturas que cursan. Por tanto, utilizan el libro por una función utilitaria y no por funciones estéticas o de placer. En definitiva, los libros constituyen una segunda opción para una gran parte de estudiantes. La burocracia académica debería considerar el desarrollo de competencias de lectura si queremos conseguir “estudiantes modelos”, con una gran inquietud intelectual, que sean protagonistas de su aprendizaje, con autonomía y con capacidad para autoevaluar su proceso de aprendizaje.

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PRÁCTICA 0

Todos sabemos la gran importancia que tiene la lectura en el ámbito académico, y es que ésta, potencia todo el proceso de enseñanza y aprendizaje del alumnado. Sin embargo, la gran mayoría de los jóvenes estudiantes terminan la educación secundaria con un nivel bajo de comprensión lectora. ¿A qué puede ser debido este hecho?

Es contradictorio, puesto que si tan importante es la lectura en el proceso de aprendizaje de los jóvenes, que éstos terminen la educación secundaria con dificultades en la comprensión de los textos y sin adquirir un hábito lector considerable. Esto les va a afectar de manera negativa, puesto que les será muy difícil entender textos de mayor dificultad cuando cursen estudios de mayor exigencia. Así y todo, existe un alto índice de estudiantes universitarios que señalan no leer nunca, y si lo hacen, manipulan los textos para acceder a información relacionada con las asignaturas que cursan. Por tanto, utilizan el libro por una función utilitaria y no por funciones estéticas o de placer. En definitiva, los libros constituyen una segunda opción para una gran parte de estudiantes.

La burocracia académica debería considerar el desarrollo de competencias de lectura si queremos conseguir “estudiantes modelos”, con una gran inquietud intelectual, que sean protagonistas de su aprendizaje, con autonomía y con capacidad para autoevaluar su proceso de aprendizaje.