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Ecología de los bosques tropicales Posibilidades de regeneración del manglar en la zona de la Ciénaga Grande de Santa Marta (Colombia)

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Ecología de los bosques tropicales

Posibilidades deregeneración delmanglar en la zona dela Ciénaga Grandede Santa Marta(Colombia)

Ecología de los bosques tropicales

Posibilidades deregeneración delmanglar en la zona dela Ciénaga Grandede Santa Marta(Colombia)

Carola Elster

Eschborn 1998

Número de la serie: TÖB F-II/6s

Publicado por la: Deutsche Gesellschaft fürTechnische Zusammenarbeit (GTZ) GmbHPostfach 518065726 Eschborn (Alemania)

Responsable: Tropenökologisches Begleitprogramm (TÖB)Dr. Claus Bätke

Autora: Carola ElsterJustus-Liebig-Universität Gießen, Institut fürBotanik I, Senckenbergstr. 17-21, 35390 Gießen(Alemania)

Redacción: Richard Haep, Dr. Gudrun Bruzak

Producción: TZ Verlagsgesellschaft mbH, 64380 Roßdorf(Alemania)

Precio simbólico: DM 10,-

ISBN: 3-933984-15-7

© 1998 Reservados todos los derechos

PrefacioLos ecosistemas tropicales son la base para la vida de una inmensa mayoría dela población mundial. Sin embargo, la progresiva destrucción y degradación delos recursos naturales en los países en desarrollo amenazan con hacer vanoslos esfuerzos dirigidos a lograr un desarrollo sostenible y a combatir de maneraeficaz la pobreza.Dentro del marco de la Cooperación al Desarrollo, el Programa de ApoyoEcológico (TÖB) tiene el propósito de contribuir a tratar, evaluar eimplementar con eficiencia las informaciones y las experiencias adquiridas eneste ámbito.El Programa de Apoyo Ecológico es un proyecto de carácter suprarregionalrealizado por la Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbHpor encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrolloalemán (BMZ).Previa solicitud, el programa fomenta estudios complementarios sobre temasde relevancia ecológica para las regiones tropicales. La idea es contribuir alperfeccionamiento de estrategias para la protección y el uso sostenible de losecosistemas tropicales y desarrollar, a partir de ello, instrumentos innovadorespara una cooperación al desarrollo que tenga debidamente en cuenta losaspectos del medio ambiente.La integración de los conocimientos científicos en las actividades deasesoramiento ayuda a los respectivos proyectos a llevar a la práctica losacuerdos internacionales pertinentes, en particular la Agenda 21 y laConvención sobre la Biodiversidad, a los que el BMZ atribuye una especialrelevancia.Un elemento importante del concepto en que se basa el programa es el hechode que científicos alemanes y locales abordan conjuntamente temas orientadosa la aplicación. Con ello, el programa significa también un aporte importante alperfeccionamiento de los expertos nacionales conforme a las exigencias de lapráctica, así como a la ampliación de los conocimientos específicos de estetema de la ecología tropical en los países en desarrollo.A través de unos textos inteligibles y sucintos, la serie de publicaciones delPrograma de Apoyo Ecológico pone los resultados de los estudioscomplementarios y las recomendaciones de actuación de ellos derivadas alalcance de las organizaciones e instituciones que actúan en el campo de laCooperación al Desarrollo así como de todos aquellos que se interesan portemas propios de la política de protección del medio ambiente y del desarrollo.

Dr. H. P. SchipulleJefe de la Sección Protección delAmbiente y los Recursos Naturales,Gestión de Recursos Forestales

Dr. J. FriedrichsenJefe de la División Producción y ProtecciónVegetales, Investigaciones Agronómicas, Sistemasde Explotación Agropecuaria

Ministerio Federal de CooperaciónEconómica y Desarrollo (BMZ)

Deutsche Gesellschaft für TechnischeZusammenarbeit (GTZ) GmbH

Indice

GLOSARIO .....................................................................................III

RESUMEN ......................................................................................IV

ABSTRACT..................................................................................VIII

1 INTRODUCCIÓN........................................................................ 11.1 La zona objeto del estudio y sus particularidades ............................ 11.2 Análisis del problema...................................................................... 31.3 Entorno del proyecto....................................................................... 61.4 Objetivos ........................................................................................ 8

2 RESULTADOS.......................................................................... 102.1 Las zonas estudiadas..................................................................... 102.2 Pruebas de establecimiento de plántulas en condiciones

controladas ................................................................................... 112.2.1 Tasas de germinación de diásporas de diferentes

orígenes ............................................................................ 122.2.2 Influencia de ligeras diferencias en el nivel del

agua y en la concentración de la sal en elestablecimiento y el crecimiento en altura de lasplántulas............................................................................ 13

2.2.3 Influencia de ligeras diferencias del nivel del aguay de la concentración de la sal en la mortalidad delas diásporas ..................................................................... 15

2.2.4 Pérdida de vitalidad de las diásporas porinundación ........................................................................ 16

2.2.5 Pérdida de vitalidad de las diásporas enconcentraciones de sal elevadas ........................................ 17

2.2.6 Influencia de la sequedad y de la irradiación solaren la vitalidad de las diásporas .......................................... 18

2.2.7 Influencia de las condiciones de iluminación conun buen suministro de agua ............................................... 20

Indice

II

2.2.8 Relación entre el peso y el desarrollo de lasdiásporas........................................................................... 20

2.2.9 Mortalidad de plántulas en caso de inundacióntotal .................................................................................. 21

2.2.10Resistencia de diásporas y plántulas a latemperatura ....................................................................... 22

2.2.11Plagas fitófagas de la simiente........................................... 242.3 Desarrollo de la regeneración natural y evolución de los

factores edáficos a lo largo del año en el campo............................ 282.3.1 Factores ambientales ......................................................... 282.3.2 Desarrollo de las plántulas ................................................ 32

2.4 Biología de las inflorescencias y difusión de las diásporasde Laguncularia ........................................................................... 37

2.5 Pruebas de plantación ................................................................... 402.5.1 Plantación de diásporas..................................................... 412.5.2 Cultivo de plántulas .......................................................... 422.5.3 Trasplante de plantas jóvenes............................................ 452.5.4 Multiplicación por estacas................................................. 462.5.5 Destrucción total de plántulas de Avicennia por

orugas de lepidópteros ...................................................... 48

3 RELEVANCIA PARA LA APLICACIÓN YRECOMENDACIONES .............................................................. 533.1 La regeneración natural del manglar.............................................. 533.2 La regeneración artificial del manglar............................................ 55

3.2.1 La siembra de diásporas.................................................... 563.2.2 El establecimiento de plántulas.......................................... 573.2.3 El establecimiento de plantas jóvenes................................ 583.2.4 El establecimiento de estacas ............................................ 593.2.5 Simiente y cultivo de las plantas........................................ 603.2.6 Elección de las parcelas .................................................... 623.2.7 La época de plantación...................................................... 633.2.8 Perspectivas ...................................................................... 63

4 BIBLIOGRAFÍA ....................................................................... 66

Glosario

Tajeas: (en inglés: box culverts) pasajes construidos bajo la carretera

que permiten el intercambio de agua entre diversas zonas de

la Ciénaga Grande

Ciénaga: pantano, laguna pantanosa

CORPAMAG: Corporación Autónoma Regional del Magdalena y de la

Sierra Nevada de Santa Marta; organismo regional de medio

ambiente encargado, entre otras cosas, de la dirección de la

construcción de canales en la zona estudiada así como de la

coordinación de proyectos científicos y sociales

Diáspora: unidad de difusión; dado que los frutos del mangle pueden

germinar ya antes de su difusión o durante la misma, se

observa con frecuencia una difusión de plántulas provistas ya

de raíces. En el informe presente se habla de diásporas hasta

la formación de las hojas, hablándose luego de plántulas

DNP: Departamento Nacional de Planeación

INDERENA: Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y

del Ambiente

INVEMAR: Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras ”José Benito

Vives De Andreis”, Punta de Betín.

n: número total de valores medidos

PRO-CIÉNAGA: proyecto colombiano-alemán en el que cooperan la

CORPAMAG y la GTZ; dirección de la construcción de

canales en la zona estudiada así como coordinación de

proyectos científicos y sociales

Calderas de sal: zonas llanas, muy salinizadas y desprovistas de vegetación

que se forman con frecuencia en lagos y lagunas en proceso

de desecación; en parte son aprovechadas por los pescadores

locales para la obtención de sal

Resumen

IV

Resumen

La Ciénaga Grande de Santa Marta es una laguna salobre ubicada en la

costa colombiana del Caribe. Es el principal centro pesquero del país, siendo

de gran importancia, tanto ecológica como económica, para las tierras

limítrofes. Intervenciones humanas en el sistema hidrológico de las lagunas

provocaron sin embargo la salinización extensiva y una desecación parcial

de los suelos en el noroeste de la zona así como la muerte de un 60% de los

manglares que pueblan las áreas aluviales de la laguna. Debido a esto ha

disminuido notablemente la productividad del ecosistema, y las bases vitales

para animales y seres humanos están amenazadas o incluso han sido ya

destruidas.

En la actualidad se trabaja en la restauración de las condiciones hidrológicas

originales, a fin de hacer posible una regeneración del ecosistema. Objetivo

del presente proyecto es descubrir qué factores ambientales son importantes

para el establecimiento del manglar y si es posible la reforestación de las

grandes áreas en la actualidad desprovistas de vegetación.. A tal fin se

realizaron experimentos en condiciones controladas y ensayos de plantación

con Avicennia germinans, Laguncularia racemosa y Rhizophora mangle,

las tres especies principales de mangle que crecen en la zona estudiada.

Además se estudió la influencia de los factores ecológicos en el

establecimiento y el desarrollo de las plántulas de mangle en áreas pobladas

y despobladas de bosque. Los resultados muestran que en principio es

posible una regeneración, a condición de que disminuya suficientemente la

salinidad. Sin embargo, dicha regeneración será lenta, ya que la superficie

despoblada de bosques, de 30.000 ha, es muy grande y el aporte natural de

diásporas es muy escaso, siendo en algunos lugares inexistente. Por esta

Resumen

V

razón debería considerarse la posibilidad de una forestación que acelerara el

proceso de regeneración.

En las zonas pobladas de bosque, el crecimiento de las plántulas está

sometido ante todo a la influencia de la salinidad y el establecimiento y la

mortalidad de las plantas jóvenes se ven afectados principalmente por las

inundaciones estacionales. La polinización y la producción de frutos de

Laguncularia así como la regeneración natural del bosque con las tres

especies de mangle están garantizadas a pesar de la alta tasa de mortalidad

de las plántulas.

En las zonas despobladas de bosque, la regeneración está dificultada

adicionalmente por las elevadas temperaturas del suelo y por la desecación

de las capas superiores del suelo. En algunos lugares, la concentración de

sal aumenta durante la época seca a valores superiores al 150% debido a la

elevada evaporación, muriendo a causa de ello todas las plántulas. Por su

tamaño relativamente pequeño, las diásporas de Avicennia y Laguncularia

tienen dificultades extremadamente grandes para establecerse. Una

inundación de sólo 5 cm impide ya su establecimiento, siendo entonces

arrastradas por las aguas. Los rayos solares directos las resecan en apenas

uno a tres días. También las plántulas de estas dos especies son muy

sensibles. La inundación, el viento, las olas, temperatura elevadas y

sequedad del suelo son los mayores obstáculos para un establecimiento

persistente. Las diásporas y plántulas de Avicennia son destruidas además

con frecuencia por plagas fitófagas.

No obstante, la mayor parte de las dificultades que se plantean a la

forestación puede soslayarse tomando medidas apropiadas. Muros de adobe

o piedra protegen del viento y de las olas, impidiendo el arrastre de las

Resumen

VI

diásporas. Zanjas llenas de agua y sombra protegen las diásporas y las

plántulas del resecamiento y el sobrecalentamiento, mientras que una

irradiación solar intensa combinada con un abastecimiento suficiente de

agua fomenta el desarrollo y la vitalidad de las tres especies. Con redes

contra insectos pueden retenerse las diásporas al mismo tiempo que se corta

el paso a los insectos fitófagos. Mientras las concentraciones de sal sean

bajas, el establecimiento de Rhizophora es, por la forma y el tamaño de las

diásporas, considerablemente más fácil que el de las otras dos especies,

siendo además menor la mortalidad. Esto hace que con frecuencia no sean

necesarias medidas adicionales para la plantación de Rhizophora.

En general, la siembra de diásporas es el método más sencillo y económico

de forestación, seguido del establecimiento de plántulas. Sin embargo, la

mortalidad de Avicennia y Laguncularia es muy alta utilizando estos dos

procedimientos. En el caso de la Rhizophora, el establecimiento de

diásporas proporciona resultados mucho mejores que la plantación de

plántulas, teniéndose en condiciones favorables una mortalidad reducida.

Plantas jóvenes de mayor tamaño de las tres especies estudiadas así como

estacas de Laguncularia resultan ser notablemente más robustas frente a

inundaciones, viento, olas y sequía, así como frente al ataque de fitófagos. Si

bien el cultivo de plantas y estacas es más laborioso y costoso, para algunas

zonas es recomendable la plantación de plantas grandes. Otro aspecto

positivo es que pueden florecer y fructificar en corto tiempo, iniciando así

una regeneración natural.

Como simiente es aconsejable recurrir a diásporas grandes, intactas y en lo

posible frescas, procedentes de árboles vigorosos. Todas las plantas

deberían cultivarse en condiciones análogas a las de las áreas a forestar, o al

Resumen

VII

menos deberían aclimatarse, antes de su plantación en el campo, a las

condiciones extremas que puedan darse (altas temperaturas e irradiación

solar intensa). Además, al seleccionar el lugar de plantación ha de atenderse

a que las condiciones ambientales sean lo más favorables posibles en cada

caso. El final de la época de lluvias principal ha resultado ser el período más

conveniente para la plantación.

Abstract

The Ciénaga Grande de Santa Marta, a brackish lagoon system on the

Caribbean coast of Colombia, is the main fishing ground of the country.

Locally, it is of great ecological and economical importance. Human induced

changes in the hydrological system caused hypersalinisation of the soils. As

a result, about 60% of the mangroves growing in the lagoon’s flood plain

died, thereby decreasing the productivity of the ecosystem and endangering

or destroying the food source for both animals and humans in the area.

Presently, efforts are beeing made to reestablish the original hydrological

system. The objective of the present project is to identify the regeneration

patterns in the forests, to define the conditions for mangrove regeneration in

the Ciénaga Grande, and to ascertain whether regeneration of the large

unforested area is possible.

Experiments under controlled conditions, measurements in bare and forested

areas, as well as reforestation experiments showed, that regeneration is

possible. As the bare area is large (30,000 ha) and presently very few or no

propagules arrive naturally, the regeneration will be slow. Reforestation with

Avicennia germinans, Laguncularia racemosa and Rhizophora mangle, the

most important mangrove species of the area, can accelerate the process.

In the forests, the growth rate is mainly determined by salinity and the

mortality by seasonal flooding. Pollination and fruit production of

Laguncularia are ensured as well as the natural regeneration in the forests in

spite of high seedling mortalities.

In the bare areas, the regeneration is aggravated by high salinities and

temperatures as well as by the dessication of the top soil layers. The

Abstract

IX

establishment of the small Avicennia and Laguncularia propagules is

especially difficult. They cannot establish themselves in flooded soils, they

are carried away by the current, and in direct sunlight they dry out rapidly.

The seedlings of these two species are also very sensitive. Flooding, wind,

waves, high temperatures and dry soils all impact their survival. The

propagules and seedlings of Avicennia are frequently destroyed by

phytophagous insects. Several precautionary measures can alleviate these

problems. Clay or stone walls protect against wind, waves and secondary

dispersal; trenches and shade against drought and overheating. The

propagules can be held together and protected against phytophagous insects

by nets. However, mortality will remain high. Shape and size of the

propagules make the planting of Rhizophora easy. They can survive without

precautionary measures and the mortality is low under favorable

circumstances. The planting of propagules is much more successful than that

of seedlings. The main problem is high salinity. High solar radiation supports

growth and viability of all three species when sufficient water is present.

Sowing of propagules is the easiest and most economical way of

reforestation, followed by planting of seedlings. In both cases high

mortalities are to be expected. Bigger saplings of the three species and shoot

cuttings of Laguncularia proved to be less sensitive to flooding, wind,

waves, drought and phytophagous attack. Although it takes more effort and

is more expensive to grow saplings and shoot cuttings, it is nevertheless

recommended to plant them in some areas. They can flower and fruit within

a few months and then start a new natural regeneration.

Large, undamaged, fresh propagules from vital trees should be used as

seeds. All seedlings and saplings should be grown in conditions similar to

those in the area they will be planted in. At a minimum they must be adapted

Abstract

X

to high temperatures and solar radiation before transplanting to areas

suitable for mangrove growth. The most advantageous time for planting is

the end of the main rainy season.

1 Introducción

1.1 La zona objeto del estudio y sus particularidades

La Ciénaga Grande de Santa Marta, ubicada en la costa colombiana del

Caribe (Ilustración 1), es no sólo la laguna más grande del país, con una

extensión de 450 km², sino también la más productiva (Garcés & De La

Zerda 1994, PRO-CIÉNAGA 1993). Se encuentra en la parte oriental del

delta del Río Magdalena, atravesado por lagunas y canales o "caños". En la

zona aluvial de esta laguna de agua salobre crecían hasta hace unos 40 años

extensos manglares que cubrían una superficie superior a las 51.000 ha

(González 1991). En estos bosques se presentan en conjunto cinco especies

de mangle: Avicennia germinans (L.) Stearn, Laguncularia racemosa (L.)

Gaertn. f. y Rhizophora mangle L., que constituyen la práctica totalidad de

la población arbórea, mientras que de Conocarpus erectus L. y Acrostichum

aureum L. existen sólo pocos ejemplares. Originalmente, el ecosistema

proporcionaba hábitat y alimento a numerosas especies animales de peces,

reptiles y mamíferos, y su particular relevancia como lugar de estadía para

aves nativas y migratorias hizo que en 1964 se declarara una extensión de

21.000 ha "Parque Nacional Natural Isla de Salamanca" (Sánchez Páez

1988). Siguió en 1977 la creación del "Santuario de Fauna y Flora Ciénaga

Grande de Santa Marta" con 23.000 ha. La riqueza piscícola hizo del

sistema de lagunas el centro pesquero más importante de Colombia, y

25.000 familias viven en la actualidad de la pesca en aldeas ribereñas y

lacustres (Garcés & De La Zerda 1994).

La exportación de nutrientes desde la zona de manglares influye además de

modo importante en la riqueza piscícola de las zonas marítimas limítrofes.

Muchas especies piscícolas, tanto de agua dulce como de agua salada,

necesitan las áreas de agua salobre rodeadas de manglares como lugares de

Introducción

2

incubación o como hábitat transitorio. En consecuencia, también la pesca

marítima, económicamente importante, está íntimamente relacionada con la

Ciénaga Grande (Garcés & De La Zerda 1994, Sánchez Páez 1988).

Además de los peces, otro factor económico de gran importancia para la

población de los alrededores (Garcés & De La Zerda 1994) es la abundancia

de ostras (Crassostrea rhizophorae) y crustáceos de la Ciénaga Grande. La

madera de los mangles se corta también (con frecuencia ilegalmente en el

interior del parque natural) a fin de utilizarla para la construcción de casas,

como leña, etc.

Ilustración 1: La zona del proyecto en la costa colombiana del Caribe.

La Ciénaga Grande es una laguna costera ubicada en la desembocadura del

Río Magdalena, con una importancia ecológica y económica extraordinaria.

El funcionamiento del ecosistema depende en gran medida de la existencia

de manglares intactos.

1.2 Análisis del problema

A diferencia de los manglares costeros, el manglar de la zona objeto del

estudio no está caracterizado por los efectos de la bajamar y la pleamar, sino

por la alternancia de los periodos de lluvia y de sequía. Ni siquiera en la

zona norte de la Ciénaga Grande, donde la influencia de las mareas es más

marcada, la diferencia de nivel de las mareas supera los 30 cm, mientras que

el nivel de las aguas puede fluctuar en más de medio metro entre las épocas

de lluvia y las de sequía. En consecuencia, grandes zonas pobladas por

manglar están inundadas durante meses en época de lluvias, mientras que

más tarde están en seco durante muchas semanas. En los periodos secos, las

aguas freáticas salinas ascienden hasta la superficie del suelo debido a la

gran aridez, pues la evapotranspiración triplica aproximadamente las

precipitaciones anuales (INDERENA 1984). Debido a ello se forman

delgadas costras de sal en los charcos desecados. Las costras sólo se

disuelven de nuevo durante las épocas principales de lluvias, entre agosto y

noviembre, produciéndose una lixiviación de los suelos. El sistema de

lagunas estaría constantemente salinizado si no fuera por el agua dulce que

los afluentes aportan desde la Sierra Nevada de Santa Marta en el este y al

Río Magdalena por el oeste (PRO-CIÉNAGA 1993). Bajo estas

condiciones, la intervención humana en el sistema hidrológico de la Ciénaga

Grande acarreó una intensa salinización de amplias zonas del sistema de

Introducción

4

lagunas, debido a lo cual murieron grandes extensiones de manglar. Una de

las intervenciones más graves en el régimen hídrico la constituyó la

construcción de una carretera entre Ciénaga y Barranquilla. El trazado se

realizó en 1956 atravesando la estrecha lengua de tierra denominada "Isla de

Salamanca", que separa la Ciénaga Grande del mar y que ocho años más

tarde sería declarada Zona natural protegida (Ilustración 1). Si bien

originalmente se había proyectado la construcción de tajeas rectangulares

(box-culverts), se cegaron prácticamente todos los canales de enlace entre

las partes del sistema de lagunas situadas al norte y al sur de la carretera.

Las pocas tajeas realmente construidas no tenían dimensiones suficientes,

por lo que tanto el intercambio de agua como el drenaje del suelo quedaron

casi totalmente obstruidos (Sánchez Páez 1988). Como consecuencia de ello

se produjo muy pronto un desecamiento y una salinización local de los

suelos en las proximidades de la nueva carretera. La situación se vio

empeorada por la desecación parcial de las zonas pantanosas del noroeste,

emprendida con el propósito de utilizarlas para la agricultura y la ganadería.

Los aportes de agua dulce procedentes del Río Magdalena se vieron

interrumpidos debido a ello o a la intensa sedimentación del Río Magdalena

(Garcés & De La Zerda 1994, Sánchez Páez 1988). A partir de finales de

los años 60 comenzó así desde el noroeste la muerte de grandes extensiones

de manglares debido a la progresiva salinización, a la que entre tanto ha

sucumbido casi un 60 % del total del área boscosa (Ilustración 2).

Introducción

5

Ilustración 2: Manglares muertos en los alrededores del Caño Clarín. (Foto: J. Polanía)

Desde 1956 se perdieron así unas 580 ha anuales de bosque (entre 1956 y

1968: 175 ha/año y entre 1968 y 1987: 985 ha/año) (González 1991). Con

frecuencia se conservó como máximo una estrecha franja de manglar vivo en

las orillas de extensiones de agua importantes y canales menos salinizados

(Ilustración 2). Los árboles supervivientes son en su mayor parte Avicennia,

que es la especie de mangle más resistente a la sal de las que se presentan en

la zona objeto del estudio. También están amenazas de muerte grandes

partes de las 21.000 ha de bosque aún restantes. Esto significa la pérdida de

las bases vitales para los animales que viven en y del manglar, viéndose

afectados asimismo los ecosistemas vecinos. También la población que

habita en las aldeas de los alrededores se ve directamente afectada por la

enorme disminución de la riqueza piscícola de la Ciénaga

Grande (PRO-CIÉNAGA 1993).

Introducción

6

Intervenciones humanas en el sistema hidrológico de la Ciénaga Grande han

sido causa de una salinización extensiva de los suelos y de la muerte del

60% de los manglares. La productividad del ecosistema ha disminuido por

ello en gran medida y las bases vitales para animales y seres humanos están

amenazadas o han sido ya destruidas.

1.3 Entorno del proyecto

Ya en 1964 se detectó la incipiente muerte de manglares y pronto se

localizaron sus causas. La administración del parque INDERENA impulsó

en 1978 la limpieza y reapertura de canales y presentó el "Plan de

emergencia para la restauración del Parque Nacional Natural Isla de

Salamanca", en el que se ponían de relieve los problemas y las posibles

soluciones. Además se estimaron los costos de la construcción de canales y

se planificaron medidas de educación ambiental, investigación y protección

de la zona (INDERENA 1978). En los años siguientes, primero el

INDERENA, luego la DNP/CORPAMAG, la GTZ y otras organizaciones

comenzaron a estudiar con mayor detalle los problemas, sus causas y sus

repercusiones, así como las posibilidades de solucionarlos a través de la

construcción de canales (PRO-CIÉNAGA 1993).

Sólo diez años más tarde se iniciaron las obras hidráulicas. Una de las

primeras tajeas se construyó en 1989 en Barra Vieja (Sánchez Páez 1988),

siguiéndole después otras. En enero de 1996 quedó concluido el dragado del

caño Clarín (Ilustración 1), con lo que se restableció el primer canal entre el

Río Magdalena y la parte norte de la Ciénaga Grande. Más al sur

comenzaron los trabajos en otros dos canales de enlace, el Caño Aguas

Negras y el Caño Renegado-Condazo.

Introducción

7

El objetivo de las actividades es restablecer en la medida de lo posible las

condiciones hidrológicas originales del sistema de lagunas. A través del

incremento del aporte de agua dulce debe reducirse a largo plazo el

contenido de sal de los suelos, haciendo posible una regeneración del

manglar y, con ello, del conjunto del sistema (Elster et al., en impresión).

Colaboradores de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena y de la

Sierra Nevada de Santa Marta (CORPAMAG) se encargan de supervisar las

obras en los canales así como de estudiar y solucionar los problemas

sociales que los daños causados al medio ambiente han originado en las

aldeas de pescadores. Son apoyados por la GTZ en el proyecto "PRO-

CIÉNAGA". Los cambios experimentados por el ecosistema son

documentados por el Instituto de Investigaciones Marinas (INVEMAR). El

Gobierno estudia, además, la realización de actividades de reforestación

extensiva a fin de repoblar las 30.000 ha afectadas hasta el momento por la

muerte de manglares.

La recopilación de datos correspondientes al presente proyecto tuvo lugar

entre julio de 1994 y julio de 1996. El INVEMAR proporcionó laboratorios

y embarcaciones para estos trabajos. Participó en el proyecto Laura Victoria

Perdomo, que aprovechó los datos por ella recopilados para redactar su tesis

de grado y que hasta hoy se ocupa de las pruebas de plantación. Una parte

de sus datos se ha utilizado en este informe.

Las causas de la muerte de los manglares se detectaron en fecha temprana,

pero sólo mucho más tarde se iniciaron medidas para su eliminación. En la

actualidad varias organizaciones cooperan en el restablecimiento de las

condiciones hidrológicas originales, y estudian los cambios ecológicos.

Introducción

8

1.4 Objetivos

Es probable que tampoco después de la apertura de los canales proyectados

se puedan restablecer por completo las condiciones hidrológicas originales

del sistema de lagunas. Pero ya una reducción de la concentración de sal a

valores aceptables para los manglares permite confiar en una regeneración

importante de la zona. El objetivo del presente trabajo es estudiar las

relaciones entre las condiciones ecológicas y el desarrollo de plántulas en la

zona de la Ciénaga Grande. Al respecto debe comprobarse si en principio es

posible una regeneración de las áreas no pobladas por el bosque. Además,

realizando pruebas de plantación debería responderse a la pregunta de si

conviene reforestar y, en caso afirmativo, de qué modo. Aparte de las

mediciones de los factores edáficos y del crecimiento y la mortalidad de

plántulas de mangle en la zona de la Ciénaga Grande, se han realizado

también estudios comparativos en el Parque Nacional Natural Tayrona,

ubicado unos 50 km al noreste de la Ciénaga Grande (Ilustración 1). En

algunas zonas costeras del Parque Tayrona se presentan grandes

concentraciones de sal, especialmente durante las épocas secas, y en las

hondonadas ubicadas detrás del dique costero se forman incluso extensas

calderas de sal, exentas de vegetación, que en parte se conservan incluso

durante los períodos de lluvias. Con frecuencia, estas calderas de sal están

rodeadas de manglares, y en las zonas vecinas crecen poblaciones vigorosas

de mangle. Por esta razón deberían realizarse pruebas de germinación y

establecimiento de plántulas en condiciones controladas, a fin de comprobar

si aquí se han originado ecotipos particularmente resistentes a la sal que

puedan tomarse en consideración para la regeneración de la Ciénaga

Grande. También se ha estudiado el comportamiento de las diásporas

germinantes frente a distintas concentraciones de sal y distintos niveles del

agua, a fin de descubrir qué especie resulta más apropiada para una

Introducción

9

repoblación en las condiciones propias de la zona objeto del estudio, a saber

la Avicennia germinans, resistente a la sal, o las otras dos especies también

frecuentes, la Laguncularia racemosa y la Rhizophora mangle.

Adicionalmente debería estudiarse con mayor detalle la biología

reproductiva de la Laguncularia, ya que hasta ahora se dispone de pocas

informaciones sobre esta especie.

Objetivo del presente proyecto era averiguar en qué condiciones puede

regenerarse el manglar y si es posible una regeneración de las grandes zonas

actualmente despobladas de bosque. Al mismo tiempo debería responderse

también a la pregunta de si es recomendable realizar actividades de

reforestación.

2 Resultados

A continuación se presentan los resultados más importantes en lo que atañe

a la regeneración del manglar. La descripción exacta de los métodos, la

evaluación estadística así como otros resultados detallados pueden

consultarse en la obra de Elster (1997).

2.1 Las zonas estudiadas

A. Bosques intactos, Ciénaga Grande: En las zonas estudiadas pobladas

por bosques (Ilustración 1), la producción de diásporas y el establecimiento

de plántulas alcanzaban índices elevados, garantizando una regeneración

natural del manglar. La diferencia principal entre las cuatro zonas está dada

por el grado de humedad del suelo, la cual depende, a su vez, de la

granulometría de los sedimentos limosos y del relieve del terreno. Las zonas

ubicadas a mayor altura sólo se inundaban durante la época de lluvias

principal, mientras que las hondonadas estaban inundadas durante casi todo

el año, al menos hasta el nivel de la superficie del suelo.

B. Zonas degradadas, Ciénaga Grande:

1. Barra Vieja: La primera zona degradada era una pequeña isla arenosa,

rodeada por una laguna poco profunda. En esta zona el manglar murió hace

unos 30 años debido a la construcción de una carretera. En 1989 se

restableció el enlace con la Ciénaga Grande al construir una tajea por debajo

de la carretera, con lo que comenzó una lenta regeneración natural. En la

época del estudio, aproximadamente un 15% de la isla estaba poblado de

nuevo por manglar, si bien los árboles más grandes alcanzaban una altura de

sólo 2 m; un 30% de la superficie de la isla estaba cubierto de plantas

halófitas de las especies Batis maritima L. y Sesuvium portulacastrum L..

Resultados

11

El resto estaba aún exento de vegetación, si bien el agua traía hasta aquí

muchas diásporas de Avicennia y, periódicamente, de Laguncularia y

Rhizophora.

2. Km 17: Los manglares ubicados en el kilómetro 17 del Caño Clarín, un

canal de enlace entre el Río Magdalena y la Ciénaga Grande, murieron hace

20 años, cuando los sedimentos acarreados por el Río Magdalena cegaron el

canal. Cuando en enero de 1996 se procedió a la reapertura del canal,

después de un largo periodo de obras, pudieron establecerse de nuevo

plántulas en estos suelos, gracias a la influencia del agua dulce. Sin

embargo, durante la época del estudio la mayor parte del área lodosa,

parcialmente inundada, presentaba sólo tocones de mangles muertos. A

orillas del canal crecían todavía árboles adultos de Avicennia y

Laguncularia, que alcanzaban una altura máxima de 4 m, y en algunos

puntos se encontraban Batis y Sesuvium.

C. Ensenadas del Parque Tayrona: En las dos zonas boscosas estudiadas

en este parque nacional (Ilustración 1), los árboles adultos producían

cantidades suficientes de diásporas, pero el desarrollo de las plántulas se

veía impedido con frecuencia por la sequía. La sequedad era intensificada

por el alto contenido de arena de los suelos, y sólo directamente en las

orillas había siempre suficiente agua para un establecimiento persistente de

las plántulas.

2.2 Pruebas de establecimiento de plántulas en

condiciones controladas

A fin de poder determinar cuantitativa y cualitativamente la influencia de

diversas condiciones ambientales, se realizaron pruebas en condiciones

Resultados

12

controladas. El objetivo de ello era comprender mejor la interacción de los

distintos factores en el complejo ecosistema de la Ciénaga Grande. Todas

las pruebas se realizaron en macetas llenas de arena, que se regaron con

agua del mar. Si no se dan datos especiales, la concentración de sal era de

entre el 30 y el 32‰ aproximadamente (agua de mar diluida), y el nivel del

agua se situaba en la superficie del sustrato o como máximo 1 cm por

encima del mismo. Se registraron el crecimiento de las plántulas, la

mortalidad y la biomasa.

2.2.1 Tasas de germinación de diásporas de diferentes orígenes

Se sembraron diásporas de diferentes zonas estudiadas del Parque Tayrona y

de la Ciénaga Grande en suelos con diferente concentración salina (0 a

150‰ ) y con distintos niveles de agua (5 cm por debajo de la superficie del

sustrato, en la superficie y 5 cm por debajo de la superficie del sustrato

(5 cm, 0 cm, +5 cm)), a fin de averiguar si en las proximidades de las

calderas de sal del Parque Tayrona se habían desarrollado ecotipos

particularmente resistentes a la sal. Si bien el desarrollo de las diásporas

procedentes de zonas distintas presentó diferencias significativas, no se

pudo comprobar la existencia de un ecotipo particularmente resistente a la

sal. En lugar de ello, y con independencia del origen geográfico, se

consiguieron las mejores tasas de germinación con diásporas grandes,

intactas, aun no germinadas y que se habían tomado directamente del árbol o

que habían estado sólo durante corto tiempo sobre el suelo. Las diásporas

que habían estado ya durante un tiempo prolongado sobre suelos secos o

que habían flotado en el agua resultaron tener menos vitalidad. Se

presentaron también elevados índices de mortalidad en el caso de diásporas

procedentes de árboles sometidos a un fuerte estrés. Posiblemente, las

Resultados

13

diferencias genéticas entre las poblaciones de manglares existentes desde el

punto de vista de su resistencia a la sal quedaron en un segundo plano en

comparación con la edad y las condiciones de almacenamiento de las

diásporas, así como con la vitalidad de los árboles madre, y son por lo tanto

irrelevantes para las medidas de regeneración.

Las tres especies investigadas presentaron diferentes resistencias a la sal. La

mayor resistencia la presentó la Avicennia. En esta especie se observó un

crecimiento normal, si bien más lento, de las plántulas incluso con un 60‰

de salinidad, mientras que en el caso de la Laguncularia y también de la

Rhizophora sólo pudo observarse crecimiento hasta un 40‰ . Con un 90‰

de salinidad ya no pudo establecerse ninguna plántula de Avicennia, lo que

en el caso de otras especies ocurría ya a partir de un 60‰ .

2.2.2 Influencia de ligeras diferencias en el nivel del agua y en la

concentración de la sal en el establecimiento y el crecimiento

en altura de las plántulas

Con independencia de su origen, las diásporas sembradas con diferentes

concentraciones de sal (16, 32, 40‰ ) y niveles del agua (-5 cm, 0 cm,

+5 cm) presentaron claros puntos óptimos de desarrollo. Todas las especies

crecieron tanto más rápidamente cuánto más baja era la concentración salina

del medio (Ilustración 3). La influencia de la salinidad en la velocidad de

crecimiento se puso de relieve con mayor intensidad en el caso de la

Rhizophora y con menor intensidad en el caso de la Avicennia.

Resultados

14

02468

101214161820

40‰-5cm

32‰-5cm

16‰-5cm

40‰0cm

32‰0cm

16‰0cm

40‰+5cm

32‰+5cm

16‰+5cm

[Cre

cim

ient

o en

altu

ra]

Laguncularia Avicennia Rhizophora

Ilustración 3: Crecimiento en altura de las plántulas dependiendo de la concentraciónsalina y del nivel del agua. (Datos en cm: nivel del agua con relación a lasuperficie del sustrato; Avicenia y Laguncularia: respectivamente n=175,Rhizophora: respectivamente n=99; barra de error: diferencia simple respecto alestándar; duración del ensayo: 10 semanas aproximadamente)

El nivel del agua influyó en el crecimiento principalmente en el caso de la

Avicennia y la Laguncularia. Con un nivel del agua de 5 cm por debajo de

la superficie del sustrato la mayoría de las diásporas no germinaron, o bien

las raíces formadas murieron de nuevo rápidamente debido a la sequedad.

Sólo un 15% de las diásporas de Avicennia y un 5% de las de Laguncularia

(valor medio para todas las concentraciones de sal) lograron enraizar,

erguirse y crecer. Con una inundación de 5 cm germinó una tercera parte de

las diásporas y las raíces se hicieron en parte muy largas, pero fue raro que

se anclaran en el sustrato (Avicennia 32%, Laguncularia 1,5%), con lo que

generalmente no se produjo un crecimiento subsiguiente. En los casos en

que las raíces lograron afianzarse, el crecimiento fue sólo escaso en

comparación con los grupos no inundados, ya que transcurrió un tiempo más

largo hasta el establecimiento. Los grupos comparativos habían crecido ya

varios centímetros durante ese tiempo. El menor contenido de oxígeno en los

Resultados

15

suelos constantemente inundados puede considerarse otro factor que impide

el crecimiento. Los efectos negativos de los niveles de agua bajos o altos se

vieron potenciados por concentraciones salinas elevadas (Ilustración 3). Por

el contrario, el crecimiento de las plántulas de Rhizophora estuvo poco

influenciado por el nivel del agua. Suelos relativamente secos y bien

ventilados resultaron ser los más favorables para esta especie. En las

primeras cuatro a seis semanas, la germinación y el crecimiento se

desarrollaron con mayor rapidez en el caso de la Avicennia, mientras que la

Laguncularia se estableció con la mayor lentitud. En las semanas siguientes,

así como con niveles de agua desfavorables, el crecimiento de la Avicennia

se retrasó con respecto al de la Rhizophora.

2.2.3 Influencia de ligeras diferencias del nivel del agua y de la

concentración de la sal en la mortalidad de las diásporas

En el caso de la Rhizophora murieron pocas diásporas. La mortalidad

aumentó ligeramente al incrementarse las concentraciones de sal (del 16 al

40‰ ), no viéndose influenciada apenas por el nivel del agua. La mortalidad

fue considerablemente superior en el caso de la Laguncularia y la

Avicennia. La tasa de mortalidad dependió visiblemente tanto de la

concentración de sal como del nivel del agua. Una baja concentración de sal

y un nivel suficiente de agua resultaron favorables para la supervivencia. Las

mayores tasas de mortalidad de ambas especies se observaron con un nivel

del agua situado 5 cm por debajo de la superficie del sustrato. En este caso,

el nivel del agua resultó ser más importante que la concentración de sal para

la supervivencia (Ilustración 4).

Resultados

16

0102030405060708090

100

40‰-5cm

32‰-5cm

16‰-5cm

40‰0cm

32‰0cm

16‰0cm

40‰+5cm

32‰+5cm

16‰+5cm

% d

ediá

spor

as m

uert

as

Laguncularia Avicennia Rhizophora

Ilustración 4: Mortalidad de las diásporas en función de la concentración de sal y delnivel del agua. (Mortalidad de todas las diásporas antes de su establecimiento ode la formación de hojas; datos en cm: nivel del agua con relación a la superficiedel sustrato; Avicennia y Laguncularia: respectivamente n=175, Rhizophora:respectivamente n=99)

2.2.4 Pérdida de vitalidad de las diásporas por inundación

En el caso de la Avicennia y la Laguncularia, muchas diásporas

sobrevivieron la inundación de 5 cm de altura hasta el final de los

experimentos (10 semanas) sin germinar, mientras que en el caso de la

Rhizophora germinaron o murieron todas las diásporas. Las diásporas sin

raíces se depositaron durante una semana en una cámara húmeda a fin de

comprobar la vitalidad aún existente. Se demostró que las diásporas que no

habían formado raíces mientras flotaban en el agua, o bien cuyas raíces

habían muerto, presentaban aún una marcada capacidad de formación de

raíces. En el caso de la Avicennia formó raíces un porcentaje mayor de

diásporas que en el caso de la Laguncularia. Al aumentar la concentración

de sal del medio original disminuyó la vitalidad, especialmente de la

Laguncularia. La tasa de formación de raíces se redujo aquí del 79% (con

Resultados

17

una concentración de sal del 16‰ ) al 26% (con una concentración de sal del

40‰ ). En el caso de la Avicennia, la diferencia fue sólo del 6% para una

tasa de formación de raíces del 89% en una concentración de sal del 16‰ .

2.2.5 Pérdida de vitalidad de las diásporas en concentraciones de

sal elevadas

Si bien en el caso de concentraciones de sal muy elevadas (90‰ , 120‰ y

150‰ ) se produjo con frecuencia una formación de raíces de las tres

especies de mangles o un desarrollo de los hipocotiledones de las diásporas,

no llegaron a formarse plántulas. En lugar de ello murió más tarde la

práctica totalidad de la siembra. Este proceso se desarrolló más rápidamente

con salinidades elevadas que con salinidades bajas. Las diásporas que aún

no habían muerto inequívocamente después de dos meses y medio se

volvieron a sembrar con una concentración de sal del 10%. Mientras que en

el caso de la Laguncularia no pudo iniciarse con ello el desarrollo y las

diásporas habían muerto ya ostensiblemente en un 100%, en el caso de la

Avicennia y la Rhizophora pudieron desarrollarse algunas diásporas hasta el

estado de plántulas normales, o al menos se formaron aún raíces antes de su

muerte definitiva. Un 3% de las diásporas de Rhizophora e incluso hasta un

12% de las diásporas de Avicennia alcanzaron el estado de plántulas (tabla.

1).

Laguncularia Avicennia RhizophoraSalinidad alcomienzo

Mortalidadal comienzo

Establecidasmás tarde

Mortalidadal comienzo

Establecidasmás tarde

Mortalidadal comienzo

Establecidasmás tarde

Resultados

18

90‰ 100%? 0% 73% 9% 17% 3%120‰ 100%? 0% 81% 12% 21% 0,5%150‰ 100%? 0% 97% 0% 26% 0%

Tab. 1: Mortalidad de diásporas con salinidades elevadas y establecimiento posteriorcon salinidad del 10‰ . (Plazo: diez semanas; Avicennia y Laguncularia:respectivamente n=264, Rhizophora: respectivamente n=176; ?= la mortalidadno se pudo comprobar con seguridad).

2.2.6 Influencia de la sequedad y de la irradiación solar en la

vitalidad de las diásporas

A fin de comprobar la influencia de la sequedad y la irradiación solar en la

vitalidad, se sembraron diásporas sobre arena seca, protegiendo una parte de

ellas con sombra y dejando las restantes expuestas a los rayos solares

directos. A continuación se regaron las diásporas. La capacidad de

germinación de las diásporas de Laguncularia y Avicennia sembradas sobre

sustrato seco con sombra se había perdido totalmente después de siete a

ocho días. En el caso de las diásporas de Rhizophora, de tamaño mucho

mayor, la capacidad de germinación no se perdió por completo hasta

después de pasar siete semanas (Ilustraciones 5a y 5b).

sol

0102030405060708090

100

0 1 2 3 4 5 6 7días

% d

iásp

oras

ger

min

adas

sombra

0102030405060708090

100

0 1 2 3 4 5 6 7días

% d

iásp

oras

ger

min

adas

Resultados

19

R h i z o p h o r a L a g u n c u l a r i a A v i c e n n i a

Ilustración 5a: Influencia de la sequedad en la capacidad de germinación de las diásporassembradas al sol y a la sombra. (En el grupo de referencia se tomaronlas tasas de germinación actuales de Avicennia y Laguncularia como100% y los restantes grupos se convirtieron a partir de este valor, a fin desimplificar la comparabilidad con Rhizophora; Avicennia: respectivamenten=40, Laguncularia: respectivamente n=60, Rhizophora: respectivamenten=15)

hojas raíces

Ilustración 5b: Influencia de la sequedad en la capacidad germinativa de las diásporas deRhizophora sembradas al sol y a la sombra (respectivamente n=40)

Al sol, el tiempo de supervivencia de Avicennia y Laguncularia se redujo a

cuatro días y el de Rhizophora a cinco semanas. Además de su mayor

resistencia a la sequedad, la Rhizophora acusó menos daños por la radiación

solar que las otras dos especies (Ilustraciones 5a y 5b). Adicionalmente, las

diásporas de Rhizophora dañadas por la sequedad con frecuencia formaron

aún raíces antes de morir definitivamente (Ilustración 5b). Esto se produjo

sólo muy raramente en el caso de Avicennia y Laguncularia.

Rhizophora , sol

0

20

40

60

80

100

0 1 2 3 4 5 6 7semanas

% d

iásp

oras

sobr

eviv

ient

es

Rhizophora , sombra

0

20

40

60

80

100

0 1 2 3 4 5 6 7semanas

% d

iásp

oras

sobr

eviv

ient

es

Resultados

20

2.2.7 Influencia de las condiciones de iluminación con un buen

suministro de agua

Disponiendo de un buen suministro de agua, la irradiación solar directa tuvo

repercusiones positivas en el desarrollo de las plántulas. Las diásporas de

todas las especies germinaron mejor y las plántulas se desarrollaron más

rápidamente y se hicieron más vigorosas. Además, en el caso de Avicennia y

Laguncularia disminuyó el índice de mortalidad. La influencia del sol

resultó ser más marcada en el caso de la Laguncularia. Ninguna de las

diásporas de esta especie protegidas por sombra (5 -10% de la intensidad

solar) pudo establecerse y formar hojas en el plazo de las primeras doce

semanas. La tabla 2 ofrece una visión de conjunto de las tasas de

establecimiento al final del experimento.

Laguncularia Avicennia Rhizophora

Sol 57% 71% 100%Sombra 0% 63% 21%

Tab. 2: Formación porcentual de hojas de diásporas después de doce semanas a lasombra (5-10% de intensidad solar) y expuestas a los rayos solares directos.(Laguncularia y Avicennia: respectivamente n=150, Rhizophora:respectivamente n=50)

2.2.8 Relación entre el peso y el desarrollo de las diásporas

Las diásporas pesadas de Avicennia y Rhizophora germinaron y crecieron

más rápidamente y murieron en un porcentaje menor que las livianas. La

correlación existente entre el peso y la mortalidad de las diásporas presentó

un carácter muy marcado en ambas especies, pero en conjunto la mortalidad

de la Avicennia fue considerablemente superior al de Rhizophora: en el caso

de Avicennia murió un 45% del grupo más liviano (Rhizophora: 3%) y un

29% del grupo más pesado (Rhizophora: 0%). En el caso de la

Laguncularia no se detectó ninguna correlación entre el peso y la

Resultados

21

mortalidad. Aquí se dieron las condiciones más favorables en el segundo

grupo más pesado (36% de mortalidad), mientras que la máxima mortalidad

se alcanzó en el grupo más pesado (45%).

2.2.9 Mortalidad de plántulas en caso de inundación total

Las plántulas cubiertas por las aguas hasta más allá del extremo superior del

brote perdieron primero las hojas y comenzaron luego a morir

(Ilustración 6). Este proceso se desarrolló con la mayor rapidez en el caso

de la Avicennia: ya después de dos semanas había muerto un 5% de las

plántulas, mientras que en el caso de la Laguncularia algo más resistente, el

proceso duró tres semanas, llegando incluso a varios meses en el caso de la

extremadamente resistente Rhizophora. Las plántulas sobrevivientes de las

tres especies compensaron la pérdida de hojas por rebrote tras la evacuación

del agua.

0 6 10 14 18 220

102030405060708090

100

% p

lánt

ulas

mue

rtas

0 6 10 14 18 22

días de inundación

RhizophoraLagunculariaAvicennia

Ilustración 6: Mortalidad de plántulas con inundación total de diferentes duraciones. (respectivamente n=30).

Resultados

22

2.2.10 Resistencia de diásporas y plántulas a la temperatura

Para experimentar la resistencia a la temperatura se depositaron plántulas

cultivadas al sol o a la sombra durante 30 minutos con sus raíces en un baño

María a diferentes temperaturas, mientras que también se pusieron al baño

María diásporas durante el mismo tiempo. Luego se plantaron en macetas

llenas de arena y protegidas por sombra. Las diásporas demostraron ser muy

insensibles a las altas temperaturas. Ni siquiera una temperatura de 50°C

produjo una pérdida apreciable de vitalidad en el caso de la Laguncularia y

la Rhizophora, mientras que las diásporas de Avicennia germinaron aún en

un 20% a esa temperatura (Ilustración 7a). Dado que los suelos de las áreas

despobladas de bosque se calientan como máximo a un poco más de 50°C,

es posible una regeneración de estas superficies con diásporas, a condición

de que el sustrato no se reseque adicionalmente.

Las plántulas cultivadas al sol y acostumbradas a temperaturas elevadas

reaccionaron en forma algo más sensible al calor que las diásporas

(Ilustración 7b). Hasta 45°C, la tasa de supervivencia de las plántulas sólo

se vio claramente limitada en el caso de la Laguncularia (28%). Sin

embargo, la temperatura de 45°C no se alcanzó en el campo a la

profundidad normal de las raíces (aprox. 5 cm) ni siquiera en el caso de

suelos desnudos de vegetación. En consecuencia puede decirse que si bien

la regeneración natural se ve dificultada por temperaturas elevadas, sigue

siendo posible mientras se disponga de agua suficiente.

Por el contrario, las plántulas cultivadas a la sombra reaccionaron en forma

relativamente sensible frente al calor (Ilustración 7c). Ya a una temperatura

de 40°C se vio muy limitada la vitalidad de las plántulas de Laguncularia y

Avicennia. La Rhizophora presentó una menor sensibilidad, pero también en

el caso de esta especie sobrevivió a la temperatura de 45°C únicamente el

Resultados

23

40% de las plántulas cultivadas a la sombra. Por lo tanto, las plántulas

cultivadas a la sombra no son apropiadas para la plantación en los suelos

desnudos de vegetación y muy recalentados de la Ciénaga Grande (cap.

2.3.1 Factores ambientales).

Resultados

24

Ilustración 7: Relación entre la temperatura y la mortalidad de diásporas y plántulas.(Después de permanecer 30 minutos en un baño María a la temperaturacorrespondiente; respectivamente n=40)

2.2.11 Plagas fitófagas de la simiente

Con frecuencia considerable, una parte de las diásporas recolectadas no

pudo utilizarse para las pruebas de germinación debido a que habían sido

atacadas por insectos fitófagos o a que, por otras razones, como por ejemplo

hongos, habían perdido total o parcialmente la capacidad germinativa. Las

35 40 45 50

Avicennia

LagunculariaRhizophora

020406080

100

sobr

eviv

ient

es [%

]

°C

Diásporas

a)

35 40 45 50

Avi.Lag.

Rhi.

020406080

100

°Cc)

plántulas acostumbradasa la sombra

sobr

eviv

ient

es [%

]

35 40 45 50

Avi.

Lag.Rhi.

020406080

100

°C

plántulas acostumbradasal sol

b)

sobr

eviv

ient

es [%

]

Resultados

25

diásporas atacadas se separaron y se guardaron. Una parte de las diásporas

atacadas por insectos se sembró sobre arena y se regó con agua de mar, a fin

de comprobar la tasa de germinación.

En todas las parcelas estudiadas se detectó una gama de especies fitófagas

similar para las diásporas de todas las especies de mangle, pero se

apreciaron fluctuaciones en la tasa de infestación (véase la Ilustración 8).

Generalmente, el ataque de fitófagos fue mayor en el caso de la Avicennia

(16%). Las diásporas de esta especie fueron atacadas principalmente por

larvas de pirálidas, si bien con frecuencia conservaron la capacidad

germinativa. Por el contrario, en el caso de la Laguncularia, el ataque de

larvas de gelechiidas (12%, véase el cap. 2.4) produjo casi siempre la

muerte. Las diásporas de Rhizophora apenas resultaron atacadas por

fitófagos (4%) y su vitalidad se vio limitada escasamente por ello. Las

diásporas con una capacidad germinativa reducida por otros factores fueron

muy raras en el caso de la Laguncularia y Rhizophora, mientras que en el

caso de la Avicennia alcanzaron un 8%.

Ilustración 8: Ataque de fitófagos y diásporas con capacidad germinativa reducida porotras razones. (Area estudiada: La Rinconada (1994); Resto: diásporascon capacidad germinativa reducida; Avicennia: n= 1924, Laguncularia:n= 3447 y Rhizophora: n= 279)

Rhizophoramangle

fit.4%resto

1%

bien95%

Lagunculariaracemosa

fit.12%resto

0%

bien88%

Avicenniagerminans

resto8%

fit.16%

bien76%

Resultados

26

La disminución, con frecuencia considerable, de la tasa de germinación

debida al ataque de fitófagos en el caso de Laguncularia y Avicennia se vio

compensada, en condiciones naturales, por la elevada producción de

diásporas. Sin embargo, para la producción de plántulas en condiciones

controladas deberían desecharse las diásporas atacadas, ya que las larvas

atacan muchas diásporas consecutivamente, pudiendo causar así graves

daños.

Resultados

27

Ecotipos con diferentes resistencias a la sal no son de importancia decisiva

para la regeneración en la zona estudiada. En lugar de ello, en lo que se

refiere a las plantas debería atenderse a que se utilicen diásporas grandes e

intactas tomadas directamente de árboles vigorosos o que hayan

permanecido sobre el suelo sólo durante corto tiempo y en condiciones

favorables. La vitalidad de las diásporas de Avicennia y Laguncularia se

extingue, en caso de sequedad, en el plazo de pocos días, mientras que si

disponen de suficiente humedad pueden resistir durante semanas a pesar de

concentraciones salinas elevadas. La capacidad de germinación de ambas

especies disminuye en gran medida por el ataque de fitófagos. En el caso de

la Rhizophora son menos importantes las condiciones de almacenamiento.

Las diásporas resisten a la sequedad hasta siete semanas y son dañadas sólo

raramente por fitófagos. Las diásporas y plántulas acostumbradas al sol de

las tres especies de mangles son sorprendentemente resistentes a las altas

temperaturas.

En general, las condiciones más favorables para la germinación son

concentraciones bajas de sal y un nivel del agua a la altura de la superficie

del sustrato. El asentamiento de la Rhizophora depende en mayor medida de

la concentración de sal y el de Avicennia y Laguncularia del nivel del agua.

Las tasas de establecimiento de la Rhizophora son muy superiores a las de

las otras dos especies. Además, las plántulas son claramente más resistentes

a la inundación total. Las intensidades luminosas elevadas repercuten

positivamente en las plántulas de mangle si el suministro de agua es bueno.

Resultados

28

2.3 Desarrollo de la regeneración natural y evolución de

los factores edáficos a lo largo del año en el campo

Durante dos años se examinaron mensualmente los factores ecológicos y el

crecimiento en longitud y la mortalidad de plántulas recién restablecidas.

Los factores edáficos se midieron en lo posible a una profundidad de 5 cm

en el suelo, en las aguas subterráneas así como en las aguas superficiales,

mientras que la intensidad luminosa se midió directamente sobre las

plántulas.

En las parcelas estudiadas se documentaron generalmente los factores

siguientes entre las 9°° y las 11°° horas:

- Concentración de sal - Potencial Redox - pH

- Temperatura - Humedad del suelo - Nivel del agua

- Contenido de oxígeno - Intensidad luminosa

2.3.1 Factores ambientales

Nivel del agua y humedad del suelo

En la Ciénaga Grande de Santa Marta, el nivel del agua osciló en el

transcurso del año generalmente alrededor de aprox. 50 cm (Ilustración 9).

En dos parcelas estudiadas se midió incluso una diferencia de 80 cm entre la

época de lluvias y la época seca. El aumento del nivel del agua en el sistema

de lagunas fue causado no sólo por las precipitaciones locales, sino también

por la influencia del nivel del agua en los afluentes (lluvias en la Sierra

Nevada de Santa Marta y en el interior del país), y durante la temporada de

lluvias principal se produjeron con frecuencia inundaciones que duraron

cuatro o más meses. Las tierras más bajas se vieron inundadas también en

Resultados

29

parte dos veces al año, habiéndose medido niveles máximos del agua de 35

cm, mientras que las zonas situadas a mayor altura no resultaron inundadas,

o sólo en escasa medida.

La humedad se vio muy influenciada por el nivel del agua en suelos limosos,

oscilando generalmente entre el 40% y el 80%. Debido a la escasa

capacidad de retención de agua de los suelos arenosos, la humedad en las

zonas costeras, caracterizadas generalmente por altas concentraciones de

sal, se situó en valores claramente inferiores, del 15% al 35%, y las

fluctuaciones del nivel del agua repercutieron menos en la humedad del

suelo. Adicionalmente, la capacidad de retención de agua se vio disminuida

aquí también por el escaso contenido de humus, de manera que las capas

superiores del suelo de las zonas sin vegetación se resecaron rápida y casi

totalmente debido a la exposición total a los rayos solares. Las zonas sin

vegetación con sedimentos muy finos y con un alto porcentaje de material

orgánico se localizaron generalmente más hacia el interior. También aquí

disminuyó mucho el contenido de agua durante las épocas secas. A 5 cm de

profundidad alcanzó únicamente un 20% aproximadamente. Las capas

superiores del suelo se secaron por completo y las partículas especialmente

pequeñas fueron arrastradas por el viento, depositándose en forma de polvo

fino en las zonas protegidas del viento.

Concentraciones de sal

La disminución de las concentraciones de sal durante la temporada de

lluvias dependió principalmente de la inundación de los suelos, con la

consiguiente lixiviación de sales, y no del nivel de las aguas subterráneas. La

salinidad osciló relativamente poco en las áreas estudiadas pobladas por

bosques (Ilustración 9). Si bien aumentó especialmente en el agua del suelo

durante las épocas secas, incluso entonces alcanzó raramente y durante

Resultados

30

corto tiempo valores que los manglares no podían soportar. En general, las

concentraciones de sal se situaron entre un 10‰ y un 60‰ , y el máximo,

medido una sola vez, alcanzó un 115‰ . Por el contrario, en las zonas de

estudio despobladas de bosque resultaron mucho más marcadas las

fluctuaciones de la salinidad, con valores medios entre el 10‰ y el 90‰ . La

concentración de sal aumentó aquí durante la época seca en un caso extremo

hasta por encima del 200‰ . En cambio, los valores en las proximidades del

mar o de otras extensiones de agua importantes resultaron ser muy

favorables y equilibrados, superando muy raramente el 50‰ .

-25-20-15-10-505

101520

jun94 94

oct94

dic94

feb95

abr95

jun95 95

oct95

dic95

feb96

abr96

cm

01020304050607080‰

nivel del agua salinidad del agua subterránea (‰ )

ago ago

Ilustración 9: Nivel del agua y salinidad del agua subterránea en un manglar intacto.(Parcela estudiada: La Rinconada)

Temperaturas

En general, las temperaturas del suelo y del agua resultaron ser equilibradas

en los bosques, y los sustratos importantes para las plántulas no se

calentaron por encima de 33°C; la fluctuación normal se situó entre 27°C y

31°C. En los suelos sin vegetación se alcanzaron temperaturas

considerablemente superiores. A 5 cm de profundidad del suelo ascendieron

Resultados

31

hasta por encima de 41°C, y a 1 cm de profundidad se midieron incluso

temperaturas superiores a 50°C.

pH

Los suelos poblados de bosque presentaron generalmente un pH entre 6 y 7.

El agua subterránea fue normalmente algo más ácida, y el agua superficial

algo menos. Sin embargo se detectaron, especialmente en el suelo,

fluctuaciones muy irregulares, alcanzándose valores de pH desde 4 hasta 8.

En general, los valores de pH fueron más altos durante la temporada húmeda

del año que durante la temporada seca. Los suelos sin bosque presentaron

una reacción entre neutra y ligeramente alcalina, con pH entre 6,5 y 8.

Potenciales Redox

Los potenciales Redox medidos fluctuaron mucho en todas las parcelas

estudiadas. En general tenían valores negativos (entre -200 mV y -400 mV),

alcanzando valores extremos de -500 mV. Sólo como excepción se

registraron potenciales Redox superiores a 100 mV, y tan sólo en suelos no

inundados o en el agua superficial. Las diferencias entre los terrenos

poblados y despoblados de bosque fueron escasas.

Luz

La intensidad luminosa en el interior de los bosques fue en término medio de

sólo 11 Klux. Osciló entre valores extremos de 1,6 y 57 Klux, alcanzando

las manchas de luz un 99% de los valores que se presentaron a campo

abierto. Fuera del bosque, la intensidad luminosa media resultó ser unas

cinco veces superior, situándose en valores de 50 a 60 Klux.

Resultados

32

2.3.2 Desarrollo de las plántulas

Los factores ambientales influyeron mucho en el desarrollo de las plántulas,

sin bien debe decirse que ni en las zonas pobladas de bosque ni en las

despobladas pudo demostrarse una influencia de los valores pH y de los

potenciales Redox en las plántulas, no existiendo tampoco una relación entre

el contenido de oxígeno y el desarrollo de las plántulas.

Crecimiento de las plántulas

El crecimiento de los mangles se ve favorecido por salinidades bajas, con lo

que las plántulas crecieron muy lentamente al comienzo de la temporada

seca y con la mayor rapidez al comienzo de la época de lluvias principal. En

los bosques, la altura media de las plántulas varió con ello entre -1 y

4 cm/mes (Ilustración 10).

Los impulsos de crecimiento más intensos, si bien sólo muy breves, se

registraron en el caso de la Laguncularia, con 12 cm por mes, mientras que

el máximo crecimiento en longitud de la Avicennia y la Rhizophora resultó

ser considerablemente menor (6 y respectivamente 5 cm/mes).

Especialmente en el caso de la Avicennia se observaron incluso valores de

crecimiento negativos, que alcanzaron hasta los -3 cm. Son atribuibles a la

muerte de las puntas de los brotes, p. ej. por resecamiento o al ser comidas

por insectos, y se presentaron ante todo hacia el final de la época de lluvias

o al comienzo de la temporada seca. Las muy breves fluctuaciones de la

intensidad luminosa causadas con frecuencia por manchas de luz tuvieron en

los bosques poca influencia en el crecimiento de las plántulas. Por el

contrario, en los terrenos despejados el crecimiento de las plántulas éste se

vio muy favorecido por la luz, de modo que en el caso de la Laguncularia y

la Avicennia se alcanzaron hasta 10 cm/mes a lo largo de cinco meses.

Resultados

33

-4

-2

0

2

4

6

8

jul94

sep94

nov94

ene95

mar95

may95

jul95

sep95

nov95

ene96

mar96

may96

cm

Avicennia Laguncularia Rhizophora

Ilustración 10: Crecimiento de plántulas en un manglar intacto.(Parcela estudiada: La Rinconada)

Mortalidad de plántulas

La mortalidad de plántulas fue muy elevada, tanto en las zonas pobladas de

bosque como en las despobladas. Con frecuencia murieron en los bosques

mensualmente un 60% y, en casos excepciones, incluso hasta un 100% de

las plántulas, con lo que muy pocas de ellas sobrevivieron al estadio

germinal (Ilustración 11). En conjunto, la mortalidad de Avicennia y

Laguncularia fue considerablemente mayor que la de Rhizophora. No fue

posible demostrar una influencia de las temperaturas y los valores de

iluminación existentes en los bosques sobre la mortalidad, y también fueron

escasos los daños causados por la salinidad, ya que casi nunca se sobrepasó

el rango de tolerancia de los manglares. Por el contrario, las inundaciones

estacionales tuvieron efectos tan negativos que fueron el motivo principal de

la mortalidad de plántulas de Avicennia y Laguncularia. En un caso de

inundación total murió el 100% de las plántulas de estas dos especies en el

plazo de un mes, mientras que en el caso de la Rhizophora murió sólo hasta

un 50% mensualmente en la época de lluvias de 1995, en la que se

produjeron precipitaciones particularmente intensas. La ventaja de

Resultados

34

Rhizophora residió por una parte en su mayor resistencia absoluta (cap.

2.2.9) y por otra parte en el tamaño de las diásporas, que ya al comienzo de

la germinación levantan la punta del brote por encima del nivel normal de las

aguas (cap. 2.5.1). Dado que las plántulas de Avicennia y Laguncularia

reaccionaron de forma tan sensible a las inundaciones, las zonas situadas a

mayor altura resultaron ser particularmente apropiadas para su

establecimiento, siempre y cuando no bajara excesivamente el nivel de las

aguas subterráneas. En el bosque, un descenso del nivel del agua superior a

63 cm por debajo de la superficie del suelo no incrementó sin embargo la

mortalidad de plántulas.

La muerte extensiva de todas las plántulas de Avicennia y Laguncularia así

como de muchas de Rhizophora, que se produjo periódicamente durante

épocas de fuertes precipitaciones, fue un proceso natural que se vio

compensado por una elevada producción de frutos. Al escurrirse las aguas al

comienzo de la época seca permanecieron sobre el terreno nuevas diásporas,

que germinaron. En muchas orillas se formaron entonces densos tapices de

plántulas, que sin embargo se aclararon ya después de corto tiempo debido

al ataque de insectos (cap. 2.5.5) o al oleaje. Sin embargo, la regeneración

natural del bosque deja de producirse con frecuencia durante varios años.

Por ejemplo, en manglares inundados estacionalmente, la regeneración está

garantizada sólo en años secos, mientras que en suelos secos sólo es posible

en años húmedos. Debido a esto se forman grupos de plantas de la misma

edad, faltando las de los años intermedios.

Resultados

35

0

20

40

60

80

100

jul94

sep94

nov94

ene95

mar95

may95

jul95

sep95

nov95

ene96

mar96

may96

%

Avicennia Laguncularia Rhizophora

Ilustración 11: Mortalidad de plántulas en un manglar intacto. (La Rinconada)

Debido a la sequedad superficial de los suelos despoblados de bosque

murieron rápidamente las plántulas cuyo sistema radicular era insuficiente

así como las diásporas dispersas sobre el suelo. Además, las

concentraciones de sal aumentaron aquí generalmente durante periodos

prolongados a valores no soportables (>80‰ hasta 90‰ ), con lo que, en

correspondencia con sus diferentes tolerancias a la sal, murieron primero las

plántulas de Rhizophora, luego las de Laguncularia y finalmente las de

Avicennia. El establecimiento persistente de las plántulas resultó dificultado,

además, por temperaturas elevadas (cap. 2.2.10) y por los efectos del viento

y de las olas. Por el contrario, los rayos solares directos no sólo impulsaron

el crecimiento, sino que también hicieron que las plántulas fueran más

fuertes y resistentes. Donde los restantes factores ecológicos eran favorables

para las plántulas, la mortalidad en las zonas donde los rayos solares podían

incidir sin obstáculos descendió considerablemente.

Resultados

36

Crecimiento de plántulas Mortalidad de plántulasAvice. Lagun. Rhizo. Avice. Lagun. Rhizo.

Nivel del agua o o o + + oHumedad: bosque o o o o o odel suelo sin bosque + + + + + oSalinidad: bosque o + + - o o sin bosque + + + + + +Temperatura: bosque - - - - - - sin bosque ? ? ? + + +Luz: bosque - - - - - - sin bosque + + + + + +pH - - - - - -Potencial Redox - - - - - -Contenido de oxígeno - - - - - -Fitófagos + o o + o o

Tab. 3: Influencia directa de factores ecológicos importantes en el desarrollo de lasplántulas. + : factores importantes ? : influencia aún no aclarada o : escasa influencia - : ninguna influencia

Los factores ecológicos que actúan en los bosques permiten una

regeneración normal del manglar. El crecimiento de plántulas está

influenciado principalmente por las salinidades y la mortalidad por las

inundaciones estacionales. En las zonas sin vegetación, la regeneración se

ve muy obstaculizada por las salinidades y las temperaturas extremadamente

elevadas durante las épocas secas, así como por el resecamiento de las

capas superiores del suelo. Por el contrario, la irradiación solar intensiva

impulsa el crecimiento y la vitalidad de las plántulas, siempre que se

disponga de un buen abastecimiento de agua.

2.4 Biología de las inflorescencias y difusión de las

diásporas de Laguncularia

La formación de inflorescencias y la producción de frutos de Laguncularia

se vieron muy afectadas por los cambios entre los períodos de lluvias y de

sequía. Los árboles comenzaron a florecer en el breve período de lluvias de

mayo y junio, y ya unas pocas semanas después podían verse los pequeños

primeros frutos (Ilustración 12). La maduración y la difusión de las

diásporas tuvieron lugar principalmente en noviembre. Con frecuencia, las

diásporas germinaron ya mientras aún flotaban en el agua, y en parte

formaron ya entonces pequeñas raíces. Gracias a ello, las plántulas pudieron

establecerse muy rápidamente cuando quedaron sobre el suelo húmedo al

retroceder las aguas. En orillas favorables se formaron con frecuencia

densos tapices de plántulas en pocas semanas.

0

1

2

3

4

5

sep94

nov94

ene95

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may95

jul95

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nov95

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mar96

may96

floresdiásporasplántulas

frecu

enci

a

Ilustración 112: Fenograma de Laguncularia.Indicación de la frecuencia estimada:0: ninguna 1: aisladas 2: pocas 3: regular4: muchas 5: muchísimas flores, diásporas o plántulas en la parcela de 50m².

La formación de flores y frutos fue elevada en todas las parcelas estudiadas

en la Ciénaga, con 13 a 17 flores y 5 a 10 frutos por inflorescencia como

Resultados

38

término medio. No se pudo demostrar una relación entre la formación de

flores y/o frutos y la concentración de sal en los suelos. Sólo en condiciones

extremas, como las que se dan en una zona muy seca y elevada del Parque

Tayrona, descendió notablemente el éxito de la reproducción. Aquí se

contaron por término medio sólo ocho flores y dos frutos por cada

inflorescencia, lo que es atribuible posiblemente al gran estrés causado por

la sequedad.

En conjunto, sólo un 37% de las flores llegó a formar diásporas maduras, un

30% cayó aún antes de la formación del fruto y otro 33% cayó durante la

fase de maduración. La razón principal de que abortaran los frutos

inmaduros pudo ser el ataque de larvas de polillas de la familia de las

gelechiidae. También un porcentaje muy elevado de las diásporas maduras

fue atacado con frecuencia por larvas de polillas, lo que impidió su

germinación (cap. 2.2.11). El intenso ataque de los insectos no es atribuible

probablemente al elevado grado de degradación de la Ciénaga Grande, ya

que también en otras zonas de manglares se describe el ataque de insectos

como una de las principales razones de la destrucción de diásporas (Clarke

1992, Robertson et al. 1990, Robertson 1991).

Si bien en la zona estudiada la producción de frutos, gracias a la elevada

intensidad de floración, fue suficiente para la regeneración natural del

bosque, no pudo aclararse, sin embargo, si permitirá también la repoblación

de las zonas exentas de bosques en un tiempo previsible. Además, la

difusión de las diásporas sólo estaba asegurada en las proximidades de

árboles con frutos y en zonas ribereñas favorables o en zonas de inundación,

mientras que a las zonas apartadas y sin vegetación no llegaba con

frecuencia ninguna diáspora. El principal motivo de ello fue que las

corrientes procedentes de bosques aptos para la reproducción aparecen muy

Resultados

39

raramente en las zonas desprovistas de vegetación. Cuando a pesar de ello la

difusión alcanzó nuevos lugares favorables, las plántulas se establecieron

rápidamente y algunas de ellas crecieron hasta 50 cm en el plazo de medio

año. Además, se encontraron plantas jóvenes de menos de 1 m de altura ya

florecidas. Aunque no pudo determinarse la edad exacta de estas plantas,

este hecho permite confiar en que se produzca una regeneración rápida. Sin

embargo no se sabe si en el caso de las floraciones tempranas se trata de un

proceso normal o de síntomas de estrés por salinidad que actúan como

estímulo de la floración, tal como describe Sánchez Páez (1988) al hablar de

la regeneración de Avicennia y Laguncularia. Para aclarar esta cuestión

definitivamente tienen que realizarse estudios más intensivos.

Ilustración 13: Gama de insectos visitantes de Laguncularia en el Parque Tayrona y laCiénaga. (Grupos de insectos visitantes: Apoidea, Coleóptera, Díptera,Lepidóptera, Vespoidea)

A pesar de las grandes diferencias que se presentan en la gama de insectos

visitantes entre las distintas parcelas de estudio, la polinización, como

condición primordial para la producción de frutos, estuvo garantizada en

todas las áreas de la zona estudiada. Las pequeñas flores no especializadas

de la Laguncularia fueron visitadas principalmente por himenópteros y

dípteros. Una comparación de la diversidad de insectos de la Ciénaga

Ciénaga Grande

Vespoid.34%

Diptera51%

Lepid.1%

Coleopt.2% Apoidea

12%

Parque Tayrona

Diptera22%

Apoidea20%

Lepid.8%

Vespoid.51%

Resultados

40

Grande con la del Parque Tayrona puso de relieve que el Parque Tayrona

presenta una mayor riqueza de especies, especialmente de himenópteros

(Ilustración 13) (Ciénaga: 14 especies visitantes, Parque Tayrona: 18

especies). Sin embargo, las flores fueron visitadas en la Ciénaga Grande con

mayor frecuencia que en el Parque Tayrona. Así, en la parcela con mayor

afluencia de insectos de la Ciénaga Grande, cada flor fue visitada por

término medio una vez cada horas y en el Parque Tayrona sólo cada 20

horas. Dado que no se detectaron diferencias significativa en la formación

de frutos de los arbustos de Laguncularia del Parque Tayrona y de la

Ciénaga Grande, la polinización estuvo garantizada en ambas zonas a pesar

de las grandes diferencias existentes en la variedad y en la frecuencia de los

insectos visitantes.

La Laguncularia florece con gran intensidad en todas las zonas estudiadas

de la Ciénaga Grande y la polinización, como condición primordial para la

- también elevada - producción de frutos, está garantizada en toda la zona

estudiada. A pesar de las elevadas pérdidas, el número de frutos formados

es suficiente para una regeneración natural del bosque, si bien debido a las

corrientes no se produce la difusión de diásporas a todas las áreas

despobladas de bosque.

2.5 Pruebas de plantación

Las pruebas de plantación se realizaron durante dos años en la Barra Vieja y

en el Km 17. Se establecieron cuatro grupos distintos de las tres especies de

mangles, y en cada grupo se estudiaron la mortalidad y el crecimiento

durante al menos un año. A continuación se tratan con detalle los distintos

Resultados

41

resultados sólo en casos de excepción, a fin de conservar la claridad del

estudio. Los resultados detallados los describe Elster (1997).

2.5.1 Plantación de diásporas

Sólo diásporas cuya capacidad de germinación pareció estar intacta (sin

ataque de fitófagos, sin infestación de hongos ni zonas dañadas, etc.) se

utilizaron como simiente. De las diásporas de Avicennia y Laguncularia

sembradas en 1994 en la Barra (160 de cada especie), sobrevivieron sin

embargo el primer mes sólo una plántula de Laguncularia y cinco de

Avicennia, debido a que las diásporas fueron arrastradas a las zonas de

plantación apenas inundadas y al margen de la laguna, y el sol las quemó en

zonas de plantación secas (Ilustración 14). Debido al tamaño y a la forma,

las diásporas de Rhizophora (Ilustración 14) pueden introducirse en la tierra,

lo que evita que se pierdan al ser arrastradas por las aguas. Gracias a ello se

establecieron sin problemas casi en un 100%. En 1995 se alcanzaron

mejores resultados con Avicennia y Laguncularia. En este año, el arrastre

de las diásporas se evitó formando pequeños diques y construyendo

armazones de tablas provistos de redes para insectos. Además pudo evitarse

el resecamiento de las diásporas sembrándolas en zanjas de plantación de

profundidad suficiente. En condiciones favorables se estableció así más del

60% de las diásporas de Laguncularia, mientras que en el caso de la

Avicennia se estableció más del 50%.

Resultados

42

Ilustración 14: Diásporas de Laguncularia, Avicennia (a, resecadas) y Rhizophora (b).

Algunas diásporas de las tres especies de mangles fueron dañadas por insectos

no identificados después de la siembra, siendo las pérdidas de Avicennia y

Laguncularia mucho más elevadas que las de Rhizophora. Además, las

diásporas y plántulas de Avicennia fueron destruidas con frecuencias por

orugas de lepidópteros (cap. 2.5.5), y los hipocotiledones de Rhizophora, con

frecuencia ya formados, fueron atacados en las proximidades del suelo, con

formación de agujeros. El tamaño de tales agujeros fue incluso tan grande, que

las plantas se tumbaron y murieron. Es posible que los ataques se debieran a

unas avispas de gran tamaño existente en la zona estudiada.

2.5.2 Cultivo de plántulas

Las plántulas destinadas a pruebas de plantación se cultivaron en parte al sol y

en parte a la sombra, con concentraciones de sal del 36‰ , hasta que

desarrollaron de una a tres parejas de hojas. Al plantar luego las plántulas en

Resultados

43

la época de lluvias se obtuvieron en un principio mejores resultados con

Rhizophora (del 40% al 70% sobrevivió el primer mes) que con las otras

dos especies. Las plántulas de Rhizophora demostraron ser menos sensibles

a las fluctuaciones del nivel del agua, al oleaje, al viento y a temperaturas

elevadas. Además no se observó que las hojas fueran comidas por insectos

fitófagos. Hacia el final de la época seca de 1995 se produjo sin embargo

una mortalidad masiva debido al aumento de la salinidad del suelo.

Las plántulas de Avicennia y Laguncularia plantadas también en la época de

lluvias reaccionaron a la plantación con un sensibilidad tal, que muchas de

las plántulas murieron ya en el primer mes. Las altas concentraciones de sal

relacionadas con la tardanza del inicio de la época de lluvias a finales de

1995 y la sequedad acarrearon más tarde la muerte de casi todas las

plántulas sobrevivientes. También las plántulas procedentes de la

regeneración natural en las proximidades de los lugares de plantación

murieron en ese período casi por completo. Sólo sobrevivieron al período

seco inusualmente prolongado plantas de más edad, con sistemas radiculares

extensos, así como plántulas ubicadas en las orillas de las lagunas, donde

disponían constantemente de agua fresca y no hipersalina. La muerte de una

gran parte de las plántulas durante y, especialmente, hacia el final de la

época seca fue un proceso natural en los suelos despoblados de bosque, ya

que aquí la regeneración se ve dificultada por los rayos solares directos y los

suelos estaban muy resecos y altamente salinizados. Por el contrario, en los

bosques los períodos secos prolongados no representaron ningún problema

importante.

Otras razones de la mortalidad fueron el estrés del trasplante, que se vio

intensificado por las elevadas temperaturas reinantes durante la plantación

(cap. 2.2.10), la inundación (cap. 2.2.9 y 2.3.2), suelos blandos en los que

Resultados

44

las plantas se tumbaban, así como el viento y las olas, que doblaron las

sensibles plántulas. En el caso de la Avicennia se añadió a todo esto el

intenso ataque de orugas del lepidóptero Junonia evarete (cap. 2.5.5),

mientras que las plántulas de Laguncularia no fueron atacadas por insectos

herbívoros.

Si bien no todas las pruebas dieron el mismo resultado, las plántulas

plantadas con una pareja de hojas resultaron ser más resistentes que las

plantadas con dos parejas de hojas. También resultó ser más conveniente el

haber cultivado las plántulas al sol (Ilustración 15). Estas plántulas eran más

fuertes y estaban acostumbradas ya a temperaturas elevadas y altas

intensidades de irradiación solar (cap. 2.2.10).

sol sombra0

20

40

60

80

100

% p

lánt

ulas

sobr

eviv

ient

es

1 pareja de hojas2 parejas de hojas

Ilustración 15: Porcentaje de plántulas de Avicennia sobrevivientes cuatro semanasdespués de la plantación en el campo, en función de las condiciones de lasementera (respectivamente n=120)

En general, el establecimiento de plántulas resultó ser más difícil sobre

suelos sin vegetación. Sólo algunos lugares resultaron apropiados para la

plantación, por ejemplo en orillas húmedas y refrescadas por las aguas. Por

lo tanto, la regeneración artificial, al igual que la natural, tuvo más éxito en

las orillas. La plantación alcanzó los mejores resultados tras bajar el nivel de

las aguas a finales de la época de lluvias principal (a mediados de

diciembre). Las concentraciones de sal eran bajas y los lugares próximos a

Resultados

45

las orillas, húmedos en aquel momento, no volvieron a ser inundados hasta

el siguiente período de lluvias. En otros lugares con salinidades bajas fue

posible plantar Rhizophora debido a su robustez. Sin embargo, la siembra

de diásporas de Rhizophora dio siempre resultados más favorables que el

establecimiento de plántulas de Rhizophora.

2.5.3 Trasplante de plantas jóvenes

Las plantas jóvenes trasplantadas en agosto y diciembre de 1995 tenían una

altura de 30 a 150 cm y se habían tomado de manglares de regeneración aún

natural. La mortalidad de Laguncularia, de sólo un 11%, fue

considerablemente más baja que la de Avicennia y Rhizophora. Igual que en

el caso de las plántulas, también en el caso de las plantas jóvenes resultó ser

más desfavorable para el establecimiento el comienzo de la época de lluvias

(agosto) que el final del período de lluvias (diciembre). En el caso de la

Avicennia y la Rhizophora murió más de un 60% de las plantas del grupo

temprano, mientras que del grupo plantado más tarde murió sólo un 40%

aproximadamente (Ilustración 16). Probablemente, esto fue atribuible al

descenso de las salinidades causado por la inundación. La mortalidad fue

siempre máxima en los primeros tres meses tras la plantación, debido al

estrés del trasplante. Una vez aclimatadas, murieron sólo estacas aisladas

((Ilustración 16). En conjunto, las plantas jóvenes resultaron ser

considerablemente más resistentes que las plántulas a inundaciones, viento y

olas, sequedad, suelos blandos así como al ataque de fitófagos.

Resultados

46

0

20

40

60

80

100

ago'95

oct'95

dic'95

feb'96

abr'96

jun'96

ago'96

oct'96

dic'96

feb'97

mor

talid

ad [%

]

Avicennia I Laguncularia I Rhizophora IAvicennia II Laguncularia II Rhizophora II

Ilustración 16: Mortalidad mensual acumulativa de plantas jóvenes trasplantadas. (GrupoI: plantación en agosto, Grupo II: plantación en diciembre;respectivamente n=70)

2.5.4 Multiplicación por estacas

Con ramas jóvenes de Laguncularia y Rhizophora se realizaron pruebas de

formación de raíces en diversos medios de cultivo. El cultivo tuvo lugar en

el campo o en macetas llenas de arena, al sol y a la sombra. Se puso de

manifiesto que la multiplicación por estacas de Rhizophora no era posible, a

pesar de que la mayoría de las ramas habían formado raíces aéreas que al

contacto con el agua formaban un sistema radicular completo. Sin embargo,

las ramas de Laguncularia produjeron en parte nuevos brotes, que en el

plazo de dos meses crecieron entre 10 y 15 cm, formándose pequeños

árboles. Pero no todas las estacas llegaron a desarrollarse.

Aproximadamente un 30% de las hojas formadas se secaron en pocos días.

Si las ramas de Laguncularia cuelgan en el agua durante la inundación,

tienden en gran medida a formar raíces adventicias. Gracias a esto resultó

fácil cortar estacas que ya habían echado raíces, obteniendo a partir de ellas

plantas jóvenes. La propagación de plantas a partir de ramas aún sin raíces

Resultados

47

fue más difícil. Por esta razón se supone que este método será inadecuado

para la plantación extensiva. De cada 125 ramas plantadas brotaron y se

desarrollaron hasta el estadio de pequeñas plantas 20 de las que ya habían

echado antes raíces, pero sólo una de las ramas sin raíces. Por lo tanto, la

formación preliminar de raíces de las ramas fue el factor decisivo para la

multiplicación de esta especie mediante estacas.

Todas las ramas que no fueron desprovistas manualmente de hojas antes de

la plantación perdieron las hojas en el plazo de un mes. La pérdida de agua

de los brotes, vinculada a la transpiración precedente, fue ostensiblemente

tan grande, que su tasa de arraigo (6,5% de las ramas con raíces) fue menor

que el de las estacas desprovistas de hojas antes de la plantación (21,1% de

las ramas con raíces). Los brotes demasiados delgados (<0,5 cm) no

resultaron apropiados para la multiplicación por estacas, ya que se resecaron

muy rápidamente. Por el contrario, los rayos solares directos tuvieron

efectos positivos en la tasa de arraigo de las estacas, a pesar de las mayores

pérdidas por transpiración (Ilustración 17). No pudo demostrarse ninguna

influencia positiva del uso de dos sustancias de crecimiento.

(B)W

BW

(B)(

W)

B(W

)

sombra

sol0

5

10

15

20

25

% d

e es

taca

sar

raig

adas

Resultados

48

Ilustración 17: Arraigo de estacas de Laguncularia al sol y a la sombra(B= estacas con hojas, (B)= hojas arrancadas antes de la plantación,W= con enraizamiento en el árbol por inundación, (W)= sin raíces)

Con estacas se consiguieron en pocos meses arbolillos de 1 a 1,5 m de

altura. Su plantación ahorró por lo tanto mucho tiempo en comparación con

la siembra de diásporas o con el cultivo y plantación de plántulas. Además,

con la multiplicación por estacas pudo soslayarse el muy crítico estadio de

las plántulas, en el que se produce una elevada mortalidad (cap. 2.5.1 y

2.5.2). También fue posible colonizar zonas inundadas, ya que las estacas no

fueron tumbadas por las olas ni cubiertas por el agua, no produciéndose en

consecuencia la muerte por tales factores.

2.5.5 Destrucción total de plántulas de Avicennia por orugas de

lepidópteros

Muchas plántulas de Avicennia fueron comidas por orugas herbívoras del

lepidóptero Junonia evarete Cramer. La incidencia del ataque fue mucho

mayor en las zonas despobladas de bosque (con frecuencia hasta el 100%)

que en las boscosas (generalmente, por debajo del 50%). Además, en los

bosques sólo se observó con frecuencia la ingestión de hojas aisladas o

partes de las hojas, mientras que en campo abierto las orugas devoraron

frecuentemente la plántula completa, dejando sólo un pequeño resto del

brote. Después de un ataque intenso las plántulas en general murieron,

mientras que las plantas menos atacadas brotaron de nuevo.

La Junonia evarete se presentó en la Ciénaga Grande casi exclusivamente

durante la época de lluvias principal, desapareciendo durante el período seco

(Ilustración 18), lo que puede estar causado por una diapausa o por

migraciones (Elster et al., enviado). Debido a la aparición estacional del

insecto, las diásporas que germinaron al comienzo de la época seca tuvieron

Resultados

49

mayores posibilidades de supervivencia. Pero dado que la Avicennia

produce los frutos principalmente durante la época de lluvias y una gran

parte de las diásporas se establece muy rápidamente, los daños causados por

los insectos fitófagos fueron considerables. Sólo un porcentaje muy pequeño

de las diásporas de Avicennia germina recién a comienzos de la época seca.

0102030405060708090

100

nov94

ene95

mar95

may95

jul95

sep95

nov95

ene96

mar96

may96

jul96

sep96%

de

plán

tula

s co

n or

ugas

Ilustración 18: Estacionalidad del ataque de orugas Junonia a plántulas de Avicennia.(n=35)

Las orugas se alimentaron exclusivamente de Avicennia. Prefirieron las

plántulas a las plantas jóvenes y no se detectaron casi nunca en arbustos

grandes o en árboles. La única protección eficaz de las diásporas y

plántulas, - habiéndose renunciado al uso de insecticidas - fue la colocación

de redes contra insectos hasta el final de la época de lluvias (Elster et al.,

enviado). Las diásporas sembradas sin protección no pudieron llegar

siquiera a establecerse casi nunca, ya que fueron totalmente destruidas por

las orugas. Pero ya la protección hasta el final de la época de lluvias

(mediados de diciembre) consiguió que permaneciera intacto hasta un 30%

de las plántulas, si bien aún se produjo un ataque en las cuatro semanas

siguientes (Ilustración 19). Las plántulas supervivientes crecieron entonces

Resultados

50

hasta la siguiente época de lluvias lo suficiente como para sobrevivir a un

nuevo ataque de las orugas.

Junto a la inundación total de las plántulas, el ataque de las orugas de

Junonia fue la causa principal de la mortalidad de plántulas de Avicennia.

Debido al intenso ataque sufrido por las nuevas plántulas establecidas en

zonas desprovistas de bosque, la regeneración con Avicennia se vio muy

perjudicada mientras que la regeneración con Laguncularia y Rhizophora

no acusó repercusiones. Debido a este comportamiento de ataque de los

fitófagos, puede retrasarse considerablemente la regeneración de zonas aún

salinizadas, ya que la especie más apropiada para la repoblación sería la

Avicennia, resistente a la sal (cap. 2.2.5). Además, en las zonas sin bosque

existen en la actualidad casi exclusivamente diásporas de Avicennia

(Ensminger 1996), debido a que la vegetación superviviente está formada en

gran parte por árboles de Avicennia (cap. 1.2). En consecuencia, la

regeneración natural con las dos otras especies tendrá lugar aquí muy

lentamente.

Ilustración 19: Influencia de una red contra insectos en el establecimiento de diásporas deAvicennia. (La red se quitó a mediados de diciembre, por lo que amediados de enero, en el momento del registro, aún fue posible un ataquede fitófagos; plántulas = no atacadas; mordidas = supervivientes, pero muyatacadas; respectivamente n=100)

0%10%20%30%40%50%60%70%80%90%

100%

red contra insectos sin protección

muertasmordidasplántulasdesaparecidas

Resultados

51

La presencia de orugas con una frecuencia superior al promedio en las zonas

despobladas de bosque permite suponer que el ataque masivo de Junonia

está causado por el alto grado de degradación de la Ciénaga Grande. El

ataque intenso de insectos fitófagos en ecosistemas degradados es un

fenómeno que se observa con frecuencia en las zonas templadas. Si bien el

proceso de regeneración se ve claramente dificultado por el ataque masivo

de Junonia, a largo plazo, tras la disminución de las salinidades, es posible

que el establecimiento de nuevas plantas de Rhizophora y Laguncularia

conlleve una disminución de la población de Junonia. Además, es posible

que en el futuro las orugas de este lepidóptero sean diezmadas por enemigos

naturales, como son las avispas icneumónidas.

Por su tamaño comparativamente pequeño, las diásporas de Avicennia y

Laguncularia se enfrentan en parte a dificultades extremas para el

establecimiento. En caso de inundación son arrastradas, mientras que los

rayos solares directos las resecan rápidamente. También las plántulas de

ambas especies son muy sensibles. Inundaciones, viento, olas, temperaturas

elevadas y sequedad del suelo son los problemas principales para su

establecimiento. Especialmente en el caso de la Avicennia, las diásporas y

las plántulas son destruidas además por fitófagos. Sin embargo, si se toman

medidas apropiadas pueden soslayarse la mayoría de las dificultades en las

forestaciones. Muros de adobe o piedra protegen del viento, de las olas y del

arrastre de las diásporas; zanjas llenas de agua y sombra protegen de

resecamiento y sobrecalentamiento. Mediante redes contra insectos pueden

retenerse las diásporas y al mismo tiempo se corta el paso a los fitófagos.

Pero la mortalidad es elevada a pesar de todo. Por su forma y su tamaño, el

establecimiento de la Rhizophora es más sencillo incluso sin tomar medidas

Resultados

52

adicionales, y la mortalidad es escasa en condiciones favorables. El

establecimiento de diásporas de esta especie da unos resultados

considerablemente mejores que la plantación de plántulas; el principal

problema para el establecimiento son las salinidades elevadas.

Las plantas jóvenes de mayor tamaño de las tres especies estudiadas así

como las estacas de Laguncularia son mucho más robustas frente a

inundaciones, viento, olas, sequedad y ataque de fitófagos. En consecuencia,

en algunas zonas es recomendable la plantación de plantas grandes, a pesar

de que la obtención de plantas y estacas resulta más laboriosa y cara.

Además, dichas plantas grandes pueden florecer y fructificar en corto

tiempo, iniciando así una regeneración natural.

Todas las plántulas y plantas tienen que acostumbrarse antes del transplante

a las extremas intensidades de irradiación solar y las temperaturas elevadas,

plantándolas luego en lugares favorables.

3 Relevancia para la aplicación y recomendaciones

3.1 La regeneración natural del manglar

Si bien las zonas de la Ciénaga Grande y del Parque Tayrona pobladas de

manglar están aún relativamente intactas, la mortalidad de plántulas es muy

elevada. En los bosques, la causa principal de la muerte de plántulas es la

inundación durante la época de lluvias principal, que se cuenta entre las

particularidades naturales de la zona estudiada. En esto no ha cambiado

nada el hecho de que el nivel de las inundaciones se haya reducido un poco

debido a los cambios hidrológicos experimentados durante los últimos años.

Dado que las plántulas de Laguncularia y Avicennia reaccionan con gran

sensibilidad a la inundación total prolongada, mientras que superan bien

fluctuaciones breves del nivel de las aguas (cap. 2.2.9), el establecimiento

de plántulas en la Ciénaga Grande resulta naturalmente más difícil que en

los manglares costeros, que están primariamente bajo la influencia de la

marea baja y la alta. Las inundaciones persistentes que se producen en la

zona estudiada pueden significar localmente la muerte de todas las plántulas,

mientras que en zonas situadas a mayor altura o en años secos sobreviven

siempre suficientes plántulas para garantizar una regeneración natural del

manglar. Las plantas jóvenes de mayor tamaño y los árboles no sufren sin

embargo efectos persistentes.

La repoblación de las tierras antaño cubiertas de manglar resulta difícil, ya

que aquí el crecimiento de las plantas está obstaculizado por otros factores.

Entre las condiciones negativas cuentan los vientos alisios racheados, que

inciden sin obstáculos por la falta de vegetación, y el oleaje por ellos

provocado. El viento dobla especialmente las sensibles plántulas de

Laguncularia y Avicennia con frecuencia, produciendo su muerte. En

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

54

ocasiones, los alisios arrastran también desde el mar nubes de polvo fino y

algas secas que se sedimentan sobre las plántulas, asfixiándolas o

doblándolas. El establecimiento de plántulas de Avicennia se ve

obstaculizado adicionalmente por un ataque masivo de orugas de

lepidóptero durante la época de lluvias, haciéndose casi imposible en

determinados lugares (cap. 2.5.5).

La frecuente presencia de suelos arenosos relativamente secos en las zonas

sin vegetación de las proximidades de la costa, dificultan adicionalmente el

establecimiento y el crecimiento de las plántulas, ya que tales suelos no

pueden retener la humedad aportada por inundaciones ligeras y frecuentes.

Las diásporas se resecan antes de poder germinar (cap. 2.2.3 y 2.2.6), y las

plántulas están expuestas a un gran riesgo de desecación (cap. 2.3.2). El

problema es agudizado por los rayos solares, que inciden sin obstáculos, y

por el consiguiente resecamiento y gran calentamiento de las capas

superiores del suelo (cap. 2.2.10). Además, en las zonas despobladas de

bosque y muy degradadas, la regeneración es obstaculizada por la alta

salinidad, que durante las épocas secas con frecuencia llega a matar todas

las nuevas plantas jóvenes establecidas (cap. 2.3.2)

La concentración de sal es el factor sobre el que más puede influir el

hombre. Es posible reducirla abriendo más canales entre la Ciénaga Grande

y el Río Magdalena, hasta el punto que vuelva a ser posible una

regeneración. Debido a los factores ambientales negativos antes

mencionados, a la extensión de las superficies sin vegetación y a la escasa

presencia de diásporas, la regeneración resulta muy difícil y se retrasará

mucho. A fin de acelerarla y de garantizar una composición equilibrada de

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

55

especies, debería considerarse por ello la posibilidad de realizar

plantaciones.

Debido a las especiales condiciones naturales y a las causadas por el

hombre en la zona estudiada, la regeneración de las grandes áreas

desprovistas de bosque requerirá mucho tiempo, debiendo considerarse la

posibilidad de una forestación a fin de acelerarla.

3.2 La regeneración artificial del manglar

En caso de una forestación del manglar, debería atenderse a que se elijan

lugares apropiados para la plantación y a que ésta se realice en un momento

favorable. A continuación se comentarán métodos apropiados. La tabla 4

informa sobre en qué estadio se enfrentan mejor los manglares a los factores

ecológicos que se presentan con frecuencia en la Ciénaga Grande.

Altasalini-dad

Sequedad Sol(hume-dad)

Calor Inun-dación

Olas/viento

Fitó-fagos

Avicennia: Diáspora + (-) + o - (-) (-) Plántula + (-) o o - (-) (-) Planta joven + + + + + + +Laguncularia: Diáspora o (-) + + - (-) o Plántula o (-) o o - (-) + Planta joven o + + + + + + Estacas - (-) + + + o +Rhizophora: Diásporas - + + + + + o Plántula - o o o o o o Planta joven - + + + + + + Estacas - - - - - - -Tab. 4: Influencia relativa de factores ambientales importantes en el establecimiento del

manglar. (- = establecimiento no posible, (-) = establecimiento posible sólo conmedidas especiales, o = establecimiento posible,+ = establecimiento fácil)

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

56

3.2.1 La siembra de diásporas

La siembra de diásporas sólo resulta prometedora si las aguas no las

arrastran o impiden su establecimiento (cap. 2.2.2), y si las diásporas no son

resecadas por los rayos solares directos y el calor (cap. 2.2.6 y 2.2.10). Por

su tamaño, las diásporas de Rhizophora son mucho menos sensibles a estos

factores ambientales que las de las otras dos especies. Las diásporas de

Rhizophora pueden afianzarse en el suelo y germinar incluso con una ligera

inundación (cap. 2.2.3). Ni siquiera un ligero oleaje o una corriente

moderada representan un gran problema para ellas. Además, la Rhizophora

se establece en un porcentaje mucho mayor que las otras dos especies. Por

lo tanto es recomendable plantar Rhizophora en suelos ligeramente

inundados o menos húmedos. Dado que el mayor problema para esta especie

lo representan las salinidades altas, en los lugares muy salinizados debería

procederse a una forestación con Avicennia o Laguncularia, a pesar de los

mayores problemas de establecimiento. En tal caso deben disponerse

obstáculos que impidan que las diásporas puedan alejarse a la deriva en caso

de inundación. Para ello pueden prestar buenos servicios pequeños

armazones de tablas con redes contra insectos así como diques de fango que

no sean cubiertos por las aguas. Después de la siembra en suelos húmedos

es recomendable una protección temporal con sombra, para que no se

sequen demasiadas diásporas por los efectos de los rayos solares directos. Si

se dispone de la humedad suficiente y tras el establecimiento completo de

las plántulas, debería renunciarse a la sombra, ya que en estas condiciones la

irradiación solar intensa tiene efectos positivos en el desarrollo de las

plántulas.

Si las condiciones son favorables, la siembra de diásporas es apropiada para

la recolonización, ya que las plántulas así producidas son más resistentes

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

57

que las trasplantadas. Además, ésta es la forma más sencilla y barata de

forestación, pues no es necesario cultivar plantas y la siembra de diásporas

requiere menos tiempo que la plantación de plantas jóvenes. Sin embargo,

las pérdidas que se producen con este método son extremadamente

elevadas.

3.2.2 El establecimiento de plántulas

La plantación de plántulas previamente cultivadas resulta difícil, ya que

dichas plántulas (especialmente las de Laguncularia, pero también las de

Avicennia) son muy delicadas. Al estrés del trasplante se debe en gran

medida la alta mortalidad que se produce. Por esta razón, el estrés debería

mantenerse al nivel más bajo posible (cap. 3.2.5).

Si bien las plántulas de Rhizophora son mucho más resistentes que las de las

otras dos especies en lo que atañe a casi todos los factores estudiados, hay

que decir que la tasa de mortalidad es aún menor en caso de siembra directa

de las diásporas en el campo, desarrollándose mejor las plantas jóvenes así

obtenidas. Para esta especie debería renunciarse por lo tanto totalmente al

cultivo previo de las plántulas, plantando directamente las diásporas en el

campo.

En comparación con las diásporas, las plántulas de Avicennia y

Laguncularia tienen la ventaja de que pueden crecer sin problemas en el

caso de ligera inundación, mientras que las diásporas se establecen

entonces sólo con dificultad o son arrastradas por las aguas (cap. 2.2.2).

Bajo determinadas circunstancias puede ser necesario proteger las plántulas

del viento y las olas. Pequeños muros de adobe o piedra pueden prestar

buenos servicios para ello. Si el suelo está demasiado seco, puede

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

58

procederse a un establecimiento en pequeñas zanjas que conduzcan agua.

Para evitar una muerte extensiva de plántulas de Avicennia debida al ataque

masivo de orugas de Junonia, es posible proteger las plántulas con redes

contra insectos durante la primera época de lluvias.

En conjunto, la plantación de las plántulas es más laboriosa que la siembra

de diásporas. Además, las plántulas tienen que cultivarse primero, lo que

encarece este método de forestación.

3.2.3 El establecimiento de plantas jóvenes

La plantación de plantas jóvenes de 1 m de altura aproximadamente resulta

muy prometedora, especialmente en el caso de la Laguncularia. La

mortalidad suele ser más baja que la de las plántulas (cap. 2.5.3). Otra

ventaja es el tamaño y la robustez de las plantas jóvenes. En lugares de

plantación poco apropiados para la regeneración con diásporas o plántulas

(inundación permanente o importante, sequedad o calor excesivos que

impidan la germinación o produzcan la muerte de plantitas pequeñas), en

general es aún viable la plantación de plantas más grandes.

Otra ventaja consiste en que las plantas jóvenes pueden florecer y fructificar

pronto. Dan sombra y con sus ramas y neumatóforos retienen las diásporas y

plántulas que flotan a la deriva, pudiendo acelerar así la regeneración natural

en sus proximidades. Sin embargo debe prestarse atención a que las plantas

sean plantadas en lugares apropiados o debidamente preparados. La

sequedad excesiva puede evitarse, por ejemplo, excavando zanjas para

plantación, siendo así posible forestar incluso zonas situadas a mayor altura

o superficies secas. Estas zonas serían muy difíciles de repoblar con

diásporas o plántulas, y ello sólo en años muy húmedos. Si las orillas están

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

59

expuestas a un fuerte oleaje, deberían protegerse con muros de piedra antes

de la plantación, mientras que deberían evitarse zonas con inundaciones

demasiado altas (>30 cm) y de duración excesiva, ya que aquí la mortalidad

es muy elevada, no estando asegurado un establecimiento persistente en el

caso de la Avicennia y la Laguncularia.

Para una repoblación extensiva no es conveniente utilizar las plantas jóvenes

de los bosques, ya que con ello se deterioran manglares aún intactos. Por lo

tanto, las plantas jóvenes han de ser cultivadas. Dado que la plantación de

plantas de mayor tamaño es, además, más difícil y exige más tiempo que la

siembra de diásporas o plántulas, ésta es la alternativa de forestación más

cara. Por ello es recomendable aprovechar las grandes ventajas de las

plantas jóvenes de mayor edad para establecer islas de vegetación en zonas

a las que en la actualidad no sea arrastrada ninguna diáspora por las

corrientes. Se convertirán muy rápidamente en centros de una nueva

regeneración natural. De este modo procurarán una reforestación natural de

las zonas pantanosas, inaccesibles para el hombre y que, en consecuencia,

no pueden forestarse.

3.2.4 El establecimiento de estacas

La multiplicación por medio de estacas sólo es posible sin costos y trabajos

excesivos en el caso de la Laguncularia. Las estacas deberían haber echado

raíces ya en el árbol, y pueden precultivarse en macetas llenas de arena o

bien pueden plantarse directamente en el campo (cap. 2.5.4). Para reducir a

un mínimo las pérdidas por transpiración, es recomendable deshojar al

menos en parte las estacas después de cortarlas, y conservarlas en bolsas de

plástico hasta la plantación.

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

60

La multiplicación por estacas tiene así las mismas ventajas que la plantación

de plantas jóvenes grandes (cap. 3.5.3), pero resulta considerablemente más

barata al evitarse fases de almáciga prolongadas. Por lo tanto, en el caso de

la Laguncularia puede reemplazarse la forestación con plantas jóvenes por

la forestación con estacas.

3.2.5 Simiente y cultivo de las plantas

No se pudo comprobar un comportamiento de germinación diferente en

función del origen geográfico. Por lo tanto, para forestar las zonas

actualmente despobladas de bosque de la Ciénaga Grande, la procedencia

geográfica de la simiente es irrelevante. Sin embargo, es importante prestar

atención a que las diásporas estén maduras y a que antes de su recolección

hayan estado expuestas a condiciones ambientales favorables. Diásporas

viejas, ya germinadas o dañadas tienen menos vitalidad, al igual que

aquellas que se han encontrado en un ambiente demasiado seco. Tales

diásporas generalmente no son apropiadas para una regeneración. Sólo las

que han estado protegidas del resecamiento por el pericarpio pierden su

vitalidad con menor rapidez. Una estadía prolongada en el agua tiene

también repercusiones negativas en la supervivencia, especialmente en el

caso de salinidades elevadas (cap. 2.2.4, 2.2.5 y Rabinowitz 1978). A este

respecto, la Rhizophora es mucho más resistente que las otras dos especies.

La recolección del árbol (Rhizophora y Laguncularia) así como la recogida

de diásporas totalmente frescas (Avicennia) han resultado ser

particularmente convenientes. También las condiciones reinantes durante el

transporte y el eventual almacenamiento pueden ejercer una gran influencia

en la disposición a la germinación. Ha resultado ser conveniente guardar las

diásporas de Avicennia y Laguncularia en cajas de cartón o de un material

similar. De este modo, las diásporas están protegidas de daños mecánicos y

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

61

no se resecan. Si el almacenamiento se va a prolongar dos o más días, es

recomendable abrir las cajas, ya que de lo contrario las diásporas,

especialmente las de Avicennia, comienzan a enmohecerse o a pudrirse. Sin

embargo, las diásporas no deberían extenderse sin protección, a fin de evitar

su resecamiento. Dado que en el caso de la Avicennia se pudren

rápidamente en especial los pericarpios, éstos deberían desprenderse antes

de un almacenamiento prolongado de las diásporas. Tal operación resulta

sencilla después de haber tenido las diásporas a remojo en agua. De todo

modos deberá evitarse un almacenamiento demasiado prolongado, pues la

vitalidad de las diásporas disminuye rápidamente. Además, los fitófagos

presentes en las simientes, comienzan a atacar las diásporas aún intactas.

Las diásporas de Rhizophora son menos delicadas y, en casos

excepcionales, pueden conservarse durante semanas en bolsas de plástico

con pequeños orificios de ventilación.

Para el cultivo de plántulas y plantas jóvenes deberían tenerse en cuenta las

condiciones a que se enfrentarán en las zonas a forestar. Las plantas tienen

que aclimatarse a posibles condiciones extremas, a fin de que el estrés

propio del trasplante sea lo menor posible. Particularmente importante es

que las plantas se cultiven al sol. Si esto no es posible, deberían

acostumbrarse al menos algunas semanas antes de su plantación a los rayos

solares directos y a las consiguientes altas temperaturas. También se

recomienda mantener la salinidad durante el cultivo a un nivel similar al que

existirá en las zonas a forestar en el momento de la plantación.

Es conveniente mantener las plantas en la fase de almácigo (o cultivo

previo) durante el mayor tiempo posible, a fin de evitar trasplantarlas en el

sensible estadio de plántula. En opinión de mucho autores es recomendable

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

62

un período de seis meses, o mejor aún, de un año (Hoffmann et al. 1985,

Saenger & Siddiqi 1993, Siddiqi et al. 1993).

3.2.6 Elección de las parcelas

Los resultados ponen de manifiesto que la plantación con fines de

regeneración rápida de manglares muertos en forma extensiva se desarrolla

más positivamente allí donde también es de esperar una regeneración natural

rápida en el caso de que lleguen diásporas a dichas zonas. Se trata de

lugares de baja salinidad, con agua suficiente, protegidos del viento y de las

olas y, en lo posible, refrescados por agua. Se tratará por lo tanto

principalmente de zonas ribereñas sometidas a los efectos compensadores de

extensiones importantes de agua, pero que no sean inundadas en exceso.

Puede resultar muy positiva la plantación a las orillas de lagos o lagunas

grandes que no se calienten excesivamente durante el día. La elección de las

parcelas apropiadas es uno de los factores más importantes para el éxito de

la forestación. Sin embargo debería forestarse primariamente donde no sea

de esperar una regeneración natural por diásporas acarreadas por las aguas.

No obstante, aún se sabe muy poco sobre los mecanismos de difusión

reinantes en la Ciénaga Grande (corrientes y las direcciones de difusión a

ellas vinculadas así como puntos de varado principales y disponibilidad de

las diásporas). Estos factores deberían investigarse antes de proceder a una

forestación. De este modo podrían obtenerse también informaciones más

exactas sobre la velocidad de regeneración del conjunto del sistema.

En parcelas de salinidad más elevada debería realizarse la forestación con

Avicennia, ya que esta especie es más insensible a las altas concentraciones

de sal.

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

63

3.2.7 La época de plantación

Es recomendable realizar la plantación hacia el final de la principal época de

lluvias, ya que entonces las probabilidades de supervivencia son más altas,

tanto para las diásporas como para las plantas. Las concentraciones de sal

son bajas en ese período. Además, los suelos aún están lo suficientemente

húmedos para un establecimiento del mangle y no volverán a ser inundados

hasta después de siete u ocho meses. Hasta entonces, y si las condiciones

son favorables, las plántulas habrán alcanzado un tamaño suficiente como

para no ser cubiertas por las aguas. Al final de la época de lluvias hay

también grandes cantidades de diásporas maduras de las tres especies de

mangle investigadas en la zona objeto del estudio. Si en el caso de la

Avicennia se quiere evitar el uso de redes contra insectos para proteger las

plántulas de las orugas de Junonia, en el caso de esta especie no debería

comenzar el establecimiento de diásporas y plántulas hasta el comienzo de

la época seca.

3.2.8 Perspectivas

La alta mortalidad de plántulas de mangle es un fenómeno natural, por lo

que en toda forestación hay que contar con grandes pérdidas. A pesar de

estas grandes pérdidas y de que la regeneración natural se desarrollará

previsiblemente sólo con lentitud (Ilustración 20), las zonas actualmente

despobladas de bosque de la Ciénaga Grande volverán a ser colonizadas en

cuanto las salinidades puedan reducirse a una medida soportable por el

manglar. La condición realmente primordial para el éxito de todas las

medidas de forestación es por lo tanto el restablecimiento de las

características hidrológicas originales del sistema de lagunas.

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

64

La posibilidad más sencilla y barata de forestación es la siembra de

diásporas. Sin embargo, las pérdidas son muy elevadas, especialmente en el

caso de la Avicennia y la Laguncularia. Incluso zonas ligeramente

inundadas son difíciles de repoblar con las diásporas de estas dos especies,

por lo que aquí se recomienda la plantación de plántulas o la siembra de

diásporas de Rhizophora. Las zonas más inundadas, al igual que las zonas

secas, pueden forestarse con estacas de Laguncularia o con plantas jóvenes

grandes de las tres especies. Este es sin embargo el método más caro y el

que más tiempo requiere. Es recomendable especialmente en las

proximidades de zonas pantanosas, no accesibles para el hombre, ya que las

plantas relativamente grandes pueden convertirse en un plazo muy corto en

centros de regeneración natural para las tierras del entorno.

La simiente debería estar madura y ser en lo posible fresca, y las plantas

jóvenes deberían cultivarse en condiciones equivalentes a las que se darán

en las zonas a forestar. De este modo, las plantas se aclimatan a las

condiciones extremas a las que posiblemente tendrán que enfrentarse,

reduciéndose así el estrés del trasplante. Además debería plantarse en lo

posible hacia el final de la época de lluvias. Muy importante es también que

la forestación se realice sólo en zonas apropiadas para la regeneración del

mangle.

Relevancia para la aplicación y recomendaciones

65

Ilustración20: Regeneración natural en Barra Vieja. (Con la construcción de una tajeacomenzó aquí hace unos nueve años la regeneración del manglartotalmente muerto)

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Tropenökologisches Begleitprogramm (TÖB)Programa de apoyo ecológicoPostfach 5180D-65726 EschbornRepública Federal de Alemania

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