Había una vez en un rincón de África. una manada de jirafas, ellas eran famosas por su cuello era… bueno, es que no tenían; iba de cuerpo, a cabeza. A todas les encantaba, ya que eso les hacía tener fama, menos a una jirafita pequeña y quería tener un cuello por muy pequeño o por muy grande que fuera; porque sin cuello era muy difícil comer, te tenias que tumbar y comer las hierbas más largas y malas, mientras veías las hojas tiernas de los árboles. Así que, dijo a su amigo el colibrí:

- Tú puedes volar y lo ves todo; así que me podrías decir cómo… - Sí, claro. Respondió él. – ¿A caso sabes lo que voy a preguntarte? . – No y yo no te reapoderé, yo sólo sé donde puedes averiguarlo… ¿Sabes que los zorros son

muy astutos? Así que se pusieron en camino. Una vez allí, oyeron una voz, que les preguntaba que qué

querían y apareció una zorra, ellos se lo contaron les dijo que cruzaran el barranco del terror.

Ya sabes que todo lo que dicen los zorros tiene su trampa, pues esta resulta que la zorra vivía

al otro lado del barranco y no sabia cruzarlo por eso quería ver cómo lo hacían ellos para poder cruzarlo.

Cuando estaban en frente del barranco, la jirafa vio una rama y pensó que podía coger

carrerilla desde ella, pero cuando lo intentó se cayó y se agarró con los dientes a la rama, mientras el cuello se le estiraba cada vez más y como tardaron en cogerla tuvo un cuello muy grande y todas hicieron lo mismo porque les gustaba.

JULIA Fin.

Había una vez un pueblo de tortugas que tenía un genio y siempre les estaban atacando los peces porque las tortugas no tenían el caparazón duro y las tortugas ya estaban hartas de que siempre les atacaran y le pidieron ayuda al genio. El genio dijo que les ayudaría a cambio de que trabajaran y que no fueran tan vagas y las tortugas le dijeron que sí y el genio les concedió un deseo para que tuvieran el caparazón duro. Los peces ya no les pudieron atacar y se volvieron más trabajadoras y no tan vagas.

ADRIÁN

LAS COSAS QUE SUCEDEN CUANDO ERES PEQUEÑA

Había una vez una jirafa que vivía en un pueblo de África junto con su novio en medio de la jungla y, justo ese día tuvo una hija, era una jirafa.

Aquel día la jirafa y su novio estaban muy contento, porque nació en medio de la selva.

Pero aquella jirafa tenía un pequeño defecto, el cuello no lo tenía largo.

Al pasar unos días le creció un poquito, pero casi nada. La jirafa cada vez crecía más y el cuello crecía cada mes un

centímetro, la llevaron al médico para ver que le decían. Y el médico dijo que a las jirafas les empieza a crecer el cuello a los 3

años, pero que cuando eran pequeñas les crecía aunque muy poquito. La familia se quedo más tranquila y se lo pasaron bien jugando con la

jirafita que habían tenido.

Al cabo de cinco años la jirafa fue al colegio y todos los días iba a casa

tan contenta porque unos días decía que jugaba con Pepita al pilla pilla y así. Un día su maestra les dijo que tenían que llevar un trabajo sobre lo

que le había pasado cuando era pequeña. La jirafa lo contó en casa y sus padres le contaron la historia que les había pasado.

Lo contó en clase y todos les pareció la historia más rara. Fin GEMA

Existía un país muy lejano en el que vivía una mini jirafa muy fea porque no era como las demás jirafas. Una vez se miró en el agua de una laguna de muy, muy, muy, muy cerca y se fijó que no era una jirafa, pero no sabía por qué, no se había comparado con otra normal, entonces se fue a otros lugares del mundo y…

TRES AÑOS DESPUÉS LLEGÓ A NORTEAMÉRICA, pero no encontró a ninguna jirafa normal; otros… 5 AÑOS DESPUÉS LLEGÓ AL ZOOLÓGICO DE MADRID (ESPAÑA) y por fin la encontró y ya se fijó por qué era tan fea, porque la normal tenía el cuello muy, muy, muy, muy, muy largo.

La jirafa normal le dio un consejo para estar como ella y le dijo: – COME DE ÁRBOLES MUY ALTOS Y SE TE IRÁ HACIENDO IGUAL DE ALTO, después de una semana haciendo eso en el zoológico con su amiga Jirafa normal, se le quedó como el de su amiga.

JORGE

Había una vez una tortuga que quería ir a la guerra, pero no le dejaban

porque no tenía caparazón y la tortuga no sabía por qué no le dejaban. El general le dejó un caparazón, pero él no quería porque decía que era valiente. El general dijo que valía, pero que si moría no era su culpa.

En la guerra le dispararon y le dieron en la pata, desde ese momento ya sabía la respuesta de que por qué las tortuga no pueden ir a la guerra.

finfinfinfin JUAN

Érase una vez una tortuguita que no quería tener un caparazón porqué no sabía para qué utilizarlo.

Un día un gran león se quería comer a la tortuga y la tortuga sabía que era muy lenta para huir del león. Se acordó del caparazón tan duro que tenía y se metió en él para defenderse y el león mordió el caparazón y se rompió los dientes. Se salvó del león. AMINE

Érase una vez al principio de la existencia de las tortugas, las tortugas no tenían caparazón, eran feísimas y toda la gente se burlaba de ellas.

La pobre se marchó triste y desolada, así que fue en busca del todopoderoso espíritu del mar.

El todopoderoso espíritu del mar le dio una coraza para que nadie le viese.

Adaptado de ¿Por una qué las tortugas tienen caparazón? JULIO

¿Por qué las jirafas tienen el cuello tan largo?

Érase una vez una jirafa que tenía el cuello corto y los demás animales

lo tenían largo. Un día los animales empezaron a meterse con la jirafa. Una vez mientras la jirafa iba andando por una selva se encontró un lago, se metió en él y cuando iba a irse se le apareció un hada.

Le preguntó que por qué estaba tan triste y le respondió que todos los animales se reían de ella por tener el cuello corto. El hada se enfadó tanto que dejó a los demás animales con el cuello corto y a la jirafa como recompensa le hizo el cuello aún más largo del que lo tenían anteriormente los otros animales. MARIO