Enrique Canales

Enrique Canales

Por mis pistolas

Va una mentada poltica a los retrgrados del PRI y PRD en el Senado. Las personas que no son capaces de aportar y por lo tanto no importan, buscan la manera de estorbar para darse a s mismas una falsa importancia. Me avergenzo de los senadores que acorralan a nuestro Presidente. Mientras maduran los infantiles, establecer mi posicin con respecto a la pistolizacin del pas.

Por mis pistolas hablar mi espritu? Yo no me voy a comprar una pistola, en tal caso, si las autoridades me obligan a portar armas y a entender la lgica de los rateros, criminales y asesinos, entonces prefiero votar por un matn terrible que como tirano me proteja. Comprenden por qu Hitler, Mussolini y hasta el matn de Dale en Chicago ganaban elecciones? No debemos renunciar a nuestro esfuerzo de formar un Estado de Derecho. El sugerir que cada quien ande armado es una regresin a lo animal.

No tan slo estamos frente a una incapacidad de la autoridad sino tambin ante una perversidad. Si las autoridades nos estn pidiendo que cada quien tenga hasta cinco pistolas en su casa, pronto nos van a echar la culpa de que hemos sido asesinados porque no aprendimos a defendernos. Las autoridades se quieren defender detrs de las familias.

Ya en la Ciudad de Mxico habamos visto cmo la autoridad comenzaba a culpar a las instituciones bancarias de ser las culpables de que las robaran porque no aprendan a defenderse, igualmente esta salida por peteneras de las autoridades estatales y municipales empieza a cundir en todo el pas. Estamos frente a una abdicacin de hecho de su funcin bsica. Hasta los bandidos ahora van a sentir las ganas de justificar los asaltos, diciendo que asaltaron a un ciudadano por descuidado y que dicho ciudadano tuvo finalmente la culpa por no andar armado y preparado.

Esta "voltereta de la responsabilidad" la he visto con ladrones que han argumentado que robaron una casa porque los dueos de la casa tuvieron la culpa al dejar una ventana sin el cerrojo de seguridad. Esta voltereta de responsabilidad tambin la vemos en los violadores que argumentan que la culpa fue de la dama porque traa la falda muy corta. Hay personas que se sienten con el derecho a quedarse con una cartera que se encontraron tirada porque ellos no tienen la culpa de que a un pendejo se le haya cado la cartera. No se crean, la voltereta de la responsabilidad nos puede trastocar el orden social y un criminal puede asaltar a un desarmado sintiendo menos culpa, as como la polica siente menos culpa cuando roban un banco que no supo protegerse.

Si la autoridad actual no puede darnos la seguridad personal, que renuncie. No se vale renunciar a una responsabilidad de ese tamao y esperar que todos sigamos aplaudiendo a nuestra democracia. Regresemos a ser gobernados por los militares, lo que sea, pero yo no voy a comprar una pistola.

El principio de subsidiaridad efectivamente aconseja que toda funcin social se realice por la unidad ms simple posible. Pero en este caso, no conviene, a menos que me lo demuestren, que el cuerpo de polica delegue su funcin hacia la persona para que cada persona ande armada para defenderse a su criterio y decida en estado de pnico a cules maleantes mata. No me interesa proteger al maleante, pero si compro un arma y mato a un maleante, ya me desgraci y desgraci a mi familia hasta la tercera generacin.

Unos mencionan a Estados Unidos como muestra de una sociedad armada, pero la comparacin no se vale, en primer lugar porque la fundacin del Estado Americano se realiz por gente civil armada desde un principio. El usar pistola es un derecho ciudadano porque dichas pistolas tambin se utilizan mentalmente para mantener a la autoridad en su lugar y no permitir que un dictador los llegue a dominar con sus armas. All en Estados Unidos, el voto, el arma y el derecho de propiedad son los ladrillos con los cuales forman su libertad individual y esa libertad individual expresa su voluntad de formar un Estado. All el Estado no legitimiza a las personas, all las personas legitimizan al Estado.

A lo que voy es a que existe en Norteamrica toda una cultura de creencias, leyes, reglamentos, costumbres, negocios, asociaciones de fabricantes de armas, asociaciones de dueos de armas, revistas, estudios cientficos universitarios, discusiones por decenas de aos, en donde la gente ha tenido oportunidad de estudiar y discutir. Los republicanos defienden el derecho de armarse y los demcratas han logrado restricciones y controles en las armeras para no vender un arma al vapor, pues la rabia armada mata y por unos minutos de calentura viene el arrepentimiento por toda la vida.

No hay una analoga de nosotros con Estados Unidos que sirva como argumento para favorecer la venta y el permiso de portar armas a la manga ancha.

Si yo fuera maleante, me gustara que la polica y la poblacin pensaran que se estn protegiendo para combatirme comprando armas pequeas, mal guardadas, mal desenfundadas y peor apuntadas. Si yo fuera maleante, si antes asaltaba con cierta precaucin, ahora asaltara con ms agresin, es todo. Es muy poco probable que un padre de familia con armas en desventaja, con mal entrenamiento, sin la astucia de un zorro, vaya a ser pieza de combate para un malhechor. Al contrario, los padres de familia, muy defensores de su casa van a resultar carnita de pichn para una Magnum 44 o una AK-47.

Tal vez se sea el futuro de una sociedad que no premia econmicamente las virtudes, ni castiga con la pobreza los vicios, como se quejaba don Jos Mara Morelos. Nosotros premiamos el crimen y castigamos con la pobreza al virtuoso maestro rural de tercer ao de primaria. Pero se es el reto.

No me veo comenzando a conversar con mi nieto de 12 aos sobre los lugares convenientes para guardar el arma, sobre la vigilancia de la casa a travs de las ventanas o con aparatos electrnicos, ni me veo levantndole su nivel de acecho y agresividad, virtudes ambas buenas para que las cultive un animal. A la fecha apenas a base de juegos, le estoy tratando de ensear a pensar en orden, a pensar en estructurar un argumento y a no brincar a conclusiones anticipadas. Nunca le voy a decir que ahora se olvide de pensar y argumentar, que lo ms importante es aprender a disparar rpido. De esa agua sucia no beber.

Yo creo que tenemos otras opciones para combatir con ms fuerza al crimen antes de mandarnos a todos a tomar clases para matar. Por ejemplo, ni siquiera estn enlazados los antecedentes de todos los policas del pas, lo cual es una vergenza total. Mil acciones nos faltan por implementar.

Sin embargo hay otros caminos tambin, por ejemplo, podemos comenzar a convocar a formar cuerpos de milicianos, esto es, cuerpos de civiles policas, de ocho horas a la semana de trabajo municipal. Existen civiles con afinidad con el manejo de armas y con voluntad de aportar sus destrezas para que formando grupos de patrullas vecinales puedan complementar, despus de un entrenamiento y graduacin oficial, el trabajo de los policas.

No es posible declarar a las pistolas herramientas legtimas para nuestro trato social. No podemos denigrarnos tanto. Y si agregamos la denigrada que nos est dando el Senado, vamos a echarnos a perder solitos.