por los caminos de la espiritualidad

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~ 1 ~ Luis Bados Ramírez Por los caminos de la espiritualidad Güéjar Sierra (Granada) Verano 2010

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Luis Bados Ramírez

Por los caminos de la espiritualidad

Güéjar Sierra (Granada) Verano 2010

~ 2 ~

ÍNDICE

Prólogo

EL UNIVERSO DEL ZEN

- Artículo aparecido en el nº 872 de la revista Triunfo (Octubre 1979)

- Zen cristiano (Zendo Betania). Maestra: Ana Mª Schlüter Rodes

- Otros maestros Zen: Hogen – Deshimaru –Thich.Nhat.Hanh

- Anexo: - Zen y anarquismo

EL UNIVERSO CHAMÁNICO

Capítulo nº 1 (de las crónicas)

Primera…………………………………………………………………… De los inicios

Segunda …………………………………………………………………… La 1ª llamada

Tercera……………………………………………………………………. El Santo Daime

Cuarta ………………………………………………………………………Primer viaje a Sudamérica

Quinta………………………………………………………………………La selva del Amazonas

Sexta………………………………………………………………………..En Ceu do Mapia

Séptima…………………………………………………………………..El Daime Llega a Portugal

Octava…………………………………………………………………….Principio del Fin

Capítulo nº 2 (de los relatos)

Nº 1…………………………………………..Eurico, el amigo portugués

Nº2……………………………………………Mi estancia en Portugal (Jun. 95/Feb. 96)

Nº3……………………………………………Adeus (adiós) Portugal

Nº4…………………………………………..Viaje a la India (Feb. /Abril 96)

Nº5…………………………………………..La llegada a Tirunnemalay

Nº6…………………………………………..Bhagwan

Nº7………………………………………….Segundo viaje a Sudamérica (Nov.96/Enr.97)

Nº8………………………………………….Dos años que pasaron sin pena ni gloria: 97 y 98

Capítulo nº 3 (continúan los relatos)

Nº1………………………………………La aventura de Tarifa

~ 3 ~

Nº2……………………………………..Regreso a Mapia

Nº3…………………………………..Mais una vez Mapia (Otra vez en Mapia)

Nº4………………………………….Nuevo Milenio

Nº5………………………………….Apreciaciones al festival

Nº6…………………………………El hombre propone y Dios dispone

Nº7…………………………………El último intento

Nº8…………………………………El hijo prodigio y las cabañas

Nº9……………………………….. (Comentarios de algunos padrinos). Ya en retirada del

universo daimista.

Apartados Especiales

Construcciones de la Iglesia de San Juan en la finca de la Berciana. Cap.:

I,II,III y IV

Anexo: resumen de las similitudes entre: “la irmandade daimista” y la

comunidad del zen cristiano.

~ 4 ~

ANDANZAS DE UN GUERRERO POR

LOS CAMINOS DE LA

ESPIRITUALIDAD.

Prólogo.

A todos aquellos que se inician por los caminos espirituales, les aconsejo (por propia

experiencia) que sean extremadamente prudentes, pese a que es bien cierto que nadie

escarmienta en cabeza ajena: gurús tramposos, farsantes (lobos disfrazados de corderos),

salidos sexuales, andan pululando por esos caminos al acecho de ingenuos/as. ¡Por sus hechos

los conoceréis!

* Una mañana antes del día, que era uno de los más calurosos del mes de Julio, se armó de

todas sus armas, subió sobre Rocinante y por la puerta falsa de un corral salió al campo….

(D. QUIJOTE DE LA MANCHA) MIGUEL DE CERVANTES.

¿Por qué escribo estas líneas? Pues porque terapéuticamente viene muy bien y

porque… “caminante no hay camino, se hace camino al andar y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca jamás se ha de volver a pisar…”

(CAMPOS DE CASTILLA) ANTONIO MACHADO.

¿A quién van especialmente dirigidos? A aquellos nacidos y criados en familias

trabajadoras, donde lo poco conseguido ha sido con esfuerzo y sacrificio, auténticos viveros de

idealistas animados por el ideal de una vida más justa; nada que ver con “iluminaos”-“colgaos”

encostados a partidos políticos ni curias religiosas. “A mi trabajo acudo y con mi dinero pago el

pan que me alimenta y el lecho en donde yago… Y cuando llegue el día del último viaje….”

(ANTONIO MACHADO)

Hay de los que escandalizarán a alguno de estos pequeños, más le valdría le ataran a

una rueda de molino y lo arrogaran al fondo del mar.

(JESÚS DE NAZARET)

~ 5 ~

SOBRE EL ZEN

~ 6 ~

~ 7 ~

~ 8 ~

ZEN CRISTIANO (ZENDO BETANIA)

Ana María Schlüter Rodes (Kium Roshi) Zendo Betania Brihuega

(Guadalajara)

Capítulo a

En el tardofranquismo, Triunfo, publicación antirégimen, pese a su “ateísmo”, dedicaba en

todos sus números un artículo a temas religiosos – especialmente críticos con el catolicismo

español (su moral y jerarquía), y casi siempre firmados por el eminente teólogo D. Enrique

Miret Magdalena. Con el proceso aperturista de los años setenta (recuérdese aquellos

ministros europeístas) la revista fue perdiendo un poco su razón de ser, hasta su desaparición

a poco tiempo después de la muerte del dictador. En uno de sus últimos números insertó un

trabajo periodístico sobre un grupo de personas que practicaban ZAZEN, en una casa de

espiritualidad en Los Molinos – sierra de Guadarrama – ya en el año 1980 ¡sentí la llamada! Ni

corto ni perezoso inicié las pesquisas hasta conectar con la persona responsable y ahí es

cuando conocí a Ana María Schlüter Rodes, mujer singular que a estas alturas de mi vida tengo

certeza de que ha hecho historia en la vida espiritual de este país del último medio siglo.

Ana María, hija de padre alemán y madre catalana, ya en sus circunstancias familiares

parece predestinada, nacida antes de la guerra civil española, pasó los años de su infancia

indistintamente en Alemania y España, si había guerra en un país, se iban al otro… Licenciada

en filosofía por la universidad de Barcelona, amplió estudios y se doctoró en universidades

alemanas y holandesas, precisamente en Holanda, entró a formar parte de una congregación

religiosa, algo así como monjas seglares, mujeres comprometidas con la problemática social;

traductora en el Concilio Vaticano II, secretaria de una asociación de vecinos en un barrio

~ 9 ~

madrileño, etc. Su llegada Zen fue a través del jesuita alemán padre H.M. Enomiya - Lassalle,

este hombre destinado a Japón llegó a ser “maestro zen”. Viajaba a Europa, donde impartía

retiros zen, y en uno de ellos, Ana Mª pagó su asistencia ejerciendo de intérprete.

Bien, con esta resumida introducción, termino mi presentación. Quien pueda estar

interesado en saber más, puede en la página web ampliar sus conocimientos sobre el zen

cristiano, adscrito a la línea SOTO (una de las dos líneas japonesas: RINZAI y SOTO) aunque

autónomo. ( [email protected] ó [email protected]).

Escribo sobre esta comunidad ya que mis primeros pasos fue asistiendo a un sesshin en Los

Molinos, allá por el lejano verano de 1980; obviamente dadas las circunstancias de mi vida en

aquellos años, todavía no era llegado el momento, después vendrían los arcoíris, etc.

Precisamente Ana Mª fue contemporánea de aquella insólita comunidad pseudohippy y se da,

como pocas veces ocurre, aquel relato de la “cigarra y la hormiga”, los cigarrones del Arco Iris

terminaron cual el rosario de la aurora, Ana Mª lentamente fue, paso a paso, hasta la realidad

que el día de hoy, unos treinta años pasados, es el zen cristiano:

La sangha más numerosa de occidente

Ella, Kium Roshi, más tres maestros nombrados y más dos maestros asistentes

(todos españoles)

Retiros (sesshines) en casi todas las comunidades y principales ciudades:

Salamanca, Sevilla, Granada, Murcia, Valencia, Tortosa, Barcelona, Lérida, Gerona,

Palma, Manacor, Zaragoza, Tudela, Bilbao, Vigo, ha transcendido los límites

nacionales llegando a: Argentina, Ecuador, El Salvador y México; proyectos y ayudas

en: Filipinas, India, El Salvador,…

Al fin de este escrito hago relación de los libros escritos que edita Zendo Betania, sin obviar su

asistencia en……………….. He de poner especial énfasis que Yamada Kuon Rossi fue el maestro

de Ana Mª, ella en Kamakura (Japón); pasado cierto tiempo, la sangha del zen cristiano,

decidió marcar distancias con los japoneses, nada de “tragar” con purismos, etc.

El Zen llegó a occidente (Europa y América) procedente de Japón; ha sido “vendido” por

ciertos maestros como genuinamente japonés, ¡falso! Históricamente, Setyamum Buda llegó a

China desde India (Nepal), de China trascendió a Japón, Corea, Vietnam,…

En el inmortal Quijote, se dice aquello: en todas las casas cuecen habas y en la mía a

calderadas, viene a cuento esta frase, porque durante la 2ª guerra mundial muchos

monasterios zen fueron virtualmente viveros de kamikazes y no escasearon maestros zem

comprometidos con la política imperialista genocida del Japón nazi. Providencialmente, no

todos, la esencia del zen, no contaminada abrió la puerta a: no budistas, orientales, no

orientales, mujeres, hombres, gnósticos, una vez más aquello de que ni judíos ni gentiles,

todos hijos de de Dios. En esta línea se hunden las raíces del zen cristiano.

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Capítulo b

El padre Lassalle, abrió el camino, en Los Molinos, Aranzazu y otros lugares donde había

casas de espiritualidad; después continuó Ana Mª viajando allí en que los primeros miembros

de la sangha organizaban “una introducción o un retiro (sesshin)” ¿Cuándo compraron las

tierras de Brihuega? Desde luego en el preciso instante que dispusieron del dinero.

Geográficamente, en el centro de la Península, equidistante, tierras pobres de casi nulo

aprovechamiento agrícola, en la falda de una de las laderas del río Tajuña, y lindando con un

monasterio o convento de religiosas de clausura. No debió costar muy caro, edificaciones

ninguna, las prácticas – ZAZEN – se hacían dentro de un invernadero protegido de cañizo en

una zona sombreada por enormes álamos blancos. Compraron coches vacíos, sin asientos, en

una subasta de la Renfe; los plantaron por medio de una grúa encima de bancales de

hormigón, previamente construidos, un coche era utilizado cual oficina; otro, almacén de la

cubertería (cacerolas, sartenes, cubiertos…); otro almacén de alimentos no perecederos (café,

té, miel,…); otro cocina con los fuegos de butano e instalación de fregaderos, y así,

ordenadamente dispuestos alrededor de un espacio rectangular, sombreado por álamos, tal

cual la plaza de un pequeño poblado.

Los aseos, un tanto alejados, eran al modo de wáteres secos. La persona asignada, echaba

cal en función del uso y los tiempos estimados. No faltaba absolutamente nada de lo preciso

para la vida de un grupo de personas: duchas, lavabos, pilas de lavar, etc. … las aguas vertían a

cauces, que al ser grises no era sanitariamente exigible el depurarlas con fosas.

La primera edificación, una sencilla casita para la maestra, amén de almacenes donde

ordenar la herramienta y útiles construidos simplemente con rollizos de madera y chapas bien

de fibrocemento o metalizadas en tonos mates para no resaltar ni desentonar; realmente el

ánimo ordenado y austero era perceptible hasta para el menos observador.

El zendo, propiamente dicho, se hizo transcurridos unos años, no muchos, siguiendo el

modelo de los zendos japoneses; (las sentadas se realizan en un cuadrilátero central y en las

cuatro galerías circundantes duermen los practicantes, al modo del patio y los claustros de

cualquier monasterio, o más prosaico: un patio andaluz. El proyecto redactado por técnicos

cualificados visado en su correspondiente colegio profesional, presentado en el ayuntamiento

de Brihuega, después del informe de los técnicos municipales, obtenía la preceptiva licencia de

obra, pagadas las tasas, se presentaba a empresas constructoras acreditadas, escogida una de

ellas, no siempre en función de un oferta más económica, se procedía a redactar el contrato de

obras entre la propiedad (Comunidad de Zendo Betania y la constructora X…). Las obras

dirigidas y supervisadas por los técnicos; temporalmente (en meses) se medía, valoraba y

certificaban los trabajos para los pagos y así hasta la recepción provisional de las obras, cédula

de habitabilidad (firmada y visada), periodo de garantía (un año) y recepción definitiva. ¡todo

conforme a las leyes humanas! ¡como dios quiere y manda! “así en el cielo como en la tierra!

El parecido con las construcciones en la finca de la Berciana en Mentrida (Toledo),

¡totalmente en las antípodas! Luego, ¿ que hacía un técnico, titulado, con más de 30 años de

ejercicio profesional, como yo, en la “irmandade daimista del centro de España? Simplemente,

¡PREDICAR EN DESIERTO! Con el pasar de los años, en Zendo Betania se fueron precisando más

edificaciones: cocina, comedor, almacenes de mantas, sabutones, etc., oficinas, biblioteca, una

pequeña capilla (son creyentes y practicantes católicos la mayoría de la sangha), espacios

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donde celebrar asambleas y reuniones: seminarios sobre diálogos intereligiosos, etc. El

procedimiento para construir las nuevas edificaciones: el ya descrito para el zendo.

Aquel pedregal que era la finca al comprarla hoy es un jardín natural: plantas, flores,

pequeños cursos de agua, fuentecillas, el inmenso respeto por el entorno se percibe en cada

uno de los arbustos y arbolicos; por otra parte, plantas fuertecicas para adaptarse al clima de

la Alcarria continental: frío, calor, escasez de lluvia, ¡tierras castellanas! Para rematar: la mayor

parte de las personas de la sangha son profesionales de… medicina, enseñanza, etc. realmente

aventureros y desocupados. Yo al menos no conozco a ninguno y he participado en sesshines

yo casi diría que en toda España: Bilbao, Sevilla, Murcia, Brihuaga,…

Ana Mª nació y se crió en una familia de esa amplia clase media, en tiempos de penuria

económica. Se vivía apuradamente, reciclando (aunque entonces no se empleaba esa palabra),

ropa, alimentos, mi infancia semejante – años de la postguerra; nada que ver con el consumo y

el derroche.

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OTROS MAESTROS ZEN: HOGEN – DESHIMARU – THICH.NHAT.HANH

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Hogen: maestro japonés

perteneciente a una línea

“emparenteda” con la misma línea

del Zen cristiano. Actualmente

reside en Australia,

esporádicamente viene a Yiko – an

en la Alpujarra Granadina. Así como

al Algarve donde también existe un

pequeño grupo de discípulos suyos.

Referente al humilde y sencillo

“cortijo” de Yiko-an en Yegen (precisamente el municipio donde vivió unos años el

hispanista inglés Gerald Brenan). Yo guardo en el armario de mi memoria entrañables

recuerdos de este centro budista zen…en las noches de invierno, acurrucado en mi

saco de dormir, sintiendo el viento de aquellas alturas serranas. (Quien haya visto la

película rusa: DURSU URZALA, se puede hacer una idea de cómo sopla el viento en

Yiko-an, [email protected])

COMUNIDAD BUDISTA ZEN (YIKO- AN) EN LA ALPUJARRA (GRANADA).

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Deshimaru: Le Gendronière (Francia). Llega a Francia (París) el año 1967 (vísperas del mayo

68)… al igual que Bhagwan tuvo que contender con supervivientes del LSD. Fueron furos sus

inicios en Europa, en varias ocasiones se le pasó por la mente “el tirar la toalla”. Un libro

autobiográfico suyo, constituye un testimónio de la historia de Japón en la primera mitad del

siglo XX:

Después de la derrota samurái.

Entronización del emperador (testaferro de USA)

Toma del poder por el fascismo y su catastróficas consecuencias: entrada a la 2ª

guerra mundial, Hinoshima, Nagasaky.

Durísima postguerra.

A título personal me identifico mucho con Deshimaru, sus padres y los míos (salvando las

distancias) tenían bastantes cosas en común, y especialmente la relación con su padre es casi

un calco a la mía con el mío.

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Thich.Nhat.Hanh: su centro, Plum VIllage cerca de Burdeus – suroeste de Francia.

Vietnamita, salió de su país por “diferencias” con el régimen comunista; recientemente ha

podido regresar… de visita… gracias a una amnistía. Amigo personal de la familia de Martín

Lutero King. Ha sido nominado para el premio Nobel de la paz < e-mail: NH-

[email protected]>.

Francia (la hija predilecta de la Iglesia Católica) ha pagado a lo largo y ancho de la historia,

un alto precio por esa predilección. La “influencia del catolicismo” está más que cuestionada

por sus nefastas consecuencias en acontecimientos relativamente recientes: Revoluciones de

1830, 1848, guerra Franco – Prusiana de 1870,… a las familias de las amplias clases medias, les

movilizaban sus varones en edad militar enviándolos a guerras declaradas de la noche a la

mañana, sin saber por qué ni para qué. En ese estado de cosas, muchos padres, antes que a la

guerra, “mandaban” a sus hijos al sur (especialmente en el Midi). Parece ser que el origen de

mi apellido paterno es francés, luego con las generaciones sucesivas se fue “castallenizando”

mis “mireçoes chamánicos” por veces mostraban recordatorios de mi pasado genético

gabacho. Bien, deseo peregrinar al país de parte de mis ancestros: Plum Village – la Boria

Noble – La Gendroniere – Taize y… lo que el azar depare… este propósito, ya es antiguo, y aún

no lo he realizado, ¿llegaría ese venturoso día?

De todos y cada uno de los maestros referidos, el padre Lassalle – Ana Mª Schlüter – Hogen

– Deshimaru – Thich.Nhat.Hanh, … existe una amplia y considerable bibliografía a la que hoy

en día es fácil acceder por internet.

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ANEXO

ZEN y ANARQUISMO. Dentro del A. S. N. (Anarchist Studies Network) he constituido el

subgrupo ASIRA (académicos y estudiantes interesados en religión y anarquismo). Información:

www.anarchist-studies-network.org.uk

“Invierno, en el undécimo mes,

La nieve cae presurosa

Mil montañas – un color

Los hombres de este mundo que pasan por el camino,

[son pocos

La hierba densa oculta la puerta

Toda la noche en silencio, unas pocas astillas

[se van quemando despacio.

Mientras leo los poemas de los antiguos.”

POESÍA ZEN DE RYOKAN

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CAPÍTULO 1 (DE LAS CRÓNICAS)

Primera Crónica: de los inicios

Corría el mes de enero del año 1992. Una mañana salí del Albaicín – donde vivía – hacia un

pueblo de la provincia de Almería. Mi empresa (que compartía con otra persona) debía iniciar

los trabajos de restauración en unos restos de un mausoleo romano. Aquella fría mañana

granadina, estaba muy lejos de imaginar lo que en la provincia almeriense me aguardaba vivir

a lo largo de aquel iniciado año de 1992.Estaba ya próximo a cumplir los 48 años, la vida se me

iba de entre las manos… , los días, las semanas, los meses, los años, pasaban sin apenas tener

consciencia.

En el aspecto laboral, trabajaba desde las siete de la mañana a diez de la noche. La

dirección de mi pequeña empresa ocupaba totalmente mi mente, pues no sólo hacía la labor

de técnico, también supervisaba las contabilidades – cuentas A y B – contendía con la

apabullante burocracia oficial (los trabajos de restauración se contrataban en su totalidad con

organismos oficiales: ayuntamientos, diputaciones, consejerías de cultura, patronato de la

Alhambra,…); quién tenga o haya tenido un pequeño negocio, sabe bien de lo que estoy

hablando. Llevaba tiempo ha con el ánimo de ralentizar el negocio, pues así no podía

continuar, envejecía a “ojos vista”, más aún psíquicamente que en lo físico. Ahora bien, la

persona con quien compartía la empresa era un padre de familia y a sus hijos en edad de

trabajar, proyectaba “meterlos” en el negocio, con lo que sus proyectos de expandir los

trabajos eran diametralmente opuestos a los míos. La tensión existente entre nosotros era

perceptible, ¡urgía encontrar una solución! ¿Pero cuál?

Mi caminada espiritual ya desde años atrás se encontraba en “punto muerto”. ¿Por qué?

Pues porque yo solía frecuentar la comunidad pseudo-hippy del Arco Iris, y digo esto ya que

del movimiento hippy sólo tenían la parafernalia de los ropajes; aquella experiencia arcoírica

terminó como el “rosario de la aurora”; para mí fue una tremenda decepción, sinceramente

creía en ella. Allí tuve mi primera experiencia transpersonal, ya con la edad de los cuarenta

bien rebasada, fue como una ventana que se abrió en mi vida, pues yo como casi todos los de

mi generación éramos ignorantes en “espiritualidades”. Los años sesenta, en el ambiente

universitario español, estuvieron determinados y fuertemente condicionados por: la apertura

en lo cultural, político y social. Aquellos cineclubs con ciclos de: Pasolini, Buñuel, Bermag, etc.,

etc. cantautores que ponían música a las poesías de Antonio Machado, Miguel Hernández,

intelectuales que escribían en revistas y daban conferencias: Tierno Galván, Miret, Magdalena,

Aranguren, etc. Y esto en una España abotargada por el “franquismo”. En mi caso, del

panorama que vivía en Sevilla – donde estudié – a el pueblo de la Provincia de Ciudad Real -

donde nací y me crié – se cumplía aquello de… LAS DOS ESPAÑAS-

Bien, retomando el hilo espiritual, algunos miembros de la comunidad del Arco Iris, vinieron

a vivir a Granada, lo que permitió que llegara a mi conocimiento ciertas “cosas” que ocurrieron

en la vida cotidiana de puertas adentro. Creo que si hubiera siquiera sospechado ciertas

aptitudes, me lo hubiera pensado antes de emplear mi tiempo libre – vacaciones, fines de

semana, puentes – en ir allí a practicar meditación ZEN, con el gasto que conllevaba: viajes,

pagar la estancia, y en los tiempo de iniciación (sin obviar el sufrimiento físico – dolores en las

rodillas, los tobillos, etc.…).Realmente, que aquello terminara como terminó me hizo tomar

~ 19 ~

consciencia de que en esta vida no me podía fiar de nada ni de nadie, en lo externo todo está

muy bien – los escaparates muy bonitos, pero lo que se guarda y almacena en las trastiendas

es harina de otro costal. He de poner especial énfasis, que cuando ya rebasados los 40 años,

comencé a merodear por los abrevaderos de la espiritualidad, ya venía resabiado del mundo

laboral (sindical).Pasé tres años con una cooperativa o colectivo de trabajadores de la

construcción y allí me enteré de quienes son los trabajadores como personas, individualmente,

uno por uno:

Conciencia colectiva: cero patatero.

Aceptaban, porque no les quedaba otro remedio, su condición de currantes;

es como quien nace feo, pues se tiene que aguantar, pero ya le gustaría ser un

guaperas o un cachas.

Tuve plena consciencia que casi todos ellos de haber tenido, como yo, una

titulación técnica, no hubieran andado comprometidos en experiencias colectivas.

Obviamente, siempre hay honrosas excepciones que confirman la regla.

En resumen, las cabras que tiramos al monte, una vez finiquitada con saldo negativo la

vivencia de la agrupación de albañiles, en lugar de entrar en depresiones y demás zarandajas,

buscamos… y el que busca…encuentra. ¡Pedid y se os dará! Así y ya residiendo en Granada, me

inicié por las trochas del Zen, y pese a que el Arco Iris no era ni muchísimo menos el lugar

idóneo para un principiante, ¡pues fue lo que hubo! Perdí un tiempo preciosos, cualquier

maestro zen me hubiera “corregido y guiado”; aquello fue como ir a un colegio donde en lugar

de enseñarte te dejaban a tu bola, con tal de que el comportamiento fuera comedido.

Después del Arco Iris, frecuentaba retiros de ZEN, de los que tenía conocimiento bien por

amigos y bien por alguna publicación; y estos retiros se daban en: La Alpujarra (YIKO ANN),

granjas escuelas (Deshimaru), Zendo Betania (Ana Mª Schlüter). Existía por libre, sin

convicción, pues imaginaba que en todos y cada uno de ellos, algo se ocultaría. Era pues como

el deportista que hace footing para mantenerse en forma pero sin estar adscrito a línea ni

maestro alguno; totalmente por libre, luego ni iba para adelante ni para atrás, ni subía ni

bajaba; ni me escoraba a un lado o al otro.

Así, las cosas en aquel mes de enero de 1992. Por veces se me pasaba por la mente la idea

de dar un salto en el vacío: irme a un monasterio Zen en Japón. La lectura de un artículo

publicado por un monje benedictino español que pasó un tiempo en Japón me animaba a

contactar con el referido monje. Esto no ocurrió, sino que cierta prudente persona me

aconsejó que no hiciera “locuras”. El presentarme sin más en un país con otra cultura, el

ambiente podía aplastarme de tal forma que volviera como el perro: “con el rabo entre las

patas”. Nunca agradeceré suficientemente aquel consejo, pues el tiempo me ha ido

confirmando en lo erróneo que hubiera sido tal viaje a un centro Zen de Japón.

~ 20 ~

Segunda Crónica: la 1ª llamada.

Llegó el verano, en la primera quincena del mes de Julio, en un hotel de Aguadulce. El

entonces conocido escritor Fernando Sánchez Dragó y el rector de la Universidad Complutense

– Sr Villalobos- organizaron unas actividades que trataban sobre espiritualidad, esoterismo…

Aquellas jornadas duraron siete días, dos charlas por la mañana, otras dos por la tarde y más

otras prácticas sobre: budismo, chamanismo, hinduismo, etc.… Ni que decir que como andaba

por aquellas tierras almerienses, me inscribí y concurrí a aquel evento entre una constelación

de personajes realmente pintorescos, pues en la viña del Señor había de todo, desde

auténticas buenísimas personas, hasta chalaos, fanáticos, iniciados, … Bien, uno de los

conferenciantes invitados fue Nelson Liaño – editor brasileño – carioca y amigo personal de

Sánchez Dragó; disertó sobre el Padrino Sebastián; fue la primera vez en mi vida que oí hablar

del ritual daimista, aunque a decir verdad no me enteré de casi nada; la idea que me quedó de

Sebastián Mota es que fue una especie de Vicente Ferrer de la amazonia, con esto queda dicho

todo.

El animado y divertido encuentro de “buscadores” en Aguadulce terminó; yo continuaba

en la rutina de mi vida laboral, pero no había terminado aún aquel verano, cuando una noche

(en Granada), salí de la oficina de la empresa en compañía de mi socio; no había ni un alma

por las calles granadinas, y en el Zacatín nos encontramos con dos amigos conocidos del Arco

Iris, se trataba de Miguel Sariñena y Esther Martínez, una vez nos cumplimentamos, me

informaron estaban recién venidos de la Selva del Amazonas, ¡ya te contaremos!, en forma

alguna asocié que tuvieron relación las nociones brevísimas que tenía del daimismo, con el

viaje selvático de Miguel y Esther.

Así pues andaba en esas, cuando el mes de Noviembre llamé por teléfono a Babia, fui

informado que aquel mismo mes celebrarían unos rituales chamánicos con ayahuasca; su

duración, una semana; el precio, ahora no lo recuerdo; me inscribí y el viernes por la tarde que

me dijeron, me personé en aquel precioso lugar: ¡realmente Babia era bonito! Las dos

primeras personas que encontré nada más llegar, fueron: Ignacio Martín Poyo y un tal Marcos

(de Sevilla). El saber que nunca había tomado nada, se miraron entre sí, pensando que qué

atrevida es la ignorancia; no lo dijeron pero no hizo falta que verbalizaran aquel pensamiento

común; yo me quede tan tranquilo, pues no había ido allí atrás de ninguna experiencia especial

por haber oído esto ó aquello; me presenté a “la buena de Dios”; si todo iba bien, muy bien, y

si no, ¡con no volver! Estoy convencido que la ignorancia me protegió.

Aquel viernes por la noche, y a lo largo del sábado, fueron llegando seres que ya se

conocían entre sí, el único novato era yo. ¿Quiénes eran aquellos seres?: … los Mauros, los

Jose Manuel (el ardilla); los Javier Torres (+), la inefable Elena de Barcelona, que se presentó

de noche, vestida con un chal negro (como el de las campesinas de mi pueblo en mi infancia)

recogido el pelo con un moño, y diciendo cosas como que estaba recién venida de Lina, dando

a entender que para ella ir a Lina, era como ir a Málaga (más o menos). ¡Vamos una perdona

vidas! Los allí presentes: unos pardillos al lado de ella… ¡Tan cosmopolita! Aunque yo la veía

como una especie de folclórica venida a menos.

El domingo, bien de mañana, en la cocina de Babia, recibí de manos de Ignacio, mi primer

“copo” de Daime – ayahuasca – era la primera vez en mi vida que ingería una sustancia

alucinógena; para mi generación ni tan siquiera porros o canutos consumíamos, simplemente

~ 21 ~

¡no había donde encontrarlos!, me estoy refiriendo a los ambientes universitarios españoles

de los años sesenta.

El resto de la mañana la empleamos en dar vueltas por el campo: nos adentramos entre los

cañaverales del arroyo, cruzamos – descalzos- por un terreno pedregoso, etc.… Al regresar a la

cocina, mi estimación es que habrían transcurrido unas dos horas, quedé sorprendido al

comprobar por el reloj de la pared que habían sido seis, ¡como había cambiado mi percepción

del tiempo!

A partir de aquel domingo, (he de decir que el día que vine a este mundo fue un domingo,

mi primera meditación ZEN, también en domingo, y ahora, la primera toma de Daime,

domingo) es obvio que el domingo es mi día. Bien, las salidas a las montañas del JAI-ALAI (creo

que se llaman), eran alternas, un día descansábamos y el otro, salíamos, el número de tomas a

lo largo del día -(salíamos casi al amanecer y al regreso ya era noche)- variaba pero sería como

unas tres y con generosidad, Ignacio no escatimaba el Daime, ¡eran copos (vasos) bien cheios

(llenos)!

Mi visión de las personas y las cosas: arboles, animales, era como si estuvieran

transfigurados, todo resultaba maravilloso, incluido mi estado de ánimo; es cierto que mis

experiencias meditativas ayudaban un poco para asimilar aquella bebida; ni una sola vez

vomité y el cansancio o agotamiento físico era prácticamente inexistente, ni tan siquiera al

atardecer, después de todo el santo día andorreando por aquellas montañas, a veces incluso a

campo través; en cierta ocasión escalar unas rocas me pareció como si trepara por un

acantilado.

Por la noche cambiaba radicalmente el panorama. Una vez duchados y después de cenar

algo ligero, fruta, yogures,…, nos reuníamos en torno al fuego de la chimenea en uno de

aquellas grandes salas que había en Babia y que me hacían imaginar tal cual yo imaginé el

Macondo de “Cien años de soledad”; se encendían y pesaban unas pitos de maría (macoña),

de mano en mano; yo me resistía a participar en aquellas ruedas, ¿Qué era aquello? ¡Por el día

ayahuasca, por la noche marihuana! ¡Yo que en mi vida nunca había tomada nada de esas

sustancias!, tenía los 48 años cumplidos, era un ser renegado de aquellos ambientes. Hacía

como que fumaba – por no desentonar – pero solo me acercaba el “pito” (cigarrillo) a los

labios; de otra parte los observaba y veía en ellos a viciados del porro o el canuto, fumaban y

aspiraban con avidez, en las antípodas de las “sentadas” y austeridad zen, ¿en qué me estaba

metiendo? Ya, pues, desde los inicios se me manifestaron las dos caras o aspectos que en lo

sucesivo determinaron mi caminada por el chamanismo: la pureza del ritual daimista, junto

con el consumo (pernicioso por experimentar algo…)

La semana aquella en las montañas de Jai- Alai (nombre al parecer árabe) se pasó, regresé a

mi casa del Albaicín; tomé la plena consciencia de que en mi vida se había abierto un nuevo

camino, estaba animado para andarlo, la siguiente etapa sería para la próxima “semana santa”

en que vendrían una comitiva de chamanes desde la amazonia; luego ya estaría al tanto para

conocer directamente y “en primera persona” aquellos rituales, que solo había esbozado.

~ 22 ~

Tercera Crónica: El Santo Daime.

“Ou tempo passa y sigue pasando

Tu dous dormen, no queren acordar

Es bom que así aconteça

Para ouvrir y saberme respeitar”

La semana santa del año 1993 se acercaba, el invierno iba quedando atrás, llamé al

teléfono que tenía para obtener información de la llegada de los chamanes brasileños, una voz

de mujer me respondió que no venían a Babia, y ahí quedó todo, por tal “mi gozo en un pozo”

… El tiempo seguía pasando, llegó Agosto. Tomé vacaciones y me dirigía a un lugar del alto

Segura, donde una pequeña comunidad del Arco (seguidores de Lanza del Vasto) habían

organizados “unos encuentros de simpatizantes de Lanza”. El lugar agradable, el río tenia

embalses donde nadar, ellos, los miembros de la comunidad de La Longuera – precisamente

donde murió Lanza, cuando se dirigia hacía a Argelia (años de lucha por la independencia

argelina), todos andaban por la veintena, ¡muy majos!, no obstante… no me encontraba allí,

así pues al tercer día me despedí de ellos, les agradecí su hospitalidad y dirigí mis pasos a la

costa; en Mojacar, la casualidad permitió nos encontráramos Federico y yo, él me informó que

los chamanes vinieron a España en Semana Santa, aunque no a Babia, precisamente ahora

para finales de agosto regresaban y quien podía informarme era Esther Martínez, que ya no

vivía en Granada, sino cerca de Bañolas, en un teléfono público la llamamos y muy amable me

informó del día y sitio donde se celebraría el ritual – una massia en la provincia de Gerona.

Interrumpí mis vacaciones, regresé a Granada para sorpresa de mi socio y … a final de agosto

viaje hacia Cataluña, por el interior; pasé por Moral de Calatrava – donde nací y me crié, por

Madrid – donde vi la película STALINGRADO- que aún no he olvidado ciertas escenas

impactantes, por Covaleda (Soria), uno de mis rincones favoritos de España: Covaleda,

Vinuesa, La laguna negra, el Urbión, tierras del alto Duero, inmortalizados por D. Antonio

Machado en La casa de Alvar González; llegué de noche a Barcelona – como D. Quijote en su

último viaje; y por fin a la massía, que paradójicamente , me recordó a Babia, había ciertas

similitudes formales, especialmente en las amplias salas ¡tan macondeñas! Es aquí donde se

produciría mi bautismo de fuego con el daimismo. La comitiva la formaban, si no recuerdo mal,

y creo que no: el padrino Alfredo, José Mota Robervel, Mónica, Rutty, Caparelli, Perfecto,

Guta, Luis Fdo. Susana, Tete, Regina.

Entré, verdaderamente, y no metafóricamente, en otra dimensión; “la comitiva” viajó por

diversos lugares de España, yo me reencontré con ellos en un cortijo cerca de Gerena (Sevilla),

la siguiente participación en sus rituales fue en San García (Segovia), era como un fans tras de

sus ídolos, el día 6 de Octubre – aniversario del Padrino Sebastián- “me fardé” (compromiso

con la doctrina), precisamente en San García.

La noche del 3 de Diciembre – San Fco. Javier – salía de Granada, vía Madrid, hacia Río de

Janeiro, sin obviar que durante los casi dos meses transcurridos entre el 6-10 y el 3-12 hice

viajes de Granada a Cataluña.

“Navego nesta onda do supremo criador.”

Cuarta Crónica: Primer viaje a Sudamérica.

~ 23 ~

Raimundo Irineo Serra (Mestre Irineo)

Alto Santo /Río Branco, estado de Acre (Brasil)

Pasar en apenas 12 horas de las temperaturas bajo cero de Granada a las más de 40º de Río

de Janeiro, sin obviar el cambio de hemisferio, no pasó desapercibido para mi organismo,

reaccionó agarrando una buena gripe y en esas – pese a los consejos – me presenté en Ceu do

Mar para el “trabalho” de la Concepción. Fue un verdadero infierno, no sabía qué hacer

conmigo mismo, los fiscales contribuían a aumentar mi malestar, confundiéndome con sus

contradicciones: uno desdecía a otro, ¡ahí me enteré de “lo que vale un peine”! Deseaba con

todo mi ser salir de aquella ciudad, intuía que llegando a la selva me pondría bueno, la

naturaleza me curaría; Río de Janeiro al ser una ciudad a “Beiramar”, une a sus altas

temperaturas un grado de humedad, en aquellos días superior al 80% .

Me hospedé en casa de Guta, quien vivía en una especie de casa entre chalet y vivienda

unifamiliar en un “condominio”. Salir de la urbanización o condominio era arriesgado para un

gringo como yo. Por fin el día 11 volé de Río de Janeiro a Río Blanco – capital del estado de

Acre, ya en la Amazonia, al llegar al aeropuerto (el antiguo), me pregunté qué pasaba en mi

vida para que llegara a tales lugares, he de decir la verdad: me dirigí al hotel que me indicaron

y donde vendriá a recogerme la persona que me acompañaría hasta Ceu do Mapia;

~ 24 ~

sería como mediodia cuando entré en la habitación que me asignaron en el hotel, no

quería pensar en nada, me acosté, metí la cabeza debajo de la almohada y deseé dormir y sólo

dormir.

Cuando acordé (desperté), era media tarde, la persona que me acompañaría a Ceu do

Mapia había telefoneado interesándose si había llegado y para comunicar que el día siguiente

a primera hora vendría a buscarme. Un tanto confortado salí a “dar un paseo” y conocer la

ciudad; era la época de las lluvias. Lo primero que tropecé fue con dos indios borrachos tirados

en el suelo, la gente pasaba a su lado sin prestar atención alguna; el número de personas que

presentaban signos de raquitismo era frecuente,… ¿qué se me había perdido por aquellos

parajes? Aún más intensamente que en Río de Janeiro, deseaba meterme selva adentro; todo

lo urbano era pobreza, por no decir suciedad rozando los límites de la miseria.

Mi deambular por las calles céntricas de Río de Branco (antiguo Puerto Alonso, cuando el

estado de Acre pertenecía a Bolivia), me llevó a la Terraza de una heladería, allí en una mesa,

dos señoras que volvían de recoger sus chiquillos del colegio, estaban animadamente

conversando de sus cosas; esta escena me reconcilió un tanto con la ciudad. Me senté en otra

mesa, al lado, y cuando comenzó, a las seis de la tarde, el lento atardecer amazónico, no daba

crédito a lo que se presentaba lentamente ante mi vista: las tonalidades pasaban desde la

plena luz solar a los tonos anaranjados, granas, violetas, antes aún de oscurecer surgían

estrellas; el sol en su puesta, medio escondido entre las nubes alargadas, ¡que increíble!

Cuantas veces vi este espectáculo y siempre era diferente, nada que ver con los precedentes.

¡Qué paradoja! Tanta belleza en el cielo y tanta pobreza entre los humanos.

Algo en mi interior me decía que había merecido la pena llegar hasta aquel rincón de la

selva, donde coinciden Brasil, Bolivia y Perú, aunque todo era selva, las divisorias fronterizas

son simplemente artificiales de aquel río (Igarapé) para allá un país, para acá, otro. Las tierras

del Portuñol (mezcla de palabras y expresiones portuguesas y españolas). Los 220 Km. Que

separan Río Brando de Boca de Acre (última población a la que se puede acceder por tierra), se

transitan por una carretera –“estrada”- en aquel tiempo asfaltada solo en los primeros 25 ó 40

Kms.; totalmente recta, es un infierno circular por ella, pues los “buracos” – baches- son a cual

más grande; y en el periodo seco – abril a noviembre- la polvareda es un inconveniente no a

menospreciar; en cierta forma el autobús -“rodo viaria”- es más cómodo que los taxis.

Boca de Acre, es un poblado donde la miseria en que viven la generalidad de sus habitantes

es patética, la escalada de pobreza que yo venía recorriendo iba de mal en peor: Río de

Janeiro, Río Branco, Boca de Acre, y como suele ocurrir en los mal llamados países

tercermundistas, se pasa sin apenas solución de continuidad a las zonas donde viven los ricos.

Allí, en el sur de aquel poblado, se extiende la parte donde viven los “ricos” y especialmente

los empleados del Ministerio de Marina – la circulación por toda la cuenca del Río Amazonas,

está bajo el control y autoridad de la Marina, allí en Boca de Acre existe una comandancia,

pues a partir de aquí la circulación sólo es posible por los ríos y sus innumerables afluentes –

“Igarapes”. Los ríos: Purús, (procedente de los Andes ya en Perú y afluente directo del

Amazonas) y Acre (cuyo nacimiento está en el altiplano boliviano), se unen aquí, yo creía haber

visto y saber lo que era un río, pero por el ancho – y más aún en el periodo de lluvias- el Purús

me impresionó, no sé cuantas veces el del Guadalquivir en Sevilla.

Podría relatar anécdotas que viví en las escasas 24 horas que pasé; me alojé en un “hotel”

mugriento, las paredes pintadas de un color indefinido, llenas de churretes; el olor de los

~ 25 ~

wáteres impregnaba todo, etc.; en el vestíbulo de entrada, tenían un aparato de TV desde el

que estaban transmitiendo un partido de fútbol en Europa, ¿Milán, Barcelona, Ámsterdam,…?

Qué más daba, yo me pregunté: ¿qué pensarán estas criaturas de aquel mundo?

Antes de salir en canoa para Ceu do Mapia, la persona que me “llevaba” fue a

cumplimentar a la madrina Rita que se encontraba aquellos días en “una facenda” – (finca)- al

otro lado del Río Purús; obviamente lo acompañaba ,¡no tenía otra cosa que hacer! Así pues

conocí a la tan oída chamana y que era considerada como la verdadera detentadora de la

autoridad, después de la muerte o “tránsito” de quién fue su compañero o marido: el Padrino

Sebastián.

Quinta crónica: la selva del Amazonas.

Río Purus (afluente del Amazonas)

La canoa tenía cierta semejanza con las góndolas venecianas, en un extremo el canoero

movía un palo largo que en su extremo sumergido se había amarrado las hélices de un

ventilador casero, éste se conectaba por un cable a un grupillo motobomba cual el de las

primeras hormigoneras que yo conocí; en el otro extremo, el ayudante del canoero, junto a las

garrafas que contenían el gasoil, en medio cuatro viajeros y nuestros respectivos equipajes.

Salimos a medio día, yo estaba maravillado, ¡que distinta me parece la selva, navegando por el

inmenso Purús, que circulando en autobús por la carretera o “estrada”! Me sentía platónico de

vida, era receptivo, sensible a la energía que vibraba de la “floresta” (selva); algunos peces de

enorme tamaño saltaban siguiendo la estela de la canoa, por lo demás, el río parecía una

autopista: grandes barcazas circulaban en los dos sentidos con viajeros, casi todas abarrotadas

y embellecidas con banderines de papel, ¡creo!

~ 26 ~

En un momento dado, la canoa tomó un igarapé, a la derecha, ahí el cambio fue otra

historia, la estrechez del igarapé, las curvas y contra curvas, el ramaje caído y que había que

apartar, incluso bajándose a cortarlos, dificultaba la circulación, además de precisar pericia y

experiencia por parte del canoero y el ayudante. Ya era noche cuando llegamos a la “facenda”.

Allí cenamos “alguna cosa”, tomamos una infusión y yo me dispuse a pasar la noche en una

red… bajo las estrellas y en plena “floresta”. ¡Cuántos caminos recorridos hasta llegar a aquel

sitio mágico! En la “facenda” nos atendieron los hombres, las mujeres no se hacían de ver,

aunque yo detectaba sus ojos en la oscuridad, ¡era no otro mundo, sino otro universo, en el

que me estaba adentrando! La vida urbana había quedado atrás: Granada, Madrid, Río de

Janeiro, Río Branco, Boca de Acre, …, iba animado y confiado, bien es cierto que no viajaba

solo.

Previo al amanecer, me despertó la algarabía de los animales, como el canto de las aves en

nuestros corrales, pero…. ¡UN MILLON DE VECES MÁS! Tras desayunar fruta e infusión, la

canoa reanudó su marcha, ya solo quedaba la última etapa hasta mi destino: Ceu do Mapia,

donde llegamos a la hora prevista – pasado el medio día- así el 13 de Diciembre (Santa Lucía y

víspera del inario de Reimundo Irineo Serra) llegué a la aldea fundada por Sebastián Mota.

NOTA:

Sta. Lucía es muy venerada en la Amazonia; la malaria, enfermedad allí

endémica, deja ciegos/as a muchas personas que tienen o han tenido la desgracia

de padecerla.

Así mismo, el 14 de Diciembre el santoral católico festeja la memoria de San

Juan de la Cruz, al amanecer de ese día – después del “inario” de Maestre Irineo,

en la “palestra” (charla) que dé el chamán, yo escuché una alusión a San Juan de la

Cruz, me emocionó sinceramente; esto ocurrió años más tarde y en la iglesia de

Luis Méndez en frente de Alto Santo.

~ 27 ~

Sexta crónica: en Ceu do Mapia, Sebastian Mota de Melo

Ceu do Mapia – estado de Amazonas (Brasil)

Ceu do Mapia (El cielo de Mapia), la villa que fundó Sebastián Mota- “el padrino Sebastián”-

constituía un asentamiento disperso de casas de madera con sus respectivos “terreiro” ,

alineados a lo largo del igarapé Mapia y un afluente - formaban a modo de una Y griega. La

iglesia, hexagonal en planta, enteramente construida con madera y cuyos elementos

resistentes, vigas y soportes tenían dimensiones grandes para haber sido “trabajados”

manualmente: cortado el árbol, desbrozado, acarreado (con bueyes), aserrado y colocado,

careciendo de grúas y en líneas generales de otra energía que la humana. ¿Por qué la planta

hexagonal?, pues simplemente es el espacio interior delimitado por la estrella de David (dos

triángulos invertidos). Con el correr de los años se construyeron las seis puntas, pero esto aún

no existía, en una palabra, yo encontré la iglesia tal cual la dejó el padrino Sebastián.

Evidentemente, los seis lados, abiertos al exterior, una simple barandilla los delimitaba. Su

acceso – como en todas las edificaciones, por unas escalinatas, ya que algo más de un metro

levantaba el suelo del terreno, obviamente por los animales. La madera no estaba tratada,

~ 28 ~

protegida por barnices ni pinturas, como en casi todas las casas; en la proximidad de la iglesia

estaba el mausoleo del padrino Sebastián, y un poco más alejado un espacio cuadrado

delimitado de construcciones de uso público: aserradero, cocina y comedor comunal (el

trabajo era de voluntariado y por aquel entonces había perdido mucho del espíritu con que fue

en su día proyectado), ahora sólo comían personas que estaban “de paso” y no tenían lugar o

casa de residencia estable; otras construcciones en los bordes de aquella plaza (la villa), bien

eran “logias” – (comercios) asociación de “moradores”, dispensario; bares evidentemente no

existían. Ellos, los mapienses, se solían disponer en círculos, agachados en cuclillas;

conversaban y tenían una increíble aptitud de escucha. El que tomaba la palabra se explayaba

“largando” sobre cualquier tema, a veces trivialidades, sin que los oyentes interrumpieran;

aquel invierno, 93-94, ni radio ni TV ni cines, hasta ni biblioteca.

Bien, nada más llegar, la persona queme “trajo” desde Río Branco, se desentendió de mí,

me indicó dónde estaba la casa de Paco de la Cal, el español que llevaba ya algunos años

residiendo allí. No tuve mayor dificultad en localizarla, casi todas las casas de aquella parte

estaban habitadas por castellanos parlantes, por lo que se la denominaba barrio latino.

Anecdóticamente, alguien me refirió que cuando el padrino Sebastián escuchó de

conversar entre sí a los chilenos, argentinos,… quedó estupefacto. Nunca había oído otro

lenguaje que el suyo propio, ignoraba el hecho de existir otros idiomas, ¿qué e ou que eles

falen? Preguntaba. La acogida, en líneas generales, fue cordial, fui “ben vindo”, llegué el

primero de un total de hasta once españoles que coincidimos en aquel festival de “natal”

(navidad). Muy poco después, llegó un grupo de seis: Esperanza, Michel, Mª Luisa, Calzado,

Paco Palau y un vasco de nombre Iñaqui, ¡como yo! Esta persona, al no encontrarse “bien” se

marchó muy pronto. Al despedirse dijo que se dirigía, en plan turista, a Perú: el valle de los

Incas, Machupichu, etc.; nunca más he vuelto a saber de él.

Después, una tarde, se presentó Ignacio Martín. En Mapia, era llamado Ignacio el de

España, así cual un personaje folclórico, “la Lola de España”; bueno bromas aparte, iba a su

aire cuando venía a la casa de Lilianne donde desayunábamos, comíamos y cenábamos el resto

de los españoles. A mí me producía la mala sensación de tratarnos con suficiencia. Jorge y su

madre, Nuria, precedieron a Adelf, que fue el último en llegar, del total de once españoles que

viajamos aquel festival (93-94).

Mi vida del día a día transcurría con naturalidad. No tuve problemas con el clima, menos

aún se me manifestaron los tan temidas “perevas”; en la casa de Paco de la Cal, me habilitó,

bajo la cubierta, un altillo desde donde todos los amaneceres escuchaba la algarabía de los

animales celebrando la llegada del nuevo día:

“Do santo poder de vida

Que fais tudo renacer,

Viva a Terra y viva o mar

Y viva o amanecer” (PADRINO ALFREDO)

En muchos aspectos de la vida cotidiana, retrocedía cual viajando en el tiempo, a los años

de mi infancia en un pueblo de Campo de Calatrava (C. Real) donde nací y me crié. La gente

aventaba el arroz, lo que causaba asombro a los “urbanos”, ¡en sus vidas habían visto de

~ 29 ~

aventar! Se usaban palabras como SAYA (vestido o falda de mujer), calzas (pantalones) y otras

que eran habituales entre los campesinos de mi pueblo; la palabra pantalones ni se oía, pues

resultaba cursi para la gente de mi infancia. La evidente pobreza en que vivían muchas

personas tampoco me resultaba ajena. Los trágicos años del hambre, en la España de los

cuarenta, se me actualizó. Gracias a Dios en mi familia no pasamos hambre, frío, ni

necesidades acuciantes, pero sobrar no sobraba nada. Yo que fui el último en nacer, reciclaba

todo lo que mis dos hermanos mayores ya habían usado; los libros me llegaban en tercera

mano, la ropa diaria al crecer mis hermanos les quedaba “corta” y mi madre, bien recosida y

arregladica, me la endilgaba. Estaba en continua rebeldía, ¡deseaba tener mis propias cosas!

Estrenar lo que se dice estrenar, solo la ropa de “bonito” para los domingos y días de fiesta.

Bien, el grupo español estábamos distribuidos por casas, para las comidas nos reuníamos

donde Lilianne, allí conversábamos no sólo entre nosotros sino también con residentes de

Mapia. La casa de Lilianne era sitio de paso y por tal casi siempre había allí un ambiente

animado; otro sitio muy grato era la casa de Roberto Santagata y Fátima; realmente, en mi

caso, solo iba a dormir a la casa de Paco, pues vivían a mas de Paco, un tal Guillermo-

Argentino, y en “camboclo”, que hablaba muy poco; el Guillermo por el contrario era locuaz;

pero en líneas generales, el ambiente no lo encontraba acogedor, realmente los tres se

pasaban el día todo por ahí.

El colectivo de españoles asistíamos a todos los rituales – no nos perdíamos ninguno –

tanto en la iglesia como en la “casita de curas”, octogonal y muy pequeña, pero apretujándose

unos con otros cabían más seres de los que en una apreciación momentánea se pudieran

calcular. “Eu miraba muito” , aunque mi ánimo estaba más implicado en hallar una salida a la

empresa de Restauración, llevaba tiempo intentando – infructuosamente – salir de aquella

dinámica que absorbía las energías de mi vida; en lo “espiritual” ni subía ni bajaba, ni andaba

para atrás ni para adelante,… y los días, las semanas, los meses, los años se pasaban sin apenas

darme cuenta; prácticamente los primeros doce años en Granada fueron continuo trabajar,

trabajar y trabajar; mis meditaciones en los arcoíris, etc. sólo eran como la fábula del burro

que va tras la zanahoria que le han colgado delante. Bien, no voy a repetirme, ya he escrito

sobre estos mis inicios en los caminos de la espiritualidad y el firme propósito de hacerlos

compatibles con vida del día a día (en forma alguna he buscado nunca enajenarme de la vida

del común de las personas).

Después del “trabalho” de “concentraçao” del 15 de enero, salí de Ceu do Mapia,

desandando el camino: Boca de Acre, Río Branco, Río de Janeiro, fue aquí y en el Ceu do Mar

donde aún pude ir a celebrar el aniversario del Padrino Sebastián, ¡que diferente parecía todo

a la vuelta de cual fue a la ida!

Aterricé el 26 de Enero de aquel recién estrenado año de 1994 en Granada, hacía un frío

que pelaba; el socio y su hija se encontraban en cama, luego después de cincuenta días

ausente, tuve que retomar el hilo del trabajo por mí mismo. Realmente no hubo transición,

cual un avión de aterrizaje, así fue mi reincorporación a la cotidianeidad.

Es tan fuerte el poder de la rutina, que a las dos semanas, recordaba las vivencias pasadas

en tierras brasileñas como un sueño, como una película. Puede resultar poco creíble, a

cualquier profano, pero la inercia de lo cotidiano, es como una droga que adormece,

embrutece. De cualquier forma, las claves para ir, poco a poco, dejando la empresa, ya las

traje, ya tenía mi propia hoja de ruta y que inexorablemente se fue cumpliendo con el devenir

~ 30 ~

de los días, los hechos se armonizaban para sin estridencias ir saliendo del viejo orden y con el

horizonte despejado disponerme a entrar a la nueva etapa de mi vida.

Aquel año – 1994 – cumplía los 50 años, a mí me quedaban 15 hasta la teórica jubilación,

luego hice balance de la pequeña fortuna que había ahorrado después de casi 30 años

currando, a veces en condiciones muy “difíciles”; administrando aquel reducido patrimonio

podría llegar a la jubilación y así vivir la vida que tanto había deseado, aunque es bien cierto

que era pardillo, en lo concerniente al “mundo espiritual”… ¡ya me iría enterando de lo que

costaba un peine! Pero no voy a adelantar acontecimientos. Cual Don Antonio Machado: paso

a paso, sorbo a sobo…

Séptima Crónica: El Daime llega a Portugal.

Ritual Daimista en Plena Floresta (selva)

De Febrero a Agosto de 1994, seis meses, mi casa estaba aún en el Albaicín y si quería

tomar Daime tenía que viajar a cualquiera de los tres puntos por entonces existentes en la

península Ibérica y coincidiendo con los tres núcleos de población más numerosos: Barcelona,

Madrid y Lisboa. Realmente los “tabalhos”” de Barcelona se celebraban en masías de la

provincia de Gerona, por la comarca de Bañolas, desde Granada casi 1000 Kms., sin obviar que

apenas si había autopistas, sólo tramos a las cercanías de las ciudades; luego era un largo

desplazamiento. Respecto a Madrid, el lugar era Alcohete, sitio mágico donde los haya, muy

próximo a Guadalajara; durante la edad media hubo allí un monasterio sufí. Cuando estas

tierras pasaron al reino de Castilla, los sufís mutaron en monjes Jerónimos – existían

perceptibles elementos constructivos de la cultura mudéjar en: bóvedas, arcos y otros

elementos decorativos; con la desamortización y después de pasar por diversos dueños llegó a

las manos de una condesa – o marquesa – a la que expropió el gobierno español, (desconozco

si fue durante la dictadura de Primo de Rivera o en la 2ª república); lo cierto es que para la

Guerra Civil, el 4º ejército republicano estableció allí su cuartel general, bajo el mando de

Cipriano Mera, anarquista, albañil y madrileño pues por méritos propios llegó a ostentar la

~ 31 ~

graduación de general en el ejercito republicano. Con este breve resumen histórico, queda

probado que Alcohete tenía pedigrí (la palabra árabe alcohete se traduce por: al cielo).

Una noche de verano, en un viernes o sábado, y después del ritual, yo estaba “deitado” en

una colchoneta. Al exterior la gente sin prisas para regresar, se lo pasaba bien, “pitando”,

tocando guitarras,… la música llegaba a mis oídos y con ella viaje en el tiempo a la Alhambra de

Granada. Era uno más en aquella cultura tan refinada y tan exquisitamente sensible al: aroma

de las plantas, los ruidillos de las fuentes, la luz solar filtrada a través de las sucesivas celosías,

los mocárabes cual cuantos espaciales” tomaba plena consciencia que algún antepasado mío

había vivido allí en el periodo de la dinastía nazarí (Muley Hacen, su hermano el Zagal, su hijo

Boabdil y otros); la lectura, posteriormente del Manuscrito Carmesí (autor Antonio Gala) me

reafirmó en mi creencia – después de aquel “viaje”- que por cierta ley de causa – efecto, yo

estuviera profesionalmente tan vinculado a aquellos palacios de la Alhambra y jardines del

Generalife; con el tiempo llegarían otras experiencias. En cuanto a Lisboa, devino en ser el

grupo más afín. Allí conocía tres daimistas que por su edad y profesiones, sentía estar entre

amigos, pues en los grupos de Barcelona y Madrid no acababa de encontrarme. Incluso algún

daimista llegó a escandalizarme por el uso y abuso, no solo de “macoña” sino de otras

sustancias.

En mi peregrinaje por los tres santuarios daimistas de la península, andaba un tanto al loro

buscando un lugar de ciertas condiciones para cambiar de domicilio y salir del Albaicín, el sitio

no aparecía, bien por A ó por B, en esas ocurrió un hecho insólito y que por sí mismo merece

un apartado: “El viaje a Portugal”.

Una no muy numerosa comitiva acompañaba al padrino Alfredo: Capparelli, Rutilene, Teté,

¿Robervel? ¡En fin! Con precisión no recuerdo, al margen de los referidos, a nadie más. Salimos

de Madrid varios coches en dirección Salamanca, Guarda, Viseu, Aveiro y Oporto, donde en un

“povoadinho”, “perto” del aeropuerto vivía una comunidad hippy al frente de la cual había un

brasileño, quien se personó en Madrid para invitar al padrino Alfredo. La invitación fue

aceptada y por primera vez se iban a celebrar trabalhos del Sto. Daime en Portugal.

En Oporto comparecieron dos fardados de Lisboa, Alan y Adelino, informaron de que no les

había sido posible encontrar un sitio en las proximidades de Lisboa, ahí yo informe de un

“quintal” (finca) en la península de Setúbal (margen derecha del río Tajo); aunque con

exactitud describir no sabría y tampoco la persona a contactar conocía, no obstante en mi

agenda estaba el teléfono de un amigo de Villareal, a quien conocí durante el retiro Zen en

aquel “quintal”. Puestos Alan y Adelino al teléfono con el amigo de Villarreal, este facilitó el

teléfono de Armín, la persona que gestionaba aquella finca. Bien, el trabajo de Lisboa se

celebró; el padrino Alfredo quedó maravillado de aquel jardín Botánico y donde la Universidad

de Berlín trasplantó plantas del Amazonas para que los estudiantes de botánica pudieran hacer

prácticas sin hacer el larguísimo y costosísimo viaje a Sudamérica. La csa se remontaba a

principios del siglo XX, (periodo de la seringa).

En aquellos días, junto con la visita de estudiantes, y para ayudar a cubrir gastos, se

alquilaba para: retiros espirituales, encuentros de grupos, etc. Quien estaba al cargo era el ya

mencionado Armín, austriaco, ex cura católico que como misionero fue destinado a la selva

peruana, allí debió conocer el chamanismo, pues “colgó” los hábitos, regresó a Europa,

estableciéndose en Lisboa donde se casó con una portuguesa y creó una familia. Realmente

era lo que se dice “un ser encantador”. A sus conocimientos de música estudiada en

~ 32 ~

conservatorios de su país, unía el haber practicado con los indios, la flauta y otros

instrumentos indígenas. El “mixturaba” el clasicismo con los sonidos indígenas, creando unas

“piezas” que grababa y vendía en Cds .Yo aún conservo uno de estos Cds.

Ya he dicho que el padrino Alfredo quedó gratísimamente sorprendido, no sólo de aquel

trozo de floresta en Europa, sino también de la persona de Armín y lo que el conllevaba, pues

había armonizado en su ser la “cultura clásica” con el “saber de la naturaleza”. Infelizmente,

hoy en día este lugar está profundamente degrado, tras de la construcción del puente “25 de

abril”, el núcleo tradicional de Lisboa se extendió por los pastizales de Setúbal y las

urbanizaciones se expandieron ocupando casi en su totalidad aquellas áreas antaño reservadas

a ganado y por tal poco pobladas.

Bien para concluir, el grupo daimista quedó constituido tras la visita del Padrino Alfredo; un

grupo del que me ocuparé más adelante, pues fui “observador” de su devenir hasta su

disolución, ¡no se prolongó mucho en el tiempo!

En este viaje, no todo lo que relució fue oro, seres desaprensivos/as se “encontraban” en

plan de gorrones, y ahí comencé a ir conociendo que en la viña del Señor de Sto. Daime había

de todo.

POST DATA

A un comentario de Tete de por qué no llegó el Daime a España antes que a Portugal, yo

escuché decir a Caparelli: “la ayahuasca fue la planta de poder de los Incas, entre estos y los

españoles existía…una cuenta pendiente….?

Con el tiempo, residí 8 meses en las cercanías de Sintra, y tuve noticias sobre el colectivo

que vivía cerca del aeropuerto de Oporto, al parecer vivían del tráfico de drogas.

El viaje de regreso a Madrid, fue “direitinho”, sólo una breve parada en Trujillo (Cáceres),

población está en que hice de cicerone, pues profesionalmente estuve muy vinculado, en mis

años de instituto de restauración, a trabajos en su centro histórico.

~ 33 ~

Octava Crónica: principio del fin.

El verano se acercaba y los acontecimientos comenzaron a precipitarse. En pleno verano,

Capparelli y Tete vinieron- desde Río de Janeiro a Barcelona- se organizó viaje a Mallorca e

Ibiza. Muy animado vi otra posibilidad de estar con los brasileiros, y por tal me decidí a ir, uno

más, en aquella gira. La figura del gorrón, no podía faltar, realmente escapaba a mi

comprensión el que seres adultos anduvieran de forma tan irresponsable por la vida. Se

repetía la mala experiencia de Portugal: “el colgado y su madrina protectora”. Ahora estuve

alertado desde que empecé a ser “sugerido” asumiera el coste del viaje en avión: Barcelona-

Palma- Ibiza- Barcelona, del personaje en cuestión – uno solo. No acababa de comprender el

motivo por el que yo, responsable donde los haya, asumiera los costes de esa clase de

individuos.

En mis participaciones de retiros Zen, tanto en: Arco Iris de Miyo, Yiko Am (Alpujarras),

Desshimaru ó Ana Mª Schlüter (Zen cristiano), jamás pasé por semejantes situaciones.

Comenzaba a ver que mi reino no era de aquel mundo, ni qué mencionar me opuse a poner un

duro de mi bolsillo. A esto tengo que añadir, el haber escuchado indirectamente, frases como…

“haber cuando te mojas”… ¿Por qué yo estaba obligado a mojarme? ¿Por quién me habían

tomado? Me encontraba en un disparadero, la explosión se podía producir en cualquier

momento, solo faltaba la chispa que activara el detonador, pues la carga ya estaba dispuesta.

Esto ocurrió en una masía de la provincia de Gerona a la hora de pagar la participación. Yo

quise descontar un dinero que se me debía y ahí vino el escándalo: la persona encargada del

cobro, me desafió, amenazó e insultó pues dijo… “tú no tienes cojones”. ¿Qué pasó después?

Mi primer intento fue salir corriendo, pero una vocecilla interior me susurró participara en

el “trabalho”, ahí me vi como Lot y su familia cuando al salir de Sodoma y Gomorra, un ángel

les dijo: nadie vuelve la vista atrás, ya que quedará convertido en estatua de sal. Comprendí

que era irreversible para mí el camino emprendido, volver a Granada a la empresa de

restauración, era tan inviable como puede ser a un adolescente, por poner un ejemplo,

retornar a la infancia.

Hacia atrás, descartado, ¿pero dónde ir? El camino del Daime había perdido toda su magia,

pese a que mi corazón y mi sentir seguía siendo daimista, mi mente no estaba por comulgar

con tales ruedas de molino del dinero. Una vez la eterna copla: la cabeza va por un sitio y el

corazón por otro. Quizás, aunque no tenía plena consciencia aquellos días, ya puse un pie

fuera del Daime y NUNCA MÁS VOLVERÍA A PONERLO DENTRO.

Los años que siguieron, aproximadamente diez, y de forma discontinua, ejercí como “fiscal”

“olhando que se passaba” y confirmándome que el dinero había sido muy determinante en la

breve historia del Daime. Ya desde los últimos años de Reimundo Irineu Serra, quien pedia

salir de este mundo, según me relató cierto daimista, pues Maestre Irineo, veia las luchas de

poder soterrados, aguardando su tránsito, para lanzarse al control de Alto Santo y todo lo que

significaba la doctrina por el iniciada. Lo que fue viniendo, y en síntesis, es de sobra conocido:

La hostilidad para con el padrino Sebastián del clan de los Gómez (descendientes de

Antonio Gómez), con el señor Leoncio al frente y Doña Peregrina entronizada de

virgen y mártir (¡un montaje!)

Ante las propuestas del padrino Sebastián de “unirse” ¡que levante esa “bandeira”

en su casa! Fue la respuesta del Sr. Leoncio.

~ 34 ~

La bonita historia de: la defenestración de Fco. Fernández Filho (Teteo), la visión de

Luis Méndez, de salir de Alto Santo, cruzar la “estrada” – carretera- para unirse a

Teteo y crear una nueva iglesia; esta decisión del padrino Luis Méndez tiene una

connotación histórica que muy pocos han sabido ver.

Ya no era el Alto Santo y la colonia 5000 (¿ortodoxos y heterodoxos?), “había mais otra

iglesia”. En su momento hablaré o escribiré sobre el devenir del Santo Daime, pues procuraré

seguir el orden cronológico, siempre teniendo como hilo conductor mis propias vivencias.

Aquí termina este primer capítulo.

En Güejar Sierra a cinco de septiembre del año 2010.

~ 35 ~

CAPITULO 2 (DE LOS RELATOS)

Nº 1: Eurico, el amigo de Portugal.

Después del batacazo de Cataluña, verdadero punto de inflexión, ¿dónde dirigir mis pasos?

desde luego a Granada no, meterme allí en el rincón del villano lamentando mi mala suerte,

era lo peor que podía hacer. La providencia dirigió los acontecimientos y para el día de San

Antonio, “padroeiro” de Lisboa, ya me encontraba en el piso ó apartamento de Eurico, “perto”

del aeropuerto, pues la profesión del Eurico era la de controlador aéreo, ya experimentado,

pues como pude suponer el director del aeropuerto tenía en él su casi total confianza. ¿Quién

es Eurico? ¡Todo un personaje! ¿Una especie de Mourinho? ¡No! Pero sí hay algo en común. Lo

conocí en el “quintal de Sao Francisco” con ocasión de la ya referida visita del Padrino Alfredo.

Inmediatamente se produjo entre nosotros una simpatía recíproca, con el desenvolvimiento

de nuestra amistad, constatábamos haber pasado por situaciones un tanto semejantes.

Movilizado, en los tiempos del fascismo, para luchar en Angola contra los movimientos

guerrilleros. No tuvo otra ocurrencia de hacer públicas sus convicciones pacifistas en el

Portugal Imperialista de Salazar y Caetano: era peor visto que ser comunista. Realmente

siempre que estuvo movilizado, temía una bala perdida por la espalda. No lo harían porque

contendía con las emisoras de radio y muy pocos profesionales de su especialidad y capacidad

debía disponer el ejército portugués. Sintonizaba con las emisoras de la guerrilla,

interactuando y traduciendo sus consignas y mensajes. Al licenciarse – los reclutas

portugueses- estaban cuatro años en la “mili”, en tanto aquí en España, 18 meses. Bien sus

aspiraciones para piloto se vieron obstaculizadas, ya lo tenían en listas negras, luego hubo de

resignarse con ser controlador aéreo y al principio pasar por los peores destinos, los que no

quería nadie, pese a tener un brillante expediente. Después del 25 de abril de 1974

(Revolución de los claveles), militó en la INTERSINDICAL, potentísimo sindicato copado por los

comunistas (esto ocurría en las mismas fechas que yo frecuentaba el sindicato de la

construcción de la CNT en Madrid). Paso por la experiencia del matrimonio, divorciado, tenía

un hijo, ya adolescente, quien vivía con la madre en un pequeño pueblo del interior. En

realidad fue “bom” para mí el que me acogiera este- por entonces- buen amigo y me procurara

una vivienda en el área de Sintra, no obstante la mayor parte del tiempo lo pasábamos juntos

en su piso (apartamento) donde hablábamos de todo: lo divino y lo humano, repasábamos de

la "A" a la "Z", el abecedario todo. No pude pues aterrizar en mejor sitio. Fue la persona idónea

para con quién yo me “desahogara” de mis recientes frustraciones daimistas.

Nº2: mi estancia en Portugal. Junio95/ febrero 96.

El grupo daimista de Portugal, casi desde su inicio, fue una jaula de grillos mal avenidos. La

autoridad del comandante – Alan Romero- era cuestionable en base a su “amistad” con un tal

Adelino, a decir verdad constituían pareja de hecho, lo que por parte de ellos: ni ocultaban, ni

alardeaban. Una mujer ambiciosa (de nombre Leonor) dirigió sutilmente la trama de la

conspiración para defenestrar al comandante Alan y ponerse ella en su lugar. Casi todo el

colectivo femenino la apoyaba; en el caso de Eurico lo utilizó para después, una vez

conseguido su objetivo desentenderse de él, ¡usado y tirado! Bien, tras la asamblea de los

fardados, se acordó que en lo sucesivo habría dos grupos: uno comandado por Alan, el otro

~ 36 ~

por Leonor. En esas, la comitiva brasileña viajó a Europa, una representación portuguesa

compareció en Alcohete para dar información de su reciente asamblea. Cuando finalizó el

“trabalho”, Caparelli los estaba atendiendo y tomando noticia de lo que había. La aptitud de

Caparelli era la de ser conciliadores, pero en esas el padrino Alfredo salió – ya sin farda – y al

no haber sido previamente advertido por Caparelli, intervino diciendo literalmente que en el

Daime el centro es libre, por tal no pasaba nada porque en Portugal hubiesen dos grupos.

Resultado: Alan y Adelino, al quedar “socinhos” dejaron de realizar rituales daimistas, pese a

que viajaban a Río de Janeiro cuando podían. (Adelino era administrativo de la CIA Aérea

Portuguesa – TAP, transportes aéreos portugueses). No fue muy prolongado en el tiempo el

grupo de Leonor. Eurico se desentendió, y solo un tal Francisco – “un boncinho” asistía. El

Daime pasó por el firmamento portugués cual un meteorito. Por esas paradojas de la vida, en

la entrevista de los comisionados de Lisboa con Caparelli y con el padrino Alfredo en Alcohete,

yo fui testigo sin habérmelo, ni muchísimo menos, propuesto. Así pues, devine para la

posteridad, en ser cronista de lo acontecido en Portugal.

El tiempo pasaba, mi vida de jubilado prematuro no tenía sentido, no me acomodaba a vivir

apalancado. Por mi mente ociosa desfilaban mil y un proyectos: matricularme de historia en la

universidad de Coímbra, por poner un ejemplo, etc. También he de escribir que Portugal

(nuestros parientes pobres) es un país territorialmente cuatro o casi cinco veces menor que

España, en cuanto a población, la proporción es similar, pero en lo referente a complejidad e

intensidad de posibilidades……CINCUENTA VECES MENOR. Me aburría cual mono; el amigo

Eurico tenía sus ocupaciones: profesionales y familiares, lo que acrecentaba y ponía más en

evidencia el escaso sentido de mi día a día. Tomé, pues, una decisión: la de viajar. Para febrero

volaba hacia Madrás – en el sureste de la India; llevaba direcciones y personas con quienes

contactar en India. De esta forma finiquité la etapa o capítulo portugués. En cuanto a la

evolución de mi amistad con el tan referido Eurico, merece por sí mismo un capítulo aparte, no

solo por la mayor o menor intensidad de la que se passo, sino también por las enseñanzas que

conllevaron, creo que recíprocas, aunque hace tiempo no sé de él.

Nº3: Adeus (adiós) Portugal.

Si tuviera que hacer una síntesis del periodo de tiempo pasado en tierras portuguesas se

resumiría con la siguiente anécdota: una mañana Eurico y yo andábamos por el centro de

Lisboa y vimos el anuncio de una nueva película de KEVIN COSTNER. Comentamos la

conveniencia de ir a verla; yo alegué que había leído cierta crónica en que no se hablaba bien

de la película, entonces, Eurico se paró en seco, me miró fijamente a los ojos y literalmente

dijo: “es que todavía no te has dado cuenta que aquí no se habla bien de nada, este país es

triste, naturalmente envidioso, la envidia condiciona y determina los actos de este pueblo”. El

comentario viniendo de un portugués mereció mi atenta consideración, realmente alegría lo

que se puede entender por alegría no se percibe, es sutil, pero está ahí, a lo que también hay

que añadir cierto sentimiento antiespañol. Evidentemente, las nuevas generaciones, ya son

otra cosa, la “globalización” ha cambiado radicalmente la manera en que los jóvenes viven y

entienden la vida, tanto da en un país como en otro.

~ 37 ~

Nº4: viaje a la India. (febrero-abril 96)

¿Qué recuerdo ahora, catorce años y medio después? Suele ocurrir que se acuerda uno de

lo bueno, y lo menos bueno, queda relegado a los niveles preconscientes. Es cierto que nadie,

a poco sensible que sea, queda indiferente ante este inmenso país, un subcontinente,

diversidad de razas, idiomas, religiones, etc. y una historia que se pierde en las noches de los

tiempos. El avión desde Londres y antes de Madrás, hizo escala en Bombay. Así me propuse, al

regreso, ir al centro que en Poona (a 125 Kms) tenía y aún tiene la comunidad de Bhagwan.

Madrás, capital del estado Tamil, al sureste de la India, con sus cinco millones de seres, es en

todo y por todo otra Calcula, ¡en pequeña! Escasamente día y medio me demoré, lo suficiente

para ver que la realidad supera con mucho a las descripciones ó reportajes que desde nuestro

burgués occidente podemos ver. Es posible que la mala consciencia de nuestro pasado

imperialista tenga algo que explicar en esta manipulación de la realidad cotidiana. Desde ese

mismo aeropuerto, al ashram al que me dirigía, yo organicé el transporte con taxis

compartidos. Al atravesar las poblaciones, ya a la caída de la tarde, la gente paseaba por los

bordes de la carretera animadamente. En mi infancia esta costumbre existía en los pueblos

manchegos, las carreteras con los pocos coches que circulaban eran atractivas, ¡ver pasar a

personas desconocidas! No sé donde radica el atractivo, pero al personal y si es joven, esto le

encanta. El ambiente festivo con los tenderetes y puestecillos de café con leche, aromatizada,

pues ya me empezaba a enterar que había llegado a la tierra de las “especias”. La iluminación

eran unas carburas, para mí tan familiares, no sólo por la soldadura de oxiacetileno que había

en el taller de mi padre, sino también porque los terrones de carburo al ser económicos eran

frecuentemente utilizados para el alumbrado, donde no había o no había llegado la luz

eléctrica. Me reconfortaba este recorrido de lo visto en Madrás y aún más reconfortantes eran

“los recordatorios” de los años de mi infancia.

~ 38 ~

Nº 5: la llegada a Tirumnamalai

~ 39 ~

.

Maharshi Ramana

Arunachala – Tirumnamalai y estado Tamil (India)

~ 40 ~

Evidentemente no me presenté allí sin más. Previamente lo solicité, con la respuesta ya se

especificaba sucintamente, las reglas que regían la estancia en el ashram, muy bonito y con un

enorme parecido al Generalife: jardines, bancales, fuentes, surtidores, edificaciones dispersas

entre la vegetación, llevando en ventaja al monumento granadino, la vida que daban los

animales: pavos reales – algunos blancos- una numerosa colonia de monos domesticados, que

“pululaban” de árbol en árbol, sus monillos, al igual que los cachorros de los perros, se

acercaban a las personas, los monos adultos les regañaban. La primera impresión no pudo ser

mejor. Me alojé en una sencilla casita de planta rectangular, en forma cúbica pues su

cubrición, como casi todas las casas, era en terraza. Se accedía a través de una cancela al

vestíbulo, a la derecha la 1ª puerta daba a un cuarto y la 2ª a otro (el que yo ocupé); en la

primera estaban dos viejicos (SWAMIS). A la izquierda del vestíbulo, su pared era una celosía,

de tal manera que se podía estar en el vestíbulo: leyendo, meditando, viendo el exterior pero

sin ser visto, oyendo música… La habitación más sencilla no podía ser: cama, mesa, silla,

esterilla de paja de arroz, una alacena con repisas, ventana para iluminar y que daban al

jardincillo interior donde estaban las tumbas de unos bienhechores del ashram (en India al

igual que en Inglaterra, los cementerios y las tumbas están próximos a las poblaciones y las

casas). Bien, para terminar la descripción, al fondo una puerta comunicaba con el aseo: placa

turca, brazo de ducha, lavadero (pila) que tanto servía para lavar ropa o lavarse las personas. El

pavimento era terroso, pero tan regado y batido que parecía como si fuesen baldosas de barro

o cerámica. Las paredes y el techo, encelados (en el aseo, el pavimento cemento roleteado

para evitar resbalones y las paredes pintadas de plástico). Supuse que la habitación de los

SWAMIS sería igual, y… suponía acertadamente. Ni que hacer alusión al silencio, solo alterado

por los monos cuando gesticulaban entre ellos o los pavos reales a la puesta del sol.

Aconsejaban no guardar alimentos en la habitación, su olor atraía a los animales, y tener

mucho cuidado en cerrar las puertas y ventanas, si los monos entraban, literalmente hacían

~ 41 ~

trizas todo. Las comidas, en horarios fijados y en el espacio destinado a tal, no me atrevo a

llamarlo comedor; los aproximadamente cien visitantes – casi todos occidentales – nos

sentábamos en el suelo (posición de loto el que podía y quien no se acomodaba a su aire), los

platos unas hojas de higuera muy grandes, el cubierto, los dedos. La comida, grandes

cantidades de arroz cocido y una pizca de salsa, pero que te hacía ver las estrellas de lo que

picaba (según tengo oído, las especias picantes son buenas para adaptar el organismo humano

al calor); los postres: fruta y derivados lácteos (las vacas, muy cuidadas, dan leche en

abundancia, por tal y para su aprovechamiento, son expertos en fabricar manual o

caseramente: yogures, quesos, cuajadas, etc. ¡muy ricos! Quienes nos servían los alimentos

eran los mismísimos SWAMIS, ayudados por un viejico y caldero en mano, pasaban por entre

las filas de los comensales, depositando cucharones de arroz en las hojas de higuera. El viejico,

siempre sonriente, ponía al lado del arroz la salsa (de tan poca que ponía que parecía comida

de muñecas, pero eso sí, un poco de salsa compensaba el montón de arroz). Los swamis hacían

este servicio con humildad, aunque para nosotros los occidentales, siempre tan críticos, lo

veíamos más como “una puesta en escena” que cual genuina humildad de cualquier manera, y

para el caso, daba igual.

Desde el amanecer se iniciaban las ceremonias, prácticamente ininterrumpidas en tanto

había luz solar, y al anochecer, ni un alma circulaba por los caminos. Para mí, el recogerme tan

temprano, me desvelaba y pasaba la noche toda despierto. En esas tomé la “mala costumbre”

de salir fuera del ashram, los casi cuatro kms que había de distancia hasta la población,

estaban concurridos de tenderetes y puestecillos donde se vendían todo tipo de cachivaches,

artesanía, etc. ni tampoco faltaban los ambulantes puestos de café con leche. Realmente el

ambiente semejante al de cualquier zona turística del Mediterráneo, los nativos

entremezclados con hippies (de dinero), una terraza con música sufí de ambiente por aquí,

otra por allí… al regresar al ashram, los swamis con quienes compartía casa, habían echado la

llave en la cancela, ¡no podia entrar! Iba a la ventana de su habitación: toc toc… “please, open

the door”. Lo hacían refunfuñando y por más que rogase no echasen la llave, no había manera

de convencerlos, y no es que no entendían ni parco inglés, lo que no comprendían es que hacía

en un lugar de silencio y recogimiento si por las noches me “iba de picos pardos”. Bien, esto

terminó siendo de conocimiento de la administración y por medio de un mexicano residente,

se me “dio un toque”.

ANEXO

El año 1937, y en su viaje a la India, Lanza del Vasto, visitó el ashram de Maharshi Ramana.

En su libro “Peregrinación a las fuentes” (editorial Seix Barral), literalmente dijo: …”y es que ya

se lo que quiero saber: este aire no es el que pide mi pecho. Hay en mí una inquietud cristiana,

que aunque renqueante, me parece preferible a la serenidad perfecta que plasma este

modelo” apartado 33. Para finalizar he de escribir que personalmente no conocí al gurú o

santón, ya había salido de este mundos años ha, pero el ashram en su conjunto me causó muy

buena impresión, tanto por su belleza formal, limpieza, silencio, orden, discreción y respeto

hacia los visitantes, ¡en las antípodas de Mapia!

Todos los plenilunios, ya desde el atardecer, se iniciaba la peregrinación alrededor de la

montaña sagrada de Arunachala (casi todos los ashrams están en sus laderas), la longitud de

este circuito espiritual es de unos 12 kms. Los nativos iban en grupos: familiares, amigos,… yo

lo anduve con unos cuantos argentinos (de Córdoba). Pequeños altares y capillas de las

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devociones más variadas estaban en los bordes del camino de circunvalación. En ellos se

detenían los devotos, cantando, recitando mantras, quemando incienso, arrojando pétalos de

flores,… (Yo me preguntaba de dónde sacaban tantas flores). Lo ideal es que la peregrinación

durara la noche toda, iniciar con la puesta de sol y terminar al amanecer al final, bien en

restaurantes o comprando la comida en puestos ambulantes, se atiborraban antes de ir: unos

a sus ocupaciones, otros a dormir… y ¡hasta la próxima! El ambiente era animado y

bullanguero, un poco como nuestras romerías. Pasé allí algo más de dos meses, salí con la

intención de volver. Han pasado casi quince años y aún no lo he hecho.

Nº6: Bhagwan. Shree Rajneesh

Ashram de Bhagwan en Poone (India)

~ 43 ~

El viaje desde Madrás hasta Bombay pude haberlo hecho en avión. Preferí el tren, así

conocía un poco el país; la distancia 1200 kms, equivalente a la que puede haber entre Alicante

y La Coruña. El tiempo que duró el recorrido, 23 horas, casi un día, la experiencia no voy a

contarla, pero al llegar a la estación de Puna, era el primero en bajarme del tren, si dependía

de mi voluntad, ¡nunca más subiría a un tren en la India! (Poona) Puna, a 125 kms de Bombay,

se encuentra en un fértil valle, fue para las marajás que gobernaban el reino de Bombay, algo

así lo que significó Versalles a París ó la Granja de San Ildefonso a Madrid en la época de los

primeros borbones. Los ingleses construyeron mansiones de estilo: neoclásico, neo esto y neo

lo otro que te quedabas lo que se dice de boca abierta, con jardines y cuidadísimos céspedes

rodeándolos. El barrio colonial, muy extenso, ya explicaba aquella frase: LA INDIA ES LA JOYA

DE LA CORONA, ¡se lo montaron bien los ingleses! Aquí es el lugar que escogió BHAGWAN para

establecerse a su forzado regreso de Europa y Estados Unidos.

Al ashram no se accedía así como así. Lo primero que te pedían en el hall o amplio vestíbulo

de recepción era “el certificado sanitario”, si no lo tenías, ellos mismo te lo hacían de un día

para otro, tomaban un poco de sangre. En lo referente a los controles sanitarios había un rigor

muy grande. Para residir, te ofrecían una amplia gama de: hoteles, residencias, apartamentos,

casas compartidas, etc., y de los precios más caros a los más asequibles. Obviamente los

castellanos parlantes no teníamos problema pues: españoles, mexicanos, puertorriqueños,…

se encuentran por donde quiera que uno vaya. Total para doce días que disponía escogí un

hotel no muy caro en las proximidades del ashram. Por el interior sólo se podía deambular con

ropajes orientales: chilabas, túnicas,…, la verdad es que en los climas cálidos son muy

agradables estas prendas. El dinero, se cambiaba en la recepción por unos “vales”, por el color

se sabía su equivalencia en valor monetario. Las comidas, autoservicio, higiene al máximo. En

lo referente a qué hacer una vez dentro pues el vagar por vagar, no es que estuviera prohibido

pero “te sugerían” te inscribieses al participar en algún “curso”; yo lo hice en uno de VICHARA,

éramos algo así como 40 personas, de los más heterogéneas nacionalidades: finlandeses,

japoneses, árabes,… prácticamente ocupaba el día todo, luego los 12 días se pasaron en un

“pis-plás”. Ya he escrito que el anterior ashram que visité tenía un parecido extraordinario con

~ 44 ~

el Generalife, aquí yo lo he descrito algo así tal el WALT DISNEY de la espiritualidad. El BUDA

FIELD, fue construido por alemanes – sannyasins de Bhagwan – la cubierta similar a la del

estadio olímpico de Múnich, sus bordes o aleros a 4 ó 5 mts. del suelo, producían una

impresión aérea, como el estar flotando; de sus cúspides brotaban surtidores de agua que al

llegar a los bordes o aleros caían hasta el terreno formando cortinas de agua, desde el interior

y al mirar hacia el exterior, la abundante vegetación tropical vista a través de la pantalla de

agua era realmente para ser experimentado, por muy bien que se trate de describir la

descripción queda corta. El piso, de mármol impecablemente blanco, sin el menor veteado.

Con la breve descripción del buda-field, está dicho todo, el resto: más de lo mismo. Aquel

derroche de dinero, escandaloso y totalmente en las antípodas de: Vicente Ferrer, la madre

Teresa de Calcuta; bien cada cual que juzgue por sí mismo. Ya hace tiempo he transcendido

esas comparaciones ó emitir juicios sobre los líderes espirituales.

Por las mañanas, en el buda-field, actuaban grupos de líneas espirituales invitados,

coincidiendo con mi estancia había unos derviches de Turquía; la asistencia era libre, pero los

asistentes ó espectadores mantenían una educación espiritual realmente ejemplar. A la caída

de la tarde, se pasaban las charlas de Bhagwan – ya había muerto, desencarno “precisamente”

el mismo día, mes y año que el padrino Sebastián – sus seguidores o sannyasins, asistían

vestidos de blanco – ellos y ellas; y una vez terminada la ceremonia, había a manera de

“celebración” un tiempo danzando al ritmo de músicas compuestas por los propios discípulos.

Algunos músicos bastante aceptables sobre todo si se comparan con la música de las radios

comerciales, cadenas de: onda cero, ser, copes,… tomé noticia que en la sangha había un

porcentaje altísimo de titulados: ingenieros, arquitectos, licenciados en: medicina, etc.

¿Quién realmente fue BHAGWAN SHREE RAJNEESH? Un ser polémico, si la menor duda,

para la mente occidental. Para mi apreciación, tenía “cosas” en común con Gandhi: ambos

hindús y muy conocedores de la cultura occidental), asimismo al salir de este mundo al tiempo

que el padrino Sebastián, es, cuando menos simbólico, ambos vinieron a coger “el rebaño que

les tocaba”; los gobiernos europeos saben muy bien, que Bhagwan, acogió a tanto y tanto ser

extraviado después de la “explosión del LSD”; aquellas criaturas, casi todos ellos gestados y

concebidos durante la postguerra (años 40) eran hijos del sufrimiento. Después del LSD casi

todos carne de psiquiátrico. ¿Por qué salió de su país? Pues parece que la Indina Gandhi, mujer

atea donde los haya, lo quiso utilizar como reclamo de turismo espiritual (recordar a los

Beatles), el que de tonto no debió tener ni un pelo, se vio en la disyuntiva de : o plegarse a las

manipulaciones de la todopoderosa familia Gandhi o salir al extranjero, optó por lo segundo.

Después de recalar unos años en Europa, especialmente Alemania (en España hubo dos

discotecas de sus seguidores abiertas, una en Ibiza y la otra por la calle Arturo Soria de

Madrid); saltó de Europa a los Estados Unidos, de donde fue expulsado por el gobierno

norteamericano (Reagan). Ningún país occidental lo quiso acoger: Gracia, Irlanda, España,

Uruguay…, la presión fue muy fuerte. Hubo pues que regresar a la India, creo que la Indira

Gandhi ya había sido asesinada, cuando su regreso.

La opinión generalizada sobre las razones de su persecución, los más de los que han

estudiado y analizado ese “hecho”, coinciden que Bhagwan se complicó él solico la vida. En las

charlas que daba a sus seguidores largaba sobre el VATICANO y no precisamente refiriéndose a

los Papas del Renacimiento (los Borgia) sino a los Papas del siglo XX. Pio XII, con su silencio

cómplice del holocausto Pablo VI, las presiones y chantajes referentes a una supuesta

homosexualidad, por parte de cierta curia, que trató de impedir su elección al morir Juan XXIII.

~ 45 ~

Evidentemente a Bhagwan le traía sin cuidado la sexualidad de ningún Papa, en lo que él

ponía especial énfasis es en la existencia de grupos de presión vaticanos y que, sin escrúpulos,

utilizaban cualquier supuesta debilidad de quien no les interesaban para hacer chantajes. Ante

este estado de noticias, que expandía desde su comunidad en Arizona, el entonces secretario

de estado: Cardenal Ratzinger (hoy Benedicto XVI), telefoneó a Reagan: la Iglesia Católica

Apostólica Romana, no puede permitir que se hagan públicos ORBI EST ORBI “ciertas cosas”,

este hombre hay que acallarlo, ¡tenemos que negociarlo! Las clausulas de aquella negociación

se desconocen, pero los efectos no se demoró demasiado tiempo en ser evidentes: SU

EXPULSIÓN del AREA de INFLUENCIA OCCIDENTAL. La Iglesia Católica, fue un enemigo que

menosprecio, quizás debió haber leído antes el quijote: ¡SANCHO CON LA IGLESIA HEMOS

TOPADO! Los medios mediáticos, como hoy se dice, se encargaron de dar una imagen

distorsionada “el gurú del sexo”, las revistas sensacionalistas (tipo interviú), escribían de una

forma morbosa, sobre la vida en sus comunidades. En mi corta estancia en Puna, compré en la

tienda que tenían, libros y casetes, de estos unos 40 con sus charlas grabadas en un inglés

académico y relativamente fácil de entender una vez que se le “coge el tranquillo”. A lo largo

de estos años, aquí en mi casa, los he escuchado repetidamente y he llegado a formarme mi

propia opinión. Por último, sólo hacer una breve referencia a que los que hicieron su vida

difícil, no pasaron por este mundo, sin pagar, un poco, el mal que hicieron:

La Indina Gandhi, abatida a tiros por los chiís de su guardia personal

pues profanó el santuario chií, autorizando la entrada del ejército. El Reagan,

una de sus hijas le salió rana y publicó un libro diciendo cosas tales como:

usaba más cremas y ungüentos que cualquier mujer.

A su mediocre talento de actor se unía tal falta de carácter, que en la

vida familiar quien “tenía puestos los pantalones” era la Nancy, mujer que no

se cortaba lo más mínimo en menospreciarlo delante de los hijos, ya desde la

infancia.

Pues bien, en que se diferencian estos tiempos a los de la decadencia del Imperio Romano

donde llegaban a emperadores tipos como Nerón, ó Calígula, por citar dos ejemplos. El

Benedicto XVI, con su pasado en las juventudes hitlerianas, las chorradas que dice en las

declaraciones que hace, han motivado un clamor en amplios sectores del catolicismo y no sólo

reconocidos teólogos, que tienen serios temores de hacia dónde va la barca de Pedro… y eso

que aún está por ser escrita y divulgada, la vida y milagros de este Papa, personaje feo con

ganas. Te lo encuentras una noche en cualquier calle de poca luz y te llevas el “susto de tu

vida”. Una amiga que ha estudiado y practicado mímica en grupos de teatro, me comentó en

cierta ocasión que este hombre no es espontáneo, todos sus gestos son estudiados, y de una

comicidad patética. Bien para concluir esta breve panorámica de Bhagwan y sus sannyashines

– discípulos – estoy convencido que los poderes facticos occidentales crearon mediáticamente

una imagen tan distorsionada y especialmente poniendo énfasis morbosamente en el sexo,

que por reiteradamente escuchada acaba por ser más verdad que la verdad misma. La

juventud europea de la generación del LSD fueron concebidos por padres supervivientes de la

segunda guerra mundial, “los hijos del sufrimiento”; a esto hay que añadir el que

genéticamente llevaban el puritanismo de sus ancestros, luego lo que Bhagwan encontró

fueron seres real y profundamente enfermo; era pues prioritario el “curarlos”. Actualizar el

tantra aquí en Occidente, no fue ni más ni menos que una terapia momentánea, pero que

“escandalizó” a la hipócrita sociedad, y esto de escandalizarse solo superficialmente. La causa

~ 46 ~

última de su expulsión del “paraíso occidental” no fue la moral sexual sino los análisis a la

multinacional vaticana, tan cómplice con los poderes temporales. ¡Con la Iglesia hemos

topado, amigo Sancho!

Nº7: mi segundo viaje a Sudamérica.

A mi regreso de India, el siguiente paso a dar era el de participar en un ritual chamánico,

pero al margen del Daime. Un artículo de prensa me dio a conocer la existencia de un libro

editado por GAIA en el cual un “viajero” narraba sus vivencias y daba contactos con chamanes

americanos (autorizado). Contacté con un tal Valentín en Quito (Ecuador), no obstante el viaje

se demoró medio año. Mi padre, con casi 92 años, entró en fase terminal de su nada

convencional vida; falleció el día 16 de Agosto (su onomástica) y tuve que asumí el “arreglar”

todos los “papeles” inherentes a su muerte: reparto familiar de la escasa herencia,… Para el

día de todos los Santos ya me encontraba callejeando por Quito, bellísima ciudad, protegida a

poniente por los Andes, un clima peculiar, y una avenida: las Amazonas, increíble “rua” donde

~ 47 ~

es posible encontrar hasta las cosas más inusitadas, ni que decir que el personal que

deambulaba y se sentaba en las terrazas de “la Amazonas” era verdaderamente variopinto:

japoneses (en grupos), norteamericanos – gringos en todo el sentido de la palabra – españoles

– omniscientes donde quiera que uno vaya – etc., etc.

Valentín, no aparentaba la edad que tenía, unos tres años mayor que yo. Había nacido en

Viena, médico de profesión, entró en el mundo de la espiritualidad por la brecha del LSD; buen

conocedor de casi todo lo concerniente a aquella explosión que sacudió los cimientos de la

burguesía occidental. Levantó el vuelo de su Austria natal y después de dar tumbos de aquí

para allá: México, California, … , encontró a “su maestro”, un chamán peruano, perteneciente

a una tradición que no tenía nada que ver con los incas. Vivía en un pueblico de la periferia de

Quito, la vivienda, sencilla, con un jardín delantero y un amplio patio posterior, fue el sitio

donde participé en mi primera “sesión”. La planta de poder: tabaco macerado en alcohol, que

le facilitaban unos indios amigos suyos; los participantes, además de yo, un matrimonio mayor

que resultó ser el embajador de su país para Venezuela, Colombia y Ecuador y que residían en

Bogotá, sede de la embajada de Austria. En Quito y Caracas estaban los consulados. Esta

peculiar pareja regresaba de un viaje a las islas Galápagos; él, el embajador, hombre

extraordinariamente culto, se enrollaba hablando de esto y de lo otro, lo indignante era que el

Valentín le daba “cuerda”, yo me preguntaba ¿qué pinto aquí?, sorprendentemente hablaban

en español; ella, la embajadora, una mujerona que en todo momento me pareció una niña

grande, bondadosa natural, con su acogedora presencia maternal atemperaba el parloteo de

los otros dos hombre. Por fin, se inició el ritual propiamente dicho, pese a que la “sustancia” ya

hacía más de dos horas que la habíamos ingerido. Mereció la pena la experiencia. La música

eran unos cantos indígenas grabados en casetes y que contaban los pueblos precolombinos, en

sus “encuentros”. Sentí en mi pecho el vigor de los siux, cheyennes, …, sus cabalgadas por las

praderas; fue la primera vez, andando el tiempo aún había de vivir otras dos vivencias y de los

que en su momento escribiré. Pocos días después, supe por Valentín – católico practicante,

que los pueblos precolombinos rechazaban el cristianismo y no aceptaban la presencia de

cristianos en sus rituales. Me sorprendió, a estas alturas, llamar genocidio a la llegada de los

europeos a América, está muy cuestionado. Fue el encuentro de dos culturas, ¡tiene que

ocurrir en el devenir de la humanidad! Y en lo referente a los conquistadores españoles, lo que

encontraron fue a tres imperios ya en su fase decadente y corrupta (Incas, mayas, Aztecas).

Los españoles ejercieron de ser sus apocalipsis, por otra parte, profetizados. (es interesante

conocer las hipótesis del escritor peruano, Mario Vargas Llosa, respecto a los Incas; como un

imperio estimado en 25 millones de seres, se derrumbó ante la presencia de un “puñado” de

conquistadores, Pizarro y compañía no rebasaban los trescientos, ocurrieron cosas

extraordinarias, no ordinarias.)Vergas Llosa basó sus hipótesis en documentos archivados en la

Universidad de San Marcos de Lima y correspondientes al primer periodo colonial. El tiempo

ha confirmado que parte esas hipótesis fueron hechos ocurridos ciertamente. El segundo

ritual, en Vilcabamba, un valle entre los Andes y la selva, el clima primaveral todo el año y el

lugar donde residimos,un conjunto de cabañas dispersas por la campiña, se alquilaban al modo

de turismo rural. Alrededor de un fuego, solo, tomamos “peyote”, bajo las estrellas, sentí ser

uno con el firmamento, ¡muy bonita aquella noche! Iba de menos a más. El tercer ritual, ya se

hizo tomando como planta de poder “la ayahuasca”, razón de ser de este mi segundo viaje a

Sudamérica (tres años después del primero). No estábamos solos, se añadió una pareja un

tanto hippie. Alrededor del fuego, tomé conocimiento de la respuesta a la “búsqueda” en que

estaba mi ánimo. El universo de la ayahuasca, para mí se hizo accesible a través de “la puerta”

~ 48 ~

del santo Daime, no era bueno andar zancajeando cual gallina picoteando en este corral o en

el otro. Debía arreglar mis cuentas con el daime, y una vez clarificadas las “dudas”, seguir

libremente mi caminada. En la espiritualidad el centro es libre, pero el pasado debe quedar

limpio y transparente; las decisiones han de ser tomadas, plena y conscientemente sin

resentimientos. Supe lo que, aquella noche, necesitaba saber. Me retiré del ritual, por un

instante sentí temor ante la reacción del chamán, me respetó pese a no concordar. A la

mañana siguiente, ya viajaba hacia Rio Branco, por territorio peruano. En Cuzco, visité a dos

chamanes, cuyas direcciones traía desde España, muy majos los dos y pertenecientes a líneas

espirituales distintas; me aconsejaron lo mismo: ve derecho a donde vayas y no merodees por

aquí, los falsos chamanes andan a la caza y captura de los extranjeros para desplumarlos. Ni

que decir que en plan turista me pasé por los restos del Machu- Picho. Allí al azar conocí a un

diplomático colombiano, ya jubilado, interesante “buscador” y precursor de otro interesante

“sindicalista” que me recibiría nada más pisar territorio brasileño. Me agradaría escribir de

estos dos seres, verdaderos “hermanos” que uno encuentra por esos caminos del mundo. No

es caso hablar aquí de ellos pese a que los recuerdo y tantas veces me pregunto si aún vivirán.

El camino de Cuzco a Río Branco, vía Puerto Maldonado y Brasilia, en nada desmerece a las

aventuras del La Cuadra- Salcedo; ya en “Alto Santo” la Peregrina me “despachó” con pocas

palabras, no acreditaba el haber recorrido tantos kilómetros para que te den con la puerta en

las narices,¡ el Santo Daime no se puede negar a nadie, menos cuando el ser que lo procura se

presenta con educación! Un argentino que encontré en la calle, literalmente, cuando le dije

qué me había ocurrido, dijo: manda a la eme a esa mujer, ve justo al otro lado de la estrada

(carretera), allí tiene el Padrino Luis Méndez su iglesia y con certeza que él te acogerá; así

ocurrió y aquel festival de natal (96-97) lo pasé entero en el pueblo de Luis Méndez. Conocí a

su hijo Saturnino (auténtico historiador de la época de Mestre Irineo); fui muy bien acogido, y

para mi caminada, el sitio predestinado, allí tomé consciencia de que el Daime era cual un

árbol, con un tronco único, los pasarinhos, somos libres de pasarnos en la rama que más a

gusto estemos. Cefluris, pues había finiquitado para mí, cuando ya en España tenía necesidad

de tomar Daime, no tenía otra opción que los centros vinculados a Cefluris. Lo hice, pagaba

mis “trabalhos”, me comportaba respetuosa y comedidamente e incluso colaboraba y ayudaba

aunque a ello me motivaba mi consciencia daimista, más allá del padrino fulano o el padrino

mengano. No faltó quien me miraba cual si fuera de: raro, el que tenía que dar la nota, el snob

…; lo que sí es verdad (y otra vez me estoy poniendo estrellas) es que “arrimaba más el

hombro” que muchos fardaos de la línea mapiense. Aquí, pues doy por concluido mi

peregrinaje por: Portugal – India – Ecuador – Perú – Brasil desde el otoño del año 94 hasta la

primavera del 97, ¡dos años y medio inesquecibles! Cuanta nostalgia (saudadas) y cuanta

añoranza de lugares y seres maravillosos, siento desde este rincón de Sierra Nevada, ahora el

verano de 2010.

ANEXO

En la Cia. Iberia hice el viaje de ida, Madrid – Quito con escalas en Caracas y Bogotá. El

regreso: Río Branco – Manaus –Caracas – Madrid, se vio interrumpido en Manaus, 22 viajeros

quedamos bloqueados pues la Cia Viasa (Venezolana) dio en quiebra. Ninguna otra Cia quiso

hacer cargo de nosotros, ahí, un misionero catalán (que venía de Bolivia) y yo, al reconocernos,

intentamos arreglar nuestra salida. No hubo solución, yo volví a Quito, pagando de mi bolsillo

el vuelo Manaus – Quito y una vez en la capital ecuatoriana retomar el ticket de regreso: Quito

Madrid; el misionero catalán fue al obispado de Manaus en tanto la orden a que pertenecía

~ 49 ~

resolvía. El asunto es que dedicamos el día a recorrer la parte histórica de Manaus: el teatro de

la ópera ya restaurado con su cúpula; mi acompañante me contó que en su infancia pasaba los

veranos en la masía de sus abuelos y por la radio escuchaba representaciones operísticas

retransmitidas desde Manaus; para él, pues, aquella ciudad tenía “su cosa”. Por lo demás, las

casas o mansiones de los nuevos ricos de la seringa, habían sido en su decadencia

reconvertidos en casas de vecinos. Realmente Manaus en su esplendor no fue sino un Biarritz

en plan hortera. Ninguna semejanza con la señorial Habana, ¿Qué habrá sido de este ocasional

amigo catalán? Un “hermano” más de los que uno sólo se encuentra por esos mundos de Dios.

Nº8: dos años que pasaron sin pena ni glo ria: 97 y 98.

Entre enero del 97 y diciembre del 98, frecuenté de cuando en cuando los “trabalhos” que

el grupo daimista de Madrid hacía en Mentrida (Toledo). También, alguna que otra vez,

participaba en un “sesshin” (meditación intensiva) zen, pero totalmente por libre, sin estar

vinculado a ningún maestro. Tenía decidido salir del Albaicín; me recorrí los pueblos de la

periferia granadina y el único pueblo que aún seguía siendo pueblo era Güéjar Sierra, el resto

totalmente desvirtuados, echados a perder. Previamente en marzo de 1990 compré una casita

(64 m2) en Sierra Nevada, paraje conocido como “Prado Redondo” y término municipal de

Güéjar Sierra, ya dentro de los límites del Parque Nacional de Sierra Nevada. Así un día del

verano de 1997 aparecí en Güéjar, fue un acierto dejar el Albaicín; en este rincón de Sierra

Nevada, poco a poco, y con la inestimable “colaboración” del Ayuntamiento, (los poderes

fácticos, desde el primer día, se dedicaron a putearme: he tenido tres juicios con el

Ayuntamiento, en los tres las sentencias me han sido favorables), encontré el calor humano,

que sólo en los pueblos se puede encontrar. El Albaicín, en lo referente a las relaciones

humanas dejaba mucho que desear; recientemente se ha publicado un “retablo” o crónica

muy lúcida sobre la vida en el histórico barrio, lejos de tópicos y que expone con crudeza que

la vida popular ha desaparecido, deviniendo en constituirse en un simulacro pseudo- arabista

(teterías, hamanes, …), para consumo de “guiris” y turismo de paso. El Albaicín, el barrio rojo

de Granada, ya no es lo que fue y que le dio renombre universal, desde los tiempos de Muley

Hacen y Boabdil (EL MANUSCRITO CARMESÍ).

El pasado año, 2009, redacté un informe estético – urbano de Güéjar, de su prólogo

entresaco algunos párrafos:

“mis batallas con los políticos del PP, han hecho de mi persona un ser traído y llevado

en conversaciones, la parte positiva es que al salir airoso de las cacicadas y abusos de poder

municipales, me han hecho merecedor del respeto de las buenas personas de este pueblo, y

muy especialmente, yo he podido tratar y conocer a ciertos güejareños que en otras

circunstancias sólo hubiera tratado superficialmente. Estos güejareños (no voy a dar nombres)

son y han sido: trabajadores, honrados padres de familia, responsables y amantes de los suyos,

un espejo en que me miro, ninguno de ellos viciado en vino, juegos, adulterios y no digamos

drogas; su aprecio ha sido una protección, una “toma de tierra”, los encuentro infinitamente

más impecables, más guerreros en la naturalidad de sus vidas cotidianas que tanto y tanto

“colgao” como pulula por los caminos de la espiritualidad. ¡Si las higueras de la finca “La

Berciana” en Mentrida (Toledo) hablaran!

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CAPITULO 3 (CONTINÚAN LOS RELATOS)

Relato nº1: la aventura de Tarifa. (Navidad 98-99/ verano 99)

Los caminos del Señor son impredecibles

Al final del verano de 1998 ya vivía en Güéjar Sierra; en una población a unos treinta

kilómetros del noreste de Lisboa y cuyo nombre ahora no recuerdo, existe un “centro” que

alquilan para actividades de lo más heterogéneo: encuentros de grupos, retiros espirituales,

etc. Allí me encontraba participando en un “sesshin” (periodo intensivo de meditación ZEN), lo

organizaba el grupo o “sangha” portugués del maestro Deshimaru; pues bien una parte del día

se empleaba en realizar trabajos prácticos: cortar leña, ayudar en la cocina, limpieza… a este

espacio se le llama Samu, palabra Japonesa cuya traducción literal imagino pero no sé con

exactitud. Yo estaba ocupado en los jardines y “por lo bajinis” tarareaba cancioncillas; ahí se

acerco una mujer que me preguntó el por qué conocía esas cancioncillas, resultó que no le

eran desconocidas; lo que yo cantaba no eran sino “himnos” del Santo Daime, la informe que

vivía en Granada, al sur de España, y esa mujer fue quien me dio la noticia de que en Tarifa, un

austriaco comendaba “Trabalhos Daimistas” e incluso me facilitó la persona con quien

contactar. ¡Vaya por Dios! Una vez más el universo daimista aparece en la pantalla de mi

mente… ¿iba? ¿No iba?, las navidades de aquel invierno (98-99) me presente en Tarifa, el

austríaco en cuestión lo conocía de vista, no me era desconocido, quizás en Ámsterdam habría

coincidido con él, coincidiendo en alguna gira por Europa del Padrino Alfredo. Creí, en

conciencia, que debía poner de mi parte lo que estaba a mi alcance para asegurar un “ponto

daimista” el sur de España.

Hasta semana santa, las cosas marchaban aceptablemente, al menos dos veces al mes yo

viajaba desde Güejar Sierra; aquella semana santa, vino un grupo holandés, invitados

expresamente por el austríaco, al frente de la comitiva vino Geraldine, su amiga Lisbet, un hijo

de la madrina Cristina – Sebastián – y un hijo de Verissimo – Tie-, probablemente algunas

personas más aunque menos relevantes y por eso no recuerdo sus nombres; a decir verdad se

dedicaron a hacer Turismo, un día a Tánger, otro a Gibraltar…la comitiva regreso a Holanda,

todos excepto uno – el Tie – pasados unos días al Tie alguien le dio mi teléfono…me llamó para

decirme que lo estaba pasando muy mal…¿yo que puedo hacer por ti? Le dije… ¡en fin! Voy a

resumir: a mediados del mes de mayo, tuve que ir con mi furgoneta desde Güéjar Sierra hasta

Tarifa, recoger al Tie y una mujer chilena –de nombre Vilma- que había sido compañera

sentimental del austríaco, pues estos dos seres se encontraban en la calle, Friz, que es el

nombre del austriaco, dejo de pagar una vivienda adosada cerca de la playa, salió pitando a

Marruecos, donde tenía casa propia y toda vez que nadie del grupillo daimista de Tarifa y

Algeciras se quiso hacer cargo de estas dos personas, uno porque no tenía sitio en su casa, el

otro porque no, sin más… Bien, ya una vez instalados en mi casa, Vilma me pidió se podía

permanecer unos meses que necesitaba para terminar la Tesis que estaba haciendo y que le

seria de mucha utilidad en su país, Chile; puse mi casa a su disposición, en lo referente a Tie la

historia todo un folletín, al preguntarle yo el como que se había metido en la casa de un ser y

que al poco lo dejó de “patitas en la calle” la respuesta fue: que Friz le prometió pagarle mil

dólares si le enseñaba algunos himnos (Tie tocaba la guitarra, Friz el acordeón), el aceptó tal

oferta, pues su padre estaba metido en un lío con la policía holandesa y necesitaba dinero. Lo

~ 51 ~

del problema de Verissimo con las autoridades de Holanda, devino en constituir un hecho de

conocimiento en toda la comunidad daimista, especialmente en Europa por las consecuencias

que estaba teniendo y que no es ahora el momento de extenderme en lo referente a este

lamentable incidente. Vilma, la chilena, quedó en mi casa, y el Tie y yo salimos para hacer el

camino de Santiago, no a pie sino con la furgoneta. Aquel viaje de Güéjar (Granada) a Moral de

Calatrava (Ciudad real) , Burgos, Santander (por el puerto del escudo), León, Lugo, Quinta de

Sao Francisco, cerca de Lisboa, Salamanca, Ávila, Toledo y Güéjar Sierra. Lo de menos fue la

cantidad de Kilómetros, desde el inicio hasta el final, una verdadera locura, y no estoy

escribiendo de forma metafórica, no tuvo pies ni cabeza, hacer kilómetros por hacer, claro que

yo ignoraba que por esos mismos días el padrino Alfredo, con su comitiva, andaba por Europa,

y el Tie lo tenía descartado (casualmente) con Sebastián y Siddhi , (ellos iban a Manaus y

nosotros a Rio Branco). Sinceramente sentí lastima por el Tie, pese que ya me había “sacado”

tres mil dolores, al cambio medio millón de pesetas, y que unos daimistas holandeses, me

informaron que en Holanda lo tenían “fichado”, ese un experto en sonsacarle los dineros a los

gringos…La mala leche que me entró no se la deseé ni a mi peor enemigo (hace años y por

correo electrónico, ya informe de esto al colectivo daimista español).

Para ordenar este relato o crónica, he de retraerme al final de la gira por el norte de España

y Portugal; Tie desde Málaga voló hacia Ámsterdam, yo quede en Güéjar ordenando mis cosas,

y para San Juan yo estaba en la casa de Verissimo, en Holanda, y la mismísima noche de San

Pedro, vía Frankfurt, salimos hacia Sao Paulo, donde se produjo el “encuentro” referido. Atrás

quedaba Tarifa, con el grupo disuelto, Eugenio (Eño) fue enviado por el Padrino Alfredo; allí

mantuvo entrevistas con algunos daimistas y tomó noticia sobre el propio terreno de aquel

intento de firmar un ponto daimista en el sur de la península. También, por Vilma supe, en

Mapia, que Caparelli “le leyó la cartilla al Friz” desautorizándolo, pero la duda que tengo

¿realmente alguien autorizó a ese individuo? Quien, por propia declaración suya, se dedicaba

al narcotráfico y que había sido detenido, interrogado e incluso torturado por la policía en

Viena. Para concluir la “Aventura de Tarifa”, en el festival de Natal (99 - 00), coincidimos en

Mapia: Friz, Vilma, una alemana que ejerció de pujadora en Tarifa y yo; nunca más he vuelto a

tener noticia de estas personas, no así del personal del sur que frecuentaban Mentrida, ya con

posterioridad al año nuevo del nuevo milenio.

Relato nº2: Regreso a Mapia, después de cinco años y medio.

Una vez en Rio Branco (Acre), el comportamiento de Tie me alertó de tal forma, que decidí

no continuar viajando hasta Ceu do Mapia en su compañía. Antes de Amanecer, salí del hotel

donde dormíamos, y en autobús llegué hasta donde “el pueblo” del Padrino Luis Méndez. Fui

recibido con los brazos abiertos, pese a que el padrino ya se había ido a Fortaleza. Les conté,

estaba de camino a Mapia pero quería demorar el viaje y pasar unos días con ellos, no hubo

objeción, muy por el contrario se alegraron sinceramente. Pese a que el periodo de tiempo fue

breve, dos semanas, ocurrieron ciertos incidentes que paso a contar:

1) Alguien me presentó a un chileno que resultó ser un pájaro de cuidado; el

fulano desinteresado y altruistamente se puso a mi disposición, un día si el siguiente

también me “lo encontraba”, una noche me entregó un frasco lleno de María

(macoña); largaba por los codos y especialísimamente odiaba a Luis Méndez y por

extensión a su familia, de Saturnino el hijo mayor me contó historias de su juventud, al

yo preguntar sombre la veracidad de esas “historias” a mi anfitrión, él esa vez,

~ 52 ~

respondió preguntándome que quién me las había contado, yo di el nombre del

chileno y literalmente me aconsejó que fuera muy prudente con esa “amistad”. Allí

estaba considerado tal cual un confidente de la “Federal” (lo que verifiqué ser cierto);

seguidamente puse en conocimiento que en la cabaña que yo dormía tenía un frasco

de macoña. Esto fue comentado con otras personas y coincidieron de que me

deshiciera cuanto antes de ese “regalo”, lo que hice arrojando el frasco al exterior; al

día siguiente “el pájaro” como si un pajarito se lo hubiera contado vino a recoger “su

presente”. ¿Cuál era el trasfondo? En Brasil la “Federal” (Policía) tiene poder para

hacer registros domiciliarios, si a mí me encontraban, donde estaba alojado, macoña

acusarían al “pueblo” de Luis Méndez de engatusarnos a los extranjeros con macoña;

luego yo vendría a ser un tonto útil en aquella engañifa. La providencia, nos protegió, y

el tiro se volvió contra el urdidor, quien cuando largaba de la familia Gregorio

(Madrinas Rita, Julia…) las ponía de vuelta y media, por no decir una grosería peor;

este individuo, por ascendencia materna, tenia raíces indigenas, participaba en

trabajos chamelicos con una confederación de pueblos precolombinos, fue

precisamente a través de él como tome noticia de esa hermandad o confederación.

2) Un día estaba invitado a comer donde Saturnino (el historiador del Santo

Daime), llamaron por teléfono desde Nonato para decir que el padrino Valdete se

pusiera con su camión a recoger unas “cosas” que tenía que transportar a Boca de

Acre. Habíamos terminado de comer y en el “barandal” (terraza) aguardamos la visita

que no tardó mucho en llegar, la constituían además de Valdete, su mujer, y otro

hombre; mientras tomábamos un “Che” (Té) yo miraba y remiraba al “otro hombre” ,

suponía seria Nonato, (ya me habían contado con todo lujo de detalles, la castración

del macumbeiro en los tiempos del Padrino Sebastián, allí en la colonia 5.000), en mi

intuición rechazaba que ese hombre que tenía enfrente de mí, hubiera nunca jamás

haber tenido reaños para un acto así. Realmente ese hombre no era Nonato, sino el

“motorista”, (conductor del camión) y cuyo nombre era el de Iván, ex cuñado de

Nonato. ¡Cómo podría yo haber imaginado que aquel hombre acabaría viviendo un

año en mi casa de Güejar Sierra!

Pocos días después, un taxista de Boca de Acre, Pereira de nombre, pasó a por mí,

antes de dejarme en el Hotel La Floresta. Quiso presentarme a su familia, de seis

chiquillos, dos eran adoptados, los trataban su mujer y él, en todo como los naturales,

y cuando escribo la palabra todo, va incluida la parte afectiva; andando el tiempo

conocí y traté a un fontanero quien también entre sus hijos los había adoptivos; no era

pues muy infrecuente que ciertas familias antes que permitir fueran a un orfanato

niños que habían quedado huérfanos, bien entre conocidos o en su entorno, los

adoptaban asumiendo la responsabilidad de su crianza sin distinciones; Pereira y yo

devenimos en disfrutar de una amistad bien gratificante para los dos, un “aliado” en el

mejor sentido de la palabra. En la canoa de “chico”, el hijo mayor de Verissimo hice el

tramo de Boca de Acre hasta Ceu do Mapia. Conocí a José el hijo más joven de

Verissimo, otra maravillosa persona que encontraba en mi caminada; Pereira,

José…tienen un “cantinho” en mi coraçao”.

~ 53 ~

Relato nº3:Mais una vez Mapia.

Cinco años y medio, es una eternidad en el universo daimista. Me instalaron en una casa de

“ouvenaria” (ladrillo, viguetas de hormigón pretensado, terrazos…) ¡Un pegote! El impacto

visual negativo se acrecentaba al estar ubicada en una plataforma más elevada que el resto de

la “villa”. Tuve el dudoso honor de ser el primer inquilino; allí moraba “socinho”. Para las

comidas iba donde Dª Irene, la madre de Chico, Tie, José… mi malestar iba creciendo, Tie

constantemente insistiendo que nos fuéramos al Caribe. ¡Qué cargo! ¿Cómo quitarme de

encima a esa persona de una vez por todas? Fco. (chico) haciéndome los cargos de lo que se

necesitaba para sacar adelante la familia numerosa que tenía, por la tarde, a la hora de la

oración en la Iglesia, la madrina Julia y…para de contar. Ciertas “conversas” en las que

precisamente no se hablaba muy bien de la familia del Padrino Sebastián, llegaban a mis oídos.

Desubicado, busqué refugio en donde Liliana, Roberto Santagata; con ellos era otra cosa, era

un poco como estar en casa y es aquí, en aquellas mañanas sosegadas, cuando José Bravo se

cruza en mi camino. Solía ir a llevar leche a la casa de Liliana, un pito de maría hoy, otro

mañana, y así sin prisas, pero sin pausa me fue acarreando. A esto hay que añadir que yo

“andaba a la procura de un sitio para estar” pues aborrecía el lugar que vivía. El Bravo vivía

solo, la mujer lo había dejado y en la casa desangelada por no haber no había ni cocina,

guisaba en un hogar con carboncillos; pese a ello, su persona me era grata, relataba historias

de cuando la colonia 5000, de las que llegué a la conclusión que partiendo de un hecho real,

luego él ponía “ de su cosecha” lo que se inventaba sobre la marcha del relato y mientras

tanto, pito va, pito viene… por las tardes el chorreo de hombres atrás de maría era continuo;

ahí supe que José tenía cantidad de maría. Era generoso, no le negaba a nadie,

improvisábamos cualquier cosa para cenar, nos hicimos de una red y un cobertor y salí de la

casa de “ouvenaria” para siempre jamás; ni me tomé la molestia de dar explicaciones.

José había construido una casa, entre la suya y la de Liliana, estructuralmente terminada, la

tenía puesta a la venta. Le salió una compradora que casi llegó a darle el dinerillo de señal. La

casa estaba sólidamente construida y bien orientada, desde que amanecía le daba el sol, tenía

atractivo con su barandal (terraza) corrido por delante a lo largo de la fachada. La compradora,

que no residía en Mapia, se volvió. Para José fue un “golpe”, ya como en el cuento de la

lechera, se había hecho proyectos con el dinero que le iba a caer,… me la ofreció, yo le dije que

cuando el próximo festival de Natal, vendrían otros españoles y si nos juntábamos tres, (se la

compraríamos) obviamente yo sería uno de ellos y haría las gestiones para captar a los otros

dos. En Mapia ya existía el precedente de haber comprado una casa entre tres (Federico, uno,

Paco Palau, otro, y el tercero no lo recuerdo). Se puso muy contentillo, hicimos detenidamente

un repaso de lo que aún faltaba en la casa para poder ser habitada:

un sencillo bañeiro, con su preceptiva fosa ó despuradora

una caixa en lo alto para el agua y su correspondiente instalación de tuberías.

la carpintería en puertas de paso y ventanas; se comprometió a que estarían

hechas para Natal, pero él no tener dinero para comprar el herraje (bisagras,

manivelas,…) yo se lo adelantaría.

Referente a la instalación eléctrica, no lo consideramos imprescindible, se podía vivir sin

luz, al menos en un principio. El siguiente paso fue ir a la Asociación de Moradores, nos

redactaron un contrato de lo que habíamos acordado y… todo bien, adelante (el precio ya

constaba en el contrato.)No se demoró mucho tiempo en que de boca en boca corrió la noticia

~ 54 ~

por Mapia. Ahí no faltaron personas que me dijeron: “Seu Luis” que ha hecho, se ha

comprometido con una de las familias más liosas de Mapia, cuando regrese no va a tener:

dinero, casa ni amigo. Fueron tantos los avisos y bienintencionadamente dados que tomé

consciencia del lio en que, por ignorancia, me había metido. Discurrí de cómo salir y la solución

que me vino fue:

entregar a Roberto y Fátima el dinero.

ellos harían los pagos a “obra hecha”. Al principio Roberto no estuvo por la labor,

Fátima más comprensiva me dio un número de cuenta que tenía en un banco de

Boca de Acre donde yo haría las transferencias. Roberto supervisaría los trabajos.

José aceptó las condiciones de pago.

Ya pues, yo podía regresar tranquilo a España. Al menos había “salvado los

muebles”.

Relato Nº4: nuevo milenio.

Salí de Brasil a finales de agosto y dos meses después estaba de vuelta. La decepción fue

casi total, lo estipulado no se había cumplido, lo poco hecho mal, las broncas con Roberto

continuas, ¡Dios mío, Dios mío! Uno trata buenamente de ayudar pero solo encuentro “peias”

(enredos, líos, confusión…). Bien, pedí permiso para, de momento, vivir en la casa de Paco de

la Cal, que estaba deshabitada; la casa “tenía un trago”. Fátima buscó una mujer portuguesa

quien durante dos días, baldeó y limpió a consciencia, las “diarias” (jornadas) se las pagué yo,

el padre del niño recién adoptado que tenían – Roberto y Fátima – cortó la hierba del terreiro,

un carpintero repasó las dos escaleras (la del desván y la de salida de la cocina) y las puertas y

ventanas, no obstante aún faltaba mucho para dejar la casa en condiciones de ser habitada,

(sabía que para el festival de Natal vendrían parejas de España); mandé traer desde Boca de

Acre: platos, vasos, cubiertos, sartenes, perolas, paños de cocina, etc., para cuatro personas,

¡ya aquello estaba presentable! Por otra parte, tenía que resolver donde alojarme, allí sabía

que era provisional, en resumen por donde pasaba solo hacía bien, pero…yo en la calle. En

esas y a la vuelta de la esquina el azar me tenía reservada otra “anécdota”.

Un viernes por la tarde se presentó Chailín, con una italiana, de parte de su madre, Fátima,

me dijo que hasta el lunes aquella mujer pasaría allí el fin de semana, pues cuando llegó la

Asociación de Moradores estaba cerrada, ¿qué podía decir? El sábado a media mañana

observé el “pampaneo” de la italiana y me dije… ESTA NO SE VA A IR DE AQUÍ ASÍ COMO ASÍ;

ya tenía experiencia de personas que se habían metido en mi casa- en Granada – por favor y

provisionalmente, pero que los días pasaban, no se iban, por el contrario se apalancaban y

acababa costándome el que se fueran, y la italiana respondía a ese estereotipo de seres. Aquel

sábado, ya atardecía y en medio de una tromba de agua se presentan el Dionisio y su familia,

no sé quién se sorprendió más. Lo puse al corriente de lo que había, su respuesta fue que tenía

autorización para hacer y deshacer (evidentemente Paco no sabía que yo estaba en su casa, y

menos aún adecentándola). Previamente a seguir he de retroceder al momento que llegué, a

la suciedad y carencia del utillaje de la cocina he de añadir que, según me informaron, entre

las últimas personas que habían utilizado la casa estaban los guadalupes (la madre y las dos

hijas), ¡como tres mujeres dejaban, en agradecimiento a la hospitalidad, aquellos espacios así!

~ 55 ~

En el desván encontré escritos sensuales (por decir algo), debajo del piso de tablas de la planta

baja, arrojaban los restos: latas de atún vacías,…por toda aquella área, ni recordarlas querían.

Bueno, retomo el hilo, el lunes a mediodía cuando supe ya habían cerrado la Asociación de

Moradores, pregunté a la italiana si había encontrado casa, muy descaradamente dijo que no

se iba a ir; yo le dije que eso desde el sábado de mañana ya lo intuía, pues a mí no me había

engañado, conocía a los criaturas que cual ella asumen ese estilo de vida. Mi sorpresa fue

cuando Esperanza se puso a proteger a la italiana, dijo que cuando llegó estaba en la casa y

que por tal no la iba a echar. No sólo lo que dijo, sino cómo se expresó, me quedé estupefacto,

casi balbuciendo dije que yo tampoco la iba a echar porque no era mi casa. Ahí, busqué a José

Bravo, “Ce” tenemos que llegar a un acuerdo, pues no voy a continuar en la casa de Paco,

manda a tus nietos que recojan mis cosas y vamos a organizar la convivencia entre nosotros. Al

Dionisio, las mujeres, lo pusieron al corriente cuando llegó, el tío en vez de interesarse por mi

versión, se fue a la Asociación de Moradores para garantizar que la italiana estaría morando en

la casa de Paco, en tanto vinieran otras personas de España.

Aún hubo otro incidente y que pudo acabar “llegando a las manos”. En la casa de Paco

había una cocina nueva de butano, traída desde Boca de Acre para la casa de José Bravo (la

nueva); la cocina no estaba desembalada y yo la retuve allí, pues como ya he escrito, quedé

profundamente decepcionado del Bravo. Toda vez que de la cocina de Paco, sólo funcionaba

un fuego, desembalaba la recién comprada, pues el Dionisio se oponía a que se la llevasen,

sólo pues quedaban dos opciones para hacer entrar en razón a aquel individuo:

una, ir con Roberto a contar los hechos a Caparelli

otra, la violencia, José Bravo ya había comentado con sus hijos el ir a por la

cocina, y si no la entregaba por las buenas, cogerla por las malas.

Afortunadamente no fue necesaria ninguna de las dos opciones, cedió el

Dionisio, no sé si es que “le vio las orejas al lobo”.

A partir de estos lamentables incidentes, pasé totalmente de esa persona y su familia.

En Mapia, la gente cuando me hablaban de él decían… su hermano (seu irmao), yo les

insistía que consanguíneamente no existía parentesco alguno entre nosotros… ¡no

acreditaban! (no se lo creían); realmente se relacionaban muy poco, y en cuanto a la italiana,

al no venir nadie más de España, pues con su marido – un indio – se pasó allí el festival todo.

Alguien me dijo que se cumplía aquello de que “en el pecado llevaban la penitencia”. El

Padrino Alfredo invitó al cacique de la aldea donde era el indio, marido de la italiana, y a 25

indios más quienes se alejaron en la escuelina, y al estar la casa a medio camino entre la

escuelina y la iglesia, ocurría que devino poco menos que en ser “parada y fenda” de los indios.

Referente a mi convivencia con Ce Bravo, era llevadera, ciertas cosillas que tenían que ver con

la higiene me agobiaban un tanto. La compra de la casa por tres españoles, no se materializó,

entre otras cosas porque no vino nadie. Como resumen, el hijo mayor de Bravo, un santo

varón, se acabó estableciendo en la nueva casa haciendo compañía y cuidando, un poco, de su

padre. Yo comprendí que había cumplido mi misión, y los últimos días los pasé en Paraíso con

la inesquecible Francisca Corrente y su esposo Zacarías, entrañable pareja, disfrutaba y reía

cual un chiquillo con sus “piadas”.

~ 56 ~

Relato Nº5: apreciaciones al festival.

Aquellos encuentros de residentes para recibir al pueblo que llegaría, ya empezaron a

“mosquearme”; una mañana Maurilio y Roberto me pidieron colaboración. Estaba

replanteando por la parte exterior “el terreno” donde disponer a quienes no cupieran dentro.

La verdad, en cuanto a visitantes, fue bien “poca cosa”, apenas cuatro gatos. Íntimamente me

alegré, no concordaba con toda aquella puesta en escena, pese a que de mi parte puse más

que muchos, sin ir más lejos:

el acondicionamiento de la casa de Paco de la Cal

la ayuda a la nueva vivienda de José Bravo.

Es decir, contribuí a que dos casas estuvieran en condiciones de acoger “ ao povo extrangeiro”.

Bueno, pasando de las “estrellas” que me estoy poniendo, lo realmente importante es que mi

espíritu añoraba la vida de los monjes ermitaños, especialmente en el ZEN, no concordaba casi

nada con la vida mapiense y aún más con ciertas cosas que mi escala de valores consideraba

escandalosas, por ejemplo: “irmaos fardados” que alquilaban avionetas desde el aeropuerto

de Río Branco, ¡en medio de tantas y tantas carencias para la vida cotidiana que sufrían, la

mayor parte del pueblo mapiense!; y otro ejemplo: el del aborrecido Tíe, dándome

constantemente “la lata” para irnos al Caribe. Pese a lo expuesto, al regresar a España lo hice

con el propósito de ordenar mis cosas, y volver a Brasil para residir, de momento sin fecha

tope. Era conocedor de otros Padrinos Daimistas, y como en la poesía de Machado… allí donde

haya fuego tengo mi hogar.

ANEXO

Simultaneado con las llegadas de Iván, primero y Odemir, más tarde, ocurrió el incidente de

la detención por la policía española de dos chamanes daimistas en el aeropuerto de Barajas.

Nada ocurre sin le permission de arriba, cuando tuve conocimiento me quedé indiferente, ya

previamente sabía lo de Verissimo en Holanda; la aptitud poco prudente de los responsables

de España, ¡reprochable! El atrevimiento a venir con Daime, pese a la prohibición del padrino

Alfredo, ¡una provocación!, entonces, se encontraron con lo que no esperaba, casi 50 días en

la cárcel con delincuentes comunes ¡ahí es nada! Escuché una conversa entre Iván y Odemir

(es una “peia” en la que se han metido socinhos); si por alguno de los dos lo sentí fue por Chico

Corrente. Mi análisis personal en que ni Mestre Irineo ni el Padrino Sebastián estuvieron en

“cadeia” (cárcel) a lo largo y ancho de sus respectivas vidas. Por otra parte el Daime no podía

seguir llegando de manera semiclandestina, y digo semiclandestina pues hay pruebas de que la

policía del ministerio de interior lo sabía.

Relato Nº6: el hombre propone y Dios dispone.

Febrero 2000, al llegar supe que mi hermana Francisca, padecía una enfermedad

cancerígena. Viajé a Tarragona – donde vivía – para verla y aquella visita cambió el rumbo de

los acontecimientos, los hechos, apenas sin solución de continuidad, se fueron concatenando:

a) Iván estaba en casa de su hija Mónica.

b) Lo invité a conocer Granada.

c) Aceptó la invitación.

~ 57 ~

d) Me expuso sus proyectos de estar unos años en España, trabajando y “arrumando”

(ahorrando) un dinerillo para construirse una casa (que no tenía) en Mapia.

e) Estaba muy “zangado” con su yerno, quien rehusó ayudarle; ahí yo literalmente le dije:

“si no quieres estarle mirando a la cara todos los días, pues vente a Granada conmigo, a

fin de cuentas somos dos solitarios”

f) Se vino, arreglé “los papeles” por medio de un contrato de trabajo ficticio con mi

antigua empresa: Bados Navarro S.L.

g) En tanto creé una empresa nueva para venta de materiales ecologistas de construcción.

h) La empresa no dio cierto. En tanto y de la convivencia entre nosotros surgieron

problemas que chocaron frontalmente con mi mundo de valores, y que por otra parte

son los valores del ciudadano común: para mí la hospitalidad es sagrada, acoger y abrir

las puertas de la propia casa es evidentemente una muestra de respeto y aprecio que

se le tiene a la persona acogida, luego lo menos que se puede esperar es el

corresponder con la misma moneda, “amor, con amor se paga”.

Mi casa, la compré y rehabilité con dinero honradamente ganado, es pues mi santuario. En

modo alguno debía “cerrar los ojos y hacer cual el gato que no quiere ver los ratones”, no

transigía en que fuera usada de “picadero” y yo tomado poco menos que gili…otra trastada

que hizo consistió “en meterle mano” a una mujer joven (unos 30 años) que vivía en un cortijo

cerca del pueblo y que por sugerencias de una amiga común, lo buscó para “un trabajo de

cura”; se quedó sin saber cómo reaccionar, de un hombre que podía ser su padre y que lo

había buscado por su condición de chamán. La cosa se complicó, pues el compañero de esta

mujer, al enterarse, lo buscó para partirle la cara; afortunadamente no lo encontró. A mí que

llevaba viviendo en el pueblo de Güéjar Sierra cinco años, que me hice merecedor de respeto y

estima de los vecinos, la pelea a las puertas de mi casa de dos hombres era “por demais forte”

e incluso yo mismo, en mis dos estancias precedentes en Mapia, dejé el recuerdo de un señor

en el verdadero sentido de la palabra.

Estamos en febrero de 2001, hasta junio, los cauces de la convivencia volvieron a la

“normalidad”, a fin de cuentas éramos adultos; pero la “magia” se había esfumado. Ciertos

acuerdos para el futuro de nuestras vidas carecían de sentido, ahora era el momento de la

bifurcación, cada uno seguiría su propio destino. En Junio Iván regresó a Mapia, después de 15

meses en España. Lo acompañé, en un principio, hasta Río de Janeiro, luego prolongué mi viaje

a Río Branco, y finalmente hasta el mismísimo Mapia, donde celebré el día de San Pedro,

escasamente una semana pasé en este viaje. Regresé dejando al Iván en su “canto” y una

agradable sensación de plenitud traía conmigo, al regresar; una vez más ayudé a una persona

mapiense, conforme a mis posibilidades y hasta donde, en conciencia, yo tenía que ayudar.

“mais alem” era violentarme a mí mismo.

Relato Nº7: mi último intento.

Nada más aterrizar en España, Julio, los padrinos Valdete y Paulo Roberto, iniciaban una

gira por Europa: Madrid, Asís, Ámsterdam, País de Gales; los seguí cual un fans a sus ídolos,

¡aquello sí que fue turismo espiritual! Al finalizar la gira o tourne, para mí, cual “culico de mal

asiento” no me resignaba a una vida casi vegetativa en Güéjar Sierra, y en esas para el trabajo

de Todos los Santos ya estaba en Ceu do Mar, mi último trabajo se remontaba al día de San

Sebastián de 1994, ¡casi ocho años! En Ceu do Mar, viví en tres casas, yo las llamo que fueron

~ 58 ~

cada una como las tres caídas de Jesús de Nazaret en su vía crucis. La 1ª me cobraba el dueño,

algo así que al mes 150000 pts(abusivo), mi economía no me lo permitía. La 2ª si empleo la

palabra obscenidad me quedo corto, tomé nociones de la tan cacareada sensualidad de la

gente tropical. Increíble que en ambientes teóricamente espirituales, el “ligar” estuviera más al

alcance de la mano que si premeditadamente se fuera buscando. La 3ª, ¡de mal en peor!

Anecdóticamente, di al dueño un dinero para arreglar la cisterna del wáter, que no funcionaba,

se lo gastó, no arregló la cisterna; para usar el wáter tenía que procurarme cubos de agua.

Realmente era bien penoso el asimilar este comportamiento para con un “irmao”, aunque en

el fondo y la superficie no somos más que gringos para muchos de ellos. No voy ni puedo

generalizar, pues también había gente maravillosa, quizás es que yo no tuve suerte.

Respecto al Paulo Roberto, aquella frase del refranero: no es lo mismo llamar que salir a

abrir, la impresión que da en las giras europeas, difiere de su comportamiento día a día en su

“ASHRAM”. Regresó de un viaje frustrado a los Estado Unidos, el Daime no era permitido; no

podía acreditar cuando lo escuchaba “largando” contra los americanos del norte por la guerra

de Afganistán; eran violencia, tanto en los términos que empleaba como en la forma. En

resumen y ante tanto infortunio, por la noche, y en la habitación que tenía “alugada” me

refugiaba “pitando macoña”. ¡Ah! En la habitación llovía más que fuera. El día de año nuevo

del año 2002, salí del Brasil mí mismo me prometí que si de mi voluntad dependía nunca jamás

regresaría a ese país. Y si lo hacía sería obedeciendo órdenes de arriba.

Relato Nº8: “el hijo pródigo” y “las cabañas”.

Si Dios está en todas partes, realmente ¿es necesario andar tantos kilómetros para

encontrarse con Él? Las ideas las tenía claras, retomaría el camino de ZEN pese a que me daría

cierto periodo de tiempo de transición, paulatinamente iría simultaneando mi participación en

los rituales daimistas con una ya progresiva integración en el zen.

El puente de San José, inicio de la primavera (equinoccio), cerca de Granada “se dio un

curso de iniciación al Zen” (Zen cristiano de Ana María Schlüter). Asistí y en la homilía de aquel

domingo, el evangelio que se leyó fue el de la parábola del hijo pródigo; ahí estaba todo

resumido, volvía a mi “casa” después del derroche de tiempo y dinero que significó para mí

loas andaduras daimistas desde aquel lejano fin de verano del año 1993.

En estos casi nueve años, no todo fue negativo, pero por mi carácter y mis circunstancias

personales, ¡NO ERA MI SITIO!, forzaba mi vida, viví enajenado de mí mismo. Siempre

proyectado hacía un futuro más imaginario que con real consistencia.

En una primera aproximación viajaba a Bilbao, Kepa maestro Zen, era un antiguo conocido

y me inspiraba más confianza; referente a la intransigencia de Ana María y a que tuve

conocimiento en el pasado de un incidente con unos discípulos suyos y que “tomaron

ayahuasca”, cuando se enteró reaccionó con una intransigencia un poco exagerada. Esto le

ocurrió a Justo (Yusti para los amigos) quien me lo contó. Tenía que reiniciar el zen con

extremada prudencia, no era cuestión de andar dando bandazos, cada paso tenía que

asentarse en el anterior, de ahí que anduviera “pasando” de Ana María.

Una nueva aventura me aguardaba a la vuelta de la esquina con el grupo daimista de

Madrid. En su finca de Mentrida habían construido unas bancadas o plataformas de hormigón

~ 59 ~

y sobre ellas, en su día, edificarían unas cabañas, por libre y para aquellos que quisieran y

pudieran tener su propio espacio (su privacidad). Este día llegó al pasar el festival de San Juan,

Juan Carlos de Cal – comandante – me propuso asumiera la dirección de la construcción de las

cabañas (como técnico); la mano de obra serían los fardados, al parecer algún que otro tenía

nociones de albañilería; obviamente cobrarían el salario vigente del convenio de la

construcción, y toda vez que no estarían dado de alta en la Seguridad Social, la comida se les

daría en compensación. ¡Manos a la obra! Ya puestas las pilas por mi parte hice una estimación

de los materiales necesarios: viguetas, bovedillas, ladrillos, etc.; las compré en Granada, pues a

mí allí me hacían descuentos, a más cargaríamos en el camión, una hormigonera, andamios y

utillaje de mi propiedad; compensaban al valor del porte.

Como suele ocurrir en los ambientes colectivos, sin saber de dónde se originan y circulan

rumores que al pasar de boca en boca, tienen más consistencia que hechos reales; ahí un

rumor es que yo había dicho que cada cabaña costaría 600.000 pts. Yo aún no había echado

números, ¡pronto empezó la tormenta que después vendría, con más truenos que relámpagos!

Desmentí ese bulo e hice saber que sería aproximadamente el doble (1.200.000 de las antiguas

pts) el coste que estimaba para cada cabaña. La mayor parte de “los cabañistas” se echaron

atrás, lo peor estaba por venir… al iniciarse los trabajos, por cada oficial había cuando menos

cuatro peones; los oficiales tenían de albañiles lo que yo de ayudante de quirófano. El trabajo

medible que se hacía cada día era mínimo y deficiente, en tanto allí había de 16 a 18 personas

comiendo, el gasto en comida no era despreciable, la convivencia entre: albañiles, peones,

cocineros, etc., era maravillosa, pues “macoña” para alegrar el ánimo no faltaba…pito va, pito

viene… mientras tanto allí había un capital invertido en los materiales que vinieron desde

Granada, y lo que era peor es que las personas – (fardados) – que invertían (ponían) dinero

estaban confiados en mi gestión. Tuve que “coger el toro por los cuernos”, lo primero que hice

fue tener una reunión con “los currantes”, el cargo que se hicieron: nulo, decidieron “pasar de

mí” y seguir adelante. Lo segundo poner al corriente de la situación al comandante, cada día

que pasaba se malversaba más y más el poco “capital disponible”. Tras una oración en la

Iglesia, comandada por J.C. de la Cal, se planteó la “situación”, un lidercillo de los currantes fue

el primero en tomar la palabra, me insultó llamándome “negrero”, por acción de una fuerza

que no pude controlar, me dirigía a él y le di “dos hostias”; tras de la tormenta vino la calma.

Desde el siguiente día, los fardados trabajarían en unos baños y yo ya desentendido de ellos,

seguiría con las dos cabañas.

Día tras día, el grupo de fardados – albañiles – se iba desintegrando hasta no quedar más

que su lidercillo, quien también terminó por tirar la toalla y salir “embora” (irse). En tanto, yo

busqué albañiles por Mentrida y los alrededores, imposible en pleno verano, solo una cuadrilla

de ecuatorianos, venía al atardecer y hasta las once de la noche se trabajaba con una

manguera eléctrica; el sábado se empleaba toda la jornada, cambié de tajo, las cabañas

quedaron de momento paradas, y continuaron en los baños, urgía acabarlos para la gira en

septiembre (2ª quincena) del padrino Alfredo.

El dinero que tenían en “la caja de la irmandade” se había agotado con tanta comida y

tanto jornal improductivo, tuve que financiar: las jornadas de la cuadrilla ecuatoriana, los

aparatos sanitarios, la fosa séptica, el material de drenaje, etc., etc. Providencialmente para la

llegada del padrino y la comitiva, los baños estaban listos para usar. Es en estos días cuando la

penosa situación dio un giro de 180º, pues en el bazar de Mentrida, una tarde vi a un hombre,

que por sus manos, supuse era albañil. Efectivamente lo era, Antonio que así se llamaba, fue el

~ 60 ~

cirineo que me ayudó a llevar la cruz, pues a sus buenas cualidades profesionales unía las

personales, honrado y trabajador donde los haya. Es ahora, al reanudar las cabañas, cuando

me relajé, la tensión se esfumó, disfrutaba pues el trabajo era “muito bom”. Otra vez se

cumplía aquella frase del refranero: Dios aprieta pero no ahoga; para diciembre prácticamente

estaba finiquitada la aventura de las cabañas, ¡misión cumplida! En instante alguno me planteé

esta historia cual lucha de poder contra nadie ni contra nada, “esa vocecilla interior” que todos

tenemos, me decía que si aquello terminaba en fracaso, como todos los fracasos, sería una

losa pesada sobre el colectivo daimista del centro de España. De otra parte el devenir de los

acontecimientos me reafirmaba, estaba en camino correcto:

La paulatina deserción de los fardados – albañiles.

El encuentro con albañiles cualificados y en pleno verano. Hacia Antonio guardo un

agradecimiento que siempre que por razones profesionales me ha buscado, me ha

encontrado, de hecho a él le di la herramienta que traje desde Granada y por otra

parte, como hijo del pueblo de Mentrida, experimentó por sí mismo, que no

éramos una secta, pues en Mentrida, después de un trabajo periodístico aparecido

en interviú, se nos consideraba una secta.

Para concluir, J.C. de la Cal y yo fuimos los polos positivo y negativo de aquella “movida”. No

obstante el Juancar, cuando las cosas no marchaban correctamente, se desmarcó, estaba a

verlas venir, ¡viendo acontecer! En cuanto a “las cabañas” sólo Santiago Sánchez mantuvo “el

tipo” y parcialmente Cristina la rubia, fueron las dos alas con las que sobrevolé aquel campo de

batalla, “anécdotas” ¡mil y una!

ANEXO

Para recuperar el dinero que financié, tuve que ponerme “un poco serio”, toda vez que la

irmandade no daba un paso al frente, fui yo el que di dos pasos por medio de un escrito común

y que dirigí, a dos de los fardados más consecuentes: Román y Santiago. En la asamblea, se

leyó mi carta, y el pueblo se comprometió a reintegrarme el gasto hecho, a más de quedar

muy agradecidos… generalizar nunca es acertado, pero en el daime es donde con más

clarividencia se ve quien es quien, seres extraordinarios en minoría, son los que equilibran con

su lucidez tanto y tanto “desmadre”.

Relato Nº9: Ya en retirada del universo daimista.

Antes de “afastarme”: la visita del padrino Luis Méndez permitió correspondiera con él a su

cálida acogida allí en su “ponto” de Alto Santo, en diciembre 1996. Un amigo y acompañante,

devoto de San Juan de la Cruz, aproveitando su estancia en España, quiso peregrinar a la

tumba de San Juan de la Cruz; yo les serví de guía: Segovia, Ávila; Luis Méndez fue maestro de

escuela, locutor de radio, persona de confianza de Maestre Irineo, amigo personal del padrino

Sebastián, “compadre de Teteo” (un San Francisco en el daime), y muchas más cosas. Cuando

toma la palabra al finalizar los himnarios y dar “una palestra”, habla, habla y habla, su

vocabulario barroco se explaya, “le encanta” jugar con el lenguaje que domina a la perfección;

por donde quiera que pasa va dejando muy alta la bandeira daimista.

Roberto Corrente, emparentado con el “clan” de los correntes por su matrimonio con la

tercera de las hijas del padrino Corrente, viajó a España coincidiendo con la estancia de su hijo,

~ 61 ~

Nildo. Visitó Granada, invitado por mí, la Alhambra, Sierra Nevada,…charlé con él cual con

un amigo de toda la vida. Nuestras “conversas” principalmente giraron en torno al giro que

supuso para el pueblo mapiense el fin del espíritu comunitario con el que el padrino Sebastián

fundó Mapia…EU nunca acredité que aquillo pudesse aconteçer, mais infelizmente

aconteçeou,…entao, Seu Luis, saya ou que Dous quiser.

Alex Polari de Alverga, en su gira por tierras andaluzas, descansó unos días en el camping

de “Las Lomas” aquí en Güéjar. Al marcharse hacia Sevilla y agradecer mi hospitalidad,

respondí aquella frase del centurión romano…yo no soy digno de que entres en mi casa… Más

tarde, después del “trabalho” de Sevilla me rogó le hiciese de “motorista” el tiempo que aún le

restaba por estar en España, lo hice con agrado. Es otro de los grandes del Daime, sus libros “O

guía de la Floresta” y o “libro das miraçoes”, son imprescindibles de leer para todo aquel que

quiere enterarse de algo del daime.

Paulo Roberto, en agosto del año 2002, me reencontré con él en el “quintal de Sao Fco.”,

perto de Lisboa; quedó sorprendido, ¡no me esperaba!, durante el primer “trabalho” las cosas

no corrieron bien entre nosotros; aquella noche la pasé en vela, que hacer: ¿volver a

Granada?, ¿participar en el trabalho siguiente? En mi lucha con el ángel, Francisco Fdez. Filho

(Teteo) me auxilió, su daime era el mío, no el de los padrinos que andan tras del dinero de los

gringos. A la mañana siguiente, coincidimos a la puerta del local, nos cumplimentamos, todo

corrió bien ese día: levanté mi bandera. Sinceramente no soy quién para decir a nadie lo que

tiene que hacer, pero “las ruedas del molino del dinero” son grandes de mais para que yo

comulgue con ellas. Reconciliados pues, quedamos como amigos, y como amigo lo invité a

venir a Granada.

Maurilio, el otro yerno carioca del padrino Sebastián, viajó a la Alpujarra, junto con su

esposa Neves y una pequeña comitiva. Yo ya lo conocía de haber pasado unos días en su

fábrica de jabón, entre Río Branco y la colonia 5000; fue cuando acompañé a Iván (junio 01).

Comparecí al encuentro alpujarreño. Ahí vi cómo el Santo Daime había llegado a Granada.

Previamente y en mi casa de Sierra Nevada, ya se habían hecho “trabalhos” con Daime que

Iván y yo rescatamos de Portugal, e incluso aún más atrás en el tiempo, el Tie comandó un

ritual con daime traído desde Tarifa. Pese a estos precedentes, el daime llegó con Maurilio y

Neves. En estas fechas me vienen, esporádicamente, noticias de que el “ponto” aún está

vigente.

ANEXO

El último tercio del siglo XIX, simultáneamente se dieron varios acontecimientos en el

nordeste de Brasil, que mandaron para siempre el rumbo de la historia de esa parte del

mundo:

Se abolió la esclavitud.

Inicio de la explotación del caucho en la selva del río Amazonas – Seringa.

Una sequía (seca) prolongada que esterilizó las tierras y propagó una hambruna,

paliada por la emigración masiva al Amazonas.

Luego de la esclavitud a la seringa, se pasó sin apenas transición, de una generación para otra;

Reimundo Irineo Serra, fue uno de los emigrantes y quien por medio de la amistad con un

~ 62 ~

vendedor ambulante boliviano, conoció en una comunidad de indios en Perú, la ayahuasca, de

ahí al Santo Daime solo había un camino a ser andado.

Bien, al finalizar la 2ª Guerra Mundial, la explotación del caucho cayó en picado, no es este

el sitio de exponer las causas. El problema humanitario para las autoridades era serio, se

fueron dando soluciones, unas acertadas, otras desacertadas; los pequeños núcleos de

población devinieron en ciudades: Río Branco, Porto Velho,… con la vida urbana aparecen

centros sanitarios: hospitales, casas de maternidad, y es ahora cuando mujeres médicos,

descubren la existencia de prácticas sexuales no manifiestas, ocultas, pero no excepcionales y

más numerosas de lo que en un principio de ser detectadas se podía suponer o cuantificar. Se

abrió la investigación pertinente, sus conclusiones oficialmente nunca se hicieron públicas,

¿por qué? Pues se dice, que la religión católica ha presionado para que no salieran a la luz

estas investigaciones. En una palabra, y para no divagar con especulaciones: la exclavitud, una

de las mayores lecras de la historia reciente de la humanidad, se extendió por un área

geográfica que abarca casi toda la costa atlántica americana, desde el Río de la Plata hasta los

estados sureños de Norteamérica (incluidas las islas caribeñas). El periodo de tiempo: siglos

XVI - XVII – XVIII y dos tercios del XIX, ¡más de trescientos años! La vida de los esclavos era

apilados en barracones, sin distinción de sexos (la cabaña del Tío Tom, un cuento para niños,

una farsa) ahí prevalecía la ley del más fuerte a la hora de procrear y esto favorecía al sistema

esclavista, los negritos que nacían eran hijos de los fuertes. La Iglesia Católica, ni ninguna otra

confesión religiosa, hizo manifiesto alguno denunciando lo que ocurría, cómplices,

encubridores interesados y racistas en altísimo grado. A modo de ejemplo citaré a San Martín

de Porres, hijo de un aristócrata español y una mujer de raza negra, se le permitió vestir los

hábitos, pero no ser ordenado; (el padre las Casas y otros misioneros es otra historia, en la

América Andina); el hecho cierto: que de la esclavitud a la seringa se pasó de una generación

para otra y la moral sexual de los seringueiros es la misma de los barracones de los esclavos.

Estas fueron las causas, las raíces últimas a que llegaron los médicos que investigaron “las

anomalías sexuales” que mujeres parturientas desvelaron, confidencialmente, a los médicos

que las atendían. ¿Qué tiene todo esto que ver con el pueblo caboclo daimista? Aquí es donde

no me atrevo a emitir juicios de valor, cada cual puede llegar a sus propias conclusiones, pero

lo que si afirmo – por convivencia con algunos de ellos, allí y aquí – es que su moral sexual no

es como la moral sexual de la cultura judeocristiana. No escribo sobre “casos” reales por

profundo respeto y aprecio a las “víctimas”, pero he escuchado relatar historias de chamanes,

más propias de un macarra o un proxeneta que de un ser en la procura de los caminos

espirituales. ¡Ah! Y nada que ver con el tantra hindú.

Post Data

Felipe V, primer rey Borbón de España, tuvo una flota de barcos (en sociedad con un primo

suyo) dedicado a llevar negros desde las costas africanas de Senegal, Guinea,… hasta las costas

americanas: Brasil, Cuba,… esto ha sido publicado recientemente. Fue objeto de tesis doctoral.

~ 63 ~

APARTADOS ESPECIALES

CONSTRUCCION DE LA IGLESIA DE SAN JUAN EN LA FINCA DE LA

BERCIANA, CARRETERA DE ALDEA DEL FRESNO (MENTRIDA, TOLEDO)

CAPÍTULO I

Miércoles de la tarasca, en Granada, fiesta profana que precede al día del Corpus Christi,

gran festividad religiosa en el calendario católico, especialmente español, aunque hoy día en

muy pocos sitios se conserva su carácter festivo, entre ellos la ciudad de Granada.

Aquella mañana la pasé en las oficinas de mi antigua empresa, Bados Navarro S.L.; después

de la comida del mediodía y la preceptiva siesta, salía para el Algarve en el sur de Portugal, allí

me había inscrito para participar en un sesshin con el grupo del maestro Deshimaru. Ya estaba

saliendo del Albaicín cuando recordé haber olvidado una cosa en las oficinas, por tal di marcha

atrás y al abrir la puerta sonaba el teléfono (aún no existían los móviles, o al menos, yo no

tenía)

Me llamaba un fardado desde Barcelona para decirme que marchaba a Brasil para el

festival Junino y toda vez que yo me había comprometido a pagar los gastos de los arreglos de

boca de varias personas en la última comitiva del Padrino Alfredo, hiciese el favor de enviar el

dinero por “mensajeros” a cierta persona de Madrid (ajena esa persona al Daime), quien se lo

pasaría en el aeropuerto de Barajas. Quedé sin saber cómo reaccionar:

1º) yo solo me había comprometido con los gastos de la Madrina Cristina, de dónde

todo eso de otras personas más.

2º) ya previamente intenté hacer llegar ese dinero a Juan Carlos de la Cal, el día que

telefoneé a su casa, me dijeron que estaba en Estambul.

Luego, al fardado de Barcelona, le negué la cantidad exigida y que lo que de mi parte

correspondía se lo haría llegar a un fardado en forma alguna a cualquier un.

El grado de indignación fue tal que se desmoronó el sesshin en el Algarve, ¿qué hacer?

¡Dios mío! ¿Pero por quien se me tomaba? Me urgía esclarecer aquel nuevo embrollo y ahí

que marqué el número de J.C. de la Cal. Obviamente, ni por asomo esperaba mi llamada. Le

expuse brevemente el motivo, pero él estaba en otra, me dijo que el próximo fin de semana, el

grupo de Madrid (algunos) se iba a reunir en la finca de Mentrida, pues tenían el propósito de

iniciar las obras para la Iglesia que tanto necesitaban; me quedaría muy agradecido si yo

también asistía a la reunión, pues por mi condición de técnico de la construcción serían bien

escuchadas mis opiniones. Entonces, una vez más, el hombre propone, cambie la dirección, en

vez del suroeste, viaja al norte. El sábado, ya en la Berciana, fui amigablemente recibido por

los presentes, excepto uno: el Dionisio; no se tomó ni la molestia de disimular su hostilidad, ya

había redactado un croquis o borrador; el acuerdo unánime fue que al día siguiente, nosotros

dos ya solos, cambiáramos impresiones referentes al “plan de obra”. Dionisio calló ante el

acuerdo adoptado por el resto de “irmaos”, pero el domingo, literalmente soltó “que para

hacer la Iglesia no me necesitaba”. Bien si lo que dijo era de una actitud prepotente y

despreciativa, la forma de decirlo me dejó “chafado”. ¿Cómo iba yo a esperar tal actitud? Y

¿por qué?; guardó sus croquis o borrador y la tarde de aquel domingo, en el domicilio del

Juancar en Madrid, se explayó mientras yo guardaba un prudente y comedido silencio. ¡El que

~ 64 ~

calla otorga! No había nada que otorgar, la dinámica ya estaba iniciada, yo “aparecí” por el

incidente de la llamada del fardado catalán, los acontecimientos seguirían su curso, al menos

yo ya no los ignoraba.

O tempo passa y sigue pasando

Todos dormen, no queren acordar

Por esas cosas de la energía, de vez en cuando me llegaban noticias de la marcha de las obras.

Por mi propia experiencia profesional, ya con más de 30 años ejerciendo la profesión, sabía

que “la gente”, el ciudadano común, regeita de los técnicos no comprende el lenguaje técnico ,

se entiende mejor con los albañiles, y el coste de los honorarios lo viven cual un impuesto.

Aquí pues, estaba en un caso similar al de cualquier pueblo, al menos en la mitad sur de

España, las ciudades son otra historia.

A principios de diciembre de aquel año de 1997 (medio año después), viajaba hacia el

norte, hice “parada y fonda” en La Berciana. Una vez más me presentaba sin ser esperado;

ahora tenían un problemilla, el ayuntamiento de Mentrida les conminó a “legalizar las obras”.

No existía expediente alguno ni la preceptiva licencia; lo sorprendente es que los servicios

municipales se hubieran demorado tanto tiempo, las obras eran muy llamativas desde la

carretera. El Juancar, pidió “echase una mano”, pero yo, y no por resentimiento, me

desentendí. Recuerdo que le entregué la tarjeta de un arquitecto madrileño especializado en

bio-construcción; la tarjeta si no la tiró le faltó poco. No continué mi viaje al norte, regresé a

Granada y un día al despertarme vi claro que no podía desentenderme. Llamé a Juan Carlos

para comunicarle mi cambio de actitud, ni se alegró ni se desalegró, realmente nunca fue

persona “no grata” pero era obvio que tampoco era “santo de mi devoción”. El desencuentro

entre nosotros no trascendía los límites de las normas de personas bien educadas. Mi siguiente

paso fue el de personarme en los despachos de los arquitectos del ayuntamiento: eran dos. El

estudio lo tenían en Madrid; trabajaban juntos y por tal hablar con uno era hablar con los dos.

Me presenté, expuse mi condición profesional así como la amistad que me unía al colectivo de

la finca de la Berciana. La verdad es que les quité peso de encima, me respondieron: tus

amigos parecen buena gente, son majos y no entendemos el por qué hacen lo que hacen, pues

casi todos deben tener estudios universitarios; yo añadí que me llevaría tiempo encontrar la

solución para la legalización: adecuar lo echo a la normativa, un perito industrial que

redactara, firmara y visara el proyecto,… “tranquilo, tómate tu tiempo, ya sabemos está en

buenas manos”.

Aquella Navidad la pasé en la casa familiar en Moral de Calatrava (C. Real). Estaría más

cerca para cualquier gestión.

Quedé con Dionisio un día, entre Nochebuena y Nochevieja en Albacete capital, facilitarme

la información que le pedí referente a lo ya construido y que no se veía: cimentaciones,

arrastramientos, y especialmente lo que concernía a la seguridad y estabilidad, pues la

primacía en toda nueva construcción es la seguridad; el proyecto a ser redactado tenía que

contemplar estas normas para pasar el trámite del “visado” en el Colegio Profesional de

Peritos Industriales (los cálculos estructurales se hacen en estudios de ingeniería y peritaje,

aunque quien firma es el arquitecto).

Hoy en día esa entelequia está superada.

~ 65 ~

De otra parte los honorarios de un perito son menores que los de un titulado superior y

para el caso era suficiente con cumplir la normativa estructural.

La comida en Albacete aquel mediodía navideño fue un diálogo de sordos, no acababa de

encontrar la manera de ser aceptado por ese hombre, tenaz, tozudo y apegado a sus propias

convicciones.

Hay una anécdota que no puedo eludir: una mañana, después de año nuevo, con un

constructor de mi pueblo (Santiago Naranjo), muy tempranico salimos hacia el almacén de mi

antigua empresa en un polígono industrial cerca de Granada; cogimos lo que yo tenía anotado

iba a precisar, retomamos la carretera de Madrid, en Mentrida, Santiago “alucinó”: la parte de

los aseos, entre la nave de la iglesia y la casona antigua, estaba anegada de agua, la cubierta

no tenía puesto el material impermeabilizante, los pares de hierro (vigas) que formaban la

pendiente (inclinación) del tejado habían flexado por el centro (cedido) de forma alarmante,

no se le había dado minio de protección y la oxidación ya era perceptible, no podía, como

profesional, dar crédito a lo que sus ojos veían. Bueno, descargamos lo traído de Granada y

para la hora de un partido de fútbol que aquel día pasaban en la TV, ya nos encontrábamos en

nuestro pueblo: Moral de Calatrava. Fue tal el susto que Santiago traía en su cuerpo que

aquella misma noche le rogó a su esposa llamara por teléfono a mi hermana Magdalena (eran

amigas) para preguntarle si sabía con quien andaba yo. He de decir que Santiago fue un

antiguo colega de la “movida de los albañiles”, no era un albañil convencional, me conocía

algo, pero al meterme de pies en “charcos” como el que había visto era por demás.

Diego Egea, es un perito que tenía una empresa de Montajes en Granada, para mi empresa

había trabajado, por ejemplo el almacén donde guardábamos las herramientas; le mostré, en

líneas generales lo “que había”, él me dio más soluciones que al menos respetaran ciertas

condiciones estructurales mínimas.

Contacté con un taller próximo, con autorización del comandante. Después del día de los

Reyes Magos, Dionisio reapareció. Pasaba de mí, el tío insistía en no necesitarme, yo pensaba

que por sentido común no podíamos ir cada uno a nuestra bola. Ante aquella inaudita actitud,

Juancar haciendo, por primera vez, uso de su autoridad, dijo que quien se había hecho

responsable ante el ayuntamiento era quien daba las instrucciones y que tenía que ser

respetadas, no dando su brazo a torcer, cogió su herramienta, la cargó en la furgoneta y se fue,

no sin antes despedirse de mí y desearme suerte.

Bien, como el tiempo era lluvioso y los elementos de hierro se oxidaban a ojos vista, busqué

en el pueblo una cuadrilla de albañiles para proteger ciertas partes. Cuando el Fernando

Goded supo que iba a traer albañiles, se encolerizó y con una mala leche digna de mejor causa,

me echó fuera. Aquí, en este punto, doy un respiro al relato o crónica de este culebrón.

CAPÍTULO II

Parte de las instrucciones de Diego Egea se materializaron. Confiaba que, por la cuenta que

les tenía, harían los restantes muy especialmente al arriostrado (atado) de los apoyos de los

“pares” (vigas de la cubierta) en su encuentro con el muro de bloques de termo arcilla. Pilares

no había, la carga no se transmitía a la cimentación y que sería como la cubrición sin atado. Mi

descorazonamiento iba en crescendo, el comandante ni se tomaba la molestia de

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telefonearme. Supe “que las aguas habían vuelto a su cauce”. El Dionisio retomó la

responsabilidad de las obras. En Mayo, viajé a Bilbao; di una breve pasada por la Berciana y

con una simple inspección visual verifiqué que del arriostrado nada de nada. Prudentemente

no hice comentario alguno, allí estaban los hermanos de la Cal y el Goded. Continué, pues, mi

ruta hacia el norte, aquella noche dormí en un hostal en la Granja de San Idelfonso (Segovia);

no había amanecido cuando desperté. Antes de que abrieran ya fui a una empresa

especializada en análisis y peritaciones de edificios; al exponerles mi deseo de hacer una

prospección estructural, dijeron:

a) Si yo no era el dueño, les estaba prohibido por ley hacer informes, podían ser

usados indebidamente.

b) En un polígono industrial, cerca de Alcalá de Henares tenía otra agencia que me

pillaría más cercana.

Seguí hasta Burgos, la Escuela Universitaria Técnica, donde se dan titulaciones de

aparejadores, fue mi siguiente etapa. Procuré al catedrático de estructuras, quien muy

amablemente me pasó a su despacho; al exponerle resumidamente el motivo de la consulta,

confirmó mis temores:

La cubierta en un momento dado se podría desplomar en su totalidad por:

1º) El grado de corrosión de los apoyos puntuales de los pares, llegaría a

debilitar su resistencia hasta el punto de no poder transmitir las cargas

que soportaban (la alameda del río que limita la finca da un grado de

humedad ambiente altísimo)

2º) El detonante que precipitase la ruina, sería bien una fuerte

ventisquera, o bien una nevada que sobrecargaría el tejado, e incluso

ambas simultáneamente.

(La provincia de Toledo tiene una altitud media de 550 mts y la sobrecarga de nieve: 60kg/m2)

[Normas del instituto nacional de la vivienda].

ANEXO

La plaza de toros de las ventas, está construida a base de una estructura metálica

roblonada (la soldadura aún no existía), el revestimiento de ladrillo imitando un estilo

neomudéjar, es eso: un revestimiento; por los años setenta se temió un desplome del

graderío, por tal, se hizo una prospección en profundidad (chequeo) y se descubrió que la

estructura metálica se hallaba en estado muy avanzado de corrosión; los trabajos de

consolidación mediante procedimientos tecnológicos muy avanzados de electrólisis, etc.,

fueron publicados en todas las revistas que editaban los colegios profesionales de: ingenieros,

peritos, arquitectos, aparejadores… la antigüedad de las ventas, no la conozco con precisión,

pero fue ya en el siglo XX.

Al regresar de Bilbao, después de una semana intensiva de meditación, tomé dos

decisiones:

1º) Ir al ayuntamiento de Mentrida para retirar la palabra dada, no estaban los

arquitectos, me recibió el alcalde en persona.

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2º) Emplazar a J.C. de la Cal en el polígono industrial próximo a Alcalá de Henares; ni

que decir que compareció con cara de pocos amigos. El técnico que nos recibió dio

un presupuesto para: el informe y el desplazamiento (dietas) de 80.000 pts o

100.000 pts, no recuerdo bien. La visita se haría cuando pasaran los días de San

Isidro.

Le pasé al testigo la responsabilidad a quien correspondía, ya venía pesando sobre mi

consciencia de técnico un larguísimo año.

Post Data: el informe nunca se hizo. El alcalde, acompañado por policías municipales se

personó allí en la finca y les dio un buen rapapolvo. No faltó quien me calumnió de haberlos

traicionado.

Ahora, trece años después, yo me pregunto, ¿sería conveniente descubrir e inspeccionar los

puntos débiles de la estructura?

CAPÍTULO III

Con ser mucho lo escrito, las chapuzas son una fuente de problemas para el futuro.

Los aseos (de mujeres y hombres) desaguan en un pozo ciego a cierta distancia, no hay ni

fosa séptica depuradora, ni arquetas de registro intermedias e incluso la pendiente

(inclinación) de la tubería es casi plana. Cada cierto tiempo, bien por su atasco en la tubería o

porque el pozo ciego se colmataba, la mierda salía al exterior con su correspondiente olor

nauseabundo. Creo que hasta esto llegó a ocurrir coincidiendo con la gira del padrino Alfredo y

la comitiva que lo acompaña.

Ya, por la época de las cabañas, hubo otra irrupción que hasta salía por los inodoros. Ahí

busqué unos trabajadores bolivianos y una fría mañana, nos arremangamos para dar definitiva

resolución a ese endémico problema. Creo que lo conseguimos.

Cuando yo asumí la dirección del desagüe de los nuevos aseos en la parte trasera de la casa

de visitantes, se separaron las aguas negras (fecales) de las grises (lavabos, duchas, lavadoras,

etc. ); en las negras se interpuso la preceptiva fosa séptica, antes de que las aguas, ya

depuradas, salieran por la tubería colocada sobre áridos drenantes; las tuberías con aguas

grises vierten sus aguas al sistema drenante sin peligro alguno de contaminación.

Toda vez que va para, casi cinco años, que no sé nada de Mentrida, desconozco si ha habido

o no algún problema.

CAPÍTULO IV

Antonio, el albañil, quien fue mi irmao cuando las cabañas, es un hombre muy vinculado a

la finca de la Berciana, ya con quince años trabajaba con el Filomeno el constructor por

antonomasia de Mentrida, y quien compró la finca a un ex alcalde de los años franquistas. El

“Filo” consolidó la casona pre-existente y no hizo nada más. Cuando la finca y la casona

devinieron en propiedad del grupo daimista, la casa sólo tenía una puerta de acceso en la

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fachada frente a la carretera; una vez en el interior, a mano derecha la escalera de dos tramos

y meseta comunicable con la planta alta, y desde un distribuidor, otra escalera de un solo

tramo conducía al desván o espacio bajo la cubierta. El resto, un balcón sobre la puerta y algún

que otro ventanuco, excepto en el parámetro frente al pueblo que es y permanece ciego. Para

concluir esta descripción de la casona, solo añadir la existencia casi frente por frente de la

puerta de entrada de una chimenea.

La disposición de una segunda puerta de salida, en el muro perpendicular al de la entrada;

la ubicación de la puerta de la cocina, frente a la nueva puerta, motivo: un sistema de

circulación en la planta baja parecido al “moño de una loca”. Así, quienes entren por la puerta

principal, tiene tres direcciones: a la izquierda y en diagonal para salir por la nueva puerta, a la

derecha y subir por la escalera y de frente hacia la cocina. En las otras plantas se dan las

mismas opciones, pero entrecruzándose, el resultado es que en todo el espacio de la planta

baja existía un “rincón” o apartado donde charlar o estar en silencio, el ir y venir de las

personas invade todo.

Precisamente en las montañas que separan el Alentejo del Algarve – prolongaciones de

Sierra Morena – conocí una casa de espiritualidad de una comunidad hindú y con semejanzas

con esta casa de la Berciana, pero allí la solución del circular humano dentro de un espacio fue

acertadamente resuelto.

ANEXO: RESUMEN DE LAS SIMILITUDES ENTRE LA INMANDA DE

DAIMISTA Y LA COMUNIDAD (SANGHA) DEL ZEN CRISTIANO.

Si las comparaciones son odiosas, en el supuesto de comparar Zendo Betania con la finca de

la Berciana (y sus respectivas edificaciones e infraestructuras) es un sarcasmo. Lamento no

disponer de fotos del centro daimista, aunque para el caso, tanto da.

Constructivamente la Iglesia de San Juan, es una superposición de elementos: cubierta

sobre muros, estos sobre cimentación, esta sobre el terreno; arriostramientos y trabas de unos

con otros no hay, informe geotécnico menos, cualquier movimiento sísmico (terremoto)

descompondría este castillo de naipes, sin otra ley que la de la gravedad. Estéticamente “un

bodrio”: las orejeras de las cuartos fiscales, la “pretenciosa” vidriera; el cuartico para el

despacho del daime, bajo la cupulina recubierta de teja (el modo de las cúpulas del levante

español, pero fuera de la tradición toledana) ¡un pegotico! Las hojas de las ventanas

interceptando la circulación de personas cuando se abren.

Las infraestructuras y sus periódicas erupciones de cieno; sin consideración al medio

ambiente (ni una sencilla depuradora) y lo que aún es peor: la arrogancia y autosuficiencia del

“constructor”, sin echar en “saco roto” el odio que vomitaba hacia mi persona (menospreciar

mi titulación técnica es cosa menor)… pero en medio de todo eso: ¿qué opinaba la

“irmandade”? ¡Nada! realmente, ¡tal para cual! En cuanto a la comandancia: prevalecía el

pensamiento de que “el fin justifica los medios”,… con su pan se lo están comiendo. El padrino

Alfredo, llegó con el tiempo, a tener cumplida información de lo acontecido; luego, una vez

más, se cumplió aquello del refranero: “el tiempo pone las cosas en su sitio y cada cual queda

por lo que es”.

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En ciertas ocasiones, he comentado con padrinos que han visitado España y a quienes he

tenido el privilegio de serles útil: Luis Méndez, Roberto Corrente, Alex Polarix de Alverga, que

el ambiente que yo percibía en el centro daimista de Madrid, era reflejo de esa ciudad; la

capital del estado español, que fue una pequeña población antes de la Guerra Civil, con su

propio carácter (bien expresado en las zarzuelas), pero aumentó y aumentó de habitantes

como consecuencia indirecta o directa de la política territorial durante el larguísimo régimen

de la dictadura. Los nuevos madrileños, forzados a emigrar de sus pueblos y comarcas, vivían

en una ciudad que no sentían y, menos aún, amaban. Deseaban salir siempre que podían:

”puentes”, vacaciones, fines de semana, ... Escribo con el conocimiento de causa; el pueblo

donde nací y me crié en la comarca del Campo de Calatrava (C. Real), perdió durante los años

40/50 el 40% de su población, algunos de ellos amiguillos y amiguetes de la infancia y primera

adolescencia; luego la “irmandade daimista” sentían y amaban el espacio de la Berciana, cual

la ciudad donde casi todos vivían y trabajaban – los que tenían un trabajo estable – yo me

preguntaba constantemente si el número reducido de daimistas que tenía en estima,

compensaban el “compartir” los “trabalhos” con seres con quienes ni en el pasado ni en el

presente de mi vida tenía nada en común y no es que exagere, exteriorizo mi genuino sentir.

En cuanto “ocurreio de ma noticia” otra lacra: ¡chismorreo!

A mi ser natural le es agradable: el silencio, orden, limpieza, belleza formal, sencillez,

humildad (no fingida); así pues aquellos “fardaos/as” con sus “conversas a toa”, pitando

“macoña”, bajo las higueras, con cuerpos como castillos (algunos de ellos), pero que no daban

un palo al agua. Todos sin excepción más jóvenes que yo que tanto había “penao” para

“arrumar” (ahorrar) lo poco que tenía. ¿Qué sentido daba a lo que la providencia puso en mis

manos, malversado tiempo y patrimonio?, “puchando” por un camino espiritual del que ya

desde el lejano verano de 1994, dudaba y que después del festival 99/00 (celebrado en Mapia)

"troqué” (mudé) la duda en descreencia. ¡Sin arrogancia alguna! … ¿seré más daimista que

muchos de ellos?

Al menos en la línea de Francisco Fernández Filho (Teteo) venerado padrino del Santo

Daime., ¡sí!

Algunas reflexiones

La expansión daimista sólo se ha hecho a: occidente de Europa – Japón – EEUU – Canadá;

es bien evidente que los países pobres9999999999: Somalia, Nicaragua,… lo desconocen,…

¡con su pobreza ya están “abençoados”! (bendecidos).

Escuchando la música que compuso Juan Sebastián Bach me he preguntado, ¿teniendo esta

maravilla en nuestra cultura, tenemos los “gringos” necesidad de viajar a la Amazonia?

Es bien comentado y sabido que si Jesús de Nazaret o Sat Yamuni (Buda), se reencarnasen

nuevamente, en modo alguno reconocerían sus mensajes en las religiones que “predican” en

sus nombre. Realmente, siempre ocurre igual – la pureza de toda doctrina está en sus inicios.

Así los tiempos de los: Antonio Gómez, María Damiao, Juan Pereira, Guillermo Germano, “ Tao

Longe” (queda tan lejos) que a mi entender, las distancias con el presente son “sustanciales”,

por no decir abismales. Al menos, en el comportamiento de cuantos padrinos “Fardaos”, etc.

¡Por sus hechos los conoceréis!

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Dedicado a todos y cada uno de los “compañeros/as” del camino con quienes he ido

coincidiendo en: Arco Iris, Yiko Am, Santo Daime, Zen Cristiano, Deshimaru, otros que no por

omitirlos están menos presentes en mi ánimo.

Güéjar Sierra (Granada)

Fdo: Luís Bados Ramírez

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