por la organización del pueblo acabar con sus verdugos

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BOLETIN ESTUDIANTIL ¡Viva el 1ro de Mayo combativo y revolucionario! CON ÁNIMO DE LUCHA Por la organización del pueblo para acabar con sus verdugos Doña Juancha -como le dicen los vecinos- tiene aproximadamente 45 años, desciende todos los días por las pendientes del Ajizal (barrio ubicado en una de las zonas más pobres de Itagüí), camina durante 30 minutos para llegar a la 1am a La Mayorista dispuesta a trabajar en lo que le toque, ya sea descargar camiones o arreglar verdura, entre otras; en la plaza ya la conocen y disponen de sus manos en lo que haya que hacer. No tiene contrato, mucho menos seguridad social, ni aspira a pensionarse. Esto que ha hecho por más de 15 años le ha permitido sacar sus 3 hijas adelante. Este es uno más de miles de trabajos informales en los que tienen que sobrevivir más de 10 millones de la población considerada económicamente activa hoy en Colombia. Según el mismo gobierno más de 70 personas de cada 100 recurren a la informalidad para poder subsistir y la mayoría de estas no alcanzan ni siquiera el salario mínimo para vivir. Menos de la mitad de la población económicamente activa posee un trabajo formal y corre “mejor suerte” que doña Juancha. Tienen jornadas extensas para ganarse un mínimo, y en muchos casos se ven obligados a sobre-explotarse (doble trabajo u otros medios) para conseguir lo mínimo para su familia. El gobierno “saca pecho” de la histórica cifra de alza del salario mínimo, pero el pueblo sigue comprobando día tras día que con $616.000 no da para que una familia viva dignamente, en contraste, el banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo gana $2.500.000 por segundo a costa de la explotación de miles de trabajadores. En cuanto a los desempleados, que no consiguen un trabajo formal ni informal, el gobierno alardea de su disminución al 10,7% para febrero de este año, pero aunque esta cifra fuera real, siguen siendo casi ¡2 millones y medio! de personas que día a día sufren la incertidumbre de resolver cómo alimentar a su familia. En todos los casos son más afectadas las mujeres: tienen mayores índices de informalidad y desempleo; cuando son empleadas reciben menos ingresos que los hombres en labores similares; sean empleadas o informales generalmente tienen que cumplir 2 o 3 jornadas, pues sobre ellas recaen las labores de la casa y la atención de los hijos, impuestas por esta sociedad. Y frente a esto ¿qué hace el Estado? El gobierno Santos, como fiel continuador de un proyecto de país sometido al imperialismo y atrasado económica y socialmente, viene impulsando sus locomotoras: la locomotora minera es una aplanadora, que pasa por encima del pueblo y de nuestros recursos naturales para entregárselos a las grandes multinacionales. El gobierno viene destruyendo, por medio de las fuerzas militares legales e ilegales, la maquinaria del pequeño y mediano minero, desconoce la minería tradicional y acusa de terroristas indiscriminadamente a miles de mineros que salen a hacerle frente a esta locomotora. En el agro continúa el acaparamiento de tierras por parte de grandes empresas y terratenientes, despojando al campesinado a la fuerza. Santos promete restituirles sus tierras, pero el asesinato de 72 líderes reclamantes de tierras deja claro que no es más que palabrería y que esas tierras no las recuperará el campesinado con leyes; en nuestro país hay cerca de 6 millones de desplazados y la tierra despojada entre 1986 y 2011 sobrepasa los 6 millones de hectáreas. Adicional al despojo de la tierra, con la entrada en vigencia de tratados de libre comercio (TLC) han quebrado muchos campesinos, pues el alto costo de los insumos, entre otras condiciones paupérrimas ocasionadas por el abandono estatal, hacen que no puedan competir con precios de productos de estos países, cuyo campo es industrializado y la producción recibe grandes subsidios del Estado. Colombia es uno de los países más pobres en América latina: para el 2011 los niveles de pobreza eran del 45,5% en las ciudades y 64,3% en el campo. Las clases dominantes hacen triquiñuelas para manipular las estadísticas y modificar los indicadores de pobreza; en el 2011 se fijó la línea de pobreza en ingresos de ¡$190.000 al mes!, es decir, según el gobierno, quien gane más de $190.000 al mes ya no es pobre, ¡magistral política del gobierno Santos con la que logró “reducir” la pobreza a un 33%! Pero aún con esta amañada línea de pobreza, hay departamentos como Chocó donde se tienen niveles de pobreza del 68%, uno de los departamentos en donde hay mayor presencia de multinacionales saqueando nuestros recursos .

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¡Viva el 1ro de Mayo Combativo y Revolucionario!

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Page 1: Por la organización del pueblo acabar con sus verdugos

BOLETIN ESTUDIANTIL

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CON ÁNIMO DE LUCHA

Por la organización del pueblo para acabar con

sus verdugosDoña Juancha -como le dicen los vecinos- tiene aproximadamente 45 años, desciende todos los días por las pendientes del Ajizal (barrio ubicado en una de las zonas más pobres de Itagüí), camina durante 30 minutos para llegar a la 1am a La Mayorista dispuesta a trabajar en lo que le toque, ya sea descargar camiones o arreglar verdura, entre otras; en la plaza ya la conocen y disponen de sus manos en lo que haya que hacer. No tiene contrato, mucho menos seguridad social, ni aspira a pensionarse. Esto que ha hecho por más de 15 años le ha permitido sacar sus 3 hijas adelante. Este es uno más de miles de trabajos informales en los que tienen que sobrevivir más de 10 millones de la población considerada económicamente activa hoy en Colombia. Según el mismo gobierno más de 70 personas de cada 100 recurren a la informalidad para poder subsistir y la mayoría de estas no alcanzan ni siquiera el salario mínimo para vivir.

Menos de la mitad de la población económicamente activa posee un trabajo formal y corre “mejor suerte” que doña Juancha. Tienen jornadas extensas para ganarse un mínimo, y en muchos casos se ven obligados a sobre-explotarse (doble trabajo u otros medios) para conseguir lo mínimo para su familia. El gobierno “saca pecho” de la histórica cifra de alza del salario mínimo, pero el pueblo sigue comprobando día tras día que con $616.000 no da para que una familia viva dignamente, en contraste, el banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo gana $2.500.000 por segundo a costa de la explotación de miles de trabajadores.

En cuanto a los desempleados, que no consiguen un trabajo formal ni informal, el gobierno alardea de su disminución al 10,7% para febrero de este año, pero aunque esta cifra fuera real, siguen siendo casi ¡2 millones y medio! de personas que día a día sufren la incertidumbre de resolver cómo alimentar a su familia. En todos los casos son más afectadas las mujeres: tienen mayores índices de informalidad y desempleo; cuando son empleadas reciben menos ingresos que los hombres en labores similares; sean empleadas o informales generalmente tienen que cumplir 2 o 3 jornadas, pues sobre ellas recaen las labores de la casa y la atención de los hijos, impuestas por esta sociedad.

Y frente a esto ¿qué hace el Estado?

El gobierno Santos, como fiel continuador de un proyecto de país sometido al imperialismo y atrasado económica y socialmente, viene impulsando sus locomotoras: la locomotora minera es una aplanadora, que pasa por encima del pueblo y de nuestros recursos naturales para

entregárselos a las grandes multinacionales. El gobierno viene destruyendo, por medio de las fuerzas militares legales e ilegales, la maquinaria del pequeño y mediano minero, desconoce la minería tradicional y acusa de terroristas indiscriminadamente a miles de mineros que salen a hacerle frente a esta locomotora.

En el agro continúa el acaparamiento de tierras por parte de grandes empresas y terratenientes, despojando al campesinado a la fuerza. Santos promete restituirles sus tierras, pero el asesinato de 72 líderes reclamantes de tierras deja claro que no es más que palabrería y que esas tierras no las recuperará el campesinado con leyes; en nuestro país hay cerca de 6 millones de desplazados y la tierra despojada entre 1986 y 2011 sobrepasa los 6 millones de hectáreas. Adicional al despojo de la tierra, con la entrada en vigencia de tratados de libre comercio (TLC) han quebrado muchos campesinos, pues el alto costo de los insumos, entre otras condiciones paupérrimas ocasionadas por el abandono estatal, hacen que no puedan competir con precios de productos de estos países, cuyo campo es industrializado y la producción recibe grandes subsidios del Estado.

Colombia es uno de los países más pobres en América latina: para el 2011 los niveles de pobreza eran del 45,5% en las ciudades y 64,3% en el campo. Las clases dominantes hacen triquiñuelas para manipular las estadísticas y modificar los indicadores de pobreza; en el 2011 se fijó la línea de pobreza en ingresos de ¡$190.000 al mes!, es decir, según el gobierno, quien gane más de $190.000 al mes ya no es pobre, ¡magistral política del gobierno Santos con la que logró “reducir” la pobreza a un 33%! Pero aún con esta amañada línea de pobreza, hay departamentos como Chocó donde se tienen niveles de pobreza del 68%, uno de los departamentos en donde hay mayor presencia de multinacionales s a q u e a n d o n u e s t r o s recursos .

Page 2: Por la organización del pueblo acabar con sus verdugos

Así pues, las famosas locomotoras de Santos realmente benefician al imperialismo, al gran capital y a los terratenientes, mientras para el pueblo colombiano sólo queda desempleo e informalidad, empeoramiento de las condiciones laborales, quiebra de pequeños campesinos y productores, saqueo de los recursos naturales, etc. Santos afirma: la meta “es convertir a Colombia en un país más desarrollado”, e insiste en reactivar la producción agropecuaria pero de los grandes propietarios de la tierra y el capital, promover la inversión extranjera directa en los megaproyectos agrícolas y elevar los niveles de competitividad y productividad de los grandes empresarios. Las locomotoras de Santos como continuación de anteriores gobiernos sólo traen más miseria para las clases trabajadoras, por lo tanto también traen más lucha, y sólo con lucha el pueblo logra defender y conquistar sus derechos.

El camino del pueblo es de lucha y construcción de una nueva sociedad al servicio de las clases trabajadoras. Desechemos las esperanzas en las promesas y migajas de las clases dominantes.

En el movimiento social colombiano (y mundial) históricamente han existido diferentes posturas, colores y tendencias, que aunque se visten de revolucionarios realmente buscan acomodarse al injusto orden existente. Así son todos aquellos grupos de la mal llamada “izquierda democrática”, que convocan cada 4 años al pueblo a revivir su esperanza en la posibilidad de ocupar puestos en este Estado burocrático y desde allí ir reformando la sociedad a través de la democracia burguesa y por las vías legales establecidas por las clases dominantes. Una política bastante “inocente” pensará el lector desprevenido, pero el pecado de ellos no es la inocencia, sino al contrario la viveza: falsos líderes sociales que pretenden subir al poder para continuar sirviendo a intereses imperialistas y a una burocracia nacional, sólo que con una fachada de “izquierda” (véase caso Brasil con Lula y el Partido de los Trabajadores, véase caso Venezuela con Chávez y su “revolución bolivariana”, véase el caso de Cuba). “Si votar sirviera para algo, estaría prohibido”.

Por otro lado, también buscan acomodarse al viejo orden aquellas guerrillas como las Farc y el Eln (entre otras), en apariencia “más revolucionarios” que los electoreros, pero realmente usan las armas para presionar su entrada al descompuesto y burocrático Estado colombiano. Como lo han dicho sus líderes, ellos han tomado las armas porque no se les ha permitido participar de la vida política (léase politiquería). En esencia el camino planteado tanto por los electoreros como por las guerrillas de las Farc y el Eln finalmente son dos caminos para llegar a hacer parte

de un Estado que exprime y reprime al pueblo. Como el gobierno lo ha dicho claramente: en la Habana no se afectarán los inteereses de los grandes propietarios del capital y de la tierra, lo que quiere decir en pocas palabras, que nada sustancial para el pueblo cambiará.

Por eso este año, y los próximos, el pueblo debe desistir de las urnas, y abandonar las ilusiones en la falsa paz que nos quieren imponer, denunciar los falsos líderes y su propuesta de apostarle a la d e m o c r a c i a burguesa. Los v e r d a d e r o s líderes no son esos que aparecen cada 4 años a competir por votos, ni los que con las armas buscan un cargo burocrático en el Estado. Los verdaderos líderes son los que en el día a día trabajan en defensa de los derechos del pueblo e impulsan la construcción de una nueva sociedad al servicio de las clases trabajadoras, construida desde la base e independiente del Estado, sociedad que demanda organización en el campo, en los barrios populares, en las fábricas, en las universidades y en los colegios, pues la fuerza del pueblo radica en la justeza de su lucha y en la solidez de su organización revolucionaria. Los intereses del pueblo son claros: tierra, democracia, trabajo, justicia, independencia, desarrollo, educación, vivienda, soberanía alimentaria, entre otros; los intereses de las clases dominantes también están definidos: sometimiento, explotación, despojo. Así pues los intereses del pueblo, claramente irreconciliables con los de las clases dominantes, no se conseguirán ni en las urnas ni con la falsa paz que nos quieren vender.

¡¡¡Organización del pueblo para construir una nueva sociedad con democracia y bienestar popular!!!

¡¡¡Arriba la lucha popular, abajo la farsa electoral!!!

¡¡¡Primero de mayo día de la clase obrera, no de la propaganda politiquera!!! ¡¡¡Viva la lucha popular!!!

¡¡¡Contra el latifundio y el imperialismo organizar la protesta popular!!! ¡¡¡Tierra para quien la trabaja!!!

¡¡¡Imperialistas go home!!!

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