ponencia 1 - yate crátilo 1a parte

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1 Platón y la nominación naturalista de Crátilo Abdénago Yate Arévalo Resumen El diálogo Crátilo, escrito por Platón, plantea la bipolaridad de la nominación de las cosas, entre el naturalismo y el convencionalismo. Esta ponencia pone en tensión dicha polaridad al plantear que existe una coexistencia de las dos posturas en la imposición de nombres. Para ello se hace una aproximación a las características principales del naturalismo y el convencionalismo, concomitantemente con una lectura intralineada de los argumentos que dan soporte a cada teoría. Palabras clave: Lengua convencionalista, lengua naturalista, Crátilo, Platón, dia- léctica. 1. Introducción Crátilo (Kratýlos), el diálogo de Platón (383a-391c), aborda las reflexiones de la correspondencia entre el «nombre» y las «cosas nombradas»; para ello hace uso de la dialéctica (El arte de saber preguntar y responder), que en muchas ocasio- nes genera más preguntas que respuestas, pero que tiene como fin la búsqueda de La Verdad (Alétheia). Así, como base de discusión, en el Crátilo, es evidente la polarización, al parecer excluyente, de las posturas sobre dicha cuestión: el con- vencionalismo, por un lado, y el naturalismo, por el otro. No obstante, como defenderé en esta ponencia, en el diálogo entre Sócrates (Sokrátēs) y Hermógenes (Hermogénēs) existe una frontera borrosa entre el con- vencionalismo y el naturalismo para la «nominación» de las «cosas» debido a la existencia de «nombres» que no dan razón de la «esencia» de las «cosas nom- bradas» que han sido puestos por personas que no son expertos en ello, en cuyo caso son falsos nombres, y la existencia de «nombres» impuestos por legislado- res, que dan razón de la verdad de las «cosas nombradas», para lo cual serán nombres verdaderos, pero en este último caso se utiliza como justificación una etimología con debilidad analógica, ya que las raíces usadas, al parecer, corres- ponden al convencionalismo. Asimismo, es importante resaltar que en la postura naturalista se afirma que el nombre puesto por convencionalismo puede en ocasiones ser fortuitamente «ver- Estudiante del Doctorado en Bioética, de la Universidad El Bosque, Colombia. Magíster en Inves- tigación en Problemas Sociales Contemporáneos, de la Universidad Central, Colombia. Diseñador Industrial, de la Universidad Nacional de Colombia. Dato de contacto: [email protected] [email protected]

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Sobre el Cratilo de Platón

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    Platn y la nominacin naturalista de Crtilo

    Abdnago Yate Arvalo

    Resumen

    El dilogo Crtilo, escrito por Platn, plantea la bipolaridad de la nominacin de las

    cosas, entre el naturalismo y el convencionalismo. Esta ponencia pone en tensin

    dicha polaridad al plantear que existe una coexistencia de las dos posturas en la

    imposicin de nombres. Para ello se hace una aproximacin a las caractersticas

    principales del naturalismo y el convencionalismo, concomitantemente con una

    lectura intralineada de los argumentos que dan soporte a cada teora.

    Palabras clave: Lengua convencionalista, lengua naturalista, Crtilo, Platn, dia-

    lctica.

    1. Introduccin

    Crtilo (Kratlos), el dilogo de Platn (383a-391c), aborda las reflexiones de la

    correspondencia entre el nombre y las cosas nombradas; para ello hace uso

    de la dialctica (El arte de saber preguntar y responder), que en muchas ocasio-

    nes genera ms preguntas que respuestas, pero que tiene como fin la bsqueda

    de La Verdad (Altheia). As, como base de discusin, en el Crtilo, es evidente la

    polarizacin, al parecer excluyente, de las posturas sobre dicha cuestin: el con-

    vencionalismo, por un lado, y el naturalismo, por el otro.

    No obstante, como defender en esta ponencia, en el dilogo entre Scrates

    (Sokrts) y Hermgenes (Hermogns) existe una frontera borrosa entre el con-

    vencionalismo y el naturalismo para la nominacin de las cosas debido a la

    existencia de nombres que no dan razn de la esencia de las cosas nom-

    bradas que han sido puestos por personas que no son expertos en ello, en cuyo

    caso son falsos nombres, y la existencia de nombres impuestos por legislado-

    res, que dan razn de la verdad de las cosas nombradas, para lo cual sern

    nombres verdaderos, pero en este ltimo caso se utiliza como justificacin una

    etimologa con debilidad analgica, ya que las races usadas, al parecer, corres-

    ponden al convencionalismo.

    Asimismo, es importante resaltar que en la postura naturalista se afirma que el

    nombre puesto por convencionalismo puede en ocasiones ser fortuitamente ver-

    Estudiante del Doctorado en Biotica, de la Universidad El Bosque, Colombia. Magster en Inves-tigacin en Problemas Sociales Contemporneos, de la Universidad Central, Colombia. Diseador Industrial, de la Universidad Nacional de Colombia. Dato de contacto: [email protected] [email protected]

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    dadero; y cuando es falso se hace una diferencia notable entre llamarse y el

    nombre. El primero es la forma en que las personas, incluyndose a s mismo,

    determinan a alguien o algo, y el segundo es la verdad de la cosa nombrada.

    Verbigracia, Tu nombre, al menos, no es Hermgenes ni aunque te llame as to-

    do el mundo (Platn, 2014, pg. 364).

    Empero, la nominacin consecuente durante largos periodos generacionales pue-

    de acarrear el reconocimiento de la verdad en el nombre que ha sido puesto por

    convencionalismo dado por la evolucin de la lengua. En otras palabras, la postura

    de un nombre por convencionalismo deviene, por la evolucin de la lengua, nom-

    bre natural. Suceso que al parecer utiliza Scrates como justificacin etimolgica,

    sin que esto sea verdaderamente evidente, en sus argumentos a favor del natura-

    lismo que como resultado se haya la analoga dbil.

    2. Objeciones a la polarizacin de la nominacin

    En el dilogo entre Scrates y Hermgenes, este ltimo dice que:

    Crtilo afirma que cada uno de los seres tiene el nombre exacto por naturaleza.

    No que sea ste el nombre que imponen algunos llegando a un acuerdo para

    nombrar y asignndole una fraccin de su propia lengua, sino que todos los

    hombres, tanto griegos como brbaros, tienen la misma exactitud en sus nom-

    bres. (Platn, 2014, pg. 364)

    En otras palabras, lo que se busca es la exactitud de los nombres (Platn, 2014,

    pg. 364), en la que se pone en evidencia que los nombres pueden ser verdade-

    ros o falsos, dentro de la relacin entre el nombre con la realidad de ser de

    la cosa nombrada; a esto es a lo que se refiere hablar con verdad y hablar

    con falsedad (Platn, 2014, pg. 366), en otras palabras, ser verdadero el

    que designa a los seres como son, y falso el que los designa como no son es

    posible designar mediante el discurso a lo que es y a lo que no es (Platn, 2014,

    pg. 367). Ejemplo de ello es:

    Tanto Kratlos como Sokrts son nombres formados sobre el sustantivo krtos

    dominio; el de Scrates, adems, presenta la raz *sawo- que est en la base

    de palabras de vario significado Hermogns significa del linaje de Hermes, y

    este nombre no le corresponde, debido a sus dificultades pecuniarias (cf. 384c y

    391a) y, como l mismo aade ms tarde (cf. 408a), a su poca facilidad de pala-

    bra. (Platn, 2014, pg. 364. Nota 3)

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    Se utiliza la etimologa para dar sentido a la relacin del nombre con la cosa

    nombrada. En ello se busca que se identifiquen caractersticas en la cosa nom-

    bra, por lo que se argumenta que Hermgenes es, en este caso, un nombre falso

    debido a las condiciones de su portador. Esta sera la esencia del naturalismo.

    En cuanto al convencionalismo, Hermgenes afirma: No soy capaz de creerme

    que la exactitud de un nombre sea otra cosa que pacto y consenso. Creo yo, en

    efecto, que cualquiera que sea el nombre que se le pone a alguien, este es el

    nombre exacto (Platn, 2014, pg. 365). Hemos de recordar que en el naturalis-

    mo la exactitud del nombre est dada por la verdad o falsedad de las caractersti-

    cas del portador; mientras que, como se logra entrever, en el convencionalismo la

    exactitud podr tener un orden distinto: la cosa nombrada da sentido al nombre,

    y no al revs, lo que al parecer es en el naturalismo. Parece, en primera instancia

    que responde a la premisa de Protgoras, el hombre es la medida de todas

    las cosas (Platn, 2014, pg. 368), que luego ser rechazada por Hermgenes

    debido a su inclinacin por la tesis: el nombre es el que da sentido a la cosa

    nombrada en tanto que tiene relacin con sus caractersticas evidentes, en la que

    se pone de relieve la naturaleza del ser, para cuyo caso el nombre es un cierto

    instrumento para ensear y distinguir la esencia (Platn, 2014, pg. 372), es de-

    cir, el naturalismo tiene en consideracin:

    Por consiguiente, si no todo es para todos igual al mismo tiempo y en todo mo-

    mento, ni tampoco cada uno de los seres es distinto para cada individuo, es evi-

    dente que las cosas poseen un ser propio consistente. No tienen relacin ni de-

    pendencia con nosotros ni se dejan arrastrar arriba y abajo por obra de nuestra

    imaginacin, sino que son en s y con relacin a su propio ser conforme a su na-

    turaleza. (Platn, 2014, pgs. 369-370)

    Con todo, la tesis preliminar de Scrates a favor del naturalismo es: habr que

    nombrar como es natural que las cosas nombren y sean nombradas y con su ins-

    trumento natural, y no como nosotros queramos en tal caso, tendremos xito y

    nombraremos, y, en caso contrario, no (Platn, 2014, pg. 371). Huelga, no

    es cosa de cualquier hombre el imponer nombres, sino de un nominador. Y ste

    es, segn parece, el legislador, el cual, desde luego, es entre los hombres el ms

    escaso de los artesanos (Platn, 2014, pg. 374). Todo soportado en la esencia

    de las cosas, en su naturaleza, que permite el reconocimiento de las caractersti-

    cas de las cosas nombradas por medio de su nombre verdadero aunque ello

    se encuentre en relacin con otras cosas similares. As como se reconocen los

    distintos grafismos de la letra a para poder ser reconocida como tal (la asidad de

    la a), el nombre de la cosa nombra debe poseer la esencia de sta para que pue-

    da ser reconocida como tal. Pero, en un nombre propio de un neonato cmo re-

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    conocer su esencia sin remitirse a su ascendencia y por lo tanto ser algo que otro

    fue?

    Veamos, Scrates plantea que la tarea del legislador, segn parece, [es] cons-

    truir el nombre bajo la direccin del dialctico, si es que los nombres han de estar

    bien puestos que no sea banal la imposicin de nombres, ni obra de hombres

    vulgares o de cualesquiera hombres. Conque Crtilo tiene razn cuando afirma

    que las cosas tienen el nombre por naturaleza y que el artesano de los nombres

    no es cualquiera, sino slo aquel que se fija en el nombre que cada cosa tiene por

    naturaleza y es capaz de aplicar su forma tanto a las letras como a las slabas

    (Platn, 2014, pg. 377), y argumenta que es evidente que los dioses, al me-

    nos, aplican con exactitud los nombres que son por naturaleza (Platn, 2014,

    pg. 378), algo que debe hacer el legislador, y no por ello signifique que existe

    exactitud cuando cualquier nombre "x" y cualquier cosa y es posible que para

    y sea el nombre x (Ketchum, 1979, pg. 134). En este caso, Scrates plantea

    que tanto los dioses como los legisladores no erran en nombrar, pero para ello

    hacen uso de las caractersticas de lo nombrado, y por consiguiente de la etimolo-

    ga requerida. En este caso se debe reconocer que se hace uso de una analoga

    dbil, o en palabras de Ketchum, una analoga corta, ya que se asume que la for-

    ma propia de los nombres son sus significados, y que estos son tenidos en consi-

    deracin por los legisladores en relacin con lo nombrado (Ketchum, 1979, pg.

    143), lo cual hace que se reconozca que Platn, en boca de Scrates, use argu-

    mentos de la teora de referencia convencionalista y no su teora de significados

    (Ketchum, 1979, pg. 143). En consecuencia, segn Ketchum, el legislador de la

    analoga dbil tiene la habilidad de inventar todos los nombres en tanto que reco-

    noce los aspectos o propiedades etimolgicas de las palabras para ser usados

    como nombres de las cosas nombradas en tanto que ests los posean o los

    puedan llegar a poseer (Ketchum, 1979, pg. 140).

    En este sentido, preexiste una convencionalidad en las palabras que sern usadas

    por los legisladores para nombrar, con el fin de la relacin de los nombres con las

    cosas nombradas a fin de cuentas sobre su verdad o su falsedad de su esencia de

    ser o su naturaleza. No obstante, existe una arbitrariedad en el nombre de las ra-

    ces usadas para imponer los nombres.

    3. Conclusiones

    Se debe reconocer que las nociones de verdad y de falsedad en los nombres

    son distintas en el convencionalismo y el naturalismo. En el primero, la relacin

    est dada por la existencia misma del nombre y su uso como llamamiento y reco-

    nocimiento de la cosa nombrada; en el segundo, la relacin es del nombre con

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    las propiedades, o la naturaleza si as se desea llamar, de la cosa nombrada; no

    obstante, en ambos casos se utilizan referentes de la lengua para imponer un

    nombre, en cuyo caso puede haber asertividad, desde el punto de vista del natura-

    lismo, y el nombre corresponda a la naturaleza de la cosa nombrada.

    Por otro lado, se pone en evidencia que tras bambalinas del naturalismo se en-

    cuentra el convencionalismo, que otorga un soporte etimolgico, que permite la

    existencia de una analoga dbil, para la imposicin de los nombres, sea dados

    por los legisladores o no.

    Por otro lado, el reconocer que se usan referentes para la imposicin de nombres,

    podra ser considerada la evolucin de la lengua en la construccin de significa-

    dos, lo que sustenta que no puede existir un naturalismo en los nombres sin un

    convencionalismo previo.

    Referencias

    1. Ketchum, R. J. (1979). Names, Forms and Conventionalism: "Craylus". 383-

    395. Phronesis, Vol. 24(N 2), pp. 133-147.

    2. Platn. (2014). Dilogos: Gorgias, Menxeno, Eutidemo, Menn, Crtilo (Vol.

    V. II). (J. CaloneRuiz, E. Acosta Mndez, F. J. Olivieri, & J. L. Calvo, Trads.)

    Madrid, Espaa: Editorial Gredos, S.A.