polvorín rojo final (90-78): pablo laso juega en casa · dores que hay en europa. sabe escu-char y...

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Dinamitando el polvorín rojo Hito de las Final Four y de la historia del Baskonia. Fue el 6 de mayo de 2005. El debutante en las finales, el insurgente que se mete de cabeza en el cuartel general del Ejército ruso, acaba con el anfitrión y favorito al título, 78-85, gracias a los 23 puntos de Ma- cijauskas –qué talento– y los 12 rebotes de Kornel David. NUESTRA PRIMERA F4 Moscú 2005 Semifinales (78-85): El Baskonia asalta el Olímpico Final (90-78): Jasikevicius le dio el título al Maccabi Pablo Laso abraza el trofeo de la Euroliga ganado con el Real Madrid en 2015. En los dos años precedentes había sido subcampeón. :: RODOLGO MOLINA VITORIA. Avanza el Año 8 de la ‘era Pablo Laso’ en el Real Madrid. Ga- nar es la rutina habitual de un gru- po de jugadores comandado por un técnico nacido en Vitoria un 13 de octubre de 1967 y que parecía un se- gundo plato tras tomar el testigo del insigne Ettore Messina. Mu- chos le auguraban una exis- tencia efímera al frente de un equipo que, a su llegada en el verano de 2011, vivía de las rentas de su brillante historial. Desde entonces, el palmarés de la sección de baloncesto madridista se ha actualizado con 5 Copas del Rey, 4 Ligas ACB, 4 Superco- pas, 1 Copa Intercontinental y 2 Euroligas. Laso ha sido parte fundamen- tal del éxito de un equipo que ahora no se entiende sin el toque personal del preparador vitoriano. Alumno ilustre de San Viator, refe- rente histórico del Baskonia y aho- ra entrenador de éxito, su vida trans- curre desde niño pegado a un balón de baloncesto. Bien lo saben aque- llos que han trabajado a su lado o han contribuido a forjar su carácter. Una representación de este grupo comparte con EL CORREO sus im- presiones sobre un Pablo Laso que ahora vuelve a su tierra de nacimien- to a pelear en la Final Four de Vito- ria por su tercer entorchado de la Eu- roliga con el Real Madrid. Juan Pinedo Entrenador de Laso en el colegio San Viator «Vivía, dormía y comía con un balón en las manos» De sobra es conocido que la prime- ra conexión de Pablo Laso con el ba- loncesto llega por vía paterna. La fi- gura de su padre Pepe lo ‘condena’ a Pablo Laso juega en casa La Final Four vitoriana acoge al hijo pródigo, el mismo que puede alzar al calor del hogar el tercer título de la Euroliga como técnico del Real Madrid CARLOS PÉREZ DE ARRILUCEA ROBERTO ARRILLAGA poner el rumbo hacia un paisaje de canastas. El primero de esos bosques de estructuras de metal, aros y ta- bleros de madera se sitúa en el cole- gio San Viator. En aquel escenario, Juan Pinedo se encuentra con «un chaval que, desde sus limitaciones físicas, destacaba en cualquier de- porte». El histórico preparador vito- riano no duda en atraer hacia su equi- po a un jovencísimo Pablo Laso en el que descubre a un niño ‘enfer- mo’ de baloncesto. «Vivía, dor- mía y comía con un balón en la mano. Iba botán- dolo a todos los la- dos y, cuando venía conmigo, ensa- yábamos cambios de manos por la calle», rememora. De aquellos tiem- pos de formación a primeros de los ochenta, Pinedo destaca la capaci- dad de ‘Pablito’ para superar las li- mitaciones de un cuerpo enclenque a base de un tesón admirable. «Físi- camente, terminaba todos los par- tidos importantes destrozado. Le dolía todo del esfuerzo que tenía que hacer. Al principio, hasta se le caían los mocos. Sin embargo, era tan ambi- cioso desde pequeño que lo daba todo, a pesar de las con- secuencias». Alberto Ortega Compañero de equipo en el Baskonia «Tiene una confianza en sí mismo estratosférica» El alumno de San Viator ‘vuela’ de la capital alavesa para cursar estu- dios y jugar al baloncesto en Esta- dos Unidos. «Fue una experiencia que le dio un poso muy distinto en comparación con el tipo de juego que se estilaba por aquí». Alberto Or- tega recuerda a un Pablo Laso aún con 17 años con una impronta ya di- ferente tras su vuelta del otro lado del Atlántico. Uno de los capitanes históricos del Baskonia fija en el tiempo aquella campaña 1984-85 en la que Laso debuta en el primer equipo azulgrana del mano de Javier Añúa. Miguel López Abril es el primer base al que tratar de arañar minutos. Más tarde llegarían Aitor Zárate, Al- fredo Aranda o Fede Ramiro, ya con Pepe Laso o Manu Moreno como je- fes del banquillo baskonista. «Pablo trabaja como una bestia, crece en ca- pacidad técnica y en aguante. Ve que puede despuntar y emerge su ambi- ción. Se convierte en el mejor pasa- dor de la Liga. Empieza a tirar y me- ter. A pesar de que se sacaba el balón de la tripa, lo hacía tan rápido que podía lanzar». Ortega dibuja el asen- tamiento de Laso como referente del Baskonia, hasta su marcha al Real Madrid 1995-96. Once temporadas de militancia baskonista y un adiós que dejó algunas heridas que tarda- ron en cerrarse. Aquellos años tam- bién redondean un carácter distin- tivo que Ortega se encarga de foto- grafiar. «Pablo tiene una mentalidad sobresaliente, es un hombre de ba- loncesto de diez, con una confianza en sí mismo estratosférica. Habla- mos de un ganador nato que llegó a ser un enorme director de juego, un líder en la cancha y en el vestuario. El mejor jugador que ha salido de San Viator y de Vitoria». Chechu Mulero Entrenador asistente en el Valencia Basket «Según llegó, vimos su pasión por el baloncesto» Dos temporadas y media en el Real Madrid, el debut con la selección es- pañola absoluta hasta estirar su ca- rrera como jugador con paradas por el baloncesto italiano o el Casade- mont Girona. Laso apura su carrera hasta que una tendinitis le obliga a redactar la nota que anuncia su re- tirada como jugador después de 19 temporadas. Hace público el escrito el 17 de junio de 2003. Meses antes 14/05/19 El Correo Español-El Pueblo Vasco (Ed. Álava) Álava Prensa: Diaria Tirada: 14.383 Ejemplares Difusión: 11.537 Ejemplares Página: 54 Sección: DEPORTES Valor: 5.389,46 € Área (cm2): 939,1 Ocupación: 96,79 % Documento: 1/3 Autor: CARLOS PÉREZ DE ARRILUCEA ROBERTO ARR Núm. Lectores: 46148 Cód: 125483919

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Page 1: polvorín rojo Final (90-78): Pablo Laso juega en casa · dores que hay en Europa. Sabe escu-char y deja participar a sus asisten-tes, tomando las decisiones a partir de la información

Dinamitando el polvorín rojo

Hito de las Final Four y de la historia del Baskonia. Fue el 6 de mayo de 2005. El debutante en las finales, el insurgente que se mete de cabeza en el cuartel general del Ejército ruso, acaba con el anfitrión y favorito al título, 78-85, gracias a los 23 puntos de Ma-cijauskas –qué talento– y los 12 rebotes de Kornel David.

NUESTRA PRIMERA F4 Moscú 2005 Semifinales (78-85): El Baskonia asalta el Olímpico Final (90-78): Jasikevicius le dio el título al Maccabi

Pablo Laso abraza el trofeo de la Euroliga ganado con el Real Madrid en 2015. En los dos años precedentes había sido subcampeón. :: RODOLGO MOLINA

VITORIA. Avanza el Año 8 de la ‘era Pablo Laso’ en el Real Madrid. Ga-nar es la rutina habitual de un gru-po de jugadores comandado por untécnico nacido en Vitoria un 13 de octubre de 1967 y que parecía un se-gundo plato tras tomar el testigo del insigne Ettore Messina. Mu-chos le auguraban una exis-tencia efímera al frente de un equipo que, a su llegada en el verano de 2011, vivía de las rentas de su brillante historial. Desde entonces,el palmarés de la sección de baloncesto madridista se ha actualizado con 5 Copas del Rey, 4 Ligas ACB, 4 Superco-pas, 1 Copa Intercontinental y 2 Euroligas.

Laso ha sido parte fundamen-tal del éxito de un equipo que ahora no se entiende sin el toque personal del preparador vitoriano. Alumno ilustre de San Viator, refe-rente histórico del Baskonia y aho-ra entrenador de éxito, su vida trans-curre desde niño pegado a un balón de baloncesto. Bien lo saben aque-llos que han trabajado a su lado o han contribuido a forjar su carácter. Una representación de este grupo comparte con EL CORREO sus im-presiones sobre un Pablo Laso que ahora vuelve a su tierra de nacimien-to a pelear en la Final Four de Vito-ria por su tercer entorchado de la Eu-roliga con el Real Madrid.

Juan Pinedo Entrenador de Laso en el colegio San Viator

«Vivía, dormía y comía con un balón en las manos» De sobra es conocido que la prime-ra conexión de Pablo Laso con el ba-loncesto llega por vía paterna. La fi-gura de su padre Pepe lo ‘condena’ a

Pablo Laso juega en casa

La Final Four vitoriana acoge al hijo pródigo, el mismo que puede alzar al calor del hogar el tercer título de la Euroliga como técnico del Real Madrid

CARLOS PÉREZ DE ARRILUCEA

ROBERTO ARRILLAGA

poner el rumbo hacia un paisaje de canastas. El primero de esos bosques de estructuras de metal, aros y ta-bleros de madera se sitúa en el cole-gio San Viator. En aquel escenario, Juan Pinedo se encuentra con «un chaval que, desde sus limitaciones físicas, destacaba en cualquier de-porte». El histórico preparador vito-riano no duda en atraer hacia su equi-po a un jovencísimo Pablo Laso en el que descubre a un niño ‘enfer-mo’ de baloncesto. «Vivía, dor-mía y comía con un balón en la mano. Iba botán-dolo a todos los la-

dos y, cuando venía conmigo, ensa-yábamos cambios de manos por la calle», rememora. De aquellos tiem-pos de formación a primeros de los ochenta, Pinedo destaca la capaci-dad de ‘Pablito’ para superar las li-mitaciones de un cuerpo enclenque a base de un tesón admirable. «Físi-camente, terminaba todos los par-tidos importantes destrozado. Le

dolía todo del esfuerzo que tenía que hacer. Al principio, hasta

se le caían los mocos. Sin embargo, era tan ambi-

cioso desde pequeño

que lo daba todo, a pesar de las con-secuencias».

Alberto Ortega Compañero de equipo en el Baskonia

«Tiene una confianza en sí mismo estratosférica» El alumno de San Viator ‘vuela’ de la capital alavesa para cursar estu-dios y jugar al baloncesto en Esta-dos Unidos. «Fue una experiencia que le dio un poso muy distinto en comparación con el tipo de juego que se estilaba por aquí». Alberto Or-tega recuerda a un Pablo Laso aún con 17 años con una impronta ya di-ferente tras su vuelta del otro lado del Atlántico. Uno de los capitanes históricos del Baskonia fija en el tiempo aquella campaña 1984-85 en la que Laso debuta en el primer equipo azulgrana del mano de Javier Añúa.

Miguel López Abril es el primer base al que tratar de arañar minutos. Más tarde llegarían Aitor Zárate, Al-fredo Aranda o Fede Ramiro, ya con Pepe Laso o Manu Moreno como je-fes del banquillo baskonista. «Pablo trabaja como una bestia, crece en ca-pacidad técnica y en aguante. Ve que puede despuntar y emerge su ambi-ción. Se convierte en el mejor pasa-dor de la Liga. Empieza a tirar y me-ter. A pesar de que se sacaba el balón de la tripa, lo hacía tan rápido que podía lanzar». Ortega dibuja el asen-tamiento de Laso como referente del Baskonia, hasta su marcha al Real Madrid 1995-96. Once temporadas de militancia baskonista y un adiós que dejó algunas heridas que tarda-ron en cerrarse. Aquellos años tam-bién redondean un carácter distin-tivo que Ortega se encarga de foto-grafiar. «Pablo tiene una mentalidad sobresaliente, es un hombre de ba-loncesto de diez, con una confianza en sí mismo estratosférica. Habla-mos de un ganador nato que llegó a ser un enorme director de juego, un líder en la cancha y en el vestuario. El mejor jugador que ha salido de San Viator y de Vitoria».

Chechu Mulero Entrenador asistente en el Valencia Basket

«Según llegó, vimos su pasión por el baloncesto» Dos temporadas y media en el Real Madrid, el debut con la selección es-pañola absoluta hasta estirar su ca-rrera como jugador con paradas por el baloncesto italiano o el Casade-mont Girona. Laso apura su carrera hasta que una tendinitis le obliga a redactar la nota que anuncia su re-tirada como jugador después de 19 temporadas. Hace público el escrito el 17 de junio de 2003. Meses antes

14/05/19El Correo Español-El Pueblo Vasco (Ed. Álava)Álava

Prensa: DiariaTirada: 14.383 EjemplaresDifusión: 11.537 Ejemplares

Página: 54Sección: DEPORTES Valor: 5.389,46 € Área (cm2): 939,1 Ocupación: 96,79 % Documento: 1/3 Autor: CARLOS PÉREZ DE ARRILUCEA ROBERTO ARR Núm. Lectores: 46148

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cuidado que precisaron», recapitu-la Chechu Mulero. Los malos resul-tados terminaron por precipitar la destitución, ese mal trago que, en el gremio, es como un bautismo de fuego que da empaque a todo entre-nador novato.

Zan Tabak Entrenador ayudante en el Real Madrid

«Pablo es un entrenador que sabe escuchar» Su primer viaje de juventud a Esta-dos Unidos abrió los ojos de Pablo Laso a un mundo distinto. Cerrada su carrera como jugador, el vitoria-no aprovecharía una invitación para conocer más de cerca los métodos de trabajo de la NBA sumer-giéndose durante una Liga de

había sido capaz de resistir una pre-temporada a las órdenes de Dusko Ivanovic en Vitoria. «He disfrutado muchísimo», se confesaba en las pá-ginas de EL CORREO un día después de colgar las botas. El libro del Laso jugador se cierra con 35 años, pero no tardaría en abrirse el del entre-nador que ya pedía paso desde años atrás. El prólogo arranca en diciem-bre del mismo año de su jubilación como baloncestista al tomar los man-dos del Cerámica Leoní castellonés, equipo vinculado al Pamesa Valen-cia y que militaba en la entonces de-nominada LEB 2.

La cercanía al imperio de Juan Roig ayuda a que se abran las puertas de su debut en la Liga ACB. En la tem-porada 2004-05, Laso toma las rien-das de un Valencia Basket repleto de figuras contrastadas como los

exbaskonistas Oberto y To-masevic, Rakocevic, Oku-laja o Rigaudeau.

El técnico vitoriano tropieza en un salto quizás demasiado grande. En cualquier caso, nunca se arrepin-tió de aquel primer paso fallido. «Si te llaman, cómo vas a decir que no», se confesaba entonces Laso a Manel Comas, que siempre fue un apoyo desde que se reconocieron como al-mas gemelas durante su etapa con-junta en el Baskonia. La del Pamesa fue una primera experiencia dolo-rosa en la élite agudizada por una plaga de lesiones que no tuvo fin y que complicó su estancia en Valen-cia. Lo recuerda Chechu Mulero, hoy director deportivo de la entidad le-vantina y entonces escudero de Laso en su primer cuerpo técnico ACB. «Fue una temporada muy comple-

A la derecha, Laso, con 10 años, posa con el Baskonia de la temporada 77-78 entre Iñaki Ga-raialde y Alberto Ortega. :: E. C.

Abajo, Laso (dor-sal 9), con el equipo de San Viator en el Cam-peonato de Espa-ña juvenil de Pri-mera Categoría de 1983. :: 75ERS

Arriba, saludo con Dusko Ivanovic an-tes de un duelo con el Baskonia du-rante su etapa en el Gipuzkoa Basket :: BLANCA CASTILLO

A la izquierda, Pa-blo Laso, con la elástica del Tau-grés, bota el balón ante el madridista Corbalán. :: E. C

o-

ADtcre:

A

ja, pero hubo demasiadas lesiones. Según llegó, vimos en él la pasión por el baloncesto y el disfrute del juego», apunta el ‘constructor’ ta-ronja.

En el vestuario de la Fonteta, el vitoriano se topó con una plantilla repleta de grandes nombres, pero también con jóvenes por madurar. Era un equilibrio difícil para un en-trenador que aún daba sus primeros pasos en los banquillos, aunque Mu-lero no olvida el esfuerzo que reali-zó el preparador alavés. «Era un en-trenador de jugadores. Les entendía y permaneció muy cercano a ellos. Y eso que había tres grupos; los ve-teranos, los jóvenes y los tempore-ros que iban y venían debido a las le-siones. Con todos tuvo el respeto y >

Juan Pinedo

«Al principio, hasta se le caían los mocos, pero era tan ambicioso desde pequeño que lo daba todo»

Alberto Ortega

«Era un ganador nato que llegó a ser un enorme director de juego, un líder en la cancha y el vestuario»

LA CLAVE

Más puntos en un partido de F4: 43

LOS RÉCORDS

EL CORREO

Si aún no peinas canas, pero las intuyes, tu infancia tiene un nom-bre: Nikos Gallis. El imparable escolta griego tiene el récord de anotación en un partido de Final Four. Lo hizo en Zaragoza’90. Metió 43 puntos para que el Aris superara al Limoges. El azulgrana Saulius Stombergas llegó a los 39 tantos en Atenas’01.

Nikos Gallis Tiene 61 años: Máximo ano-tador griego 11 veces seguidas Máximas en F4: 43 puntos (1990), 39 (1988), 36 (1989)

14/05/19El Correo Español-El Pueblo Vasco (Ed. Álava)Álava

Prensa: DiariaTirada: 14.383 EjemplaresDifusión: 11.537 Ejemplares

Página: 55Sección: DEPORTES Valor: 5.568,00 € Área (cm2): 979,3 Ocupación: 100 % Documento: 2/3 Autor: CARLOS PÉREZ DE ARRILUCEA ROBERTO ARR Núm. Lectores: 46148

Cód: 125483919

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verano en los entresijos de una franquicia como la de los

San Antonio Spurs. Laso admira de la primera Liga del mundo su acu-mulación de talento, pero también toma buena nota del trabajo colabo-rativo de los cuerpos técnicos. So-bre esta premisa, se trata de un pri-mer entrenador siempre dispuesto a atender a las perspectivas que le puedan aportar sus ayudantes. Así lo reconoce Zan Tabak, que formó parte del grupo de trabajo de Laso durante la temporada 2014-15. «Pa-blo es uno de los mejores entrena-dores que hay en Europa. Sabe escu-char y deja participar a sus asisten-tes, tomando las decisiones a partir de la información que le damos», re-vela el croata. Buen conocedor del

>

molestar. Sin hablar de esto con Pa-blo, te diría que es una máxima que lleva a cabo», asegura Tabak.

Hugo López Técnico asistente en el Gipuzkoa Basket y Real Madrid

«Es una de las personas más humanas con las que me he cruzado en el baloncesto» De San Sebastián al Real Madrid. Pa-blo Laso recorre este trayecto en el verano de 2011 acompañado de Hugo López. Quien hoy ejerce de seleccio-nador de Suecia es uno de los hom-bres más cercanos a Pablo Laso. Fue su sombra en el banquillo del Gi-puzkoa Basket durante dos tempo-radas (2009-11) y ejerció de apoyo en las primeras tres campañas del vitoriano en el club merengue.

El técnico vallisoletano charlaba a mediodía de ayer con este periódi-co, horas después de haber conver-sado con Pablo Laso. ¿El tema de la charla? Baloncesto y un repaso a la madrugada NBA con el pase de los Toronto Raptors y Portland Trail Blazers a las finales de Conferencia. Hugo López enfoca el lado más per-sonal del preparador madridista. «Pa-blo es una de las personas más hu-manas que me encontrado en el ne-gocio del baloncesto», asegura sin un mínimo acento de duda. Desde su perspectiva, se trata de una per-sona que «hace de la normalidad una virtud» y que no ha inflado su ego a pesar de los éxitos que ha cosecha-do. «Nunca he notado que sea una persona a la que haya que bajarle a la tierra. Los títulos no le han cam-biado. Durante la etapa que compar-timos en el Madrid, cada vez que ga-nábamos algo, volvíamos al día si-guiente a tomar café al mismo si-tio», recuerda López.

La asociación entre el hoy selec-cionador sueco y Pablo Laso se man-tuvo durante los tres primeros cur-sos en el Real Madrid. López recuer-da aquella etapa como una fase com-plicada para su superior, después de dos derrotas en las finales de la Eu-roliga de 2013 y 2014. Las tensiones internas presionaron a un Pablo Lasoque vería cómo el club desmantela-ba el cuerpo técnico con el que ha-bía arrancado su etapa en Madrid. El bache se remontó y llegó el primer gran título continental en 2015. Al final, López define uno de los ingre-dientes clave para entender la capa-cidad de Laso para hacerse fuerte en la casa blanca. «Pablo pasó del Gi-puzkoa Basket a un Real Madrid que conocía perfectamente de su etapa de jugador, pero la esencia de su ba-loncesto no cambió. Su mayor valor es haber mantenido siempre sus principios».

Arriba, el técnico vito-riano imparte instruc-ciones en un tiempo muerto durante un partido correspon-diente a su breve eta-pa al frente del Pame-sa Valencia en la tem-porada 2004-05. :: FOTOS: IGOR AIZPURU

A la derecha, Pablo Laso, junto a sus hijos Hugo y Óscar el día en que anuncia su retira-da como jugador de baloncesto, el 17 de junio de 2003.

baloncesto de élite, Tabak da con la tecla del éxito de Laso como compo-nente de un club de exigencia má-xima. «Exige, pero de manera justa. Eso hace que sepa llegar a un grupo de jugadores como el del Real Ma-drid», refleja.

Antes de recalar en el conjunto blanco, el preparador vitoriano vi-vió realidades diversas en los ban-quillos. Arrancó en primera línea con una dura experiencia inicial con el Valencia Basket. Sabría dar un paso atrás para tomar las riendas de un modesto Cantabria Lobos (2006-07) o después dirigir al Gipuzkoa Basket en el retorno a la Liga ACB y ayudar a asentarlo en la categoría durante tres temporadas. Fueron diferentes etapas de maduración que suman al

conocimiento que ya tenía Laso de los resortes que permiten desentra-ñar un vestuario profesional. Tabak vuelve a arrojar luz sobre la capaci-dad de su exjefe para guiar sin coar-tar la iniciativa del jugador. En rea-lidad, es justo lo que el Pablo Laso jugador anhelaba de sus técnicos mientras vistió de corto y que en-contró en referentes como Manel Comas o Zeljko Obradovic. De am-bos tomó apuntes no solo balonces-tísticos. También de psicología de-portiva. «El entrenador facilita he-rramientas a los jugadores, que las interpretan a su forma y manera. Eso hace Pablo, que sabe adaptarse al grupo. El buen entrenador es al-guien que sabe cuándo puede ayu-dar, pero también sabe cuando no

Hugo López

«La esencia de su baloncesto no cambió en el Real Madrid. Su mayor valor es haber mantenido sus principios»

Zan Tabak

«Pablo exige, pero de manera justa. Eso hace que se sepa llegar al grupo de jugadores que tiene»

LA CLAVE

Una voluntad inquebrantable

Destacado en casi todos sus partidos con el Baskonia, Luis Scola brilló en las Final Four de Moscú y de Praga, al año siguiente. En Rusia, firmó 21 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias en la final ante el Maccabi. En la semifinal perdida en Chequia: 17 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias, también frente a los hebreos.

ICONOS BASKONISTAS Luis Scola Tiene 39 años: Aún juega en China y con la albiceleste Participó en 3 Final Four: MVP de la ACB en 2005 y 07

14/05/19El Correo Español-El Pueblo Vasco (Ed. Álava)Álava

Prensa: DiariaTirada: 14.383 EjemplaresDifusión: 11.537 Ejemplares

Página: 56Sección: DEPORTES Valor: 4.862,03 € Área (cm2): 847,2 Ocupación: 87,32 % Documento: 3/3 Autor: CARLOS PÉREZ DE ARRILUCEA ROBERTO ARR Núm. Lectores: 46148

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