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Por ello, al hablar de estas 6 décadas, retomo el significado de algunos de sus símbolos institucionales para evidenciar los grandes aportes de cada uno de los miembros que in- tegran la Policía Nacional, quienes se han preparado en las aulas de la Escuela Gonzalo Jiménez de Quesada. 4-72 como institución que igualmente está apoyando el fo- mento de la cultura filatélica entre los niños y jóvenes, no puede menos que dimensionar igualmente los emblemas infantiles desarrollados por la institución para facilitar la trasmisión de mensaje, en procura de formar colombiani- tos felices y ejemplares. Segurito, quien simboliza la inteli- gencia, proactividad, trabajo en equipo y es el protector de la buenas costumbres y el respeto por el medio ambiente, acompañado de Alegría, amiga de juegos y componente de inocencia, así como de Justo, un valiente corcel y fiel amigo que encarna el espíritu carabinero, y con ellos Motivar, el perro guardián, ejemplo de disciplina, también están extra- polando los propósitos educativos de la escuela, y logran- do entre las nuevas generaciones la difusión de los valores, principios y reflexiones hacia la excelencia y la promesa de ser buenos ciudadanos. El Ministerio de Tecnologías de la Información y las Co- municaciones y el operador oficial de correos de Colombia, 4-72, se unen a la celebración de los 60 años de la escuela, como actitud de agradecimiento y aprecio generoso hacia tantos “vigías” que a diario luchan por mantener el orden y la armonía, y en muchas ocasiones hasta han ofrendado sus vidas en favor de la tranquilidad y la paz de los ciudadanos. Juan Ernesto Vargas Uribe Presidente Servicios Postales Nacionales S.A. Bogotá D.C., jueves 24 de junio de 2010. Emisión: Policía Nacional de Colombia Escuela de Suboficiales Gonzalo Jiménez de Quesada Motivos: Uno (1) Valor facial: Dos mil pesos ($2.000) Cantidad: Noventa mil (90.000) estampillas Tamaño: 40 X 30 mm. Presentación: Pliego de doce (12) estampillas Color: Policromía Papel: Sopal Goma: Tropicalizada Sobres de primer día: 1 motivo, 1.000 unidades numeradas Dirección editorial: Marianella Garzón Vergara Asesora de Comunicaciones 4-72 Textos boletín informativo: Mayor General Oscar Adolfo Naranjo Trujillo Director General Policía Nacional de Colombia Teniente Coronel Fredy Alberto Tibaduiza Niño Director Escuela de Suboficiales y Nivel Ejecutivo Gonzalo Jiménez de Quesada. Diseño y diagramación: Milena María Monguí Estupiñán Fotos: Esjim Impresión: Offset Impresor estampilla: Thomas Greg & Sons de Colombia S.A. Impresor piezas parafilatélicas: Imprenta Nacional de Colombia Primer día de circulación: Bogotá D.C., jueves 24 de junio de 2010 Especificaciones técnicas Presentación “Studium, Honor, Legalitas” Bajo este lema proveniente del latín, que significa: estudio, honor, legalidad”, se evidencia la grandeza y especialmente el invaluable servicio que la Escuela de Policía Gonzalo Jiménez de Quesada, ha venido prestando durante 60 años, en la capacitación de sub- oficiales y nivel ejecutivo de la Policía Nacional. El estudio le apunta a la capacitación intelectual y profesional que les permita asumir un nuevo grado con la preparación adecuada para dirigir y liderar un equipo de trabajo encaminado al bienestar de la co- munidad en general. El honor induce a sus estudian- tes hacia el cumplimiento del deber y a mantener una reputación intachable, y la lealtad es la sentencia que ahuyenta la venganza y la traición, principal requeri- miento de quienes son llamados por el Estado para servir la causa de la seguridad, defensa y vigilancia de los derechos y deberes de los ciudadanos. Todo en el claustro que prepara hombres y mujeres al servicio de la paz y seguridad de los colombianos, apun- ta hacia la excelencia, la calidad y la espiritualidad que impulsa a sus miembros en favor de las buenas acciones y la protección de la población. Los colores de su ban- dera, por ejemplo así lo establecen: el verde en la parte Izquierda representa el esplendor del alma máter de la suboficialidad, recalcando la naturaleza e invitando al estudio, el azul expresa la confianza y armonía del per- sonal que integra el instituto, y el rojo es sinónimo de alegría y entusiasmo y al mismo tiempo significa el peli- gro y la entrega de los suboficiales en aras de los deberes e ideales institucionales. En el extremo derecho lleva la figura geométrica (rombo) de color blanco, símbolo de la brillantez, luz y transparencia que difunde un líder. Expresa la idea de inocencia, paz, infancia, estabilidad y calma, cualidades representativas de la Policía. La palabra futuro es fundamental para la vida de la Policía “El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inal- canzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”. Víctor Hugo (1802-1885) Novelista francés. Luego de casi tres años de un direccionamiento basado en el humanismo, como un árbol que ha crecido de manera asombrosa ante nosotros y nos ha cobijado con las bonda- des de su sombra, tenemos el temor de que sus raíces pue- dan secarse en la primera poda. Por ello, ante la evolución que determina un ciclo de gobernabilidad, la pregunta que debemos hacernos es ¿qué sentido de la vida queremos construir colectivamente y heredar en la Policía Nacional? Prever el futuro es un ejercicio que a veces se torna impre- visible, por ello debemos tomar la decisión de edificarlo desde ahora, de manera que el estancamiento o la evolu- ción de la Policía en las próximas décadas, dependerá del mantenimiento de las capacidades estratégicas de seguri- dad y convivencia en Colombia, a partir de nuestra capa- cidad de hacer del conocimiento una herramienta valiosa del servicio, de la entereza moral que tengamos ante las dificultades y de una actitud propositiva, como la mejor rendición de cuentas ante Dios, ante nosotros mismos y ante la ciudadanía. Durante el 60 aniversario de la Escuela Gonzalo Jiménez de Quesada, resulta satisfactorio observar la experiencia de 60 años de trayectoria formadora y recoger los frutos de una siembra de talentos en el que cada suboficial de policía, ha sido -y es- un portador apasionado del amor desprevenido a la sociedad, al sanar la vida y confrontarla en medio del azote de la violencia. Y es que tener 60 años es haber vivido dos veces 30 épocas distintas; que a manera de metáfora con la vida de un ser humano, representan el reconocer las riquezas del pasado, las dificultades que depara el futuro, pero a la vez, los pasos firmes de una edad madura. Hoy, nuestra Escuela de Suboficiales se ha pro- puesto formar policías no sólo para el servicio sino también seres humanos integrales para su familia y la sociedad. Nuestra tarea será de la consolidar esta gran fuerza de man- dos medios. Por ello, este aniversario se conmemora en medio de tres hitos históricos que definirán el futuro de la Policía y de la Nación. El primero, la puesta en marcha de un direccionamiento basado en el humanismo, carta de navegación, orientada a rescatar la dignidad del policía y en directa proporción, la del ciudadano. El segundo, está relacionado con la consolidación de la gobernabilidad, afianzada desde la Política de Seguridad Democrática y la tercera circunstancia, originada a partir de una revolución del sistema pedagógico policial, que sin duda, ha de tradu- cirse en mayores resultados operacionales. Así mismo, este aniversario simboliza el legado de quienes han ofrendado su vida y/o están dispuestos a entregarla. Recordemos que de 153 mil policías del país, aproxima- damente 28 mil son suboficiales, -muchos de ellos anóni- mos-, pero reconocidos como seres notales por sus conduc- tas heroicas, como lo demostró el patrullero Víctor Manuel Chía Fonseca, quien durante un atentado terrorista auxilió a un sinnúmero de personas lesionadas, mientras sin sa- berlo él mismo moría; o el mensaje de denuncia contra el secuestro que provocó el retorno del Mayor Julián Ernesto Guevara, considerado el ave fénix del dolor de la Nación. Sus testimonios nos señalan nuestra obligación moral de enfrentar la incertidumbre en forma emprendedora. To- dos tenemos la responsabilidad de emplear las facultades con las cuales se nos ha dotado. Bien se afirma que no es imposible que muchos caigan en manos de pocos, pues Dios igual puede salvar con pocos que con muchos, ya que la victoria no depende del número sino de la fuerza que viene del cielo. Por citar una analogía, el orfebre, y también el minero, transforman los materiales que les brinda la naturaleza para crear obras que los hacen dignos de admiración. En el caso de la Policía son gestiones visibles en insignias y grados como símbolo del trabajo en equipo, como personas que anhelamos tener un corazón de oro, probados por el fuego de las dificultades, con la propiedad intrínseca de la in- corruptibilidad que demanda la seguridad en Colombia. Bajo este convencimiento debemos ser capaces de actuar ante lo que se revela como imperdonable en contra de la dignidad humana. Ese es el futuro que entre todos esta- mos construyendo al interior de la Policía, como la mayor ofrenda a la sociedad colombiana de este siglo. Mayor General Oscar Adolfo Naranjo Trujillo Director General Policía Nacional de Colombia Escuela Gonzalo Jiménez de Quesada: 6 décadas formado líderes con vocación La Escuela Gonzalo Jiménez de Quesada celebra 60 años de historia, siendo el único centro de capacitación de sub- oficiales de la Policía Nacional a nivel país, se conserva intacta su misión ética y profesional en la formación de hombres y mujeres suboficiales. El resultado profesional se ve consolidado en proyectar un suboficial que reúna las competencias exigidas como pro- fesional de policía líder, orientador de las políticas institu- cionales para el desarrollo de los procesos de orden asesor, de control y ejecución según su jerarquía y trayectoria, consolidándose como enlace entre el nivel directivo, y el personal de base. Hoy en día la suboficialidad integrada en un solo cuerpo ajustada al cambio, fortalece su filosofía sin apartarse de lo misional, dependiente de su naturaleza abierta a todas las posibilidades que fortalezcan la institución policial, y que permiten considerar una gestión de servicio, agregando por demás, niveles de formación liberal que incursionen potenciando una formación profesional policial con cali- dad, hacia lo que la comunidad espera y de lo cual no se puede desprender. Lo que un suboficial debe saber Capacitación y desarrollo El mejoramiento permanente en la capacitación de los suboficiales antiguos y nuevos, integra aspectos que hacen referencia a una cultura basada en las nuevas tecnologías de la información, la educación en modalidad virtual y la comunicación con el propósito de fomentar los principios y valores institucionales, así como la recuperación de la identidad policial. Toda la infraestructura logística de la Escuela de Suboficia- les “Gonzalo Jiménez de Quesada”, y la disposición de su recurso humano para la realización de los ciclos académi- cos con énfasis en mando dirección y liderazgo atienden las necesidades institucionales de profesionalización. Aquí los mejores hombres y mujeres construyen conocimiento fundamentado en los modelos de formación profesional en el ejercicio del mando para que desde el nivel ejecutivo en el grado de patrulleros realicen un proceso formativo al escalafón del suboficial. Los adelantos tecnológicos educativos aplicados en los pe- riodos de ascenso, acreditan a los suboficiales como man- dos integrales con capacidades para comandar las unidades básicas de policía de vigilancia, acompañar las instancias de control y de gestión, la atención de orden preventivo, contravencional y en ocasiones represivo de conductas atí- picas que se generen en el orden local y que inciden en el orden ciudadano, ambiental y económico de la Nación, en la atención a la seguridad y convivencia de la población. Innovación La transformación de imagen en los nuevos uniformes de Policía y la placa policial le permiten a los suboficiales a par- tir del grado de subintendente portar orgullosamente en sus Kepis una carrilera en cinta dorada y visera negra en paño, como reconocimiento al mando, así como contar con un uniforme para las actividades sociales, recepcio- nes y eventos formales nocturnos (traje de gala azul para las ceremonias especiales). El reconocimiento en el uni- forme de la mujer suboficial también está en su cubre- cabezas con carrilera dorada además de un trascendental cambio que busca exaltar su feminidad y comodidad, complementado por un corbatín que continuará acom- pañado de un moño en forma de corbatín, y el uso de tonalidades pastel y tonos tierra en su maquillaje facial. Nuevos Símbolos del Alma Mater Es el caso del nuevo ícono y símbolo del suboficial por su significado histórico: la Plaza de Armas y la cons- trucción del monumento al SM. Luis Alberto Torres Huertas, personaje emblemático y legendario de la sub- oficialidad, quien dejó su huella por su ejemplo de vida, apostolado, señorío, calidad humana, sencillez y por ser el verdadero artífice de la especialidad de la Policía de protección infantil, gracias a su amor por los niños a quienes cuidaba y distraía con juegos didácticos en los parques de la ciudad, lo cual lo hace personaje inolvida- ble para el país y la Policía Nacional de Colombia. Entre las adecuaciones más importantes están: la con- solidación de sus áreas administrativas, académicas, aulas ecológicas, alojamientos, comedores, auditorios, remodelación de campos deportivos, dispensario de sanidad, modernización del campo de ceremonias, bi- blioteca, la construcción del Policafé, sala del SILOF, creación del monumento a la mujer policía, aula inte- ractiva, áreas de instrucción en el campo de operacio- nes abiertas urbanas y rurales e instalación del sonido ambiental en todo el perímetro del instituto. Continúa manteniendo su bellísimo diseño arquitec- tónico original de la antigua casona que constituye un EMISIÓN POSTAL Policía Nacional de Colombia Escuela de Suboficiales Gonzalo Jiménez de Quesada

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Por ello, al hablar de estas 6 décadas, retomo el signifi cado de algunos de sus símbolos institucionales para evidenciar los grandes aportes de cada uno de los miembros que in-tegran la Policía Nacional, quienes se han preparado en las aulas de la Escuela Gonzalo Jiménez de Quesada.

4-72 como institución que igualmente está apoyando el fo-mento de la cultura fi latélica entre los niños y jóvenes, no puede menos que dimensionar igualmente los emblemas infantiles desarrollados por la institución para facilitar la trasmisión de mensaje, en procura de formar colombiani-tos felices y ejemplares. Segurito, quien simboliza la inteli-gencia, proactividad, trabajo en equipo y es el protector de la buenas costumbres y el respeto por el medio ambiente, acompañado de Alegría, amiga de juegos y componente de inocencia, así como de Justo, un valiente corcel y fi el amigo que encarna el espíritu carabinero, y con ellos Motivar, el perro guardián, ejemplo de disciplina, también están extra-polando los propósitos educativos de la escuela, y logran-do entre las nuevas generaciones la difusión de los valores, principios y refl exiones hacia la excelencia y la promesa de ser buenos ciudadanos.

El Ministerio de Tecnologías de la Información y las Co-municaciones y el operador ofi cial de correos de Colombia, 4-72, se unen a la celebración de los 60 años de la escuela, como actitud de agradecimiento y aprecio generoso hacia tantos “vigías” que a diario luchan por mantener el orden y la armonía, y en muchas ocasiones hasta han ofrendado sus vidas en favor de la tranquilidad y la paz de los ciudadanos.

Juan Ernesto Vargas UribePresidenteServicios Postales Nacionales S.A.

Bogotá D.C., jueves 24 de junio de 2010.

Emisión:Policía Nacional de Colombia Escuela de Subofi ciales Gonzalo Jiménez de Quesada

Motivos: Uno (1)

Valor facial: Dos mil pesos ($2.000)

Cantidad: Noventa mil (90.000) estampillas

Tamaño: 40 X 30 mm.

Presentación: Pliego de doce (12) estampillas

Color: Policromía

Papel: Sopal

Goma: Tropicalizada

Sobres de primer día: 1 motivo, 1.000 unidades numeradas

Dirección editorial: Marianella Garzón VergaraAsesora de Comunicaciones 4-72

Textos boletín informativo:

Mayor General Oscar Adolfo Naranjo TrujilloDirector General Policía Nacional de ColombiaTeniente Coronel Fredy Alberto Tibaduiza NiñoDirector Escuela de Subofi ciales y Nivel Ejecutivo Gonzalo Jiménez de Quesada.

Diseño y diagramación: Milena María Monguí Estupiñán

Fotos: Esjim

Impresión: Offset

Impresor estampilla: Thomas Greg & Sons de Colombia S.A.

Impresor piezas parafi latélicas:

Imprenta Nacional de Colombia

Primer día de circulación: Bogotá D.C., jueves 24 de junio de 2010

Especifi caciones técnicas

Presentación

“Studium, Honor, Legalitas”

Bajo este lema proveniente del latín, que signifi ca: “estudio, honor, legalidad”, se evidencia la grandeza y especialmente el invaluable servicio que la Escuela de Policía Gonzalo Jiménez de Quesada, ha venido prestando durante 60 años, en la capacitación de sub-ofi ciales y nivel ejecutivo de la Policía Nacional.

El estudio le apunta a la capacitación intelectual y profesional que les permita asumir un nuevo grado con la preparación adecuada para dirigir y liderar un equipo de trabajo encaminado al bienestar de la co-munidad en general. El honor induce a sus estudian-tes hacia el cumplimiento del deber y a mantener una reputación intachable, y la lealtad es la sentencia que ahuyenta la venganza y la traición, principal requeri-miento de quienes son llamados por el Estado para servir la causa de la seguridad, defensa y vigilancia de los derechos y deberes de los ciudadanos.

Todo en el claustro que prepara hombres y mujeres al servicio de la paz y seguridad de los colombianos, apun-ta hacia la excelencia, la calidad y la espiritualidad que impulsa a sus miembros en favor de las buenas acciones y la protección de la población. Los colores de su ban-dera, por ejemplo así lo establecen: el verde en la parte Izquierda representa el esplendor del alma máter de la subofi cialidad, recalcando la naturaleza e invitando al estudio, el azul expresa la confi anza y armonía del per-sonal que integra el instituto, y el rojo es sinónimo de alegría y entusiasmo y al mismo tiempo signifi ca el peli-gro y la entrega de los subofi ciales en aras de los deberes e ideales institucionales. En el extremo derecho lleva la fi gura geométrica (rombo) de color blanco, símbolo de la brillantez, luz y transparencia que difunde un líder. Expresa la idea de inocencia, paz, infancia, estabilidad y calma, cualidades representativas de la Policía.

La palabra futuro es fundamental para la vida de la Policía

“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inal-canzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”.

Víctor Hugo (1802-1885) Novelista francés.

Luego de casi tres años de un direccionamiento basado en el humanismo, como un árbol que ha crecido de manera asombrosa ante nosotros y nos ha cobijado con las bonda-des de su sombra, tenemos el temor de que sus raíces pue-dan secarse en la primera poda. Por ello, ante la evolución que determina un ciclo de gobernabilidad, la pregunta que debemos hacernos es ¿qué sentido de la vida queremos construir colectivamente y heredar en la Policía Nacional?

Prever el futuro es un ejercicio que a veces se torna impre-visible, por ello debemos tomar la decisión de edifi carlo desde ahora, de manera que el estancamiento o la evolu-ción de la Policía en las próximas décadas, dependerá del mantenimiento de las capacidades estratégicas de seguri-dad y convivencia en Colombia, a partir de nuestra capa-cidad de hacer del conocimiento una herramienta valiosa del servicio, de la entereza moral que tengamos ante las difi cultades y de una actitud propositiva, como la mejor rendición de cuentas ante Dios, ante nosotros mismos y ante la ciudadanía.

Durante el 60 aniversario de la Escuela Gonzalo Jiménez de Quesada, resulta satisfactorio observar la experiencia de 60 años de trayectoria formadora y recoger los frutos de una siembra de talentos en el que cada subofi cial de policía, ha sido -y es- un portador apasionado del amor desprevenido a la sociedad, al sanar la vida y confrontarla en medio del azote de la violencia. Y es que tener 60 años es haber vivido dos veces 30 épocas distintas; que a manera de metáfora con la vida de un ser humano, representan el reconocer las riquezas del pasado, las difi cultades que

depara el futuro, pero a la vez, los pasos fi rmes de una edad madura. Hoy, nuestra Escuela de Subofi ciales se ha pro-puesto formar policías no sólo para el servicio sino también seres humanos integrales para su familia y la sociedad.

Nuestra tarea será de la consolidar esta gran fuerza de man-dos medios. Por ello, este aniversario se conmemora en medio de tres hitos históricos que defi nirán el futuro de la Policía y de la Nación. El primero, la puesta en marcha de un direccionamiento basado en el humanismo, carta de navegación, orientada a rescatar la dignidad del policía y en directa proporción, la del ciudadano. El segundo, está relacionado con la consolidación de la gobernabilidad, afi anzada desde la Política de Seguridad Democrática y la tercera circunstancia, originada a partir de una revolución del sistema pedagógico policial, que sin duda, ha de tradu-cirse en mayores resultados operacionales.

Así mismo, este aniversario simboliza el legado de quienes han ofrendado su vida y/o están dispuestos a entregarla. Recordemos que de 153 mil policías del país, aproxima-damente 28 mil son subofi ciales, -muchos de ellos anóni-mos-, pero reconocidos como seres notales por sus conduc-tas heroicas, como lo demostró el patrullero Víctor Manuel Chía Fonseca, quien durante un atentado terrorista auxilió a un sinnúmero de personas lesionadas, mientras sin sa-berlo él mismo moría; o el mensaje de denuncia contra el secuestro que provocó el retorno del Mayor Julián Ernesto Guevara, considerado el ave fénix del dolor de la Nación. Sus testimonios nos señalan nuestra obligación moral de enfrentar la incertidumbre en forma emprendedora. To-dos tenemos la responsabilidad de emplear las facultades con las cuales se nos ha dotado. Bien se afi rma que no es imposible que muchos caigan en manos de pocos, pues Dios igual puede salvar con pocos que con muchos, ya que la victoria no depende del número sino de la fuerza que viene del cielo.

Por citar una analogía, el orfebre, y también el minero, transforman los materiales que les brinda la naturaleza para

crear obras que los hacen dignos de admiración. En el caso de la Policía son gestiones visibles en insignias y grados como símbolo del trabajo en equipo, como personas que anhelamos tener un corazón de oro, probados por el fuego de las difi cultades, con la propiedad intrínseca de la in-corruptibilidad que demanda la seguridad en Colombia. Bajo este convencimiento debemos ser capaces de actuar ante lo que se revela como imperdonable en contra de la dignidad humana. Ese es el futuro que entre todos esta-mos construyendo al interior de la Policía, como la mayor ofrenda a la sociedad colombiana de este siglo.

Mayor General Oscar Adolfo Naranjo TrujilloDirector General Policía Nacional de Colombia

Escuela Gonzalo Jiménez de Quesada: 6 décadas formado líderes con vocación

La Escuela Gonzalo Jiménez de Quesada celebra 60 años de historia, siendo el único centro de capacitación de sub-ofi ciales de la Policía Nacional a nivel país, se conserva intacta su misión ética y profesional en la formación de hombres y mujeres subofi ciales.

El resultado profesional se ve consolidado en proyectar un subofi cial que reúna las competencias exigidas como pro-fesional de policía líder, orientador de las políticas institu-cionales para el desarrollo de los procesos de orden asesor, de control y ejecución según su jerarquía y trayectoria, consolidándose como enlace entre el nivel directivo, y el personal de base.

Hoy en día la subofi cialidad integrada en un solo cuerpo ajustada al cambio, fortalece su fi losofía sin apartarse de lo misional, dependiente de su naturaleza abierta a todas las posibilidades que fortalezcan la institución policial, y que permiten considerar una gestión de servicio, agregando por demás, niveles de formación liberal que incursionen potenciando una formación profesional policial con cali-

dad, hacia lo que la comunidad espera y de lo cual no se puede desprender.

Lo que un subofi cial debe saber

Capacitación y desarrollo

El mejoramiento permanente en la capacitación de los subofi ciales antiguos y nuevos, integra aspectos que hacen referencia a una cultura basada en las nuevas tecnologías de la información, la educación en modalidad virtual y la comunicación con el propósito de fomentar los principios y valores institucionales, así como la recuperación de la identidad policial.

Toda la infraestructura logística de la Escuela de Subofi cia-les “Gonzalo Jiménez de Quesada”, y la disposición de su recurso humano para la realización de los ciclos académi-cos con énfasis en mando dirección y liderazgo atienden las necesidades institucionales de profesionalización. Aquí los mejores hombres y mujeres construyen conocimiento fundamentado en los modelos de formación profesional en el ejercicio del mando para que desde el nivel ejecutivo en el grado de patrulleros realicen un proceso formativo al escalafón del subofi cial.

Los adelantos tecnológicos educativos aplicados en los pe-riodos de ascenso, acreditan a los subofi ciales como man-dos integrales con capacidades para comandar las unidades básicas de policía de vigilancia, acompañar las instancias de control y de gestión, la atención de orden preventivo, contravencional y en ocasiones represivo de conductas atí-picas que se generen en el orden local y que inciden en el orden ciudadano, ambiental y económico de la Nación, en la atención a la seguridad y convivencia de la población.

Innovación

La transformación de imagen en los nuevos uniformes de Policía y la placa policial le permiten a los subofi ciales a par-

tir del grado de subintendente portar orgullosamente en sus Kepis una carrilera en cinta dorada y visera negra en paño, como reconocimiento al mando, así como contar con un uniforme para las actividades sociales, recepcio-nes y eventos formales nocturnos (traje de gala azul para las ceremonias especiales). El reconocimiento en el uni-forme de la mujer subofi cial también está en su cubre-cabezas con carrilera dorada además de un trascendental cambio que busca exaltar su feminidad y comodidad, complementado por un corbatín que continuará acom-pañado de un moño en forma de corbatín, y el uso de tonalidades pastel y tonos tierra en su maquillaje facial.

Nuevos Símbolos del Alma Mater

Es el caso del nuevo ícono y símbolo del subofi cial por su signifi cado histórico: la Plaza de Armas y la cons-trucción del monumento al SM. Luis Alberto Torres Huertas, personaje emblemático y legendario de la sub-ofi cialidad, quien dejó su huella por su ejemplo de vida, apostolado, señorío, calidad humana, sencillez y por ser el verdadero artífi ce de la especialidad de la Policía de protección infantil, gracias a su amor por los niños a quienes cuidaba y distraía con juegos didácticos en los parques de la ciudad, lo cual lo hace personaje inolvida-ble para el país y la Policía Nacional de Colombia.

Entre las adecuaciones más importantes están: la con-solidación de sus áreas administrativas, académicas, aulas ecológicas, alojamientos, comedores, auditorios, remodelación de campos deportivos, dispensario de sanidad, modernización del campo de ceremonias, bi-blioteca, la construcción del Policafé, sala del SILOF, creación del monumento a la mujer policía, aula inte-ractiva, áreas de instrucción en el campo de operacio-nes abiertas urbanas y rurales e instalación del sonido ambiental en todo el perímetro del instituto.

Continúa manteniendo su bellísimo diseño arquitec-tónico original de la antigua casona que constituye un

EMISIÓN POSTAL

Policía Nacional de ColombiaEscuela de Subofi ciales

Gonzalo Jiménez de Quesada

Torres se retiró el 18 de julio de 1965, después de 30 años de servicio. Se fue con la frente coronada de nieve venerada, pero joven aún, con la lozanía de aquellos seres que poseen bondad en el alma. Se fue también con el pecho cubierto de medallas y distinciones, con el diario de su vida atestado de felicitaciones y votos de aplausos, con la historia de su existir rodeado de frescos laureles….y por sobre todas las cosas, se llevó una jus-ta y honda satisfacción de haber sido un hombre que peregrinó por los senderos de Colombia prodigando el bien, formando las mentes infantiles para ser útiles al país y haciendo caridad donde la pobreza, el dolor, la incomprensión y en general la ausencia de felicidad, tenían sus dominios.

Por todo ello, la Escuela de Subofi ciales Gonzalo Ji-ménez de Quesada, honra y exalta, la memoria del Sargento Mayor Luís Alberto Torres Huertas, icono de la subofi cialidad, quien dejó huella por su ejemplo de vida, apostolado, señorío, calidad humana, sencillez y artífi ce de la especialidad de la Policía de Protección Infantil, defi nitivamente un personaje inolvidable para el país y para la Policía Nacional de Colombia.

La investigación, información y opiniones aquí expresadas son responsabilidad de sus autores y no refl ejan necesaria-mente el pensamiento del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, ni de Servicios Postales Nacionales S.A.

Nace la Policía Infantil

El 20 de enero de 1951 terminó el primer curso de agen-tes de Policía Infantil. Ese mismo día nació como servicio especial de la institución tal actividad policial. Los once agentes especializados se distribuyeron por otros tantos parques de Bogotá. Había que verlos en actitud paternal y consentidora, llamando a los chiquillos para distraerlos y enseñarles toda clase de juegos, canciones infantiles, fá-bulas y poemas. Ya fuera que corrieran como venados o como cazadores, se escondieran para que los pequeños los encontraran, se sentaran a contar cuentos de hadas y episo-dios de los héroes de nuestra historia, asumían la posición de maestros para obligar a los niños a recordar nociones de lenguaje, ciencias, cívica y religión.

En abril de 1951, Torres fue ascendido a Sub - Inspector. Al año siguiente, el 1 de julio, obtuvo el grado de Sargento Segundo y el primero de agosto de 1953, el de Sargento Primero. Con cada ascenso, Torres recibía profusas felici-taciones ya no solo de sus superiores sino de infi nidad de familias y entidades cívicas que reconocían el valor de sus excelentes ofi cios en favor de la niñez.

Compañero de todas las horasTambién en 1953 se le confi rió la condecoración de la orden “Estrella de la Policía” en el grado de “estrella cívica”, cate-goría D “compañero, y fue destacado ante la ciudadanía co-lombiana su meritorio y ejemplar servicio a la comunidad. Por otra parte la Dirección de Educación de Cundinamarca le otorgó en esa misma ocasión la “Medalla al Mérito”.

No engreían a Torres las distinciones ni los aplausos, tras-ladaba sus triunfos a sus compañeros de labor y daba razón de ellos a “sus niños”. Habiendo entendido desde un prin-cipio que no solamente Bogotá necesitaba de una protec-ción infantil organizada, sino que ésta debía tener cobertu-ra nacional, se tomó el trabajo de viajar con el visto bueno de los altos mandos de la Policía a diferentes ciudades del país para organizar en ellas su noble y apreciada obra.

no de salud y vida, de rostro siempre sonriente en el que se refl ejaba una bondad campesina, como su ancestro, baila-ba, corría, se agachaba para que niños y niñas se subieran a sus espaldas y lo utilizaran como ágil corcel…

“el agente del maletín misterioso”

Pronto su fama se regó por toda la ciudad y desde otros sectores de la misma pidieron su presencia en parques y plazas públicas. Quienes no conocían su nombre lo llama-ban “el agente del maletín misterioso”.

En realidad, el agente Torres llevaba siempre un maletín, una especie de cartera ministerial, que nunca abandonaba. Nadie sabía qué contenía aquel maletín… nadie, excepto los niños. Solamente delante de ellos lo abría para sacar deliciosos caramelos. Ése era todo el misterio.

El 22 de septiembre de 1934, ya para entonces se había ca-sado, en su pueblo natal, con una hacendosa y distinguida paisana, María Luisa Torres Bernal, quien lo acompañaría en su laboriosa existencia hasta 1960, año de su deceso.

El alma infantil de un gran boyacense

El 4 de mayo de 1947, cuando volvió a lucir las prendas como agente, incorporado a la VIII División, le encomen-daron el trabajo de vigilancia y seguridad en el llamado Hi-pódromo del Banco Central Hipotecario, tarea por cierto muy adecuada para su temperamento y calidez humana.

La sana mentalidad y permanente espíritu de comprensión evidente siempre en este sencillo boyacense, así como su fé-rrea creencia que educando a la niñez se forman los buenos hombres del mañana, le permitieron encaminarse en la be-lla tarea de agrupar pequeños, a quienes deleitaba y acom-pañaba en sus juegos como una forma de brindar sonrisas y esparcimiento a niños y niñas. Les enseñó canciones, rondas encuentros de sano esparcimiento y especialmente los motivó a hacer el bien, propender por la solidaridad y esforzarse por realizar buenas acciones. Les enseñó a amar nuestra Patria y sus instituciones, el respeto a la ley y los derechos ajenos y les inculcó la necesidad de comportarse siempre como buenos ciudadanos para adquirir valor per-sonal y ser útiles a la sociedad.

Lo hizo primero a manera de ensayo. Viendo que le daba resultado el procedimiento, quiso exceder su actividad de protector de los niños. Había que atraerlos y entretenerlos y para esto lo ideal eran los juegos infantiles.

Mediante bazares y la colaboración de padres de familia que se dieron cuenta de su signifi cativa labor, allegó fondos para la compra e instalación de columpios y otras diversio-nes mecánicas. Los parques que cuidaba, se colmaban de niños que se divertían, cantaban y reían en un alarde de satisfacción que impresionaba gratamente a los visitantes adultos. Sin temor al “qué dirán”, este hombre apuesto, lle-

verdadero patrimonio nacional, a pesar de las importan-tes remodelaciones interiores y exteriores, las cuales han dado un toque de distinción al campus que la rodea.

Homenajes

Es importante recordar algunos subofi ciales que han dejado huella perenne en la historia de nuestro país, tal es el caso del Sargento Mayor Don León Pio Acos-ta quien organizó el Club de Subofi ciales, así como el gran visionero Sargento Primero Carlos Julio Umaña Torres con la creación de “El Aguinaldo boyacense y la composición del Himno ofi cial de la Escuela “Gon-zalo Jiménez de Quesada”, cuyo autor de la letra es el Sargento Primero Pablo Emilio Beltrán, el creador del hermoso municipio de Puerto Nariño, el 18 de agosto de 1979, segundo de los que actualmente existen en el departamento de Amazonas, señor Sargento Primero José Humberto Espejo Hernández, el señor Intenden-te Jefe Jhon Frank Pinchao quien se logró fugar del cautiverio de más de ocho años, en un acontecimiento sin precedentes, y la señora Intendente Nancy María Trujillo Yucuna quien gracias a su carisma y especial amor por los niños y niñas de su resguardo indígena Mirití-Paraná Amazonas, fue escogida como la mejor policía del año 2008 y ganadora de la Condecoración en la categoría Servicio a la Comunidad, por la Funda-ción Corazón Verde.

Teniente Coronel Fredy Alberto Tibaduiza NiñoDirector Escuela de Subofi ciales y Nivel EjecutivoGonzalo Jiménez de Quesada

Agradecimientos

Brigadier General Edgar Orlando Vale MosqueraDirector Nacional de Escuelas Policía Nacional

Coronel León Guillermo Barón CalderónJefe Ofi cina de Comunicaciones Estratégicas

Biografía del Sargento Mayor Luís Alberto Torres Huertas

Con su inalterable sonrisa, refl ejo de su alma siempre joven y alegre, el Sargento Mayor Luís Alberto Torres Huertas fue durante muchos años un ángel guardián de los niños colombianos.

El Sargento Mayor Torres nació el 6 de noviembre de 1903, en el municipio de Turmequé, de cuna de fami-lia importante y apreciada por todos, a la cabeza de la cual estaban sus padres, don Julio Torres y señora, María Antonia Huertas.

Hasta los 21 años llevó una vida civil común y corrien-te, pero consagrada al trabajo. Prestó servicio militar en el cuartel del Batallón Bolívar No. 1 de Tunja, y al salir se trasladó a la capital en busca de nuevos horizontes.

Su ingreso a la Policía

Un buen día encontró que la Policía podría ser un campo propicio para desarrollar una labor al servicio del país y so-licitó su ingreso. El 26 de abril de 1924 vistió por primera vez el uniforme como agente de los entonces llamados de tercera clase. Por las calles y barrios de la agitada Bogotá de aquellas épocas, divagó de día y de noche cumpliendo la noble misión de proteger la vida, honra y bienes de los ciu-dadanos en general, hasta el año 1933, cuando se retiró.

Todos los niños de Colombia conocen al Sargento Mayor Luís Alberto Torres Huertas, porque lo han visto en los parques de casi todas las ciudades, así como en láminas de almanaques y fotografías de prensa.

Fecha de emisión Date d’émissionDate of issue

24 de junio de 2010

Boletín informativo No. 10 de 2010

EMISIÓN POSTAL

Policía Nacional de ColombiaEscuela de Subofi ciales

Gonzalo Jiménez de Quesada

Ministerio de Tecnologíasde la Información y las Comunicaciones

República de Colombia

POLICÍA NACIONALDE COLOMBIA

POLICÍA NACIONAL

Álvaro Uribe VélezPresidente de la República

Daniel Enrique Medina VelandiaMinistro ( E ) de Tecnologías de la Información

y las Comunicaciones

Junta Directiva Servicios Postales Nacionales S.A.Ramón Angarita Lamk

Rubén Darío Mestizo ReyesDouglas Velásquez Jácome

José Fernando Torres Fernández de Castro

Juan Ernesto Vargas UribePresidente Servicios Postales Nacionales S.A.

Sonia Patricia Cáceres MartínezSecretaria General Servicios Postales Nacionales S.A.

Guillermo Eduardo Márquez FerroVP. Comercial Servicios Postales Nacionales S.A.

Martha Lucy Giraldo DuqueJefe Nacional de Filatelia Servicios Postales Nacionales S.A.

fi [email protected] center (571) 4199299 y 4199292 ext. 1505 en Bogotá

01 8000 111 210 a nivel nacional www.4-72.com.co

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