poesía renacentista: autores y algunas obras

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Jacinto Haro Literatura Universal IES Zurbarán 1 EL SONETO Descripción y trayectoria en España Es una forma o composición poética compuesta por catorce versos endecasílabos de rima consonante que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos (ABBA) y dos tercetos (de rima libre, aunque con tendencia a CDC-EDE). Aunque la distribución del contenido del soneto no es siempre idéntica, puede decirse que el primer cuarteto presenta el tema del soneto, y que el segundo lo amplifica o lo desarrolla; el primer terceto reflexiona sobre la idea central, o expresa algún sentimiento vinculado con el tema de los cuartetos y el terceto final, el más emotivo, concluye con una reflexión o la expresión de un sentimiento profundo, originado por los versos anteriores. De esta manera, el soneto clásico presenta una introducción, un desarrollo y una conclusión. En cuanto a su historia, el soneto fue cultivado por los poetas del dolce stil nuovo a finales del 1200, como Guido Guinizzelli, Guido Cavalcanti y Cino da Pistoia. En el siglo XIV son muy importantes los sonetos amorosos de Dante Alighieri, dedicados a su amada Beatrice Portinari, y recogidos y comentados en su libro Vita Nuova. Pero el sonetista más influyente es, sin duda, Francesco Petrarca, en cuyo Cancionero esta composición se muestra como la estructura más adecuada para la expresión del sentimiento amoroso. A través de esta influencia, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas. La predilección por el soneto en España se produjo a partir del siglo XVI, cuando Garcilaso de la Vega y Juan Boscán adaptaron con gran habilidad la métrica del endecasílabo al castellano, básicamente acentuando las sílabas 6 y 10 del endecasílabo de manera imprescindible. Fue cultivado por los poetas del Barroco: Cervantes, Lope de Vega, Góngora, y Quevedo. En el Neoclasicismo decae su uso y tampoco el Romanticismo español le presta mucha atención (por ejemplo en las Rimas de Bécquer se encuentra un único soneto). La principal renovación del soneto en castellano se produce a finales del siglo XIX con el Modernismo, con innovaciones métricas como el soneto en alejandrinos. Es muy frecuente también el soneto en la obra de los autores de la generación del 27; Lorca cultivó esta forma en sus Sonetos del amor oscuro. El soneto mantuvo su vitalidad durante la posguerra gracias a autores como Blas de Otero. Durante los años sesenta y setenta cayó en un relativo olvido, pero poetas posteriores han retomado su cultivo. Los autores renacentistas y muestra de algunos de sus sonetos Dante Alighieri (1265-1321) De su obra: La vida nueva XXVI Esta gentilísima dama, a la cual me he referido en las palabras precedentes, cayó en tanta gracia en las gentes, que cuando pasaba por la calle, las personas corrían a verla, cosa que a mi me llenaba alegría. Y cuando se encontraba cerca de alguien, tanta honestidad le nacía en el corazón, que no se atrevía a alzar los ojos, ni responder a su saludo; de ello muchos podrían testimonio a quien no lo creyera. Ella iba coronada y vestida de humildad, no mostrándose en nada orgullosa de lo que veía y oía. Muchos decían: No es una mujer, sino uno de los bellísimos ángeles del Cielo. Y otros: Es una maravilla; ¡Bendito sea el Señor que tan admirablemente sabe obrar! Digo que se mostraba ella tan gentil y tan completa en toda gracia, que a los que la miraban, les inundaba una dulzura honesta y suave, tanta que no sabrían explicarlo; ni habría quién pudiera mirarla, que de inmediato no comenzara a suspirar. Estas cosas y más procedían de ella virtuosamente, por donde pensando en ello, deseando emprender de nuevo el modo de alabarla, propúseme decir palabras en las que diese a entender sus admirables atributos; de manera que no solamente aquellos que la podían ver sensiblemente, sino los demás, también vinieran a saber de ella lo que las palabras no pueden trasmitir. Entonces dije este soneto, que comienza así: Tan gentil. Tan gentil, tan honesta, en su pasar, es mi dama cuando ella a alguien saluda, que toda lengua tiembla y queda muda y los ojos no la osan contemplar. Ella se aleja, oyéndose alabar, benignamente de humildad vestida, y parece que sea cosa venida un milagro del cielo acá a mostrar. Muestra un agrado tal a quien la mira que al pecho, por los ojos, da un dulzor que no puede entender quien no lo prueba. Parece de sus labios que se mueva un espíritu suave, todo amor, que al alma va diciéndole: suspira.

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El soneto, Petrarca y el petrarquismo, Ronsard, Camoes

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Page 1: Poesía renacentista: autores y algunas obras

Jacinto Haro Literatura Universal IES Zurbarán 1

EL SONETO Descripción y trayectoria en España

Es una forma o composición poética compuesta por catorce versos endecasílabos de rima consonante que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos (ABBA) y dos tercetos (de rima libre, aunque con tendencia a CDC-EDE).

Aunque la distribución del contenido del soneto no es siempre idéntica, puede decirse que el primer cuarteto presenta el tema del soneto, y que el segundo lo amplifica o lo desarrolla; el primer terceto reflexiona sobre la idea central, o expresa algún sentimiento vinculado con el tema de los cuartetos y el terceto final, el más emotivo, concluye con una reflexión o la expresión de un sentimiento profundo, originado por los versos anteriores. De esta manera, el soneto clásico presenta una introducción, un desarrollo y una conclusión.

En cuanto a su historia, el soneto fue cultivado por los poetas del dolce stil nuovo a finales del 1200, como Guido Guinizzelli, Guido Cavalcanti y Cino da Pistoia. En el siglo XIV son muy importantes los sonetos amorosos de Dante Alighieri, dedicados a su amada Beatrice Portinari, y recogidos y comentados en su libro Vita Nuova. Pero el sonetista más influyente es, sin duda, Francesco Petrarca, en cuyo Cancionero esta composición se muestra como la estructura más adecuada para la expresión del sentimiento amoroso. A través de esta influencia, el soneto se extiende al resto de literaturas europeas.

La predilección por el soneto en España se produjo a partir del siglo XVI, cuando Garcilaso de la Vega y Juan Boscán adaptaron con gran habilidad la métrica del endecasílabo al castellano, básicamente acentuando las sílabas 6 y 10 del endecasílabo de manera imprescindible.

Fue cultivado por los poetas del Barroco: Cervantes, Lope de Vega, Góngora, y Quevedo. En el Neoclasicismo decae su uso y tampoco el Romanticismo español le presta mucha atención (por ejemplo en las Rimas de Bécquer se encuentra un único soneto). La principal renovación del soneto en castellano se produce a finales del siglo XIX con el Modernismo, con innovaciones métricas como el soneto en alejandrinos. Es muy frecuente también el soneto en la obra de los autores de la generación del 27; Lorca cultivó esta forma en sus Sonetos del amor oscuro. El soneto mantuvo su vitalidad durante la posguerra gracias a autores como Blas de Otero. Durante los años sesenta y setenta cayó en un relativo olvido, pero poetas posteriores han retomado su cultivo.

Los autores renacentistas y muestra de algunos de sus sonetos

Dante Alighieri (1265-1321)

De su obra: La vida nueva

XXVI Esta gentilísima dama, a la cual me he referido en las palabras precedentes, cayó en tanta gracia en las gentes, que cuando pasaba por la calle, las personas corrían a verla, cosa que a mi me llenaba alegría. Y cuando se encontraba cerca de alguien, tanta honestidad le nacía en el corazón, que no se atrevía a alzar los ojos, ni responder a su saludo; de ello muchos podrían testimonio a quien no lo creyera. Ella iba coronada y vestida de humildad, no mostrándose en nada orgullosa de lo que veía y oía. Muchos decían: No es una mujer, sino uno de los bellísimos ángeles del Cielo. Y otros: Es una maravilla; ¡Bendito sea el Señor que tan admirablemente sabe obrar! Digo que se mostraba ella tan gentil y tan completa en toda gracia, que a los que la miraban, les inundaba una dulzura honesta y suave, tanta que no sabrían explicarlo; ni habría quién pudiera mirarla, que de inmediato no comenzara a suspirar. Estas cosas y más procedían de ella virtuosamente, por donde pensando en ello, deseando emprender de nuevo el modo de alabarla, propúseme decir palabras en las que diese a entender sus admirables atributos; de manera que no solamente aquellos que la podían ver sensiblemente, sino los demás, también vinieran a saber de ella lo que las palabras no pueden trasmitir. Entonces dije este soneto, que comienza así: Tan gentil.

Tan gentil, tan honesta, en su pasar,

es mi dama cuando ella a alguien saluda, que toda lengua tiembla y queda muda

y los ojos no la osan contemplar. Ella se aleja, oyéndose alabar, benignamente de humildad vestida,

y parece que sea cosa venida un milagro del cielo acá a mostrar. Muestra un agrado tal a quien la mira

que al pecho, por los ojos, da un dulzor que no puede entender quien no lo prueba.

Parece de sus labios que se mueva un espíritu suave, todo amor, que al alma va diciéndole: suspira.

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Francesco Petrarca (1304-1374)

El Canzoniere es la obra lírica en italiano de Petrarca. Aunque consideró su obra en lengua vernácula, el italiano, como menos importante que su producción en latín, lo cierto es que lo elaboró cuidadosamente durante toda su vida, reescribiendo y desechando; de manera que el resultado final se corresponde con un propósito perfectamente meditado del poeta. Petrarca, curiosamente, debe su inmortalidad literaria a una obra escrita en una lengua que consideraba inferior. Pero esta decisión le daba la posibilidad de experimentar y conseguir perfeccionar esta lengua vulgar. Y lo hace a través de la lírica amorosa heredada de la lírica provenzal trovadoresca que a su vez había influido en los poetas toscanos del Dolce stil nuovo.

El Cancionero tuvo una influencia capital en los aspectos métricos: el ritmo del endecasílabo, con acentos en la 6ª y 10ª silabas (que será adoptado por la lírica culta posterior en castellano) y las formas estróficas, destacando por encima de otras el soneto. De los 366 poemas, 317 son sonetos; organizados en dos partes: las rimas en vida de Madonna Laura y las rimas tras su muerte; no obstante, esta división se debe a los editores de la obra un siglo después aunque está sugerida por el contenido y por el hecho de que en el manuscrito definitivo contiene varias hojas en blanco entre la composición CCLXIII y la CCLXIV.

A lo largo del Cancionero, Petrarca va estableciendo los tópicos que acabarán por convertirse en los fundamentos de la lírica amorosa culta occidental durante siglos: la descripción idealizada de los tópicos de la belleza de la amada (ojos, frente, boca, labios, dientes, tez, cabellera, cuello...) a partir de los que se eleva espiritualmente por efecto del amor. En la segunda parte, ante la desolación por su muerte, Petrarca obra en Laura un proceso de beatificación que le consuela y le anticipa la unión eterna en el cielo.

Así pues la influencia de Petrarca (el denominado Petrarquismo) se estableció básicamente (1) en la métrica, con el endecasílabo y la perfección alcanzada en sus sonetos, (2) en la espiritualidad del sentimiento amoroso, retomando el concepto de donna angelicata y el Neoplatonismo (sentimiento del amor equiparable a la espiritualidad religiosa), (3) en el modelo de belleza de la mujer adoptado por el Renacimiento, (4) la ambientación del sentimiento amoroso en una naturaleza idealizada y la revitalización de tópicos de la literatura clásica como el carpe diem, virgo collige rosis, etc.; completándose con el concepto de Cancionero como colección poética que:

• Debe estar dedicado a una sola dama, a quien se refieren todas las composiciones. • La obra, aunque formada por composiciones independientes, debe ser unitaria en su temática, pues el hilo

argumental del cancionero es la vivencia amorosa del poeta: el tema es por tanto el amor. • El cancionero debe tener una secuencia narrativa que conduzca al lector a través del desarrollo de la historia

del sentimiento amoroso del poeta; es decir, los poemas deben aparentar haber sido escritos cronológicamente en el orden en que aparecen en la obra.

• El cancionero debe ser polimétrico y mostrar en consecuencia diferentes formas poéticas.

Soneto LXI (en vida de Laura)

Bendito sea el año, el mes, el día, el tiempo, la estación, la hora, el instante, el rincón y el lugar en donde ante sus ojos fue prendida el alma mía; bendita la dulcísima porfía que a Amor me liga como firme amante, y el arco y la saeta lacerante, cuya herida le abrió en mi pecho vía. Bendita sea la voz con que sustento y siembro el nombre suyo en cualquier parte, y mi ansia y mi suspiro y mi lamento; y sea bendito todo cuanto arte en fama suya doy, y el pensamiento que es de ella sin que en él otra haya parte.

Soneto CCXX

¿Dónde halló el oro Amor, dónde la vena, con que hizo sus dos trenzas? ¿En qué espinas las rosas? ¿En qué prados las albinas nieves del rostro que de aliento llena? ¿Dónde las perlas en que rompe y frena palabras, como honestas, peregrinas? ¿Dónde tantas bellezas tan divinas de frente más que el cielo aún serena? ¿A qué ángeles hurtó en su esfera y cumbre el celeste cantar con que en sollozo tal me acaba que apenas me mantengo? ¿De qué sol procedió la altiva lumbre de aquellos ojos por que peno y gozo y el pecho en fuego y hielo hirviendo tengo?

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Soneto CCCLXIII (tras la muerte de Laura)

Muerte ha apagado el Sol que me cegaba, y en tinieblas mi vista ha hecho sumirse; roble y olmo el laurel veo convertirse; tierra es la que frío y calor daba: y, viendo así mi bien, el mal no acaba. No es ya quien hace en el temor hundirse mi cuidado, o helarse o consumirse, ni quien de fe lo llena o daño agrava. Fuera del alcance del que inferna, que me hizo largo daño, hoy amanezco y me hallo en libertad amarga y tierna; y ante el Señor al que amo y agradezco, que el Cielo con el ceño ata y gobierna, cansado y satisfecho comparezco.

Soneto CCXCII

Los ojos de que hablé encendidamente, y brazos, manos, pies y dulce gesto, que tan lejos de mí me hubieron puesto y vuelto singular entre la gente; los crespos rizos de oro puro ardiente, y el lampo del reír claro y honesto, que edén el mundo hicieron manifiesto, apenas polvo son, que nada siente. Y, vivo aún yo, me duelo y me desdeño pues quedo sin la luz que he amado tanto, en gran fortuna y desarmado leño. Ponga aquí hoy fin al amoroso canto: seca la vena está de que fui dueño y mi cítara ya resuelta en llanto.

Guía para el comentario de texto del soneto CLXII del Cancionero de Petrarca (Libro de texto, página 80)

1. Como introducción del comentario, presenta el poema y su autor ubicando en su obra esta composición. Alude a la importancia del soneto como forma poética.

2. Resume su contenido y organízalo en secuencias describiendo cada una; incluye la motivación que según el propio poema produjo el deseo de escribir esta composición, el destinatario real y literario del poema y dónde se sitúa el autor según lo que en él se expresa.

3. Localiza elementos característicos de la corriente poética en que se inserta: el Renacimiento y el Petrarquismo; alude a los tópicos literarios que contiene este soneto.

4. Comenta el uso de la lengua literaria que realiza el poeta, organizando la figuras retóricas que aparecen en el texto en fonéticas, morfosintácticas y léxico-semánticas.

5. Redacta una conclusión que sea una síntesis de tu comentario.

Garcilaso de la Vega (1498?-1536)

Soneto XXIII

En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto, enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto, por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto, antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado, Todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.

Soneto V

Escrito está en mi alma vuestro gesto, y cuanto yo escribir de vos deseo; vos sola lo escribisteis, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto; que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo, tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma misma os quiero.

Cuanto tengo confieso yo deberos; por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir, y por vos muero.

Luís Vaz de Camões (Lisboa,1524-1580)

Como Garcilaso, según el prototipo renacentista, dedicó su vida a las armas y las letras. Llevó una vida bohemia y se le atribuyen amores con mujeres de toda condición, nobles y plebeyas. Acusado de homicidio, huyó a la India, asentándose en la ciudad de Goa. Al regreso a Portugal, naufragó en Mozambique, donde permaneció "tan pobre que

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vivía de los amigos"; fueron ellos quienes lo trasladaron hasta Lisboa. Pobre y enfermo, consiguió publicar la epopeya cumbre de la Literatura portuguesa, Os Lusiadas. El rey Sebastián I de Portugal, en reconocimiento a sus servicios le concedió una modesta pensión, que no salvaría al poeta de la extrema pobreza en el final de su vida.

En cuanto a su obra lírica, como el volumen de sus rimas le fue robado, sus poemas fueron publicados póstumamente, no habiendo acuerdo entre los diferentes editores en cuanto al número de poemas escritos por el poeta y sobre la certeza de su autoría. Se considera el mayor poeta portugués, situando su obra entre el clasicismo y el manierismo. El Premio Luis de Camões es el más importante en lengua portuguesa desde 1988. Este es uno de sus más célebres sonetos:

El vaso reluciente y cristalino, de Ángeles agua clara y olorosa, de blanca seda ornado y fresca rosa, ligado con cabellos de oro fino, bien claro parecía el don divino labrado por la mano artificiosa de aquella blanca Ninfa, graciosa más que el rubio lucero matutino. Nel vaso vuestro cuerpo se afigura, raxado de los blancos miembros bellos, y en el agua vuestra ánima pura. La seda es la blancura, y los cabellos son las prisiones y la ligadura con que mi libertad fue asida dellos. Os Lusíadas

Fue publicada en 1572, tres años después del regreso de Camoes de Oriente. Se compone de diez cantos, con un número variable de estrofas, que son en su mayoría octavas decasílabas, sujetas a un esquema rítmico ABABABCC. Es considerada una de las mejores epopeyas del Renacimiento.

Os Lusíadas significa "los hijos de Luso" y según la leyenda, los portugueses descienden de Luso, hijo del dios Baco, que conquistó por las armas el territorio que después será Lusitania, o sea, Portugal. Este nombre colectivo (los lusitanos) indica claramente que el sujeto épico del poema no es un hombre concreto, sino el pueblo portugués. El tema sobre el que se articula la obra es la primera expedición de Vasco de Gama a Oriente, si bien el propósito último del autor es cantar la gloria de la nación portuguesa a través de las aventuras de las expediciones de descubrimientos.

En el poema, los elementos fabulosos de corte clásico se mezclan con los episodios históricos: además de la aparición de la diosa Venus, los marineros caen en brazos de las nereidas (deidades del mar), parecidas a las sirenas de Ulises; aparece también una ninfa que profetiza la historia futura de las Indias Orientales (la profecía es también otro elemento de la epopeya clásica); y Júpiter alude a los navegantes portugueses como descubridores de nuevos mundos, al modo de Ulises y Eneas.

Pierre Ronsard (1524-1585)

Libro de texto, página 81. Analizamos el magnífico Soneto: Cuando seas muy vieja, a la luz de una vela...

Lope de Vega (1562-1635)

Soneto de repente (incluido en su comedia: La niña de plata)

Un soneto me manda hacer Violante, Por el primer terceto voy entrando, que en mi vida me he visto en tanto aprieto; y parece que entré con pie derecho catorce versos dicen que es soneto, pues fin con este verso le voy dando. burla burlando van los tres delante. Yo pensé que no hallara consonante Ya estoy en el segundo y aun sospecho y estoy a la mitad de otro cuarteto, que voy los trece versos acabando: mas si me veo en el primer terceto, contad si son catorce y está hecho. no hay cosa en los cuartetos que me espante.

El Manierismo es un estilo artístico que predominó en Italia desde el final del Renacimiento (a mediados del mil quinientos) hasta los comienzos del período Barroco (hacia 1600), entendiéndose hasta España y Europa.

Se trataba de una reacción anticlásica, que cuestionaba la validez del ideal de belleza equilibrada del Renacimiento, prefiriendo la expresión artística más complejo: como desnudos en posturas complicadas. Las figuras en las obras manieristas tienen frecuentemente extremidades graciosas pero raramente alargadas, cabezas pequeñas y semblante estilizado, mientras sus gestos parecen artificiales.

Su origen etimológico proviene de la definición que ciertos escritores del siglo XVI, asignaban a aquellos artistas que pintaban "a la manera de..." (a maniera de...), es decir, siguiendo la línea de Miguel Ángel, Leonardo o Rafael. El significado peyorativo del término comenzó más adelante, cuando esa "maniera" fue entendida como una técnica distorsionadora de los grandes maestros