poesía en pie de guerra. (artículo sobre la dispersión de los poetas del grupo del 27)

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POESÍA EN PIE DE GUERRA (Juan Suárez Pérez. Artículo publicado en la revista Andalucía Educa Nº 22, octubre de 2009) A menudo, cuando hablamos del grupo poético del veintisiete, solemos caer en los tópicos que la teoría literaria ha ido dejando a su paso en relación con algunos de sus principales autores. Es frecuente que, cuando hablamos de Pedro Salinas, lo identifiquemos dentro de este grupo como “el gran poeta del amor”, o que para muchos, Dámaso Alonso sea más conocido como pedagogo o crítico que como poeta en sí. También ocurre a veces, que lo más recordado de Luis Cernuda sea el fruto de sus desengaños amorosos con Donde habite el olvido o su recopilación poética bajo el título de La realidad y el deseo. Si le pedimos a alguien que recuerde alguna obra de Rafael Alberti, con casi toda seguridad nos nombrará Marinero en tierra o, a veces, Sobre los ángeles, poniendo de manifiesto la vertiente más popular por un lado, y la más surrealista por otro de este gran poeta. De hecho, defendamos o no si estos poetas forman una generación o un grupo de escritores, el nombre que termina triunfando es el de Grupo o Generación del 27, año del tricentenario de la muerte de Góngora, frente a otros nombres propuestos como Generación de la Dictadura (con la que nada tuvieron que ver salvo el sufrirla), Generación de la Revista de Occidente, etc. Esto pone de manifiesto nuevamente que lo más conocido de este grupo sigue siendo (en su mayoría) todo lo anterior a la Guerra Civil Española. Si bien la mayoría de la crítica literaria coincide en señalar el inicio de este conflicto bélico como el comienzo de la tercera etapa del Grupo poético del 27, y la denomina de dispersión, queremos poner de manifiesto que tal dispersión es casi exclusivamente geográfica, motivada por el exilio de la mayoría de autores, pero no en cuanto a la temática que este hecho conturbador provocó, ya que ahora el hilo conductor de la mayoría de obras será la patria perdida, poesía existencial, angustiada, civil, etc. Para ello podemos ilustrarnos viendo ciertos aspectos de algunos de los poetas que formaron tan excelente nómina de autores, una vez comenzado el conflicto bélico finalizado con la instauración de la dictadura franquista.

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Page 1: Poesía en pie de guerra. (Artículo sobre la dispersión de los poetas del grupo del 27)

POESÍA EN PIE DE GUERRA

(Juan Suárez Pérez. Artículo publicado en la revista Andalucía Educa Nº 22, octubre de 2009)

A menudo, cuando hablamos del grupo poético del veintisiete, solemos caer en los tópicos que la teoría literaria ha ido dejando a su paso en relación con algunos de sus principales autores. Es frecuente que, cuando hablamos de Pedro Salinas, lo identifiquemos dentro de este grupo como “el gran poeta del amor”, o que para muchos, Dámaso Alonso sea más conocido como pedagogo o crítico que como poeta en sí. También ocurre a veces, que lo más recordado de Luis Cernuda sea el fruto de sus desengaños amorosos con Donde habite el olvido o su recopilación poética bajo el título de La realidad y el deseo. Si le pedimos a alguien que recuerde alguna obra de Rafael Alberti, con casi toda seguridad nos nombrará Marinero en tierra o, a veces, Sobre los ángeles, poniendo de manifiesto la vertiente más popular por un lado, y la más surrealista por otro de este gran poeta.

De hecho, defendamos o no si estos poetas forman una generación o un grupo de escritores, el nombre que termina triunfando es el de Grupo o Generación del 27, año del tricentenario de la muerte de Góngora, frente a otros nombres propuestos como Generación de la Dictadura (con la que nada tuvieron que ver salvo el sufrirla), Generación de la Revista de Occidente, etc. Esto pone de manifiesto nuevamente que lo más conocido de este grupo sigue siendo (en su mayoría) todo lo anterior a la Guerra Civil Española. Si bien la mayoría de la crítica literaria coincide en señalar el inicio de este conflicto bélico como el comienzo de la tercera etapa del Grupo poético del 27, y la denomina de dispersión, queremos poner de manifiesto que tal dispersión es casi exclusivamente geográfica, motivada por el exilio de la mayoría de autores, pero no en cuanto a la temática que este hecho conturbador provocó, ya que ahora el hilo conductor de la mayoría de obras será la patria perdida, poesía existencial, angustiada, civil, etc. Para ello podemos ilustrarnos viendo ciertos aspectos de algunos de los poetas que formaron tan excelente nómina de autores, una vez comenzado el conflicto bélico finalizado con la instauración de la dictadura franquista.

Podemos comenzar hablando de Luis Cernuda, quien vivió un amargo exilio por Escocia, Inglaterra y México. A pesar de que la obra más conocida del poeta en esta época del exilio es La desolación de la quimera (1962), en 1942 aparece una obra suya, curiosamente en prosa, denominada Ocnos, que en palabras del autor pretendía ser un rescate de su vida, por lo que la temática queda patente. La nostalgia le hace escribir sus recuerdos para tenerlos presentes allí donde estuviera. El sevillano llegó a decir de su tierra: “pensar en tu nombre ahora envenena mis sueños”, con lo cual podemos hacernos una idea de la presencia de la nostalgia en Cernuda.

La crítica suele dividir la obra de Pedro Salinas en tres etapas. Una primera sería la más cercana a la poesía pura y a Juan Ramón Jiménez que acabaría en 1931, año en el que comenzará la época más conocida del madrileño, la “amorosa” con La voz a ti debida y Razón de amor. A partir de 1939 hasta su muerte Salinas mostró su vertiente más filosófica y social. También tuvo que exiliarse a consecuencia del conflicto bélico, de hecho murió en Boston. Todo exilio es amargo y esto más que en su obra se ha podido comprobar en algunas de las cartas que le escribía a su esposa, Margarita Bonmatí, ya que en ellas todo se muestra más natural, sin el artificio de la composición poética. Mientras que enseñaba español en el extranjero, confesaba en una de estas

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cartas que el idioma era “la esencia de su país en su memoria”, pero se horrorizaba de pensar que jamás volvería a oír tales palabras en boca de un español “en la calle, en el campo,…” Por otro lado, en lo que a poemas se refiere, encontramos Cero, composición en la que reacciona ante el lanzamiento de la bomba atómica de Hiroshima, por parte de Estados Unidos durante la II Guerra Mundial, algo que demuestra la preocupación no solo por la Guerra Civil en España, sino por los conflictos mundiales del momento.

Si hay una obra poética que da un giro importantísimo a partir de las circunstancias expuestas es la de Jorge Guillén. El vallisoletano presenta un momento de ruptura con lo anterior a consecuencia de los acontecimientos históricos. Si la primera parte de su obra es considerada la más cercana a la poesía pura de Juan Ramón Jiménez con Cántico, donde predominan el optimismo y la serenidad mostrando la armonía del mundo existente, más tarde seguirá relativamente la temática de Cántico en Clamor, subtitulada por él mismo como Tiempo de historia para otorgar un signo temporalista e histórico a sus escritos. Así vamos a ver ahora en esta poesía temas como el dolor, la rabia, la violencia, la guerra o la crueldad. En definitiva, Guillén toma ahora un tono de protesta. No necesitamos más que fijarnos en los títulos de las dos obras para comprender el cambio de visión del mundo del poeta, quien también vivió exiliado durante la dictadura franquista.

Uno de los pocos escritores del veintisiete que se quedaron en España tras la Guerra Civil fue Dámaso Alonso, el cual nos va a aportar una poesía testigo de la situación de la España de posguerra. Él mismo distinguió a los poetas de esta época en dos grupos: por un lado los que piensan en el mundo como un lugar armónico y ordenado que serán los pertenecientes a la “poesía arraigada”, y los que lo ven de una forma totalmente contraria, es decir, caos, angustia, etc., y por tanto pertenecen a la “poesía desarraigada”, como él mismo definió. No en vano su obra más importante será Hijos de la ira (1944), perteneciente a este tipo de poesía, con poemas como Insomnio, en el que describe el Madrid de la posguerra como un cementerio. La relevancia de esta “poesía desarraigada” es tal que de algún modo anunció lo que posteriormente sería la “poesía social”.

Como hemos comprobado, de los temas que encontramos en la poesía de los exiliados, muchos fueron consecuencia de la situación personal de cada autor (nostalgia por su tierra, cambio de la visión de mundo, angustia, etc.). Pero hay un poema que nos muestra otro tipo de nostalgia por así llamarlo. Es el caso de una composición de Rafael Alberti, Retornos de Chopin a través de unas manos ya idas. Se trata de un homenaje que hace a su madre, doña María Merello, tras su muerte. Ella tocaba el piano junto a sus hijos reunidos en el salón, de ahí que el portuense utilice el nombre de tan genial músico, evocando bellos recuerdos de su infancia junto a su madre.

Así pues, aunque cada autor del llamado Grupo del 27 haya tenido una evolución poética individual, parece que debemos resaltar que, como pertenecientes a un grupo que fueron, también reaccionaron de una forma parecida, aunque cada uno con sus formas y motivos, ante un hecho tan fatídico como el que se produjo en España. Por esto no parece del todo correcto que simplemente se diga de este grupo, que una vez comenzado el conflicto se iniciara una etapa de dispersión, ya que como vemos, seguían teniendo las mismas inquietudes y una misma posición ante el repentino cambio que se produjo en el devenir histórico y en el de sus vidas.

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BIBLIOGRAFÍA:

GAOS, Vicente. (Ed.), Antología del grupo poético de 1927, Cátedra, Madrid, 2005.

VARIOS (Ed. FRANCISCO RICO), Historia y crítica de la literatura española, Crítica, Barcelona, 1983.

ROZAS, J.M. La generación del 27 desde dentro, Alcalá, Madrid, 1974.

SALINAS, Pedro. Cartas de amor a Margarita, Alianza Editorial, 1986.

REFERENCIAS WEB:

www.cervantesvirtual.com

www.lengua yliteratura.com