poemas de río herido daniela catrileo

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Río Herido - Daniela Catrileo Si todo Santa Rosa te viera llover Salí a buscar el hogar clandestino que va de oriente a poniente, cargando armas en la rivera. Recojo las últimas cabezas del potrero, cercando una animita sobre un pueblo flotante que se inunda hasta no llover.

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Page 1: poemas de Río Herido Daniela Catrileo

Río Herido - Daniela Catrileo

Si todo Santa Rosa te viera llover

Salí a buscar el hogar clandestino

que va de oriente a poniente,

cargando armas en la rivera.

Recojo las últimas cabezas del potrero,

cercando una animita

sobre un pueblo flotante

que se inunda hasta no llover.

Page 2: poemas de Río Herido Daniela Catrileo

Respiro hacia adentro olvidando las costillas

Dos veces ha esparcido la hierba

y los huérfanos,

Nueva Imperial y el interior:

Con boca de animal

se figuran los relieves en el aire.

Nacimos con el río herido,

nuestra mancha en el costado.

Un corazón que de pena se fragua

entre todas las costillas,

y los metales son un líquido espeso

en el contorno de la pubertad.

Arden y arden los puentes

y los perros del territorio

Tengo colgando mi periferia

como el fragmento de toda historia.

Herido tengo el fósil y mi llaga

es un horizonte en su discurso.

Tengo un río herido

en forma de zanjón,

que grita india y me tira a la calle

para cruzar la otra historia,

desprendiendo hijos

en cada vena de su navío.

Tenía el cordón umbilical extendido,

Page 3: poemas de Río Herido Daniela Catrileo

atravesaba las montañas

en busca de su caudal.

Desde las esquinas de un país

cruzado en rieles,

construí una pequeña caja

con las imágenes de todo un sol

hacia el ombligo.

El ombligo como punto medio

del reencuentro.

Page 4: poemas de Río Herido Daniela Catrileo

Caminé en su funeral de espigas

El amor al padre, el odio al padre

llevar la cuenta de los ancestros

por orden santo,

no es recomendable en la juventud.

Ser cinta que oscila

entre cavidades

de la montaña hasta tu casa.

La idea y el encierro de las palabras,

surcos bailables

en un lugar

que nos guarde de los gritos

y la muerte.

Esta muerte,

caminar hasta olvidar

que nadie espera.

Sentir el gemido viajero de mi cordura,

crecer a la fuerza

hasta dominar la ciudad.

Imaginan la bestia del padre,

mientras ríen y se embriagan

en soledad del cerro y su virgen.

Agradable sólo por su soledad

y las luces que te gusta nombrar

Page 5: poemas de Río Herido Daniela Catrileo

entre dientes rechinosos

de metales espesos y el vino.

Tantos huérfanos se te caen

de los brazos,

perdieron el camino de vuelta.

Y toda su sangre,

todas sus tierras,

una que otra bala sucede ahora.

Un disparo es cosa poca.

Dame tus puentes,

tus caletas entre ríos, entre fango.

Los niños también caen muertos, no sólo la madre.